Grecia Clasica

44

description

arquitectura en la Grecia clasica.

Transcript of Grecia Clasica

Page 1: Grecia Clasica

tll~Vd ~tiWI~d

Page 2: Grecia Clasica
Page 3: Grecia Clasica

Introducción

Frente a las múltiples y fecundas búsquedas del arcaísmo victorioso, puede parecer que la creación arquitectónica durante el período clásico, desde las grandes batallas contra los persas hasta el advenimiento de Alejandro (336 antes de J .C.), marca una pausa relativa y se limita a llevar a un completo agotamiento los tipos y las formas adoptadas para las construcciones de fines del siglo VI. Calma engañosa que puede resuli:ar del equilibrio, de la perfección técnica, del juego de las proporciones matemáticas. En realidad, profundas corrientes innovadoras y un movimiento de creación continua modifican y transforman una arquitectura que, ateniéndonos a algunos ejemplos llamados <<clásicos>>, podría aparecer como el resultado de fórmulas y recetas cuidadosamente elaboradas por los maestros del período anterior.

Pero más estrechamente que en el siglo VI, la evolución de las estructuras arqui­tectónicas está ligada a la historia, a las transformaciones políticas y sociales que van a agitar la vida de las ciudades y a modificar el aspecto del mundo griego en el curso de los siglos v y IV. Los grandes momentos de la historia griega imprimen entonces su sello a las creaciones arquitectónicas que encuentran por ellos su completa explicación y su justo valor.

Salida victoriosa de las luchas contra los persas y hábil para sacar partido de las victorias de Salamina y de Platea, que consagraban el repliegue de las fuerzas de Jerjes, forzadas a repasar los estrechos en Sestos, Atenas supo transcribir pronto en el bronce (trípode de Platea) y en el mármol (pórtico de los atenienses en Delfos) el recuerdo de su valor. Hábiles hombres de Estado supieron extraer las lecciones políticas y dar a su ciudad los medios de sus aspiraciones a la hegemonía. Los grandes programas de construcción en la Acrópolis, lanzados por Pericles a mediados del siglo, traducen el predominio ateniense, al mismo tiempo que expresan la búsqueda de una política panhelénica que llevaba en sí misma los gérmenes de su destrucción. En la ciudad triunfante, donde el sentido y los intereses de la comunidad frenan y reprimen las preocupaciones individuales, la arquitectura se pone al servicio de la polis; únicamente los edificios públicos son el objeto de todos los cuidados y se inscriben en los progra­mas de construcción. La casa del ciudadano se borra y, en consecuencia, Alcibíades produce escándalo porque confía la decoración de su mansión a un pintor de re­nombre.

1 - SEGESTO: EL TEMPLO DORICO. 3

Page 4: Grecia Clasica

En la Acrópolis de Atenas, belleza del conjunto, elegancia.de cada edificio, perfección técnica y rapidez de ejecución, llenaron de asombro a los contemporáneos que admiraban una obra que lleva en sí <~un espíritu y un alma que los rejuvenecen sin cesar y los preservan de la vejezf> (Plutarco). Arquitectos y técnicos del A ti ca reciben con ello un acrecimiento de celebridad y son objeto de numerosas solicitaciones. Después del año 430, se los encuentra durante varios decenios en los talleres de construcción de Bassae, de la tolos de Delfos, del templo de Apolo en Delos; acompa­ñan las entregas de mármol pentélico en Epidauro.

En el curso de este período, el equilibrio de fuerzas en el mundo griego occidental se opone a una penetración ateniense. Se traduce por una estabilización de las formas arquitectónicas. En ninguna parte mejor que en el Oeste se aprehende tan claramente la expansión, la estabilidad, luego la fijeza de las reglas clásicas. Por una especie de fidelidad estática a las tradiciones helénicas frente a las amenazas cartaginesas, conte­nidas, pero no destruidas, por la victoria de Hímera en el año 480, las ciudades griegas de Occidente ven agotarse las fuerzas de inspiración creadora; nós dan los más bellos ejemplos, como el templo de · Segesta o el de la Concordia en Agrigento, de lo que podía ofrecer el equilibrio y las proporciones clásicas, pero nos señalan también sus límites.

En el Este, donde tan ímponentes realizaciones habían caracterizado la época arcaica, la dominación persa primero, luego la dura hegemonía del imperialismo ateniense, van a agotar durante el siglo v los recursos de estas ciudades a la vez que su vena creadora. Hay que esperar al siglo IV para que los acontecimientos históricos y las transformaciones políticas originen una resurrección de la vida de las ciudades y un rejuvenecímiento cuyos efectos serán fecundos. A través de las rudas vicisitudes que atravesaron estas ciudades, las tradiciones filosóficas, morales y políticas no se habían borrado. La reflexión política sobre el papel y el lugar del ciudadano en la polis se hace recaer sobre el marco mismo en que debe ejercer su actividad; resulta de ello, en la escuela milesia en particular, de la que Hipodamos se convierte en un símbolo,

Page 5: Grecia Clasica

3 - SEGESTO. EL TEMPLO DORICO VISTO DESDE LA COLINA DEL TEATRO.

una expansión de las teorías nuevas sobre la estructura y la disposición de las ciudades. A partir del siglo v se establecen las bases de un urbanismo racional que alcanza su pleno desenvolvimiento en el siglo IV y entraña la creación de una nueva arquitectura urbana en el momento mismo en que las instituciones de la ciudad se debilitan. Sus creaciones constituyen un capítulo original de la historia de la arquitectura griega clásica.

Es también en esta tierra anatoliana, cuyo destino es encontrarse en el cruce de tantas civilizaciones, donde se produce hacia mediados del siglo IV un encuentro fecundo entre las técnicas helénicas y las influencias venidas del imperio aqueménida. Los sátrapas de Caria, que representan el poder del gran rey, seducidos por los refinamientos de un helenismo todavía dinámico, organizan en los territorios que les son confiados un marco arquitectónico en el que las . composiciones de conjunto enlazan con éxito y originalidad una inspiración aqueménida con formas helénicas.

5

Page 6: Grecia Clasica

Un espíritu nuevo se introduce por ellos en la arquitectura griega que la evolución política y la extensión del helenismo orientan, en el curso de los siglos siguientes, hacia concepciones y fórmulas más monumentales. Con ellos nace la arquitectura suntuosa que acrece y amplifica los tipos de la arquitectura tradicional de la ciudad. Un movimiento comparable y paralelo nace y se agranda casi al mismo tiempo en otro punto del mundo griego. El aumento de poder de los reyes de Macedonia, sus esfuer­zos perseverantes por imponerse, y luego integrarse en el helenismo, los llamamien­tos-escuchados-que dirigen a los grandes artistas del momento para atraerlos a Macedonia, contribuyen a la creación de una arquitectura de ostentación en la que los palacios, las grandes mansiones de los caudillos y de los altos funcionarios transforman los caracteres de una arquitectura primitivamente al servicio casi exclusivo de la comunidad. Para producir más grandiosidad y fastuosidad, las estructuras se enrique­cen, los valores decorativos se imponen, las fachadas monumentales se desenvuelven a expensas tan solo de las composiciones funcionales. Llegamos así al borde de la gran arquitectura suntuosa de los tiempos helenísticos.

6

Page 7: Grecia Clasica

Estos puntos de vista sobre las condiciones históricas de la evolución de la arquitectura en el curso de los siglos v y IV dejan entrever la complejidad de las corrientes que nacen y se desarrollan a retaguardia de las formas aparentemente congeladas y demasiado rápidamente consideradas, a veces, como defmitivas. Antes que una presentación estrictamente cronológica que disimularía la continuidad de las búsquedas, hemos preferido un estudio que, después de haber mostrado y definido las formas llamadas clásicas, tal como se fijaron en algunos templos de Grecia y sobre todo de la Grecia occidental, tratase de sacar a luz las corrientes profundas que animan y hacen evolucionar las creaciones arquitectónicas todo a lo largo de los siglos v y rv, debiendo, para ello, volver sobre los diversos aspectos de un mismo edificio en pasajes diferentes de la demostración. El esfuerzo de creación continuo y el origen de las formas y de las estructuras utilizadas aparecerán con más realce en el movimiento mismo de su invención por el arquitecto.

La expansión de las formas clásicas

Si prescindimos del templo de Zeus en Olimpia, es sin duda en la Grecia occi­dental donde se conservaron las más bellas realizaciones de la arquitectura religiosa clásica; el templo de Hera (o E) en Selinonte, sobre la colina de Marinella; en Siracusa, el templo de Atenea, como embutido en la catedral; en Segesta, un templo anónimo, enmarcado en su magnífico paisaje de montaña; en fin, los templos finamente labrados llamados de Juno Lacinia y de la Concordia, en la arista rocosa que forma el límite meridional del lugar de Agrigento, y el poderoso templo de Hera II (llamado de Poseidón) en Paestum, en la suntuosa coloración amarilla de su caliza conchífera, constituyen otros tantos ejemplos de la implantación definitiva de los valores clásicos, último envío de la nietrópoli a sus colonias del Oeste, donde esta expansión habría de alcanzar sus propios límites.

Consagrado a Hera después de la victoria sobre Cartago, el templo E de Selinonte señalaba el fin de los caracteres específicos de la planta indígena, definitivamente absorbida en la estructura y las líneas del peristilo, cuyo volumen y proporciones están más cercanos al templo de Zeus en Olimpia que a los templos anteriores de la acrópolis vecina. Unicamente sub"sistían, como un recuerdo, el alargamiento de la planta (6 x 15 columnas), y la presencia del antiguo áditon, en forma de una pequeña sala, un poco elevada y ampliamente abierta en el fondo de la cella. Pero un pronaos con dos columnas in antis, al que correspondía un opistodomos de la misma estructura y de las mismas dimensiones, reemplazaba las fachadas más amplias y más monumen­tales de los templos D, C, F y G. Además, innovación fundamental, en las plantas de la Grecia occidental, la relación clásica asociaba la columnata exterior y la cella que, precedentemente, era tratada por sí misma en el interior de un peristilo con amplia galería. El frente de las antas está alineado sobre la tercera columna de los lados largos del peristilo y el paramento exterior de cada uno de los muros laterales está colocado sobre el eje de cada una de las segundas columnas de la fachada: relación casi geomé­trica, importada de la metrópoli. La columnata es tratada con una potencia y una densidad que rompen con la ligereza de las construcciones anteriores. El intercolumnio es apenas superior al diámetro inferior (2,45 m. para 2,27 m.), de donde la fuerza y la

7

Page 8: Grecia Clasica

6- SELINONTE. COLINA DE MARINELLA, TEMPLO E LLAMADO DE HERA. LA CELLA Y SU ADITON.

solidez de esta alineación; la columna misma está más apilada; la relación entre el diámetro inferior y la altura es, como en Olimpia, de 4,5, mientras que era de 5,1 en el templo F y de 4,56 en el templo C. Otro detalle concurre a reforzar esta impresión. La contracción de los tramos angulares, que se hace necesaria por la aplicación de las dos reglas, frecuentemente contradictorias, que imponían dos triglifos para formar el ángulo del friso y exigían una correspondencia entre el eje del triglifo y el de la columna, no era aplicada en los templos de la acrópolis; la metopa de ángulo era alargada para compensar el desplazamiento del triglifo hacia el exterior y todos los tramos se hacían iguales; aquí, la reducción del último tramo es importante (0,32 m.), porque comprime el ritmo de la columnata en los ángulos, dejando en franquicia el papel privilegiado de los soportes angulares en la columnata peristilo. La aplicación de estas reglas, que se hicieron clásicas, trataba de aumentar la potencia de la columnata, de darle más equilibrio, de dibujar y de unificar más fuertemente los volúmenes exteriores, pero encerraba la creación en un sistema de relaciones y de proporciones, con riesgo de transformarse en fórmulas, como ocurre en los últimos templos cons­truidos en 1~ acrópolis de Selinonte a mediados de siglo. No presentan ya ningún rasgo original.

5- SELINONTE. COLINA DE MARINELLA, TEMPLO E LLAMADO DE HERA. EL PERISTILO OCCIDENTAL. 9

Page 9: Grecia Clasica

7 - SELINONTE. COLINA DE MARINELLA, TEMPLO E LLAMADO DE HERA. EL ORDEN DORICO (DETALLE) .

Otros dos templos de Sicilia, de planta y de estilo muy comparables, fueron sin duda consagrados en ocasión de la misma victoria sobre los cartagineses, uno construi­do por Terón, tirano de Agrigento, en el lugar mismo de la batalla en Hímera, el otro dedicado a Atenea por Gelón, en la vieja ciudad de Siracusa, al lado del templo jónico recientemente descubierto. Se volvió entonces al orden dórico, mejor adaptado y más conforme con los orígenes de la ciudad. Los arquitectos de los dos edificios abando­naron completamente las tradiciones siciÍianas; se trata de perípteros de 6 x 14 columnas, que comprenden el sekos tradicional con pronaos, opistodomos y cella única. Los mismos caracteres se encuentran en altura en el orden exterior, vigoroso con sus columnas estríadas y fuertemente garbosas por el éntasis; están coronadas de capiteles sólidamente perfilados. El templo de Siracusa permite reconocer la curiosa alineación de sus columnas engastadas en los muros de una iglesia cuya primera planta remonta al siglo vu, fecha en la que el obispo Zosimius transformó el templo de Atenea en una basílica de tres naves, correspondiendo las laterales a las dos galerías del peristilo y la nave central al sekos; los muros fueron horadados con arcadas para establecer la comunicación; el Renacimiento, luego el barroco siciliano, la revistieron con diversos ornamentos; hoy día es la catedral de Siracusa. La influencia de los talleres de construcción de la metrópoli es profunda, no solo, como en Selinonte, en el sistema de relaciones entre los vanos y las plantas de las columnatas, en el modo de

10

Page 10: Grecia Clasica

8 - SEGESTO. EL TEMPLO DORICO VISTO DESDE EL SUDESTE.

implantación de la cella, idéntico al del templo de Hera en Selinonte, sino también en la doble contracción que afecta a los dos últimos tramos en cada extremidad de las columnatas, primer ejemplo en la Grecia occidental de esta disposición compleja impuesta por el ritmo del friso dórico, y que se hace repercutir en la altura del edificio, del estilóbato al entablamento. ¿Era la influencia del templo jónico vecino, o se trataba de la intrusión de tendencias nuevas? Una búsqueda decorativa dulcificaba la severi­dad del dórico occidental: en el frontón de la fachada vuelta hacia el mar, resplandecía un gran escudo dorado; las puertas de la cella eran célebres por sus ornamentos en marfil; en fin, los paramentos de los muros interiores constituían el soporte de pinturas que representaban combates de caballería y los retratos de algunos príncipes siracusa­nos (Cicerón: Verrinas, IV, LV, 122-123).

De estructura muy comparable a los dos templos de Siracusa y de Hímera, pero animado de cierta extraña potencia, se levanta todavía el templo de Segesta en su admirable paisaje. No sabemos dónde radica su fuerza excepcional: ¿en el marco de montañas?; ¿en el valor coloreado ~el material?; ¿en la impresión de inacabamiento que

11

Page 11: Grecia Clasica

IO - SEGESTO. TEMPLO DORICO, ANGULO SUDESTE. EL ENTABLAMENTO.

deja una estereotomía, con todo muy estricta?; ¿en la ausencia de todo rastro de cella en el interior de ese vacío, bien delimitado, sin embargo, por la columnata, aislada, completa, con su entablamento y sus frontones?; ¿en el puro esbozo geométrico, sin decoración y sin adorno alguno, donde se inscribe esta creación arquitectónica, com­pletamente descarnada?; ¿en ese puro juego de líneas y de volúmenes simples que se desenvuelven en el espacio y la luz sin fallo y sin ruptura? Está puesto ahí como una especie de símbolo geométrico de la arquitectura griega en los límites mismos de la penetración helénica en Sicilia occidental. Tiene las mismas proporciones que los templos de Siracusa y de Hímera (6 x 14 columnas; 23,12 m. x 58,03 m. en el estiló bato) y es la obra de un equipo que trabajaba con los mismos principios mate­máticos: relación de los tramos con el diámetro inferior de las columnas (2,23 en Segesta; 2,11 en Siracusa; 2,23 eh Hímera), columnas apenas más esbeltas (altura/diá-

~ • SEGESTO. TEMPLO DORICO. LA KREPIS Y LA COLUMNATA MERIDIONALES. 13

Page 12: Grecia Clasica

I I - AGRIGENTO . EL TEMPLO DE HERA LACINIA VISTO DESDE EL ESTE.

metro inferior: 4,8 en Segesta. 4,54 en Siracusa; 4, 7 en el templo de Zeus en O limpia); únicamente los capiteles presentan un perfil más seco. La doble contracción en los ángulos, lo mismo que en Siracusa, comienza al nivel de la krepis y repercute hasta el entablamento.

Parece indiscutible que arquitectos y equipos, venidos de Grecia o profundamen­te influidos por las construcciones clásicas de comienzos del siglo, recibieron y ejecu­taron los encargos de las ciudades sicilianas durante este período.

A la masa y a la potencia de este grupo de edificios se oponen la elegancia y la ligereza de los dos templos de Agrigento llamados de Juno Lacinia y de la Concordia, que fueron construidos sin duda en una fecha más reciente, hacia mediados del siglo. Por sus proporciones sobre todo (16,91 m. x 38,10 m., con 6 x 13 columnas, para el primero; 16,92 m. x 39,42 m., con 6 x 13 columnas, para el segundo), están más próximos a los templos de Grecia propiamente dicha que los otros edificios de Sicilia. Ambos parecen surgir naturalmente de la arista rocosa que, de Este a Oeste, constituye el límite meridional de la ciudad, jalonada al exterior por los restos de las murallas y reservada toda ella a las divinidades de la ciudad.

El templo de la Concordia es uno de los edificios mejor conservados del mundo

14

Page 13: Grecia Clasica

I2- AGRIGENTO. TEMPLO DE LA CONCORDIA. FACHADA ORIENTAL.

griego, gracias a la transformación que le hizo sufrir San Gregorio de Girgenti en el 597 para hacer de él una iglesia consagrada a los apóstoles Pedro y Pablo. Entabla­mentos exteriores y frontones se han conservado; los muros del pronaos y del opisto­domos tienen todavía su triglifon; su coronamiento triangular presenta dos aberturas cuya función resulta enigmática. Se las ha puesto a veces en relación con la adaptación del templo al culto cristiano. Un examen atento de su encuadramiento no deja lugar a dudas sobre su pertenencia al primer piso del edificio. ¿Serían accesos a los tejados, o simples puntos de luz? La existencia de los tejados es discutible, sin que los arreglos posteriores en altura de los muros de la cella ofrezcan la menor oportunidad de resolver este problema. Parece poco probable que la cella haya tenido un techo horizontal, incompatible con el nivel inferior de las aberturas; los restos de viga en los frontones interiores y exteriores hacen más verosímil un techo enjalmado, liberando el volumen interior de la cella. Pero, entonces, ¿cuál era el destino de las escaleras dispuestas en el grosor de los muros de divisoria del pronaos a uno y otro lado de la

15

Page 14: Grecia Clasica

I4 - AGRIGENTO. TEMPLO DE LA CONCORDIA. EL INTERIOR DE LA CELLA TRANSFORMADA EN IGLESIA.

gran puerta de la cella? Su importancia es indiscutible y no tienen el simple papel material de permitir un acceso al tejado para conservación de las techumbres. El estudio de su función no debe ser separado, a nuestro parecer, del de las aberturas; unas y otras están, sin duda, ligadas a ceremonias rituales, tal vez a epifanías divinas si, como se ha supuesto, el templo estaba consagrado a los Dioscuros.

Finura, gracia y armonía se dari cita en este templo en proporciones limitadas, muy exactamente calculadas y realizadas en la piedra con una gran precisión, poco corriente en los talleres de construcción de Sicilia donde la fuerza y la potencia concuerdan mal con el respeto escrupuloso a las correspondencias matemáticas. De planta estrictamente clásica, está dotado de una columnata que parece un poco seca, porque si el ritmo de los tramos, con la doble contracción angular, está matemática­mente regulado, no se encuentra animado por las correcciones ópticas y las corvaduras que rompen la aplicación demasiado rígida de los preceptos teóricos. Es toda la diferencia que separa la obra de un excelente discípulo de la del creador original.

IJ AGRJGENTO. TEMPLO DE LA CONCOFDIA. EL PRONAOS Y LA ENTRADA DE LA CELLA. 17

Page 15: Grecia Clasica

I6- POSEIDONIA (PAESTUM). TEMPLO DE HERA II, LLAMADO DE POSEIDON, VISTO DESDE EL SUDESTE.

Más vigorosa y de más sabor fue la inspiración del constructor del templo de Hera 11 (llamado de Poseidón) en Paestum, aproximadamente hacia la misma época. En una ciudad cuya a::-quitectura religiosa estaba tradicionalmente sellada por las influencias jónicas que le imponían tentativas y estructuras originales, el arquitecto de este templo se reveló muy purista y produjo una obra directamente inspirada en el templo de Zeus en Olimpia; fue tratada con más severidad todavía, puesto que ninguna decoración esculpida venía a animar las superficies de las metopas o de los frontones resueltamente desnudos.

Del tratamiento mismo de las formas arquitectónicas el autor quiso hacer surgir la fuerza y la potencia de este edificio, con todo equilibrado. La columnata, de 6 x 14 columnas~n lugar de 6 x 13 de la planta clásica-, descansa sobre un alto basamento, con tres gradas recortadas con vigor, y la celia se mantiene todavía elevada 1,40 m. con relación al nivel del peristilo. Las columnas, que se apoyan pesadamente sobre esta krepis, aunque uniéndose en un esfuerzo común para soportar un entablamento muy estructurado, tienen cada una su valor plástico propio; el perfil, muy sensible en los ángulos, está dibujado con un fuerte éntasis emparentado con el estilo de la <<basílica)), y el fuste cuenta con 24 estrías en lugar de 20. No es una simple imitación del orden jónico; la búsqueda de un vigor plástico, más acentuado por los juegos lineales de sombra y de luz, explica esta anomalía. La misma preocupación determinó el recorte

lj-POSEIDON!A (PAESTUM). TEMPLO DE HERA II, LLAMADO DE POSEIDON. EL PERISTILO MERIDIONAL. 19

Page 16: Grecia Clasica

acentuado de las metopas y de los triglifos y el saliente de la cornisa sobre el friso, más fuerte que en cualquier otro templo. Así, por la unidad y el enlace de estos elementos, se obtiene una impresión de fuerza equilibrada y de gran potencia que constituye el carácter propio de la arquitectura religiosa dórica a comienzos de la época clásica.

Es sin duda en el templo de Zeus en Olimpia, obra del arquitecto Libón, donde, estimulando la imaginación con las perspectivas del edifi.cio de Paestum, podemos aprehender todos sus aspectos, a la vez que sus límites. Iguales proporciones un poco pesadas, de una poderosa solidez, donde el material gastado era embellecido con estucos de mármol, donde una policromía vigorosa oponía los azules y los rojos de los triglifos y de las cornisas al blanco lechoso de las columnas y de los muros. Pero aquí los valores decorativos aligeraban y aliviaban ya la búsqueda de los volúmenes, solo en entredicho en el templo de Hera. Conocemos los célebres frontones cuyo análisis abre el capítulo de la esq,:tltura clásica. En la penumbra del pronaos y del opistodomos, los relieves de las metopas celebraban el valor plástico y moral de los trabajos de Heracles. En los bordes del tejado, los canalones eran de mármol de Paros, primer esbozo de las mezclas de materiales que la arquitectura clásica utilizará con discreción. A la manera de los templos de Paestum, los volúmenes exteriores eran realzados por un talud artificial que disimulaba los cimientos, llevando la krepis a 3 m. por encima del suelo circundante. Este movimiento ascendente quedaba subrayado por la tercera grada de la krepis, el estilóbato, que era más alta que las gradas inferiores (0,56 m. en lugar de 0,48 m.). El ritmo de la columnata y las grandes líneas de la planta estaban fundados en la anchura del intercolumnio corriente (5,22 m. o 16 pies dóricos); una división regular del módulo tenía que repercutir en las partes altas: una mitad para el grupo triglifo + metopa (8 pies), un cuarto para los elementos de la cornisa; mútulo + vía (4 pies); en fin, un octavo para las tejas del borde (2 pies); la celia se embutía en el mismo tramo (48 x 144 pies, o sea 3 x 9 intercolumnios).

Sin ser todavía demasiado rígidos, los refinamientos clásicos se manifiestan con discreción; ligeras variantes son sensibles en las columnas, cuyo diámetro pasa de 2,256 m. (en fachada) a 2,231 m. (en los lados largos); el perfil de los capiteles y la tensión del equino no son exactamente comparables en las fachadas y en las columnas laterales; mientras que estas están inclinadas hacia el interior (6o mm. aproximada­mente), las columnas frontales son verticales, a excepción de las de los ángulos que participan del movimiento de las primeras. Aunque el estado actual de la ruina no permite afirmarlo, es verosímil que una corvadura afectaba al estilóbato.

Y otros muchos detalles y relaciones sutiles, realizados para satisfacción de un ojo ejercitado en el juego de las líneas y de un espíritu preocupado por la claridad y la finura geométricas.

Franqueado el umbral de la cella, la impresión era menos buena, según el testi­monio de Estrabón, porque la estatua cultual de Zeus, obra criselefantina de Fidias, cuyo taller ha sido objeto de una reciente exploración, parecía demasiado comprimida entre las columnas interiores, bajo un techo demasiado bajo. El espacio, tanto en Olimpia como en Paestum, estaba dividido por dos columnatas de piso. El templo de Poseidón de Hera conservó casi intacta su doble fila de soportes que dividían la cella en tres naves, de ritmo casi comparable a las de Olimpia (1:2:1). Estrechez de la nave central, poco propicia para recibir una estatua de culto, naves laterales reducidas al papel de corredor, acumulación masiva de todo el volumen interior: los inconvenientes de tal estructura, demasiado voluminosa para su función, revelan las debilidades de la

20

Page 17: Grecia Clasica

17- POSEIDONIA (PAESTUM). TEMPLO DE HERA 11, LLAMADO DE POSEIDON. LA CELLA CON SUS COLUMNATAS INTERIORES.

la

18- POSEIDONIA (PAESTUM). TEMPLO DE HERA 11, LLAMADO DE POSEIDON. FACHADA OCCIDENTAL.

Page 18: Grecia Clasica

19- OLIMPIA. TEMPLO DE ZEUS. UN CAPITEL.

composiéión que hace contraste con la armonía de las estructuras exteriores. No podrá sorprendernos que uno de los esfuerzos esenciales de los arquitectos posteriores sea el de romper con esta disposición y buscar otras soluciones, susceptibles de conciliar las exigencias constructivas y la necesidad de una amplia sala, apta para recibir el grupo cultual.

Perfecta expresión de los caracteres de la estética dórica, el templo de Zeus en Olimpia lleva su impronta en el estilo mismo de su decoración esculpida: predominio de las masas y de los volúmenes poderosamente estructurados, respeto por las líneas equilibradas, desarrolladas en conjuntos geométricamente organizados; arquitectura y escultura están asociadas en el mismo ritmo. Pero los límites son también evidentes; los artistas de las generaciones siguientes van a esforzarse por hacerlos saltar, por la concepción de espacios más libres y desenvueltos, en los que las exigencias arquitec­tónicas se transponen en valores decorativos, mientras que el edificio sale de su aislamiento, integrándose en una composición ampliamente organizada; plantas y fórmulas nuevas adaptan la creación arquitectónica al marco político, social y urbano.

22

Page 19: Grecia Clasica

20 - OLIMPIA. TEMPLO DE ZEUS. LAS RUINAS .

10M

26

21 - OLIMPIA. TEMPLO DE ZEUS. CORTE Y SITUACION DE LA ESTATUA DE CULTO EN LA CELLA.

Page 20: Grecia Clasica

La conquista de los espacios interiores

Por el esfuerzo conjugado de un escultor y de un arquitecto, por la habilidad técnica de Ictino puesta al servicio de las exigencias de Fidias, se emprende el camino de esta conquista al borde de la cual se levanta el Partenón, el menos clásico de los templos griegos, el más cargado de anomalías y de extranjerismos, que no fue nunca .. imitado, pero que está en el origen de múltiples innovaciones posteriores.

Cuando se abrieron en el año 44 7 los talleres de construcción del Partenón, el programa impuesto al arquitecto era particularmente complejo. Obligado a respetar las líneas de un edificio inacabado cuyo basamento y primeros elementos de las columnas, ya preparados, debía utilizar, forzado a responder a las prescripciones de Fidias, con la preocupación de realzar la monumental estatua de Atenea que había concebido, y atento a los imperativos de Pericles, propulsor de la obra, que quería hacer de este templo un testimonio inédito del poder de Atenas y de Atenea al mismo tiempo que el símbolo de su política panhelénica, Ictino supo resolver el conflicto entre la aplicación de las reglas estrictas de un estilo dórico llegado a su plena expansión y las necesidades de un espacio interior que tendían a trastornar las tradiciones del orden. El análisis de los caracteres del edificio realza la originalidad de las soluciones adop­tadas.

La comparación de ias dos plantas explica sobre todo ciertas preferencias de Ictino*. De proporciones alargadas (23,53 m. x 66,94 m. en el estilóbato, con 6 x r6

23- ATENAS. ACROPOLIS, PIEZAS DEL PARTENON. LAS CORNISAS.

ll·ATENAS. ACROPOLIS, EL PARTENON. GALERIA DEL PERISTILO SUR. 25

* Cf. plantas, pp. 347 a 358.

Page 21: Grecia Clasica

columnas), el edificio preperícleo presentaba ya el dispositivo próstilo de la cella, con cuatro columnas destacadas delante de las antas cuya proyección estaba esbozada; la cella comprendía dos salas: la principal, al Este, tratada según la planta tradicional de las tres naves con dos filas de diez columnas interiores; la segunda, abierta al Oeste, de planta cuadrada, cuyo techo estaba sostenido por cuatro columnas, quizá ya de estilo jónico, como lo serán en el Partenón. La necesidad de emplear los tambores de mármol pentélico preparados en el taller, impuso la elección del diámetro inferior y, por consiguiente, el ritmo muy estrecho de la columnata exterior, excepcional para la Grecia continental y la época, próxima a las tradiciones occidentales. Algunas compa­raciones entre la relación del diámetro inferior con la distancia del intercolumnio subrayan esta particularidad: Egina, 1 (2,65; templo de Zeus en Olimpia, 1(2,32

(1(2,25). Prepartenón, 1(2,32; Hefesteion, 1(2,52; Sounion, 1(2,42; templo de Hera 11 en Paestum, 1(2,12. Resulta de ello una columnata densa, cerrada sobre sí misma, en la que los espacios llenos dominan sobre los vacíos.

La perspectiva de las fachadas hace sensible la unidad profunda de los diversos elementos, la asociación estrecha de los soportes y de los entablamentos, el equilibrio de las columnatas, de sus soportes y de su coronamiento. La relación que produce la unidad de toda la composición, tanto en planta como en altura, es la del diámetro inferior de la columna (1,105 m.) con la longitud del intercolumnio corriente (4,296 m.), esto es, 4:9. Es también la relación de las dimensiones del estilóbato (30,88 m. x 69,50 m., esto es, 4:9), lo mismo que la del rectángulo que encierra la naos, excluidas las antas. Y se encuentra en elevación; la anchura de la fachada está en la misma relación con la altura hasta la cornisa horizontal (9:4). Estas proporciones geométricas se inscriben en el movimiento piramidal que entrañan las líneas del edificio del estilóbato a su cima. La corvadura muy sensible que refuerza el estilóbato (flecfia de 6 cm. en la fachada, 1 I cm. en los lados largos) se transmite al arquitrabe y al friso hasta la cornisa. Las columnas están inclinadas hacia el interior, y las columnas de ángulo, ligeramente más fuertes, se vencen sobre las diagonales. Una unidad profunda de relaciones y de líneas explica este completo cierre de los contornos exteriores del edificio, organizados según las reglas más refinadas del orden dórico.

Las disposiciones interiores traducen más claramente las soluciones originales que Ictino se vio obligado a elaborar para responder a las exigencias del escultor. Si conserva la división en dos salas del Prepartenón, transforma profundamente la repartición de los espacios y de los volúmenes para crear un marco a las proporciones de la obra de Fidias. Sin romper con el principio de la columnata interior, la desen­vuelve en-torno a la nave central bajo la forma de un pórtico de tres alas, dos laterales con diez columnas y una transversal con cinco columnas. La extensión así concedida a la cella (19 m. de ancho en total) impone la adopción de una fachada con ocho columnas en lugar del ritmo hexástilo tradicional; además, los corredores del peristilo son reducidos, y el pronaos, lo mismo que el opistodomos, no tienen ya profundidad; las antas no pronuncian más que un débil saliente sobre los muros de divisoria. En el interior de una envoltura muy clásica, una planta totalmente nueva queda así organi­zada; Ictino había roto el marco estrecho de las celias de Egina, de Olimpia o de Paestum.

En la sala posterior, que era la única que, en su origen, llevaba el nombre de Partenón, la sala de las vírgenes, donde se hacían los preparativos de la gran fiesta de las Panateneas, consagró el empleo del orden jónico en el interior de un edificio dórico

26 24- ATENAS. ACROPOLIS, EL PARTENON . EL ENTA!!i.AMENTO

Page 22: Grecia Clasica
Page 23: Grecia Clasica

25 -ATENAS. ACROPOLIS, PIEZAS DEL PARTENON . CAPITELES.

para dar satisfacción a las mismas necesidades de distribución de los espacios. De proporciones más esbeltas y más finas, las columnas jónicas permitían reducir los diámetros y suprimir el doble piso de las columnatas dóricas interiores, lanzándose de una vez del suelo al techo. La asociación de los dos estilos se impuso como una regla en las construcciones posteriores. Menos célebre, pero también revelador del talento de Ictino, fue la sala del Telesterion de Eleusis, cuya distribución le fue confiada, según el testimonio de Plutarco. Las excavaciones permitieron reconocer las grandes líneas del proyecto de lctino a través del estado definitivo realizado por sus sucesores Metagenes y Xenocles. No obstante nuestra ignorancia de las ceremonias celebradas en honor de Deméter y de Perséfone que se desarrollaban en la sala de los misterios eleusinos, y cuyo secreto fue tan bien guardado por los iniciados durante varios siglos,

28 26- ATENAS. ACROPOLIS, EL PARTENON. LAS COLUMNATAS DEL OESTE (DETAll!

Page 24: Grecia Clasica

podemos formarnos una ide_a de su función por la historia misma de su construcción, tal como se nos aparece después de las recientes investigaciones. En el corazón de la sala subsiste, a través de todas las transformaciones, el lugar santo primitivo, el anaktoron de las diosas, que fue primero un mégaron de tipo micénico (A), con dos columnas en el eje, modificado tal vez a comienzos del siglo VI por la asociación de una gran sala con doble columnata interior (B). Con el desarrollo del culto inspirado por Atenas, la afluencia de los fieles impone el agrandamiento de la sala de las ceremonias que toma entonces, hacia fines del siglo VI, su forma definitiva sobre planta cuadrada (C) (aproximadamente 27 x 27), integrando el anaktoron en la parte sur, donde se interrumpen las gradas que bordean el área central por tres lados; la abertura se hace al Este por tres puertas que desembocan en un pórtico de fachada. Cuatro filas de cinco columnas y dos soportes aislados en la prolongación del muro norte del anaktoron sostienen la techumbre, pero obstruyen el espacio central, permitiendo ciertamente evoluciones o procesiones rituales, pero ofreciendo pocas facilidades a los espectadores. Este disp6sitivo es lo que una planta nueva, a comienzos del siglo v, trata de agrandar, haciendo del lugar santo de las diosas el centro de la sala, cuyos lados debían de alcanzar unos cincuenta metros; únicamente la mitad de la planta está realizada. Así, lo mismo que para el Partenón, Ictino, recibiendo esta obra, se hacía heredero de elementos ya adquiridos. Su proyecto manifiesta el mismo espíritu que el Partenón: distribuir, en una envoltura clásica y bien delimitada, casi cerrada, espacios interiores ampliamente libres y susceptibles de responder a la función del edificio. Es la misma oposición que hay entre un marco exterior muy sólido y estrictamente unificado y un espacio interior distribuido con atrevimiento y flexibilidad.

Una amplia sala cúbica (51,56 m. x 49,44 m.) es tratada en un espíritu totalmen­te nuevo; todos sus elementos están dispuestos según un ritmo que los ordena y los unifica en función del punto central, el lugar santo, hacia el cual se orientan todas las convergencias. El espacio, aun estando firmemente delimitado por las gradas que ocupan los cuatro lados, se encuentra abierto por una serie de puertas simétricamente dispuestas; los accesos son, pues, fáciles, sin que ningún lado resulte privilegiado. lctino hace desaparecer el bosque de soportes demasiado embarazosos. En lugar de siete filas de siete columnas, que, sin orden y sin enlace, rompían todas las perspecti­vas, reparte los veinte soportes que mantiene en dos coronas concéntricas que atraen las miradas hacia el punto central; su ritmo se ve así enlazado con el de las gradas, y se originan así, con ro,o6 m. de distancia entre las columnas, las amplias dimensiones. de la celia central del Partenón. Añadamos a esto que una bella ordenación de arma­dura completaba el valor artístico de esta planta. Espacios libres, ordenación unificada, realce de todos los elementos componentes, adaptación del espacio a su función: lctino realizaba de este modo la primera gran sala monumental de la arquitectura griega. Parece bien probado, por otra parte, que, fiel a la regla aplicada en el Partenón, haya tenido el proyecto de rodear esta sala con una columnata desarrollada en tres lados y adaptada al movimiento del terreno que se levantaba al Oeste, habiendo sido ganada una parte de la sala a las masas rocosas de la colina sagrada.

Esta notable composición solo fue realizada parcialmente, y cuando los trabajos se reanudaron bajo la dirección de los sucesores, el pensamiento de Ictino fue traicio­nado: se volviÓ a la solución más fácil de los alineamientos de columnas interiores. Y hubo que esperar al final del siglo IV para que Filón, arquitecto de Eleusis, colocase uno solo de los pórticos en la fachada oriental.

30

Page 25: Grecia Clasica

•n, la el

.OS

de do las 1ta 1r, tra las iel do los ata los stá cía :el ios Es

los las [UL

ate do. de ;ti­ten :, y a es aa­da, in o ga. aya >S y :tda

dos :10-.Y ase

27- FIGALIA-BASSAE. EL TEMPLO DE APOLO EN LAS MONTAÑAS.

Sin duda, también a Ictino, si hemos de creer a Pausanias, hay que atribuir, si no toda la ejecución, al menos la planta del templo de Apolo en Bassae, comenzada en fecha temprana en la segunda mitad del siglo v, pero terminada solo algunos decenios más tarde. En pleno corazón de la Arcadia, sobre una plataforma rocosa, a 1.100 m. de altitud, desde donde la vista se abre sucesivamente a todas las cimas del Peloponeso, de la Mesenia a la Acaya, un templo fue consagrado por las gentes de Figalia en reconocimiento a Apolo Epikourios. Obra marcada con un rudo sabor provinciano, pero que, una vez más, se distingue por una disposición interior, cuya originalidad contrasta con el rigor de la columnata exterior. Este solo rasgo, tan conforme con el temperamento de Ictino, justifica sin duda la adhesión al testimonio de Pausanias, mientras que la ejecución, ciertamente confiada a talleres peloponésicos, por sus arcaísmos, por sus mezclas de torpezas o de innovaciones extrañas, por la complejidad de las influencias sufridas, podría hacer dudar de la intervención del célebre arquitecto del Partenón.

Detallemos aquí las particularidades de la planta. Con su orientación al Norte y sus proporciones alargadas (14,48 m. x 38,24 m. en el estilóbato y 6 x 15 columnas), el templo de Bassae parece arcaizante; se trata, sin duda, de exigencias rituales, impuestas por la disposición de antiguos lugares de culto, más todavía que por el

31

Page 26: Grecia Clasica

29- FIGALIA-BASSAE. TEMPLO DE APOLO . CORTE RECONSTRUIDO SOBRE EL PRONAOS Y LA CELLA.

o

movimiento del terreno que podía ser enrasado. Tras un pronaos, cuya profundidad, excepcional para la época, sobrepasa la del opistodomos, se abría una cella dividida en dos salas. La primera estaba delimitada por una columnata de estilo jónico lateralmen­te, de estilo corintio en la vuelta posterior. Las cuatro columnas jónicas de cada fila estaban l;!_mbebidas en muretes apoyados en los muros de los lados largos, transposición decorativa,del esquema conocido en el templo de Hera en Olimpia. Levantados sobre basas de molduras ampliamente ensanchadas, los fustes con veinte estrías estaban coronados por capiteles con volutas ampliamente desenvueltas, enlazadas por un canal cuya corvadura acentúa la función arquitectónica. La última columna de cada fila se apoyaba en un murete oblicuo formando contrafuerte y, como la columna mediana, llevaba un capitel corintio con cálatos de acantos, orden introducido por primera vez en la gran arquitectura y destinado a un porvenir fecundo. Las columnas jónicas y corintias sostenían un mismo arquitrabe de caliza, adornado con molduras lisas (talón y caveto) y coronado de un friso esculpido en mármol, luego de una comisa de caliza. Un verdadero orden jónico, con su entablamento completo, se encontraba así trans­portado al interior de una cella, tratada tan ampliamente como lo permitían las proporciones del edificio y en un estilo completamente diferente del orden exterior. Los detalles de los cimientos inducen a probar que la disposición original parecía no comprender más que los muretes. Sin duda, pues, al gran ordenador de los volúmenes internos del Partenón hay que atribuir la invención de esta arquitectura interior, tratada como un motivo independiente de la estructura de conjunto, puesto que el techo y la armadura del tejado solo apoyaban en los muros del sekos; la función de la columnata interior no estaba pensada más que en una perspectiva de adorno decora­tivo. Añadamos que el volumen de esta sala se encontraba amplificado por la presencia de un techo a doble vertiente o enjalmado, que daba así todo su valor a la estatua de culto colocada delante de la columna axial. Aplicación nueva y original de los princi­pios puestos a punto en la gran cella del Partenón.

28- FIGALIA-BASSAE. TEMPLO DE APOLO. EL MURO DE LA CELLA BAJO LA GALERIA SUR. 33

15 p

Page 27: Grecia Clasica

30 - F!GALIA-BASSAE. TEMPLO DE APOLO. RECONSTRUCC!ON DE LA CELLA.

Un espacio se encontraba aislado detrás de las columnas corintias, abierto al Norte y comunicando con el exterior por una puerta horadada en el muro oriental del sekos. ¿Aditon, que evoca el <~santuario~> de los templos occidentales? Estaba vacío y desnudo en comparación con la gran sala; no parecía destinado en todo caso a recibir la estatua de culto. ¿Disposición ritual que transpone la capilla primitiva, algunos de cuyos elementos han sido encontrados? ¿Sala de un altar interior, regularmente abierta al Este? Su lugar resultaría extraño tras la estatua de culto. ¿Simple <~residuo~> de una cella demasiado larga y posteriormente modificada? Todas ellas son otras tantas hipótesis muy poco satisfactorias. ,

Las innovaciones que Ictino acababa de introducir en el interior de las cellas, tras las estrictas fachadas del orden dórico, transformaban profundamente la tradición seguida hasta mediados del siglo. Se imponen por doquier, incluso allí donde se manifiesta una perfecta continuidad en la evolución del estilo. A poca distancia de la Acrópolis, en el borde occidental del ágora se levanta el Hefesteion como la obra de un buen discípulo, frente a las creaciones brillantes de la roca sagrada. Conforme a las reglas del orden para su planta y sus proporciones, el Hefesteion sufre, sin embargo, la influencia de los talleres de Ictino. Destinada a recibir las estatuas de Atenea y de Hefaistos-una inscripción conservó el detalle de los trabajos ejecutados para su colocación-, la cella fue primero concebida a la moda antigua con una doble colum­nata dórica de piso; las transformaciones visibles en los cimientos atestiguan un cambio de planta que hace retroceder las columnas laterales h~cia los muros del sekos y permite introducir al fondo una galería bordeada de dos columnas que constituyen el marco del grupo cultual; las naves laterales son prácticamente suprimidas.

34 3 I - FIGALIA-BASSAE. TEMPLO DE APOLO. LAS COLUMNAS JONICAS EN EL INTERIOR DE LA CEW.

Page 28: Grecia Clasica

La evolución de los volúmenes y la extensión de los espacios interiores ejercen su influencia sobre la estructura general del edificio y sobre sus proporciones exteriores.

Dentro del primer cuarto del siglo IV, el templo de Asclepios en Epidauro traduc~ esta evolución. Construido en un poros deleznable, este edificio, obra del arquitecto Teodoto, desaparece poco a poco del santuario de Asclepios, mientras que se precisa su lugar en la evolución de la arquitectura religiosa. Es el primero, a comienzos del siglo IV, en sacar las consecuencias de las creaciones de lctino: el opistodomos des­aparece, las columnas o los pilares interiores se aproximan a los muros, a veces incluso se integran en ellos; resultan así plantas de proporciones más macizas y más apiladas. El templo de Asclepios, períptero, hexástilo, no tiene más que once columnas en los lados largos (dimensiones en el estilóbato, 23,28 m. x 12,03 m.), de donde resulta una relación de 2 entre la longitud y la anchura inferior, mientras que era todavía de 2,25 en el Partenón. Una larga serie de templos en el siglo IV presentarán los mismos caracteres: el templo de Asclepios en Gortis de Arcadia, el Metroon de Olimpia, el templo de Zeus en Stratos de Acarnania. ·

Las proporciones casi cuadradas de la cella favorecen el desarrollo de otro tipo de edificio, cuya apariencia exterior se reduce a un pórtico próstilo con cuatro columnas; tal ocurre con el templo de Artemis en Epidauro, el templo de Atenea Pronaia en Delfos, que permanecen fieles al estilo dórico. Pero el ritmo del triglifon constituía una tortura. En los siglos posteriores, los órdenes jónico y corintio se impondrán en las fachadas próstilas.

Otros dos templos del Peloponeso, en el siglo IV, testimonian el mismo esfuerzo aplicado a la distribución de los espacios interiores y presentan felices variantes: el templo de Atenea Alea en Tegea y el de Zeus en Nemea.

El primero permite reconocer, lo mismo que el Partenón, la influencia de un escultor en la evolución de las estructuras arquitectónicas. En efecto, a Scopas de Paros fue confiado el cuidado de construir y adornar el templo que en el segundo cuarto del siglo IV debía reemplazar el edificio arcaico, en su mayor parte de madera, que había sido destruido en el año 394 por un incendio en el santuario de Atenea Alea. Son la obra y la originalidad de Scopas como arquitecto lo que nosotros estudiaremos aquí; su obra de escultor encontrará su lugar en la segunda parte del volumen.

El exterior del templo, todo de mármol, fue tratado en el más puro estilo dórico, con mucha finura y elegancia, aunque la tradición local y ligeramente arcaizante · hubiese sido respetada. Aparece en la perístasis de 6 x 14 columnas (dimensiones en el estilóbato, 19,I9 m. x 47,55 m., esto es, una relación de 2,47) y, lo mismo que en Bassae, en el alargamiento de los tramos de la fachada. Pero las proporciones son mucho más esbeltas, y traducen la evolución del orden propio en el siglo IV; la relación de la altura de la columna con el diámetro es de 6,1, mientras que no era más que de 5,5 en el Partenón y de 5,3 en Bassae; el entablamento es también más ligero y más fino (1 /4 de la altura de la columna para 1/3 en Bassae); Scopas dio a las líneas horizontales del basamento la ligera curva que les quitaba toda aridez. Pero si la cella era establecida en el interior de la perístasis siguiendo las normas clásicas, con el paramento de las antas alineado sobre las terceras columnas de las columnatas laterales y el eje de los muros correspondiendo al de las segundas columnas de la fachada, con la presencia de una pronaos y de un opistodomos con dos columnas in antis, el interior fue concebido en un espíritu y c.on unos valores totalmente diferentes. Scopas realizó la más bella nave de la arquitectura clásica, liberando todo el volumen por la supresión

Page 29: Grecia Clasica

32 -ATENAS. HEFESTEION. FACHADA PRINCIPAL QUE MUESTRA TECHO Y FRISO.

10M

33 - TEGEA. TEMPLO DE ATENEA ALEA. CORTE LONGITUDINAL RECONSTRUIDO. 37 10 20 30 p

Page 30: Grecia Clasica

de la columnata interior que se transforma en un orden de adorno. Sobre un plinto ricamente decorado con un cimacio lésbico, semicolumnas corintias conservaban un ritmo arquitectónico poderosamente escandido por frondosos capiteles corintios; no es dudoso que las semicolumnas diesen la vuelta sobre el muro del fondo tal como las hemos reconstruido, contrariamente a las plantas y cortes habitualmente reproducidos. Estaban coronadas por un arquitrabe de fajas. La altura de las columnas corintias puede ser calculada en 7,43 m., según su relación con las hiladas de los muros; quedaría una zona desnuda de unos tres metros aproximadamente por encima del arquitrabe . Efecto bien poco grato que el testimonio de Pausanias y el ejemplo del templo de Nemea permiten sin duda suprimir. Este templo, escribe el periegeta (VIII, 45, 5), <<es, de todos los que poseen los peloponésicos, el más notable por muchas razones y en particular por sus proporciones. El primer orden de columnas es de estilo dórico; le sigue un orden corintio y, además, en el exterior (¿o en el interior?) del templo se levantan columnas de estilo jónico. Hemos aprendido que su arquitecto fue Scopas de Paros>>. Los editores dudan en la interpretación de los manuscritos; ¿hay que leer <<en el exterior>> o <<en el interior>>? El movimiento de la frase excluye que se haga mención, entre el juicio de valor formulado por Pausanias y la atribución al arquitecto, de algunas columnas votivas vecinas al templo. Toda la frase se refiere al mismo edificio. La presencia, ahora asegurada de pilastras jónicas interiores en Nemea, confirma una justa interpretación del texto, al mismo tiempo que permite ha­cer desaparecer el vacío sorprendente en la decoración diseñada por Scopas; conviene rest:1blecer un piso de pilastras o de semicolumnas jónicas por encima del orden corintio. De esta manera la notable creación de Scopas adquiere enteramente su valor.

En la segunda mitad del siglo, un arquitecto anónimo asociaba en la celia del templo de Zeus en Nemea las tradiciones epidaurianas y las innovaciones tegeatas. Los detalles técnicos permiten suponer que los talleres de Tegea fueron encargados de la construcción del templo de Nemea, sin que podamos sin embargo atribuir este edificio al rrÍismo arquitecto. La celia, lo mismo que el templo de Asclepios, perdió su opisto­domos y el muro del fondo se alinea sobre las segundas columnas laterales de la perístasis; esta no tiene más que doce columnas en los lados (6 x 12 columnas; dimensiones en el estilóbato, 20,09 m. x 42,55 m., esto es, una relación de 2,r r). En el interior de la celia, el arquitecto encuentra la disposición de la columnata separada de los muros, pero delimitando el volumen interior con seis columnas a cada lado y cuatro columnas al fondo; estas, lo mismo que en Bassae, aíslan una pequeña sala aneja, cuyo suelo está abierto para dar acceso a un áditon al que se desciende por algunos peldaños de escalera. El orden interior es corintio, y la altura de la columna es casi idéntica a la de Tegea: 7,48 m. Sobre el arquitrabe de fajas que soportan se levanta un orden de semicolumnas jónicas adosadas a pilastras cuadrangulares. El orden jónico-corintio, concebido por Scopas atendiendo únicamente a su valor plástico, en relación con la distribución del volumen interior de la celia, recobraba aquí una aparente función arquitectónica, aparente tan solo, porque la columnata interior de Nemea no desempeñaba ningún papel en el sistema de cubierta. Esta realización nos conduce inequívocamente al umbral de la época helenística y nos hace penetrar ya en otro campo: en el campo de la arquitectura de ostentación, en la que los temas plásticos y decorativos apenas si tienen ya relación con las estruc­turas.

Page 31: Grecia Clasica

La extensión de los valores ornamentales y el desenvolvimiento de los estilos decorativos

Entre las vigorosas realizaciones del siglo VI y su renovación a finales del siglo IV,

el estilo jónico parece no ser más que un accesorio del gran orden clásico, el dórico, que se desarrolla en toda su plenitud. Pero su preeminencia no se mantiene sino gracias a préstamos obtenidos de su rival, que le ofrece los motivos apropiados para atenuar su pesadez, para liberar sus proporciones y para variar sus medios de expresión.

Del templo de Zeus de Olimpia al de Nemea hemos podido seguir ya el impulso progresivo que toma la columna, en la que la relación de la altura con el diámetro inferior pasa de 4,7 a 6,35; la extensión progresiva de los vanos con relación a los espacios llenos en las columnatas del peristilo, el aligeramiento del entablamento, en el que la relación de la altura con la de la columna pasa de I/3 a I/4. El conjunto se hace más aéreo y se afina, mientras que, en el detalle, los elementos se funden en una unidad más grande; el equino del capitel reduce su vuelo y pierde su individualidad con relación a la columna cuyas líneas verticales termina, incluso a costa de cierta rudeza; el friso y el arquitrabe se equilibran y se adornan a veces con molduras discretas, con más frecuencia pintadas que esculpidas, para realizar enlaces más estrechos. El coronamiento mismo del entablamento adopta en el siglo IV, con su banda ornamental, un perfil en forma de cimacio que adornan elementos vegetales en los que están asociados las hojas de acanto y los enrollamientos entorchados de volutas. · Así, por una evolución general de las proporciones como por la introducción de motivos variados en la decoración, y por la integración más estrecha de la policromía en la arquitectura-por ejemplo, la mezcla de materiales coloreados-, se manifiestan las tendencias profundas de la arquitectura clásica hacia una búsqueda cada vez más activa de los valores decorativos.

Es en la composición misma y por la asociación de los estilos como abocan primero a la creación de tipos nuevos y formas originales. Adoptando el orden jónico para formar l9s soportes del alto techo de la sala occidental del Partenón, Ictino no había hecho quizá más que recoger una idea de su predecesor. Ya en el A ti ca o en otros lugares de Grecia, como en el Partenón de Neápolis (Cavalla), bellas realizacio­nes jónicas podían servir de ejemplos. Correspondía a Mnesicles, el arquitecto de los Propileos de la Acrópolis, realizar la más elegante combinación de los dos órdenes asociándolos, pero reservando a cada uno su función propia. El programa era, en efecto, complejo. Se trataba de adaptar la puerta monumental de la Acrópolis a un conjunto del que estaban ya puestas las piezas maestras, teniendo en cuenta las dificultades del terreno y las exigencias imperativas que imponían los derechos adqui­ridos en esta zona sagrada.

En efecto, Mnesicles no encontraba un terreno virgen. En el borde occidental de la meseta rocosa, al pie de la pendiente que dominaba el Partenón, un primer propi­leon había sido levantado en el siglo VI por los pisistrátidas. Conforme a la planta más simple, el paso estaba limitado por dos muros laterales que se terminaban por recodos en ángulo recto, entre los cuales se levantaban cuatro columnas en cada fachada; los cinco tramos así definidos correspondían a las cinco puertas horadadas en el muro interior transversal. Mnesicles conserva este ritmo fundamental, así como la disimetría

39

Page 32: Grecia Clasica

34- LOCRES. PLAQU!TA VOTIVA: FACHADA DE TEMPLO - REGGIO DI CALABRIA, MUSEO N,\ZIONALE.

35 -KA VALLA . TEMPLO. CAPITEL JONICO- KAVALLA, MUSEO ARQUEOLOGICO.

Page 33: Grecia Clasica

36 - ATENAS. C~PITEL JONICO CON DECORACION PINTADA - ATENAS, MUSEO NACIONAL .

de los vestíbulos de entrada, de los cuales el del Oeste, en el exterior, es mucho más profundo que el del Este. Pero la dificultad principal residía en el movimiento del suelo, en fuerte desnivel de Este a Oeste. Es mantenido el principio fundamental del propileon y que comprendía los dos muros laterales, rectilíneos, terminados por un anta en cada extremo; el muro transversal con sus puertas fue implantado allí donde la ruptura de pendiente era más acentuada, y se levantó sobre un basamento de cinco gradas que compensaban las diferencias entre los dos niveles; estas se veían interrum­pidas en el centro para dejar abierto el paso de la procesión de las Panateneas con el carro de la diosa y los animales de los sacrificios. La disposición próstila del Partenón fue adaptada a esta planta, y cada fachada recibió un pórtico de seis columnas con entablamento dórico y frontón; una mptura de la cubierta se producía en el aplomo del muro de divisoria donde el triángulo timpanal se elevaba por encima del tejado del vestíbulo occidental. En la entrada exterior, donde desembocaban los caminos ser­peantes de la vía sagrada, la pendiente fue compensada con una alta krepis de cuatro gradas que se volvían en ángulo recto para sostener las fachadas de las construcciones laterales, destinadas a aumentar la masa monumental del conjunto. Aquí también las gradas se veían interrumpidas, y la importancia del paso central se traducía por el

4I

Page 34: Grecia Clasica

1

1 1

1'

37 - LOCRES. TEMPLO JONICO . CAPITEL (DETALLE DE LA VOLUTA) - REGGIO DI CALABRIA, MUSEO NAZIONALE.

alargamiento del tramo correspondiente (5,43 m. en lugar de 3,62 m.); las repercusio­nes sobre el triglifon entrañaban un dispositivo con tres triglifos y tres metopas oponiéndose a los grupos de los dos tramos laterales. El ritmo progresivo se encontraba de nuevo en las puertas, la principal de las cuales constituía un hueco majestuoso (4,13 m. de ancho y 7,38 m. de alto, para 1,47 m. y 3,44 m. en las pequeñas). Cada abertura estaba delimitada por pilares cuadrangulares que correspondían a las colum­nas de cada una de las fachadas, encontrándose las columnas extremas en el aplomo de las antas de los muros laterales. Notable adaptación de la composición arquitectónica y del ritmo de los volúmenes a los movimientos del terreno y a la función del edificio. ·

En la distribución del largo vestíbulo occidental es donde el espíritu creador de Mnesicles se expresó con los hallazgos más felices. Un vasto volumen estaba delimi­tado por los muros laterales y los de divisoria, correspondiendo a ciertas proporciones del Partenón; la anchura de 18,12 m. era poco más o menos la de la gran celia, y la profundidad de 12,96 m. correspondía a la de la celia occidental. No son las únicas relaciones de volumen y de proporciones que se establecían entre la obra de Mnesicles y la de Ictino; volveremos sobre ello. Además, era preciso colocar a un alto nivel el techo de esta sala, como consecuencia de la sobreelevación del muro de las puertas y

42 38 - ATENAS. ACROPOLIS, LOS PROPILEOS. EL ORDEN JONICO INTERIOR (DETALU

Page 35: Grecia Clasica

39 - ATENAS. ACROPOLIS. EL TEMPLO DE ATENEA NIKE.

del nivel del vestíbulo oriental. Con audacia, Mnesicles encontró en las posibilidades arquitectónicas y decorativas del estilo jónico las armoniosas disposiciones de este volumen interior. En los bordes de la avenida central que sube hacia la gran puerta mediana levantó dos filas de tres columnas jónicas, cuya esbeltez y brío no perjudican en nada a la solidez. Con un diámetro en la basa de 1,04 m. y una altura de 10,29 m., esto es, una relación de I a 10, sobrepasan todas las normas clásicas y helenísticas. Un arquitrabe con fajas las reunía y venía a apoyarse en el arquitrabe dórico de la fachada a nivel del triglifon. Cada una de las naves estaba cubierta de un techo de mármol con artesones cuyas vigas sobrepasaban los seis metros. Mnesicles hubo de apelar a un artificio no habitual en arquitectura griega para permitir que los ligeros arquitrabes soportasen el peso de los techos: los <<armó>> con una barra metálica. Así se encontraban combinadas las masas sólidas y bien equilibradas de las fachadas dóricas con los volúmenes y las formas libres y esbeltas del estilo jónico, concurriendo todas ellas a la

44 40 - ATENAS. ACROPOLIS, TEMPLO DE ATENEA NIKE. LAS BASAS DE LAS COLUMNAS Y DE LOS MUROS (DETALU

Page 36: Grecia Clasica

expresión sutil del valor simbólico de esta subida progresiva hacia el santuario de la gran diosa de Atenas.

La disposición del propileon así concebido y realizado debía integrarse en un conjunto de volúmenes destinados a aumentar su carácter monumental. Hacia el Este, a una y otra parte de la fachada, estaban previstas dos grandes salas, cuyos muros macizos deberían realzar, por contraste, el pórtico dórico próstilo, solución más original que la de los dos pórticos laterales que W. Dorpfeld creyó poder reconstruir. Las resistencias de los sacerdotes de Artemis impidieron la construcción del ala meridional que habría invadido el dominio de la diosa; por ese motivo, Mnesicles renunció, en el curso de los trabajos, al ala septentrional que no tenía ya razón de ser. Hacia el Oeste, las líneas circundantes del pórtico de entrada fueron prolongadas por las fachadr.s-tres columnas in antis--de dos salas cuyo volumen formaba como los contrafuertes del cuerpo central. Unicamente la sala norte, la pinacoteca, fue entera­mente realizada. No obstante estas restricciones, el edificio de Mnesicles expresaba con armonía y potencia el valor simbólico y religioso de los Propileos que daban acceso a la roca sagrada.

La gracia y la elegancia del estilo jónico se extienden al lado de los Propileos, en el templo de Atenea Niké. Verdadera figura de proa levantada delante de la Acrópolis, dominaba el paisaje ateniense hasta el mar, símbolo de la ciudad victoriosa. Desde su construcción hasta las reconstrucciones de la época moderna, el templo de la Victoria tuvo una historia tormentosa. Proyectado en el año 449 ó 448 por el sobrino de Cimón, que confió su ejecución a Calícrates, se convirtió en el centro de las rivalidades entre el partido conservador y Pericles, que hizo prevalecer sus talleres del Partenón. El arquit~cto, sin embargo, realizó sus proyectos en el templo del Iliso, consagrado a Deméter y a Core; es conocido por los dibujos de Stuart y Revett, ejecutados antes que fuese destruido en 1778 para suministrar materiales a una fortificación turca. Solamente después de la muerte de Pericles, y en el período favorable de la paz de Nicias, los proyectos de Calícrates son de nuevo tomados en consideración y pasan a realizarse. Pero, entre tanto, de 437 a 431, Mnesicles había realizado ya los Propileos y reducido el espacio libre; hubo que adaptarlo a su nuevo marco, por encima del bastión que encerró en sus muros los restos del antiguo dominio de Atenea Niké. Sumergido por las construcciones bizantinas y francas, desapareció en 1834 con la explosión del polvorín instalado en los Propileos. Reconstruido bajo los cuidados de dos arquitectos, E. Schaubert y C. Hansen, que habían encontrado todos sus elemen­tos bajo las ruinas de un bastión turco, fue desmontado en 1936, porque el bastión amenazaba ruina. Se levanta de nuevo con todo el brillo dorado del mármol pentélico, dominando la vía sagrada ahora restablecida en su trazado primitivo.

Tratado como una miniatura, presenta una interpretación ática del orden, muy diferente de los caracteres que había tenido en el siglo precedente en las costas del Asia Menor. Podrán buscarse más justamente sus ascendencias en las tradiciones insulares que se habían manifestado en Delfos en el siglo precedente en los tesoros jónicos. Pero en la celia, recortada por falta de espacio y un poco más ancha que profunda (4,14 m. x 3,78 m.), Calícrates añade el motivo próstilo, tan querido de los áticos del siglo v, en cada una de las fachadas. Un orden de pilar reemplaza las columnas entre las antas cuyo tema es recordado en los otros dos ángulos por medio de una pilastra en ligero saliente. El arquitecto juega así con el contraste que opone la desnudez de los muros laterales a los temas decorativos de cada fachada. De uno a otro, los enlaces

Page 37: Grecia Clasica

la

41 - ATENAS. ACROPOLIS, ERECTEION. EL PORTICO NORTE.

se establecen por la repetición del perfil de las basas de las columnas al pie de los muros y por el desarrollo del friso esculpido que rodea toda la construcción. El mismo movimiento decorativo y arquitectónico se continuaba en los paneles de la balaustrada al borde del bastión; las Victorias, en un estremecimiento de alas y de paños, repre­sentaban los diversos aspectos de la procesión y de los sacrificios ofrecidos a Atenea Niké. Tal vez nunca se expresarán con tanta gracia y armonía los valores decorativos integrados en su marco arquitectónico, teniendo, por añadidura, ese sabor un poco arcaizante de las formas y de los perfiles que resultaban del retraso de la ejecución sobre la concepción del proyecto.

Otro espíritu muy distinto inspiró la realización del Erecteion, cuyos talleres, abiertos sin duda en el año 421, fueron abandonados durante los duros años de la guerra de Sicilia para ser inventariados y puestos de nuevo en marcha en 409-407, lo que nos ha proporcionado los textos epigráficos más detallados sobre los métodos de trabajo de los constructores griegos. Verdadero repertorio de las formas decorativas a fines del siglo v, el edificio excita más la curiosidad que satisface el sentido de la

47

Page 38: Grecia Clasica

42- ATENAS. ACROPOLIS, ERECTEION. PORTICO NORTE (DETALLE DEL ORDEN JONICO) .

unidad y de la armonía al que nos habitúa la arquitectura clásica. La variedad de los cultos y la diversidad de los imperativos religiosos asociados o yuxtapuestos en el interior del Erecteion, las dificultades topográficas de un terreno diversamente nive­lado y ya ocupado explican la complejidad de una planta en la que los problemas no fueron pensados y asimilados con la maestría de que da prueba Mnesicles en los Propileos. Las soluciones parciales son brillantes, pero el conjunto resulta incoherente.

El edificio comprende un cuerpo principal de planta rectangular (II,63 me­tros x 22,76 m.), cuya fachada oriental está trat~da con un pórtico próstilo de seis columnas jónicas, mientras que en el Oeste, entre las antas de los muros, se levanta un orden mixto de semicolumnas igualmente jónicas asociadas a semipilastras; los tramos estaban cerrados por una balaustrada, reemplazada en la época romana por los muros y las ventanas del estado actual. Mientras que la columnata oriental y el muro sur descansan sobre una krepis tradicional de gradas, en el Oeste la fachada asienta sobre un pedestal macizo exigido por la desnivelación de 3 m. que separa el nivel interior del edificio de la región occidenta1, ocupada por cultos antiguos, el santuario de Pandrosa y la tumba de Cécrope; están parcialmente recubiertos por el nuevo edificio, adosado a su vez a los cimientos del antiguo templo de Atenea. La división del espacio interior en cuatro salas-una independiente abierta al Este, las otras con un acceso por la gran puerta monumental del pórtico norte--trata de repartir su dominio a cada divinidad, pero sin los caracteres estéticos de los edificios precedentes.

Page 39: Grecia Clasica

43- ATENAS. ACROPOLIS, ERECTEION. LA FACHADA OCCIDENTAL.

49 .¡.¡-ATENAS. ACROPOLIS, ERECTEION. PORTICO NORTE (DETALLE): BASAS DE COLUMNAS.

Page 40: Grecia Clasica

1

1 ¡

11

Al cuerpo central se encuentran añadidos dos elementos anejos, el pórtico norte y el porche de las Cariátides al Sur, cada uno con su individualidad y su función propias. El pórtico norte, que sobresale de la fachada occidental formando una rinco­nera arquitéctonica poco satisfactoria, es una especie de baldaquino cuyo basamento encierra un altar consagrado a Poseidón y a Zeus, dios del rayo; una abertura dispuesta en el enlosado y en el techo respeta las exigencias de los lugares alcanzados por el rayo, mantenidos necesariamente a cielo descubierto. Este pórtico con cuatro columnas en la fachada y una a la vuelta pasa por una de las obras maestras del estilo jónico decorativo. Las columnas reúnen la ligereza de sus proporciones al vigor de sus profundas estrías; descansan en basas de perfil ático, cuyos toros superiores están decorados con trenzados, mientras que en la fachada oriental y al pie de los muros, como en el templo de Atenea Niké las basas tienen un toro simplemente estríado; la parte superior del fuste está adornada con un alto collarino de palmetas y de flores de loto. Todos los elementos del capitel, comprendidos las volutas y el canal, están acompañados de adornos, filetes o astrágalos, que subrayan su movimiento. Bajo este pórtico se abre una puerta monumental, cuya elegancia comprometió su solidez; jambas y dinteles tienen un rico marco de astrágalos esculpidos; las líneas principales están subrayadas por fajas de ovos y de rayos de corazón; una decoración de rosetones adorna el marco exterior. El hueco está coronado de una cornisa en forma de cimacio en la que se inscriben palmetas y flores de loto plantadas sobre un enrollamiento de espirales de donde emergen además cálices de acantos y elegantes flores acampanadas; la comisa descansa sobre ménsulas en forma de volutas, que recogen los motivos principales de la moldura. La búsqueda de los valores decorativos se expresa incluso en la técnica del friso que corona el edificio, comprendido aquí el pórtico norte; las figuras tratadas en alto relieve en un mármol blanco han sido fijadas sobre un fondo azul oscuro constituido por losas en caliza de Eleusis; técnica más emparentada con la de los decoradores de objetos preciosos que con los métodos tradicionales de la escultura monumental.

¿Qué decir, en fm, del baldaquino que soportan las cariátides y que recubre una parte de la tumba de Cécrope? Sobre un alto pedestal que disimula las escaleras de acceso a la cripta funeraria, se levantan las poderosas korés, que soportan, en un movimiento armoniosamente unificado, un entablamento jónico que, con sus dentícu­los, hace contraste con el friso de los muros vecinos, reafirmando la relativa severidad de la tradición asiática. Impresión de contraste que todos los arquitectos áticos del siglo v han tratado, en grados diferentes, de hacer prevalecer en sus obras. Simple­mente apoyado contra el muro sur, en un nivel inferior al entablamento que pasa·por encima de su cubierta, el baldaquino de las cariátides fue tratado por sí mismo como un eco lejano de los tesoros jónicos de Delfos y una adaptación de monumentos a las funciones comparables, en Samos o en Dídima.

La búsqueda de los valores decorativos que constituye, a nuestro parecer, uno de los caracteres esenciales de la arquitectura de la época clásica, se encuentra en el origen de la creación de formas nuevas y de tentativas originales en el siglo v, y todavía más en el IV, que anuncian los grandes desenvolvimientos de la arquitectura helenística.

En las indagaciones variadas que inspira el cuidado de los valores decorativos, fueron más felices los hallazgos que afectan a la extensión del friso esculpido y su adaptación a las estructuras arquitectónicas, único problema que nos interesa en este capítulo. Aparecido en los tesoros de Delfos, en el siglo precedente, donde lo hemos

50

Page 41: Grecia Clasica

45- ATENAS. ACROPOLIS, EL PARTENON. FACHADA OCCIDENTAL CON EL FRISO DE LAS PANATENEAS.

visto instalarse en el lugar del friso liso o simplemente decorado con hojas, caracterís­tico de un entablamento jónico insular, se extiende con constancia por las construc­ciones atenienses de este estilo en el siglo v. Fidias e Ictino le abren el acceso al orden dórico instalándolo en torno a la celia del Partenón por encima de un arquitrabe con regulae. En la penumbra de la perístasis, en un movimiento continuo que se oponía a los cuadros vigorosamente destacados, a plena luz y en vivos colores, rojos y azules, del entablamento dórico y que se enlazaba por un profundo sentimiento religioso con las escenas de la cosmogonía y de la lucha de las grandes divinidades áticas represen­tadas en los frontones, la ciudad de Atenas, toda entera, en cuerpos constituidos, venía a reunirse y a honrar la asamblea de los dioses que, en los diversos niveles, subrayaban la preeminenCia de la fachada oriental del templo. Una vez más, las concepciones plásticas del escultor imprimían su sello a las fórmulas tradicionales de los arquitectos y las renovaban.

El monumento de Lisícrates en Atenas ilustra el punto extremo en que la arqui­tectura no es más que decoración. Sobre un alto podio se levanta una tolos cuyas columnas aplicadas soportan un capitel corintio verdaderamente suntuoso; el cálatos

51

Page 42: Grecia Clasica

46 -ATENAS. MONUMENTO DE LISICRATES (DETALLE): EL CORONAMIENTO.

desaparece enteramente bajo la abundancia de los motivos; el entablamento, con arquitrabe y friso, soporta una techumbre en la que los adornos del canalón se desarrollan hasta el pie del florón central. El orden corintio adaptado a este monumen­to votivo, destinado a sostener un trípode dionisíaco, revela, con una elegancia y una fmura todavía mantenida, todas las posibilidades decorativas que alcanzarán éxito, tanto en arquitectura como en pintura, en la civilización helenística y alejandrina.

Entre las tentativas sin futuro, citemos, sin embargo, el templo de Zeus en Agrigento, que Terón quiso levantar en testimonio de la victoria sobre Cartago en el 480. La desmesura no tuvo en arquitectura más feliz resultado que en política. Sobre un gigantesco basamento se levantaba una krepis con cinco gradas, cuyo estilóbato (52,74 m. x rro,ro m.) sostenía un falso peristilo de 7 x 14 semicolumnas, embebi­das en una pared de mampostería que rodeaba la sala interior. Las proporciones admitidas para las columnas (diámetro inferior aproximadamente de 4,05 m.) no permitieron tratarlas como elementos autónomos; son construidas al mismo tiempo que el muro cortina del que apenas se separan. Aproximadamente a r 8 m. de altura se levantaba el semicapitel dórico, cuyo equino estaba hecho de dos elementos. El arquitrabe, lo mismo que las columnas, era de mampostería, y los tramos, demasiado amplios, estaban ocupados por telamones montados también sobre bloques distintos,

52 47- ATENAS. MONUMENTO DE LISICRATES. CORTE Y ALZADO (RECONSTRUCCIONES DE HALLER VON HALLENSTETh

Page 43: Grecia Clasica

' 0

1

1

1 - i

1

1

<-:- ¡ ~ ~ -.._-, .. ~ 1

l 1 t ~ " _. __

Page 44: Grecia Clasica

1 1

¡i

o 1M

o 11 p

49 - AGR!GENTO. TEMPLO DE ZEUS. RECONSTRUCCION DEL ORDEN.

48 - AGRIGENTO. TEMPLO DE ZEUS. UN TELAMON - AGRIGENTO, MUSEO.