El punto de partida de la revolución internacional
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8/13/2019 El punto de partida de la revolucin internacional
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El punto de partida de la revolucin
internacional
Antorcha nm. 8, mayo de 2000M.P.M. (Arenas)
Algunas personas han echado en falta en nuestra labor de denuncia de la guerra imperialista unos
planteamientos y consignas claras o realistaspara movilizar a las masas. A qu se puede atribuir
que no hayamos propuesto nada para conseguir la pazy el desarme, llamando, en cambio a
transformar la guerra imperialista en guerra civil revolucionaria? es que no resultara ms usto
plantear otras alternativas como, por eemplo, la consigna de huelga generalcomo medio de
detener la guerra? !ste puede parece un procedimiento mucho ms comprensible y realizable que
la transformaci"n de la guerra imperialista en guerra civil, pero con ello no s"lo no contribuiramos
a clarificar al movimiento revolucionario, sino que tenderamos a desviarlo por un camino falso.
Ante todo hay que tener en cuenta, como ya hemos e#plicado otras veces, que, dada la situaci"n dedesconcierto y desorganizaci"n en que se encuentra el movimiento obrero y comunista
internacional, actualmente no se puede plantear, como se hizo en ocasiones anteriores, la
posibilidad de revoluci"n para antes de que estalle la guerra imperialista o como medio de evitarla.
$a revoluci"n socialista no ha podido impedir la guerra que hoy ya es una realidad, pero esta guerra
s puede, como ha sucedido otras veces, crear las condiciones que hacen falta para el triunfo de la
revoluci"n proletaria. !ntre esas condiciones que se pueden ir creando en el curso de la guerra
imperialista o hacia el final de la misma, destaca, de manera particular, el debilitamiento de los
!stados, la radicalizaci"n del movimiento de masas, as como la formaci"n de sus destacamentos de
vanguardia capaces de organizarlas y de conducirlas a la lucha por el derrocamiento de la burguesa.
%ientras tanto, debemos ser precavidos y difundir consignas que permitan elevar la moral y la
conciencia poltica de los trabaadores, tales como contribuir a la derrota de la propia burguesay
transformar la guerra imperialista en guerra civil. &uede parecer que, actualmente, estas consignas
no dicen nada'o dicen menos que la que llama a la huelga general, por eemplo(. )in embargo,
desde nuestro punto de vista, dicen todo lo que se puede decir en estos momentos para contrarrestar
la propaganda o las alternativaschovinistas, pacifistas y conciliadoras que propagan los diversos
grupos y partidos reformistas y revisionistas.
&uesto que no se trata de pedir a los imperialistas que se desarmenni de llevar a cabo de forma
inmediata una acci"n de masas capaz de detener la guerra'cosa hoy da poco menos que
imposible(, lo ms que podemos hacer es prevenir a las masas y ayudarlas a estar preparadas para
que destruyan el sistema capitalista, que ha originado la guerra y todos sus males, en el momento en
que aparezcan todas las condiciones favorables para ello. !stas condiciones habrn de aparecer,inevitablemente, a medida que se e#tienda y se agrave el conflicto, aumenten las cargas y sacrificios
que la oligarqua financiera impone siempre a las masas y stas se vean obligadas a tomar una
posici"n resuelta contra el sistema. &ara preparar y acercar ese momento debemos difundir las
consignas que llaman a la derrota militar de la propia burguesa y a la transformaci"n de la guerra
imperialista en guerra civil, ya que no pueden e#istir otras consignas que e#presen meor, desde una
posici"n de principios, internacionalista y verdaderamente revolucionaria, los intereses del
proletariado.
)obre este particular, no est de ms recordar aqu el resumen que hizo $enin en *+ de las
ense-anzas de la primera guerra imperialista mundialA propsito de la lucha contra el peligro de
la guerra, pienso que la mayor dificultad reside en vencer el prejuicio de que es un asunto simple,claro y relativamente fcil. espondemos a la guerra con la huelga o la revolucin!" he ah lo que
dicen generalmente a la clase obrera los ms destacados dirigentes reformistas y, con frecuencia,
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el aparente radicalismo de esta respuesta satisface, tranquiliza, a los obreros, cooperativistas y
campesinos. #al vez la actitud ms justa sera comenzar por refutar esta opinin de la manera ms
categrica" declarar que sobre todo ahora, despu$s de la reciente guerra, slo la gente ms tonta o
los mentirosos ms empecinados pueden asegurar que semejante respuesta al problema de la lucha
contra la guerra tiene alg%n valor& declarar que es posible /responder/a la guerra con la huelga,
as como es posible /responder/a la guerra con la revolucin en sentido literal, en el sentido ms
simple de estas e'presiones(. $enin recomienda a continuaci"n0ay que e#plicar a la gente cul es la situaci"n real, hasta qu punto es grande el
misterio de que est rodeado el nacimiento de una guerra y hasta qu punto la
organizaci"n habitual de los obreros, aun cuando se llama revolucionaria, es impotente
ante una guerra realmente inminente.
0ay que e#plicar a la gente, de la manera ms concreta, c"mo ocurrieron las cosas
durante la 1ltima guerra y por qu no podan ocurrir de otro modo. 0ay que e#plicar
sobre todo la importancia del hecho de que la cuesti"n de la /defensa de la patria/ se
plantea inevitablemente, y de que la mayora de los trabaadores la zana,
inevitablemente, a favor de su burguesa. '*(
!sta situaci"n que describe $enin y elgran misterioque rodea o encubre el nacimientode la guerra
no se modific" esencialmente antes de la 22 3uerra %undial, aun cuando ya entonces, como es bien
sabido, se haba consolidado la primera revoluci"n socialista de la historia y las ideas comunistas
haban conquistado a la vanguardia proletaria en prcticamente todos los pases capitalistas
desarrollados, as como en la mayor parte de las colonias y pases dependientes. !ntre los factores
que intervienen en este resultado, $enin destaca el defensismoen que la burguesa plantea toda
guerra de rapi-a, lo que hace que la mayora de los trabaadores zanjenla cuesti"n a favor de su
burguesa. !n realidad, $enin no hace sino confirmar, sobre la base de la e#periencia, lo que ya
!ngels haba anticipado que sucedera en una carta escrita a 4ebel el de diciembre de *55
6onsiderara una guerra europea como una calamidad7 esta vez sera terriblementegrave7 el chovinismo se desatara por muchos a-os pues cada pueblo luchara por su
e#istencia. !n 8usia, todo el trabao de los revolucionarios, que estn en vsperas de una
victoria, sera aniquilado7 en Alemania, nuestro partido sera inmediatamente sumergido
y destruido por la ola del chovinismo. $o mismo ocurrira en 9rancia.
)in embargo, esta predicci"n un tanto catastr"fica o pesimista, cierta para el comienzo de la guerra,
como la e#periencia puso de manifiesto, sera corregida ms tarde por el propio !ngels, como el
mismo $enin habra de destacar en su artculo)alabras prof$ticas
0e aqu c"mo uzgaba 9ederico !ngels la futura guerra mundial, hace ya ms de treinta
a-os
&ara &rusia:Alemania, en la actualidad no es posible ya ninguna otra guerra que la
guerra mundial. ; sta ser una guerra mundial de escala y ferocidad sin precedentes.
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terminar todo esto y quien ser el vencedor en esta contienda7 pero un solo resultado es
absolutamente indudable el agotamiento general y la creaci"n de las condiciones para
la victoria definitiva de la clase obrera. =al es la perspectiva si el sistema de la mutua
competencia en los armamentos, llevado a sus e#tremos da, al fin, sus inevitables frutos.
0e aqu, se-ores reyes y estadistas, a d"nde ha llevado a la viea !uropa vuestra
sabidura. ; si no les queda otro remedio que empezar la 1ltima gran danza guerrera, no
vamos a afligirnos mucho >... &uede ser que la guerra tal vez nos releguetemporalmente a un segundo plano, puede ser que nos quite algunas de las posiciones ya
conquistadas. &ero cuando hayan desatado las fuerzas que ms tarde no seris ya
capaces de dominar, cualquiera que sea el curso de los acontecimientos, al final de la
tragedia os convertiris en ruinas y el triunfo del proletariado, o habr sido conquistado
ya, o ser, a pesar de todo, inevitable. '(
!n el comentario que sigue a esta cita de !ngels que nosotros hemos e#tractado, $enin e#plica
Alguna que otra cosa prevista por !ngels se realiz" de modo distinto, pues no poda
esperarse que el mundo y el capitalismo no sufrieran cambios en el transcurso de los
treinta a-os de desarrollo imperialista vertiginosamente rpido. &ero lo ms asombrosoes que tantas de las cosas previstas por !ngels se estn cumpliendo @al pie de la letra
!sto se debe a que !ngels hizo un anlisis de clase irreprochablemente e#acto y las
clases y sus relaciones recprocas siguen siendo las mismas.'B(
*as clases y sus relaciones recprocas siguen siendo las mismas. !sta afirmaci"n hecha por $enin
en *+*5, es decir, despus de que se hubiera cumplido laprofeca cientficade !ngels, puede
parecer contradictoria y hasta fuera de lugar si no se repara en que, como comenta el mismo $enin
ms adelante en el te#to que acabamos de citar,+ngels describe las consecuencias acumuladas
%nicamente por la poltica /e#terior/, sin referirse a la guerra interior, es decir, a la guerra civil, sin
la cual no ha ocurrido todava ninguna revolucin importante en la historia, sin la cual no se ha
imaginado el trnsito del capitalismo al socialismo ning%n mar'ista serio. si la guerra e'teriorpuede continuar por cierto tiempo sin provocar el /desorden irremediable/en el /mecanismo
artificial/del capitalismo, es evidente, que la guerra civil ya no es posible imaginrsela sin
semejantes consecuencias.
Ah tenemos e#puesto el cuadro completo, que describe de forma admirable la relaci"n e#istente
entre la guerra imperialista 'e'teriorpor naturaleza( y la guerra civil desencadenada por ella y que
deber conducir a la revoluci"n socialista y cuyas consecuencias no pueden ser otras que las de
provocar el desorden irremediableen el mecanismo artificial del capitalismo, ya que s"lo de esta
manera se podrn cambiar las relaciones sociales que engendran la guerra. !sas relaciones sociales
y la e#istencia de las clases vinculadas a ellas, por una serie de circunstancias que no viene al caso
detenernos a estudiar aqu, no se han modificado en lo ms esencial desde el final de la primera
guerra imperialista mundial hasta hoy, e incluso se podra decir que en ciertos aspectos se ha
producido un retroceso, por lo que tambin se puede afirmar, como entonces lo hiciera $enin, que
las clases y sus relaciones recprocas siguen siendo las mismas. $o cual significa que la guerra
e#terior que ya ha comenzado podr continuar por cierto tiempo sinprovocar el desorden, pero que
ese desorden irremediablellegar el da en que las masas obreras y otros amplios sectores de la
poblaci"n abandonen su defensismoo patrioterismo y pasen a la acci"n contra el !stado de su
propia burguesa7 de manera que la guerra ser, con toda probabilidad, tal como ha sucedido en
otras ocasiones, el punto de partida de la revolucin internacional.
!sto no nos e#ime de la obligaci"n de analizar hist"ricamente 'desde el punto de vista del
materialismo dialctico( la guerra imperialista en curso, evitando aplicar los clich$sms al uso, tal
como desde hace ya varios a-os est intentando hacer nuestro &artido. Algunos de esosjalonesquehan marcado esta trayectoria son bien reconocibles, no obstante conviene recordarlos a fin de sentar
una lnea que nos permita orientarnos en el futuro. 0ace ms de diez a-os publicamos en
http://f/Biblioteca/antorcha.org/cast/punto.htm#n2http://f/Biblioteca/antorcha.org/cast/punto.htm#n3http://f/Biblioteca/antorcha.org/cast/punto.htm#n3http://f/Biblioteca/antorcha.org/cast/punto.htm#n2http://f/Biblioteca/antorcha.org/cast/punto.htm#n3 -
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8esistencia n1m. *C 'noviembre, *++D( un artculo '*a contradiccin -este-este( en el que se
avanzaba un anlisis del desarrollo de las principales contradicciones de nuestra poca, a la vez que
se concretaban algunos aspectos que han dado lugar a la presente situaci"n, especialmente en
!uropa. $a conclusi"n que se desprende de dicho anlisis es que, hoy por hoy, las contradicciones
interimperialistas estn pasando a un primer lugar. %eses antes, en medio de la borrachera
pacifistaque haba provocado el final de laguerra fra, en el 2nforme al &leno del 6.6., celebrado
en agosto del mismo a-o, ya se llamaba la atenci"n sobre este problema +l enconamiento de lascontradicciones interimperialistas es otro factor importante de la actual situacin que deber ser
tenido en cuenta. +stas contradicciones siempre han e'istido, aunque ms o menos mitigadas
debido a la identidad de intereses de la burguesa y de los +stados capitalistas que les mantiene
enfrentados a los pases socialistas y a los movimientos revolucionarios. )ero %ltimamente sus
disputas y rivalidades estn pasando a un primer plano. +l derrumbamiento del socialismo en los
pases del +ste de +uropa y la perspectiva de un debilitamiento de la /00, han despertado los
apetitos y las ansias de reparto. +l olor del botn e'cita a las fieras y $stas han comenzado la
lucha, desplazando el centro de gravedad de las tensiones, desde otras regiones del globo, al centro
y al este de +uropa. +sta lucha habr de traer graves consecuencias.
Ena de esas consecuencias, sin duda la ms importante de toda la serie de actos de piratera quevenan cometiendo los !!EE en todo el mundo :por cuanto supuso unsaltocon el que acab" de
configurarse la nueva situaci"n, el nuevo orden internacional: fue la guerra de agresi"n llevada a
cabo contra 2raF.
$os !stados Enidos :aseguramos entonces en la
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Eni"n )ovitica, todo eso ha incitado al imperialismo yanFi a buscar una salida a la
grave crisis que padece por el camino de la guerra.
6omo se ha podido leer, entre los factores que configuran la nueva situaci"n, contbamos con la
posibilidad de un corrimientode algunas de las nuevas potencias militares del lado de los pases
socialistas. !ste es, sin duda, el punto ms floo de nuestra declaraci"n. ; se e#plica por la
confianza que a1n tenamos en que, dada la crisis en que se hallaba sumida la E8)) 'o lo que a1nquedaba en pie del !stado )ovitico(, pudiera producirse una fuertesacudidaen su seno capaz de
restablecer en poco tiempo su antigua posici"n en el mundo y de manera que obligara a un
replanteamiento de su poltica interior. !n ello podan estar igualmente interesados otros !stados y
pases, como la 2ndia, 2rn, etc., y formar un frente com1n anti:imperialista favorable a la
revoluci"n popular. ...+n
una situacin como $sta no hay lugar para las ilusiones pacifistas ni para las prcticas polticas
ms o menos reformistas. 6ay que oponer resistencia al r$gimen capitalista en todas las formas
posibles, desarrollar la desobediencia civil, negarse a pagar los impuestos, reforzar la
organizacin clandestina y hacer preparativos en todos los terrenos para impulsar la guerra
revolucionaria.
=anto aquella apreciaci"n de las consecuencias inmediatascomo las medidas que se proponen para
hacerles frente nos parecen fundamentalmente ustas y adecuadas siempre, claro est, que se tomen
como lo que realmente son, es decir, como una apreciaci"n y orientaci"n general que deber ser
precisada en cada momento o situaci"n concreta.
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antimperialista y adaptar su tctica a las condiciones de la lucha contra la burguesa imperialista en
cada pas. !n cualquier caso, todo esto habr de ser realizado sobre las s"lidas bases revolucionarias
e internacionalistas del mar#ismo:leninismo. $a ruptura con el revisionismo tiene que ser radical7
esto no ha de suponer una renuncia al legado hist"rico y a las tradiciones del movimiento comunista
internacional. =ampoco habra que descartar la posibilidad de rescataruna parte de los vieos
aparatosen uno u otro caso particular, lo que podra suceder sobre todo en pases como 6hina en
una situaci"n de grave crisis econ"mica y poltica o de abierto enfrentamiento con el imperialismo.
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comienzo de la guerra civil(, sino de aprovechar las mismas contradicciones interimperialistas y sus
consecuencias sobre las condiciones de vida y la conciencia de decenas de millones de trabaadores,
para encender la llama de la revuelta, desencadenar la guerra civil y arrasar con el sistema
moribundo de la burguesa.
!sta es la 1nica tctica acertada, la que corresponde aplicar a la situaci"n que hemos descrito, pues
tiene en cuenta no s"lo la situaci"n actual y la que se puede crear llegado un momento, sino tambin
los intereses fundamentales del proletariado internacional.
Hotas
'*( $enin, Ibras 6ompletas, tomo BB, !diciones )ociales, &ars, *+JB.
'( 9. !ngels, $ondres, *K de diciembre de *55L.
'B( $enin, + de ulio de *+*5, Ibras 6ompletas, tomo L.