El trabajo con comunidades notas para el aprendizaje

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Rev. Reflexiones 91 (I): 39-52, ISSN: 1021-1209 / 2012 EL TRABAJO CON COMUNIDADES: NOTAS PARA EL APRENDIZAJE WORKING IN COMMUNITIES: LEARNING SUGGESTIONS Laura Paniagua Arguedas' [email protected] Fecha de recepción: 26 abril 2011 - fecha de aceptación: 22 agosto 2011 Resumen Este artículo reúne una serie de notas para el trabajo con comunidades y permite tener un marco de referencia inicial para la investigación, la docencia y la acción social. Contiene reflexiones en torno a la ética, las formas de proceder en las comunidades y el trabajo de facilitación social que procura el aprendizaje y el seguir realizando preguntas sobre cómo es nuestra inserción y proceder al facilitar pro- cesos. Se plantea una invitación a la práctica cotidiana de la reflexividad en el quehacer de las ciencias sociales y a la implementación del "aprender a aprender" en el trabajo con personas. Palabras clave: Comunidades, trabajo de campo, educación popular, conocimiento, investigación, acción social, ética, reflexividad Abstract This article gathers a series of suggestions when working in communities and allows an initial framework for research, teaching and social action in communities. It contains reflections around the ethics, the forms to proceed in communities and the social facilitation work that seeks to continue learning and carrying out questions on our insertion and work while facilitating processes. Furthermore, we raise an invitation to a daiiy practice of reflexivity in the task of the social sciences and to implement a "¡earning- learning" practice when working with people. Key Words: Communities, field work, popular education, knowledge, research, social action, ethics, reflexivity "La investigación del pensar del pueblo no puede ser hecha sin el pueblo, sino con él, como sujeto de su pensamiento". Paulo Freiré El propósito de este trabajo es presentar ^''^''^J° ^^ investigadoras, investigadores, grupos . . -.., , ,_ . sociales, y especialmente estudiantes de ciencias una sene de notas utiles para el trabaio con . , , ., , sociales y humanidades, en su quehacer y para las comunidades. Este material puede servir al realizar el trabajo comunal. En adelante, para referirse a dichas poblaciones, se utilizará el término facilitadores, pues la idea es potenciar , y ^,., . . , .• c . TT • procesos con las comunidades. El texto orienta 1. Instituto de Investigaciones Sociales, Univer- . , . . sidad de Costa Rica / Instituto de Estudios ^'^^^^ ^^ ^''^''^J° ^"^ P"^*^^ realizarse desde la Sociales en Población (IDESPO), Universidad universidad o desde diferentes instituciones u Nacional. organizaciones.

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Rev. Reflexiones 91 (I): 39-52, ISSN: 1021-1209 / 2012

EL TRABAJO CON COMUNIDADES: NOTAS PARA EL APRENDIZAJE

WORKING IN COMMUNITIES: LEARNING SUGGESTIONS

Laura Paniagua Arguedas'[email protected]

Fecha de recepción: 26 abril 2011 - fecha de aceptación: 22 agosto 2011

Resumen

Este artículo reúne una serie de notas para el trabajo con comunidades y permite tener un marco dereferencia inicial para la investigación, la docencia y la acción social. Contiene reflexiones en torno ala ética, las formas de proceder en las comunidades y el trabajo de facilitación social que procura elaprendizaje y el seguir realizando preguntas sobre cómo es nuestra inserción y proceder al facilitar pro-cesos. Se plantea una invitación a la práctica cotidiana de la reflexividad en el quehacer de las cienciassociales y a la implementación del "aprender a aprender" en el trabajo con personas.Palabras clave: Comunidades, trabajo de campo, educación popular, conocimiento, investigación,acción social, ética, reflexividad

Abstract

This article gathers a series of suggestions when working in communities and allows an initial frameworkfor research, teaching and social action in communities. It contains reflections around the ethics, theforms to proceed in communities and the social facilitation work that seeks to continue learning andcarrying out questions on our insertion and work while facilitating processes. Furthermore, we raisean invitation to a daiiy practice of reflexivity in the task of the social sciences and to implement a"¡earning- learning" practice when working with people.

Key Words: Communities, field work, popular education, knowledge, research, social action, ethics,reflexivity

"La investigación del pensar del pueblo no puede ser hecha sin el pueblo, sino con él,como sujeto de su pensamiento".

Paulo Freiré

El propósito de este trabajo es presentar ^''^''^J° ^^ investigadoras, investigadores, grupos• . . -.., , ,_ . sociales, y especialmente estudiantes de ciencias

una sene de notas utiles para el trabaio con . , , ., ,sociales y humanidades, en su quehacer y para

las comunidades. Este material puede servir al realizar el trabajo comunal. En adelante, parareferirse a dichas poblaciones, se utilizará eltérmino facilitadores, pues la idea es potenciar

, y ^,., . . , .• c . TT • procesos con las comunidades. El texto orienta1. Instituto de Investigaciones Sociales, Univer- . , . .

sidad de Costa Rica / Instituto de Estudios ^'^^^^ ^^ ^''^''^J° ^"^ P"̂ *^̂ realizarse desde laSociales en Población (IDESPO), Universidad universidad o desde diferentes instituciones uNacional. organizaciones.

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El artículo no busca más que ser una seriede recomendaciones generales sobre el trabajocon comunidades. Se trata de un referente quedebe contextualizarse a la realidad histórica ysubjetiva de cada lugar con el cual se trabaja.Sin embargo, este advierte sobre dimensiones decorte metodológico y para el trabajo de campo,que es importante tener en cuenta.

Cabe aclarar que este documento no debeleerse ni utilizarse como un manual o una "rece-ta". Se trata de un conjunto de reflexiones quefacilitan el análisis de las formas en las cualesprocedemos en el trabajo. Reúne, asimismo, unaserie de inquietudes que pueden surgir cada vezque enfrentamos la experiencia de trabajar concomunidades.

Una parte de los insumos surge de la revi-sión de bibliografía especializada, pero la mayorparte de las reflexiones provienen de la experien-cia en algunos proyectos desarrollados desde elInstituto de Investigaciones Sociales de la Univer-sidad de Costa Rica en los últimos cinco años, asaber: "La Carpió, la experiencia de segregaciónurbana y estigmatización social" (2005-2008), delequipo coordinado por el Dr. Carlos Sandoval,con la Licda. Monica Brenes y la Licda. KarenMasís. El proyecto "Memoria y acción comunalen La Carpió (2009-2010)" apoyado durante dosaños por el Fondo concursable para el Fortale-cimiento de la Relación Universidad-Sociedady el Trabajo Comunal Universitario "Promociónde una cultura de respeto y solidaridad en elcontexto de las migraciones en Costa Rica"(2009-2011). Asimismo, se retoma el aprendizajede la participación en la Brigada de Atención Psi-cosocial en Desastres de la Escuela de Psicologíade la Universidad de Costa Rica (2003-2009), acargo de la Licda, Lorena Sáenz. Finalmente, eltrabajo final de graduación realizado en Tirrasesen compañía de la Licda, Karen Masís (Masís yPaniagua, 2006).

El artículo se divide en cuatro secciones.La primera introduce algunas reflexiones entorno al para qué se hace el trabajo desde lasciencias sociales. La segunda establece algu-nos parámetros sobre la ética en el trabajo conpersonas, en donde se retoman los aportes delcurso "El contexto social en la evaluación deproyectos", impartido por el Dr. Manuel Solís

en la Universidad de Costa Rica durante el IIsemestre de 2006. La siguiente sección introducediferentes momentos del trabajo con comunida-des: el contacto inicial, las formas de actuar ytrabajar, la formulación de proyectos y planes detrabajo y advierte sobre algunas dificultades quepueden presentarse en la labor de las cienciassociales. Finalmente, la última sección abre unespacio para pensar y repensarse en la investi-gación, acción social y docencia, a través de lareflexividad.

Trabajar para transformar

Las comunidades son formas de organi-zación humana vinculadas a un espacio y a unavida cotidiana común a sus miembros. En ellas,se escenifican vínculos, conflictos, proyectos y lavida en general. Son agrupaciones humanas quese forjan histórica y materialmente, construyén-dose y transformándose constantemente.

El trabajo con comunidades es una expe-riencia profesionalizante de la cual siempre seaprenden cosas nuevas. Debe tenerse en cuentaque según la institución u organización a la que serepresenta, así será el recibimiento por parte de lapoblación; y mucho peso tienen las experienciasprevias vividas en la comunidad y los vínculosexistentes o no con la institución u organizaciónde donde se procede. Es fundamental, desde elprimer momento, identificarse para que sea claroel referente en la población.

Para las universidades u organizaciones esfundamental el trabajo con comunidades, puesconstituye un aprendizaje cotidiano, para estu-diantes y docentes, en el cual, la experiencia devida de la población con la que se trabaja y lasenseñanzas de su lucha diaria, sirven de sensibili-zación y empuje para actividades de transforma-ción y también como elementos de primera manopara el análisis de la situación del país, la regióncentroamericana y la sociedad, en el contextoactual. Todo trabajo con personas, que busca unatransformación sobre su entorno y condiciones devida, puede considerarse como un trabajo políti-co, pues parte de la acción concreta sobre la rea-lidad. En ese sentido, son fundamentales algunasreflexiones antes, durante y posterior al contactoy trabajo en una comunidad, que se desarrollan

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en el presente documento con el fin de orientar eltrabajo e intervención en las comunidades.

Como lo señala Zibechi (2006: 127-128),de lo que se trata es de:

Convertir cada espacio, cada instancia, cada acción, enexperiencias y espacios pedagógicos, de crecimiento yaprendizaje colectivo. Convertir al movimiento en sujetopedagógico implica poner en un lugar destacado la reflexióny la evaluación permanente de todo lo que está sucediendo,abrirse como espacios de auto-reflexión y, por lo tanto, darsetiempos interiores que naturalmente no coinciden con lostiempos de los partidos y el Estado.

Un punto de partida es pensar que el tra-bajo de las ciencias sociales tiene el propósito detransformar, pero no se trata de impulsar cambiosconcebidos por un grupo de "expertos" o en lasoledad de un escritorio, sino, por el contrario,encontrar la manera de acercarse a las inquietu-des, reflexiones, sentires y deseos de las personas,los grupos y las comunidades.

Al decir de Paulo Freiré (1978: 98), "...cuanto más investigo el pensar del pueblo conél, tanto más nos educamos juntos. Cuanto másnos educamos, tanto más continuamos investi-gando. ..". De ahí que el trabajo con comunidadesse conciba como una experiencia de enseñanzay aprendizaje interminable; la cual únicamentepuede darse en la reciprocidad de la interacciónentre seres humanos, sin anteponer de previo eti-quetas o gabachas.

Nuestra perspectiva ideológica de la que separte al trabajar debe ser clara, pues motivacionese intereses pueden ser muchos, pero el reto esdar un lugar a la gente, con rostros, con voces ymanos propias para trabajar. Ricardo Falla (1998)indica en un artículo que puede caerse en debatesimproductivos si se establece una división tajanteentre la investigación y la acción social, puesambas se potencian mutuamente: "para resolverlos grandes problemas de nuestros pueblos, y paraque acciones e investigaciones no desemboquenen actividades disparatadas o insulsas, sino enesfuerzos que promuevan relaciones más justasentre los seres humanos".

La pregunta que mueve la investigación-acción es fundamental, en torno a cuáles sonlas posibilidades de incidencia sobre la realidaddesde un proyecto académico en un trabajo en

conjunto con la comunidad. Los resultados seenmarcan en el paso inicial que constituye lareflexión sobre la realidad en la cual se encuen-tran inmersos los sujetos, y, posteriormente, elincentivo de las preguntas sobre qué hacer antela realidad que se enfrenta, motiva la creaciónde propuestas. Si bien los cambios que vive unacomunidad no pueden atribuirse a un proyecto,sino a los procesos de la comunidad misma, elmotivar preguntas sobre la posibilidad de cam-bios y las aspiraciones en los grupos comunaleses fuente en sí misma de transformación social.

La orientación central para el trabajo delas ciencias sociales y de otras áreas del conoci-miento sería la justicia. Falla (1998) plantea treselementos a tener presente para buscar conexio-nes entre la investigación y la transformación, loscuales se transcriben a continuación:

1- Que la motivación y orientación de la inves-tigación sea resolver los grandes problemasde injusticia: la pobreza, la violencia, ladestrucción del ambiente, la propagacióndel SIDA, la discriminación de la mujer, lacorrupción política, etc., etc. Hay temáticasque no "venden" y otras que "están de moda".En cualquier caso, la orientación hacia la jus-ticia debe tratar de mantenerse contra vientoy marea.

2- Que la investigación se conduzca con rigoracadémico, que sea autocrítica en sus pre-supuestos, que sospeche de sus fuentes, yque reconozca los límites de sus métodos.La investigación debe caracterizarse por lahonradez intelectual reflejada en la teoría,el método y las técnicas. Y la ciencia debereflexionar sobre sí misma para ver si no estásirviendo para sostener las injusticias.

3- Que el análisis se realice en diálogo. Confrecuencia, el entrenamiento intelectual lleva,por la dinámica de la competencia, a un esti-lo individualista de trabajo. Debería existirdiálogo entre quienes investigan la mismadisciplina y entre las distintas disciplinas.La investigación debe tener como uno delos principales criterios de la verdad de susanálisis el diálogo con los afectados, seadirectamente o sea a través de las personas

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que están en la vanguardia de la acción social(Falla, 1998: 1).

Debe tenerse presente que la prioridad deltrabajo de las ciencias sociales es el beneficiode la comunidad y de las personas que habitanen ella; es decir, se busca generar aportes a esasociedad que permite la existencia y sostenimien-to de la educación pública.

Dimensiones éticas

La ética es un compromiso con la vida,pero fundamentalmente un compromiso con lavida de los otros y las otras. Tiene que ver eon lohumano que existe en cada persona. Posee rela-ción, además, con la idea que se tiene de justicia,de verdad y de lo honesto. Es decir, la ética seliga a los valores, en especial al valor del respetopor la integridad física, emocional, psicológica ysocial de toda persona. La ética tiene variantes enrelación con el contexto soeio-histórico y culturalen que nos ubiquemos (Boff, 2001).

Tomando eomo punto de partida que el tra-bajo en comunidad se realiza en contacto con per-sonas y su habitat, requiere un compromiso ético,lo que conlleva el respeto por nosotros y nosotrasmismas, por el otro y por la otra, sea un compa-ñero, compañera o una persona de la comunidad yel respeto y valoración de su entorno (casa, barrio,poblado). Dicha ética, además, toma en cuenta laresponsabilidad con la vida en todas sus dimen-siones, incluyendo especies animales y vegetales.Por lo tanto, se requiere evitar aquellas accionesque pongan en riesgo o perjudiquen el bienestarcolectivo y ambiental, y velar por el respeto yreconocimiento de los derechos humanos, másallá del discurso.

Esta dimensión del trabajo incluye unareflexión constante alrededor de la pregunta¿quién es el otro para quien investiga/trabaja? Ytambién ¿quién es quien investiga para la gente?De cuya respuesta dependerá en buena medidala relación e interacción entre facilitadores y lacomunidad.

Es por eso que la discusión sobre el que-hacer científico en general, y en particular en lasciencias sociales, implica retomar consideracio-nes éticas y, por tanto, sobre los valores, pues toda

libertad tiene sus límites en la responsabilidad, laley y las consideraciones sociales (Jonas, 1995).

En nuestra época, la producción científicase ha convertido en un producto comercial antelo cual debe reflexionarse. Se da "...una produc-ción manipulada del conocimiento que se vendea quienes pueden "pagar" por los servicios..."(Torres, 2001:164); en esta lógica mercantilista esnecesario tener en cuenta la dimensión ética enel proceder con personas, las cuales son sujetasde derechos, y, por esta razón, la investigaciónno puede limitarse a un ejercicio comercial queextraiga información y genere sólo provecho paraquienes investigan.

El trabajo con comunidades requiere delconsentimiento informado de las personas, elcual consiste en un contrato (oral y/o escrito)entre el investigador o investigadora y la personao comunidad que contribuye con información.Tanto en las ciencias sociales como naturales, elconsentimiento debe ir más allá de obtener de laspersonas la anuencia a participar; se le denomina"informado", pues debe comunicárseles completay sencillamente: los objetivos del proyecto, lascondiciones y consecuencias posibles (a corto,mediano y largo plazo) que tenga la actividad osustancia a prueba; debe, además, asegurarse laprotección de la población y la confidencialidadde los testimonios que brinde. El consentimientoes especialmente importante cuando se trabajacon personas menores de edad y, en este caso,debe ser firmado no sólo por el niño, niña o ado-lescente sino también por la persona encargada.

Otros aspectos importantes que debe con-tener el consentimiento son los fines para los cua-les se busca la información, cómo será utilizada ysi el investigador o investigadora se comprometeo no a devolver los resultados a quienes la faci-liten y de qué forma lo hará. Igualmente, debeaclararse en el documento si se grabarán o no lassesiones o actividades (en grupo o entrevistas) yde qué forma serán grabadas. Algo muy impor-tante del consentimiento informado tiene quever con establecer desde un inicio la libertad quetiene la persona de retirarse en cualquier momen-to de la investigación sin que esto signifiqueningún perjuicio.

La Universidad de Costa Rica posee unReglamento Ético Científico (UCR, 2000) y

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un manual (UCR, 2006) que orientan en estequehacer. En el artículo 7 del Reglamento ÉticoCientífico se establece:

Las comunidades, grupos sociales o muestras de poblaciónde determinadas características, donde se realicen investiga-ciones que les atañen, deberán contar con un representante,quien se encargará de brindar el consentimiento informado.Deberá promoverse el respeto por la cultura de las comunida-des y, en el caso de que existan limitaciones de comunicacióno de lenguaje, deberá faeilitarse la comprensión de las preten-siones y alcances de la investigación (pág.l 1).

En ese sentido, el consentimiento informa-do tiene como objetivo velar por la seguridad delas personas y comunidades con el fin de que nose introduzcan riegos físicos, psíquicos, ni emo-cionales para los sujetos involucrados en la inves-tigación. Es decir, acciones que atenten contra laintegridad física, la intimidad o la moralidad delas personas; asimismo, resguarda al investigadoro investigadora, asegurando un ejercicio transpa-rente de su profesión.

Sin embargo, cabe hacer la excepción deque la confidencialidad tiene límites, pues quieninvestiga debe conocer las leyes y, sobre todo,los delitos de denuncia obligatoria que existenen su país (por ejemplo aquellos ligados al abusosexual), así como los códigos penales, las norma-tivas conexas y los convenios internacionales sus-critos. Por tanto, en estos casos la responsabilidaddel investigador o investigadora se encuentra porencima de la confidencialidad, y debe romper conla misma ante el conocimiento de una acción queimplique la violación de la ley (Campos y Salas,2004), y el perjuicio de poblaciones que poseenprotección especial, como es el caso de niños,niñas y adolescentes.

La ética va más allá del consentimiento,pues debe ser una forma que regule (autorregule)de quienes trabajan con las personas. Entonces,es necesario velar porque la información obte-nida sea tratada con el mayor respeto, que nosea divulgada de forma informal o generandoconflictos en la comunidad. En ese sentido, sehace necesaria una reflexión y autorreflexión pro-fundas sobre el tratamiento dado a la poblaciónen el trabajo, a lo largo de todo el proceso, quepermita tener claro por qué se elige a ese grupo,con cuáles conceptos se caracteriza a dicha

población, cómo se dirige a ésta con la palabraescrita y con la palabra hablada, cuáles son lasformas de aproximarse a esa población, cuáleslas consecuencias (esperadas e inesperadas, deprovecho, indiferentes o de perjuicio) que puedetraer la investigación para este grupo, cuál es elpapel que el investigador o investigadora asumeante la población con la que trabaja, cuál es sucompromiso como persona, más allá de su traba-jo. De esta manera, se trata de:

Una ética aplicada, una ética de dereehos fundamentalespredicables que promueva la dignidad humana, como límiteinfranqueable de la vida en sociedad, una ética solidaria querebase el individualismo; una ética democrática participativaque promueva el pluralismo como reconocimiento del otro;que reconozca las minorías y las proteja de los probablesabusos que las mayorías pueden causar (Tocora citado enBorrero, 2002: 162).

Finalmente, el asumir la dimensión éticaimplica reconocer que el investigador o investiga-dora, sea estudiante o profesional, se encuentra enuna posición de poder y que todo poder conllevauna responsabilidad ineludible con el otro y laotra. Lejos de satisfacerse en el lugar del privile-gio, debe abstenerse de hacer un uso inadecuadode su posición en perjuicio de las personas ocomunidades. Esto les lleva a cuestionar:

"...precisamente «pa ra quiénes» trabajan. El investigadorno es neutro. ¿Al servicio de quién se implica? Esta « tomade posición», lejos de ser cómoda, necesita un trabajopermanente de reflexión crítica del investigador sobre lasimplicaciones teóricas y metodológicas de su intervenciónen el proceso de investigación-acción (Le Boterf, 1986: 32).

Por eso, Hans Jonas (1995) apuesta poruna nueva ciencia que no sirve para aumentarnuestro poder, sino para vigilarlo y protegerlode sí mismo. Se trata de obtener poder sobre elpoder. Esta nueva ciencia sólo será posible si seexperimenta en forma de visión de manera queproduzca en nosotros el sentimiento adecuadoque mueve a la acción y a humanizar los cono-cimientos científicos. Si en nuestras actuacio-nes como cientistas sociales estamos afectandodirecta o indirectamente el bienestar de otros, esfundamental reflexionar sobre ese poder y, másallá, sobre las implicaciones éticas de nuestrasprácticas. Esto llevaría a un cuestionamiento

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ampliado, sobre cuáles son las consecuenciasque puede traer la investigación para un grupoo comunidad, una reflexión que como dijimosdeber ser permanente en la práctica profesional.

Introduciéndonos en el trabajo concomunidades

Conformar un buen equipo puede cons-tituir un aspecto que le imprimirá al trabajouna fuerza trascendental. En el equipo las y losfacilitadores se acompañan, comparten sus expe-riencias, evalúan las dificultades y buscan, enconjunto, solución a las limitaciones. Otro aspec-to relevante de la conformación de equipos es laposibilidad de tener varias perspectivas sobre unmismo acontecimiento o situación para así podertomar las decisiones. Asimismo, el equipo facilitalas labores de recolección y análisis de la infor-mación, así como la realización de actividadesque requieren una compleja organización (Sando-val, Brenes, Masís y Paniagua, 2010).

Una adecuada planificación de las etapasprevias a entrar en contacto directo con la comu-nidad permitirá un mejor trabajo, optimizar losrecursos y facilitar que el proceso se sostenga.Dicha planificación parte de visitas y de un cono-cimiento amplio de la comunidad, antes de pro-ceder a comenzar con el proyecto y a recolectarinformación más específica.

El primer contacto con las personas de lacomunidad es de vital importancia, pues de éldependerán el acercamiento o distanciamientoposteriores, y el éxito o fracaso del trabajo reali-zado con la población. En ese sentido, debemostener presente que:

"...se optó por cierta localidad y por cierta "entrada" quemarca la experiencia de campo. Esta debe pensarse concuidado en función del objeto de estudio. No hay entradaneutral. Entrar, por ejemplo, por el sistema escolar o porcierta persona conocida, y en cierto momento, contribuye ala definición de esa experiencia y de la información que seconsigue. Por ello es tan importante considerar la entrada alcampo de antemano en función de los propósitos del estudio[...] en gran medida se van encadenando posibilidades a partirde los puntos de entrada (Rockwell, 1987).

Por esas razones, este apartado contie-ne una serie de recomendaciones para realizarlos primeros contactos. Para ello, es necesario

que eliminemos todos aquellos elementos queinterpongan barreras entre nosotros-nosotras yla comunidad. En ese sentido, aspectos como laforma de vestir, de hablar e interactuar en y con lacomunidad son centrales en la imagen que se harála misma sobre nuestro trabajo y presencia allí.

Con respecto a la vestimenta, una aparien-cia física descuidada puede ser motivo de rechazopor parte de la población, por lo tanto, debemoscuidarnos de utilizar ropa sencilla teniendo encuenta las condiciones climáticas de la zona y lasactividades que se van a realizar. La vestimentatambién va a indicar el lugar que queremos teneren la comunidad, entonces, debe evitarse el usoinnecesario de gabachas, ropa rota o muy ajus-tada o accesorios excesivamente llamativos, quepueden distraer la atención de las personas par-ticipantes en las actividades, lo cual entorpeceríael trabajo a realizar. También debe contemplarsequé consecuencias tiene si se lleva una camisetacon un mensaje político o chistoso. Por ejemplo,es común que en lugares soleados se usen ante-ojos oscuros, pero esto puede interponer unadistancia con las personas al conversar con ellas,ya que el contacto visual permite relajación ydesarrollar la confianza con nuestro interlocutoro interlocutora. Otro ejemplo es el uso del telé-fono celular, que puede ser una herramienta útilen el campo, pero también puede convertirse eninterruptor en una entrevista o taller, o puede sertambién un referente de la procedencia de clasepropia frente a la comunidad.

Otro elemento fundamental del trabajocon comunidades es el lenguaje, pues constituyeuna de las herramientas más valiosas con lasque contamos. Desde el primer contacto con lacomunidad, va a ser crucial utilizar un lenguaje yvocabulario cercanos al lugar y a la comunidad;es decir, para comunicarnos fluidamente con laspersonas se requiere del uso de palabras sencillas,relacionadas con el contexto y la historia de lacomunidad. Por un lado, no hace falta escudarseen un lenguaje técnico o complejo, con términossofisticados que buscan un posicionamiento como"experto" o "experta"; por el otro, tampoco setrata de usar palabras tan simples que sean vacíaso insulten la inteligencia o conocimientos de laspersonas que habitan en la comunidad. Debetenerse cuidado con emplear palabras o inducir

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conversaciones que puedan resultar insultantes odenigrantes para los códigos o valores del lugar.

Un aspecto importante para proceder en elcampo, relacionado con lo planteado anteriormente,consiste en que, para referirnos o dirigirnos a laspersonas, es necesario utilizar siempre sus nombres,ya que el hecho de llamarles por sus nombres les daidentificación y reconocimiento, y muestra el interésdel/la oyente por la persona, sin importar la edad, lacondición socioeconómica o su procedencia.

Debemos ser muy cautelosos y cautelosascon lo que decimos, pero también con lo queescuchamos. Es muy común que durante el traba-jo nos enteremos de situaciones en la comunidad,en torno a relaciones y luchas por el poder o acondiciones familiares o personales, las cualesdeben manejarse con mucha discreción y precau-ción; se debe evitar, especialmente, la divulgaciónde aspectos privados o los que llegamos a cono-cer gracias a la preparación académica. En todoslos casos, las averiguaciones realizadas deben sercanalizadas para contribuir a que la comunidadreflexione sobre estas y se encargue de atender-las, pero en espacios destinados para ello comotalleres, reuniones, capacitaciones, etc.

El contacto inicial con la comunidad debesostenerse sobre la confianza que se va cons-tituyendo históricamente durante el desarrollodel trabajo con comunidades; esta relación deconfianza debe cuidarse y afianzarse en princi-pios de solidaridad, compromiso y participacióntanto de las y los universitarios como de las y loshabitantes del lugar. No quiere decirse con elloque no existan dificultades, conflictos o interesesespecíficos de cada parte que se presentan enla relación universidad-comunidad, sino que sedebe tener presente que también son parte de ladinámica de trabajo en el campo. Por lo tanto, aestas problemáticas se les debe dar un lugar yser motivo de reflexión y atención. Como señalaElsie Rockwell (1987: 6):

La definición de las situaciones en el campo depende de lacapacidad para explicitar ante los habitantes de la localidadquién es uno y qué sentido tiene el trabajo que se emprende.Esa es tarea difícil, cruzada por todos los procesos pococonscientes de identificación que funcionan en cualquiersituación cotidiana. Los argumentos racionales son insufi-cientes para que a uno se le crea la primera vez. Toma tiempolograr que se acepten las explicaciones que se ofrecen acerca

del sentido o el "objetivo" del trabajo. Lo más importante talvez es comunicar en los hechos la seguridad de que no se uti-lizará ninguna información en contra de quienes le permitena uno trabajar en su centro de trabajo [o en su comunidad];la confianza se gana al no involucrarse directamente en losproblemas particulares que ocurren entre los sujetos y, sobretodo, en cualquier acción que puede "dañarlos". Este compro-miso tiende a fijar límites a la participación en las situacionesen las que somos testigos,

Pero, cabe decir que la subjetividad dequien investiga se encuentra particularmente vul-nerable durante las primeras etapas de un procesode investigación o entrada al campo; existen múl-tiples ansiedades que despiertan en razón de lasincertidumbres propias de llegar a un lugar nuevo,el temor a iniciar relaciones, el convertirse en"extraño", el acercarse a lo desconocido e intentarconocerlo. Estas sensaciones deben ser vividasy reflexionadas, ya que enriquecen el procesode investigación, permitiendo la adquisición decierto control sobre las mismas, con el fin de noentorpecer nuestras acciones. De esta manera, al:

,,,inicio del trabajo de campo suele ser muy angustiante nollevar cosas claras, no llevar categorías, preguntas, planesde dónde estar, de qué hacer, A veces conviene tener listasde eventos o informantes o bien programar actividadesrutinarias, eomo registrar cifras, hacer croquis, etc, parasaber dónde estar y qué hacer, Pero esa situación se remediamás bien mediante la construcción del objeto de estudioque con la definición operativa del trabajo de campo. Esmás importante pensar dónde está la mente que dónde estáuno, físicamente. Comprender que uno de hecho lleva cosas"claras", categorías seguras; que se trata de descubrir cuálesson y volverlas un poco más confusas para construir conoci-miento nuevo de algo que no se conoce. Tal vez esto últimoes la clave. Tener preguntas, saber lo que uno no conoce. Sise parte de ahí, empieza a adquirir sentido y a articularse eltrabajo de campo (Rockwell, 1987),

En síntesis, la presentación personal, ellenguaje y la forma en que se realiza el trabajoson fundamentales en el campo, y la entrada en lacomunidad definirá la fluidez (o no) de nuestrasrelaciones con esta. En ese sentido, se está dandola cara por una institución, una universidad uorganización y por un proyecto; pero debe acla-rarse que no se trata simplemente de "guardar lasapariencias", sino que lo central es la comunidady realizar una práctica profesional acorde con laética y el respeto hacia las personas con la cualestrabajamos.

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Sobre las formas de actuar y proceder enla comunidad

Debemos aproximarnos a la comunidadcon la disposición para brindar una escuchaatenta, sincera, sin prejuicios ni preconcepcionessobre la comunidad y su gente. El interés quemueve dicha escucha es el de conocer y atendera lo que tienen que decir las personas sobre surealidad, sus sueños y sus necesidades. En esesentido, es importante que lleguemos al campocon preguntas, no con las respuestas ya pensadas.En este trabajo, se "aprende con y de la gente,enfocando los conocimientos, las prácticas y lasexperiencias locales" (Geilfus, 2005).

Las y los estudiantes, investigadoras einvestigadores deben aspirar a ser facilitadoras yfacilitadores de procesos, es decir, convertirse enprofesionales que no están para enseñarle y decir-le a las personas lo que deben hacer, "sino paracompartir experiencias, apoyar a la gente a sacarlo mejor de sus potencialidades, asesorarlos con-forme a lo que ellos mismos consideran como susnecesidades, y apoyarlos en determinar y negociarlas soluciones más apropiadas" (Geilfus, 2005).

Esta forma de trabajo implica "aterrizar"en la realidad de cada comunidad y grupo, ysuperar distancias o fronteras por la clase sociala la que pertenecemos o pertenecen las personas.Ahí la frase "ponerse en los zapatos del otro"cobra gran importancia.

Una parte muy importante de la disposi-ción para la escucha es atender a las propuestasque provienen de las personas para solucionar susproblemáticas y necesidades. Se trata de no impo-nerles nuestras ideas, proyectos o actividades. Enese sentido, debe prevalecer la idea de que nues-tro papel es facilitar los procesos y propiciar quelas habitantes y los habitantes de la comunidadarticulen sus propios conocimientos, reflexionesy acciones para enfrentar una situación específi-ca. La atención a las personas propicia, asimismo,el sostenimiento de los proyectos y de las pro-puestas a futuro, permitiendo la emergencia de unpositivo sentido de apropiación del proceso y dela transformación de su realidad. En la medida enque el involucramiento lleve a sentir como suyoel proyecto y como algo de importancia y valorpara toda la comunidad, se alcanzará que los

productos sean cuidados por la gente y, además,se asegurará que el proceso lo sostenga la comu-nidad misma, a través del tiempo.

En toda actividad realizada en la comuni-dad (visitas, entrevistas, grupos focales, talleres,capacitaciones, etc.), es relevante que se guardeel respeto por las personas y grupos, como seestableció en el apartado sobre las dimensioneséticas; entonces, se debe procurar no ser invasi-vos o invasivas de la privacidad y las vidas de laspersonas, así como no saturarlas con preguntas ycompromisos. De allí que antes de realizar cual-quier actividad se deben establecer objetivos cla-ros, que sean trabajados por las y los pobladoresy conocer su disponibilidad de horarios, interés einvolucramiento.

Un elemento a tomar en cuenta es el usode cámara fotográfica y grabadora para el trabajocon personas. Estos elementos "extraños" debenser manejados con discrecionalidad al introducir-los a un espacio en el cual son poco cotidianos. Esnecesario solicitar la autorización de las personaso grupos a los cuales se les tomará fotografías;una buena experiencia resulta el brindar a las per-sonas la cámara para que retraten pos sí mismaslo que quieren mostrar y cómo lo quieren mostrar.La grabadora también resulta ser un instrumentoque inicial mente puede generar resistencias, perodebe ser explicado su uso como ayudante a lamemoria en el trabajo que realizamos. De allí laimportancia de que la entrevista alcance el gradode conversación de manera que el contacto visualcon las personas sea el sostén que impida su inti-midación o distracción por parte de la grabadora.

La interacción y el comportamiento deinvestigadores, investigadoras, estudiantes y faci-litadores son claves en la imagen que las personasde la comunidad construyen sobre el trabajo y lainstitución u organización. Es relevante procederde una forma ética en el campo y buscar espaciosordenados y bien dirigidos, fuera de la dinámicacomunal, para solucionar conflictos, diferencias oinquietudes sobre el funcionamiento interno grupal.

Los códigos de comportamiento en lacomunidad son un límite para quienes la visitan.Por eso es importante ir conociendo dichas nor-mas y respetarlas, pues de lo contrario se entraen conflicto con acuerdos simbólicos que rigenel comportamiento grupal, lo que puede llevar a

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que se cierren las puertas y se agote la confianza.A toda costa se deben evitar conductas excesivasque interfieran con la cotidianidad comunal, estodepende de cada caso y contexto, por ejemplo,hablar escandalosamente o irse de fiesta sin unainvitación expresa de las personas de la zona.

Está demás mencionar que los reglamentosinstitucionales restringen el ingerir bebidas alco-hólicas en las comunidades. Con el fumado, debepensarse en la relación que existe con la pobla-ción, en primer lugar para respetar a las personasno fumadoras y, en segundo lugar, por el lugarque ocupan las y los facilitadores. Para ejempli-ficar, puede mencionarse el caso del joven queva a una comunidad a trabajar con niños y niñasel tema de la protección del medio ambiente, yesos niños y niñas le hacen ver que está conta-minando cuando lo ven fumando. Sin duda debebuscarse el lugar adecuado para fumar, el cual nonecesariamente es frente a los niños y niñas conquienes se tiene un proceso educativo en curso.Además, cabe preguntarse ¿cuál es el lugar delfumado para la comunidad con la cual se estátrabajando?, en algunos casos puede ser "un lujo",o en contextos muy conservadores, "un vicio degente de malas costumbres"; lo importante allíes tener claro que todas nuestras acciones tienenconsecuencias.

Pasando a otros temas, el humor es uningrediente relevante para el trabajo con comu-nidades. El momento en que aparece la risaespontánea en el contacto, interacción, diálogoo reunión, es señal de que se está potenciando laconfianza y el bienestar. Por el contrario, en losgrupos o reuniones en los cuales las personas seinhiben de hacer bromas y construir chistes desus vivencias, se está propiciando un ambienterígido y poco productivo. Como todo, debe tener-se un balance, no se trata de que las reunionessean espectáculos de chistes, tampoco de darle unlugar central a quien lo que quiere es concentrarla atención en sí mismo desviándose de la tareaque tiene el grupo. Sin embargo, son invaluableslas relaciones que se consolidan en una comuni-dad en la que se comparte la risa. Son momentosque unen y relajan.

Se recomienda llevar un diario de campoen el cual se registren los principales aconte-cimientos, sensaciones, ideas, comentarios, y

cualquier tipo de información brindada por laspersonas de la comunidad o por el contextosocial. Es un registro libre, pero en cualquiermomento puede servir de ayuda a la memoriaante el detalle de tan amplia experiencia.

Otro elemento que debe tenerse en cuentay que es imprescindible leerlo desde un principioes el ritmo de la comunidad. La paciencia es unacualidad clave para el trabajo con personas. Cadalugar, cada grupo, cada espacio tiene sus tiempos,su velocidad, sus momento de empuje y momen-tos de retroceso, sus inyecciones de adrenalina ysus "bajonazos". Por eso no puede esperarse quetodas las comunidades respondan de igual formao vayan al ritmo de un cronograma predetermina-do. Es probable que en el camino haya momentosen que se puede acelerar y otros en los que esmejor detenerse o bajar la velocidad; lo relevantees tener conciencia de ese ritmo y no atropellarlos procesos, por el afán de cumplir un calendarioo correr por presiones externas. Si se violenta elritmo de la comunidad, es más que seguro que elproyecto sea abandonado, pues el tiempo es unapresión proveniente del mundo del trabajo y lacomunidad es mucho más que eso; como lugarde vida, el trabajo con la misma debe montarsesobre esas motivaciones que van a mantener a laspersonas interesadas en participar y aportar, puesse requiere de sacrificio y esfuerzo.

La formulación de proyectos o planes detrabajo

Teniendo en cuenta que "...lo que deter-mina realmente la participación de la gente, esel grado de decisión que tienen en el proceso..."(Geilfus, 2005), es necesario establecer algunasconsideraciones sobre la formulación de los pro-yectos o planes de trabajo.

Cada proyecto debe buscar el beneficio dela comunidad y de las personas que allí habitan,estimulando las capacidades personales y colec-tivas, y propiciando mejores condiciones de viday el bienestar (Sen, 2000). Estos proyectos debenresponder a las necesidades planteadas por laspersonas de la comunidad y a sus demandas, locual facilita el sostenimiento y ejecución de laspropuestas, así como la participación comunal.Cada proyecto debe cuestionarse si está creando

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las condiciones para que todas las personas ten-gan la oportunidad de desarrollar sus capacidadesy a la vez acceder a las condiciones básicas queaseguren esto.

Por eso, antes de plantear un proyecto enconjunto con la comunidad, es necesario manejarinformación sobre su contexto y sus condicionessociales y culturales: la composición de la pobla-ción (edades, sexo, nivel educativo, ocupaciones),la historia comunal, organización política (quié-nes tienen el poder, quién toma las decisiones), lavivienda, la dinámica organizativa de la comuni-dad (grupos, organizaciones, grupos informales),la salud (acceso, distancias a los servicios, lainfraestructura, e! agua potable, la electricidad,las letrinas, teléfonos), el trabajo (actividades,fuentes de empleo, desempleo), la educación, larecreación, las redes de apoyo comunales y fami-liares, la presencia y ausencia de institucionesestatales y autónomas en la comunidad (infraes-tructura, papel, relaciones con la comunidad,proyectos).

El objetivo general de todo proyecto sociales transformar parte de la realidad, ese sería suimpacto (Cohen y Franco, 1996). En ese sentido,la formulación del proyecto implica una reflexiónque puede orientarse a través de algunas pregun-tas (Cohen y Franco, 1996):

¿A quiénes va dirigido el proyecto, quié-nes son incluidos y quiénes excluidos de lapropuesta?¿A quiénes se va a atender de manera priori-taria? ¿quiénes y cuántos van a ser las perso-nas destinatarias? ¿dónde se localizan?¿Cuál es la consideración del otro?, ¿cuál esla consideración que se tiene de la otra per-sona? ¿desde dónde la veo? ¿Nos colocamosen una posición en la que ni siquiera existeesa consideración hacia el otro o la otra, lemiramos desde arriba, o en una relación máshorizontal?¿Qué necesidades y demandas se va a satisfa-cer?¿Cuáles son los valores que guían el proyectoy cómo marcan la reflexión y el trabajo?¿Cómo se asume la responsabilidad social enel proyecto?

¿El proyecto realiza una contribución paraalcanzar fines socialmente deseables?¿Se está trabajando con miras al bienestarcolectivo o en función de objetivos individua-les e intereses egoístas?En la comunidad ¿cuáles son las condicionesnecesarias para la vida (su conservación yreproducción)?¿Cuáles son los objetivos centrales delproyecto?, ¿cuáles son los objetivoscomplementarios?¿Cuáles son los efectos buscados y cuáles losefectos imprevistos (positivos o negativos)?¿Cómo va a ser llevado a cabo el proyecto?¿Qué servicios o bienes entregará el proyecto?¿Qué beneficios van a recibir el grupo meta?¿Cuáles son las alternativas existentes para suimplementación?

Definimos, entonces, brevemente algunasetapas para la formulación de proyectos (Coheny Franco, 1996):

1. Definición del problema (situación actualen contraste con la situación deseada, espe-cificación de las características generalesde la población afectada, ubicación de lapoblación, plantear alternativas de soluciónpreliminares)

2. Diagnóstico de la situación (describir, expli-car, predecir), planteamiento de alternativasde solución (profundizar en opciones y cos-tos), seleccionar la mejor alternativa

3. Determinación de prioridades (campotécnico)

4. Elaboración del proyecto definitivo.

Según Geilfus (2005:), cualquier ejercicioparticipativo debe involucrar a la comunidad y atodas las instituciones implicadas; indica el autorque independientemente de la etapa del proceso(el diagnóstico, la planificación, el monitoreo ola evaluación) requiere de ciertos pasos metodo-lógicos para su adecuado diseño, como se señalaa continuación:

Definición de los objetivos del ejercicio(¿para qué hacemos el ejercicio?)

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Definición del área y el grupo participante(¿con quiénes vamos a trabajar?)Revisión de informaciones existentes (¿quésabemos sobre el asunto?)Selección del equipo de facilitadores (¿quiénva a trabajar con la gente?)Preparación de un listado de los productosesperados (¿qué esperamos?)Selección de las herramientas (¿cómo vamosa hacerlo?)Determinación de fechas y responsabilidades(¿cuándo? ¿quién hace qué?)

Finalmente, es fundamental evaluar quelos proyectos sean realizables, es decir, que seanconstruidos por sus proponentes en el sentido dela viabilidad de los mismos en el corto, medianoy largo plazo, siempre tomando en cuenta lasposibilidades y disposición de las personas de lacomunidad y de las y los facilitadores. Es clavetener claridad sobre los recursos con los cualesse cuenta para desarrollar y llevar a buen términola propuesta. Por lo tanto, deben contemplarse lasfacilidades y dificultades relacionadas con la pro-blemática a trabajar, con el fin de prever eventua-les contratiempos que se presenten en el camino.

Tropiezos comunes en el trabajo concomunidades

El trabajo de campo siempre constituye unreto, incluso para la persona más experimentadaen el área. Aunque, como se planteó inicialmente,no existen "recetas" sobre cómo proceder en lapráctica investigativa, pueden mencionarse algu-nas situaciones que se dan comúnmente y quepueden ser evitadas por el investigador o investi-gadora al trabajar en las comunidades, pues cons-tituyen errores importantes (para ampliar sobreeste tema ver Geilfus, 2005: 7-11):

Asumir una posición altanera y orgullosa.Tomar una postura autoritaria y directiva.Colocarse en un lugar de superioridad conrespecto a las demás personas.Creer que debe enseñar y demostrar siempresu "gran conocimiento".Improvisar.Mostrarse charlatán.

Evadir preguntas.Mostrar inseguridad en los argumentos.Intentar manipular a las personas.Realizar promesas o crear expectativas.Carecer de potencial de auto-crítica.Considerar que posee las soluciones paratodo.Involucrarse o tomar partido en los conflic-tos, organizaciones o relaciones de poder enla comunidad.Cuando su posición social o estatus se con-vierte en obstáculo para interactuar con lagente.Imponer ideas, proyectos o soluciones.Monopolizar la palabra, no escuchar.Descalificar a las personas, grupos o a lacomunidad.Comportarse como un "parásito" sólo extraeinformación, ni agradece ni aporta.Ser rígido en el actuar, en sus ideas- ypostulados.

Como puede apreciarse, estos errores sefundamentan en un mal ejercicio del poder; setoma una posición que dificulta (o impide deltodo) el diálogo horizontal y se interponen barre-ras sociales, culturales y económicas que nospueden distanciar de la comunidad, perjudicandoel trabajo y sus resultados. Esto es especialmentegrave, pues, como puede notarse, se coloca a lacomunidad en una situación pasiva y excluida detoda decisión sobre las acciones a llevar a cabo.De allí la importancia de evitar cometer estoserrores ya que los mismos lesionan los vínculoscon las comunidades, y entorpecen cualquierintervención con la población.

La reflexividad permanente

No es posible finalizar este artículo sinrealizar una invitación expresa a quien lee estaslíneas. Esta se compone de dos prácticas. La pri-mera consiste en el ejercicio de la reflexividad. Lasegunda se refiere al "aprender a aprender".

La reflexividad es una práctica que debe-ría ser cotidiana en el trabajo de las cienciassociales. Consiste en desarrollar la capacidad desincerarse y permitir la reflexión sobre lo que sevive cotidianamente en el trabajo, en la relación

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con las personas (del equipo, de la comunidad,de la propia familia, etc.). Conlleva comprenderque todo el contexto que circunda al facilitadoro facilitadora afecta el proceso. Los promotoresde esta práctica, Bourdieu y Wacquant (1992),explicitan la necesidad de "dar cuenta" de lo quese hace, se piensa, se siente y se vive. Es justa-mente "poner en tela de juicio el privilegio delsujeto conocedor" (Bourdieu y Wacquant, 1992);porque "aquellos que se dedican a objetivar elmundo social rara vez son capaces de objetivarsea sí mismos y a menudo ignoran que su discursoaparentemente científico trata menos del objetoestudiado que de su propia relación con éste".

Partiendo de que la escogencia de lastemáticas, las poblaciones, las problemáticassociales que hacen quienes investigan y trabajancon comunidades no es un ejercicio hecho al azar,sino absolutamente condicionado por la historia,es más que relevante la implementación de estaestrategia, ya que "ofrece los recursos de unatoma de conciencia potencialmente libertadora"

La reflexividad aporta y permite el creci-miento del facilitador o facilitadora de cualquiertrabajo. Abre las posibilidades de flexibilidaden el proceso con la comunidad o el grupo, demanera que es posible alimentarse de múltiplesmiradas, manejar situaciones difíciles y tam-bién corregir o prevenir posibles limitacionespara alcanzar la tarea con la mayor satisfaccióncolectiva. En palabras muy concretar lo que serequiere es:

Tomar conciencia y lograr dominio (hasta donde sea posi-ble) de las coacciones que pueden operar contra el sujetocientífico a través de todos los nexos que lo unen al sujetoempírico, a sus intereses, impulsos y premisas, los cualesnecesita romper para constituirse plenamente (Bourdieu yWacquant, 1992: 156),

Un proceso sin reflexividad suele ser máslimitado, distante de la población, torpe en lasdecisiones cruciales y en ocasiones, tiende a serdeslegitimado. La reflexividad implica invertirtiempo, escucha, interés y permitirse tocar por lassubjetividades con las cuales se está interactuan-do. Implica darse espacio también para conocerseen el proceso, y reconocer las situaciones enlas cuales se ha actuado de forma precipitada o

ansiosa, debido a lo que generó en el facilitador ofacilitadora una situación dada.

Finalmente, esto nos lleva a la segunda delas prácticas, promovida por Paulo Freiré, quees el "aprender a aprender". Puede decirse quepara muchas personas el aprendizaje más valiosoy útil para su vida lo han obtenido en cualquierlugar fuera de las aulas. Si se procura un enfoqueparticipativo y orientado por la ética, el trabajocon comunidades puede ser una experiencia deaprendizaje para todas las personas involucradas;la clave está en que dichas personas se apropiende ese proceso y lo nutran con su conocimiento,experiencias previas, preguntas, reflexiones ypropuestas. De entrada debe romperse con lalógica del aula, en donde la docente "imparte" elconocimiento o es la universidad la que "ilumi-na", y el resto "deben aprender" (Ruiz, Meoño,Juárez, Rodríguez y Rojas, 2008).

Para ello la educación popular nos brindamúltiples herramientas. En el aprender a apren-der, el ser humano vence el miedo a la libertad,expulsa en el oprimido la imagen todopoderosadel opresor, de manera que el ser humano seconvierte en sujeto de transformación histórica(Preiswerk, 2005). Esto implica concebir que elaprendizaje es una tarea política y que nuestrotrabajo es aprendizaje. Se transforma transfor-mando, en el decir de Raúl Zibechi (2006).Aprendemos de las comunidades, de las perso-nas, de sus vivencias, de sus sufrimientos y susalegrías, y aprendemos con ellas, a la vez que sealimentan de lo que podemos compartirles.

Estas son algunas notas abiertas sobre eltrabajo en comunidades, las preguntas siempreemergentes pueden construir junto con ellas undebate que las transforme y enriquezca.

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