FASE II BASES TEÓRICAS
Transcript of FASE II BASES TEÓRICAS
33
FASE II
BASES TEÓRICAS
“El que se atreve a enseñar nunca debe cesar de aprender.”
John Cotton Dana.
2.1 Marco teórico
Por definición docente y profesor son palabras sinónimas que aluden a
aquella persona que educa, aquella que enseña (RAE, 2016), no obstante
esta definición del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española se
queda un poco corta, respecto a la dimensión que concibe la profesión de
educador, pues dentro del mundo actual el catedrático debe ir más allá de la
simple transmisión de saberes y la transferencia de datos, ya que el trabajo
pedagógico requiere de un compromiso social, convirtiéndose en motor de
cambio positivo para la comunidad con la cual se tiene contacto.
La perspectiva pedagogía del educador debe estar orientada sin lugar
a dudas a la educación social, adelantando un trabajo donde no solo enseña,
también se relaciona y aprende constantemente de la comunidad, teniendo
un deber ser desde la reflexión e investigación acerca de la praxis
socioeducativa. En el marco de esta visión toda educación debe ser social y
34
la configuración teórica que concibe este trabajo no podría alejada de ello.
Así pues, es importante para el desarrollo del presente documento establecer
la función social que corresponde a la docencia, motivo por el cual se aborda
el marco teórico desde la perspectiva de la Pedagogía Social.
Descomponiendo etimológicamente el concepto de pedagogía social
encontramos que la pedagogía es un término que se refiere a la ciencia que
se ocupa de la educación y la enseñanza (Diccionario Aristos, 1981, p. 475),
mientras que el término social alude a la sociedad, como una agrupación de
individuos con un fin determinado (Diccionario Moderno, 1975, p. 508). De
esta manera la pedagogía social está relacionada con la educabilidad para la
socialización, y los pedagogos sociales tienen por misión educar enfocados
en la reinserción social de las personas, para lograr la satisfacción de las
necesidades básicas de una comunidad y la defensa de los derechos
humanos.
La pedagogía social se encarga de la intervención pedagógica en los servicios sociales para la prevención, la ayuda y la resocialización. La acción preventiva intenta anticiparse a los problemas para evitar que las personas se disocialicen, la ayuda consiste en asistir a quienes están en riesgo social y la resocialización lucha por la reinserción a través de la corrección de las conductas desviadas (Pérez & Merino, 2010).
La teoría de la pedagogía social se puede dividir en dos etapas:
clásica y moderna.
35
2.1.1 Pedagogía social clásica.La pedagogía social así como otras
muchas disciplinas tiene sus raíces en la Filosofía y no logró su
independencia hasta hace relativamente poco tiempo. Entre sus precursores
podemos contar a Platón, quien concebía la educación como un proceso en
el cual el hombre aprende por su relación en comunidad. El hombre para
serlo necesita del hombre, tal como menciona en su escrito El Banquete (De
los Ríos, 1997, p. 47).
La educación es un concepto importante en la propuesta de la
República platónica, ya que estaba coligada a las clases sociales:
Figura 1. Educación y Platón.
Fuente: Elaboración propia a partir de la información de Sánchez (2015).
CO
NO
CI
MI
EN
TO
Gobernantes y filósofos: Se educan en las ciencias y la
filosofía.
Guerreros: Se educan en la gimnástica y música.
Artesanos: Se educan en su acción.
36
La idea clásica de la Educación Social tiene como principales
exponentes a Platón y Aristóteles porque no constituyeron una oposición
entre Sociedad y Estado, así que tampoco la concebían entre Pedagogía
Social y Política.
Para la época de la Edad Media las tendencias teóricas se centraron
en la teología, motivo por el cual no existió un desarrollo significativo en el
campo de la pedagogía social. Durante el Renacimiento la educación se
enfocó en el individuo, así que el aspecto social nuevamente se vio relegado.
2.1.2 Pedagogía social moderna.Alemaniatuvo un papel importante
en la teoría de la educación social a través de las ideas concebidas por
Immanuel Kant, quien creía que “el hombre llega a ser hombre
exclusivamente por la educación; es lo que la educación hace de él” (Kant,
citado por Cordero, 2005, p. 9). Dentro de esta misma línea de pensamiento
se encuentran Johann Gottlieb Fichte y Georg Wilhelm Friedrich Hegel.
Las condiciones sociales y artísticas que vivió Alemania durante el
siglo XVIII y XIX dieron las bases para que se fortaleciera la idea de la
educación social, logrando que la educación ya no se percibiera como algo
exclusivo de ciertas clases sociales sino como un derecho y un deber.
37
Es así que Kant retoma la idea de Rousseau acerca de que la
educación hace libres a los hombres, por lo que se convierte en una
condición básica para el bienestar de una sociedad. Para Kant las dos tareas
más difíciles del hombre son el gobernar y el educar, teniendo que solo a
través de la educación el hombre puede llegar crecer, estableciendo tres
problemas básicos para que se pudiera construir una educación social:
- La educación como arte y no como ciencia: entendiendo que la
pedagogía va más allá de la teoría y requiere de la práctica, que va
perfeccionando y ampliando el conocimiento.
- La educación como arte razonado: la educación no es un proceso
mecánico y los hombres no son máquinas, lo cual representa que la
pedagogía requiere ser razonada para adaptarse a las condiciones
humanas y mejorar las metodologías.
- La educación como arte orientado: conforme a que la educación no
es mecanicista se debe tener una orientación con visión al futuro,
según la idea de desarrollo, humanidad y libertad.
Bajo estas premisas Kant (citado por Pérez, 2002 p. 199) afirma que la
educación tiene cinco finalidades:
1. Dar al hombre crianza.
2. Disciplinarlo.
38
3. Cultivarlo (darle cultura).
4. Hacerle prudente o civilizado y
5. Moralizarlo
Se impulsa entonces la idea de una educación con sentido social
asentada en el concepto básico que el hombre por naturaleza es un ser
social y vive en sociedad, donde tiene cada hombre el derecho a acceder al
conocimiento y cada educador debe comprometerse a llevar su profesión
mediante la praxis, siendo críticos de la pedagogía y considerando el saber
un proceso continuo que debe estar ligado a la realidad social.
Según señala Pérez (2003), en la Edad Moderna aparece Comenio
como el primero en exponer un juicio pedagógico-social, basado en la idea
de una educación sin discriminación, donde todos los hombres tienen
derecho a aprender sin importar su condición social y económica. Es
Comenio quien establece el principio de la Educación social cuando afirma
“nosotros pretendemos la educación general de todos los que han nacido
hombre, para todo lo que es humano” (Pérez, 2002, p. 200).
Posteriormente surge Johann Heinrich Pestalozzi, considerado como
el fundador de la educación social autónoma al haber dedicado buena parte
de su vida a la universalización de la educación, generando cambios y
reformas en los métodos pedagógicos, a la vez que abrió diversos centros
39
educativos. Uno de los grandes aportes de este pedagogo suizo es la idea
que la educación es un derecho natural del hombre y un deber de la
sociedad.
Así mismo Pestalozzi promovió mediante la educación la equidad
entre clases sociales, preocupado siempre en mejorar las condiciones de
vida de las clases más desfavorecidas y el acceso al sistema educativo. De
igual manera, propone que la formación profesional de los educadores debe
relacionar el ser con el hacer, pasando del pensamiento a la acción. A través
del libro Cómo Gertrudis enseña a sus hijos Pestalozzi plantea la necesidad
de reducir la miseria del pueblo a causa de la ignorancia, la cual los hace
vulnerables a la degradación por parte de las clases altas que aprovechan la
situación para incrementar la opresión y las desigualdades.
Por esta situación propone que el educador debe ser el propulsor de la
acción, mediante la idea de una pedagogía con cabeza, corazón y mano,
enfocada en las necesidades de la comunidad, por lo que la educación debe
ser colectiva desde una muy temprana edad para el desarrollo de la mente y
del espíritu. La profesión se debe caracterizar por pensamiento y acción
manteniendo el trabajo educativo como el punto de unión entre conocimiento
y moral.
40
Pestalozzi imagina el método educativo como un sistema intuitivo,
inductivo y experimental, enfocado hacia la conciencia, la buena educación
de la personalidad, el orden moral y la reducción de la miseria, llevando a la
humanidad cultura y bienestar. La educación debe ser un arte desinteresado
motivado por la necesidad de construir una sociedad justa y feliz.
En esta misma época surge Adolph Kolping (Pérez, 2002, p. 201), un
sacerdote católico que se interesó por las relaciones obrero patronal, al punto
que fundó el movimiento obrero social-cristiano de Alemania, el cual tuvo una
gran acogida gracias a que se estableció como un espacio donde teniendo
como punto de referencia los principios de la fe cristiana se defendían los
derechos de los trabajadores, instituyéndose como una organización con
características pedagógicas y sociales que diseño un proyecto educativo
enfocado enarmonizar los mandatos de la Iglesia con la educación y la ayuda
social.
En este recorrido del surgimiento de la educación social aparece Adolf
Diesterwerg, a quien se le atribuye la utilización por primera vez de los
términos Pedagogía Social y Educación Social dentro de la teoría de la
educación. Según explica Pérez (2002), Diesterwerg desarrollo una teoría
ecléctica a partir de las propuestas de Pestalozziy otros teóricos,
considerando que la educación está constituida por tres aspectos
primordiales: intelectual, moral y religioso, direccionados siempre hacia el
41
trabajo social, para el cual era de vital importancia el trabajo que se realizaba
en el hogar y la escuela.
Una de las obras más importantes de Diesterwerg fue una Bibliografía
para la formación de los maestros alemanes, teniendo dedicado un capítulo
exclusivo a los Escritos sobre Pedagogía Social, que a pesar de no hablar de
un método pedagógico sino de una recopilación de obras que tratan acerca
de la educación como un derecho, se considera como el primer escrito
reseñado bajo el concepto de educación social.
El término Pedagogía Social en este autor sirve para englobar contenidos y áreas de acción educativo-sociales, sin que se usen como resultado de una elaboración teórico-sistemática. No obstante, para este autor, como para muchos de sus contemporáneos interesados por la Pedagogía, este término resumiría sus esperanzas de una Pedagogía renovada que marcara un giro en las preocupaciones del momento (Pérez, 2002, p. 205).
El desarrollo alemán de los siglos XVIII y XIX enmarcado en la
revolución industrial, la transformación de los métodos de producción, la
migración hacia los centros urbanos, el debilitamiento de los vínculos
familiares y la miseria,tuvo como uno de sus resultados la necesidad de dar
una respuesta pedagógica a los problemas a través de un redireccionamiento
de los métodos de educación – acción, inclinada hacia el compromiso social
para reducir la crisis.
42
Dentro de esta evolución surge Georg Michael Kerschensteiner,
pedagogo interesado en promover la práctica social como una forma de
pedagogía que debía asumir la educación y el educador. Ve a la educación
como un modelo espiritual, unitario y con sentido, que se debe organizar
teniendo como referencia a la sociedad y los valores. “Las características de
esta formación son: amplitud y diversidad del horizonte personal en la
captación de los valores y necesidad y capacidad de aceptar otros nuevos y
de relacionarlos y unificarlos” (Pérez, 2002, p. 206).
En su concepto el docente se debe preparar como un educador social
que esté preocupado por la proximidad con la comunidad y por ayudarles a
formarse en valores. El educador debe tener carácter y sentimiento.
Promueve la Escuela del Trabajo, mediante la cual cada persona puede
llegar a lograr la autonomía personal y social.
Quizás Kerschensteiner es uno de los que más compromiso social
exige de los educadores pues determina que la pedagogía no se debe
quedar en una metodología didáctica, es necesario que el profesional
desarrolle una participación efectiva como un deber y una necesidad de su
trabajo, generando siempre una función social mediante el proceso de
enseñanza. El trabajo del educador es necesariamente social y el aula el
espacio para formar ciudadanos útiles, por lo que el objetivo del docente es
promover siempre el bienestar de la comunidad.
43
Así mismo dice que la Educación Social no es un tipo de educación,
es un enfoque que debe tener toda educación, motivo por el cual todo
proceso educativo adquiere validez solo si se concibe una finalidad social,
donde el educador trabaja por y para la comunidad.
2.1.3 Pedagogía social contemporánea. Como se puede ver existen
variadas referencias a través de la historia inclinadas a que la pedagogía
tuviera un sentido social y humanístico, sin embargo no es sino hasta el siglo
XIX que la pedagogía social surge como teoría o disciplina científica, gracias
al trabajo de Paul Natorp, que aborda el tema desde una perspectiva
filosófica, por ello es considerado el Padre de la Pedagogía Social.
Este filósofo alemán era seguidor de la ideas de Kant y por ello
perteneció a la escuela neo-kantiana. El punto en el que sobresale Natorp
respecto a otros filósofos y pedagogos es que abordaron el tema de la
educación social desde una visión científica, es decir, tomando a la
educación como una ciencia diferenciada de la filosofía, haciendo hincapié
en el deber ser social del docente.
Para aquella época existía la discusión entre distintos filósofos si la
educación era un arte (una técnica), o si por el contrario podía elevarse a un
sistema científico de conocimiento y práctica. Natorp en este sentido afirma
que las facultades intelectuales adquiridas a partir del conocimiento
44
enciclopédico son importantes pero es el único medio para lograr
conocimiento. La pedagogía la percibía como la ciencia de la formación,
donde existe fundamentación teórico práctica, es decir composición
científica.
Natorp tal como otros pedagogos cree que la fundamentación teórica
de la educación está en la filosofía, no obstante al considerarla una ciencia
social también incluye otras disciplinas como la lógica y la estética. En su
visión no existe el hombre sino la comunidad humana.
Según Natorp (citado por Mateo, 1977), “las actividades económicas y
las políticas no son más que los medios para lograr una elevación de todos
los individuos de la comunidad hacia el fin último de la vida comunitaria”. En
este concepto la pedagogía social no es una subordinada y considera a la
economía y al orden social medios para conseguir el objetivo para el
desarrollo: la educación. Es así que independientemente de los factores
políticos o económicos toda la comunidad tiene derecho a la educación.
Actualmente este concepto está impreso en el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, que en
su artículo 13 reconoce el derecho de toda persona a la educación.
Dentro de la perspectiva de Natorp el derecho a la educación de todas
las personas es fundamental, pero también así la posibilidad de la contribuir
45
en la educación social, por ello es importante que la Pedagogía Social no
esté limitada por aspectos económicos o políticos, para que el proceso sea
democrático y universal, abarcando a la mayor cantidad de personas
posibles, teniendo efectos positivos en todas las clases sociales y
promoviendo el desarrollo.
Posterior a 1968 surgen autores que retomaron la pedagogía social
desde el punto de vista crítico, enfocados en resolver conflictos sociales
puntuales, fortaleciendo la relación entre educación y realidad humana.
Dentro de esta perspectiva sobresalen Klaus Mollenhauer y Wolfgang Klafki
(citados por Pérez, 2002)
Mollenhauer (citado por Pérez, 2002) se interesó en fomentar la
protección de los adolescentes, analizando la influencia de los sistemas de
educación en el desarrollo físico y psíquico. Así mismo, busco generar
cambios en la educación para ayudar a solucionar conflictos sociales.
Por su parte Klafki(citado por Pérez, 2002) busca lograr cambios
positivos mediante la crítica a la sociedad.
Entiende la educación escolar, ante todo, como educación social y política. Las desventajas procedentes de la clase social deberían compensarse con la ayuda de una educación críticamente reflexionada y debería promocionarse la igualdad de oportunidades para todos. La enseñanza escolar implica
46
siempre el aprendizaje social, que debería ser tomado en cuenta en la planificación de una educación social democrática e integrarse en los objetivos de la enseñanza (Pérez, 2002, p. 223).
La teoría crítica de la educación mantiene hasta el día de hoy
reconocida importancia para el estudio y abordaje de problemas sociales,
estudiando a los individuos y su realidad, fomentando su participación en el
desarrollo de soluciones y en la toma de decisiones. En la pedagogía social
el individuo es el eje de la interacción pedagógica.
2.1.4 El objeto de la Pedagogía Social. Teniendo como referencia el
enfoque teórico que hemos venido exponiendo, es necesario señalar que el
educador no puede desconocer el influjo del medio social en la educación de
un individuo, lo cual nos lleva a la necesidad de plantear una definición de la
pedagogía social.
Como bien explica Rodríguez (2006), la tarea de encontrar una
definición para este concepto puede ser una labor complicada debido a que
posee un carácter pluralista y al estar relacionado con la realidad social
incluye un gran número de relaciones, no obstante la opinión de diferentes
expertos puede servir de aproximación.
Según Natorp(1913. p. 8)“la Pedagogía Social trata de la educación
del hombre que vive en una comunidad”. Así mismo Pérez (2003) afirma que
47
“el objeto de la Pedagogía Social es analizar las condiciones sociales de la
cultura y las condiciones culturales de la vida social, y el hombre sólo se
desarrolla en comunidad” (p. 69).
Luzuriaga subraya que “la Pedagogía Social tiene por objeto de
estudio la educación en sus relaciones con la sociedad, es decir, la acción de
los grupos sociales en la formación del hombre y la influencia de la
educación en la sociedad humana” (Luzuriaga,1968, p. 9).
Desde el punto de vista de Fermoso (1994),
El objeto material de la Pedagogía Social no es otro que el propio de la Pedagogía General: el ser educando del hombre, que es la realización práctica de una posibilidad previa, la educabilidad, mientras que el objeto formal no puede ser otro que la sociabilidad (posibilidad de ser social), la socializandidad (proceso de socialización, las acciones realizadas para consumarla) y la socialidad (el producto de las acciones socializadoras) (p. 23-24).
Mientras que para Ortega (1999) el objeto es la dinamización de las
condiciones educativas de la cultura y de la vida social y lo educativo del
trabajo social. Más en concreto, o dicho de otra manera, la acción educativa
que busca integrar a los individuos en la comunidad mediante su
dinamización participativa (p. 26).
48
Por su parte Quintana (1984) afirma que el objeto de la pedagogía
social no puede estar separado de la sociabilidad y la socialización,
teniéndolas como los medios para aproximarse a las problemáticas de una
comunidad y realizar intervenciones objetivas.
Según Petrus (1998), por lógica, una correcta definición de la
pedagogía social debe resultar abierta, dinámica y dialéctica. En la medida
que la realidad social sea cambiante y variada es importante que el
conocimiento científico lo sea de igual manera, para así poder incidir de
manera más racional sobre ella a efectos de mejorarla. Como resultado la
pedagogía social “va a estar siempre en proceso de construcción, siendo en
última instancia la realidad del tejido social la que le dará su contextual
configuración” Petrus (1998, p. 33).
Para Sarrate y Hernando “la pedagogía social debe promover los
valores sociales emergentes, fomentar el sentido crítico, contribuir a la
resocialización ante los cambios, buscar una moral cívica y fomentar la
participación activa y responsable de individuos y grupos” (2009, p. 31).
Adicionalmente apuntan que este tipo de educación se preocupa por los
problemas humano-sociales y por tener contacto directo con la realidad de
los sujetos.
49
Este contacto con la comunidad hace que uno de los objetivos
trascendentales de la pedagogía social sea el de socializar y promover la
adaptación social. Adolescentes con distintos problemas conductuales o en
riesgo de transformarse en ello son el objetivo de la pedagogía, concibiendo
espacios para el conocimiento de sus realidades y la conformación de
alternativas mediante estrategias comunitarias. Como señalan Sarrate y
Hernando (2009) el fin último de la pedagogía social es la mejora, el cambio
y la transformación social.
El educador preocupado por la pedagogía social se enfoca en “el
enriquecimiento, la forja de la persona que vive en un momento dado, con
una cultura propia y en una sociedad concreta, en la cual es necesaria la
comunicación interpersonal como forma de vinculación social” (Sarrate&
Hernando, 2009, p.33).
Quizás una de las definiciones más completas del concepto sea la formulada
por Pérez (2003):
La Pedagogía Social es hoy un término con el que se designa, al mismo tiempo, una disciplina científicoteórica y pedagógica del sistema de las ciencias de la educación, y la praxis pedagógica ejercida, en sus múltiples formas, por los denominados pedagogos sociales (p. 73).
50
Así pues, la pedagogía social debe entenderse entonces como una
forma de abrir espacios para la formación y el aporte a una población,
dirigida a lograr transformaciones positivas en todos los involucrados en el
proceso, a partir de la guía que puede representar el docente. La educación
actual está rompiendo las barreras físicas de las aulas reconociendo la
importancia de acercarse a la realidad social de los estudiantes sin importar
su edad, generando un proceso que incluso logra involucrar a una serie de
profesionales de diferentes disciplinas unidos en un mismo sentido
sociocultural, logrando pedagogos sociales.
Dichos pedagogos, según apunta Bravo (2007) requieren de ciertas
competencias genéricas para poder llevar a cabo su trabajo, entre las que se
encuentran:
Capacidad de abstracción, análisis y síntesis, capacidad de aplicar los conocimientos en la práctica, capacidad para gestionar y planificar el tiempo, habilidad para trabajar de forma autónoma, responsabilidad social y compromiso ciudadano, valoración y respeto por la diversidad y la multiculturalidad, etc. (p.14-15)
Así mismo, Pérez (2003) señala que las competencias del pedagogo
social deben ser: “Capacidad para resolver problemas y aplicar técnicas,
competencia profesional, calidad en su trabajo e integración en el equipo
para abrir nuevos espacios profesionales y ofrecer servicios a las
instituciones” (p.155). Es decir, el pedagogo social está enfocado en su
51
relación con el entorno y la capacidad de gestionar cambios importantes que
generen soluciones a problemas específicos a través de proyectos que
involucren el bienestar de una comunidad.
En este sentido los métodos educativos requieren adaptarse a los
cambios que surgen en la sociedad para que sea atrayente, participativa y
constructiva para una comunidad. El educador debe estar preparado para no
limitarse al espacio que brinda la educación formal, su perfil debe estar
dirigido a integrarse con las familias, la comunidad, las organizaciones
sociales y en general con todo su entorno, logrando la preparación necesaria
para desempeñarse en diferentes espacios. Según señalan Gallardo &
Gallardo (2012, p. 111), los ámbitos de actuación del pedagogo social
pueden ser muy variados tanto en la educación formal como en la no formal.
Tabla 1. Ámbitos de actuación del pedagogo social.
Ámbitos de actuación profesional
Educación Formal
Educación infantil, primaria, secundaria y ciclos formativos, educación de adultos, enseñanza universitaria, investigación educativa, etc. Educación
no formal Área de Cultura
Institucional Educación y animación sociocultural infantil, juvenil y de adultos, centros culturales, museos, casas de juventud, medios de comunicación social bibliotecas, ayuntamientos, etc.
Área de Asun-tos Sociales
Centros ele mayores, centros de mujer, protección de menores, educación familiar, programas y actuaciones de atención, prevención y problemáticas sociales, etc.
52
Área de Trabajo y
Economía
Empresas e instituciones, desarrollo comunitario, economía social, acceso al trabajo, centros y servicios de información, fomento y empresas turísticas, etc.
Área de
Administración de Justicia
Centros penitenciarios, actuaciones y programas de prevención y reinserción, servicios de información y orientación y programas de adopción, etc.
Área de Medio
Ambiente
Educación vial, educación para el consumo, granjas-escuelas, talleres y aulas de la naturaleza, educaciónambiental, etc.
Área de
Formación Profesional Ocupacional
Escuelas taller, casa de oficios, talleres de empleo, centros de innovación y formación ocupacional, centros de formación ocupacional, servicios de orientación laboral, centros ocupacionales para discapacitados, etc.
Otras áreas
Organizaciones no gubernamentales (ONGs), Organizaciones de consumidores y usuarios (OCUs), etc.
Fuente: Gallardo, & Gallardo (2012).
De igual manera, la formación del pedagogo social lo capacita para
asumir diferentes funciones en áreas de análisis, organización y desarrollo,
logrando distintos niveles de intervención educativa en las comunidades donde
tiene presencia.
53
Tabla 2. Funciones del pedagogo en lo educativo.
Ámbito Función Educativo • Se encarga de educar en valores tales
como el respeto y la tolerancia. • Procede a llevar a cabo determinadas acciones de coordinación para que puedan lograrse los objetivos establecidos, en los que tienen mucho que ver distintos grupos y formaciones. • No menos importante es el hecho de que procede a diseñar y a poner en marcha diversos proyectos y planes para alcanzar sus fines. • Debe fundamentalmente negociar con quienes trabaja para llegar a acuerdos que sirvan para salir hacia adelante. • Se debe convertir, de igual modo, en un instrumento para que tenga lugar el cambio tanto de las personas con las que se trabaja como de la sociedad en general. • Es vital que sea una persona no sólo con grandes cualidades comunicativas sino también con la capacidad necesaria para que quienes intervienen en sus proyectos también pongan de su parte y colaboren.
Fuente: Pérez & Merino (2010).
La finalidad de la pedagogía social, en definitiva, es la educación para
vivir en sociedad. El desarrollo de los valores morales permite que el hombre
pueda integrarse a su cultura y su sociedad, viviendo en comunidad (Pérez &
Merino, 2010).
54
Tabla 3. Funciones del pedagogo en lo social.
Función de análisis
• Investigación, propia de su estatus de formación científica superior. • Exploración y diagnóstico de los diferentes elementos que intervienen en un sistema y/o proceso de intervención socioeducativa. • Planificación y diseño de la intervención educativa, de sistemas y subsistemas socioeducativos y formativos, de proyectos, de programas, de centros, de servicios, de recursos y de técnicas socioeducativas. • Seguimiento, evaluación y supervisión pedagógica de la intervención socioeducativa, de sistemas y subsistemas socioeducativos y formativos, de proyectos, de programas, de Función
organizativa • Administración y gestión de la intervención educativa, de sistemas y subsistemas socioeducativos y formativos, de proyectos, de programas, de centros, de servicios, de recursos y de técnicas socioeducativas. • Dirección de la intervención socioeducativa, de sistemas y subsistemas socioeducativos y formativos, de proyectos, de programas, de centros, de servicios, de recursos y de técnicas socioeducativas. • Identificación, reconocimiento y relación con servicios, programas y recursos del contexto sociocultural de intervención cuando lo exija la intervención o la falta de recursos propios. • Innovación de la intervención socioeducativa, de sistemas y subsistemas socioeducativos y formativos, de proyectos, de programas, de centros, de servicios, de recursos y de técnicas socioeducativas. • Colaboración en tareas legislativas y representativas.
Función de desarrollo
• Desarrollo organizativo, institucional, profesional y personal. • Orientación profesional, vocacional, ocupacional, educativa... a personas, familias, grupos y comunidades. • Asesoramiento socioeducativo global y específico a personas, familias, grupos y a los mismos profesionales que intervienen en el centro, servicios, recursos, equipo... • Educación, instrucción y formación global y/o especifica de los ámbitos propios de especialización del pedagogo, dirigida a personas, familias, grupos, instituciones, comunidades y a profesionales del mismo entorno socioeducativo.
Fuente: Gallardo & Gallardo (2012).
55
Tal como se puede observar las funciones del pedagogo en lo social
no se limitan a impartir cátedras formales a un grupo de personas, este tipo
de educador busca que sus conocimientos sirvan además para organizar
alternativas de desarrollo, prevención de problemas y resolución de conflictos
en una comunidad, mediante proyectos formativos que pueden servirse de
herramientas didácticas.
2.1.5 Pedagogía del Ocio y Tiempo Libre. Adicionalmente dentro de
este marco es importante incluir la visión teórica que corresponde a la
pedagogía asociada al uso del tiempo libre, ya que el objeto de este trabajo
está relacionado con una acción pedagógica en el aprovechamiento del
tiempo libre, como un camino hacia el redireccionamiento del tejido social
con adolescentes de la comunidad San Bernardo del Viento (Córdoba).
Así pues, es necesario como primera medida establecer la diferencia
entre ocio y tiempo libre. Es muy común que los dos términos se asocien
como sinónimos, sin embargo el ocio no es tiempo libre. Tal como expone
Cuenca (2009), cuando se habla de tiempo libre nos referimos a un espacio
temporal sin obligaciones que nos permiten desarrollar cualquier tipo de
actividad, así que tenemos un sinfín de posibilidades ya que no existe una
planeación previa. El ocio o mejor el tiempo de ocio hace referencia al tiempo
dedicado a una actividad específica, que puede ser planeada. Las prácticas
56
de ocio, llamadas por los griegos como skholé, existen desde tiempos
remotos a diferencia del tiempo libre, que surge con el desarrollo industrial.
En este mismo sentido Otero (2009), apunta que el tiempo libre es
aquél que “no está comprometido con obligaciones cotidianas, por las
ocupaciones impuestas por la supervivencia, por las responsabilidades
sociales o por el trabajo” (p. 44). Mientras que “el ocio, en sentido estricto,
implica subjetividad y vivencias, autonomía y capacidad de decisión de las
personas sobre cómo desean emplear su tiempo libre” (p. 44).
De esta manera el ocio no debe asociarse con la pereza pues “la
vivencia del ocio, en sus diversos modos, forma parte de nuestra vida y es
necesaria ante cualquier pretensión de felicidad” (Cuenca, 2009, p. 12). El
ocio entonces cobra sentido cuando se realiza una actividad que se realiza
por un tiempo determinado que se disfruta mientras ocurre y se logra también
sensación de disfrute cuando se recuerda. Es una vivencia completa.
Como bien indica Otero (2009), el contexto actual de modernización
ha hecho que exista más tiempo libre, debido a la reducción en las jornadas
laborales, la conformación de políticas de prevención de riesgos y jubilación;
de igual manera el tiempo dedicado a la educación tanto en los centros de
enseñanza como en los hogares es mucho menor que hace un siglo. Los
internados y semi-internados ya no son una opción tan común como en otros
57
tiempos, y la dedicación al aprendizaje en el hogar también ha disminuido
debido a que las herramientas tecnológicas actuales facilitan el trabajo.
Debido a esta situación existen tiempos libres que pueden ser utilizados de
manera positiva o negativa.
Adicionalmente es importante también pensar en aquellos
adolescentes que por diferentes motivos no asisten a la escuela y poseen
bastante tiempo libre, que requiere ser enfocado en actividades que
prevengan problemas conductuales o relacionados con consumo de licor y
narcóticos, y el desarrollo deactividades delictivas.
Ante esta realidad existe la necesidad de organizar el tiempo libre para
maximizar el aprovechamiento del tiempo de ocio como espacio educativo,
tal como propone Otero (2009), al visualizar que el tiempo libre se puede
convertir en tiempo de descanso y de diversión, pero adicionalmente también
puede representar tiempo para el desarrollo personal, sin que signifique
trabajos, tareas, ni lecciones. El tiempo libre puede transformarse en tiempo
de ocio mediante un espacio idóneo para la formación integral del individuo y
la forma de distribuirlo y ocuparlo llega a ser un indicador de bienestar y
desarrollo social y de calidad de vida de las personas, tanto a nivel individual
como colectivo.
58
Se debe entender entonces que el tiempo de ocio no representa una
actividad en especial. Jugar, bailar, ir al cine, leer no siempre son agradables
para todas las personas, por lo que no puede decirse que alguna actividad es
considerada tradicionalmente como tal; no obstante socialmente varias
personas se pueden identificar con actividades que representan actividades
de ocio para una comunidad.
El ocio que se vive como experiencia satisfactoria tiene un efecto beneficioso que va más allá de su propia vivencia, incidiendo en todo nuestro ser y proporcionándonos consecuencias que se manifiestan en otros aspectos de nuestra vida y nuestras relaciones con el entorno. La bibliografía inglesa y, en especial, la investigación norteamericana, disponen de abundantes investigaciones específicas que señalan la función relevante que el ejercicio del ocio tiene en nuestras vidas. En Psicología, a esta área de trabajo se la conoce con la denominación genérica de beneficios del ocio (Cuenca, 2009, p. 16).
Desde esta perspectiva debe entenderse entonces, que la acción
pedagógica propuesta para el aprovechamiento del tiempo libre, se
direcciona en transformar ese tiempo libre que poseen los adolescentes de
la comunidad San Bernardo del Viento (Córdoba), en el desarrollo de
actividades positivas, en tiempo de ocio como una vivencia completa, donde
existe un proceso con inicio, desarrollo y final; planeada en el tiempo y
buscando recuerdos positivos que puedan ser asociados a experiencias que
promuevan un cambio en comportamientos nocivos y que prevengan
situaciones de conflicto.
59
Respecto a la pedagogía del ocio Cuenca (2009) explica:
Es una educación centrada en la persona, sin perder de vista que el concepto de persona se entiende aquí desde su vertiente individual y social. La educación personal del ocio defiende el desarrollo de una persona libre e independiente, pero también integrada y solidaria con las demás. Su gran reto, a la hora de la práctica, es que las actividades de ocio se separen del mero “pasar el rato” transformándose en experiencias positivas significativas. Pero esto es una tarea complicada (p. 10).
Esto refiere a acciones educativas enfocadas en el desarrollo
personal, busca el cambio de actitudes y hábitos individuales y comunitarios,
motivo por el cual las actividades deben estar ligadas a estrategias de
conocimiento, concienciación y acción adecuadas a los cambios buscados.
El Instituto de Estudios de Ocio de la Universidad de Deusto (España)
ha venido trabajando en el concepto de Ocio Experiencial y sostiene que
cuando los sujetos logran vivir experiencias memorables de ocio, puede
influirse en su comportamiento, pues este tipo de experiencias son
intrínsecamente personales (no son exteriores). “Esto tiene una relación con
el estado físico, emocional, intelectual o espiritual, pero también con los
valores de cada cual” Cuenca, 2009, p. 13).
Lograr generar pedagogía del ocio no es una tarea fácil pues el
aprovechamiento del tiempo libre enfocado en tiempo de ocio experiencial
requiere de un ambiente lúdico-formativo que puede llegar a incluir diferentes
60
variables de tipo psicosocial, económicas, educativas, culturales, ideológicos,
etc. “Para disfrutar del ocio y formarse dentro de él, es necesario que el
tiempo libre se conceptúe como un tiempo en el que se compatibilicen
configuración de aprendizajes, creación y diversión, participación y cultivo de
la propia personalidad” (Otero, 2009, p. 45). Por ello es importante que las
actividades que se desarrollen no se conviertan en trabajos o tareas, pues la
educación en el ocio requiere de un clima adecuado y especial, donde la
intención formativa está sustentada por la lúdica, teniendo como objetivo el
desarrollo personal a través de la diversión.
Es así, que el concepto de ocio experiencial está determinado por tres
funciones básicas: descanso, diversión y desarrollo personal, denominadas
también como la actividad de las tres “D”; no obstante la configuración del
mundo moderno y el desarrollo tecnológico están influyendo para que cada
vez sean más las horas libres de los adolescentes que no cumplen con estos
tres propósitos, ya que es considerable el tiempo que dedican al ordenador,
los video juegos, la televisión y los teléfonos inteligentes, influyendo en los
cambios de comportamiento, lo cual lleva a efectos negativos de tipo físico,
psíquico o social.
De cara a esta realidad y en concordancia con la pedagogía del ocio el
presente trabajo está enfocado en que el tiempo de ocio se pueda
transformar en una herramienta de aprendizaje y de formación integral, para
61
lo cual es necesario desarrollar actividades acordes con los objetivos
trazados. Para la planeación de dichas actividades es trascendental poder
responder a un conjunto de preguntas orientadoras que permitan la
valoración, competencia y coherencia de la misma. En este sentido Otero
(2009) recomienda la formulación de nueve preguntas claves que el
pedagogo deberá hacerse antes de realizar cualquier tipo de actividad:
1) ¿Qué?: Tipología de la actividad.
2) ¿A quién?: Destinatarios de la misma (edad, n.º de participantes,
etc.).
3) ¿Para qué?: Objetivos de la actividad.
4) ¿Quiénes?: Responsables de la misma (titulación, experiencia,
etc.).
5) ¿Cómo?: Metodología de trabajo que se va a seguir.
6) ¿Dónde?: Lugar en que va a desarrollarse la actividad.
7) ¿Cuándo?: Cronograma, horarios, duración, etc.
8) ¿Con qué?: Recursos (instalaciones, material, etc.).
9) ¿Qué tal?: Plan de evaluación de la actividad.
Las respuestas obtenidas determinaran la dimensión de la actividad,
las limitantes que existen y las características mínimas para trabajar con un
grupo de adolescentes.
62
De esta manera se puede decir que:
El tiempo libre es un marco educativo para la educación en valores y un espacio de integración social y de desarrollo personal. En este sentido, un ocio desarrollado pedagógicamente de una forma adecuada hace que se favorezca la creatividad, la imaginación, la autonomía, la capacidad de cooperación, la responsabilidad, la aceptación de uno mismo y de los demás, entre otras aptitudes y actitudes. (Suárez &Ingerto, 2009, p. 49).
Por ello las actividades lúdicas deben favorecer el descanso, diversión
y desarrollo personal, a través de experiencias creativas que conlleven a la
reflexión del uso del tiempo, motivando a los adolescentes a enfocarse en el
desarrollo de actividades que los alejen de situaciones de conflicto,
comportamientos delictivos o adicciones a sustancias nocivas. Es importante
el trabajo que se puede adelantar desde la perspectiva preventiva con grupos
en riesgo, así como la función terapéutica con adolescentes con problemas,
buscando la recuperación de su bienestar y calidad de vida.
Tal como lo expone la Carta Internacional para la Educación del Ocio
propuesta en el Seminario Internacional de WLRA (WorldLeisure And
RecreationAssociation), sobre Educación del Ocio, desarrollado en Jerusalén
para el año de 1993, “los métodos de enseñanza y aprendizaje en la
educación del ocio deben incluir facilitación, animación, aprendizaje
experiencial y creativo, experimentación personal, auto-aprendizaje,
disertación y consejo” (Zetina, 2013, p. 46). Llevándonos a que la pedagogía
63
del ocio en la comunidad representa la adquisición de nuevos patrones de
conductas a través de un proceso de intervención social, que busca generar
interés en los adolescentes respecto a las actividades que se proponen, y un
involucramiento efectivo del educador con el grupo de trabajo.
2.2 Marco jurídico
Los fundamentos jurídicos están sujetos en primer término a la Carta Magna
respecto a su artículo 27, el cual señala la necesidad de que el Estado
garantice las libertades de enseñanza, aprendizaje, investigación y cátedra;
así como el artículo 67 que establece a la educación como un derecho de la
persona y un servicio público que tiene una función social primando el
acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás bienes y
valores de la cultura, de igual manera se debe garantizar el adecuado
cubrimiento del servicio y asegurar a los menores las condiciones necesarias
para su acceso y permanencia en el sistema educativo.