El heraldo de santidad 1-2011

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Publicación oficial de la Iglesia del Nazareno en los países de habla hispana

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Volumen 65 – Número 1Edición 1 – Año 2011

SUPERINTENDENTES GENERALESJ. K. Warrick

Jerry D. PorterJesse C. MiddendorfEugénio R. DuarteDavid W. Graves

Stan A. Toler

MISIÓN GLOBALLouie E. Bustle, Director de Mision Global

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REGIONESMéxico-América Central: Carlos Sáenz, Director de la región

Sudamérica: Christian Sarmiento, Director de la regiónCaribe: Carlos Saénz, Director interino de la región

Eurasia: Gustavo Crocker, Director de la regiónÁfrica: Filimao Chambo, Director de la región

Estados Unidos y Canadá: Robert Broadbooks, Director de la región

CASA NAZARENA DE PUBLICACIONESDavid Hayse, Gerente General

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AMEN = Asociación de Ministerios Evangélicos NacionalNAE = National Association of Evangelicals

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Cristóbal, Zona 8, Mixco, Guatemala, C.A. En el caso de las fotografías, logotipos e ilustraciones todos los derechos son

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El Heraldo de Santidad es una publicación de la Iglesia del Nazareno, publicada cuatrimestralmente (3 edic./año) por la Casa Nazarena

de Publicaciones © 2011 Derechos reservados.

ISSN 1060-2135

Editorial02

Créditos de fotografías: www.5isucai.com: Portada; páginas 9, 10

www.sxc.hu: páginas 1,2,3,4,11,12,15Archivo de CNP: 1,2,5,6,7,8,9,10,11,13,14,15,16,17,18,19,20

google earth: página 6

Diseñador gráfi co: José Luis Guzmán

Contenido

¿Quién lo está discipulando a usted y a quién está usted discipulando?

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¡ Avanzando su Reino !03

Comprométase a escuchar activamente

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Viviendo para Cristo10

La Sierra Madre de Chiapas ve la Luz

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Derribando la última frontera española

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Cubanos a la semejanza de Cristo

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9 Santidad

11 Familia

Buenas nuevas para el Norte de los

Estados Unidos

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realidad hace dos que son simultáneas y se ayudan mutuamente: “Olvidando cier-tamente lo que queda atrás, y extendién-dome a lo que está delante” (v.13). Este mismo pasaje la traducción en lenguaje actual (TLA) lo traduce: “pero he decidido no fijarme en lo que ya he recorrido, sino que ahora me concentro en lo que me falta por recorrer”. Para alcanzar la meta, es necesario continuar la marcha con esmero, dedicación y sacrificio, y dejar el pasado.

Por último, Pablo tiene muy claro el propósito de su vida y seguridad en el premio final. Dice: “Así que sigo adelante, hacia la meta, para llevarme el premio que Dios nos llama a recibir por medio de Je-sucristo” (v.14 TLA). Pablo tenía muy cla-ro el propósito de su vida “para mí el vivir es Cristo…” (Filipenses 1:21).

Es por ello que en la presente edición de El Heraldo de Santidad, le presentamos a personas de diferentes partes del mun-do que, al igual que Pablo, fueron asidas por Cristo y sólo hicieron una cosa: Ol-vidándose del pasado cumplen cada día su propósito esperando recibir el premio que Cristo les dará.

En cada uno de los artículos y testi-monios usted podrá ver las luchas y prue-bas que vivieron sus protagonistas, pero también la mano de Dios sosteniéndolos en medio de las diferentes circunstancias que enfrentaron. Es mi deseo que al leer los artículos Dios hable a su vida y sea de-safiado a vivir haciendo sólo una cosa.

Antes de terminar, le animo a que nos escriba. Háganos llegar sus preguntas, su-gerencias y comentarios a: [email protected]

Esperamos sus noticias mientras con-tinúa haciendo sólo una cosa: ¡Discí-pulos! Discípulos semejantes a Cris-to en las naciones.

Recuerdo como si fuera hoy (y vaya que ha pasado el tiempo) lo mucho que me gustaban los cuadernos

nuevos al comenzar las clases. Eran algo especial; su blancura, su limpieza, eran como un reto a hacer buena letra. Una in-vitación a escribir bien, sin equivocaciones o tachones, por lo menos. Incluso al tener el nuevo cuaderno enfrente se me olvida-ba el pasado, el futuro estaba allí, parecía que me llamaba a conquistarlo… Frente a mí se abría una nueva oportunidad, sin importar lo que había sucedido el año pa-sado. Con mucho cuidado escribía las pri-meras páginas, pero al pasar los meses ese esmero iba desapareciendo y todo volvía a lo mismo de siempre. Parecía como si el pasado hubiese regresado.

Algo así pasa cada año nuevo, ¿no le parece? Muchas personas en el mundo hacen nuevas promesas y se proponen al-canzar nuevas metas. Muchos de nosotros hemos escuchado la frase: ¡Año nuevo, vida nueva! que de alguna manera resu-me la actitud de las personas al comenzar un nuevo año. Lo triste es que conforme avanzamos en el calendario las metas propuestas al inicio van quedando en el olvido y todo vuelve a ser lo mismo de siempre. ¿Es su caso? ¿Se ha preguntado por qué pasa eso?

Hace muchos años, el apóstol Pablo le compartió a los filipenses una estra-tegia para alcanzar la meta. Para llegar a donde debemos llegar. En esa ocasión, les dijo: “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui tam-bién asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamen-te lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:12-14).

En primer lugar, me impactan las pala-bras del gran apóstol cuando dice que no lo ha alcanzado, sino que continúa con la misión de Aquél que lo tomó a él. ¡Qué claro está en la mente de Pablo! ¡Él se-guiría la misión de Jesús! Esto es porque luego de que Cristo lo interceptó en el camino a Damasco, por medio de Ananías le dio una misión: Él sería su instrumento para llevar el nombre de Cristo en pre-sencia de los gentiles, reyes e israe-litas.

En segundo lugar, Pablo define la es-trategia. El dice, “una cosa hago” (v.13). En

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El secretario general David P. Wilson, publicó recientemente los informes estadísticos anuales de la iglesia para el año 2010. Estos informes detallados, documentando las actividades misionales de la Iglesia del Nazareno en una escala mundial, vuelven a mostrar el crecimiento de la denominación en el año estadístico, así como el crecimiento

continuado durante la última década.Los informes mundiales muestran que el total de miembros de la Iglesia del Nazareno se ubica actualmente en

2,059,261, un incremento de 113,719 personas (5.85%) con respecto al año anterior y un aumento de 48.12% con respecto a la membresía del año 2000 que fue de 1,390,306 miembros. Las regiones de mayor crecimiento fueron Eurasia con un 16.57% y África con un 11.8%.

En este momento, alrededor del mundo, hay 26,353 iglesias en la denominación, un aumento de 1,868 iglesias desde el informe del año pasado. De las 26,353 iglesias, 18,527 son iglesias organizadas.

La información está basada en los datos recibidos de los distritos de las asambleas celebradas al 1 de octubre de 2009.

¡Avanzando su Reino!

Fuente: NCN News http://www.ncnnews.com/nphweb/html/ncn/article.jsp?sid=10000012&id=10009808. Jueves 16 de diciembre de 2010.

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P or más de 12 años serví como superintendente de distrito. Parte de mis responsabilidades

incluyeron llevar a cabo revisiones pastorales en las iglesias con una base común. Usaba un instrumento de en-cuesta diseñado para medir la efectivi-dad de los ministerios de la iglesia local y el liderazgo pastoral. El cuestionario evaluaba el crecimiento de la iglesia, los ministerios, la administración, los edificios, el culto, la escuela dominical y los programas de trabajo social.

En casi todas las evaluaciones, de la mayoría de las iglesias, durante los 12 años, los punteos más bajos siem-pre se obtuvieron en el área de evan-gelismo y discipulado. Muchas iglesias parecían estar haciendo las cosas bien.

El pastor y la gente se amaban mutuamente; no había mayores pro-blemas en la iglesia; tenían cultos ma-ravillosos y parecían estar saludables, aunque producían poco o ningún cre-cimiento. Las áreas más débiles de las iglesias eran, consistentemente, la de trabajo social, evangelismo y discipula-do. Cuando terminaba cada evaluación, mientras me iba manejando, pensaba que la iglesia parecía estar haciendo todo bien; ellos se aman y cuidan unos de otros, trabajan duro en sus pro-gramas y tienen muchas opciones de ministerio disponibles. Parece que es-tán haciendo todo, excepto discípulos. ¿Por qué pudiera ser eso?

Si usted fuera el enemigo de la iglesia, ¿dónde crearía incertidumbre?, ¿dónde crearía confusión y división? ¿No sería precisamente en el punto clave de avance? Si usted quisiera obs-taculizar a la iglesia, ¿no la mantendría ocupada haciendo una gran cantidad de cosas buenas mientras minimiza lo esencial?, ¿no trataría de distraerla de la misión para enfatizarla en progra-mas marginales, con gran cantidad de

P

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El lugar para empezar es en nues-tros hogares. El discipulado comienza con aquellos con quienes convivimos.El hogar es la infl uencia más natural y poderosa en la vida de nuestra espo-sa e hijos y en la de los nietos. Más allá de nuestros hogares, tenemos que expandir nuestros esfuerzos intencio-nalmente a nuestros amigos y colegas cerca de nosotros, persiguiendo la mi-sión con sólo una conversación a la vez.Incluso los jóvenes pueden estar com-prometidos en hacer discípulos a la imagen de Cristo. El más grande gru-po de jóvenes nazarenos en el mun-do bien puede ser el del sábado por la noche en la Iglesia del Nazareno Casa de Oración en Cali, Colombia. Ellos han iniciado una segunda reunión porque los jóvenes no caben en un culto. Pueden ser más de dos mil jó-venes en esta iglesia. Lo genial de este grupo de jóvenes es que todos están

actividades, pero con pocas intencio-nes de hacer discípulos?

¿Qué si el enemigo de la iglesia nos ha llevado a descuidar los prin-cipios fundamentales del discipulado? ¿Qué si la iglesia ha estado tan ocu-pada haciendo todo lo demás, que ha rechazado su misión primaria de hacer discípulos a la semejanza de Cristo? La oración, la Biblia, el Espíritu Santo y la rendición de cuentas intencional, son los principios universales que produ-cen discípulos a la imagen de Cristo en toda cultura.

¿Qué es lo que usted ve en un jar-dín bien cuidado? Las fi las están rectas y el suelo está limpio de maleza. Las plantas están bien abonadas y rega-das y producen fruto saludable. Pero, ¿qué pasa cuando un jardín saludable es ignorado?, ¿cuánto tiempo le toma-rá para estar lleno de maleza?, ¿cuánto tiempo pasará antes de que sus frutos se marchiten y se sequen? En la iglesia es igual. Cuando nosotros descuida-mos “el jardín” del discipulado inten-cional, dramáticamente impedimos la salud y productividad de la iglesia.

Por eso es que preguntamos: ¿Quién lo está discipulando a usted y a quién está usted discipulando? Hacer discípulos no es sólo la misión de la iglesia, es su misión, es mi misión y es nuestra misión. Nosotros no podemos contratar a alguien para cumplir la mi-sión. Es una asignación personal. Note cuán personal es esta traducción de la Gran Comisión: “Tu debes, por lo tan-to, ir a la gente de todas las naciones y debes hacerlos mis discípulos. Debes bautizarlos en el nombre del Padre y el Hijo y el Espíritu Santo y debes en-señarles a obedecer todos los manda-mientos que yo te he dado. Y no hay día en que vayas y que yo no esté con-tigo hasta el fi n del tiempo” (Mateo 28:19-20, traducción W. Barclay). 1

interconectados como discípulos que están siendo discipulados y que es-tán discipulando a otros. Cuando el doctor Jerry Porter visitó el culto de jóvenes, hace pocos años, seleccionó al azar a algunos de ellos y les hizo dos preguntas: ¿Quién te está discipu-lando? y ¿a quién estás discipulando?

Cada uno de ellos, sin vacilar, le dijo el nombre de la persona quién le estaba ayudando a seguir a Jesús y los nombres de varios a quienes ellos

estaban ayudando a conocer y seguir a Jesús.

Hacer discípulos es una manera de vivir de cada creyente. Jesús nos en-comendó perseguir esta misión. No es opcional. ¿Quién lo está discipulando a usted? ¿A quién está usted discipu-lando?

¿Quiénes en su vida lo aman tanto que pudieran morir por usted? ¿Quié-nes oran para que usted cada día sea como Cristo? ¿Quiénes lo aman tanto que no lo dejarán que resbale; le piden cuentas y lo sostienen solidariamente?

¿A quiénes ama tanto que daría su vida por ellos? ¿Por quiénes ora cada día para verlos caminar estrechamente con Jesús? ¿A quiénes ama tanto que priorizaría su tiempo y energía para estar con ellos, su oración es que sean cristianos, les pide cuentas y de hecho, los ama tanto que no dejará que sean carnales?

¿Haría alguna diferencia en nues-tras iglesias si cada uno de los miem-bros nos amáramos lo sufi ciente como para responsabilizarnos unos de otros. Sólo podemos hacerlo de manera efectiva en relaciones de vulnerabili-dad y confi anza. Por eso nos pregunta-mos: “¿Quién le está discipulando a us-ted y a quién está usted discipulando?”

Imagine cómo será la Iglesia del Nazareno alrededor del mundo, cuan-do cada nazareno responda a estas dos preguntas.

Hacer discípulos no

es sólo la misión

de la iglesia, es su

misión, es mi misión

y es nuestra misión.

Woodie J. Stevens Es doctor en Ministerio. De 1985 a 1989 fue presidente general de la JNI. También fue pastor por muchos años y superintendente del distrito de Nuevo México por más de 12 años. Desde noviembre de 2006 es el director global de Ministerios Interna-cionales de Escuela Dominical y Discipu-lado (MEDD). Vive en los Estados Unidos junto a su esposa Cheryl con quien dis-fruta sus dos hijos casados y cinco nietos.

1 El Nuevo Testamento, una traducción por William Barc lay. Westmin i s ter ; John Know Press , Louisville, Kentucky, EUA 1999, p. 113.

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Desde mi tiempo de estudian-te en el Seminario Nazareno Mexicano, empecé a incursio-

nar en las misiones. En 1983 fui parte del equipo de iniciadores de la Sexta Iglesia del Nazareno en Tuxtla Gu-tié- rrez, Chiapas. Dos años después, ayudé a iniciar y establecer la Iglesia del Nazareno en Loma Bonita, Esta-do de México. Al casarme con María Socorro, una mujer que comparte el celo evangelístico, Dios fortaleció mi

pasión de llevar el evangelio a los no alcanzados.

Ya como pastor graduado, junto con mi esposa, regresamos a Tuxtla Gutiérrez donde tuvimos la bendición de ser parte del establecimiento de cuatro nuevas iglesias en la periferia de la ciudad, mientras yo servía como pastor en la Sexta Iglesia del Nazare-no en esa ciudad.

Fue allí, a mediados de 1992 don-de, Dios me dio la visión de ir a lugares

más lejanos con el propósito de plan-tar iglesias en comunidades aún no al-canzadas con el evangelio de santidad. Mientras junto a mi esposa orábamos buscando la voluntad de Dios, compré un mapa del Estado de Chiapas y me puse a estudiar la historia de nuestra iglesia en el sur de México. Pronto me di cuenta que la iglesia había con-centrado sus esfuerzos a lo largo de las carreteras principales. El Señor puso en mi corazón un deseo y en mi mente una estrategia para alcanzar a las personas de los demás pueblos y ciudades. Por lo que inmediatamente realicé una gira de reconocimiento por la rivera del río Grijalva, el más caudaloso de la región, y por la zona sierra conocida por su producción de café de altura del sureste mexicano.

Para fi nales de octubre de 1992, ante los delegados de la asamblea del Distrito Sur, presenté un proyecto personal de plantación de nuevas igle-sias en la región de la Sierra Madre de Chiapas, al cual le llamé Visión 93-2000. El proyecto ya había sido aprobado por

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los líderes distritales y sería sostenido económicamente por 20 patrocinado-res amigos de nuestra familia.

El 3 de noviembre de 1992, mi esposa y yo junto a nuestro hijo Juan Manuel de 6 años y Ruth Keila de 3 años, nos mudamos a vivir en la ciu-dad de La Concordia, Chiapas para iniciar la Iglesia del Nazareno en esa zona. Después de establecernos en el lugar, recorrí las comunidades ale-dañas y comenzamos la labor evan-gelística visitando casa por casa. Nos presentábamos como nuevos vecinos y les ofrecíamos orar por sus nece-sidades. Algunos nos recibían amable-mente y otros nos rechazaban, pero nosotros no nos deteníamos. Pronto el poder del Señor comenzó a mover-se. Las personas comenzaron a llegar a los cultos y a recibir a Cristo como su Salvador y hacerlo el Señor de sus vidas. Recuerdo que una mujer de la

sierra llamada Mercedes Velázquez González estaba muriendo de tuber-culosis. Ella y su esposo eran miem-bros de una iglesia que no les permi-tían usar medicinas. Debido a ello, la hermana Mercedes, llegó a pesar tan sólo 22 kilos y no podía caminar, por lo que la bajaron del cerro en una hamaca. Un médico nazareno, recién convertido, le diagnosticó tubercu-losis en grado muy avanzado. Hubo noches que parecía que agonizaba. El médico la atendió durante ocho

JORNADA MÉDICA

meses, mientras ella y su familia vi-vieron en nuestra casa. Este hecho fue una g ran opor tun idad para que l a naciente iglesia aprendiera en la práctica el poder de la oración y el ayuno, ya que cada semana orábamos a Dios pidiendo un milagro para esta hermana. Al final de ese tiempo, la mu-jer fue sanada milagrosamente y re-gresó caminando por sus propios me-dios a su comunidad en la sierra. Allí, este matrimonio y su hija se hicieron miembros de la Iglesia del Nazareno ayudando a plantar nuestra iglesia en aquel lugar.

Después de un año, el 27 de di-ciembre de 1993, se organizó la Iglesia del Nazareno en La Concordia y se habían abierto cinco misiones más, en igual número de comunidades. Des-pués de esta experiencia, se le agregó al proyecto misionero el énfasis de plantar una iglesia por año.

Al principio, el trabajo misionero descansaba en el ministerio personal. Yo dedicaba un día de la semana para visitar las misiones en cada una de las cinco comunidades, hacer evangelis-mo personal y discipular a los nue-vos convertidos. Pero a medida que fui conociendo nuevos campos y es-tableciendo nuevas misiones, se hizo necesario empezar a orar por más obreros, además de buscar una for-ma de capacitarlos. A ese programa de entrenamiento elemental le llamé

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PRIMER TEMPLO CONSTRUIDO EN EL DISTRITO

GRUPOS DE TRABAJO Y TESTIMONIO HACIENDO JORNADAS MÉDICAS

proyecto misionero Visión 93-2000, se convertía en un nuevo distrito fase uno, llamado Distrito Sierra Ma-dre de Chiapas. El cual contaba con 10 iglesias, tres misiones y 348 miembros.

En el año 2006 Dios nos permitió desarrollar una nueva estrategia misionera a la que llamamos Proyecto Pablo. Se trata de un evento misionero de tres semanas de duración en el que se invita a participar a jóvenes con de-seo de aventura misionera, a que vivan por 21 días en la comunidad que se toma como objetivo para plantar una nueva iglesia. Allí son capacitados al estilo de Pablo y la iglesia del libro de los Hechos. Se envían de dos en dos a su comunidad de trabajo. Con el apo-yo de las iglesias de la zona, se usan las estrategias de Máxima Misión, jornada médica y película Jesús, entre otras. Se discípula a los nuevos convertidos de manera intensiva, y al fi nal del trabajo los misioneros entregan la nueva misión a un plantador de la iglesia madre quien continuará con el trabajo. Esto nos ha ayudado a descubrir nuevos líderes y ha plantar iglesias nuevas en comuni-dades donde no había iglesias.

Desde que fuimos organizados como Distrito Sierra Madre de Chia-pas, Dios ha permitido que cada año se planten y organicen nuevas igle-sias en las comunidades aledañas a la cuenca del río Grijalva y a las monta-ñas de la Sierra Madre occidental. En la actualidad, el distrito cuenta con 23 iglesias, 12 misiones, 12 nuevos cam-pos abiertos y un poco más de 800 miembros, aunque más de 1,300 per-sonas son las que cada semana asisten a la escuela dominical para aprender de la Biblia y adorar a Dios.

Estamos consientes de que la mano de Dios ha estado con nosotros desde el principio. Él nos ha guiando, nos ha sostenido y capacitando para este ministerio que, por su gracia y misericordia, ha dado fruto en vidas transformadas. ¡A Él sea la gloria!

Escuela de Timoteos, el cual nos daría, años después, alumnos para el Seminario Nazareno Mexicano.

Defi nitivamente, el avance del reino de Dios requiere de un es-fuerzo conjunto. De ahí que en múl-tiples oportunidades hemos recibi-do el apoyo de grupos de Trabajo y Testimonio de los Estados Unidos y de México quienes construyeron los templos de las nuevas iglesias. Por otro lado, es de destacar el apoyo de Ministerios Nazarenos de Com-pasión, especialmente a través de jornadas médicas de un fi n de sema-na. Dios ha usado este método para

Manuel Molina Flores Es oriundo de El Salvador y na-cionalizado mexicano. Es bachiller en teología del Semi-nario Nazareno Mexicano. Tiene más de 25 años de expe-riencia en la plantación de iglesias, la pastoral, el desarrollo de líderes y pastores. Junto a su esposa María del Socorro Gutiérrez procrearon un hijo, Juan Manuel y una hija, Ruth Keila. Actualmente es su-perintendente del Distrito Sierra de Chia-pas, México. E-mail: [email protected]

crear confi anza y tender puentes en comunidades resistentes al evangelio.

Para el año 1998, llegó la película Jesús a la zona de la Sierra de Chiapas, y ello nos dio un gran impulso en la presentación del evangelio, ya que a partir de entonces se hizo en forma masiva en las calles y las plazas de las comunidades, dando como resultado nuevos campos abiertos.

En la asamblea del Distrito Sur de México, celebrada en la ciudad de Villafl ores, Chiapas, el 19 de sep-tiembre de 1999, el superinten-dente general, Dr. Jerry D. Porter dio la declaración ofi cial de que el

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Respuesta: La respuesta es un categó-rico y enfático sí. La Palabra de Dios nos revela que Dios busca “adora-dores en espíritu y en verdad” (Juan 4:23). Adoradores de corazón de todas las edades, desde niños hasta adultos mayores.

En mis años de juventud escuché decir, en más de una ocasión, que los jóvenes no podían ser fi eles a Dios (no podían ser santos) aunque sí po-dían servirle, como si el servicio no demandara pureza de corazón e in-tegridad de vida. Al respecto, dice el salmista: “El que ande en el camino de la perfección, éste me servirá” (Salmo 101:6b); o como si su consagración y amor a Dios dependiera de su edad biológica y no de tener un corazón liberado, transformado y capacitado para vivir en santidad. Pablo, dice al respecto: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí to-das son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17).

El salmista David pregunta: “¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo?, y responde, el limpio de manos y puro de corazón” (Salmo 24:3-4a). Nueva-mente el énfasis es en el corazón y en las acciones, en nuestra intimidad personal con Dios y en el servicio a Él, y no en la etapa de la vida que es-tamos viviendo.

Sin embargo, algunas personas de la actualidad, como en los tiempos del apóstol Pablo, dudan sobre el sen-tir del corazón juvenil hacia su Rey y Señor. Con mucha razón el apóstol animaba al joven Timoteo a no dar

crédito a aquellos que dudaban de su fi delidad a Dios por ser joven; al contrario, lo estimula a ser ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza (1 Timoteo 4:12). De esa manera, podemos decir que Pablo defi ne la santidad de vida con las cualidades externas de la pa-labra y la conducta; y con amor, fe y pureza las internas del corazón. Pero en ningún momento Pablo sugiere edad biológica alguna para alcanzar la santidad. En su lugar, por medio de compartir su ministerio con dife-rentes jóvenes como Timoteo, Tito, Tíquico y Marcos, entre otros, nos muestra que él tenía plena seguridad que la santidad es posible vivirla en todas las edades. La vida de Pablo y sus escritos, así como muchos otros pasajes de la Palabra de Dios nos ayu-dan a entender que la santidad jamás depende de una edad física sino de la disposición interna de cada persona.En Génesis 39:7-9 y 12 encontramos dos momentos en la vida de un joven de alrededor de 20 años que eviden-cian todo lo dicho hasta el momento. José, teniendo una posición de poder en la casa de su amo, decidió ser san-to delante de Dios y honrarlo con su vida.

Definitivamente, los jóvenes sí pueden vivir en santidad. No porque sea propio de su edad o facíl hacer-lo, sino porque la santidad no es una cuestión de edad.

Pregunta: ¿Pueden los jóvenes vivir en santidad?

Pedro Sensente Es presbítero de la Iglesia del Nazareno y pastor por más de 25 años. Oriundo de El Salvador, ac-tualmente es pastor de la Iglesia del Nazareno Vida Abun-dante, en la ciudad de Guatemala, donde vive junto a su esposa Vilma Inés, su hijo Pedro Daniel y sus hijas, Natalia y Vilma Saraí.

Si tiene alguna pregunta acerca de la santidad, por favor escriba a la siguiente dirección:[email protected]

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Jesús nos dio un mandato a toda la iglesia: Ir y hacer discípulos (Mateo 28:19). Ese es hoy el plan de Dios

para la iglesia. Cuando Jesús habló de hacer discípulos, no sólo se refería a ser un mentor o impartir lecciones a nuevos creyentes. Él tenía la intención de que nosotros desarrolláramos en nuestros días una iglesia efectiva con miembros que pudieran servirle y es-tar involucrados en el desarrollo de la misma. Creo que Dios planifi có para todos nosotros ser discípulos, por lo tanto nuestra responsabilidad es ha-cer discípulos.

Mientras nos enfocamos en ha-cer discípulos, una de las cosas que he enfatizado en este último año, es que primero que todo debemos hacer el trabajo de evangelismo para tener personas a quienes podamos hacer discípulos. Es allí, ciertamente, en el preevangelismo, donde oramos por la gente para que el Espíritu Santo los haga receptivos y sensibles a la presentación del evangelio. Una de las cosas que debemos tener en mente en la iglesia, es que nuestra respon-sabilidad no sólo es hacer iglesia, sino que también deber íamos estar

involucrados en el plan completo de Dios de alcanzar para Cristo a cuan-ta gente nos sea posible. La Biblia nos dice que Dios desea que nadie perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Eso debe estar siempre en nuestra mente mientras planeamos nuestra estrategia, mien-tras planeamos nuestros servicios y mientras motivamos a la iglesia para que se involucre en el plan de Dios de alcanzar a otros. Este es el deseo de Dios para cada uno de nosotros, que estemos involucrados en ser sus testigos (Hechos 1:8), estar involu-crados en traer a los perdidos a que conozcan a Jesucristo.

Hacer un discipulado efectivo in-cluye un plan de la “A” a la “Z”. En un sentido todos continuamos siendo formados como discípulos a la imagen de Cristo y en otro sentido todos te-nemos la responsabilidad de trabajar con la gente y ayudarla a llegar a ser discípulos a la imagen de Cristo.Yo llegué a ser creyente a la edad de 21 años. El Santo Espíritu de Dios me santifi có cuando tenía 23 años. He es-tado caminando con el Señor todos estos años y creo que todavía estoy

siendo hecho discípulo a la imagen de Cristo. Aunque Él me ha salvado, santifi cado y ha limpiado mi corazón de todo pecado y aunque he sido un efectivo evangelista y he discipulado a mucha gente, Dios todavía no ha fi na-lizado conmigo. Cada día es un día de crecimiento, un día de acercamiento más con Cristo, un día de esforzarme por ser como Él, un día de vivir una vida santifi cada a la imagen de Él.

Así que, hacer discípulos es toda la vida viviendo y aprendiendo. Es toda la vida de amar a Dios con todo nues-tro corazón y crecer en ese amor.¿Puede este amor crecer en usted?, ¿puede usted llegar a ser el gran dis-cípulo a la imagen de Cristo que Dios quiere que sea? y ¿puede usarlo para alcanzar a los perdidos del mundo y a aquellos alrededor de usted que ya conocen a Cristo, para que sean dis-cípulos a la imagen de Él? ¿Puede ser este el año más grande que ha tenido viviendo para Cristo y amándolo?

Louie E. Bustle Es un líder de reconocida experiencia y ha servido en diversos minis-terios. Actualmente es Director de Misión Global en la Iglesia del Nazareno. Vive en los Estados Unidos junto a su esposa Ellen.

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La familia es generalmente considera-da como la unidad básica de la sociedad. Si representáramos a la sociedad en la fi gura de un árbol, la familia sería su raíz más pro-funda. Desde esa perspectiva, todas las es-tructuras sociales de los pueblos se nutren e interactúan con esa misma raíz. La familia intercambia e infl uye en la sociedad, pero la sociedad también afecta en los procesos formativos de la familia. Desde luego, la iglesia como parte de toda esa comunidad social no es la excepción.

La psicología cristiana sugiere que la condición particular de una iglesia es el refl ejo del carácter de las familias que la componen. En consecuencia, mucha de la problemática que hoy vive la iglesia nace en el seno de las familias que la compo-nen. Cuando hablamos de iglesia casera nos referimos a cada una de esas familias que con la estructura y el parámetro bí-blico defi nen e infl uyen en el carácter de la congregación, el cual eventualmente im-pactará las nuevas familias que se añadan a la misma. Por tanto, para que la iglesia sea una entidad efectiva y poderosa en la Gran Comisión, debemos comenzar a reestruc-turar el ministerio de la iglesia desde una visión sanadora e integradora de la familia. Debemos desarrollar el verdadero disci-pulado desde las casas. Debemos levantar la iglesia local desde la iglesia casera.

Podemos identifi car dos causas prin-cipales por las que actualmente la familia y la iglesia enfrentan tantas difi cultades, dis-funciones y desequilibrios. La primera es no reconocer la existencia de esta interac-ción. No reconocerla nos lleva a cometer errores en esa interrelación. La segunda, es limitar la interacción entre la familia y la iglesia, como comunidad, únicamente al aspecto espiritual. La iglesia es un ente social, por tanto, esta interacción debe considerar también el aspecto intelectual, relacional y físico de la vida.

Hechos 2:42-47 nos ofrece lo que lla-mo “el modelo apostólico de la iglesia y la familia”, donde se destaca a la familia como el lugar para desarrollar un discipulado efectivo. El versículo 46 nos indica que los cristianos de la primera iglesia persevera-ban unánimes cada día en el templo, pero también indica que comían juntos y socia-lizaban en las casas. El versículo 42, por su parte, nos presenta lo que compartían en esa interacción.

Por años, hemos insistido en modelos de discipulado donde la familia debe venir a la iglesia; sin embargo, es la iglesia la que debe ir a la familia.Sin embargo, la iglesia debe ir a la familia. La iglesia necesita ha-cer llegar a la raíz de la sociedad, la familia, los valores del Reino. Necesitamos que la familia comience a dar lo que la sociedad necesita. Pero la familia no puede dar lo que no tiene. Es ahí donde interviene la iglesia. Ahí está nuestro primer ministerio. Haremos discípulos en las naciones si pri-mero hacemos discípulos en la familia.

Haciendo discípulosen la iglesia casera

Elvin Heredia Es pastor en la Iglesia del Nazareno en Gu-rabo, Puerto Rico. Posee una Maestría en Psicología y Con-sejería Clínica Cristiana. Es consejero clínico en el Centro de Consejería y Terapia Familiar en Toa Baja, Puerto Rico. Es profesor asociado del Seminario Naza-reno de las Américas en Costa Rica. Vive en Puerto Rico con su esposa Carmencita, y sus hijas: Jane Marie y Ana Cristina. E-mail: [email protected]

de Consejería y Terapia Familiar en Toa Baja, Puerto Rico.

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sauces de nuestra nación, pero la pa-sión por los perdidos y la encomien-da de hacer discípulos no se lo permi-tieron. El año 1985 marcó un antes y un después en nuestra iglesia, los casi 500 nazarenos que asistían a los 17 templos se fueron multiplicando de día en día. “Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser sal-vos” (Hechos 2:47b). Y los cristianos llamados “incultos” empezaron a ga-nar y a discipular a los “cultos”, con-virtiéndolos en seguidores de Cristo comprometidos con la tarea de hacer Discípulos. Estadísticamente, (aunque no nos satisface), si nos anima lo que hemos alcanzado hasta hoy.

En octubre y noviembre de 2010 pude visitar las 70 iglesias del distrito, varias misiones y puntos de predica-ciones según las oportunidades. Ver lo que han logrado hacer nuestros pas-tores y líderes laicos con la ayuda del Señor en la extensión de la obra, a pesar de las limitaciones, es maravi-lloso y desafiante. En nuestra próxi-ma asamblea distrital informaremos otras dos iglesias, más de 20 misiones tipo iglesia y cerca de 300 puntos de predicación.

La estrategia ha tenido que ver más con el testimonio profético, la predicación del evangelio a nuestro pueblo sacrificado y llegar a él en sus necesidades básicas, incluyendo su necesidad de Dios, lo cual ha sido nuestra prioridad. Aunque no tene-mos acceso a ninguno de los medios de comunicación masiva, ni a luga-res públicos para celebrar campañas evangelísticas donde podamos alcan-zar multitudes, sí tenemos las puer-tas de las casas, los hospitales, aún las funerarias; estos lugares son campos blancos, donde alcanzamos a los per-didos. Nos esforzamos en llegar a cada comunidad, ganando aunque sea uno para Cristo, estableciéndolo en el compañerismo cristiano y hacién-dolo discípulo a la semejanza de Cris-to. Iniciamos puntos de predicación

En la “Tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto”, se-gún el gran almirante Cristóbal

Colón, existe un pueblo llamado na-zareno, que como una pequeña luz en las tinieblas, por más de 64 años inin-terrumpidos ha disipado esas tinie-blas en su labor de hacer discípulos a la semejanza de Cristo.

Fue a finales de los años 80 que empezamos a experimentar un creci-miento cuantitativo en nuestra iglesia. Los primeros nazarenos habían abra-zado los pilares fundamentales de la denominación y por la gracia de Dios subsistieron como fiel remanente, aunque en muchos momentos fueron tentados a colgar sus arpas sobre los

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que generalmente comienzan como casas de oración y estudio bíblico, lo cual nos ha dado muchos resultados. Damos seria atención a estos puntos para que se conviertan en misiones y esas a su vez lleguen a ser iglesias organizadas con más de 25 miembros activos. Es de reconocer el denuedo de nuestros miembros a la hora de compartir su testimonio personal donde quiera que se encuentran, con-tando con sencillez y valor las maravi-llas que Cristo ha hecho en sus vidas.

En nuestra labor de hacer discí-pulos los obstáculos son incontables como en todas partes, pero hemos tenido que enfrentarnos a los ries-gos y dificultades para superarlos. Los años entre 1959 y 1986 fueron extre-madamente difíciles, casi deteniendo el crecimiento cuantitativo de la igle-sia. Experimentamos una revolución social, que provocó una gran confu-sión espiritual. Los conceptos marxis-ta-leninista y la actitud hacia la iglesia, hizo menguar la fe de mucha gente, de manera que emigraban en masa tanto del país como de las iglesias. La insensibilidad de estos años, la emi-gración continua, la caída del campo socialista, y la crisis económica, políti-ca y social que atravesó nuestro pue-blo en el llamado "período especial" anunciaron la desaparición no sólo de la misión de la iglesia, sino el fin de la misma. Pero en cada una de estas batallas la acción de Dios se ha hecho visible, despertando nuestro talento creador y dándonos el denuedo de Hechos 4:29, para cumplir la misión que Dios nos ha encomendado en nuestra nación.

El ejemplo de los que quedaron firmes y sin temor a nada ha sido la inspiración de los nazarenos de hoy, que nos esforzamos por cumplir ca-balmente la praxis de lo que creemos y del legado que recibimos, pues ellos enfrentaron con valor y fe la discri-minación y asedio que caracterizaron a esos años, gestando una iglesia que

PASTORES AÑO 2006

ASAMBLEA DE DISTRITO AÑO 2006

IGLESIA DEL NAZARENO EN HOLGUÍN AÑO 2010

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TESTIMONIO IDALMIS FERNÁNDEZ

Los inicios y el transitar de nues-tra iglesia en Cuba, tienen las huellas de hombres y mujeres

que no descuidaron nunca el llamado de Dios de ...id, y haced discípulos... (Mateo 28:19). Ellos supieron enfren-tar las difi cultades para cumplir esta misión y lograron hacerla. Muchos de ellos no están hoy con nosotros, pues han ido ya a la casa del Padre.

Una de las personas más respon-sables en la extensión de nuestra igle-sia en los últimos 20 años es la Rev. Idalmis Fernández, en el oriente de la isla, en la provincia de Holguín.

Ella era una mujer sin Cristo, que estaba dedicada a tiempo completo al espiritismo, una secta muy común en la región oriental de Cuba. Aunque aparentemente tenía solución para sus problemas y los problemas de to-dos los que venían a consultarle, en realidad ni ella misma ni su matrimo-nio y familia tenían paz ni felicidad.

El 14 de febrero de 1988, le predi-caron a Cristo, y aunque no le fue fácil hacerlo, ese mismo día recibió a Jesús en su corazón. Ella empezó a tener en su vida y en la de su familia experien-cias maravillosas que cambiaban su tristeza en alegría y sus tinieblas en luz. Ese mismo año fue bautizada y re-cibió también la entera santifi cación en su vida, recibiendo al mismo tiem-po un deseo ardiente de predicar el evangelio a los perdidos, testifi cando

a otros lo que Dios hizo en su vida.Para el año 1990 ya había iniciado va-rios puntos de predicación en su mis-ma localidad, en los que se reunía se-manalmente para una clase o estudio bíblico. Así llegó a establecer más de 22 puntos de predicación, de estos, 14 llegaron a convertirse en misiones y hoy son iglesias organizadas con membresía, hasta de 140 personas algunas de ellas. Ocho de estas igle-sias ya han organizado otra iglesia hija como mínimo.

La reverenda Fernández siguió avanzando en la obra misionera y lo-gró establecer contactos en dos pro-vincias cercanas a la de ella: Granma y Santiago de Cuba. Con mayores di-fi cultades para llegar a estas provin-cias y con sostenimiento propio logró mantener los contactos y animó, apo-yó y asesoró a otros obreros locales para que se responsabilizaran por el trabajo misionero en esas provincias, donde no había ninguna Iglesia del Nazareno. Hoy, por la gracia de Dios y por la pasión de una mujer por ir y haced discípulos, tenemos seis iglesias y cuatro misiones tipo iglesias en esas provincias.

Dios usó poderosamente a esta mujer en la extensión de la iglesia en el oriente, logrando así que de una sola iglesia existente en Holguín en 1990, hoy tengamos 25 en esa zona.La reverenda Fernández también fue pastora por varios años. Actualmen-te está jubilada, pero sigue apoyando las nuevas misiones, además de ser maestra de Escuela Dominical y rea-lizar trabajos de capellanía carcelaria. Vive en Holguín con su esposo, hija y una nieta.

Leonel J. López Ortíz Es licenciado en Estudios Bíblicos y Teológicos y tiene una maestría en Ciencias de La Re-ligión, Misión de La Iglesia. Cuenta con vasta experiencia en la enseñanza y crecimiento de la iglesia. Actualmente es el superintendente de Cuba. Vive en La Ha-bana junto a su esposa Migdalis y sus dos hijos: Leoneldy y Leomelky de 14 y 13 años respectivamente. E-mail: [email protected]

en la enseñanza y crecimiento de la iglesia. Actualmente es

aún vive y está activa hoy más que antes, aunque lógicamente no está exenta de obstáculos y limitaciones constantes.

Nuestros templos son 20 sola-mente, porque no se permiten nue-vas construcciones, sólo está permi-tido reconstruir los viejos templos; pero tenemos casas, garajes, salones, terrazas, etc, propiedad de nuestros miembros, donde con un permiso temporal del gobierno, podemos ce-lebrar nuestros cultos, con una canti-dad limitada de personas y horarios regulados sin exceder tres días a la semana. Cada congregación tiene un pastor graduado, esto es también un requerimiento del gobierno, no bivo-cacional. Así se reúnen para adorar nuestras 90 iglesias y misiones.

Dios nos ha acompañado siem-pre confi rmando con su interven-ción divina la obra que realizamos. Entre tantos milagros y maravillas, no podemos olvidar aquel 1966 cuan-do las autoridades gubernamenta-les intervinieron nuestro Seminario, alegando que lo necesitaban para una unidad militar porque los 12 in-muebles existentes tenían todas las condiciones necesarias para ese fi n. A cambio, nos dieron una fi nca más pequeña con una sola casa. Usaron 36 camiones del ejército para trasladar los muebles y otras propiedades, las que eran volteadas bajos los árboles y a la intemperie. Nadie entendía lo que estaba pasando, hasta que un año después, el Río la Chorrera, cercano al antiguo Seminario, desvió su cau-ce uniéndose a otro gran embalse cercano y arrasaron completamente los 12 edifi cios, quedando totalmente inhabitado el lugar hasta el día de hoy. En la actualidad nuestro Seminario existe y ha logrado graduar hasta 160 estudiantes en una sola graduación de sus cuatro programas. Desde ese día creemos que Dios nos sacó a tiem-po de aquel lugar, entendiendo mejor Romanos 8:28.

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Alentadores reportes indi-can que, en varias partes del mundo, luego de períodos di-

fíciles de estancamiento o descenso, el número de cristianos interesados en llegar a ser discipuladores está en aumento. Nos emocionamos por las enormes posibilidades y apelamos, no sólo por un número mayor de discipuladores, sino también por una mayor entrega y dedicación de parte de aquellos que se han dado cuen-ta de la importancia de desempeñar este papel y de la oportunidad dada para estar sinceramente comprome-tidos en la gran comisión.

El discipulado no se desarrolla sin una comunicación apropiada en-tre el maestro y el alumno. Muchas veces, a esta necesidad de mejorar la comunicación no le damos la mejor atención. Los esfuerzos por com-prender el lenguaje puede mejorar la comunicación, pero hay más que solamente lo referente al lengua-je. La actitud de aprendizaje es muy

importante y es requisito tanto para el discípulo como para el discipulador.

Muchas veces pensamos que para promover la confi anza en la relación de discipulado, debemos ali-mentar una forma de comunicación que ayude a los discípulos a saber lo que pensamos que ellos necesitan saber. Ciertamente los discípulos ne-cesitan oír con el fi n de saber, con-fi rmando a través del proceso su su-posición de que su comprensión en asuntos vitales es pequeña compara-da con la de sus maestros. Pero si esa fue la razón principal por la que ellos decidieron entrar en esa relación, la pregunta sería: ¿Por qué no optaron por aprender a distancia o escuchar otras formas de predicación y ense-ñanza que hoy día están disponibles con muchos signifi cados en el “pro-liferante” mundo de la tecnología?

El discipulado es una tarea que requiere relación personal entre el discipulador y el discípulo, una relación que requiere de una escucha

activa. ¿Qué signifi ca escuchar en el dis-cipulado? ¿Quién necesita escuchar?

Algunas de las palabras más hala-gadoras usadas hoy en la iglesia, ex-presan la satisfacción que una bue-na escucha puede dar. Es fácil darse cuenta que la gente disfruta siendo escuchada, aún cuando la escucha está haciéndose sin promesa de ayu-da. Saber que lo que uno tiene que decir es sufi cientemente importan-te para que los otros den su tiem-po y atención, promueve una plática afi rmante y alentadora. Un discípu-lo necesita afi rmación y aliento. Su motivación para continuar en una relación modeladora crece median-te darse cuenta que el discipulador escucha y no solamente es capaz de enseñar, sino también de aprender.

Es importante darse cuenta que el buen maestro no basa la enseñan-za en percepciones solamente. Una de las mejores formas de evitar caer en la infl uencia de la percepción es ser capaz de hacer preguntas que ha-gan al alumno mostrar, con confi an-za, lo que le hace falta. La confi anza se va desarrollando con el tiempo, cuando las expresiones amenazantes se disipan y la seguridad se va asen-tando. El compromiso de escuchar activamente lo hace posible.

Si usted es un discipulador com-petente, sabe que el estar compro-metido en una escucha activa da sus frutos. Si desea saber cuáles son los frutos de una cosecha gratifi cante de discipulado, empiece por escuchar más que cualquier otra cosa que us-ted pueda y esté en disposición de hacer.

Eugénio Duarte Nació en Cabo Verde, aceptó al Señor a los 12 años y poco tiempo después recibió el llamado a predicar. Sirvió como maestro, director de seminario, pas-tor, superintendente de distrito, coordinador de estrategia y director regional en África. Desde junio de 2009 es uno de los seis superintendentes generales en la Iglesia del Naz-areno. Vive en Kansas City, Estados Unidos junto a su espo-sa, María Teresa. Tienen tres hijos, Sergio, Francisco y Ricardo, y dos nietos, Gabriel y Ben Amar. E-mail: [email protected] Facebook:http://www.facebook.com/NazareneBGS

areno. Vive en Kansas City, Estados Unidos junto a su espo-

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Hasta el año 2002 Guinea Ecuatorial era el último país del mundo de habla hispa-

na en el que no teníamos presencia. Con el establecimiento de la igle-sia en dicho país hemos derribado la última frontera española. Ahora, por la misericordia de Dios, conta-mos con presencia nazarena en cada uno de los 24 países en donde se habla español alrededor del mundo.

Lo primero que hicimos al llegar a Guinea Ecuatorial fue recorrer los barrios y los poblados tratando de conocer y comprender el contexto en donde íbamos a servir. Gracias a Dios, contábamos con el equipo de la película Jesús que fue la punta de

lanza para iniciar la obra aquí. En cada proyección muchas personas recibían a Jesucristo como su Salvador perso-nal, eran sanadas y liberadas de la es-clavitud de la brujería y de los vicios.

El evangelio que sólo quiere “sal-var almas” no es fiel al evangelio de Jesucristo quien “…anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimi-dos por el diablo…” (Hechos 10:38); por ello, desde el comiendo desarro-llamos una misión integral practican-do un evangelismo de compasión.

A través de Ministerios Nazare-nos de Compasión (MNC), el Colegio cristiano “Del Nazareno” cuenta con más de 500 alumnos, de los cuales 150 son apadrinados por el Programa de

Desarrollo del Niño “Nueva Gene-ración” que ministra a los infantes en las áreas: Espiritual, social, afectiva y física. “Muchas manos, un corazón por una Guinea mejor” es otro porgrama que nuclea a los jóvenes en tareas voluntarias como limpiar hospitales, pintar edificios públicos, construir puentes en zonas pantanosas, entre otras actividades para que alumbre nuestra luz delante de los hom-bres, para que vean nuestras buenas obras, y glorifiquen a nuestro Padre que está en los cielos (Mateo 5:16).

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Nuestra fi losofía de trabajo es “Cada uno gana uno, cada iglesia planta otra iglesia y cada pastor en-trena otro pastor”. En el primer año, Dios nos bendijo con dos congre-gaciones, una de las cuales nació en nuestra casa. En seis años de traba-jo contamos con cuatro iglesias y una membresía de 320 personas. En este t i empo estamos expan-diéndonos hacia el interior del país y tenemos ocho familias pastorales. Todo este tiempo ha sido un traba-jo de preparar la plataforma de des-pegue hacia los mayores resultados que veremos en los próximos años.

Enfatizamos el discipulado y gra-c ias a Dios muchos de los que recibieron los primeros discipulados hoy están discipulando a otros. Los primeros materiales que utilizamos fueron las ocho lecciones inicia-les para recién convertidos llama-da “Que me ha sucedido” y “Bases para el crecimiento cristiano” entre otros. Hemos iniciado un progra-ma de educación teológica para la formación de los pastores y líderes.

Unos de los mayores obstáculos que encontramos en nuestro minis-terio es el sincretismo, la mezcla de creencias. En medio de todo, vemos que la juventud está más dispuesta al cambio, por ello, desde el comienzo redoblamos nuestros esfuerzos en esta área de la población. Al principio nuestras congregaciones eran mayor-mente compuesta por jóvenes; al paso de los años muchos de ellos se han casado, han obtenido títulos profesio-nales y han formado familias cristianas.

Otro obstáculo que encontramos es la falta de literatura en español. Al ser el único país de habla hispana en toda África no tenemos recursos y materiales para seguir la tarea de discipulado y para la formación teo-lógica de los llamados al ministerio.

Un milagro digno de mencionar es la conversión de Desiderio Abe-na, quien estaba en una situación de desesperanza, y estaba por hacer un pacto satánico para poder tener un poco de fe l i c idad . Una noche ,

TESTIMONIO DANIEL NCUNA

Nací en un hogar mediana-mente cristiano. Recibí a Cristo como mi Señor y Sal-

vador cuando tenía 14 ó 15 años de edad. Mi relación con Dios se ca-racterizaba de muchos altibajos, hasta que se debilitó mi fe.

Conocí a la familia Martínez, mi-sioneros en Guinea Ecuatorial, por medio de mi hermano mayor quien les invitó a nuestra casa para compar-t i rnos l a Pa labra de Dios . Re-cuerdo el mensaje que el pastor Mar-tínez predicó en aquella mañana. Esa palabra llegó justo a tiempo a mi vida. Yo pasaba por momentos de mucha incertidumbre. No pasé al altar públi-camente, tuve un encuentro reconci-liador con Cristo desde mi banco.

Después de esto, recibí el lla-mado de Dios al pastorado. El pas-tor comenzó a guiarme a través de muchas enseñanzas y consejería. Me dio la oportunidad de acompañarle en todo lo que él hacía en la iglesia.

Tres años después, mi esposa y yo asumimos el primer pastorado. Dios empezó a obrar de manera maravi-llosa en la iglesia. El trabajo empezó a crecer. Había muy poca oportunidad para que los pastores Mario e Irma Martrínez, pudieran seguir impartién-donos clases ministeriales y teológi-cas como lo venían haciendo. Tenían muchas obligaciones que cumplir. En unas de las conversaciones que siem-pre teníamos, él nos comentó acerca de la posibilidad de viajar a Argentina para recibir la formación ministerial necesaria en el Seminario Nazareno de Buenos Aires. Reconozco que al principio la idea sonaba medio desca-bellada pero mi esposa y yo siempre tuvimos la predisposición de hacer las cosas del Señor con excelencia. La pregunta que yo le hice al pastor era cómo íbamos a conseguir el dinero para un proyecto tan grande como ese. Su respuesta siempre fue, “em-prende grandes proyectos con el Se-ñor y sueña a lo grande con el Señor”.Hace poco tiempo, ya nos hemos gra-duado y puedo testifi car claramente que Dios fue fi el para con nosotros. Proveyó para todas nuestras nece-sidades. Estoy seguro de que fue Él quien movió a todos los que colabo-raron para que este proyecto hoy sea una realidad.

Estoy agradecido a Dios porque él me dio el privilegio de ser parte de los que pregonan el mensaje de esperanza.

Mario Alberto Martínez Tiene una Maestría en Teología y cuenta con vasta experiencia en el pastorado, liderazdo y educación teológica en Ar-gentina. Mario es oriundo de Paraguay y junto a su esposa Irma de Argentina, son misioneros globales de la Iglesia del Nazareno y sirven en Guinea Ecuatorial, África Central en la plantación de iglesias y desarrollo de líderes y pastores. Tienen una hija de 14 años que se llama Yesica.

cuando iba a buscar a una prima quien le llevaría con un brujo, pasó y vio la película Jesús. Esa noche re-cibió a Jesucristo como su Salvador personal e inmediatamente entró en el programa de discipulado. Deside-rio quería que su familia que vivía en otro pueblo a unos 150 kilómetros de allí, también viera la película Jesús. Por lo tanto, hicimos los arreglos y fuimos a cumplir el deseo del herma-no Abena. Después de la proyección de la película, muchas personas se

convirtieron, dando origen a la tercera congregación. Un joven impactado por el evangelio, impactó a todo un pueblo.

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El comienzo de la obra no fue sencillo. No conocíamos a los hispanos y no sabíamos donde

buscarlos. No podíamos salir a las ca-lles porque lo único que encontrába-mos era frío y nieve. Además la ley de Estados Unidos no da libertad para ir a tocar puerta por puerta como lo haríamos en Latinoamérica. Por lo que los primeros tres meses de esta-día en Minnesota fueron de conocer el Distrito en compañía del superin-tendente, Dr. Richard Sickels y su es-posa Ronda.

La primera familia hispana que conocimos fue la familia Lima. Rosen-do y Leila son originarios de Cabo Verde en África. Aunque su idioma nativo es el portugués ellos fueron el primer recurso que Dios nos dio para

promedio de 60 hispanos que alaban a Dios en su idioma. El Ministerio de Escuela Dominical y Discipulado (MEDD) ha sido clave para la forma-ción espiritual de los nuevos cristia-nos y el involucramiento de laicos en el servicio a Dios. En el mes de abril de 2007 iniciamos la primera clase de escuela dominical en español. Cony era la maestra y las familias Lima y López los alumnos. Para entonces, cada domingo viajaba a una iglesia diferente del Distrito presentando el ministerio hispano y desafiando a las iglesias a comenzar un ministerio con personas hispanas.

Con la llegada de la primavera ya se pudo salir a las calles e ir a cono-cer la ciudad. Marcos y Saúl comen-zaron a ir a los campos de Fútbol a

trabajar. Luego conocimos a Oscar y Sonia López, originarios de El Salva-dor. Nazarenos de origen, pero al no hallar Iglesia del Nazareno en español en Minnesota estaban congregándose en una denominación hermana. Cuan-do les comunicamos que la Iglesia del Nazareno estaba iniciando obra aquí ellos vinieron a Brooklyn Center para volver a su iglesia. Los López habían estado orando por ocho años para que la Iglesia del Nazareno iniciara obra hispana en Minnesota. Esta fue la buena gente con la que Dios bendijo el inicio de nuestro ministerio en los Estados Unidos.

Dios ha bendecido la obra de la Iglesia del Nazareno. A la fecha la Iglesia del Nazareno de Brooklyn Center congrega cada domingo un

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jugar y hacer amigos para invitarlos a venir a la iglesia.

El primer culto fue el 10 de mayo de 2007, aprovechando la celebración del día de la madre. Hubo cuatro ma-dres invitadas, y allí Dios nos conce-dió la primera persona convertida. María Edith Silva, colombiana. Fue de compras a una tienda hispana donde le entregamos una invitación para ve-nir al culto. Cuando leyó Iglesia del Nazareno recordó que era la iglesia a

la que algunos miembros de su familia asisten en Cali, Colombia. Ella vino al culto y se convirtió en el primer fru-to que Dios nos dio aquí. Los herma-nos Oscar y Sonia López aceptaron el llamado ministerial, y en febrero de 2008, junto a 19 hermanos más de Brooklyn Center se separaron para ir a iniciar la Primera Iglesia del Naza-reno hispana en la ciudad Saint Paul, capital del estado. En marzo de 2009 Saúl Jr. aceptó el llamado de Dios para iniciar una nueva iglesia en la ciudad de Winona, 120 millas al sur de Minneapolis. Es la tercera iglesia y a la fecha se congregan 15 hermanos.

El milagro más impresionante de todos los que han rodeado el surgi-miento de la Iglesia del Nazareno en la parte central del norte de los

Estados Unidos es el de la familia San José. Recuerdo que cuando veníamos para aquí yo oraba “Dios dame líde-res para iniciar la obra”. El Señor me dijo: “Ya llevas dos, pero los otros los tengo allá”. Cuando en Romanos 8:28 leemos que “…a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien…”, no siempre nos damos cuenta qué tan grande es esa promesa. Al mismo tiempo que nos movimos para Min-nesota Dios movió de manera dura a

la familia del pastor Alfredo San José de la ciudad de Guatemala a Dakota del Norte. Un estado y distrito dife-rente y más frío pero que en el año 2009 se unió a Minnesota y Dakota del Sur para conformar el Distrito de los lagos y las praderas. Dios lle-vó allí a la familia San José para ser su instrumento y llevar la Palabra de Dios a los hispanos que han ve-nido a poblar estas lejanas tierras.

Dios nos ha dado la visión de ser los pastores de los hispanos en este distrito. Aunque no sean cristianos saben que pueden venir por ayuda a la Iglesia del Nazareno. Es por ello que nuestra labor desde el principio ha sido posicionar a la iglesia en las ciudades y entre las instituciones del Estado. Estamos involucrados en las

PRIMEROS MINISTROS LATINOS ORDENADOS EN EL DISTRITO

estaciones de policías, inmigración e instituciones de ayuda social para ayudar a los hispanos. La población hispana de esta parte del país no es muy grande, apenas un 3%. Pero son personas necesitadas de Cristo, y nuestra labor para ellos ha sido plantar iglesias donde puedan con-gregarse. No hemos iniciado nuevas iglesias, hemos desafiado a las iglesias estadounidenses a iniciar ministe-rios hispanos, a recibir a los hispanos como miembros de la iglesia y darles la oportunidad de servir juntamente con ellos. En cada iglesia en la que se inicia un ministerio hispano, el líder de la congregación es miembro de la Junta de la iglesia; y en Brooklyn Cen-ter la Junta local está compuesta por estadounidenses e hispanos en igual proporción. De esa manera, hispa-nos y estadounidenses nos estamos uniendo para trabajar, aportar y avan-zar juntos el reino de Dios en esta parte del mundo.

Como estamos trabajando prin-cipalmente con nuevos cristianos consideramos que nuestro principal desafío es la formación de líderes. Desde junio de 2007 iniciamos la es-cuela ministerial ENTE. Se trata del programa ministerial mínimo reque-rido para los pastores en este país. Si queremos tener ministerios e iglesias necesitamos pastores, y estos deben surgir de las iglesias. Actualmente, hay 12 estudiantes en el programa, seis de ellos ya están pastoreando y dos más se integrarán pronto al ministe-rio. Nuestra misión es formar a los líderes que se hagan cargo de estas nuevas congregaciones. Como minis-terio de plantación de iglesia vemos que es clave el trabajo unido con el ministerio de la oración, compasión y evangelización.

Dios ha abierto medios de pre-dicación en emisoras de radios loca-les, periódicos y eventos comunita-rios, sin embargo, ninguno de estos ha sido el factor más importante de crecimiento en esta zona. Lo que mayormente Dios ha utilizado para llegar a las personas ha sido el estar

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Saúl H. Carranza De nacionalidad guatemalteca, es licen-ciado en Teología. Ha servido como pastor y profesor en Costa Rica y Guatemala. También fue el superintendente del Distrito Occidente en su país natal. Actualmenmte es el director de Ministerios Hispanos del Distrito Prairie Lakes y Capellán del De-partamento de Policía de Brooklyn Center en Minnesota, ciudad donde vive junto a su esposa Cony, y sus hijos, Saúl y Marcos. E-mail: [email protected]

LA FAMILIA CARRANZA

Los pastores Saúl y Cony Ca-rranza fueron invitados por la Junta Consultora del Distrito de

Minnesota para iniciar la obra entre la población hispanohablante del nor-te de los Estados Unidos. Cuando se mudaron procedentes de la ciudad de Guatemala, les acompañó solamente su hijo Marcos, entonces de 13 años. Unos meses después se les unió Saúl Jr. el hijo mayor.

Cuando arribaron a Minnesota el 15 de enero de 2007, fueron recibi-dos con nieve y una temperatura de 15° centígrados bajo cero. El superin-tendente de distrito y su esposa los esperaban en el aeropuerto con el equipo de trabajo indispensable aquí: Abrigos, gorras, guantes y botas para nieve.

Cony recuerda que sus mayores temores al venir a Estados Unidos eran “no entender el idioma y la nie-ve”. Pronto se dio cuenta que Dios la iba a hacer enfrentar sus temores. Si bien venían a trabajar con hispanos, la única familia hispana en todo el distri-to la iban a conocer varios meses más tarde. “Aunque se suponía que domi-nábamos un inglés básico, al llegar a Estados Unidos nos dimos cuenta que no era verdad. El inglés de todos los días, los modismos y las bromas

de los minnesotanos aún ahora tene-mos problemas para entenderlos. El choque cultural fue horrible. En se-siones o cultos hacíamos un esfuerzo extra para entender y la cabeza nos dolía, comenzaba a faltarnos el aíre y todo nos daba vueltas. Cuando des-cubrimos un mercado en Minneapolis en el que hablaban español, ir allí era como poder respirar. El que no pasó por eso fue Marcos quien se adaptó muy rápidamente”, comenta el pastor Saúl.

Sin embargo, lo más difícil fue aprender a vivir en temperaturas que a veces llegan a 30° centígrados bajo cero. Acostumbrados a las cálidas temperaturas de Guatemala en Cen-troamérica, sufrían fuertes dolores en los huesos, la cara se congelaba fácil-mente y las manos les dolían horri-blemente. A Marcos y Cony muchas veces les sangraba la nariz por lo seco del ambiente.

Sin embargo, esos desafíos de los primeros meses valieron la pena. Dios ha permitido iniciar un sólido ministerio hispano y ha edifi cado a la familia Carranza de tal modo que en los Estados Unidos Cony fue ordena-da como presbítera; Saúl hijo, aceptó el llamado al ministerio y ha obtenido licencia distrital y Marcos, es líder de alabanza.

allí cuando la gente lo necesita. Esta-mos enseñando que cada nazareno es un agente de bendición y cambio en su familia y entorno, y que cuando alguien necesita amor, comprensión o solamente una mano amiga, puede venir a la Iglesia del Nazareno. Cada mes, por ejemplo tenemos como mí-nimo tres eventos de distribución de comida. Instituciones gubernamenta-les nos proveen comida y nosotros la compartimos con cientos de familias necesitadas. Cada año para la época navideña el ejército a través de los marines nos provee juguetes y más de mil niños hispanos los reciben a través de los ministerios de las Igle-sias del Nazareno.

Actualmente en este distrito hay ocho Iglesias del Nazareno ya sir-viendo a Dios en español y en el año 2011 esperamos iniciar dos más. Hay Iglesias del Nazareno en Minnesota en Saint Paul, Brooklyn Center, Blai-ne, White Bear Lake y Winona. Y en Dakota del Norte en Bismark, James-town, Dawson y Minot. Casi 300 her-manos hispanos se congregan cada domingo en las Iglesias del Nazareno. Pronto estaremos iniciando trabajo en Litchfi eld, Minnesota y Dakota del Sur. La meta del ministerio hispano es que para el año 2018, 30 iglesias hispanas estén trabajando en este distrito. Y no dudamos que Dios lo hará posible y que Él nos guiará para ayudar a cada pastor a encontrar el método de Dios para que su iglesia crezca y se fortalezca.

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