Gabriela Mistral

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Desolaci ón Tala Ternura Lagar

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Gabriela Mistral. Desolación Tala Ternura Lagar. La Maestra Rural. A Federico de Onís La Maestra era pura. "Los suaves hortelanos", decía, "de este predio, que es predio de Jesús, han de conservar puros los ojos y las manos, guardar claros sus óleos, para dar clara luz". - PowerPoint PPT Presentation

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Desolación

Tala

Ternura

Lagar

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A Federico de Onís

La Maestra era pura. "Los suaves hortelanos",decía, "de este predio, que es predio de Jesús,han de conservar puros los ojos y las manos,guardar claros sus óleos, para dar clara luz".

La Maestra era pobre. Su reino no es humano.(Así en el doloroso sembrador de Israel.)Vestía sayas pardas, no enjoyaba su mano¡y era todo su espíritu un inmenso joyel!

La Maestra era alegre. ¡Pobre mujer herida!Su sonrisa fue un modo de llorar con bondad.Por sobre la sandalia rota y enrojecida,tal sonrisa, la insigne flor de su santidad.

¡Dulce ser! En su río de mieles, caudaloso,largamente abrevaba sus tigres el dolor!Los hierros que le abrieron el pecho generoso¡más anchas le dejaron las cuencas del amor!

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¡Oh, labriego, cuyo hijo de su labio aprendíael himno y la plegaria, nunca viste el fulgordel lucero cautivo que en sus carnes ardía:pasaste sin besar su corazón en flor!

Campesina, ¿recuerdas que alguna vez prendistesu nombre a un comentario brutal o baladí?Cien veces la miraste, ninguna vez la viste¡y en el solar de tu hijo, de ella hay más que de ti!

Pasó por él su fina, su delicada esteva,abriendo surcos donde alojar perfección.La albada de virtudes de que lento se nievaes suya. Campesina, ¿no le pides perdón?

Daba sombra por una selva su encina hendidael día en que la muerte la convidó a partir.Pensando en que su madre la esperaba dormida,a La de Ojos Profundos se dio sin resistir.

Y en su Dios se ha dormido, como en cojín de luna;almohada de sus sienes, una constelación;canta el Padre para ella sus canciones de cuna¡y la paz llueve largo sobre su corazón!

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Como un henchido vaso, traía el alma hechapara volcar aljófares sobre la humanidad;y era su vida humana la dilatada brechaque suele abrirse el Padre para echar claridad.

Por eso aún el polvo de sus huesos sustentapúrpura de rosales de violento llamear.¡Y el cuidador de tumbas, cómo aroma, me cuenta,las plantas del que huella sus huesos, al pasar!

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EL ENCUENTROLe he encontrado en el sendero.No turbó su ensueño el aguani se abrieron más las rosas.Abrió el asombro mi alma.¡Y una pobre mujer tienesu cara llena de lágrimas!

Llevaba un canto ligeroen la boca descuidada,y al mirarme se le ha vueltograve el canto que entonaba.Miré la senda, la halléextraña y como soñada.¡Y en el alba de diamantetuve mi cara con lágrimas!

Siguió su marcha cantandoy se llevó mis miradas...

EL ENCUENTROLe he encontrado en el sendero.No turbó su ensueño el aguani se abrieron más las rosas.Abrió el asombro mi alma.¡Y una pobre mujer tienesu cara llena de lágrimas!

Llevaba un canto ligeroen la boca descuidada,y al mirarme se le ha vueltograve el canto que entonaba.Miré la senda, la halléextraña y como soñada.¡Y en el alba de diamantetuve mi cara con lágrimas!

Siguió su marcha cantandoy se llevó mis miradas...

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Detrás de él no fueron másazules y altas las salvias.¡No importa! Quedó en el aireestremecida mi alma.¡Y aunque ninguno me ha heridotengo la cara con lágrimas!

Esta noche no ha veladocomo yo junto a la lámpara;como él ignora, no punzasu pecho de nardo mi ansia;pero tal vez por su sueñopase un olor de retamas,¡porque una pobre mujertiene su cara con lágrimas!

Iba sola y no temía;con hambre y sed no lloraba;desde que lo vi cruzar,mi Dios me vistió de llagas.

Mi madre en su lecho rezapor mí su oración confiada.¡Pero yo tal vez por siempretendré mi cara con lágrimas!

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NOCTURNONOCTURNO

Padre Nuestro que estás en los cielos,¡por qué te has olvidado de mí!Te acordaste del fruto en febrero,al llagarse su pulpa rubí.¡Llevo abierto también mi costado,y no quieres mirar hacia mí!

Te acordaste del negro racimo,y lo diste al lagar carmesí;y aventaste las hojas del álamo,con tu aliento, en el aire sutil.¡Y en el ancho lagar de la muerteaun no quieres mi pecho oprimir!

Caminando vi abrir las violetas;el falerno del viento bebí,y he bajado, amarillos mis párpados,por no ver más enero ni abril.

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Y he apretado la boca, anegadade la estrofa que no he de exprimir.¡Has herido la nube de otoñoy no quieres volverte hacia mí!

Me vendió el que besó mi mejilla;me negó por la túnica ruin.Yo en mis versos el rostro con sangre,como Tú sobre el paño, le di.Y en mi noche del Huerto, me han sidoJuan cobarde y el Ángel hostil.

Ha venido el cansancio infinitoa clavarse en mis ojos, al fin:el cansancio del día que muerey el del alba que debe venir;¡el cansancio del cielo de estañoy el cansancio del cielo de añil!

Ahora suelto la mártir sandaliay las trenzas pidiendo dormir.Y perdida en la noche, levantoel clamor aprendido de Ti:¡Padre Nuestro que estás en los cielos,por qué te has olvidado de mí!

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LOS SONETOS DE LA MUERTE I

Del nicho helado en que los hombres te pusieron,te bajaré a la tierra humilde y soleada.Que he de dormirme en ella los hombres no supieron,y que hemos de soñar sobre la misma almohada.

Te acostaré en la tierra soleada con unadulcedumbre de madre para el hijo dormido,y la tierra ha de hacerse suavidades de cunaal recibir tu cuerpo de niño dolorido.

Luego iré espolvoreando tierra y polvo de rosas,y en la azulada y leve polvareda de luna,los despojos livianos irán quedando presos.

Me alejaré cantando mis venganzas hermosas,¡porque a ese hondor recóndito la mano de ningunabajará a disputarme tu puñado de huesos!

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II

Este largo cansancio se hará mayor un día,y el alma dirá al cuerpo que no quiere seguirarrastrando su masa por la rosada vía,por donde van los hombres, contentos de vivir...

Sentirás que a tu lado cavan briosamente,que otra dormida llega a la quieta ciudad.Esperaré que me hayan cubierto totalmente...¡y después hablaremos por una eternidad!

Sólo entonces sabrás el por qué no madurapara las hondas huesas tu carne todavía,tuviste que bajar, sin fatiga, a dormir.

Se hará luz en la zona de los sinos, oscura;sabrás que en nuestra alianza signo de astros habíay, roto el pacto enorme, tenías que morir...

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III

Malas manos tomaron tu vida desde el díaen que, a una señal de astros, dejara su plantelnevado de azucenas. En gozo florecía.Malas manos entraron trágicamente en él...

Y yo dije al Señor: -"Por las sendas mortalesle llevan. ¡Sombra amada que no saben guiar!¡Arráncalo, Señor, a esas manos fataleso le hundes en el largo sueño que sabes dar!

¡No le puedo gritar, no le puedo seguir!Su barca empuja un negro viento de tempestad.Retórnalo a mis brazos o le siegas en flor"

Se detuvo la barca rosa de su vivir...¿Que no sé del amor, que no tuve piedad?¡Tú, que vas a juzgarme, lo comprendes, Señor!

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LA COPALA COPA

Yo he llevado una copade una isla a otra isla sin despertar el agua.Si la vertía, una sed traicionaba;por una gota, el don era caduco;perdida toda, el dueño lloraría.

No saludé las ciudades;no dije elogio a su vuelo de torres,no abrí los brazos en la gran Pirámideni fundé casa con corro de hijos.

Pero entregando la copa, yo dijecon el sol nuevo sobre mi garganta:-"Mis brazos ya son libres como nubes sin dueñoy mi cuello se mece en la colina,de la invitación de los valles."

Mentira fue mi aleluya: miradme.Yo tengo la vista caída a mis palmas;camino lenta, sin diamante de agua;callada voy, y no llevo tesoro,¡y me tumba en el pecho y los pulsosla sangre batida de angustia y de miedo!

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ADIÓS

En costa lejanay en mar de Pasión,dijimos adiosessin decir adiós.Y no fue verdadla alucinación.Ni tú la creísteni la creo yo,"y es cierto y no es cierto"como en la canción.

Que yendo hacia el Surdiciendo iba yo:-Vamos hacia el marque devora al Sol.

Y yendo hacia el Nortedecía tu voz:-Vamos a ver juntosdónde se hace el Sol.

Ni por juego digaso exageraciónque nos separarontierra y mar, que sonella, sueño, y élalucinación.

No te digas soloni pida tu vozalbergue para unoal albergador.Echarás la sombraque siempre se echó,morderás la dunacon paso de dos...

¡Para que ninguno,ni hombre ni dios,nos llame partidoscomo luna y sol;para que ni rocani viento errador,ni río con vadoni árbol sombreador,aprendan y diganmentira o errordel Sur y del Norte,del uno y del dos!

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MURO

Muro fácil y extraordinario,muro sin peso y sin color:un poco de aire en el aire.Pasan los pájaros de un sesgo,pasa el columpio de la luz,pasa el filo de los inviernoscomo el resuello del verano;pasan las hojas en las ráfagasy las sombras incorporadas.

¡Pero no pasan los alientos,pero el brazo no va a los brazosy el pecho al pecho nunca alcanza!

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DÍA

Día, día del encontrarnos,tiempo llamado Epifanía.Día tan fuerte que llegócolor tuétano y ardentía,sin frenesí sobre los pulsosque eran tumulto y agonía,tan tranquilo como las lechesde las vacadas con esquilas.

Día nuestro, por qué camino,bulto sin pies, se allegaría,que no supimos, que no velamos,que cosa alguna lo decía,que no silbamos a los cerrosy él sin pisada se venía.

Parecían todos iguales,y de pronto maduró un Día.Era lo mismo que los otros,como son cañas y son olivas,y a ninguno de sus hermanos,como José, se parecía.

Le sonriamos entre los otros.Tenga talla sobre los días,como es el buey de grande alzaday es el carro de las gavillas.

Lo bendigan las estaciones,Nortes y Sures lo bendigan,y su padre, el año, lo escojay lo haga mástil de la vida.

No es un río ni es un país,ni es un metal: se llama un Día.Entre los días de las grúas,de las jarcias y de las trillas,entre aparejos y faenas,nadie lo nombra ni lo mira.

Lo bailemos y lo digamospor galardón de Quien lo haría,por gratitud de suelo y aire,por su regato de agua viva,antes que caiga como pavesay como cal que moleríany se vuelquen hacia lo Eternosus especies de maravilla.

¡Lo cosamos en nuestra carne,en el pecho y en las rodillas,y nuestras manos lo repasen,y nuestros ojos lo distingan,y nos relumbre por la nochey nos conforte por el día,como el cáñamo de las velasy las puntadas de las heridas!

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MECIENDO

El mar sus millares de olasmece, divino.Oyendo a los mares amantes,mezo a mi niño.

El viento errabundo en la nochemece los trigos.Oyendo a los vientos amantes,mezo a mi niño.

Dios Padre sus miles de mundosmece sin ruido.Sintiendo su mano en la sombra

mezo a mi niño.

DAME LA MANO

A Tasso de Silveira.

Dame la mano y danzaremos;dame la mano y me amarás.Como una sola flor seremos,como una flor, y nada más...

El mismo verso cantaremos,al mismo paso bailarás.Como una espiga ondularemos,como una espiga, y nada más.

Te llamas Rosa y yo Esperanza;pero tu nombre olvidarás,porque seremos una danzaen la colina, y nada más...

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LA CUENTA-MUNDO

Niño pequeño, aparecido,que no viniste y que llegaste,te contaré lo que tenemos

y tomarás de nuestra parte.

EL AIRE

Esto que pasa y que se queda,esto es el Aire, esto es el Aire,y sin boca que tú le veaste toma y besa, padre amante.¡Ay, le rompemos sin romperle;herido vuela sin quejarse,y parece que a todos llevay a todos deja, por bueno, el Aire...

LA LUZ

Por los aires anda la Luzque para verte, hijo, me vale.Si no estuviese, todas las cosasque te aman no te mirasen;en la noche te buscarían,todas gimiendo y sin hallarte.

Ella se cambia, ella se truecay nunca es cosa de saciarse.Amar el mundo nos creemos,pero amamos la Luz que cae.

La Bendita, cuando nacías,tomó tu cuerpo para llevarte.Cuando yo muera y que te deje,¡síguela, hijo, como a tu madre!

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PIECECITOS

A doña Isaura Dinator.

Piececitos de niño,azulosos de frío,¡cómo os ven y no os cubren,Dios mío!

¡Piececitos heridospor los guijarros todos,ultrajados de nievesy lodos!

El hombre ciego ignoraque por donde pasáis,una flor de luz vivadejáis;

que allí donde ponéisla plantita sangrante,el nardo nace másfragante.

Sed, puesto que marcháispor los caminos rectos,heroicos como soisperfectos.

Piececitos de niño,dos joyitas sufrientes,¡cómo pasan sin veroslas gentes!

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LA HUELLA

Del hombre fugitivosólo tengo la huella,el peso de su cuerpo,el viento que lo lleva.Ni señales ni nombre,ni el país ni la aldea;solamente la conchahúmeda de su huella;solamente esta sílabaque recogió la arena¡y la Tierra -Verónicaque me lo balbucea!

Solamente la angustiaque apura su carrera;los pulsos que lo rompen,el soplo que jadea,el sudor que lo luce,la encía con dentera,¡y el viento seco y duroque el lomo le golpea!

Y el espinal que salta,la marisma que vuela,la mata que lo esconde,y el sol que lo confiesa,la duna que lo ayuda,la otra que lo entrega,¡y el pino que lo tumbay el Dios que lo endereza!

Y su hija, la sangre,que tras él lo vocea:la huella, Dios mío,la pintada huella:el grito sin boca,la huella la huella!

Su señal la comanlas santas arenas.Su huella tápenlalos perros de niebla.Le tome de un saltola noche que llegasu marca de hombredulce y tremenda.

Yo veo, yo cuentolas dos mil huellas.¡Voy corriendo, corriendola vieja Tierra,rompiendo con la míasu pobre huella!¡O me paro y la borranmis locas trenzas,o de bruces mi bocalame la huella!

Pero la Tierra blancase vuelve eterna;se alarga inacabableigual que la cadena;se estira en una cobraque el Dios Santo no quiebra¡y sigue hasta el términodel mundo la huella!

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LA ABANDONADA

A Emma Godoy

Ahora voy a aprendermeel país de la acedía,y a desaprender tu amorque era la sola lengua mía,como río que olvidaselecho, corriente y orillas.

¿Por qué trajiste tesorossi el olvido no acarrearías?Todo me sobra y yo me sobrocomo traje de fiesta para fiesta no habida;¡tanto, Dios mío, que me sobrami vida desde el primer día!

Denme ahora las palabrasque no me dio la nodriza.Las balbucearé dementede la sílaba a la sílaba:palabra "expolio", palabra "nada",y palabra "postrimería",¡aunque se tuerzan en mi bocacomo las víboras mordidas!

Me he sentado a mitad de la Tierra,amor mío, a mitad de la vida,a abrir mis venas y mi pecho,a mondarme en granada viva,y a romper la caoba rojade mis huesos que te querían.

Estoy quemando lo que tuvimos:los anchos muros, las altas vigas,descuajando una por unalas doce puertas que abríasy cegando a golpes de hachael aljibe de la alegría.

Voy a esparcir, voleada,la cosecha ayer cogida,a vaciar odres de vinoy a soltar aves cautivas;a romper como mi cuerpolos miembros de la "masía"y a medir con brazos altosla parva de las cenizas.

¡

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Cómo duele, cómo cuesta,cómo eran las cosas divinas,y no quieren morir, y se quejan muriendo,y abren sus entrañas vívidas!Los leños entienden y hablan,el vino empinándose miray la banda de pájaros subetorpe y rota como neblina.

Venga el viento, arda mi casamejor que bosque de resinas;caigan rojos y sesgadosel molino y la torre madrina.¡Mi noche, apurada del fuego,mi pobre noche no llegue al día!

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LA FUGITIVA

Árbol de fiesta, brazos anchos,cascada suelta, frescor vivoa mi espalda despeñados:¿quién os dijo de pararmey silabear mi nombre?

Bajo un árbol yo tan sólolavaba mis pies de marchascon mi sombra como rutay con el polvo por saya.

¡Qué hermoso que echas tus ramasy que abajas tu cabeza,sin entender que no tengodiez años para aprendermetu verde cruz que es sin sangrey el disco de tu peana!

Atísbame, pino-cedro,con tus ojos verticales,y no muevas ni descuajeslos pies de tu terrón vivo:que no pueden tus pies nuevoscon rasgones de los cactusy encías de las risqueras.

Y hay como un desasosiego,como un siseo que corredesde el hervor del zodíacoa las hierbas erizadas.Viva está toda la nochede negaciones y afirmaciones,las del Ángel que te manday el mío que con él lucha.

Y un azoro de mujerllora a su cedro de Líbanocaído y cubierto de noche,que va a marchar desde el albasin saber ruta ni polvoy sin volver a ver mássu ronda de dos mil pinos.

¡Ay, árbol mío, insensatoentregado a la ventiscaa canícula y a bestiaal azar de la borrasca.Pino errante sobre la Tierra!

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AMANECER

Hincho mi corazón para que entrecomo cascada ardiente el Universo.El nuevo día llega y su llegadame deja sin aliento.Canto como la gruta que es colmadacanto mi día nuevo.

Por la gracia perdida y recobradahumilde soy sin dar y recibiendohasta que la Gorgona de la nocheva, derrotada, huyendo.

MAÑANA

Es ella devuelta, es ella devuelta.Cada mañana la misma y otra.Que lo esperado ayer y siempreha de llegar esta mañana:

Mañanas de manos vacías,que prometieron y defraudaron.Mirar abrirse otra mañanasaltar como el ciervo del Estedespierta, feliz y nueva,vívida, alácrita y rica de obras.

Alce el hermano la cabezacaída al pecho y recíbala.Sea digno de la que saltay como alción se lanza y subealción dorado que baja cantando¡Aleluya, aleluya, aleluya!

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ATARDECER

Siento mi corazón en la dulzurafundirse como ceras:son un óleo tardoy no un vino mis venas,y siento que mi vida se va huyendocallada y dulce como la gacela.

NOCHE

Las montañas se deshacen

el ganado se ha perdido;el sol regresa a su fragua:todo el mundo se va huido.

Se va borrando la huerta,la granja se ha sumergidoy mi cordillera sumesu cumbre y su grito vivo.

Las criaturas resbalande soslayo hacia el olvido,y también los dos rodamoshacia la noche, mi niño.