Ensayos de Crecimiento y Desarrollo Economico
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ESCUELA DEPOSGRADO
MAESTRIA EN ECONOMIA
CRECIMIENTO Y DESARROLLO ECONOMICO
ENSAYOS
CLAVE : ECO760
HORARIO : 0651
PROFESOR : TÁVARA MARTIN, JOSE
ESTUDIANTE : TUNQUE CENTENO MICHAEL ROYER
LIMA – PERÚ2015
PRIMER ENSAYO
¿Es importante elegir el sector de la economía al momento de implantar una política
industrial?
Es bien sabido que las políticas industriales resultan indispensables para los países en
vías de desarrollo, pues contribuyen al aumento la productividad de la economía en su
conjunto. Pero que se entiende por política industrial. Jonhson (1984) afirma que: “la
política industrial supone la iniciación y coordinación de actividades gubernamentales con
el objetivo de incrementar la productividad y competitividad de la economía en su
conjunto, así como de las industrias específicas que la componen”.
En un nivel más específico, se entiende al conjunto de medidas destinadas a facilitar el
proceso de ajuste de la industria a la evolución del patrón de ventajas competitivas de los
países (Buigues y Sapir, 1993).
Entonces, la política industrial es entendida como un instrumento del Estado que combate
deficiencias en la producción, productividad y competitividad de la economía, y de esta
manera poder asignar mejor de los recursos en la sociedad.
Melo & Rodríguez-Clare sostienen al respecto que el objetivo de estas políticas es
“fortalecer la estructura productiva […] elevar el crecimiento y mejorar la competitividad de
la economía en su conjunto, manteniendo al mismo tiempo una tendencia creciente en los
estándares de vida” (2006, p. 5).
La política industrial tiene entonces como propósito orientar el proceso de transformación
y desarrollo de una economía. Su punto de partida es el reconocimiento de que la
industrialización es esencial para lograr el desarrollo y de que es posible actuar sobre este
proceso a fin de renovar y fortalecer la estructura económica (Bianchi & Labory, 2006, p.
3).Uno de sus objetivos es mejorar la capacidad de competir de las empresas localizadas
en un país o en un territorio especifico (Melo & Rodríguez-Clare, 2006).
Cuando un gobierno favorece deliberadamente algunas actividades económicas y otras
no, está aplicando una política industrial. La política industrial más ampliamente aplicada
es la de estrategia orientada hacia afuera, donde se brindan incentivos a la inversión
extranjera directa y a las exportaciones. El argumento principal para apoyar estas
actividades es que producen externalidades positivas y facilitan la difusión de tecnologías
(Jiménez, 2010).
Jiménez (2010) establece que las propuestas de liberalización comercial se basan en la
creencia de que, bajo el libre funcionamiento de los mercados de comercio internacional,
los países se especializaran en la producción de los bienes en los cuales son más
competitivos y por lo tanto toda la economía se verá beneficiada por los incrementos de la
eficiencia económica […] los países en sus primeras etapas de desarrollo basan sus
actividades económicas en la extracción de materias primas y su exportación,
posteriormente en el desarrollo de la industria, primero de bienes intermedios y luego de
bienes finales de alta tecnología.
Asimismo algunos autores destacan la importancia de orientar las políticas y las
inversiones hacia actividades con retornos crecientes y, específicamente, hacia la
industria (Cimoli, Dosi & Stiglitz, 2008). En contraste, otros autores sostienen que “lo que
importa para la prosperidad no es en que industrias compite una nación, sino cuan
productivamente compite en dichas industrias” (Porter, 2009, p. 10). Sin embargo,
estudios más recientes confirman que “las tecnologías, sectores y productos específicos
si importan, debido a que ellos involucran diferentes oportunidades de aprendizaje y
también diferentes elasticidades de demanda” (Cimoli, Dosi & Stiglitz, 2008, p. 3).
Tyson y Zyson (1983) hacen la distinción entre políticas sectoriales (selectivas) y políticas
que se aplican a todos los sectores de la economía (horizontales). La posición
predominante es que las políticas deberían ser horizontales, si bien se reconoce que, en
ciertas situaciones, resulta recomendable introducir políticas industriales sectoriales.
Muchas veces esto obliga a que el gobierno tenga que seleccionar los sectores meta, lo
que implica poner en cierta desventaja a los demás sectores. (Hernández, 2005).
Hay un cierto elemento de arbitrariedad, una cierta idiosincrasia respecto a lo que un país
termina produciendo, y la función de las estrategias publicas consiste en asegurar en el
mejor de los mundos posibles que no se predetermine lo que un país debe producir, sino
que finalmente se termine produciendo lo que más contribuye a su crecimiento (Rodrick
2005:8)
Távara (2010) establece que “la especialización actual en determinadas actividades
afecta y compromete los aumentos en productividad, las posibilidades de innovación y
desarrollo de nuevos productos y la evolución de las demandas potenciales en el futuro”.
La experiencia de los países del este asiático permite aprecias que la identificación del
sector pueden brindar resultados exitosos. Por ejemplo, Hong Kong baso su estrategia en
el libre mercado, mientras Singapur empleo una estrategia selectiva enfocada a la
producción de bienes de alta tecnología y el desarrollo del sector servicio. Por su parte
Corea del Sur siguió la estrategia japonesa de crecimiento balanceado y por etapas:
industrialización orientada a las exportaciones en la década de los sesenta; promoción de
la industria y química hasta los fines de la década del setenta; y liberalización comercial a
partir de 1980 siguiendo una estrategia mixta. (Alarco 2007:71)
Entonces como se puede apreciar tanto en la literatura como la evidencia empírica,
establecen que implantar una política de industrialización requiere primero identificar el
sector al cual se está dirigido, de esta manera se obtendrá resultados para la economía
que se espera obtener.
Pero en la actualidad se está optando por implantar políticas de proceso que afecta
directamente a las actividades de una industria. El diseño actual de esas políticas
industriales debe ser limitado en su alcance, en lugar de promocionar todo un sector
(exportaciones, ampliamente), debe enfocarse en delimitar a que actividades van dirigidos
los incentivos. (Jiménez, 2010)
Pérez (2010) sostiene al respecto que “una estrategia más adecuada para América Latina
es especializarse en las industrias de procesos, a fin de aprovechar su rica dotación de
recursos naturales y sus fuentes de energía”.
De esta manera, se estaría dejando de lado a la típica política industrial destinada a la
manufactura y enfocarse ahora en las actividades ex y post de la misma.
Las actividades que más valor generan se localizan en algunas de las fases anteriores a la
manufactura, como la investigación, diseño y desarrollo de productos; y en fases
posteriores como el marketing, la publicidad, la logística y los sistemas de información y
distribución. Con frecuencia estas actividades son más intensivas en conocimiento,
requieren de la participación de profesionales calificados e involucran innovaciones
constantes en términos tecnológicos y organizacionales (Bianchi & Labory, 2006, p. 15).
Desde esta perspectiva, los nuevos “motores del crecimiento” de las economías
latinoamericanas podrían encontrarse en las “industrias de proceso” vinculadas a los
recursos naturales. Se trata por lo tanto de “fortalecer los conocimientos técnicos (know-
how) acumulados por cada país en sus productos de exportación actuales, para entonces
desplazarse tecnológicamente aguas arriba, aguas abajo y lateralmente a lo largo y ancho
de las redes de valor relevantes” (Pérez, 2010, p. 129).
Por tanto, la política industrial actual permitirá “facilitar el proceso de acumulación de
conocimiento y de capacidades, tanto al nivel de los individuos como de las
organizaciones” (Cimoli, Dosi & Stiglitz, 2009, p. 2).
Para ello, resulta necesario la cooperación del Estado y las empresas privadas. Para que
la política industrial sea coherente y exitosa se requiere de arreglos institucionales que
tengan en cuenta un balance (…) los encargados de diseñar y monitorear las políticas
deben coordinar estrechamente con el sector privado. (Rodrik 2007: 111).
BIBLIOGRAFIA
- ALARCO, G.
2007 “Crecimiento desbalanceado a partir de la industria maquiladora y petrolera
Mexicana al 2015”. Economía Informa, Nº 347.
- BIANCHI, P. & S. LABORY
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- BUIGUES, P. & A. SAPIR
1993 Community Industrial Policies, Commision des Communautes
Europeennes, Doc. II80-FR, Bruselas.
- CIMOLI, M., G. DOSI & J. STIGLITZ (editores)
2009 Industrial Policy and Development. The political economy of capabilities
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- HERNÁNDEZ E.
2005 La Competitividad Industrial en México. México, D.F.: Universidad
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- JIMINEZ, F.
2010 Crecimiento Económico: Enfoques y Modelos Capitulo 7 – Política
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Perú.
- JOHNSON, C.
1984 “The idea of industrial policy” en C. Jonhson (comp.), The Industrial Policy
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- PEREZ, C.
2010 Dinamismo tecnológico e inclusión social en América Latina: una estrategia
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Business School, Institute for Strategy and Competitiveness
- RODRIK, Dani
2005 “Políticas de diversificación económica”. Revista de la CEPAL 87.
2007 One Economics Many Recipes: Globalization, Institutions and Economic
Growth. Princeton: Princeton University Press.
- TYSON, L. & J. ZYSMAN
1983 “American Industry in International Competition”, en Tyson y Zysman
(comps.), Amercian Industry in International Competition: Government
Policies and Corporate Strategies, Cornell University Press, Ithaca, Nueva
York.
SEGUNDO ENSAYO
La inversión del Estado en Ciencia, Tecnología e Innovación
Los economistas saben que el incremento de la productividad es fundamental para el
crecimiento económico de un país, para ello, es necesario realizar una combinación de
factores, como por ejemplo la inversión en capital (físico y humano) y la inversión en
nuevas tecnologías. Pero lo más importante en este proceso se encuentra en el impulso a
las actividades de innovación.
Desde principios de la década de los noventa se señalaba que en la mayoría de los
países en vías de desarrollo se había llegado a la conclusión que para encontrar una ruta
aceptable de crecimiento, no bastaba un ajuste macroeconómico sino que era necesario
promover un cambio estructural, éste vendría de la inversión en innovación (Pérez,
1992:23).
Según Díaz J. & J. Kuramoto (2011) La economía peruana puede crecer en el futuro
mediato mediante inversiones que aumenten el stock de infraestructura y la calidad de sus
recursos humanos (…). Sin embargo, es necesario aprovechar la oportunidad de generar
condiciones para que el desarrollo de actividades científico-tecnológicas (…) se convierta
en la fuente del crecimiento de mediano y largo plazo. Ello implica pensar en las reglas,
incentivos, vínculos y funciones que se debe cumplir para promover la generación y
difusión de ideas.
Por lo tanto, invertir en el desarrollo tecnológico se convierte necesario para alcanzar un
crecimiento económico sostenido de un país, al mismo tiempo que este es un buen
mecanismo de negocio tanto para el sector privado como público. Borrus y Stowsky
(1999:42) señalan que “para la década de los noventa la tasa de retorno promedio en los
sectores económicos tradicionales estaba alrededor de 10%; en cambio, para los sectores
de las nuevas tecnologías la variable se hallaba alrededor de 30%”.
La importancia de invertir en innovación y desarrollo tecnológico (I+D) como uno de los
pilares imprescindibles del desarrollo y sostenibilidad económica de un país, se ha
convertido de un tiempo a esta parte en un tema recurrente. Países como Finlandia y
Corea del Sur son claves para entenderlo (…) El sudeste asiático ha cambiado
drásticamente su estructura de producción y se ha convertido, de hecho, en el centro
manufacturero del mundo; mientras que las economías latinoamericanas permanecen
altamente dependientes de recursos naturales y productos agrícolas (El Comercio,
2010).
Es aquí donde surge una pregunta, ¿Qué tipo de recursos se deben destinar a las
actividades de innovación? Branscomb (1999:113) señala que “la distinción entre los
recursos públicos y privados para la ciencia y la tecnología debe recaer en quienes son
los beneficiarios directos de los resultados. Cuando el público es el principal beneficiario
no cabe la menor duda que debe ser inversión pública. Cuando los resultados sean
apropiados por particulares la inversión tiene que venir del capital privado”.
Harvey Brooks (en Branscomb 1999:118) insiste en que la "tecnología pura" o bien
"tecnología básica" y la "ciencia pura" o bien "ciencia básica", requieren de
instrumentación de políticas para su impulso por lo que de manera preponderante deben
ser campos de la inversión pública. Y la investigación aplicada directamente vinculada a la
inversión privada.
Las políticas de ciencia y tecnología se han concentrado en propuestas para fomentar y
promover desarrollos científicos y tecnológicos a través de la promoción de investigación
básica y aplicada y de la transferencia tecnológica. Sin embargo, los sistemas de
innovación actuales reconocen que buena parte de las innovaciones que generan valor
agregado son de tipo no tecnológico, tales como las innovaciones de organización, gestión
y comercialización (Díaz J. & J. Kuramoto 2011:26).
La implementación de estas políticas debería promover que además de que se generen
conocimientos e innovaciones, estos lleguen a las empresas para que generen valor; pero
también debe promover las necesidades y descubrimientos en el proceso productivo
retroalimenten el proceso de generación de conocimientos (Díaz J. & J. Kuramoto 2011:25).
Entonces para que el éxito de una política de ciencia, tecnología e innovación se realice,
es necesaria la alianza de los principales actores generadores de conocimiento. Fountain
(1999:85) señala que “el éxito en los procesos de innovación de muchas firmas, industrias
y regiones en la actualidad es producto de la formación de relaciones productivas de
colaboración con otra variedad de firmas, laboratorios, universidades, y gobiernos, tanto a
nivel federal como estatal”.
En los últimos años, el Estado Peruano ha impulsado esa alianza entre sector público y
privado, mediante la ley Nº 303091, Ley que Promueve la Investigación Científica,
1 Ver en http://www.innovateperu.pe/incentivo-tributario/
Desarrollo Tecnológico e Innovación Tecnológica. Se trata de una ley que incentiva
tributariamente a la innovación empresarial otorgándole un porcentaje de deducción
adicional al 100% a los gastos que realicen las empresas en investigación científica,
desarrollo tecnológico e innovación tecnológica (actividad conocida como I+D+i). Esta
deducción adicional, que puede llegar al 75% del gasto, reduce la renta neta a partir de la
cual se calcula el impuesto a la renta. En buena medida, reduce el impuesto a pagar, de
manera proporcional al gasto en I+D+i. El objetivo es Aumentar la inversión privada en
innovación, investigación y desarrollo empresarial.
Gisella Orjeda, presidente de la CONCYTEC establece que “Esta medida significa que, de
manera decidida, el Estado financiará una parte importante de los gastos en investigación
y desarrollo, una inversión que tiene una alta rentabilidad social”2.
Sin embargo, Mariana Mazzucato expone lo siguiente ante una situación similar: “El Estado
es algo más que un solucionador del mercado, es un creador de mercado, y para hacerlo
ha tenido que asumir riesgos enormes, ¿qué pasó con la recompensa? Los economistas
piensan a menudo que el Estado recibe impuestos como recompensa (…) las empresas
pagarán impuestos, los empleos que creen generarán crecimiento y así las personas que
reciben esos empleos recibirán aumento de ingresos que regresará al Estado mediante los
impuestos. Pero no es suficiente para compensar el riesgo por realizar la inversión,
entonces tenemos que volver a pensar (…) un mecanismo de generación de
retorno mucho más directo que los impuestos. Podría ocurrir quizá mediante
acciones. Esto, por cierto, en los países que piensan en esto en forma estratégica, países
como Finlandia en Escandinavia, pero también China y Brasil, están reteniendo acciones
en estas inversiones. (Project-Syndicate, 2015)
La inversión en temas de I+D y ciencia y tecnología (C+T) se hará realidad y será
sostenible. De por sí (esa inversión) es riesgosa (…) por eso debe haber un mínimo de
condiciones estables en el tiempo para alentarla (…) y eso parte también de las políticas
públicas sostenibles y que trasciendan a los distintos gobiernos. Asimismo, está la
informalidad y la terrible e irregular calidad del sistema educativo. (El Comercio, 2010).
Lo que el Estado debe hacer es mejorar la cualificación de las personas y fortalecer
institucionalmente a todos los actores generadores de innovación (universidades y
empresas e incluso las estatales) dotándolos de un marco legal adecuado; pero también
impulsando una cultura de innovación en las propias empresas. Como explica Eduardo
2 Ver en http://portal.concytec.gob.pe/index.php/noticias/299-congreso-aprobo-aumentar-incentivo-tributario-para-la-inversion-en-ciencia-tecnologia-e-innovacion-tecnologica
Ísmodes, del centro de Innovación y Desarrollo Emprendedor de la PUCP, “hay que
generar bienestar y eso pasa por desarrollar las capacidades humanas”. (El Comercio,
2010).
Si bien puedan existir diversos mecanismos de implantar una política de ciencia y
tecnología, lo relevante es evaluar cuál será el retorno esperado por el estado ante estas
intervenciones. Este tipo de políticas debería estar acompañado juntamente con diversas
políticas de apoyo, que permitan respaldar su desarrollo, por ejemplo mejorar las
universidad, mejor la productividad de los trabajos, etc. De esta manera, se estaría
llegando a una verdad política con resultados a largo plazo.
BIBLIOGRAFÍA
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tecnologica
- DIARIO EL COMERCIO
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- INNÓVATE PERÚ – MINISTERIO DE LA PRODUCCIÓN
Ley de Promoción de la Investigación Científica, Desarrollo Tecnológico e
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http://www.innovateperu.pe/incentivo-tributario/
- PEREZ, Carlota
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países en desarrollo Trimestre económico, Nº 233, enero–marzo
- PROJECT SYNDICATE
Estado Creativo. Consulta: 10 de julio de 2015.
http://www.project-syndicate.org/commentary/government-investment-innovation-
by-mariana-mazzucato-2015-04/spanish#DiLId0HpUd6hCyge.99