facetas 12 de febrero

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FA CE TAS Cuento El actor Pablo Lores Kanto Reseña El Orfanato Andrés Ricardo Duque Visita Por el rescate del Santuario de Coloya Sandra Lombana CULTURA AL DÍA

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FACETAS

CuentoEl actorPablo Lores Kanto

ReseñaEl OrfanatoAndrés Ricardo Duque

VisitaPor el rescate del Santuario de Coloya Sandra Lombana

CULTURA AL DÍA

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FACETAS IBAGUÉ, FEBRERO 12 DE 20122

El Orfanato es el primer largometraje del español Jorge Antonio Bayona, quien ha laborado como creador de videoclips y anuncios, en el campo pu-blicitario. Realizador de los cortometrajes, Mis Vacaciones (1999) y El Hombre Esponja (2002), reconoce la infl uencia de directores como Spiel-berg y Polansky en su trabajo. Sobre todo se hace evidente el infl ujo de la película, La Semilla del Diablo (1968) de Polansky, donde como en el fi l-me de Bayona, “los personajes pierden la ca-beza y experimentan procesos de ensoñación, locura y delirio[1]”. Asimismo con la película En-cuentros en la Tercera Fase (1977) de Spielberg, comparte “la desintegración de una familia, el aislamiento y la alienación del personaje princi-pal”[2].La película nació a partir de la idea desarrollada por Sergio Sánchez y que derivó en el cortometra-je 7373, del año 2000. Según Sánchez todo sur-gió de la inquietud que siempre le había rondado, de preguntarse que le ocurrió a la madre de Wen-dy, cuando sus hijos son llevados por Peter Pan a la ciudad de nunca jamás. Para Sánchez sería in-genioso realizar una película sobre este aspec-to y de ese modo revisar la historia de Peter Pan, pero desde “el ángulo de esa madre que espe-ra en la ventana a que algún día regresen sus hi-jos de nunca jamás[3]”. Aunque al igual que Jorge A. Bayona, reconoce la admiración por el traba-jo de Spielberg y Polansky, los referentes que le brindaron elementos para realizar el guión de lo que sería El Orfanato, serian el fi lme de Jack Cla-yton, Suspense (1961) y la novela Otra Vuelta de Tuerca de Henry James. Tanto el fi lme como la no-vela le habían agradado, pero sentía que les fal-taba algo, “porque esperas que todo estalle de un momento a otro y eso nunca pasa[4]”. De ahí que aunque se genere cierta duda sobre la rea-lidad de los eventos, al fi nal de la película reco-nocemos la verdad de la situación y como se resuelven los hechos. El guionista se ingenió un fi -nal con un toque terrorífi co y melodramático, “una puerta abierta a que Laura regrese con sus seres queridos[5]”El Orfanato relata la vida de Laura, Carlos y su hijo pequeño, Simón, quienes se disponen a inau-

[1] FEZ, Desirée. El Orfanato. La película y sus creadores. Editorial ocho y medio. Madrid. 2007. p. 17.[2] Ibíd.[3] Ibíd. p. 110.[4] Ibíd. .p. 109.[5] Ibíd. p. 20.

“No se trata de ver para creer, sino de creer para ver”: Sergio Sánchez

POR ANDRÉS RICARDO DUQUE RINCÓNDOCENTE EN LENGUA CASTELLANA

gurar una residencia para niños discapacitados, situada en un antiguo orfanato. Simón, como todo niño tiene la costumbre de jugar con amigos ima-ginarios, lo que sus padres consideran inofensivo. Pero se empiezan a preocupar cuando el infante asevera que sus compañeros de juego son los an-tiguos niños del orfanato y ha quienes Laura ha-bía conocido en su infancia. Cierto día de lluvia, se acerca a la casa una señora de nombre Benig-na, quien posee el archivo de adopción de Simón donde se revela que es portador del VIH, Laura extrañada de dicha visita, se molesta y despide a la anciana. Esa misma noche, Laura descubre a la anciana merodeando el lugar y aunque trate de atraparla, ella escapa. Los hechos van a tomar un giro alarmante el día de la inauguración de la residencia, cuando como producto de una dis-cusión entre Laura y Simón, éste desaparece. El

niño deseaba que su madre lo siguiera al cuarto de Tomás, pero ella está muy atareada con los in-vitados y se niega acompañarlo, pues piensa que es otro de los juegos con sus amigos imaginarios. Pasa el tiempo y las autoridades no logran hallar a Simón, cuando inesperadamente se topan en la calle con Benigna, pero antes de poder entablar-conversación con ella, la señora es atropellada y muere en el acto. Entre las cosas que lleva la an-ciana se encuentra, una especie de máscara que Laura había visto lucir a algún niño en la ceremo-nia de inauguración. Las autoridades descubren que Benigna había trabajado en el orfanato y quien había tenido un hijo llamado Tomás. Dicho infante había nacido con malformaciones en el rostro, lo que le obligó a llevar un saco en la ca-

beza para no aterrorizar a los demás y por ello vi-vió confi nado en una especie de sótano. Tomás muere accidentalmente ahogado por parte de los chicos del orfanato, quienes como parte de una jugarreta, le esconden la máscara y Tomás aver-gonzado decide ocultarse en una cueva, donde fallece al subir la marea.Desesperada, por no recibir noticias de su hijo, decide solicitar la ayuda de una médium, quien le confi rma que allí hay registro de seres que sufrie-ron algún hecho traumático y que requieren alivio. Convencida de que en la casa existe una presen-cia se queda y decide permanecer dos días allí, tiempo que le dio de plazo su esposo para que re-grese con él. Gracias a una serie de pistas que le van dejando los niños, Laura descubre sus cuer-pos, en el almacén de carbón y de esta mane-ra las autoridades aclaran la responsabilidad de Benigna en la muerte de los chicos, como un acto de venganza. Ahora ella intenta ponerse en con-tacto con los niños y adecúa la casa como se encontraba cuando era un orfanato. Nada da re-sultado y entiende que lo que quieren es volver a jugar como lo hacían cuando ella estuvo junto a ellos y de esta manera van apareciendo uno por uno. Con las indicaciones de los fantas-mas, Laura logra dar con el paradero del cadá-ver de Simón quien se encuentra con la cabeza cubierta por una máscara y en el cuarto don-de solía esconder a Tomás. Laura como única medida para recuperar a Simón, traga un puña-do de pastillas que logran que de un momento a otro la fi gura yerta de Simón cobre vida y así mismo la de los demás niños.Considerado como un fi lme de terror, El Orfana-to se encuentra revestido de tintes melodramáti-cos, donde se funden temas tan emotivos como la pérdida, la locura, el dolor, y la culpa. Aunque según el director de la película, era un aspecto to-cado de manera somera en el guión original, el rol de la maternidad fue desarrollado aun más y demuestra hasta donde puede llegar el amor de una madre por su hijo. El Orfanato meritoriamen-te nos presenta como un apacible ambiente, se trasforma en una atmósfera de creciente tensión y angustia, donde el peso protagónico lo detenta una mujer que pasa de la ilusión de una vida fa-miliar idílica, a la desazón de la pérdida de su hijo.

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La poesíaayuda aentrenar

el cerebro

La poesía no solo proporciona pla-cer sensorial y estético al lector con sen-sibilidad. Es, además, una potente arma, capaz de aumentar la actividad cerebral de quienes disfrutan de ella. Porque no hay mayor poder que el de las palabras hábilmente combinadas: pensemos en un discurso político bien tejido o en una campaña publicitaria impactante. El Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) ha ido más allá y ha logrado medir empíricamente la capacidad de las fi guras retóricas para generar actividad cerebral. Una constatación que abre la puerta a aplicaciones terapéuti-cas para pacientes con algún tipo de defi ciencia intelectual. Al frente de este estudio está Nicola Molinaro, un ‘staff scientist’ del centro donostiarra a quien la bombilla se le encen-dió tras leer un artículo sobre la capacidad de los monos de dis-tinguir no solo palabras con una relación concreta con objetos que están viendo, sino también las características que éstos po-seen. “Podían distinguir entre plátano un pequeño y otro gran-de”, apunta Molinaro. Entonces, ¿dónde está la peculiaridad del lenguaje humano? La diferencia radica en la ca-pacidad de comunicar cosas que no existen y conceptos abstrac-tos. Por ejemplo, a través de las fi guras retóricas, que “tienen un poder comunicativo terrible. Eso es algo muy humano”. Para la investigación, se centraron en el oxímoron, “una construcción básica de dos palabras de signi-fi cado opuesto que originan un nuevo sentido. Por su brevedad, resulta más fácil medir con pre-cisión la actividad cerebral que generan”. Oxímorones son, por ejemplo, construcciones como ‘clamoroso silencio’ y ‘selección completa’.

Molinaro, en colaboración con su compañero del BCBL Jon Andoni Duabeitia y el director del cen-tro, Manuel Carreiras, contó con la participa-ción voluntaria de estudiantes de la UPV de entre 18 y 25. Ideó varias listas de frases incorrectas, neutras, oxímorones y pleonasmos, empleando el mismo sustantivo como sujeto. Por ejemplo: ‘monstruo geográfi co’, como expresión incorrec-ta; ‘monstruo solitario’, como neutra; ‘monstruo hermoso’, como oxímoron, y ‘monstruo horrible’, como pleonasmo. “A los participantes se les en-señaban las listas mientras se medía su activi-dad cerebral con un electroencefalograma para extraer información sobre el procesamiento de las fi guras”, explica Molinaro.Observó que el oxímoron genera una intensa acti-vidad cerebral en el área frontal izquierda del ce-rebro 500 milisegundos después de percibir la expresión, algo que no se produce con una expre-sión neutra o un pleonasmo, que requieren de un menor esfuerzo. En cuanto a la incorrecta, el ce-rebro tarda 400 milisegundos en detectar que hay un error. “Cuanto menos natural es la expre-

sión, más recursos requiere para ser procesada en la parte frontal izquierda, un área relacionada con la actividad intelectual, muy desarrollada en los humanos”, anuncia el investigador del BCBL.Molinaro cree que, en un futuro, esta investiga-ción puede llegar a tener aplicaciones terapéu-ticas. “Por ejemplo, en el caso de los dementes fronto-temporales, una discapacidad que impi-de acceder a los sentidos. Son personas que ven una puerta y no saben qué deben hacer”. El in-vestigador ve factible un ‘entrenamiento’ con fi guras retóricas para aumentar el trabajo cere-bral y así tratar estos problemas. “Se dice que leer es bueno, ahora sabemos por qué. Leer poe-sía y perder el tiempo en saber qué estaba pa-sando por la cabeza del poeta puede tener una repercusión muy buena y positiva en capacida-des como la creatividad”. De momento, el cien-tífi co ha comenzado a repetir este experimento con resonancias magnéticas para estudiar las co-nexiones entre el área frontal izquierda y el hipo-campo, dos partes muy implicadas en el proceso del signifi cado.

APLICACIONES TERAPÉUTICAS

Maribel Martínez, El Correo

* www.elcastellano.org

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Según contó a EL NUEVO DÍA el docente e inves-tigador Miguel Ángel Ayala Rondón, hasta la pri-mera mitad del siglo XX las romerías de gente provenientes de todos los rincones de esta patria y de países vecinos desde días antes de la fi esta patronal, eran incalculables.“En la víspera, Lérida se congestionaba, la gen-te dormía en los corredores de las casas y en el parque principal y se distraía hasta la noche es-cuchando la antigua banda municipal, así como a los serenateros, copleros y conjuntos musicales que venían de Delicias, Alto de Bledo y otras vere-das vecinas a animar la velada.“Alguna gente traía la comida preparada: pollos asados en horno de barro y la repartían con la gente de aquí y los peregrinos que no traían me-rienda. Así mismo, otros saboreaban los platos típicos de Lérida, tales como el sancocho de ga-llina peladeruno, el viudo de pescado, la bande-ja de pescado frito, los tamales, la chicha de maíz, el masato y el guarapo que se vendían en toldos”, indicó.Tras esa integración gastronómica, musical y dan-cística en la que se convertía la localidad el prime-ro de febrero, la conmemoración de la aparición de la Virgen de Coloya arrancaba al día siguiente muy temprano: a las 4 de la mañana, con una al-borada acompañada de retumbar de voladores, utilizada para llamar a los feligreses para empren-der el viaje a Coloya.Así, a las 5 de la mañana, empezaba el recorrido al santuario que duraba cerca de dos horas y que era encabezado por el sacerdote de turno. Los peregrinos ascendían a Coloya rezando el ro-sario de la aurora. Se bañaban en el río Bledo para limpiar el cuerpo para que al llegar al templo se hiciera lo mismo con el espíritu, participando en las ceremonias religiosas que tenían como fi -

nalidad agradecer y entregar las ofrendas a la Vir-gen por los milagros y favores recibidos.“Las ofrendas de esa época eran vestidos muy fi -nos en hilos de oro, adornos, diademas de oro, mantas de seda importadas, coronas de oro con esmeraldas incrustadas, perlas, rubíes y donacio-nes en dinero”, mencionó el maestro Miguel Ayala.Después de los actos religiosos, la romería de de-votos almorzaba en Coloya, y de regreso a su lu-gar de origen se volvía a sumergir en el río Bledo debajo del puente Juan Domíguez. De esta estruc-tura colgante construida en madera y cables de acero en tiempos de la colonia, sólo quedan las bases, los cables y algunos troncos que sirvieron para pasar el río.Aquellas multitudinarias peregrinaciones que aho-ra tan sólo hacen parte de la tradición oral, llega-ron a su fi n en 1951, cuando Coloya fue asaltada e incendiada y su Virgen protectora, así como to-

das sus joyas, fueron raptadas.“Coloya desapareció a raíz del Bogotazo, por aquel entonces había un cura español re-sentido que odiaba a los indígenas, llamado Zacarías Vizcavgüenagua Bilbao. Él una noche envió a va-rios hombres a incendiar a Colo-ya; milagrosamente se salvaron el santuario y la Virgen, pero en enero de 1951, antes de que fue-ran las fi estas patronales, el sa-cerdote, acompañado de amigos y policías, logró sacar la imagen, propósito que se habían trazado los colonos expulsados por los in-dios desde su llegada a Pelade-ros, hoy Lérida”, recordó Ayala, quien lleva varios años investigan-do sobre la historia de su tierra.

ROMERÍAS DE ANTAÑO

FACETAS IBAGUÉ, FEBRERO 12 DE 20124 IBAGUÉ, FEBRERO 12 DE 2012 FACETAS 5

Leridenses buscan revivir la peregrinación al

Santuario Como el Ave Fénix que resurge de las cenizas, los habitantes de Lérida buscan que uno de sus mayores tesoros religiosos, culturales e históricos recupere la imagen perdida: las ruinas de Coloya. Las plegarias que muchos dolientes de este legado dejado por los indígenas Coloyas en 1691 le han pre-sentado a su santa patrona están siendo escuchadas. Prueba de ello, es que hoy los vestigios del santuario de la Virgen de Coloya están dejando de ser ‘devora-dos’ por la maleza. Esto no fue por arte de magia, sino el resultado del trabajo conjunto entre jóvenes, maestros y comuni-dad, liderados por el párroco local, quienes están segu-

de ColoyaEl párroco local, maestros y jóvenes se unieron para cambiarle la cara a las rui-nas de Coloya. Hoy ya se pueden admirar los ves-tigios del que fuera en la época de la Colonia uno de los corregimientos más im-portantes del país.

ros de que la antigua morada de su morena milagrosa puede volver a ser el lugar de peregrinación de la Léri-da de antaño. “Desde el año pasado, a raíz de una visita a la zona, nos dimos cuenta de que las ruinas estaban a punto de ser borradas por el abandono y el rastrojo, así que nos reunimos para lim-piarlas, en aras de convertirlas en un destino de inte-rés arqueológico y religioso, es decir, revivirlas como un lugar

de fe que atraiga visitantes”, mencionó el sacerdote Ilder de Jesús Muñoz. Las manos laboriosas del equipo de feligreses no sólo limpiaron y desyerbaron sino que hasta pintaron el atril, la pila bautismal y el altar, permitiendo que quienes por primera vez lleguen a este centro religioso puedan hacerse a una idea, así sea lejana, de cómo pudo haber lucido la estructura en su época dorada. Una prueba del interés y fervor que generan las rui-nas de la capilla de estilo español, ubicada en la punta de una colina que centenares de años atrás se podía divisar desde cualquier punto de Lérida, se puso de manifi esto el pasado 28 de enero, cuando cientos de devotos par-ticiparon de una nueva peregrinación, que esperan dé inicio a la reactivación de los viajes al templo cada 2 de febrero, día de su Señora. Su idea es revivir aquellas épocas en las que el san-tuario de Coloya era el más visitado de Colombia por feligreses nacionales y extranjeros conocedores del he-

cho sobrenatural que rodeaba a la Virgen, a quien se le

continúan atribuyendo

múltiples milagros. “La noticia de la aparición de la Virgen y la acep-tación de la religión católica por parte de esta ague-rrida tribu atravesó fronteras y miles de visitantes venían a verla y el santuario se convirtió en uno de los más importantes del país”, mencionó el docente César Jaramillo.

Coloya en su edad de oro De acuerdo con las investigaciones efectuadas por Miguel Ángel Ayala Rondón y Diego Andrés Cervera Oñate, éste último un joven técnico en Gestión Turísti-ca y Hotelera que se ha trazado como meta impulsar el turismo por los hitos de Lérida, Coloya, desde la época

precolombina, era la morada de los indios coloyas. Este caserío llegó a ser una importante ciudad in-dígena, que se destacaba por su privilegiada posición geográfi ca como ruta colonial, para unir el oriente del país con el occidente. “En época del virreinato, su camino empedrado co-municaba a Bogotá por Ambalema, a Lérida y siguien-do al occidente del país, a Manizales y el Valle del Cau-ca, lo que infl uyó para que el santuario se convirtiera en uno de los más visitados de todo el país”, dijo Diego Andrés Cervera. Su destacada artesanía, alfarería, cerámica, orfebre-ría, sus vasijas y utensilios hechos a base de totumo, atrajeron a los españoles hacía 1670, pero esta primera

De la edifi cación en tapia pisada, bloque y barro, construida poco después de que el 2 de febrero de 1691 se apareciera la imagen de la Virgen de Coloya sobre un árbol de totumo, a varios indíge-nas coloyas, permanecen en pie unos cuantos trozos de pared, que evidencian el arduo trabajo que le representó a esta tribu in-dígena levantarla, bajo la dirección de los españoles.Sobre una pared de barro erosionado por la fuerza del agua y el viento permanece el altar, una estructura con techo en forma de pirámide sostenida por cuatro columnas y cuatro arcos, donde en el pasado estaban instaladas las fi guras religiosas, entre ellas la bellísima imagen sonriente de la Virgen de Coloya, tallada en madera, y que por su ausencia ha sido reemplaza por una répli-ca en yeso. La real se dice es la que está expuesta en la parro-quia de Lérida, luego de que en 1951 le fuera arrebatada a esta comunidad.En el centro del recinto, se conserva una gran copa que era utili-zada para los ritos del bautismo, y que sin explicación fue tapada con cemento. Al igual que el altar, está pintada de blanco con al-gunas franjas de color curuba.Sumado a ello, está levantada una estructura en concreto, al pa-recer, efectuada por la iglesia en un pasado intento de restau-ración, que marca la entrada a un antiguo cementerio, donde yacen los despojos mortales de moradores. Allí, en este campo santo invadido de matas de plátano y pasto se logra observar algunas bóvedas, cuyos nombres y fechas han sido borrados por el tiempo. Además de las cuatro familias que habitan la vereda y principa-les defensores del legado de sus ancestros, el santuario es cus-todiado por abejas angelitas, que han utilizado las paredes como la base de sus panales.

VESTIGIOS

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incursión fue expulsada por los nativos. Veinte años después, Coloya fue invadida de nuevo por un numeroso grupo de españoles atraídos por su pujanza y riqueza, quienes lograron ganar la confi an-za de sus pobladores. En un comienzo, los coloyas no aceptaron las costumbres, la cultura ni la religión de los colonizadores, quienes se las ingeniaron para convertir-los al catolicismo, tal como se logró luego de la ines-perada aparición de la Virgen en el copo de un totumo, árbol predilecto de la tribu, ubicado donde meses des-pués construyeron el santuario para venerarla. De acuerdo con Ayala Rondón, a pesar de este suce-so sobrenatural, la rivalidad entre indígenas y españoles continuaba, a tal punto que en 1775, a raíz de un levan-tamiento indígena, los españoles solicitaron a la Real Au-diencia de Santa Fe el traslado del caserío, que inició dos años más tarde por orden del virrey Manuel Antonio Flórez, quien ordenó el traslado a la hacienda Peladeros, hoy Lérida, sobre terrenos que donó Manuela Arcinie-gas, pero la imagen de la Virgen permaneció en Coloya, ya que no podía ser extraída porque cada vez que los ‘in-vasores’ lo intentaban ésta se tornaba demasiado pesada para levantarla, a la vez que el río Bledo se crecía. “El pueblo llamado Peladeros se inauguró el 26 de junio de 1777, dos años después de haber sido poblado, pero su nombre fue cambiado a Lérida el 5 de octubre de 1850, haciendo caso a un cura, quien dijo que se le parecía a su tierra natal: Lérida, España”, indicó el inves-tigador. Y agregó que: “Coloya era un pueblo grande y la ca-becera de Lérida, pero fue desplazada por la llegada de turcos y árabes, además de españoles”.

Según la tradición oral y escrita, un 2 de febrero un grupo de in-dígenas coloyas observó asombrado una luz resplandeciente sobre la copa de un árbol de totumo. Cuando los aborígenes se acercaron descubrieron la imagen de la Virgen, que de inmedia-to fue bajada y venerada.Esta historia, dijo María Gladys Bernal, una de las pocas habi-tantes de Coloya, le fue contada por sus abuelos con otra expli-cación, para ella mucho más creíble.“El antiguo propietario de la hacienda Neme regaló la imagen fabricada en madera, y un día, a eso de las 2 de la tarde, man-dó a uno de sus trabajadores a instalarla sobre un totumo, después de esto se empezó a rumorar que algo divino había

aparecido en el árbol”, mencionó.María Gladys Bernal aseguró que es una fi el devota a la Virgen, aunque no cree que la que reposa en Lérida sea la original, “se me hace muy distinta a la que vi cuando era niña”. Pese a ello, confía en que hace milagros; de hecho su madre, Ana Tulia Aré-valo, siempre le expresó que a ella le debía su vida.“Mi mamá falleció debiéndole una promesa a la Virgen, que consis-tía en comprarle un hábito; siempre le dije que no pensara en esto que Nuestra Señora de Coloya entendía que nosotros no tenía-mos dinero ”, refi rió, al mencionar que la ‘deuda’ pendiente se debía a su salud, pues María Eugenia a los ocho meses de edad padeció de meningitis e inexplicablemente se recuperó.

PODER HUMANO

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El cuentoEl actor

Pablo Lores Kanto *

Cuando le dieron la mala nueva, el actor se puso la ca-reta de comedia y mostró una mueca de lo más parecida a una sonrisa. Sí, lloró lo hizo a solas, cuando los hombres de veras representan su verdadero papel. Le pareció apropiado, dadas las circunstancias, mon-tar una obra sobre los asesinatos de Julio César y Abra-ham Lincoln. Se trataba de un monólogo sobre la ilusión del poder, la traición y la levedad del ser. Un monólogo donde su voz se volvía muchas voces. La de la víctima y la de los criminales. La mímica dentro de la textura de la obra sumó otro color a su paleta actoral. Un avispado periodista difundió la noticia: “Actor deci-de representar su propia muerte”. Ese titular apareció en los periódicos. “A sabiendas de que padece una enferme-dad incurable, decide montar una obra en la que espera morir en plena actuación...”, decía el artículo. En los medios se desató una polémica sobre si era ético o no banalizar la muerte de esa manera. Hasta la Iglesia metió su cuchara. Esto le dio a la obra más vuelo publicitario. El morbo llenó el teatro y todos los días la gente hacia cola en la calle porque no quería perderse el desenlace. ¡Una muerte de verdad en pleno escenario!, cuchicheaba la gente en la puerta del teatro. Estertores, tal era el nombre del montaje, se mantu-vo en cartelera más del tiempo que el médico había diag-nosticado que duraría el actor. Teóricamente, debía vivir a lo sumo ocho meses pero había pasado un año y seguía vivo. El público se sintió estafado y dejó de acudir al tea-tro. Les pareció una burla el “Véala hoy que mañana pue-de ser muy tarde...” del anuncio publicitario. -Joder, hombre, muérete de una vez. Estamos perdien-do dinero y prestigio con este montaje- le atormentaba su desesperado productor. -Las quejas, al médico, se defendía el actor. -Habrá que demandarlo por daños y perjuicios, sugirió el productor. La obra se mantuvo otras seis semanas hasta que en la función del jueves femenino -ese día las mujeres paga-ban la mitad- el actor, que en ese momento representaba los últimos minutos de vida del presidente Lincoln, recibió un disparo en la nuca. ¡Pero uno de verdad! Esa noche no había ni veinte personas sentadas en las butacas. El actor se desplomó y yacía boca bajo cuando una aureola de sangre le apareció alrededor de la cabeza. -¡Está muerto! ¡Está muerto!... ¡Le han matado!, gritó el tramoyista luego de echar un vistazo al cadáver. Entonces, el público se puso de pie y empezó a aplau-dir. Primero uno, luego otro y después otro y otro hasta que todos los aplausos juntos se hicieron ovación. Hay quienes vieron al médico que le diagnosticó la en-fermedad huir de la escena del crimen. Otros dicen que fue el productor de la obra el que le metió el tiro en la ca-beza. La policía sigue investigando.

¿Qué les queda por probar a los jóvenesen este mundo de paciencia y asco?¿sólo grafi tti? ¿rock? ¿escepticismo?también les queda no decir aménno dejar que les maten el amorrecuperar el habla y la utopíaser jóvenes sin prisa y con memoriasituarse en una historia que es la suyano convertirse en viejos prematuros

¿Qué les queda por probar a los jóve-

nesen este mundo de rutina y ruina?¿cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas?les queda respirar / abrir los ojosdescubrir las raíces del horrorinventar paz así sea a ponchazosentenderse con la naturalezay con la lluvia y los relámpagosy con el sentimiento y con la muerteesa loca de atar y desatar

¿qué les queda por probar a los jóvenesen este mundo de consumo y humo?¿vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas?también les queda discutir con Diostanto si existe como si no existetender manos que ayudan / abrir puertasentre el corazón propio y el ajeno /sobre todo les queda hacer futuroa pesar de los ruines de pasadoy los sabios granujas del presente.

Poesia

*Escritor peruano. Ficticia.com

Mario BenedettiEscritor y poeta uruguayo

¿Qué les queda a los jóvenes?

www.poemas-del-alma.com

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DIRECTOR: Antonio Melo Salazar JEFE DE REDACCIÓN: Martha Myriam Páez Morales COORDINACIÓN: Redacción cultural EL NUEVO DÍA PERIODISTA: Sandra Patricia Lombana Miranda EDITOR: Óscar VarónDISEÑO: Freddy Herrán Peralta FOTOS: Hélmer Parra. Colprensa. Internet. Archivo TELS.: 2770050 - 2610966 Ibagué - Tolima - Colombia. Apartado Aéreo 5476908-K www.elnuevodia.com.co

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Bogotá, Colprensa

uando publicó Nieve en otoño, su tercera novela después de David Golder y El baile, con apenas 28 años, el prestigio de Irène Némi-

rovsky era ya notable, y no sólo en Francia. The New York Times la había bautizado como “la su-cesora de Dostoievski”, por su capacidad para refl ejar las contradicciones de la vida y sus complejidades morales.En este breve relato sobre el exilio y la nostal-gia, Némirovsky exhibe una vez más el don de aproximar sus personajes a los lectores y de evocar situaciones, como si la frontera entre lo real y lo imaginario no existiese.La anciana Tatiana Ivanovna ha dedicado toda su vida a servir a sus señores, los Karin, a quie-nes ha visto nacer y crecer en la mansión de Su-jarevo, en las inmediaciones de Moscú. Cuando la familia debe huir por la Revolución de Octu-bre, la fi el criada termina por reunirse con ellos en París, donde, a pesar de que los Karin han

Título: Nieve en otoñoAutora: Irène NémirovskyPáginas: 93Editorial: Norma

perdido su posición social y su fortuna, continúa a su servicio en el modesto apartamento en que residen.Al igual que su admirado Chéjov, Iréne Némirovs-ky tiene un talento especial para observar y cap-tar los detalles más reveladores de la intimidad de sus personajes. El lector encontrará, aquí, el germen de la imponente Suite francesa, y llega-rá al fi nal de esta breve novela con la sensación de haber hecho un intenso viaje emocional.

CBogotá, Colprensa

resenta los trabajos de 43 presti-giosos autores españoles, europeos y norteamericanos, especialistas en adolescencia. Estructurado en sie-

te partes y 30 capítulos, contiene una amplísima revisión y puesta al Día de la Adolescencia en el siglo XXI desde el punto de vista de diversas orientaciones psicoterapéuticas, especialmente desde la Terapia Familiar Sistémica.Los temas revisados incluyen complicaciones como las relaciones con sus progenitores, pero también con sus pares, las particularidades de la emigración, de la adopción, el uso y abuso de las redes digitales, la violencia y diversos tras-tornos de conducta, etc., para terminar con pro-puestas concretas y prácticas de intervenciones terapéuticas y educativas.Buena parte de los capítulos se apoya en ca-sos clínicos y transcripciones de sesiones, para

Título: Adolescentes en el Siglo XXI: entre impotencia, resiliencia y poderCompilador: Roberto PereiraEditorial: Morata - Fondo de Cultura Económica

ejemplifi car sus propuestas.Adolescentes en el siglo XXI está dirigido a pro-fesionales de la Psicoterapia, Psicología, Me-dicina (especialmente Psiquiatras y Pediatras), Pedagogía, Educación, Trabajo Social, Enfer-mería, Educadores Sociales y a todos los inte-resados por entender a los adolescentes en el mundo actual. Puede resultar, a su vez, un tex-to interesante para estudiantes o profesionales que se estén formando en intervención sistémi-ca y terapia familiar.

P

Bogotá, Colprensa

na colección de poemas recogidos de la memoria, y de los cuadernos, de Héctor Abad Faciolince.“…En cierto sentido la poesía repre-

senta la verdad instintiva del lenguaje despojada de la tiranía de la razón. Paradójicamente, inclu-so las viejas reglas poéticas (musicalidad, ritmo, rima, medida) sirven a la aparición de lo profundo, pues lo que prima en la búsqueda de una palabra no es la lógica ni la coherencia ni la claridad, sino la eufonía, y por ese camino se cuelan las emana-ciones de lo más primitivo, una especie de pensa-miento impensado, o instintivo.“Por eso el poeta que consigue combinar varias palabras en una frase perfecta, siente un antiguo goce animal…”Y agrega su mismo autor que “es un testamento involuntario, porque no quiero morirme todavía y sin embargo asocio con la muerte el hecho de es-cribir poemas. Lo primero que yo escribí, a los 12

Título: Testamento involuntarioAutor: Héctor AbadPáginas: 124Editorial: Alfaguara

años, fueron poemas. Los escribía con un amigo, Daniel Echavarría, que se mató pocos años des-pués. Desde entonces yo, que no soy supersti-cioso, he pensado que no debía escribir poemas, porque me exponía a dar un salto al vacío.“Los poemas han sido para mí como una atrac-ción de abismo, y desde entonces evito el abismo de la poesía, al menos en público. He escrito poe-sía solamente al escondido. Ahora me atrevo”.

UBogotá, Colprensa

a Escuela de Fráncfort hace refe-rencia a un grupo de investigadores que comparten las teorías presenta-das por Hegel, Marx y Freud, las cua-

les desarrollaron en el Instituto de Investigación Social inaugurado en 1924 en la ciudad de Frán-cfort.No es un tema fácil o sencillo, pues su contex-to histórico caracterizado por fenómenos como la República de Weimar, el advenimiento del na-cionalsocialismo, la traumática experiencia de la persecución y la emigración, el exterminio de ju-díos en Auschwitz y, ya en la segunda mitad del si-glo XX, el movimiento estudiantil de la década de 1960 y los nuevos movimientos sociales. Esta monumental obra de Rolf Wiggershaus es

Título: La Escuela de Fráncfort Autor: Rolf WiggershausPáginas: 922Editorial: Fondo de Cultura Económica

el estudio más completo publicado hasta aho-ra sobre dicha escuela, retomando sus orígenes y desarrollo, los debates y las luchas que la caracte-rizaron tanto en su interior como en el exterior, sus difi cultades en el exilio americano, su retorno a Eu-ropa, su institucionalización, recepción y creciente infl uencia en el debate académico y político dentro y fuera de Europa en las últimas décadas.

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