Entrevista y Sugestiones Indirectas

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1 ENTREVISTA Y SUGESTIONES INDIRECTAS: ENTRENAMIENTO COMUNICATIVO PARA JÓVENES PSICOTERAPEUTAS Begoña Rojí y Raúl Cabestrero

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ENTREVISTA Y SUGESTIONES

INDIRECTAS:

ENTRENAMIENTO COMUNICATIVO

PARA JÓVENES PSICOTERAPEUTAS

Begoña Rojí y Raúl Cabestrero

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INDICE

INDICE

INTRODUCCIÓN: La comunicación y el cambio de actitudes en psicoterapia

Primera Parte: La entrevista psicoterapéutica

1. Conceptos básicos

1.1.1. Una teoría clínica de la comunicación humana

1.1.2. La entrevista en psicoterapia

1.1.3. Escala de evaluación de intervención de los entrevistadores

2. Lo no verbal

2.1. Inventario de comunicación no verbal durante la entrevista terapéutica

2.2. Ejercicios:

A) De papel y lápiz

B) Ensayos conductuales

2.3. Soluciones

3. Lo verbal

3.1. Saber escuchar

3.1.1. Ejercicios: De papel y lápiz

3.1.2. Soluciones

3.2. Saber preguntar

3.2.1. Ejercicios: De papel y lápiz

3.2.3. Soluciones

3.3. El enfoque

3.3.1. Ejercicios: De papel y lápiz

3.3.2. Soluciones

4. Las técnicas verbales

4.1. Técnicas no directivas

4.1.1. Clarificación

4.1.2. Paráfrasis

4.1.3. Reflejo

4.1.4. Resumen

4.1.5. Autorrevelación

4.1.6. Inmediatez

4.1.7. Ejercicios

A) De papel y lápiz

B) Ensayos conductuales

4.1.8. Soluciones

4.2. Técnicas directivas

4.1.1. Sondeo

4.1.2. Afirmación de la capacidad

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4.1.3. Confrontación

4.1.4. Interpretación

4.1.5. Instrucciones

4.1.6. Encuadre

4.1.7. Información

4.1.8. Ejercicios

A) De papel y lápiz

B) Ensayos conductuales

4.1.9. Soluciones

5. La interacción

5.1. Percepción interpersonal

5.1.1. Autoimagen

5.1.2. Expectativas

5.1.3. Valores

5.1.4. El sexo y la raza

5.2. Dimensiones de la interacción

5 .2.1. La dimensión afectiva

5.2.1.1. Calidez o aceptación incondicional

5.2.1.2. Empatía

5.2.1.3. Autenticidad

5.2.2. La dimensión jerárquica

5.3. Profundidad de la interacción terapéutica

5.4. Ejercicios

A) De papel y lápiz

B) Ensayos conductuales

5.5. Soluciones

6. El proceso

6.1. Control y evitación del control de una relación

6.1.1. Control del contenido de la comunicación verbal

6.1.2. Instrucciones

6.1.3. Modelado

6.1.4. Condicionamiento verbal

6.2. Concepto de estructura

6.2.1. Directividad/No directividad

6.2.2. Nivel de actividad

6.2.3. Especificidad/Ambigüedad

6.3. Desarrollo de la comunicación terapéutica

6.3.1. Autorrevelación y resistencia

6.3.2. Comunicación de emociones

6.3.3. Comunicación de emociones penosas

6.3.4. Comunicación de emociones gratas

6.4. Ejercicios

A) De papel y lápiz

B) Ensayos conductuales

6.5. Soluciones

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7. Las etapas

7.1. Primera etapa o etapa inicial

7.2. Segunda etapa o fase intermedia

7.3. Tercera etapa o fase final

7.4. Ejercicios: Ensayos conductuales

Segunda Parte: Sugestiones indirectas

8. ¿Qué son las sugestiones indirectas?

9. Patrones lingüísticos de las sugestiones indirectas.

9.1. Implicaciones-Presuposiciones

91.1. El prerrequisito implicado

9.2. Salpicadura

9.3. Lenguaje Metafórico: Cuentos, Parábolas, Chistes, Acertijos, Analogía Y

Metáforas

9.3.1. Los cuentos y las parábolas

9.3.2. Los chistes

9.3.3. Acertijos

9.3.4. Analogías y metáforas

9.4. Reencuadre- Redefinición-Desencuadre

9.5. Truismos

9.6. Emplear el Sistema Representacional del Paciente

9.7. Acompasamiento-Amplificación y Refuerzo

9. 8. Anclajes.

9.9. Elección ilusoria

9.10. Non-sequitur

9.11. Sugestiones abiertas

9.12. Preguntas

9.13. Aposición de opuestos

9.14. Sugestiones negativas

9.15. Conectores lingüísticos

10. Ejercicios.

11. Soluciones.

BIBLIOGRAFÍA

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INTRODUCCIÓN:

La comunicación y el cambio de actitudes en psicoterapia

El estudio de la comunicación humana depende del desarrollo del conocimiento en

áreas tan distintas como la lingüística, la semiótica, la psicología del lenguaje, la

psicología cognitiva y la psicología social. Y esta circunstancia explica por sí misma el

hecho de que la investigación en este campo se esté desarrollando bajo el signo de la

asistematicidad y la falta de coordinación.

Ahora bien, cuando el campo de estudio se circunscribe a la comunicación terapéutica,

a esa situación general hay que añadir otros factores de dispersión. Porque los

primeros estudios sobre la comunicación terapéutica comenzaron a aparecer en los

años treinta del pasado siglo, cuando los trabajos de Lasswell (1935) y Fairbanks y

Pronovost (1939) relacionaron las pautas paralingüísticas de las verbalizaciones del

paciente con el valor pragmático de sus emisiones (Marín, 2000) Sin embargo, hasta

una década más tarde no aparecieron los primeros sistemas de clasificación de las

intervenciones verbales del terapeuta en función de su valor como estrategias al

servicio de una intención (Porter, 1943; Snyder, 1945)

Posteriormente, tales sistemas de clasificación comenzaron a proliferar, en buena

medida gracias a las polémicas afirmaciones publicadas por Rogers en 1951 sobre el

valor terapéutico de las terapias no directivas. Así, la mayor parte de los datos

disponibles procedentes de investigaciones previas a la década de los 80 del pasado

siglo, vieron la luz por razones que poco o nada tenían que ver con un interés real por

el esclarecimiento del tema. Por el contrario, respondían a la necesidad experimentada

por ciertos profesionales de encontrar argumentos en pro o en contra de la eficacia de

modelos de intervención tan dispares como el psicodinámico, el conductual o la terapia

centrada en el cliente. Por ejemplo, el impulso recibido por la cualificación

comunicativa de los terapeutas a partir de las aportaciones de autores como Carkhuff y

Pierce (1975), quienes estaban fuertemente influenciados por Rogers, generó serias

discrepancias, parcialmente irresueltas aún hoy, con los terapeutas conductuales.

Porque si los primeros concibieron los recursos comunicativos del terapeuta como

destrezas o talentos no adquiribles mediante el simple entrenamiento, los segundos

defendían y defienden que tales recursos no son sino habilidades fácilmente

adquiribles cuando se observan las adecuadas pautas de aprendizaje.

Posteriormente, diversos autores (Russell y Stiles, 1979; Elliot, 1984) propusieron

abordar el proceso terapéutico en cuatro planos distintos. El primero recoge el

contenido de la interacción; es decir, lo que en ella se dice. El segundo se refiere a la

acción y, por tanto, a lo que se hace en el curso del tratamiento. El tercero tendría que

ver con el estilo; esto es, con la forma en que se hace o dice algo durante el proceso. Y,

por último, el cuarto, con la cualidad o grado de destreza con que se conduce el

proceso.

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La mayor parte de los datos empíricos de que disponemos hoy sobre la comunicación

terapéutica se centran en los contenidos y en los modos de intervención verbal del

terapeuta. Pero aunque han sido muchas las clasificaciones que se han propuesto para

tipificar dichos modos, la investigación exhaustiva de su valor predictor respecto a la

eficacia del proceso todavía está por realizar.

Por otra parte, asimismo durante las dos últimas décadas del pasado siglo, la

emergencia de innovadoras metodologías de investigación del proceso terapéutico

enriqueció las metodologías de la comunicación terapéutica (Russell, 1987) y, de forma

progresiva, emergieron también las siguientes premisas hoy asumidas de forma

mayoritaria:

1) la competencia comunicativa del terapeuta es, como la de cualquier

comunicante, una competencia pragmática en el sentido lingüístico del término

(Recaneti, 1981; Reyes, 1990; Escandell, 1999)

2) Existen diferencias individuales en las capacidades para desarrollar esa

competencia

3) Ciertos profesionales hiperdesarrollan su competencia comunicativa

(abogados, periodistas, psicólogos, vendedores), sin que eso signifique que

renuncien a su perfil estilístico como comunicantes (cálidos-fríos, directos-

ambiguos, etc.) Sin embargo, los escasos trabajos comparativos existentes

indican que estos profesionales se parecen entre sí más en que evitan hacer, que

en lo que hacen (Rojí y San Juan, 2000)

4) Esa competencia es de naturaleza retórica y, por tanto, vincula la

comunicación terapéutica con el cambio de actitudes, esto es, con la persuasión.

Dicho de otra manera, vincula la comunicación terapéutica con los llamados

factores comunes de la psicoterapia (Frank, 1982)

En efecto, tal como propuso Glasser (1980) la comunicación terapéutica es un

fenómeno retórico, puesto que su función última consiste en producir un cambio o

inducción a la acción. Y como tal es analizable en función de los cuatro mecanismos

descritos por la retórica clásica retomados por esta autora: ethos, logos, mecanismos de

tensión/relajación y dispositivos estilísticos.

El término ethos se refiere a aquellas características del hablante que actúan como

vehículo de persuasión. La cualificación profesional percibida, la capacidad para

generar confianza y el atractivo social del comunicante son elementos que convierten al

terapeuta en un interlocutor cuyas aserciones tienden a ser fácilmente aceptadas por el

apaciente, puesto que esos factores le definen como fuente de información digna de

crédito. En cambio, la noción logos se refiere al peso que los contenidos del discurso

adquieren como argumentos. En este caso se resalta el valor persuasivo que poseen los

ejemplos, estadísticas, citas o analogías con las que el terapeuta arropa sus propuestas

de cambio. Por su parte, los mecanismos de tensión/relajación hacen referencia a la

dinámica que, a través de las palabras, se establece cuando el terapeuta primero

recopila o incluso vivifica las características del problema del paciente, para ofrecerle

luego una vía de solución. Por último, en la concepción clásica de la retórica los

dispositivos estilísticos se asimilaban con las figuras del discurso, esto es, con tropos

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como la metáfora, las imágenes y comparaciones, las inversiones o el paralelismo. Estos

dispositivos tienen en común su valor como recursos para dirigir la atención del oyente

sobre algún aspecto concreto del mensaje.

La persuasión o cambio de actitudes en psicoterapia fue definido por Golfried (1980)

como un heurístico clínico que guía implícitamente los esfuerzos del terapeuta. Este

heurístico se situaría en un nivel intermedio entre la teoría y la técnica y está

directamente relacionado en lo conceptual con los procesos de persuasión. Sin

embargo, la relación terapéutica reúne una serie de características que la diferencian

claramente de otras situaciones interactivas. Porque, en primer lugar, la psicoterapia

implica una relación que se establece entre un profesional debidamente cualificado,

por una parte, y alguien que solicita ayuda con objeto de resolver sus problemas

personales, por otra. En segundo lugar, la ayuda terapéutica se desarrolla a lo largo de

un tiempo y mediante encuentros periódicos; y, por último, la conversación es la

modalidad comunicativa que sirve de soporte a la interacción. La concurrencia de estas

circunstancias hace que la relación terapéutica sea una relación fuertemente asimétrica

en la que, si bien la persuasión puede ser bidireccional, en principio, el terapeuta

dispone de una capacidad notablemente superior para influir sobre el paciente,

haciendo uso, entre otras, de sus habilidades retóricas.

Pese al rechazo que suele provocar entre los profesionales de la psicoterapia la idea de

que sus logros deben mucho a la persuasión -rechazo posiblemente relacionado con el

temor a ser socialmente considerados como charlatanes de feria o como amenazantes

para la libertad de sus clientes-, lo cierto es que el vínculo entre psicoterapia,

comunicación y persuasión facilita el abordaje científico de lo que acontece durante un

proceso terapéutico, pues el cambio de actitudes es un fenómeno bien conocido y

tradicionalmente atendido por disciplinas como la psicología social.

Porque, en efecto, la relación entre comunicación interpersonal, recursos persuasivos y

cambio de actitudes constituye un entramado (Cohen, Morgan & Pollack, 1990; Daly

&Wiemann, 1994) que, en cuanto objeto de estudio, recibe atención periódica por parte

de los psicólogos sociales de orientación cognitiva. Más concretamente, en 19986, Petty

y Cacioppo propusieron un modelo que da cuenta de los pormenores que ligan

comunicación y persuasión -o, lo que es lo mismo, lenguaje con cambio de actitudes-

y, en los dieciocho años transcurridos hasta el momento de escribir estas líneas, esa

propuesta ha dado sustanciales rendimientos heurísticos (Briñol, de la Corte y Becerra,

2001; Mercer, N. 2001; Bohner & Wänke, 2002)

Se trata del E. L. M. -Elaboration Likelihood Model ó Modelo de Probabilidad de

Elaboración-, un paraguas conceptual (Petty, Cacioppo y Kasner, 1998) basado en la

presuposición de que las personas modifican sus actitudes como resultado de las

comunicaciones a que se ven expuestas, ya que tales modificaciones constituyen una

forma fundamental de adaptación al medio. Sin embargo, el verdadero atractivo de

este paraguas conceptual consiste en que permite integrar los resultados empíricos

obtenidos al estudiar la persuasión comunicativa en contextos sociales muy diversos

(entre ellos la psicoterapia), ya que considera el cambio de actitudes a la luz de

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variables intervinientes tales como la fuente, el mensaje, el receptor, el canal y el

contexto.

El E. L. M. distingue dos rutas o procesos distintos mediante los cuales puede

producirse el cambio de actitudes: una central y otra periférica. Se dice que la

persuasión sigue la ruta central cuando la información relativa a un determinado

asunto es considerada de manera explícita, cuidadosa y razonada. Es decir, cuando se

produce un cambio de actitudes por la ruta central el persuadido habría realizado una

consideración muy detallada y atenta de la información de que disponía sobre el objeto

de su actitud. Para que la información sea elaborada mediante este proceso dos son los

requisitos básicos propuestos por Petty y Cacioppo: una alta motivación del

persuadido respecto al objeto de su actitud y una alta habilidad del persuadido para

procesar la información que le ofrece el persuasor. Y si la motivación estaría vinculada

con variables del tipo relevancia personal, necesidad de control cognitivo,

responsabilidad personal, etc.; la habilidad de procesamiento estaría ligada a variables

del tipo grado de atención prestada, repetición del mensaje y comprensibilidad del

mismo, conocimiento previo, etc.

En cambio, se dice que la persuasión sigue una ruta periférica cuando la motivación

y/o la habilidad del persuadido es/son baja/s; de forma que en este supuesto el cambio

de actitudes se debería al procesamiento de indicios relacionados con el mensaje

emitido por el persuasor, pero no con la argumentación de éste propiamente dicha.

Asimismo, en este supuesto las variables implicadas serían del tipo atractivo y

credibilidad de la fuente, número de argumentos empleados, cualidad de los

sentimientos que despierta la argumentación, etc.

En resumen, el E.L.M. propone que, cuando la probabilidad de elaboración de la

información ofrecida por el persuasor es alta, el cambio de actitudes vendrá dado por

la relevancia de los argumentos empleados y la persuasión tendrá lugar por la ruta

central. En cambio, cuando la probabilidad de elaboración ofrecida por el persuasor es

baja, el cambio de actitudes tendrá lugar a través de la ruta periférica y, en

consecuencia, el procesamiento de indicios presentes en la interacción se vería primado

respecto al escrutinio de argumentos.

Tras su presentación a la comunidad científica, el interés que despertó el E.L.M. en los

psicólogos clínicos no se hizo esperar. Y así, por ejemplo, Stoltenberg y McNeil (1987)

destacaron que el verdadero mérito del E.M.L. en relación con la psicoterapia consiste

en aportar una base conceptual capaz de clarificar los mecanismos subyacentes a las

intervenciones terapéuticas sin necesidad de proponer otros nuevos. Ahora bien, ya

entonces se hizo evidente que recurrir al E.M.L. para dar cuenta de la comunicación

terapéutica subrayaba la importancia de que las investigaciones de proceso en

psicoterapia tuvieran en cuenta las interrelaciones que se generan entre:

las variables debidas al terapeuta –su credibilidad como profesional, su atractivo

social, su congruencia cultural con la cultura del paciente,…-

las debidas a la individualidad del paciente –su nivel intelectual, su motivación

para el cambio, su estilo cognitivo,…-

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y las variables relacionadas con los mensajes del terapeuta –si son pro actitudinales

o contraactitudinales respecto a las actitudes del paciente, si desencadena o no

afectos y en caso afirmativo de que tipo,…-

pues en base a estas interrelaciones se pueden llegar a explicar, tanto la profundidad y

la amplitud del cambio, como las resistencias al mismo.

Pero este reto no fue debidamente recogido por los investigadores y, por ello, existe un

importante vacío de datos empíricos a la hora de afrontar una cuestión de suma

importancia práctica. Pues, de acuerdo con la propuesta de Petty y Cacioppo, la

persistencia del cambio tiende a ser más estable cuando las actitudes se han modificado

procesando la información por la ruta central, ya que este tipo de actividad cognitiva

favorece la integración de las nuevas actitudes con los esquemas cognoscitivos previos;

mientras que, cuando la persuasión se produce por la ruta periférica, dicha integración

no tiene lugar o es más endeble y, por esta razón, el cambio de actitudes suele tener

repercusiones menos sólidas sobre la conducta del persuadido. Es decir, de acuerdo

con Petty y Cacioppo, en principio, las intervenciones comunicativas más

estructuradas y directas (véase epígrafe 4.2.) deberían tener una eficacia clínica

superior a las menos estructuradas y más indirectas (véanse epígrafes 4.1., 8 y 9). Sin

embargo, como bien saben los terapeutas experimentados, sea cual sea su marco

teórico de referencia, esta hipótesis no se corresponde con las observaciones clínicas. Es

más, cualquiera que sea dicho marco los intentos sistemáticos y directos del terapeuta

por persuadir al paciente tienden a desencadenar más resistencias y abandonos que las

estrategias indirectas o relativamente desestructuradas.

¿Por qué? Actualmente no existe una respuesta empíricamente fundada a esta

pregunta, aunque todos los datos disponibles indican, por una parte, que los

mecanismos implicados por el cambio actitudinal promovido en y desde la

comunicación paciente-terapeuta no son sustancialmente distintos de los implicados en

cualquier otra situación persuasiva y, por otra, que la complejidad del contexto

interactivo está en la base de esta aparente paradoja. Así, ya desde los primeros años

de andadura del E.M.L., diversos autores fueron señalando la relevancia en el cambio

actitudinal terapéutico de variables intervinientes tales como los afectos implicados en

la situación comunicativa (Petty, Cacioppo y Kasner,1988; Bargh, 1988) y la relación

entre la reiteración de los mensajes, su grado de estructuración y sus peculiaridades

estilísticas (Rojí 1989a, 1989b), mientras que, paralelamente, desde otras áreas de

conocimiento afines se iban desvelando los vínculos existentes entre los aspectos más

analógicos del lenguaje natural y las arquitecturas cognitiva (Lakoff y Jonhson, 1980) y

comunicativa (Tuson, 2000)

Con todo, hasta la fecha las investigaciones de proceso no han considerado la

complejidad de la comunicación terapéutica con la extensión y profundidad que este

objeto de estudio requiere. Por eso, de lo que en verdad disponemos hoy en esta

materia es de un conocimiento de facto, de un saber hacer comunicativo e interactivo

fundamentado en la experiencia, que profesionales tan cualificados como Bandler, R. y

Grinder, J. 1975; Gunnison, H. 1990; Hammond, D.C. 1990; Cormier, W. H. y Cormier,

L. S. 1994; Miller, W.R. y Rollnick, S. 1999; Memon A. y Bull, R. 2000; Chaika, E. 2000;

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Wiger, D. E. y Huntley, D. K. 2002; Fernández Liria, A. y Rodríguez Vega, B. 2003 ó

Greenspan, S.I. & Thorndike Greenspan, N., 2003, se han esforzado en transmitir a los

jóvenes terapeutas.

En consecuencia, conscientes a un tiempo de las carencias de verificación empírica que

inevitablemente afectan a cualquier procedimiento diseñado para entrenar la

comunicación terapéutica, y de la necesidad de adquirir formación de quienes dan sus

primeros pasos hacia la práctica clínica, en esta ocasión, hemos optado por primar la

claridad expositiva, los ejemplos y los ejercicios prácticos. Y bajo este criterio hemos

elaborado las páginas que siguen.

PRIMERA PARTE

ENTREVISTA

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1. CONCEPTOS BÁSICOS

La relación terapéutica puede definirse como un tipo particular de interacción, cuyo

acontecer se fragua y desarrolla en y a través de la comunicación que se establece

entre un paciente y un terapeuta.

La comunicación capaz de producir un efecto terapéutico no difiere básicamente de la

que se establece en la vida cotidiana, porque la influencia mutua entre los

comunicantes y la transmisión de información son fenómenos comunes a todo

intercambio comunicativo. Por esta razón, la comunicación con efectos terapéuticos se

caracteriza por la motivación que guía al entrevistador: influir sobre su interlocutor

con objeto de ayudarle a resolver sus dificultades de índole psicológica, sin abusar en

ningún momento del propio poder ni obtener más ventajas personales que las debidas

a los honorarios.

Ahora bien, de la misma manera que la motivación del entrevistador introduce un

factor esencial en el intercambio comunicativo de la entrevista terapéutica los modelos

teóricos que guían la interacción pautan de manera decisiva la estructura de esos

mismos intercambios. Concretamente, se pueden distinguir tres formas prototípicas

de comunicación terapéutica. La primera de ellas se origina en la práctica psiquiátrica

clásica. Adoptada después por los entrevistadores de orientación conductual, este

modelo comunicativo define la interacción a partir de la búsqueda de objetividad por

parte del entrevistador. Así, éste se sienta frente al cliente y con frecuencia introduce

entre ambos la presencia de algún objeto de registro, como un cuaderno de notas, una

cinta magnetofónica o una simple mesa de despacho, que alude a su cualificación

como experto. Por tanto, el esquema que dirige la comunicación es del tipo « Yo

experto te pregunto a ti, paciente/Yo experto te propongo como solución, a ti paciente....». La

segunda forma prototípica de interacción terapéutica es la propuesta por el

psicoanálisis. En ella la interacción se desarrolla de tal manera que todo el contexto

tiende a favorecer la libre asociación. Es por esto que el paciente se tumba en un diván

y el terapeuta se sitúa a su espalda, ya que ambas circunstancias favorecen la

emergencia de la fantasía. Igualmente, el analista tiende a emplear con profusión la

primera persona del plural para referirse a las circunstancias relatadas por el paciente,

pues este modo de enunciación refuerza la alianza terapéutica establecida entre

ambos. En consecuencia, toda la interacción queda enmarcada por el sutil imperativo

que se desprende de la regla fundamental: «Diga todo cuanto le venga a la mente».

Por último, la tercera forma prototípica de comunicación terapéutica es la

representada por las entrevistas de orientación fenomenológica y existencial. En ellas

la comunicación se apoya ampliamente en recursos retóricos facilitadores de la

empatía, ya que una de las metas fundamentales de la comunicación consiste en que el

entrevistador llegue a ver el mundo con los ojos de su paciente. Esta actitud se traduce

enunciativamente en el predominio de la tercera persona del singular con función de

impersonal, como forma habitual de referirse a la experiencia del cliente («Es terrible»,

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«Eso es gozoso ¿no?»). Es decir, en esta clase de entrevista la distancia psicológica que

se pretende establecer entre los comunicantes es la mínima.

Sin embargo, al margen de todas las restricciones impuestas a la comunicación

terapéutica por sus fines específicos y por los modelos teóricos, esta clase de

comunicación, como cualquier otra forma de relación interprofesional, puede ser

considerada, tanto un instrumento de la interacción, como una de sus consecuencias,

ya que también lo más peculiar de una entrevista terapéutica se basa en el fenómeno

que une ineludiblemente comunicación e interacción: dos personas pueden hablar

entre sí sin que ninguna de ellas transmita una información relevante sobre la realidad

que les circunda, pero no es posible que hablen sin que estén afirmando algo sobre la

clase de relación que mantienen en esta situación.

1.1. Una teoría clínica de la comunicación humana

Los fenómenos interactivos y comunicativos en el contexto clínico fueron estudiados

con especial atención por un grupo de profesionales de la psicoterapia, encabezados

por Jackson, Haley y Weakland, quienes en los años cincuenta se agruparon en torno

al eminente antropólogo Gregory Bateson, para formar el grupo de Palo Alto.

Las actividades de este grupo de investigadores estuvieron dirigidas al estudio

sistemático de la comunicación humana, a partir de algunos principios elementales de

la cibernética y la Teoría General de Sistemas. Basándose en un análisis exhaustivo de

los esquizofrénicos y abordando la comunicación como forma más que como

contenido, Watzlawick, Beavin y Jackson (1971, 49-71), llegaron a establecer los

siguientes axiomas básicos de la comunicación:

1. No es posible no comunicarse.

2. Toda comunicación tiene un aspecto de contenido y un aspecto relacional.

3. La naturaleza de la relación depende de las secuencias de puntuación de las

comunicaciones establecidas por los comunicantes.

4. Los seres humanos se comunican tanto digital como analógicamente. El

lenguaje digital cuenta con una sintaxis lógica sumamente compleja y

poderosa, pero carece de una semántica adecuada para la definición

inequívoca de las relaciones.

5. Todos los intercambios comunicativos son simétricos o complementarios,

según estén basados en la igualdad o la diferencia.

Los conceptos digital y analógico provienen de la Cibernética e inicialmente hacen

referencia a dos tipos de computadoras. Las computadoras digitales reciben este

nombre porque trabajan con dígitos, utilizando el principio de «todo o nada» con que

funcionan sus transistores. Esto es, tanto las instrucciones como los datos son

procesados bajo la forma de números, de manera que, la correspondencia entre la

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información y su expresión digital es arbitraria. En contraposición, las computadoras

analógicas manejan cantidades discretas, siempre positivas; es decir, los caracteres que

procesan guardan cierta relación con la naturaleza de los datos.

La diferencia entre estas dos formas de computación reside en la arbitrariedad

subyacente a la codificación digital. De manera paralela, en el lenguaje natural la

relación entre expresión y contenido, exceptuando algunos casos de onomatopeya, es

arbitraria y por eso se denomina digital. En cambio, en las formas de comunicación no

verbales, hay algo similar a la cosa que se trata de comunicar, por lo que recibe el

nombre de analógica. En otras palabras, el prototipo de codificación digital lo

constituyen las lenguas naturales, mientras que la codificación analógica abarca todo

aquello que se considera comunicación no verbal: posturas, gestos, expresiones

faciales, inflexiones de la voz, secuencia, ritmo, cadencia de las palabras y, en general,

cualquier otra manifestación no verbal que sea emitida en un contexto interactivo.

El grupo de Palo Alto, a través de sus estudios sobre la esquizofrenia, demostró que

los aspectos de contenido de una comunicación, o sea, la información relativa al

mundo, se transmiten de manera digital, mientras que los aspectos relacionales de la

comunicación, es decir, la información que concierne al tipo de relación que

mantienen dos interlocutores, son transmitidos predominantemente por cauces

analógicos. Igualmente, estos autores evidenciaron que los niveles analógicos de una

comunicación carecen de una estructura lógica capaz de explicitar relaciones del tipo

«si.. luego», «o ... o», «no» y las distinciones temporales presente, pasado, futuro.

De esta última apreciación se derivan dos consecuencias:

a) Existe una gran dificultad para traducir un mensaje analógico a un código

digital y viceversa, de manera que por tratarse de vías de comunicación cuyas

estructuras internas se oponen, una traducción supone siempre una

considerable pérdida de información.

b) En el contexto interactivo, los niveles analógicos y digitales de un mensaje

mantienen entre sí, necesariamente, una relación que se conoce con el nombre

de puntuación. La puntuación de un nivel de la comunicación respecto al otro

es congruente, cuando las informaciones que transmiten uno y otro no entran

en conflicto, e incongruente, cuando la información transmitida en un nivel de

la comunicación entra en conflicto con la transmitida por el otro. La

puntuación incongruente se denomina descalificación. Un ejemplo de

comunicación congruente consiste en la emisión de la palabra «si» moviendo

ligeramente la cabeza de arriba hacia abajo, mientras que una comunicación

incongruente o descalificación sería emitir el mensaje «estoy muy enfadado

contigo» acompañándolo de una sonrisa franca.

Cuando dos personas entran en contacto van definiendo progresivamente su relación,

a través del tipo de conducta comunicativo que se establece entre ambos. De entre

todos los mensajes posibles seleccionan aquellos tipos que ambos interlocutores están

de acuerdo en que son esos y no otros los que deben emitirse. Así, cada mensaje

intercambiado es, o un refuerzo del tipo de relación que se ha establecido, o una

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propuesta para modificar esa relación. Por ejemplo, si dos vecinos se encuentran en el

ascensor y uno de ellos realiza un comentario sobre el tiempo, éste está indicando que

esta es la clase de cosas sobre la que pueden entablar una conversación. Si su

interlocutor continúa con el tema estará aceptando el tipo de relación propuesta por el

primero, pero si le pregunta por su nuevo empleo estará proponiendo un tipo de

relación más personal. A su vez, esta propuesta puede ser aceptada por el primer

comunicante, hecho que se manifestará si contesta a la pregunta, o rechazada, lo que

se hará evidente en caso de que desvíe el tema de conversación hacia la climatología.

El acuerdo sobre la relación al que llegan los comunicantes nunca se establece de

manera definitiva, sino que se desarrolla paulatinamente, de acuerdo con las preguntas

que realizan los interlocutores, con la forma en que reaccionan ante ellas y con las

variaciones del medio ambiente, que influyen sobre su conducta.

La comunicación que se establece entre dos personas incluye el contexto en que tiene

lugar, los mensajes verbales, las pautas paralingüísticas y los movimientos del cuerpo.

De esta forma, la relación que entablan dos personas se define tanto por la cualidad de

la información que se transmite por los canales ya citados, como por la presencia o

ausencia de información procedente de ellos. Nadie puede dejar de puntuar un

mensaje, ya que las palabras son emitidas de una manera determinada y el silencio

adquiere siempre una significación, de acuerdo con la postura que adopta el que calla

y con el contexto en que tiene lugar.

Si las puntuaciones que se establecen entre los niveles analógico y digital de un

mensaje fueran siempre congruentes, las relaciones entre las personas serían claras y

simples, hasta el punto de que las dificultades interpersonales surgen allí donde la

comunicación se torna incongruente, a través de mensajes que se descalifican unos a

otros. Como afirma Haley (1977, 188) «la gente tiende a juzgar la conducta de otros

como falsa o sincera, seria o bromista, etc., observando si realmente confirman lo que

dicen por medio de calificaciones congruentes. Y cuando una persona responde a otra

dando su propia definición de la relación entre ambas, dicha respuesta comprende

todos los niveles del mensaje».

En resumen, volviendo al tema de la entrevista terapéutica, para profundizar en el

manejo de este tipo de interacción es preciso conocer antes las características y

funciones de los niveles analógicos y digitales de la comunicación, así como las

relaciones que se establecen entre ello en la situación terapéutica.

1.2. La entrevista en psicoterapia

La entrevista terapéutica es un procedimiento empleado en psicoterapia, cuyo objetivo

consiste en observar y analizar la conducta de un paciente, para después integrar la

información obtenida de cara al tratamiento de sus dificultades psicológicas.

Este tipo de entrevista conlleva el establecimiento de un tipo especial de relación

interpersonal caracterizada por el hecho de que el terapeuta está socialmente

Page 15: Entrevista y Sugestiones Indirectas

15

reconocido como un experto en relaciones interpersonales, mientras que el paciente

tiene expectativas de obtener en ese encuentro algún provecho para sus necesidades».

Las características más destacadas de cualquier entrevista de naturaleza terapéutica se

definen en los siguientes planos: comunicación, interacción, estructura y técnicas

específicas de intervención. Todas ellas convergen en el objetivo general de provocar

cambios más o menos estables en la conducta del entrevistado. Pero la consecución de

los objetivos terapéuticos de la entrevista requiere, con frecuencia, la elaboración de

un detallado historial clínico del paciente. Bajo estas circunstancias, la entrevista

terapéutica se acerca al modelo médico tradicional y, en consecuencia, su función

terapéutica tiende a solaparse con actividades de tipo diagnóstico. Dicho de otra

manera, aunque la entrevista terapéutica es un género claramente diferenciable de

otras variedades de entrevista psicológica, en determinados momentos de su

desarrollo integra facetas que, como en el caso del diagnóstico, constituyen toda una

especialidad de la práctica profesional del psicólogo clínico.

Por otra parte, la entrevista terapéutica adopta objetivos específicos, de acuerdo con el

contexto en que tiene lugar y con el tipo de población a que se aplica. En este sentido,

se pueden diferenciar diversas clases de entrevista terapéutica, entre las que destacan

por su frecuencia las llamadas entrevistas iniciales. En ellas, el entrevistador puede

tener alguna o ninguna información previa acerca del cliente, pero siempre sus

objetivos específicos son, por una parte, la identificación global de la clase de

problemas que han motivado la consulta y, por otra, esclarecer si puede prestarle

ayuda terapéutica o si debe remitir el caso a otro profesional o institución.

Otra categoría de entrevistas terapéuticas está formada por aquellas en las que el

objetivo específico consiste exclusivamente en la identificación pormenorizada de las

dificultades del paciente. Este tipo de entrevistas suelen concluir, bien con un juicio

diagnóstico, bien con una descripción pormenorizada de la conducta del paciente y

del entorno ambiental en que tiene lugar. La mayoría de las veces las descripciones de

esta clase constituyen la exploración clínica que precede al tratamiento; por eso,

mediante ellas se pretende identificar los puntos fuertes y débiles del entrevistado, así

como la configuración de las situaciones conflictivas más destacadas en su historia y

su presente.

Se denominan entrevistas de orientación aquellas entrevistas terapéuticas cuyo

objetivo específico consiste en ayudar al paciente a tomar algún tipo de decisión. Es

característico de estas situaciones el hecho de que el paciente experimente algún tipo

de bloqueo en su capacidad de elección, lo que a su vez suele comprometer alguna

dimensión importante de su futuro.

Muy relacionadas con la orientación, las entrevistas de terminación se caracterizan

porque durante ellas el terapeuta informa sobre las conclusiones a que ha llegado, en

relación con la naturaleza de los problemas del paciente o, si ha habido tratamiento,

respecto a sus previsiones del tipo de dificultades que éste encontrará en el futuro y el

grado de éxito con que podrá abordarlas.

Page 16: Entrevista y Sugestiones Indirectas

16

En cambio, las entrevistas en situación de crisis pretenden atajar, de manera eficiente y

rápida las posibles consecuencias de un momento de desesperación, que puede acabar

en suicidio, o la sintomatología más florida de una ruptura brusca del contacto con la

realidad. En estos casos, el entrevistador se enfrenta, en pocos minutos, a

circunstancias que generalmente se distribuyen a lo largo de varias sesiones, como,

por ejemplo, aumento rápido de la ansiedad, inminencia de una toma de decisiones,

etc. Durante la entrevista en situación de crisis es conveniente que el terapeuta apoye

emocionalmente al paciente y que, al mismo tiempo, busque informaciones concretas

que le faciliten el desarrollo de un plan de ayuda. Esta clase de objetivos suelen

alcanzarse intensificando la propia serenidad, la atención y la aceptación del paciente.

A su vez, los objetivos específicos de cada una de las categorías de entrevista

terapéutica mencionadas cobran matices peculiares en función de factores tales como

si el paciente es un niño o un adulto, si el régimen es ambulatorio o institucionalizado,

si el paciente acude individualmente o como miembro de un grupo familiar, formando

parte de un grupo con el que no tiene vínculos naturales, etc.

Por último, otro factor que incide directamente en la configuración de la entrevista

terapéutica, tanto a través de la determinación de sus objetivos específicos, como de

las técnicas de intervención o el grado de estructuración, consiste en la influencia que

ejercen los modelos teóricos a que se adscriben los distintos entrevistadores.

En resumen, la entrevista terapéutica es un procedimiento cuyo objetivo general

consiste en facilitar la resolución de las dificultades psicológicas mediante un cierto

tipo de interacción personal: la establecida entre un profesional cualificado y una

persona que necesita ayuda. Las peculiaridades que adopta este procedimiento

difieren considerablemente en función de las situaciones en que se desarrolla, de las

condiciones demográficas e institucionales que concurren y del marco teórico que

sirve de guía al entrevistador. La incidencia de todos estos factores hace que algunas

entrevistas terapéuticas se diferencien mucho de otras, pese a lo cual todas mantienen

algunas características en común.

Aprender a realizar una entrevista terapéutica es una tarea para la que no existen ni

reglas fijas, ni consejos capaces de sustituir a la experiencia clínica propiamente dicha.

Sin embargo, el psicólogo que haya llevado a cabo un buen entrenamiento y que

cuente con un grado suficientemente elevado de habilidad en el manejo de las

distintas técnicas de intervención verbal, podrá afrontar su primera entrevista

terapéutica con tranquilidad y una alta probabilidad de éxito.

El entrenamiento de nuevos entrevistadores posee diversas facetas, algunas de las

cuales han sido objeto de estudios más o menos exhaustivos, cuyas conclusiones

recomiendan que la formación de un entrevistador-terapeuta siga la siguiente

secuencia:

1. Adquisición de las habilidades necesarias para el correcto manejo de las

diversas estrategias y técnicas de intervención terapéutica.

Page 17: Entrevista y Sugestiones Indirectas

17

2. Integración de dichas habilidades en un estilo personal flexible y

espontáneo, que permita al entrevistador novato saber abordar con soltura la

comunicación y la interacción, frente a una amplia gama de pacientes.

3. Actuación clínica supervisada por un profesional con más experiencia,

capaz de proporcionar una retroalimentación exhaustiva de la ejecución del

joven entrevistador.

4. Autosupervisión o autocontrol de las entrevistas. Esta tarea se puede

ejecutar fácilmente mediante el análisis de las características de las

intervenciones propias (tipo de intervención, pautas enunciativas

predominantes, estabilidad/variación del enfoque, adecuación de la

intervención al momento en que se produce, etc.) y de los efectos de tales

intervenciones sobre la comunicación y la interacción con el paciente. En el

desarrollo de esta forma de control es aconsejable la grabación, en cinta

magnetofónica o vídeo, de las entrevistas realizadas. En este caso, es requisito

indispensable que el paciente conceda explícitamente su permiso para efectuar

la grabación. En caso de que el cliente manifestara reticencias se le puede

recordar que el contenido de las entrevistas está sujeto al secreto profesional,

pero en ningún caso se le presionará para que acepte la propuesta de registro

mecánico, ya que esta clase de conductas por parte del entrevistador afectan

negativamente al nivel de cooperación que desarrollará el paciente.

De cara a la facilitación de las etapas 1ª y 2ª del proceso arriba descrito, en los

capítulos que siguen se han incluido dos clases de tareas: ejercicios de papel y lápiz y

ejercicios de ensayo conductual o role-playing. Los ejercicios de papel y lápiz están

pensados para ser realizados individualmente, en cambio, los ensayos conductuales se

caracterizan porque necesitan de una ejecución en grupo, bajo el control de un

experto. Pese a que en este tipo de tareas no hay aciertos y errores, su inclusión en un

programa de aprendizaje es obligado por dos razones. En primer lugar, el ensayo

conductual de una entrevista terapéutica ofrece, a quien desarrolla el papel de

entrevistador, la oportunidad de integrar en una ejecución activa las distintas técnicas

y habilidades que ha aprendido aisladamente, y a quien desempeña el papel de

cliente, la posibilidad de identificar aquellas conductas que deben ser evitadas por un

terapeuta, en base a su efecto contraproducente cuando son considerados bajo la

óptica del cliente. En segundo lugar, el resto de los participantes que desempeñan el

papel de audiencia adquieren una mayor habilidad perceptiva y crítica de los

fenómenos de la comunicación y la interacción terapéuticas, ya que su tarea, junto con

la del experto que planifica la sesión, consiste en hacer una evaluación detallada de la

ejecución de quienes hacen de entrevistador y entrevistado. Cuando la audiencia es

numerosa suele resultar útil encargar a cada participante de la evaluación de un

aspecto concreto del desarrollo de la entrevista, como por ejemplo, la expresión facial,

los titubeos, la empatía, etc.

La retroalimentación se incrementa notablemente, en amplitud y precisión, cuando las

sesiones de ensayo conductual son grabadas en vídeo o cinta magnetofónica, para que

dichas grabaciones sirvan de soporte a los comentarios del entrenador y de los

Page 18: Entrevista y Sugestiones Indirectas

18

observadores. Igualmente, la escala de evaluación de la intervención de

entrevistadores publicada por Cormier y Cormier en 1979 incluida a continuación,

suele ser de gran utilidad, tanto para la facilitación de una observación detallada,

como en la valoración de la ejecución propiamente dicha.

Page 19: Entrevista y Sugestiones Indirectas

19

1.3. Escala de evaluación de las intervenciones del entrevistador

1. Hasta que punto el entrevistador se sentía cómodo y no ansioso en relación con el

cliente y con los temas tratados:

1. NADA. 2. POCO. 3. ALGO. 4. BASTANTE. 5. MUCHO.

2. Hasta que punto el entrevistador evitaba persuadir al cliente para que aceptase sus

valores y expectativas:

1. NADA. 2. POCO. 3. ALGO. 4. BASTANTE. 5. MUCHO.

3. Hasta que punto el terapeuta evitó que sus necesidades personales en la elección

del tema y del control de la entrevista dominaran o interfirieran con la sesión:

1. NADA. 2. POCO. 3. ALGO. 4. BASTANTE. 5. MUCHO.

4. Hasta que punto el terapeuta evitó comunicar verbal o no verbalmente

desaprobación o enjuiciamiento al cliente:

1. NADA. 2. POCO. 3. ALGO. 4. BASTANTE. 5. MUCHO.

5. Hasta que punto el entrevistador se preocupó del cliente y no de las habilidades que

tenía que desarrollar:

1. NADA. 2. POCO. 3. ALGO. 4. BASTANTE. 5. MUCHO.

6. Hasta que punto el entrevistador transmitió una habilidad espontánea y no

mecánica:

1. NADA. 2. POCO. 3. ALGO. 4. BASTANTE. 5. MUCHO.

7. Hasta que punto parecía que el cliente volvería a ver a este terapeuta:

1. NADA. 2. POCO. 3. ALGO. 4. BASTANTE. 5. MUCHO.

Page 20: Entrevista y Sugestiones Indirectas

20

2. LO NO VERBAL

La comunicación no verbal puede definirse como aquella clase de eventos

comunicativos que transcienden la palabra hablada o escrita. La importancia de la

clase de conductas que llamamos no verbales tiene dos dimensiones: una se relaciona

con el tipo o cualidad de la información que transmiten y la otra, con la cantidad de

información que pueden cursar. Esta última puede llegar a constituir el 65 por 100 del

total de la información transmitida durante una conversación cotidiana. Por ello, el

terapeuta tiene que estar especialmente sensibilizado respecto al tipo de conductas

que, tanto en su paciente como en él mismo, configuran la comunicación no verbal.

Tradicionalmente, las conductas comunicativas no verbales han sido clasificadas en

tres categorías: kinésica, paralingüística y proxémica. Se consideran conductas

kinésicas todo tipo de movimientos corporales, como son los gestos, las expresiones

faciales, el contacto ocular y la postura. Igualmente, en esta categoría se suelen

agrupar otros elementos de naturaleza más estable, como son el aspecto físico, la

altura, el peso o el aspecto general del comunicante, ya que todos estos rasgos

contribuyen a crear expectativas en un interlocutor sobre la clase de persona que es

aquél.

La paralingüística aglutina todas aquellas conductas relacionadas con los aspectos

vocales no lingüísticos de un mensaje, como son la calidad de voz, las vocalizaciones,

los silencios, la fluidez de la pronunciación o los errores del habla.

Por último, se consideran conductas proxémicas todas las ligadas al uso del espacio

personal y social, como, por ejemplo, la distancia interpersonal, la manera de sentarse

o la forma de disponer una habitación.

Durante la comunicación, la conducta no verbal puede relacionarse con la conducta

verbal de seis maneras diferentes:

Repetición: El mensaje verbal y no verbal transmiten idéntica información,

como en el caso en que un ligero movimiento de cabeza de arriba hacia abajo

acompaña a la palabra «sí».

Contradicción: El mensaje no verbal se opone al verbal. En estos casos, la

mayoría de los comunicantes tienden a tomar como válido el mensaje no

verbal. Un ejemplo lo tenemos en la forma en que las personas suelen entender

las palabras de bienvenida cuando las acompaña un gesto adusto.

Sustitución: En este caso una conducta no verbal ocupa el lugar de un mensaje

lingüístico. Así sucede, por ejemplo, cuando alguien sonríe para indicar

conformidad.

Complementación: Una conducta no verbal complementa una conducta verbal

cuando la modifica, termina o elabora de algún modo. Es el caso de un

comunicante que dice haber abandonado un determinado proyecto y, al mismo

tiempo, se encoge de hombros.

Page 21: Entrevista y Sugestiones Indirectas

21

Acentuación: Habitualmente los mensajes verbales se enfatizan mediante el

uso de los registros no verbales. Generalmente las emociones que acompañan a

las palabras suelen expresarse a través de la cara, mientras que el resto del

cuerpo tiende a expresar la intensidad de dicha emoción.

Regulación: La conducta no verbal contribuye de manera definitiva a la

regulación del flujo de la conversación. Así, por ejemplo, el turno de

intervención suele expresarse mediante un movimiento que compromete las

cejas y la barbilla.

Durante la entrevista terapéutica la conducta no verbal del paciente se constituye en

una importante fuente de información acerca de sus sentimientos, emociones y

preocupaciones, pues la conducta no verbal de un paciente forma parte de la

expresión de sí mismo. Este aspecto cobra un interés especial cuando, como sucede

con mucha frecuencia, el paciente no tiene conciencia de su conducta no verbal. Es

más, puesto que la comunicación no verbal es más espontánea y mucho más difícil de

controlar conscientemente que las palabras, aquélla puede facilitar al terapeuta la

identificación de un conflicto, tanto como éstas pueden distorsionar su percepción. Al

respecto, diversos autores se han mostrado de acuerdo en que un elevado número de

incongruencias entre los mensajes verbales y no verbales, o sea, las descalificaciones

frecuentes, constituyen un claro indicio de conflicto o falta de integración de la

personalidad.

Las posibles reacciones, explícitas o implícitas, del terapeuta ante la conducta no

verbal del paciente pueden clasificarse en cinco categorías:

1. Averiguar la validez o congruencia entre la conducta verbal y no verbal del

paciente.

2. Registrar y responder a las incongruencias o descalificaciones que se establezcan

entre los niveles verbales y los no verbales. Este tipo de reacción puede ser

elaborado de tres maneras distintas. La primera, a través de un registro encubierto

que no se notifica al paciente; la segunda, a través de la descripción verbal de la

discrepancia observada mediante una confrontación y, por último, preguntando

directamente al paciente qué significa esa incongruencia.

3. Responder a, o anotar la conducta no verbal que acompaña a los silencios del

paciente. También en este caso el terapeuta tiene tres opciones: registrar

mentalmente la conducta no verbal de su paciente, describir el silencio del cliente a

partir de la conducta no verbal que lo acompaña y preguntar al paciente sobre el

significado del silencio en cuestión.

4. Distraer o interrumpir al cliente dirigiendo la atención y el tema de conversación

hacia la conducta no verbal. Esta clase de intervención suele ser especialmente útil

cuando el cliente tiende a perderse en una digresión o evita sistemáticamente

ciertos temas. Pero este tipo de intervención terapéutica sólo da buenos resultados

cuando se refiere al «aquí-ahora» de la conducta no verbal del paciente; en cambio,

sus efectos suelen resultar contraproducentes cuando se interrumpe el flujo de la

Page 22: Entrevista y Sugestiones Indirectas

22

interacción, para examinar una conducta no verbal que fue significativa en un

momento ya pasado.

5. Tener en cuenta los cambios que se producen en la conducta no verbal del

paciente a lo largo de una entrevista o serie de ellas. En el primero de los casos las

modificaciones suelen indicar un cambio de actitud, en el segundo, cuando la

tónica general se inclina hacia la relajación y la asertividad es un indicio de mejoría,

bien de la relación terapéutica, bien de la problemática del paciente.

En cualquier caso, la manera concreta en que el terapeuta responderá a la conducta no

verbal del paciente está en función de factores tales como el tipo de cliente y su

problemática específica, la calidad de la relación terapéutica que ha llegado a

establecer con él, el tema que se debate o la forma en que anteriormente el terapeuta

ha manejado la información procedente de los canales no verbales de comunicación.

Sin embargo, en la relación terapéutica no sólo la conducta no verbal del paciente

resulta de interés, sino que el entrevistador debe estar igualmente atento a los

mensajes no verbales que él mismo envía a su paciente, porque de estos va a depender

en buena medida el grado de colaboración que obtenga. Así, por ejemplo, diversas

investigaciones han puesto de relieve la influencia de la conducta no verbal del

terapeuta, sobre aspectos tales como el grado en que los clientes le perciben como

alguien socialmente atractivo y profesionalmente experto, el grado y tipo de

informaciones relevantes que proporcionan los pacientes y el resultado final del

proceso terapéutico.

Concretamente, las incongruencias y descalificaciones en los mensajes que el

entrevistador dirige a su cliente suelen producir en éste confusión y rechazo, o

pérdida de confianza en la efectividad del tratamiento. Las conductas no verbales del

terapeuta que tienen mayor influjo sobre la buena marcha de la entrevista

comprometen los ojos y la cara en general, la orientación del cuerpo, la postura, la

distancia interpersonal y algunos registros de la voz. Entre las conductas no verbales

del terapeuta que pueden producir un efecto más pernicioso en la interacción

terapéutica destacan: contacto ocular infrecuente, posición del cuerpo en ángulo de 45º

en relación con el cliente, mantener echado el cuerpo hacia atrás, cruzar las piernas en

dirección opuesta al paciente y cruzar los brazos sobre el pecho.

Sin embargo, aunque resulta indiscutible la gran incidencia de la comunicación no

verbal en aspectos tan centrales para el desarrollo de la entrevista terapéutica, como

son la manifestación de la propia intimidad, la regulación de la interacción y el manejo

del control social, tampoco se puede olvidar que, con mucha frecuencia, el significado

de las conductas no verbales ha sido generalizado y considerado de manera aislada.

Este hecho constituye una fuente de errores de considerable importancia en la práctica

clínica y, por esta razón, antes de interpretar una conducta no verbal, conviene tener

en cuenta las siguientes restricciones:

El significado de una determinada conducta no verbal varía de una

persona a otra.

Page 23: Entrevista y Sugestiones Indirectas

23

El significado de una determinada conducta no verbal varía de una

cultura a otra, existiendo amplias diferencias en lo que concierne al contacto

ocular, contacto físico y distancia interpersonal.

2.1. Inventario de comunicación no verbal durante la entrevista terapéutica

Conductas Relación Paciente-Terapeuta

Significados Posibles

Contacto ocular directo El cliente acaba de hablar al terapeuta. Este responde. El

cliente mantiene la mirada.

Deseo de comunicación o

relación. Atención.

Falta de contacto ocular continuo

Cada vez que se propone el tema de su

familia, el cliente aparta la mirada.

Renuncia al tema de conversación,

disconformidad, embarazo o

preocupación.

Mirada ceñuda. Aparta la mirada

El paciente habla sobre su situación laboral. Se para y mira hacia abajo: resume lo dicho y mira a los ojos del terapeuta.

Preocupación

Perder o fijar la mirada en una persona o cosa.

El terapeuta pide al cliente que reconsidere

las consecuencias de una decisión. El cliente calla y mira un cuadro

en la pared.

Preocupación. Posible rigidez o tensión.

Mover rápidamente los ojos. Parpadear. Fruncir

las cejas.

El cliente expresa el deseo de hablar de un tema, aunque todavía duda. Mueve los ojos

rápidamente alrededor de la habitación.

Excitación o ansiedad. Usa lentillas.

Mirar de soslayo o arquear las cejas

El cliente pide consejo. El terapeuta le explica su rol y el cliente mira de soslayo y arquea las

cejas.

El terapeuta sugiere que explore las

dificultades con los padres. El cliente calla y

arquea las cejas.

Estar pensativo o perplejo. O evitar una

persona o un tema.

Evitar un tema o al interlocutor.

Page 24: Entrevista y Sugestiones Indirectas

24

Humedecimiento de los ojos.

El cliente acaba de contar la reciente

muerte de su padre. Aparecen lágrimas en

sus ojos.

El cliente cuenta un progreso importante en la comunicación con su pareja. Se le humedecen

en los ojos.

Tristeza. Frustración.

Felicidad.

Mover los ojos. El terapeuta le pide que recuerde hechos

significativos. El cliente calla y desvía la

mirada, luego responde y mira de nuevo.

Procesamiento o rememoración del

material; o gran interés o satisfacción.

Dilatación de pupilas. El cliente habla del repentino desinterés de su esposa y las pupilas

se le dilatan.

El cliente se inclina hacia el terapeuta;

mientras éste habla sus pupilas se dilatan.

Alarma o gran interés.

Gran interés o satisfacción.

Sonrisas. El terapeuta pide que le cuente sucesos

agradables. El cliente sonríe y cuenta

algunos.

El cliente responde con una sonrisa al saludo

del terapeuta.

Ideas positivas, sentimientos o actos relacionados con la

conversación.

Saludo.

Apretar los labios frunciéndolos.

El cliente describe su esfuerzo por superar un

problema. Calla y frunce los labios.

El cliente se irrita ante el retraso del terapeuta. Se sienta con los labios apretados, mientras el terapeuta explica sus

razones.

Estrés. Determinación. Cólera. Hostilidad.

Cólera o agresividad.

Page 25: Entrevista y Sugestiones Indirectas

25

Bajar la comisura de la boca o morderse los

labios

La cliente describe su reciente violación.

Bajan las comisuras de la boca y

ocasionalmente se muerde los labios.

El cliente cuenta la pérdida de apoyo de

sus padres después del divorcio. Se muerde los

labios.

Ansiedad o tristeza.

Tristeza.

Abrir la boca sin hablar.

El terapeuta señala un obstáculo en el proceso. El cliente abre la boca y luego dice que no era

consciente de ello.

La sesión ha sido larga. El terapeuta habla y la

boca del paciente se mueve un poco.

Sorpresa o supresión de un bostezo. Fatiga.

Supresión de un bostezo. Fatiga.

Contacto ocular con sonrisa.

El cliente habla de forma fluida. A veces sonríe y mantiene el

contacto ocular la mayor parte del

tiempo.

Felicidad o sentirse cómodo.

Mirar de soslayo, frunciendo las cejas y

apretando la boca.

El cliente cuenta una situación tirante con su hijo, aprieta los labios y

frunce el ceño.

Cólera, preocupación o tristeza.

Inmovilidad de los ojos, boca inanimada.

El cliente dice que no tiene nada que contar.

No hay expresión definida en su cara.

Preocupación, ansiedad o miedo.

Sacudir la cabeza de arriba abajo.

El cliente está preocupado por su

estatus o su salud. El terapeuta refleja sus

sentimientos. El cliente mueve la cabeza y dice

“Sí”.

El cliente sacude la cabeza mientras habla

el terapeuta.

Confirmación asentimiento, escucha

o atención.

Escucha. Atención.

Sacudir la cabeza de izquierda a derecha.

El terapeuta dice que los continuos retrasos del paciente deben ser analizados. El cliente dice “No” y sacude la

Desacuerdo o desaprobación.

Page 26: Entrevista y Sugestiones Indirectas

26

cabeza.

La cabeza cuelga hacia abajo con la mandíbula

hacia el pecho

El terapeuta habla del final del tratamiento. El cliente inclina la cabeza

hacia le pecho y dice que no quiere dejar las

sesiones.

Tristeza. Preocupación

Encogerse de hombros. El cliente cuenta que su esposa ha salido sin dar explicaciones. Se encoje de hombros mientras lo

dice.

Incertidumbre. Ambivalencia.

Inclinarse hacia delante. El cliente estaba recostado en la silla. El terapeuta cuenta algo de sí mismo, el cliente se inclina hacia delante y hace una pregunta.

Apremio. Atención. Apertura a la

comunicación.

Repanchingarse. Detenerse, rodear o

apartarse de una persona.

El cliente se siente mal por sus bajas

calificaciones. Se repanchinga. Cuenta sus dificultades para hablar. El terapeuta indaga, el cliente se

repanchinga y aleja los hombros.

Tristeza o ambivalencia. Falta de

receptividad para la relación interpersonal.

Brazos cruzados sobre el pecho.

El terapeuta inicia la conversación. El cliente

no responde. Se echa hacia atrás en la silla y cruza los brazos sobre

el pecho.

Evitación de la relación interpersonal.

Disgusto.

Temblequeo y retorcimiento de manos.

El cliente expresa su miedo al suicidio; le tiemblan las manos.

En voz baja el paciente expresa su

resentimiento; sacude las manos al decirlo.

Ansiedad o cólera.

Cólera.

Page 27: Entrevista y Sugestiones Indirectas

27

Aferrarse a un objeto o cogerse las manos con

fuerza.

Durante la primera entrevista, el paciente

dice sentirse incómodo; tiene cogidas las manos

de manera tirante.

El cliente expresa hostilidad hacia su jefe; aprieta las manos con fuerza.

Ansiedad o cólera.

Cólera.

Brazos extendidos. Brazos y manos

gesticulan.

El terapeuta pregunta y el cliente gesticula sin

responder.

El terapeuta toca un tema nuevo. El cliente

responde rápidamente, con los brazos

relajados.

Acentuar o enfatizar un aspecto. Apertura

a la relación.

Apertura a la interacción.

Gestos escasos, los brazos rígidos.

Durante la primera sesión, el cliente

responde brevemente. Los brazos están caídos

a los lados.

El paciente, con los brazos caídos a los

costados, expresa su irritación por haber

sido enviado al psicólogo.

Tensión o cólera.

Cólera.

Piernas y pies en una postura relajada y

cómoda.

El cliente tiene las piernas y los pies relajados mientras

habla libremente de sus problemas. Los mueve

poco.

Apertura a la relación. Relajación.

Cruzar y descruzar las piernas repetidamente.

El cliente cuenta sus problemas; cruza y

descruza las piernas repetidamente.

Ansiedad. Depresión.

Taconeo. El cliente taconea durante un largo

resumen del terapeuta; lo interrumpe para

hacer una precisión.

Ansiedad. Impaciencia. Querer hacer una precisión.

Piernas y pies tensos y controlados.

El cliente habla relajadamente de su trabajo. Cuando el

terapeuta toca el tema de su matrimonio sus

piernas se ponen rígidas.

Tensión o ansiedad. Estar cerrado a una interacción amplia.

Page 28: Entrevista y Sugestiones Indirectas

28

El cuerpo completamente de frente o inclinado

hacia delante.

El cliente cuenta un problema y mira directamente al

terapeuta mientras habla. Continúa igual cuando el terapeuta le

responde.

Apertura a la relación.

Cambiar la orientación del cuerpo en ángulo, no

mirando de frente o repanchingándose en el

asiento.

Dificultades para entrar en conversación. El

terapeuta pregunta por las razones. El paciente

gira el cuerpo.

Cierto reparo en la relación.

Mecerse o revolverse en el asiento.

El cliente cuenta sus miedos relacionados

con una situación conflictiva. Se mece al

hablar.

Dificultades. Preocupación.

Ansiedad.

Estar tieso. Sentarse derecho y rígido en el

borde del asiento.

El cliente dice que no sabe en qué consistirá

la entrevista. Está sentado muy tieso y

derecho.

Tensión. Ansiedad. Preocupación.

Hablar en un susurro inaudible.

El cliente estaba en silencio. El terapeuta le pregunta y él responde

en un susurro inaudible.

Dificultad para hacer revelaciones.

Cambios en el tono de voz.

El paciente habla de su trabajo en un tono

moderado. Al hablar de su jefe su tono de voz

sube significativamente.

Los temas de conversación tienen diferente significado

emocional.

Tartamudeos, dudas errores en la

pronunciación.

El cliente habla rápidamente de sus

sentimientos sobre una relación. Tartamudea y

comete errores de pronunciación.

Tema impactante. Ansiedad o desagrado.

Habla rápida, lenta o espamósdicamente.

El cliente comienza la entrevista despacio,

contando un mal fin de semana. Al hablar de los sentimientos sobre

sí mismo habla más rápido.

Tema impactante o asuntos con diferente

valor emocional.

Page 29: Entrevista y Sugestiones Indirectas

29

Silencio El cliente entra y el terapeuta le invita a

hablar. El cliente calla.

El terapeuta hace una pregunta. El cliente se

para pensar la respuesta.

Reticencia a hablar o preocupación.

Preocupación o deseo de seguir hablando

después de una pausa.

Manos húmedas, respiración superficial,

sudoración, dilatación de pupilas, rubor, cuello

congestionado.

El cliente habla de la interesante perspectiva

de dos puestos de trabajo. Su respiración se hace más rápida y

sus pupilas se dilatan.

El cliente cuenta sus dificultades sexuales. La respiraciones hace poco profunda y su

cuello enrojece.

Excitación positiva (interés) o negativa

(ansiedad o embarazo)

Ansiedad. Embarazo.

Alejarse.

El terapeuta hace una confrontación. El

cliente se mueve hacia atrás antes de

responder verbalmente.

Invasión del espacio interpersonal.

Incrementote la excitación. Rechazo.

Acercarse. A media sesión el cliente se aproxima al

terapeuta.

Búsqueda de una interacción más

íntima.

Sentarse detrás o cerca de un objeto (mesa o

escritorio)

Un cliente nuevo entra y se sienta en una silla alejada del terapeuta.

Búsqueda de protección o de más

espacio.

Sentarse detrás o cerca del terapeuta sin ningún

objeto en medio.

Un cliente habitual se sienta cerca del

terapeuta.

Nivel de comodidad adecuado.

2.2. Ejercicios

A) De papel y lápiz

Describe brevemente el posible efecto o significado asociado a cada una de las

siguientes conductas no verbales del cliente, teniendo siempre muy en cuenta la

situación descrita.

1. Conducta: Contacto visual directo.

Situación: El cliente le ha contado un problema al terapeuta y ha mantenido el

contacto visual mientras lo hacía.

Page 30: Entrevista y Sugestiones Indirectas

30

2. C: Mirar fijamente a una persona u objeto.

S: El terapeuta le ha pedido al paciente que piense en posibles opciones. El

cliente calla y mira fijamente al suelo.

3. C: Apretar los labios frunciéndolos.

S: El paciente ha expresado preocupación o irritación por haber sido

injustamente evaluado en clase. Frunce los labios mientras lo cuenta.

4. C: Mover la cabeza de izquierda a derecha.

S: El terapeuta acaba de interpretar las razones por las que el paciente se siente

fracasado. El paciente responde sacudiendo la cabeza de izquierda a derecha.

5. C: Repanchigarse en el asiento. Alejarse del terapeuta.

S: El cliente acaba de contar sus continuos intentos de encontrar a un hijo que

ha huido de casa. Estos han sido infructuosos. Mientras lo dice se repanchinga y aleja

su cuerpo del terapeuta.

6. C: Temblequeo y movimiento nervioso de las manos. S: El cliente expresa miedo a perder su puesto de trabajo, sus manos tiemblan

mientras lo dice.

7. C: Taconeo. S: Durante una extensa respuesta del terapeuta, el cliente taco- nea

continuamente. Luego de forma abrupta toma parte en la conversación.

8. C: Susurrar, cuchichear.

S: El cliente comienza a hablar de un tema delicado, su voz acaba por convertirse en un susurro.

9. C: Silencio. S: El terapeuta acaba de hacer un comentario. El cliente calla durante un rato;

luego responde verbalmente.

10. C: Respiración más rápida, enrojecimiento del cuello. S: El cliente anuncia que próximamente va a tener un hijo. Su ritmo respiratorio

aumenta y se le enrojece el cuello.

B) Ensayos conductuales

Ejecutar un ensayo conductual de una entrevista terapéutica en la que el cliente desarrolle cinco clases de conductas no verbales claramente diferenciables. A saber:

1. Congruencia entre mensajes verbales y no verbales.

2. Mensajes incongruentes con descalificaciones de diversa naturaleza.

3. Silencio.

4. Información abundante y enmarañada.

5. Variación fuerte entre la clase de conducta no verbal del principio y la del final de la entrevista.

La duración de este ensayo no debe sobrepasar los veinte minutos, aunque el cliente debe dar al entrevistador la oportunidad de responder a cada uno de sus cambios en su conducta comunicativa.

Ejecutar un ensayo conductual de una duración máxima de veinte minutos con objeto de que el terapeuta, apoyándose en la conducta no verbal del paciente realice los siguientes ejercicios:

Page 31: Entrevista y Sugestiones Indirectas

31

1. Validación de la congruencia o incongruencia entre la conducta verbal y la no verbal.

2. Identificación de los mensajes incongruentes o descalificaciones.

3. Selección de una conducta no verbal significativa durante los silencios.

4. Interrupción de la conducta verbal del paciente para centrar la atención en la no verbal.

5. Identificación de los cambios en la clase de conducta no verbal exhibida por el paciente.

6. Identificar al menos seis conductas no verbales del cliente de cada una de estas tres clases: kinésica (movimiento del cuerpo), paralingüística (cualidades de la voz) y proxémica (manejo del espacio).

7. Describir los posibles significados de las conductas no verbales que han sido identificadas.

2.3. Soluciones

1. Deseo de comunicación.

2. Preocupación.

3. Agresividad.

4. Desacuerdo.

5. Desazón.

6. Ansiedad.

7. Impaciencia.

8. Reparo a la autorrevelación.

9. Reconsideración.

10. Ansiedad.

Page 32: Entrevista y Sugestiones Indirectas

32

3. LO VERBAL

Durante una entrevista, lo que el terapeuta hace o dice influye en la conducta

comunicativa del paciente, es decir, existe una relación funcional entre la conducta de

ambos. Así, la relación terapéutica puede considerarse como una cadena en la que

cada eslabón está formado por un mensaje del terapeuta que es seguido por un

mensaje del paciente. De esta manera, cada expresión elicita una respuesta del

interlocutor, de forma que la influencia de una conducta verbal se extiende, tanto

hacia la expresión precedente, que es reconsiderada bajo la nueva información, como

hacia la que sigue.

En estas circunstancias, cada conducta verbal ejerce alguna de estas tres clases de

influencia: refuerzo, castigo o discriminación. La intervención del terapeuta tiene un

efecto reforzante cuando mantiene o incrementa ciertas conductas comunicativas del

paciente; en cambio, el efecto de una intervención es equivalente a un castigo si ciertas

conductas comunicativas del cliente decrecen en su tasa o incluso desaparecen. El

efecto discriminante de una intervención terapéutica sobre una conducta

comunicativa se produce cuando su aparición permite predecir el tipo de respuesta

que elicitará en el paciente.

Aunque estas clases de influencias se estudian habitualmente partiendo de la

conducta verbal del entrevistador y de cara a la influencia sobre la conducta del

paciente, de hecho, la relación que se establece entre los eslabones de la cadena es

biunívoca. Esto es, con excepción del primer y último enunciados de una entrevista,

cada una de las intervenciones del terapeuta y del paciente constituyen un refuerzo,

un castigo o un estímulo discriminativo, con incidencia sobre la conducta que le sigue.

Por otra parte, la comunicación verbal que se desarrolla durante la entrevista

terapéutica difiere notablemente de las pautas habituales en una conversación

cotidiana, especialmente en lo que se refiere a la conducta verbal de terapeuta. Es más,

el grado de experiencia profesional de un -entrevistador puede ser identificado

atendiendo exclusivamente a su tendencia a responder a sus clientes, de manera

similar a como lo hace con sus familiares y amigos, de forma que a mayor similitud

existe una menor experiencia.

Diversos estudios empíricos han demostrado el entrevistador novato a menudo pasa

por alto los posibles efectos que tienen, sobre la interacción terapéutica, sus pautas

habituales de comunicación verbal y, con no menos frecuencia, desconoce otras

formas de comunicación distintas a las de la conversación espontánea. Por esta razón,

un paso elemental en la formación de un entrevistador clínico consiste en identificar

aquellas formas de comunicación verbal que resulten contraproducentes, durante una

entrevista terapéutica. Nueve son los tipos de intervenciones verbales, que deben ser

evitadas por un entrevistador. A saber:

1. Cháchara. Teniendo en cuenta que el cliente llega a la entrevista por un

motivo concreto, deben evitarse los temas de conversación intranscendente,

tales como el tiempo, la política o los deportes.

Page 33: Entrevista y Sugestiones Indirectas

33

2. Manifestaciones que impliquen juicios, acusaciones, críticas o insultos.

3. Sermoneo. Conviene evitar al máximo las expresiones que conllevan

consejos del tipo «Usted debería... », «Lo que usted tiene que hacer es... ».

4. Expresiones de compadreo y manifestaciones de simpatía del tipo «Estoy

seguro de que ahora vamos a vernos en días fijos comenzarás a sentirte mejor» o «Me

apena muchísimo eso que dices».

5. Presionar, amenazar o discutir. Deben evitarse las expresiones del tipo « ¿No

te lo dije yo?», «Si no lo haces te arrepentirás» o «Usted está completamente

equivocado porque... ».

6. Expresiones de intolerancia y rigidez del tipo «La única manera de solucionar

su problema es... », «Si continúas así tus dificultades aumentarán».

7. Hiperanálisis, hiperinterpretación o intelectualización. No son aconsejables

las expresiones del tipo «En mi opinión sus actuales dificultades provienen de que

usted nunca se preocupó por su desarrollo personal».

8. Bombardear al paciente con varias preguntas seguidas: « ¿Qué siente en

relación con ello? ¿-Le pone triste? ¿Cuando sucede, qué hace al respecto? ¿Podría

hablarme un poco más de eso?».

9. Autorevelaciones extensas. Están especialmente contraindicadas las relativas

a las dificultades del terapeuta: «Lo que usted me dice me hace pensar en mi propia

situación. Yo también siento lo mismo cuando... ».

Cada una de estas nueve formas de intervención verbal están contraindicadas durante

la entrevista terapéutica porque tienden a inhibir al paciente, respecto a la

comunicación de sus propias dificultades ante otra persona que, en definitiva, no es

más que un extraño.

3.1. Saber escuchar

Saber escuchar y atender es un prerrequisito de cualquier intervención terapéutica,

puesto, que, si el entrevistador no sabe escuchar, los resultados más frecuentes son el

abandono de la autoexploración, el descenso de la motivación y los fallos de atención

por parte del cliente mientras que el terapeuta corre un alto riesgo de comprender

erróneamente las dificultades de su interlocutor y de seleccionar una estrategia de

intervención inadecuada.

Junto con las técnicas no directivas especificadas en el Capítulo IV, son respuestas que

denotan atención y escucha los ligeros movimientos de cabeza, los refuerzos del tipo

uhm uhm, las exclamaciones ya, ya, comprendo, si, etc.

Page 34: Entrevista y Sugestiones Indirectas

34

La utilidad de esta clase de indicios que revelan el interés del entrevistador hacia lo

que cuenta el cliente puede categorizarse en tres puntos:

1. Actúan como un poderoso refuerzo que incide en el deseo del paciente

de hablar de sí mismo y de sus problemas, hasta el punto de que la ausencia de

esta clase de refuerzos puede provocar una actitud negativista en el paciente.

2. Favorecen la adecuada formulación de los problemas del paciente,

potenciando la identificación del núcleo de los mismos.

3. Animan al paciente a asumir la responsabilidad de seleccionar el tema y

el tono que desea imprimir a la entrevista.

Cuando el terapeuta no sabe escuchar y seguir el hilo de lo que le dice el paciente, se

ve obligado a pedir información sobre algo que ya le fue indicado, o al menos

apuntado, o incluso a paliar sus diferencias comportándose como un experto, siendo

esta actitud la menos adecuada para el establecimiento de una buena relación

terapéutica.

Entre los obstáculos que tiene que superar un entrevistador para mantener su atención

y desarrollar su capacidad de escuchar al paciente destacan:

a) Tendencia a juzgar y evaluar los mensajes del cliente.

b) Tendencia a distraerse por factores como el ruido, las presiones del

horario o el tema de la entrevista.

c) Tentación de responder a las piezas de información ausente haciendo

preguntas precipitadas.

d) Tentación de proponerse a uno mismo como fuente de solución de

problemas.

e) Preocupación por lo bien o mal que uno mismo se desenvuelve como

profesional.

3.1.1. Ejercicios

De papel y Lápiz

Elige la respuesta que creas más conveniente en cada caso,

A.1. Paciente: (un estudiante) Mis notas han bajado de sobresaliente a un aprobado

raspado en sólo dos meses y no sé que hacer para recuperarme.

Terapeuta: a) Cuánto tiempo hace que estás en el colegio?

Page 35: Entrevista y Sugestiones Indirectas

35

b) Parece que tus notas han bajado mucho y no sabes que hacer

para cambiar esa situación.

c) ¿Te ha sucedido antes de ahora algo así?

A.2. P.: Mis notas han bajado mucho. Creo que no estudio tanto como solía.

T.: a) ¿Cuántas horas estudias al día por término medio'?

b) ¿Dónde estudias?

c) ¿Puedes decirme en qué sentido han cambiado tus hábitos de estudio?

A. 3. P.: Aunque paso muchas horas estudiando, no soy capaz de concentrarme.

T.: a) (En voz baja y cálida) Problemas de concentración.

b) (Tornando notas) Problemas de concentración.

c) (Enfatizando al cliente) Problemas de concentración.

A. 4. P.: (Mirando hacia abajo con las manos entre las rodillas). Tengo problemas de

concentración porque me paso el tiempo pensando en los problemas que mis padres

tienen en casa.

T.: a) ¿Puedes hablarme un poco más sobre tu casa?

b) Parece que te resulta difícil hablar de eso.

c) ¿En qué ciudad viven tus padres'?

A. 5. P.: Es difícil decirlo. Mis padres están pensando en separarse, Llevan así varios

años.

T.: a) Eso puede ser 10 que te hace difícil estudiar.

b) ¿Por qué están pensando en separarse?

c) ¿Puedes tú hacer algo al respecto?

A. 6. P.: Cuando me siento a estudiar, aunque esté leyendo estoy pensando en lo que

pasa en casa.

T.: a) (Está sentado y quieto. dejando pensar al cliente. pero prestándole toda

su atención)

b) ¿.Que crees que está pasando en casa'?

c) Deberías ser capaz de olvidarte de eso mientras estudias,

Page 36: Entrevista y Sugestiones Indirectas

36

3.1.2. Soluciones:

A1.: b A2.: c A3.: a A.4.: b A5.: a A6.: a

3.2. Saber Preguntar

La tercera actividad fundamental a desarrollar por el entrevistador durante la etapa

intermedia de la entrevista terapéutica, o durante la serie central de entrevistas de un

tratamiento, consiste en saber preguntar.

Saber preguntar quiere decir no preguntar nada al cliente sin que se pueda justificar

porqué se ha demandado esa información concreta, en ese preciso momento. Pero

además, saber preguntar implica que al formular una pregunta concreta se han tenido

en cuenta las siguientes consideraciones:

1) Las preguntas dirigidas personalmente al sujeto, empleando el vocativo tú, usted

o llamándolo por su nombre, tienden a generar respuestas más fiables que si la

preguntase formula de forma abstracta (Ej.: María, ¿usted vio...? en lugar de ¿se

veía...?)

2) Un efecto semejante tienen las formulaciones en afirmativo respecto a los

enunciados negativos y las frases carentes de artículos definidos respecto a las que

los incluyen. Este fenómeno debe ser especialmente tenido en cuenta, ya que se

relaciona directamente con el efecto de halo o sesgo introducido por el

entrevistador (Ej.: ,Encontró usted ... en lugar de ¿No consideró usted ... ?)

3) El enunciado de una pregunta debe de evitar sugerir la respuesta. Igualmente,

se deben evitar todas aquellas formulaciones que puedan dar lugar a un

condicionamiento semántica (Ej.: ¿Cómo son las relaciones con su esposa? en lugar de

A usted le gusta maltratar a su esposa, ¿verdad?)

4) El enunciado de una pregunta no debe de contener alternativas cerradas de tipo

disyuntivo, ni categorías que conlleven una implicación (Ej.: no es conveniente

preguntar ¿El era... o era...? ni ¿Ella estaba...?)

5) Las preguntas deben anunciarse de tal manera que su respuesta no haya de ser

obligatoriamente prolija. En caso de que la información que busca el entrevistador

sea extensa o compleja es conveniente que formule varias preguntas

escalonadamente, recurriendo a varias interrogaciones independientes entre sí. Es

decir, nunca se debe bombardear al paciente con varias preguntas a la vez.

6) Antes de formular una pregunta es necesario evaluar las posibilidades de que el

sujeto tenga los conocimientos necesarios para responderla. En caso de duda, antes

Page 37: Entrevista y Sugestiones Indirectas

37

de formular la pregunta es conveniente cerciorarse de que no estamos enfrentando

al paciente con algo que desconoce.

7) El enunciado de una pregunta no debe de ser ni tan específico que pueda dar

lugar a una respuesta irrelevante ni tan general que promueva una respuesta

estereotipado.

8) Conviene prestar especial atención al marco de referencia implicado por el

enunciado de una pregunta, de forma que éste quede explicitado e integrado en

su formulación y no haya de ser inferido por el cliente.

9) Antes de formular una pregunta conviene evaluar hasta que punto ésta

provocará en el paciente una especial tensión, que le lleve a ponerse a la defensiva,

o bien a una distensión tan notoria que le oriente hacia la divagación.

10) El orden de una serie de preguntas resulta más efectivo cuando sigue un

criterio psicológico (motivación. expectativas…) que cuando el criterio

estructurante es de naturaleza lógica (particular. general...).

11) Es aconsejable disponer de enunciados alternativos para cada cuestión y

emplearlos siempre que el paciente dé muestras de no captar el sentido de la

pregunta. En esta situación suele ser efectivo recurrir a ejemplos que ayuden al

paciente a identificar el tipo de información buscada.

12) La estructura sintáctica y la selección léxica del enunciado de una pregunta

deben realizarse buscando preferentemente la sencillez y la claridad, eligiendo por

ejemplo voces activas en lugar de pasivas, y cuidando las ¡aplicaciones

emocionales de los términos elegidos.

Cada una de las recomendaciones arriba detalladas, no son, en modo alguno,

específicas de la parte intermedia de la entrevista terapéutica. Sin embargo, pese a que

conviene tenerlas en cuenta en cualquier momento de su desarrollo, es durante este

período donde su manejo adquiere una importancia vital, de cara a la consecución de

los objetivos terapéuticos.

3.2.1. Ejercicios

De papel y Lápiz

Las preguntas que aparecen a continuación son cerradas. Transfórmalas en preguntas

abiertas, elaborando al menos dos alternativas de cada caso.

B. 1. ¿Te ayudan tus padres?

B. 2. ¿Tú siempre discutes?

B. 3. ¿Quieres ayudar?

Page 38: Entrevista y Sugestiones Indirectas

38

B. 4. ¿Seguramente usted quiere a su marido?

B. 5. ¿Es verdad que te quieres ir de casa?

B. 6. ¿Disfruta siendo la clase de persona que es?

B. 7. ¿Usted nunca se ha casado'?

B. 8. ¿Ha dejado de pelearse con su mujer?

B. 9. ¿Usted no tiene en cuenta lo que piensan sus familiares?

B.1O. ¿Quiere hacer algo por solucionar sus problemas?

Elige la respuesta que creas más conveniente en cada caso.

B.11. Paciente: (Una chica de 16 años): Me han dicho que tengo que

entrevistarme con usted porque han encontrado una botella de coñac en mi

taquilla.

Terapeuta: a) Pareces realmente preocupada.

b) ¿Puedes contarme más sobre lo que ha pasado?

c) ¿Por qué tenías esa botella en la taquilla?

B.12. P.: Un amigo mío me pidió que le guardara la botella en mi taquilla. Yo

accedí a hacerlo, pero me hubiera gustado decirle que no.

T.: a) ¿Querías realmente guardarle la botella?

b) ¿Qué te hubiera gustado hacer cuando tu amigo te pidió

que le guardaras la botella?

c) ¿Has hecho algo así antes?

B.13. P.: Yo no quería guardarla, pero si no 10 hubiera hecho, él hubiera

pensado que soy muy gallina.

T.: a) ¿Quién te pidió que guardaras la botella?

b) ¿Estás muy preocupada por lo que tus amigos puedan

pensar de ti?

c) ¿Qué quieres decir con eso de «gallina»?

B.14. P.: Mis amigos hubieran podido pensar que a mi me daba miedo que me

pillasen.

Page 39: Entrevista y Sugestiones Indirectas

39

T.: a) ¿Cómo te sientes ahora que te han pillado'?

b) ¿Tú siempre haces lo que tus amigos quieren que

hagas'?

c) ¿.Qué crees que piensan tus amigos ahora'!

B.15. P.: Me siento fatal.

T.: a) Entonces...

b) ¿Quieres ayudarme a entender que quieres decir con

fatal'!

c) ¿Estás enfadado contigo mismo?

B.16. P.: Me siento incómodo porque todo el mundo, incluyendo mis padres,

se van a enterar de lo que he hecho?

T.: a) ¿Crees que tus padres se van a enfadar contigo?

b) Eso no es tan malo. ¿No crees?

c) ¿Cómo crees que reaccionarán tus padres?

3.2.2. Soluciones:

B. 1. a) ¿Puedes decirme cómo han reaccionado tus padres ante tu problema?

b) ¿Qué clase de apoyo te ofrecen tus padres?

B. 2. a) ¿Puedes explicarme más claramente cómo es tu relación?

b) ¿Cómo respondes a esas situaciones?

B. 3. a) ¿Cómo ayudas?

b) ¿Cuál crees que es tu papel?

B. 4. a) ¿Cuáles son sus sentimientos hacia su marido?

b) ¿Puede hablarme acerca de la relación con su marido?

B. 5. a) ¿Qué sientes en relación con el hecho de marcharte de casa?

b) ¿Podrías decirme cuál es tu posición sobre el hecho de marcharte de casa?

B. 6. a) ¿Qué siente siendo ese tipo de persona?

Page 40: Entrevista y Sugestiones Indirectas

40

b) ¿Cómo reacciona ante el hecho de ser esa clase de persona?

B. 7. a) ¿Puede ayudarme a entender cuál es su actitud hacia el matrimonio?

b) ¿Cómo se siente con su actual estado civil?

B. 8. a) ¿Puede describirme cuál es la relación habitual entre usted y su mujer?

b) En estos momentos,' ¿cómo se llevan usted y su mujer?

B. 9. a) ¿Hasta qué punto tiene usted en cuenta la opinión de sus familiares?

b) ¿Hasta qué punto es importante para usted la opinión de sus familiares?

B.10. a) ¿Hasta qué punto está interesado en cambiar su conducta?

b) ¿Hasta qué punto está decidido a esforzarse para cambiar su conducta?

B.11.: a B.12.: b B.13.: c B.14.: a B.15.: b B.16.: c.

3.3. El enfoque

El enfoque de una verbalización se identifica por el marcador o conjunto de

marcadores lingüísticos que determinan el conjunto temático predominante en la

misma. Los enfoques más significativos en la comunicación psicoterapéutica son:

A) Enfoque en el paciente. Pertenecen a esta categoría todas aquellas

intervenciones del entrevistador que comienzan o incluyen los términos tú o usted.

B) Enfoque en el terapeuta. En este caso sus frases contienen el término yo.

C) Enfoque en terceros. Conforman esta clase de conductas verbales los

enunciados del tipo ello... y los que contienen el nombre propio de terceras,

personas ajenas a la entrevista.

D) Enfoque en las relaciones o el grupo. Los enunciados de esta categoría suelen

contener el término nosotros.

E) Enfoque en un tema. En este caso, el término fundamental del enunciado suele

ser un sustantivo del tipo felicidad, familia síntomas, amigos, ansiedad, etc.

F) Enfoque en el contexto socio-cultural. Pertenecen a esta categoría las

intervenciones verbales en las que destacan términos ligados a los conceptos de

ambiente, medio social, cultura nivel de vida, etc.

Page 41: Entrevista y Sugestiones Indirectas

41

El enfoque de la conducta verbal que tiene lugar en una entrevista terapéutica también

puede ser estudiado en función de las tres grandes áreas comportamentales:

afectividad, comportamientos y cognición. En este caso el enfoque de una

determinada intervención del entrevistador viene señalado por la naturaleza

semántica del verbo principal del enunciado. Así, las intervenciones que se centran

sobre los sentimientos del paciente se identifican por el empleo de verbos relacionados

con los sentimientos como estar triste, enfadarse, etc. En cambio, las intervenciones que

se centran sobre la conducta explícita del cliente contienen verbos del tipo hacer,

actuar, comportarse, etc. Por último, la conducta verbal del entrevistador tiene un

enfoque cognitivo cuando en sus enunciados se encuentran verbos del tipo pensar,

creer, decirse a sí mismo, etc.

Además, tanto las seis categorías arriba expuestas, como estas tres grandes áreas

comportamentales, sobre las que puede recaer el enfoque se refieren al pasado, al

presente o al futuro. Es decir, la tercera dimensión del enfoque de la conducta verbal

del entrevistador viene expresada por el tiempo verbal que caracteriza a los

enunciados.

El hecho de analizar el enfoque de una entrevista, mediante las tres dimensiones que

acabamos de especificar permite identificar cuál ha sido la tónica dominante durante

la misma, al tiempo que permite su redirección en un momento dado y facilita la

planificación de la siguiente entrevista. Por ejemplo, identificar que el tiempo verbal

predominante, durante una o varias entrevistas, es el pasado o el futuro puede llevar

al terapeuta al descubrimiento de la evitación del presente como asunto a tratar.

Igualmente, el análisis del enfoque de la comunicación verbal puede ayudar a corregir

ciertas deficiencias del desarrollo de la entrevista como la rigidez o la ausencia de

dirección. En concreto, estos rasgos se manifiestan, respectivamente, por el

inmovilismo y la continua oscilación del enfoque de los intercambios comunicativos.

3.3.1. Ejercicios:

De Papel y Lápiz

Identifica las tres dimensiones del punto de vista o enfoque de las intervenciones del terapeuta.

1. Parece como si una parte de usted confiara en sí mismo y la otra parte desconfiara de su capacidad.

2. ¿En qué piensa cuando se siente asustado?

3. Con frecuencia, abandonar una relación segura es algo que resulta muy duro para un ser humano.

4. En algunas ocasiones me he preguntado qué pasaría si me descontrolase.

5. Puede ser que lo que hagamos aquí resulte útil.

6. Parte de las dificultades que usted puede encontrar en la ruptura se deben a la sociedad, que pone mucho énfasis en la pareja, en el estar juntos.

7. Parte de lo que has contado parece relacionarse con tus planes para después del divorcio.

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42

8. De tu silencio deduzco que te resulta difícil hablar de este asunto. Pero te escucho.

9. Cuando dices que tienes un conflicto, ¿a qué clase de sentimientos te refieres?

10. Dices que a veces piensas que deberías quedarte en casa. Quizá un tema que deberíamos explorar es qué significa para ti ser una buena madre.

3.3.2. Soluciones:

1. Paciente, emoción, presente.

2. Paciente, cognición, presente.

3. Otros (impersonal), conducta, presente.

4. Terapeuta, cognición, futuro.

5. Nosotros, conducta, futuro.

6. Cultura, conducta, presente.

7. Paciente, cognición, futuro.

8. Paciente, emoción, presente.

9. Paciente, emoción, presente.

10. Paciente-nosotros, cognición, presente.

Page 43: Entrevista y Sugestiones Indirectas

43

4. LAS TÉCNICAS DE INTERVENCIÓN VERBAL

Las técnicas que permiten a un entrevistador intervenir verbalmente durante una

entrevista terapéutica son muy diversas. Sin embargo, es característico de todas ellas

el hecho de que cada una se diferencia de las demás por el objetivo que permite

alcanzar, así como por el tipo de estructura enunciativa que requiere.

Por otra parte, cada una de estas técnicas puede clasificarse de acuerdo con la

categoría directividad/no directividad. Las técnicas no directivas empleadas más

frecuentemente son: Clarificación, Paráfrasis, Reflejo, Resumen, e Inmediatez.

Paralelamente, entre las técnicas directivas destacan las siguientes: Sondeo,

Afirmación de la Capacidad, Confrontación, Interpretación, Instrucciones, Encuadre

e Información.

4.1. Técnicas no directivas

Las técnicas no directivas se caracterizan porque todas ellas denotan que el terapeuta

escucha atentamente el discurso del paciente y que presta la debida atención al

proceso de interacción que mantiene con él. Por esta razón, los enunciados de estas

intervenciones se construyen en función del sistema de referencia del paciente, ya

que esta es la única manera de poder lograr los objetivos generales perseguidos con

su empleo; a saber, el establecimiento del rapport en un clima de confianza mutua, y

la fluidez de la comunicación y la interacción terapéuticas.

,l.

4.1.1. CLARIFICACION

La clarificación consiste en una pregunta que el entrevistador dirige al cliente, con

intención de alcanzar alguno de estos dos objetivos:

a) Promover la elaboración que ha de realizar el paciente sobre los contenidos

de los que estaba hablando inmediatamente antes de la intervención del

terapeuta.

b) Comprobar que se han comprendido correctamente las palabras del cliente.

La forma enunciativa propia de la clarificación consiste en una pregunta del tipo «

¿Quieres decir que...?» o « ¿Estás diciendo que...?» o «Lo que tratas de decirme es que...» o

«Si te he comprendido bien, lo que has hecho es que...», etc.

Puesto que la clarificación trata de hacer completamente explícito el mensaje del

paciente, con objeto de confirmar hasta que punto ha sido adecuadamente

comprendido, su empleo se aconseja siempre que no estemos seguros de haber

captado el sentido del mensaje del paciente y siempre que deseemos evitar el riesgo de

formular hipótesis basadas en presuposiciones o conclusiones erróneas. El uso

Page 44: Entrevista y Sugestiones Indirectas

44

frecuente de esta técnica se aconseja, en general, durante las primeras entrevistas del

proceso terapéutico y, en particular, siempre que sea necesario identificar un

problema.

EJEMPLO:

Paciente: Estoy hecho un lío. Este año es todo tan distinto. Y luego lo de mi novia: Ya te

dije que lo habíamos dejado ¿no? Lo estoy pasando muy mal. Además no pego ni golpe.

No me he presentado a los parciales y junio está encima. Pero es porque no puedo

estudiar.

Terapeuta: ¿Quieres decir que te preocupa el hecho de que tus dificultades personales

influyan negativamente en tu rendimiento?

4.1.2. PARAFRASIS

Una paráfrasis consiste en un enunciado que repite, con palabras del terapeuta, el

contenido cognitivo del mensaje del paciente. Puesto que con muchísima frecuencia

los mensajes del cliente expresan, al mismo tiempo, ya sea directa o indirectamente,

aspectos cognitivos y emocionales, para construir una paráfrasis el entrevistador debe

deslindar estos aspectos previamente. Los contenidos cognitivos de un mensaje se

identifican con facilidad porque hacen referencia a situaciones, sucesos, personas,

objetos o ideas.

Los objetivos promovidos por la paráfrasis son:

a) Ayudar al paciente a centrar su atención en el contenido conceptual de su

mensaje.

b) Destacar los contenidos cognitivos del mensaje, cuando se considera

prematura o inadecuada la atención directa sobre los sentimientos.

El empleo de esta técnica es aconsejable siempre que el terapeuta desee evitar que el

paciente se vea desbordado por la expresión de sus sentimientos. También es

conveniente su uso cuando el paciente elude problemas específicos recurriendo a un

amplio despliegue emocional. Este es el caso de los pacientes «llorones» que una y

otra vez cuentan lo desgraciados que se sienten, autocompadeciéndose de continuo.

Por último, la paráfrasis suele ser una técnica efectiva cuando el entrevistador desea

ayudar al paciente a pensar con claridad sobre un problema concreto, ya que esta

técnica favorece la ordenación y sistematización del pensamiento.

Page 45: Entrevista y Sugestiones Indirectas

45

EJEMPLO:

Paciente: Pienso que a estas alturas y habiendo partido de mí la iniciativa de dejarlo, yo

no tendría que sentirme cohibido cuando me la encuentro. Pero la verdad es que me siento

incómodo, como inseguro. A veces no me atrevo ni a mirarla.

Terapeuta: En tu opinión, tus sentimientos no se adecuan a las circunstancias.

4.1.3. REFLEJO

Se denomina reflejo a aquellas intervenciones en las que el terapeuta recoge la parte

afectiva del mensaje del cliente, incluyendo el tono emocional empleado por éste

durante la emisión. Como en el caso de la paráfrasis, para elaborar un reflejo, antes es

necesario deslindar los contenidos cognitivos de los emocionales. En este caso, hay

que tener en cuenta que el paciente suele transmitir sus sentimientos y elaborar el tono

emocional de su mensaje mediante términos específicos, tales como alegría,

desilusión, deseo, etc., así como por las características de la comunicación no verbal.

Las funciones del reflejo son tres:

a) Animar al paciente para que exprese sus sentimientos. Es decir, el reflejo

refuerza la expresión emocional.

b) Intensificar la experiencia del paciente respecto a sus propios sentimientos.

c) Favorecer la toma de conciencia del cliente, en relación con la naturaleza

de los sentimientos que le dominan o son más frecuentes en él.

Cuando se emplea un reflejo, es muy importante elaborar el enunciado seleccionando

términos que aludan a los sentimientos del paciente con la misma amplitud e igual

profundidad que la expresada por él. En otras palabras, el empleo correcto de esta

técnica requiere del entrevistador una especial atención sobre las connotaciones

emocionales de los términos que selecciona. En este sentido suele resultar útil

elaborar una escala semántica de términos con valor afectivo o emocional, en función

de tres grandes categorías: odio, amor y miedo

Términos con connotaciones emocionales de uso frecuente en la entrevista

ALEGRIA: Relajado, contento, de buen humor, optimista, satisfecho, alegre, feliz,

encantado, emocionado, excitado.

TRISTEZA: Desanimado, decepcionado, desesperanzado, desilusionado, pesimista,

consternado, deprimido, solitario, herido, infeliz, desgraciado, desesperado.

Page 46: Entrevista y Sugestiones Indirectas

46

MIEDO: Preocupado, intranquilo, nervioso, tenso, a la defensiva, asustado,

agarrotado, atemorizado, aterrorizado.

INCERTIDUMBRE: Escéptico, dubitativo, confuso, vacilante, desorientado,

preocupado, inseguro, perplejo, indeciso, aturdido, receloso, desconfiado.

COLERA: Molesto, frustrado, enfadado, ofendido, enojado, irritado, peleado,

furioso, ultrajado, resentido, rabioso, trastornado.

En cualquier caso, la mayor dificultad que implica el uso del reflejo, consiste en saber

identificar el momento oportuno para su empleo. El terapeuta debe anticipar este

factor, en relación con lo que él prevea que puede ser el efecto que esta técnica

producirá en el paciente en un momento dado. Dicho de otra manera, antes de

devolver a un paciente su propio estado emocional es conveniente que el

entrevistador se pregunte, si en ese momento concreto, el hecho de que el paciente

profundice en sus sentimientos le resultará beneficioso, o bien agudizará su

problema.

EJEMPLO:

Paciente: Entonces todo me parecía estupendo. Cambiar de ciudad, de casa, de amigos, de tipo

de vida..., en parte me daba miedo, pero también me hacía ilusión.

Terapeuta: Aquel cambio te asustaba y te atraía al mismo tiempo.

4.1.4. RESUMEN

La técnica del resumen consiste en elaborar y transmitir al paciente dos o más

paráfrasis y/o reflejos, en los que se condensen algunos de sus mensajes. Un resumen

puede referirse tanto a lo cognitivo como a lo emocional, y sus contenidos pueden

tener como objeto toda una entrevista, algunos momentos de ella o incluso una serie

de entrevistas. Por otra parte, los contenidos recogidos por un resumen pueden

sintetizar la información transmitida por el paciente a través de los canales verbales y

no verbales.

Un resumen aglutina los temas, las reiteraciones, o las consistencias de la

comunicación del cliente y, además, actúa como un feedback que tiende a estructurar

los mensajes imprecisos o ambiguos. Los objetivos que permite alcanzar esta técnica

son:

a) Enlazar diversos elementos dispersos a lo largo de las comunicaciones del

paciente.

b) Identificar un tema o estructura común a una serie de enunciados.

Page 47: Entrevista y Sugestiones Indirectas

47

c) Interrumpir una divagación excesivamente larga.

Es aconsejable emplear el resumen, siempre que sea necesario cerrar una etapa de la

entrevista o el tratamiento y siempre que deseemos comprobar, que una larga

exposición del paciente ha sido comprendida correctamente.

En este último caso, el resumen cumple una función muy próxima a la de la

clarificación. Sin embargo, el resumen también puede utilizarse, ocasionalmente, para

introducir un tema que, hasta ese momento, sólo se había manifestado de forma latente

o tangencial.

EJEMPLO:

Paciente: De verdad que lo he intentado varias veces. Me esfuerzo por

concentrarme todo lo que puedo, pero nada, no me entero de lo que leo.

Empiezo a removerme en la silla, me levanto, pongo la radio o me voy a

charlar con alguien, y si me quedo delante de los folios es peor. Si me

empeño en estudiar me pongo muy depre, es como un peso y pienso

que no merece la pena que me esfuerce, porque tampoco ahora voy a

aprobar. Entonces lo dejo y me tumbo en la cama completamente harto

de mí mismo.

Terapeuta: O sea, que la inquietud y la falta de confianza en ti mismo

te impiden concentrarte.

4.1.5. AUTORREVELACION

La consiste en un enunciado o grupo de enunciados, a través de los cuales el

terapeuta comunica al paciente, de manera intencional, información sobre sí mismo. El

contenido de una autorrevelación oscila de lo personal, pero no íntimo, a lo más

privado, y de los aspectos más positivos a los más negativos.

Los objetivos que pretende alcanzar una autorrevelación son:

a) Facilitar el establecimiento de un clima de interacción relajado, abierto y

propicio para la colaboración.

b) Favorecer el hecho de que el paciente perciba al terapeuta como un ser

humano, reduciendo de esta forma la distancia que conlleva el rol de experto.

c) Incrementar el nivel de autorrevelación del paciente, empleando la técnica

como un modelado.

d) Influir sobre las posibilidades de cambio conductual del cliente.

Pero la debe emplearse teniendo en cuenta las siguientes restricciones:

Page 48: Entrevista y Sugestiones Indirectas

48

1. Una tasa moderada de autorrevelaciones producen más efecto que una tasa

alta o baja. Este hecho se explica porque un terapeuta que emplea la

autorrevelación con mucha frecuencia tiende a ser percibido por sus

pacientes como indiscreto, débil o necesitado de tratamiento. Paralelamente

aquellos terapeutas que nunca utilizan la autorrevelación, o que la emplean

muy poco, suelen ser percibidos como personas frías, distantes y escasamente

predispuestos a aceptar la intimidad de sus pacientes.

2. La autorrevelación del entrevistador potencia la autorrevelación del cliente,

siempre que su extensión no resulte ni excesivamente larga ni excesivamente

corta.

3. El grado de intimidad de las autorrevelaciones del entrevistador nunca

debe de exceder, ni en contenido conceptual, ni en carga emocional a los

contenidos o emociones expresados por el paciente. Por esta razón, esta

técnica debe ser empleada siempre de acuerdo con las necesidades del

paciente y nunca como medio de drenaje de la ansiedad del terapeuta.

4. La autorrevelación sólo debe hacerse cuando el terapeuta puede explicar,

de forma precisa, la manera en que esa intervención concreta puede ayudar al

paciente.

Pese a todo, los efectos de la autorrevelación parecen variar con las características

personales del terapeuta y con la situación interactiva específica de los participantes

en la entrevista. Un factor independiente, en los efectos que desencadena esta técnica,

parece consistir en la identificación de la medida con que debe emplearse en cada

caso concreto. Es decir, para emplear correctamente la autorrevelación es preciso

aprender a discriminar la cantidad y el tipo de información a revelar, así como el

momento apropiado para hacerlo.

EJEMPLO:

Paciente: A veces me siento tan mal que creo que nunca voy a poder salir de

este lío. Tengo miedo de equivocar mi camino, de cometer una de esas

tonterías que luego no tienen arreglo.

Terapeuta: Yo también he pasado por situaciones como esa. Durante un

tiempo dudé no sólo de si quedarme a vivir aquí, sino que también me

planteé en qué forma quería ejercer mi profesión y relacionarme con otras

personas.

Page 49: Entrevista y Sugestiones Indirectas

49

4.1.6. INMEDIATEZ

Esta técnica consiste en la descripción de las observaciones y/o sentimientos concretos

que experimenta el terapeuta en relación consigo mismo, en relación con el paciente

y/o con los problemas significativos de la relación entre ambos, tal como se presentan

en el momento de realizar la intervención. Por tanto, la inmediatez recoge el aquí-

ahora de las ideas o sentimientos del terapeuta sobre la comunicación o la interacción

en la situación de entrevista.

Esta técnica puede emplearse cuando se pretende alcanzar alguno de los siguientes

objetivos:

a) Discutir con el paciente, de manera abierta, los sentimientos o

problemas relativos a la interacción, que hasta ese momento

habían permanecido implícitos.

b) Proporcionar al paciente un feedback inmediato sobre un momento

concreto de la entrevista.

La inmediatez, al hacer explícito lo implícito, resulta especialmente útil para

desenmascarar los juegos con los que el paciente suele eludir los conflictos. Esta técnica

también resulta efectiva en la integración de los sentimientos que surgen en la relación

terapéutica; dichos sentimientos resultan peligrosos para el normal desenvolvimiento

de un tratamiento si, como sucede con el rechazo o el resentimiento, inhiben o

amenazan con inhibir la fluidez de la comunicación y la confianza mutua.

ROGERS aconsejaba limitar el uso de la inmediatez a aquellos casos críticos en que, de

no explicitarse un contenido concreto, acabaría por envenenarse la interacción y por

hacerse inefectivo el tratamiento. En general, las recomendaciones para el empleo de

esta técnica son:

1. La inmediatez debe limitarse al aquí-ahora. Mezclar la referencia a lo

inmediato con lo percibido o sentido en otro momento reduce el efecto de

este tipo de intervención.

2. La inmediatez debe formularse como una constatación y en ningún caso

debe convertirse en el origen de una discusión sobre lo que está sucediendo.

3. La enunciación de una expresión de inmediatez debe realizarse en presente

de indicativo y explicitando el sujeto (yo, el terapeuta). De esta forma, el

interlocutor remarca el hecho de que asume la responsabilidad de lo

enunciado, lo que a su vez intensifica la receptividad del paciente ante el

contenido enunciado.

4. Antes de formular una inmediatez es preciso evaluar hasta qué punto el

paciente está capacitado para afrontar el contenido enunciado. En otras

palabras, también en este caso es muy importante elegir el momento

adecuado.

Page 50: Entrevista y Sugestiones Indirectas

50

Ocasionalmente, la inmediatez puede llegar a ser la única forma de explorar los

sentimientos o las dificultades más significativas de un caso. También es conveniente

tener en cuenta que, aunque la inmediatez no debe emplearse con frecuencia, su

evitación puede significar que el terapeuta soslaya los problemas que le resultan

incómodos o que teme no ser capaz de manejar. En estas circunstancias la entrevista o

el tratamiento pueden resultar excesivamente superficiales.

EJEMPLO:

Paciente: (Es la cuarta vez consecutiva que llega tarde y, como en las anteriores

ocasiones, se ha instalado sin explicar la razón de su tardanza.)

Terapeuta: Hoy, de nuevo, has llegado tarde. Me gustaría que habláramos sobre la razón

de tus retrasos.

4.1.7. Ejercicios

A) De papel y lápiz

Identifica si la respuesta del terapeuta es una clarificación, una paráfrasis, un reflejo o

un resumen.

A. 1. P.: A veces tengo la impresión de que me van a expulsar.

T.: a) Pareces muy preocupado por eso.

b) ¿Quieres decir que tienes evidencias que te producen esa impresión?

A. 2. P.: Creo que no podré venir a la próxima sesión.

T.: a) ¿No piensas venir la próxima semana?

b) ¿Quieres decir que en tu opinión no necesitas venir la próxima semana?

A. 3. P.: No quiero que nadie más sepa esto.

T.: a) Te preocupa que alguien más pueda llegar a saberlo.

b) Preferirías guardártelo para ti.

A. 4. P.: Creo que a los hombres, a todos los hombres, lo único que les importa es

dominar.

T.: a) ¿Estás diciéndome que has tenido algunas experiencias desagradables con los

hombres?

b) Desde tu punto de vista los hombres están hambrientos de poder.

Page 51: Entrevista y Sugestiones Indirectas

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A. 5. P.: No quiero que mi marido me pida esas cosas. Quiero tomar mis propias

decisiones.

T.: a) Sientes que no hay razones para que tu marido te lo pida. Te gustaría llegar a

ser más independiente de sus demandas.

b) En lo que respecta a tu marido, preferirías que te dejara tomar tus propias

decisiones.

A. 6. P.: Creo que usted no tiene suficiente experiencia profesional para poder

ayudarme.

T.: a) Dudas acerca de mi capacidad para ayudarte.

b) Crees que mi falta de experiencia puede ser un obstáculo a la hora de

ayudarte

Para cada una de las situaciones siguientes elabora una respuesta de clarificación

paráfrasis, reflejo y resumen.

A. 7. P.: (Un estudiante de bachillerato de quince años): Mis notas han bajado

mucho. No sé porqué, me siento muy desinteresado por todo.

A. 8. P.: (Una niña de cuarto de EGB): No me da la gana hacer los deberes de

casa. Las matemáticas no me importan. Las niñas no necesitan saber esas

cosas.

A. 9. P.: (Un hombre de mediana edad): Estoy muy desanimado a cuenta de

esta incapacidad física. No puedo hacer nada como antes. No sólo ha afectado

a mi trabajo, también en casa. Siento como si no tuviera nada que ofrecer a los

demás, nada que merezca la pena.

A.10. P.: (Una persona mayor): La empresa está a punto de jubilarme, incluso

aunque yo no quiero. ¿Cómo me las voy a arreglar? Me sorprendo a mí mismo

pensando en los buenos momentos del pasado, no quiero encarar el futuro de

ninguna manera. A veces pensar en la jubilación me pone tan nervioso que no

puedo comer o dormir. Mi familia me ha sugerido que trate este asunto.

A.11. P.: (Un maestro novato): Mi clase es un jaleo. No sé manejarme con esos

chicos tan problemáticos. El director me acucia para que ponga más orden y yo

no estoy seguro de hasta qué punto el orden es importante.

A.12. P.: (Un estudiante de EGB): Este profesor no me gusta. Siempre me

reprende. Es estúpido; me pongo furioso cuando me riñe.

A.13. P.: (Un hombre de cincuenta años): Odio levantarme para ir a trabajar.

Estoy cansado de la misma vieja rutina. Es una farsa. Nada de lo que hago

merece la pena, pero es el negocio de mi suegro y habría una escena familiar si

lo dejo. Él ahora es demasiado mayor para llevar el negocio por sí mismo.

Page 52: Entrevista y Sugestiones Indirectas

52

Para cada una de las siguientes situaciones, elige la opción que en tu opinión refleje

mejor los sentimientos del paciente.

A.14. P.: Después de la forma en que me han tratado en esos grandes almacenes, no

voy a volver ahí ni aunque fuera la única tienda del mundo.

T.: a) Irritación.

b) Enfado.

c) Humillación.

A.15. P.: ¿Puedes creerlo? Hoy he encontrado un trabajo que realmente me gusta,

pero que nunca pensé conseguir.

T.: a) Es estupendo que hayas encontrado un trabajo.

b) Debes de estar muy contento por eso.

c) Parece como si estuvieras muy excitado por haber encontrado trabajo.

A.16. P.: Al principio, cuando empecé a hablar contigo sobre mis problemas me

costaba mucho abrir la puerta de tu despacho.

T.: a) Al principio sentías aprensión a contarme tus cosas.

b) ¿Te asustaba venir a verme?

c) Parece como si te hubieras resignado al hecho de que necesitas venir.

A.17. P.: (Un estudiante con malas notas): ¿Cómo puedo ponerme a la altura de mis

hermanos mayores?

T.: a) Debes sentirte frustrado.

b) Me parece que te sientes inferior cuando te comparas con tus hermanos.

c) Sus éxitos parecen desanimarte.

A.18. P.: Mi madre siempre se está quejando de que está demasiado enferma para

salir a la calle o hacer algo. Ha visitado a varios médicos pero le han dicho que está

bien. No sé qué hacer para convencerla de que está bien.

T.: a) Pareces enojado porque tu madre siempre usa la excusa de que está enferma.

b) En otras palabras, tú te enfadas con ella porque no quiere salir de casa.

c) ¿Has hablado con tu padre sobre cómo ayudarla?

A.19. P.: Me ha gustado decirle hasta qué punto estaba enfadado con ella, pero no sé

si la he perdido o no. Yo no quiero perderla.

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53

T.: a) Tú le dijiste como te sentías, pero ahora piensas que puede dejarte.

b) Pareces sorprendido de que fueras capaz de decírselo, pero ahora consideras

si te dejará o no.

c) Parece como si te sintieras bien por habérselo dicho, pero ahora tienes miedo

de que el resultado sea perderla.

Para cada una de las situaciones que siguen, selecciona la opción que a tu juicio

exprese la mejor paráfrasis o el resumen más adecuado.

A.20. P.: (Una madre que ha llamado porque tiene problemas con su hijo recién

nacido. El terapeuta trata de iniciar y dar una dirección a la entrevista).

T.: a) El otro día me dijo por teléfono que tiene algunos problemas. ¿Cómo se siente

hoy?

b) El otro día por teléfono usted mencionó algunos problemas de los que le

gustaría tratar.

c) El otro día por teléfono hablamos brevemente de los problemas que tiene

con su hijo recién nacido y de los cambios que están teniendo lugar en la

relación con su marido.

A.21. P.: Sí, me siento desbordada por mi nueva responsabilidad y por la completa

dependencia de mi niño. Tengo que hacer todo, lavar las ropas, preparar los

biberones, cambiarle los pañales...

T.: a) Su niño le lleva una gran parte de su tiempo y su energía.

b) Hay un montón de cosas cuando se cuida de un niño recién nacido.

c) Usted está teniendo problemas para organizar su tiempo.

A.22. P.: No consigo encontrar tiempo para mí o mi marido.

T.: a) ¿Qué le gustaría hacer si se quedara sola o con su marido?

b) Parece que a usted no le queda tiempo después de cuidar de su bebé.

c) Usted no tiene tiempo para usted misma o para su marido.

A.23. P.: y mi marido no comprende cuanto tiempo lleva cuidar a un bebé.

T.: a) ¿Su marido no aprecia su esfuerzo al cuidar al niño?

b) ¿Él le pide un tiempo y una energía que usted ahora no tiene?

c) El hecho de que su marido no comprenda su actual situación debe de ser muy

frustrante.

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A.24. P.: Cuando yo trabajaba, él solía hacer una parte de trabajo de la casa y de la

comida. Ahora, desde que estoy en casa todo el día, él parece creer que me tengo que

encargar del niño y de todo lo de la casa.

T.: a) Parece que usted acostumbraba a compartir las labores de casa y ahora le

toca cuidar del niño y también de la casa.

b) Ahora que está en casa le toca cuidar del niño y hacer todas las faenas

domésticas.

c) Antes de que naciera el niño, usted acostumbraba a compartir el trabajo de la

casa con su marido.

A.25. P.: No sé por qué él ha dejado de hacer su parte. Tampoco me ayuda con el

niño. Está preocupado con un nuevo proyecto de trabajo que le lleva mucho tiempo.

T.: a) Aunque su marido está preocupado por el trabajo, a usted le gustaría que l

la ayudara en la casa.

b) Dice que su marido tiene un nuevo proyecto de trabajo que le lleva mucho

tiempo.

c) ¿Piensa usted que el trabajo de su marido está interfiriendo con su vida

familiar?

En cada uno de los casos siguientes elige la opción que en tu opinión representa la

respuesta no directiva más adecuada.

A.26. P.: Nos divorciamos hace un año y yo he pasado una época terrible.

T.: a) (Prestando mucha atención al paciente.) Una época terrible.

b) (Silencio, prestando gran atención a la paciente.)

c) (Prestando mucha atención al paciente.) Hace un año que se divorció.

A.27. P.: Apenas puedo afrontar todo lo que se me ha venido encima al divorciarme.

T.: a) Se hace duro estar divorciada. ¿No?

b) Parece como si usted no se acostumbrara a estar divorciada.

c) ¿Puede darme un ejemplo de lo que quiere decir?

A.28. P.: Por ejemplo, vivir en un apartamento en lugar de en la propia casa.

T.: a) ¿Es cómodo su apartamento?

b) ¡Uh hum!

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c) ¿Qué otros ejemplos?

A.29. P.: y se me hace duro estar tan sola. Es tan diferente de cuando estaba casada.

Estoy acostumbrada a tener a otra persona en casa.

T.: a) ¿Cómo se siente cuando está sola?

b) Es agradable que haya otra persona en casa.

c) Usted y su marido, ¿pasaban mucho tiempo juntos?

A.30. P.: No me siento muy bien. La mayoría de mis amigos están casados. Me siento

tan aislada y algunas veces incluso no deseada.

T.: a) ¿Sus amigos se interesan más por usted, ahora que esta divorciada?

b) Desde que usted se divorció se siente sola y aislada.

c) Se siente aislada y no deseada.

A.31. P.: Sí, me sentí violenta en una fiesta que dieron unos amigos comunes y no he

sido invitada por otros. Además también hay otras situaciones.

T.: a) ¿Podría decirme qué hizo que se sintiera violenta en la fiesta que ha

mencionado?

b) Parece como si se hubieran olvidado de usted a la hora de hacer las

invitaciones de varias fiestas.

c) ¿Su ex marido fue invitado a esas otras fiestas?

A.32. P.: Me resulta difícil hablar con ellos. Es como si ahora no tuviéramos muchas

cosas en común. Acabo sentándome en un rincón y marchándome.

T.: a) ¿De qué cosas intenta hablar?

b) ¿Eso también le ocurre en otras situaciones?

c) Debe de ser una situación difícil para usted.

A.33. P.: Sí, ahora he empezado a evitar a mis amigos de antes. Intento hacer nuevas

amistades, pero me resulta difícil encontrar gente nueva.

T.: a) ¿Eso quiere decir que está intentando buscarse otro ambiente?

b) Está teniendo dificultades para encontrar nuevos amigos.

c) Entonces, usted ve poco a sus viejos amigos, pero está teniendo dificultades

para hacerse con otros nuevos.

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A.34. P.: No hay muchos sitios donde la gente de mi edad pueda buscar nuevos

amigos... al menos no la clase de amigos que yo busco.

T.: a) Parece una situación difícil.

b) ¿Qué clase de gente le gustaría encontrar?

c) Usted parece apenada por esta situación.

A.35. P.: He intentado grupos sencillos, yendo a sitios yo sola, siendo activa en mi

parroquia, pero no he encontrado gente interesante.

T.: a) Parece que no ha tenido mucho éxito.

b) ¿Hay otro tipo de cosas que usted pueda hacer para encontrar gente

interesante?

c) ¿Cómo le va cuando encuentra gente nueva?

Elabora una respuesta de autorrevelación para cada una de las siguientes situaciones.

Asegúrate de que el contenido es algo verdaderamente personal y de que el enunciado

incluye la primera persona del singular. Además trata de que tu respuesta sea similar

en contenido y profundidad a los mensajes del cliente y las situaciones propuestas.

A.36. El paciente se siente fracasado porque nada parece irle bien.

A.37. El cliente presenta indicios de querer hablar de su conducta sexual, pero da la

impresión de que no sabe cómo sacar el tema.

A.38. Por primera vez, el paciente comienza a ser consciente de sus sentimientos

agresivos y se pregunta si tales sentimientos son legítimos o no.

A.39. Eres el líder de un grupo de resolución de problemas en un Instituto de

Enseñanza Media. Sus miembros han pasado mucho tiempo hablando de las

discusiones que tienen con sus padres, pero no expresan sus sentimientos. Tú decides

hacer una autorrevelación que les ayude a manifestarlos.

A.40. Tu cliente está a punto de ser expulsado del colegio por malas notas. El dice que

no sabe de nadie que haya sido expulsado por ese motivo y luego haya llegado a ser

alguien en la vida. Como tú has vivido esa situación decides contársela.

Elabora una respuesta de inmediatez para cada una de las siguientes situaciones:

A.41. El cliente está intentando que tú adivines sus sentimientos. Afirma albergar

algunos pero no acaba de explicitar cuáles son. Tú eres consciente de haber entrado en

el juego de querer adivinar sus sentimientos y decides comunicarle los tuyos.

A.42. Estás trabajando con un paciente que pide sugerencias. Le has hecho alguna y él

siempre responde sí, pero... Cuando esta situación se presenta de nuevo decides

hacerle saber lo que estás viendo.

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A.43. El cliente ha llegado tarde por tercera vez y tú crees que debes tratar ese asunto.

A.44. Las lágrimas comienzan a empañar los ojos del cliente, mientras cuenta la

pérdida de un amigo íntimo.

A.45. El cliente deja de hablar cuando tú mencionas el tema de las calificaciones

escolares.

A.46. El cliente te ha hecho varias preguntas referentes a tu cualificación profesional.

Elige la opción que consideres más apropiada para tratar con una intervención de

inmediatez cada una de las situaciones siguientes:

A.47. P.: ¡Menos mal! ¿Se acuerda de todos esos análisis de sangre que tuvieron que

hacerle a mi hijo? Todos han dado negativo. Pobre muchacho, al fin nos hemos

quedado tranquilos.

T.: a) Estupendo. Me alegro por usted.

b) Me alegra mucho oír eso, yo también me quedo tranquilo.

c) Eso es una noticia agradable. Se debe sentir muy feliz por que las cosas hayan

salido así.

A.48. P.: Cuando me pongo a pensar de qué manera me tratan mis padres me siento

tan furioso que no hago nada por acercarme a ellos. Una vez, incluso, les quité unas

entradas que tenían para una función de teatro y no pudieron ir.

T.: a) Parece que ahora estás sintiendo buena parte de esa rabia.

b) Entonces, te enfadas tanto con ellos que incluso has hecho cosas de ese tipo.

c) Pareces enfadado con ellos incluso ahora.

A.49. P.: Ya le he contado unas cuantas cosas que me preocupan, pero todavía hay

otras de las que me gustaría hablar. Cosas que me da miedo contarle a alguien. Me da

miedo que piense que estoy loco.

T.: a) Me has contado muchas cosas sobre ti mismo, pero no sabes como me

tomaría yo esto.

b) Una cosa que puedes hacer es contármelo y ver qué pasa.

c) Hay cosas que te gustaría contarme, pero tienes miedo de que yo no sea

capaz de aceptarte y comprenderte.

A.50. P.: Estuve viviendo con esa amiga durante tres años. Lo pasábamos bien juntas

y creo que mereció la pena. Luego, un fin de semana se cambió de piso y dijo que no

quería saber nada de mí. Yo la quería mucho y no se cómo recuperarla.

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T.: a) Tengo que admitir que no sé mucho sobre la relación íntima entre lesbianas.

Pienso que le sería útil hablar con otro terapeuta.

b) Me siento incómodo hablando contigo sobre tus relaciones. Te sugiero que

busques un terapeuta de tu ambiente.

c) Creo que yo tendría dificultades para ser objetivo contigo a causa de algunas

de mis opiniones. Te sugiero que hables con otro terapeuta.

A.51. P.: (Mirando hacia abajo y apretándose las manos): Este fin de semana ha sido

el peor de mi vida... nunca me había sentido tan deprimido (empieza a llorar). Por

primera vez en mi vida pensé en el suicidio y eso me alarmó.

T.: a) Tengo la impresión de que ahora te encuentras tan deprimido como durante

el fin de semana.

b) ¿Puedes contarme que es lo que sientes sobre el suicidio?

c) Verdaderamente ahora estás muy deprimido. ¿Aún sigues pensando que el

suicidio es una forma de salir del paso?

A.52. P.: (La primera entrevista con una terapeuta): Hay algunas cosas que han

estado preocupándome durante algún tiempo... y también me han preocupado

últimamente. Es algo que incluso ha afectado a mi trabajo, pero no sé si puedo hablar

de ello con una mujer.

T.: a) Parece que te sorprende que una mujer sea terapeuta y que te resulta difícil

contarme tus cosas.

b) Parece que te sientes incómodo hablando conmigo de tus preocupaciones

porque soy una mujer.

c) Tengo la impresión de que esperabas que yo fuera un hombre.

Selecciona la opción que te parezca la autorrevelación más correcta, en cada una de las

siguientes situaciones:

A.53. P.: Con frecuencia tengo problemas para tomar decisiones sobre las cosas más

simples. Creo que soy un imbécil cuando me encuentro con que no puedo apartar de

mi mente cosas sin importancia.

T.: a) ¿Sabes?, a veces a mí también me ocurre. Y eso hace que me sienta frustrado.

b) ¿En qué clases de situaciones experimenta usted esa indecisión?

c) Esa clase de cosas le suceden a mi marido y yo puedo comprobar cuán

frustrado se siente.

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A.54. P.: Me enfado mucho con mi marido cuando no es puntual. A veces he tenido

que esperarle hasta una hora. Él siempre tiene alguna excusa. Me gustaría saber si otras

personas también se enfadan por esa clase de cosas.

T.: a) Yo no sé como se siente todo el mundo, pero a veces yo me enfado con mi

marido cuando tengo que esperarle. .

b) Yo también me enfado con mi marido por eso. Cuando me hace esperar más

de la cuenta, me marcho sin él.

c) Mi marido también suele hacerme esas cosas. ¿Cómo reacciona el suyo

cuando usted le cuenta lo enfadada que está?

A.55. P.: Mi mejor amigo acaba de decirme que tiene leucemia y yo no sé como

comportarme con él. No sé si debo hablarle del asunto o esperar a que él saque el

tema. Me gustaría poder demostrarle lo mucho que me preocupo por él.

T.: a) Me hago idea de lo difícil que le resulta esa situación. Siempre, bajo

cualquier circunstancia, es difícil decirle a alguien lo mucho que nos preocupa.

b) Es una situación penosa. Cuando una prima mía se estaba muriendo de

cáncer, tuve dificultades para expresarle mi preocupación.

c) Es difícil hacerle saber a alguien que nos preocupa. ¿Qué ha pensado hacer

para expresarle su preocupación?

A.56. P.: La gente piensa que es divertido, pero yo no soy capaz de subirme a un

avión.

T.: a) Yo no tengo problemas con los aviones, pero cuando viajo en barco me pongo

muy nervioso.

b) A mí también me da miedo subir a un avión. Habitualmente viajo en tren o

por carretera.

c) Me hago idea de como se siente. Yo me pongo muy nervioso cuando vuelo

en un aparato pequeño. Lo que siento es casi pánico.

A.57. P.: Estoy muy contento de que mi hijo se haya decidido por una escuela

profesional y no por la universidad. Yo estoy convencido de que la universidad no es

lugar para él.

T.: a) Yo he comprobado que cuando se deja a los chicos elegir por sí mismos,

generalmente toman decisiones correctas.

b) Mi hijo se encuentra en una situación parecida. Espero que él también sepa

hacer la mejor elección.

c) Me preocupa que mi hijo tenga que tomar una decisión como esa, aunque

todavía le queda mucho.

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A.58. P.: Mi mujer murió hace unos meses..., me siento tan perdido sin ella y lo

mismo les pasa a los chicos. No consigo hacer que nuestras vidas vuelvan a funcionar

de nuevo... Creo que no hay nadie más incapaz que yo.

T.: a) Si yo estuviera en su situación probablemente también me sentiría solo y

perdido.

b) ¿Quiere decir que usted no está seguro de saber desenvolverse sin su esposa?

c) Usted tiene que afrontar un momento difícil.

B) Ensayos Conductuales

Desarrollar una sesión de ensayo conductual, de veinte minutos de

duración, en la que el terapeuta ejercite las intervenciones no directivas;

concretamente, clarificación, paráfrasis, reflejo y resumen.

Las intervenciones deben de ser elegidas en función del plan de entrevista que el

terapeuta se haya trazado previamente. Este plan deberá ser comentado y discutido,

junto con su adecuación y la calidad de la ejecución, al finalizar el ensayo.

Desarrollar una sesión de ensayo conductual de diez minutos de duración,

en la que el terapeuta ejercite las intervenciones de autorrevelación e

inmediatez.

En esta sesión se prestará una atención especial a la adecuación de las intervenciones,

en función del material aportado por el paciente.

4.1.8. Soluciones

A.1.: a) Reflejo A.4.: a) Clarificación

b) Clarificación b) Paráfrasis

A.2.: a) Paráfrasis A.5.: a) Resumen

b) Clarificación b) Paráfrasis

A.3.: a) Reflejo A.6.: a) Reflejo

b) Paráfrasis b) Paráfrasis

A. 7. C: ¿Quieres decir que no sabes con qué relacionar tu falta de motivación?

P: Desconoces el origen de tu desinterés.

R: No hay nada que te interese.

r: Tus calificaciones han bajado y no sabes cual puede ser la causa de tu desinterés.

Page 61: Entrevista y Sugestiones Indirectas

61

A. 8. C: ¿Crees que las matemáticas no les son de utilidad a las niñas?

P: En tu opinión las matemáticas no les son de utilidad a las niñas.

R: Ante los deberes de matemáticas te sientes completamente desinteresada.

r: Tu negativa a hacer los deberes se basa en el hecho de que crees que las matemáticas

no te van a resultar de ninguna utilidad.

A. 9. C: ¿Quiere decir que las relaciones con su familia han cambiado desde que

experimenta esos impedimentos físicos?

P: En su opinión su incapacidad física afecta no sólo a su trabajo, sino también a su

vida familiar.

R: Su estado físico le desanima hasta el punto de hacerle sentir que no tiene nada

importante que ofrecer a los demás.

r: Su estado físico le desanima porque ha afectado a su vida laboral y familiar y eso le

hace sentir que no tiene nada importante que ofrecer a los demás.

A.10. C: ¿Teme no poder desenvolverse bien una vez que se haya jubilado?

P: Pensar en la jubilación le afecta tanto que a veces no puede comer o dormir.

R: Usted parece muy preocupado ante su inminente jubilación.

r: La forma en que marcha su clase parece provocar las exigencias del director, pero

usted dice no tener claro si debe imponer más orden entre sus alumnos.

A.12. C: ¿Dices que el profesor siempre te reprende?

P: Cuando ese profesor te riñe cambia tu conducta.

R: Te enfadas mucho cuando ese profesor te riñe.

r: Dices que ese profesor te disgusta y que cuando te riñe te enfadas muchísimo con él.

A.13. C: ¿Dice usted que está cansado de hacer la misma clase de cosas?

P: La rutina de su trabajo le hace pensar que lo que usted hace carece de valor.

R: La rutina de su trabajo hace que usted se sienta insatisfecho.

Page 62: Entrevista y Sugestiones Indirectas

62

r: La rutina de su trabajo le hace sentirse insatisfecho, pero teme dejar el negocio por las

consecuencias que eso pudiera tener sobre su vida familiar.

A.14.: b A.15.: c A.16.: a A.17.: b A.18.: a

A.19.: c A.20.: c A.21.: a A.22.: b A.23.: a

A.24.: c A.25.: a A.26.: a A.27.: c A.28.: c

A.29.: a A.30.: b A.31.: a A.32.: c A.33.: c

A.34.: a A.35.: a

A.36.: A veces cuando las cosas me van mal yo también me siento fracasado.

A.37.: Cuando yo tenía su edad me moría de ganas por poder hablar del sexo con

alguien, pero nunca estaba seguro de si tratar un tema como ése sería adecuado a las

circunstancias. Me pregunto si no le está sucediendo a usted algo parecido.

A.38.: Hubo una época en que yo me preguntaba constantemente hasta qué punto tenía

derecho a sentirme enfadado y agresivo, como a veces me siento.

A.39. Cuando yo tenía vuestra edad, para mí el problema no era tanto el motivo por

el que discutía con mis padres, como lo mucho que me trastornaban esas discusiones.

A.40. No estoy completamente de acuerdo contigo. A mi me expulsaron del colegio

porque era un pésimo estudiante, pero cuando descubrí que había cosas que me

importaban y que para hacerlas tenía que estudiar, comencé a aprobar los cursos sin

mayores dificultades. Ahora hace años que ejerzo como psicólogo y no sólo vivo de

mi trabajo, sino que además me siento contento por tener esta profesión.

A.41.: Creo que tus reticencias a hablar de ese tema provienen del hecho de que temes

lo que yo pueda decir al respecto. Por si te sirve de algo, deseo que sepas que yo me

siento a gusto conversando contigo sobre tus dificultades.

A.42.: Hay una cosa que me llama mucho la atención. Tú me has pedido varias veces

que te sugiera posibles soluciones a esa situación y cuando te presento alguna me

contestas sistemáticamente «sí... pero». A todas las alternativas que hemos examinado

les has encontrado pegas y me pregunto hasta qué punto deseas esforzarte para

modificar esa situación.

A.43.: Es la tercera vez consecutiva que llegas tarde, teniendo en cuenta que antes eras

muy puntual, me parece que podría ser interesante que hoy comenzaremos la sesión

tratando este tema.

A.44.: La pérdida de tu amigo te afecta tanto que tus ojos se han llenado de lágrimas.

Page 63: Entrevista y Sugestiones Indirectas

63

A.45.: Me pregunto si tienes algún interés en evitar que hablemos de tus calificaciones,

porque he observado que cada vez que sale este tema te encierras en un mutismo casi

completo.

A.46.: Creo que ese interés tuyo por mi cualificación profesional no se debe tanto a tu

curiosidad o a tu interés por mi persona, como a tu falta de confianza en la capacidad

que yo pueda tener para ayudarte. ¿Me equivoco?

A.47.: b A.48.: a A.49.: c A.50.: c A.51.: a

A.52.: b A.53.: a A.54.: a A.55.: b A.56.: c

A.57.: b A.58.: a

4.2. Técnicas directivas

Se consideran técnicas directivas todas aquellas intervenciones verbales del

entrevistador en las que el mensaje está organizado en función de su propio sistema

de referencia y no de acuerdo con el sistema de referencia del cliente.

El origen, tanto de los contenidos de esta clase de intervenciones como de la técnica

concreta que se selecciona, descansa sobre las hipótesis que el entrevistador ha

elaborado sobre cuáles son los problemas o dificultades del cliente y sobre sus

percepciones y valoraciones de la conducta de éste.

En términos generales, la utilización de esta clase de técnicas requiere una habilidad

mayor que la exigida por las técnicas no directivas, ya que si el entrevistador no sabe

elegir el momento adecuado para realizar una intervención directiva, la reacción del

paciente puede ser la obstaculización o incluso el abandono del proceso terapéutico.

En otras palabras, el empleo inadecuado de estas técnicas puede fomentar resistencias

más intensas que las provocadas por una utilización deficiente de las técnicas no

directivas.

4.2.1. SONDEO

La técnica del sondeo consiste en una pregunta que se refiere directamente a los

problemas del paciente. Esta pregunta suele contener la partícula qué, cómo, cuándo,

dónde o quién, y además adopta la modalidad abierta; es decir, ofrece al paciente la

posibilidad de responder de acuerdo con sus categorías y valores y no con los

previamente fijados por el entrevistador.

Los objetivos que llevan a un terapeuta a emplear el sondeo son:

a) Comenzar la entrevista.

Page 64: Entrevista y Sugestiones Indirectas

64

b) Animar al paciente a revelar o elaborar información.

c) Demandar la expresión del los sentimientos u opiniones del paciente.

d) Promover ejemplos concretos sobre la conducta, las ideas o los sentimientos del

paciente, explicitando así las condiciones que inciden sobre el problema.

El sondeo es la técnica privilegiada por el análisis funcional de la conducta, pero su

empleo se recomienda siempre que el objetivo fundamental sea identificar en qué

consiste el problema.

Una restricción importante en el manejo del sondeo consiste en la evitación de la

pregunta ¿Por qué? Este tipo de intervenciones suelen hacer que el paciente se ponga a

la defensiva o que se sienta obligado a dar una explicación o justificación de su

conducta. Por ello, es preferible tratar de obtener la misma información mediante una

pregunta alternativa que incluya la partícula qué.

EJEMPLO:

Paciente: Hay algunos días que no me apetece ni ducharme. Hasta la música me molesta.

Algunas cosas que pasan en casa me sacan de quicio y estallo. Empiezo a no aguantarlo.

Terapeuta: ¿A qué clase de cosas te refieres?

4.2.2. AFIRMACION DE LA CAPACIDAD

Esta técnica de intervención consiste en que el entrevistador pone de manifiesto, a

través de un enunciado verbal, la capacidad habitual del paciente para realizar una

actividad concreta.

La afirmación de la capacidad está dirigida a alcanzar los objetivos siguientes:

a) Animar al paciente a realizar algo en aquellos casos en que carece de

confianza o iniciativa.

b) Ampliar la conciencia del paciente respecto de sus capacidades o

habilidades.

c) Poner en primer plano una acción potencialmente beneficiosa para el

paciente.

En el empleo de esta técnica conviene tener en cuenta las siguientes restricciones:

1. Una intervención de afirmación de la capacidad sólo debe de realizarse

después de que el paciente haya manifestado expresamente su deseo de y su

decisión para pasar a la acción.

Page 65: Entrevista y Sugestiones Indirectas

65

2. Esta técnica sólo debe emplearse cuando el terapeuta haya observado o

evaluado hechos de los que pueda inferir, sin lugar a dudas, que el paciente

tiene, en efecto, la capacidad que él le atribuye. Dicho de otra manera, esta

técnica debe ser empleada con total sinceridad, sin incurrir nunca en una

mentira piadosa o en un ofrecimiento de falsas esperanzas.

3. Esta clase de intervenciones está contraindicada cuando los pacientes

tienen una imagen de sí mismos, tan negativa, que descuentan el feedback

positivo. En estos casos, la afirmación de una capacidad contribuye a

disminuir la autoestima del cliente, lo cual se suele poner de manifiesto a

través de sus comentarios autodespectivos

EJEMPLO:

Paciente: Había pensado apuntarme a un cursillo de tenis. Tendría que hacerlo ya, porque el

plazo acaba esta semana. Pero cuando me imagino en la pista... no sé...

Terapeuta: Tú siempre has destacado en los deportes. Podrías aprender pronto. Con la fuerza

y agilidad que tienes podrías hacerlo muy bien.

4.2.3. CONFRONTACION

La confrontación es un tipo de intervención verbal mediante la que el terapeuta

describe algunas discrepancias o distorsiones que aparecen en los mensajes y/o

conductas del paciente.

Los objetivos de esta técnica son:

a) Identificar las descalificaciones que emite el paciente de manera habitual.

b) Explorar otras formas en que el paciente puede percibir una situación o

concepción de sí mismo.

La confrontación ante las descalificaciones del paciente se realiza mediante la

descripción de la contradicción o incongruencia en que haya incurrido. Por lo

general, dichas incongruencias se pueden clasificar en alguna de estas cuatro

categorías:

Entre conducta verbal y conducta no verbal.

Entre la conducta y su descripción verbal.

Entre dos mensajes verbales.

Entre dos mensajes no verbales.

La confrontación de las descalificaciones suele adoptar la forma enunciativa Dices

que... pero..., o bien Por una parte..., pero por otra... En cambio, la confrontación de un

Page 66: Entrevista y Sugestiones Indirectas

66

mensaje o conducta distorsionados se lleva a cabo describiendo el proceso de

distorsión o indicando una o varias alternativas para que el paciente reconsidere la

situación.

Dado que los efectos de una confrontación pueden ser muy poderosos y que con

frecuencia el paciente tiende a vivir la confrontación como un castigo, a la hora de

emplear esta técnica convienen tener presentes las siguientes restricciones:

1. Una confrontación debe describir y no juzgar o evaluar los mensajes o

conductas del paciente.

2. Una confrontación nunca debe ser formulada como una inferencia vaga,

sino que, al contrario, conviene que incluya una conducta concreta.

3. El momento para realizar una confrontación debe ser elegido

cuidadosamente, teniendo en cuenta el nivel de atención, de ansiedad, de

deseo de cambio y de habilidad para escuchar que posee el cliente. También es

necesario tener en cuenta la confianza que demuestra tener en el terapeuta, ya

que cuanto mayor sea ésta más receptivo será el paciente ante el contenido de

la confrontación. Por este motivo la confrontación está contraindicada cuando

no existe un buen rapport.

4. Una vez evaluados los factores detallados en el punto anterior, el momento

adecuado para emitir una confrontación es aquel en el que el paciente

demuestra tener la capacidad necesaria para actuar de forma efectiva, en

relación con los contenidos confrontados.

5. Cuando la confrontación se refiere a hechos muy complejos o supone un

gran esfuerzo para el paciente, debe enunciarse de forma escalonada para

que el paciente no se vea sometido a fuertes demandas de cambio en poco

tiempo.

Algunas de las posibles reacciones de un paciente ante una confrontación son:

Negación o rechazo de la incongruencia a que se le enfrenta. La negación suele

manifestarse de distintas maneras: verbalmente, desacreditando al terapeuta,

persuadiéndolo o intentando persuadirlo de que sus opiniones están

equivocadas, restándole importancia al tema o buscando apoyo en la opinión

de terceros.

Confusión. Si la confusión del paciente es auténtica -si no lo es equivale a una

negación- indica que la confrontación ha sido realizada de manera incorrecta.

En este caso, el error más frecuente consiste en una especificación insuficiente

y, por tanto, el terapeuta habrá de repetir la confrontación enunciándola de

forma concisa y clara.

Falsa aceptación. El paciente afirma verbalmente haber asumido el contenido

de la confrontación con intención de evitar o soslayar el impacto emocional

Page 67: Entrevista y Sugestiones Indirectas

67

que le ha causado la intervención. Este tipo de reacción revela que el cliente

no estaba suficientemente preparado para afrontar la confrontación.

Aceptación auténtica. Esta reacción se caracteriza porque el paciente responde a la

confrontación con un verdadero deseo de examinar y modificar su conducta.

Tras cada confrontación, especialmente si la respuesta del paciente no ha sido una

aceptación auténtica, es recomendable emplear técnicas no directivas, como la

paráfrasis o el reflejo, con objeto de potenciar la toma de conciencia del cliente

respecto a su reacción.

EJEMPLO:

Paciente: Hemos quedado como amigos, pero me molesta que cuando viene al piso con sus

amigas se comporte como si no hubiera pasado nada. Entonces, los otros sacan una botella de

vino y se ponen a jugar a las cartas o a los dados y a mí no me hacen ni caso, como si su

verdadera amiga fuera ella. Y yo allí, pudriéndome...

Terapeuta: Por una parte dices que habéis quedado como amigos, pero por otra dices que te

molesta que ella se comporte como tal.

4.2.4. INTERPRETACION

La técnica de la interpretación consiste en una emisión verbal en la que el terapeuta

ofrece al cliente una forma distinta de concebir el problema o una explicación de sus

conductas y actitudes. La interpretación de un mismo fenómeno varía según el marco

teórico con que trabaje el terapeuta, pese a ello, cualquier interpretación se diferencia

de otras técnicas a emplear en la entrevista porque recoge los aspectos implícitos de

los mensajes y conductas del paciente, es decir, aquello que no se manifiesta de una

manera directa.

Los objetivos de la interpretación son:

a) Identificar y mostrar las relaciones que existen de manera implícita entre los

mensajes y la conducta.

b) Examinar la conducta del paciente desde un punto de vista distinto, u

ofrecer una explicación alternativa.

c) Ampliar la autocomprensión del paciente cuando ésta es pertinente con la

superación de sus dificultades.

A la hora de ofrecer una interpretación deben tenerse en cuenta las siguientes

consideraciones:

1. El momento en que se ofrece una interpretación tiene una enorme

incidencia sobre el efecto que tendrá en el paciente. Por eso, el

Page 68: Entrevista y Sugestiones Indirectas

68

entrevistador nunca debe dar una interpretación antes de que el cliente

haya adquirido un cierto grado de conciencia y comprensión sobre el tema

a interpretar. Cuando existan indicios de que la interpretación puede

causar ansiedad, resistencia o dolor, esta técnica está totalmente

contraindicada.

2. Una interpretación resulta más útil cuando se ofrece durante la fase

intermedia de la entrevista, porque así el paciente tiene oportunidad de

reaccionar a la interpretación dentro del marco terapéutico. Además, el

conocimiento de esa reacción resulta muy valioso para el terapeuta, quien

con esa información verá facilitada su tarea de prever la continuación del

tratamiento.

3. La interpretación siempre debe basarse en los mensajes emitidos por el

paciente, y en su formulación se deben evitar cualquier clase de interferencias

provenientes de los valores y actitudes del entrevistador. Además, los datos

en que se apoya una interpretación han de ser suficientes y representativos.

4. El enunciado de una interpretación debe adoptar la forma de una

tentativa o posibilidad del tipo Me pregunto si... Es posible que... Quizá...

Pudiera ser que...

5. Después de una interpretación es aconsejable comprobar qué piensa y

siente el paciente sobre la nueva perspectiva que se le ha ofrecido. Por este

motivo, la clarificación es altamente recomendable en esa circunstancia.

Las posibles reacciones de los clientes ante una interpretación pueden ser muy

variadas, y oscilan desde la aceptación al más violento rechazo. De cara a manejar

la reacción del entrevistado puede ser útil recordar que:

El hecho de que un paciente proteste ante una interpretación no

significa, necesariamente, que la interpretación sea errónea.

En caso de que el cliente proteste por una interpretación es útil

emplear un reflejo y reiterar la interpretación, siempre que el entrevistador

esté seguro de su adecuación. Pero, como norma general, antes de repetir

una interpretación que ha sido rechazada por el cliente, conviene

considerar su formulación y la validez de los hechos sobre los que se

apoya.

En algunas ocasiones la aceptación de la interpretación puede no ser

auténtica. En este caso, el paciente asiente tan sólo para no desagradar al

terapeuta.

La aceptación auténtica de una interpretación se reconoce por el hecho

de que el paciente muestra que ha asumido, integrado o aprendido algo sobre

lo interpretado, mediante algún cambio, indicio o elaboración.

Page 69: Entrevista y Sugestiones Indirectas

69

EJEMPLO:

Paciente: A veces pienso en volver con ella, porque dejarla sólo me ha traído complicaciones.

Si lo hiciera todo volvería a ser como antes, pero no creo que ésa sea la solución.

Terapeuta: Tal vez, al menos parte de tu confusión se deba a que te sientes culpable por haberla

dejado.

4.2.5. INSTRUCCIONES

Esta técnica consiste en uno o más enunciados a través de los cuales el terapeuta

pretende instruir, dirigir o indicar al paciente sobre cómo debe de hacer algo.

Es conveniente enunciar las instrucciones manteniendo la siguiente estructura:

especificación del objetivo a alcanzar, exposición de los pasos que permitirán alcanzar

esos objetivos, especificar lo que se debe hacer y lo que se debe evitar durante la

ejecución.

Los objetivos de las instrucciones son:

a) Influir o ayudar al paciente para que se comporte de una manera

determinada.

b) Proporcionar al paciente la información necesaria para que le sea posible

adquirir, mantener o eliminar una conducta concreta.

Las instrucciones pueden estar dirigidas hacia algo que el paciente puede realizar

durante la entrevista o fuera de ella. Además, el contenido de unas instrucciones

puede referirse a las ideas, los sentimientos o las conductas observables.

Es altamente recomendable comprobar que el paciente ha comprendido las

instrucciones que se le han dado, inmediatamente después de haberlas enunciado.

Este objetivo se puede lograr preguntando al cliente de manera directa o pidiéndole

que las repita.

Antes de enunciar unas instrucciones es aconsejable tener en cuenta que:

1. Los pacientes siguen mejor las instrucciones cuando se hayan asociadas a

consecuencias positivas. Por esta razón, es importante que el terapeuta

refuerce positivamente al cliente, mientras emite el enunciado

correspondiente. Los refuerzos utilizados con más frecuencia, en esta

situación, son un ligero movimiento de cabeza en sentido afirmativo, una

sonrisa, etc.

2. Las instrucciones son más efectivas si se enuncian como una sugerencia y

no como una orden. Así, se recomiendan fórmulas del tipo «Me gustaría

que... », «Pienso que podría ser útil que usted... », etc.

Page 70: Entrevista y Sugestiones Indirectas

70

3. Los pacientes comprenden mejor y siguen más de cerca las instrucciones

si antes de enunciarlas el entrevistador solicita explícitamente su atención,

con fórmulas del tipo «Ahora voy a decirle algo que me gustaría que hiciera. Por

favor, preste mucha atención... »

EJEMPLO:

Terapeuta: Por favor, preste mucha atención a lo que voy a decir. Me gustaría que usted se

relajara todo cuanto pueda. Esta tarea le será muy fácil si se esfuerza por hacer lo que yo le

vaya indicando. Siéntese cómodamente....

4.2.6. ENCUADRE

La técnica del encuadre consiste en una intervención con la que el entrevistador trata

de predisponer al paciente para que considere una situación o suceso desde una

perspectiva determinada. Pese a esta definición tan general, en la práctica, los

contenidos de esta clase de intervenciones se restringen a la noción de psicoterapia y a

las etapas del proceso terapéutico.

Un encuadre puede describir la base lógica en que se fundamenta el tratamiento o el

valor potencial que éste tendrá para el paciente. Su tono ha de ser moderadamente

optimista, aunque sin faltar a la objetividad, pues se trata de expresar una serie de

creencias positivas respecto al cambio, a las posibilidades concretas que tiene el

paciente de cambiar o la forma en que se puede lograr el cambio.

Los objetivos del encuadre son:

a) Motivar al paciente para que permanezca en la situación de entrevista o

para que se someta a un tratamiento concreto

b) Ayudar al paciente para que comprenda los objetivos generales y

específicos del tratamiento.

La motivación que siente un paciente ante la psicoterapia, su grado de compromiso y

la evitación de los sentimientos negativos que a veces surgen ante la incertidumbre

dependen con frecuencia de lo ajustadas y claras que sean sus expectativas. Por esta

razón, la colaboración del paciente aumenta cuando se especifican las características y

objetivos del tratamiento en forma detallada y deliberada siempre que sea preciso,

pero, sobre todo, durante la fase inicial.

Después de encuadrar la situación terapéutica es aconsejable que el terapeuta

compruebe si el paciente ha comprendido su mensaje. Esta actividad suele realizarse

pidiéndole que describa sus expectativas en función del contenido del encuadre.

Page 71: Entrevista y Sugestiones Indirectas

71

EJEMPLO:

Terapeuta: Nuestros esfuerzos se centrarán en dos aspectos fundamentales. En primer lugar,

intentaremos aclarar cuáles son los móviles por los que usted solicita un tratamiento, para

después, establecer algunos objetivos concretos en la solución de sus dificultades. Cuando

hayamos logrado estos objetivos nos plantearemos el problema de elegir el tratamiento más

adecuado.

4.2.7. INFORMACION

Dar información durante una entrevista consiste en transmitir al paciente datos

referidos a hechos, experiencias, sucesos, alternativas o personas con objeto de:

a) Identificar alternativas.

b) Evaluar alternativas.

c) Disipar mitos.

La importancia de esta técnica como modalidad terapéutica se incrementa en ciertos

tipos de poblaciones, como son los niños perturbados, los pacientes que han

permanecido hospitalizados durante mucho tiempo, etc. De hecho, muchas de las

deficiencias de estos pacientes en la resolución de sus problemas cotidianos

provienen de su carencia de información.

Al ofrecer información a un paciente es necesario tener en cuenta que:

1. La información en el contexto de entrevista debe ser considerada como

un instrumento terapéutico, no como un fin en sí misma. Es decir, esta

técnica sólo debe emplearse cuando la información se relaciona con los

problemas del naciente o con los objetivos terapéuticos ya establecidos; en

suma, cuando es relevante.

2. La información debe ofrecerse sólo en caso de que el paciente no posea

todos los datos que el entrevistador considere precisos, o cuando haya

demostrado que los datos que maneja son inexactos.

3. La información ha de ser enunciada de manera comprensible, para que

el paciente la pueda asimilar y aplicar sin especiales esfuerzos. Por ello, se

deben evitar tanto las redundancias como la sobrecarga informativa, ya

que la primera aburrirá al cliente, mientras que la segunda tenderá a

abrumarle. Si los datos a transmitir fueran muchos o muy complejos, la

enunciación debe de organizarse en forma de secuencia graduada.

4. Esta técnica sólo se empleará en caso de que el entrevistado sea

receptivo a los contenidos de la información, pues en caso contrario

tenderá a ignorarlos.

Page 72: Entrevista y Sugestiones Indirectas

72

5. La información debe ofrecerse de manera objetiva, sin ocultar nunca

aquellos aspectos que puedan resultar desagradables o comprometedores.

6. Cuando el terapeuta prevea que la información que ha ofrecido al

paciente le ha supuesto un impacto emocional, conviene que explore sus

sentimientos o actitudes al respecto.

7. El entrevistador nunca debe ofrecer una información de la que no está

completamente seguro. En caso de duda, es preferible que remita al paciente a

una fuente que considere fidedigna, o que compruebe por sí mismo la

veracidad de sus datos.

8. El entrevistador nunca debe dar más información que la estrictamente

necesaria, pues la combinación de una información pertinente con otra que no

lo es puede paralizar a un paciente que ya estaba preparado para la acción.

EJEMPLO:

Terapeuta: Si usted verdaderamente desea ampliar sus conocimientos a través de estudios

universitarios, sin que ello signifique abandonar su puesto de trabajo, puede matricularse en

la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Al final de este mismo paseo se

encuentra el Centro Asociado de nuestra región. Allí, en horas de oficina, pueden ofrecerle

una información más detallada.

4.2.8. Ejercicios

C. Ejercicios de papel y lápiz

Identifica la clase de respuesta ofrecida por el terapeuta.

C. 1. P.: A veces tengo la impresión de que me van a expulsar.

T.: a) ¿En qué momentos sientes eso?

b) Tienes capacidad suficiente para sacar buenas notas si decides estudiar.

C. 2. P.: Creo que no podré venir a la próxima sesión porque tengo que ir de

compras.

T.: a) ¿Quieres decir que para ti es importante ir de compras la próxima

semana, pero también ves la terapia como algo importante para ti?

b) ¿En qué sentido crees que ir de compras te va a beneficiar más que la

sesión de psicoterapia?

C. 3. P.: Creo que a los hombres lo único que les interesa es dominar a los demás.

Page 73: Entrevista y Sugestiones Indirectas

73

T.: a) Da la impresión de que hablas de todos los hombres en base a la

experiencia que has tenido con unos pocos. Me pregunto si de tus experiencias has

sacado la conclusión de que todos los hombres son como los que tú has conocido.

b) ¿Qué ha sucedido para que pienses así?

C. 4. P.: No quiero que mi marido decida por mí. Quiero ser yo quien tome mis

propias decisiones.

T.: a) Tienes capacidad suficiente para tomar tus propias decisiones, tanto si tu

marido te presiona, como si no.

b) Me pregunto si en caso de que tu marido no te presionase te gustaría tanto

ser independiente.

En cada uno de los casos que siguen elabora una respuesta de sondeo, habilidad-

capacidad, confrontación e interpretación.

C. 5. (Un estudiante de 15 años.)

P.: Mis notas han bajado mucho. No sé porqué me siento muy desinteresado por todo.

C. 6. (Una niña de cuarto de EGB.)

P.: No me da la gana hacer los deberes en casa. Las matemáticas no me importan. Las

niñas no necesitan saber esas cosas.

C. 7. (Un hombre de mediana edad.)

P.: Estoy muy desanimado por esta incapacidad física. No puedo hacer nada como

antes. No sólo ha afectado a mi trabajo, también en casa. Siento que no tengo nada que

ofrecer a los demás, nada que merezca la pena.

C. 8. (Una persona mayor.)

P.: La empresa está a punto de jubilarme, incluso aunque yo no quiero. ¿Cómo me las

voy a arreglar? Me sorprendo a mí mismo pensando en los buenos tiempos, no quiero

encarar el futuro. A veces pensar en la jubilación me pone tan nervioso que no puedo

ni comer ni dormir. Mi familia ha sugerido que trate este asunto.

C. 9. (Un maestro novato.)

P.: Mi clase es un jaleo. No sé manejarme con esos chicos tan problemáticos. El

director me acucia para que ponga más orden y yo no estoy seguro de hasta qué punto

el orden es importante.

C.10. (Un estudiante de EGC.)

P.: Este profesor no me gusta. Siempre me reprende. Nunca cambiará, es estúpido. Me

pongo furioso cuando me riñe.

Page 74: Entrevista y Sugestiones Indirectas

74

C.11. (Un hombre de 50 años.)

P.: Odio levantarme para ir a trabajar. Estoy cansado de la misma vieja rutina. Es una

farsa. Nada de lo que hago merece la pena, pero es el negocio de mi suegro y si lo dejo

habría una escena familiar. El es demasiado viejo para llevar el negocio.

Para cada uno de los ejemplos que siguen, elige la opción que consideres la

confrontación más adecuada.

C.12. P.: (Afirma ser capaz de hacer amigos con facilidad entre gentes muy diversas)

Tengo que cambiarme otra vez, es la tercera vez en lo que va de año. Siempre voy a

dar con un compañero de habitación que es un bicho raro.

T.: a) Antes has dicho que haces amigos con facilidad, pero parece que

tienes dificultades para vivir con alguien durante mucho tiempo.

b) Me extraña mucho que seas capaz de hacer amigos con facilidad y

tengas tantos problemas para vivir con alguien.

c) Antes dijiste que haces amigos con facilidad. Ahora que es la tercera

vez que te tienes que cambiar en un año por problemas con tu compañero de

habitación.

C.13. P.: (Siempre llega tarde a las entrevistas.) Estoy muy interesado en estas

entrevistas con usted, saco mucho provecho de ellas.

T.: a) Dices que te interesan nuestras entrevistas, pero siempre llegas

tarde. No parece que esto tenga mucho sentido.

b) Me cuesta entender qué quieres decir con sacar provecho de nuestras

entrevistas; siempre llegas tarde.

c) Si nuestras entrevistas te son tan provechosas, me pregunto por qué

siempre llegas tarde.

C.14. P.: (Un chico de 14 años que ha tenido varias peleas con compañeros de clase.)

Yo me llevo bien con esos tíos. Soy bastante acomodaticio. Pero si alguno se mete

conmigo o me dice lo que tengo que hacer, es mejor que tengan cuidado. Nadie me

fastidia a mí.

T.: a) No me puedo imaginar que te lleves tan bien con ellos si tienen que

estar con tanto cuidado. De hecho, tengo entendido que últimamente has tenido

varias peleas.

b) Dices que te llevas bien con ellos, pero, al mismo tiempo dices que es

mejor que se anden con cuidado contigo.

Page 75: Entrevista y Sugestiones Indirectas

75

c) Si la gente tiene que andar con tanto cuidado contigo pueden

comenzar las peleas con facilidad. No puedo comprender porqué piensas que

eres acomodaticio.

C.15. P.: (Un hombre joven que ha pospuesto la fecha de su matrimonio dos veces.)

Yo la quiero mucho..., creo qué es la mejor chica del mundo. Tenemos tantos planes

para el futuro. Pero he tenido que retrasar la fecha de la boda.

T.: a) Has retrasado la boda dos veces pero dices que la quieres. Quizá me

equivoque, pero creo que no estás completamente seguro de querer casarte con ella.

b) Es difícil comprender cómo has podido retrasar la fecha dos veces si la

quieres tanto como dices.

c) Parece como si tuvieras miedo a casarte. Me pregunto hasta qué punto

la quieres.

C.16. P.: (Una persona poco asertiva.) Puedo arreglármelas yo sola en situaciones de

este tipo.

T.: a) Tú te percibes a ti misma como una persona asertiva, pero yo no he

visto esa asertividad. ¿Podrías ayudarme a comprender esta discrepancia?

b) Si eres una persona asertiva, ¿puedes explicarme cómo es que te

encuentras en esa situación?

c) Puedo equivocarme, pero no me pareces una persona asertiva.

C.17 P.: (Un empleado que está discutiendo con un jefe de personal.) Incluso aunque

esta empresa sólo admita a la flor y nata de cada promoción, no entiendo porqué yo

no tengo opción a un puesto. Durante diez años he trabajado bien. La gente dice que

soy un líder.

T.: a) Puedes estar orgulloso de tu rendimiento aquí, pero me pregunto si

eso es suficiente para compensar tu falta de formación académica.

b) Has trabajado bien en estos años. Pero me pregunto si es realista por

tu parte tratar de optar a ese puesto.

c) Has trabajado bien, pero me pregunto si tu aspiración es realista

teniendo en cuenta el tipo de preparación que es necesaria en ese puesto.

Identifica la clase de intervenciones terapéuticas que aparecen a continuación.

C.18. Podemos trabajar sobre cuatro aspectos. Primero intentaremos aclarar porqué

acude usted a la psicoterapia. Después intentaremos establecer algunos objetivos

terapéuticos. Esto nos proporcionará algunas directrices y metas a alcanzar. Entonces

Page 76: Entrevista y Sugestiones Indirectas

76

determinaremos las técnicas a emplear para lograr nuestros objetivos y, por último,

evaluaremos los progresos realizados.

C.19. Me gustaría que durante esta semana, cada noche, emplee esta cinta de

relajación. Colóquese en una posición confortable y utilícela cuando sepa que no va a

ser interrumpido.

C.20. Para empezar puede que sea útil que hablemos de lo que es una psicoterapia y

de qué es lo que le puede ofrecer a usted. Primero intentaremos aclarar lo que a usted

le gustaría que le aportara la psicoterapia, apoyándonos en eso, intentaremos resolver

sus problemas.

C.21. Tu voz es demasiado estridente, todavía resulta un poco agresiva. Inténtalo de

nuevo suavizando el tono de voz.

C.22. El hecho de que estés confinado en una silla de ruedas no significa que no puedas

aprender a realizar muchas de tus tareas habituales. Existen formas de enseñarte a

moverte en tu silla y a hacer cosas sentado en lugar de estando de pie.

C.23. Tener a alguien con quien hablar de manera habitual ayuda a desahogarse. La

psicoterapia también te ayudará a aprender qué quieres hacer o a arreglártelas con

situaciones que hasta ahora te resultan difíciles.

C.24. Tu brazo no está relajado. Relájalo. Deja que la tensión abandone tu cuerpo.

C.25. Quiero que te concentres en imaginar esa situación. Visualiza todos los detalles y

sensaciones de lo que imaginas.

C.26. Las academias de policía no están restringidas a los hombres. Si estás interesada

en esa profesión y tienes buenas notas, puedes solicitar la admisión. El número de

mujeres admitidas aumenta cada día.

C.27. Recuéstate y piensa concretamente en eso. Intenta contarme cuándo te sientes así.

C.28. Las violaciones no siempre se producen de noche, a veces tienen lugar en otros

momentos. En este barrio hubo tres el semestre pasado a plena luz del día.

C.29. Un currículum es un resumen de los estudios que has realizado, de las

actividades o de cualquier trabajo voluntario o experiencia que hayas tenido. Es una

forma de describir tus conocimientos y cualificación que puede ayudarte a encontrar

un tipo concreto de trabajo.

C.30. La psicoterapia no siempre ofrece respuestas concretas. Te ayuda a explorar

algunos factores que pueden contribuir a tus dificultades.

C.31. La psicoterapia puede ayudarte a que te percibas de forma distinta.

C.32. Esta semana vas a hacer una lista con todas las situaciones en que te sientas así.

La próxima semana me la traes.

Page 77: Entrevista y Sugestiones Indirectas

77

C.33. Has realizado un gran esfuerzo durante los últimos meses. Has adquirido la

capacidad de salir con mujeres. Te decidiste por estudiar ingeniería y has alcanzado

un nivel de acuerdo con tus padres suficiente para poder convivir en paz con ellos.

Quizá tengas problemas que aún no hemos tratado. En ese caso, ¿podríamos

discutirlos ahora?

Selecciona la respuesta de encuadre que te parezca más adecuada en los casos que

siguen:

C.34. P.: (Se le ha pedido que resuma sus problemas.) Bueno, hemos hablado de más

cosas de las que esperaba. Hemos empezado hablando de mis sentimientos de

soledad y depresión. Luego le he contado cómo me desagrada mi trabajo y los

problemas que como padre tengo con mis hijos. Yo no tenía conciencia de que todas

esas cosas me preocuparan hasta que hemos empezado a hablar de ellas.

T.: a) Hemos identificado algunas clases de problemas. Parece que a usted

le preocupa más su soledad que los problemas con sus hijos. ¿Desea que tratemos

primero este asunto?

b) Hemos detectado tres áreas de problemas que parecen preocuparle.

¿Cuánto interés tiene en cambiar esos aspectos de su vida?

c) Hemos identificado al menos tres áreas problemáticas. ¿Tiene usted

otros motivos de preocupación? Si es así, hablemos de eso ahora

C.35. P.: (Las tres cuestiones problemáticas del ejemplo anterior han sido definidas

en forma concreta.)

T.: a) Ahora que tenemos sus problemas claramente definidos, necesitamos

definir el orden en que vamos a tratarlos. Por lo que ha contado de su trabajo,

considero que este tema debería ser el primero. ¿Está usted de acuerdo?

b) Ahora que hemos definido claramente sus problemas tenemos que

decidir con qué orden los vamos a tratar. Por lo que ha contado de sus

sentimientos de soledad y depresión sugiero que empecemos por ahí,

ya que pueden ser los asuntos más difíciles de abordar. ¿Está de

acuerdo?

c) Ahora que sus problemas están claramente definidos hemos de

decidir por dónde empezamos. Por lo que usted ha dicho de su trabajo,

puede ser útil que empecemos por ahí. ¿Cómo lo ve?

C.36. P.: (El cliente ha propuesto comenzar a tratar el tema de sus relaciones con los

hijos.)

T.: a) Ya tenemos en qué consisten sus dificultades con sus hijos. Ahora

necesitamos establecer una meta a alcanzar en esa área. ¿Qué le parece algo

relacionado con sus discusiones con ellos?

Page 78: Entrevista y Sugestiones Indirectas

78

b) Antes hemos elaborado una definición de sus dificultades. Ahora

necesitamos transformar esa definición en una meta que usted desee

alcanzar. ¿Podría sugerirme alguna?

c) Antes hemos definido sus problemas de relación con sus hijos.

Ahora necesitamos trazamos un objetivo. ¿Puede decirme algo más de

la forma en que sus familiares se relacionan entre sí?

C.37. P.: (Se han establecido una serie de objetivos que el paciente desea alcanzar en

la relación con sus hijos. Uno de ellos consiste en permitir a uno de sus hijos que

realice ciertas tareas de la manera que considere conveniente.)

T.: a) ¿Por qué no intenta hacer algo diferente de lo que acostumbra la

próxima vez que se presente una de esas situaciones?

b) Una posible situación sería construir con su hijo alguna cosa, un avión

de aeromodelismo, por ejemplo.

c) ¿Cómo formularía usted esas situaciones para alcanzar la meta

propuesta?

C.38. P.: (Ha decidido ayudar a su hijo a levantar la mesa después de la cena.

Permite que lo haga, pero le cuesta aceptar la forma en que el niño lo hace.)

T.: a) Parece que usted permite que el niño la ayude aunque incluso eso le

cuesta. ¿Qué podría hacer usted la próxima vez para ser más tolerante ante las

alternativas que él propone para hacer las cosas de una manera diferente a como usted

acostumbra?

b) Parece como si a usted le costase mucho ser tolerante con la conducta

de sus hijos.

c) Parece que las cosas están razonablemente bien. ¿Qué problemas

trataremos ahora?

D) Ensayos conductuales

Llevar a cabo una sesión de ensayo conductual, de veinte minutos de

duración máxima, en la que el entrevistador ejercite las intervenciones

directivas; concretamente, sondeo, habilidad capacidad, confrontación e

interpretación.

Las intervenciones deben ser elegidas de acuerdo con el plan trazado por el

entrevistador antes de la sesión. La adecuación de dicho plan y la calidad de la

ejecución serán discutidas al finalizar la misma.

Page 79: Entrevista y Sugestiones Indirectas

79

Realizar una sesión de ensayo conductual de quince minutos de

duración, en la que el entrevistador ejercite las intervenciones de

encuadre verbal, instrucciones e información.

La ejecución de esta sesión se verá favorecida si es enfocada como la primera o la

última entrevista, o como una sesión en la que se emplean otras técnicas terapéuticas

diferentes a la entrevista propiamente dicha.

4.2.9. Soluciones

C.1. a) Sondeo.

b) Habilidad-Capacidad.

C.2. a) Confrontación.

b) Sondeo.

C.3. a) Inmediatez-Interpretación.

b) Sondeo.

C.4. a) Habilidad-Capacidad.

b) Interpretación.

C.5. S.: ¿Qué significa exactamente que tus notas hayan bajado mucho.

H.: Capacidad intelectual no te falta.

C.: Dices que te sientes muy desinteresado por todo, sin embargo, el

bajonazo de tus calificaciones parece haberte preocupado lo suficiente

como para que 'hayas venido a verme.

I.: Tal vez tus notas hayan bajado porque tus estudios ya no te interesan

como antes.

C.6. S.: ¿Qué te hace pensar que las niñas no necesitan saber matemáticas?

H.: Puede que las matemáticas no te importen, pero tienes inteligencia

suficiente como para sacar buenas notas también en matemáticas.

C.: Dices que no te da la gana hacer los deberes de casa pero, por lo que

cuentas de las matemáticas, más parece que lo que sucede es que no ves

en que te podría beneficiar hacer la tarea.

I.: Probablemente, te esfuerzas en creer que las niñas no necesitan saber

matemáticas para así tener más tiempo para jugar.

C.7. S.: ¿En qué forma concreta afecta su incapacidad física a sus relaciones familiares?

Page 80: Entrevista y Sugestiones Indirectas

80

H.: A usted aún le quedan muchos recursos físicos e intelectuales para

poder seguir desarrollando un trabajo verdaderamente útil, tanto para

usted mismo como para los demás.

C.: Usted dice que no tiene nada valioso que ofrecer a los demás y, sin

embargo, su rendimiento en el curso de programación hace sospechar que

se va a convertir en un experto en ordenadores.

I.: Quizá ese sentimiento suyo de no tener nada importante que ofrecer a

los demás es tan sólo una manifestación de su desánimo y carezca de base

objetiva.

C.8. S.: ¿Desde cuándo se encuentra usted en esta situación de desasosiego?

H.: Aunque usted se jubile podría realizar diversas tareas útiles y

satisfactorias. Usted posee conocimientos sobrados para continuar

haciendo cosas importantes en su especialidad.

C.: Dice usted que su familia le ha sugerido que se ponga en tratamiento.

¿Significa eso que usted está aquí sólo por complacerles?

I.: Quizá su rotunda negativa a encarar el futuro contribuye de forma

decisiva en el mantenimiento de la ansiedad que experimenta.

C.9. S.: ¿Qué significa para el director que usted ponga orden en la clase?

H.: Usted es suficientemente asertivo para imponer el orden en una clase,

siempre que usted quiera.

C.: Dice que no sabe manejarse con chicos tan problemáticos, pero

también que no hace caso al director porque no está seguro de hasta que

punto mantener el orden en su clase es importante para usted.

I.: Probablemente, si aclarara esa cuestión de hasta que punto es

importante para usted que la clase esté en orden, le resultaría más sencillo

manejarse con los chavales y con el director.

C.10. S.: ¿Cuántas veces te ha reprendido hoy?

H.: Si quisieras podrías llevarte con él tan bien o mejor que con el resto de

tus profesores.

C.: ¿Nunca se te ha ocurrido la posibilidad de que el problema también

podría solucionarse si en lugar de pretender que él cambie contigo, te

comportaras tú de manera diferente con él?

I.: Puede que te enfades tanto con él porque sus regañinas hieren tu amor

propio.

C.11. S.: ¿Cuánto tiempo hace que usted se siente tan insatisfecho con su trabajo?

Page 81: Entrevista y Sugestiones Indirectas

81

H.: Usted ha demostrado entereza suficiente en otras ocasiones como para

enfrentarse con su familia si lo cree verdaderamente necesario.

C.: ¿Se da cuenta de que es usted quien durante años ha creado esa farsa

de la que ahora se queja, al haber ocultado a los demás la insatisfacción

que le produce su trabajo?

I.: Tal vez si no existieran esas trabas familiares de las que habla,

experimentase dificultades parecidas para tomar una decisión respecto a

ese puesto de trabajo, que le resulta a la vez tan cómodo y tan frustrante.

C.12.: a C.13.: b C.14.: b C.15.: a C.16.: a C.17.: c

C.18.: Encuadre C.19.: Instrucciones C.20.: Encuadre C.21.: Instrucciones

C.22.: Información C.23.: Encuadre C.24.: Instrucciones C.25.: Instrucciones

C.26.: Información C.27.: Instrucciones C.28.: Información C.29.: Información

C.30.: Encuadre C.3l.: Encuadre C.32.: Instrucciones C.33.: Encuadre

C.34.: b C.35.: c C.36.: b C.37.: c C.38.: a

Page 82: Entrevista y Sugestiones Indirectas

82

5. LA INTERACCIÓN

Cuando dos personas entran en relación el factor más influyente en el tipo de

interacción que habrán de mantener es la manera en que cada uno de ellos percibe al

otro.

5.1. Percepción interpersonal

La percepción interpersonal tiene sus raíces en la formación de aquellos juicios u

opiniones, relativos a las demás personas que, de forma implícita o explícita, inciden

en la evaluación de los otros como animales sociales. Por ello, suele definirse como la

manera en que las personas reaccionan y responden a los otros en el pensamiento, el

sentimiento y la acción.

Como proceso, la percepción interpersonal se organiza a través de la integración de

criterios de diversa índole, si bien, en el contexto terapéutico, los más relevantes son la

autoimagen del terapeuta y las expectativas y valores tanto de éste como de su

paciente o pacientes. Además, considerando aisladamente al entrevistador,

autoimagen, expectactivas y valores constituyen el punto del que surgirá el estilo

interactivo que pondrá en juego como profesional de la psicoterapia.

5.1.1 Autoimagen

Los sentimientos, ideas y expectativas que una persona desarrolla hacia sí misma,

influyen de manera decisiva en su comportamiento, pues con mucha frecuencia, lo

que uno espera de sí mismo se convierte en una profecía autocumplida.

Los aspectos de la conducta del terapeuta que pueden influir más directamente sobre

el transcurso de una entrevista o tratamiento se circunscriben a tres áreas:

competencia, poder e intimidad.

La actitud que mantiene el terapeuta hacia su competencia profesional resulta

perjudicial para su trabajo si cursa con fuertes sentimientos de inadecuación, miedo al

éxito o miedo al fracaso. La actitud respecto al poder es determinante cuando el

terapeuta tiene conflictos relacionados con la impotencia, el control, la pasividad, la

dependencia o la contradependencia. Por último, el área de la intimidad puede

interferir en el ejercicio de la profesión de entrevistador, cuando la aceptación o el

rechazo resultan extraordinariamente penosos.

Page 83: Entrevista y Sugestiones Indirectas

83

Efectos de la autoimagen sobre la interacción terapéutica

Área problemática: Grado de competencia personal o profesional

Actitud hacia uno mismo Conductas terapéuticas que evitan el conflicto

Abiertamente positiva (miedo al fracaso)

1. Descartar la retroalimentación negativa

2. Falsificar la retroalimentación

3. Evitar o suavizar el material terapéutico

difícil

Actitud hacia uno mismo Conductas terapéuticas que mantienen una autoimagen negativa

Abiertamente autocrítico (miedo al

éxito)

1. Evitar la interacción positiva

2. Rebajar la retroalimentación positiva

3. Autoproporcionarse abiertamente

retroalimentación negativa

4. Proponerse metas y expectativas demasiado

altas

5. Expresar pública o privadamente

comentarios autodepreciativos

Actitud hacia uno mismo Conductas del terapeuta que le reaseguran sexualmente

Sentimientos de inadecuación sexual (insuficientemente

masculino o femenino)

1. Sobreidentificación con o rechazo de

pacientes muy masculinos o muy femeninos

2. Seducir a los clientes de sexo opuesto

3. Hiperreacción a malinterpretación de las

reacciones positivas o negativas de los pacientes

Actitud hacia uno mismo Conductas del terapeuta que permiten evitar el control

Debilidad o irresolución (miedo al

control)

1. Guardar un silencio persistente o evitar la

participación

2. Mostrarse abiertamente directivo o divagar

constantemente

3. Pedir permiso al paciente frecuentemente

para hacer o decir algo

4. No expresar nunca las propias opiniones,

tomando las del paciente como punto de referencia

5. Evitar riesgos de todo tipo

Page 84: Entrevista y Sugestiones Indirectas

84

Actitud hacia uno mismo Conductas del terapeuta que tienden a persuadir al paciente

Hacer proselitismo del estilo de vida

1. Hacer proselitismo ideológico

2. Provocar una lucha por el poder

3. Rechazar a clientes con un estilo de vida

diferente del suyo

4. Sermonear a los pacientes

Área problemática: Poder

Actitud hacia uno mismo Conductas que proporcionan o facilitan el control

Omnipotencia (miedo a perder el control)

1. Persuadir al cliente para que haga lo que

él/ella quiere

2. Informar de manera sutil de lo buen

terapeuta que es

3. Continuo control del contenido y

dirección de la entrevista

4. Preocupación o irritación cuando el

paciente se resiste o hace las cosas de mala gana

Área problemática: Intimidad

Actitud hacia uno mismo Conductas del terapeuta que promueven la aceptación

Necesidad de afecto y aceptación

1. Promover sentimientos positivos en el paciente

2. Evitar enfrentarse con u ofender al paciente

3. Ignorar los indicios de rechazo por parte del

cliente

4. Hacer favores a pacientes

Actitud hacia uno mismo Conductas de distanciamiento y evitación emocional

Necesidad de distancia (miedo a la proximidad y

al afecto)

1. Ignorar los sentimientos positivos del paciente

2. Mostrarse abiertamente brusco o distante

3. Mantenerse en el rol profesional de “experto”

Page 85: Entrevista y Sugestiones Indirectas

85

5.1.2. Expectativas

Lo que alguien espera de una relación determinada y la actitud que desarrolla hacia esa relación está íntimamente ligado a lo que cada miembro de esa relación anticipa del otro durante los primeros momentos de su encuentro. En el contexto terapéutico, la actitud de los protagonistas hacia la entrevista o el tratamiento se establece previamente y depende, en gran medida, de las experiencias que ambos comparten con otros miembros del grupo social al que pertenecen.

Por esta razón, conviene que el terapeuta identifique cuanto antes cuáles son aquellas

expectativas del paciente hacia la situación de entrevista que dependen de su grupo

social de referencia, porque la congruencia o incongruencia de tales expectativas con

las suyas propias va a influir directamente sobre el pronóstico.

La falta de congruencia entre las expectativas del paciente y las del terapeuta aumenta

la tensión de la entrevista, de manera que, cuando se trata de una psicoterapia, ésta

suele terminar prematuramente. Con frecuencia, los pacientes que abandonan el

tratamiento antes del final suelen esperar del terapeuta consejos concretos para

abordar sus dificultades, así como medicación para su sintomatología. Es decir, este

tipo de pacientes, cuyas expectativas no coinciden con las del entrevistador, tienden a

adoptar una actitud de elaboración pasiva. En cambio, los pacientes cuyas

expectativas son congruentes con las de su interlocutor tienden a concebir la entrevista

como una oportunidad para hablar abiertamente de sí mismos y de sus dificultades, al

tiempo que consideran la interacción terapéutica corno un instrumento para la

resolución de sus conflictos. Estos pacientes, además, aceptan una parte de la

responsabilidad en el éxito del tratamiento.

Con objeto de mitigar las posibles incongruencias entre las expectativas del paciente y

las propias, el terapeuta debe sondear, al principio de la primera entrevista, de qué

forma y a través de qué referencias ha llegado el paciente a su consulta, pues las

referencias previas al encuentro terapéutico juegan siempre un papel favorable o

desfavorable sobre la congruencia de las expectativas. Por ello, el entrevistador deberá

indagar con sutileza la idea que el paciente se haya formado de asuntos tales como

quién debe tomar la iniciativa en la comunicación, con cuanta frecuencia, hasta qué

punto y en relación con que cuestiones el terapeuta debe ser activo o pasivo, si debe o

no aconsejarle o explicarle el origen de sus dificultades, etc.

A partir de la información que obtenga, el entrevistador evaluará hasta qué punto

coinciden las expectativas del paciente con su propia forma de entender la

psicoterapia. Después, en caso de desacuerdo, realizará las intervenciones que

considere oportunas (Ej.: instrucciones, modelado, encuadre, etc.)

En general, el mayor grado de desacuerdo en las expectativas de los participantes en

una entrevista terapéutica se produce cuando el cliente pertenece a la clase social

trabajadora, mientras que la mayor congruencia se produce con clientes de clase

Page 86: Entrevista y Sugestiones Indirectas

86

media; o sea, con clientes que pertenecen a la misma clase social que su entrevistador.

De hecho, existe evidencia empírica de que la mayoría de los terapeutas sienten una

marcada predilección por pacientes jóvenes, atractivos, que se expresan verbalmente

con facilidad y tienen éxito en la vida.

Pero el pronóstico de un paciente no sólo depende de sus expectativas, sino también de

las del terapeuta en relación con el éxito del tratamiento. En este sentido, existe

asimismo evidencia empírica de que un pronóstico favorable influye sobre el éxito del

tratamiento y sobre el incremento de la productividad verbal del paciente durante el

mismo. Por otra parte, un pronóstico favorable también se relaciona con los

sentimientos positivos del terapeuta hacia su cliente y con su tendencia a rebajar el

grado de perturbación de éste. La trascendencia de estos datos aumenta cuando se

tiene en cuenta que la actitud de un terapeuta hacia su cliente sólo se basa parcialmente

en los datos clínicos, debiéndose en buena medida a la influencia de los estereotipos

del entrevistador.

Los estereotipos son juicios sobre la clase de persona que es y el tipo de conducta que

caracterizará a un individuo, en una situación dada. Los estereotipos se elaboran en

base a la edad, la ocupación, el sexo o la apariencia del individuo en cuestión. Esta

clase de juicios son muy peligrosos en un terapeuta, porque se desencadenan a partir

de las primeras impresiones que obtiene del cliente y, pese a ello, su contenido es

vivido como producto de una percepción nítida. En consecuencia, antes de decidir si

un paciente concreto es una persona cálida o fría, amigable u hostil, el terapeuta debe

revisar cuidadosamente los datos que sustentan su conclusión.

La existencia de los estereotipos y su influencia perturbadora sobre la entrevista

terapéutica no implica que ciertas primeras impresiones no sean adecuadas, aunque

como señala Sullivan (1984), con mucha frecuencia son erróneas.

El mejor antídoto contra la influencia de los estereotipos en la práctica clínica es, según

diversos estudios empíricos, la experiencia profesional, pues, con el paso del tiempo,

el entrevistador va tomando conciencia de los valores y expectativas que aporta a la

situación terapéutica y, de este modo, aprende a neutralizar su efecto contaminante. A

esta tarea contribuyen, igualmente, su nivel de autoconocimiento y las supervisiones

periódicas de los casos que atiende.

Además, al entrevistador con escasa experiencia puede resultarle útil tener en cuenta

que:

cuando sus expectativas se inclinan hacia una posible ocultación de

datos relevantes por parte del paciente, dicha ocultación tiende a producirse

con más frecuencia que si sus expectativas son neutras o de un alto nivel de

autorrevelación. En otras palabras, las expectativas del terapeuta, respecto a

la posible ocultación de información relevante por parte del paciente,

pueden acabar en una profecía autocumplida.

tanto los estereotipos como las expectativas en la percepción

interpersonal pueden ser fácilmente manipulados.

Page 87: Entrevista y Sugestiones Indirectas

87

En resumen, el entrevistador debe desarrollar al máximo la capacidad de identificar si

sus expectativas son congruentes o no con las de su paciente. En caso negativo, debe

aprender a mitigar la influencia de este hecho sobre la entrevista o el tratamiento,

objetivo que puede alcanzar por una doble vía. En primer lugar, dando al paciente la

información necesaria para que su colaboración activa se incremente y, en segundo

lugar, adoptando una actitud crítica ante sus propias impresiones y juicios respecto al

cliente y su pronóstico.

5.1.3. Valores

La congruencia de las expectativas del terapeuta y del paciente se desarrolla en

función de los valores asumidos por cada uno de ellos. Es así como a través de los

valores se establece una vinculación entre clase social y pronóstico de la psicoterapia.

El sistema de valores de un individuo se desarrolla con los procesos de socialización

que tienen lugar en la familia y en el grupo de los pares, durante su infancia y

adolescencia. Es decir, los valores emanan de la cultura y microcultura en que se

integra una persona.

Entre los recursos con que cuenta un terapeuta a la hora de tratar a una persona cuyos

valores son muy distintos de los suyos destacan:

1) Emplear el encuadre de forma temprana. Durante los primeros momentos

de la entrevista el terapeuta explicará a su paciente, en un lenguaje asequible,

de qué forma la comunicación verbal puede convertirse en un medio para

comprender y resolver las dificultades interpersonales. El entrevistador

insistirá en la influencia facilitadora de la comunicación hasta que el paciente

adopte una actitud cooperativa.

2) Estar sensibilizado con el lenguaje y el estilo más apropiados para

relacionarse con sus clientes. Sin embargo, el terapeuta se abstendrá de imitar

las expresiones de su paciente. En otras palabras, el entrevistador deberá

hablar de una manera que resulte asequible a su cliente, sin pretender en

ningún momento hablar como él, ya que este hecho sería considerado como un

gesto protector.

3) Mitigar los aspectos más ambiguos de la entrevista, hablando directamente,

de forma específica, concreta y activa. También es conveniente que modifique

los aspectos más sedentarios de la entrevista, favoreciendo el libre movimiento

físico durante la comunicación.

4) Promocionar la comprensión y adaptación del entrevistado, mediante el

desarrollo de preentrevistas o encuentros previos a la entrevista o el

tratamiento propiamente dichos. La(s) preentrevistas(s) actúan de manera

similar a un largo período de instrucciones, ya que permiten al paciente

entrenarse en la ejecución de nuevas conductas, que luego desarrollará de

Page 88: Entrevista y Sugestiones Indirectas

88

manera habitual durante la relación terapéutica. Se ha comprobado

empíricamente que el empleo de esta técnica reduce la tensión de la

interacción, eleva la regularidad de la asistencia durante el tratamiento, facilita

la colaboración durante los ejercicios de modificación de conducta, agiliza la

relación paciente-terapeuta y aumenta el grado de mejoría experimentada en el

momento de terminar el tratamiento.

5) Emplear el modelado sobre conductas específicas susceptibles de facilitar la

comunicación y la interacción terapéuticas

Con todo, existen ocasiones en que no es posible reducir la distancia social entre los

interlocutores; al menos, no hasta el punto necesario para que la ayuda terapéutica

resulte eficaz. Esto sucede cuando sus culturas o microculturas de origen son muy

diferentes. En estos casos es aconsejable que el tratamiento lo realicen

paraprofesionales cuyo patrón de socialización y, por tanto sus valores, sean similares

a los asumidos por el paciente. Dichos paraprofesionales deben estar especializados en

tareas muy concretas,

5.1.4. Influencia del sexo y la raza en la percepción interpersonal

Los valores y expectativas de dos personas que entran en relación dependen, además

de la cultura y microcultura a que pertenecen, de otras variables demográficas como

son el sexo y la raza.

Las investigaciones sobre la influencia del sexo en la relación terapéutica se han

centrado, fundamentalmente, en la comparación de entrevistas cuyos protagonistas

coinciden o difieren en el sexo. Por ejemplo, se ha comprobado que las mujeres,

cuando son entrevistadas por un hombre cálido, hablan menos que cuando son

entrevistadas por un hombre frío. Esta pauta de interacción se invierte cuando los

participantes son varones. Una posible explicación a este hecho consiste en que las

mujeres tienden a percibir la calidez de un entrevistador varón como un indicio de

seducción, lo cual produciría un efecto inhibidor sobre su conducta verbal. Este hecho

es particularmente notorio cuando la mujer busca ayuda por haber sido objeto de

agresión sexual. Sin embargo, en términos generales los resultados obtenidos afirman

que la mujer entrevistada habla más acerca de sí misma que el hombre.

Pero los resultados más significativos, en lo que se refiere a la influencia del sexo en la

interacción terapéutica, tienen que ver con los aspectos no verbales de la

comunicación. En términos generales, las mujeres parecen no sentirse cómodas

cuando su interlocutor no está frente a ellas. Si bien la invisibilidad del interlocutor

ejerce siempre un efecto inhibidor sobre la comunicación, esta clase de efecto es más

pronunciado cuando el comunicante es una mujer. Este fenómeno parece deberse al

hecho de que los pacientes de sexo femenino valoran más el feedback visual. A su vez,

semejante criterio interactivo, que también se manifiesta en un mayor contacto ocular

de las mujeres durante la comunicación, con independencia del sexo del interlocutor,

Page 89: Entrevista y Sugestiones Indirectas

89

podría descansar sobre una mayor búsqueda de afecto y aprobación respecto de los

hombres.

Por otra parte, las mujeres son más sensibles a la comunicación no verbal, de manera

que prestan más atención que los hombres a la expresión facial de las emociones, a los

registros del tono de voz y a los movimientos del cuerpo. Por otra parte, la distancia

interpersonal en la que las mujeres se sienten cómodas es significativamente más corta

que la introducida por los hombres, tanto si su interlocutor es de su mismo sexo o del

sexo contrario.

En resumen, el sexo de los comunicantes introduce diferencias significativas en

algunos registros verbales pero, sobre todo, en algunos registros no verbales de la

comunicación. Y tales diferencias pueden llegar a traducirse en fuentes de tensión

durante la interacción terapéutica.

Por su parte, la raza, junto con la clase social, constituye un factor clave en la

asimilación individual de valores, expectativas y actitudes, pues cada grupo étnico

tiende a crear un ámbito cultural propio. Así, son numerosos los estudios que han

puesto de manifiesto las diferencias interraciales en los patrones interactivos y en el

estilo comunicativo predominantes.

De acuerdo con estos datos, el entrevistador que conversa con un cliente de distinta

raza, deberá estar especialmente atento a aquellas actitudes, prejuicios y estereotipos

contaminantes de la percepción de su interlocutor como individuo aislado. Sobre todo,

el terapeuta deberá evitar reproducir durante la entrevista, a nivel individual, el tipo

de relación característica entre las etnias a que pertenecen él y su paciente. Por

ejemplo, si el entrevistador es blanco y el entrevistado es negro, el primero deberá

estar muy atento a toda conducta suya que tienda a definir la relación entre ambos

como paternalista o de dominancia/sumisión, pues de no corregir el sesgo, la

interacción quedará viciada y sus intervenciones apenas serán de utilidad.

5.2. Dimensiones de la interacción

Una interacción puede ser estudiada agrupando sus atributos en torno a dos

dimensiones o ejes: uno, el eje afectivo, abarca aspectos tales como la calidez, la

empatía y la autenticidad; el otro, que llamaremos eje jerárquico, aglutina en torno a sí

todo lo referido a la influencia del estatus, la competencia profesional, el control, el

dominio o el poder.

La especificidad de una interacción es función de la forma en que se combinan estas

dos dimensiones, por lo que la relación que se establece entre estas variables

determina el nivel de profundidad, que alcanzan o pueden alcanzar la interacción y el

grado de reciprocidad y compatibilidad que vincula a los participantes.

Page 90: Entrevista y Sugestiones Indirectas

90

5.2.1. La dimensión afectiva

Los atributos de una relación terapéutica que configuran la dimensión afectiva de esa

relación son calidez, empatía y autenticidad. En principio, estas características afectan

a todo tipo de comunicantes, pero en el contexto terapéutico constituyen las pautas del

comportamiento interactivo del entrevistador, que contribuyen más directamente al

éxito del tratamiento.

5.2.1.1. Calidez o aceptación incondicional

La calidez del estilo interactivo es tan difícil de definir como la calidez del estilo

comunicativo, pues la dificultad consiste en delimitar la calidez frente a otros rasgos

facilitadores de la interacción terapéutica. Con todo, la mayoría de los profesionales de

la psicoterapia identifican la calidez interactiva con la aceptación incondicional del

paciente y con la consiguiente actitud de permisividad hacia él.

Por aceptación incondicional se entiende la constancia de los sentimientos del

entrevistador hacia su cliente, en el sentido de aquél considera y refuerza a éste como

persona, con independencia de las actitudes, sentimientos o acciones concretas que el

cliente pueda manifestar en un momento dado. Así, la aceptación incondicional suele

concretarse en cierta clase de sentimientos e ideas que el terapeuta experimenta hacia

su cliente, como por ejemplo, Me siento bien cuando estoy con esta persona, Esta persona

me gusta, Lo que esta persona me cuenta no me aburre ni me incomoda. En contrapartida, lo

que la aceptación incondicional no implica es que un terapeuta deba sentir siempre y

por igual afectos positivos hacia todos sus pacientes. Al contrario, en la situación

terapéutica pueden presentarse situaciones que el entrevistador no desea, sin que ello

cambie su consideración del cliente como persona. Además, el terapeuta, como

cualquier ser humano, prefiere a unas personas respecto a otras y este aspecto es

extensible a su relación con los pacientes, sin que ello perjudique su labor en lo más

mínimo.

Lo que si es importante para un entrevistador es la toma de conciencia y la pronta

identificación de la clase de sentimientos que despierta en él su interlocutor. El

terapeuta debe aprender lo que significan sus sentimientos hacia el paciente, pues con

mucha frecuencia, los sentimientos negativos hacia un cliente se relacionan con los

valores, dificultades o conflictos del propio terapeuta. En tanto en cuanto los

sentimientos negativos del terapeuta pueden bloquear o viciar la interacción, éste

deberá abordarlos en una supervisión o directamente con su cliente, de forma que, si

no llegaran a desaparecer, deberá renunciar a continuar con el caso.

La aceptación incondicional y la actitud de permisividad de un terapeuta se

transmiten a través de la evitación de juicios de valor relativos al contenido de la

comunicación del paciente, a través de una escucha atenta y de un trato

personalizado. Pero sobre todo, la calidez en la interacción se manifiesta a través de la

calidez de la comunicación; es decir, mediante el tono de voz, la postura, la distancia

interpersonal o la emisión de refuerzos verbales del tipo Me agradó conversar con Usted,

Me siento próximo a Usted, etc.

Page 91: Entrevista y Sugestiones Indirectas

91

Mucho se ha discutido sobre la conveniencia de entrenar a los jóvenes entrevistadores

en técnicas específicas para transmitir la calidez al paciente. De acuerdo con ciertos

profesionales de la psicoterapia, la calidez debe surgir de forma espontánea, ya que

sólo es efectiva cuando se trata de un rasgo característico de la personalidad del

terapeuta. Para estos teóricos, la calidez aprendida sería una impostura que en ningún

caso podría llegar a confundir a la intuición de un paciente. Sin embargo, la calidez en

la comunicación y en la interacción puede ser considerada como una habilidad social,

que los entrevistadores deben aprender a desarrollar, sin que ello presuponga

fingimiento alguno.

La razón de la conveniencia de este tipo de entrenamiento radica en el tipo de

beneficios que un estilo cálido de interacción aporta respecto a un estilo frío: reducción

de la ansiedad y la tensión del entrevistado (medida a través de la respuesta

psicogalvánica y del descenso de los errores de pronunciación), aumento de la

productividad verbal e incremento generalizado del grado de mejoría alcanzado.

5.2.1.2. Empatía

La empatía suele definirse como la capacidad para afrontar la comprensión de las

personas desde el marco de referencia de éstas, y no desde el marco de referencia

propio. Es decir, la empatía consiste en la capacidad de un individuo para

identificarse con otro en todo lo referente a la conducta y los sentimientos, de forma

que la comprensión de las actitudes y comportamientos del otro se ve sustancialmente

incrementada.

Algunos autores han destacado la base cognitiva de esta habilidad, sin embargo, la

clase peculiar de comprensión que conlleva la empatía compromete por igual ciertos

aspectos preceptúales, valorativos y emocionales. Por tanto, durante la entrevista

terapéutica, la empatía del entrevistador se manifiesta por igual en su forma de

escuchar, de sentir, de percibir y de responder al cliente.

Pese a que resulta muy difícil hablar de empatía en términos operativos Carkhuff y

Pierce (1975) construyeron un Inventario de Discriminación de la Empatía, que distingue

cinco niveles o grados de comunicación empática. Asimismo, estos autores

defendieron que, en la situación terapéutica, el grado de empatía de una intervención

clínica nunca debe ser inferior al nivel tres, siendo los niveles cuatro y cinco los grados

de empatía más adecuados para las verbalizaciones del entrevistador.

Los niveles propuestos por Carkhuff y Pierce son:

Nivel 1: Consiste en una pregunta, un comentario tranquilizador, una negación

o una advertencia.

Nivel 2: Las intervenciones de este nivel recogen únicamente el contenido o

parte cognitiva del mensaje del cliente (Paráfrasis). Los sentimientos se ignoran

Page 92: Entrevista y Sugestiones Indirectas

92

Nivel 3: Consiste en elaborar un reflejo de los sentimientos y de la situación, a

partir del contenido del mensaje del cliente. Se trata de un nivel de

intervención que muestra la comprensión del tema que tiene el terapeuta, pero

implica una intervención no directiva. (Ejemplo: Estás desanimado porque no

encuentras trabajo.)

Nivel 4: En estas intervenciones no sólo se reflejan los sentimientos del

paciente sino también las limitaciones que implican. Estas últimas se enuncian

de manera personalizada, significando con ello que el paciente posee o acepta

la responsabilidad de su déficit. Este nivel manifiesta comprensión, pero es

parcialmente directivo. (Ejemplo: Te sientes desanimado porque no consigues

acercarte a tu padre. Te gustaría que él diera el primer paso.)

Nivel 5: Las intervenciones de este nivel poseen todas las características del

nivel anterior y, además, añaden al menos un paso conductual que se propone

al paciente como medio para superar sus deficiencias y acercarse a la meta

propuesta. Este nivel es claramente directivo. (Ejemplo: Te sientes desanimado

porque no consigues acercarte a tu padre. Te gustaría que él diera el primer paso, pero

puedes hacerlo tú si comienzas por expresarle tus sentimientos.)

Algunas investigaciones demuestran que los pacientes identifican la empatía del

terapeuta con un alto nivel de productividad y expresividad verbal, y la ausencia de

empatía con el silencio, los tiempos de reacción lentos y las interrupciones

innecesarias del discurso. La empatía del entrevistador también se considera asociada

a su capacidad para atender y permanecer concentrado ante los mensajes del paciente.

Sin embargo, los clientes sólo consideran que el entrevistado escucha de forma

empática, si reciben indicios del tipo mm-hmm o intervenciones no directivas como

paráfrasis, clarificaciones o resúmenes. Dicho de otra manera, la atención empática

que se presta a un paciente debe de ser expresada a través de la comunicación, pues

de lo contrario, el paciente tiende a considerar que no se le comprende

suficientemente.

Teniendo en cuenta que la atención que una persona presta a otra constituye un

refuerzo muy efectivo para el establecimiento de una relación, el entrevistador deberá

entrenarse en esta clase de actividad, sin caer nunca en la tentación de utilizar los

indicios no verbales propios de la atención empática, como una pantalla encubridora

de su aburrimiento.

Por último, los beneficios que aporta a la entrevista la conducta empática del terapeuta

son básicamente dos: incremento de la productividad verbal del paciente y descenso

de las latencias previas a sus respuestas. Ambos factores son considerados por los

especialistas como directamente vinculados al éxito del tratamiento.

Page 93: Entrevista y Sugestiones Indirectas

93

5.2.1.3. Autenticidad

La autenticidad del terapeuta consiste en ser él mismo durante la entrevista. Esto

significa que un terapeuta auténtico se comporta de forma espontánea, no defensiva y

abierta, sin necesidad de ser insincero o de representar un papel. Pero sobre todo, la

autenticidad durante una entrevista obliga al entrevistador a ser congruente, esto es, a

que sus palabras y conductas no verbales coincidan con sus sentimientos.

Sin embargo, el grado de autenticidad necesario durante una entrevista terapéutica

está constreñido por las restricciones propias de la situación, por lo que autenticidad y

apertura significan en este contexto algo muy distinto que en la relación entre dos

amigos. El terapeuta genuino, el entrevistador que no representa ningún papel, en

primer lugar es consciente de sus sentimientos hacia el paciente y, además, los expresa

adecuadamente a través de los registros verbales y no verbales de la comunicación.

Porque ser genuino no significa verbalizar todo lo que se piensa o se siente en relación

con el paciente, sino poseer la capacidad de expresar los sentimientos negativos hacia

él, siempre que éstos sean persistentes o amenacen con interrumpir la comunicación

empática o la aceptación incondicional. Por esta razón, la inmediatez es una técnica de

intervención verbal especialmente adecuada para comunicar la autenticidad.

Diversas investigaciones han vinculado la autenticidad del terapeuta, por una parte,

con la flexibilización de la comunicación del paciente y, por otra, con el incremento de

su mejoría psicológica. Además, la autenticidad del terapeuta incide positivamente en

la autorrevelación del paciente y, sobre todo, en la profundidad de su

autoexploración.

En resumen, estudios de muy distinta procedencia coinciden en poner de manifiesto

que la calidez, la empatía y la autenticidad del terapeuta, cuando concurren

conjuntamente y de manera prolongada, durante una serie de entrevistas, contribuyen

a la mejoría del paciente, gracias a su efecto reductor de la ansiedad.

5.2.2. La dimensión jerárquica

En el contexto terapéutico, el eje jerárquico de la relación concierne al estatus del

terapeuta y abarca dos tipos de atributos. Por una parte, los relativos a su experiencia

o competencia profesional; por otra, todo lo referente a la distancia social y, por

consiguiente, al dominio o poder que ésta engendra en una relación.

Algunos investigaciones han revelado que la experiencia del terapeuta tiene un efecto

facilitador, mientras que el producido por la distancia social tiende a ser inhibitorio.

Pese a todo, aunque la competencia profesional del entrevistador es considerada por

los clientes como un atributo que inspira confianza en su interlocutor, a veces, un

entrevistador con mucha experiencia puede resultar excesivamente dominante y

socialmente remoto.

Page 94: Entrevista y Sugestiones Indirectas

94

El hecho de que experiencia profesional, poder, control y distancia social sean factores

difíciles de desvincular ha provocado una gran dispersión de los resultados de

investigación y control clínico. Por ejemplo, se ha comprobado que la edad, una

variable vinculada con la distancia social, tiene efectos negativos cuando las

diferencias entre terapeuta y cliente son considerables, y positivas cuando tienden a

disiparse. Sin embargo, un entrevistador de más edad que el entrevistado puede ser

percibido por éste como una persona más madura y, en cualquier caso, como un

profesional que ha tenido oportunidad de alcanzar una alta cualificación profesional.

En estas circunstancias la edad se convierte en un factor que favorece la atracción y la

confianza del paciente.

En definitiva, la influencia del eje jerárquico de una relación terapéutica tiene

consecuencias reforzantes o aversivas, de acuerdo con la forma específica en que se

combinan sus atributos en cada situación concreta. Pero antes de realizar una

predicción conviene tener en cuenta que, la distancia social es una variable que

incrementa su peso cuando el paciente procede de una clase social humilde. Por ello,

es responsabilidad del terapeuta aprender a prever el efecto que los distintos atributos

de su estatus ejercerán sobre un paciente concreto, para luego, modular su influencia

minimizando las diferencias inhibidoras y potenciando las reforzantes.

5.3. Profundidad de la interacción terapéutica

El grado de profundidad que alcanza una relación terapéutica constituye una de las

facetas interactivas más difíciles de definir y operativizar de cara a la investigación, ya

que tiende a confundirse, tanto con sus secuelas vivenciales, como con su influencia

sobre el éxito del tratamiento.

Tradicionalmente y por influjo del psicoanálisis y de la terapia centrada en el cliente,

la profundidad de una relación terapéutica ha estado ligada a las nociones de rapport,

transferencia y contratransferencia. Sin embargo, en los últimos tiempos se han

desarrollado, aunque por el momento de manera insuficiente, algunas investigaciones

basadas en el grado de reciprocidad y complementariedad que alcanza la relación

paciente-terapeuta y en la influencia de las características personales de este último, en

particular de su estilo perceptual.

La noción de rapport se utiliza para designar el proceso de integración de una relación

interpersonal durante los primeros momentos de un encuentro, así como la instalación

y mantenimiento de un vínculo netamente positivo en los momentos posteriores. Por

ello, el rapport tiene una influencia capital en la entrevista terapéutica, puesto que sin él

el paciente se sentirá incómodo y difícilmente facilitará al terapeuta el tipo de

información que necesita. Para facilitar el establecimiento del rapport, cada

entrevistador debe desarrollar sus estrategias particulares, adaptando a su peculiar

estilo de comunicación e interacción a las exigencias de la entrevista en cuanto proceso.

Con todo, la relación terapéutica también puede ser entendida como un tipo de

interacción en el que los participantes interactúan de manera recíproca. De hecho,

Page 95: Entrevista y Sugestiones Indirectas

95

numerosas investigaciones, en las que la reciprocidad fue definida como la

retroalimentación que un miembro de una relación recibe de otro u otros, han

demostrado que el curso seguido por una relación terapéutica depende de la clase de

covariación que se establece entre las actitudes de los interlocutores. Es decir, la

reciprocidad constituye una de las claves de toda interacción terapéutica que avanza

progresivamente hacia la cooperación, ya que su presencia es vivida como una

confirmación y su ausencia como un indicio de rechazo.

La reciprocidad tiene dos vertientes: complementariedad y similaridad. La

complementariedad facilita a los interlocutores el manejo de la ansiedad generada por

la situación de entrevista, sobre todo en la derivada de la dimensión jerárquica de la

interacción terapéutica. Este aspecto se hace evidente, por ejemplo, en la forma en que

ajustan sus roles un paciente sumiso y un terapeuta dominante o, a la inversa, un

paciente dominante y un terapeuta sumiso.

Por el contrario, la simetría o similaridad de rasgos y actitudes respecto al eje afectivo

de la relación es el otro factor que favorece la progresión de una interacción

terapéutica. Cuando un interlocutor se muestra cálido el otro tiende a comportarse de

idéntica manera; lo mismo sucede cuando el afecto en cuestión es el rechazo o la

hostilidad.

Resumiendo, el grado de profundidad que llega a alcanzar una relación terapéutica

depende de dos factores básicos: uno, el grado en que los interlocutores se

complementan respecto a los atributos del eje jerárquico de la interacción, otro, el

grado en que ambos participantes experimentan y comunican un mismo atributo del

eje afectivo.

5.4. Ejercicios:

A) De papel y lápiz

Utilizando la Clasificación de los niveles de empatía propuesta por CARKUFF y

PIERCE identifica el nivel al que pertenecen los siguientes ejemplos.

1. P.: Estoy muy quemado por la enseñanza. He pensado en la posibilidad de

cambiar de trabajo, pero como usted sabe ahora es difícil encontrar empleo.

T.: La enseñanza ya no es muy satisfactoria para ti.

2. P.: Siempre deseé ser medico. Pero ahora estoy desalentado,

T.: ¡Oh! Estoy seguro de que eso es algo que usted puede lograr si

verdaderamente lo desea.

3. P.: He tenido un semestre muy desigual y no sé cómo salir del atolladero. No

estoy seguro de adónde iré cuando salga de aquí.

Page 96: Entrevista y Sugestiones Indirectas

96

T.: Usted se siente perturbado por cómo le han ido las cosas en este semestre y

también confuso a causa de ello.

4. P.: Mi profesor siempre me critica.

T.: ¿Por qué supone usted que lo hace?

5. P.: Estoy aburrido de mi trabajo. Siempre es la misma historia. Pero, ¿qué otra

cosa puedo hacer?

T.: Usted se siente insatisfecho con su trabajo a causa de la rutina. No puede

encontrar en él nada que le interese. Desea un trabajo más atrayente. Un paso para

obtenerlo podría ser hacer una lista de las necesidades que debe satisfacer un nuevo

trabajo e identificar cómo esas necesidades pueden ser satisfechas por algunas tareas

profesionales.

6. P.: No entiendo por qué he tenido este accidente. Mi vida siempre ha sido

agradable y ahora esto.

T.: Está resentido porque no puede explicarse cómo le ha podido suceder una

cosa así, tan de repente. Usted necesita encontrar al menos una explicación que lo

haga parecer más justo.

7. P.: Mis padres están a punto de divorciarse. Yo deseo que no lo hagan.

T.: Estás preocupado porque tus padres están a punto de divorciarse.

8. P.: Los años pasan sin que seamos capaces de tener un hijo.

T.: Está desanimada porque no acaba de quedar embarazada. Usted desea

mucho tener un hijo.

9. P.: Estoy atrapada, no soy capaz de mudarme a una casa alquilada a menos

que mi marido me deje. Pero también deseo que él continúe viviendo conmigo. Al

menos parte del tiempo.

T.: Mudarse a una casa de alquiler parece ser un obstáculo para que ustedes

continúen su relación.

10. P.: Me resulta muy difícil adaptarme desde que me jubilé. Los días parecen tan

vacíos.

T.: Usted se siente inútil porque ahora tiene todo el tiempo en sus manos. No

encuentra la forma de llenar sus días y desea hallar cosas significativas que hacer. Un

paso adelante podría ser continuar con sus intereses laborales, incluso aunque

oficialmente no sea un trabajador.

Page 97: Entrevista y Sugestiones Indirectas

97

B) Ensayo Conductual

Los siguientes ejercicios de ensayo conductual tienen como objetivo general la

familiarización del entrevistado con la influencia facilitadora o inhibidora sobre el

curso de la entrevista, de las actitudes y valores, así como de los sentimientos

asociados.

La paciente es una mujer joven que tiene problemas económicos. Ella

sola mantiene a tres hijos pequeños con el dinero que obtiene trabajando como

prostituta y traficando drogas. Dice estar muy preocupada por su situación

económica, ya que no logra obtener fondos de la beneficencia, ni un trabajo

cualificado que le permita sacar adelante a su familia.

El cliente es un hombre de unos sesenta años de edad que está a punto

de jubilarse. La mayor parte de su vida la ha pasado trabajando como

vendedor de muebles. Tiene el Bachiller Superior, pero no ha asistido a una

clase desde los dieciocho años. Ahora desea volver a estudiar y obtener un

título universitario.

El entrevistado es un varón acusado de violación y asalto sexual.

Afirma no sentirse culpable en absoluto, porque la víctima era una mujer y «lo

estaba pidiendo».

La cliente es una mujer con un problema de depresión. Está

excesivamente gorda y su condición física es deficiente. Ella se siente muy a

disgusto con su imagen y fuma continuamente durante la entrevista.

La paciente es una mujer de mediana edad que vive de la beneficencia.

Dice haber sido violada y haber quedado embarazada a consecuencia de ese

hecho. Está dudando entre tener el niño o abortar.

El entrevistado es un niño de doce años que recientemente ha perdido

una pierna en un accidente de automóvil. Antes de eso era un gran nadador y

ahora quiere continuar practicando ese deporte. Desea pertenecer al equipo de

competición de su colegio, pero antes de hablar con el entrenador ha querido

conocer la opinión del psicólogo.

Para alcanzar el mencionado objetivo es aconsejable que, tras la ejecución, se discutan

las siguientes cuestiones:

1. Actitudes y creencias del entrevistador que se han manifestado durante la sesión.

2. Identificación de las actitudes y creencias del entrevistador que tenían una base

objetiva en la información aportada por el cliente, y de las que obedecían a sus

prejuicios o a la información que presupuso o infirió durante la entrevista.

3. Inventario de la conducta observable del paciente.

Page 98: Entrevista y Sugestiones Indirectas

98

4. Valores y actitudes que se desprenden de esas conductas.

5.5. Soluciones:

1.: 2º 6.: 4º

2.: 1º 7.: 3º

3.: 3º 8.: 4º

4.: 1º 9.: 2

5.: 5º 10.:5º

Page 99: Entrevista y Sugestiones Indirectas

99

6. EL PROCESO

Las personas definimos nuestras relaciones desde los mensajes que transmitimos, si

bien, tanto la presencia como la ausencia de mensajes constituyen definiciones

interactivas que cada interlocutor propone al otro, respecto al tipo de cosas que pueden

hacerse o decirse en esa relación. Estas propuestas, a su vez, son necesariamente

aceptadas o rechazadas por el otro, quien expresa su aceptación o rechazo de la

relación, bien con un mensaje, bien con el silencio.

6.1. Control y evitación del control en una relación

El concepto de control en las relaciones personales no se refiere al poder férreo de una

persona sobre otra, sino a las continuas negociaciones, y en ocasiones lucha, que se

establecen entre dos individuos, con objeto de determinar la clase de conductas que

tendrán lugar entre ellos, siendo tales categorías conductuales las que definen la

relación.

Como afirma Haley (1977, 189)... nadie puede no verse involucrado en la lucha que se

establece por definir la relación que establece con otro ser. Porque cuando alguien transmite

un mensaje, está realizando una maniobra para definir la relación, ya que al margen

de su contenido informativo, en el plano de la relación, dicho mensaje significa éste es

el tipo de relación en el que se dicen cosas como las de este mensaje. Si alguien desea

abstenerse de definir su relación con otro hablando de banalidades, en realidad está

diciendo que la relación entre ambos debe mantenerse neutral y anodina.

En contrapartida, el receptor de un mensaje tiene tres tipos de opciones básicas. La

primera, aceptar la propuesta de relación tal como es presentada por el emisor; la

segunda, contradecir dicha propuesta presentando una alternativa más o menos

similar y, por último, la tercera opción consiste en aceptar la definición de la relación

propuesta por el emisor, a través de un mensaje que indica que permite la maniobra

de control pese a que tiene capacidad para impedirla.

Siempre que una persona propone una definición de una relación está tratando de

controlarla y, por este motivo, la otra parte, que puede aceptar o rechazar la propuesta

en cuestión, se hace depositaria del control. En otras palabras, es imposible que

alguien conceda a otra persona toda la iniciativa en la definición de una relación,

puesto que su inhibición indica que es el otro quien debe determinar la clase de

conductas que regirán esa relación.

En esto consiste la más importante de las paradojas de la relación de dos seres

humanos, paradoja que se hace especialmente evidente cuando el desamparo es

incluso más efectivo que el autoritarismo en el control de una relación. Porque quien

se muestra desamparado no sólo permite que defina la relación quien se hace cargo de

él, sino que, simultáneamente, está definiendo la relación entre ambos como una

Page 100: Entrevista y Sugestiones Indirectas

100

relación tal que, en ella, alguien se ocupa de protegerle. Por ejemplo, cuando un

paciente dice al terapeuta Estoy tan confuso que no puedo decidir. Dígame usted lo que debo

hacer y yo lo haré, el paciente está ofreciendo al terapeuta el control de la relación, pero

también le está indicando el tipo de conducta que debe adoptar.

En resumen, cuando una persona evita ejercer el control de una relación en un nivel,

en otro nivel está definiendo la relación como una clase de interacción que no controla.

Esto es así porque en base a la articulación digital y analógica de la comunicación

humana, cualquier mensaje se produce en dos niveles: a) Informo de...; b) Obedezca mi

orden en el sentido de...

Pero existe una forma de escapar a la paradoja de la relación con otro ser humano,

evitando con ello la definición de esa relación. Este recurso consiste en definir la

relación a través de un mensaje que se descalifica a sí mismo. Es decir, cuando un

mensaje es incongruente, la definición de la relación propuesta por ese mensaje queda

invalidada.

Formalmente, cualquier mensaje puede descomponerse en los siguientes elementos

(Haley, 1977):

1) Yo

2) digo algo

3) a usted

4) en esta situación.

Mediante la descalificación de cualquiera de estos cuatro elementos o de los cuatro a la

vez, el emisor del mensaje invalida su propia definición de la relación que ha

propuesto, por medio de ese mismo mensaje.

Quien desea descalificar su identidad como emisor puede lograrlo transmitiendo su

mensaje amparado en un seudónimo, explicitando que no habla a título personal, sino

en nombre de una institución o un grupo, indicando que tan sólo es un mensajero (de

Dios o de otra persona), afirmando que su mensaje es emitido bajo el influjo de una

fuerza que escapa a su control (como las drogas o el alcohol), manifestando que el

tono de su mensaje proviene de procesos involuntarios (es el caso de la irritación hacia

alguien camuflada como fatiga), etc.

La descalificación del contenido de un mensaje puede realizarse a través de indicios

de amnesia (No me acuerdo...), afirmando que el mensaje ha sido mal interpretado ya

que, aunque las palabras fueran en un sentido, la intención al pronunciarlas era otra,

emitiendo un mensaje y acto seguido otro que contradice al primero, restando

importancia o seriedad a un enunciado afirmando que es una broma, transmitiendo la

información en un idioma que el interlocutor no comprende, negando el valor

comunicativo de un mensaje al afirmar que las palabras que lo componen no son

elementos significantes sino objetos materiales, etc.

Page 101: Entrevista y Sugestiones Indirectas

101

En cambio, el emisor puede negar que su mensaje está dirigido a su interlocutor

haciendo patente que habla para sí mismo en un aparte, dirigiéndose al otro en función

de su estatus o poder de representación y no como persona, afirmando que en

realidad su interlocutor tiene otra identidad distinta de la que manifiesta (por ejemplo,

que no se trata de un amigo sino de un policía), etc.

Por último, para negar que la definición de un mensaje se refiera a la situación en que

éste se emite basta con especificar el contexto como no actual en el tiempo o en el

espacio (ejemplo: Tú antes me caías mal y puede que en adelante me caigas mal, llamando

cárcel al consultorio psiquiátrico, etc.).

En resumen, la evitación de la definición de una relación puede lograrse mediante la

descalificación de la identidad del emisor, del contenido del mensaje, de la identidad

del receptor o del espacio y el momento en que se produce la comunicación. La

incongruencia de los mensajes que se descalifican a sí mismos puede tener lugar en el

nivel digital, mediante dos enunciados consecutivos o mediante la dislocación de los

planos digital y analógico de la comunicación.

6.1.1. Control del contenido de la comunicación verbal

Ni los estudios experimentales, ni los seguimientos clínicos, han podido establecer

cuál es el método más efectivo para controlar el contenido de la comunicación verbal

durante una entrevista terapéutica. Sin embargo, existe un amplio acuerdo en que

instrucciones, modelado y condicionamiento verbal constituyen recursos

particularmente idóneos.

6.1.1.1. Instrucciones

Las instrucciones son una técnica de intervención terapéutica de uso frecuente durante

una entrevista inicial o durante una serie de entrevistas terapéuticas (véase epígrafe

4.1.5)

Cuando se emplea al principio de la entrevista, esta técnica se convierte en un

excelente medio de control de la comunicación verbal, ya que permite motivar al

cliente para que hable de ciertos temas con el talante adecuado. Unas instrucciones

efectivas ajustan las expectativas de los interlocutores, reduciendo al mínimo la

desorientación y la incertidumbre del paciente. Más concretamente, las instrucciones

inducen a la adopción por parte del cliente del rol complementario al rol de terapeuta.

Este hecho tiene como consecuencia inmediata una mejora de la fluidez y profundidad

de la comunicación que se establece entre ambos.

Page 102: Entrevista y Sugestiones Indirectas

102

6.1.1.2. Modelado

La técnica del modelado se halla próxima a las instrucciones y, con frecuencia, se

convierte en uno de sus complementos. El modelado consiste en ofrecer al cliente una

demostración del tipo de cosas que se espera que haga.

En la entrevista terapéutica el modelado puede tener lugar a través de una cinta

magnetofónica en la que se haya grabado una entrevista, ofreciendo al paciente el

guión de una entrevista, favoreciendo la observación o realizando una demostración

mediante un role-playing.

Cuando se utiliza durante los primeros momentos de una entrevista, el modelado

ofrece resultados positivos en el ajuste y la mejora de la comunicación terapéutica, ya

que promueve en el paciente la clase de conductas exhibidas por el modelo.

Especialmente cuando en la secuencia demostrativa se incluye el reforzamiento

vicario, esta estrategia aumenta la autorrevelación del paciente, potencia la libertad

con que este se expresa e inhibe sus resistencias a la hora de abordar temas

conflictivos. Sin embargo, el modelado es un método de control del flujo de la

entrevista terapéutica más disruptivo que las instrucciones.

6.1.1.3. Condicionamiento verbal

El método más conocido, más investigado y más controvertido en el control del

contenido verbal de una entrevista es, sin duda alguna, el condicionamiento verbal.

Esta técnica consiste en la emisión voluntaria o involuntaria, por parte del terapeuta,

de conductas que promueven en el paciente un cierto tipo de respuestas.

Los estudios sobre los efectos del condicionamiento verbal durante la entrevista

terapéutica se iniciaron con investigaciones en principio muy alejadas del ámbito

clínico; trabajos que, progresivamente, fueron extendiéndose al campo de la práctica

psicoterapéutica. Los resultados de estas investigaciones demostraron que entre las

conductas verbales del paciente más susceptibles al condicionamiento se encuentran

las manifestaciones de afecto, las autorreferencias positivas y negativas, las

expresiones de hostilidad y el recuerdo de los acontecimientos de la infancia.

Sin embargo, para la formación de un entrevistador tienen más importancia los

resultados relativos a la clase de conductas que actúan como reforzadores. Dichos

datos pueden agruparse en dos grandes categorías:

a) Indicios lingüísticos y paralingüísticos mínimos, como pueden ser los

términos sí, ya, bien o mm-hmm y conductas no verbales reguladoras de la

interacción, como son la sonrisa o los ligeros movimientos de la cabeza que

indican asentimiento. El tipo de interacción y de resultados que promueve el

empleo de ésta clase de reforzadores es conocido en el campo de la psicoterapia

como efecto Greespoon

Page 103: Entrevista y Sugestiones Indirectas

103

b) Intervenciones verbales complejas y estructuradas de acuerdo con objetos

específicos. A este grupo pertenecen las intervenciones terapéuticas no

directivas, como son la clarificación, la paráfrasis, el reflejo, el resumen y la

autorrevelación del terapeuta (véase Capítulo 4).

El condicionamiento verbal se hace más efectivo cuando el curso de la entrevista se

desarrolla en la ambigüedad, con abundantes silencios o notoria pasividad por parte

del entrevistador, ya que, bajo éstas condiciones, el impacto de los reforzadores se

hace más intenso. En consecuencia, el éxito en la selección de los reforzadores de uno

y otro tipo está en función del contexto, así como de la conciencia del entrevistador

respecto al hecho de que la conducta que emite es un reforzador, cuyos efectos se

harán sentir, y no una actividad inocua, como en ocasiones han defendido algunos

entrevistadores de orientación no directiva.

En definitiva, el entrevistador ampliará su pericia profesional según vaya siendo

capaz de controlar indirectamente el curso de una entrevista, mediante la selección de

aquellos reforzadores que, siendo especialmente atractivos para el paciente, facilitan el

logro de los objetivos terapéuticos.

Por último, el entrevistador, sobre todo si es novato, debe estar alerta respecto a la

influencia que ejercen en muchas de las respuestas del terapeuta, las sutiles

manipulaciones de cierta clase de pacientes que, bien por el carácter de sus

dificultades (fuerte necesidad de aprobación, sociopatía, etc.) o por su larga

experiencia en entrevistas terapéuticas, han llegado a ser especialistas del

condicionamiento verbal.

6.2. Concepto de estructura en la entrevista terapéutica

La entrevista terapéutica es una situación interactiva en la que los participantes

ajustan sus repertorios conductuales en función de la meta que, implícita o

explícitamente, se han propuesto alcanzar. Por ello, la principal consecuencia de orden

práctico que se deriva del objetivo o finalidad de una entrevista concreta es la

estructura que adopta el proceso.

Así, por ejemplo, una entrevista de orientación probablemente requerirá, por su

misma naturaleza, más estructuración que las entrevistas o fragmentos de una

entrevista dedicada a la identificación del problema. De igual manera, al margen de

otros factores, una entrevista que se realiza en una situación de crisis suele requerir

más estructuración que una entrevista que forma parte del período intermedio de un

largo tratamiento.

Por estructura de una entrevista se entiende el grado en que el entrevistador

determina el contenido y el curso de la comunicación que establece con su

interlocutor. Esto significa que la estructura de una entrevista particular puede variar

a lo largo de su desarrollo temporal, según sus características se aproximen o se alejen

Page 104: Entrevista y Sugestiones Indirectas

104

de un continuo, que se extiende desde un grado máximo de estructuración o

directividad a un grado mínimo de estructuración o no directividad.

La noción de estructura alcanza a aspectos muy variados de la entrevista, entre los que

destacan las intervenciones del entrevistador, las respuestas ofrecidas por el cliente, la

táctica general o estilo de la entrevista o la recogida y formalización de la información

obtenida. Este hecho ha tenido como consecuencia que las nociones de directividad y

de no directividad hayan adquirido matices muy distintos en las consideraciones

teóricas y en las constataciones empíricas de los diversos autores que han tratado el

tema. Por ello, a la hora de analizar la estructura de una entrevista, junto con su grado

de directividad/no directividad, siempre es necesario tener en cuenta, las otras dos

variables moduladoras de la estructura de la comunicación terapéutica; esto es, el

grado de actividad del terapeuta y el hecho de que sus intervenciones sean más o

menos ambiguas.

6.2.1. Directividad versus no directividad

Cuando el objetivo prioritario de una entrevista consiste en recopilar la mayor

cantidad de información específica, el proceso tiende a organizarse de manera

altamente estructurada, es decir, adquiere un alto grado de directividad. Y ello,

porque el entrevistador obtiene una mayor cantidad de datos fiables y válidos si

mantiene un formato rígido, que se asemeja al de una encuesta, en lugar de permitir

que el paciente se explaye libremente, o se calle, en relación con los temas que se

consideran relevantes en esa situación. Por el contrario, cuando el objetivo

fundamental de una entrevista terapéutica consiste en potenciar la comodidad y

disponibilidad del paciente, el terapeuta se esfuerza por interferir lo menos posible en

la secuencia comunicativa propuesta por su cliente. En estos casos la entrevista

terapéutica es un proceso que, por su carencia relativa de estructuración, se acerca al

extremo no directivo.

El gran peligro de una entrevista terapéutica altamente directiva consiste en que, por

un lado, puede convertirse en una situación que el paciente llega a vivenciar como un

interrogatorio y, por otro, en que el entrevistador puede incurrir en sesgos a la hora de

elegir los temas a tratar o de ofrecer alternativas. En el primero de los casos, el rapport

tiende a disminuir de forma considerable; en el segundo, si la hipótesis que sustenta la

actividad del terapeuta no ha sido suficientemente confirmada en entrevistas

anteriores, el tratamiento entero puede resultar inefectivo por su falta inicial de

relevancia. Contrariamente, el mayor peligro al que se enfrentan las entrevistas

claramente no directivas estriba, por una parte, en que la comunicación puede derivar

en una conversación trivial, sin más objeto que el desahogo de uno de sus

participantes y, por otra, en que los encuentros terapéuticos se tornen inefectivos al

diluirse la información pertinente y la responsabilidad ante el cambio. En estos casos,

el terapeuta corre el riesgo de no poder llegar a establecer ninguna hipótesis sobre cuál

es el problema que acucia al paciente y cómo podría elaborarlo con éxito.

Page 105: Entrevista y Sugestiones Indirectas

105

Las entrevistas terapéuticas de corte directivo se caracterizan porque en ellas el

entrevistador tiende a llevar buena parte de la conversación, realizando preguntas

específicas sobre temas que con frecuencia son elegidos por él, al tiempo que ofrece

frecuentes informaciones o explicaciones del problema planteado por el cliente. Es

decir, el terapeuta directivo se comporta de manera claramente activa, dando

oportunidad al paciente de expresar sus actitudes hacia asuntos concretos, pero

indicándole aquellos aspectos de las mismas que a su juicio son más relevantes.

Igualmente, intenta favorecer los cambios en la conducta del paciente proponiendo

acciones concretas que éste debería realizar. Para lograr sus objetivos terapéuticos, el

entrevistador directivo recurre tanto a técnicas que explicitan el contenido de las

verbalizaciones del paciente, como a datos de observación o a la influencia que su

prestigio personal pueda ejercer sobre su interlocutor.

En cambio, las entrevistas realizadas por terapeutas que prefieren un estilo netamente

no directivo se caracterizan por el hecho de que las verbalizaciones del paciente son

más extensas y numerosas que las del terapeuta. Este último tiende a intervenir

fundamentalmente cuando desea mostrar a su interlocutor que le acepta como

persona y que comprende sus sentimientos, actitudes y conductas explícitas, al tiempo

que refuerza las verbalizaciones del cliente que tocan estos temas.

Aunque los resultados de investigación son bastante controvertidos, en general

tienden a afirmar que las técnicas no directivas facilitan el insight y la autoexploración

en mayor grado que las técnicas directivas. Sin embargo, los resultados más

importantes son aquellos que demuestran que el grado de directividad/no

directividad adoptado por un terapeuta afecta de manera diferente a diferentes

pacientes. Así, los clientes que antes de la entrevista se mostraron reacios a la misma

aumentan sus resistencias ante un terapeuta directivo, mientras que tienden a

disminuirlas ante un terapeuta no directivo. Igualmente, los clientes con lugar de

control externo responden mejor a un terapeuta directivo, mientras que para los

clientes con lugar de control interno resulta más efectivo un terapeuta no directivo.

En definitiva, la adecuación de las intervenciones terapéuticas directivas y no

directivas depende en gran medida de la capacidad del entrevistador, para adecuarse

a las características personales de sus pacientes. De hecho, algunas investigaciones han

demostrado que, con independencia de sus preferencias teóricas, los entrevistadores

tienden a ser directivos con clientes dependientes, mientras que tienden a ser no

directivos con clientes dominantes.

Con todo, existe cierta evidencia empírica respecto a que las pautas comunicativas

más frecuentemente empleadas por los terapeutas directivos son:

1. Definir la situación de acuerdo con los métodos de diagnóstico y

tratamiento. (Ej.: No sé qué puede pasarte, pero lo averiguaremos a través de las

pruebas que realices y también por medio de las entrevistas.)

2. Indicar el tema a tratar pero permitiendo que el paciente lo desarrolle a

su manera. (Ej.: Te importaría contarme más acerca de esas dificultades a la hora de

dormir?)

Page 106: Entrevista y Sugestiones Indirectas

106

3. Encauzar el tema elegido con objeto de obtener una confirmación, una

negación o simplemente más información específica. (Ej.: ¿Con cuánta frecuencia

te sucede? o ¿También te sucede cuando estás solo?

4. Identificar un problema, una fuente de dificultades, una actitud que

sería beneficioso modificar, etc., apoyándose en instrumentos diagnósticos o en

presupuestos teóricos. (Ej.:..Una de tus dificultades radica en que no has tenido

oportunidad de comparar tu habilidad con la de otras personas.)

5. Interpretar los resultados de diversas pruebas psicológicas, sin afirmar

o negar que existan dificultades concomitantes. (Ej.: Tu perfil, según el

cuestionario 16PF de Cattel, ... )

6. Expresar acuerdo o desacuerdo, o cualquier otra reacción personal, ante

el discurso o la conducta del paciente. (Ej.: ¡Así se habla!)

7. Explicar, comentar o dar información sobre el tema que se está

tratando. (Ej.: Bueno, una razón podría ser que tú te sientes demasiado inseguro para

lograrlo.)

8. Proponer o instruir al paciente para que realice alguna actividad

concreta, que él considera que resultará beneficiosa. (Ej.: La práctica continuada

de la relajación puede ayudarle.)

9. Tratar de influir en la decisión o conducta que adoptará el cliente. (Ej.:

Me gustaría que lo intentaras otra vez.)

10. Reforzar explícitamente o infundir confianza al paciente. (Ej.: No quiero

que te desanimes. Sé que si perseveras lo conseguirás.)

Asimismo, existe cierta evidencia empírica respecto a que las pautas comunicativas

más características del estilo no directivo son:

a. Definir la situación terapéutica en términos de responsabilidad del

paciente para dirigir la entrevista, tornar decisiones, etc. (Ej.: A veces,

contar los propios problemas nos ayuda a ver con claridad).

b. Indicar, a través de una intervención verbal, que se ha comprendido la

expresión de un sentimiento o actitud, manifestado en la anterior

verbalización del paciente. (Ej.: Usted se siente muy afectado, claro.)

c. Interpretar o responder a aquellos sentimientos o actitudes del paciente

que hayan sido expresados de manera implícita o muy sutil. (Ej.:

Supongo que hubiera preferido no venir.)

Por otra parte, también se ha comprobado empíricamente que las siguientes pautas son

igualmente frecuentes en entrevistas directivas y no directivas:

Page 107: Entrevista y Sugestiones Indirectas

107

I. Preguntar de tal manera que el paciente tenga que elegir o desarrollar un tema.

(Ej.: ¿En qué has estado pensando hoy?)

II. Indicar que, en efecto, se ha comprendido el discurso del paciente (Ej.: Uhm, te

vas de vacaciones).

III. Indicar al paciente que la decisión la debe de tomar él. (Ej.: Eso depende de ti.)

IV. Expresar acuerdo o desacuerdo con la decisión tomada por el cliente. (Ej.: Me

parece una postura acertada.)

A su vez, para determinar si el grado de estructuración de una entrevista es alto, bajo

o medio, suelen resultar de gran valor heurístico los siguientes criterios:

La entrevista es decididamente directiva cuando las intervenciones del

terapeuta son suficientes, por sí mismas, para mostrar la pauta general que

sigue el proceso.

La entrevista es decididamente no directiva cuando, atendiendo

exclusivamente a las verbalizaciones del paciente, podemos establecer las

pautas que ha seguido el proceso.

La entrevista es semidirectiva cuando, a partir de las verbalizaciones de

uno solo de sus participantes, es imposible establecer una pauta o tónica

general que caracterice el proceso.

En otro orden de cosas, las frecuentes polémicas que han tenido como objeto la

conveniencia de la directividad y la no directividad en cuanto recursos de la

comunicación terapéutica generalmente han estado centradas en torno a un tipo

concreto de intervención: la interpretación. Una interpretación (véase epígrafe 4.1.4)

consiste en una intervención verbal del terapeuta en la que éste relaciona o explica

algunas conductas del paciente. Cognitivamente una interpretación es una inferencia

que realiza el entrevistador, a partir de las informaciones de diversa índole que le ha

proporcionado su cliente; y como tal inferencia, consiste en el establecimiento de una

relación entre dos elementos que hasta entonces permanecían cognitivamente

desvinculados. Es así como una interpretación ofrece al paciente una manera diferente

y nueva de considerar sus dificultades. De hecho, uno de los objetivos de la

interpretación consiste en presentar al paciente aquellos aspectos o implicaciones de su

experiencia que se negaba a reconocer, por causa de la ansiedad que le provocaban.

El grado en que la inferencia del terapeuta difiere de la conciencia que tiene el

paciente respecto al contenido de la interpretación se denomina profundidad de la

interpretación. Una interpretación es tanto más profunda cuanto más alejada se halla

de la forma habitual del paciente de considerar su contenido, o cuanto más

improbable le parezca a éste la explicación que le ofrece su interlocutor. Consecuencia

directa del nivel de profundidad de una interpretación es su grado de aceptabilidad

para el paciente, de forma que las interpretaciones más profundas tienden a ser

rechazadas porque resultan nociones distantes, poco plausibles para los pacientes que

Page 108: Entrevista y Sugestiones Indirectas

108

las reciben, mientras que las interpretaciones menos profundas suelen ser aceptadas

tras una breve consideración.

El principal argumento en contra de la interpretación consiste en que, tras una

intervención de esta clase, la productividad verbal del paciente tiende a reducirse,

hecho que se considera indicio de resistencia. Y en efecto, esto es lo que se desprende

de los resultados de diversas investigaciones sobre la utilidad de la interpretación

durante la primera entrevista. Sin embargo, otros estudios demuestran que el

contenido de las interpretaciones son las aportaciones del entrevistador que mejor

recuerdan los clientes después de finalizada una entrevista. Por ello, parece

aconsejable que el entrevistador evite las interpretaciones durante su primer

encuentro con el paciente, pero conviene que recurra moderadamente a esta técnica

siempre que la productividad del paciente no sea vital y, en cambio, resulte

indispensable favorecer su autocomprensión.

6.2.2. Nivel de actividad

En la entrevista terapéutica se entiende por nivel de actividad el grado de

productividad lingüística de los participantes o, por decirlo de una manera menos

específica, el nivel de participación en el proceso comunicativo.

De acuerdo con los resultados de diversas investigaciones, la mayoría de los pacientes

prefieren terapeutas activos, es decir, prefieren a aquellos entrevistadores que hablan

con frecuencia. Este fenómeno ha sido considerado como indicio de que la

participación del terapeuta es vivida por el cliente como un refuerzo. Por otra parte,

también existe una cierta evidencia empírica que relaciona un nivel moderado o alto

de actividad, con el hecho de que el terapeuta sea percibido por el cliente como una

persona cálida y empática. Estos datos son contrarios a los criterios defendidos por el

psicoanálisis y la terapia centrada en el cliente, dado que estas escuelas limitan a priori

el nivel de actividad de sus entrevistadores.

Uno de los fenómenos más estudiados en relación con el nivel de actividad del

terapeuta se conoce con el nombre de sincronía. Se dice que se ha establecido una

relación de sincronía entre paciente y terapeuta cuando la duración de las

intervenciones de éste controla la duración de las intervenciones de aquél, de forma

que ambos hablan durante un período de tiempo similar.

Ahora bien, la sincronía es una variable reguladora de la comunicación terapéutica,

más en análogos experimentales, que cuando se estudia la duración de las

intervenciones en una situación de entrevista real. De hecho, durante una serie de

entrevistas terapéuticas, la sincronía tiende a desaparecer para dar lugar a una

relación inversa entre la duración de las intervenciones de los participantes. Es decir,

durante una psicoterapia, cuanto más habla el terapeuta menos habla el paciente y

viceversa, cuando éste es más explícito aquél tiende a guardar silencio.

Page 109: Entrevista y Sugestiones Indirectas

109

Igualmente, en situación de entrevista el estatus de los interlocutores es una variable

que afecta a la sincronía de las intervenciones. Así, el fenómeno de la sincronía se

presenta cuando los participantes tienen un estatus similar, pero no cuando entre ellos

existen diferencias considerables.

En consecuencia, el entrevistador debe aprender a controlar su nivel de actividad y a

emplearlo de acuerdo con las circunstancias concretas en que se desarrolla la

entrevista. Durante un primer encuentro, el incremento de la productividad verbal del

paciente se logrará mediante la activación de la productividad del entrevistador; en

cambio, esta última debe tender a decrecer según se vaya afianzando la relación

terapéutica. En cualquier caso, si el entrevistador desea animar a su paciente a

expresarse ampliamente, antes es necesario que él adopte esa misma conducta.

6.2.3. Especificidad/ambigüedad

Esta variable hace referencia al grado de concreción de los mensajes verbales,

mediante los que el terapeuta controla el curso de una entrevista. Un comentario o una

pregunta se consideran ambiguos cuando su nivel informativo es bajo, es decir,

cuando se trata de intervenciones que apenas restringen las posibles alternativas, entre

las que el paciente puede elegir su respuesta. Por el contrario, se considera que una

intervención verbal es específica cuando su valor informativo es alto y, por tanto,

impone una clara limitación a las posibles respuestas.

Las investigaciones sobre la influencia de esta variable en el curso de una entrevista

apuntan hacia una relación directa entre ambigüedad de la intervención del terapeuta

y grado de productividad del paciente, de manera que, una pregunta general tiende a

provocar una larga respuesta, mientras que, una pregunta específica tiende a elicitar

respuestas breves y concisas. Por esta razón, existe un acuerdo generalizado respecto a

la conveniencia de comenzar las entrevistas con preguntas ambiguas, como por

ejemplo, ¿Qué te trae por aquí'?, y no con intervenciones específicas del tipo ¿Cuánto

tiempo hace que tienes problemas? El empleo de esta última modalidad al iniciar una

entrevista tiene como consecuencia una pérdida de información, que es evitable con el

uso de comentarios ambiguos.

Igualmente, se sabe que el grado de especificidad de una pregunta tiene efectos

diversos sobre el contenido de la respuesta de los entrevistados. Además, las

intervenciones ambiguas son particularmente efectivas en dos situaciones concretas.

Una, cuando el paciente mantiene de forma espontánea un ritmo de participación

fluido. En este caso, el grado de actividad del paciente se mantendrá con sólo unas

pocas intervenciones ambiguas del terapeuta. Otra, cuando el entrevistador va a dar

comienzo a la sesión o cuando desea empezar a tratar un tema hasta entonces

inexplorado.

En cambio, la ambigüedad de las intervenciones del entrevistador está completamente

contraindicada cuando el nivel de productividad del paciente languidece, cuando el

terapeuta necesita obtener un dato concreto y cuando el paciente permanece en

Page 110: Entrevista y Sugestiones Indirectas

110

silencio ante preguntas abiertas y de tipo general. En éste último caso, la especificidad

es necesaria para compensar la incertidumbre cognitiva y la ansiedad que, con

frecuencia, caracterizan la situación en que se hallan los pacientes, especialmente los

que no han recibido instrucciones concretas sobre la conducta que se espera

desarrollen.

En resumen, en la situación de entrevista el grado de ambigüedad o especificidad que

debe emplear un terapeuta estará en función, tanto de sus objetivos inmediatos (tipo

de interacción que desea establecer, clase de información que necesita...), como de su

sensibilidad para captar cuándo la ambigüedad de sus intervenciones desencadena un

nivel de ansiedad e incertidumbre perturbadoras para el cliente.

6.3. Desarrollo de la comunicación terapéutica

La entrevista terapéutica se desarrolla con la transmisión de información, a través de

los diversos canales verbales y no verbales. Por esta razón, el entrevistador debe

esforzarse en aprender a escuchar y captar la información que su paciente le dirige de

la manera más efectiva posible. Pero el esfuerzo por objetivar al máximo la situación

de entrevista sólo puede tener éxito mediante la neutralización de los diversos sesgos,

que pueden recaer sobre los procesos de percepción e inferencia de la información

transmitida. En otras palabras, para aprender a escuchar con precisión, el

entrevistador debe desarrollar la capacidad de percibir a su interlocutor lo más

objetivamente posible.

Esta habilidad interpersonal se adquiere atendiendo al máximo a las peculiaridades y

matices de la comunicación, en especial atendiendo al modo en que los diversos

niveles del discurso se puntúan entre sí. Concretamente, las variaciones de la

expresividad y su relación con los cambios del contenido verbal, así como la

identificación de las variaciones del estilo y de las perturbaciones de la pronunciación

cuando el cliente pasa de un tema a otro, suelen proporcionar indicios significativos a

la hora de identificar qué áreas de contenidos requieren una exploración posterior.

Por ejemplo, si algunos temas de conversación cursan con una alta velocidad de

emisión, mientras que otros son desarrollados por el cliente de manera más calmada,

el terapeuta podría elaborar la hipótesis de que tal diferencia en el estilo de emisión se

debe a la ansiedad de los contenidos emitidos a mayor velocidad.

En cualquier caso, siempre resulta de gran utilidad que el terapeuta sea consciente del

nivel de ansiedad evocado por el contenido de sus preguntas, ya que existe evidencia

empírica de que la tendencia a producir una buena impresión en el entrevistador

entra en conflicto con la demanda de sinceridad. Esto es, la tendencia de los

entrevistados a producir una buena impresión en el entrevistador lleva a aquellos a

elaborar soluciones de compromiso que implican la distorsión de la información

contenida en sus respuestas. Asimismo, puede resultar muy útil para el entrevistador

tener en cuenta que, los interlocutores con un nivel de ansiedad crónica intermedia

tienden a distorsionar sus respuestas ante preguntas amenazantes más que los

entrevistados con un grado de ansiedad bajo o alto.

Page 111: Entrevista y Sugestiones Indirectas

111

La clase de información que interesa a un entrevistador concreto depende, en buena

medida, de sus orientaciones teóricas. Pero al margen de este tipo de sesgo, que

resulta no sólo inevitable sino también necesario, todo terapeuta debe aprender a

captar y a considerar cualquier clase de información que le ofrezca su interlocutor.

Desgraciadamente no existe una fórmula que permita, al entrevistador sin experiencia,

orientarse inequívocamente respecto a la clase de información que es necesaria en un

caso concreto o respecto a los canales por los que el paciente transmitirá esa

información, ya que la variabilidad de los individuos y los grupos definen la

comunicación y la interacción como procesos dependientes del contexto. A pesar de

ello, existe un acuerdo generalizado sobre la importancia de dos fenómenos habituales

en el desarrollo de la comunicación terapéutica: la autorrevelación y la resistencia.

6.3.1. Autorrevelación y resistencia

Los entrevistadores clínicos comparten entre sí una clara preferencia por las

informaciones autorreferidas de sus pacientes. De hecho, la autorrevelación constituye

una de las fuentes de información primordiales con que cuenta un clínico de cara al

diagnóstico, y un medio insustituible para muchos terapeutas en el desarrollo del

tratamiento. No en vano, numerosas investigaciones avalan la opinión, muy extendida

entre los entrevistadores, de que la capacidad para autorrevelarse del paciente y del

terapeuta se relaciona directamente con el éxito de una terapia. Concretamente, estas

investigaciones identifican dos categorías temáticas, como vinculadas al progreso de

una psicoterapia: la exploración interna de la propia experiencia y su comunicación al

interlocutor.

Sin embargo, la autorrevelación del entrevistado es un fenómeno ligado a algunas

características de la relación que mantiene con el entrevistador. Así:

La autorrevelación del paciente se produce con más frecuencia si se

siente personalmente acogido por el entrevistador y cuando éste último se ha

demostrado capaz de hablar libremente de sí mismo.

La autorrevelación del paciente se produce con más frecuencia cuando

el terapeuta ha desarrollado un estilo abierto y personal de dirigirse al cliente.

La autorrevelación del paciente es reforzada por el hecho de que su

participación en la entrevista sea voluntaria y no forzosa.

La autorrevelación es estimulada por la creencia del paciente en la

naturaleza confidencial de la entrevista.

La autorrevelación del terapeuta refuerza la autorrevelación del

paciente. Sin embargo, este principio debe de ser manejado con precaución

(véase epígrafe 4.1.5.); puesto que el objetivo de la entrevista se refiere al

paciente y sus dificultades, el terapeuta nunca debe llegar a acaparar el centro

de la comunicación.

Page 112: Entrevista y Sugestiones Indirectas

112

Además, existe evidencia empírica respecto a la conveniencia de observar las

siguientes restricciones:

La autorrevelación excesiva del terapeuta puede ser considerada por el

cliente como fuera de lugar; en este caso, el efecto que produce sobre su propia

autorrevelación es de tipo inhibitorio.

La autorrevelación del terapeuta resulta efectiva para evocar en el

paciente informaciones de tipo similar, sólo si éste último considera a su

interlocutor como un amigo y no como un extraño. Es decir, la calidad del

rapport afecta a la información autorreferida.

Las diferencias extremas en las edades de los interlocutores debilitan el

efecto facilitador de la autorrevelación del terapeuta sobre la autorrevelación

del cliente. Por eso, cuando el entrevistador es considerablemente más viejo o

más joven que el entrevistado, la autorrevelación, como respuesta

comunicativa, tiende a bloquearse.

Si la autorrevelación es un fenómeno vinculado al buen desarrollo de una entrevista y

al éxito del tratamiento, la resistencia es un fenómeno que dificulta la consecución de

los objetivos clínicos. Por ello, saber detectarla es una habilidad indispensable en un

buen entrevistador.

En general, se admite que la resistencia es una manifestación de la ansiedad

experimentada por el entrevistado, ante la posibilidad de revelar a otra persona ciertos

aspectos de su intimidad. La resistencia tiende a manifestarse en la comunicación

verbal mediante alguna de estas tres formas:

- El entrevistado permanece bloqueado y guarda un silencio completo.

- El entrevistado habla de manera fluida, pero sus temas de conversación se

reducen a aspectos banales sin implicaciones psicológicas.

- El entrevistado descalifica su discurso, o algunos aspectos del mismo, a través

de la emisión de mensajes incongruentes. Este tipo de resistencia suele

expresarse, verbalmente, con las rectificaciones y lapsus y, no verbalmente, en

el empleo de la expresividad facial y los movimientos de los pies. De entre los

canales no verbales la expresividad facial resulta el más ilustrativo. Por esta

razón, con frecuencia suele convertirse en el medio encargado de puntuar

incongruentemente una secuencia verbal, tras la que laten sentimientos o ideas

conflictivas.

De los tres tipos de resistencia reseñados, el último es el menos estable porque, si bien

denota una ansiedad más intensa que en los casos anteriores, ésta se halla más

localizada y, por tanto, la situación a que da lugar resulta más fácil de tratar que las

respuestas de evitación generalizada.

En cualquier caso, los indicios mencionados no siempre están vinculados a una

resistencia, sino que su valor específico viene determinado por la situación en que se

Page 113: Entrevista y Sugestiones Indirectas

113

presentan. Por ejemplo, muchos de los silencios que se producen durante una

entrevista terapéutica pueden resultar más expresivos y útiles para la comunicación,

que las palabras.

6.3.2. Comunicación de las emociones

El concepto de estilo hace referencia al carácter expresivo que adquiere un mensaje en

función de la forma en que es construido y emitido. A su vez, en la comunicación

terapéutica, la configuración estilística nos remite a la descarga de ciertas emociones

del hablante, con influencia efectiva sobre la comunicación y la interacción que éste

mantiene con su interlocutor.

Los marcadores de estilo más frecuentes son la selección léxica, el tipo de construcción

gramatical, la velocidad y duración de las emisiones, los errores de pronunciación más

o menos sistemáticos, la expresividad facial, la postura, la orientación del cuerpo, los

gestos y la motilidad general del cuerpo. En definitiva, pueden ser marcadores de

estilo todas aquellas conductas verbales o no verbales que califican emocionalmente la

individualidad de un mensaje.

La expresión de las emociones tiene una incidencia directa sobre la interacción que se

establece entre dos interlocutores. Durante la entrevista, la expresión de las emociones

constituye un fenómeno fácilmente identificable, pero que, sin embargo, resulta difícil

de definir. En términos generales, la expresividad emocional suele vincularse a

nociones tan imprecisas como colorido de las intervenciones, poder para atraer o

mantener la atención del interlocutor o valor como reforzador generalizado. En

cambio, resulta mucho más fácil identificar la comunicación de emociones concretas

como la ansiedad, el disgusto o la ternura, ya que su función de descarga y sus efectos

sobre la interacción se hacen ostensibles.

Las emociones concretas y el tono emocional general de una intervención pueden

transmitirse a través de cualquier canal comunicativo, si bien los más aptos, o

simplemente los utilizados con más frecuencia, son los paralingüísticos y kinésicos.

Los resultados de algunos estudios empíricos han vinculado positivamente la

expresividad general del terapeuta, con el grado de significación o relevancia de las

informaciones que ofrece el paciente. A su vez, algunas de estas investigaciones han

abordado la identificación de las cualidades de la expresividad emocional del

terapeuta que inciden directamente sobre la fluidez de la comunicación y el éxito del

tratamiento. Así, por ejemplo, se ha comprobado que durante las horas más

productivas de una psicoterapia las intervenciones del terapeuta tienden a poseer, de

manera significativamente mayor o más frecuente, inflexiones cadenciosas, buena

vocalización, escasos titubeos y repeticiones, que las intervenciones que se producen

durante los momentos menos productivos. Dicho de otra manera, una voz que

transmite seriedad, calidez y relajación está asociada a la buena marcha de la

entrevista terapéutica.

Page 114: Entrevista y Sugestiones Indirectas

114

Igualmente, existen evidencias empíricas que asocian el éxito de la psicoterapia con un

lenguaje terapéutico fresco, rico en connotaciones y centrado en la exploración de la

experiencia interna. En cambio, el estilo del paciente asociado empíricamente con el

éxito del tratamiento es enérgico, abierto y directo. Además, un incremento

intencional de la expresividad emocional del lenguaje del terapeuta suele ser

suficiente para provocar el incremento de la expresividad emocional del paciente,

cuando el discurso de este último se hace apagado. En suma, el estilo expresivo

abierto y relajado de los participantes en una entrevista sirve como indicio para

establecer un pronóstico favorable.

En cuanto a la comunicación de emociones específicas, las investigaciones más

relevantes pueden dividirse en dos grandes grupos; por una parte, los concernientes a

la comunicación de emociones penosas, como la ansiedad y la depresión, y por otra,

las que han estudiado la comunicación de emociones gratas, entre las que destacan la

cercanía emocional, el aprecio, la aprobación y la calidez.

6.3.2.1. Comunicación de emociones penosas

En el contexto terapéutico, los estudios sobre la comunicación de emociones

desagradables se han centrado más sobre el paciente que sobre el entrevistador, de

forma que los resultados se le ofrecen a este último como un medio para facilitar la

discriminación de los estados emocionales de su interlocutor.

La ansiedad es una de las emociones más relevantes en el estudio de la personalidad y

la comunicación. Su manifestación puede abarcar canales tan distintos como el

contenido lingüístico, el tono y la tasa de las emisiones o los gestos. Así:

- El examen del contenido léxico en busca de indicios de ansiedad relaciona

esta emoción con las referencias frecuentes a la muerte, a los defectos

corporales, a la mutilación, a la inseguridad asociada a la separación de

familiares, a la culpa, a la anticipación del castigo y a la vivencia de una

ansiedad difusa y no específica.

- El examen de las pautas paralingüísticas que denotan ansiedad vincula esta

emoción con incremento de la actividad lingüística al tratar ciertos temas,

incremento en la velocidad de las verbalizaciones, reducción del tiempo de

reacción, habla entrecortado y errores de pronunciación.

- El examen de la conducta kinésica como canal de la ansiedad, destaca el

incremento súbito de la movilidad general del cuerpo, gestos faciales de

desagrado y ciertas posturas rígidas, como los brazos caídos y apretados a lo

largo del cuerpo, piernas cerradas y rígidas, y cuerpo muy estirado.

En contraste con las manifestaciones de ansiedad, la depresión suele comunicarse por

un descenso en la tasa del habla y un aumento en la tasa y duración de los silencios.

Además, el bajo nivel de activación a que están asociadas las conductas que indican

Page 115: Entrevista y Sugestiones Indirectas

115

depresión se evidencia en la sensación de pesada carga que transmiten el habla lenta,

la monotonía del contenido y la uniformidad del tono del paciente. Igualmente, con

frecuencia, la depresión tiende a expresarse a través de un tono de voz bajo y una

pronunciación poco clara y prolongada, así como a través de ciertas posturas y gestos

del tipo ojos bajos, cabeza y brazos caídos u hombros hundidos.

En conclusión, para poder identificar la emoción dominante en el paciente durante un

momento dado de la entrevista, el terapeuta debe atender a los diferentes canales de la

comunicación, especialmente a los no verbales, infiriendo en base a la información que

obtiene, si su hipótesis sobre el estado emocional del paciente es o no acertada.

6.3.2.2. Comunicación de emociones gratas

En contraste con la comunicación de emociones penosas, el estudio de la

comunicación de las emociones gratas durante la entrevista terapéutica ha tenido

como protagonista principal al terapeuta y no al paciente. Una posible explicación de

este curioso fenómeno podría ser que entrevistador, en cuanto terapeuta, tiende a

hacer de soporte del paciente, y para ello recurre a la expresión de sentimientos

agradables, especialmente la calidez personal.

Al margen de este sesgo de las investigaciones, los canales por los que se transmiten

las emociones gratas son similares a los habituales en la comunicación de las

emociones penosas. La cara, las pautas paralingüísticas y el contenido verbal

constituyen los registros más relevantes.

El aprecio de un interlocutor hacia otro, su cercanía emocional, se manifiesta con

frecuencia a través de las expresiones verbales directas, el contacto ocular, la cercanía

física o psicológica y la dirección que adopta la inclinación del cuerpo. Pero el aprecio

y la aprobación no sólo son emociones que un interlocutor transmite a otro, sino que

también son emociones que una persona puede provocar en otra, mediante un hábil

manejo de ciertos recursos comunicativos.

Así, por ejemplo, cuando en un contexto comunicativo una persona desea obtener la

aprobación de otra tiende a sonreír más que a permanecer seria, a mover

afirmativamente la cabeza más que negativamente, y a hablar libremente más que a

ser parco.

Este estilo comunicativo se opone casi por completo al promovido por ciertas escuelas

de psicoterapia, especialmente las de orientación psicoanalítica. Asimismo, las

prescripciones de esta orientación se oponen a otros resultados de investigación que

indican que, con independencia de la escuela teórica a que pertenezca un terapeuta, el

paciente responde más libremente cuanto más libremente se expresa aquél.

Paralelamente, por influjo de la terapia centrada en el cliente se suele considerar que la

calidez contribuye a afianzar la relación terapéutica, y que siempre incide de manera

positiva sobre el nivel de productividad del paciente, así como sobre su grado de

Page 116: Entrevista y Sugestiones Indirectas

116

autorrevelación. Sin embargo, existe evidencia empírica respecto a que diferentes

grupos de sujetos (ej: internados, pacientes externos con o sin diagnóstico previo), en

diferentes contextos (ej: institucionales, consulta pública, consulta privada) responden

de manera diferente ante la calidez de un mismo entrevistador. En otras palabras, al

igual que otras muchas variables intervinientes en la entrevista terapéutica, los efectos

de la calidez del entrevistador son de un tipo o de otro en función de las características

del interlocutor y del contexto en que tiene lugar la relación. Por tanto, parece

aconsejable que el terapeuta, antes de manifestarse cálido o frío de manera inequívoca,

realice una evaluación, lo más exacta posible, de la clase de persona que es su cliente,

así como de la situación en que se encuentran.

6.4. Ejercicios:

A) De papel y lápiz

Califica como adecuada o inadecuada cada una de las respuestas del terapeuta que se

citan a continuación. En cada caso, discute con tu grupo de trabajo las razones en que

te basas.

1. P.: No consigo encontrar el tiempo necesario para estudiar.

T.: Deberías aprender a manejar tu tiempo de una forma más provechosa.

2. P. (Silencio.)

T.: ¿Qué te parece esta nevada?

3. P.: Me gustaría no haberme comprometido con ella.

T.: Ahora mismo pareces estar muy preocupado.

4. P.: La escuela es una lata.

T.: En cualquier sitio que estés tienes la misma actitud.

5. P.: Estoy embarazada.

T.: ¿Cómo piensas tomártelo? Quiero decir, ¿qué crees que puedes hacer? ¿Qué

harás?

6. P.: He tenido problemas con mi compañera de habitación.

T.: ¿Puedes decirme algo más sobre ese asunto?

7. P.: Es responsabilidad de mi mujer encontrar un método para controlar la

natalidad. Eso no es asunto mío.

T.: Según usted esa es la actitud que debe adoptar un hombre.

Page 117: Entrevista y Sugestiones Indirectas

117

8. P.: El tema de los hombres me produce mucha ansiedad.

T.: Probablemente esa ansiedad se debe a un conflicto edípico no resuelto.

9. P. (Silencio.)

T.: Me parece que ahora te resulta difícil hablar de ese tema.

10. P.: Puede parecer una tontería, pero me aterra morir durante un viaje en avión.

T. Yo también tuve ese problema durante varios años. Lo que me pasaba era...

Elige la opción que te parezca más adecuada.

11. P.: Durante toda la vida he deseado ser médico. Ahora no puedo entrar en la

facultad por su maldito “Numerus clausus”

T.: a) Verdaderamente es una lástima.

b) Puedes tratar de desafiar esa política.

c) Estás muy afectado por haber sido excluido de algo que siempre has

deseado hacer.

12. P.: Puedes apostar a que estoy harto de estar en este hospital. No soy yo quien

está loco, sino toda mi familia. Ellos si que están para que los encierren.

T.: a) Bueno, no es asunto mío juzgar eso.

b) Usted piensa que no es equitativo que sea el único en estar aquí.

c) Pero estar aquí puede ser bueno para usted.

13. P.: Estoy completamente deprimido. Nada de lo que hago está bien.

T.: a) ¿No sabes de nada que al hacerlo te permita sentirte bien?

b) No puedo creer que absolutamente todo te vaya tan mal.

c) ¿Puedes citarme algunos ejemplos de cosas que haces mal?

14. P.: ¿Por qué los chavales no quieren jugar conmigo? Siempre estoy solo. No les

caigo bien.

T.: a) Bueno, puede ser que no te hayas acercado a ellos tanto como

es necesario.

b) Hablemos de eso, puede que te sientas mejor.

Page 118: Entrevista y Sugestiones Indirectas

118

c) A ti te gusta mucho relacionarte con otros chicos.

15. P.: Odio estar aquí. Es la peor prisión que he visto en mi vida. Es una guarida

de ratas, sitio asqueroso y fétido. Nadie merece estar aquí, sea lo que fuere lo que

haya hecho.

T.: a) Sientes que ni tú ni nadie debería tolerar las condiciones de esta

cárcel.

b) ¿Qué esperabas? Quiero decir. ¿Dónde has estado antes? ¿Hasta qué

punto allí las condiciones eran distintas?

c) ¡Uh Umm! ¿No sería maravilloso estar fuera de aquí?

16. P: He estado a punto de ser violada varias veces. De eso he sacado algunas

conclusiones. Ahora me resulta muy difícil no sospechar de la mayoría de los

hombres.

T.: a) Comprendo perfectamente lo que quieres decir. Comparto tus

sentimientos. Me resulta difícil estar cerca de un hombre. Concretamente la semana

pasada...

b) Fundamentalmente los hombres son seres ávidos de poder.

c) Tus conclusiones acerca de la violación hacen que te resulte difícil

confiar en los hombres.

17. P.: (En un susurro, mirando hacia el suelo): Bueno, creo que esta es nuestra

última sesión.

T.: a) Sí, es nuestra última sesión. Yo me siento satisfecho de como han ido

las cosas. Me pregunto qué sientes tú.

b) Si, es nuestra última sesión. ¿Cuáles son tus sentimientos de cara al

futuro?

c) Si, así es, y me estoy preguntando si tú sientes algo respecto al hecho

de que esta sea nuestra última sesión.

18. P.: Me gustaría matar al viejo por la forma en que ha tratado a mi madre en los

últimos años.

T.: a) Pareces muy furioso con tu padre.

b) Te perturba que tu padre haya tratado mal a tu madre durante años.

c) Has ido acumulando mucha rabia contra tu padre durante los

últimos años.

19. P.: Me siento solo pero he logrado situarme.

Page 119: Entrevista y Sugestiones Indirectas

119

T.: a) ¿Puedes decirme algo más sobre cómo te sientes por haber logrado

situarte?

b) Uh hmm.

c) ¿Cuánto tiempo hace que lo has logrado?

20. P.: Mi mujer y yo hemos decidido tener familia. Pensamos que puede ser

bonito ser padres y ver cómo los chicos crecen y se desarrollan. Pero cuando pienso

en la cantidad de cosas que van a cambiar para nosotros, no estoy seguro.

T.: a) Parece que no estás muy seguro de si deseas tener hijos. Tener hijos

tiene sus ventajas:'pero también implica cambios drásticos.

b) Hablas de algunos aspectos positivos de tener familia, pero

también prevés cambios en tu vida con los que no te sientes cómodo.

Tus sentimientos sobre tener hijos parecen ambivalentes.

c) ¿Has hablado con tu mujer sobre esas preocupaciones?

21. P.: (El cliente está teniendo dificultades para llevar a cabo una acción de cara a

un objetivo concreto).

T.: a) Parece que existen discrepancias entre tu deseo de ser más asertivo

y tu logro de esa meta. ¿Puedes ayudarme a comprender esa discrepancia?

b) ¿Te sientes incómodo siendo asertivo en las situaciones que

acordamos?

c) A veces es difícil tener éxito en una meta concreta. Sin embargo

parece interesante que sigas intentándolo ¿estás de acuerdo?

22. P.: Nunca tuve problemas hasta ahora. Mis padres no saben que fumo.

T.: a) ¿Qué piensas que dirán tus padres?

b) ¿Tus padres fuman?

c) ¿Cómo vas a contarles lo que ha pasado?

23. P.: Me siento tan solo. No hay nadie a quien le preocupe si estoy vivo o muerto.

Todo el mundo tiene alguien que se preocupe por él, pero yo soy cuanto tengo en el

mundo.

T.: a) Yo también he estado deprimido a veces, pero nunca he llegado a

sentir que no le importaba a nadie. Eso tiene que resultar doloroso.

b) Cuando siento que nadie se preocupa por mí yo también me siento

muy solo. Es un sentimiento muy duro. Creo que sé como se siente.

Page 120: Entrevista y Sugestiones Indirectas

120

c) Cuando siento que nadie se preocupa por mí yo también me siento

muy solo. ¿Qué hace usted cuando se siente tan deprimido?

24. P.: (Un padre que trata de la evaluación psicológica de su hijo): Mi hijo no

necesita que le hagan un test. Lo que necesita son profesores competentes que le

comprendan. No es tonto ni está loco.

T.: a) Usted siente que yo pienso que su hijo es tonto o está loco.

b) Está completamente convencido de que su hijo no necesita ningún

test.

c) Parece como si usted creyera que los profesores no comprenden a su

hijo.

25. P.: Ahora que he vuelto a la universidad, mi marido está empezando a quejarse

porque no tengo tiempo libre para estar con él y con los chicos. Ambos decidimos que

sería bueno para mí volver a la universidad, pero ahora no estoy segura de que esto no

acabe en una pelea.

T.: a) No hace mucho yo estaba en la facultad y afrontando en casa esa

clase de problemas. Era muy frustrante para nosotros hasta que llegamos a un

acuerdo.

b) Mi marido y yo tenemos el mismo problema. El está en la facultad

y pasa mucho tiempo estudiando, y yo siento que los niños y yo no

pasamos con él suficiente tiempo.

c) Se ha encontrado con que al volver a la universidad, aparecen un

montón de problemas imprevistos. ¿Qué ha intentado hacer para

resolverlos?

26. P.: Ellos se van a enfadar y a sentirse dolidos por lo que he hecho.

T.: a) ¿Saben que bebes?

b) ¿Por qué piensas que se van a sentir dolidos?

c) Uh... Huh. Sigamos.

27. P.: (Una viuda de edad avanzada): Me las arreglo bien. (Con la mirada perdida

y sin inflexión en la voz.) Cuido de la casa y del perro, y salgo con algunos amigos.

(Las manos caídas y el cuerpo muy quieto.) En general me las arreglo muy bien.

T.: a) Me alegra oír que usted se apaña bien. Pero ahora mismo parece

ansiosa. ¿Ha ocurrido, algo recientemente?

b) Dice que se las arregla bien, pero su voz y sus gestos sugieren que

las cosas no parecen irle tan bien. ¿Puede ser que todavía se siente

triste o deprimida?

Page 121: Entrevista y Sugestiones Indirectas

121

c) Es difícil creer que las cosas le van bien oyéndoselo decir en ese

tono apagado y con la mirada perdida. Me pregunto si a usted le

preocupa algo de lo que hablamos sobre la sesión de hoy.

28. P.: (Tiene problemas para definir una meta terapéutica asequible).

T.: a) A veces es difícil definir un objetivo concreto. ¿.Podría indicarme

algunos ejemplos de cómo le gustaría comportarse en esa situación'?

b) Encuentra difícil identificar una meta concreta. Quizá necesitemos

volver hacia atrás y empezar de nuevo. ¿Le parece bien?

c) A veces es difícil identificar una meta concreta. Primero yo le

propongo que consideremos la forma en que se relaciona con su

esposa.

29. P.: Hemos seguido su consejo y hemos empleado parte de nuestro tiempo en

hablar sobre nosotros. Al principio fue difícil, pero ahora es mucho más fácil.

T.: a) Parece que están más a gusto.

b) Sospecho que les costó volver a empezar a hablar de nuevo.

c) Debe ser agradable comprobar que pueden volver a hablar de

ustedes mismos.

30. P.: Si yo todavía viviera con ellos quizá pudiera convencerles para que

continúen juntos.

T.: a) ¿Has pensado en dejar la universidad para poder estar allí?

b) Sientes que si estuvieras en casa serías capaz de cambiar las cosas.

c) ¿.Por qué tu presencia cambiaría las cosas?

31. P.: Estoy muy frustrado. Mi madre se siente dolida si yo no hago lo que ella

quiere. ¿.Es que o-se da cuenta de que tengo mi propia vida?

T.: a) Debe de ser muy engorroso. Mi madre también me hace esas cosas.

b) Mi madre también se porta así. No estoy seguro de ser capaz de

olvidarlo.

c) Debes sentirte furioso por eso. Recuerdo cómo me sentía yo

cuando mi madre no me dejaba tomar mis propias decisiones.

32. P.: No sé si he progresado algo desde que empezamos. Llevo trabajando

mucho tiempo para solucionar mis problemas, pero nada parece haber cambiado..., a

pesar del tiempo y el dinero invertidos.

Page 122: Entrevista y Sugestiones Indirectas

122

T.: a) Pese a que te sientas como dices has realizado algunos progresos.

Yo veo algunos. Vamos a examinarlos.

b) Pareces enfadado conmigo porque piensas que no has progresado.

c) Pareces frustrado. Quizá estás considerando si debes continuar

viéndome.

33. P.: (Mirando por la ventana, hablando sin inflexiones de voz): Mi marido ha

ascendido en su trabajo. Nos cambiamos de casa el mes que viene. Eso me hace muy

feliz.

T.: a) Parece que usted se alegra de su ascenso, pero que no le agrada

cambiarse de casa.

b) Debe de estar muy contenta. ¿Dónde se van a vivir?

c) ¿Le desagrada cambiarse de casa?

34. P.: Quiero entrar en la Facultad de Medicina, pero no tengo la media. No sé qué

voy a hacer.

T.: a) ¿Cómo es que quieres hacer Medicina, que exige estudiar mucho, si

no estudias ahora?

b) Aunque estudias muy poco dices que quieres hacer Medicina. Me

resulta difícil de comprender.

c) Dices que quieres entrar en la Facultad de Medicina, pero que no

puedes hacerlo porque tu media no es suficientemente alta. ¿Te

sientes verdaderamente capaz de entrar en esa Facultad con tus

hábitos de estudio?

35. P.: (Una mujer que está hablando sobre su marido): Cuando está en casa no

presta mucha atención a lo que allí ocurre. Siempre está pensando en su trabajo. Me

gustaría verle más interesado por lo que pasa en casa.

T.: a) Usted es consciente de que su marido ahora está muy metido

en su trabajo, pero cuando está en casa le gustaría que él estuviera realmente

allí.

b) Parece que a usted le molesta que él se preocupe por su trabajo.

c) Le gustaría que él se interesara más por usted cuando está en casa.

36. P.: (La entrevista ha llegado al inicio de la despedida).

T.: a) Hemos logrado alcanzar los objetivos que usted se propuso;

me pregunto si no ha llegado el momento de dejar nuestras entrevistas.

Page 123: Entrevista y Sugestiones Indirectas

123

b) Durante los últimos meses hemos realizado progresos

considerables en relación con las metas propuestas. En este momento me

pregunto si hay algunos otros asuntos que a usted le gustaría explorar.

c) Parece que hemos tenido éxito al alcanzar las metas que

usted se propuso inicialmente. He estado pensando que quizá debiéramos

terminar nuestro contacto después de esta entrevista. ¿Está de acuerdo?

B) Ensayos conductuales

Desarrollar una entrevista de treinta a cuarenta y cinco minutos

de duración con el objetivo de que el terapeuta integre todas las

habilidades y estrategias que ha adquirido.

En este caso es importante que el terapeuta se esfuerce por desarrollar un estilo de

comunicación e interacción acorde con sus preferencias personales, enfatizando el

manejo adecuado de los siguientes recursos:

a) la conducta verbal y la no verbal

b) la calidad y el nivel de empatía

c) el grado de implicación y espontaneidad del entrevistador

d) la selección de las técnicas de intervención verbal.

e) El grado de estructura adecuada

5.5. Soluciones:

1.: Inadecuada: sermonea.

2.: Inadecuada: introduce un tema trivial.

3.: Adecuada: refuerza al cliente para que siga hablando.

4.: Inadecuada: es una recriminación.

5.: Inadecuada: es un bombardeo de preguntas.

6.: Adecuada: permite ahondar en el tema sin sesgarlo.

7.: Adecuada: refleja los sentimientos del cliente ante un tema probablemente espinoso

y, en cualquier caso, íntimo.

8.: Inadecuada: es una interpretación mal enunciada.

9.: Adecuada: la inmediatez está formulada correctamente en una situación idónea.

Page 124: Entrevista y Sugestiones Indirectas

124

10.: Inadecuada: la autorrevelación tiende a ser prolija.

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22.: c 23.: c 24.: c 25.: c 26.: b 27.: c 28.: a 29.: c 30.: b 31.: c 32.: c

33.: a 34.: c 35.: a 36.: b

Page 125: Entrevista y Sugestiones Indirectas

125

7. LAS ETAPAS

Durante una entrevista terapéutica pueden distinguirse tres etapas o fases y cada una

de ellas posee características específicas derivadas de la función que cumple en el

proceso terapéutico.

7.1. Primera etapa o fase inicial

El objetivo principal de la primera etapa o fase inicial de una entrevista es lograr que

el paciente se sienta cómodo en presencia del terapeuta, así como dispuesto a hablar lo

más libremente posible de inhibiciones de cualquier índole. El establecimiento de esta

clase de relación de trabajo se conoce con el nombre de rapport y puede lograrse por

los medios habituales en otras formas de interacción social. Entre ellas destacan las

expresiones no verbales, como una sonrisa amable, un cálido apretón de manos o una

suave invitación a tomar asiento. También contribuyen a establecer una atmósfera

distendida las características físicas del lugar donde se desarrolla la entrevista. Estas

deben ser tales que favorezcan al máximo la confianza, la sensación del paciente de

estar adecuadamente atendido y de que cuanto él diga será tratado de forma

confidencial.

Distintos trabajos empíricos han puesto de manifiesto que los elementos que, con

independencia del marco teórico del terapeuta, tienden a convertir la entrevista en una

relación interpersonal adecuada para alcanzar objetivos psicoterapéuticos son:

Los comentarios del terapeuta se mantienen en la misma línea de

pensamiento que la desarrollada por el sujeto.

El terapeuta es totalmente apto para comprender los sentimientos del

paciente.

El terapeuta intenta, de hecho, comprender los sentimientos del

paciente.

El tono de voz del terapeuta expresa su capacidad para compartir los

sentimientos del paciente.

El terapeuta considera al paciente como su colaborador en la resolución

de un problema común.

El terapeuta trata a su paciente como a un igual.

Por el contrario, los rasgos considerados más disfuncionales en una interacción

terapéutica son:

El terapeuta se presenta de tal forma que es vivido por el paciente como

un castigo.

Page 126: Entrevista y Sugestiones Indirectas

126

El terapeuta provoca en su paciente el sentimiento de ser rechazado.

La relación interpersonal que se establece entre paciente y terapeuta es

fría.

El terapeuta pone al paciente en su sitio, con cierta frecuencia. El

terapeuta busca el favor del paciente.

El terapeuta busca impresionar al paciente haciendo alarde de su

capacidad o conocimientos.

El terapeuta trata al paciente como si fuera un niño.

En definitiva, en la medida en que el terapeuta se esfuerza por crear un clima cómodo

y de colaboración, la relación que establece con su paciente tiende a basarse en los

objetivos característicos de las técnicas no directivas. El hecho de que éstas

predominen durante la primera etapa de una entrevista, o durante las primeras

entrevistas de un ciclo terapéutico, no significa, sin embargo, que durante esta etapa, y

en un momento dado no sean aconsejables intervenciones más activas. De hecho, por

lo general la entrevista suele comenzar con un sondeo que suele adoptar la forma ¿En

qué consiste su problema? o ¿Cómo puedo ayudarle?

El clima de franca colaboración que es preciso lograr durante la primera etapa de la

entrevista se ve favorecido por el empleo de otra técnica directiva que consiste en

encuadrar, presentar o definir la situación de entrevista, mediante la especificación de

los objetivos de la interacción terapéutica y de las fases y técnicas generales de que

consta el tratamiento. Concretamente, la incidencia de esta táctica tiene una amplia

repercusión en el desarrollo de la entrevista, pues el encuadre contribuye a disminuir

notablemente la ansiedad del paciente, ya que se le proporcionan una serie de puntos

de referencia respecto de los cuales puede estructurar, tanto sus percepciones, como

sus expectativas. Este hecho suele traducirse en un considerable incremento de la

motivación para permanecer en tratamiento. Además, el encuadre ofrece al terapeuta

la oportunidad de establecer algunas hipótesis elementales en relación con la forma en

que él, y sobre todo sus expresiones y actitudes menos controladas conscientemente

afectan al paciente (inhibiéndole, tranquilizándole, etc.) La técnica de encuadrar la

entrevista o el tratamiento también es importante porque ofrece al terapeuta la

oportunidad de establecer una primera hipótesis sobre la clase de persona que es su

paciente.

La duración de la primera etapa de una entrevista suele oscilar entre diez minutos,

cuando se trata de una primera y única entrevista, hasta alrededor de doce o quince

horas, repartidas en varias sesiones, cuando el factor tiempo no está predeterminado y

es preciso realizar un detallado historial clínico.

El final de la primera etapa de una entrevista terapéutica o de la primera fase de una

serie de entrevistas, tiene lugar, cuando el paciente ha transmitido suficiente

información sobre sus dificultades, como para que su interlocutor haya podido

establecer, una primera hipótesis muy general, sobre la clase de problema que motiva

Page 127: Entrevista y Sugestiones Indirectas

127

la necesidad de tratamiento. Es aconsejable finalizar esta etapa con un resumen donde

se sinteticen aquellos elementos que sean, a juicio del entrevistador, los más

significativos entre los aportados por el cliente. Porque el resumen facilita una

transición pausada a la siguiente etapa, pero sobre todo tiene como función dar al

paciente la oportunidad de corregir las malas interpretaciones en que hubiera podido

incurrir su interlocutor. Esta la clase de precaución se hace aconsejable no sólo al final

de la primera fase de una entrevista, sino siempre que exista el peligro de viciar el

desarrollo de una etapa posterior.

7.2. Segunda etapa o fase intermedia

La transición entre la primera y la segunda etapa de una entrevista debe realizarse, de

la manera menos brusca posible, Por esta razón, en el inicio de la fase intermedia

conviene que el terapeuta seleccione las intervenciones verbales en función de las

fluctuaciones que experimente el grado de distensión de la comunicación y la

interacción que ha establecido con su cliente.

La fase intermedia de una entrevista o de una serie de ellas, cuando la meta es un

logro terapéutico, puede subdividirse en las siguientes etapas:

Identificación del problema.

Elaboración de hipótesis.

Propuesta de solución.

Ejecución del tratamiento.

Aunque es durante este período del tratamiento, cuando más se hace notar la

influencia del modelo teórico que ha adoptado el terapeuta, es frecuente que su

objetivo general se aborde mediante una combinación de técnicas directivas y no

directivas. Por ejemplo, cuando se trata de identificar un problema, el entrevistador

primero suele revisar un tema concreto de manera no directiva, generalmente

acogiéndose a un tema propuesto por el paciente, para después, profundizar en ese

tema a través de preguntas del tipo qué, cuándo, cómo, dónde, etc.

En otras palabras, durante los primeros momentos de la etapa intermedia de una

entrevista, la tarea fundamental del terapeuta suele combinar, por una parte, el tipo de

preguntas que le permiten tirar de la lengua a su paciente, y por otra, formular

preguntas que le permitan alcanzar el quid de la cuestión.

Para poder elaborar una o varias hipótesis sobre cuáles son las dificultades, problemas

o conflictos de un cliente es necesario, en primer lugar, saber observar lo que sucede

durante la entrevista, en segundo lugar, saber deslindar la información objetiva de

aquellas informaciones que tienden a enmascararla y, por último, saber abordar las

Page 128: Entrevista y Sugestiones Indirectas

128

fluctuaciones de la comunicación y la interacción tal como se van presentando a lo

largo de la entrevista.

En relación con la observación se recomienda, tanto la autoobservación, como la

observación de los distintos niveles de la conducta del paciente durante la entrevista.

Concretamente, en lo que atañe a su propia conducta, el terapeuta debe vigilar sus

reacciones, esforzándose por no realizar interpretaciones inmediatas de la conducta

que observa en su cliente. Este autocontrol está orientado a alcanzar dos objetivos. En

primer lugar, se trata de desarrollar la actitud psicológica de objetividad que es

necesario mantener a lo largo de la entrevista, puesto que tomar partido, a favor o en

contra, de lo que alguien hace o dice, conlleva la adopción de ciertas conductas o

actitudes que el paciente suele captar con facilidad, especialmente en caso de rechazo

o desaprobación. En segundo lugar, el autocontrol permite al entrevistador mantener

la libertad de espíritu que necesita para evaluar correctamente. Sin embargo, el hecho

de que el entrevistador deba rechazar la interpretación de las primeras impresiones

que obtiene del paciente, no significa que no deba anotarlas cuidadosamente, pues en

su momento esta clase de información puede ser especialmente valiosa.

En relación con la conducta del cliente, se recomienda observar atentamente dos

niveles:

1. El lenguaje y los conceptos utilizados. Esta categoría conductual suele

ofrecer abundante información sobre el medio social en que se desenvuelve el

cliente, a quien en caso de que se autodefina recurriendo a conceptos como

tímido, nervioso, arisco, etc. se le deberá pedir un ejemplo reciente de su

conducta, que refleje esa característica, porque probablemente estas nociones

tengan para él un sentido distinto al que le otorga el terapeuta.

Por otra parte, las características de la sintaxis empleada por el paciente suelen

manifestar su caudal cultural asimilado, mientras que la elocución y la

pronunciación, así como las distorsiones de la pronunciación o el ritmo, suelen

revelar su sentimientos y actitudes. Por ello, con frecuencia estos aspectos del

discurso del entrevistado suelen estar en franca contradicción con el contenido

semántica.

2. La comunicación no verbal y la expresividad general. El rostro debe de

constituir un foco de atención para el terapeuta, no porque sus características

revelen peculiaridades de la personalidad del cliente, sino porque vehiculiza la

información relativa a los sentimientos y emociones, constituyendo uno de los

mejores registros para evaluar las fluctuaciones de la interacción.

También es conveniente que el entrevistador preste atención a las manos y a los

desplazamientos corporales. Estos tienden a expresar la intensidad de las emociones y,

junto con el rostro, constituyen un medio importante en la comunicación de la

receptividad y la crispación.

Para aprender a deslindar la información objetiva de otra clase de informaciones que

pueden enmascararla es necesario tener siempre presente que, cualquier persona,

Page 129: Entrevista y Sugestiones Indirectas

129

cuando tiene que hablar de sí mismo y de sus actuaciones anteriores, lo hace de tal

forma que tiende a minimizar los aspectos desfavorables de tales conductas, para

ofrecer la mejor imagen posible de sí mismo.

Por tanto, para poder objetivar la información que ofrece un cliente es necesario, por

una parte, identificar los efectos de su ansiedad sobre la interacción y la comunicación,

de manera que, su inseguridad respecto a la opinión del entrevistador sobre lo que él

cuenta, afecte lo menos posible a la evaluación de los hechos y, por otra, es necesario

controlar la propia ansiedad, para que ésta no desemboque en interpretaciones

precipitadas o en la autodefensa tras el rol de experto.

La capacidad que ha de desarrollar el terapeuta, para adecuar sus técnicas a las

fluctuaciones de la comunicación y la interacción que mantiene con su cliente, se halla

íntimamente ligada a la identificación de las distorsiones introducidas por la ansiedad

de los participantes en la relación terapéutica.

Así, en la situación de entrevista, los cambios en la actitud del entrevistado deben

entenderse como respuestas a los cambios de actitud del entrevistador. En otras

palabras, cuando un terapeuta observa una clara modificación de la actitud inicial del

cliente debe cuestionarse y objetivar al máximo la clave bajo la cual está funcionando

la percepción interpersonal en esa situación concreta, esto es, debe discriminar entre la

actitud directa del entrevistado hacia él, de aquellas conductas del cliente que se

relacionan con la actitud que el cliente le atribuye.

Cuando la actitud fundamental de los participantes en una entrevista terapéutica

consiste en el autorrespeto y en el respeto hacia el otro, no es previsible que existan

serias fluctuaciones, a excepción de aquellos casos en que las expectativas del cliente

hacia el terapeuta se vean seriamente frustradas.

Pero en cualquier caso, cuando la comunicación y la interacción fluctúan durante una

entrevista, las variaciones pueden seguir dos direcciones, o bien se aprecia una

mejoría o bien la evolución siguen curso deteriorante. El primero de los casos supone

siempre que el paciente, ha experimentado un alivio de la sensación de que causaría una mala

impresión, que delataría algo desastroso o algo por el estilo (Sullivan, 1984) Por el contrario,

en otras ocasiones, la comunicación puede ir deteriorándose progresivamente, de

manera que el paciente comienza a comportarse como si dudara de la valía del

entrevistador. En este caso, el requisito fundamental para hacer posible la

continuación de la relación consiste en que el terapeuta controle su ansiedad,

esforzándose por identificar mediante una versión retrospectiva, cuáles han sido los

factores que han provocado el deterioro.

En esta circunstancia es aconsejable revisar tres categorías de datos:

1) Conjunto de hechos que definen la situación. Se trata de establecer si el proceso

se ha desarrollado de forma insidiosa o si el cambio se ha instalado a partir de un

momento determinado, como por ejemplo, en el caso en que un exceso de

entusiasmo del terapeuta.'sobre un aspecto determinado, haya inducido la

pasividad del cliente, o bien le haya ofendido al decir o hacer algo.

Page 130: Entrevista y Sugestiones Indirectas

130

2) Factores que hayan podido contribuir al desaliento del paciente respecto a los

resultados de la entrevista, va que en este caso el paciente comienza a preguntarse

qué puede hacer para salir de esa situación, sin faltar a la cortesía.

3) Relación que establece entre la situación actual y la conducta del entrevistador

hacia ese paciente, remontándose a los primeros momentos de la interacción. En

estos casos se aconseja verificar, por ejemplo, hasta qué punto el paciente provocó

desagrado al entrar en la consulta, si ha perdido el interés por los temas de la

consulta o si le ha molestado alguno de sus comentarios.

Son cambios significativos en la actitud del entrevistado los que se expresan en

bruscas manifestaciones de aburrimiento, irritación, enojo o diversión. Para este autor,

la aparición de esta clase de conductas indica que la entrevista comienza a

deteriorarse, tanto en la comunicación, como en la interacción.

Otros factores de deterioro pueden deberse al propio entrevistador. El más pernicioso

de todos ellos consiste en la inseguridad del terapeuta, respecto a su propia valía. Esta

actitud con frecuencia se revela, no mediante una petición de confianza directa, sino

mediante la falta de atención, el menosprecio o una manera humillante de dirigirse al

paciente. En estas circunstancias, la ansiedad inicial del entrevistado se agrava, ya que

sus necesidades no sólo no son resueltas en la interacción que establece, sino que, al

contrario, o adopta una actitud sumisa hacia el entrevistador para así poder

tranquilizarle, o la comunicación se degrada hasta el punto de que la interacción se

rompe. En ninguno de los dos casos se habrán alcanzado los objetivos de la entrevista

y, por tanto, ésta habrá fracasado.

Sin embargo, es posible trabajar en una situación comunicativa deteriorante siempre

que ésta no conlleve la desintegración de la interacción. Esta posibilidad existe

cuando, ante una situación de deterioro, el terapeuta está alerta respecto a su propia

ansiedad, atendiendo de manera especial al más sutil y frecuente de sus disfraces: la

irritación. Tanto si ésta es suave como si es violenta, el entrevistador deberá identificar

su causa o los factores desencadenantes, para después preguntarse de qué manera su

ansiedad se relaciona con sus expectativas de éxito y con las intervenciones concretas

ya realizadas.

Ahora bien, el entrevistador establece sus hipótesis en base a todas sus impresiones y

a la información de que dispone, pero su labor al respecto no debe quedarse ahí, sino

que debe esforzarse por verificarlas. En este punto es frecuente encontrar

entrevistadores que trabajan con estilos muy diferentes. A uno lo llamaremos

intuitivo, al otro explorativo. El terapeuta altamente intuitivo no formula

explícitamente las hipótesis que va elaborando sobre el problema de su paciente, sino

que establece o tiende a establecer, masivamente, inferencias inadvertidas que regulan

sus intervenciones posteriores. Esta forma de abordar la entrevista resulta

excesivamente rica en espontaneidad y, por ello, peligrosa, puesto que la conducción

del proceso se independiza de los datos concretos sobre los que se establecen la toma

de decisiones y la adopción de las actitudes, expectativas, etc., Es decir, un estilo

marcadamente intuitivo convierte la interacción terapéutica en un proceso poco

controlado y menos controlable aún con el transcurso del tiempo. Por el contrario, el

Page 131: Entrevista y Sugestiones Indirectas

131

terapeuta de estilo explorativo se esfuerza, en primer lugar, por formular

explícitamente las hipótesis que maneja en relación con su cliente, al tiempo que trata

de identificar los pasos que le han llevado a relacionar ciertas apreciaciones con ciertas

hipótesis. En segundo lugar, el terapeuta explorativo se esfuerza por probar las

hipótesis que ha elaborado, mediante intervenciones explorativas que obedecen a un

objetivo bien definido. Esta última clase de entrevistadores también se caracterizan

porque periódicamente dirigen a su cliente preguntas críticas, esto es, preguntas cuya

respuesta confirmará su hipótesis o indicará que ésta debe de ser rechazada y

sustituida por una hipótesis alternativa. Dicho de otra manera, el terapeuta

explorativo aplica en su trabajo el método hipotético deductivo, de manera que sus

intervenciones ofrecen la mayor garantía posible de rigor científico y seriedad, pese a

la complejidad y sutileza implicadas por la situación de entrevista terapéutica.

7.3. Tercera etapa o fase final

La tercera etapa de una entrevista se conoce con el nombre de cierre de la entrevista o

cierre del tratamiento. Tanto en un caso como en otro, su objetivo fundamental

consiste en consolidar los logros alcanzados durante las etapas anteriores del proceso.

Esta fase se inicia con una suave indicación del entrevistador respecto a que se acerca

el final, indicación que debe ser seguida por un resumen de los contenidos tratados.

Con el empleo de esta técnica se potencian dos objetivos. Por una parte se ofrece al

cliente la oportunidad de aclarar aquellos malentendidos en que hubiera podido

incurrir el entrevistador y. por otra, se le brinda la posibilidad de comunicar cualquier

información que hubiera quedado retenida por diversos motivos. De hecho, es

relativamente frecuente que el cliente, en este momento próximo a la despedida,

ofrezca alguna información especialmente relevante. Este fenómeno suele darse en

pacientes que no desean que acabe la entrevista y que, por ello, tratan de prolongarla

sacando un tema de interés, o bien en pacientes que, sabiéndose en el final de la

entrevista, dejan de temer las consecuencias que pudiera tener el hecho de revelar una

información que ellos consideraban perturbadora. Por esta razón, el terapeuta no debe

descuidar su atención y su interés ni siquiera en los últimos momentos de la

entrevista.

El siguiente tipo de intervención del entrevistador en la fase final del proceso se refiere

a las prescripciones, que según los modelos teóricos adoptados pueden consistir en

tareas a realizar por el paciente, en su casa, durante el tiempo que transcurra hasta el

próximo encuentro, en recomendaciones acerca del manejo de futuros problemas, en

reasegurar al paciente respecto a su capacidad para manejarse solo, en potenciar su

motivación en los temas tratados sugiriendo como podría abordarse la sesión próxima

o en especificar como se realizará el seguimiento.

En cualquier caso, la función de esta intervención terapéutica consiste en atar los cabos

que hayan podido quedar sueltos, insistiendo siempre en los aspectos potenciadores

Page 132: Entrevista y Sugestiones Indirectas

132

de la comprensión del paciente respecto de sus dificultades, y en su esperanza y

autoconfianza frente al futuro.

Por último, esta etapa y con ella el tratamiento o la entrevista culminan con la

despedida formal, que consiste en los rituales sociales habituales en una despedida. Es

recomendable que ésta se desarrolle de forma breve y respetuosa, pero también cálida,

de manera tal que haya un lugar para el reconocimiento del esfuerzo realizado y la

manifestación de sentimientos de gratitud y afecto. Cuando se trata del final de una

serie de entrevistas terapéuticas la transición entre el tratamiento y el postratamiento

debe realizarse de la manera más suave y productiva posible. En este caso es frecuente

que la etapa final abarque varias entrevistas, porque con muchísima frecuencia, la

utilidad de un tratamiento, en cuanto a cimentación de los resultados alcanzados,

depende de la flexibilidad de la comunicación y la interacción durante los últimos

momentos del encuentro terapéutico.

7.4. Ejercicios

Ensayos conductuales

Los ejercicios de ensayo conductual que se proponen a continuación tienen como

objetivo fundamental, familiarizar al entrevistador poco experimentado, con los

momentos más característicos del desarrollo de las entrevistas terapéuticas,

consideradas a lo largo de todo un tratamiento. La consecución de este objetivo se verá

facilitada si tras cada ejercicio se discuten en el equipo de trabajo, tanto el nivel de

adecuación alcanzado en cuanto al grado de directividad, como la tendencia a

estructurar más o menos las entrevistas, en función de las preferencias personales y

del modelo teórico al que se adscribe el entrevistador.

Realizar un ensayo conductual de al menos veinte minutos de duración

para cada una de las situaciones siguientes:

-Primera entrevista con un paciente del que no se conoce ningún dato

personal, excepto el nombre y la edad. La hora de consulta fue reservada

por teléfono.

-Primera entrevista con un paciente que ha sido remitido por algún

profesional de la psicoterapia, la medicina o por alguna institución. El

entrevistador ha tenido oportunidad de consultar antes de su encuentro

con el paciente, un amplio informe sobre su problemática y situación

actual.

-Primera parte de una entrevista en la que se reanuda el tratamiento tras

unas largas vacaciones.

Page 133: Entrevista y Sugestiones Indirectas

133

-Momentos iniciales de una entrevista de la fase intermedia de un

tratamiento.

Para todos estos casos se recomienda prestar especial atención a los aspectos verbales y

no verbales facilitadores del rapport.

Realizar una sesión de ensayo conductual de al menos treinta minutos

de duración, de una entrevista terapéutica, cuyo objetivo central sea alguna de

las siguientes metas:

-Identificación precisa del problema del paciente.

-Elaboración de una o varias hipótesis respecto a la naturaleza de las

dificultades del paciente.

-Propuesta(s) de metas terapéuticas específicas y de los medios que serán

empleados en orden a su consecución.

-Ejecución del tratamiento acordado.

Se recomienda al entrevistador que en todas estas situaciones se esfuerce por integrar

las conductas relacionadas con la habilidad de saber escuchar y saber preguntar, en

función de las hipótesis que elabore.

Realizar una sesión de ensayo conductual, de al menos un cuarto de

hora de duración, en la que se recoja alguna de las siguientes situaciones:

-Final de una entrevista inicial cuando se prevé que paciente y terapeuta

volverán a trabajar juntos.

-Final de una entrevista inicial que no tendrá continuación.

-Final de una entrevista de la fase intermedia del tratamiento.

-Entrevista final de un tratamiento que contará con un período de

seguimiento.

-Entrevista final de un tratamiento que no tendrá seguimiento.

Se recomienda al entrevistador que planifique, con anterioridad al ensayo conductual,

cómo desea abordar la transición entre la fase intermedia y la final, así como la manera

de encadenar la despedida formal o social con el final del proceso terapéutico

propiamente dicho.

Page 134: Entrevista y Sugestiones Indirectas

134

SEGUNDA PARTE

SUGESTIONES INDIRECTAS

Page 135: Entrevista y Sugestiones Indirectas

135

8. ¿QUÉ SON LAS SUGESTIONES INDIRECTAS?

LAS SUGESTIONES

Inicialmente convendría definir lo que es sugestión. Como casi en cualquier concepto

teórico, es difícil encontrar una única definición que aglutine todos los matices

involucrados en el término. Sin embargo, simplificando podemos definir las

sugestiones como:

“Proceso mediante el cual una persona es conducida a un estado mental tal que asume

acríticamente una sensación, una idea o una acción”

La definición que proponemos incluye los elementos esenciales implicados en este

fenómeno. El término proceso hace referencia a que las sugestiones conllevan una serie

de acciones por parte de alguien. Habitualmente, estas acciones consisten en la

enunciación de asertos o frases, pero pueden estar acompañadas por elementos

gestuales, variaciones de la respiración, del tono de voz, de la velocidad de las

palabras, etc. (Rhue, Lynn y Kirsch, 1993). Muchas veces, ni siquiera es necesaria la

presencia física de la persona que sugestiona. Tenemos prueba de ello al leer una

novela de terror en la que se describen minuciosamente ciertas escenas que nos llevan a

experimentar miedo. La comunicación publicitaria está repleta de este tipo de tácticas

sugestivas en las que nos sumimos de forma casi inadvertida.

El segundo elemento de la definición implica a la persona que es sugestionada y a los

cambios que se operan en ella. El objetivo es hacer aflorar en ella (paciente, lector,

consumidor…) una conducta, una sensación, una idea… que se encontraba ya entre su

propio repertorio. Sencillamente, se trata de posibilitar que emerjan estas respuestas.

Desde el punto de vista de la terapia, las sugestiones serían una forma de

comunicación relacional en la que el terapeuta no hace sino permitir al paciente asociar

sus propios recursos para su curación (Paul-Cavallier, 1998).

Se menciona también en la definición la necesidad de que las sugestiones sean

asumidas acríticamente. Este aspecto tiene que ver con la necesidad de que los

contenidos de la sugestión sean procesados de manera automática, sin que medie el

análisis racional y crítico sobre lo que se está enunciando. El alejamiento del análisis

consciente, debido a la sorpresa y la confusión, facilita el surgimiento de los efectos de

las sugestiones.

Además, a lo largo de las páginas que siguen emplearemos la palabra inconsciente en

repetidas ocasiones. Sin embargo, la acepción con que utilizaremos este término será

radicalmente distinta a la propuesta por Sigmund Freud, pues el término inconsciente

denotará un almacén en el que cada persona guarda las soluciones a sus problemas;

soluciones que han sido cubiertas por otros múltiples aprendizajes conscientes. Este

almacén se encarga de proteger al individuo proporcionándole la mejor solución entre

las que dispone para afrontar la situación concreta en que se encuentra.

Page 136: Entrevista y Sugestiones Indirectas

136

Una vez definido lo que es una sugestión, nos damos cuenta de que es algo cotidiano,

que surge prácticamente en cualquier aspecto de nuestra vida. En consecuencia,

estamos sometidos a un bombardeo continuo de este tipo de mensajes. A estas

sugestiones que se producen en estado de vigilia, es decir, sin que medie ninguna

inducción formal de trance hipnótico, las denominaremos sugestiones vigiles. En este

sentido sabemos que el lenguaje puede influir sobre las personas y que tiene de algún

modo un efecto hipnótico. Este efecto se conoce también como hipnoterapia sin trance

(Watzlawick, 1993).

De forma análoga, las sugestiones también pueden ser suministradas bajo trance

hipnótico (Para una explicación más detallada consultar Cabestrero, 2004). El

contenido y la estructura de las sugestiones bien sean vigiles o bajo trance no es

diferente. La única diferencia estriba en que las sugestiones bajo trance llegan a tener

unos efectos más rápidos e intensos debido a la hipersugestionabilidad conseguida por

la inducción del trance. Muchas veces, en terapia no resulta necesario inducir un trance

hipnótico o conseguir que éste sea muy profundo ya que las sugestiones terapéuticas

pueden ser suministradas en estado vigil, obteniéndose resultados altamente

satisfactorios.

EL LENGUAJE

Antes de proseguir convendría presentar a Milton H. Erickson (1901-1980) -no

confundir con Eric Erickson- terapeuta reconocido universalmente como uno de los

mejores hipnotizadores del mundo médico. Dedicó toda su carrera profesional al

estudio de la hipnosis y a los fenómenos relacionados con ella. Este profundo y

dedicado esfuerzo le llevó a formular aportaciones novedosas e implantar una

concepción nueva de esta técnica terapéutica. Entendía la terapia como una forma de

ayudar a sus pacientes a ampliar los límites que se autoimponían. Su vida personal es

más que un ejemplo para sus concepciones psicoterapéuticas. Aquejado de

poliomielitis se vio obligado a estar postrado durante mucho tiempo y sólo con su

esfuerzo y tenacidad logró vencer la enfermedad y volver a caminar. Se dedicaba a

observar a su hermana pequeña, que estaba aprendiendo a andar, para que le sirviera

como modelo para volver a adquirir esta habilidad que había perdido.

William O’Hanlon (1993), uno de los principales sistematizadotes de la obra de

Erickson, afirma que una de sus principales aportaciones, tanto a la terapia en general

como a la hipnosis en particular, es el uso de ciertos patrones lingüísticos en la

elaboración del contenido de las sugestiones, y la manera en que éstas afectan a la

evolución del paciente. En muchas ocasiones las propiedades del lenguaje pueden ser

consideradas terapéuticas en sí mismas ya que pueden ayudar a cambiar la conducta

humana, no por lo que se dice, sino por la estructura que se emplea al decirlo

(Watzlawick, 1993) Se puede decir que las aportaciones de Erickson se convirtieron en

la base principal de lo que posteriormente llegaría a ser la Programación Neuro-

Page 137: Entrevista y Sugestiones Indirectas

137

Lingüística (PNL)1 (Bandler y Grinder, 1975; 1979; Grinder y Bandler, 1981) No

obstante, O’Hanlon también sostiene que los efectos de tales articulaciones

enunciativas, en muchas ocasiones, podían ser considerados más bien como un arte

que una ciencia. Esta observación tiene que ver con la escasa sistematización de las

aportaciones de Erickson. Su obra adolece de explicaciones pormenorizadas de los

mecanismos involucrados en cada una de sus técnicas terapéuticas que permitan la

aplicabilidad de sus hallazgos.

Para Erickson la hipnosis no era más que un estado que se alcanza de forma natural, en

el que se focaliza la atención, permitiendo un trabajo autorregulador mediante la

generación de nuevos aprendizajes. Esta visión difiere sustancialmente respecto de los

enfoques clásicos de la hipnosis. Los supuestos de los que parte Erickson entienden

que es el paciente quien tiene que asociar sus propios recursos para resolver sus

problemas. Las personas poseen en sí mismas las capacidades naturales para superar

las dificultades. El paciente ha de aprender a aprender para conseguir un nivel de

funcionamiento adecuado. Por ello, el objetivo consiste en que el paciente recupere su

poder personal y el control sobre su vida, haciendo que emerjan las soluciones a partir

de sus propios recursos. En este sentido, se justifica el uso constante dentro de sus

intervenciones de un lenguaje permisivo que expresa posibilidad (Lankton y Lankton,

1983).

Por ejemplo, para Erickson resultaba desafortunado emplear una sugestión

atribucional, predictiva y directa del tipo, “Usted se encuentra sumido en un trance

profundo y va a sentirse muy cómodo.”, cuando resultaba más ventajoso emplear un

lenguaje más permisivo. Empleando un leguaje abierto, permisivo e indirecto la

sugestión podría quedar formulada de la siguiente manera, “Usted puede decidir en qué

momento empieza a darse cuenta de que está en un estado de trance profundo y quizá entonces

sienta la necesidad ponerse más cómodo.” Esta última formulación tiene múltiples ventajas

desde el punto de vista del paciente ya que el uso de palabras como “poder, decidir,

quizá…”, le indican que dispone de los recursos necesarios para llevar a cabo aquello

que se está sugestionando y le brinda la posibilidad de decantarse por una serie de

alternativas. Puede decidir darse cuenta ahorade que se encuentra en trance profundo,

pero también tiene abierta la posibilidad de darse cuenta más adelante. En

consecuencia, podríamos decir que el enfoque terapéutico de Milton Erickson es

1 La PNL es un nuevo modelo terapéutico que surge en California alrededor de los años

setenta, a partir de una serie de investigaciones llevadas a cabo por John Grinder (profesor de

lingüística) y Richard Bandler (estudiante de psicología). Estos autores estudiaron las variables

que hacía que un terapeuta fuera eficaz. Para ello revisaron multitud de horas de intervención

de tres emblemáticos terapeutas: Fritz Pearls, Virginia Satir y Milton Erickson. El peculiar

nombre fue adoptado al entender que tres elementos eran los que determinaban la conducta

humana (El sistema nervioso, los programas de acción y el lenguaje). A partir de este sustrato la

PNL entiende que los seres humanos se manejan con representaciones de la realidad (mapas).

Estos mapas son diferentes en cada individuo, ya que tendemos a codificar nuestras

experiencias de modo particular, dependiendo de los procesos de selección de la información

empleados. La PNL pretende aportar un modelo descriptivo general de estos procesos de

selección y herramientas técnicas para indagar cómo operan en cada individuo en particular.

Page 138: Entrevista y Sugestiones Indirectas

138

directivo e indirecto. Resulta muy autoritario y directivo en las estrategias de

intervención aplicadas sobre los síntomas y abierto e indirecto en el modo de formular

las sugestiones.

LO QUE VAS A TRABAJAR

A lo largo de los capítulos de esta segunda parte vamos a tratar de dar estructura a las

estrategias sugestivas indirectas clásicamente empleadas en la hipnosis ericksoniana.

Más adelante se expondrán descriptivamente los patrones lingüísticos más

frecuentemente empleados en la hipnosis ericksoniana. El propósito no es otro que

ilustrar de forma sencilla la manera de articular las sugestiones para conseguir ciertos

fenómenos hipnóticos y en definitiva el cambio terapéutico, aunque esta exposición de

elementos sugestivos no debe ser entendida como un recetario de técnicas que

funcionen aisladamente. En relación con esta última idea, conviene aclarar que

frecuentemente las estructuras discursivas de las sugestiones no se encuentran

aisladas, sino que están imbricadas unas con otras a lo largo de todo el fraseo del

terapeuta. Es, por tanto, necesario conocerlas bien de forma aislada para poderlas

reconocer y emplear dentro de una estructura compleja de sugestiones. Recordemos

que la orientación de la hipnosis ericksoniana está profundamente centrada en el

paciente. La apertura y permisividad de las sugestiones puede ocasionar que el

paciente elija alternativas distintas a las que pretendíamos conseguir con la sugestión.

Muchas veces las sugestiones no funcionan a la primera; sin embargo, el transcurso del

tiempo y la apertura hacen que el paciente retome sugestiones dadas en otras

ocasiones, ya que ahora resultan útiles en su proceso de curación. Así, desde el enfoque

propuesto por Erickson, son los deseos, las necesidades, el momento vital de los

pacientes los que dirigirán nuestra actuación. El terapeuta solamente facilita las claves

y el clima para que el paciente lleve a cabo la terapia.

Otra aclaración respecto del contenido del presente capítulo es que no todos los

patrones expuestos tienen que ver con el contenido verbal de la sugestión. En algunas

ocasiones ciertos patrones cobran especial fuerza cuando son acompañados por

elementos paralingüísticos (respiración, tono de voz, paradas…). Otros, por su parte,

emergerán de la estructura global del discurso y, por tanto, ha de entenderse que

residen en el total de las sugestiones llevadas a cabo en una sesión terapéutica.

Page 139: Entrevista y Sugestiones Indirectas

139

9. PATRONES LINGÜÍSTICOS DE LAS SUGESTIONES INDIRECTAS

9.1. Implicaciones-Presuposiciones

DEFINICIÓN:

El primer patrón de sugestión indirecta que vamos a considerar, quizá el más

emblemático, es el de la implicación-presuposición (Gunnison, 1990). Se suele

denominar habitualmente así porque consta de dos elementos (antecedente-

consecuencia) que forman parte de una misma estrategia sugestiva. En una implicación

el terapeuta genera una presuposición (una suposición previa mediante alguna

verbalización o algún otro tipo de conducta [antecedente]) por la que el paciente recoge

e internaliza el contenido de una sugestión que posteriormente conllevara un cambio

en la conducta [consecuencia].

En una clásica intervención llevada a cabo por Erickson en una de sus sesiones

podemos identificar fácilmente los dos elementos implicados en este patrón.

EJEMPLO:

“Por favor, no entren en trance hasta haberse sentado cómodamente en la silla”

Antecedente: Sentarse cómodamente en la silla.

Consecuente: Entrar en trance.

MECANISMO DE ACCIÓN:

En este ejemplo se puede observar cómo el objetivo de Erickson con esta intervención

era que los pacientes entrasen en trance hipnótico para comenzar la sesión terapéutica

(en esta ocasión un objetivo muy directivo). Probablemente la experiencia le aconsejaba

emplear sugestiones indirectas (en cuanto al lenguaje) para evitar las resistencias. Si

analizamos la intervención observamos que incluye una compleja estructura de

sugestiones concatenadas. La primera se encuentra en el antecedente. “Sentarse

cómodamente en la silla” este elemento de la sugestión, que inicialmente puede

parecer una gentil invitación, se convierte en la espoleta de una serie de instrucciones

ocultas, a saber:

Page 140: Entrevista y Sugestiones Indirectas

140

Te vas a sentar (el sujeto podría haber decidido quedarse de pie)

Te vas a sentar en la silla (quizá hubiera preferido sentarse en un sofá, o en el

suelo…)

Te vas a sentir cómodo (tal vez la percepción del paciente sobre la comodidad

de la situación difiera bastante respecto de la del terapeuta)

Sólo con las sugestiones indirectas incluidas en el antecedente, el terapeuta ha

conseguido que el paciente se siente en un lugar determinado y que tenga un estado

emocional concreto (sentirse cómodo). Además, si el paciente acepta la cortés

invitación a sentarse, ha conseguido que automáticamente acepte la segunda parte de

la sugestión (el consecuente). En este caso, que el paciente entre en trance. Podemos

observar también cómo en esta técnica se puede reforzar la intensidad de la sugestión,

al manejar la tendencia oposicionista de los sujetos. El propósito es que el paciente

entre en trance. Al enunciar la implicación en negativo (no entre en trance) estamos

activando la tendencia oposicionista de los pacientes y, por tanto, cuando lleve a cabo

el antecedente, se dispondrá con avidez a llevar a cabo el consecuente. Es por esto que

el terapeuta propone la alternativa contraria a la que se quiere conseguir, para reforzar

la eficacia de la primera técnica con la tendencia oposicionista de los pacientes. Por otra

parte, el hecho de emplear sugestiones en forma de negación obliga al paciente cuanto

menos a representarse aquello que tiene que evitar hacer y por tanto a hacerlo, al

menos a nivel cognitivo. Muchas veces cuando alguien se opone a hacer algo, resulta

más efectivo adherirse a su tendencia oposicionista y emplearla de forma práctica, que

obstinarse en que se lleve a cabo nuestra idea al pie de la letra.

Como se puede ver, el mecanismo de acción de esta técnica se basa en recubrir la

directividad de la sugestión con una envoltura lógica (si-entonces) de la que no se

puede escapar a no ser que se presta atención consciente. El propósito no es otro que el

de conseguir que, de forma inadvertida, el paciente reciba acríticamente la sugestión

que implica la emisión de la conducta y, en consecuencia, la lleve a cabo evitando las

resistencias.

Gran parte de la efectividad de las sugestiones indirectas, en general, y de las

implicaciones, en particular, reside en la desconexión lógica del paciente respecto del

contenido de la sugestión. Para conseguir esta desconexión resulta de vital importancia

formular las sugestiones apoyándose en una estructura confusional. Es decir, se trata

de anular la capacidad analítica del paciente mediante la longitud del fraseo (es

imposible seguir el hilo de una sugestión muy larga), o rebuscando las formulaciones

para que sea difícil advertir la trampa lógica en la que se está cayendo.

Page 141: Entrevista y Sugestiones Indirectas

141

INDICACIONES:

Probablemente si se formularan aislada y directamente las sugestiones mostradas en el

ejemplo, no tendrían el mismo efecto sobre los pacientes que acaban de iniciar la

terapia o que tiene muchas resistencias. Veamos como quedarían las dos sugestiones

del ejemplo formuladas de manera directa:

“Al comienzo de la sesión te sentarás en tu silla y te sentirás cómodo”

“En unos instantes entrarás en trance”

Es obvio que en un estilo directivo de hacer hipnosis estas formulaciones serían

perfectamente válidas, pero desde un encuadre naturalista como el de Erickson chocan

con la dinámica comunicacional que se pretende establecer con el paciente. Es, por

tanto, muy deseable el uso de este patrón sugestivo en las primeras fases de la terapia.

Respecto de esta técnica sugestiva habría que hacer una advertencia, al igual que las

implicaciones pueden jugar a favor nuestro, también pueden jugar en nuestra contra.

Es decir, hay que tener cuidado con palabras tales como “Si (condicinal)” o “trata

de…”, etc., pues implican la posibilidad de fracasar. En muchas ocasiones resulta más

deseable establecer una cláusula temporal. Es mejor decir: “Cuando entres en trance…”

o “En el momento en que entres en trance…”, que decir: “Trata de entrar en trance…”

o “Si entras en trance…”.

COMENTARIO:

A título anecdótico podríamos decir que esta estructura sugestiva es similar a la que

aparece en el hechizo que formula la bruja del cuento de la Bella Durmiente. “Cuando

cumplas la edad de quince años, te pincharás con el huso de una rueca y morirás”. Finalmente,

y como sucede muchas veces en terapia, es imposible eliminar por completo el mensaje

negativo de una sugestión, aunque siempre cabe la posibilidad de reformular el

consecuente. En este sentido, las tres hadas buenas consiguieron modificar el sortilegio

haciendo que las consecuencias fueran menos negativas. “Cuando cumplas la edad de

quince años, te pincharás con el huso de una rueca, pero no morirás, quedarás sumida en un

profundo sueño del que sólo despertarás mediante un beso de verdadero amor”.

PRECAUCIONES:

Ya que todos los mensajes que emitimos mediante las sugestiones van a ser procesados

de uno u otro modo por los pacientes, es necesario ser muy cauteloso con lo que se

inserta en ellos, sobre todo de los riesgos que se corren al formular sugestiones muy

complejas. En ocasiones, si el terapeuta no tiene clara la sugestión que quiere dar y

complica en exceso las sugestiones para hacerlas indirectas, pude que introduzca

elementos en el fraseo que vayan en contra de lo que se pretendía conseguir.

Page 142: Entrevista y Sugestiones Indirectas

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OTRAS ALTERNATIVAS:

Como indicábamos al comienzo del apartado, la implicación es la sugestión indirecta

por excelencia. De ellas se derivan multitud de estrategias sugestivas similares y

probablemente casi siempre acompañen a otros patrones. A título de ejemplo

indicaremos otra estructura que, estando directamente relacionada con las anteriores,

incluye algún matiz distinto que permitirá al terapeuta jugar con más alternativas en la

elaboración del fraseo.

9.1.1. El Prerrequisito Implicado

El propósito de esta implicación es valerse del compromiso tácito que asume el

paciente al aceptar la primera parte de la sugestión.

EJEMPLO:

“Puede que cuando tu mente inconsciente decida comenzar a entender las razones por

las que quieres seguir con la terapia, prefieras comunicárselo a ella antes que a mí.”

MECANISMO DE ACCIÓN:

El prerrequisito implicado en esta ocasión sería encontrar razones para seguir viniendo

a terapia y el consentimiento tácito juega con la resistencia del paciente a verbalizar

contenidos profundos al terapeuta. En la sugestión del ejemplo se está animando al

paciente de forma indirecta a que reflexione y preste atención a los motivos que le

llevan a cuestionarse su permanencia en la terapia.

El matiz introducido en este tipo de sugestión es el uso de alternativas más o menos

deseables. La estructura del fraseo supedita la posible recompensa de la segunda parte

de la sugestión (algo deseado o una alternativa menos indeseable) a la ejecución del

prerrequisito. Esta estructura es semejante a la clásicamente empleada con los niños a

la hora de comer. “Cuando te comas el filete te podrás tomar las natillas” o “Si te

comes las espinacas puedes dejarte el pescado”.

9.2. Salpicadura

DEFINICIÓN:

La salpicadura también es conocida como siembra de ideas o palabras y consiste,

sencillamente, en esparcir ciertas sugestiones relacionadas entre sí a lo largo de todo el

guión de la sesión. Es un modo de presentar las sugestiones que permite que la mente

inconsciente del paciente las utilice del modo que le resulte más apropiado. Esta

Page 143: Entrevista y Sugestiones Indirectas

143

técnica también implica dos elementos bien diferenciados. Se requiere, por una parte,

cierto material significativo dirigido a la mente consciente del paciente y por otra, ir

intercalando determinadas palabras o frases que propongan de forma abierta a la

mente inconsciente posibles estrategias para la solución de problemas. Con frecuencia,

las palabras o frases intercaladas se señalan enfatizando pausas inmediatamente antes

de ellas o bien variando el tono de voz al pronunciarlas.

EJEMPLO:

“Quizá en este momento estés buscando la manera de dar un cambio a tu vida… puede

que te admires de tu capacidad para ver las cosas desde otro punto de vista… en

ocasiones te dejas sorprender con la posibilidad de elegir otro camino.”

INDICACIONES:

Se trata de una técnica sugestiva tremendamente abierta e indirecta y por consiguiente

el paciente la aceptará desde su marco de referencia, escapando al control directivo del

terapeuta. Resulta muy útil a la hora de sugerirle al paciente nuevas formas de abordar

un problema. A la larga, el peso que estas sugestiones tiene sobre la mente inconsciente

del paciente ocasiona un cambio de actitud en éste, al aglutinar los elementos dispersos

en un mensaje que adquiere sentido.

9.3. Lenguaje Metafórico: Cuentos, Parábolas, Chistes, Acertijos, Analogías y

Metáforas

DEFINICIÓN:

Es un patrón de comunicación hipnótica en el que se trabaja con dos niveles: un nivel

abierto dirigido a la mente consciente y un nivel encubierto dentro de los contenidos

del relato, dirigido a la mente inconsciente (Hammond, 1990) Es una estrategia que

implica un alto nivel de simbolización y transformación de contenidos por parte del

paciente y puede conseguirse empleando distintos tipos de estructuras narrativas:

cuentos, chistes, metáforas…

COMENTARIOS:

Puede resultar llamativo incluir bajo un mismo epígrafe denominado lenguaje

metafórico, estructuras lingüísticas tan bien diferenciadas como los cuestos, los acertijos,

las metáforas, etc. Esto responde a que todos estos elementos, pese a sus claras

Page 144: Entrevista y Sugestiones Indirectas

144

diferencias estructurales y de contenido, tienen una función sugestiva similar. Todos

permiten transferir ciertos aprendizajes, enseñanzas, moralejas o actitudes ante un

suceso concreto, a una situación abstracta inespecífica. La ventaja que tiene esta técnica

reside en poder hablar de algo o abordar un tema sin tener que mencionarlo

directamente. En ellas se establece lo que denominaba Erickson la comunicación

paralela2 (O’Hanlon, 1993). Con esta alternativa en el patrón de sugestión se consigue

que sea el mismo paciente quien de forma a los significados de un modo relevante para

sí. El objetivo es crear una experiencia para introducir un mensaje, que es

personalizado por el paciente desde su experiencia. El paciente acude a la narración y

recoge de ella las herramientas que necesita para su proceso de cambio entre las que le

resultan accesibles.

9.3.1. Los Cuentos y Parábolas

INDICACIONES:

Los cuentos y parábolas son una ayuda indispensable en el desarrollo humano (Conesa

Ferrer, 2000). Sirven para presentar al paciente nuevas posibilidades en su actuación al

remarcar las actitudes que el héroe tiene dentro de su historia. También sirven como

sustrato discursivo donde insertar otro tipo de sugestiones indirectas: juegos de

palabras, la salpicadura, los elementos de imaginería simbólica.

Conjuntamente con los beneficios obtenidos tanto de la estructura narrativa como del

contenido de los cuentos, los juegos de palabras insertos en estos tienen un propósito

confusional y de sorpresa, así como de trasmitir un mensaje a la mente inconsciente del

paciente. Así por ejemplo, una frase del tipo “nunca sale sólo el que solo sale” inserta en

una historia permite focalizar la atención del paciente sobre el juego de palabras y al

mismo tiempo envía un mensaje a la mente inconsciente del paciente sobre la

relevancia del contenido del cuento en relación con su sentimiento de soledad.

Los efectos de la imaginería simbólica, son especialmente significativos bajo trance

hipnótico. El trabajo con los símbolos, con frecuencia revierte tanto en alteraciones en

las reacciones fisiológicas como en la reorientación de ciertas conductas del paciente. El

uso del propio lenguaje del paciente nos permite identificar los símbolos relevantes

para él y de este modo emplearlos en la historia que se narra. Por ejemplo, un paciente

que constantemente nos manifiesta sentirse atrapado, probablemente responda de

forma favorable ante una historia en la que el protagonista se encuentra atrapado en

una gruta. De este modo, si el personaje de la historia gracias a sus habilidades es

capaz de encontrar una salida y escapar, se le está brindado al paciente un modelo de

conducta en relación a la forma de escapar de todos aquellos problemas que le hacen

sentirse atrapado. El hecho de que el paciente se imagine en dicha situación es un

2 Consiste en la serie de estrategias comunicativas que ha de emplear un terapeuta para decir

algo, para trasmitir una idea, para invitar a un cambio de actitud, evitando decirlo

directamente. El terapeuta ha de emplear imágenes, figuras, etc. para abordar un tema de

manera indirecta.

Page 145: Entrevista y Sugestiones Indirectas

145

interesante método terapéutico de hacer aflorar las emociones y elaborar los conflictos

al reconfigurar la situación en su mente.

9.3.2. Los Chistes

INDICACIONES:

El humor en psicoterapia es fundamentalmente una herramienta para comunicar una

actitud entre el terapeuta y el paciente. Esta actitud genera en el paciente un proceso de

autoexploración muy positivo.

Lo esencial en el uso de chistes o chascarrillos dentro de las intervenciones del

terapeuta es la capacidad para reírse de uno mismo, aceptando las propias limitaciones

y las de los demás y viendo sus debilidades desde la perspectiva del humor. Con ello

se consigue mostrar al paciente los problemas desde otro punto de vista del empleado

anteriormente. También permite abordar, de forma indirecta, ciertos que de ser

abordados abiertamente podrían suscitar resistencias. La risa puede llegar a hacer

sentir al paciente que tiene cierto control sobre los problemas que le acucian. En

cualquier caso, el terapeuta debe emplear el humor con gran destreza y máxima

sensibilidad y en ningún caso a costa del paciente.

CONTRAINDICACIONES:

A pesar del gran valor terapéutico que tiene el uso del humor en psicoterapia hay que

ser cauto a la hora de emplearlo. Su uso inadecuado puede acarrear un gran

desequilibrio en la relación terapéutica y bloquear la comunicación efectiva, generando

sentimientos negativos en el paciente. Si las intervenciones humorísticas no son

elaboradas por parte del terapeuta con el objetivo fundamental de beneficiar al

paciente, éste tenderá a desconfiar del terapeuta, reaccionando de forma tensa. Además

los distintos tipos de humor también tienen consecuencias distintas sobre el proceso de

exploración de los sujetos. Por ejemplo, el sarcasmo resulta menos facilitador que otros

tipos de humor. Asimismo, el estado puntual del paciente ha de ser una clave que le

indique al terapeuta el tipo de humor que debe ser empleado o si ni siquiera debe ser

empleado. Por ejemplo, si el paciente está enfermo, cansado o deprimido puede que no

le apetezca reírse, o incluso puede llegar a no entender la intención humorística de lo

que se está relatando.

EJEMPLO:

Quizá a un paciente con una escasa autoestima y que tiene dificultades en manifestar

con asertividad sus necesidades, se le podría recordar la siguiente anécdota que le

sucedió al actor Kirk Douglas:

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“No sé si conoce lo que le sucedió a Kirk Douglas en su cuarenta cumpleaños. Este actor celebró

su cumpleaños invitando a sus amigos a una cena. Una vez hubo terminado la fiesta se fue a

dormir y transcurridas unas cuantas horas de plácido sueño sonó el teléfono. La llamada

procedía de su madre quien le quería felicitar.

- Hijo, hoy es tu cuarenta cumpleaños, y te llamo para felicitarte.

- Sí mamá, pero ¿para eso es necesario que me despiertes a esta horas? Podrías

haber llamado más tarde.

- Sí hijo, pero no olvides que a la misma hora me despertaste tú hace cuarenta

años y no protesté en absoluto.”

9.3.3. Acertijos

DEFINICIÓN E INDICACIONES:

Consisten en proponer al paciente algún juego mental, geométrico o matemático

con objeto de hacer que éste entienda la necesidad de ir más allá de los marcos de

referencia habitualmente empleados e intentar estrategias novedosas y creativas de

resolución de problemas.

COMENTARIO:

Podríamos decir que este tipo de intervenciones son puramente indirectas. Lo que

resulta más difícil es afirmar que sean sugestiones. En principio al paciente no se le

indica ninguna forma de proceder. Se espera que sea el paciente quien extraiga las

conclusiones pertinentes al llevar a cabo el acertijo, que caiga en la cuenta de las

múltiples formas de abordar un problema. Por tanto, en esta técnica se es

absolutamente indirecto respecto de lo que se pretende con ella.

El terapeuta puede emplear multitud de acertijos para facilitar el aprendizaje de

nuevas perspectivas por parte del paciente. Muchas veces, el más trivial acertijo

permite al paciente adoptar un nuevo modo de ver su realidad.

EJEMPLO:

En principio, cualquier acertijo es válido para llevar a cabo esta técnica, pero la

creatividad del terapeuta y el tipo de estrategias que se pretendan comunicar al

paciente abren un gran abanico de posibilidades. En esta ocasión ilustraremos esta

técnica con un juego mental clásicamente utilizado por Erickson (O’Hanlon, 1993).

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Sencillamente consiste en entregar al paciente una hoja en la que esta escrito el

número 710 y se le pide que lea el número de todas las formas posibles que se le

ocurra.

La mayoría de los pacientes comienzan a generar posibilidades inusitadas de

lectura. Fragmentando el número, asociando los dígitos entre sí, leyéndolo al revés,

incluso algunos pacientes giran la hoja y reinterpretan los grafismos de los número

como letras, con lo que se puede leer la palabra OIL (aceite en inglés).

El paciente trasferirá y generalizará las estrategias que tácitamente ha desarrollado

al practicar con el ejercicio a otras áreas de su vida.

9.3.4. Analogías y Metáforas

DEFINICIÓN:

Estas dos estructuras narrativas son el valuarte del patrón comunicacional que

hemos definido como lenguaje metafórico. Retomando lo que aprendimos en el

colegio sobre estas figuras retóricas, sabemos que una metáfora es una figura

retórica en la que se traslada el significado real de un objeto o un concepto a otro

gracias a la comparación tácita que se establece entre ambos (las perlas de tu boca –

refiriéndose a los dientes). Por su parte, la analogía es una semejanza formal

establecida entre una o varias entidades por el hecho de desempeñar una función

semejante o alguna coincidencia significativa (Una bebida isotónica para un

deportista cumpliría la misma función que un combustible para un vehículo).

MECANISMO DE ACCIÓN:

El objetivo de este tipo de lenguaje tanto en la literatura como en su uso como

patrón comunicacional terapéutico, consiste en actualizar una experiencia del

pasado con el objeto de dar sentido a una experiencia actual. Se trata de llevar la

nueva experiencia más allá (meta) valiéndose de la intensidad (cognitiva, sensorial

o emocional) de experiencias pasadas. Se pretende describir o comunicar

experiencias de una manera no literal al emplear una imagen simbólica.

La concepción terapéutica que implica el uso de esta técnica está basada en la idea

de que el potencial de cambio y aprendizaje reside en el propio paciente. Éste tiene

las herramientas para curarse y sólo necesita descubrirlas dentro de él con la ayuda

del terapeuta. De este modo, las metáforas sirven para mostrar al paciente que

dispone de los recursos para resolver una situación problemática, y que

únicamente tiene que aprender a transferirlos de un contexto a otro.

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EJEMPLO:

En este apartado quiero traer un ejemplo que aparece en el libro de Jay Haley

(1985), quien relata una intervención del propio Erickson en donde se entiende

perfectamente la funcionalidad del lenguaje metafórico.

Erickson: ¿Y cuáles son los valores particulares de cada depresión suya? Porque sospecho

que tiene la idea errónea de que la depresión está mal.

Paciente: Bien, cuando estoy deprimido, creo, soy menos productivo.

Erickson: Humm... Y cuando las ruedas traseras de su automóvil quedan atrapadas en una

cuneta, y no se pude salir en primera, ni en segunda, ni en tercera, bien, creo que es

conveniente primero poner la marcha atrás, y luego alternar con la primera, marcha atrás y

primera otra vez, y otra, ampliando cada vez más el movimiento de ida y vuelta, hasta salir

de la cuneta.

Paciente: Humm...

Erickson: Y creo que tiene que disfrutarla y realmente moverse hacia atrás y adelante hasta

salir del paso. Y no lamentar el retroceso. Conduciendo su coche, usted ha aprendido

muchísimo sobre cómo conducir

9.4. Reencuadre- Redefinición-Desencuadre

DEFINICIÓN:

Consiste en establecer una nueva asociación entre un significado actual con hechos que

en el pasado tuvieron otros significados. En ciertas ocasiones es interesante dar un

nuevo significado a una situación (reencuadre-redefinición) mientras que en otras el

objetivo es romper ciertas asociaciones y creencias que se han establecido

erróneamente (desencuadre).

Desde la perspectiva de la terapia ericksoniana se entiende que gran parte de los

problemas de los pacientes residen en la rigidez de los pensamientos que aplican a la

hora de afrontar los problemas (Erickson y Rossi, 1981). De hecho, Erickson pensaba

que las personas en general se autoimponen limitaciones innecesarias. De este modo,

buscaba romper con esta concepción errónea y llevar a los pacientes a una

comprensión más amplia sus posibilidades.

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EJEMPLO:

Como ejemplo alegórico de este tipo de intervención cabría traer a colación un

fragmento del cuento “Las aventuras de Tom Sawyer” (Mark Twain). En él se narra cómo,

tras una de sus travesuras, Tom es castigado a blanquear toda la valla que rodea la casa

de su tía. Sin embargo esta actividad resulta absolutamente atractiva a los ojos del resto

de chavales del pueblo. En lugar de cumplir el castigo Tom organiza entre los

entusiasmados concurrentes turnos para pintar un pequeño trozo de la valla a un

módico precio. El ingenio de este muchacho le ha permitido redefinir la situación y

torna lo que se suponía iba a ser un aburrido día de castigo, en el que sería el

hazmerreír de sus compañeros, en un lucrativo negocio por el que los demás niños le

están agradecidos.

Imagine que acude a consulta un alto directivo de una empresa que se ve aquejado de

una progresiva tartamudez que le sobreviene cada vez que tiene que hacer una

presentación ante sus superiores. Una sugestión que redefiniera la situación de este

paciente podría quedar del siguiente modo: “En situaciones como estas, la audiencia ante

la que hablas no suelen darse cuenta de que titubeas (desencuadre). Más bien asumen que ese

posible temblor es una garantía sobre lo que estás contando, y es resultado del interés por

transmitir de forma accesible lo que se quiere contar”.

9.5. Truismos

DEFINICIÓN:

Consiste en la presentación de un hecho tan constatado por la experiencia cotidiana de

cada uno, que no puede ser negado.

MECANISMO DE ACCIÓN:

Otra de las aportaciones de Erickson a la psicoterapia, es el respeto por el ritmo del

paciente a la hora de aceptar las sugestiones. Él planteaba que para que una sugestión

fuera eficaz debía ser aceptada con facilidad por parte del paciente. En este sentido, los

truismos cumplen una función catalizadora de otras sugestiones. El propósito es

generar una disposición de aceptabilidad por parte del paciente. La parte inicial de la

sugestión busca la aquiescencia, aceptación o consentimiento por parte de la otra

persona y, posteriormente, se concatena una segunda parte para aprovecharse de la

tendencia al sí generada por la primera.

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EJEMPLO:

“A la mayoría de la gente le relaja la cálida sensación del sol en la cara al pasear por la

playa... y puede que tú mismo hayas experimentado en algún momento esta sensación.

Tal vez... en este instante puedas estar sintiendo esa sensación de calma... y

progresivamente a medida que oyes mis palabras te vayas sintiendo... más cómodo y

más relajado... en el sillón.”

TIPOS DE VERBALIZACIONES EMPLEADAS:

Este tipo de patrón suele ir encabezado por algunas de las siguientes frases:

“En multitud de ocasiones...”

“Casi todo el mundo...”

“Ya sabes que...”

“Más pronto o más tarde todos...”

9.6. Emplear el Sistema Representacional del Paciente

DEFINICIÓN:

Se trata de identificar, primero, y emplear, después, los elementos representacionales

mediante los que el paciente construye su mundo. Existen cinco sistemas

representacionales: visual, auditivo, olfativo, gustativo y cinestésico (Gunnison, 1990).

MECANISMO DE ACCIÓN:

Habitualmente el paciente a lo largo de sus verbalizaciones indica de forma encubierta

en qué mundo representacional está inmerso. El terapeuta ha de estar atento a qué tipo

de verbos, adjetivos, adverbios y expresiones emplea el paciente, para poder identificar

el sistema representacional. En la mayoría de las ocasiones este sistema suele ser mixto,

aunque suele predominar uno frente a los demás. Una vez identificado dicho sistema,

el terapeuta ha de incluirlo en las sugestiones con objeto de amplificar su efecto.

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EJEMPLO:

Si entre las verbalizaciones del paciente proliferasen expresiones tales como: “Estoy

muy deprimido, continuamente siento como una pesada carga sobre mis hombros. En ocasiones

siento una especie de angustia que me oprime el pecho y no me deja respirar. Siento cómo la

gente de mi alrededor se mueve y habla muy deprisa, yo no tengo esa energía... muchas veces soy

incapaz de dar un solo paso”.

En este ejemplo el sistema representacional del paciente es claramente cinestésico. Por

tanto, el tipo de sugestiones deberían reforzarse con elementos relativos a las

sensaciones del cuerpo. “Quiero que comiences a permitirte experimentar una sensación de

ligereza en alguna de tus manos... no se bien si la izquierda o la derecha... pero dentro de unos

instantes irás notando como una de ellas comienza a pesar cada vez menos... puede que incluso

notes cómo una comienza a estar más caliente que la otra”.

9.7. Acompasamiento-Amplificación y Refuerzo

DEFINICIÓN:

Digamos que éste no es un patrón discursivo como los descritos hasta el momento, sino

más bien una actitud paralingüística (todo lo que tiene que ver con la manera de hablar

que no es estrictamente el contenido de lo que se dice). Con ella se le indica al paciente

de forma, tanto abierta como encubierta, que es acompañado en su proceso de

autoexploración y que está respondiendo correctamente ante las sugestiones que se le

están dando. Este feedback que se le proporciona al paciente de forma abierta, consiste

en pequeños comentarios verbales sobre lo que está haciendo conductualmente en ese

mismo instante, reforzando cada pequeño cambio en la dirección de la sugestión. Con

este tipo de mensajes se consigue que progresivamente se vayan amplificando las

respuestas a las sugestiones formuladas. Por otra parte, al paciente también se le

proporciona un feedback encubierto que consiste en el uso del tempo y la intensidad

de la voz, así como el acompasamiento del patrón respiratorio entre el terapeuta y

paciente (Bandler y Grinder, 1975).

INDICACIONES:

Ésta es una técnica que favorece el rapport (nivel de confianza terapéutica caracterizada

por una afinidad emocional y una confianza mutua) y la empatía con el paciente.

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EJEMPLO:

“Quiero que te sientes cómodamente en tu silla... muy bien... así dejando tus piernas

apoyando suavemente en el suelo y paralelas... eso es... (Progresivamente la voz del terapeuta

se va haciendo menos intensa y el ritmo más lento), puedes centrarte en mis palabras o

alternar tu atención entre tu respiración (el terapeuta irá acompasando su respiración con

la del paciente) y mi voz... es posible que empieces a notar cierta sensación de ligereza

en alguna de tus manos... tal vez comiences a sentir una mano más pesada que la otra...

de hecho puedes darte cuenta que tu mano izquierda (la que veamos que se mueve) comienza

a describir pequeños movimientos... eso es... así... primero así... pequeños movimientos y en

algún momento puede que empieces a notar como si algo tirase de tu mano hacia

arriba... al principio muy poco a poco... así... y cada vez... a medida que pasa el tiempo

notarás con más intensidad esa fuerza... eso es... puedes notar ahora cómo tu mano se

va elevando progresivamente”.

9. 8. Anclajes.

DEFINICIÓN:

Un anclaje consiste en un estímulo (auditivo, verbal, gestual, táctil...) que evoca

automáticamente una respuesta previamente establecida en la conducta del paciente.

Los anclajes puede ser creados desde la nada, es decir vincular una señal del tipo que

sea a una respuesta. Pueden ser también eliminados, rompiendo la asociación entre un

estímulo concreto y su respuesta; o pueden ser modificados, asociando un estímulo

habitual con una respuesta distinta o una respuesta ya establecida con otra señal

desencadenante totalmente nueva.

INDICACIONES:

El ciertas ocasiones el anclaje persigue generar un estado emocional (con las respuestas

fisiológicas propias) vinculado con una situación o un pensamiento, lo que permite

manipular las vivencias del sujeto. Se pueden asociar estados emocionales a situaciones

que antes no los generaban, o bien romper ciertas asociaciones y crear otras para

generar nuevos significados o nuevos efectos.

Está técnica está muy indicada para manejar los estados de ansiedad generados por

problemas (fobias a diversas situaciones, prevención de reacciones emocionales en

situaciones sociales, etc.).

Page 153: Entrevista y Sugestiones Indirectas

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MECANISMO DE ACCIÓN:

Frecuentemente los anclajes se llevan a cabo con sugestiones posthipnóticas. Es decir,

que la sugestión es llevada a cabo bajo trance pero se espera que el efecto se produzca

fuera de él. Inicialmente hay que desarrollar la respuesta que queremos que se

desencadene, habitualmente un estado emocional de relajación o de activación. Si

buscamos que la persona se inhiba ante una situación, entrenaremos la relajación:

acompasando la respiración, manteniendo la frecuencia del latido cardiaco, generando

un tono muscular bajo, etc. Si por el contrario se pretende una respuesta de activación,

amplificaremos todos los mecanismos de respuesta. Una vez establecidas las

respuestas las anclaremos con una señal (una imagen, una palabra, un gesto u otra

respuesta). Con posterioridad, cada vez que se produzca la señal se producirá

automáticamente la respuesta. La señal podrá ser dada por el terapeuta, otra persona

de su entorno, autosuministrada por el propio paciente o incluso el anclaje podrá estar

vinculado con algún estímulo característico de la situación.

EJEMPLO:

Es frecuente emplear esta técnica para prevenir las respuestas de ansiedad ante

situaciones fóbicas. En el caso de un paciente que tiene miedo a volar, se podría

realizar la siguiente intervención: “Una vez que hayas subido al avión, te sentarás en tu

asiento y en el momento en el que empieces a notar la más mínima sensación de ansiedad quiero

que aprietes tus dedos índice y pulgar y en ese instante comenzarás a notar como

progresivamente entras es un estado de relajación semejante al que ahora has sido capaz de

desarrollar”.

9.9. Elección ilusoria

DEFINICIÓN:

La idea de esta técnica sugestiva es ofrecerle al paciente una variedad de alternativas

para que tenga la sensación de que puede elegir por uno u otro camino, por una u otra

salida. La trampa lógica de esta técnica reside en que cualquiera de las elecciones

implica que el paciente responda en la dirección que el terapeuta quiere. En muchas

ocasiones las posibilidades que se presentan al paciente no son ni tan siquiera distintas

sino que se presenta la misma alternativa pero empleando dos nombres distintos para

ella. Podríamos diferenciar varios tipos:

Sugestión cubriendo todas las alternativas

Elección entre alternativas semejantes

Elección implicada

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OBJETIVO:

En definitiva lo que se consigue con esta técnica es reducir los caminos que puede

emprender el paciente y encaminarle hacia aquel que el terapeuta ha decidido llevarle,

con objeto de evitar el fracaso, pero generando en el paciente la sensación de que elige

y, por tanto, aceptando la sugestión. Al servir al paciente el menú completo de

posibilidades estamos asegurando su éxito.

EJEMPLO:

Sugestión cubriendo todas las alternativas

“Quizá en este momento desees entran en trance y para ello puedes sentarte y dejar que tus

manos descansen en el reposabrazos, o tal vez permitir que se apoyen en tus piernas, puedes

mantenerlas cruzas, o bien dejarlas abiertas. También puedes decidir buscar la postura que sea

más cómoda para ti, lo esencial es que experimentes la entrada en trance”.

Elección entre alternativas semejantes

“Me pregunto si deseas entrar en un trance profundo o sencillamente prefieres llegar a un

estado de conciencia que te permita centrar tu atención en tus propias vivencias internas”.

Elección implicada

“No estoy del todo seguro si llegarás a comprender el problema que te preocupa en este mismo

instante o lo irás comprendiendo progresivamente a medida que pase el tiempo”.

9.10. Non-sequitur

DEFINICIÓN:

En este patrón lingüístico se unen dos proposiciones que no se siguen lógicamente la

una a la otra (non-sequitur), con el objeto de generar cierto estado de confusión o de

sorpresa y conseguir así la aceptación tácita de alguna de las dos proposiciones.

MECANISMO DE ACCIÓN:

La perplejidad o el asombro del paciente sobreviene cuando al emplear una estructura

gramatical en la que se supone debe haber cierta coherencia interna de contenido, se

combinan dos temas sin ningún tipo de conexión lógica. Una de las proposiciones lleva

inserta la sugestión deseada; en cambio, la otra incluye una alternativa que

aparentemente nada tiene que ver con la primera.

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EJEMPLO:

“Es posible que prefieras recordar alguna experiencia feliz que te sucedió cuando tenías siete

años o quizá prefieras hacerte consciente del sonido de mi voz al ir entrando en un trance más

profundo”.

9.11. Sugestiones abiertas

DEFINICIÓN:

Es un tipo de sugestiones indirectas en las que el objetivo es impreciso y debe ser

ajustado por el propio paciente. Se suelen referir de forma impersonal (se conocen, se

sabe, existen, hay...) a un gran conjunto de alternativas para hacer o experimentar algo.

Con ellas le indicamos al paciente nuevas formas de interpretar una situación, de

abordar un problema, etc. El estilo y el contenido de estas verbalizaciones son

absolutamente abiertos, vagos, imprecisos y contrasta con otro tipo de sugestiones en

donde las formulaciones del terapeuta son más concretas y precisas.

OBJETIVO:

El propósito esencial en este tipo de sugestión, más que en ninguna, es vencer las

posibles resistencias del paciente a la terapia en general o a un tipo de sugestiones o

contenidos en particular. La idea es proporcionar al paciente una sugestión lo más

cercana a sus necesidades pero brindándole la posibilidad de ajustar el mensaje a su

idiosincrasia.

PRECAUCIONES:

En ocasiones es posible que el paciente esté interpretando la sugestión que se le ha

dado de un modo tan peculiar que escape al control del terapeuta. En conveniente

explorar en qué sentido el paciente ha ido asumiendo estas sugestiones.

EJEMPLOS:

“Tu mente inconsciente sabe que hay multitud de formas de entrar en trance”. “Hoy en día se

conocen muchas formas de resolver problemas”. “Cuando se vive en pareja resulta útil ponerse

de acuerdo en la manera de organizar el tiempo que se pasa juntos”.

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9.1.2. Preguntas

DEFINICIÓN:

Consiste en enunciar las sugestiones con formato de pregunta, introduciendo un

cuestionamiento sobre el que no se espera una respuesta directa concreta. Esta forma

de proceder invita al paciente a que adquiera una orientación hacia el cuestionamiento

sobre sus preocupaciones internas.

OJETIVOS:

Las sugestiones en forma de pregunta tiene la finalidad de centrar la atención en

alguna idea, estimular las asociaciones o favorecer el encuentro de significados por

parte del paciente. También pueden ser muy útiles en las primeras sesiones durante la

inducción del trance. Es muy interesante durante las fases iniciales de la terapia,

cuando el terapeuta todavía no ha tenido la oportunidad de conocer el nivel de

respuesta del paciente ante sugestiones más directas. Evita la sensación de fracaso en el

paciente, incrementando progresivamente el rapport y la confianza en el tratamiento.

De nuevo, estamos ante un tipo de patrón lingüístico que permite intervenir a prueba

de fallos.

PRECAUCIONES:

Es importante no caer en el uso incorrecto de las sugestiones en forma de pregunta. Se

trata de trasmitir la posibilidad de que algo puede suceder y no de indicarle al paciente

que el terapeuta tiene dudas sobre la efectividad de la técnica empleada o sobre la

correcta evolución del proceso. No se debe transmitir inseguridad en absoluto, esto

destruiría el rapport ya establecido con el paciente y propiciaría una reacción en cadena,

impidiendo el efecto de las futuras sugestiones. El uso de este tipo de sugestiones debe

ser combinado con otras de otro tipo, ya que finalmente pueden generar la sensación

de incertidumbre continua sobre lo que va a suceder.

EJEMPLOS:

“¿Me pregunto si sientes la sensación de pesadez en la mano izquierda y entonces será ésta la

que termine por caer; o quizá estés notando más ligera la mano derecha y, por tanto, será ésta la

que se eleve?”. “¿Notas si la mano se mueve cada vez más rápido al acercarse a tu

cara?”.“¿Quieres imaginar ahora... una bonita playa con aguas trasparentes?”

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9.13. Aposición de opuestos

DEFINICIÓN:

En esta técnica se juega con el tránsito entre dos polaridades opuestas. La estructura

lingüística empleada vincula la disminución o aumento en una de las dos polaridades

con la respuesta contraria en la otra.

MECANISMO DE ACCIÓN:

La trampa lógica que se establece en esta técnica sugestiva reside en lo inexorable del

vínculo entre las dos posibilidades. El paciente sólo podrá prestar atención consciente a

uno de los dos elementos, mientras que el otro, inevitablemente, le hará reaccionar de

forma automática a la sugestión. Es un fenómeno análogo a la transformación de la

energía. La energía ni se crea, ni se destruye, solamente se transforma. Un cuerpo

suspendido en el alero de una casa tiene mucha energía potencial, pero al caer va

perdiendo energía potencial que se convertirá en energía cinética. De igual modo

sucede en este tipo de sugestión. Cuanto más se trata de evitar una de las dos

sugestiones más se cae en la otra. En realidad, la idea que tácitamente subyace a esta

técnica es que el fracaso tiene siempre algo de positivo, ya que lo que no se consigue

por un lado se termina consiguiendo por otro. El error es considerado como una forma

de crecer y aprender (Paul-Cavallier, 1998).

PRECAUCIONES:

Como en casi todos los fenómenos sugestivos, las respuestas que más fácilmente se

consiguen son las fisiológicas y motoras y, progresivamente, cuando el paciente lleva

más tiempo en la terapia, los cambios se pueden dar en la esfera de lo cognitivo (ideas,

pensamientos, creencias, actitudes, etc.). Si empleamos esta técnica al principio de la

terapia probablemente fracasemos al introducir contenidos cognitivos. Es más

interesante comenzar con contenidos motores (que pueden ser amplificados y

reforzados) y posteriormente introducir contenidos cognitivos.

EJEMPLOS:

“Cuanto más rígido se va poniendo tu brazo derecho, el resto del cuerpo se siente más y más

relajado”. “Cuanto más dudes de los beneficios que vas a lograr en la terapia, más profundos y

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158

significativos serán los hallazgos a los que llegarás”. “Cuanto más largo es el tiempo que

transcurre hasta que das con la solución adecuada a tu problema, más corta es la percepción que

tú tienes de ese tiempo”.

9.14. Sugestiones negativas

DEFINICIÓN:

Consiste en enunciar la ausencia de necesidad imperiosa de llevar a cabo un tipo

concreto de acción o de pensamiento. La formulación de este tipo de sugestiones en

negativo busca facilitar la respuesta automática por parte del paciente, en lugar de

favorecer el esfuerzo consciente.

OBJETIVO:

El objetivo es favorecer que el paciente no lleve a cabo un gran esfuerzo consciente

para conseguir una respuesta concreta. Muchas veces el hecho de intentarlo

conscientemente impide que suceda. Es una invitación a que se relaje, que no haga

nada y que se dedique a observar cómo el efecto se irá produciendo automáticamente

sin que él haga nada voluntariamente.

TIPOS DE VERBALIZACIONES EMPLEADAS:

“No se preocupe por...”

“No es necesario que preste demasiada atención a...”

“No haga el esfuerzo para que suceda, sencillamente permítase que suceda...”

“Sin tan siquiera tener conciencia de ello ya ha sido capaz de...”

“Sin necesidad de intentarlo, sucederá por sí solo...”

EJEMPLO:

“Para conseguir entrar en trance hipnótico, no es necesario que trates de hacer nada... no hace

falta que dejes tu mente en blando... ni tan siquiera es necesario que prestes una atención

consciente a mis palabras... Tu mente inconsciente ya está procesando lo que digo de tal modo

que irás entrando en trance sin que te des cuenta... sin hacer un esfuerzo para conseguirlo”.

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9.15. Conectores lingüísticos

DEFINICIÓN:

Son una serie de estructuras fraseológicas básicas empleadas en cualquiera de los tipos

anteriores de patrones lingüísticos, que sirven para enlazar una sugestión con la

siguiente facilitando una suave transición entre un estado de conciencia y otro, o entre

un nivel de comunicación y otro.

Estos conectores podrían ser clasificados básicamente en tres subtipos:

Conjunción - “A y B”

“... puedes notar cómo tu mano derecha se va adormeciendo y al mismo tiempo cómo el

ritmo del corazón se va acompasando con tu respiración...”

Causativos implicados - “Cuando, mientras, durante, a medida que A – B”

“... mientras que notas cómo tu brazo se va poniendo rígido irás entrando en un estado

cada vez más profundo de relajación.

Causa-efecto - “A hace que B”

“...prestar atención a tu respiración permite que realices inspiraciones más largas y más

profundas”.

OBJETIVO:

El objetivo primordial de estos elementos discursivos es dotar de cierta agilidad y

coherencia al conjunto del fraseo. No obstante, se sabe también que las sugestiones

resultan más eficaces si se conectan unas con otras. De hecho, también cumple una

función confusional. El hecho de unir dos o más sugestiones implica una mayor

dificultad para ser rechazadas (Hammond, 1990).

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TIPOS DE VERBALIZACIONES EMPLEADAS:

“Cuando... puedes...”.

“Mientras que... notas como se va produciendo...”.

“Una vez hayas... entonces...”

EJEMPLO:

“A medida que tu mano derecha vaya bajando irás progresivamente yendo más atrás en el

tiempo hasta que llegues a la edad de 6 años”.

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10. EJERCICIOS

En los siguientes ejercicios debe identificar la presencia de alguna de las

sugestiones indirectas y patrones comunicacionales que hemos trabajado a lo largo de

la sección. De entre las tres alternativas que se le ofrecen indique cuál es la correcta. Al

final de la sección encontrará el solucionario dónde aparecen las respuestas correctas.

A: “Sería interesante que aprendieras a escuchar…3 a tu cuerpo. A medida que

escuches… a tu cuerpo, te darás cuenta de lo satisfecho que te encuentras”.

a) Truismo

b) Implicación-Presuposición

c) Salpicadura

B: “Has podido ver en muchas ocasiones cómo el mar mece sus olas sobre la orilla de la

playa y cómo éstas borran las huellas que han dejado sobre la arena”.

a) Elección Ilusoria

b) Lenguaje Metafórico

c) Sugestión abierta

C: “Cuando entres en trance podrás continuar pensando en lo que piensas en estos

momentos”.

a) Implicación-Presuposición

b) Lenguaje Metafórico

c) Elección Ilusoria

D: “Me pregunto si te has parado a pensar alguna vez, que la mayoría de los reptiles

cambian su piel una vez al año, permitiendo que la antigua y estropeada deje paso a una

nueva, tersa y vigorosa capa”.

a) Sugestión Abierta

3 Los puntos suspensivos indican pausas deliberadas por parte del terapeuta.

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b) Lenguaje Metafórico

c) Truismo

E: “Puede que cuando lleves todo el día preparando un examen notes el cansancio físico...

en tus ojos... en tu espalda... incluso puedes llegar a notar que no tienes nada claro... que

has olvidado todo. Esas sensaciones probablemente te estén indicando que ha llegado el

momento de dejar de estudiar. Al mismo tiempo te muestran que tu trabajo ha sido

efectivo... que todo lo que has aprendido se está reorganizando y está adquiriendo en tu

mente una estructura muy consistente que te permitirá afrontar el examen con una

absoluta claridad de ideas.”

a) Reencuadre

b) Salpicadura

c) Truismo

F: “En muchas ocasiones habrás experimentado la sensación de no ser capaz de recordar

algo, sabes que lo sabes... lo tienes en la punta de la lengua... pero eres incapaz de

recordarlo... pasa con frecuencia... Del mismo modo, es posible que en este instante no te

apetezca en absoluto esforzarte por recordar lo que te voy diciendo y puede que prefieras

olvidarlo... igualmente... sabes que lo sabes... sabes que lo has oído... pero eres incapaz de

recordarlo”.

a) Reencuadre-Redefinición-Desencuadre

b) Truismo

c) Salpicadura

G: “Y puede que te preguntes si en algún momento llegarás a ver el final del túnel... es

posible que una y otra vez pasen ante tus ojos las imágenes del horror de aquel momento...

pero tu mente inconsciente puede permitirse apartar la mirada y enfocar otras escenas de tu

vida donde puedes ver la luminosidad que ha envuelto la mayor parte de tu vida”.

a) Truismo

b) Implicación-Presuposición

c) Emplear el sistema representacional del paciente

Page 163: Entrevista y Sugestiones Indirectas

163

H: “Tal vez haya llegado el momento de salir del trance en el que te encuentras. Es posible

que decidas ir saliendo de él... (Aumentando la velocidad del discurso, e

incrementando el tono de voz) date tiempo... eso es... no es necesario que abras del todo

los ojos todavía... puedes ir desperezándote poco a poco... quizá tus músculos hagan el

intento de estirarse... no se lo impidas... eso es, puedes ir moviendo tus manos... así... tus

piernas y, progresivamente, vas a ir notando más vívidamente los estímulos que hay

alrededor... la temperatura exterior... mi voz... tu cuerpo apoyado en la silla... y poco a poco

terminarás saliendo de ese trance en el que te encontrabas muy a gusto y relajado”.

a) Acompasamiento-Amplificación y Refuerzo

b) Truismo

c) Emplear el sistema representacional del paciente

I: “En este momento... en el que te encuentras tranquilo y relajado, quiero que aprietes

fuertemente alguna de tus dos manos. Cada vez que quieras reexperimentar esta sensación

no tendrás más que apretar el mismo puño que acabas de apretar ahora y observarás cómo

podrás experimentar de nuevo el mismo estado de calma”.

a) Truismo

b) Anclaje

c) Emplear el sistema representacional del paciente

J: “No se si tu mente inconsciente ya ha decidido si se elevará tu mano izquierda o la

derecha, tal vez haya decidido que se levanten ambas a la vez”.

a) Anclaje

b) Emplear el sistema representacional del paciente

c) Elección ilusoria

K: “Puede que comiences a sentir cierto acorchamiento, cierta sensación de anestesia... en

tu mano derecha o bien experimentes la necesidad de olvidar alguno de los recuerdos

desagradables que te sucedieron la semana pasada”.

a) Emplear el sistema representacional del paciente

b) Non-sequitur

c) Elección ilusoria

Page 164: Entrevista y Sugestiones Indirectas

164

L: “Al salir de una grave enfermedad, resulta importante preguntarse sobre las necesidades

que se van a tener a partir de entonces”.

a) Emplear el sistema representacional del paciente

b) Sugestión abierta

c) Truismo

M: “¿Eres consciente de que en estos momentos estás experimentando un trance más

profundo todavía?”

a) Salpicadura

b) Sugestión abierta

c) Pregunta

N: “A medida que tu mano derecha se haga más pesada, la mano izquierda se irá haciendo

más y más ligera”.

a) Aposición de opuestos

b) Sugestión abierta

c) Implicación-presuposición

O: “No es necesario que relajes especialmente ninguna parte de tu cuerpo...Tampoco

importa si tienes los ojos abiertos o cerrados... Sólo quiero que dejes que se vayan

sucediendo varios cambios en el ritmo de tu respiración... y que observes cómo se producen

automáticamente ”.

a) Sugestiones en forma de negación

b) Aposición de opuestos

c) Sugestión abierta

P: “Cuando tu mano haya tocado tu frente puedes entrar en un estado de relajación más

profundo”.

Page 165: Entrevista y Sugestiones Indirectas

165

a) Salpicadura

b) Sugestión abierta

c) Conector lingüístico

Page 166: Entrevista y Sugestiones Indirectas

166

11. SOLUCIONES

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G c

H a

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A c

B b

C a

D b

Page 167: Entrevista y Sugestiones Indirectas

167

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