Falacias Contra Pena de Muerte

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DOCTRINA 81 El caso contra la pena capital se basa en falacias, desinformación y sentimentalismos inoportunos. Los renovados ataques contra la pena de muerte son como el proceso que se lleva contra Zacharias Moussaoui, presunto cómplice de los ataques a las Torres Gemelas. Los agentes federales han acusado a Moussaoui de seis delitos, cuatro de ellos que lo llevan a la pena de muerte. Amnistía Internacional ha hecho un urgente llamamiento al mundo para condenar este antiguo castigo practicado por los Estados Unidos. Por lo tanto, no hay mejor tiempo que el presente para revisar algunos criterios de desinformación y razonamientos infundados de los oponentes a la pena capital. Falacia No. 1: Racismo “La pena de muerte es racista... la pena de muerte en el ámbito federal es aplicada desproporcionadamente contra las minorías, especialmente con los afroamericanos... De acuerdo con las estadísticas (Departamento de Justicia) cerca del 80% de los sentenciados a muerte son negros, hispanos o de otro grupo minoritario.” (Campaña para dar fin a la pena de muerte). La imposición de la pena de muerte es racialmente parcial: LAS DIEZ FALACIAS CONTRA LA PENA DE MUERTE THOMAS R. EDDLEM Cerca del 90% de personas ejecutadas fueron condenados por asesinar a blancos. Aunque las personas de color cometieron más de la mitad de los crímenes en los Estados Unidos.” (Coalición Nacional para Abolir la Pena de Muerte). “La línea de la muerte en los Estados Unidos ha sido siempre desproporcionalmente mayor para la gente de color en comparación con el resto de la población.”(ACLU Reunión informativa sobre la pena de muerte). Corrección: la creencia de que la pena de muerte tiene un impacto injusto sobre la gente de color y las minorías es deliberadamente un fraude. La mayoría de los ejecutados desde 1976 han sido blancos, aunque delincuentes de color cometen una ligera mayoría de los homicidios. Si la pena de muerte es racista, su parcialidad es contra los homicidas blancos y no contra los negros. De acuerdo a las estadísticas del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, los negros cometieron el 51.5% de los asesinatos entre 1976 y 1999, mientras los blancos el 46.5%. Aun cuando los negros cometieron la mayoría de los homicidios, el Departamento de Justicia informa que: “desde que la Suprema Corte reinstaló la pena de muerte en 1976, los blancos han conformado la mayoría de aquellos casos en donde fueron sentenciados a muerte.” (Énfasis agregado) Los blancos continúan comprendiendo la mayoría de la línea de la muerte en el año 2000 (1990 blancos contra 1535 de los negros y 68 de otros grupos). En el año 2000, 49 de las 85 personas que fueron ejecutadas fueron blancas. De esta forma, ¿cómo pueden decir los abolicionistas que la pena de muerte se da injustamente contra la gente de color y otras minorías? Las estadísticas que citan son a menudo, en teoría, exactas (aunque no siempre), pero esto no significa que la mayoría de la gente asuma su significado. Los abolicionistas a menudo empiezan por analizar la raza de las víctimas que de los propios homicidas. Debido a que la mayoría de los homicidios son intra-raciales (los blancos asesinan en la mayoría de los casos a blancos y la mayoría de los asesinos negros matan a otros negros), se impone la pena de muerte con mayor frecuencia a los homicidas blancos, lo que se traduce en que los asesinos de gente blanca son más propensos a ser ejecutados. En esencia, los abolicionistas juegan su carta racial argumentando que las víctimas de color no reciben justicia debido a que los asesinos de la gente blanca son castigados con la pena de muerte. Los partidarios de la pena de muerte pueden considerarla una justicia denegada de la gente negra. La nueva legislación sobre los “crímenes de odio” parece ser peor que la hipocresía. Los “crímenes de odio” mentalmente se traducen * Este texto fue originalmente publicado en la revista The New American. That Freedom Shall Not Perish, cuyos derechos de autor detenta The New American. The New American ha otorgado a la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México el permiso correspondiente para reproducirlo en este número del órgano informativo. The New American, Vol. 18, No. 11, 3 de junio de 2002. Traducción de Gabriela Porras Campos. Colaborador de la revista The New American y otras publicaciones de los Estados Unidos de América.

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Derecho

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DOCTRINA 81

El caso contra la pena capital sebasa en falacias, desinformacióny sentimentalismos inoportunos.

Los renovados ataques contra lapena de muerte son como elproceso que se lleva contraZacharias Moussaoui, presuntocómplice de los ataques a las TorresGemelas. Los agentes federaleshan acusado a Moussaoui de seisdelitos, cuatro de ellos que lo llevana la pena de muerte. AmnistíaInternacional ha hecho un urgentellamamiento al mundo paracondenar este antiguo castigopracticado por los Estados Unidos.Por lo tanto, no hay mejor tiempoque el presente para revisar algunoscriterios de desinformación yrazonamientos infundados de losoponentes a la pena capital.

Falacia No. 1: Racismo

“La pena de muerte es racista...la pena de muerte en el ámbitofederal es aplicadadesproporcionadamente contra lasminorías, especialmente con losafroamericanos... De acuerdo conlas estadísticas (Departamento deJusticia) cerca del 80% de lossentenciados a muerte son negros,hispanos o de otro grupominoritario.” (Campaña para darfin a la pena de muerte).

La imposición de la pena demuerte es racialmente parcial:

LAS DIEZ FALACIAS CONTRA LAPENA DE MUERTE

THOMAS R. EDDLEM

Cerca del 90% de personasejecutadas fueron condenados porasesinar a blancos. Aunque laspersonas de color cometieron másde la mitad de los crímenes en losEstados Unidos.” (CoaliciónNacional para Abolir la Pena deMuerte).

“La línea de la muerte en losEstados Unidos ha sido siempredesproporcionalmente mayor parala gente de color en comparacióncon el resto de la población.”(ACLUReunión informativa sobre la penade muerte).

Corrección: la creencia de que lapena de muerte tiene un impactoinjusto sobre la gente de color ylas minorías es deliberadamente unfraude. La mayoría de losejecutados desde 1976 han sidoblancos, aunque delincuentes decolor cometen una ligera mayoríade los homicidios. Si la pena demuerte es racista, su parcialidades contra los homicidas blancos yno contra los negros.

De acuerdo a las estadísticas delDepartamento de Justicia de losEstados Unidos, los negroscometieron el 51.5% de losasesinatos entre 1976 y 1999,mientras los blancos el 46.5%. Auncuando los negros cometieron lamayoría de los homicidios, elDepartamento de Justicia informaque: “desde que la Suprema Corte

reinstaló la pena de muerte en1976, los blancos han conformadola mayoría de aquellos casos endonde fueron sentenciados amuerte.” (Énfasis agregado) Losblancos continúan comprendiendola mayoría de la línea de la muerteen el año 2000 (1990 blancoscontra 1535 de los negros y 68 deotros grupos). En el año 2000, 49de las 85 personas que fueronejecutadas fueron blancas.

De esta forma, ¿cómo puedendecir los abolicionistas que la penade muerte se da injustamentecontra la gente de color y otrasminorías? Las estadísticas que citanson a menudo, en teoría, exactas(aunque no siempre), pero esto nosignifica que la mayoría de la genteasuma su significado. Losabolicionistas a menudo empiezanpor analizar la raza de las víctimasque de los propios homicidas.Debido a que la mayoría de loshomicidios son intra-raciales (losblancos asesinan en la mayoría delos casos a blancos y la mayoríade los asesinos negros matan aotros negros), se impone la penade muerte con mayor frecuencia alos homicidas blancos, lo que setraduce en que los asesinos degente blanca son más propensosa ser ejecutados. En esencia, losabolicionistas juegan su cartaracial argumentando que lasvíctimas de color no reciben justiciadebido a que los asesinos de lagente blanca son castigados conla pena de muerte. Los partidariosde la pena de muerte puedenconsiderarla una justicia denegadade la gente negra.

La nueva legislación sobre los“crímenes de odio” parece ser peorque la hipocresía. Los “crímenesde odio” mentalmente se traducen

* Este texto fue originalmente publicado en la revista The New American. That Freedom Shall Not Perish, cuyos derechos de autordetenta The New American. The New American ha otorgado a la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México elpermiso correspondiente para reproducirlo en este número del órgano informativo. The New American, Vol. 18, No. 11, 3 dejunio de 2002. Traducción de Gabriela Porras Campos.

Colaborador de la revista The New American y otras publicaciones de los EstadosUnidos de América.

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en sentencias más violentas para“crímenes de odio” interraciales.Debido a que la gente blancaasesinada por negros es 2.6 vecesmás que los negros asesinados porblancos, la mayoría de loshomicidas de gente blanca sonmás susceptibles de recibircondenas de pena de muerte quelos asesinos de la gente negra.

Falacia No. 2: Costos

“Cuesta más ejecutar a unapersona que mantenerla enprisión de por vida. Un estudiorealizado en California, en 1993,señala que la pena de muertecuesta al menos 1.25 millones dedólares más que un homicidioregular y una sentencia de porvida sin la posibilidad de salir bajopalabra.” (deathpenalty.org).

Corrección: Mientras que estos datosson dudosos a lo más, esteargumento no merece respuesta. Lajusticia no está al mejor postor delmenor precio.

Falacia No. 3: Inocencia

“Una revisión de las condenas ala pena de muerte en un periodode 23 años, encontró un margende error nacional equivalente al68%”. (ACLU Informe de laCampaña de la Pena de Muerte).

“Error serio –error que minasustancialmente la seguridad delos veredictos capitales- que haalcanzado proporcionesepidémicas a lo largo de nuestrosistema de pena de muerte. Enmás de dos de cada tres sentenciasa muerte que fueron revisadas porlas Cortes durante el estudiorealizado en un periodo de 23años, encontró un fallo serio.”(“Sistema incumplido: índicesde error en casos capitales,1973-1995” por James Liebmanet. al.).

Corrección: La media especializadadifundió con gran publicidad, elestudio sin fundamento que laUniversidad de Columbia habíarealizado cuando lo presentó en elaño 2000. Pero Reg Brown, de laoficina del gobernador de Floridalo desmintió. “El ‘estudio’ muestraun error que incluye cualquier casoque requiera de una posteriorrevisión por una corte menor...usando la definición equívoca delos autores, el estudio concluye, sinembargo, que los 64 casos post-condenados estuvieron repletos deerrores –aunque ningunos de estoscasos de Florida fueron finalmenteresueltos con un veredicto de “noculpable”, un indulto o un desechopor los cargos de homicidio.”

Brown señaló que aun cuando seinvalidaron políticamente los casosde pena de muerte, éstos seagregaron a las estadísticas. “Loscerca de 40 condenados a muerteque fueron revocados por laSuprema Corte de California porel activista de tendencia liberal RoeBird, son vistos como “errores”cuando de hecho un prejuicioideológico es base probable de lainvestigación.” Paul G. Cassell delWall Street Journal explicó cómoel 68% de los datos son engañosos.“Después de revisar las condenasa muerte de estos 23 años, elestudio de estos autores (como deotros investigadores) es incapaz deencontrar un solo caso en el cualalguna persona inocente haya sidoejecutada. De ahí que, el error mássobresaliente –el índice deejecuciones equivocadas- sea cero.”

Falacia No. 4: Evidencia del ADN

“Desde que la Suprema Corte delos Estados Unidos estableció en1976 que la pena capital no es‘cruel ni inusitada’, 618 reclusoshan sido ejecutados a lo largo dela Nación y cerca de 80 han sidoexonerados... Estas probabilidades

inquietantes conducen a lapregunta: Si las posibilidades deejecutar personas inocentes sonaltas, ¿podríamos entonces aplicarla pena capital?” (ABCNews.com,6 de marzo de 2000).

Corrección: Mientras que la mayoríade estos presos son liberados de lalínea de la muerte por motivospolíticos o razones técnicas sintener que ver con la culpabilidad,es cierto que un pequeño númerode ellos han sido liberados porquela prueba del ADN ha probado suinocencia.

Pero aunque ABC no esté deacuerdo, sus nuevas historiasrefuerzan con la publicación deargumentos sobre la línea de lamuerte, su apoyo a la pena demuerte. “El gran uso de la pruebadel ADN y el establecimiento deparámetros para los abogadosdefensores, eliminaría virtualmenteel argumento de que la pena demuerte no puede ser aplicada deforma errónea.” Si la evidencia delADN puede realmente probar suinocencia, así como puede probarsu culpabilidad, la sociedad puedeestar más segura de que lossentenciados a muerte son enverdad culpables. El sistema asícomo todo lo que le rodea estátrabajando bien. Desde que sereinstaló la pena de muerte en1976, ninguna persona ejecutadaen los Estados Unidos ha sidoposteriormente declarada inocente,como resultado de la prueba del ADN.

Falacia No. 5: “Cruel e inusitada”

“La pena de muerte: siemprecruel, siempre inhumana, siempredegradante... No puede serencubierta la crueldad inherentede la pena de muerte.” (AmnistíaInternacional).

“La pena capital, el último rechazode las libertades civiles, es una

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práctica costosa, irreversible ybarbárica, el epítome de uncastigo cruel e inusitado.” (ACLUInforme de la Campaña de laPena de Muerte).

Corrección: La pena de muerte noes inusitada. Todas las naciones delmundo contemplan la pena demuerte en sus legislaciones a lolargo de la mayoría de su historia,y la pena de muerte se incluyetodavía en casi la mitad de lasnaciones del mundo. La pena demuerte estaba contemplada entodos los estados de la UniónAmericana cuando su Constituciónfue adoptada.

Falacia 6: La relación pro-vida

“Vemos a la pena de muerte comouna perpetuación del ciclo de laviolencia y que promueve elsentimiento de venganza ennuestra cultura. Como dijimos enAfrontando la Cultura de laViolencia: ‘no podemos enseñarque matar está mal, si matamos”.(Conferencia Católica de losEstados Unidos).

Corrección: Si la pena capital nosenseña que está permitido matar,¿los condenados a muerte nosenseñan que está permitido tomarlo del otro sin su consentimiento, yque las sanciones nos enseñan queestá permitido robar? En realidad,este mito confunde lo que es mataral inocente y castigar al culpable.Castigar al culpable por medio dela pena de muerte no es condonarel derramamiento de sangreinocente. Justamente lo contrario,de hecho, la pena capital envía unfuerte mensaje, matar y otros delitosgraves no serán tolerados.

Un mito relacionado es que losdefensores pro-vida apoyan elderecho a la vida de un bebé nonacido en el vientre de su madre,pero quien no defiende el derecho

a la vida de un asesino sentenciadoa muerte, es moralmenteincoherente. Pero no hayincoherencia alguna: El bebé nonacido es inocente, el asesinocondenado no. Son los liberalespro-abortistas/anti pena de muertelos moralmente inconsistentes,quienes apoyan la muerte sólo eninocentes.

Los pro-vida se engañan a símismos, porque creen queaboliendo la pena de muertepodrán prohibir el aborto o mostrarun mayor respeto por la vida. Alcontrario, las naciones que tienenla pena de muerte generalmenterestringen el aborto más que otrasnaciones que han abolido la penade muerte. Las naciones islámicasy africanas tienen la pena de muertey también tienen las leyes másprohibitivas del aborto. Por elcontrario, las naciones europeashan abolido la pena de muerte ytienen una legislación liberal sobreel aborto. ¿Realmente los pro-vidaquieren seguir el ejemplo de Europa?

Falacia 7: La comunidad nosmantendrá

“Los Estados Unidos se manejanigual que notorios abusadores dederechos humanos. Una vastamayoría de países de Europaoccidental, Norteamérica ySudamérica –más de 105naciones del mundo- han dejadoa un lado la pena capital. LosEstados Unidos permanecen en lamisma línea que Irak, Irán y China,como uno de los mayoresdefensores y practicantes de lapena capital.” (deathpenalty.org).

Corrección: El uso arbitrario de lapena capital en sociedadestotalitaristas, es un argumento quese mantiene para asegurarse deque el gobierno nunca abuse deeste poder, pero no se sostienecontra el principio de la pena

capital, el cual, en una sociedadlibre, sólo se aplica bajo el imperiode la ley.

La referencia a Europa estáequivocada. Los defensores de lapena capital son aquellos quehacen causa con europeoscomunes, mientras que losabolicionistas sólo con susgobiernos elitistas. La opiniónpública está a favor de la pena demuerte para los homicidas másviolentos a lo largo de toda Europa,pero gobiernos europeos elitistashan derogado el uso de la penacapital.

Falacia No. 8: No disuasión

“La pena capital no disuade alcrimen. Estudios científicos hanfracasado constantemente endemostrar que la ejecucionesdisuaden a la gente de cometercrímenes.” (Death Penalty Focus).

Corrección: A los oponentes a lapena de muerte les gusta asumirque el principal objetivo de la penade muerte es la disuasión,posiblemente con su perfectoargumento de paja. Sus evidenciasde disuasión tangibles aisladas,no son razones válidas para lapena capital (o cualquier otraforma de castigo, por sunaturaleza) o no es razón suficientepara emplearla por partidarios dela pena de muerte astutos. Comoescritor cristiano C. S. Lewis opina,“[disuasión] en sí misma, sería algomuy desagradable que hacer. Lateoría clásica del castigo estaba porsupuesto justificada en el campode que el hombre desistiera.¿Porqué, por el amor de Dios, voya ser sacrificado por el bien de lasociedad de esta forma? –a menosde que, por supuesto, me desista”.Infligir una penalidad meramentepara disuadir -más que castigarhechos realizados- es unaverdadera definición de crueldad.

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Una sanción puramentedisuasiva es solo una forma queel hombre puede ser castigado–no por algo que haya hecho-sino por algo que alguien máspudo haber hecho. Lewisexplicaba la lógica final de esteargumento: “si la disuasión estodo lo que importa, la ejecuciónde un inocente haría al públicopensar en su culpabilidad, locual estar ía plenamentejustificado.”

Los hombres deben sercast igados por sus propioscrímenes y no solamente por ladisuasión de otros. Dicho esto,la pena de muerte, sin duda,disuade en algunos casos. Paraempezar, aquellos ejecutados noestarán más para cometer máscrímenes.

Falacia No. 9: Misericordia cristianay venganza

“La pena de muerte aparececomo opositor del espíritu delEvangelio. En el sermón de lamontaña, Jesús los exhortó asustituir la vieja ley de ‘ojo porojo, diente por diente’ por unaactitud de misericordia, aunhacia aquellos que cometan unmal contra nosotros (Mt 5:38-48).Cuando se le pregunta suopinión en este caso de unamujer condenada por adulterio,un delito que la conduce a lapena de muer te , É linmediatamente disculpa a lapecadora, mientras que lamentala acción, el pecado (Jn 8). Esdifícil para nosot ros acoger elconsejo de Jesús: perdonar yamar, reconciliación y sanación,con las prácticas de estoscriminales”. (Discurso sobre lapena capital pronunciado por elConsejo Cristiano de Delaware yconfines del Este de Maryland).En el Levítico, el Señor dice‘ustedes no tomarán venganza y

resistirán cualquier rencor contralos hijos de su propio pueblo.’Aquí el Antiguo Testamento seanticipa a la enseñanza de Jesús“Escuchen lo que les digo: ‘ojopor ojo, diente por diente’. Peroyo os digo, no resistaís al que esmalo; antes, a cualquiera que tehiera en la mejil la derecha,vuélvela también la otra’. Pablo,de igual modo, manifestó que lavenganza está reservada a Dios ylos cristianos alimentarán a susenemigos, venciendo el mal conel bien (Rom 12:19-21).”(Christianity Today 4-6-98).

Corrección: La pena –algunas vecesllamada castigo-, es la principalrazón para dar la pena de muerte.Los llamados “cristianos” que semanifiestan en contra de la penade muerte pueden ser resumidos enun enunciado: no podemoscastigar pecadores porque elcastigo es siempre una forma devenganza.

Una cuidadosa lectura de la Bibliano apoya la idea de que el castigoes sinónimo de venganza. ElAntiguo Testamento pide un castigoequitativo que generalmente setraduce en una venganzadesproporcionada. El mismoAntiguo Testamento que haordenado “ojo por ojo, diente pordiente”, ha prohibido la venganza.Evidentemente, las escriturashebreas ven el castigo y lavenganza como dos conceptosseparados.

En el Nuevo Testamento, Jesúsniega que esté tratando de anularla ley del Antiguo Testamento. “Nopenséis que he venido paraabrogar la ley o los Profetas; nohe venido para abrogar, sino paracumplir.” (Mateo 5: 17) El apóstolPablo dijo a los romanos que lavenganza y el castigo son términoscompletamente distintos. “Nuncaintentes tomar venganza: aléjense,

mis queridos amigos, del castigo”.Como las Escrituras dicen, mía esla venganza, yo pagaré, dice elSeñor.” Pero justamente pocosversículos después, Pablo señala“pero si haces lo malo, teme;porque no en vano l leva laespada, pues es servidor de Dios,vengador para castigar al quehace lo malo...” (Romanos 13:4)“Autoridad” se refiere al Estado, alque se le da el poder para poner alos pecadores en la “espada”.Pablo afirma que el castigo delEstado que se da por medio de lapena de muerte, es el castigo deDios.

Claramente, el Testamento cristianoconsidera que el castigoproporcionado por el Estado nosólo es tan diferente de lavenganza, sino también sonopuestos. La venganza es siemprepersonal y raramente esproporcional a la ofensa. Elprincipio de justicia hebreo “ojo porojo” remplaza al odioso y muypersonal principio de venganza“cabeza por ojo”. El castigo es unasanción impersonal por el Estado.Y el castigo impersonal está muydistante de ser proporcional alcrimen, lo que significa que seacerca más al principio de “ojo porojo”.

Por misericordia a la mujeradúltera, Jesús no hizo ningúncomentario contra la pena demuerte. Los enemigos de Jesúspensaron que pusieron a Cristo enuna situación no favorable porpresentar la mujer adúltera ante él.Si Cristo hubiera ordenado laliberación de la mujer, elloshubieran podido desacreditarlo poroponerse a la Ley de Moisés. Perosi Él hubiera ordenado matarla,entonces Cristo hubiera sido llevadoante las autoridades romanas porel crimen de homicidio. Por otrolado, sus oponentes creyeron quelo tenían a Él, Cristo por supuesto,

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conocía los objetivos hipócritas desus enemigos que no tenían nadaque ver con la justicia. La ausenciadel hombre con quien habíacometido adulterio la mujer“durante el momento exacto” debióser notoria. Su refutación “el quede vosotros esté sin pecado seael primero en arrojar la piedracontra ella ”, fue una réplicaperfecta; el momento culminantede la hipocresía. La respuesta deCristo no fue en ningún momentoun comentario en contra de la penade muerte.

Falacia No. 10: No misericordia

“La pena capital es la afirmaciónfinal de la sociedad que no seráolvidada.” (Martín Luther King).

“Es un infierno matar a un hombre.Tomas todo lo que él tiene, y quesiempre va a tener.” (personaje deClint Eastwood en la películaUnforgiven).

Corrección: La persona que seopone a la pena de muerte conbase en estos principios, seopone a cualquier razonamientomundano más que a unrazonamiento espir i tual. Loexpresado por el personaje deClint Eastwood en la películaUnforgiven, tipifica esta objeciónreligiosa sorprendentementecomún. La implícita suposiciónde que este mundo y esta vida estodo lo que existe. Esto sugiereque sólo una persona repugnantey vengat iva pareciera quequisiese tomar todo cuantopudiera de otro.

Pero no es cierto que la mayoríade los partidarios de la pena demuerte quisieran tomar todo de loshomicidas. Tomás de Aquinoseñala en su Summa Teológica que“si un hombre es peligroso ydañino para la comunidad,tomando en cuenta algunos desus pecados, es digno de alabanza

y ventajoso que él sea asesinadoen orden para salvaguardar elbien común.”

La pena de muerte parahomicidas, la más famosa teologíade la iglesia católica dicha, es unaforma de castigo retributivo. Explicaque el “castigo puede serconsiderado como antídoto y nocomo un remedio del pecadohecho, sino como preventivo defuturos pecados”. Aunque la vidapuede ser tomada del homicida,él estará mejor con el castigoporque sus bienes espiritualestienen grandes consecuencias,mientras que sus bienes temporalesson menos importantes.”

Desafortunadamente, no parecendarse cuenta los partidarios queemplean estos razonamientosincorrectos de que un castigojusto en este mundo, podríapreparar mejor al criminal paralo siguiente.

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Distinguidos lectores:

Ocupamos este espacio para hacer de su amable conocimiento que el artículo Los Derechos Humanos y laPena de Muerte, publicado en «Derechos Humanos» órgano informativo de la Comisión de Derechos Humanosdel Estado de México No. 46, bimestre noviembre-diciembre 2000, no es de la autoría del Dr. Miguel ÁngelContreras Nieto

Con el mayor de los respetos.

Comisión de Derechos Humanos del Estado de México