El perfil de periodistas

7/25/2019 El perfil de periodistas

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145Intercom Revista Brasileira de Cincias da ComunicaoSo Paulo, v.33, n.1, p. 145-167, jan./jun. 2010

* Doctora en Periodismo Catedrtica de Periodismo de la Universidad del PasVasco, Espaa. Amplio historial profesional del periodismo en varios mediosde comunicacin. Ha impartido cursos de doctorado en las Universidades delPas Vasco, Pompeu Fabra, Universidad de Sevilla. Ha dirigido y participado envarios proyectos de investigacin financiados por el Ministerio de Educacin yCiencia y el Gobierno Vasco. Autora o coautora, entre otros de Noticias e Ideo-loga Profesional (1988), 21 Lecciones de Reporterismo (1998), y de numerososartculos en revistas de Periodismo y Comunicacin. Pas Vasco, ES. E-mail:[email protected].** Ver esta e as demais snteses curriculares no final do artigo.

El perfil de los periodistas en el cine: tpicosagigantados

Ofa Bezunartea Valencia*Csar Coca Garca**Mara Jos Cantalapiedra Gonzlez

Aingeru Genaut ArratibelSimn Pea Fernndez

Jess ngel Prez Dasilva

ResumenLa imagen de los periodistas en el cine marca, en buena medida, la percepcinque la sociedad tiene de la profesin. Las pelculas reflejan la realidad, y al mis-mo tiempo, la crean. Son los profesionales tal y como se los representa en lagran pantalla o se trata simplemente de tpicos que nada tienen que ver con larealidad? El presente artculo es fruto de un proyecto de investigacin en el quese examinaron por medio de anlisis de contenido 104 pelculas sobre periodistasdesde los aos treinta hasta la actualidad en la que se identifican algunos de lostpicos que caracterizan la representacin de esta profesin en la gran pantalla.Algunos de ellos se ven corroborados, ya que el retrato predominante es el de unreportero experimentado obsesionado con el trabajo e incapaz de tener una vidafamiliar. Sin embargo, en contra del clich, los periodistas de la gran pantallason razonablemente ticos y persiguen ante todo un fin social.Palabras clave: Periodismo. Cine. Tpicos.


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Intercom Revista Brasileira de Cincias da ComunicaoSo Paulo, v.33, n.1, p. 145-167, jan./jun. 2010146

OFA BEZUNARTEA VALENCIA et al.

O perfil dos jornalistas no cinema: gigantescos esteretiposResumoA imagem dos jornalistas no cinema influencia, em grande medida, a percepo

que a sociedade tem da profisso. Os filmes refletem a realidade ao mesmotempo em que a constroem. Estes so profissionais representados no grande ecrou so apenas esteretipos que nada tm a ver com a realidade? Este artigo o resultado de um projeto de investigao que verificou, por meio de anlisede contedo, os 104 filmes sobre jornalistas desde os anos 30 at a atualidadeem que se identificou temas que caracterizam a representao da profisso nocinema. Em alguns deles est confirmado que a imagem predominante a deum reprter snior obcecado com o trabalho e que no consegue ter uma vidafamiliar. No entanto, ao contrrio do esteretipo, jornalistas da grande tela so

razoavelmente ticos e, a cima de tudo, buscam uma ordem social.Palavras-chave: Jornalismo. Cinema. Clichs.

Journalists profile in the movies: big clichsAbstractThe image of journalist in the cinema is influenced by the image that is trans-mitted by films. Movies show the reality but, at the same time, they also buildit. Does the big screen show journalists work as it is, or does it repeat clichs

with no link to reality? This article shows the results of a research project where104 films about journalist -from the 30s to nowadays- were analyzed, and enlistsseveral clichsrelated to this profession as shown in the cinema. Some of themare confirmed, since a journalist seems to be an experimented reporter who isobsessed by his job and incapable of living in family. On the other hand, contraryto the clich, they seem to behave quite ethically and they follow a social goalwith his work.

Key words: Journalism. Cinema. Clichs.

El perfil de los periodistas en el cine: tpicos agigantados

Introduccin

E

l cine refleja realidades y al mismo tiempo las crea. Y noes fcil saber qu es antes o qu pesa ms, si el reflejo o la

creacin. Es lo que sucede cuando se examina la figura delos periodistas en la gran pantalla. Son como all aparecen o lagran influencia del cine hace que los periodistas reales tiendana imitar a los cinematogrficos? Es evidente que los ciudadanos


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EL PERFIL DE LOS PERIODISTAS EN EL CINE: TPICOS AGIGANTADOS

alejados del mundo profesional de la informacin, por tanto sinreferencias de primera mano a las que recurrir, asumen los estereo-tipos difundidos por el cine durante dcadas y ms tarde tambin

por la televisin, como reales. De ah la importancia de estudiarcmo son los periodistas que nos presenta la filmografa occidentala lo largo de la historia y comparar si dicho retrato se correspondecon el estereotipo atribuido a la profesin.

Metodologa

El presente artculo es fruto de un proyecto de investigacinen el que se examinaron 104 pelculas desde los aos 30 hastala actualidad (2007). En su inmensa mayora, se trata de filmesde produccin estadounidense. La eleccin no es gratuita: no setrata slo de que sea el pas cuyos filmes dominan las pantallasen todo el mundo y por tanto el mayor generador de iconos cul-turales de valor universal; sucede tambin que en la filmografaestadounidense existe, podramos decir, un subgnero de cine

de periodistas, con una cierta tradicin y que ha creado algunosfilmes memorables, entre los mejores de todos los tiempos. Parallevar a cabo el estudio se realiz un anlisis de contenido de los104 filmes seleccionados a partir de una ficha en la que, ademsde los grandes temas propios de la profesin, se detallaban losrasgos personales y profesionales de los personajes periodistas, yatuvieran un papel protagonista o secundario.

Entre la caricatura y el retrato herico

Al margen de otros aspectos a propsito de su actuacinconcreta ante noticias reales o imaginadas o de sus relaciones conlos colegas, hay un aspecto muy relevante en esas pelculas, y esel del retrato que hacen de la profesin y de quienes la integran.El espectador que sale del cine (o se levanta en su saln despus

de haber visto el filme en DVD) donde proyectaban Primera planase lleva consigo una imagen, un perfil de los periodistas. Un perfilque no ser demasiado positivo, por ms que se haya divertidocon las ocurrencias de algunos profesionales de la informacin


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que aparecen en el filme. En cambio, quien ve Bajo el volcnoTodos los hombres del presidente, no tendr en absoluto la mismaapreciacin. Al final, la imagen que tienen los ciudadanos de los

periodistas salvo, como decamos antes, que conozcan bien aalguno de ellos y les haya dado una visin ms profunda de laprofesin es la suma de todos esos personajes de las pelculas. Yen esa suma algunos tpicos aparecen con ms fuerza que otros.Lo que sigue es el anlisis de esa suma de tpicos.

Hildy Johnson, el personaje interpretado por Jack Lemmonen Primera plana, de Billy Wilder, hace una de las ms cidasaproximaciones a los periodistas y su trabajo que se recuerdan enla historia del cine. La hace l, que es un buen reportero al quean quedan algunas preocupaciones por la tica y la deontologaprofesional. El retrato de los periodistas no se refiere slo a la basede la profesin, a los modestos reporteros que esperan la ejecucinde un reo para poder escribir sus textos. Hildy Johnson tambinse dirige a su director (impagable Walter Matthau) para explicarlecmo ve su vida: Sin hogar, sin familia, sin amigos, comes judas

de lata sin calentar siquiera y duermes en el sof de tu despachoveinte noches de cada mes. Y tu nica distraccin es meterte enla cama con un peridico.

Aos antes, en Luna nueva, una pelcula que desarrolla idn-tico argumento, aunque con algunas modificaciones en el guin,el mismo personaje, aqu llamado Hilding, porque es una mujer(y su relacin con el director es bastante ms compleja, dadoque han estado casados), explica: Reportera? Qu significa

eso? Curiosear por ah? Seguir a los bomberos? Despertar a lagente por la noche para preguntarle si va a empezar otra guerra?Sacar fotos a seoras viejas? S todo acerca de los periodistas,un regimiento de tipos curiosos corriendo de un lugar a otro paraque unos cuantos aburridos sepan lo que pasa por el mundo. Yeso para qu sirve?

Estas dos aproximaciones a la figura del periodista estn he-

chas por personajes que son periodistas ellos mismos, aunque pre-tendan dejar la profesin de inmediato. Hay una tercera definicinque realiza un personaje, en este caso profesora del Periodismoen la Universidad, que se refiere a un tipo de profesional en vas


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de desaparicin. Dado que Ensame a querer, que as se llama elfilme, est ambientado en el momento de su rodaje, mitad de loscincuenta, quiz se refiera justamente a ese tipo de profesional

de Luna nuevay Primera plana, ambientadas en los aos veinte-treinta:

Seguro que trabaja con un cigarrillo en la boca constantemente y usa untraje que lleva meses sin planchar. Tambin lleva un sombrero ajado que noreemplazara por nada del mundo. Juega muy bien al pquer y bebe comoun cosaco, y despus de unos cuantos tragos siempre les contar: Yo notengo ni el bachillerato superior y estoy muy orgulloso. Por supuesto, leencanta presumir de su xito con las seoras, claro que l jams se casarcon nadie excepto con su trabajo. Resumiendo, un perfecto ejemplo de esaraza a punto de extinguir de los caballeros de la prensa impresentables.

Es probable que estas aproximaciones en el fondo, todasinciden en lo mismo y dibujan el mismo perfil lo sean tambina la imagen que los ciudadanos ajenos al mundo de la informa-cin tienen de los periodistas. Vamos a ver a continuacin cmoson los personajes que ejercen de periodistas en las pelculas quehemos analizado.

Una matizacin previa: el cine, como la literatura, rara vez sedetiene en las personas normales con una vida sin nada destacable.Las historias que nos gustan a todos son aqullas en las que sucedealgo fuera de lo comn: una aventura, una tragedia, un encuentroinesperado, un golpe de fortuna, un juego y en general estnprotagonizadas por gente muy poco comn, desde hroes ms o

menos relevantes hasta personas ms reconocibles pero sometidasa situaciones lmite en las que muy pocos de nosotros se vernnunca. Afortunadamente, habra que decir.

Por eso, no extraa que el cine sobre periodistas no sea unaexcepcin. De la misma manera que los rasgos de los personajesson exagerados en la literatura para dar ms inters a la narra-cin (los seres perversos son muy perversos, las mujeres bellasson muy bellas, los adolescentes rebeldes son muy rebeldes),

el denominado sptimo arte recurre a idntico artificio. Al tenerque contar una historia, con frecuencia compleja, en 90 100minutos de narracin, agranda los rasgos, reduce los matices y


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lo pinta todo de blanco o negro mientras la realidad ofrece unapaleta muy amplia de grises.

El status profesional

En los ltimos aos, en el contexto de un inters general dela sociologa por el estudio de diferentes colectivos profesionales,el gremio periodstico ha sido objeto de numerosos trabajos quedefinen con exactitud a veces milimtrica cmo son los informa-dores, tanto en su conjunto como determinados grupos dentrodel mismo, en general los de ms relieve1. Cuando nos refiramosa ciertas exageraciones en el retrato de los periodistas ofrecidopor el cine, lo haremos a partir de la imagen que a su vez ofrecenesos estudios. Pero no creemos de inters hacer una comparacin

1Sin nimos de ser exhaustivos, citaremos a continuacin algunos de esos es-tudios que a nuestro juicio son indispensables para conocer la realidad exactade la profesin periodstica: MERRILL, J. C.; LEE, J.; y FRIEDLANDER, E.J.,Medios de comunicacin social. Teora y prctica en Estados Unidos y en el mundo.

Fundacin Germn Snchez Ruiprez. Madrid 1992; TUNSTALL, J. Journalists atwork. Sage Publications. Beverly Hills, 1971; DOWNIE, L. The new muckrakers.New American Library. New Jersey 1976; LITCHER, S. R.; ROTHMAN, S.; yLITCHER, L. S.; The media elite. Adler & Adler. Bethesda 1986; DEVILLARD,V.; LAFOSSE, M. F.; y otros, Les journalistes franaises en 1990. Radiographiedune profession. Institut Franais de Presse-La documentation franaise. Pars1992. RIEFFEL, R. Lelite des journalistes. Presses Universitaires de France. Pars1984 y ROCAUTE, Y. Splendeurs et misres des journalistes. Calmann-Lvy. Pars1991. Para el estudio de la profesin periodstica en Espaa puede consultarse

los siguientes: AGUINAGA, E. Periodismo, profesin. Fragua. Madrid 1980;GUZMN, M. Persona y personalidad del periodista. Promocin de PublicacionesUniversitarias. Barcelona 1989; GARCA DE CORTZAR, M.; GARCA DELEN, M A. (coord.), Profesionales del periodismo. Hombres y mujeres en los mediosde comunicacin. CIS-Siglo XXI, Madrid 2000; ORTEGA, F.; y HUMANES, ML. Algo ms que periodistas. Sociologa de una profesin. Ariel. Barcelona 2000;SANTOS, F. Periodistas. Temas de Hoy. Madrid 1995; DIEZHANDINO, M P.;BEZUNARTEA, O.; y COCA, C. La elite de los periodistas. Universidad del PasVasco. Bilbao 1994; CANEL, M J.; RODRGUEZ ANDRS, R.; y SNCHEZ

ARANDA, J.J., Periodistas al descubierto. Retrato de los profesionales de la infor-macin. Opiniones y actitudes, N 33. CIS. Madrid 2000; BEZUNARTEA, O.;COCA, C.; y CANTALAPIEDRA, M.J. La situacin laboral y profesional de losperiodistas. ZER, N 9. Bilbao 2000; y estudio de Demoscopia para la Federacinde Asociaciones de la prensa, publicado en Periodistas, 1990.


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detallada. Sera injusto juzgar al cine a partir de ese criterio, por-que estamos seguros de que tambin el perfil que ofrece de losabogados, los militares, los policas o los profesores de universidad

destaca igualmente los rasgos ms llamativos del tpico. Slo aspueden construirse historias que interesen a los espectadores.Nuestra pretensin, por tanto, es ver cules son esos rasgos msdestacados, porque buena parte de la imagen que los ciudadanostienen de los informadores se basa en ellos.

Adentrmonos por tanto en la imagen que de los periodistasofrece el cine, tomando por base el universo de 104 pelculas.Vayamos por partes. Primero, la distribucin por sexos. Puesbien: las mujeres son slo una de cada cinco periodistas queaparecen en pantalla. Exactamente el 20,9%, frente al 79,1% devarones. ste es un dato muy relevante, porque la realidad de lasredacciones, en todos los pases del mundo al menos, en los delmundo desarrollado no es sa. Desde hace dcadas, el nmero demujeres entre el alumnado de los distintos centros acadmicos dePeriodismo es igual o superior al de hombres y eso ha terminado

por trasladarse a las redacciones. Es verdad que an son menosen los puestos ms relevantes dentro de las mismas, pero es queentre los personajes cinematogrficos no hay solamente directivos.Ms bien al contrario: abundan los reporteros, y ah tambin elcine presenta a ms hombres que mujeres.

Es preciso aadir algo ms. Si bien es cierto que en las pelcu-las ms recientes, las filmadas a partir de la dcada de los ochentahay ms personajes femeninos que en las anteriores a esas fechas,

curiosamente en estas ltimas haba ms mujeres entre los pro-tagonistas absolutos de los filmes. La mujer del aoy Luna nuevason dos ejemplos soberbios. No se encuentran en el cine recientedos personajes femeninos con la fuerza de ambas. No entramos aconsiderar aqu a la protagonista de Intermitencias, que no es sinola versin moderna y trasladada a la televisin de Luna nueva.

Segundo aspecto importante a la hora de aproximarse al perfil

de los periodistas en el cine: la edad. Pues bien, en general loscineastas se han fijado en el tramo intermedio de la carrera decualquier profesional. Si pensamos que una carrera completa seextiende a lo largo de casi 45 aos, podramos dividir ese perodo


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en tres tramos, que denominaremos de formacin, experimentadosy maduros. Pues bien, casi la mitad de los periodistas analizados (el44,9%) estn en la segunda de esas etapas, la de los informadores

experimentados, que van de los 35 a los 50 aos. Como es obvio,muchas veces los personajes no dicen su edad, de manera que hasido preciso deducirla mediante las referencias a su pasado, su as-pecto fsico y otros datos menores. Restados los integrantes de esegrupo, hay bastantes ms personajes en el primer tramo (30,6%)que en el tercero (17,3%). Incluso hemos detectado algunos pordebajo de los 20 aos (4,1%). Y unos pocos por encima de los65: 3,1%.

Tercer elemento del perfil: en qu medio trabajan. Este es unelemento difcil de reflejar y abordar, porque muchos medios hanaparecido en tiempo relativamente reciente, de manera que nopodan estar presentes en el cine clsico. Considerada la muestraen su conjunto, el 67% de los periodistas trabajan en los mediosescritos, ya sean peridicos o revistas; el 30,5%, en la televisin yel resto en la radio o en otros medios, normalmente agencias. No

hay ms medios presentes en nuestra muestra, pero estamos con-vencidos de que esta parte del perfil cambiar de forma aceleradaen los prximos aos. De hecho, ya se nota desde los aos setentauna presencia muy importante de periodistas de televisin en laspelculas que tratan sobre el mundo de la informacin. Debemosaadir adems que hemos dejado fuera a la hora de obtener losporcentajes aquellos periodistas, que normalmente con poco pre-sencia en los filmes, no dicen dnde trabajan ni puede deducirse

por lo que hacen o dicen.Examinemos ahora la categora laboral de los periodistas

cinematogrficos. Comencemos por el grupo ms numeroso,el de quienes prestan sus servicios en los medios impresos. Siagrupamos las diferentes categoras, para no hacer interminablela catalogacin, encontramos los siguientes porcentajes: propie-tarios, editores y directores: 22,4%; redactores jefe y jefes de

seccin, 12,7%; redactores, reporteros y corresponsales, 44,8%;fotgrafos, 6,7%; articulistas en todas sus modalidades: 4,5%;becarios, colaboradores, otras vinculaciones profesionales y cargoindeterminado, el resto.


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A la vista de estos datos, queda muy claro que los personajesque interesan al cine son sobre todo los que tienen un contactodirecto con la calle y con la noticia. Los responsables de medios

son importantes, ya sean propietarios o altos directivos, pero tienenun atractivo menor para el cine: slo uno de cada cinco personajesocupan un puesto as, y cabe aadir adems de que en generalno son los protagonistas de los filmes, sino personajes secundariosque dan el contrapunto. Es cierto que hay entre ellos personajesrelevantes: los directores de las sucesivas versiones de Primeraplanay los de Todos los hombres del presidente yGrita libertad, en-tre otros, son ejemplos de gran claridad, pero no son figuras queencarnen el romanticismo que la profesin, en su visin para lagran pantalla, ha ido consolidando con el paso del tiempo. Es ms,el director de Grita libertadse comporta casi como un reportero,cuando investiga y acude personalmente al lugar de los hechos.Es, por as decirlo, un director-reportero. La pelcula, basada enacontecimientos reales, habra sido igual si el personaje hubieseformado parte de la base de la redaccin.

No sucede lo mismo en el mundo de la televisin, al menosen su reflejo cinematogrfico: el 24,6% de los personajes son pro-pietarios, productores, realizadores o directores de programas; el34,4%, redactores y reporteros; el 9,8%, cmaras; el 9,8% editores;el 21,3%, locutores; y el resto corresponde a becarios, otros cargosy sin precisar. Aqu el nmero de reporteros es menor y tienen mspresencia quienes toman decisiones, quiz porque el trabajo tele-visivo est ms vinculado a un equipo. Mientras en un peridico

un informador busca sus temas y sus fuentes y escribe el reportajefinal, en la televisin nada es posible sin la presencia de un equipode varias personas. Es probable que eso centre en mayor medidala atencin sobre los responsables de esos equipos.

La presencia de periodistas radiofnicos es tan escasa que nocabe obtener resultados parciales respecto de los puestos que ocu-pan, pero s debemos anotar, aunque no tenga ms valor que el de

la coincidencia, que de los cinco personajes que salen en los filmesanalizados cuatro tienen responsabilidades distintas: uno es corres-ponsal, otro redactor, otro locutor y el ltimo reportero. El quintoocupa todos los cargos, dado el tamao mnimo de la emisora.


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Lo que s resulta muy significativo es el tipo de temas quelos periodistas tratan, y que viene definido por la seccin parala que trabajan. Pues bien, el 16,5% del total de los periodistas

cinematogrficos est integrado genricamente en la seccin deInformacin Local (aunque no se llame as estrictamente). Otro13,1% trabaja ms especficamente en la seccin de Sucesos, queen general podramos entender como una subseccin dentro deLocal. Eso supone que casi uno de cada tres periodistas trataasuntos locales. Sin duda eso se explica porque, como hemos visto,una de las vertientes ms interesantes desde el punto de vistade la cinematografa es el contacto inmediato con la realidad ycon la gente de la calle.

El 11,6% trabaja para Internacional, y son en su totalidadcorresponsales en el extranjero. Esta es, sin duda, otra de lasfiguras cinematogrficas por excelencia, porque adems permitecontar, junto a la historia del informador, una guerra, una crisisinternacional, un asunto de espionaje y otros temas que dan mu-cho juego en la gran pantalla. El tercer gran grupo de periodistas,

por su nmero, es de los que se dedican a la Investigacin: son el11%. Tambin aqu es evidente que este grupo est representadomuy por encima de la realidad: por supuesto, en ningn lugar delmundo, ni en ningn medio en concreto, se produce la circuns-tancia de que uno de cada nueve miembros de su plantilla deRedaccin se dedique a la investigacin. Pero no cabe duda deque se trata de otra va para contar asuntos que interesan a losespectadores. Aqu, el periodista es de nuevo el instrumento para

contar una historia. Nada distinto de lo que sucede con un gneromuy importante en el cine, sobre todo el estadounidense: el cinede abogados o de juicios. Abogados, jueces, fiscales y jurados sonla va para contar un crimen, por ejemplo.

El resto de las secciones apenas interesan al cine. Los periodis-tas polticos son el 2,9% del total. Los de Cultura, el 1,5% y los deSociedad, el 2%. Los de Deportes, el 0,5. El resto se corresponde a

periodistas de otras secciones o a cargos de la Redaccin (editores,directores, redactores jefe, etc) que no son estrictamente asignablesa seccin alguna. Hay una, la de Economa, que no tiene ningnrepresentante, aunque en honor a la verdad hay que decir que el


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protagonista de La caja china, que ejerce de corresponsal en HongKong en el momento del traspaso de la colonia del Reino Unidoa China, dice en un momento del filme que tambin escribe cr-

nicas econmicas. Es preciso aadir que un nmero significativode personajes no puede ser adscrito a seccin alguna, porque sondirectivos o tcnicos.

La vida personal y familiar

El tpico dice que la vida familiar de un periodista es ms com-plicada de lo normal. Los diferentes estudios sobre la profesin cons-tatan un porcentaje de divorcios y solteras por encima de la media,como se comprueba en los diferentes estudios citados en este mismotrabajo. El cine agranda ese tpico. En casi un tercio de los persona-jes analizados, no tenemos datos suficientes para saber su situacinfamiliar. De entre los que s es conocida, el 54,6% est formado porsolteros. Un dato que resulta ms llamativo an si se recuerda la edadms habitual de los periodistas cinematogrficos. Que a los 40 aos,

que puede ser la edad media de los periodistas en el cine, ms de lamitad sean solteros es muy significativo. A ese porcentaje hay queaadir otro 10% de divorciados y un 7,2% de periodistas casados trasun divorcio anterior. Slo el 26% est casado y se trata de su primermatrimonio. Hay tambin un 2,2% de viudos.

Este retrato corresponde sin duda a una profesin de esas quese convierten no en veneno para las taquillas, como se dice en ellenguaje de Hollywood de determinados temas, sino en veneno para

la vida familiar. Es un asunto que se muestra muy a las claras enmuchos filmes. No se trata slo de referencias aisladas o datos quepermitan deducir la vida familiar de los protagonistas: es que estosmismos hablan de ello. Las dos versiones de El americano impasible, laclebre novela de Graham Greene(El americano impasible y Uname-ricano tranquilo) estn entre los filmes que mejor muestran la difcilvida familiar de los periodistas, en este caso los corresponsales de

guerra. El protagonista (en ambos casos es el mismo personaje) estcasado, pero su mujer vive al otro lado del planeta. Su matrimoniono existe como tal, pero su mujer es catlica y no quiere concederleel divorcio, pese a que l convive con una joven nativa.


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Quiz en este caso, como en los personajes de Territorio co-manche, lo que pesa como una losa sobre la relacin es la distanciafsica: si un miembro de la pareja trabaja a miles de kilmetros

de casa y encima corre cada da un riesgo cierto de morir a causade una bala perdida o por una bomba, la pareja termina por sersometida a una presin insoportable. Puede que eso se considereexcepcional, pero la tensin tambin es elevada en las parejas enlas que no se da esa circunstancia. Lo explica muy bien la viudadel anterior editor del peridico en El cuarto poder. As fue su vidacon un periodista: A una mujer le gusta sentirse indispensable in-cluso por la maana. Cuando me despert mi marido ya no estaba.Se haba marchado corriendo a cubrir el naufragio del Lusitania.Entonces me fui y volv dos das despus l ni se enter de queme haba marchado. Pero l la amaba, le interrumpe el directordel peridico. Apasionadamente, slo que entre ediciones. Tenatiempo para cambiar la faz de la prensa; luchar en pro de las re-formas; tena tiempo para salvar cientos de causas perdidas; perono a su familia. En El reloj asesino, el protagonista se queja de que

durante su luna de miel le llamaron para un trabajo. Tuve queirme a Nueva York y empezar esa misma noche. Desde entonces,trabajo 26 horas al da, Navidad y el Da de la Madre. Claro quesu jefe, quien pretende dejarle de nuevo sin vacaciones, no vivemejor. Lo dice en un momento su esposa: A veces creo que estscasado con una revista y no conmigo. Parecemos dos personas quesimplemente comparten piso. Llegas tan agotado que ni siquierahablamos. Incomunicacin, alejamiento, ruptura. Ruptura con la

pareja y con los hijos, como ha sucedido con el director de Thepaper, quien slo despus de conocer que tiene cncer se decidira llamar a su hija, de la que hace aos que no sabe nada.

Son casos de distanciamiento en la pareja y respecto de loshijos por razn del trabajo de quien se dedica al periodismo. Perotambin hay infidelidades, claro. Y no slo entre los corresponsa-les de guerra, tan lejos de casa y viviendo tantas veces al filo de

la muerte. Acabamos de citar al director de The paper, de quiensabemos que se acuesta con algunas de sus compaeras. En Power,la ex mujer del protagonista, informadora ella misma, lo explicacon claridad: Despus de estar trabajando en un reportaje semana


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y media, con la gente dndote con la puerta en las narices, es unatentacin () acabar junto a un hombre con camisa limpia y alque le sudan las manos.

Al lado de esas acusaciones, lo que dice al editor de Gritalibertadsu esposa parece una queja menor: le echa en cara con-dicionar la vida familiar por su afn de escribir un libro sobre elappartheid en Sudfrica. La mujer, sin embargo, terminar porponerse de parte de su marido cuando un grupo racista enva alos hijos del matrimonio unas camisetas tratadas con un productoqumico que produce quemaduras en la piel.

Si tan difcil es la vida familiar, tampoco extraa que lasolucin para muchos sea no casarse. Lo es para el director dePrimera plana, y lo es tambin para la enferma protagonista de Lareina de Nueva York. Cuando pregunta al periodista si est casado,ste responde, segn dice, con mayscula: No! NO. NOSupongo que por norma los periodistas no se casan, apostilla lamuchacha. Las cifras de solteros entre los periodistas cinemato-grficos permiten demostrar que ella no se encuentra tan lejos de

retratar la realidad.

La formacin

De lo que sabemos muy poco, porque los guionistas no nosdan informacin, es de la formacin de los periodistas. Un datollamativo: slo en el 20% de los periodistas que salen en el cinesabemos cules han sido sus estudios, si los han tenido. De ese

pequeo colectivo: el 50% ha estudiado Periodismo, el 5% hacursado otra carrera y el 40% no ha pasado por la Universidad.El 5% restante ha estudiado Periodismo y otra carrera.

Aqu adems se produce otra circunstancia que nos parecereseable. Hay algunas profesiones que trasladadas al cine resultanmuy reivindicativas en cuanto a la importancia de la calidad delos estudios. Los abogados suelen ser el mejor ejemplo en el cine

estadounidense. Cuando un abogado tiene un papel importanteen una pelcula suele decir en algn momento del filme en quUniversidad estudi. Muchas veces, el nombre de esa Universidadrepresenta tanto que define al personaje. Un abogado que estudi


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en Yale forma parte, automticamente, de la flor y nata de laabogaca y con frecuencia se esgrime ese dato de su currculumfrente a otro abogado que pas por una Universidad de segunda

divisin. Pasa algo parecido con los militares, y cualquier buenaficionado al cine es capaz de decir los nombres de dos o tresacademias militares estadounidenses slo por haberlas visto ci-tadas en la pantalla. Esto apenas se da en el cine de periodistas.En parte porque al periodismo, en EE.UU. y en otros pases, sepuede llegar desde una procedencia diferente a la Universidad el del muchachito que entra de botones en una Redaccin yse convierte en un importante reportero e incluso en directores un mito especficamente cinematogrfico que encarna a laperfeccin eso que se llama el pas de las grandes oportunida-des, pero que apenas existe en la realidad y en parte tambinporque, aun procediendo de las aulas, todos parecen conscientesde la importancia que tiene para un buen desarrollo profesionalel aprendizaje en una Redaccin, junto a profesionales experi-mentados. Con todo, hay algunos ejemplos de referencias a la

formacin de los periodistas: el jefe de la revista Rolling Stoneque pregunta a un aspirante en qu Universidad estudi, en lapelcula Casi famosos; la joven periodista de Crusaderque dicecon orgullo que fue la primera de su promocin en Barcelona,donde estudi; y la columnista de Cmo perder a un chico en 15dasque tiene un Master por Columbia. Puede ser casualidad,pero se trata en general de pelculas de escasa relevancia. Muchomayor peso en la historia del cine tienen los filmes en los que se

sostiene justo la tesis contraria: que para ser un buen periodistano hace falta haber estudiado Periodismo. Estrictamente, dicenalgunos, no hace falta haber estudiado nada. En Mad City, uno delos personajes alardea de no haber ido a la Universidad; en TheReporterhay un periodista que sostiene que para serlo slo hacefalta quererlo, no es precisa formacin alguna; en Primera plana,en fin, se utiliza la carrera como forma de ironizar: cuando uno

de los periodistas presentes en la sala de prensa a la espera dela ejecucin pone alguna objecin sobre lo que estn haciendoy cmo, otro le contesta: Apuesto a que t has ido a la Escuelade Periodismo. Seguro. La frase destila desprecio.


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Y hablando de experimentados: cuatro de cada cinco perio-distas que aparecen en la pantalla lo son. El porcentaje podra serincluso superior si aplicamos el criterio estrictamente: de hecho,

hemos considerado que el protagonista de El ao que vivimos peligro-samentees novato, pese a que tiene ya una experiencia de aos detrabajo en su medio, porque es la primera vez que sale a un destinoen el extranjero. Para el argumento del filme, es como si fuera unnovato y as lo hemos considerado y de hecho los compaerosen la corresponsala en Yakarta le gastan las bromas adecuadas aalguien que desconoce los rudimentos de su trabajo. Algo parecidosucede con la presentadora de telediarios que se va al frente enTerritorio comanche: no es una novata en el sentido de que acabade llegar al periodismo, pero s lo es como corresponsal de guerra,y la hemos incluido en ese apartado. Con ello, queremos indicarque la presencia de los veteranos abrumadoramente mayoritaria enel cine. Algo que tambin est relacionado, como es lgico, con laedad de los personajes. Porque incluso en el primer tramo, el de20 a 35 aos, la mayora se encuentra en la parte alta, lo que les

permite tener ocho o diez aos de experiencia. Y a alguien con esatrayectoria desde luego no puede considerrsele novato.Donde el cine presenta un resultado de mayor igualdad en

cuanto a la figura del periodista es respecto de si el personaje estobsesionado por su trabajo. Es evidente que la de periodista noes una profesin que se puede dejar aparcada en la Redaccin demanera que uno deje de serlo al salir del edificio. De hecho, losmayores consumidores de medios de informacin son los propios

periodistas. La escena del informador que sale de su trabajo, sube asu coche para ir a casa y lo primero que hace es encender la radiopara escuchar las noticias no es una leyenda, sino una realidadconstatable en cualquier medio de cualquier lugar.

Aunque es algo que obedece a una observacin atenta de de-terminados comportamientos y que por tanto puede ser matizabley discutible, puede llegarse a la conclusin de que un nmero muy

elevado de los periodistas cinematogrficos est bastante obsesiona-do con su tarea. Nosotros, despus de examinar el comportamientode los que aparecen en el centenar de pelculas seleccionadas,creemos que en la mitad de los casos es as.


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Chucky, el cmara de Hroe por accidente, es de esos obsesiona-dos por su trabajo. Mientras filma la explosin en un avin, hablaconsigo mismo: Bien, eso es. Plano del bombero. Es heroico, qu

contraluz. Vaya, es un autntico infierno (est entusiasmado conlo que ve y lo que filma), es imponente, es de Pulitzer. Y minutosms tarde, de nuevo mientras graba otra imagen, sigue hablandoconsigo mismo: Bueno, en momentos como ese no piensas en timismo, piensas en el enfoque, piensas en el diafragma, piensas enlas noticias de las once en punto. Todo el mundo cuenta conti-go. Es un tipo de obsesin parecida a la del cmara de Territoriocomanche, que persigue grabar la voladura de un puente. Hay entodo ello una cierta incapacidad para ver el mundo algo ms alldel objetivo de una cmara o las lneas de texto de un reportaje.Sucede con algunos personajes de Hroe por accidentey Tintaroja. Cuando alguien contempla la realidad slo como materiainformativa, probablemente est muy obsesionado con su trabajo.Y cuando alguien llena las paredes de su casa con anotacionessobre nombres y puntos importantes de una informacin, para

relacionarlo todo con flechas, como pasa a uno de los personajesde Silver City, es que su capacidad para separar el trabajo de lavida personal ha desaparecido por completo. Algo as pasa conla protagonista de La mujer del ao, que abandona a su marido(tambin periodista) en su noche de bodas porque le surge laoportunidad de hacer una importante entrevista.

Los vicios

El estereotipo del periodista nos lo presenta, adems de comomal marido, psimo novio e insufrible amante, como bebedor exce-sivo, fumador pertinaz y quiz puede que hasta jugador y adicto aalguna otra droga. De nuevo aqu se impone la observacin de lascostumbres de los periodistas, y es cierto que nos encontramos detodo, sobre todo en las pelculas anteriores a los noventa, cuando

la ola de lo polticamente correcto no haba llegado todava a lapantalla, y la obsesin anti-tabaco y en parte tambin anti-alcoholera menos notoria. De todas formas, hay menos viciosos de losque cabra esperar.


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Veamos las cifras, a partir del dato de que slo se puede hablarde asuntos concretos en dos de cada tres periodistas que apare-cen en pantalla. Los restantes tienen apariciones muy episdicas

o en situaciones en las que no es posible hablar de si tienen ono vicios. Pues bien, dentro de ese colectivo en el que podemosobservar con claridad si los tiene o no, obtenemos algunos datosinteresantes: el ms importante es que el 55,4% de los periodistasanalizados no tiene vicio alguno. En el extremo contrario, los me-nores porcentajes se dan entre los aficionados al juego y las drogas,con el 0,7% en cada caso. Un 1,4% son adictos al sexo, aunqueentendemos que se trata de un tipo de adiccin de caractersticas,causas y efectos bien distintos. El nico vicio realmente notableentre los periodistas es el alcohol, muy por encima del tabaco.Mientras fuma en pantalla un 8% de los periodistas, hay un 21,2%que bebe. Hay que aclarar inmediatamente que a estas cifras espreciso aadir un 12,3 que tiene ms de un vicio: en general,beben y fuman, aunque tambin estn aqu el sexo, el juego y lasdrogas en proporcin mnima. El resto hasta el 100% tiene otras

adicciones diferentes.Como se ve, se trata de porcentajes muy pequeos, probable-mente parecidos a los que se da en la sociedad real en su conjunto.Es cierto que hay periodistas que practican sus adicciones con ver-dadera fruicin. El Pete Fallow de La hoguera de las vanidades(quetiene en el filme un protagonismo muy superior al de la novela) sepasa borracho prcticamente todas las escenas en las que aparece;el periodista-editor-impresor y repartidor de un western clsico, Elhombre que mat a Liberty Valance, otro tanto de lo mismo. Inclusollega a decir, cuando le informan de que el bar cerrar duranteuna votacin, que si no hay excepciones para la prensa eso esllevar la democracia demasiado lejos. Otros periodistas bebenmucho en pantalla, pero sin llegar a estar borrachos, al menos deforma reiterada: por ejemplo, los compaeros del protagonista deEl ao que vivimos peligrosamente, o los de las dos versiones de El

americano impasible.Debemos aclarar que hemos considerado que beben o fumanaquellos periodistas que aparecen hacindolo en pantalla, aunqueslo sea de forma episdica. Es decir, que figuran como bebedores


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los corresponsales de El ao que vivimos peligrosamente, pese a queaparecen slo un par de veces tomando una copa en torno a unamesa, mientras charlan sobre experiencias en guerras anteriores.

Incluso as, el porcentaje de quienes beben, fuman, se drogano son adictos al juego o el sexo son pocos. Con todo estn pordebajo, al menos en los vicios ms frecuentes, de la media de sussociedades. La pregunta entonces parece la siguiente: de dndeha surgido el tpico del periodista vicioso?

El comportamiento profesional

Slo queda analizar ya aspectos relacionados con el compor-tamiento profesional de los periodistas. En primer lugar, culesson sus motivaciones. De nuevo, se trata de un estudio a partirde indicios en muchos casos. Es cierto que hay filmes en los quelos personajes explican su comportamiento de forma clara, peroen otros casos no lo hacen, de manera que hay que indagar en suspropsitos a partir de indicios. Con todo, no siempre es posible

establecer esas motivaciones.En los casos en los que se puede hacer, la mayor parte de losperiodistas obran movidos por la conciencia de que tienen unafuncin social que realizar, que su trabajo no es el mismo queel de un administrativo o un tcnico de una empresa. Ningnperiodista ignora la funcin de la prensa, otra cosa es que estndispuestos a todo, incluso a sacrificar la carrera profesional, enaras a la defensa del ejercicio del cuarto poder. Quienes obran

movidos por esa conciencia de la funcin periodstica de controldel poder, de informar a la sociedad de cuanto sucede, son nadamenos que el 44% de los periodistas cinematogrficos. Otro 28%se mueve por el inters de conseguir xitos para su medio: unamayor difusin, una cuota de pantalla ms alta Aqu son lasventas lo que importa; si se destapan escndalos no es porquesea de justicia, sino porque ser recompensado con una mayor

tirada al da siguiente. Por ltimo, el 27% se mueve por el puroafn personal: la promocin profesional, el xito, la fama Noles importa ni su funcin social ni la trascendencia del trabajopara el xito del medio. Se importan a s mismos y todo lo que


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lo hacen est guiado por el afn de conseguir notoriedad, y conella dinero, prestigio, promocin, un trabajo en un medio mejor,acceso a personalidades importantes que pueden terminar siendo

muy tiles en el futuro Un 1% se comporta de una manera enla que se mezclan la responsabilidad social del periodista y el afnde conseguir buenas audiencias para su medio.

Veamos cmo se plasma eso en algunas escenas. Los casosms llamativos son los que muestran a periodistas obsesionadospor el triunfo personal. El ms notable de todos, sin duda, es eldel protagonista de Corredor sin retorno, que llega a hacerse pasarpor un desequilibrado para entrar en un manicomio e investigar uncrimen. Al comienzo del filme, mientras prepara con su director, sunovia y un especialista, la farsa que ha de llevarle al psiquitrico,confiesa abiertamente que quiere ser famoso y ganar el Pulitzer.En Tinta roja, el espectador tambin conoce a un periodista quea lo largo de unos pocos aos de profesin termina por adquirirtodos los vicios y est dispuesto a vender a quien haga falta contal de triunfar. En Todo por un sueo, finalmente, la protagonista

hace lo que sea por triunfar, incluida una maniobra, sexo mediante,para que un muchacho completamente estpido mate a su marido,pensando que l la maltrata.

Y la tica? Tampoco es posible determinar en todos los casossi el comportamiento de un personaje cinematogrfico es tico ono, porque las escenas en las que aparecen no plantean ningnproblema de ese tipo. Obviamente no podemos determinar queun periodista es tico solamente porque haga su trabajo habitual

cumpliendo las normas. Ni los ms faltos de tica rompen lasnormas profesionales cada da, en cada asunto tratado. Para ha-cer un juicio atinado debemos, por tanto, ver a esos personajesen situaciones en las que haya un dilema tico, o en comporta-mientos en los que se pueda obrar de una forma rigurosa o deotra manera mucho menos responsable. Dado que el cine nosuele detenerse en asuntos triviales y rutinarios, sino en grandes

temas, y detenindonos al mximo en la observacin, hemos po-dido llegar a conclusiones sobre esta materia respecto de cuatrode cada cinco de los personajes periodsticos que aparecen en laspelculas analizadas. Los resultados son los siguientes: tienen un


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comportamiento muy tico (sin ninguna concesin, ni la menorduda sobre lo que hay que hacer en cada caso, siempre dentro delas ms estrictas normas) el 27% de los personajes sobre los que

es posible obtener alguna conclusin; bastante tico (lo que setraduce en aplicar en casi todos los casos los principios ms rigu-rosos y en tener pocas dudas sobre la conveniencia de que es esojusto lo que hay que hacer), el 41%; poco tico (se saltan algunasnormas bsicas en momento relevantes aunque pueden mostrarremordimientos o por lo menos sentir una cierta vergenza porlo que estn haciendo), el 23%; y nada ticos (es decir, vulnerancon mucha frecuencia las normas y encima ni siquiera sientenremordimiento ni vergenza por ello; con frecuencia incluso estnorgullosos de hacerlo porque no estiman que deba existir ticaalguna en su profesin), el 9%.

En este caso, resulta curioso que mientras una amplia mayorade los personajes tienen un muy aceptable comportamiento tico,la imagen de los periodistas est hasta cierto punto lastrada porlo contrario, sobre todo la de quienes trabajan en determinadas

secciones. El periodista que no respeta la intimidad ajena, niel dolor de los dems, o que roba documentos para tener unaexclusiva, o chantajea para lo mismo, o no tiene reparo en noconfirmar lo suficiente una informacin con tal de adelantarse alos dems son imgenes muy comunes, pese a que, como vemos,son minoritarias en el cine. Al revs, lo que nos encontramos enla gran pantalla son muchos periodistas modlicos, que arriesgansu vida y su libertad por respetar estrictamente sus principios. O

periodistas que tienen muchos dilemas ticos: que pueden acertaro equivocarse, pero que en cualquier caso estn preocupados porlo que deben y pueden hacer.

A modo de conclusin

El retrato que el cine realiza de la profesin periodstica

muestra, en resumen, una profesin ocupada en su gran mayorapor hombres experimentados, aunque no necesariamente con for-macin universitaria, que trabajan para medios escritos a pie decalle, ya sea como reportero o como corresponsal. La abundancia


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de solteros y divorciados refleja la imposibilidad de conciliar suobsesin por el trabajo con una vida familiar. Sin embargo, frentea estos rasgos propios del estereotipo flmico que se han consta-

tado en el anlisis de los filmes, el estudio rebate otros clichstradicionalmente asociados a la profesin. Los vicios no parecenabundar entre el conjunto de los periodistas de la gran pantalla yla mayora de ellos se comporta, aunque con matices, ticamente,de acuerdo a los principios relacionados con la funcin social dela profesin.

Responde esa imagen a la realidad? Es materia para otro tra-bajo, pero preferimos pensar que el cine ha acentuado los aspectosms heroicos, pero sobre todo los ms negativos. Seguramente,todo es ms rutinario en cuanto a la tarea, y ms vulgar en cuantoa los personajes. Pero tampoco hay nada de mentira en cuantoel celuloide muestra, aunque quiz sea menos habitual de lo quepueda parecer.

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Recebido em: 08.07.2009Aceito em: 30.09.2009

Snteses curriculares

Csar Coca Garca - Doctor en Periodismo por la Universidad del Pas Vasco(UPV) y licenciado en Ciencias de la Informacin y en Ciencias Polticas y

Sociologa, en ambos casos por la Complutense de Madrid. Es profesor titularde Periodismo en la UPV y en el Master de Periodismo de la UPV y el diarioEl Correo. Ha desarrollado una carrera profesional de tres dcadas en el diarioEl Correo, donde ahora es adjunto a la direccin. Ha publicado solo o en co-laboracin una docena de libros y numerosos artculos y ha impartido cursos yseminarios en varias universidades de Espaa y Latinoamrica. Pas Vasco, ES.E-mail: [email protected].

Mara Jos Cantalapiedra Gonzlez - Doctora en Ciencias de la Informacin por

la Universidad del Pas Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea, es Profesora Titularde Universidad de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicacin, quedirige desde el ao 2007. Imparte la asignatura Gneros Informativos, y entresus lneas prioritarias de investigacin se encuentran la evolucin de los gnerosinformativos y su transposicin a la Red; y la figura del periodista y sus condi-


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ciones de trabajo. Autora de ms de una veintena de publicaciones, dirige unadocena de tesis doctorales, de las cuales dos ya han sido defendidas. Pas Vasco,ES. E-mail: [email protected].

Aingeru Genaut Arratibel - Licenciado en Periodismo por la Universidad deNavarra, trabaja como profesor asociado en la Universidad del Pas Vasco. Hapublicado artculos acadmicos en revistas como ZER, Estudios del mensajeperiodstico, Textual & Visual Media, Palabra Clave y mbitos. Sus principaleslneas de investigacin son el periodismo en Internet y las modelos de formacinde periodistas. Pas Vasco, ES. E-mail: [email protected].

Simn Pea Fernndez - Licenciado en Periodismo y Comunicacin Audiovisualpor la Universidad de Navarra, trabaja como profesor asociado en la Universidad

del Pas Vasco. Ha publicado artculos acadmicos en revistas como ZER, Media-tika, Estudios del mensaje periodstico, Textual & Visual Media, Palabra Clave ymbitos. Sus principales lneas de investigacin son el el diseo periodstico y elperiodismo en la red. Pas Vasco, ES. E-mail: [email protected].

Jess ngel Prez Dasilva - Doctor en Ciencias de la Informacin por la Univer-sidad del Pas Vasco (UPV), donde trabaja como profesor asociado. Ha publicadoartculos acadmicos en revistas como Latina, Estudios del mensaje periodstico,Anlisi, Palabra clave y ZER. Sus principales lneas de investigacin son el pe-

riodismo en Internet y las publicaciones especializadas. Pas Vasco, ES. E-mail:[email protected].

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