Facetas Febrero.22

8

Click here to load reader

description

Facetas Febrero.22

Transcript of Facetas Febrero.22

Page 1: Facetas Febrero.22
Page 2: Facetas Febrero.22

Ibagué, febrero 22 de 2009

www.elnuevodia.com.co>Léalo.

2 FACETAS>

El escritor John Updike, en una imagen reciente.

l escritor estadounidense John Updike, co-nocido sobre todo por sus crónicas de los suburbios, falleció a los 76 años, según confirmó su editor al diario The New York Times. Nacido en Shilligton, Pennsylvania EE.UU., el 18 de marzo de 1932, estudió en la Es-

cuela Superior de Shillington y en el Harvard College, y desde 1955 a 1957 fue reportero de la revista New Yorker. Allí desarrolló un estilo punzante y sarcástico con el que describía los vicios y virtudes de la vida cotidiana americana. Desde 1957 vivió en Ipswich, Massachusetts, y se dedicó a escribir. En 1960 publica la novela Corre Conejo, que más tarde se convertiría en la primera de una serie. En ella aborda la problemática del hombre medio, Harold Angstrom, apodado Conejo, un ex ju-gador de baloncesto que pretende adaptarse a la vida diaria, más doméstica. Los otros títulos son: El regreso de Conejo, Co-nejo es rico y Conejo en paz. En El Centauro (1963), explica, a través de un adolescente, las sensaciones y sentimientos provocados por una enfermedad como la psoriasis. En 1967 fue galardonado con el premio OHerry Story, y en 1982 con el del Círculo Nacional de Crí-ticos Literarios, pero uno de los más importantes fue el Premio Pulitzer, que consiguió ese mismo año, con Conejo es rico. Y por segunda vez, en 1991, con Ra-bbit at rest. En febrero de 1991 recibió el premio 1990 del Cír-culo de la Crítica Literaria de EE.UU., en la categoría de ficción, por Rabbit at Rest (Conejo en paz), la última novela de

la serie Rabbit (Conejo) donde la enfermedad y muerte del personaje central, Harry Angstrom, ilustra el decli-ve de EE.UU. En 1996, se reeditó en España Parejas que en los años 60 permaneció bastante tiempo entre las listas de los libros más vendidos. En esta novela analiza el comportamiento de algunas parejas de los 60, pione-ras en la frontera del sexo y la promiscuidad. En 1997 terminó la novela Toward the end of time (Hacia el final de los tiempos). Poco después, escribió las primeras líneas de un libro en Internet, bajo el título Murder makes the magazine, que continuaron escri-tores anónimos durante 43 días. En 1998, edita La belleza de los lirios, donde una vez más muestra a la clase media norteamericana, a lo largo de cuatro generaciones de una misma familia y con el mundo del cine como telón de fondo. A lo largo de varios años ha figurado su nombre entre los candidatos al Premio Nobel. Entre sus obras destacan: La feria del asilo (1959), Corre conejo (1960), El Centauro (1963), En torno a la granja (1965), Parejas (1968), El regreso del cone-jo (1971), Cásate conmigo (1976), Golpe de Estado (1980), Conejo es rico (1981), Las brujas de Eastwick (1984) (que fue llevada al cine), S (1988), La versión de Roger (1989), El libro de Bech, Rabbit at Rest (1990), Brasil (1994), Hacia el final de los tiempos (1997), La belleza de los lirios (1998); Hacia el final del tiempo (1999), Gertrudis y Claudio (2000), Cone-jo en el recuerdo y otras historias (2003), y Busca mi rostro (2004). Estaba casado en segundas nupcias con Martha

Ruggles, desde 1977. Su primera mujer fue Mary Pennington, con la que contrajo matrimonio

en 1955. Tenía dos hijas y dos hijos.

Migraña

> LA pALAbrA dEL díALa palabra griega kranion era el diminutivo de kranos casco, yelmo y, más tarde, cráneo, que llegó al español hacia 1580 como cráneo, con su significado actual. Al dolor que afecta sólo una parte de la cabeza, jaqueca, los griegos lo llamaron hemikranea y los latinos hemicrania, mediante la aposición del prefijo hemi, medio, o sea, que abarcaba la mitad de la cabe-za. Finalmente, llegó al español como hemicránea, pero en el habla popular este vocablo culto no demoró en convertirse en migraña. El Diccionario de la Real Academia recoge hoy ambas formas, hemicránea y migraña.

Fallece a los 76 años el escritor John Updike

E

Page 3: Facetas Febrero.22

www.elnuevodia.com.co>Léalo.

Ibagué, febrero 22 de 2009 >FACETAS 3

Apología de los dragones, de Conrado Alzate Valencia

pología de los dragones, de Con-rado Alzate Valencia, es una puerta abierta al mundo de la infancia. Sólo el poeta, eterno guardián del sueño, misionero de la palabra encantada,

puede acceder a este universo de presencias lúdicas. En el territorio del alba, donde todo es posible, desde la verosimilitud de la fantasía a la increíble realidad de la inocencia, el poeta, sacerdote de la palabra sagrada, oficia el mi-lagro. Comarca situada en algún lugar de la memoria, infierno o paraíso en donde pervive la bestia primigenia, serpiente o pájaro, tierra o fuego, ignorancia o conocimiento. El lector tiene la opción de elegir a través de la poesía

entre lo divino y lo humano, entre la realidad y la ilusión, entre oriente y occidente, entre el Apocalipsis y el festejo. En esta posibili-dad reside la importancia de la apología, de la defensa a ultranza del mito. Alzate Valencia posee la llave de este universo misterioso, y sin embargo, deja la puerta abierta. En Apología de los dragones del poeta de la Ciudad del Ingrumá se manifiestan todas las opciones, todas las posibilidades del hombre. Aquí el albedrío es cosa cierta. Conrado Alza-te eligió una de las dos interpretaciones del Dragón como símbolo, como arquetipo. Eligió la leyenda oriental, que en China y Japón alude a un dragón con poder espiritual,

de conocimiento, arte, fuerza y cosecha. Un dragón alegre, carnavalesco. Un “personaje” fabulado que se sitúa en la infancia, en la lúdi-ca de la primera edad. Poética, psicología, fi-losofía y religión entrelazadas. El inconsciente individual y colectivo (Jung) en favor de una percepción alejada del modelo platónico, al que occidente, especialmente la Iglesia, le da una interpretación de condena, relacionando lo divino y lo terrenal, para hablar del pecado, la culpa y la ruina. Conrado Alzate nos con-voca en su intuición poética a decidir por la expiación, por la inocencia del hombre. Imago o alegoría, el poeta abre la puerta de su obra de par en par, para que el viajan-te decida si entra o sigue de largo. Yo como lector he decidido entrar, y una vez adentro, entre las páginas de este libro maravilloso, he resuelto quedarme, para disfrutar de una palabra breve: “Sabio es abrir los labios sólo para decir lo justo”, una palabra mágica col-mada de silencios, silfos, ondinas, de “espí-ritus nemorosos”. He decidido quedarme en la estancia fabulosa de este libro, no obstante la presencia de los mismos “Tigres del tem-plo”. Y es que: “Para nosotros los tigres son inofensivos”, mientras que “Para otros, son el salto terrible de la muerte”. Irónica dualidad. Acaso el único poder del hombre consista en la capacidad de decidir, de escoger entre dos percepciones opuestas que, como míni-mo, se le presentan en el cada instante de una cotidianidad sinuosa: “Las estrellas son la brújula de los viajeros nocturnos.” (…) / “La noche ama las estrellas porque son los ojos del cielo.” Un viaje por la ribera del río, por el recuer-do de los abuelos, su casa, que posee “el color opaco del olvido”, por la tierra en donde “espiga la llama dorada de los sueños”. “Ca-zadores visuales”, avanzamos por un paisa-je pleno de miradas desde la sombra, “los espíritus del monte guían nuestro destino y ponen pensamientos dulces en nuestros la-bios”, porque “Desde tiempos inmemoriales estamos atados a la mitología y a los seres de este territorio”. Extraña sencillez elabora esta palabra: “¿Para qué mover los labios / en procura del mejor adjetivo, / si la piel, los ojos y las ma-nos / son una hoguera de voces y deseos?” Extraña sencillez profunda que se transforma en ternura, que es ternura. Podríamos decir que la palabra es al poeta como el poeta a la palabra, para significar esa congruencia

entre el autor de este libro y su poética, aje-na a todo artificio, a cualquier especulación retórica. Valencia Alzate prefiere transitar por la orilla riesgosa de una palabra despojada, casi directa, peligrosa manera de asumir la estética entre precipicios, sin caer, sin des-barrancarse. El poeta no sólo conserva el equilibrio, sino que nos invita a disfrutar de la tierra, de los ancestros, los amigos, las miradas ecológicas, los monólogos, los olvidos, las apologías del silencio: “En las noches damos gracias al poder del fuego, / al viento, al ja-guar, a los salmones del río / y a todo lo que esta tierra nos brinda con amor. / Aquí la vida es sencilla como gotas de rocío”. (…) La presencia recurrente del abuelo, figu-ra que encarna la sabiduría, la seguridad y el calor del hogar, la nostalgia de la casa per-dida en el tiempo, la infancia; la impotencia y la inutilidad de la poesía para recuperarla: “Daría mi vida por tenerla en pie, llena de afectos, / de cuadros, de muebles antiguos y de rezos. / Pero yo no puedo rehacer la casa con estos versos”. El amor por la tierra, por la naturaleza, enlazado a un sentimiento existencial, como al final de su poema, “Si yo fuera árbol”: “Sería un ser silencioso como los peñascos, / amigo de la soledad y de los espíritus montesinos. / Si yo fuera árbol, sería la morada florida de los pájaros.” Y el deseo de trascendencia, de posteridad, que anima a todo creador, consignado bellamente en el poema, “Un verso para el recuerdo”: “Yo sé que mañana, los poderes fríos y enigmáticos / de otro mundo, vendrán por mis huesos y mis órganos. / sé que todo lo mío partirá dó-cilmente tras el olvido. / Pero tal vez un verso se revele para salvar mi nombre / y se quede anclado en los cálidos labios del recuerdo.” Con este libro, ganador del concurso departamental de poesía de Caldas, el poeta Conrado Alzate Valencia se inscribe dentro de la más alta vertiente de la poesía de su generación en Colombia, al lado de autores como Gabriel Arturo Castro, Nelson Rome-ro Guzmán, Omar García Ramírez, Gonzalo Márquez Cristo, entre otros, quienes tienen en común una estética alejada de la épica belicis-ta, pero comprometida con el pensamiento, la reflexión; con la tierra y la palabra misma, en tanto lugar de encuentro con el hombre.

*Escritor colombiano

Por Hernando Guerra Tovar*

A

Page 4: Facetas Febrero.22

sandra patricia Lombana Miranda

Ibagué, febrero 22 de 2009

www.elnuevodia.com.co>Léalo.

4 FACETAS>

EL NUEVO DÍA

l Museo de Arte del Tolima abrió recien-temente su puertas a tres nuevas exposi-ciones: “El silencio y la luz” del prestigioso fotógrafo español José

María Mellado, “Panopticon”, de Diego Samper, y “Nuevas formas de jugar”, del artista putumayen-se Félix Hernández . Las obras, que permanecerán colgadas hasta finales de marzo, facilitan al espectador apreciar en un solo lugar algo de lo mejor del arte nacional e internacional. Distribuidas en tres salas dis-tintas, estas muestras enriquecen el recinto cultural, que guarda en su interior una completa colec-ción de obras, que permiten ha-cer un recorrido por los orígenes de la pintura en Colombia desde la independencia en 1810 a la muerte de Cano en 1935.

Mellado y su fotografía digital Ingresar a la sala dos del MAT es viajar y deleitarse con el mar, los cielos y la naturaleza de Cuba, España, Irlanda e Inglaterra, a tra-vés de 12 imágenes en gran for-mato captadas por el lente de Mellado, un fotógrafo que emplea magistralmente la tecnología digital para exaltar la belleza del paisaje. Las fascinantes e imponentes reproducciones muestran la trayectoria artística de este fotógrafo almeriense, que verifica la huella humana en la tie-rra. “Esta colección deja ver la mirada de José Ma-ría Mellado en todas sus vertientes en el arte de la fotografía”, dijo María Márgareth Bonilla Morales, directora del MAT, durante la inauguración. “Mellado domina las luces y las nubes; envuelve sus paisajes con colores grises, como si quisiera sugerir que algo está a punto de suceder, que las promesas de lluvia se cumplirán”, se lee en uno de los apartes del texto con que el MAT promociona la exhibición. De acuerdo con la información suministrada por las directivas del Museo de Arte, sobre la obra de José María Melladose ha escrito en importantes publicaciones, entre ellas en la Enciclopedia de la Fotografía de Espasa, Historia de la Real Sociedad Fotográfica y 100 Fotógrafos Españoles. Su amplio conocimiento en torno a la fotogra-fía digital le permite participar regularmente en fe-rias de arte nacionales e internacionales, impartir talleres y seminarios en diversas universidades e instituciones de España, así como escribir algunos

libros como “Fotografía Digital de Alta Calidad” y “La Fotografía Digital es Fácil”, en los que deja en claro que en sus fotos recrean las sensaciones del momento de la toma e intenta transmitirlas con la mayor perfección y fidelidad posible.

El panóptico en imágenes de Diego samper Una reja de metal macizo y roída por el tiempo es la ‘llave’ para ingresar a “Panopticon”, una ins-talación que incluye un registro fotográfico y do-cumental del Panóptico de Ibagué antes y a inicios de su restauración captado por Diego Samper, el fotógrafo y artista colombiano, cuyo pro-fundo interés en la historia natural y las sociedades tribales le ha llevado a viajar por los más variado rincones de América y Europa. Al entrar a la sala tres, donde se exhi-be la obra de Samper, el visitante queda sin aliento, pues en un instante viene a su mente algún recuerdo en torno a la an-tigua cárcel, donde por años hombres y mujeres estuvieron privados de su liber-tad, y que tras su estadía dejaron testi-monios y huellas en cada rincón. Observar detenidamente cada foto, es viajar en el tiempo, es adentrarse en las

paisajes, mundo onírico y la historia del panóptico engalanan el MAT

E

Campo a través, Islandia 2006, hace parte de la exhibición de José María Mellado.

Fotos Jorge Cuéllar / EL NUEVO DÍAFortaleza y alcantarillado II, Almeria España, 2006.

Columnas con enfriamiento con casa, Reino Unido 2004.

Fotografía y pintura

Page 5: Facetas Febrero.22

Ibagué, febrero 22 de 2009

www.elnuevodia.com.co>Léalo.

>FACETAS 5

angustias, los temores, la ira, y porque no decirlo, hasta en la maldad de algunos ‘huéspedes’ de esta edificación erigida en 1890, bajo la dirección del gene-ral Manuel Casabianca. Samper afirmó que antes de iniciar el proyecto fotográfico “tenía la idea de buscar graffitis e impresión cultural, de algu-na manera me lo imaginaba en blanco y negro, la gran sorpresa fue encontrar el color”. “Es la poética del lugar y es la poética del encierro, me sor-prendió encontrar estas celdas completamente pintadas y de-coradas con collage de revistas. Recuerdo una en particular que tenía sólo recortes de libros de poesía”, escribió el artista sobre estas fotogra-fías que fueron realizadas en junio de 2003, días después de salir los últimos presidiarios, y en 2007, durante el proceso de restaura-ción del monumento. Esta muestra hace parte de las fo-tografías que serán incluidas en el libro con el que se preten-de la consecución de recursos para fina-lizar la restauración del panóptico, así como ilustrar el va-lor del edificio como patrimonio arquitectónico y como contenedor de expresiones cargadas de significación histórica, social y estética el arte del encierro que fue grabado en sus paredes.

Nuevas formas para jugar Gigantes figuras humanas y animales que se mezclan armónicamente con aviones, ciclas y ve-hículos, elementos esenciales de la vida diaria, hacen parte de la composi-ción artística plasmada por el joven pintor Félix Her-nández en su obra “Nue-vas formas para jugar”. Una exhibición en gran formato integrada por 14 acrílicos en los que el pu-tumayense convierte el juego en exploración in-terna y externa de ideas, que parten desde lo onírico hasta la observación direc-ta, como él mismo asegura en unas breves líneas que acompañan los cuadros, que fueron expuestos con éxito el año pasado en el

Museo de Arte Contemporáneo del Huila, MACH. “Un día me pregunté si los artefactos (máqui-nas) se podrían transformar en simples objetos sin

lógica y llevarlos a un pla-no fantástico y reflexivo”, dice a la vez que expresa que su trabajo refleja su necesidad de apoderarse del espacio, doblarse y esfumarme a través del color. Entre las diversas ex-posiciones en las que ha participado el creador se encuentran: XI Salón Re-gional de Artistas, región sur, Pasto 2003; XXIV y XXV Salón de Arte Vic-toriano salas: El Tambo,

Nariño, 2005 y 2007; XI Salones Regionales de Artistas, Región Sur Neiva. 2006 y en 2008 en Sa-lón Nacional de Artistas. Así mismo, en 2005 recibió la tercera mención de honor en el Salón de Arte Victoriano Salas; en 2007 “El Juego Indescifrable” Pasto Nariño. Teatro Imperial y en el 2008, por la obra que cuelga en la sala siete del Museo de Arte del Tolima, el MACH le otorgó una distinción.

Estas fotografías harán parte de “panopticon” el libro con que se promocionará nacional e internacionalmente el proyecto Museo panóptico de Ibagué.

Page 6: Facetas Febrero.22

Ibagué, febrero 22 de 2009

www.elnuevodia.com.co>Léalo.

6 FACETAS>

La corrección de texto por Magí Camps Martín*

os rotativos son, por defi-nición, imperfectos. La lu-cha contra el reloj moldea el trabajo periodístico en un medio de comunicación impreso de publicación diaria. El objetivo deseado

es pretender la excelencia lingüísti-ca en todos sus textos, pero la dura realidad pone cada día las cosas en su sitio. Para afrontar la revisión gramatical y la edición de estilo de un periódico es necesario tener los pies en el suelo y tomar conciencia de la magnitud del reto. En términos de producción hay que encontrar el justo equilibrio en-tre el número de personas destina-das a esta función y el conjunto de la redacción. Es evidente que con un equipo de correctores generosa-mente nutrido el resultado rozaría la perfección, pero ello sería econó-micamente inviable. Las noticias, los reportajes, las exclusivas, los artículos de fondo son, al fin, el producto que vende. A mayor cali-dad de contenidos, mejores ventas. Pero la calidad lingüística también computa, no tanto por su presencia como por su ausencia y, por tanto, de modo negativo. En un periodista la corrección gramatical se da por supuesta. Pero las prisas son trai-cioneras, para un periodista y para cualquiera. Y es de cajón que cualquier texto, aunque proceda de la mejor pluma, ha de ser revisado. En condiciones óptimas debería pasar por tres fases de revisión: la lectura del autor; la de su superior, que ha de dar el visto bueno a los aspectos informativos y su enfoque, y la del corrector, que completa la revisión ortográfica y de estilo. Y aunque parezca mentira, se dan ocasiones en que ni el propio autor tiene tiempo de revisar su texto. Supongamos que sustituimos sis-temáticamente las ou del francés y las oo del inglés por la española u; o las kh por la j. Es un primer paso, importante y de ayuda, pero ¿podemos estar seguros de que no han quedado algunas letras por hispanizar? Y aún otra reflexión sobre el nivel de intervención en estos nombres no latinos: si en la mayoría de los idiomas occidentales se establece la grafía Mikhail ¿no

es actuar contra el mundo establecer una grafía propia como Mijaíl, que limita y entorpece las búsquedas en las bases de datos? Durante decenios, las grafías que empleaban agencias como France Press o Associated Press iban a misa. Nadie las cuestionaba. Y con ello se conseguía la misma unificación gráfica que con un antropónimo genuino: Papadopoulos y Pompidou se escribían igual en todas las lenguas con alfabeto la-tino, por ejemplo. Sin embargo, hoy el español tiene criterio propio y, por su volumen y presencia interna-cional, puede permitirse implantar la hispanización de los antropónimos de alfabetos no latinos. Y a pesar de las dificultades citadas, este es el buen camino. Con esto, el criterio sobre los antropónimos parece dilucidado y ahora los departamentos de estilo deben insistir y vigilar su correcta aplicación. ¿Caso resuel-to? No, efectivamente no. Al lado del político Mahmud Abas se puede dar el caso de que un marroquí emigra-

do a España se llame igual pero que sea preciso escribirlo diferente: Mah-moud Abbas. Simplemente porque en su pasaporte bilingüe marroquí-fran-cés consta esa grafía latina al lado de la original en árabe. Menuda contra-dicción la de hispanizar el nombre del político palestino y no poder hacerlo con el ciudadano residente en una ciu-dad española. Pero la verdad es que para esto aún no se ha encontrado una solución incuestionable. Y luego están los topónimos, donde queda mucho por hacer. Los nombres de lugar son cada vez más necesarios en una sociedad globalizada: para in-formar de las inversiones españolas en una zona de China o para cubrir los atentados de Bombay. Abordada la macrotoponimia por parte de las Aca-demias en el DPD. está pendiente la mesotoponimia: regiones, provincias y sus capitales, accidentes geográfi-cos... Cuando se haya fijado la grafía de todos estos nombres, el español se habrá equiparado a las otras dos lenguas internacionales: el inglés y el francés. Y los correctores lo tendre-mos un poquito más fácil. Cuando estudiaba bachillerato, mi profesor de Física repetía a menudo que lo único con lo que no se podía experimentar en un laboratorio era con el tiempo. Hoy, en una redacción, los

correctores pueden echar mano de ficheros electróni-cos que permiten búsquedas inmediatas, la red está re-pleta de herramientas lingüísticas de prestigio y la co-municación entre especialistas es instantánea, aunque uno esté en Barcelona, otro en Madrid y el tercero en Atlanta. Los departamentos de edición han solventado dudas y han establecido grafías en sus libros de estilo a partir de las obras normativas y de toda la informa-ción que han podido recopilar. Pero el tiempo sigue sin poder alargarse al antojo. En las redacciones de los diarios, y como si fuéramos ciclistas, los correctores de estilo corremos cada día nuestra particular contra-rreloj.

*Jefe de edición de La Vanguardia, de Barcelona. elcastellano.org, la página del idioma español.

en los periódicosL

Page 7: Facetas Febrero.22

ientras no poseí más que mi catre y mis libros, fui feliz. Ahora poseo nueve gallinas y un gallo, y mi alma está per-turbada. La propiedad me ha hecho cruel. Siempre que compra-

ba una gallina la ataba dos días a un árbol, para imponerle mi domicilio, destruyendo en su memoria frágil el amor a su antigua residencia. Re-mendé el cerco de mi patio, con el fin de evitar la evasión de mis aves, y la invasión de zorros de cuatro y dos pies. Me aislé, fortifiqué la fron-tera, tracé una línea diabólica entre mi prójimo y yo. Dividí la humani-dad en dos categorías; yo, dueño de mis gallinas, y los demás que podían quitármelas. Definí el delito. El mundo se llena para mí de presuntos ladrones, y por primera vez lancé del otro lado del cerco una mirada hostil. Mi gallo era demasiado joven. El gallo del vecino saltó el cerco y se puso a hacer la corte a mis gallinas y a amargar la existencia de mi ga-llo. Despedí a pedradas el intruso, pero saltaban el cerco y aovaron en casa del vecino. Reclamé los hue-vos y mi vecino me aborreció. Desde entonces vi su cara so-bre el cerco, su mirada inquisidora y hostil, idéntica a la mía. Sus po-llos pasaban el cerco, y devoraban el maíz mojado que consagraba a los míos. Los pollos ajenos me pa-recieron criminales. Los perseguí, y cegado por la rabia maté uno. El vecino atribuyó una impor-tancia enorme al atentado. No quiso aceptar una indemnización pecuniaria. Retiró gravemente el cadáver de su pollo y en lugar de comérselo, se lo mostró a sus ami-gos, con lo cual empezó a circular por el pueblo la leyenda de mi bru-talidad imperialista. Tuve que refor-zar el cerco, aumentar la vigilancia, elevar, en una palabra, mi presupuesto de guerra. El vecino dispone de un perro decidido a todo; yo pienso adquirir un revólver.

¿Dónde está mi vieja tranquilidad? Estoy envene-nado por la desconfianza y por el odio. El espíritu del mal se ha apoderado de mí. Antes era un hombre. Ahora soy un propietario...

*Escritor español. Con-Fabulación.com, periódico virtual.

Ibagué, febrero 22 de 2009

www.elnuevodia.com.co>Léalo.

>FACETAS 7

M

EL CUEnTo>

Gallinaspoeta guatemalteco

El indio no es el que mira ustedEl indio no es el que mira usteden el catálogo de turismo,

cargando bultoso llevándole comida a la mesa.Tampoco el que ve desde la ven-tanillay pide monedas haciendo mala-bares,ni el que habla una lengua muy otray resiste fríos nocturnos.No, el indio está adentro,y a veces se le sale, acéptelo,aunque lo entierre en apellidos,aunque lo socave bieny niegue su manchita de infan-cia,ahí está, acéptelo.Y si aparece esa agua rancia,voraz, el aguardiente que infla-ma,ya verá que se le sale,el indio empuja con su fuerza de siglos,emerge ardoroso y se le sale,con lo guardado,con lo que dura doliendo.No, no es otro,el indio soy yo,a ver, repita conmigo.

AlcoholEl alcohol resbala, lo digo así.Dígolo porque caigo.(Y no resbalo: caigo).Digo que el alcohol es puro,va a las heridasy es recibido con dolor alegre.Adentro fluye, camina,se lleva lo recordado al olvidoy los olvidos renacende las venas donde dormían.El alcohol resbala por dentroy uno cae por fuera.Es sangre en la sangrey queda ardiéndolo todo.

Ilustraciones del pintor tolimense Alberto Nuño

poESíA

Allan Mills>

Page 8: Facetas Febrero.22

Ibagué, febrero 22 de 2009

www.elnuevodia.com.co>Léalo.

DIRECTOR: Antonio Melo Salazar JEFE DE REDACCIÓN: Martha Myriam Páez Morales pERIODIsTA: Sandra Lombana COORDINADOR: Benhur Sánchez Suárez, Redacción cultural EL NUEVO DÍA, DIRECTOR GRÁFICO: Ernesto Lombana, AsIsTENTE: Ingrith Johanna Buitrago. FOTOGRAFÍA: Ilustraciones del pintor tolimense Alberto Nuño, Jorge Cuéllar, Suministradas. Carrera 6 No. 12-09 Tels. 2770050 - 2610966 Ibagué - Tolima - Colombia Apartado Aéreo 5476908-K www.elnuevodia.com.coTodos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa del Grupo Editorial Aguasclaras S.A.. ISSN: 021545-8.

8 FACETAS>

las puertas de El Ubérrimo (Random House Mondadori) se convirtió de la noche a la ma-ñana y sin pensarlo, en el libro más leído en Colombia en las seis últimas semanas; y no sólo lo han leído sus amigos, sino sus con-tradictores; y hasta algunos de ellos, tratando

de descalificar esta minuciosa y acertada investigación, han escrito en sus pobres columnas de un dominical, que es un libro simple, sin pies ni cabeza, sin ningún tipo de rigor histórico y un largo etcétera. No nos sorprendería que ahora se pu-blicara un texto, firmado por uno de esos columnistas, diciendo que nada de lo dicho por Jorge Rojas e Iván Cepeda es cierto, porque el cinismo no tiene fronteras…Si los desplazados no existen, sino “migran-tes” ¿por qué no decir que “El Ubérrimo” es como la Isla de la Fantasía en donde todo son sonrisas, collares de flores, lagunas de aguas transparentes y en donde sólo se piensa en asunto edénicos? En fin… —¿Cómo surgió la de idea de A las puertas de El Ubérrimo? —En Mayo del 2008, luego de una visita que hice a Montería, elaboré un artículo que fue respondido desde el Palacio de Nariño con un agresivo comunicado, y luego con una intervención en la que el presidente Uri-be me calificó de “farsante de los derechos humanos”. En esa columna me limitaba a describir la ciudad de Montería, mostrando la omnipresencia del paramilitarismo tanto en su diseño físico, como en su ambiente político y social. Me preguntaba cómo era posible vivir en esa ciudad en las últimas dé-cadas e ignorar lo que estaba ocurriendo. La respuesta a esa pregunta es sencilla: quien viviera en la ciudad y en el departamento de Córdoba desde mediados de la década de 1980, tenía que conocer la situación que había configurado el control paramilitar en todas las esferas de la vida social. En vez de replicar con los mismos métodos de la Presidencia, preferí realizar una investiga-ción seria a partir de varias fuentes sobre los últimos 25 años en Montería. Luego hablé con Jorge Rojas, quien había sido periodista en Montería durante la década de 1980. Tomamos entonces la decisión de escri-bir el libro. —¿Cuáles fueron los primeros pasos para dar inicio a la redacción del mismo? —Se hizo una investigación de varias fuentes: la pren-sa local, los testimonios de las víctimas y sobrevivientes, los pronunciamientos judiciales, las investigaciones de contexto sobre Córdoba y su historia reciente, etc. —¿Cuáles fueron los primeros obstáculos que en-contraron en el proceso investigativo? El control que ejercen aún en Córdoba los paramilita-

res y sus aliados han generado un clima de terror en el que no se habla de lo ocurrido. Muchos testigos no quisieron hablar, y quienes lo hicieron pidieron que preserváramos sus identidades. —¿La primera idea del libro se mantuvo o a medida que avanzaba la investigación fue cambiando de nor-te? —La idea con la que concebimos el libro desde el co-mienzo se mantuvo hasta el final. Decidimos desarrollar una metodología rigurosa en la que se unieran las historias y las evidencias sobre cómo había surgido y se había de-sarrollado el paramilitarismo en Córdoba y paralelamente cuál era la historia de El Ubérrimo y su dueño. —¿Cuál es el objetivo del libro?

—Mostrar la historia del paramilitarismo y la para polí-tica en Córdoba en los últimos 25 años y al mismo tiem-po mostrar que la hacienda El Ubérrimo y su dueño han estado situados en el centro de esa historia. —¿satisfechos con la respuesta de los lectores? —El libro ha sido un éxito editorial. —¿Ha habido alguna reacción de parte del propieta-rio de “El Ubérrimo”? —No hasta donde conocemos. Sin embargo, un ase-sor de la oficina del Alto Comisionado para la Paz, el pe-riodista Ernesto Yamhure ha anunciado que publicará un libro que será una especie de réplica al nuestro. —¿Quedaron asuntos por fuera que, por tiempo, o lo que fuera, no se pudieron abordar? —Muchos. En el libro solo están aquellos asuntos que se pueden sustentar documentalmente o por pronuncia-mientos judiciales. —¿No cree que la columna de Yamhure fue como una reacción más que infantil respecto al libro? —Sí. Demuestra que ni siquiera se tomó el trabajo de leerlo. —Importantes columnistas de todas las tendencias consideran que el libro es un impecable documento histórico. ¿Qué opina al respecto? —Que es una demostración de la calidad y la perti-nencia del trabajo realizado. Además que el libro tiene un lugar significativo en el debate actual sobre la verdad de lo que ha ocurrido en la historia contemporánea de nuestro país. —¿No les ha extrañado el silencio del asesor presi-dencial José Obdulio Gaviria respecto al libro? —No. Después de algunas polémicas públicas que hemos sostenido con él, en las que no ha salido bien librado, es comprensible su silencio.

—¿se podrá escribir un libro que se titule Detrás de las paredes de El Ubérrimo? —Algún día deberá escribirse cuando logremos tener más información y evidencia de lo que ha ocurrido allí. —parece ser que hasta ahora se está escribiendo la verdadera Historia de Colombia… —Considero que estamos comenzando a desentrañar algunas de las verdades históricas importantes. Pero aún falta mucho, y falta además unir esas verdades en un rela-to histórico que interprete correctamente lo que ha acon-tecido en nuestro país.

*Bogotá. Crítico colombiano. Libros y Letras.

Por Jorge Consuegra*

Con Iván Cepeda "A las puertas del Ubérrimo"

A