Ensayo Literatura Española
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Odaimis Moraga
Prof. Haydée Ahumada Peña
Literatura Española Contemporánea
El periodo histórico que enfrentan los escritores de comienzos del siglo XX en
España se reconoce como el comienzo de una violenta crisis política, social, económica y
artística en el país. Ciertos factores produjeron una desigualdad entre España y el resto de
Europa, como son la pérdida de las colonias americanas, la emigración, un débil
crecimiento de la población, la hambruna y epidemias. Por otra parte, el gobierno que se
alterna entre conservadores y republicanos no da respuesta a las necesidades más urgentes
de los ciudadanos, abandonándolos en la miseria y el analfabetismo. En el ámbito del arte,
dominan un casticismo en la letras y un teatro comercial de carácter burgués que pretende
evadir la crisis.
En dicho panorama, se ubican dos representantes de las letras españolas que
responden al llamado de renovar los posicionamientos artísticos ante una crisis de
identidad española: Ramón del Valle-Inclán y Pío Baroja. Específicamente, se
analizarán la obra teatral Luces de Bohemia (1920) de Valle-Inclán y Camino de
Perfección (1902) de Baroja, como expresiones del desencanto del sujeto y
representaciones existencialistas que cuestionan los valores de la sociedad española
moderna.
La propuesta estética de Valle-Inclán se revela en una técnica original para
construir la ficción, principalmente los personajes. Esta corresponde a una deformación
sistemática de la realidad y sus participantes, de lo que derivarían los héroes clásicos
reflejados en espejos cóncavos: los esperpentos. Este procedimiento creativo tiene como
propósito evidenciar la realidad española dominada por lo deforme y absurdo, por lo que
contiene un profundo contenido crítico. En relación con esto, resulta necesario distinguir
los planteamientos artísticos de Valle-Inclán de otros movimientos que parecieran
coincidir. En este sentido. Zahareas identifica que “la base del teatro de lo absurdo es
antihistórica y universal, mientras que en el esperpento es histórica y circunstancial”
(710). En Luces de Bohemia ironía está enlazada con personajes de espacios situados en
la historia de España: Castelar, los modernistas, la Acción Ciudadana. Además, aunque
los acontecimientos que se aluden no se identifiquen por fechas, corresponden a
referencias claras de la incipiente industrialización del país, el despertar de la clase
obrera y la influencia de la revolución bolchevique en las discusiones políticas de los
ciudadanos. Asimismo, Fernández reflexiona en torno a la ironía como característica
determinante en las creaciones del escritor:
la teoría y la práctica del esperpento que Valle presenta en esta obra nos encaran
con el problema de hacer conciliables la ironía en el arte -que presupone
distanciamiento y desinterés- y el compromiso con la sociedad y el momento
histórico que implica acercamiento e interés. Se presentan realidades históricas y
personajes con una considerable densidad humana que no desaparece ni se
invalida por la abundante presencia de ingrediente irónicos y grotescos. (152)
De este modo, se reconoce en la obra que los diálogos cargados de ironía reflejan la
sensación de los personajes de ser burlados por los valores modernos imperantes. En el
caso de Max Estrella esta burla o ironía de la vida moderna, corresponde a la desgracia
de ser un escritor y, por consiguiente, antiguo lector que ha quedado ciego. Sin
embargo, esta desgracia parece ser inevitable, mientras que su oficio de poeta lo
encadena a otra desgracia de carácter social: la desvalorización de las artes en una
sociedad mercantilizada. Esta desgracia lo dispone como un individuo sometido a la
fluctuación arbitraria del dinero, así como al sentimiento de no pertenencia entre la
ciudadanía inculta y el proletariado social comprometido. Max Estrella no puede
pertenecer a ninguno de estos grupos que conforman la marginalidad española al ser un
sujeto erudito, por un lado, y no pertenecer a la clase productiva de orden material que
contribuye al desarrollo económico del país. Es posible observar este falta de
pertenencia en la conversación que sostiene con los modernistas:
Dorio de Gadex: ¡Maestro, usted no he temido el rebuzno libertario del honrrado
pueblo!
“Max: ¡El épico rugio del mar! ¡ Yo me siento pueblo! (…)
Gadex: ¡Maestro, pongámonos el traje de luces de la cortesía! ¡Maestro, usted
tampoco se siente pueblo! Usted es un poeta, y los poetas somos aristocracia
(…)
Max: Yo me siento pueblo. Yo había nacido para ser tribuno de la plebe, y me
acanallé perpetrando traducciones y haciendo versos.”
Max Estrella sufre las mismas penurias del proletariado y la población empobrecida,
pero sólo parece ser comprendido por el preso político, los otros personajes
esperpentizados contribuyen a dar muerte al poeta con su indiferencia y engaño. En
cambio, en la conversación que Max y el preso sostienen en la cárcel se evidencia un
reconocimiento entre los sujetos:
“El preso: Usted no es proletario
Max: Yo soy el dolor de un mal sueño
El preso: Parece usted hombre de luces. Su hablar es como otros tiempos.
Máx: Yo soy un poeta ciego
El preso: ¡No es pequeña desgracia! … En España el trabajo y la inteligencia
siempre se han visto menospreciado. Aquí todo lo manda el dinero.”
Así como en Luces de Bohemia representa una crítica hacia los valores capitalistas que
han impregnado a las capas más empobrecidas de la sociedad española,
insensibilizándolas antes la desgracia ajena, Pío Baroja retrata a la burguesía dominante.
Su propuesta estética critica la impunidad de los grupos de poder, el descontento
popular y los abusos de la iglesia. Camino de Perfección es una novela de carácter
anticlerical que se acomoda al clima de rechazo de las clases populares al poder
institucional y a la iglesia, reflejado en la quema de iglesias durante la semana trágica de
1909. Ahora bien, su composición narrativa se caracteriza por la disposición de
diferentes perspectivas para observar la realidad, a través de un narrador personaje que
observa parcialmente y establece una caracterización del protagonista, Fernando
Ossorio, como un sujeto melancólico y ambivalente. Además, se integran a la historia
un narrador omnisciente y un narrador en primera persona que corresponde a la
perspectiva del Ossorio. Es el narrador omnisciente quien se asemeja a la crítica social
que sostiene Valle-Inclán en Luces de Bohemia. Este narrador confunde sus
descripciones con las apreciaciones del protagonista o de otros personajes, pero revela
una crítica a la burguesía y sus valores:
Aristócratas viejos con aspecto humilde y encogido, nobles de nuevo cuño
estirados y petulantes, senadores, diputados, bolsistas. Todos en sus coches, que
se apretaban en las filas del paseo, sintiendo el placer de verse, de saludarse, de
espiarse, casi todos aguijoneados por las tristezas de la envidia y las sordideces
de una vida superficialmente fastuosa e íntimamente pobre. (12)
De este modo, Baroja se opone a la tradición literaria que le precede (el casticismo
naturalista y el teatro mostrando cómo la crisis que se vive en España también ha
empobrecido a las capas altas de la sociedad, pero estás han adoptado la evasión como
actitud ante la miseria y la conservación de apariencias. En respuesta, el protagonista
abraza una posición activa para superar su indolencia ante este escenario y recuperar la
perdida de contacto con la naturaleza.
En síntesis, estas obras reflejan un contexto histórico de España de principios del siglo
XX, deshabituando al lector de la época con el estado del arte realista. Proponen nuevas
técnicas para encontrar la faceta profunda de la crisis de identidad española y, por sobre
todo, realizan una fuerte crítica a los valores encubiertos de la sociedad, que giran en
torno al dinero y la competencia. El escenario descrito en un comienzo no parece lejano
a la realidad actual de nuestro país. Después de veinticinco años de alternancia en el
gobierno entre la Concertación y, posteriormente, la Alianza, se han manifestado a la luz
pública el abuso de poder y la corrupción, desencadenando una seria crisis de
representación y desconfianza en la institucionalizad. Esta crisis podría tener una
incidencia en la percepción de la identidad de los chilenos, así como un despertar en la
clase sometida por la reivindicación de sus derechos fundamentales, como se ha
observado parcialmente en los último años.
Referencias Bibliográficas
Fernández, Justo. Literatura y sociedad en el esperpento de Valle Inclán. (2001):147-
163.
Zahareas, Anthony. La historia en el esperpento de Valle-Inclán. (1967): 705-711.