FUENTES] Cínicos. Diogenes Laercio. Vitae [Libro 6] [TR Garcia Gual. Alianza]

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  • DIGENES LAERCIO

    VIDAS Y OPINIONES DE LOS FILSOFOSILUSTRES

    TRADUCCIN, INTRODUCCIN Y NOTAS DE CARLOS GARCA GUAL

    r e

    El libro de bolsillo Clsicos de Grecia y Roma Alianza Editorial

  • Diseo de cubierta: Alianza Editorial Ilustracin: Rafael Saudo Proyecto de coleccin: Rafael Saudo

    Reservados todos ios derechos. El contenido de esta obra est protegido por la Ley, que establece penas de prisin y/o multas, adems de ias correspondientes indemnizaciones por daos y perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o com unicaren pblicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artstica o cientfica, o su transformacin, interpretacin o ejecucin artstica fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a travs de cualquier medio, sin la preceptiva autorizacin.

    de la traduccin, introduccin y notas: Carlos Garca Gual, 2007 Alianza Editorial, S. A., Madrid, 2007

    Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 15;28027 Madrid; telfono 91 393 88 88ISBN: 978-84-206-6180-3Depsito legal: M. 34.121-2007Compuesto e impreso en Fernndez Ciudad, S. L.Coto de Doana, 10.28320 (Pinto) Madrid Printed in Spain

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    Antstenes (c. 446-366 a.C.)

    1. Antstenes, hijo de Antstenes, era ateniense, si bien se comentaba que no era de legtimo origen. De ah justamente que contestara a quien se lo reprochaba: Tambin la madre de los dioses es frigia. Porque pareca que su madre era tra~ cia1. Por eso tambin, cuando se distingui en la batalla de Tanagra, le dio ocasin a Scrates para decir que no habra sido tan noble nacido de dos padres atenienses2. Y l mismo,

    1. La Madre de los dioses que los latinos designaron como Magna Mater, era una divinidad procedente de Frigia que se introdujo en el tica ya en el siglo v y cobr gran relieve en el siglo iv, identificada a veces con Rea o con Cbele. Su culto popular y orgistico, pregonado por unos sacerdotes que llevaban la estatua de la diosa en procesin, conserv notorios elementos orientales. La referencia tiene cierta precisin histrica. Por otra parte, de Frigia y la vecina Tracia provena un buen nmero de los esclavos y esclavas griegos.2. En pleno auge de la democracia se manifest el empeo oficial por restringir los derechos de ciudadana, y los consiguientes beneficios, a los hijos de padre y madre ateniense. As, en el 451 la asamblea decidi privar de derechos polticos a los nacidos de una madre extranjera, a propuesta del mismo Pericles (vase Aristteles, Constitucin de los ate-

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    desdeando a los atenienses que se jactaban de su condicin de nacidos de la tierra, Ies deca que en nada eran ms nobles que los caracoles y los saltamontes3.

    Fue l, en sus comienzos, discpulo del orador Gorgias. Por eso impregna sus dilogos de estilo retrico, y de manera especial los de La Verdad y sus Exhortaciones4, 2. Cuenta Hermipo que se haba propuesto pronunciar en la concentracin de los Juegos stmicos un reproche y elogio de los atenienses, los tebanos y los lacedemonios, pero que, luego, al ver los numerosos grupos llegados de estas ciudades, renunci.

    Ms tarde trab relacin con Scrates, y tanto se benefici de l, que exhortaba a sus propios discpulos a hacerse condiscpulos suyos en torno a Scrates. Como habitaba en el Pireo, vena a escuchar cada da a Scrates, subindose los cuarenta estadios5. Tomando de l la firmeza de carcter y

    nienses, 16,4)- La medida le afectaba personalmente en relacin con su hijo y de Aspasia, Pericles el Joven.Es probable, sin embargo, que no se aplicara con extremo rigor, ya que volvi a introducirse en el 403, despus de la cada de los Treinta Tiranos, de un modo ms apremiante. (Cf. G. Giannantoni, ob. cit., III, pp, 203-204.) La frase de Scrates la haba contado ya Digenes Laercio en la vida de ste (II, 31). La batalla de Tanagra fue en 426; tal vez, por confusin, la referencia sea a la de Delion, en que sabemos cierto que estuvo Scrates,3. La mtica autoctona de los atenienses era un motivo tpico de orgullo. Resaltaban el detalle en contraste con la supuesta procedencia nrdica de los espartanos, dorios venidos de otro lugar, con los Heraclidas, en fecha imprecisa, y se jactaban de haber nacido de la tierra, como el mtico Ericotnio. Cf. N. Loraux, Les enfants d Athna, Pars, 1982, para ms detalle sobre su mito y su trasfondo ideolgico.4. Los breves discursos de Ayante y Ulises que tenemos confirman el influjo retrico del gran sofista, tan significativo en Antstenes como en otros contemporneos suyos, como Tucdides.5. Unos ocho kilmetros. Ese camino entre la ciudad y el gran puerto estaba protegido por los Largos Muros y era muy frecuentado. Recurdese que en l se inicia el dilogo platnico de la Repblica.

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    emulando su impasibilidad, fue el fundador del cinismo. Y sostuvo que el esfuerzo es un bien con el ejemplo del gran Heracles y de Ciro, aportando al uno del mundo griego y al otro de entre los brbaros6.

    3. Fue el primero en definir la proposicin7, al decir: Proposicin es lo que expresa lo que era o es algo. Afirmaba continuamente: Prefiero someterme a la locura antes que al placer. Y tambin que hay que tener trato con mujeres que nos demuestren su agradecimiento. A un muchacho del Ponto, que quera frecuentar su trato, y que le pregunt qu cosas necesitaba para ello, le contest: Un librillo nuevo, un estilete nuevo y una tablilla nueva, e inteligencia, subrayando la inteligencia8. Al que le preguntaba qu tipo de

    6. El libro ya citado de R. Histad constituye un excelente estudio sobre el ideal cnico del hroe y el rey; un ideal que se refleja de modo ms extenso en la Ciropedia de Jenofonte, que recoge sin duda rasgos del de Antstenes. Y no deja de ser un rasgo significativo que el ejemplo ms notable de ese ptimo monarca o encuentre en el fundador del Imperio Persa, el primer rey de la dinasta que trab repetidas contiendas contra los griegos.7. Doy esta traduccin de lgos, pero quiero advertir que resulta imposible recoger en un solo trmino la amplitud semntica de la palabra griega. Hay otras versiones: Ortizy Sanz traduce oracin, y R, Mondolfo nombre, M. Gigante prefiere discorso y Hicks da statement (or as- sertion) como equivalente. Otro trmino aceptable sera definicin, pues lo importante es que aqu lgos tiene un sentido lgico. ste es uno dlos pocos pasajes en que Digenes Laercio destaca el inters del socrtico Antstenes por la lgica, que fue grande. Aristteles lo cita en tres pasajes: Metafs., 1024 b 32,1043 b 24, y Tpicos 104 b 21, precisamente en relacin con su teora lgica, en la que Antstenes sostena que la contradiccin es imposible, porque a cada cosa o nombre le corresponde un nico significado o definicin. Cf. G. C. Field, Plato and his Contempornea, Londres, 1967,3.a ed., pp. 163-169. ste es un aspecto del que no trataremos; en relacin con los cnicos, cabe observar que ellos no recogieron ese inters por la lgica y la dialctica, que Antstenes mostraba, como los sofistas y como otros socrticos, y el mismo Scrates.8. Hay un juego de palabras intraducibie entre kaino, nuevo, y kat no, e inteligencia. E estilete y la tablilla, recubierta de cera, eran los

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    mujer elegir para esposa, le dijo: Si es hermosa, ser tuya y tambin ajena; y si fea, slo tuya ser la pena. Al enterarse una vez de que Platn hablaba mal de l, dijo: Es propio de un rey obrar bien y ser calumniado9.

    4. Cuando en cierta ocasin se iniciaba en los misterios rfcos, al decir el sacerdote que los iniciados en tales ritos participan de muchas venturas en el Hades, replic: Por qu entonces no te mueres?. Como uno le reprochara una vez que no era hijo de dos personas libres, dijo: Tampoco de dos luchadores, pero yo soy un luchador. Al preguntarle que por qu tena pocos discpulos, contest: Porque los expulso con un bastn de plata. Al ser preguntado por el motivo de que zahiriera custicamente a sus discpulos, dijo: Tambin los mdicos tratan as a los enfermos. Al ver una vez a un adltero que iba huyendo, coment: Qu desdichado, de qu peligro poda haberse librado por el precio de un bolo!10. Reputaba mejor, segn refiere Hecatn en sus Ancdotas, caer entre cuervos que entre aduladores, ya que los unos devoran cadveres, y los otros, seres vivos11.

    5. Al preguntarle qu era la mayor dicha entre los humanos, dijo: El morir feliz. Como una persona importante se le quejara una vez de haber perdido sus memorias12, le replic: Es que debas haberlas escrito esas mismas en tu alma y no en las tablillas. Como el hierro por la herrumbre, as deca que los malvados son devorados por su mal carcter. A los que pretendan ser inmortales les deca que deban vivir piadosa y justamente. Deca que las ciudades perecen en el momento en que no pueden distinguir a los malos de los

    utensilios grficos usuales; por lo visto, los discpulos de Antstenes tomaban apuntes de sus charlas.9. La frase la recuerdan Epicteto y Marco Aurelio, indicando que estaba en su obra sobre Ciro (Ep. IV, 6,20; M. A., VII, 36).10. Lo que le habra costado acostarse con una cortesana barata.11. Juego de palabras entre krax, cuervo, y klax, adulador.12. Hypommmata: apuntes personales, recordatorio, etc.

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    buenos. Al verse elogiado una vez por unos rufianes, declar: Me angustio por si habr hecho algo malo.

    6. La convivencia en concordia de los hermanos afirmaba que era ms segura que cualquier muro. Deca que convena disponer el equipaje que en el naufragio fuera a sobrenadar con uno. Como le criticaran una vez por el hecho de tratar con gente de malvivir, dijo: Tambin los mdicos andan en compaa de los enfermos, pero no tienen fiebre. Consideraba absurdo apartar del trigo las pajas y en la batalla a los intiles, y, en cambio, no eximir a los malos del servicio ciudadano. Al preguntarle qu haba sacado de la filosofa, dijo: El ser capaz de hablar conmigo mismo. A uno que le dijo en un convite: Canta!, le contest: Y t tcame la flauta!. A Digenes, que le peda una capa, le recomend doblarse el vestido13. 7. Preguntado por el ms necesario de los conocimientos, dijo: El que impida el desaprender. Aconsejaba fortificarse contra las calumnias ms que contra los apedreamientos.

    Se burlaba de Platn por creerle henchido de vanidad. Durante un desfile vio a un caballo que piafaba con estruendo y dijo a Platn: A m me parece que t tambin eres un potro jactancioso. Eso tambin es porque Platn elogiaba de continuo al caballo. En otra ocasin fue a visitarle estando enfermo y, al ver la palangana donde Platn haba vomitado, dijo: Aqu veo tu bilis, pero no veo tu vanidadl4.

    13, Si fue Antstenes o Digenes el primero en doblarse el manto es discutible. Digenes Laerdo lo atribuye a uno y otro (VI, 13 y 22). Frente al uso de tnica (chitn)y manto (hmtion), los cnicos se impondrn como austera y nica prenda el basto tejido de estamea: el famoso tribn, que puede doblarse para protegerse del fro y por la noche como cobertor.14. Aqu aparece la palabra typhos, que es uno de los trminos clave del cinismo; indica vanidad, orgullo, altanera superflua, y alude a que Platn no slo deba vomitar en su clico la bilis, sino tambin ese otro humor daino: el typhos.

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    8. Aconsejaba a los atenienses nombrar por decreto caballos a los asnos15. Como lo consideraran absurdo, dijo: Sin embargo, tambin los generales surgen de entre vosotros sin ningn conocimiento, sino slo por ser votados a mano alzada. A uno que le dijo: Muchos te elogian, respondi: Pues qu he hecho mal?. Cuando sac lo roto de su manto hacia afuera lo vio Scrates y le dijo: A travs de tu manto veo tu afn de fama. Preguntado por uno, segn cuenta Fanias en su obra Acerca de los Socrticos, qu deba hacer para ser un hombre de bien, le contest: Aprender de los sabios que debes evitar los vicios que tienes. A uno que elogiaba el lujo replic: Ojal vivieran en el lujo los hijos de mis enemigos!.

    9. A un muchacho que posaba vanidosamente ante un escultor le pregunt: Dime, si el bronce cobrara voz, de qu crees que se ufanara?. De su belleza, contest l. No te avergenzas entonces -d ijo - de contentarte con lo mismo que un objeto desalmado? Cuando un joven del Ponto le prometi colmarle de regalos, en cuanto su barco de salazones llegara, lo tom consigo as como un saquillo vaco y se plant en casa de la vendedora de harinas; y all lo llen y ya se largaba, cuando sta le reclam el precio, y le dijo: Te lo dar ste, en cuanto llegue su barco de salazones16.

    Se estima que l fue el responsable del destierro de nito y delam uertedeM eleto17. 10. El caso es que encontrse con unos jvenes del Ponto, que haban llegado atrados por la fama de Scrates, y los condujo hasta nito, diciendo que era por su carcter ms sabio que Scrates. Ante esto los

    15. Vase Platn, Pedro, 260 c.16. La ancdota alude a una poca en que A., como un sofista, cobraba, y al contado, sus lecciones. Quienes niegan, como Giannantoni (ob. cit.,III, p. 205), que cobrara, aduciendo algn texto muy claro como el de Jenofonte, Banquete, 4,43, negarn su autenticidad.17. Los acusadores de Scrates, causantes de su condena a muerte.

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    que se encontraban junto a l se enfurecieron y lo condenaron al exilio.

    Si alguna vez contemplaba a una mujer muy alhajada, se diriga a su casa e incitaba a su marido a sacar su caballo y sus armas; de forma que si las tena, le permita exhibir su lujo, ya que poda defenderse con ellas. Pero en caso contrario, le ordenaba prescindir del boato.

    Sus temas favoritos eran stos: demostrar que es enseable la virtud. 11. Que los nobles no son sino los virtuosos. Que la virtud es suficiente en s misma para la felicidad, sin necesitar nada a no ser la fortaleza socrtica. Que la virtud est en los hechos, y no requiere ni muy numerosas palabras ni conocimientos. Que el sabio es autosuficiente, pues los bienes de los dems son todos suyos. Que la impopularidad18 es un bien y otro tanto el esfuerzo. Que el sabio vivir no de acuerdo con las leyes establecidas, sino de acuerdo con la de la virtud. Que se casar con el fin de engendrar hijos, unindose a las mujeres de mejor planta. Y conocer el amor, pues slo el sabio sabe a quines hay que amar.

    12. De l rememora tambin Diocles estos temas: para el sabio nada hay extrao ni imposible. El bueno es digno de amor. Las personas de bien son parientes. Hacerse aliado de los valientes y tambin de los virtuosos; la virtud es un arma que no se deja arrebatar. Es mejor combatir con unos pocos buenos contra todos los malos que con muchos malos contra unos pocos buenos. Prestar atencin a nuestros enemigos, porque son los primeros en percibir nuestras faltas. Tener ms estima por el justo que por el familiar. La virtud del hombre y la de la mujer es la misma. Las buenas acciones son hermosas y las malas vergonzosas. Considera ajenos a todos los vicios.

    18. La adoxa puede ser, ms simplemente, la falta de renombre, la ausencia de fama; quiz similar al vive ocultamente de los epicreos.

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    13. La sensatez es un muro segursimo, que ni se derruye ni se deja traicionar. Hay que prepararse muros en nuestros propios razonamientos inexpugnables.

    Conversaba en el gimnasio de Cynosarges19, poco distante del prtico del mercado. De ah precisamente dicen algunos que tom nombre la escuela cnica. A l mismo le apodaban el Perro Sencillo. Fue el primero en doblarse la tnica, segn cuenta Diocles, y usaba slo esta prenda de vestir. Adopt tambin el bastn y la alforja. Tambin Ne- antes dice que fue el primero en doblarse el vestido. Soscra- tes, en cambio, dice en el tercer libro de sus Sucesiones que fue Diodoro de Aspendo quien se dej barba y us tambin bastn y morral.

    14. A l solo entre todos los discpulos de Scrates le elogia Teopompo, que asegura que era muy hbil para atraerse a cualquiera con su amable charla. Y se ve por sus escritos y por el Banquete de Jenofonte20. Se estima que fund el estoicismo ms recio y viril. A propsito dice as sobre esto Ateneo, el poeta epigramtico:

    Oh sabedores de los preceptos estoicos, que los mejores principios fijasteis en las sagradas tablillas:La virtud es el nico bien del alma, pues ella sola protege la conducta y las ciudades de los hombres!Ella sola entre las hijas de la Memoria rechaz

    19. El gimnasio de Cynosarges (del perro blanco), situado fuera de los muros, en el distrito de Diomeya, junto al camino hacia Maratn, estaba reservado a los nthoi, los bastardos, segn cuenta Plutarco en su Vida de Temstodes. Dice que Temstocles, cuya madre era extranjera, lo frecuentaba, acompaado de otros jvenes de buenas familias. El dios tutelar del local era Heracles, fruto tambin de una unin desigual, entre el olmpico Zeus y una mortal, Alcmena.No parece probable que el nombre de los cnicos venga del nombre del gimnasio, y es dudoso -a pesar del testimonio de Digenes Laercio- que llamaran perro a Antstenes. Ver nota 32.20. Vase el cap. 4 y ss.de esa obra.

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    la placentera sensacin de la carne, fin grato a otros[hombres21.

    15. ste abri camino a la impasibilidad de Digenes, y a la continencia de Crates y a la firmeza de nimo de Zenn, y l puso los fundamentos bsicos a su rgimen poltico. Jenofonte afirma que era el hombre ms agradable en las conversaciones, y el ms sobrio en todo lo dems.

    Se conservan sus escritos en diez apartados (secciones): Seccin primera, que contiene:

    Acerca de la diccin o sobre los caracteres.Ayante o discurso de Ay ante.Odisea o Sobre Odisea.Apologa de Orestes o acerca de los redactores de pleitos.Paralelo de escritores o Lisias e Iscrates.Contra el sin testimonio de Iscrates.

    Seccin segunda, en la que se incluyen:16. Sobre la naturaleza de los animales.

    Sobre la procreacin o Ertico sobre el matrimonio. Sobre los sofistas, un tratado fisiognmico.Acerca de la justicia y la valenta, protrptico, en tres libros.Sobre Teognis, libros cuarto y quinto.

    Seccin tercera, en la que se incluyen:Sobre el bien.Sobre el valor.Sobre la ley o Sobre la constitucin poltica.Sobre la ley o Sobre lo bello y justo.Sobre libertad y esclavitud.Sobre la fe.Sobre el guarda o Sobre la obediencia.Sobre la victoria, un tratado econmico.

    21. A.Pfl/.>IX496.

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    Seccin cuarta, que contiene:Ciro.Heracles el mayor o Sobre la fuerza.

    Seccin quinta, en la que se incluyen:Ciro o Acerca de la realeza.Aspasia.

    Seccin sexta, en la que se incluyen:La Verdad.Sobre la discusin, obra dialctica.Satn o Sobre la contradiccin.Sobre el habla coloquial.

    17. Seccin sptima, que comprende:Sobre la educacin o Sobre los nombres, en cinco libros.Sobre la aplicacin de las denominaciones, erstico. Acerca de la pregunta y la respuesta.Sobre la opinin y el conocimiento cientfico, cuatro libros.Sobre el morir.Sobre la vida y la muerte.Acerca de las cosas del Hades.Sobre la Naturaleza, dos libros.Inquisicin acerca de la naturaleza, dos libros. Opiniones o Erstico.Problemas sobre el aprender.

    Seccin octava, que comprende:Sobre msica.Sobre los comentaristas.Sobre Homero.Sbrela injusticia y la impiedad.Acerca de Calcante.Sobre el espa.Sobre el placen

    Seccin novena, en la que estn:Acerca de la Odisea.

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    Sobre el bastn del adivino.Atenea o Sobre Telmaco.Sobre Helena y Penlope.Sobre Proteo.El cclope o Sobre Odiseo.

    18. Sobre el uso del vino o Sobre la embriaguez o Sobre elcclope.Sobre Circe.Sobre Anfiarao.Acerca de Odiseo y Penlope y el perro.

    Seccin dcima, que contiene:Heracles o Midas.Heracles o Acerca de la fuerza o la sensatez.Ciro o el amado.Ciro o los espas.Menexeno o Sobre el mando.Alcibades.Arquelao o sobre la realeza.

    Y sas son las obras que escribi22.Timn le censura por la cantidad de escritos y le llama

    universal charlatn. Muri de enfermedad. Precisamente entonces vino a visitarle Digenes y le dijo: No necesitas a un amigo?. Entraba a verle con un pual, y cuando l exclam: Quin puede librarme de estos dolores?, sacando el cuchillo, dijo: ste!. Y l replic: De los dolores, dije,

    22. De esta larga lista de obras no nos quedan sino los ttulos y, probablemente, los discursos breves acerca de Ayante y Odisea. Pero la lista en s misma es ya reveladora de la variedad de intereses y saberes de Antstenes. Alternan los tratados ticos con los de lgica y dialctica y los de exgesis mitolgicas, e incluso algunos que tratan de la naturaleza de las cosas. Influjos socrticos, sofsticos y presocrticos, adems de un variado enfoque literario, abarcando desde cuestiones y comentarios homricos hasta discursos sobre la naturaleza fsica y el mundo de ms all de la muerte, se dan cita en este catlogo tan suge- rente. (Cf. Giannantoni, ob. cit., III.)

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    pero no de la vida. 19. Se opinaba, en efecto, que soportaba su enfermedad con una cierta debilidad por apego a la vida. Tengo una composicin sobre l que dice as:

    En tu vida fuiste un perro, Antstenes, de tal naturaleza, que sabas morder con tus palabras, no con los dientes.Pero moriste consumido, enfermo. Replicar acaso alguno:

    [Qu importa? De todos modos se necesita encontrar un gua para el

    [Hades.

    Hubo otros tres Antstenes. Uno seguidor de Herdito, otro de feso y otro de Rodas, un historiador.

    Puesto que ya hemos enumerado los discpulos de Aristi- po y de Fedn, ahora presentemos a los cnicos y estoicos a partir de Antstenes. Y sea de este modo:

    Digenes (404-323 a.C.)

    20. Digenes era de Sinope, hijo de Hicesio, un banquero. Cuenta Diocles que se exili, porque su padre, que tena a su cargo la banca estatal, falsific la moneda. Eublides, en su Acerca de Digenes, dice que el propio Digenes lo hizo y march al destierro con su padre23. Y no slo ste, porque l mismo confiesa en el Prdalo24 que haba alterado la acua

    23. Sbrela fraseparacharttein td nmisma, reacuar la moneda, se ha montado una historieta personal, a la que en algn momento se le atribuy un fundamento histrico real (as en Dudley; criticado por Histad y otros). Sinope, en el Ponto, era una ciudad muy helenizada en esa poca; Hicesio es un nombre real en esa ciudad, segn testimonios arqueolgicos.24. Prdalo es un ttulo curioso, algo as como pedorrero. Algunos piensan que es una corrupcin y que el nombre de la obra en cuestin (aqu y luego en VI, 80) era Prdalis, la pantera. De todos modos un ttulo tan pintoresco no parece inapropiado para una obra de Digenes.

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    cin de moneda. Algunos cuentan que, nombrado inspector, se dej persuadir por los operarios, y fue a Delfos o a Dlos, la patria natal de Apolo, a preguntar si deba hacer lo que le aconsejaban. Cuando el dios le dio permiso para modificar la legalidad vigente25, sin comprender su sentido, falsific la acuacin y, al ser descubierto, segn unos, fue desterrado; segn otros, se exili por su propia voluntad, asustado. 21. Otros cuentan que su padre le encarg de la moneda y l la falsific. Y mientras aqul fue apresado y muri, l escap y march a Delfos, donde pregunt no si haba de falsificar la moneda, sino qu poda hacer para hacerse muy famoso, y all recibi ese orculo26.

    Al llegar a Atenas entr en contacto con Antstenes. Aunque ste trat de rechazarlo porque no admita a nadie en su compaa, le oblig a admitirlo por su perseverancia. As una vez que levantaba contra l su bastn, Digenes le ofreci su cabeza y dijo: Pega! No encontrars un palo tan duro que me aparte de ti mientras yo crea que dices algo importante. Desde entonces fue discpulo suyo, y, como exiliado que era, adopt un modo de vivir frugal.

    22. Al observar a un ratn que corra de aqu para all, segn cuenta Teofrasto en su Megrico, sin preocuparse de un sitio para dormir y sin cuidarse de la oscuridad o de perseguir cualquiera de las comodidades convencionales, encontr una solucin para adaptarse a sus circunstancias. Fue el primero en doblarse el vestido segn algunos por tener necesidad incluso de dormir en l. Y se provey de un morral, donde llevaba sus provisiones, y acostumbraba usar

    (Cf. P. von der Mhll, en Mus. Helveticum, XXIII, 1966, pp. 236 y ss.; y el comentario de Giannantoni en ob. cit., III.)25. Tpolitikn nmisma: la valoracin poltica, lo aceptado polticamente como valor y norma.26. La consulta del orculo de Delfos es un tpico en la vida de algunos filsofos; as, para Scrates (aunque la consulta la hace Quero fon te, su discpulo), o para Zenn el estoico. (D. L., VII, 2.)

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    cualquier lugar para cualquier cosa, fuera comer, dormir o dialogar. En ocasiones deca, sealando el Prtico de Zeus y el camino de las procesiones, que los atenienses los haban decorado para que l viviera all.

    23. Comenz a apoyarse en un bastn cuando cay enfermo. Pero despus lo llevaba en toda ocasin, no slo en la ciudad, sino tambin en sus vagabundeos iba con l y con su hato, como dicen Olimpiodoro el que fue magistrado ateniense y Polieucto el orador y Lisanias el hijo de Escrin. Haba encargado una vez a uno que le buscara alojamiento. Como ste se retrasara, tom como habitacin la tina que haba en el Metroon, segn relata l mismo en sus cartas. Y durante el verano se echaba a rodar sobre la arena ardiente, mientras en invierno abrazaba a las estatuas heladas por la nieve, acostumbrndose a todos los rigores.

    24. Era terrible para denostar a los dems. As llamaba a la escuela de Euclides biliosa27, a la enseanza de Platn tiempo perdido28, a las representaciones dionisacas grandes espectculos para necios y a los demagogos los calificaba de siervos de la masa. Deca tambin que cuando en la vida observaba a pilotos, mdicos y filsofos, pensaba que el hombre era el ms inteligente de los animales; pero cuando adverta, en cambio, la presencia de intrpretes de sueos y adivinos y sus adeptos, o vea a los figurones engredos por su fama o su riqueza, pensaba que nada hay ms vacuo que el hombre. De continuo deca que en la vida hay que tener dispuesta la razn o el lazo de horca.

    25. Observando una vez en un esplndido banquete a Platn, que se serva aceitunas, le dijo: Cmo t, el sabio que ha navegado hasta Sicilia para banquetes como ste, ahora no disfrutas de los manjares presentes?. Y aqul res

    27. Juego de palabras entre schol, escuela, y chol, bilis.28. Juego de palabras entre diatrib, enseanza, compaa, y katatri- b, gasto de tiempo.

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    pondi: Por los dioses te aseguro, Digenes, que tambin all las ms de las veces viv de aceitunas y cosas por el estilo. Y l: Para qu entonces tenas que viajar a Siracusa? Es que en aquel tiempo no produca aceitunas el tica?. Pero cuenta Favorino en su Historia miscelnea que fue Aristipo el que lo dijo. Tambin otra vez que estaba comiendo higos secos se top con Platn y le dijo: Puedes participar. Cuando ste tom algunos y se los coma, exclam: Participar dije, no zamprtelos!29.

    26. Una vez que Platn reciba como invitados a unos amigos de Dionisio, pisoteaba sus alfombras diciendo: Pisoteo la superfluidad de Platn. Le respondi Platn: Cunto evidencias tu vanidad, Digenes, t que te crees no estar envanecido!. Otros dicen que dijo Digenes: Pisoteo el orgullo de Platn. Y l replic: Con otro orgullo, Digenes.

    Socin, en cambio, dice en su libro cuarto que fue el cnico quien dio esta rplica a Platn. En cierta ocasin Digenes le pidi vino, y luego unos higos. ste le envi un jarro entero, Y l le dijo: Si te preguntan cuntos son dos y dos, responders que veinte? As ni respondes a lo que se te pregunta ni das lo que se te pide, por exceso. Lo ridiculiz, desde luego, como hablador inacabable.

    27. Cuando le preguntaron en qu lugar de Grecia se vean hombres dignos, contest: Hombres en ninguna parte, muchachos en Esparta. Como no se le acercaba nadie al pronunciar un discurso serio, se puso a tararear. Al congregarse la gente a su alrededor, les ech en cara que acudan a los charlatanes de feria, pero iban lentos a los asuntos serios. Deca que los hombres compiten en cavar zanjas y en dar coces, pero ninguno en ser honesto. Admiraba a los eruditos que investigaban las desventuras de Odiseo, mientras ignoraban las suyas propias. Y tambin a los msicos, que afina

    29. Probable alusin a la teora platnica de que las cosas participan de las ideas.

  • 292 DIGENES I.AERCIO

    ban las cuerdas de la lira, y tenan desafinados los impulsos del alma. 28. Se extraaba de que los matemticos estudiaran el sol y la luna y descuidaran sus asuntos cotidianos. De que los oradores dijeran preocuparse de las cosas justas y no las practicaran jams. Y, en fin, de que los avaros hicieran reproches al dinero y lo adoraran.

    Criticaba a los que elogiaban a los justos, por estar por encima de las riquezas, pero por otro lado envidiaban a los muy ricos. Le irritaba que se sacrificara a los dioses para pedirles salud, y en el mismo sacrificio se diera una comilona contra la salud. Se extraaba de que algunos esclavos que vean a sus dueos comer vorazmente no hurtaran nada de los platos. 29. Elogiaba a los que se disponan a casarse y no se casaban, a los que iban a hacerse a la mar y no zarpaban, a los que iban a entrar en poltica y no lo hacan, a los que iban a criar a sus hijos y no los criaban, y a los que estaban preparados para servir de consejeros a los poderosos y no se acercaban a ellos. Deca, adems, que se debe tender la mano a los amigos, pero sin cerrar el puo.

    Cuenta Menipo en su Venta de Digenes que, cogido prisionero y siendo vendido como esclavo, le preguntaron qu saba hacer. Respondi: Gobernar hombres. Y dijo al pregonero: Pregona si alguien quiere comprarse un amo. Como le obligaran a tumbarse, dijo: No importa. Tambin los pescados se venden echados de cualquier forma. 30. Deca extraarse de que, al comprar una jarra o una bandeja, probramos su metal hacindolas sonar, pero en un hombre nos contentamos con su aspecto. Le deca a Jenades, que lo compr, que deba obedecerle, aunque fuera un esclavo. Cuenta Eubulo en su obra con el ttulo de La venta de Digenes que ste ense a los hijos de Jenades, adems de otros conocimientos, a cabalgar, a disparar el arco y la honda y lanzar la jabalina. Luego, en la palestra no le dejaba al maestro de gimnasia educarlos como atletas, sino en la medida conveniente para su buen color y sana disposicin.

  • LIBRO VI, 33 293

    31. Aprendieron estos nios muchos pasajes de poetas y prosistas e incluso de obras del propio Digenes. Y revisaba el modo de abreviar cualquier texto para hacerlo memoriza- ble con facilidad. En casa les enseaba a cuidarse a s mismos usando de una alimentacin sencilla y bebiendo slo agua. Los llevaba con el pelo rapado y sin adornos, y los habituaba a ir sin tnica y sin calzado, silenciosos y sin reparar ms que en s mismos en las calles. Y los sacaba incluso para llevarlos de caza. Ellos tambin se cuidaban de Digenes y estaban solcitos en su favor ante sus padres.

    El mismo Eubulo cuenta que envejeci y muri en casa de Jenades y que sus hijos le dieron sepultura. Y a propsito de esto que Jenades le pregunt cmo le enterrara, 32. y l contest: Boca abajo. Al preguntarle aqul: Por qu?, contest: Porque en breve va a volverse todo al revs. Eso era porque ya dominaban los macedonios y de humildes se haban hecho poderosos.

    Al invitarle uno a una mansin muy lujosa y prohibirle escupir, despus de aclararse la garganta le escupi en la cara, alegando que no haba encontrado otro lugar ms sucio para hacerlo. Otros cuentan esto de Aristipo30.

    Como una vez exclamara: A ra, hombres!, cuando acudieron algunos, los ahuyent con su bastn, diciendo: Clam por hombres, no desperdicios!. As lo relata Heca- tn en el primer libro de sus Ancdotas. Dice tambin que Alejandro haba dicho que, de no ser Alejandro, habra querido ser Digenes.

    33. Consideraba minusvlidos no a los sordos o a los ciegos, sino a los que no tenan morral31. Introducindose una vez medio afeitado en un banquete de jvenes, segn refiere Metrocles en sus Ancdotas, fue apaleado. Pero luego escri

    30. Cf. Digenes Laercio, II, 75.31. Juego de palabras entre anaprous, lisiados, y pera, el morral o hato del cnico.

  • 294 DIGENES I.AERCIO

    bi los nombres de los que le haban pegado en una tablilla blanca y se paseaba con ella colgada del cuello, hasta que les hizo pagar el dao exponindolos ala censura y el desprecio. Deca de s mismo que era un perro de los que reciben elogios, pero con el que ninguno de los que lo elogian quiere salir a cazar32. A uno que deca: En los Juegos Pticos he vencido a otros hombres, le replic: Yo venzo a hombres, t slo a esclavos.

    34. A quienes le decan: Eres ya viejo, descansa ya, les contest: Si corriera la carrera de fondo, debera descansar al acercarme al final, o ms bien apretar ms?. Al invitarle a un banquete, dijo que no asistira; porque la vez anterior no le haban dado las gracias. Caminaba sobre la nieve con los pies desnudos y haca las dems cosas que se han dicho antes. Incluso intent comer carne cruda, pero no pudo digerirla. Encontr una vez a Demstenes el orador, que coma en una taberna. Como ste se retirara hacia el fondo, le dijo: Todava estars ms dentro de la taberna. Como algunos extranjeros queran en cierta ocasin contemplar a Demos- tenes, les dijo al tiempo que extenda el dedo del medio33:

    32. Un escoliasta de Aristteles dice que hay cuatro razones por las que los cnicos son llamados as. La primera es por la indiferencia de su manera de vivir (di t adiphoron tszos), porque cultivan la indiferencia y, como los perros, comen y hacen el amor en pblico, van descalzos y duermen en toneles y encrucijadas... La segunda razn es porque el perro es un animal impdico, y ellos cultivan la desvergenza, no como algo inferior a la vergenza, sino por encima de sta... La tercera es que el perro es un buen guardin y ellos guardan los principios de su filosofa... La cuarta razn es que el perro es un animal selectivo que puede distinguir entre sus amigs y sus enemigos; as ellos reconocen como amigos a quienes atienden a la filosofa, y a stos los tratan amistosamente, mientras que a los contrarios los rechazan, como los perros, ladrndoles.33. Haciendo el signo de la higa, en un gesto bien conocido, como alusin sexual. Cf. Periso, Sat., II, 33; Marcial, VI, 76, 5, y Juvenal, Sat, X,53.

  • LIBRO VI, 37 295

    Aqu tenis al demagogo de los atenienses!. 35. Como a uno se le haba cado un trozo de pan y le daba vergenza recogerlo, queriendo darle una leccin, at una cuerda al cuello de una jarra y la arrastr por todo el Cermico.

    Deca que imitaba a los directores de un coro: que tambin ellos dan la nota ms alta para que el resto capte el tono adecuado. Deca que la mayora estaban locos por un dedo de margen. En efecto, si uno se pasea extendiendo el dedo del medio, cualquiera opinar que est chalado, pero si extiende el ndice, ya no le considerarn as34. Deca que las cosas de mucho valor se compran por nada y viceversa: pues una estatua se vende por tres mil dracmas y un cuartillo de harina por dos monedas de cobre.

    36. A Jenades, que lo haba comprado, le dice: Ven, para que cumplas mis rdenes. Y al citar ste el verso:

    Hacia arriba corren las aguas de los ros35,

    le dijo: Si hubieras comprado un mdico y estuvieras enfermo, no le haras caso, sino que le replicaras que hacia arriba corren las aguas de los ros?.

    Quera uno filosofar en su compaa. Digenes le dio un arenque seco y le invit a seguirle. El otro, por vergenza, arroj el arenque y se fue. Algn tiempo despus se lo encontr y riendo le dijo: Un arenque ha quebrado nuestra amistad. Diocles lo relata de este modo: Como uno le dijera: Estoy a tus rdenes, Digenes, lo apart a un lado y le dio un queso de medio bolo para que lo llevara. Cuando l se neg, le dijo: Nuestra amistad la ha quebrado un quesillo de medio bolo.

    37. Al observar una vez a un nio que beba en las manos, arroj fuera de su zurrn su copa, diciendo: Un nio

    34. Vase nota anterior.35. Verso de Eurpides (Medea, 410), convertido en frase proverbial.

  • 296 DIGENES LAERCIO

    me ha aventajado en sencillez. Arroj igualmente el plato, al ver a un nio que, como se le haba roto el cuenco, recoga sus lentejas en la corteza cncava del pan.

    Razonaba del modo siguiente: Todo es dlos dioses. Los sabios son amigos de los dioses. Los bienes de los amigos son comunes. Por tanto, todo es de los sabios. Al ver una vez a una mujer que adoraba a los dioses en una postura bastante fea, con la intencin de censurar su carcter supersticioso, segn dice Zoilo de Perga, le dijo: No te da reparo, mujer, que haya algn dios a tu espalda, ya que todo est lleno de su presencia, y le ofrezcas un feo espectculo?. 38. Dedic a Asclepio un boxeador, que persegua a los que besaban el suelo y los aporreaba.

    Acostumbraba a decir que todas las maldiciones de la tragedia haban cado sobre l. Que, en efecto, estaba:

    sin ciudad, sin familia, privado de patria,pobre, vagabundo, tratando de subsistir da a da36.

    Afirmaba que opona al azar el valor, a la ley la naturaleza y a la pasin el razonamiento. Cuando tomaba el sol en el Crneo se plant ante l Alejandro y le dijo: Pdeme lo que quieras. Y l contest: No me hagas sombra. Cuando uno que llevaba mucho tiempo leyendo dej ver al final del papiro un espacio en blanco, Digenes exclam: Valor, camaradas! Veo tierra!. A uno que por silogismos conclua que tena cuernos, le replic, palpndose la frente: Pues yo no los veo37 . 39. De igual modo contra el quedeca que el movimiento no existe38, se levant y ech a an

    36. Versos trgicos de autor desconocido (Adesp. 284 Nauck).37. El razonamiento cornudo era uno de esos pseudosilogismos famosos: Si uno tiene lo que no ha perdido, y no perdi los cuernos, los tiene. (Cf. D. L. II, 111; VII, 44,82.)38. Algn discpulo de Zenn de Elea, con sus clebres aporas sobre el movimiento.

  • LIBRO VI, 41 297

    dar. Ante el que hablaba de los fenmenos celestes, exclam: Cuntos das hace que bajaste del cielo?. Habiendo colocado un individuo perverso sobre la pared de su casa la inscripcin: Que nada malo entre, coment: Y el dueo de la casa dnde se meter?. Despus de untarse de ungento perfumado los pies, declar que el perfume de la cabeza sube al aire, pero de los pies al olfato. Cuando los atenienses le instaban a que se iniciara en los misterios, le decan que los iniciados ocupan un lugar de preferencia en el Hades, y l replic: Sera ridculo que Agesilao y Epami- nondas yacieran en el fango, mientras unos cualquiera por ser iniciados vivieran en las islas de los Bienaventurados.

    40. Dirigindose a unos ratones que corran a su mesa, dijo: Mira que hasta Digenes alimenta parsitos!. Al llamarle Platn perro, le dijo: S, pues yo regreso una y otra vez a quienes me vendieron. Saliendo de los baos pblicos a uno que le pregunt si se baaban muchas personas le dijo que no. Pero a otro, sobre si haba mucha gente all, le dijo que s. Platn dio su definicin de que el hombre es un animal bpedo implume y obtuvo aplausos. l desplum un gallo y lo introdujo en la escuela y dijo: Aqu est el hombre de Platn. Desde entonces a esa definicin se agreg y de uas planas. A uno que le pregunt a qu hora se debe comer, respondi: Si eres rico, cuando quieras; si eres pobre, cuando puedas.

    41. Viendo una vez en Mgara a los rebaos protegidos con pieles, mientras los nios iban desnudos, coment: Es mejor ser el cordero que el hijo de un megarense. A uno que le golpe con un madero y luego le dijo: Cuidado!, le respondi: Es que vas a atizarme de nuevo?. Calificaba a los demagogos de siervos de la masa, y las coronas, de eflorescencias de la fama. Se paseaba por el da con una lmpara encendida, diciendo: Busco un hombre. Una vez se haba quedado de pie bajo el chorro de una fuente; mientras que los circundantes le compadecan, presentse Platn y dijo:

  • 298 DIGENES LAERCIO

    Si queris compadeceros de l, abandonadle, aludiendo a su afn de notoriedad. Cuando uno le dio un puetazo, exclam: Por Heracles! Cmo me he descuidado en salir a pasear sin casco?.

    42. Tambin le dio de puetazos Midias, al tiempo que le deca: Te quedan tres mil a crdito. Pero al da siguiente tom l unas correas de boxear y le dio una paliza, dicindo- le: Te quedan tres mil a crdito39. Al preguntarle el vendedor de frmacos Lisias si crea en los dioses, dijo: Cmo no voy a creer en ellos, cuando tengo por seguro que te detestan?. Otros atribuyen este dicho a Teodoro40. Viendo a uno que haca abluciones de purificacin, le espet: Desgraciado, no sabes que, as como no puedes librarte de tus errores de gramtica por ms abluciones que hagas, tampoco te purificars de los de tu vida?.

    Reprochaba a las personas en relacin a sus oraciones el que suplicaran las cosas que les parecan a ellos bienes, pero que no eran tales en realidad. 43. A los que se angustiaban por sus sueos les reprochaba no ocuparse de lo que hacan en la vigilia, pero preocuparse gravemente de lo que fantaseaban dormidos. Cuando en Olimpia proclam el heraldo: Dioxipo vence a otros hombres, exclam: se vence, s, a esclavos; a hombres, yo.

    Era apreciado ciertamente por los atenienses. Pues cuando un muchacho rompi la tina donde habitaba, a ste le apalearon, y le procuraron otra a Digenes. Cuenta Dionisio el estoico que, apresado tras la batalla de Quero- nea, fue conducido a presencia de Filipo. Entonces le pregunt ste quin era, y contest: Un observador de tu ambicin insaciable. As suscit su admiracin y qued en libertad.

    39. Alusin a un famoso pleito en que Demstenes, golpeado por Midias, obtuvo como compensacin tres mil dracmas.40. Teodoro el ateo, cf. Digenes Laercio, II, 102.

  • LIBRO VI, 45 299

    44. Cuando en una ocasin Alejandro envi una misiva a Antpatro en Atenas por medio de un tal Atlio, Digenes, que estaba all, coment: Un miserable hijo de miserable a travs de un miserable a otro miserable

  • 300 DIGENES LAERCIO

    46. Necesitando dinero, deca a sus amigos que no se lo peda, sino que se lo reclamaba. Una vez que se m asturbaba en medio del gora, coment: Ojal fuera posible frotarse tambin el vientre para no tener ham bre!. Al ver a un jo - vencito que iba al convite de unos strapas, lo apart, lo re- condujo a casa de sus familiares y les encarg que lo vigilaran. A un m uchacho muy acicalado que le planteaba una pregunta le dijo que no poda responderle hasta que, desnudndose, m ostrara si era hombre o mujer44. A un muchacho que jugaba al ctabo en los baos pblicos le dijo: Cuanto mejor (lo hagas), tanto peor (para ti). En un banquete empezaron a tirarle huesecillos com o a un perro. Y l se fue hacia ellos y les me encima, com o un perro.

    47. A los oradores y a todos los que buscaban la fama con sus discursos los llamaba sobrehumanos, queriendo decir superdesgraciados. Al rico ignorante lo calificaba de velln de oro. Viendo una vez sobre la casa de un juerguista el cartel de Se vende, dijo: Ya saba que, con tantas borracheras, acabaras por vomitar a tu dueo!. A un jovencito que se quejaba de la turba de sus admiradores le replic: Deja t de pasearlos reclamos de invitacin. Ante unos baos sucios, dijo: Dnde se baan luego los que se han baado aqu?. Slo l elogiaba a un fornido citarista al que todos criticaban. Cuando le preguntaron por qu, contest: Porque con esa corpulencia se dedica a tocar la ctara y no a ladrn de caminos.

    48. A un citarista ante el que siempre desertaban los oyentes le salud: Hola, gallo!. l dijo: Por qu?. Contest: Porque con tu canto los levantas a todos. Mientras un joven pronunciaba un discurso de aparato, Digenes con el pliegue de su vestido lleno de altramuces se puso a com rselos enfrente de ste. Cuando la gente desvi su atencin hacia l, dijo que se extraaba de que abandonaran al orador

    44. Para emplear el gnero gramatical correcto, masculino o femenino, en la respuesta.

  • LIBRO V!, 50 301

    para mirarle. Cuando una vez le dijo un individuo muy supersticioso: Te partir la cabeza de un golpe!, replic: Y yo slo con estornudar a la izquierda te dar escalofros45. Como Hegesias le rogaba que le prestara alguno de sus escritos, le dijo: Eres un frvolo, Hegesias! T no echas mano a los higos pintados, sino a los de verdad. Pero en el ejercicio de la virtud dejas de lado lo real y acudes a lo literario.

    49. A uno que le echaba en cara su exilio, le dijo: Pero por ese motivo, desgraciado, vine a filosofar. Y otra vez, cuando uno le dijo: Los sinopenses te condenaron al destierro, dijo: Y yo a ellos a la permanencia en su ciudad. Viendo una vez a un vencedor olmpico que pastoreaba un rebao, le dijo: Pronto, amigo, has trocado Olimpia por Nemea46. Cuando le preguntaron por qu eran insensibles los atletas, contest: Porque estn hechos de carne de cerdo y de buey. Peda limosna a una estatua. Al preguntarle que por qu lo haca, contest: Me acostumbro a ser rechazado. Al pedirle limosna a uno - y empez a hacerlo por necesidad-, dijo: Si has dado ya a otros, dame tambin a m. Y si no, empieza por m.

    50. Al ser preguntado por un tirano cul era el mejor bronce para una estatua, dijo: El que usaron para forjar a Harmodio y Aristogitn47. Al preguntarle que cm o trataba Dionisio a sus amigos, contest: Como a sacos, colgando los llenos y tirando los vacos. Cuando un recin casado hizo escribir sobre la pared de su casa:

    El hijo de Zeus, el victorioso Heracles,aqu habita. Que no entre ningn mal,

    aadi por escrito: Despus de la guerra, la alianza.

    45. Hacerlo era augurio funesto.46. Juego de palabras entre Nemea, donde se celebraban los famosos juegos, y nmein, pastorear.47. Los clebres tiranicidas atenienses, a los que se elev una famosa estatua en Atenas.

  • 302 DIGENES LAERCIO

    Dijo que la pasin por el dinero es la metrpoli de todos los males. Al ver a un juerguista que com a aceitunas en una taberna, dijo: Si hubieras comido as, no cenaras as.

    51. Deca que los hombres buenos son imgenes de los dioses. Que el am or era la ocupacin de los desocupados. Cuando le preguntaron qu era una desdicha en la vida, dijo: Un viejo sin recursos. Preguntado sobre cul de las bestias muerde ms dainamente, respondi: De las salvajes, el sicofanta; de las domsticas, el adulador. Al ver a dos centauros muy mal pintados, dijo: Cul de los dos es Qui- rn?48. Deca que el discurso de elogio era un lazo meloso. Llamaba al vientre Caribdis de la existencia. Al or cierta vez que el flautista Ddimo haba sido atrapado en adulterio, flagrante, dijo: Merece que le cuelguen por su nom bre49. Como le preguntaron una vez que por qu es plido el oro, contest: Porque son muchos los que conspiran contra l. Al ver a una mujer transportada en una litera, dijo: La jaula no est proporcionada a la fiera.

    52. Viendo una vez a un esclavo fugitivo echado sobre el brocal de un pozo, le dijo: Muchacho, ten cuidado no recaigas!. Al ver a un ladrn de mantos en los baos pblicos, le pregunt: Vienes a desnudarte o a vestirte?50, Al ver a unas mujeres ahorcadas de un olivo, exclam: Ojal todos los rboles dieran un fruto semejante!. Viendo a un ladrn de vestidos, le dijo:

    A qu ests aqu, bravsimo?Acaso para despojar a algn cadver de los yacentes?51.

    48. Juego de palabras entre el nombre del ilustre Centauro y cheron, peor.49. Dydimoi: testculos.50. Juego intraducibie; el texto dice: epaleinnndtion epall imtion: a por un pequeo ungento o a por otro vestido.51. Verso de la Itada X 343.

  • LIBRO VI, 54

    Cuando le preguntaron si tena algn pequeo esclavo o un siervo, respondi que no. Y al volverle a preguntar: Entonces, cuando te mueras, quin te llevar a la tumba?, contest: Cualquiera que necesite mi casa.

    53. Al ver a un herm oso muchacho que dorm a descuidadamente, lo sacudi y le dijo:

    Despierta!No sea que mientras duermes alguno te clave su lanza en la

    espalda.

    A uno que com prbalas golosinas caras del mercado:

    De breve vida sers, hijo mo, segn te portas en la plaza52.

    Cuando Platn dialogaba sobre las ideas y mencionaba la mesidad y la tazonez, dijo: Yo veo una mesa y un tazn, pero de ningn modo la mesidad y la tazonez. Y l replic: Con razn, porque posees los instrumentos con los que se ven la mesa y el tazn, los ojos. Pero aquello con lo que se percibe la mesidady la tazonez, la inteligencia, no la posees.

    Cuando a Platn le preguntaron: Qu te parece Digenes?, respondi: Un Scrates enloquecido.

    54. Preguntado por alguien sobre cul es el momento oportuno para casarse, dijo: Los jvenes todava no, los viejos ya no. Preguntado acerca de qu querra recibir a cambio de un puetazo, dijo: Un casco. A un jovencito que se acicalaba, le dijo al verlo: Si lo haces con vistas a los hombres, eres un perdido; si p aralas mujeres, un bribn. Al observar a un m uchacho que se ruborizaba, le dijo: nimo, se es el color de la virtud.

    52. JUadaVIU 95, con una pequea variante (hedonti por phegonti), e Ilada V 5, con otra (agorzeis por agoreeis).

  • 304 DIGENES LAERCIO

    55. A uno que deca que la vida es un mal le dijo: No la vida, sino la mala vida. A los que le aconsejaban que persiguiera a su esclavo que se haba fugado, contest: Sera ridculo que Manes viva bien lejos de Digenes, y que Digenes no pueda vivir sin Manes.

    Comiendo aceitunas, le trajeron un pastel, y, arrojndolo, dijo: Extranjero, aprtate, paso libre a los tiranos!53. Y otra vez: Azot una aceituna5'1.

    Cuando le preguntaron qu raza de perro era, dijo: Cuando tengo hambre, un maltes; cuando estoy harto, un moloso, de esos que la mayora elogia, pero que no se atreven a llevar con ellos de caza p or tem or a la fatiga. As tam poco sois capaces de convivir conmigo por tem or a los dolores.

    56. Le preguntaron si los sabios com en pasteles y respondi: Todo, com o los dems hom bres. Al serle preguntado por qu dan limosnas a los pobres, y no a los filsofos, respondi: Porque piensan que pueden llegar a ser cojos o ciegos, pero nunca a filosofar. Le mendigaba a un avaro, y com o ste se d em orara, le dijo: Amigo, te pido para mi com ida, no para mi entierro55. A uno que le censuraba por haber falsificado la moneda, le dijo: Hubo una vez una poca en que yo era com o t ahora; pero com o yo soy ahora, t no sers jam s. Y a otro que le haca el mismo reproche le replic: Tambin antes m e meaba encima, pero ahora no.

    57. Al llegar a Mindo y ver los portones de la muralla enorm esy la ciudad pequea, dijo: Ciudadanos de Mindo, cerrad los portalones, para que no se os escape la ciudad!.

    53. Eurpides, Fenicias, 40.54. Juego de palabras sobre una frase homrica; elan: para avanzar y aceituna. Cf. Ufada V 36.55. Juego de palabras entre troph, alimento, comida, y taph, entierro.

  • UBROVJ,59 305

    Al ver una vez a un ladrn de prpura atrapado en delito, cit el verso56:

    Le sorprendi la muerte purprea y la Moira poderosa.

    Com o Crtero le invitara a acudir a su corte, respondi: Prefiero lam er sal en Atenas que disfrutar de la esplndida m esa en el palacio de C rtero. Acercndose al orador Anaxm enes, que era gordo, le dijo: Danos a los pobres parte de tu barriga; as t te aligerars y a nosotros nos beneficiars.

    En una ocasin en que este m ism o pronunciaba un discurso, alzando en su mano un pescado seco, dispers a sus oyentes. Com o aqul se enfad, le dijo: La conferencia de Anaxmenes ha quedado disuelta por un pescado en salazn de un bolo.

    58. Al reprocharle que com a en medio del gora, repuso: Es que precisamente en medio del gora sent hambre. Algunos le adjudican tambin la ancdota de que Platn, al verle lavar unas lechugas, se le acerc y en voz baja le dijo: Si adularas a Dionisio, no lavaras lechugas. Y l respondi igualmente en voz baja: Y si t lavaras lechugas no adularas a Dionisio. Al que le dijo: La gente se re de ti, le respondi: Tambin de ellos los asnos algunas veces; pero ni ellos se cuidan de los asnos ni yo de ellos. Al ver una vez a un joven que filosofaba, le dijo: Muy bien, porque desvas a los amantes del cuerpo a la belleza del alm a.

    59. Admirando uno las ofertas votivas del santuario de Sam otracia, com ent: Seran muchas ms si tambin los que no se salvaron hubieran dedicado las suyas. Otros atribuyen esto a Digoras de Melos. A un bello muchacho que iba a un convite le dijo: Volvers peor. Como se lo encontr al regreso y le coment enseguida: Ya regreso y no sal

    56. Verso homrico: Iliada V, 83.

  • 306 DiGENES LAERCIO

    peor, contest: Peor no, m s juerguista s57. Le peda limosna a un individuo de mal carcter. Cuando ste dijo: Si logras convencerme, le replic: Si pudiera convencerte, te habra convencido para que te ahorcases.

    Regresaba de Esparta a Atenas, y uno le pregunt: De dnde y adonde?. Respondi: De la habitacin de los hombres a la de las mujeres.

    60. Regresaba de Olimpia y alguien le pregunt si haba all mucha gente. Respondi: Mucha gente, s, pero pocas personas.

    Los libertinos, dijo, eran semejantes a higueras crecidas en una cresta abrupta, cuyos frutos no gusta ninguna persona, sino que los devoran los cuervos y los buitres. Cuando Frin dedic una estatua de oro de Afrodita en Delfos, dicen que l escribi sobre ella: Don de la lujuria helnica. Acudi una vez Alejandro hasta l y le dijo: Yo soy Alejandro el gran rey. Repuso: Y yo Digenes el Perro. Al preguntarle por qu se llamaba perro, dijo: Porque muevo el rabo ante los que me dan algo, ladro a los que no me dan y muerdo a los malvados.

    61. Estaba cogiendo los frutos de una higuera, cuando el guardin le dijo: De ah mismo se ahorc anteayer un hom bre. Contest: Yo la purifico ahora58. Al ver a un vencedor olmpico que m iraba embelesadamente a una hetera, dijo: Ved a un carnero furioso en la pelea que es arrastrado del dogal por una muchachuela cualquiera. Deca que las heteras hermosas eran parecidas a un dulce envenenado.

    Mientras coma en el gora, los que le rodeaban le gritaban repetidamente: jPerro!. Contest: Perros sois voso

    57. Juego de palabras entre cheron, Quirn, el buen centauro, chei- ron, peor, y Eurytion, Euritin, que era otro centauro ebrio y vinoso (OrtizySanz).57. El instrumento de una muerte se consideraba como manchado de impureza; el cnico limpia la de la higuera llevndose los higos.

  • LIBRO VI, 63 307

    tros que me rondis cuando com o!. Dos tipos tmidos se ocultaban a su paso y les dijo: No temis! Un perro no come berzas!. Preguntado a propsito de un muchacho que se haba prostituido que de dnde era, dijo: De Burdelia59.62. Viendo a un necio atleta ejercer de mdico, le dijo: A qu viene eso? Acaso quieres tum bar as a los que antes te derrotaron?. Al ver al hijo de una hetera tirar piedras a la gente, le dijo: Ten cuidado, no le des a tu padre.

    Ensendole una vez un mozalbete el cuchillo que haba recibido de su amante, coment: La hoja es hermosa, pero el mango feo60. Al elogiar algunos a quien le haba hecho un obsequio, dijo: Y no m e elogiis a m que merec recibirlo?. Como uno le reclamara su vestido, le dijo: Si me lo diste, es mo; si me lo prestaste, lo llevo de prestado. Como un ciudadano espurio le dijera que llevaba oro en su manto, le respondi: S, por eso duermes tan bien cubierto con l.

    63. Al serle preguntado qu haba sacado de la filosofa, dijo: De no ser alguna otra cosa, al menos el estar equipado contra cualquier azar. Preguntado que de dnde era, respondi: Cosmopolita. Cuando unos hacan un sacrificio para tener un hijo, les dijo: Y para que salga de buena condicin no hacis sacrificios?. Al serle reclamada su aportacin por el director de una comida colectiva, le replic con el verso:

    Despoja a los dems, pero manten tus manos lejos de[Hctor!61.

    59. Juego de palabras. Tegeates puede indicar que es de la ciudad de Te- geao deburdel.60. Otro juego de palabras: ab puede ser mango, empuadura o manera de obtener o agarrar algo.61. Las comidas a escote (ranos) eran corrientes en Grecia y tenan un jefe o encargado de recogerlas aportaciones de los comensales. El verso con el que intenta detenerlo Digenes es un verso homrico u homeri- zante, que no se encuentra en nuestra Ilada. (Algunos editores lo insertaron detrs de XVI, 82, o de XVI, 90.)

  • 308 DIGENES LAERCIO

    Deca que las concubinas de los reyes eran reinas; pues hacan lo que queran. Al honrar por decreto los atenienses a Alejandro com o Dioniso, dijo: Y a m hacedm e Sra- pis!62. Al que le reprochaba que se meta en lugares infectos, le repuso: Tambin el sol entra en los retretes, pero no se mancha.

    64. Cuando coma en un santuario, como colocaran a su lado algunos panes sucios, los cogi y los arroj, diciendo que en un lugar consagrado no deba entrar nada sucio. A uno que le dijo: Sin ningn conocimiento filosofas, le respondi: Aunque tan slo pretenda la sabidura, tambin eso es filosofar. A uno que le presentaba a su hijo y deca que era de excelente natural y de costumbres muy ordenadas, le contest: Entonces para qu m e necesita?. De los que hablaban de lo correcto, pero que no lo practicaban, deca que nada diferan de una ctara, pues tam poco sta oye ni percibe. Entraba en el teatro en contra de los dems que salan. Al preguntarle que por qu, dijo: Eso es lo que trato de hacer durante toda mi vida.

    65. Al ver a un m uchacho afeminado, le dijo: No te avergenzas de tom ar sobre ti mismo una decisin peor a la de la naturaleza? Porque ella te hizo hombre, mientras t te fuerzas a ser mujer.

    Al contemplar a un alocado que afinaba un psalterio, le dijo: No te avergenzas de arm onizar los sones de un m adero, y no acompasar tu alm a a la vida?. A uno que deca: No estoy capacitado para la filosofa, le repuso: Para qu entonces vives, si no te im porta el vivir bien?. A uno

    62. Puesto que los atenienses aceptan la identificacin de Alejandro con el dios Dioniso, Digenes les propone la suya con Srapis, el dios egipcio que en la poca helenstica -y a en tiempos de Alejandro- se admita como figura de Zeus, en el sincretismo en boga. Tal vez, supone Hicks, porque Srapis tena a sulado un enorme animal de tres cabezas, de perro, len y lobo, como mtico Cancerbero egipcio.

  • LIBRO VI, 67 309

    que menospreciaba a su padre, le dijo: No te avergenzas de despreciar a ese gracias al cual puedes enorgullecerte?. Observando a un joven de bella figura que hablaba muy mal, le com ent: No te da vergenza sacar de un mango de marfil una cuchilla de plom o?.

    66. Cuando le reprocharon que se pusiera a beber en la tienda de vinos, dijo: Tambin me corto el pelo en la barbera. Como le censuraran por haber recibido un vestido de Antpatro, respondi:

    No son desde luego rechazables los dones preciosos de los dioses63.

    Al que le sacudi dndole con una viga, y luego dijo: Cuidado!, le atiz con su bastn a la vez que deca: Cuidado!. Al que persegua a una hetera, dijo: Por qu quieres alcanzar, desventurado, lo que es m ejor extraviar?. A uno que se perfumaba, le dijo: Ten cuidado que el aroma de tu cabeza no procure mal olor a tu vida. Deca que los criados son esclavos de sus amos, y que los dbiles lo son de sus pasiones.

    67. Al preguntarle que por qu llamaban a los esclavos andrpoa, contest: Porque tienen los pies de hombres (andrn podas), pero el esprtu com o el tuyo ahora, pregun- tador. A un juerguista le peda una m ina64. Le pregunt ste que por qu a los dems les peda un bolo y a l una mina, y le contest: Porque de los dems espero recibir de nuevo, pero de ti est en las rodillas de los dioses si tendr otra oportunidad de recibir algo. Al serle reprochado que l peda limosna, mientras que Platn no mendigaba, dijo:

    63. Verso dla Ufada III65.64. Una dracma tena seis bolos, y una mina, cien dracmas.

  • 320 DIGENES LA ERCIO

    Tambin pide, pero acercando su cabeza, para que no se enteren los dems65.

    Al ver a un arquero torpe se sent junto al blanco, diciendo: Para que no m e alcance. Deca que los amantes son desdichados por placer.

    68, Al ser preguntado si la muerte es un mal, contest: Cmo va a ser un mal, si cuando est presente no la sentimos?66. A Alejandro, que, erguido ante l, le pregunt: No me temes?, le dijo: Por qu? Eres un bien o un mal?. Como l respondi: Un bien, dijo: Pues quin teme un bien?.

    Dijo que la educacin era sensatez para los jvenes, consuelo para los viejos, riqueza para los pobres, adorno para los ricos. A Didimn el adltero, que una vez estaba curando el ojo de una muchacha, le dijo: Pon atencin, no sea que al tratar de curar el ojo de la m uchacha perviertas a la pupila67. Al decirle alguien que sus amigos conspiraban contra l: Y qu hay que hacer -d ijo - si es que hay que tratar a los amigos de igual modo que a los enemigos?.

    69. Al preguntarle qu es lo ms hermoso entre los hom bres, contest: La sinceridad68. Entrando en la casa de un m aestro y viendo muchas estatuas de Musas, pero pocos alumnos, exclam : Gracias a las diosas, m aestro, tienes muchos discpulos!. Acostumbraba a realizarlo todo en pblico, tanto las cosas de Demter como las de Afrodita. Y expona unos argumentos de este estilo: Si el com er no es

    65. Verso de Odisea 1 157; IV 70.66. se ser tambin para Epicuro un argumento contra el temor a la muerte: no puede sentirse, ya que mientras existimos no existe ella, y cuando liega ya no somos ni sentimos.67. Juego de palabras en griego y en castellano: kre es muchacha y pupila, o nia del ojo.68. La parresa o libertad de palabra; etimolgicamente significa el decirlo todo.

  • LIBRO VI, 71 311

    nada extrao, tam poco lo es en el gora. No es extrao el comer. Luego tampoco lo es com er en el gora. Masturbndo- se en pblico repetidam ente, deca: Ojal se calm ara el hambre tambin con frotarse la barriga!. Se le atribuyen, adems, otras cosas, que sera largo enum erar porque son muchas.

    70. Deca que hay un doble entrenamiento: el espiritual y el corporal. En ste, por m edio del ejercicio constante, se crean imgenes que contribuyen a la gil disposicin en favor de las acciones virtuosas69. Pero que era incompleto el uno sin el otro, porque la buena disposicin y el vigor eran ambos muy convenientes, tanto para el espritu com o para el cuerpo. Aportaba pruebas de que fcilmente se desemboca de la gimnasia en la virtud. Pues en los oficios manuales y en los otros se ve que los artesanos adquieren una habilidad manual extraordinaria a partir de la prctica constante, e igual los flautistas y los atletas cunto progresan unos y otros por el continuo esfuerzo en su profesin particular; de modo que, si stos trasladaran su entrenamiento al terreno espiritual, no se afanaran de m odo incompleto y superfluo.

    71. Deca que en la vida nada en absoluto se consigue sin entrenamiento, y que ste es capaz de mejorarlo todo. Que deben, desde luego, en lugar de fatigas intiles, elegir aquellas que estn de acuerdo con la naturaleza quienes quieren vivir felices, y que son desgraciados por su necedad. Y que incluso el desprecio del placer, una vez practicado, resulta muy placentero. Y que, as com o los acostumbrados a vivir placenteramente cambian a la situacin contraria con disgusto, as los que se han ejercitado en lo contrario desprecian con gran gozo los placeres mismos. Conversaba sobre estas cosas y las pona en prctica abiertamente, troquelando con nuevo cuo lo convencional de un modo autntico, sin hacer ninguna concesin a las convenciones de la ley,

    69. La frase es difcil. Vase Histad, ob. cit pp. 41-43.

  • 312 DCENES LAERCIO

    sino slo a los preceptos de la naturaleza, afirmando que mantena el mismo gnero de vida que Heracles, sin preferir nada a la libertad.

    72. Deca que todo era propiedad de los sabios y empleaba los argumentos que ya hemos referido antes: todo es de los dioses. Los sabios son amigos dlos dioses. Las propiedades de los amigos son comunes. Por tanto, todo es de los sabios. Acerca de la ley deca que sin ella no es posible la vida democrtica; y que sin una ciudad dem ocrtica no hay ningn beneficio del ser civilizado. La ciudad es civilizacin. No hay ningn beneficio de la ley sin una ciudad. Por tanto, la ley es un producto de la civilizacin. Se burlaba de la nobleza de nacimiento y de la fama y de todos los otros timbres honorficos, diciendo que eran adornos externos del vicio. Deca que slo hay un gobierno justo: el del universo; y que las mujeres deban ser comunes, sin establecer ningn matrimonio, sino que el que persuadiera a una se uniera con la que haba persuadido. Por eso tambin los hijos haban de ser comunes.

    73. No le pareca nada impropio llevarse cualquier cosa de un templo ni com er la carne de cualquier animal. Ni siquiera le pareca impo el devorar trozos de carne humana, como ejemplificaba con otros pueblos. Incluso comentaba que, segn la recta razn, todo estaba en todo y circulaba por todo. As, por ejemplo, en el pan haba carne y en la verdura pan, puesto que todos los cuerpos se contaminan con todos, interpenetrndose a travs de ciertos poros invisibles y transform ndose conjuntamente en exhalaciones70. As lo hace ver en el Tiestes, si es que las tragedias son obras suyas y no de aquel Filisco de Egina, ntimo suyo, o de Pasi- fonte el hijo de Luciano71, que, segn Favorino en su Histo-

    70. La teora que se atribuye a Digenes es similar a la mantenida por Anaxgoras.71. El nombre de Luciano (Loukiano) es, segn varios estudiosos, una corrupcin del texto anterior, para el que se han propuesto varios hipo-

  • LIBRO VI, 75 323

    ra miscelnea, las habra compuesto tras la muerte de Digenes. De la msica, la geometra, la astrologa y las ciencias de esa especie se desentendi, por considerarlas intiles e innecesarias.

    74. Era ocurrentsimo en los enfrentamientos coloquiales, como est claro por los ejemplos que hemos presentado antes.

    Y soport del m odo ms digno su venta como esclavo. En un viaje a Egina fue capturado por unos piratas, a los que mandaba Escrpalo, conducido a Creta y puesto a la venta. Cuando el pregonero le pregunt qu saba hacer, dijo: Gobernar hombres. Entonces sealando a un corintio que llevaba una tnica con franja de prpura, el ya m encionado Jenades, dijo: Vndeme a se! se necesita un dueo. En efecto, lo compr Jenades y, llevndoselo a Corin- to, le encomend educar a sus hijos y dej en sus manos su casa. Y l la administraba de tal forma en todos los asuntos, que aqul sola pasar diciendo: Un buen genio ha entrado en mi casa.

    75. Cuenta Clemenes en su obra titulada Pedaggico que sus amigos quisieron rescatarle, y l los llam simples. Porque los leones no son esclavos de quienes los alimentan, sino que los que los alimentan lo son de los leones. Pues el temor es caracterstica del esclavo, y son los hombres los que temen a las fieras.

    Era admirable su fuerza de persuasin, de modo que fcilmente se atraa a cualquiera con sus palabras. Se cuenta, en efecto, que un cierto Onescrito de Egina envi a Atenas a uno de sus dos hijos, Andrstenes, que al escuchar a Digenes se qued en la ciudad. Tras ste mand a su otro hijo,

    tticos sustitutos. Tal vez este Pasifonte sea el de Eretria, del que habla Digenes Laercio en II, 61. Favorino de Arelate (Arles) es un famoso erudito del que Digenes Laercio toma muchos datos. Vase A. Bari- gazzi, Favorino di Arlate. Opere, Florencia, 1966.

  • 314 DIGENES LAERCIO

    el mayor, Filisco, ya mencionado antes, e igualmente Filisco se qued all. 76. Cuando en un tercer viaje lleg l mismo, de igual m odo se uni a sus hijos para filosofar en su com paa. Tan m gica era la atraccin de las palabras de Digenes. Tuvo tam bin com o discpulo a Focin, el apodado el Honesto, y a Estilpn de M gara y a num erosos hombres polticos.

    Se dice que m uri tras haber vivido cerca de noventa aos. Acerca de su m uerte se cuentan versiones diversas. Pues unos refieren que, despus de haberse comido un pulpo vivo, tuvo un trem endo clico y muri a consecuencia de ste. Otros dicen que fue por contener su respiracin. Entre stos est Crcidas de Megalpolis, que en sus versos colimbicos dice as:

    No, ya no est el de antes, el de Sinope,aquel paseante de bastn, de veste doblada, vividor a

    [cielo raso.77. Porque ya partise, hincando los dientes en el labio,

    y reteniendo el aliento de un mordisco. En verdad fue Digenes de la estirpe de Zeus, un celeste perro.

    Otros dicen que, cuando trataba de repartir un pulpo entre unos perros, le m ordieron en un tendn de la pierna y cay al suelo. Sus amigos, en cambio, segn cuenta Antste- nes en sus Sucesiones, conjeturaron la retencin del aliento.

    El caso es que p or entonces viva en el Crneo, el gim nasio a la entrada de Corinto. Segn lo acostum brado, acu dieron all sus amigos y lo hallaron envuelto en su ropa y creyeron que dorm a, aunque l no era dorm iln ni perezoso. Luego, al levantar el pliegue del vestido, lo encontraron exnime, y sospecharon que haba hecho tal cosa con la intencin de escapar a lo que le quedaba de vida.

    78. Entonces hubo una disputa entre sus amigos, segn dicen, sobre quines le enterraran. E incluso llegaron a las

  • LIBRO VI, 80 315

    manos. Pero acudieron los padres de los discpulos y otras personas influyentes, y stos lo enterraron junto al portn que mira hacia el Istmo. Sobre la tumba alzaron una columna y sobre ella un perro de m rm ol de Paros. Despus tambin los ciudadanos le honraron con estatuas de bronce y pusieron esta inscripcin72:

    Hasta el bronce envejece con el tiempo, pero en nada tu gloria la eternidad entera, Digenes, mellar.Pues que t solo diste leccin de autosuficiencia a los

    [mortalescon tu vida, y mostraste el camino ms ligero del vivir.

    79. Hay tambin unos versos mos en metro proceleus- m tico73:

    A - Digenes, venga, di qu azar te arrastr fatal al Hades.D - Arrastrme el salvaje mordisco de un perro.

    Algunos dicen que, al m orir, encarg que lo dejaran sin enterrar para que cualquier animal pudiera alimentarse de l, o que le arrojasen a un hoyo y le echaran encima un poco de polvo. Otros, que le echaran al Iliso74, para ser de utilidad a sus congneres.

    Dem etrio en sus Homnimos dice que en el mismo da muri Alejandro en Babilonia y Digenes en Corinto. 80. Era ya viejo en la Olimpiada ciento trece75.

    Se le atribuyen los libros siguientes:Dilogos:

    Cefalin.

    72. = Ant. Pal. X V I334.73. ~Ant. Pal. V II116.74. Segn esta versin, habra muerto en Atenas y no en Corinto, ya que el Iliso es el ro de aquella ciudad.75. Los aos 328 a 325.

  • 326 DIGENES LAERCIO

    lefias.Corneja.Frdalo.Pueblo de Atenas.Repblica,Tratado de tica.Acerca de la riqueza.Ertico.Hipsias.Aristarco.Sobre la muerte.Cartas.

    Y siete tragedias:Helena.Tiestes.Heracles.Aquiles.Medea.Crisipo.Edipo.

    Soscrates, en el prim er libro de su Tradicin, y Stiro en el cuarto de sus Vidas, dicen que nada es de Digenes. Las tragediuchas afirma Stiro que son de Filisco de Egina, el amigo ntimo de Digenes. Socin, en su libro sptimo, dice que slo son de Digenes las obras siguientes: Sobre la virtud, Sobre el bien, Ertico, Mendigo, Tolmeo, Prdalo, Casan- dro, Cefalin, Filisco, Aristarco, Ssifo, Ganimedes, A ncdotas, Cartas76.

    81. Existieron cinco Digenes. El prim ero, el de Apolo- nia> un filsofo de la naturaleza. El comienzo de su tratado es ste: Al com enzar cualquier razonam iento me parece

    76. Las dudas sobre la autenticidad de algunas de estas obras se remontaban a tiempos antiguos. Vase el captulo dedicado por G. Giannan- toni al tema (ob. c it, III).

  • LIBRO V(, 83 327

    que es necesario proponerle una base indiscutible. El segundo, de Sicin, el que escribi sobre el Peloponeso. El tercero, este de que hablamos. El cuarto, un estoico, de Se- leucia en cuanto a su origen, pero tambin llamado el babilonio por su vecindad de esta regin. El quinto, de Tarso, que dej un escrito sobre Cuestiones de Potica que intenta resolver.

    En cuanto al filsofo, cuenta Atenodoro en el libro octavo de sus Paseos que tena siempre el cutis brillante porque sola darse ungentos.

    M nim o (s. rva.C .)

    82. Mnimo de Siracusa fue un discpulo de Digenes, siervo de cierto banquero de Corinto, segn refiere Soscrates. Como a ste lo visitaba con frecuencia Jenades, el que haba comprado a Digenes, que relataba su excelente disposicin, tanto respecto a sus dichos com o de sus hechos, infundi en Mnimo un amor extremado hacia aqul. Conque Mnimo, fingiendo ataques de locura, empez de pronto a arrojar por el aire las monedas y toda la plata de la mesa del banquero, hasta que su dueo lo despidi. Y al mom ento estaba a las rdenes de Digenes. Sigui tambin a Crates el cnico con asiduidad y se atuvo a una conducta similar, de modo que al verle de nuevo su amo ms se persuada de que andaba loco.

    83. Lleg a ser un hombre de cierta reputacin, ya que incluso el cmico Menandro lo ha mencionado. En efecto, en una de sus piezas teatrales, en El palafrenero, escribi esto:

    Haba un tal Mnimo, hombre sabio, Filn,si bien bastante estrafalario... A.-E1 que llevaba zurrn?B - Y tres zurrones, s. Pues aqul dijouna frase que no era semejante, por Zeus!,a la de Concete a ti mismo ni a otras sentencias

  • 328 DIGENES LAEKCIO

    afamadas. Sino que estaba por encima de ellas el sucio mendigo, que dijo: Todo lo que imaginamos es vanidad.

    ste se hizo m uy riguroso en su desprecio de la opinin pblica y en el hbito de perseguir la verdad.

    Dej escritas pequeas obras festivas en las que hay una dosis de seriedad solapada, y un Acerca de los impulsos, en dos libros, y un Protrptico.

    Onescrito (s. iv a.C.)

    84. De este Onescrito unos dicen que era de Egina, pero Dem etrio de Magnesia afirma que era de Astipalea, Tambin ste fue uno de los discpulos conspicuos de Digenes. Su experiencia personal parece guardar cierta similitud con la de Jenofonte. En efecto, mientras el uno hizo una cam paa con Ciro, ste la hizo con Alejandro; aqul escribi la Ci- ropedia (La educacin de Ciro), y ste ha escrito Cmo fu e educado Alejandro. Y el uno traz el encomio de Ciro, y el otro, el de Alejandro. Y en su com entario se le asemeja, si bien com o imitador queda por detrs de su modelo.

    Hubo tambin un M enandro discpulo de Digenes, el apodado Madera de roble, adm irador de Homero, y He- gesias de Sinope, apodado Collar de perro, y Filisco de Egina, al que ya hemos mencionado.

    Crates (s. iv a.C.)

    85. Crates, hijo de Ascondas, era de Tebas. Tambin ste es uno de los discpulos ilustres del Perro. Hipboto, sin em bargo, dice que no fue discpulo de Digenes personalmente, sino de Brisn de Acaya. Com o suyo se transm ite este poemilla festivo:

  • Pera es una ciudad que se alza en medio de la prpurailusin,

    hermosa y esplndida, baada de mugre, desprovista de[todo,

    en la que no atraca ningn alocado parsito ni ningn glotn, de los que se ufanan de sus cachas de

    [puta.Pero produce tomillo, ajos, higos 7 chuscos de pan, por los cuales no combaten entre s sus moradores, ni se proveen de armas para defender su moneda o su

    [honor.

    86. Hay tam bin un diario suyo muy difundido que dice as:

    Prepara diez minas para el cocinero, una dracma para el mdico, cinco talentos para el adulador, humo para el consejero, un talento parala prostituta, un tribolo para el filsofo.

    Le llamaban el abrepuertas porque entraba en cualquier casa y aconsejaba a sus habitantes. Tambin es suyo esto:

    Poseo todo cuanto aprend y medit y los venerables preceptos de las Musas. Lo dems, mucho y magnfico, lo arrebata la ilusin.

    Tambin dijo que de la filosofa haba sacado: un cuartillo de lentejas y el no preocuparm e por nada.

    Tambin se le atribuye la conocida sentencia:

    El amor lo hace cesar el hambre, y si no, el tiempo.Y si no puedes servirte de estos medios, el lazo de horca,

    87. Alcanz su m om ento de madurez en la Olimpiada ciento trece. De l cuenta Antstenes en sus Tradiciones que,

    LIBRO VI, 87 3 X 9

  • 320 DIGENES LAERCIO

    al ver en una tragedia a Tlefo que llevaba un pequeo hato y nada ms en una situacin lamentable, se sinti atrado a la filosofa cnica. Vendi su hacienda - y era una persona de notable p osicin-, logrando reunir unos doscientos talentos, y los reparti entre sus conciudadanos. Y l se dedic a filosofar tan rigurosamente que incluso el comedigrafo Fi- lemn deja mencin de l, cuando dice:

    Y durante el verano llevaba un manto grueso,para ser como Crates, y en invierno unos andrajos.

    Cuenta Diocles que le convenci Digenes de que dejara su hacienda com o pasto para rebaos, y de arrojar al m ar todo el dinero que tena. 88. Y dice tambin que la casa de Crates (fue habitada) por Alejandro, com o la de Hiparquia por Filipo. A menudo se le acercaban algunos de sus parien- tes con la intencin de disuadirle y los ahuyentaba persiguindolos con su bastn, y se mantena firme. Cuenta Demetrio de Magnesia que confi su dinero a cierto banquero, con instrucciones de que, si sus hijos resultaban personas corrientes, se lo entregara; pero si se hacan filsofos, que lo repartiera entre el pueblo, pues aqullos, al dedicarse a la filosofa, no necesitaran nada ms. Eratstenes refiere que de Hiparquia, de la que hablaremos luego, tuvo un hijo, llamado Pasicles, y que, cuando sali del servicio militar, lo condujo a la habitacin de una prostituta, y le dijo que sa era la boda que le dispona su padre.

    89. Deca que los amoros de los adlteros eran un m otivo de tragedia, pues tienen com o pago destierros y asesinatos; mientras que los de los que se lan con heteras resultan cmicos, pues a partir de la intemperancia y la embriaguez concluyen en locura. Herm ano de ste fue Pasicles, discpulo de Euclides.

    Favorino en el libro segundo de sus Recuerdos cuenta un gracioso hecho de Crates. Cuenta, pues, que, al im plorar

  • LIBRO VI, 91 321

    algo de un director de un gimnasio, le agarraba de las caderas. Y como ste se irritara, le dijo: Pues qu, no son stas tan tuyas como las rodillas?77. Deca que es imposible encontrar a alguien sin defecto, sino que, como en una granada, siempre hay un grano pocho. Habiendo irritado al cita- redo Nicdromo, ste le dej la cara sealada por sus golpes. Entonces se peg en la frente una tablilla que tena escrito:90. Obra de Nicdromo.

    Insultaba a propsito a las prostitutas para acostum brarse a las calumnias. A Dem etrio de Falero, que le haba enviado unos panes y vino, se lo reproch, al decir: Ojal que las fuentes dieran tambin panes!. Porque es evidente que beba agua. Al ser detenido por los inspectores de polica de Atenas por ir vestido de muselina, djoles: Hasta a Teofras- to puedo m ostraros envuelto en muselina. Como ellos no se lo crean, los condujo a una barbera y les m ostr a Teo- frasto que se cortaba el pelo. En Tebas fue azotado por el jefe de un gimnasio -o tro s dicen que fue en Corinto por Eutcra- tes- y luego era arrastrado por un pie. Sin darle im portancia, exclam el verso:

    Lo arrastraba agarrndolo de un pie por el celeste atrio78.

    91. Diocles cuenta que fue arrastrado por Menedemo de Eretria. El caso es que ste era de hermoso aspecto y se crea que tena relaciones ntimas con Asclepades de Fliunte. Conque Crates le palme las caderas y dijo: Anduvo por aqu Asclepades?. Por esto se enfureci Menedemo y lo arrastraba, cuando l pronunci aquella frase.

    77. Recurdese que se era el gesto habitual de splica: echarse ante uno y agarrarle de las rodillas (como hace, por ejemplo, Tetis ante Zeus en el canto I de la Ilada).78. Cf. Ilada 1591 (que se refiere a cmo antao Zeus arroj a Hefesto del Olimpo).

  • 322 DGENTS r.AERClO

    Zenn de Citio cuenta en sus Ancdotas que en cierta ocasin cosi una piel de cordero a su vestido, sin miramientos. l era feo de aspecto, y cuando haca gimnasia se rean de l. Acostumbraba decir entonces alzando sus brazos: nimo, Crates! Es por el bien de tus ojos y de todo tu cuerpo. 92. A esos que se burlan, ya los vers, torturados por la enfermedad, felicitarte, mientras se hacen reproches a s mismos por su negligencia.

    Deca que hay que filosofar hasta el momento en que los generales le parezcan a uno conductores de asnos. Com entaba que los que estn acom paados por aduladores estn tan abandonados com o los corderos entre los lobos; pues ni a aqullos ni a stos los acompaan quienes quieren protegerlos, sino daarlos. Al darse cuenta de que se m ora, salmodiaba para s estas palabras:

    Ya te vas, querido jorobado,y partes a los dominios de Hades doblegado por la vejez.

    Pues estaba encorvado por la edad.93. A Alejandro, que le pregunt si quera que se recons

    truyera su patria, le contest: Qu ms da? Probablemente otro Alejandro la arrasar de nuevo. Deca que tena como patria el anonimato y la pobreza, inexpugnables a la Fortuna, y que era conciudadano de Digenes, a quien no pudo atacar la envidia. Tambin lo ha mencionado Menandro en su comedia Las gemelas, as:

    Deambulars conmigo llevando tu sayalcomo en tiempos con el cnico Crates su mujer79.

    Adems, l entreg a su hija en matrimonio, segn l mismo dijo, dejndola treinta das a prueba.

    79. Menandro,/rag. 10 Roerte. ste es el texto ms antiguo en que tenemos atestiguado el adjetivo cnico (Menandro, 342-293 a.C.}.

  • LIBRO VI, 95 323

    Sus discpulos fueron los siguientes:

    M etrocles (s. rv -m a.C .)

    94. Metrocles de Maronea, herm ano de Hiparquia, fue primero alumno de Teofrasto el peripattico, y se hizo tan refinado que, com o una vez en medio de un ejercicio de lectura en la escuela se le escap un pedo, se haba encerrado en su casa abatido por la desesperacin, con la intencin de dejarse m orir de desnimo. Al enterarse Crates, llamado para socorrerlo, acudi a su casa, despus de hartarse a propsito de lentejas, y trababa de persuadirle con sus razonamientos de que no haba hecho nada feo; pues habra sido un milagro impedir la salida de los gases de acuerdo con el proceso natural. Al fin, echndose unos pedos, le convenci, aportando el consuelo con la similitud de las acciones. Desde entonces sigui sus enseanzas y se hizo un hombre cabal en filosofa.

    95. l quem sus propios escritos, segn cuenta H ecatn en el prim er libro de sus Ancdotas, comentando estas palabras80:

    stos son fantasmas de los sueos de los muertos.

    Otros refieren que fueron las lecciones de Teofrasto lo que ech al fuego, citando el verso83:

    Acude ac Hefesto, Tetis ahora te necesita.

    80. Verso de una tragedia de autor no identificado (frag. Adesp., 285 Nauck).81. llaa X V III392.

  • 324 DIGENES LAERCIO

    ste deca que de las cosas unas se adquieren com prndolas con dinero, com o una casa, y otras, con tiempo y dedicacin, com o la educacin. Y de Tembroto lo fue Dem etrio de Alejandra, de Clemenes Timarco de Alejandra y Eque- cles de feso. No slo esto, que Equecles lo fue de Tembroto, adems, como Menedemo, del que vamos a hablar. Tambin Menipo de Sinope destac entre stos.

    Hiparquia (s. iv-ni a.C.)

    96. Tambin qued cautivada por sus doctrinas la herm ana de M etrocles, Hiparquia. Los dos eran de M aronea. Efectivamente, se enam or de Crates, tanto por sus palabras com o por su conducta, al tiempo que no prestaba ninguna atencin a los que la cortejaban, ni a su riqueza, ni a su nobleza ni a su herm osura. Para ella slo exista Crates. Incluso amenaz a sus padres con el suicidio, si no la entregaban a l. Crates entonces fue llamado por los padres para disuadir a la joven y haca todo lo posible para ello. Al final, com o no la convenca, se puso en pie y se desnud de toda su ropa ante ella, y dijo: ste es el novio, sta tu hacienda, delibera ante esta situacin. Porque no vas a ser mi com paera si no te haces con estos m ismos hbitos.

    97. La joven hizo la eleccin y, tom ando el mismo hbito que l, marchaba en compaa de su esposo y se una con l en pblico y asista a los banquetes. Fue precisamente en un banquete en casa de Lismaco donde rebati a Teodoro el apodado el Ateo, dirigindole el sofisma siguiente: lo que no sera considerado un delito si lo hiciera Teodoro tam poco ser considerado delito silo hace Hiparquia. Teodoro no comete delito si se golpea a s mismo, luego tam poco lo comete Hiparquia si golpea a Teodoro. l no replic a esta frase, pero le arranc el vestido. Pero Hiparquia ni se alarm ni qued azorada com o una mujer cualquiera. 98. Sino que,

  • LIBRO VI, 99 325

    cuando l le dijo: sta es la que abandon la lanzadera en el telar?82, respondi: Yo soy, Teodoro. Es que te parece que he tomado una decisin equivocada sobre m misma, al dedicar el tiempo que iba a gastar en el telar en mi educacin?. Esta y otras mil ancdotas se cuentan de la filsofa.

    Se transmite adems de Crates un libro de Cartas, en las que filosofa con excelente m todo, y su estilo es parecido al de Platn. Dej escritas tambin tragedias que tienen un ele- vadsimo carcter filosfico, com o, por ejemplo, se ve en aquello de:

    No es mi patria una sola torre, ni un tejado,mas toda la tierra me sirve de ciudadela y de moradadispuesta a cobijarme.

    Crates muri viejo y fue sepultado en Beoda.

    Menipo (1 .a mitad, s. m a.C.)

    99. Menipo, tambin cnico este, por su ascendencia era un fenicio; un esclavo, segn refiere Acaico en sus libros de tica, Diocles aade que su am o era del Ponto y se llamaba Ba~ tn. Pero por avaricia mendigaba con una tremenda desfachatez y consigui hacerse tebano.

    No escribi nada en serio. Sus libros rebosan incesantes burlas, de igual modo que los de su contemporneo Melea- gro83.

    Cuenta Hermipo que fue prestamista de los de por das y le apodaron as. Incluso se dedicaba a prestar para empresas

    82. Eurpides, Bacantes, 1236.83. La noticia est equivocada, como bien seala M. Gigante. El poeta epigramtico Meleagro de Gdara vivi entre el siglo ii y el i a.C.; l se confesaba mulo de Menipo (Ant. Pal., VIII, 417 ,4) y tal vez esa referencia explique la alusin de Digenes Laercio al poeta.

  • 326 DIGENES LAERCO

    martimas y exiga prendas en garanta, de m odo que reuni muchas riquezas. 100. Al f nal, vcti ma de un complot, sequed despojado de todas y presa de desesperacin abandon la vida ahorcndose. Le hemos compuesto un poemilla jocoso:

    Fenicio de raza, pero un perro de Creta, prestamista de a da (que as le apodaban) fue Menipo, el que acaso conozcas.Ese que, cuando en Tebas se arruin y todo lo perdi, sin reparar en la naturaleza del cnico, se ahorc.

    Algunos dicen que los libros atribuidos a l no son suyos, sino de Dionisio y de Zpiro de Colofn, que, despus de haberlos compuesto en plan de sorna, se los cedieron p orque l poda divulgarlos.

    101. Hubo seis Menipos: prim ero el que escribi sobre los lidios y resumi la historia de Janto; segundo, este de ahora; tercero, un sofista de Estratonicea, de ascendencia ca ria; cuarto, un escultor, y el quinto y el sexto, pintores. Los menciona a ambos Apolodoro.

    En cuanto a los libros del cnico, son trece:Nekuia (En el pas de los muertos).Testamentos.Cartas fingidas de personajes divinos.Contra los fisilogos y matemticos y gramticos.Sobre el nacimiento de Epicuroy el festejado da veinte.Y otros.

    Menedemo (s. m a.C.)

    102. Menedemo fue discpulo de Colotes de Lmpsaco. ste, segn relata Hipboto, se ilusion tanto con la tauma-

  • LIBRO VI, 104 327

    turgia que se paseaba revestido con un disfraz de Erinia, diciendo que haba venido del Hades com o inspector de los pecados que se cometan para denunciarlos a su regreso a las divinidades de all abajo. Su vestimenta era sta: una tnica griscea hasta los pies, ceida con un cinto prpura, un gorro arcdico sobre su cabeza que llevaba bordados los doce signos del zodaco, coturnos trgicos, una barbaza enorme y un bculo de madera de fresno en la m ano84.103. Y stas son las vidas de los cnicos uno a uno. Aadiremos como colofn, adems, los preceptos comunes a ellos, porque juzgamos que tambin esta filosofa es ima escuela, y no, com o afirman algunos, un m odo de vida.

    Deciden, desde luego, prescindir del estudio de la lgica y del de la fsica, ms o menos com o Aristn de Quos, y aplicarse slo al de la tica. Y lo que algunos atribuyen a Scrates, eso lo refiere Diocles de Digenes, asegurando que l dijo:

    Hay que estudiarlo bueno y lo malo que acontece en nuestros hogares85.

    Rechazan los conocimientos generales. Por lo menos An- tstenes deca que los prudentes no deban aprender a leer libros, para no dejarse distraer con escritos ajenos. 104. Prescinden tambin de la geometra, ia msica y los otros saberes semejantes. As Digenes a uno que le mostraba un reloj de sol le dijo: El chisme parece til para no retrasarse para la cena. A un msico que le dio un recital le dijo:

    84. Sobre la relacin entre el epicreo Colotes de Lmpsaco y Menedemo hay un excelente libro: W. Crnert, Kolotes und Menedemus, ms- terdam, 1965. Lo del disfraz fantasmal de Menedemo parece ser una historia falsa, inventada por Menipo tal vez.85. Verso de Odisea IV 392.

  • 328 DIGENES LAERCIO

    Con los consejos de los hombres se gobiernan bien las[ciudades y

    se rige bien la familia, no con los sones de la lira y la flauta86.

    Sostienen que el fin de la vida es vivir de acuerdo con la virtud, como dice Antstenes en el Heracles, de m odo parecido a los est