Guidxizá año iii nº 10 oct nov de 2006

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GUIDXIZÁ NACIÓN ZAPOTECA AÑO III / Nº 10 OCTUBRE – DICIEMBRE DE 2006 (Versión Electrónica)

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G U I D X I Z Á NACIÓN ZAPOTECA

AÑO III / Nº 10 OCTUBRE – DICIEMBRE DE 2006

(Versión Electrónica)

Publicación Cultural del

Comité Autonomista Zapoteca “Che Gorio Melendre”

Tiraje en versión impresa: 1 000 ejemplares numerados.

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Contacto: [email protected]

[email protected]ÍNDICE

Editorial...................................................................................................................................3

ARTÍCULO

Los géneros literarios en diidxazá

o la posibilidad de una retórica zapoteca / Víctor de la Cruz..................................................4

BAÚL DE LETRAS

Para una mujer istmeña / Ramiro Pablo Velasco..................................................................11

Polaridades / Ezequiel González...........................................................................................12

De cómo Juchitán se quedó

sin contadores de mentiras / Gubidxa Guerrero...................................................................13

Ay, Lewis Carrol / Guillermo Petrikowsky

Reyes.................................................................14

Esta ave gorjea / Dionisio Hernández Ramos.......................................................................15

El Niño Dios retorna / Andrés Henestrosa............................................................................16

Recuerdos / Omar Villalobos................................................................................................17

Ndaani’ batanaya’ / Natalia Toledo......................................................................................18

El señor de los sacrificios / Gerardo Valdivieso...................................................................20

La caída / Mónica Jiménez

Olmos.........................................................................................23

Apuntes Eróticos / Macario Matus.......................................................................................24

CANCIONERO

Guendanabani / Juan Xtubi...................................................................................................25

CONVOCATORIA

Primer Concurso de Cuento del Comité Melendre...............................................................26

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EDITORIAL

“Mis antepasados tuvieron razón de sentirse parientes; sólo así se logra el espíritu único

que hermana a los hombres y realiza milagros”

Gabriel López ChiñasVinnigulasa, cuentos de Juchitán

Rica y variada llega al lector esta edición de Guidxizá, pues comparten el espacio escritores y pintores procedentes de lugares distintos, y pertenecientes a diferentes generaciones.

Por la necesidad de conocer más sobre diversas funciones de la lengua zapoteca –e invitando a explorarlas–, Víctor de la Cruz diserta sobre “Los géneros literarios en diidxazá…”

Dionisio Hernández, Ramiro Pablo, Guillermo Pretrikowsky, Natalia Toledo, y todos aquellos que enriquecen con cuento y poesía nuestro Baúl, son muestra de la positiva pluralidad que debe existir en la literatura. Mención especial merecen los “Apuntes eróticos” de Macario Matus, primicia de esta revista que esperamos disfruten.

Puesto que se avecina la fiesta de los difuntos, con el Cancionero llega “Guendanabani”, melodía de Juan Xtubi muy requerida.

Anunciamos, con sumo agrado, la próxima aparición de la novela Zurda Melancolía, del autor Josué Dante. Dicha obra será la segunda de la Colección Gente Nuestra, que el Comité Melendre edita para dar a conocer el trabajo de jóvenes creadores. Deseamos el mejor de los éxitos a esta nueva producción literaria.

La solidaridad que refuerza nuestro ánimo se manifestó con María Palizada, artista gráfica que cedió a esta publicación una obra de Jesús Urbieta (†), pintor de reconocido prestigio que de manera indirecta sigue apoyando el quehacer de nuestra raza. Abiertamente mostramos nuestro agradecimiento a Palizada por su valiosa donación.

Hace cien años nació, cercano al mar, en las llanuras de la Nación Zapoteca, un niño a quien sus padres nombraron Andrés. Amante del saber, pronto se dio a la tarea de escribir sobre los Binnigula'sa'. Nuestros relatos sagrados, nuestras costumbres, nuestro idioma, se vieron plasmados en su fina pluma. En los años 30, dirigió Neza, órgano cultural de la Sociedad Nueva de Estudiantes Juchitecos, precursora de todas y cada una de las revistas –incluida Guidxizá, por supuesto– aparecidas entre los Binnizá. Inserto en la polémica desde sus inicios, ha sabido conservar la lucidez y fortaleza de los más antiguos. De su primer libro, Los hombres que dispersó la danza, tomamos un pequeño cuento que reproducimos

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en las siguientes páginas. A él, a Ta Andrés Henestrosa, dedicamos este número, como un modesto pero reconocido homenaje por toda su inestimable labor.

ARTÍCULO

LOS GÉNEROS LITERARIOS EN DIIDXAZÁ O LA POSIBILIDAD DE UNA RETÓRICA ZAPOTECA1

Víctor de la Cruz

Tiempo en que yo era adolescentey el señor don Porfirio presidente.

Y Dios nuestro señor, omnipotente...

IINTRODUCCIÓN

He acudido a estos versos de Renato Leduc porque mi ponencia comenzará con el relato de una frustración, que tuvo su origen a mediados de los años sesenta cuando yo era adolescente y don Gustavo presidente. Había llegado de mi remoto Juchitán y me había inscrito en el plantel de la Escuela Nacional Preparatoria que se encontraba en el ex Colegio de San Ildefonso. Me bajaba y subía del urbano en la esquina de Palma y Donceles y, como muchos provincianos, aspiraba a ser poeta; por lo cual un día compré en la Librería Botas, que se encuentra en esa esquina, la Retórica y poética. Literatura preceptiva de Narciso Campillo y Correa, cuya primera edición se publicó en Madrid en 1872. Hasta allí llegué en cuanto a teoría literaria española, pero en cuanto a poeta llegué a menos, porque como dice —otra vez— Renato Leduc: "El hablar castellano es cosa leve y sencilla cuando el hombre que lo habla ha nacido en Castilla".

Creo que podremos considerar superada la discusión de lo que para nosotros, literatos indígenas, significa el término "literatura" en nuestras lenguas, si sintetizamos aquí la posi-ción coincidente de tres autores de diferente formación, sobre este punto. Para el lingüista Román Jacubson, el modelo para entender la diferencia específica entre el lenguaje poético y otras formas de lenguaje se puede resumir en estas palabras: "La función poética del lenguaje proyecta el principio de equivalencia del eje de selección al eje de la combinación" (Pascual Buxó 1972:157); uno de sus seguidores plantea el modelo como una interrogante: ¿cuál es la diferencia específica que distingue el 'arte de la palabra' de las demás artes y, particularmente, de los otros tipos de comportamiento verbal?2 (Pascual

1 Tomado de Políticas lingüísticas en México, Beatriz Garza Cuarón (coord.), La Jornada ediciones, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades / UNAM.2 José Pascual Buxó comenta y glosa las ideas expresadas por Jacobson (1960).

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Buxó 1972:157). Coincide con esta posición, aunque en otros términos, el doctor Miguel León-Portilla cuando afirma:

Aún sin haberse comunicado con letras, literas, hubo ya desde entonces creaciones literarias. Concuerda con lo expresado por el diccionario de la Academia que ofrece como primera acepción del vocablo literatura la de "arte bello que emplea como instrumento la palabra" (León-Portilla 1992: 39).

También un literato arriba a la misma conclusión, con sus propias palabras, cuando afirma:

En todo lenguaje hay funciones permanentes de artificio, de narración, de ceremonia, de poesía. Pero es necesario un criterio lo menos ambiguo posible para entender cuándo esas funciones adquieren una condición especial, que suponga un uso no común, sino especializado, y que los mismos hablantes de una comunidad lo sientan distinto, de una especial composición (Montemayor 1993: 97).

Desde luego algún estudioso de la lengua, para quien "los conceptos tienen la peculiaridad de conservar sus etimologías para siempre", no estaría de acuerdo en que llamáramos "literatura" a las creaciones verbales de los pueblos indígenas mesoamericanos no registradas a través de la escritura.3 Pues, para tal autor, fue en el pasado cuando:

la crítica engendró conceptos tan monstruosos como el de literatura oral. Este término sencillamente absurdo sigue circulando hoy en día aun entre los eruditos, cada vez más agudamente conscientes de la manera vergonzosa como revela nuestra incapacidad para representar ante nuestro propio espíritu una herencia de material organizado en forma verbal salvo como cierta variante de la escritura, aunque no tenga nada en absoluto que ver con esta última (Ong 1987: 20-21).

A pesar de la crítica anterior, resultado del apego del autor a las etimologías, me alineo con León-Portilla, el Diccionario de la Academia de la Lengua Española y otros autores que se han ocupado de las creaciones orales indígenas, poniendo en el siguiente apartado los "monstruosos" términos de "literatura oral".

LOS GÉNEROS: ENTRE LA LITERATURA ORAL Y LA ESCRITA

Si creemos superada esa discusión, nos enfrentamos ahora a otro problema: ¿son válidos los géneros que reconocemos en nuestras literaturas? ¿Tenemos que seguir las clasificaciones propias de la literatura ibérica o las que hace una teoría literaria con pretensiones de validez universal? Aquí trataré de demostrar que los binnigula'sa', o antiguos zapotecas, fueron capaces de reflexionar sobre lo que hacían con la lengua, y distinguían los usos o las funciones que le daban: clasificaron y organizaron el manejo literario de su lengua de acuerdo con su percepción de la realidad y con la función que cumplía su creación literaria en determinados contextos. Eso quiere decir que nos heredaron, a los binnizá o zapotecas del Istmo, una teoría literaria propia a través de los géneros literarios en diidxazá, de acuerdo con la información disponible, a la cual podemos llamar retórica indígena zapoteca.

No discutiremos aquí —por cuestiones de espacio— si esta clasificación hecha a partir de su teoría literaria es científica o no, como tampoco lo haremos respecto a las clasificaciones hechas por la teoría antropológica o literaria occidental; porque esto nos

3 Ésta es la posición de Walter J. Ong (1987: 21).

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llevaría a cuestionamientos respecto a si la historia y las ciencias sociales son o no ciencias, de acuerdo con el paradigma de las ciencias naturales, "duras" o como se les quiera llamar. Lo que haré aquí, brevemente, será sólo organizar y sistematizar la información procedente de dos fuentes: la filológica, registrada por fray Juan de Córdova (1942) en el siglo XVI, y la que ha conservado la literatura de tradición oral de los binnizá, recopilado a través del método etnográfico de la observación participante.

En el uso de toda lengua se distinguen dos maneras primarias de su sentido: una se llama "sentido recto", el cual se da en el habla cotidiana principalmente y la otra, llamada "sentido figurado", se da en el manejo del "arte de la lengua" y se usa en las obras literarias mismas. De acuerdo con la construcción de los enunciados, el sentido recto de la lengua puede ser usado de una manera prescriptiva, como el usado en el ámbito normativo; es decir, en las normas jurídicas o morales que establecen "deberes", o de una manera descriptiva como el usado para referirse al mundo de los hechos y su descripción. En este caso nuestro objeto de estudio es el sentido figurado de la lengua de los binnigula'sa', aunque tal vez indirectamente hagamos referencia a los enunciados normativos en la medida en que la enseñanza de los géneros literarios zapotecas fue transmitida de generación en generación mediante el uso de un lenguaje en donde se establecían preceptos para que los jóvenes aprendieran el arte de su lengua. Por ejemplo: "Para que te salga bien un sermón (Libana) para una boda debes...", "Para que te salga bien una "mentira" cuando vayas a un velorio debes…"; etcétera.

En mi libro La flor de la palabra (De la Cruz 1983) hice un primer intento de investigación de lo que Alfredo López Austin (1990: 276-277) llama género literario teórico, desde fuera de la teoría literaria zapoteca que yo pretendo sistematizar desde una teoría literaria propia, a partir de lo que nos heredaron los binnigula'sa'. Y desde donde po-damos continuar los zapotecas contemporáneos para desarrollar una retórica propia actual.

No sabemos ahora con precisión cuáles fueron los géneros literarios que cultivaron los zapotecas en la época prehispánica; pero, a pesar de todo, no me he desanimado para intentar una reconstrucción de algunos de aquéllos, que de alguna manera han sobrevivido hasta nuestros días. Para reconocer la existencia de un género determinado me atengo a los resultados complementarios de la aplicación paralela de dos procedimientos metodológicos: uno histórico y otro etnográfico; por eso hubo un género que no registré en La flor de la palabra, porque no sobrevivió en la literatura de los binnizá hasta el momento en que terminé la investigación, o al menos no pude documentarla. Se trata de la novela, la cual fray Juan de Córdova registró en una entrada de su Vocabulario... (1942) como "Novela o conseja para contar" y cuya traducción hizo como Tichacánitichaci, tíchacoquíte. No sabemos, por el momento, a qué tipo de creación literaria llamó Córdova novela, porque no hemos encontrado ejemplos sobrevivientes de este género; pero como actualmente un zapoteco de la sierra ha escrito una primera novela en la lengua contemporánea (Castellanos Martínez 1994), este género debe ser considerado dentro de la literatura zapoteca contemporánea.

Como se sabe, desde el punto de vista lógico, lo que se exige para hacer una clasificación es un criterio clasificador, y criterios para clasificaciones no los tienen solamente los científicos profesionales, también los tienen los indígenas para clasificar la naturaleza —flora y fauna, por ejemplo— o lo que el hombre ha cultivado con sus manos o su intelecto. En el caso de los binnigula'sa' o antiguos zapotecas, es difícil sostener que todas sus clasificaciones hubieran sido religiosas o vulgares si para explicar sus realizaciones arquitectónicas, por lo menos, tenemos que suponer un caudal de conocimientos matemáticos, físicos, astronómicos, etcétera. Vamos a suponer en ellos,

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entonces, unos conocimientos en materia de teoría literaria y religiosa, que nos permitirán explicar la información que nos dejó fray Juan de Córdova y que sobrevivió a través de la tradición oral. Esto no quiere decir, por supuesto, que los conocimientos que tenían los binnigula'sa' en materia científica estén a la altura de los que ha alcanzado la astronomía o la antropología actualmente, como tampoco lo están los conocimientos del hombre de la Edad Media europea respecto a los que tienen actualmente los científicos europeos.

Hechas estas aclaraciones y con la limitación impuesta por las pocas fuentes que no fueron destruidas —por la naturaleza o por el hombre—, pasaré a ocuparme de la clasificación de los géneros literarios zapotecas, con la información disponible desde el momento de la invasión europea hasta la actualidad. Por las limitaciones de espacio a la que ya me he referido, sólo organizaré dicha información con base en el criterio de la función que cumplía el género registrado por Córdova y corroborado por mí en la investigación etnográfica. En principió clasificaré los géneros en tres grupos, de acuerdo a su función principal:

GÉNEROS SAGRADOS

1. Mitos o escritura sagrada. Al igual que los cristianos no llamarían mitos a los relatos bíblicos sobre el origen del mundo y los seres humanos —porque mito es un concepto contemporáneo—, tampoco en Córdova los encontraríamos como tales. Pero siguiendo el criterio de que Biblia es escritura sagrada y —así como tal consideramos los mitos indígenas mesoamericanos— buscamos el término y encontramos en el Vocabulario... del dominico, la siguiente entrada: "Escritura sagrada que encierra en sí muchos sentidos y toda assi, vide figura: Tícha nachijño, qichijño, napàana, navònaténi Dios ninavóoquíchi (Córdova 1942).

Como fray Juan de Córdova nos remite a "figura" y con esta palabra encontramos dos entradas para escritura sagrada, eso quiere decir que todavía estamos lejos de comprender la complejidad de los textos sagrados de los binnigula'sa':

Figura como de la sagrada escritura. Xiñaaticha, piniji, pelàa. Lohuàa. Pennàhni. Figura iterum (de nuevo, por segunda vez), ésta sirve para las excelencias de la sagrada escritura. Ticha natòbi, ticha naègo. tichanagàche ticha naquèe ciani lào ticha, tichanixòla, ticha pelàa. ticha nònaquela. ticha cicaquìehuana. ticha nàcoxàbani. anteponer. ly. cìca vt. ticha cica. &C (Córdova 1942)

Ejemplos de la sobrevivencia de los mitos en el sur del Istmo son el del origen del maíz (Ta Mexu 1975: 12-15) que es el tema de la canción llamada "Gurrión", de Manuel Reyes Cabrera, o los contenidos legendarios y míticos de las narraciones de Andrés Henestrosa y Gabriel López Chinas escritas en español.

2. Poemas. Hoy en día las composiciones de los binnihuiza'diidxa' se dividen en dos grandes grupos: poemas y canciones. Llamamos poemas a aquellos objetos verbales en verso que no tienen una melodía con la cual puedan cantarse. Es probable que, excepto el libana, que era un "discurso", y el diidxagola, las creaciones "en verso" de los binnihuiza'diidxa', o poetas, fueran cantadas durante las danzas con el acompañamiento de instrumentos musicales.

3. Canciones. Riuunda' o liuunda' llamamos actualmente a este género en zapoteco, cuando los versos van acompañados de una melodía para ser interpretados con ella. Para el zapoteco antiguo, Córdova dejó dos acepciones: una en la entrada de "Canción ca(n)to. Tij, tichatij, tijtólani"; y la otra en "Compuesto cantar o canción. Tijnicoyáachàhui

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nicócachàhuia"; estas dos últimas acepciones, transcritas en zapoteco del Istmo, significan "palabras de quien está bailando bien", stiidxa' ni cubaa chaahui'.

GÉNEROS DIDÁCTICOS

1. Sermón. Libana. Este género, conocido entre los nahuas como huehuetlatolli (discurso de los ancianos), sabemos que fue conocido por los zapotecas no sólo porque después de más de cuatrocientos años de colonización sobreviven algunas versiones y fragmentos, sino también porque Córdova lo registró en su Vocabulario… como lipaana o ticha lipáana.

El huehuetlatolli era un género específico perteneciente a la literatura didáctica o pedagógica. De una redacción literaria muy cuidada, el género fue cultivado por los mejores sabios o "profesores" y "debido a la rebuscada belleza de su lenguaje y al alto contenido de sus preceptos, se consideraba como una de las creaciones más difíciles" (Baudot 1979: 122). Lo anterior, escrito por Georges Baudot a propósito del huehuetlatolli, es totalmente aplicable al libana; además, es en este género en donde más claramente se ve la inserción de la literatura zapoteca contemporánea en el gran árbol que fue la literatura precolombina, al usar procedimientos comunes a las otras ramas de éste, como el "paralelismo" o aglomeración de significados.

2. Proverbios. Diidxagola. Para el proverbio o refrán, Córdova registró una serie de términos que no sabemos en qué medida eran sinónimos: tichagóla, natago, naciña, nachino, napeeche; pero de todos ellos el que es reconocible en el zapoteco actual es el primero: "palabra anciana". Esto se podría confundir con el "discurso de ancianos"; sin embargo, no sucede así porque mientras el libana es un discurso largo (varias series de frases encadenadas entre sí sobre un tema), el diidxagola o proverbio es como la síntesis del discurso, dicha con dos o tres frases internamente ligadas entre sí con mucha fuerza, que no admiten interpolaciones ajenas a ellas mismas porque se trata de expresiones verbales memorizadas como estructuras completas.

3. Narraciones, relatos o crónicas históricas. Tíchahuenilàchi. Posiblemente este término refiere el etnocentrismo de Córdova dado que lo incluyó como segunda acepción de la entrada: "Componer mentiras o poner de su cabeça o forjar", cuando significa palabra de la gente autóctona, la cual, pienso, se refiere a la historia en su acepción más amplia.

GÉNEROS DE ENTRETENIMIENTO

1. Cuento. Diidxaguca' (?)-diidxaxhiihui'. Ignoramos desde cuándo entre los textos en prosa —digamos prosa, por oposición a los géneros en donde se manejan principalmente metáforas, imágenes y ritmos "en verso"—, empezó a darse la distinción entre cuentos y "mentiras" o palabras exageradas, porque Córdova registró dos términos (Tozaaxihuijatíchaxihuij, tíchahueniláchí) para la acción de "componer mentiras o poner de su cabeza o forjar".

Transcritos ambos en la variante del zapoteco istmeño, el primero se escribiría ruza' xhiibuí' diidxa' xbihuí': compone exageradamente palabras exageradas, y el segundo pue-de transcribirse como diidxabinnihuala'dxi, es decir, palabras de la gente autóctona, lo cual me lleva provisionalmente a concluir que el primer término se refería en general a cualquier narración inventada, forjada por la mente humana; mientras que la narración de hechos reales, de sucesos humanos verdaderos o historia, fue designada por el segundo

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término. Aunque no hemos encontrado el registro filológico de Diidxaguca', en vista de que en la actualidad distinguimos entre los géneros de "cuento" y "mentira", reservamos esta palabra para el cuento y del segundo género nos ocuparemos enseguida.

2. "Mentiras". Si estuvieron unidos, si fueron una misma cosa, no sabemos en qué momento histórico el camino del cuento y de la "mentira" se bifurcó, porque actualmente los encontramos parientes cercanos, pero distintos. En el cuento, desde que el narrador empieza nos sitúa en el terreno de lo imaginario y el final, también irreal, guarda una proporción con el principio porque todo el discurso se da en el mismo plano, a la misma altura. La mentira, sin comillas, del engaño que en zapoteco es guendarusiguii; el mentiroso, además, espera que se dé crédito a su dicho. En cambio, en la otra "mentira" no se busca engañar sino divertir.

La "mentira", entonces, se da en dos planos: al principio uno real, donde se manejan datos verídicos, y al final en un segundo plano, imaginario, disparado de la realidad, pero así esperado porque el narrador no pretende que se le crea, busca demostrar su audacia imaginativa. En este sentido el término que me parece más apropiado para designar a este tipo de narración es la parte final de la expresión que da Córdova para "componer mentiras...": tíchaxihuj, palabra exagerada, que al actualizarse queda como didxaxhiihui'.

En mi aldeana ignorancia, pensaba que la "mentira" era un género exclusivo de los zapotecas; pero otro autor me ha sacado de mi equivoco, éste es un género conocido y practicado por los tzotziles o chamulas, por lo cual podríamos pensar que se trata de un género indígena mesoamericano. Para Gary Gossen:

La subcategoría de las mentiras (hut k'op), que corresponde al género del lenguaje frívolo, se superpone a la categoría de la plática loca o disparatada (cubah lo ?il), perteneciente al género de la auténtica narrativa reciente.Según los informantes, el verdadero propósito de las mentiras es simplemente divertir. No tienen la intención de engañar, ya que los oyentes saben, por las características estilísticas y el contexto, que son una especie de cuento totalmente increíble (Gossen 1989: 126-127).

Según Gabriel López Chinas:

Al lado del chiste zapoteco y participando un poco de su naturaleza, se encuentran las grandes mentiras ingeniosas, humorísticas, que provocan risa. Sus autores gozan igualmente de celebridad. Son figuras en este género Móonge, Ta Míinu, Ta Pá y Ta Sabinu. Estas mentiras hiperbólicas reúnen las mismas características de los chistes, agregándoles imaginación y fantasía (López Chiñas 1967:6).

3. Chistes. Córdova no registró la palabra como tal, pero en dos entradas nos da las expresiones que corresponden al sentido de "chiste" en diidxazá: "Truhán de palabras. vide chocarrero. Hucuèchi naquìte tìcha"; y "Truhanear assi. Tocuèchi pe quìte tìchaya, tòni pèchea coquìte tìcha". El Pequeño Larousse da como sinónimos de "truhán" los siguientes: bufón, gracioso. El sentido de las dos últimas palabras, naquìte/coquìte tìcha, es de "alegres palabras". Por lo cual considero que el nombre actual del "chiste" es Coquiite diidxa'. Respecto a este género en su forma contemporánea, López Chinas escribió:

Ingenio, elegancia en el lenguaje, oportunidad, improvisación, ironía son las características del chiste zapoteco. Brota de improviso, radiante, contagiando hilaridad. Su campo se halla en los sitios en donde se reúnen amigos y conocidos para trabajar en común o para distraerse […] El protagonista puede serlo cualquiera de los pobladores: un amigo, un pariente, un conocido, sin que el aludido se

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ofenda, porque no hay en el ánimo del autor intención de ofender. En ocasiones hasta un difunto suele ser personaje de un chiste, y nadie se da por agraviado, tal parece que se obedece una consigna: vivir y reír. Los temas que se tocan son múltiples: ignorancia, estulticia, hambre, embriaguez, indiscreción, avaricia, presunción, ingenuidad, infidelidad, envidia, pobreza, etc.Y aparece aquí el segundo aspecto del chiste zapoteco, o sea el relacionado con su difusión. Narrar un chiste exige requisitos privativos de circunstancias, gracias en el hablar, ademanes apropiados, gestos sugerentes, insinuantes, risas oportunas para provocar risas en los oyentes, comentarios sobre lo más sobresaliente del tema o de los personajes. Cada narrador, cuando el chiste no se funda en vocablos que han de prestarse a equívocos, a duplicidad de significados o en algún otro matiz idiomático, puede utilizar libremente las palabras que considere más adecuadas para el caso; no existe, por consiguiente un texto fijo, exclusivo de cada chiste; lo que se conserva invariable es el tema, el asunto (López Chiñas 1967: 6 y 8).

4. Novela. Tichacànitíchaci, tichacoquite. Palabras que son sólo palabras, palabras-juego. Según Córdova había "novela". Y si Córdova aplicó el concepto europeo de novela a cualquier otro género existente en ese entonces, Javier Castellanos, un zapoteco de Yojovi, en la Sierra Norte de Oaxaca, ya demostró que sí puede haber ese género en el zapoteco contemporáneo.

Para terminar, debo reconocer que, a pesar de sus orígenes colonialistas y sus pretensiones absolutistas, paradójicamente la antropología nos ha aportado conocimientos respecto a dos hechos culturales: primero, que todas las culturas son etnocéntricas así como que el hombre soñó antes que era el centro del universo, y, segundo, que en el mundo existe más de una cultura. Por lo tanto, la única solución posible es reconocer la pluralidad humana y aprender a vivir con ella, respetando las diferencias étnicas, culturales, lingüísticas y religiosas; para evitar que este barco llamado tierra naufrague en el océano del universo, mientras los seres humanos navegamos en él.

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BAÚL DE LETRAS

PARA UNA MUJER ISTMEÑA

Ramiro Pablo Velasco

El perfil de la insistenciatransgrede el presente deshecho Resbala el gozo silente del grabador mentalCada encuentro fue un himnocada beso inmenso bosqueTodo desnudo fue signo de infinitoMis manos apartaron sus senos avanzando como ríos de seda hacia su cuellobandera que ondea bajo un prisma lunarDe su vientre amablepuedo decir dignamenteque es campo tupidode geranios

Iluminaron antorchas las visitas al amornuestra piel brilló desde nuestras almasDe la mano de la ternura le recorríde pies a cabezay durante semanas me detuvea sembrar en su pubis

Nadie puede decirque fue efímera la historia

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si el registro es tan humildecomo el magnífico retrato de la gloria alcanzada en su vientre generoso

POLARIDADES

Ezequiel Gonzáles

Él se quita los guantes y el overol,enciende la radio y escucha unavoz seductora y suicidamente femenina con encaje en las ideasy seda blanca, totalmente blanca en las palabras. Ella continúa su diálogo de esclava entorpecida en otra historiaque se pierde al margen de ésta,su boca se cierra y abre rutinariamente,y sus sueños recaen en lo disímil del propio instinto. Parpadea y no bosteza,coquetea al primer minero de un tren onírico,ciñe una ceja y obsequia su mejor mueca al hombre con guantes,sal y sudor en la piel. Él no continúa escuchando porque se ha quedado dormido,las palabras le dieron la espalda a su razón,y la no-razón se apoderó de las circunstancias,las quimeras y, en ellas, pasiones y deseos. Imagina que una actriz sueña dentro de su papelpero, en su fantasía, la actriz no sueña que coquetea:ella se muestra indiferente a él por su mal aspecto,a lo lejos escucha el tren,éste se hace cada vez más perceptible,una armónica suena y es arrollada por el mismo. El ruido despierta a Ernesto, quien se quitael guante izquierdo y contempla a Isabel, que a su vez se está quitando de sí mismaaquel beso onírico de un sucio garrotero, mientrasse pone en pie porque tiene que ir al trabajo:la estación de radio la espera y no perdona la falta de angustia.

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DE CÓMO JUCHITÁN SE QUEDÓ SIN CONTADORES DE MENTIRAS

Gubidxa Guerrero

Con cariño para Xu,mi niño temblor

Al mentiroso más grande de Guidxiguie’ le dio por visitar la Luna. Desde niño soñaba con pisar su suelo, pero hasta entonces tomó la determinación de realizar la empresa. Cercano el día, comunicó a sus amigos sus intenciones, ofreciéndose, además, a traerles cualquier encargo en caso de que así lo requirieran. ―Estás loco ―le dijo a Moonge uno de sus conocidos―, ir a la Luna es muy difícil, no es como ir a Xadani o a Tehuantepec; la Luna queda muy lejos. Además, cuentan que en ese lugar hace mucho frío. Necesitarías llevar una cobija muy grande para soportarlo y tú no tienes cobijas. ―Eso es mentira ―respondió el aventurero―, allá no hace frío; de cualquier modo iré preparado: llevaré en el morral un manojo de chiles. ―Pero en la Luna hay una culebra muy grande que se come a los intrusos ―indicó otro. ―Mentira también, no es culebra lo que vive allí, sino chapulines, y a los chapulines no les tengo miedo. ―Pero Moonge ―agregó alguien más―, si vas a la Luna, ¿quién va a contarle historias a la gente? ―Ese no es mi problema, ustedes también cuentan historias; además, sólo iré por una semana. ―Bueno pues ―remató el último―, pero al menos dinos cómo diablos subirás. ―¡Fácil! ―comenzó a explicar emocionado Moonge―, compraré un mecate muy largo y lo lanzaré al cielo; ya que tenga bien agarrada a la Luna, comenzaré a trepar. Ante este ingenioso plan, sus amigos no tuvieron más remedio que apoyarlo y acordaron ir a despedirlo en su aventura de visitar a la esposa del Sol. Fue cuando los mentirosos de Juchitán convinieron reunirse una noche en Playa Vicente para decirle adiós a Moonge. Ya se encontraban todos pisando la fina arena cuando llegó el viajero con su caja de totopos, su ración de camarón seco y sus tamales de elote. ―Estoy listo ―dijo él―, voy a lazar a la Luna y conoceré sus caminos; cuando regrese les diré cómo me fue. Moonge empezó a calentar el brazo para lograr su objetivo. Estando preparado respiró profundo y aventó la cuerda. En el primer intento falló; unos pescadores del barrio Guze Benda fueron a recoger su mecate hasta San Mateo del Mar, pero no se desanimó. La siguiente vez escupió las palmas de sus manos, recogió un poco de arena de la playa y arrojó nuevamente el lazo. Acertó, y el disco celeste quedó bien sujetado. Entonces Moonge intentó ascender. Pero grande fue la sorpresa de todos al percatarse que en lugar de que él subiera, la Luna comenzaba a caer por la fuerza con que era jalada. Al ver que la gigantesca esfera venía hacia ellos, todos echaron a correr lo más rápido que pudieron. Para desgracia de Juchitán, la Luna golpeó con fuerza en el lugar en que Moonge y su camarilla se encontraban. Todos

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murieron, y la rueda de plata ―con la misma fuerza del impacto― rebotó en la Tierra y regresó al lugar de donde había salido. Fue así como nuestro pueblo se quedó sin contadores de mentiras que alegraran la vida de las personas…

AY, LEWIS CARROL

Guillermo Petrikowsky Reyes

Ay, Lewis Carroll,cuán grandes debieron ser tus angustias.Cuántas vertientes en tus ansias.Montado en la impotencia, en la inútil seducciónde tus imposibles deseos

Alicia, era más que la maravilladel país de tus sueños.Era la consumación imposibledel amor placentero, entre las núbiles entrañasde su inocencia excitante.

Ni tú, ni ella,en el fiel de la dicha.

sólo un cruento inventar historiaspara encubrir los descalabrosde tu severa razón

matemática y dialéctica.

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ESTA AVE GORJEA

Dionisio Hernández Ramos

Esta ave gorjeaprofundamente azulla melodía a la esperade la infaltable sombra que arribará puntuala la hora acordadaen la medianía de la tarde

Vendrá transponiendoobstáculos hallados a su pasonada la detendrápara volver la vista.Esta ave deja rescoldoen cada nidoy huellas verdes sobre la ceniza del pasado

Desde la más elevada atalaya observa la danzadel tiempo y el discurrir silencioso constantede los sueños coloreadospor sus vísperas

Esta ave acecha acurrucada cada uno de los tonosde la melodía azulque se va danzando hacia el pasado

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EL NIÑO DIOS RETORNA4

Andrés Henestrosa

El niño zapoteca puede saber, con sólo oír lo que cuentan los abuelos y las pilmamas, qué tiempos corren, qué fiestas se aproximan, si fiestas reales o fiestas de guardar. Las fiestas reales apenas dejan en su mente un tenue rastro que después los años, como una leve brisa, borran para siempre. Las fiestas de guardar, por el contrario, trabajan su fantasía, su capacidad mentirosa: los complica, les da alas. Y entonces cuentan fábulas sutiles, que el niño oye embelesado. Fábulas que aunque han caminado muy lejos dentro de ellos, un día regresan y vuelan hacia afuera. Entonces es llegado el momento de referirlas a los niños: el niño se ha vuelto abuelo. Andrés Henestrosa Ningún tiempo más propicio para narrar historias que el mes de diciembre o de Natívitá, como los zapotecas pronuncian natividad, en un acomodo de la palabra a su lengua. Entonces parece que retorna, que revive en todo hombre el niño que se ha sido y que se quedó viviendo para siempre en nosotros. Una a manera de Niño-Dios, bueno, inocente, crédulo. Cuentan, pues, en esos tiempos nuestros mayores muchos pasajes de la vida de Jesús, a quien algunos dicen haber conocido. Porque, ¿saben?, Jesús estuvo en tierras de Juchitán y de Tehuantepec. Y habló zapoteco. Una de las mentiras que refieren es, que la noche del 24 de diciembre, que es milagrosa y providencial, buena para que Dios se manifieste a los hombres, ocurren estas tres cosas: la sirena del mar, la flor del higo y el dios del viento. Pero eso sí, sólo los niños, los mudos y los hombres virtuosos, porque no pueden contarlo, pueden verlos. Cuando yo era niño, porque yo también he sido un niño, recorrí muchas leguas de playa esperando ver a la sirena del mar; pero me faltó virtud, que en el zapoteca de hoy significa algo así como santidad, para verla. En cambio vi la flor del higo y el dios del viento... Pero se me ha olvidado.

4 Tomado de Los hombres que dispersó la danza, Andrés Henestrosa, Editorial Porrúa, México, D. F., 1997.

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RECUERDOS

Omar Villalobos

Mis ilusiones se hunden en la oscuridad de la noche ahogándome hasta quitar mi respiración, ya no más lágrimas, la partida es irreversible.

Tus recuerdos están ahí, las fotografías quitas para siempre, los días juntos se detienen con mis sentimientos, el vacío de tu presencia me mata.

Tiembla la noche en mi cuerpo ausente, divido los sueños en presente, futuro, pasado, en una cruz de luto, muevo las manos como palomas en inútil vuelo; no te hallan.

Revuelvo las luces y sombras, me trasladan en una búsqueda infructuosa, poseo tan sólo recuerdos, con ellos tejo una red, la lanzo al mar, flotando se pierde en el horizonte; tu amor queda anidado en mi pecho.

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NDAANI’ BATANAYA’

Natalia Toledo

Ni guicaa T. S. Elliot

Ndaani’ batanaya’ gule jmá guie’ naxiñá’ riniziula’ ne sicarú,qui zanda gusiaanda’ dxiibi guxhanécabe naa guirá ni gule niá’.Guzaya’ xadxí ne batanaya’bitiide’ guidilade’ ra dxá’ beñene ndaani’ guielua’ bidxá yuxi nuí.Gula’quicabe láya’ Mudubinapurti’ gule’ luguiá nisa.Guriá yaachi naxí gudó yaa’ ti beenda’ cayacaxiiñi’ naane guca’ Tiresias biníte’ guielua’,qui niquiiñe’ guni’xhí’ ora guzaya’ stube ndaani’ ca dxí ma gusi.¿Guná nga ni bisanané binniguenda laanu?, ¿xí yuxi guiebisaananécabe laanu?Ca xiiñe’ zutiipica’ diidxa’ guní’ jñiaaca’ne zazarendaca’sica ti mani’ ripapa ndaani’ guí’xhi’, ne guiruti zanna tu laaca’.Guirá beeu nuá’ neza guete’balaaga riza lú nisa cá tini, ni rini’ xcaanda’ guielua’ pe’pe’ yaase’.Zabigueta’ zigucaaxiee xquidxe’, ziguyaa xtube xa’na’ ti baca’nda’ ziña, chupa bladu’ guendaró ziaa’ zitagua’.Zadide’ laaga’ neza luguiaa, ni bi yooxho’ qui zucueeza naa,

ya’ ra nuu jñiaa biida’ ante guiruche guirá beleguí.Zaca’ xti bieque xa badudxaapa’ huiini’ni riba’quicabe guie’ bacuá íque laga,xa ba’du’ ruuna niidxi sti guie’ zabigueta’ xquidxe’ ziaa’ si gusianda’ guie lúa’.

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DE MIS MANOS

Natalia Toledo

Para T.S. Elliot

De mis manos crecieron flores rojaslargas y hermosas,cómo olvidar el miedo con que fui despojada de toda certeza.Caminé con las manos y metí mi cuerpo donde había lodomis ojos se llenaron de arena fina.Me llamaron la niña de los nenúfares porque mi raíz era la superficie del agua.Pero también fui mordida por una culebra apareándose en el esteroy quedé ciega, fui Tiresias que recorrió sin báculo su historia. ¿Cuáles son las raíces que prenden, qué ramas brotan de estos cascajos?tal vez soy la última rama que hablará zapotecomis hijos tendrán que silbar su idiomay serán aves sin casa en la jungla del olvido.En todas las estaciones estoy en el surbarco herrumbrado que sueñan mis ojos de jicaco negro: a oler mi tierra iré, a bailar un son bajo una enramada sin gente, a comer dos cosas iré.Cruzaré la plaza, el Norte no me detendrá, llegaré a tiempo para abrazar a mi abuela

caiga la última estrella.Volveré a ser la niña que porta en su párpado derecho un pétalo amarillo,la niña que llora leche de floresa sanar mis ojos iré.

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EL SEÑOR DE LOS SACRIFICIOS

Gerardo Valdivieso

Para el gran señor Víctor Cata

La noche de mi nacimiento el Sumo Sacerdote de Yoo Bá’,5 Ruya Dó’,6 despertó después de haber sido visitado por el dios de los sueños, quien le anunció que su sucesor había sido alumbrado. Así me lo cuenta mi maestro mayor que en ese entonces era bigaana’7 en el Yoo Bee8 del Gran Vidente, y que velaba el sueño del sacerdote cuando este despertó y dijo: gueeda ca ni riguubiá’ guibá’9. Se levantó con la agilidad de sus quince años; envolviéndose en su manto se dirigió al templo de los astrónomos. Mientras cavilaba si debía llamar a los guardadores del fuego se dio cuenta que había luna llena y que en las escaleras del templo ya subían los escrutadores del cielo. Mi maestro mayor se refiere a mí siempre como bixhoze’,10 aunque ese título bien le vendría a él porque desde que mis progenitores me entregaron al templo se ha encargado de mi cuidado, no obstante mi tutor es el sumo sacerdote de Yoo Bá’ pero por sus múltiples y altas ocupaciones rara vez se entrevista conmigo. Desde siempre le he llamado Diidi’ porque antes de ser nombrado mi maestro mayor él era el ayudante principal del sumo sacerdote y su Rutiidi11 en los grandes sacrificios. En la corte y entre el populacho se le conoce como Xhuana Naxhiñá12 porque en su oficio de primer sacrificador porta el gran cuchillo de obsidiana con que abre el pecho de los cautivos, cuyo corazón y sangre se ofrece como tributo a nuestros dioses. Sus manos transportan el corazón aún palpitante a su señor, quien como único enlace con las divinidades les ruega con todas las palabras dulces de nuestra lengua se dignen aceptar los sagrados alimentos. Sólo cuando se me permitió presenciar una de las ceremonias de tributo a las deidades entendí el significado de su apodo, a medida de que los siete frutos rojos del pecho de los prisioneros eran depositados en el altar, el cuerpo de mi maestro mayor se teñía de sangre y como una laca roja brillaba el alimento sagrado en sus muslos y su cara con un maquillaje de puntos rojos.

5 Mitla6 El que todo lo ve7 Ayudante8 Templo del sumo sacerdote9 Que vengan los astrónomos10 Padre11 El que pasa algo12 Señor rojo

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Dejó de ser la sombra de mi antecesor para ocuparse de mi educación, pero de su tarea principal, la del primer gran sacrificador, no fue destituido; aún cuando se limpiaba después de las ceremonias sangrientas, los pliegues de sus dedos quedaban entintados de sangre. Me supervisaba diariamente; aunque él era mi maestro de la liturgia, en el resto de mi educación tuve otros instructores, como de la escritura, de lo sobrenatural, medicina, el del dominio de las armas y finalmente el de los trajes; y cada vez que pasaban los años, mi antecesor se ocupaba más de enseñarme sobre los misterios de la videncia y el mundo de los dioses. En las tardes me pedía recitar las oraciones sagradas aprendidas de memoria con mi maestro de la escritura, recordándome siempre que no debía recitar deprisa, y corrigiéndome la dicción. Después entendí los motivos de su dedicación a mi correcto hablar, cuando el Ruya dó’ me llamaba a su lado y me pedía recitar algún pasaje de nuestras oraciones. Cuando ya tenía muchos años encima, mi maestro mayor recitaba con más parsimonia y sentimiento los pasajes dedicados al final de nuestros dioses y, por ende, de nuestra cultura. Veía yo con cierta tristeza que procuraba lo más posible no interrumpir su recitación cuando sentía que se le cerraba la garganta. Estos pasajes que se han pronunciado por cientos de años y que nos revelan que debemos lamentarnos por nuestra desaparición, sin entender hasta hoy si las deidades nos abandonarán, o nosotros hemos de darles la espalda alguna vez, pero que nuestra finitud está ligada y la cual hasta nuestros días no ha ocurrido. Pero mi maestro mayor veía más bien su final en estos versos antiguos, pues como dicen las mismas sagradas escrituras, experimentar la muerte es sentir los cuatro horrores sagrados de los elementos: siaba bi, siaba bele, siaba nisa, siaba yu.13

Los que oficiamos sobre estas cosas sacras envejecemos con más premura que el resto de los mortales, porque hemos de desvelarnos en estar atentos a la interpretación de lo que nos dicen las divinidades a través de sus designios, ya sea en los sueños, los astros, y porque hemos de cargar también con los problemas de nuestros señores como propios y, consecuentemente, con los problemas de toda nuestra nación. Pero incluso dentro de nuestro linaje los que sufren cargas mayores son nuestros ayudantes que duermen a ratos y que deben estar despiertos cuando nosotros dormimos y estar de pie con el sol; mueren a temprana edad a fuerza de tomar drogas para mantenerse siempre lúcidos y activos, pero los que duran menos son los que ofrecen sus cuerpos a los oráculos, tal es el caso del que recibe al Dios Jaguar: Ladxidó Guidxi,14 al cual tuve el honor de visitar, aposentado en los nuevos dominios de nuestro gran señor, al sur, entre los dos mares, en donde se ha escrito que fenecerá nuestro reino, en donde se reducirán nuestros últimos soberanos. A este oráculo acudimos a consultar por encargo de nuestro monarca para confirmar ciertos asuntos relacionados con el país. Apenas arribamos a la planicie nos llegó el olor a salitre, pero tuvimos todavía que subir a las barcas para alcanzar la isla sagrada en donde se hace presente la deidad sobre la que descansa nuestro mundo. La experiencia sobre el cuerpo viviente del oráculo fue terrorífica, ver cómo un dios toma el cuerpo de un hombre es como presenciar la erupción de un volcán. La primera vez que noté que mi maestro quería entregar su vida fue cuando expiró el Ruya Dó’ y éste, en su lecho de muerte, me comunicó al oído su nombre verdadero, nombre que guardó celosamente y cuidó de no revelar nunca, pues aquél que lo supiera lo tendría

13 Caerá aire, caerá fuego, caerá agua, caerá tierra14 Corazón del Reino

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en sus manos; así se consumó el traspaso de sus poderes hacia mi persona. Antes de las grandes exequias, mi maestro mayor me pidió permiso para acompañar a su señor, lo cual le negué. Ruya Dó’ era más severo y menos paciente. El sumo sacerdote sólo me acompañaba en los momentos especiales, a él le correspondió entregarme los punzones para el sacrificio y ayudar a sacarme sangre con ellos para ofrendarlo a mis dioses tutelares por ejemplo, pero después de eso y retirado El que todo lo ve, mi maestro mayor me llevaba la infusión de hierbas para enjuagarme la boca y así desinfectar y evitar hinchazones. Como todo joven, a veces cometía errores, los que se tomaban como fracasos de mi maestro mayor sobre quien recaían las culpas. Pero por algo las divinidades me asignaron como su sucesor y aprendí con las técnicas previstas a agudizar mis sentidos y a deducir los reportes de los astrónomos, a participar más de cerca en la situación política del reino y su posición ante nuestros vecinos y el imperio de Aztlán. Cuando finalmente expiró mi maestro mayor, en sus funerales me conmovió la recitación sobre la extinción de los Za.15 En la noche lloré amargamente a solas, sentí gran tristeza por su ausencia y por primera vez comencé a reflexionar sobre mi muerte y el final de los hijos de Zachilla.16 Sobre esto último concluí que no es más que una treta de nuestros dioses, y esto lo tengo por seguro porque me ha visitado la deidad de los sueños anunciándome el alumbramiento de mi sucesor. Ya he convocado a los astrónomos.

15 De binnizá16 La primera hija del lagarto sagrado

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LA CAÍDA

Mónica Jiménez Olmos

Silencio, hay que regresar, un golpe al corazónotro y otro, tocan la puerta, buscar la salida a ningún lugar, al fin salidaqué sentido es el que espera, dónde lo encuentrocómo lo logro, por qué, para qué el retorno.

La respuesta emana del interioren baños de sangre,para vivir, responde alguien,antes de morir al cuerpopara sanar el alma fragmentaday dar el salto,ahora, más acá, cerca, muy cerca.

Al abrir los ojos, sigo aquí.

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APUNTES ERÓTICOS17

Macario Matus

8¿Y por qué no entras por allí?,si ella te lo ofrenda, es tuyo, dice,ocúpate de mí. Yo estoy entretenidacomo ves, libando el licor del árbolde la vida y la muerte de quienes no saben.

9Y bien, aquí estás desfigurada,el rostro cubierto con una flor.Sabes que el sexo de varón y de ella,son flores. Uno al abrirse el pétaloy la otra al estar abierta igualmente: son.

11Flores de loto en lo imaginario, tréboles de cinco pistilos:

flores encima de la gran flor,la engendradora del árbol genealógico:madre de todos los placeres ilustres.

26Caballito no de mar,caballito de palo largoque lleva la batuta,encima tanates y tánatoscombinados de uva tierna.

17 Los siguientes textos pertenecen al libro inédito, Apuntes eróticos: poesía y gráfica, de Macario Matus y Gregorio Guerrero.

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CANCIONERO

GUENDANABANI

Letra: Juan XtubiMúsica: Daniel C. Pineda

Guendanabani xhianga' sicarúne gastiru' ni ugaanda laaDiuxi biseenda' laanu guidxilayúne laa cuidxi laanu ra nuu

Guendanabani xhianga' sicarúne gastiru' ni ugaanda laaguiranu napanu xhi gatinune guiranu zabiinu ra ba'

Napu' qué gapu' zielu'cadi ti napu' ziaanu'nahuiini' naró' guirá' zabiicadi guixí huidxe gu'yu' laama' zeedabí' ti bisaana xti'nga huaxa qué ziuu dxilaanu ma' ziuunu guibá'Xunaxidó' nga gapa' laanu ndaani' na’

Dxi ma' ziuununacahui riaana ndaani' yoohuadxí siadó'ni biaana ruuna're' nisa lu xpidó' ne rixui'luzuhuaa galaa bató' ti nisadó'canaba' lu Xunaxidó'cu' laanu ndaani' ladxidó'

Guiruti' ná' qué zieguirá' napa xi che'ne dxi guidxiña dxizadú nanenu guirá' ni ma' zé'

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LA VIDA

Traducción Libre

La existencia es bellanada se le comparaDios nos mandó a esta tierray Él mismo nos llamará a su lado

La vida es hermosano tiene comparacióntodos debemos morirsin excepción iremos a la tumba

Rico o pobre has de sucumbirno por tus riquezas te quedarásgrandes y pequeños pereceránjamás verás a alguienaún por algún olvidoesto nunca sucederánosotros iremos al cielola Diosa de la Muerte nos acogerá

Cuando nos vamosobscura queda la casaen el crepúsculo en el albaquienes permanecen lloranbeben lágrimas frente el altar y se imaginan náufragos en medio de la mar pidiendo a la Diosa de la Muerteque nos guarde en su corazón

Nadie escapa al destino todos tenemos que partirllegará el día el momentode encontrarnos con los que se han marchado

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(riropa)

CONVOCATORIA

PRIMER CONCURSO DE CUENTO DEL COMITÉ MELENDRE

El Comité Autonomista Zapoteca “Che Gorio Melendre”

CONVOCAA todas las personas, sin distingo de nacionalidad, etnia, género, edad, ni ocupación, a participar en el Primer Concurso de Cuento del Comité Melendre, de acuerdo con las siguientes:

BASESLas temáticas del concurso serán las siguientes:

1.- Mentira2.- La Muerte

― La participación será individual― Todo participante podrá concursar máximo con dos cuentos: uno por tema.― Los trabajos deberán presentarse en Times New Roman (12 puntos) a doble espacio. Tendrán como mínimo cinco cuartillas y como máximo ocho. Los textos bilingües podrán exceder al doble el número de páginas para dar cabida al texto original con su traducción. La portada de cada cuento deberá contener los siguientes datos. 1.- Tema, 2.- Pseudónimo del autor, 3.- Nombre completo del autor, 4.- Edad, 5.- Lugar de procedencia, 6.- Fecha de envío.

H. JURADO CALIFICADOREl H. Jurado estará integrado por especialistas propuestos por la organización convocante y su fallo será inapelable.

MECÁNICA DEL CONCURSOCuidando la imparcialidad del presente concurso, el H. Jurado Calificador solamente conocerá el pseudónimo de cada participante antes de emitir su fallo.

PREMIACIÓNLos cuentos que ocupen el 1° 2° y 3er lugar en cada temática serán publicados en un libro colectivo de mil ejemplares, correspondiendo a los primeros lugares 100 ejemplares, a los segundos 50, y los terceros 25. A cada uno de los demás participantes se le obsequiará un ejemplar del libro a editarseTodos los concursantes recibirán un diploma de participación.

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Los cuentos no ganadores podrán ser publicados en la revista Guidxizá - Nación Zapoteca (antes Istmo Autónomo)

INSCRIPCIONESQuedan abiertas a partir de la publicación de la presente convocatoria, hasta el 31 de diciembre de 2006. Será considerada inscrita toda persona que envíe su cuento con las indicaciones señaladas en las Bases.Las únicas personas que NO podrán participar en el concurso serán los integrantes del H. Jurado Calificador.

TRANSITORIOSCualquier asunto no previsto en la presente convocatoria será resuelto por el H. Jurado Calificador.

INFORMES Y RECEPCIÓN DE TRABAJOSPodrán remitirse a las direcciones electrónicas siguientes: [email protected], [email protected], [email protected]. También podrán ser entregados personalmente a cualquier integrante del Comité Melendre en disquet o versión impresa.

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