El Corso Nº 7

38
Diccionario de Nueva York elcorso.es Nº 7 • Ago • 2010 FICCIÓN: Click! (2ª parte) (Pags. 36 y 37)

description

Revista Online de Cultura

Transcript of El Corso Nº 7

Page 1: El Corso Nº 7

Diccionario deNueva York

elcorso.es Nº 7 • Ago • 2010

FICCIÓN: Click! (2ª parte) (Pags. 36 y 37)

Page 2: El Corso Nº 7
Page 3: El Corso Nº 7

3

Diseño:Redactor: Luis Cadenas Borges [email protected]: José Ángel Sanz

4 Música: Verano classicmaniac

8 Literatura: Nueva York según Alfonso Armada

14 Arte: Auf Wiedersehen, Tacheles

20 Teatro: Historia del Teatro Español

24 Cine: El largo viaje de Álex de la Iglesia

28 Ciencia: De Río Tinto a Marte

32 Tecnología: Alicia se vuelve loca

36 Ficción: Click! (2º parte)

Page 4: El Corso Nº 7

VeranoClassicmaniac

BBC Proms Cartel

Page 5: El Corso Nº 7

VeranoClassicmaniac

De los BBC Promsa la Quincena Musical de San Sebastián,

todavía queda verano clásicopor Luis Cadenas

Page 6: El Corso Nº 7

6

Classicmaniacs del mundo, uníos. Ya está bien de reco-nocer en voz baja que te

gusta Vivaldi o Beethoven. Nada de timidez y miedos: como decía un insigne me-lómano, “los tontos son los otros que tienen orejas pero no escuchan”. El verano está programado para los grandes festivales clásicos dentro y fuera de las fronteras. Como rezaba la “pequeña Biblia”, ‘El Cultural’, “las batutas son para el verano”. No voy a plagiar, simplemente recuerdo que la música clásica es un motor cultural. Es el género que más conciertos organiza al año, el que más público acumula, el más universal y que no conoce fronteras, y cuyos catálogos son obras de arte fijas para el tiempo. Y los festivales no dejan de ser una oportunidad para revisar clásicos y darles nueva vida, algo especialmente necesario en los que se dedican a la ópe-ra y al mundo líri-co, porque de ellos nacen las grandes sesiones del “ma-yor espectáculo del mundo” que sigue siendo la clave de Sol bien acompa-ñada. Fuera de España: Bayreuth y la herencia

Wagner (hasta el 28 de agosto); Salzburgo,

más clásico imposible, con-centrando esfuerzos en revisar la ópera y el clasicismo (has-ta el 30 de agosto); Lucerna, la fiesta de Eros en manos del ‘Tristán e Isolda’ (12 de agosto al 18 de septiembre); y Pésaro, con Rossini como eje central del festival, con-sagrado al más genuino compositor italiano (del 9 al 22 de agosto). Y por su-puesto los míticos BBC Proms de Londres, la gran fiesta popular de la _Y

a av

anza

do e

l ver

ano

apen

as q

ueda

n do

s o

tres

festi

vale

s de

reno

mbr

e en

Esp

aña

_En

el e

xter

ior

dest

acan

los

ya le

gend

ario

s BB

C Pr

oms,

ver

dade

ra c

ita d

e un

ión

popu

lar

con

la m

úsic

a cl

ásic

a

Fest

iva

l de

Ba

yre

uth

Fann

haus

er

Ca

rtel Q

uinc

ena

Mus

ica

l

BBC

Pro

ms

Page 7: El Corso Nº 7

7

música clásica y que es una pe-queña Meca metamorfoseada en la silueta circular del Ro-yal Albert Hall y que no tiene nada parecido en el resto de Europa salvo los grandes con-ciertos en parques de Berlín y Viena (cuando las orquestas necesitan hacer promoción o congraciarse con su público más amplio). Será hasta el 11 de septiembre. Pero dentro de España también resuenan las secciones, quizás menos am-biciosas en una tierra donde el clasicismo nunca ha sido precisamente mimado, resi-duo colateral de casi cualquier programación cultural. Los clásicos no son un lujo ni una exquisitez, son una necesidad que infunde respeto y forja a la siguiente generación de músicos. Elegiremos los pocos que quedan sin cerrar de cara a lo que queda de agosto. Tres, concretamente. Arrancamos con San Sebastián, la Quince-na Musical en Chillida Leku, que dará el primer coletazo el 7 de agosto y terminará el 3 de septiembre. Será casi monote-mático alrededor de la música rusa: las batutas las pondrán Valery Gergiev con la Orques-ta del Kirov, Mikhail Pletnev con la Orquesta Nacional de Rusia, Vasily Petrenko con la Filarmónica de Liverpool y Tugan Sokhiev con el Capi-tole de Toulouse, acompaña-dos del Orfeón Donostiarra y de solistas como S. Katcha-tryan (violín), Vadim Repin (piano), compañero de Den-les Matsuev, Ewa Podles (voz contralto), Elisabeth Leon-skaja (piano) y el también pianista Julius Drake. Dos fes-tivales arrancan con agosto, primero el de Santander (del 31 de julio al 30 de agosto), muy centrado en la lírica y la danza con muchos homena-jes y algo menos de enjundia que otros años. Segundo, el de Torroella de Montgrí (del 30 de julio al 20 de agosto)con mucha atención al mundo del piano (Éric Le Sage, Rudolf Buchbinder o Ronald Brauti-gam,) y una cierre de festival centrado en la soprano María Bayo. n_A

lgun

os fe

stiva

les

se a

coge

n a

la m

oda

de h

acer

“m

onot

emáti

cos”

de

dete

rmin

ados

com

posi

tore

s_R

usia

y s

u le

gado

mus

ical

des

taca

n en

cas

i tod

os lo

s fe

stiva

les,

esp

ecia

lmen

te e

n el

de

San

Seba

stián

Eric

Le

Sa

ge

Ma

ría B

ayo

+ INFObayreuther-festspiele.de salzburgerfestspiele.at

lucernefestival.chbbc.co.uk (para los BBC Proms)

rossinioperafestival.itquincenamusical.comfestivalsantander.comfestivaldetorroella.com

Page 8: El Corso Nº 7

8

Page 9: El Corso Nº 7

9

New Yorksegún Alfonso Armada

por José Ángel Sanz (Textos y Fotos)

Page 10: El Corso Nº 7

10

Es ‘En el Camino’ donde dice Ke-rouac: “De repen-te me encontré a mí mismo en Times Square”.

Alfonso Armada dio consigo mismo muchas veces en Nue-va York. Ése era su trabajo, si es que, definitivamente, la literatura es un montón de mentiras que al final dicen la verdad. Armada fue siete años

corresponsal allí. Diccionario de Nueva York es su crónica de una ciudad casi engullida por sus propios mitos, ebria de sí misma, excesiva y riguro-sa, una ciudad que son todas y a la vez ninguna, virgen y puta, proyección y mito. Un tratado que recoge fechas y nombres y apila costumbres, ritos, historia y nombres pro-pios. La estruendosa nómina de vida entre el subterráneo metro y todos los ojos puestos en el vacío que viajan en su vientre y las elevadas cumbres del Empire State y el Edificio Chrysler. Armada edifica una atronadora mole de anécdotas

en el filo de la autoconfesión y la obligada revisión de lo que encontraron Lorca, Faulkner, Glucksmann, Capote, Tom Wolfe, Henry Roth, Vila-Matas, Eduardo Lago, Gaspar Tato Cumming. Describe a 1001 atribulados neoyorqui-nos, desde la clase privilegia-da que picotea aburrida con gesto desdeñoso en Tiffany’s hasta los homeless que sólo soportan las noches de in-vierno a la intemperie porque duermen encima de las salidas de vapor de las alcantarillas. Todo en Nueva York es vie-jo y al mismo tiempo pueril. Asombroso y a la vez esperado. La vida, y el asombro, esperan en el transbordador de Staten Island, pero también en la portada del ‘New York Times’ (“lo leí a diario como una Bi-blia pagana”). En el próximo taxi (“los conductores vienen desde muchos lugares: Costa de Marfil, Bangladesh, Kaza-jstán, Nueva Jersey”) o a las puertas del Madison Square Garden. En el puente de Bro-oklyn, en el hall del Waldorf Astoria o del Chelsea Hotel

Alfonso Armada

El Empire State anocheció con los colores de la bandera rojigualda flanqueando su coronilla

¿El 11 de septiembre?Su sombra reposa en muchas páginas

Page 11: El Corso Nº 7

11

o en Central Station, donde bulle el magma de una po-blación de ocho millones de voces que late en los cinco barrios: Bronx, Queens, Sta-ten Island, Brooklyn y Man-hattan. ¿El 11 de septiembre? Su sombra reposa en muchas páginas. La cicatriz de la zona cero es imborrable, pero quizá los neoyorquinos, hayan ve-nido de donde hayan venido hasta orillas del Hudson, nun-ca estuvieron tan orgullosos de pertenecer a un lugar que se vive como un talismán que nadie quiere añorar. Armada sabe que el cinismo disminuye el dolor, pero incapacita para el placer. La ciudad también. El día que la selección españo-la de fútbol ganó el campeo-nato del mundo, el primero de su historia, el Empire State anocheció con los colores de la bandera rojigualda flan-queando su coronilla. Incluso en un país ajeno al deporte de

masas en Europa, Manhattan y, por extensión la ciudad que lo cobija, es consciente de su lugar en el mundo. De su co-losal peso simbólico. Como admite el propio autor, quizá Nueva York sea algo parecido al copo de nieve del que habla Cormac McCarthy cuando escribe sobre el lobo. Cuando lo atrapas, lo pierdes. Por eso

los guías, los experimentados sherpas se cotizan tanto ante una urbe entre el futuro po-sible y la medida de nuestros sueños. Por eso este libro es tan valioso. n

¿El 11 de septiembre?Su sombra reposa en muchas páginas

Diccionario de Nueva York es su crónica deuna ciudad casi engullida por sus propios mitos

Page 12: El Corso Nº 7

Alfonso Armada

12

Me había cruzado varias veces con él a la entrada del pa-lacio de vidrio. Si todas las ciudades son una declaración visual, una realidad física que se impone antes que nada

como un accidente para los ojos, qué pensar de una ciudad trazada con ciclópeos golpes de hacha como Nueva York

en la mente de quien no ve […]

Page 13: El Corso Nº 7

+ INFOedicionespeninsula.com

13

Page 14: El Corso Nº 7
Page 15: El Corso Nº 7

por Luis Cadenas

Page 16: El Corso Nº 7

16

Fachada principal del Tacheles 1

El destartalado edificio fue centro comercial,

diana del Ejército Rojo, prisión nazi y centro okupa

Decenas de artistas de todo tipo gestionaron desde 1990 el centro,

totalmente libre y sin más norma que el respeto mutuo

Page 17: El Corso Nº 7

17

Berlín está a punto de perder uno de sus símbolos, y quizás uno de los ambientes que más impacto tie-

nen en los que lo han visita-do, incluyendo el que suscri-be, una utopía extrañamente real: Tacheles, que es otra forma de decir Berlín en su esplendor de posmodernidad artística, la okupación como foco cultural sostenible. Uno de los centros de agitación creativa de la capital alema-na, la parada indispensable en cualquier guía urbana y foco que atrae a 300.000 turistas al año, todo lo que representa la que acaso sea la casa okupa más célebre del mundo está

en peligro ahora a causa de algo tan prosaico y capitalista como el vencimiento de un contrato. Resistirán, hay ame-nazas de barricadas, protestas de todo tipo… pataleos ante lo inevitable del sistema. Ubi-cado en un edificio en ruinas en el barrio de Mitte, en la fa-mosa calle Oranienburger, en la zona este de la ciudad (an-tiguo barrio judío), Tacheles fue okupado el 13 de febrero de 1990. La explicación: una compañía compró el terreno en 1997 por unos 40 millones de euros. Los ocupantes lo-graron un acuerdo de uso por 10 años, hasta enero de 2009, con un alquiler de 50 cénti-mos al año. Caducado éste, la propietaria decidió cambiar el

uso del terreno: un hotel de cinco estrellas en el corazón de Berlín. Pero la crisis puede con todo y barrió también a estos dueños, que finalmen-te cedieron la propiedad a un banco, HSH Nordbank, acreedor tras la quiebra del propietario de los terrenos. Sacará a la venta privada de un pedazo muy suculento del Mitte berlinés. Lo que pue-da salir de ahí es sencillo: un Zara, un hotel, pisos de lujo u oficinas. Ganarán los turis-tas absurdos, perderá Europa. Para salvarles sólo queda la re-colecta de firmas para obligar al gobierno del lander a mo-verse, y una futura Fundación Tacheles y que supuestamen-te se financiará con alquileres

Page 18: El Corso Nº 7

de los espacios del centro, la editorial de la casa, el 30% de la recaudación de las galerías de arte y los ingresos del café Zapata en los bajos del edifi-cio. El Tacheles es un iceberg gigante de la cultura urbana moderna como es Tacheles, un cruce entre bastión resis-tente, club, sala de exposi-ciones, teatro y el mayor caso de horror vacui conocido: no hay centímetro cuadrado del edificio (cinco plantas más un amplísimo patio para mú-sica y números circenses) que no esté cubierto de graffitis. Más de 60 pintores, esculto-res, joyeros y músicos llegados de todo el mundo, ocupan los 30 estudios del Tacheles, en los que los artistas tienen total libertad creativa y deci-den si trabajar con las puertas abiertas o en privado. Entre los entresijos y atractivos de

Tacheles están las salas de ex-posiciones de las plantas infe-riores, muchas de ellas abier-tas a la Oranienburgestrasse, pero también la entrada (por el patio) a la parte trasera: un gran garito al aire libre a su vez conectado con los que también tienen puertas a la calle, como el Viva Zapata. Igualmente se abre en par-te hacia Friedrichstrasse. En resumen, la kunsthaus (más o menos “casa de las artes o de los artistas”) más original posible, una de esas perlas lu-minosas que sólo puede uno encontrarse en los rincones abiertos de Berlín. Y eso a pesar de haber sido centro co-mercial, sede de oficinas del partido nazi, cárcel transitoria de prisioneros de guerra fran-ceses, diana de la fuerza aérea aliada... Increíble, como toda la ciudad. n

Fachada principal del Tacheles 2

+ INFOtacheles.de

18

Page 19: El Corso Nº 7

Esc

ena

de

‘Ha

mle

t’

Más de 400.000 turistas pasan al año por el Tacheles.No sólo se pierde cultura, también atractivo internacional

Un banco está dispuesto a destruir estemilagro cultural y artístico: lo que sea por un puñado de euros

19

Page 20: El Corso Nº 7

Historiadel

TeatroEspañol

Lope de Vega

Page 21: El Corso Nº 7

Quizás, el emblema de la escena nacional en Madrid, y el más veces reformado

por Luis Cadenas

Calderón de la Barca

Page 22: El Corso Nº 7

22

nuestra literatura. El tiempo pasó factura a ese solar don-de desde el 1500 y pico hubo representaciones. Primero fue en el legendario Corral de la Pacheca, ocasionalmente alquilado a tal efecto por las Cofradías de la Soledad y de la Pasión. Luego llegó la pri-mera gran reforma, en 1582, año en el que se edificó el primer Corral del Príncipe, teatro estable siguiendo el mismo modelo que Almagro, Olmedo o muchos otros de la

Madrid es puro teatro, o cuando menos, un cúmulo de teatros. La

escena siempre ha sido un gran aliciente en un país de mentirosos compulsivos y bu-honeros de corazón. Por algo Inglaterra y Castilla fueron las cunas del teatro moderno. Las corralas iniciales, con el tiem-po, se convirtieron en teatros más grandes, construidos pri-

meros en las afueras, luego en el corazón de las villas, y finalmente, en los nuevos bloques urbanísticos. Pocos, sin embargo, han conseguido mantener el rumbo reformán-dose desde sus inicios. Uno de ellos es el Teatro Español de Madrid. Testigo de la historia de la ciudad, fue en sus oríge-nes un corral medieval donde se realizaban pequeños espec-táculos. Entonces en él estre-naban sus piezas los que serían después grandes clásicos de

1. En 1887, tras una serie de incen-dios, estuvo a punto de derruirse por deci-sión del pleno municipal. Lo impidió Ramón Guerrero, el padre de María, que reconstru-yó el edificio y puso sus instalaciones al día, para que su hija lo reabriese en 1895.

2. En 1933, con la Segunda Repúbli-ca, el Teatro Español se convirtió en Teatro Nacional, dentro de un amplio programa de reformas socioculturales.

3. La llegada de la democracia coin-cidió con un nuevo incendio del teatro. Una vez más rehabilitado, en 1980 volvió a ma-nos del Ayuntamiento de Madrid, su históri-co propietario.

Tres momentoshistóricos del teatro

Page 23: El Corso Nº 7

23

entonces Juan de Villanueva el encargado de levantarlo de nuevo y dándole la forma ac-tual, que no tomaría su planta contemporánea hasta 1840: nuevo telón, plateas, ilumina-ción, palcos, galerías laterales, y el Café del Príncipe. Y en 1850 nacía el Teatro Español. Desde ese momento hubo al menos dos reformas más de gran calado; en 1895, gracias a María Guerrero, y entre 1995 y 2004, cuando se le dotó de la configuración actual. n

Corona de Castilla. El Teatro Español, en plena plaza de Santa Ana, tiene un rescoldo de la época: la calle principal que conduce al teatro es la del Príncipe, conectada con el paseo de los Jerónimos y la Puerta del Sol. En 1600 se le añadiría una planta más, y entre 1627 y 1636, otras dos, incorporando en este caso los aposentos laterales, evidentes prefiguraciones de lo que lue-go serían los palcos: ya se veía en el horizonte lo que iba a ser

el teatro clásico. Tenía aforo para al menos 500 espectado-res, algo más de 300 de ellos con asiento y el resto (nobleza y clero) en los aposentos supe-riores y los desvanes. No sería hasta el siglo XVIII (1746) cuando volviera a cambiar de piel con el Coliseo del Prín-cipe de Juan Bautista Sachetti y Ventura Rodríguez. No du-raría mucho, porque en 1802 (en paralelo a la guerra contra el francés) un incendio lo des-truyó hasta los cimientos. Fue

En total el Teatro Español ha sufrido 14 reformas y otros tantos incendios

Su antecesor más fiable es el Corral del Príncipe, del si-glos XV

Lo más granado del teatro del Siglo de Oro estrenó sus obras (ya clásicos) en este escenario

+ INFOesmadrid.com/teatroespanol

Calle Príncipe, 25Metro:

Sol / Sevilla / Antón Martín

Page 24: El Corso Nº 7

El largo viaje de Álex de la IglesiaLamento de un fan que le creyó un genio y ha perdido el amor por el nuevo Premio Nacional del Cine

Page 25: El Corso Nº 7

El largo viaje de Álex de la IglesiaLamento de un fan que le creyó un genio y ha perdido el amor por el nuevo Premio Nacional del Cine

por Luis Cadenas

Page 26: El Corso Nº 7

26

Ha llovido mu-cho desde que Álex de la Iglesia fuera la joven pro-mesa del cine

español, desde que participa-ra en ‘Mirindas asesinas’ con Santiago Segura, y todavía más, aunque esté más cerca-no, de ‘El día de la Bestia’ a hoy. El salto no es temporal, es cualitativo. Este reportaje no es un repaso a su carrera, es un lamento de un fan que ya no siente amor, que lo ha perdido por el camino. El Gobierno le ha dado el Pre-mio Nacional del Cine, es el

nuevo y flamante presiden-te de la Academia de Cine y viaja por el mundo con rostro delgado, canas y aspecto de boyante hombre fuerte de los años 60. Por el camino Espa-ña ganó un realizador bueno para el gremio, pero los demás perdimos a un tipo que pare-cía dispuesto a darle la vuelta a todo y que se ha quedado en un amago, un quiero y no puedo. De la Iglesia contestó entonces: “Creí que me lla-maban para consultármelo y les dije que no, que buscaran a otro. Cuando ya alertaron que no era una consulta sino una decisión por unanimidad

me entró vergüenza. Es muy inmerecido, podría dar 20 o 50 nombres más idóneos. Luego me he sentido feliz y he pensado que la pasta [30.000 euros] me venía francamen-te bien”. El iconoclasta se ha convertido en una pieza más del mecanismo que hace que el cine español no sea capaz de echar a volar sin los prejui-cios y tics que lo atan. Y eso que se lo ha currado. Aun-que parezca mentira, ‘Plutón BRB Nero’, su serie de TV ligeramente sci-fi es un buen camino, pero en lugar de ha-cer ciencia-ficción de verdad se dedicó a crear una serie

Ále

x d

e la

Igle

sia

Page 27: El Corso Nº 7

27

satírica que parecía un pálido reflejo de ‘Acción Mutante’. Está preparando ‘Balada triste de trompeta’, y dice que es su mejor película, pero también lo dijo con ‘La comunidad’, con ‘Los crímenes de Oxford’ o con sus dos proyectos alter-nos: ‘Fu Manchú’ y ‘La marca amarilla’, dos mitos de la serie B y del cómic europeo. Álex de la Iglesia es de los pocos que hacen cine de género, fundamental para revolucio-nar el gremio, pero también de los muchos que lo coge con la grasilla del jamón ibérico, y así no hay manera. Muchas cosas han cambiado desde

‘Mirindas Asesinas’, pero también el peloteo máximo. Un buen tipo, sin duda, y con cada entrevista aparece ese genio que se mueve como una ameba por la industria, pero es que cuando quiere llegar no lo hace. Deslumbró con ‘El Día de la Bestia’, que si no lo remedia en los próximos años, quedará como su gran pelícu-la. Dijo el Ministerio de Cul-tura que era un “transgresor” por películas como ‘Acción Mutante’, ‘La comunidad’ o ‘Crimen ferpecto’. Si eso es transgresión, ¿qué pensarán de cualquier filme de Wes Craven en el Ministerio?. Así

pues, lo siento por él, por-que con ‘El Día de la Bestia’ realmente hizo temblar todo, y fue el que más se acercó a ser el revulsivo guillotinador de un gremio ensimismado en sus manías y neuras, inca-paz de superar el cine de autor de los 70 (repetido una y otra vez en todos sus formatos) y lo casposo de los Ozores. Cine que no ve nadie, o que no aprecia nadie y es por algo. Quizás sea la siguiente genera-ción, o que por fin, Álex haga temblar como debe el suelo de los cines. Pero no sé, se está haciendo mayor y demasiado sentimental. n

FILMOGRAFÍA:_Mirindas asesinas (c), 1991._Acción mutante, 1993._El día de la Bestia, 1995._Perdita Durango, 1997._Muertos de risa, 1999._La comunidad, 2000._800 balas, 2002._Crimen ferpecto, 2004._La habitación del niño, 2006._Los crímenes de Oxford, 2008._Plutón B.R.B. Nero, (Serie), 2008._La tragedia de Francisco Franco, 2009._La marca amarilla, 2008-2009._Spanish Movie, (cameo), 2009._Balada triste de trompeta, (en rodaje)

Álex de la Iglesia es de los pocos que hacen cine de gé-nero, pero lo coge con la grasilla del jamón ibérico

Interesante pero triste, como si no fuera capazde hacer nada que no llevara ese sello de tebeo

en cada fotograma.

Corre peligro de ser otro Ridley Scott, buenoal inicio pero decepcionante después

+ INFOclubcultura.com/clubcine

baladatristedetrompeta.blogspot.com

Page 28: El Corso Nº 7
Page 29: El Corso Nº 7

De Río Tinto a Marte

La Nasa descubre fósiles en el planeta rojo

mientras en Huelvasimulan cómo sería

la vida bacterianaen su superficie

por Luis Cadenas

Page 30: El Corso Nº 7

30

El ecosistema de Río Tinto (Huelva)es el que más se parece a Marte

•Las bacterias fueron sometidas a

las condiciones marcianas y sobrevivie-ron en un alto porcentaje

•La zona marciana de Nili Fossae es la

que más interesa, la que potencialmentepodría haber tenido (o tiene) vida

Río Tinto (Huelva)

Page 31: El Corso Nº 7

31

La búsqueda de vida fuera de la Tierra tiene dos niveles: uno, seres inteli-gentes capaces de crear civilizacio-

nes y tecnología y cuya bús-queda se centra en el progra-ma Seti; dos, bacterias, fósiles de éstas o la más microscópica huella de que haya existido al-gún tipo de vida activa. En el primer caso todavía estamos en el campo de los sueños, pero en el segundo Marte es, por ahora, la principal baza. Más allá de que el planeta rojo tenga agua congelada, cicatrices concretas que de-muestran que hubo corrientes líquidas en su superficie (casi en un 90% de probabilidades, de agua) y que haya pruebas fósiles de vida microscópi-ca, se trata de una verdadera odisea para poder demostrar que puede haber vida extra-terrestre. Aunque sean bacte-rias parecidas a las que hay en estos momentos en Río Tinto, un destruido paraje onubense donde las corrientes de agua son férricas y el óxido se ha comido todo rastro de vida. Y sin embargo, Río Tinto es la Meca de los astrobiólogos

que comparan este medio ambiente extremo con el que hay en Marte, o que pudo ha-ber. De momento la Nasa ha vuelto a apuntarse un tanto: hay indicios de que las rocas marcianas, en determinados puntos, podrían contener res-tos fosilizados. Las primitivas rocas se encuentran en el área Nili Fossae, una de las zonas contempladas para el amarti-zaje de la futura sonda Mars Science Laboratory prevista para 2011, y cuya misión será precisamente analizar la habi-tabilidad del planeta rojo. El descubrimiento en 2008 de carbonato en las rocas de Nili Fossae en Marte revolucionó a la comunidad científica, ya que esta molécula era la prue-ba última de que el planeta rojo podía haber albergado vida. La nueva investigación ha relacionado las caracterís-ticas de las rocas marcianas, recogidas por infrarrojos desde el espectrómetro CRISM que orbita el planeta, con las rocas de la zona Pilbara, en el no-roeste australiano. Esta zona es, junto con Río Tinto, el manual de campo hipotético de la vida factible

en la superficie de Marte, o incluso en el subsuelo, donde el calor y el frío extremos del día y la noche fueran menos dañinos. O peor, la radiación (la atmósfera marciana no es tan protectora como la terres-tre). Es el CSIC español el que más ha investigado, y ti-rado de otros científicos, para poder convertir la zona en un laboratorio a cielo abierto. Las pruebas con bacterias qui-miolitotrofas (devoradoras de rocas), en condiciones extre-mas, demuestran que existe al menos la posibilidad. Así, las bacterias fueron sometidas a condiciones muy restrictivas, como las marcianas: presiones de 7 milibares, temperaturas por encima de los 170 grados centígrados y alta presencia de rayos UV. Las mayores ta-sas de supervivencia fueron en subsuelo, por lo que al me-nos teóricamente se abre la vía para la investigación de vida marciana para los próxi-mos años. n

+ INFO

Instituto de Astrobiologíade Madrid:cab.inta.es/

CRISM:crism.jhuapl.edu/

Mars ScienceLaboratory:

mars.jpl.nasa.gov/msl/

Seti:seti.org

Page 32: El Corso Nº 7

Alicia se vuelve locaEA lanza en 2011 ‘Alice’s Madness Returns’,

la más siniestra versión del clásico de Lewis Carrollpor Luis Cadenas

FOTOS (EA Games)

Page 33: El Corso Nº 7

Alicia se vuelve loca

Page 34: El Corso Nº 7

34

Alicia se ha vuelto mucho más oscura, más loca, más s ang r i enta , ha pasado por

un hospital psiquiátrico y ha decidido saber por qué toda su familia murió en Londres en un incendio. Provocado, por cierto. Y ahí está el truco de esta versión en videojuego de la Alicia que no es ni la de Disney ni la de Tim Bur-ton. Éste último se queda en niño de teta al lado de la úl-tima creación de EA Games. A la vieja historia de Lewis Carroll, de las más retorcidas y metaliterarias (una historia dentro de otra, y a su vez llena de mensajes ocultos) le han dado un giro psicológico pasa-do por el tamiz del cómic más desgarrado. Diez años atrás el equipo de American McGee, que está detrás del desarrollo, retoma la historia de Alicia en el País de las Maravillas junto con el estudio Spicy Horse. El juego llega en PC, PS3 y Xbox 360, pero será ya en 2011. Esto no es más que la avanzadilla de esta incursión maníaco-depresiva del personaje más subyugante de la literatura in-fantil desde el binomio niña-lobo de Perrault (una niña de rojo en un bosque con un lobo de apariencia masculina, y hasta aquí podemos leer entre líneas…). Ya en 2000 salió a la venta ‘American McGee’s

Alice’, título de culto en los albores de la explosión

definitiva del vi-deojuego.

E n -ton-c e s

Alicia era gó-

tica, oscura y parecía la hija perdida de Burton en la mente de

un diseñador de mundos imposibles estilo

Escher. La nueva entrega tiene lugar diez años después,

con una Alice algo más creci-da, con un nudo en su delan-tal arquetípico cuyos lazos for-

Alicia

Page 35: El Corso Nº 7

35

man una calavera, un cuchillo largo en las manos y maquilla-je negro alrededor de los ojos. Son los tiempos que corren: una vez hundidas las ideolo-gías universales (religiosas o ateas) que habían guiado al mundo durante siglos, lo que emerge es la neura profunda del mundo mental. Es terreno abonado para que el blanco

sea negro y viceversa. Vere-mos más juegos de este estilo, o incluso revisiones literarias de Carroll. Un simple vistazo hace unos días a varios párra-fos del clásico de este bizarro personaje da idea del material para sacar muchas más nove-las de esa Alicia que, perfecta-mente, podría ser una tarada atada a la cama de un hospi-

tal que ha creado un mundo paralelo para escapar de su te-rrible realidad de abandono y abusos, por poner un ejemplo de una revisión más… n

‘Alice: Madness returns’ tiene lugar

10 años después del videojuego

original de American McGee. Mere-

ce la pena echarle un ojo, arrancan-

do con su argumento inicial: Alice

lucha por recuperarse del trauma

que le causó perder a toda su

familia en un incendio. Después de

pasar una década ingresada en un

asilo para enfermos mentales, que-

da al cuidado de un psiquiatra que

intenta ayudarla. Alice entonces

cruza de nuevo al otro lado de las

patas del conejo neurótico y busca-

rá la verdadera causa de la muerte

de su familia, dejando Londres para

viajar a un País de las Maravillas

que habría puesto blanco a Carroll.

El argumento

+ INFOea.com/alice

spicyhorse.com

No tengan prisa, esto es un aviso para nave-gantes, porque el juego no llegará hasta 2011

‘Alice’s: Madness re-turns’ está preparado para PC, PS3 y Xbox

360, los tres formatos habituales

La nueva Alice ha creci-do y el nudo en su de-

lantal arquetípico forma una calavera, todo un

aviso

Page 36: El Corso Nº 7

Martín Pescador, llamémosle así, tenía mucha prisa. No porque fuera a algún sitio, sino porque la naturaleza clamaba por una oportunidad de descanso sobre el trono de cerámica. Volvía del trabajo, y como en la ciudad de piedra todo estaba a un par de zancadas, pues siempre iba caminando. Literalmente, su intestino clamaba por un descan-so para desahogarse, así que cuando pasó por una de las tabernas irlandesas, de las de diseño que ni son tabernas ni son irlandesas, decidió darle gusto al cuerpo. Entró como una bala, saludó a un par de conocidos y se metió en el baño. De toda la ciudad era el que tenía los servicios mejor cuidados, no tanto por los eficientes inmigrantes contratados para limpiar como por la neurosis obsesiva del dueño con la limpieza. Abrió las cuatro puertas de los váteres y escogió el más limpio de todos. Lue-go, el mecanismo de siempre, pantalones abajo, inspección de rigor para no ver nada raro (todos lo hacen, aunque lo nieguen) y manos a la obra. Al sentarse, Marín Pescador escuchó algo raro. Fue un chasquido, un ruido extraño, con un golpe de tacón metálico, seco y sin eco alguno. Fue un click sin importancia. Revisó en el bolsillo en busca del móvil. Últimamente hacía cosas raras, así que no le extrañó que aquel click fuera del aparati-to, como si saltara algo. Se miró el reloj: funciona-ba bien. “Bah, a la mierda” pensó. Todo siguió su curso, y como solía decir su a veces sórdida novia: “en el tigre, dando de comer a las ratas”. Le dio un escalofrío y pensó en cómo una mujer tan hermosa podía ser tan zafia y basta. La verdad es que no les iba tan bien como siempre, aunque él, después de varios años, había perdido la ilusión y la había sustituido por costumbre, inercia y algo de sexo semanal esporádico. Como termi-nan todos pasado un tiempo. Iba a dejarla, porque como decía su buen amigo, Halcón Peregrino, “sólo hay una cosa mejor que estar con una diosa, y es decirle que no”. Esa frase siempre le había pare-cido una niñería, una de esas chorradas de adoles-

Click!

Continuara...

2ª parte

cente que no casaban con la vida adulta. Claro que tampoco es que él fuera un ejemplo de madurez. De hecho, pensaba mientras permanecía sentado, la madurez está muy sobrevalorada, y suele venir acompañada de la castración del intelecto y de la imaginación. Como decía su abuela: “ten cuidado hijo, que si dejas de soñar se te secará el alma”. Buena frase, pero en aquel sórdido váter no es que fuera la piedra de toque de nada ni de nadie. Ahí es donde se le ocurren siempre las me-jores ideas a la gente. Porque no haces nada, sólo divagas, y la mente, liberada de ataduras y sin nada donde fijar la atención, se desmelena de mala ma-nera, acaba trazando vuelos absurdos que desembo-can en ideas geniales. Marín Pescador, sin embar-go, empezó por el lado oscuro de la carretera, por las quejas, las deudas pendientes. Pensó en muchas cosas: en su neurótica y frígida jefa, que volcaba sobre la redacción sus frustraciones sexuales en for-ma de tópicos y decisiones viciadas de fracaso; en sus compañeros más mayores, frustrados por seguir en un periódico de provincias en una vida que no es ni el 10% de lo que soñaron, ni profesional ni nada que pueda terminar en “mente”; en los más jóvenes, despistados y descuidados, obligando a los demás a hacer de coche escoba y reparar sus erro-res; en la mezquindad de los hombres del traje y la corbata con los sueldos y las condiciones de vida, capaces de despedir a una embarazada y perseguir a un pobre diablo que está de baja, porque ellos creen que miente.

De repente, la espiral, uno de esos vórti-ces del alma donde te hundes sin freno, porque tu cabeza encadena una neurosis tras otra y ya no hay fondo en el pozo de la autocompasión. Martín Pescador cerró los ojos. Pensó en algo positivo. No lo encontró, pero debía rebuscar, o de lo contrario el agujero negro se lo tragaría.

Sus ojos se posaron entonces en una pinta-da del baño. No se había percatado de la cantidad de pintadas y frases que había escritas por todo el pequeño váter. Si hay algún lugar del mundo donde la gente se quita la máscara, ése es el cuarto de baño, donde una frase anónima refleja más de nosotros que miles de horas de terapia en el diván. Vio una curiosa, escrita a toda prisa: “Bienvenido al lado oscuro del aparato digestivo”. Pasó a otra. “¿Quieres sexo duro? Llama a la puta de Carlota al 634…”. n

por Luis Cadenas Borges

36

Page 37: El Corso Nº 7

37

Page 38: El Corso Nº 7