Especial La paz desde las ciencias sociales

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Árbol de Tinta, noviembre de 2016 1 4 8 14 Especial La paz desde las ciencias sociales La paz como horizonte del posconflicto Justicia como forma de vida Escribir para vivir Noviembre de 2016 Añoranzas. Foto: Margareth Bonilla

Transcript of Especial La paz desde las ciencias sociales

Árbol de Tinta, noviembre de 2016

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8

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Especial

La paz desde las ciencias sociales

La paz como horizonte del posconflicto

Justicia como forma de vida

Escribir para vivir

Noviembre de 2016

Añoranzas. Foto: Margareth Bonilla

Árbol de Tinta, noviembre de 2016

Dibujo yarquitectura

Reconstruyendohistorias de participación

Pasa la paz, Tolima

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Sumario

Los riesgos de la paz

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La corrupción y el ciudadano de a pie

Stalker y el camino a la realización de los deseos

Víctimas delsur del Tolima

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Revista Árbol de tintaAño XXIX. N° 220. Noviembre de 2016

ISSN 1900-592X. Distribución gratuita

Presidente alternoLuis Enrique Orozco Silva

Rectora Carmen Inés Cruz Betancourt

Comité Editorial Amparo Celis Triana

Nidia Chaparro CuervoFranciny Espinosa Osorio

Martha Myriam Páez MoralesFadhia Sánchez Marroquín

Nelcy Yoly Valencia Olivero

DirectoraFadhia Sánchez Marroquín

CoordinadoraFranciny Espinosa Osorio

Foto portadaMargareth Bonilla

Corrección de textosGloria Molano Devia

DiagramadoraDiana Forero Meneses

PublicidadAmparo Celis Triana

Impresión León Gráficas

Contacto Carrera 22 calle 67 barrio Ambalá

Teléfono 270-9432 ext.: 419www.unibague.edu.co

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Editorial

Muchos de nosotros, desde los diferentes espacios de la vida cotidiana en los que participamos, como los entornos laborales, educativos comunitarios o asociativos nos preguntamos qué sigue después del Acuerdo. Desde todo

punto de vista, esta es una pregunta mal formulada, cargada de desconfianza, de pasividad, de entredichos, de pesimismo y de bajo nivel de compromiso. Inquirir por lo que sigue es suponer que todo viene dado por un conjunto de situaciones externas en relación con las cuales no tenemos nada que aportar.

Es decir, mantenemos la suposición de no tener ninguna responsabilidad en rela-ción con lo que sucede en nuestro entorno inmediato y subvaloramos nuestra pro-pia capacidad de transformación. Cualquier gesto, por pequeño que sea y que se di-rija a reinventar lo que sigue, será vital para sumar esfuerzos. No podemos perder de vista que el conjunto de “los otros”, que descarga a “otros” la responsabilidad de pensar en lo que sigue, siempre generará un acumulado de desconfianzas que impe-dirá el deseo de transitar por caminos libres de la huella de la violencia.

Visto así, la pregunta que deberíamos formular es: ¿Qué haremos después del Acuerdo?; si se prefiere: ¿cuál es nuestra contribución? o ¿cuál es el aporte que ha-cemos a través de las instituciones en las que desarrollamos proyectos y apuestas de ciudadanía? En el caso de las universidades, es válida la pregunta por aquellos valo-res que promovemos y en los que debemos insistir para diluir la profundidad de las huellas registradas en un pasado cargado de desesperanza y que nos ha conducido (potencialmente al menos) a un presente desposeído de expectativas.

Desde estos presupuestos, la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales propone algunas contribuciones en el contexto de una Institución de carácter regio-nal, con una preocupación permanente por analizar y aportar en la solución de los problemas del Tolima. Además de la formación socio-humanística, que es transver-sal a todos los programas de la Universidad, se gestan otras pequeñas iniciativas que, en distintos niveles, se interesan por la paz.

En efecto, los artículos que presentamos a continuación son, en este sentido, al-gunos ejemplos de apuestas vinculadas a trabajos con comunidades, a reflexiones desde investigaciones, así como a experiencias metodológicas y teóricas de algunos profesores y estudiantes de la Facultad de Humanidades.

*********

Ilustramos esta edición de Árbol de tinta con obras de la reconocida fotógrafa to-limense Margareth Bonilla Morales, a quien le agradecemos las bellas imágenes que nos concedió, las cuales capturó con profunda sensibilidad a través de su lente.

Iniciativas de paz

Árbol de Tinta, noviembre de 2016

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Por: Francisco Montoya Céspedes*

Con el ánimo de seguir con-tribuyendo al desarrollo regional del Tolima, la Uni-

versidad de Ibagué firmó un con-venio con la Consultoría para los Derechos Humanos y el Despla-zamiento, el cual tiene por objeto la “creación del Observatorio de repa-ración colectiva de víctimas del sur del Tolima”. Este Observatorio rea-lizará el monitoreo y seguimiento a los procesos de reparación colecti-va de las comunidades existentes en el departamento del Tolima, espe-cíficamente en Chaparral, Planadas y Ataco. En esta última población, se realizará en las siete veredas del centro oriente (Canoas La Vaga, Canoas San Roque, Canoas Copete, Potrerito, Santa Rita La Mina, Bal-sillas, Beltrán y Pueblo Pijao) y en los casos en que la consultora con-sidere como potenciales sujetos para iniciar la ruta de reparación (cañón de las Hermosas, Afroata-co, comunidad lgbti de Chaparral y Resguardo de Nasa Wes’x).

Este proceso se hará a la luz de la Ley 1448 de 2011 conocida como la Ley de víctimas y restitución de tie-rras, como marco legal del proyec-to, sin olvidar los decretos, conpes, planes, programas, proyectos y normatividad específica que invo-lucra a los procesos con enfoque diferencial (comunidades negras e indígenas).

Es así que las acciones realizadas en el contexto de este convenio servirán como guía de lecciones aprendidas para los futuros proce-sos de reparación colectiva que se adelanten en el país, contribuyen-do también a observar la realidad actual de las poblaciones víctimas del conflicto armado, como condi-ción indispensable para tomar de-cisiones acertadas, especialmente

en materia de política pública de reparación de víctimas. Con ello, se busca que las comunidades asu-man el protagonismo y lideren ac-ciones articuladas con las diferen-tes entidades corresponsables de estos procesos, de tal forma que se logren escalar sus propuestas en los niveles territoriales locales, regio-nales y nacionales, para garantizar el goce efectivo de sus derechos a través del cumplimiento y puesta en marcha de sus iniciativas.

En este sentido, el Observatorio, como parte de su quehacer, auna-rá esfuerzos entre los diferentes actores ubicados dentro y fuera de la zona, para coadyuvar a la ges-tión que permita no solo mejorar las condiciones de las poblaciones sino crear escenarios para que estas situaciones no se repitan.

Para el efecto, se necesita enten-der la dinámica organizacional que

afecta el proyecto, pues su firma a un año obliga a los actores involu-crados a analizar los posibles cam-bios que puedan surgir a lo largo del trabajo y más cuando se viene desarrollando el proceso de pos-conflicto que cambiaría de manera drástica la realidad de esta zona del Departamento.

Se espera en próximas publica-ciones seguir informando a la co-munidad académica en general, sobre los diferentes avances que se presenten en la puesta en mar-cha del Observatorio, todo esto con miras a contribuir con el desarrollo regional.

*Coordinador Observatorio de repa-ración colectiva de víctimas del sur del [email protected]

Víctimas del sur del Tolima

Del campo a la ciudad

Foto: Margareth Bonilla

Por: Jaime Barrera Parra*

La suscripción de un Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de

una paz estable y duradera, y la con-vocatoria a un plebiscito suscitan numerosas imágenes de temor y esperanza, sospecha y confianza, duda y optimismo, que se mani-fiestan en expresiones que combi-nan las palabras paz y posconflicto de diferentes maneras.

El término paz parece el más apro-piado para llamar la atención sobre lo que ha sucedido. Proviene de una raíz indoeuropea, *pak, que significa “fijar, atar, asegurar”. El vocablo lati-no, pax, de donde proviene el nues-tro, paz, significa “vínculo, acuerdo”. Curiosamente de la misma raíz *pak se originan otros términos como “trabajar”, “país”, “paisaje” y “paisa-no”, que están íntimamente ligados con las consecuencias de la deci-sión de votar a favor o en contra del Acuerdo final.

La palabra paz trae a la memoria, por otro lado, una serie de dichos y frases cortas que recogen apre-tadamente la sabiduría de comuni-dades y la historia. Estos aforismos se escriben en latín y los latinajos se repiten como mantras para re-lacionar la paz con “la guerra”, “el orden”, la “justicia”. A Julio César se le atribuye la frase “si quieres la paz prepara la guerra” (si vis pacen para bellum). En un ensayo sobre la historia que lleva por título La ciudad de Dios, Agustín de Hipona

La paz como horizontedel posconflicto

Foto: Margareth Bonilla

Hacia la paz y la libertad infinita

Árbol de Tinta, noviembre de 2016

5tierra (chi, “suelo”) plana que rodea por todas partes a la caravana que se mueve lentamente sobre la soledad del desierto; suihei es la distante cir-cunferencia del océano (sui, “agua”) que abarca la mirada de un marinero de pie sobre la cubierta de su navío o encaramado en el mástil.

Nuestra palabra “horizonte” se refiere a esta experiencia del mar; se deriva del griego, horizon, el “cír-culo que limita nuestra vista”(Her-nández & Restrepo, 1987 (= 1912), p. 260). Edmund Husserl genera-lizó la noción de esta descripción. Existe un “polo” que es el sujeto concreto, el caminante o el marino. Existe un “campo”, que es la totali-dad de los objetos que abarca la vi-sión del sujeto. El “horizonte” no es ni uno ni otro; abraza tanto al su-jeto como al campo de sus objetos.

Diferentes puntos de vista dan lu-gar a horizontes diferentes y dife-rentes totalidades de objetos. Si se piensa en un centro luminoso, el ho-rizonte marca el borde que separa la luz de la oscuridad y el espacio entre los dos como un espectro que atra-viesa toda clase de grises. Si extende-mos la noción de “horizonte” a nues-tros conocimientos, nuestros deseos, intereses y preocupaciones, nuestros temas de conversación, podemos de-cir que “lo que está más allá de nues-tro horizonte es aquello sobre lo cual no conocemos nada; lo que no nos importa. Lo que está en la penum-bra es aquello sobre lo cual tenemos un conocimiento vago, lo que susci-ta poco interés, aquello sobre lo cual no hablamos mucho. Lo que cae ple-namente dentro de nuestro horizon-te compromete totalmente nuestra atención” (Lonergan, 1964).

Entonces, la paz puede conside-rarse como un “objeto” o como un “horizonte”. La paz tratada como “objeto” depende de un “horizon-te”, y los horizontes pueden ser innumerables y contradictorios. Luego, la “paz como objeto” de pensamiento tiene un sentido di-ferente para el juez, el político, el cura, el industrial, el comercian-te, el académico. De ahí que la paz como objeto de experiencia vivida de una “víctima” resuena diame-tralmente diferente en una madre, un soldado, un menor de edad. Al volver la paz en un “objeto” se la

convierte en objeto de discusión, subordinación, condicionamiento y se la señala como inviable, difícil, imposible, no transable.

La paz, sin embargo, no es un “objeto” sino un “horizonte”, el horizonte dentro del cual es po-sible hablar y disentir, compren-der y juzgar, oír y definir, recordar y construir, cuestionar y acordar cientos de asuntos alrededor de la productividad del campo, las ciuda-des, la conservación de los recursos naturales, la seguridad, el empleo, la participación política. Los pro-blemas de la “justicia”, el “orden”, el “trabajo por hacer” pueden con-templarse de una manera fresca, nueva, sorprendente, atractiva si se les trata como objetos que se en-cuentran dentro de un “horizonte”, el “horizonte de la paz”.

Permanecer en la consideración de la “paz como objeto” se asemeja al viajero que abandona el camino y se establece en un oasis o en una posada o al marinero que desiste de la navegación y atraca el barco en la seguridad del puerto o el reposo de una bahía.

Cambiar el modo de ver la “paz como un objeto” a considerarla como el “horizonte de los objetos” que estaban en conflicto, equivale a un cambio de orientación que no es fácil ni instantáneo ni total pero que es una experiencia de libertad, semejante, como la describe la eti-mología del ideograma chino, a la de los pulmones del alpinista que contempla el paisaje desde la cima de una montaña.

*Asesor educativo

ReferenciasHernández, E., & Restrepo, F. (1987 (=

1912)). Llave del Griego. Comentario semántico, etimología y sintaxis. Bogotá DC, Cundinamarca, Colombia: Instituto Caro y Cuervo.

Lonergan, B. (1964). Differentiation of Methods” (15 de julio, 1964) disponibles en Lonergan Archives (www.bernardlon-ergan.com), 86400DTEO060. Horizon, notas para una conferencia en la Univer-sidad de Georgetown, Washington, sobre “Differentiation of Methods”. Washington: Universidad de Georgetown.

Wieger, L. (1965 (= 1827, 1915)). Chinese Characters. Their Origin, Etymology, Hystory, Classification and Signification. A Study From Chinese Documents. Nueva York, Estados Unidos: Dover.

escribió en el siglo iv que “la paz es la tranquilidad del orden” (paxtran-quillitas ordinis). Un papa de media-dos del siglo pasado, Pío xii, que fue elegido antes de comenzar la ii Guerra Mundial, escogió el lema “la justicia es la tarea de la paz” (opus iustitiae pax) como programa de su pontificado.

En chino, la palabra paz se escribe combinando dos ideogramas cuyos sonidos son diferentes: hei y wa. El primero, hei , representa una llanu-ra lisa y pareja; gráficamente expresa “la respiración que después de supe-rar un obstáculo se expande libre-mente en todas direcciones” (Wie-ger, 1965 (= 1827, 1915), p.153). El segundo, wa, muestra un lugar en donde los arrozales tienen las es-pigas inclinadas por el peso de los granos; los granos en crecimiento, movidos por el viento, madurando juntos”, comenta un investigador, sugieren la idea de “uniformidad y concordia” (Wieger, 1965 (= 1827, 1915), p. 283).

Con el vocablo hei se constru-ye el término “horizonte” con dos variantes: chihei es el círculo de la

La paz no es un “objeto” sino un “horizonte”, el horizonte dentro del cual es posible hablar y disentir,

comprender y juzgar, oír y definir, recordar

y construir, cuestionar y acordar cientos de asuntos alrededor de la productividad del campo, las ciudades, la conservación de los recursos naturales, la

seguridad, el empleo, la participación política.

Por: Andrés Felipe Giraldo López*

En Colombia ya es un cliché que se diga que “la corrupción es el cáncer de la sociedad”.

Es un lugar común culpar a los corruptos de los males del país y a partir de allí justificar o compren-der males aún más complejos como las guerrillas, los paramilitares o las grandes bandas delincuencia-les que actúan en complicidad con funcionarios públicos para desfal-car al Estado. Pero son pocos los es-tudios, la autocrítica y la reflexión sobre el papel del ciudadano del común en el entramado destruc-tivo que socava las bases morales de la sociedad, que pervierte el uso de los recursos públicos y que con-vierte lo de todos en el privilegio de unos pocos.

Es fácil hablar para el común de la gente del gobierno corrupto, de los alcaldes corruptos, de los go-bernadores, concejales o diputa-dos corruptos como si fueran entes etéreos y ajenos que llegaron a sus posiciones por generación espontá-nea, sin que ningún proceso media-ra para que esos corruptos llegaran a sus puestos de privilegio.

En Colombia, la democracia está diseñada para que la mayoría de gobernantes lleguen a sus cargos por elecciones populares, ya sea a nivel regional o a nivel nacional. Así pues, el ciudadano es mucho más que un espectador pasivo que tiene que someterse a la decisión de terceros para ser gobernado. No. El ciudadano elige y en este orden de ideas es también respon-sable de las acciones que ejecuta

quién está en el poder en virtud de ese mandato popular otorgado en elecciones abiertas.

Así pues, la corrupción es vista de manera vertical en donde una élite restringida y corrupta somete a una ciudadanía inerme e indefen-sa que sin mayor resistencia pade-ce los atropellos, los desfalcos y el abuso continuo e impune de los po-derosos que sin mayor pudor aca-paran los recursos que deberían ser distribuidos entre todos los

ciudadanos. Pero no, el asunto no es tan sencillo y el ciudadano no es tampoco ese agente pasivo del des-greño de los recursos del Estado.

La verdad es que en Colombia los ciudadanos han tomado esa actitud pasiva, permisiva y cómplice por su propia voluntad, apatía, desinte-rés o ignorancia. El ciudadano de a pie no ha comprendido el valor que tiene su voto, no se ha enterado de los mecanismos de control so-cial sobre sus gobernantes y no ha asumido con seriedad el manda-to constitucional que lo convierte en el constituyente primario, en fuente suprema de toda autoridad y en el fin último de cualquier ac-ción de Gobierno de acuerdo con esa ficción hermosa que se inven-taron los revolucionarios france-ses llamada “Pueblo”.

El resultado del plebiscito que buscaba refrendar los acuerdos de La Habana entre el Gobierno y las farc es una muestra clara de la irresponsabilidad de la ciudadanía frente a una situación crítica de la Nación como lo era la búsqueda del fin del conflicto con esa guerrilla que lleva más de 50 años alzada en armas. Y no porque hubiese ganado el no, finalmente esa era una de las opciones posibles. El reclamo recae en ese casi 63% de abstencionistas que delegaron pasivamente una de-cisión tan trascendental para el país en manos de un 37% de electores, claramente, una minoría.

El abono de una corrupción ro-busta y florecida es la actitud apá-tica y permisiva de una ciudadanía pusilánime y anquilosada que per-mite que las elecciones se definan por las dinámicas clientelistas de

La corrupción y elciudadano de a pie

-Opinión-

El ciudadano de a pie no puede

seguir evadiendo su responsabilidad en la maraña de corrupción que se ha convertido la

política en Colombia. No puede seguir criticando

a los gobernantes si ni siquiera se toma la

molestia de ir a las urnas para votar a conciencia.

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caciques y gamonales en las ciu-dades y el campo que llevan como borregos a los electores a las ur-nas pensando más en la solución de una necesidad inmediata que en la construcción de una políti-ca más decente y benéfica para la sociedad.

El ciudadano de a pie no puede seguir evadiendo su responsabi-lidad en la maraña de corrupción que se ha convertido la política en Colombia. No puede seguir cri-ticando a los gobernantes si ni si-quiera se toma la molestia de ir a las urnas para votar a conciencia por el candidato de su preferencia o a ejercer su derecho a la protesta con el voto en blanco con excusas tan vanas como la lluvia, la pereza o la lejanía del puesto de votación. No. Las circunstancias actuales del país demandan una ciudadanía presen-te, proactiva, empoderada de su rol de control social y político que per-mita la depuración real de esa clase política centenaria y rancia que ha

gobernado al país durante más de 200 años de vida republicana.

Las herramientas están a la mano. La Constitución Nacional prevé una cantidad significativa de me-canismos de participación ciudada-na que además están desarrollados legislativamente en múltiples leyes orientadas a la participación y a la lucha contra la corrupción. No po-demos seguir esperando como es-pectadores a que sea el Estado el único agente de control sobre los gobernantes porque finalmente son los gobernantes los que acapa-ran las instituciones y los entes de control desde donde se ejerce la vi-gilancia de los corruptos.

En 25 años de vigencia de la Constitución de 1991, jamás se ha presentado una revocatoria del mandato de un alcalde en todo el país. La labor de las veedurías ciu-dadanas es útil y quijotesca, pero a veces limitada por la falta de apoyo del Estado o terminan siendo coop-tadas por los intereses oscuros de

los corruptos pervirtiendo así el ejercicio del control ciudadano.

Así pues, es imperativo asumir la responsabilidad ciudadana frente al control político y social y dejar de verlo como una víctima pasiva de los desmanes y abusos de los co-rruptos. El ciudadano de a pie tiene que ser consciente de su rol activo como agente político en la sociedad y se debe mejorar ostensiblemente la calidad de la formación política de la ciudadanía en general. No po-demos seguir siendo victimizados como ciudadanos cuando en nues-tras elecciones está la mayor carga de responsabilidad frente a quienes ejercen la función pública del Esta-do. Una ciudadanía más responsa-ble y mejor formada, sin duda re-dundará en una política más sana y útil para los fines sociales y para el bienestar general.

*Escritor y [email protected]

Foto: Margareth Bonilla

Diálogos y juegos

Justicia comoforma de vida

Por: Milton Fernando Dionisio*

Un anciano recorría las calles nocturnas de la antigua Ate-nas, llevando en sus manos

una lámpara de aceite. Vestía hara-pos, iba descalzo, sucio y con el pelo desaliñado. Al ver su aspecto, los transeúntes lo creían loco, el “viejo loco ateniense”. Tenía la costumbre de alumbrar directo al rostro de las personas que encontraba a su paso, mediante la luz que brotaba de su

linterna. Con la seguridad propia de un melancólico faraón egipcio y expresión facial intimidante, supe-rior, poderosísima, los cuestionaba sorpresivamente: ¿sabes tú lo que es el bien? ¿Eres bueno y virtuoso?

Con el paso de los años, su extra-ño cuestionamiento y potente ar-gumentación se hicieron cada vez más exigentes y temerarios; nadie podía responder de manera satis-factoria las preguntas y quedaban sumidos en la perplejidad, igno-rancia y vergüenza de la derrota.

Así pues, llegó él a la conclusión de que no había sobre la Tierra un solo hombre bondadoso, ni mu-cho menos uno que tuviese cono-cimiento verdadero de la virtud humana. Vislumbrando la inmen-sa fortaleza de palabra del anciano, para pulverizar las ideas y opinio-nes de cualquiera, otros helenos, incluso de ciudades diferentes a Atenas, supusieron que se trataba de un gran sabio, un santo divino, cuya entereza moral habría sido dádiva de dioses eternos.

Cálido y frío, abriendo caminos

Foto: Margareth Bonilla

Estos otros griegos siguieron el ejemplo del loco ateniense: con-fundieron, problematizaron y ri-diculizaron a sus conciudadanos. Después de un tiempo, obtuvie-ron fama de guardianes de un se-creto sagrado y majestuoso: el bien y la virtud. Desde ese mo-mento, se organizaron y tomaron al decrépito anciano como líder y mesías, el “Padre fundador inma-culado”, lo bautizaron.

Esto constituyó el nacimiento de la religión en Grecia, pero también de la filosofía, sí… un origen basa-do en la suposición, la confusión y los juegos ridículos de palabras. El bien esencial y el conocimiento le fueron, para siempre, inaccesibles e insondables al vulgo corriente y poco instruido.

La anterior historia “ficticia” re-fleja el estado actual de discusión con respecto al tópico que me in-teresa examinar en el presente tex-to: la noción de justicia. A lo largo de la tradición filosófico-jurídica occidental, se ha buscado una de-finición suficiente, clara y distinta de justicia; esto es, una definición general, que se cumpla de manera necesaria y esencial en todos los casos, en toda sociedad y cultura, como cuando se afirma que “agua es H

2O” y, viceversa, “H

2O es agua”

(A=BGH ^ BGH=A).De esta manera, procede Hans

Kelsen en ¿Qué es la justicia? Tras un recorrido por diversos y pres-tigiosos candidatos para ocupar la definición de justicia –v.g. felici-dad, equidad, igualdad, libertad, etc.–, los rechaza unánimemente, por ser insuficientes. Del libro de Kelsen, así como de la República de Platón, se sale con un halo de tristeza, nostalgia y duda, con el miedo y la desilusión de que quizá nuestras vidas hayan sido una pér-dida de tiempo y energía. Aquello que más añoramos dentro del mun-do social, la justicia, se encuentra a una distancia tan lejana que no hay la más mínima esperanza de llegar a su encuentro.

Yo considero que esta búsque-da de la justicia en términos ab-solutistas, abstractos y nebulosos es errada y tramposa. Los filóso-fos, juristas, sacerdotes y teólogos, los impolutos doctos, no poseen la

verdad acerca de la justicia; ellos, en realidad, le robaron esta verdad al pueblo, al hombre común, lar-go tiempo atrás, escondiéndola en pesadas bóvedas de oro puro, que guardaron por milenios en sus sun-tuosas, elevadas y fortificadas edi-ficaciones metafísico especulati-vas. Posteriormente, la dieron por perdida, como si de una maravillo-sa obra de arte se tratase.

Sin embargo, ha llegado la hora de que esta pieza maestra salga a luz. Estoy a la expectativa de cómo se verá, cuáles serán sus co-lores, me intriga observar si es be-lla, luminosa u oscura, bondado-sa y cándida o siniestra –como los cuadros negros de Goya o las pin-turas de Bacon–.

La justicia no es un concepto. No se busque definiciones de lo justo, pues en ellas no se hallará sino un profundo vacío abismal. Justicia es vida. Vida explosiva y potente. Es-cenarios vitales cambiantes y crea-dores, a los cuales se tiene acceso mediante los sentidos –órganos

sensoriales–. La justicia, así como siempre ha sucedido con la vida y la existencia, se ve, se respira, se palpa, se saborea.

En cada mundo cultural y social, en los diferentes marcos de acción contextual, la vida tiene un rostro, aroma y sabor distintos. Así mis-mo, la justicia. Lo justo en diver-sos mundos es relativo. Lo justo en un mundo, puede ser algo siniestro en otro. Justo y bello en un mun-do, podrían ser horroroso y mal-vado, inaceptable, en otro. Algu-nos sostienen que eso malvado en mundos alternativos no debería ser considerado, de ningún modo, justo. Yo pregunto: ¿en un esce-nario, por completo, disímil del nuestro, consideraríamos que la vida se ha extinguido, que la vida ha muerto, o que, inclusive, nun-ca ha existido, ni existirá? En cada contexto se dan formas de vida, particulares y propias, de la misma manera en que se dan formas de justicia. Siempre hay vida, aunque esta sea terrible y miserable.

No se debe determinar las formas de justicia a partir de conceptos abstractos e inexistentes de justi-cia. Sino al contrario: las formas vi-tales de justicia determinan lo que es justo.

¡Que lo justo no sobrepase y ase-sine la vida cantante, brutalmente artística!

*Docente de la Facultad [email protected]

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La justicia no es un concepto. No se busque definiciones de lo justo,

pues en ellas no se hallará sino un profundo vacío

abismal. Justicia es vida. Vida explosiva y

potente. Escenarios vitales cambiantes y creadores, a los cuales se tiene acceso

mediante los sentidos

Por: Claudia Carrero y Tatiana Ávila*

El 24 de agosto de 2016, el presidente de Colombia Juan Man uel Santos, y los repre-

sentantes de las farc, la guerrilla más antigua del mundo, anuncia-ron al país el acuerdo final de paz y entró en vigor el cese al fuego entre ambas partes. Fue un día de cele-bración y esperanza para muchos colombianos que por más de cinco décadas experimentaron el miedo y el dolor que ha dejado la guerra.

En la vereda Bilbao del munici-pio de Planadas, ubicada al sur del Tolima, a nueve horas de Ibagué, ese mismo día estaban congrega-dos líderes de las veredas, muje-res y hombres presidentes de jun-tas de acción comunal, campesinos integrantes de organizaciones pro-ductivas y sociales e indígenas re-presentantes de sus resguardos para informarse, a través de la Re-presentante del Alto Comisiona-do para la Paz, de dicho acuerdo y cada uno de sus puntos, con el áni-mo de resolver muchas inquietudes sobre el futuro de sus territorios y de sus familias.

Dos docentes del programa de Comunicación Social y Periodismo y una joven investigadora de la Uni-versidad de Ibagué coincidieron con ellos en ese lugar, para escu-charlos y continuar el trabajo lleva-do a cabo en la zona, desde julio de 2015, en el marco de la investiga-ción Procesos ciudadanos de comu-nicación para la paz en el sur del To-lima. Dicho trabajo ha evidenciado paulatinamente que la paz en esta región empezó a construirse desde hace un buen tiempo y poco a poco se ha ido abonando el camino para el posconflicto, a través del traba-jo organizativo de las comunidades

Allá en el sur segestiona la paz

Foto: Margareth Bonilla

Años de enseñanza generacional

Árbol de Tinta, noviembre de 2016

11y de su gestión en cada uno de los municipios.

Durante la primera fase del pro-yecto, se identificaron más de cuarenta asociaciones y organi-zaciones sociales desde las cua-les se han empezado a concretar proyectos productivos y de vida. Entre ellas se destacan la Asocia-ción de Mujeres del Corregimien-to Santiago Pérez, Amusaper en Ataco; la Asociación de Mujeres de la vereda El Porvenir, Asomu-por en Rioblanco; la Asociación de Mujeres Cafeteras de la vereda Calarma, Aprovocal en Chaparral; la emisora comunitaria Musicalia Estéreo en Planadas con 18 años de existencia en el Municipio y la experiencia del cabildo indígena Nasa, vereda Las Mercedes en el corregimiento de Herrera en Rio-blanco. Estas y otras experiencias con una importante trayectoria e impacto en la región dan cuenta de las estrategias que han promo-vido los habitantes del sur para asegurar y mejorar la calidad de vida y dignidad de sus comunida-des como respuesta a la violencia y el reconocimiento de sus dere-chos fundamentales.

La lucha por la tierra, la supera-ción de la pobreza, la búsqueda de oportunidades educativas y labora-les, el reconocimiento de las muje-res, de los grupos indígenas fueron algunos de los motivos fundamen-tales por los que los habitantes de Ataco, Chaparral, Planadas, Rio-blanco y vecinos de otros munici-pios empezaron a trabajar. Algu-nas veces en soledad y otras con el acompañamiento institucional que los gobiernos local y nacional han ofrecido en el último tiempo.

Allí, en lo que se ha identificado como zona roja del Tolima, la au-sencia del Estado y de la institu-cionalidad dejó por muchos años el control del territorio a los gru-pos armados ilegales. No hubo lu-gar para la inversión social y la es-tigmatización de la región y de sus habitantes ha hecho más difícil la reconstrucción del tejido social. Sin embargo, los ejercicios de orga-nización y participación ciudadana ocurridos en este punto geográfico de Colombia, abren un camino para identificar, articular y visibilizar

dinámicas de gestión, configura-ción de ciudadanía y cambio social desde la comunicación como pro-ceso y escenario para la construc-ción de paz.

Las siguientes son algunas de las preguntas que se han sugerido en el marco de la investigación y que han permitido reconocer la gestión de la comunicación en el desarro-llo de dichas iniciativas ciudada-nas de paz: ¿cuánto tiempo de exis-tencia tienen las organizaciones?, ¿cuáles son los proyectos más im-portantes llevados a cabo por cada una de ellas?, ¿cuántos integrantes las conforman y cómo se comuni-can entre ellos?, ¿qué tipo de infor-mación circula internamente en las organizaciones y cómo se da la co-municación externa con otros ac-tores sociales?, ¿cuáles son los me-dios y canales de información más efectivos para el desarrollo del tra-bajo organizativo?, ¿cuál ha sido el aporte o contribución de las orga-nizaciones a la construcción de paz, desde lo que hacen?, ¿qué alianza o trabajo conjunto desarrollan con instituciones locales, gubernamen-tales y nacionales?

Diagnóstico participativo de comunicación

Para llevar a cabo el acercamiento con las asociaciones y organizacio-nes sociales identificadas en la pri-mera fase del proyecto de investi-gación, la metodología utilizada fue el Diagnóstico Participativo de Co-municación, que permitió el involu-cramiento y la participación signi-ficativa de los integrantes de estas comunidades, a través del diálogo y relacionamiento directo, del cual se ha obtenido información relevan-te sobre cómo se llevan a cabo los procesos de gestión y comunicación desde estas iniciativas para la cons-trucción de territorios de paz.

El Diagnóstico ha propiciado el diálogo entre los integrantes de estas acciones colectivas y movi-mientos sociales, la población de estos municipios y las investiga-doras; así como ha permitido la identificación de las necesidades, problemas, debilidades, oportu-nidades y soluciones de estas co-munidades que han incidido en la construcción de paz.

En la última fase de la investiga-ción se seleccionaron cuatro de to-das las organizaciones identificadas en la primera fase, en los munici-pios mencionados anteriormente, para indagar por el lugar que ocu-pa la comunicación en estos pro-cesos de resistencia y movilización social para la paz. En el desarrollo de esta metodología, se utilizaron técnicas como observación direc-ta, trabajo de campo, encuestas, en-trevistas semiestructuradas y talle-res participativos. Estos últimos, se han realizado a partir de la imple-mentación de estrategias como la elaboración de sociogramas, cons-trucción colaborativa de árboles de problemas; y la lluvia de ideas para intercambiar conocimientos y per-cepciones sobre el tema en particu-lar de la investigación.

Los resultados obtenidos hasta el momento han permitido identificar en las iniciativas seleccionadas, los sistemas tradicionales y modernos de comunicación; y también cómo desde la gestión de procesos de re-sistencia al conflicto armado se ha logrado la movilización de comuni-dades afectadas por la violencia a la construcción de nuevos escenarios y territorios de paz.

Finalmente, después de realizar este proceso vale la pena destacar la importancia del acercamiento a la realidad del sur del Tolima y el relacionamiento con personas que han sido víctimas del conflicto ar-mado, y que a pesar de las adver-sidades y dificultades que han vivi-do, aún tienen fe y esperanza en el fin del conflicto e inicio de la paz; pues ellos mismos han sido los pro-tagonistas del proceso que les ha permitido mejorar su condiciones y calidad de vida, y aportar desde tiempo atrás en la construcción de un presente y futuro en paz.

*Comunicadoras sociales-periodistas

Por: Mónica Godoy Ferro*

Hace unos días, escuché en Ra-dio Nacional una entrevista a Gustavo Wilches Chaux,

un reconocido investigador ambien-talista, sobre los posibles riesgos de la desmovilización de las Fuerzas Ar-madas Revolucionarias de Colombia, farc. Wilches se refería, en espe-cial, a la preocupación por el posible vacío en el control territorial que ejerce este grupo sobre algunos eco-sistemas estratégicos que poseen una significativa diversidad biológica. En la actualidad, estos ecosistemas se encuentran relativamente protegi-dos de su explotación, a gran escala, porque las farc impiden o dificultan la pre sencia de empresas extractivas en estas zonas1.

Ahora, sin este impedimento, los intereses industriales predadores so-bre estos territorios que son variados (desde el control del recurso hídrico hasta la siembra de monocultivos para la producción de biodiesel) no

tendrán más oposición que las ob-jeciones que puedan presentar las autoridades ambientales. Estas han demostrado, con suficiencia, su baja eficacia y su falta de dientes para pre-venir el deterioro ambiental. Le-jos de hacer un llamado contra los acuerdos de paz o la desmovilización de esta guerrilla, Wilches, hizo un necesario recordatorio para afrontar los nuevos desafíos y gestionar ries-gos que la etapa de los posacuerdos conllevaría².

Con esta advertencia en mente, presentaré aquí una ampliación de las preocupaciones planteadas por Wilches con el ánimo de contribuir a prepararnos mejor como socie-dad para la tarea de construcción de la paz. Primero, retomando el ries-go ecológico que puede acarrear el desarme, hay que agregar el crecien-te peligro al que se enfrentan organi-zaciones sociales —ambientalistas y de defensa de los derechos humanos y la naturaleza— a causa de las pre-siones de los intereses industriales predadores sobre sus territorios.

De hecho, en estos días de paz he-mos visto perplejos la represión por parte del Escuadrón Anti Disturbios, esmad, contra una movilización de campesinos en Doncello (Caquetá)que se opone a la intensificación de la explotación petrolera en su re-gión. Este caso, lamentablemente, no es extraño. Los sucesivos gobiernos colombianos han demostrado no es-tar dispuestos a dialogar con la gente desarmada que, desde la sociedad ci-vil, se opone a la economía extracti-va o a las políticas energéticas y de explotación de recursos naturales a gran escala.

En efecto, cada movilización so-cial ha dejado cientos de heridos y muertos porque toda la fuer-za represiva del Estado se enfo-ca en contener y evitar a quienes entienden como impedimentos a los planes de desarrollo. A la vez, los gobiernos intentan legitimar sus acciones calificando a la pro-testa social, un derecho ciudada-no, como ejercicio de violencia y vandalismo.

Los riesgos de la pazFoto: Margareth Bonilla

Agua y vida

Árbol de Tinta, noviembre de 2016

13Entonces, ¿qué podemos esperar

en el tiempo de posacuerdos? Es pro-bable que esta tendencia de riesgo social sobre los derechos a la vida y a la movilización ciudadana se incre-menten debido a la represión estatal o paraestatal. En primer lugar, por-que los socios internacionales de la paz no actúan solo movidos por la buena voluntad sino en busca de fa-vorecer, en un panorama menos hos-til, sus intereses económicos y geoes-tratégicos en esta parte del planeta.

Lo anterior nos lleva a aceptar que la guerra, como expresión de la dis-puta por el control de los recursos naturales, no es nacional ni local sino global. Así que para disfrutar de una sociedad en paz real, los países del sur tendríamos que exigir un cese al fuego a los organismos multilaterales de crédito y a las grandes corporacio-nes involucradas en el control globa-lizado de las materias primas y en la financiación de las guerras.

Estos acuerdos de paz, nacionales y limitados, incrementan el riesgo de que nuestro conflicto localizado cam-bie de un supuesto enfrentamiento entre actores armados a una guerra contra la gente de a pie, desarmada y organizada, que se oponga a la pro-fundización de las economías extrac-tivas y de enclave en sus territorios³.

Por otra parte, este riesgo social está alimentado por décadas de es-tigmatización y deshumanización en contra de mujeres y hombres lí-deres y campesinos pertenecientes a organizaciones sociales y popu-lares. Este odio sembrado y difun-dido por los medios de comunica-ción —representantes o aliados de los intereses industriales predado-res— no se ha desmontado o afec-tado por la incipiente pedagogía de paz de estos últimos meses.

Indudablemente, hace falta mu-cha más comprensión del país ru-ral y un enorme compromiso del Estado y de los ciudadanos para re-humanizar a los habitantes rurales, democratizar a la sociedad colom-biana y garantizar un debate justo, amplio y público sobre las políticas económicas y de desarrollo a futu-ro. Sin lo anterior, los acuerdos de paz no serán otra cosa que una sim-ple declaración de buena intención y la gente del campo no tendrá otro destino que seguir cayendo bajo el

fuego abrasador de modernización desarrollista.

En segunda instancia, los acuer-dos de paz con las farc van acom-pañados de riesgos políticos. El más evidente es la posible persecución y asesinato de desmovilizados del nue-vo partido en manos del paramilita-rismo o como parte de las retaliacio-nes cosecha de las décadas de guerra. Este riesgo se incrementa con el triunfo del no en el plebiscito, una muestra de que como sociedad aún no estamos lo suficientemente pre-parados para recibir a los excomba-tientes en la vida civil.

Además de lo anterior, existe otro peligro, quizá menos visible, que consiste en la posible incapacidad de las farc para compartir —en térmi-nos de igualdad y respeto— el esce-nario político con otras expresiones y manifestaciones de las izquierdas y los movimientos sociales. Su his-tórico vanguardismo y su autodeno-minación como “los representantes del pueblo” pueden generar suplan-taciones y tensiones con las organi-zaciones sociales que llevan décadas reclamando autonomía de los grupos armados para hacer escuchar sus rei-vindicaciones en su propia voz.

Es necesario entonces que las farc, en su construcción de parti-do, cuestionen su vanguardismo y procuren que en sus lugares de in-fluencia crezca la pluralidad política y diversidad ideológica. Además, es clave erradicar el hábito de los go-biernos de no dialogar con sectores de la sociedad civil negando la exis-tencia de los conflictos sociales. Una apertura en ese sentido podría aca-bar con la tradición campesina de to-mar las armas para autodefenderse y hacerse oír.

Por último, pero no menos im-portante, existe el riesgo de discri-minación contra las mujeres. Aun-que los acuerdos están escritos en un lenguaje incluyente y una comisión de género analizó esta cuestión, la etapa de construcción del nuevo partido y de incorpora-ción a la vida civil plantea el de-safío de la transformación de una estructura militar —que privilegia los liderazgos masculinos— a una organización que valore los apor-tes y aprendizaje de las mujeres excombatientes.

De hecho, esa despatriarcalización no se ha logrado en ningún otro par-tido resultado de un proceso de paz y, es posible, que se constituya en un factor que potencie la dispersión de sus militantes y su paulatina desa-parición como opción política. Por otra parte, en los procesos de justi-cia transicional es necesaria una alta sensibilidad de género para hacer vi-sibles los crímenes de guerra contra las mujeres. Construir una sociedad más igualitaria y democrática pasa, sin duda, por la justicia de género y la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.

Estos riegos son todos gestiona-bles, de la prospección y la anticipa-ción depende su correcto manejo. Tenemos el imperativo ético-po-lítico de apoyar el proceso de paz colaborando en la comprensión y la búsqueda de soluciones a los pro-blemas que los posacuerdos pue-dan acarrear. Como sociedad tene-mos un reto grande de pensar más allá de los acuerdos con las farc y continuar sumando en la tarea de democratización del país en todas las esferas de vida. Este debate ha-brá que ampliarlo y considerar las dimensiones y los efectos regiona-les del desarme, una tarea que nos queda pendiente.

* Docente Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias [email protected]

Referencias1 La preservación ecológica es quizá un efecto

no esperado de sus acciones en algunas zonas del país. No es el caso del Putumayo donde han adelantado varios ataques a la industria petrolera con graves consecuencias ambientales.

2 Por intereses industriales predadores me re-fiero a las empresas extractivas de recursos naturales a gran escala. Por lo general, son empresas de capital multinacional e instalan en sus zonas de operación economías de enclave caracterizadas por la exportación de las ganancias y por la baja responsabilidad de los costos sociales y ambientales a largo plazo.

3 En los últimos meses se han incrementado los asesinatos de dirigentes de organiza-ciones sociales y comunitarias comprome-tidos con la defensa territorial y del medio ambiente.

Por: Martha Fajardo Valbuena*

La Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Uni-versidad de Ibagué ha apoya-

do el proyecto Liberatura, desde el año 2004. Lo que, en su inicio, fue un espacio para compartir lecturas literarias y hacer uso del tiempo li-bre fue convirtiéndose, con el paso del tiempo, en un proyecto de pro-moción de lectura que, hoy en día, ha entregado a la región promo-tores de lectura calificados, profe-sionales en capacidad de proponer proyectos culturales, escritores ganadores de premios nacionales e internacionales y directores de talleres que han cumplido diversos proyectos de la mano del Ministe-rio de Cultura.

En el año 2015, la Gobernación del Tolima, la Fundación fei (Fami-lia, entorno e individuo) y la Ofici-na de Responsabilidad Social de la Universidad de Ibagué se arriesga-ron en un proyecto singular que in-volucraba los saberes recopilados en once años de labores del grupo Liberatura. Este consistía en crear un taller de narración para jóvenes del sistema de responsabilidad pe-nal para adolescentes en situación penal no resuelta y/o con privación de la libertad.

El objetivo de dicho proyecto, se-gún el documento elaborado para tal fin, era el “Fortalecimiento al modelo de atención restaurativo dirigido a los jóvenes y adolescen-tes del sistema de responsabili-dad penal en el departamento del Tolima”. Se pretendía facilitar la creación y comunicación de pro-ductos artísticos y narrativos por parte de 250 adolescentes y jóve-nes pertenecientes al sistema de

Escribir para vivir

La mayoría de los jóvenes no sobrepasaban los veinte años, pero ya eran padres y esposos y sus escritos mostraban la necesidad de comunicarse con quienes

formaban su núcleo afectivo.

Árbol de Tinta, noviembre de 2016

15responsabilidad penal para adoles-centes en cinco municipios del To-lima, con el fin de incentivar la ade-cuada utilización del tiempo libre y a la vez contribuir de manera sig-nificativa a la prevención del con-sumo de sustancias psicoactivas en sus diferentes niveles.

El Ministerio de Cultura, por me-dio de su programa relata (Red de talleres de escritura creativa), ha li-derado por diez años el programa Libertad Bajo Palabra para adultos en situación carcelaria. El taller re-lata-Liberatura Ibagué ha estado vinculado a la red por nueve años y fue convocado para asesorar y di-señar este proyecto dirigido a jóve-nes. El reto era enorme pues la es-critura y la lectura no han sido el fuerte de los programas de tiempo libre ni dentro, ni fuera de las ins-tituciones penales de nuestro país.

El equipo de trabajo se conformó con miembros del tercer nivel del taller Liberatura. Ellos, durante 72 horas capacitaron a 250 jóvenes en habilidades básicas de narración y composición poética. El proceso de este taller arrojó conclusiones muy interesantes y grandes aprendiza-jes para todas las partes.

A nivel institucional se pudo constatar que la lectura y la escri-tura como prácticas de tiempo libre no son reconocidas. Existía en el ambiente la idea de que si un joven cometía una falta era castigado le-yendo o escribiendo. Escribir y leer se veía exclusivamente como prác-ticas de la escuela. Obviamente, la primera impresión de los jóvenes iba en este sentido. Este era el reto del taller; abrir un espacio para leer y escribir por placer.

Durante los talleres se trabajó con el fortalecimiento de los gus-tos personales, del encuentro con la realidad propia, vista desde la escritura. Fue muy interesante ver los sueños de los jóvenes, sus aspiraciones y su idea de los tres temas fundamentales de la litera-tura, la vida el amor y la muerte. En los escritos, resultado del ta-ller, se encuentran testimonios de vida que reflejan una realidad muy exigente, unas condiciones cruzadas por visiones patriarcales que generan en los jóvenes insen-sibilidad, miedo al fracaso, temor a ser menospreciados y ridiculiza-dos y mucho resentimiento.

El gran interés de todos era aprender y utilizar el espacio para escribir y mejorar sus cartas de amor. La mayoría de los jóvenes no sobrepasaban los veinte años, pero ya eran padres y esposos y sus es-critos mostraban la necesidad de comunicarse con quienes forma-ban su núcleo afectivo. La pérdida del padre, del mejor amigo, el fra-caso amoroso y los sueños produc-to de películas se convirtieron en el mundo recreado en sus poemas y narraciones.

Estos trabajos forman parte de una antología que fue entregada al icbf y espera la aprobación para su publicación pues esta entidad tiene la custodia de los menores y, por ende, es quien decide sobre derechos de publicación y demás

trámites. Los textos seleccionados para este libro poseen un lengua-je simple pero profundo y muchos de sus poemas son de una honesti-dad conmovedora. Los dibujos que acompañan los textos son también de autoría de los jóvenes.

Si bien la ejecución del proyecto fue difícil y llena de aprendizajes, el equipo Liberatura comprobó que leer se convierte en una oportuni-dad para que los jóvenes encuen-tren realidades diversas, e incluso, experiencias parecidas a las que ellos viven y no se sientan tan solos o desesperanzados.

Para la Universidad de Ibagué este proyecto resultó una fuente de aprendizaje y experiencia y para el grupo Liberatura, conformado por los tutores Eder Giovanni Cerve-ra y Luisa Fernanda Pérez, fue un estímulo adicional para creer en el poder de la formación en lectu-ra y escritura creativas. Estamos convencidos de que escribir la pa-labra hermano, amor, padre, muer-te, genera en los individuos que la escriben una virtualización de la realidad, una liberación y un reen-cuentro, e incluso una oportunidad para reflexionar. Privados de la li-bertad la lectura les permite abs-traerse, separarse de aquello que les oprime y les duele e, incluso, re-visar y comprender sus experien-cias de vida.

Nos ratificamos pues en que vale la pena continuar con estos proyec-tos hasta encontrar el método, el camino para permitir que por me-dio de la palabra escrita estos jóve-nes puedan encontrar un significa-do para la palabra vida.

*Docente de la Facultad de Humani-dades, Artes y Ciencias [email protected]

Foto: Margareth Bonilla

Saliendo de la oscuridad hacia la luz

Por: María Victoria León Grimaldos*

Pensar en la construcción de ciudadanía, a partir de la for-mación de arquitectos y el

dibujo, sugiere puntualizar en el modo de ver los tres aspectos para el grupo: hablar de dibujo, hablar de formación y hablar ciudadanía.

Hablar de dibujo nos implica, en primera instancia, recordar las en-señanzas de los maestros. Le Cor-busier (2016), por ejemplo, enseña que es preferible dibujar a hablar, porque dibujar es más rápido, y deja menos espacio para la menti-ra; por su parte, Miguel Ángel, ar-quitecto, escultor, pintor, escritor y poeta italiano, aduce que la perfec-ción no es cosa pequeña, pero está hecha de pequeñas cosas.

Adicionalmente, hablar de for-mación de arquitectos nos lleva a revisar la Carta unesco/uia de for-mación en Arquitectura (2011, pág. 4) y los objetivos de la formación de conocimiento que en ella se sus-criben, relacionados con los estu-dios culturales y artísticos, a saber: • La capacidad para actuar con conocimiento de los precedentes históricos y culturales en arqui-tectura local y mundial.

• Capacidad para actuar con cono-cimiento de las Bellas Artes que influya en la calidad de la concep-ción arquitectónico.

• La comprensión de cuestiones del patrimonio en un entorno con-struido.

• El reconocimiento de la relación existente entre Arquitectura y otras disciplinas creativas. Y tercero, hablar de ciudadanía

nos lleva a entender que es el con-junto de  derechos y deberes  por los cuales el ciudadano o indivi-duo está sujeto en su relación con la sociedad en que vive (significa-dos.com, 2016). Sin embargo, al ser

la ciudad el soporte del ciudadano, nos acogemos a la mirada de ciudad conquistada que detenta Jordi Bor-ja cuando afirma que ella “demues-tra las posibilidades de refundar la ciudad sobre la ciudadanía activa que utiliza sus espacios públicos con el objeto de construir una vida mejor” (Dammert, 2004, pág. 124), lo que nos lleva a entender que la ciudad somos todos. Es este el pun-to de partida para el nacimiento de Bocetos Urbanos/Tolima, sopor-tado desde la teoría de Reflexión Acción de la Práctica de Donald Schön(2011).

En efecto, es un proyecto que nace de la iniciativa de un grupo de profesionales apasionados por el dibujo, que se proponen salir frecuentemente a dibujar espacios urbanos dentro y fuera del depar-tamento del Tolima con el fin de apoyar procesos académicos, de investigación y de responsabilidad social, bajo el marco de los propó-sitos institucionales de la Universi-dad de Ibagué.

Por ello, su misión es fortale-cer el proceso de apropiación regional en las diferentes comu-nidades por medio del dibujo de

Dibujo y arquitectura

Árbol de Tinta, noviembre de 2016

17ciudad y de sus diferentes compo-nentes como pretexto para la re-cuperación de valores esenciales de la persona y la construcción de identidades. En consonancia, su visión es: En el 2021, Bocetos Urbanos Tolima se proyecta como un grupo reconocido a nivel de-partamental como gestor de ac-tividades académicas,  culturales

y de investigación, alrededor de la práctica del dibujo y la percep-ción del territorio.

Antecedentes Nacimos a partir de la experiencia

vivida con Bocetos Urbanos/Bogotá, proyecto coordinado por el arqui-tecto Armando Calderón Aguirre, que para el 2015 llevaba tres años y medio con la idea y cuyo propó-sito era realizar salidas a dibujar por amor al arte y a la ciudad. Actual-mente, desarrolla su propio proyec-to editorial. Este grupo trabaja bajo

los lineamientos de Urban Sket-chers, un colectivo de artistas en todo el mundo que dibujan las ciu-dades donde viven y los sitios adon-de viajan (Urban Sketchers, 2106).

¿Quiénes lo conforman? Actualmente el grupo base está

conformado por dos artistas plás-ticos de la Universidad del Toli-ma, un artista plástico del Museo del Arte y siete profesionales de las áreas de Diseño y Arquitectura, do-centes y administrativos de la Uni-versidad de Ibagué.

¿Cómo vamos? Cumplimos el pasado 15 de sep-

tiembre un año. Hacemos entre dos y tres salidas por semestre. A la fecha, llevamos siete salidas, cada una con un significado conforme con las diferentes miradas de la ciudad, a saber:• Conservatorio del Tolima y Par-que de la Música. Por ser Ibagué considerada ciudad musical.

• Catedral Inmaculada Concepción de Ibagué y Parque Simón Bolívar. Por su importancia histórica y pertenecer al centro de la ciudad.

• El Panóptico de Ibagué. La prisión es considerada una de las joyas ar-quitectónicas de Colombia.

• Ambalema. Municipios de con-servación arquitectónica en Co-lombia.

• El Museo del Arte del Tolima. Muestra de arquitectura moderna de la ciudad.

• Plazoleta Darío Echandía. Ar-quitectura contemporánea, pro-mueve la cultura.

• Teatro Tolima. Concierto por la paz. La experiencia ha sido gratifican-

te por el reconocimiento que se le ha dado a la actividad, teniendo en cuenta que la comunidad ha solici-tado seguir ampliando el número de encuentros en el semestre. He-mos sido invitados como grupo a participar de dos importantes mo-mentos para la ciudad como son: Día internacional de los museos, el 18 y 19 de mayo de 2016, y el Concierto por la paz, realizado el pasado 26 de septiembre de 2016. También apoyamos el proceso de investigación de Rastro Urbano1 en Ambalema.

Asimismo, hemos contado con la participación de más de 150 per-sonas, desde niños hasta adultos, quienes han compartido con noso-tros otras formas de ver la ciudad y de pensarla, para aportar a los cam-bios que desde la administración sugieren una Ibagué participativa, turística y ambiental.

Seguimos trabajando e invitamos a que nos visiten en el Facebook: Bocetos Urbanos/Tolima.

* Docente del Programa de [email protected]

Referencias Bocetos Urbanos/Tolima. (2 de Agosto

de 2015). Limeamientos. Obtenido de Bocetos Urbanos/tolima web site: https://www.facebook.com/Bocetos-Urbanos-Tolima-743445035799999/about/

Dammert, L. (Septiembre de 2004). Reseña sobre La Ciudad Conquistada de Jordi Bor-ja. Revista Eure, XXX(90), 124-126. Re-cuperado el 5 de Septiembre de 2016, de Extranet web site: http://extranet.injuv.gob.cl/cedoc/Coleccion%20Espacios%20Publicos%20y%20ciudadania/Jordi_Bor-ja_Ciudadania_Cultural_2004.pdf

Frases y Pensamientos. (2016). Frases de Le Corbusier. Obtenido de Frases y Pensamientos web site: http://www.frasesypensamientos.com.ar/autor/le-cor-busier.html

Shön, D. (10 de Diciembre de 2011). Archivos Práctica Reflexiva. Obtenido de Práctica Reflexiva web site: Tomado de: Donald Schön Archivos - Practica Reflexi-va disponible en: http://www.practicare-flexiva.pro/tag/donald-schon/

Significados.com. (2016). Significado de Ciu dadanía. Recuperado el 5 de Septiem-bre de 2016, de Significados web site: http://www.significados.com/ciudada-nia/

unesco/uia. (2011). Carta unesco/uia de la formación en Arquitectura. Recuperado el 7 de Julio de 2016, de International Union of Architects web site: http://www.uia.archi/sites/default/files/charte-es.pdf

Urban Sketchers. (2106). Urban Sketchers. Obtenido de Urban Sketchers web site: http://www.urbansketchers.org/

1 Grupo de investigación de la Universidad de Ibagué. Disponible en: http://inves-tigaciones.unibague.edu.co/index.php/rastro-urbano

Salida N° 3. Panóptico de Ibagué

Ilustración de María Victoria Léon Grimaldos

Por: Hans Sanabria*

El ser humano tiene deseos (anhelos de algo que no se tiene) que se manifiestan en

varios niveles de intensidad. En primer lugar, están los deseos de la sensibilidad –es decir, los deseos biológicos– tales como el deseo de comer, beber, reproducirse, etc. En segundo lugar, están los deseos del entendimiento, como a la libertad, la felicidad, el buen vivir, etc. Y, por último, están los deseos de la razón como son el deseo de saber, el deseo de la verdad, del conoci-miento, el deseo de trascender, etc. Los deseos del primer nivel son compartidos con los animales no–racionales ya que, al igual que ellos, satisfacen las necesidades primor-diales para la supervivencia del individuo y de la especie. Los dos siguientes niveles de deseo son los que propiamente se le atribuyen al ser humano.

Además, el ser humano detenta la voluntad, la facultad que permi-te tomar decisiones libres frente a lo que se desea. Implica el uso de la conciencia frente a lo que se quiere hacer o no hacer. Esto marca ya una diferencia con los demás seres vivos que al no tener conciencia de su desear, no pue-den tener voluntad en la acción. No obstante, un pensador como Nietzsche cuando se refiere a La voluntad de poder dice que to-dos los seres vivos luchan por la subsistencia, incluso sometiendo la voluntad de otros. Desde este punto de vista, se puede decir que, de alguna manera instintiva, los seres vivos tienen una cierta voluntad que les permite sobre-vivir cumpliendo sus deseos, aún si ello implica imponerse por en-cima de otros individuos. La vo-luntad de poder será, entonces, el mecanismo de la existencia que le permite a los seres vivos lograr lo que se desea.

Pero ¿por qué se desea lo que se desea? En el caso de los deseos de la sensibilidad es claro que son in-dispensables para la conservación de la vida y, por ello, se desean y la voluntad los quiere. En los de-más casos se encuentran deseos de muchas cosas diferentes: el de-seo de viajar, de estudiar, de ser admirado, de ser reconocido, etc.; asimismo, no todos los deseos son positivos, también se desean males: por ello existe el robo, la avaricia, la explotación de unos a otros, el racismo, etc. Y aquí la razón ha sido decisiva para este segundo tipo de deseos. Por me-dio de la razón el ser humano ha aprendido a desear. Los animales no–racionales no desean la ver-dad y no necesitan de ese deseo para vivir. El hombre se ha educa-do en desear mucho más de lo que puede obtener en realidad. La ra-zón ha llevado al hombre a que su voluntad de poder sea la norma de la existencia. Y con este afán de

Stalker y el camino a larealización de los deseos

Vislumbrando la vida hacia adelante

Foto: Margareth Bonilla

Árbol de Tinta, noviembre de 2016

19obtener todo lo que se desea mu-cho se ha perdido en el equilibrio de la vida.

La razón ha sido responsable del desenfreno humano del deseo y ello ha desencadenado la ruptura del hombre con el medio ambien-te, con los demás seres vivos y con su prójimo. Esta es la tesis princi-pal, desde mi punto de vista, de la película Stalker.

StalkerStalker es una película de cien-

cia ficción del director ruso Andrei Tarkovski, estrenada en 1979 en la Unión Soviética. A diferencia de las grandes producciones de hoy, en esta película no hay grandes efec-tos visuales ni escenografías futu-ristas. Por el contrario, se destaca lo simple de los edificios y la pre-sencia constante de la naturaleza.

Presenta el viaje de dos hombres (un escritor/poeta y un profesor/científico), guiados por Stalker a través de la zona para llegar a una habitación que tiene el poder de cumplir el deseo más íntimo. Du-rante el recorrido cada uno de es-tos viajeros hace un examen de sí mismo y de lo que quiere. Stalker cuenta la historia de Dikoobras quien tenía responsabilidad en la muerte de su hermano. Va a la ha-bitación dentro de la zona a pedir que su hermano reviva, pero una vez que llega a su casa descubre que se ha enriquecido. No soporta esta idea y termina ahorcándose. La ha-bitación cumplió su deseo más pro-fundo, que en este caso no era la vida de su hermano sino las rique-zas. En la habitación no se cumplen los deseos que se digan sino los más profundos del ser.

La zona es el lugar en donde, su-puestamente, cayó un meteorito y en donde ocurren cosas extrañas. Las personas que entran solas, sin un Stalker, desaparecen. Sin la guía del Stalker, la gente muere y no puede llegar a la habitación de los deseos. En la zona entran tres figu-ras: el poeta que no cree en la ra-cionalidad, el científico que no cree en la humanidad y el Stalker que re-presenta al hombre simple, que tie-ne esperanzas en la humanidad y que se preocupa por los demás.

Una vez los tres caminantes

llegan al pórtico de la habitación entienden con claridad cómo fun-ciona. El deseo que se cumple es el que íntimamente se anhela y nin-guno de ellos puede decir cuál es ese deseo. Ello hace que desistan de entrar en la habitación. Lo que en principio se entiende como un regalo al hombre para que sea feliz, ahora se manifiesta como un infor-tunio. En últimas, tanto el escritor como el profesor, descubren que correr el riesgo de entrar podría ser catastrófico.

¿Qué nos hace humanos?Esta pareciera ser una pregunta

que desde la filosofía ha tenido un sinnúmero de respuestas. De he-cho, se ha dicho que lo realmente

humano, lo que nos diferencia de los demás animales es la razón. El conocimiento científico se presen-ta como uno de los mayores logros de la expresión de lo humano. La ilustración, o salida del hombre de su minoría de edad, significa para Kant la victoria de la razón y la libertad. Lo que hace humano al hombre, se dice, es la razón.

Con Tarkovski emerge un nue-vo sentido de lo que nos hace hu-manos. Para ello hay que tener en cuenta lo que ocurre en la habita-ción de los deseos. ¿Será que el de-seo más profundo de algún indivi-duo es la paz del mundo, conocer el universo, etc.? O ¿será que el deseo más profundo puede ser la destruc-ción de la Tierra, la extinción del hombre, la opresión y dominio? Los animales no–racionales, que desean sensiblemente, podrían encontrar en la habitación la sa-tisfacción completa de sus deseos. El hecho de que el ser humano no sepa qué es lo que desea conlleva una diferencia con los animales. Desear más allá de lo que se pue-de conduce al sufrimiento y des-espero de la existencia; y en ello sí que el hombre es diferente de los demás seres vivos.

Como conclusiónTarkovski muestra que por me-

dio del arte (sus películas) se pue-de ahondar en el conocimiento de sí mismo. Y, en la medida en que los deseos se esclarezcan, va a ser más fácil que se logre el equilibrio que se ha perdido con el mundo. La mejor manera de realizar todos los deseos es tener pocos.

*Docente de la Facultad de Humani-dades, Artes y Ciencias [email protected]

El hombre se ha educado en desear

mucho más de lo que puede obtener en

realidad. La razón ha llevado al hombre a que su voluntad de poder sea la norma

de la existencia.

Por: Diomedes Acosta Mora*

La relación que la universidad y la academia establecen con el entorno, con los temas,

problemas, las historias y persona-jes de la región, en este caso, de Ibagué y el Tolima, es fundamental para la proyección social de la ins-titución universitaria. La universi-dad regional tiene como objetivo impactar en el contexto inmedia-to, con propuestas que salen de las aulas y se trasladan a las diversas poblaciones, grupos sociales y es-pacios en los que las comunidades se desenvuelven y desarrollan su vida cotidiana.

En pertinencia, el programa de Comunicación Social y Periodismo asume un compromiso humanista y de reconocimiento de los otros que

constituyen el territorio, y ha pro-puesto una serie de proyectos de intervención en las comunidades, con el fin de establecer un diálogo con la realidad y sus protagonistas. Una de esas propuesta es la Estrate-gia Ciudadana, que apunta a relevar los aspectos ciudadanos que desa-rrollan las comunidades que hacen trabajo colaborativo en la región y las historias que a partir de ahí se empiezan a narrar.

La Estrategia ciudadana como apuesta pedagógica vincula una mirada conceptual sobre la parti-cipación, la producción de medios ciudadanos y del periodismo, que narra las historias de quienes, des-de sus potencialidades, han reali-zado procesos colectivos que di-namizan su microcírculo social, mostrando de qué es capaz una co-munidad cuando decide accionar y

hacer con los otros para transfor-mar su entorno y sus condiciones de vida. Este proyecto académico de Estrategia Ciudadana promue-ve entre sus integrantes el recono-cimiento de los distintos tipos de ciudadanías y tiene como finalidad mostrar esas experiencias ciudada-nas, que pueden servir para mode-lar formas de participación en otros sectores y/o comunidades.

El proceso y los productos, cuando la estrategia ciudada-na es un solo camino

La Estrategia ciudadana como proceso se desarrolla en varios momentos durante el semestre, el resultado de todo el proceso son varios productos que se mues-tran a la comunidad como cierre del proyecto en el semestre. Los

Reconstruyendo historiasde participación

Juventud, música y esperanza del presente y el futuro

Foto: Margareth Bonilla

Árbol de Tinta, noviembre de 2016

21productos, como se había mencio-nado, son un documental, una po-nencia y una mesa ciudadana. Tres trabajos que dentro de la estrategia tienen unas metodologías particu-lares y unos aspectos que relevar.• Los documentales. Este mo-mento de realización audiovisual sobre la historia o caso de la or-ganización, grupo o colectivo que cada grupo ha elegido, se confi gura como el derrotero para la estrate-gia ciudadana. Cada grupo, que tiene aproxi madamente de sie te a nueve integrantes, de acuer do al semestre, define los roles de producción y produce la histo-ria teniendo en cuenta el tema y parámetros trabajados en la clase de producción en televisión.

• La ponencia. A partir de las re-flexiones que se presentan por el manejo de la información recolec-tada en la indagación del tema del documental, los estudiantes reali-zan un texto a manera de ponencia en el que recogen las discusiones y los argumentos que permitan soportar lo que han investigado.

• La mesa ciudadana. Como par-te final de la estrategia, la mesa ciudadana ha venido a consoli-dar la deliberación y el debate propio de la ciudadana, al ser un espacio de encuentro en el cual los integrantes de los diferentes

grupos ponen en escena su voz a través de la participación acer-ca del trabajo que realizan en sus respectivas comunidades. La in-tegración implica el acercamien-to a cada uno de los actores, la presentación de su labor allí, que también se ha plasmado en el documental, la socialización de sus haceres y las metodologías que usan para llevar a cabo sus objetivos.Cabe resaltar que los procesos de

indagación realizados en el marco de este proyecto se han llevado a cabo con grupos de diversas comu-nas de la ciudad de Ibagué, entre ellos, jóvenes, organizaciones polí-ticas, ambientales, culturales; pero, también con comunidades organi-zadas de diferentes municipios del departamento del Tolima. Los es-tudiantes han viajado a municipios como Natagaima, Ortega, Guamo, Rovira, Líbano, Ambalema, Caja-marca, Venadillo, Prado, Valle de San Juan, Melgar, entre otros. En un recorrido y búsqueda de historias que han reflejado las formas de tra-bajo colectivo o colaborativo y, en muchas ocasiones, los problemas y salidas que han encontrado los ha-bitantes de dichas localidades.

Hasta el momento se ha produci-do más de veinte ponencias; algu-nas se han publicado en la revista

del Programa, Entre Nos Otros. Asimismo, como parte del proceso académico, se han realizado cuatro mesas ciudadanas en las que han participado actores de la comuni-dad, académicos y delegados de las instituciones públicas que, en un encuentro para el debate conjun-to, expresaron sus opiniones sobre temas como la paz, el conflicto, la desigualdad, la participación y la organización social. Al tiempo, el trabajo se ha complementado con la producción de más de treinta do-cumentales que dan cuenta de la indagación y concreción de la es-trategia ciudadana como propues-ta inclusiva y participativa desde lo académico.

Así, partiendo de la filosofía de la unión de saberes mediante el tra-bajo conjunto logrado e imparti-do desde las asignaturas que con-forman la Estrategia Ciudadana, se pretende ir consolidando la visión común de construir ciudadanía a partir del diálogo que surge entre todos los actores internos y exter-nos que participan en este proceso y experiencia pedagógica.

*Docente del Programa deComunicación Social y [email protected]

Foto: Margareth Bonilla

Espíritu infantil sensible y creativo

Por: Daniel Lopera Molano*

Los avances realizados du-rante la última mitad del siglo xx en el área de métodos de

diseño tuvieron su comienzo más sólido en el trabajo de la Escuela de Diseño de Ulm (1947-1968). Esta primera generación de in-vestigación y desarrollo de meto-dologías, fue apoyada por el Reino Unido y Estados Unidos (Bürdek, 2005), y adquirió mayor peso con la enorme demanda que existió en los países europeos posterior a la Segunda Guerra Mundial.

En realidad, las primeras me-todologías del diseño se vincula-ron con la teoría reduccionista y

buscaron dividir el proceso de di-seño en pequeñas partes con las que fuera posible trabajar y desa-rrollar conocimiento en cada una de ellas. Los pasos principales que se establecieron fueron: entender y definir el reto de diseño, recopi-lar información, analizar la infor-mación obtenida, desarrollar alter-nativas de solución, identificar las ventajas y desventajas de cada una de las propuestas y decidir las me-jores opciones, comprobar e imple-mentar la solución.

Para 1962, ya habiendo dado un primer paso en el desarrollo de me-todologías de diseño, durante la Conferencia en Métodos de Dise-ño, ofrecida en Inglaterra, se reco-nocieron tres campos que surgían

de ellas y que tomaron como base las teorías reduccionista, conduc-tista y fenomenológica. La reduc-cionista se enfocó plenamente en el racionalismo y procesos objeti-vos de pensamiento. La conductis-ta interpretó los métodos de dise-ño como maneras de describir el comportamiento humano y su rela-ción con el entorno construido. La fenomenológica optó por un enfo-que en la experiencia humana y la percepción. Posteriormente, estos campos tendrían mayores desarro-llos (Bürdek, 2005).

Luego, bajo el enfoque en las per-sonas y las diferencias en proceso que esto suscitó, en los años seten-ta y ochenta, comenzaron a desa-rrollarse modelos más orientados

Diseño humanista

Foto: Margareth Bonilla

Camaradería, arte y música

Árbol de Tinta, noviembre de 2016

23a la práctica y a la reflexión en la práctica (Schön, 1983). Los méto-dos se basaron principalmente en la filosofía empirista y de los mo-delos anteriores incluyeron proce-sos de investigación y desarrollo de conocimientos, pero, esta vez, motivados especialmente por la ac-ción en la práctica y por el contacto directo con los implicados. Actual-mente, los métodos varían amplia-mente e incluyen tanto parte del modelo racional como procesos de diseño más autónomos basados en la integralidad de las fases.

Debido a los avances en las tec-nologías de la información, los años ochenta representaron un cambio radical en los métodos tradicio-nales de diseño. El proceso básico de problema-análisis-solución fue abandonado y pasó a tener un foco en las personas y sus intereses. Igualmente, empezó a considerar-se mucho más la relación dinámi-ca y amplia entre usuario y medio/mensaje, como el verdadero foco de interés para el diseñador. Como consecuencia de todo lo anterior, surgieron nuevos campos de apli-cación del diseño y posibilidades de especialización.

Estas nuevas metodologías, y so-bre todo visiones del diseño, han vinculado a los usuarios de los productos de maneras cada vez más diversas y activas. De la mis-ma forma, propendieron por una comprensión mayor del contexto, dejando ya de lado la vieja discu-sión de forma y función como en-tidades absolutas. El nuevo diseño ya no se instauró en las preguntas tradicionales desarrolladas por sus antecesores, y no observó al con-texto y al producto como entidades separadas de estudio, sino que bus-có observar y comprender las prác-ticas humanas de manera integral, al igual que abordó los complejos procesos de significación cultural que ocurren en su relación con los productos.

Como respuesta a estos enfoques, los proyectos de diseño empezaron a incluir tanto procesos analíticos como habilidades de síntesis, es-tando mucho más informados de las necesidades reales de las perso-nas y la complejidad del entorno. Las ciencias sociales y las ciencias

políticas comenzaron a tener un rol fundamental como aportantes a los procesos de diseño. Hoy en día, los métodos se basan en investigación directa con el humano y sus cir-cunstancias reales (procesos etno-gráficos), en procesos de vincula-ción más profunda y empática con los actores implicados en el proce-so de diseño, y una apertura cada vez más amplia a otras disciplinas y saberes que favorezcan la trans-formación social (ver por ejemplo: Diseño Participativo).

Paralelamente, el vínculo entre di-seño y negocios ha buscado proveer valor agregado al usuario. Este vín-culo se fortalece al relacionarse más directamente con la oferta de expe-riencias auténticas que se estable-cen como un nivel avanzado de per-sonalización. Desde este enfoque, el resultado del diseño es observado como el medio que permite la expe-riencia, y el valor surge en la interac-ción entre el usuario y el producto. Entonces, las implicaciones del dise-ño están en la necesidad de enten-der aquello que hace a la experiencia (Boztepe, 2007). Por esto, una varie-dad de métodos del campo del dise-ño de servicios han sido desarrolla-dos y empleados.

Como resultado, los métodos de diseño vinculan diferentes campos de aplicación del diseño de mane-ra integral, y permiten la incur-sión de otras disciplinas. El diseño

comienza a centrarse en el proyec-to y en la conversación entre cada uno de sus actores (diseño centra-do en los seres humanos). Los ro-les se redefinen y se comienza a ob-servar al diseñador como un agente de cambio social (Fry, 2011). Así, el diseño deja de centrase tanto en el proceso productivo y en el ele-mento tangible, para enfocarse en el propósito colectivo que se quie-re lograr, abordando también as-pectos emocionales y culturales en los que productos y comunica-ciones que tienen lugar (Heskett, 2008; Margolin, 1997).

Evidentemente, la metodología del diseño centrado en los seres humanos no es rígida ni está com-pletamente establecida, permite múltiples variaciones y desarrollos. De esta forma, se hace coherente con el proceso proyectual ya que se adapta a sus características y se moldea según lo que mejor le sirva a cada proyecto particular. Final-mente, y de manera significativa, se hace coherente con los complejos retos de la época actual que tienen la característica de ser transdisci-plinarios, lo que nos invita y obli-ga a pensar diferente y a poner los pies en la tierra, una tierra que se nos escapa en la fragmentación de un mundo que ha dejado de pensar-se desde una visión holística y una intención transformadora.

*Director del programa de Diseñ[email protected]

Este artículo está basado principalmente en la recopilación histórica de metodologías del diseño realizada por Burdeck (2005)

ReferenciasBürdek, B. (2005). Design, history, theory

and practice of Product Design. Berlín, Alemania: Editorial Birkhäuser.

Fry, T. (2009). Design Futuring. Sustain-ability, ethics and new practice. Nueva York, Estados Unidos: Berg, Oxford inter-national publishers.

Fry, T. (2011). Design as Politics. Nueva York, Estados Unidos: Editorial Berg.

Heskett, J. (2008). Creating economic value by design. International Journal of Design , 3 (1), 71-84.

Margolin, V. (1997). Getting to know the user. Design Studies , 18 (3), 227-235.

Schön, D. (1983). The Reflective Practi-cioner. Basi Books Inc.

Boztepe, S. (2007). User Value: Competing Theories and Models. International Jour-nal of Design , I (2), 55-63.

La metodología del diseño centrado en los seres humanos no es rígida ni está

completamente establecida, permite

múltiples variaciones y desarrollos

Por: Juan José Tautiva*

El participar como volunta-rio en instituciones me ha permitido aprender y sen-

tir. En este ejercicio existen tres factores que determinan a un vo-luntario: la entrega, el servicio y la voluntad, basados en nuestros talentos, pasiones y acciones para desa rrollarse en un determinado campo. El voluntariado no solo transforma la vida de aquellas personas a las que ayuda sino que realiza grandes aportes a la esfera

individual de cada persona. En pertinencia, a continuación re-sumiré brevemente mi historia en esta gratificante labor.

Mi trabajo como voluntario inicia el año 2010 cuando me inscribí al curso de voluntario pre-juvenil de la Cruz Roja Colombiana, Seccional Tolima. En ese entonces, apenas sa-bía de qué se trataban los primeros auxilios, lo que me hizo pensar en estudiar una carrera como la me-dicina o el derecho. Tras pasar tres años laborando con esta entidad humanitaria participé en el primer encuentro zonal de juventud que se realizó en Villavicencio, Meta.

La Cruz Roja de la juventud, en su poder humanitario, actúa con cinco programas que preparan la sociedad para afrontar o evitar las situaciones de emergencia y crisis, trabajando colectivamente para la educación comunitaria. Los pro-gramas se encuentran divididos de la siguiente manera:• Programa al aire libre.• Paz, acción y convivencia.• Infantiles y pre-juveniles• tic• Recreación, programa al que fui delegado. Durante el encuentro descu-

brí habilidades que no conocía, ni

Aprender a travésdel voluntariado

Foto: Margareth Bonilla

Ayer y hoy

percibía que tenía. La recreación me llamó mucho la atención por-que es un programa que tiene como objetivo promover la misión de la Cruz Roja: “Prevenir y aliviar el su-frimiento humano” a través del jue-go y el esparcimiento. Para ello, el programa usa el método de vínculo que se encarga de cambiar las vidas por medio de reflexiones que van surgiendo lúdicamente. Desde allí he vivido muchas anécdotas posi-tivas. Una de ellas transcurrió ese mismo año con la visita navideña realizada al área de pediatría del hospital Federico Lleras Acosta.

Ese día todo marchaba bien, se-gún lo planeado, incluso habíamos recreado una obra de títeres como actividad central para los niños, quienes se divertían mucho (una de las actividades que más llenan de alegría). Recuerdo que, al salir de la sala de pediatría, una de las enfermeras me comentó que había otra área más compleja y solo po-dían entrar pocos voluntarios. Yo conservaba dos espadas en globos que había guardado para los niños que considerara más especiales y decidí entrar.

Sinceramente, no pensé que fuera tan arduo el proceso de in-greso; debí lavarme muy bien las manos, los brazos, usar bata, gorro y cambiarme los zapatos. Cuando por fin logré entrar, fue inevita-ble no sentirme afligido; me en-contraba en el área de oncología infantil, y allí los casos eran muy graves. Cuando me disponía a sa-lir de la sala decidí darle una fi-gura de los globos a la única niña que estaba en la sala, pero aún me quedaba otra figura.

Cuando me estaba quitando la bata, una enfermera se me acer-có y me dijo que había un niño de cinco años que acababa de salir de una hospitalización donde el mé-dico encargado le había diagnos-ticado enfermedad terminal y vi-vía con una madre sustituta del Bienes tar Familiar. Busqué la figu-ra y fui a su encuentro… Cuando lo vi me arrodillé para darle un rega-lo… él solo se interesó por darme un abrazo… fue una de las sensacio-nes más especiales que un ser huma-no puede llegar a vivir. Después él me agradeció y decidió marcharse

con su globo, su regalo y una gran sonrisa que hasta el día de hoy no he podido olvidar.

Instantes después decidí tomar-me unos minutos para mí. Me sen-té en uno de los jardines que tiene el hospital. Allí reflexioné y lle-gué a la conclusión de que, desde ese día, mi vida ya no sería la mis-ma. Aprendí que la felicidad no se encuentra en las cosas materiales o en el dinero, lo que vale son los pequeños gestos solidarios, como el abrazo de aquel niño que pese a su situación, me dio una gran lección de valentía y coraje para afrontar la vida.

Desde ese día, me he dedicado a conocer a las personas a través del contacto con su mirada y los estre-chos abrazos, los cuales han venido de adultos mayores abandonados, niños de grupos étnicos en conflic-to, trabajadores sexuales, víctimas de las inundaciones, habitantes de la calle, entre otros.

Debo aceptar que los voluntaria-dos más gratificantes en los que he participado son el Aguapanelazo Solidario y el Oratorio Bos-Colom-bia, quienes luchan por disminuir los riesgos psicosociales en los que viven los niños del barrio La Esta-ción y alivian, por unos instantes, el hambre de quienes las calles son su hogar.

Me apasioné poco a poco de este estilo de vida y supe que quería dedicar mi vida a quienes más me necesitaban, en las noches pen-saba que había alguien con frío o hambre o quizás algún niño en so-ledad esperando un amigo y me sentía impotente ante esta reali-dad. En gran parte, esta experien-cia ha sido un factor importante, en mi decisión de estudiar Psico-logía en la Universidad de Ibagué, una de las mejores decisiones que he podido tomar. Para mí la Psico-logía es la mejor carrera del mundo y describe todo lo que soy. Además, la Universidad me ha brindado el es-pacio para participar en voluntaria-dos, como la Campaña de Preven-ción de spa que se realizará con el inpec. Actualmente, participo en las actividades del grupo de aten-ción psicosocial que realiza la Cruz Roja con miembros de programas de psicología de otras universida-des en Ibagué.

Para finalizar, quiero invitar-te amigo lector a realizar un gesto de bondad cada día, sin importar dónde o con quien estés; pronto te darás cuenta cómo tú y tu mundo cambian; no te desanimes ni desis-tas; en ocasiones, puede ser difícil y un poco frustrante; pero, te ase-guro, todo lo que hagas para ayudar a los demás sin esperar nada a cam-bio te será recompensado; al final, un voluntario recibe mucho más de lo que se da.

*Estudiante de Psicología, Universi-dad de Ibagué

Árbol de Tinta, noviembre de 2016

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La felicidad no se encuentra

en las cosas materiales o

en el dinero, lo que vale son los pequeños gestos

solidarios

Por: Paulino Perdomo Cubillos*

En Colombia vivimos un mo-mento coyuntural, un es-pacio histórico que nos ha

permitido divisar la paz como una realidad de nuestros barrios, cam-pos, familias, escuela y ciudad. Este momento me ha permitido pensar que nosotros los jóvenes podemos empezar a contar una historia dife-rente, y que las generaciones pos-teriores tendrán unos miedos dis-tintos a los sonidos de las balas y el

llanto de niños y viudas. Este sueño maravilloso, que se llama paz, im-plica que las acciones que nos lle-ven a ella no sean realizadas por otros, sino por nosotros mismos, a través de acciones cotidianas que manifiesten nuestro firme compro-miso para lograr tan anhelado fin.

Nacer en un pueblo estigmatiza-do como zona roja, utilizado mu-chas veces como corredor para los grupos al margen de la ley, permi-tió involucrarme en actividades de interés social y comunitario, crean-do un pensamiento crítico y social

en pro de la comunidad. Luego, el acercamiento por medio del traba-jo con desmovilizados de los dis-tintos grupos al margen de la ley, permitieron cambiar mi perspecti-va de la situación. Sumando a ello, la posibilidad que me brinda la Uni-versidad de Ibagué de poder inves-tigar y trabajar con víctimas, por medio del trabajo realizado en el semillero de investigación Bienes-tar y Calidad de Vida, hacen hoy considerar que la preparación uni-versitaria no solo debe girar en tor-no a la academia, las teorías y los

Pasa la paz, Tolima

Fraternidad y esperanza

Foto: Margareth Bonilla

Árbol de Tinta, noviembre de 2016

27diferentes autores que alimentan el conocimiento, sino también me hago profesional en la medida don-de puedo aportar a la comunidad donde me encuentro.

El  semillero lo componen estu-diantes y una profesora del pro-grama de Psicología. Actualmen-te estamos ejecutando el proyecto Resiliencia comunitaria como recur-so moderador de las consecuencias traumáticas del desplazamiento for-zado, en el cual trabajamos en una propuesta de intervención con un grupo de víctimas del conflicto que han sufrido el desplazamiento for-zado y que ahora viven en Ibagué. Uno de los principales objetivos que manejamos no es solo utilizar estrategias de investigación sino crear ideas que permitan aportar al cambio, transformación y cons-trucción de una mejor sociedad que promueva el bienestar y la ca-lidad de vida, y que a su vez, cons-truye un puente entre la sociedad y la Universidad.

El trabajo de campo con personas implicadas en el conflicto, en don-de a través del dialogo con ellos, he podido ver su deseo por lograr cambios sociales, brindar a próxi-mas generaciones nuevas posibili-dades y llegar en un futuro a per-donar, esto en algunos casos con cierta dificultad, pero con el deseo de lograr hacerlo. También, la ob-servación constante de indiferen-cia de jóvenes en involucrarse en foros, discusiones y espacios de diálogo sobre dicho tema, me hace pensar que a lo mejor es necesario idear otras estrategias que logren tocarnos con mayor intensidad. Distante, un poco más, de eventos de formalidad política y más cerca-na a los hechos cotidianos que nos toca a los jóvenes, y que nos pue-de permitir reflexionar sobre lo que yo puedo hacer por la paz. Tal como decía Jaime Garzón: “Si uste-des los jóvenes no asumen la direc-ción de su propio  país, nadie va a venir a salvarlo. ¡Nadie!”

De dicha labor, nació la pasada Jornada universitaria de ideas al-ternativas para la paz  Pasa la Paz Tolima, realizada el 24 de octubre. El objetivo de la Jornada fue gene-rar un espacio de participación uni-versitaria, en el que los miembros

de la comunidad se preguntarán ¿cómo puedo aportar a la paz? De esta manera, reflexionar sobre ac-ciones encaminadas a este fin des-de la construcción cotidiana y, en este caso, invitándolos a diseñar estrategias que sumen, desde una mira inclusiva de poblaciones, eda-des, profesiones, afinidades polí-ticas, entro otros aspectos que, en ocasiones, pueden ser factores que nos alejan de una posible participa-ción en escenarios de discusión.

La construcción del evento fue todo un proceso; en primer lugar, encontrar una definición de paz, que transmitiera nuestro sentir, una definición en términos positi-vos, como un proceso para vivir en comunidad desde el Estado, la so-ciedad y la familia. Luego, pensar, desde los jóvenes para los jóvenes, actividades que nos permitan ha-blar, proponer, cantar y reflexionar acerca de mi papel en una sociedad de paz.

Esta Jornada fue una oportunidad de aportar ideas constructivas de paz que logren la transformación de nuestros pensamientos a partir de las acciones como estudiantes,

incluso, como ciudadanos. El yoga, el arte como expresión de paz, ejemplos de vida y superación, los niños y adolescentes como ges-tores de paz, víctimas del conflic-to armado comprometidos a trans-formar realidades y personas en proceso de reintegración abriendo su corazón y comprometiéndose a aportar a la construcción de un país mejor, es el resultado de la jornada, que deja un saldo positivo y espe-ranzador para nuestro país.

Los retos están puestos sobre la mesa, seguiremos trabajando en el semillero con el proyecto de resi-liencia comunitaria con víctimas. Aportar por medio de la investi-gación en el planteamiento de una guía para realizar ejercicios de me-moria histórica, con un énfasis re-parador que no solo permita dar a conocer su historia, sino también hacer el respectivo duelo del hecho victimizante. Además de seguir convocando el interés de los jóve-nes a través de actividades.

La oportunidad de contribuir a la paz, en pequeños aportes que podamos realizar como agentes de cambios y transformación so-cial, está abierta a todos. Solo res-ta confrontarnos sobre el papel que cada uno de nosotros está ejer-ciendo en la sociedad. Se hace ur-gente luchar contra las posiciones cómodas o individuales que tene-mos ante la vida, es necesario que comencemos a pensar y proyectar-nos como una conciencia colectiva, para cuando nos pregunten ¿cuál es tu aporte para la paz?, nuestra res-puesta pueda ser escuchada.

* Estudiante de sexto semestre de Psi-cología e integrante del semillero de investigación Bienestar y Calidad de Vida.

Nacer en un pueblo estigmatizado como zona roja, utilizado muchas veces como

corredor para los grupos al margen de la ley, permitió involucrarme en

actividades de interés social y comunitario,

creando un pensamiento crítico y social en pro de la

comunidad.

Por: Franciny Espinosa Osorio*

Estudiantes/emprendedores, vinculados a la Opción en Emprendimiento de la Uni-

versidad de Ibagué, obtuvieron el primero y tercer lugar, respectiva-mente, en el Primer concurso de em-prendimiento Más ideas, más inno-vación, realizado por la Cámara de Comercio de Ibagué y patrocinado por Avianca, Cortolima, el Centro de Innovación de Bogotá y la Cor-poración Ventures.

El primer lugar fue para los es-tudiantes Brayan García, de Admi-nistración Financiera y Any Reino-so, de Mercadeo, con su proyecto Sweet cup, el cual consiste en empa-ques comestibles y/o biodegrada-bles diseñados para el consumo de helado, yogur y ensaladas de fruta.

Los estudiantes fueron premia-dos con un viaje internacional a un evento de emprendimiento en Ciu-dad de México, con visita a la Uni-versidad Tecnológica Nacional de ese país, donde tendrán la oportu-nidad de exponer su experiencia de emprendimiento. De igual forma,

obtuvieron la inscripción al con-curso nacional 2017 de la corpora-ción Ventures.

El tercer puesto fue para el pro-yecto ConvocApp, presentado por los graduados de la Universidad Jeins Camilo Leal, de Ingeniería Indus trial y Davison Gaitán, de In-geniería de Sistemas. También hace parte del grupo, David Leonardo Lozano, de la Universidad del To-lima. ConvocApp es una herramien-ta móvil para la gestión integral de partidos de fútbol.

Este equipo de emprendedores recibió como premio un viaje a Manizales al Laboratorio de Crea-tividad e Innovación-Neurocity, al igual que recibirán asistencia téc-nica especializada en la estructura-ción de la idea de negocio.

El concurso realizado para jóve-nes con ideas emprendedoras su-peró las expectativas trazadas por el ente organizador. A la convoca-toria se presentaron 107 proyec-tos, de los cuales fueron seleccio-naron 34. De estos, se escogieron 11, cuyos integrantes tuvieron una entrevista con los miembros del jurado, quienes eran empresarios

reconocidos de la región, y de allí fueron seleccionados los tres gana-dores. De la totalidad de propues-tas presentadas en el concurso, 25 las desarrollaron emprendedores de la Universidad de Ibagué, de las cuales cinco fueron finalistas del concurso de emprendimiento.

De acuerdo con el presidente eje-cutivo de la Cámara de Comercio de Ibagué, Luis Alfredo Huertas, se está descubriendo a los empre-sarios del futuro de la ciudad, con lo cual se genera una nueva dinámi-ca y forma de pensar en construir empresa.

*Comunicación Institucional, Universidad de Ibagué[email protected]

Emprendedores exitososFoto suministrada

Emprendedores que obtuvieron los tres primero lugares en el concurso de emprendimiento

Árbol de Tinta, noviembre de 2016

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Por: Franciny Espinosa Osorio*

La práctica profesional desarro-llada por Yessenia Hoyos y Alejandro Villanueva, gradua-

dos del programa de Psicología de la Universidad de Ibagué, fue escogida como la mejor a nivel nacional, en el área de Psicología, en el vi encuen-tro nacional y ii internacional de la Red de prácticas profesionales de Psicología, perteneciente a la Aso-ciación de Facultades de Psicología, Ascofapsi.

Como una práctica exitosa y sig-nificativa fue catalogado el trabajo desarrollado por los jóvenes con el grupo de investigación socio jurídi-co horus de la Unibagué, en la Fis-calía General de la Nación, seccio-nal Tolima.

La práctica estuvo centrada en un modelo de atención integral a vícti-mas y recepción de denuncias, el cual parte de tres elementos: la reparación a las víctimas, la no repetición y la ve-racidad. Este proyecto piloto actual-mente se implementa en la Fiscalía, Subdirección de atención integral a víctimas y usuarios.

La modalidad que desarrollaron fue trabajo de grado asociado a prác-tica profesional, por ello, comenza-ron con el componente investigativo con el fin de desarrollar la propuesta, para luego llevarla a su implementa-ción en la Unidad de alertas y clasifi-cación temprana de denuncias de la Fiscalía General de la Nación.

Los jóvenes partieron de dos va-riables de la psicología jurídica en la aplicación del conocimiento jurídi-co: la victimología y la criminología, en busca de comprender los efectos que la conducta delictiva genera en las víctimas y el modo en que operó la persona que cometió el delito, por cuanto ello deriva en un daño poste-rior a nivel psicológico y emocional en la víctima.

En el proceso de reparación se im-plementaron estrategias para trabajar con las víctimas, quienes en muchos casos son revictimizadas en los pro-cesos de atención que reciben por parte de los servidores de justicia. Para ello, Yessenia y Alejandro dise-ñaron un protocolo de atención de la víctima y una serie de herramientas con las cuales se busca potenciar los factores protectores e identificar los agentes de riesgo de las víctimas.

Lo que se busca con esta propuesta es un trato mucho más humano, acer-cado a las necesidades psicológicas de las personas que acuden a la Fis-calía a denunciar, precisó Alejandro.

A la hora de acercarse la víctima a presentar la denuncia, los jóve-nes encontraron que se generaban preguntas que vulneraban sus de-rechos, por lo que desarrollaron un plan de fortalecimiento, desde bases psicológicas, para capacitar a fun-cionarios de justicia.

“Es saber cómo indagar con la víctima para recoger la mayor can-tidad de información que apoye los procesos de investigación, pero

también minimizando las posibili-dades de revictimizar a la víctima”, precisó Yessenia.

Para la escogencia de la mejor prác-tica profesional, la red reppsi tuvo en cuenta criterios de calidad que cum-plió a cabalidad el trabajo de los jóve-nes egresados de la Unibagué, como el desarrollo investigativo, el impacto en los beneficiarios de los procesos desarrollados en el lugar de la prác-tica, y el impacto en el desarrollo de competencias profesionales de los estudiantes.

Para el profesor del programa de Psicología, Oscar Gutiérrez Cavajal, una de las fortalezas de la práctica de Yessenia y Alejandro es que en ella los estudiantes lograron hacer una conexión entre la teoría y la práctica. “El modelo desarrollado tiene clara la vinculación entre lo que dice la teoría y cómo aplicarla”, puntualizó.

*Comunicación Institucional, Universidad de Ibagué[email protected]

Psicólogos destacados

Foto suministrada

Por: Equipo Ávaco

Por quinta vez, el 1º y 2 de di-ciembre, la Universidad de Ibagué abre sus puertas para

recibir a conferencistas internac-ionales y ponentes nacionales quienes compartirán sus refle-xiones, innovaciones y conoci-mientos con docentes de Ibagué y del país acerca de uso de las Tec-nologías de la información y la Co-municación (tic) para la docencia y el aprendizaje.

La innovación educativa con re-cursos digitales se ha convertido en un fenómeno global imparable; las discusiones actuales no son acerca de si la tecnología desplaza al docente o esta no permite la formación integral sino, más bien, cómo generar nuevas metodologías para la docencia e in-novaciones educativas que contribu-yan al aprendizaje de nuestros estu-diantes de esta era digital.

La tecnología ya llegó y es par-te de la vida cotidiana. Esto nos ha llevado a plantear que el aprendiza-je es permanente en la vida del ser humano y es, fundamentalmente, una acción colectiva y relacional: se aprende con otros. Sin embargo, las universidades y sus docentes no están lo suficientemente prepa-rados para este cambio, porque si-guen fieles a la arraigada tradición

psicológica que ha sostenido que el aprendizaje es una acción indivi-dual que se produce por la activi-dad de un docente.

Hoy, los escenarios educativos son espacios de encuentro y traba-jo colaborativo, de ahí la importan-cia contemporánea de las redes, de los encuentros y de los eventos aca-démicos virtuales o presenciales. En estos procesos de cooperación, co-laboración e interacción es donde se ponen en común experiencias, co-nocimientos y reflexiones. Este ha sido el objetivo permanente de los congresos internacionales de Peda-gogía y tic que ha venido realizando el Centro de Innovación Educativa ávaco de la Universidad de Ibagué.

Desde el 2012, importantes confe-rencistas internacionales han partici-pado de estos encuentros académi-cos, como: Stephen Downes, Teemu Leinonen, Fernando Gamboa, Sylvia Currie, Claudio Rama, Adolfo Álvaro Martín, Vera Rexach, Carlos Magro Mazo, Koen DePryck, Cecilia Euge-nia Valdez o Chantal Levesque-Bris-to, entre otros, para compartir sus experiencias acerca de las transfor-maciones en el aula con incorpora-ción de tic y las innovaciones que requiere la Educación Superior.

Docentes de la Universidad que han trabajado en el rediseño de sus asignaturas con ávaco, cuen-tan sus experiencias con el uso de

herramientas digitales utilizadas para educar, como clickers para evaluar, ludificación, Socrative, clase inverti-da (flipped classroom), mooc o el uso de dispositivos móviles, entre otras. Así mismo, instituciones educati-vas de amplio reconocimiento por su trabajo de innovación en el aula, como el uso de scratch para la ense-ñanza de matemática a niños o las experiencias de trabajo en robótica, han encontrado un espacio en los ta-lleres que se realizan de forma para-lela, en el marco de los congresos de ávaco.

Para esta quinta versión, el Con-greso Internacional contará con ponentes nacionales y destaca-dos conferencistas internaciona-les como el chileno, Carlos Gonzá-les Ugalde; el portugués, João José Saraiva da Fonseca; las mexicanas, Ana María Bañuelos y Susana María Sosa Silva, que junto con Juana Ro-mán Maqueira, representante de la oea, compartirán sus experiencias e investigaciones en temas como: educación virtual, docencia, inves-tigación y evaluación para el apren-dizaje en el siglo xxi. En este even-to seguimos tejiendo redes con paciencia, optimismo y pensando en nuestros jóvenes estudiantes.

Seguimos tejiendo redesFoto suministrada

Árbol de Tinta, noviembre de 2016

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Por: Clara Quimbayo Cardona*

Miller Alexis Romero Cárdenas es ingeniero indus-trial de la Universidad de Ibagué, magíster en Sis-temas Integrados de Gestión, especialista en Administración y Gerencia de Sistemas de la Calidad y actualmente es estudiante de la maestría en Gestión de Riesgos.

Durante su carrera profesional se ha cer-tificado en competencias bajo la norma iso 17024, auditor líder iso 22301, experto en Continuidad de Negocio iso 22301 applus+, auditor líder del modelo de evaluación hse para contratistas, entrenador certificado por el Professional Evaluation and Certification-Board-pecb para Latinoamérica para la formación de auditores e implementadores, y conferencista internacional en gestión empresarial.

Consultoría ensistemas de gestión

-Graduado-

Graduado en 2001, Miller Alexis comenzó su vida profesional como gerente

de calidad de una de las organiza-ciones más grandes en comercio exterior de la capital. En 2009 se vinculó al Ministerio de Educación Nacional, en la subdirección de Aseguramiento de la calidad para la educación superior, con el fin de colaborar con el fortalecimiento de los procesos de registro calificado y acreditación institucional, a través del convenio mantenido con la Or-ganización de Estados Iberoameri-canos.

En 2012, decidió retirarse del sector público y fundar su empresa de consultoría, Consultores & Au-ditores en Gestión s.a.s., una em-presa innovadora en la prestación de servicios de consultoría para la implementación de soluciones empresariales, sistemas de gestión de seguridad y calidad bajo los re-ferenciales de las  normas interna-cionales iso y la Certificación de

competencias profesionales.Su idea de emprender, cuenta Mi-

ller Alexis, se da a raíz de visitar di-ferentes empresas y ver que exis-ten aspectos en materia de sistemas de gestión que se pueden y deben hacer mejor. “Lo más satisfactorio en este negocio es ver cómo los clientes han puesto su confianza en nuestro servicio de consultoría y alcanzan sus objetivos y metas pla-neadas gracias a las propuestas que hemos realizado nosotros”, afirmó.

Escenarios como la Unibagué dejaron en Miller muchos conoci-mientos y crearon sus bases pro-fesionales en aspectos como la disciplina, el liderazgo y la perseve-rancia. “Siempre he llevado muy en alto y con mucho orgullo el nom-bre de mi Universidad, nunca he considerado que el nombre de una institución o de una ciudad sea un impedimento para el emprendi-miento y crecimiento profesional. Hay que reconocer que estas dos variables facilitan un poco más el

logro de las metas pero no deben limitar. El aporte que pueda hacer un profesional a una sociedad no fue conferido a ciertas universida-des o regiones, esto debe venir de adentro del profesional y de las ga-nas que le ponga a lo que hace”, en-fatizó Miller.

Actualmente la consolidación de la empresa en el mercado interna-cional es el proyecto profesional en el que se encuentra. El fortale-cimiento de las exportaciones de servicios de consultoría y certifica-ción de competencias profesiona-les en México, Perú, República Do-minicana, Ecuador y la apertura de nuevos mercados en Brasil, Vene-zuela y Centro América.

*Periodista de la oficina de Comuni-cación Institucional, Universidad de Ibagué[email protected]

Foto: Gabriel Valbuena

Árbol de Tinta, noviembre de 2016

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