EL MUNDO QUE VIENE FRITJOF CAPRA - INTEF -...

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EL MUNDO. SÁBADO 7 DE DICIEMBRE DE 2013 OTRAS VOCES EL MUNDO QUE VIENE Pasaba por Mallorca Fritjof Capra. Lo lleva haciendo desde hace tres años, para partici- par en el encuentro de Educar para la Vida. A Pollença llegó esta vez con nuevo libro bajo el brazo: Learning from Leonardo. Aprovechó la estancia para indagar en la influencia de Ra- mon Llull, el sabio local, en las pesquisas cien- tíficas del autor de La Gioconda. Pero de eso hablaremos otro día… De momento nos centramos en todo lo que se puede aprender de Da Vinci, reinterpreta- do para el siglo XXI por este científico de 74 años de origen austríaco y afincado en EEUU, donde rompió moldes hace cuatro décadas con El tao de la física, seguido por La trama de la vida, Las conexiones ocultas y otros títu- los que le afianzaron como el pensador sisté- mico por excelencia. Todo ello sin renunciar a su labor como activista del medio ambiente, cofundador del Center for Ecoliteracy en Ber- keley y conferenciante habitual en los encuen- tros de Bioneers. En La ciencia de Leonardo (Anagrama) Capra ya reivindicaba al genio del Renacimiento como el precursor del mé- todo empírico, un siglo antes que Galileo y Newton. Ahora nos invita a bucear a fondo en los escritos y en los dibujos del maestro, y a desvelar esa «visión orgánica y ecológica del mundo» que adquiere una nueva y palpitante luz al cabo de cinco siglos. Pregunta.– ¿Qué nos queda por descu- brir a estas alturas de Leonardo? Respuesta.– Mucho. Yo llevo 30 años estu- diándolo, más de una década indagando en sus manuscritos en toscano, y cada vez me maravillo más y encuentro algo insospechado y nuevo. Del Leonardo artístico se sabe ya mu- cho, pero del Leonardo científico se sabe me- nos. No hemos explorado lo suficiente. En cualquier caso teníamos una visión distorsio- nada de la ciencia de Leonardo, casi siempre examinada con las lentes de Newton o de Ga- lileo, que vinieron un siglo después de él, y a quienes supera sin duda en su visión holística del mundo, más parecida a la que empieza a emerger precisamente ahora. Digamos que Leonardo tuvo la primera visión orgánica y ecológica del mundo hace 500 años. Y eso lo estamos descubriendo en el siglo XXI. P.– ¿No corremos tal vez el riesgo de distor- sionar al auténtico Leonardo con nuestra pro- pia visión del mundo? R.– Pienso que hay un Leonardo para cada época y para cada siglo. Es el valor que tienen los grandes pensadores y los grandes científi- cos. Sus aportaciones a la humanidad tras- cienden a su época y se reinterpretan, a la luz de los nuevos conocimientos. En este sentido, Leonardo era y sigue siendo un auténtico avanzado a su tiempo. Seguramente dentro de un siglo aprenderemos nuevas lecciones de él. P.– ¿Es Leonardo el auténtico precursor de la ciencia moderna? ¿En qué sentido se des- marca de Galileo y Newton? R.– Leonardo fue el primer científico mo- derno. En pleno Renacimiento, rompe con la tradición escolástica y reivindica el método empírico, el valor de la experiencia y de la ob- servación de la naturaleza como vía de cono- cimiento. Pero su ciencia es muy distinta a la visión lineal y mecanicista que luego formula- rían Galileo, Newton o Descartes y que, por desgracia, es la que ha predominado durante los últimos cinco siglos. Para Leonardo, el to- do es algo más que la suma de la partes. Bus- ca afanosamente los patrones, las pautas y las formas que se repiten en la naturaleza. Y des- cubre que todo está interconectado, que lo im- portante no es la materia sino las relaciones. En sin duda el primer pensador sistémico. A los que dividen el mundo en partes o en blo- ques, a los reduccionistas de su tiempo, les lla- maba incluso con desdén «abreviadores». P.– ¿Viviríamos en un mundo muy distinto si se hubiera impuesto su visión científica? R.– Eso mismo me pregunto muchas veces. Por desgracia, su obra científica no trascendió porque él mismo mantuvo ese aura de miste- rio en todo lo que hacía y nunca vio en la cien- cia esa dimensión colectiva que sí tenía el ar- te. Sus legajos estuvieron cubriéndose de pol- vo durante mucho tiempo, aunque esa visión orgánica que él ya tenía ha ido emergiendo como una corriente subterránea en la ciencia en todos estos siglos. Pero la corriente princi- pal ha sido siempre la visión mecanicista, li- neal y antropocéntrica. P.– ¿Cómo surgió su interés por Da Vinci? R.– Leonardo me ha estado rondando des- de que inicié el camino de la Ciencia. A lo largo de más de 30 años lo estudié a distan- cia, hasta que decidí explorar directamente sus manuscritos, aprovechando que hablo italiano y que puedo entender hasta el 80% del toscano en el que escribe Leonardo. Pero el momento eureka, por así decirlo, fue a me- diados de los noventa, en una exposición de sus dibujos en la Queens Gallery del Palacio de Buckingham en Londres. P.– ¿Qué fue lo que vio? R.– Su capacidad de observación como la calidad de sus dibujos, me asombró su empe- ño en poner frente a frente la anatomía y la arquitectura, la física y la mecánica… Lo su- yo fue un estudio sistemático de las forma vi- vas y las no vivas, para encontrar patrones y semejanzas. Él mismo hablaba de esas ana- logías en fragmentos bellísimos, como en el que compara la Tierra con el cuerpo humano: el agua es la sangre, la carne es la tierra, los huesos son los estratos de las rocas, y hasta la subida y la bajada de las mareas se corres- ponde con el pulso del corazón… Leonardo investiga siempre en campos paralelos y esa búsqueda queda muy patente en sus dibujos. Al fin y al cabo era pintor y pensaba de un modo muy visual. Era también una manera muy moderna de pensar, incluso revoluciona- ria para su tiempo. Como buen hombre del Renacimiento, es el primer pensador interdis- ciplinar. Pero su legado va mucho más allá, por eso después de la introducción que fue La ciencia de Leonardo, he decidido dedicarle otro libro de 400 páginas para aprender con él sobre la dinámica de fluidos, sobre el vue- lo de las aves, sobre la anatomía del cuerpo humano, sobre la geología y la botánica… P.– ¿Cuál es su lección primordial? R.– En todos los campos, su objetivo fue fundamentalmente uno: entender la natura- leza. En este sentido, Leonardo es un precur- sor de la ciencia de la vida. Aunque todos sa- bemos que era un genio de la mecánica, su auténtico valor está precisamente en apreciar el mundo como un ser vivo, y no como una máquina. Su visión es mucho más avanzada que el pensamiento mecanicista que se aca- baría imponiéndo con el tiempo. Tras bucear en sus escritos y en sus dibujos he descubier- to en él una gran conciencia ecológica. Sabe- mos que se hizo vegetariano, sabemos que compraba pájaros para liberarlos de las jau- las (y observar de paso su vuelo). Podemos decir que Leonardo fue el primer ecodiseña- dor. En su época no había diseñadores, sino inventores, pero él rompió moldes hasta en eso. Su modelo fue siempre la naturaleza, y sentía una profunda admiración y reverencia por ella. Si podemos extraer una lección pri- mordial es ésa: la sabiduría está en la natura- leza. Hoy existe todo un campo, la biomíme- sis, que estudia la naturaleza como fuente de inspiración para nuevas tecnologías. Eso es lo que hizo en su día Leonardo. P.– ¿Y cómo entroncan las lecciones de Da Vinci con su búsqueda como científico y como pensador, a partir de El Tao de la física? R.– Es curioso, porque Leonardo ya estaba en mi primer manuscrito, que era un libro de divulgación científica sobre la física de las par- tículas. Abandoné ese proyecto para escribir El Tao de la física, en donde reclamaba un «Da Vinci fue el primer ‘ecodiseñador’: la naturaleza, que es la sabiduría, su modelo» El físico austriaco Fritjof Capra, autor del best seller El Tao de la física. / MANOLO VÍLCHEZ «Hay que dejar atrás el crecimiento a base de destruir ecosistemas y emplear renovables» «Es el primer pensador ‘sistémico’. A los reduccionistas los tachaba de ‘abreviadores’» FRITJOF CAPRA LUGAR DE NACIMIENTO: Viena (Austria) / EDAD: 74 años / FORMACIÓN: Doctorado en Física Téorica por la Universidad de Viena. Investigación con Física de las partículas y Teoría sistémica en la Universidad de París y la Universidad de California / OCUPACIÓN: Físico / AFICIONES: El tenis / CREDO: Todo está interconectado CARLOS FRESNEDA / Mallorca Enviado especial

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OTRAS VOCES

EL MUNDO QUE VIENE

Pasaba por Mallorca Fritjof Capra. Lo lleva haciendo desde hace tres años, para partici-par en el encuentro de Educar para la Vida. A Pollença llegó esta vez con nuevo libro bajo el brazo: Learning from Leonardo. Aprovechó la estancia para indagar en la influencia de Ra-mon Llull, el sabio local, en las pesquisas cien-tíficas del autor de La Gioconda. Pero de eso hablaremos otro día…

De momento nos centramos en todo lo que se puede aprender de Da Vinci, reinterpreta-do para el siglo XXI por este científico de 74 años de origen austríaco y afincado en EEUU, donde rompió moldes hace cuatro décadas con El tao de la física, seguido por La trama de la vida, Las conexiones ocultas y otros títu-los que le afianzaron como el pensador sisté-mico por excelencia. Todo ello sin renunciar a su labor como activista del medio ambiente, cofundador del Center for Ecoliteracy en Ber-keley y conferenciante habitual en los encuen-tros de Bioneers. En La ciencia de Leonardo (Anagrama) Capra ya reivindicaba al genio del Renacimiento como el precursor del mé-todo empírico, un siglo antes que Galileo y Newton. Ahora nos invita a bucear a fondo en los escritos y en los dibujos del maestro, y a desvelar esa «visión orgánica y ecológica del mundo» que adquiere una nueva y palpitante luz al cabo de cinco siglos.

Pregunta.– ¿Qué nos queda por descu-brir a estas alturas de Leonardo?

Respuesta.– Mucho. Yo llevo 30 años estu-diándolo, más de una década indagando en sus manuscritos en toscano, y cada vez me maravillo más y encuentro algo insospechado y nuevo. Del Leonardo artístico se sabe ya mu-cho, pero del Leonardo científico se sabe me-nos. No hemos explorado lo suficiente. En cualquier caso teníamos una visión distorsio-nada de la ciencia de Leonardo, casi siempre examinada con las lentes de Newton o de Ga-lileo, que vinieron un siglo después de él, y a quienes supera sin duda en su visión holística del mundo, más parecida a la que empieza a emerger precisamente ahora. Digamos que Leonardo tuvo la primera visión orgánica y ecológica del mundo hace 500 años. Y eso lo estamos descubriendo en el siglo XXI.

P.– ¿No corremos tal vez el riesgo de distor-sionar al auténtico Leonardo con nuestra pro-pia visión del mundo?

R.– Pienso que hay un Leonardo para cada época y para cada siglo. Es el valor que tienen los grandes pensadores y los grandes científi-cos. Sus aportaciones a la humanidad tras-cienden a su época y se reinterpretan, a la luz de los nuevos conocimientos. En este sentido, Leonardo era y sigue siendo un auténtico avanzado a su tiempo. Seguramente dentro de

un siglo aprenderemos nuevas lecciones de él. P.– ¿Es Leonardo el auténtico precursor de

la ciencia moderna? ¿En qué sentido se des-marca de Galileo y Newton?

R.– Leonardo fue el primer científico mo-derno. En pleno Renacimiento, rompe con la tradición escolástica y reivindica el método empírico, el valor de la experiencia y de la ob-servación de la naturaleza como vía de cono-cimiento. Pero su ciencia es muy distinta a la visión lineal y mecanicista que luego formula-rían Galileo, Newton o Descartes y que, por desgracia, es la que ha predominado durante los últimos cinco siglos. Para Leonardo, el to-do es algo más que la suma de la partes. Bus-ca afanosamente los patrones, las pautas y las formas que se repiten en la naturaleza. Y des-cubre que todo está interconectado, que lo im-portante no es la materia sino las relaciones.

En sin duda el primer pensador sistémico. A los que dividen el mundo en partes o en blo-ques, a los reduccionistas de su tiempo, les lla-maba incluso con desdén «abreviadores».

P.– ¿Viviríamos en un mundo muy distinto si se hubiera impuesto su visión científica?

R.– Eso mismo me pregunto muchas veces. Por desgracia, su obra científica no trascendió porque él mismo mantuvo ese aura de miste-rio en todo lo que hacía y nunca vio en la cien-cia esa dimensión colectiva que sí tenía el ar-te. Sus legajos estuvieron cubriéndose de pol-vo durante mucho tiempo, aunque esa visión orgánica que él ya tenía ha ido emergiendo como una corriente subterránea en la ciencia en todos estos siglos. Pero la corriente princi-pal ha sido siempre la visión mecanicista, li-neal y antropocéntrica.

P.– ¿Cómo surgió su interés por Da Vinci? R.– Leonardo me ha estado rondando des-

de que inicié el camino de la Ciencia. A lo largo de más de 30 años lo estudié a distan-cia, hasta que decidí explorar directamente sus manuscritos, aprovechando que hablo italiano y que puedo entender hasta el 80%

del toscano en el que escribe Leonardo. Pero el momento eureka, por así decirlo, fue a me-diados de los noventa, en una exposición de sus dibujos en la Queens Gallery del Palacio de Buckingham en Londres.

P.– ¿Qué fue lo que vio?

R.– Su capacidad de observación como la calidad de sus dibujos, me asombró su empe-ño en poner frente a frente la anatomía y la arquitectura, la física y la mecánica… Lo su-yo fue un estudio sistemático de las forma vi-vas y las no vivas, para encontrar patrones y semejanzas. Él mismo hablaba de esas ana-logías en fragmentos bellísimos, como en el que compara la Tierra con el cuerpo humano: el agua es la sangre, la carne es la tierra, los huesos son los estratos de las rocas, y hasta la subida y la bajada de las mareas se corres-ponde con el pulso del corazón… Leonardo investiga siempre en campos paralelos y esa búsqueda queda muy patente en sus dibujos. Al fin y al cabo era pintor y pensaba de un modo muy visual. Era también una manera muy moderna de pensar, incluso revoluciona-ria para su tiempo. Como buen hombre del Renacimiento, es el primer pensador interdis-ciplinar. Pero su legado va mucho más allá, por eso después de la introducción que fue La ciencia de Leonardo, he decidido dedicarle otro libro de 400 páginas para aprender con él sobre la dinámica de fluidos, sobre el vue-lo de las aves, sobre la anatomía del cuerpo humano, sobre la geología y la botánica…

P.– ¿Cuál es su lección primordial? R.– En todos los campos, su objetivo fue

fundamentalmente uno: entender la natura-leza. En este sentido, Leonardo es un precur-sor de la ciencia de la vida. Aunque todos sa-bemos que era un genio de la mecánica, su auténtico valor está precisamente en apreciar el mundo como un ser vivo, y no como una máquina. Su visión es mucho más avanzada que el pensamiento mecanicista que se aca-baría imponiéndo con el tiempo. Tras bucear en sus escritos y en sus dibujos he descubier-to en él una gran conciencia ecológica. Sabe-mos que se hizo vegetariano, sabemos que compraba pájaros para liberarlos de las jau-las (y observar de paso su vuelo). Podemos decir que Leonardo fue el primer ecodiseña-dor. En su época no había diseñadores, sino inventores, pero él rompió moldes hasta en eso. Su modelo fue siempre la naturaleza, y sentía una profunda admiración y reverencia por ella. Si podemos extraer una lección pri-mordial es ésa: la sabiduría está en la natura-leza. Hoy existe todo un campo, la biomíme-sis, que estudia la naturaleza como fuente de inspiración para nuevas tecnologías. Eso es lo que hizo en su día Leonardo.

P.– ¿Y cómo entroncan las lecciones de Da Vinci con su búsqueda como científico y como pensador, a partir de El Tao de la física?

R.– Es curioso, porque Leonardo ya estaba en mi primer manuscrito, que era un libro de divulgación científica sobre la física de las par-tículas. Abandoné ese proyecto para escribir El Tao de la física, en donde reclamaba un

«Da Vinci fue el primer ‘ecodiseñador’: la naturaleza, que es la sabiduría, su modelo»

El físico austriaco Fritjof Capra, autor del best seller El Tao de la física. / MANOLO VÍLCHEZ

«Hay que dejar atrás el crecimiento a base de destruir ecosistemas y emplear renovables»

«Es el primer pensador ‘sistémico’. A los reduccionistas los tachaba de ‘abreviadores’»

FRITJOF CAPRALUGAR DE NACIMIENTO: Viena (Austria) / EDAD: 74 años / FORMACIÓN: Doctorado en Física Téorica por la Universidad de Viena. Investigación con Física de las partículas y Teoría sistémica en la Universidad de París y la Universidad de California / OCUPACIÓN: Físico / AFICIONES: El tenis / CREDO: Todo está interconectado

CARLOS FRESNEDA / Mallorca Enviado especial

Impreso por Salustiano Fernández Viejo. Prohibida su reproducción.

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OTRAS VOCES

cambio fundamental de percepción en el cam-po al que he dedicado gran parte de mi vida. Pero en el prólogo original había ya una cita de Leonardo sobre el método empírico.

P.– El Tao de la física se convirtió en un clá-sico de los años 70 y sigue circulando de ma-no en mano. ¿Cómo se lo explica?

R.– Fue una sorpresa para mí desde el prin-cipio. Creo que su publicación coincidió con un cambio de percepción en el concepto de la física moderna, que es lo que yo reivindicaba en ese libro hace casi 40 años. De ver el mun-do como una máquina, hemos pasado a verlo como una compleja red. No hay sustancia ma-terial ni bloques sólidos, esos son conceptos newtonianos. Lo que tenemos es una red de relaciones entre procesos, una interacción fun-damental que ocurre constantemente a todos los niveles, hasta en los más elementales.

P.– En La trama de la vida y en las Conexio-nes ocultas usted habla de un «nuevo entendi-miento de los sistemas vivos». ¿Podría explicar a qué se refiere?

R.– Un sistema vivo es mucho más que la suma de sus partes. Es ante todo la relación que se establece entre sus partes. Admitir es-ta complejidad nos lleva a cambiar radical-mente de aproximación en eso que llamamos las «ciencias de la vida». La clave está en las interconexiones y en los procesos. El cambio de paradigma se produce no sólo en la física, sino en otras ciencias como la ecología, la biología o la medicina, aunque es más lento en campos como la economía, que debería dejar atrás esa visión tecnicista y mecanicis-ta del mundo para reconocer que todo está interconectado.

P.– ¿Cómo podemos aplicar sus teorías a la economía?

R.– La crisis económica no se resuelve con esta obsesión por el crecimiento económico,

dejando de lado problemas como la desigual-dad económica o la pobreza. La economía tie-ne que reconocer tarde o temprano que no se puede crecer indefinidamente en un mundo fi-nito. Tenemos que pasar de un crecimiento «cuantitativo», que es el que se mide ahora, a un crecimiento «cualitativo». Yo propongo de-jar atrás el mal crecimiento basado en la pro-ducción ineficiente, en los combustibles fósi-les y en la destrucción de los ecosistemas, por un buen crecimiento que use recursos renova-bles, que fortalezca a las comunidades locales y restaure los ecosistemas.

P.– En otra de sus obras, El Punto Crucial, usted pronosticaba que el cambio de concien-cia estaba a la vuelta de la esquina. Al cabo de 30 años seguimos sin embargo donde estába-mos, atrapados además en la mayor crisis de los últimos 80 años…

R.– Pequé de optimista en su día. Estába-mos a finales de los 80, cayó el muro de Berlín, emergió un líder como Mandela. Creía since-ramente que el cambio era posible. Pero no predije lo que ocurriría en los años 90, que fue la revolución de las tecnologías de la informa-ción. Eso sirvió para alumbrar una nueva for-ma de capitalismo, si acaso más materialista: un paso atrás. Pero a la larga está sirviendo también para crear redes cada vez más tupi-das en la sociedad cívica. Y es cierto, volvemos a estar en otro «punto crucial». Creo que la ocasión de cambio es mayor ahora porque es-tamos mejor organizados.

«La economía debe reconocer que en un mundo finito no se puede crecer indefinidamente»

A la pregunta: «¿Cree usted que una reforma de la Constitución resolvería el problema catalán?», un 83% de los lectores de EL MUNDO considera que no, mientras que son sólo el 17% de los participantes los que piensan que una modificación de la carta magna pondría fin al desafío independentista. El presidente del

Gobierno, Mariano Rajoy, defendió ayer, durante la celebración del 35 aniversario de la Constitución en el Congreso, el «pleno vigor» de ésta y condicionó la reforma a que haya «consenso muy amplio», «los objetivos sean claros» y siempre y cuando «sirva para unir y no para dividir».

La mayoría cree que el problema catalán no finalizará reformando la Constitución

>EN LA RED

El próximo debate ‘En la red’ será el lunes. Podrá usted participar con su voto en la sección de Opinión de elmundo.es. Cada día, de lunes a viernes, EL MUNDO somete a debate y votación los temas más polémicos de la actualidad.

VOTACIÓN FINAL16.993 participantes

SÍ > 17%

NO > 83%

2.912 votos

14.081 votos

AJUBEL

Hasta siempre, Nelson Mandela

Sr. Director: Ciudadanos de todas las partes del mundo recuerdan la labor que hizo Nelson Mandela en la lucha por la justicia y una socie-dad libre. Se trata de un ejemplo de búsqueda continua y feroz por la paz. Su lucha, incluso, le hizo perder 27 años de su vida.

Siempre será un símbolo para todos, sea cual sea nuestro ori-gen: será recordado como el hombre que luchó a contraco-rriente y que finalmente, logró su cometido. Muchos dirigentes le harán homenaje, pero pido que nosotros también guarde-mos un pensamiento para él, y desear que aparezcan otros líde-res con un espíritu de lucha con-tra las injusticias actuales. Núria Minguet. Barcelona.

Madiba y nuestra Constitución Sr. Director: Mandela se fue en la víspera de nuestra de la Democracia. Y yo veo mucha correlación entre la vida de este gran hombre suda-fricano y el espíritu de los pa-dres de nuestra carta magna.

Madiba sacrificó muchos años de su vida en una cárcel y aun-que nuestros redactores no fue-ron encarcelados, sí dieron muestra de generosidad al re-nunciar a ciertos extremos de su ideología para conseguir un acuerdo estable.

Por contra, los políticos actua-les se distancian mucho de estas

ideas: hacen pactos del Tinell, se establecen cordones sanitarios, se derogan leyes educativas, se amenaza con cambiar todo lo que haga el adversario político, se elaboran todo tipo de recur-sos de inconstitucionalidad, se adoctrina, etc. Y todo ello, con el ansia de lograr el mando. Pablo D. Escolar. Madrid.

Rajoy, ahora o nunca

Sr. Director: Ahora o nunca. Al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, le queda poco menos de dos años para recuperar no sólo el voto mutante –ciudadanos que a veces votan al PP y otras al PSOE–, sino el voto fiel, el de ese votante compro-metido con las antiguas políti-cas económicas, antiterroris-tas y nacionalistas de los po-pulares. Todas aquellas que, de manera tan sorprendente, ha incumplido el Presidente.

Rajoy conquisto el voto mu-tante por su moderación, por su falta de crispación y por su tranquilidad –en el buen senti-do de la palabra–. Y el voto de la derecha por sus promesas y por todo aquello que significa-ba el Partido Popular: previsi-bilidad, sensatez, y coherencia.

¿Tiene tiempo para enmen-dar las encuestas desfavora-bles? Quizá los analistas pue-dan responder a la pregunta que formulo en esta carta, pero lo que sí tengo claro es que definitivamente es ahora o nunca. José María Lornete. Valencia.

Los textos pueden enviarse por correo electrónico a [email protected] o por correo postal a la Avenida de San Luis, 25. 28033, Madrid. No excederán de 20 líneas y EL MUNDO se reserva el derecho a refundirlos. No se devolverán originales. Deben incluir el DNI y la dirección del remitente. EL MUNDO podrá dar contestación a las cartas dentro de la misma sección.

>CARTAS AL DIRECTOR

Como Gandhi o Luther King, Nelson Mandela alcanza la eternidad no sólo por lo que hi-zo, sino, sobre todo, por cómo lo hizo todo.

@javiolito Javier Lamas

Los nacionalistas catalanes –Artur Mas– podrían coger el ejemplo de Mandela: «Vivir juntos y compartir, en lugar de separar».

@dv_martinez David Martínez

Hoy, más que nunca, hay que reivindicar que nuestra Consti-tución debe ser adaptada a la realidad urgentemente. ¡Feliz día!

@javibeneitez Javier Beneitez

35 años después, la Constitu-ción Española ésta agotada y pisoteada. ¿Una reforma? Sí, pero primero deberíamos pro-bar a respetarla.

@maicarar Maica

>TUITS AL DIRECTOR @pedroj_ramirez

Estupefacta. Queriendo creer que sólo ima-gino lo que escucho, que no es verdad, que no es mi patria la que tolera lo que nos to-ca soportar en el marco de lo legal, de lo justo. De aquello que los hombres aproba-ron para proteger la convivencia de los su-yos y la fatalidad de sus obras, siempre en-redadas a su destino. Miguel Ricart, el ase-sino de las niñas de Alcasser, dejó la prisión de Herrera de la Mancha sobre las cinco de la tarde del pasado viernes. Y nunca estuvo solo. Una oleada de periodis-tas le acompañó para reconocer el horror de sus manos y su respiración. Paso a pa-so. Dos reporteras de una productora de te-levisión le escoltaron hasta Madrid, a la ca-za de una exclusiva que se ampara en la Li-

bertad y el Derecho a la Información. Elementos democráticos básicos, someti-dos durante muchos años a un poder abso-luto, violento y equivocado, pero cuya de-fensa a ultranza hoy, puede llevar a vulne-rar la ética y la lógica de cualquiera. Miguel Ricart ha estado a punto de perci-bir una alta suma de dinero por contar su basura a la sociedad, ante los ojos rotos de unos padres que deben soportar lo más te-rrible como una carga más del destino. Sin respuestas. Sin nada. Gente normal que ha conseguido sobrevivir a la mayor de las in-justicias y que hoy tiene que revivir la ex-posición de su vida privada, su desgracia, como si ni siquiera fuera suya, como si per-teneciera a los demás. Que juzgan. Y que opinan. Constantemente. Y es que Miguel Ricart importa al mundo, porque tiene al-go que contar. Sobre la maldad. Sobre la tortura. Sobre lo peor del alma. Los límites. Esa interesante frontera que cada uno puede manejar a su antojo y que define nuestra capacidad de dar o de quitar a los demás. Su estabilidad. Su autoestima. Su confianza. Su bienestar. Y ahí estás tú,

con el deber y con la obligación de medir quién quieres ser en esta vida. Y mientras en Islandia las fuerzas de seguridad piden perdón a la ciudadanía por haber provoca-do, por primera vez en su historia, la muer-te de una persona en una operación en la que el individuo les recibió a tiros en su vi-vienda, nosotros, en este país de sol, pero a la sombra de ese corazón supuestamente

helado que late en Reikjavik, nos jactamos de perseguir al asesino para que nos cuen-te qué siente, y porqué lo hizo. Cobrando o sin cobrar ¿Cuál es el ejemplo? ¿Cuál nues-tra dignidad? Que Ricart se pudra en su si-lencio. Porque nadie le quiera escuchar. @cayetanagc

A PIE DE CAYE

«Ricart ha estado a punto de percibir una alta suma por contar su basura a la sociedad»

CAYETANA GUILLÉN CUERVO

Silencio

INTERACTIVAS

Impreso por Salustiano Fernández Viejo. Prohibida su reproducción.

Leonardo, Autorretrato

Leonardo, Cabeza grotesca

Leonardo, Estudio de caballo con jinete

Dibujosde

Leonardo da Vinci