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I El Impuesto Unico Organo mensual de la Liga Española Fundador Gerente: ANTONIO HLSENOIN Año IV 1.° de Junio, 1914. Núm. 30 Las contrltociones en España El pueblo español es el más indiferente del mundo para las cuestiones económicas. Solamente se apasiona por las cuestiones políticas en las que ha gastado toda su energía durante la segunda mi- tad del pasado siglo, rebelándose contra la tiranía hasta que ha caído vencido y exhausto de fuerzas. Hoy puede decirse que es pasto de una oligar- quía plutocrática á quien sirve dócilmente la buro- cracia. Los privilegios concedidos á las Compañías, en su mayor parte extranjeras, que explotan el sue- lo nacional, son causa de su omnipotencia así como la de los fabricantes de Cataluña y Vizcaya que son los que imponen los aranceles de aduanas por me- dio del organismo oficial llamado «Junta de Aran- celes y valoraciones», que se compone de los mis- mos industriales que se han de aprovechar del au- mento de precio que en los géneros ha de causar los derechos de aduanas calculados con arreglo á di- chos Aranceles. De los cuerpos consultivos del Esta- do, este es el único cuyos dictámenes son íntegra- mente admitidos por el Poder Ejecutivo. Dasde 1894 en que el Gobierno conservador instauró el sistema proteccionista, los aranceles de aduanas no son más que una orgía directamente responsable de la miseria del pueblo. Se ha tripli- cado y aún cuadruplicado el precio de las cosas merced á esta infernal combinación y para mante- nerla se engaña al pueblo diciendo que merced á esos aranceles prospera la industria nacional. Las Compañías de ferrocarriles con sus altas tarifas de transporte (las mayores del mundo) y las subvenciones que logran del Estado son otra causa de aumento de precios y contribuciones. Vienen después los demás monopolios tales co- mo el del tabaco, cerillas, Banco de España, explo- sivos, azúcar, Altos Hornos de Bilbao y Compañía constructora de la escuadra, por no citar más que los principales, que entre todos despluman al ignorante pueblo y fomentan la miseria en una de las regiones más ricas del globo. Los impuestos indirectos (otro invento infer- nal) que forman base de la tributación en España, acaban la obra demoledora con el triste resultado de que anualmente salen de los puertos de la Pe- nínsula más de doscientos mil emigrantes que en su país se mueren de hambre, por no encontrar tra- bajo ó porque los jornales son tan bajos y los pre- cios de las subsistencias tan altos, que no pueden vivir aún encontrando trabajo. Detrás de toda esta infernal maquinaria está el padre de todos los monopolios: el monopolio de la tierra, triunfante en este país como en ninguno, pues aún la parte insignificante con que debe con- tribuir á las cargas públicas^ según las actuales le- yes, la elude con malas artes y la contribución se cobra con arreglo á una evaluación hecha en 1860 (¡!). Este ejemplo es seguido por todos los demás monopolios que defraudan constantemente su parte de contribución, resultando que los impuestos los paga únicamente el que no puede eludirlos ó sea el consumidor al comprar las cosas, puesto que no existiendo más que de nombre las contribuciones directas, los gastos del Presupuesto nacional se cu- bren con los impuestos indirectos, resorte favorito de los Gobiernos españoles, que en esto como en otras cosas siguen paso á paso á los franceses. En España son objeto de imposición, no las r i - quezas n i las rentas, sino las necesidades. Entre tanto el valor de la tierra sube sin cesar, fenómeno universal, sin que á este valor se le haga tributar lo más mínimo. El sistema tributario en España no obedece á ningún plan. Es el caos, hasta el punto de que un célebre literato ha dicho que nuestro régimen de gobierno es el socialismo con mala administración. No hay distinción entre tributos para el Estado y Municipales. Todos salen de la misma fuente se- gún moda francesa que, repetimos, es el modelo de nuestro sistema tributario que no ha sido modi- ficado desde 1845. En virtud de este sistema los municipios pagan al Estado la mayor parte de lo que se recauda por los siguientes conceptos: Contribución territorial; Con- tribución industrial; impuesto de Consumos; al- coholes; sal de cocina; cédulas personales y carrua- jes de lujo. Para las necesidades municipales solo pueden recurrir á un corto número de arbitrios marcados por la ley llamados extraordinarios, y que consisten en multitud de exacciones sobre el ejercicio del comercio, la industria y la edificación,

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I El Impuesto Unico

Organo mensual de la Liga Española

Fundador Gerente: ANTONIO HLSENOIN

Año IV 1.° de Junio, 1914. Núm. 30

Las contrltociones en España E l pueb lo e s p a ñ o l es el m á s i n d i f e r e n t e del

m u n d o para las cuestiones e c o n ó m i c a s . Solamente se apasiona p o r las cuestiones p o l í t i c a s en las que ha gastado toda su e n e r g í a du ran te la segunda m i ­tad de l pasado s ig lo , r e b e l á n d o s e con t ra la t i r a n í a hasta que ha c a í d o v e n c i d o y exhausto de fuerzas.

H o y puede decirse que es pasto de una o l i g a r ­q u í a p l u t o c r á t i c a á q u i e n s i r v e d ó c i l m e n t e la b u r o ­cracia. L o s p r i v i l e g i o s concedidos á las C o m p a ñ í a s , en su m a y o r par te extranjeras , que exp lo tan el sue­lo nac ional , son causa de su o m n i p o t e n c i a as í como la de los fabr icantes de C a t a l u ñ a y Vizcaya que son los que i m p o n e n los aranceles de aduanas p o r me­d io de l o rgan i smo of ic ia l l l amado « J u n t a de A r a n ­celes y v a l o r a c i o n e s » , que se compone de los mis ­mos indus t r ia les que se han de aprovechar d e l au­mento de prec io que en los g é n e r o s ha de causar los derechos de aduanas calculados con a r r e g l o á d i ­chos Aranceles. De los cuerpos consu l t ivos del Esta­do, este es el ú n i c o cuyos d i c t á m e n e s son í n t e g r a ­mente admi t i dos p o r e l Poder E j e c u t i v o .

Dasde 1894 en que e l G o b i e r n o conservador i n s t a u r ó el sistema pro tecc ion is ta , los aranceles de aduanas no son m á s que una o r g í a d i rec tamente responsable de la mise r i a de l p u e b l o . Se ha t r i p l i ­cado y a ú n cuad rup l i cado el p rec io de las cosas merced á esta i n f e r n a l c o m b i n a c i ó n y para mante­ner la se e n g a ñ a a l pueblo d i c i endo que me rc e d á esos aranceles prospera la i n d u s t r i a nac iona l .

Las C o m p a ñ í a s de f e r roc a r r i l e s con sus altas tar i fas de t ranspor te (las mayores de l m u n d o ) y las subvenciones que l o g r a n de l Estado son o t ra causa de aumento de precios y c o n t r i b u c i o n e s .

V i e n e n d e s p u é s los d e m á s monopo l io s tales co­mo el del tabaco, ce r i l l a s , Banco de E s p a ñ a , exp lo ­sivos, a z ú c a r , A l tos H o r n o s de B i l b a o y C o m p a ñ í a cons t ruc tora de la escuadra, p o r no c i t a r m á s que los p r inc ipa les , que entre todos desp luman al i g n o r a n t e pueb lo y fomentan la miser ia en una de las regiones m á s r icas del g l o b o .

L o s impuestos i nd i r ec tos (o t ro i n v e n t o i n f e r ­nal) que f o r m a n base de la t r i b u t a c i ó n en E s p a ñ a , acaban la obra d e m o l e d o r a c o n el t r i s te resul tado de que anualmente salen de los pue r tos de la Pe­

n í n s u l a m á s de doscientos m i l emigran tes que en su p a í s se m u e r e n de hambre , p o r no encon t ra r t r a ­bajo ó p o r q u e los jornales son t an bajos y los p r e ­cios de las subsistencias tan altos, que no pueden v i v i r a ú n encont rando t rabajo .

D e t r á s de toda esta i n f e r n a l m a q u i n a r i a e s t á e l padre de todos los m o n o p o l i o s : e l m o n o p o l i o de la t i e r r a , t r i u n f a n t e en este p a í s como en n i n g u n o , pues a ú n la par te ins ign i f i can te con que debe con­t r i b u i r á las cargas p ú b l i c a s ^ s e g ú n las actuales le ­yes, la e lude con malas artes y la c o n t r i b u c i ó n se cob ra c o n a r r eg lo á una e v a l u a c i ó n hecha en 1860 (¡!).

Este e jemplo es seguido p o r todos los d e m á s m o n o p o l i o s que def raudan cons tantemente su par te de c o n t r i b u c i ó n , resu l tando que los impues tos los paga ú n i c a m e n t e el que n o puede e l u d i r l o s ó sea el c o n s u m i d o r al c o m p r a r las cosas, puesto que n o ex is t iendo m á s que de n o m b r e las c o n t r i b u c i o n e s directas, los gastos de l Presupuesto nac iona l se c u ­b r e n con los impuestos i n d i r e c t o s , resor te f a v o r i t o de los G o b i e r n o s e s p a ñ o l e s , que en esto como en otras cosas s iguen paso á paso á los franceses.

E n E s p a ñ a son ob je to de i m p o s i c i ó n , no las r i ­quezas n i las rentas, sino las necesidades. E n t r e tanto el v a l o r de la t i e r r a sube s in cesar, f e n ó m e n o u n i v e r s a l , s in que á este v a l o r se le haga t r i b u t a r lo m á s m í n i m o .

E l sistema t r i b u t a r i o en E s p a ñ a no obedece á n i n g ú n p l a n . Es el caos, hasta e l pun to de que u n c é l e b r e l i t e ra to ha d i cho que nues t ro r é g i m e n de g o b i e r n o es e l social ismo con mala a d m i n i s t r a c i ó n .

No hay d i s t i n c i ó n entre t r i b u t o s para el Estado y Mun ic ipa l e s . Todos salen de la m i sma fuente se­g ú n moda francesa que, repet imos , es el m o d e l o de nues t ro sistema t r i b u t a r i o que no ha s ido m o d i ­ficado desde 1845.

E n v i r t u d de este sistema los m u n i c i p i o s pagan al Estado la m a y o r parte de lo que se recauda por los s iguientes conceptos: C o n t r i b u c i ó n t e r r i t o r i a l ; Con­t r i b u c i ó n i n d u s t r i a l ; impues to de Consumos; a l ­coholes; sal de cocina; c é d u l a s personales y car rua­jes de l u j o . Para las necesidades mun ic ipa l e s solo pueden r e c u r r i r á u n c o r t o n ú m e r o de a r b i t r i o s marcados p o r l a l ey l lamados ex t r ao rd ina r io s , y que consisten en m u l t i t u d de exacciones sobre e l e je rc ic io del comerc io , la i n d u s t r i a y la e d i f i c a c i ó n ,

3 •1 I m p u e s t o U n i c o

es dec i r trabas a l t rabajo y mul tas á la i ndus t r i a . Con este sistema tan absurdo de con t r ibuc iones

y a r b i t r i o s e l malestar va en aumento . E n diez a ñ o s ha c rec ido la c i f r a de gastos del Presupuesto nacio­na l en m á s de 300 mi l l ones de pesetas, l legando ya á 1.450 m i l l o n e s de pesetas, de los cuales só lo 198 m i l l o n e s se p i d e n á la c o n t r i b u c i ó n t e r r i t o r i a l , es dec i r ,quees ta c o n t r i b u c i ó n soporta menos d é l a sexta par te de las cargas totales y a ú n as í es u n g r a v a m e n sobre e l p r o d u c t o de cada finca y no sobre su va lo r . P r á c t i c a m e n t e e l va lo r d e l suelo escapa á todo t r i ­b u t o y las c o n t r i b u c i o n e s indi rec tas son las que lo pagan todo .

De las con t r i buc iones ind i rec tas e l impues to de aduanas y el de consumos, son las que cons t i tuyen la par te m a y o r de l presupuesto de ingresos. Tam­b i é n son ¡as m á s odiosas ó inicuas . E l pueb lo c o n t i ­n ú a e n g a ñ a d o en cuanto á la p r i m e r a y aun no se ha rebe lado con t ra ella; pero en cuanto á la segunda, es t an patente e l despojo, que desde 1876 los mot ines han s ido frecuentes y la protesta c o n t i n ú a hasta que en 1911 el G o b i e r n o p r e s id ido p o r Canalejas, h izo ap roba r en el Pa r l amen to una ley de s u s t i t u c i ó n de d icho impues to de consumos, autor izando á los m u ­n i c i p i o s para establecer los s iguientes impuestos sus t i tu t ivos : (a) Sobre solares, (b) Sobre e s p e c t á c u ­los p ú b l i c o s , (c) Sobre el consumo de luz de gas y e l ec t r i c idad , (d) Sobre i n q u i l i n a t o , (e) Sobre bebidas espiri tuosas, (f) Sobre la carne. Y (g) po r repar to v e c i n a l .

Esta l ey ha fracasado po rque los impues tos sus­t i t u t i v o s son tan disparatados como el que se pre­tende s u p r i m i r . Un icamente e l (a) se a p r o x i m a algo á u n impues to c i e n t í f i c o ; pero precisamente p o r eso se le puso la t raba de que este impuesto no p o d r á exceder al 5 p o r m i l de l va lo r en venta d é l solar.

C o m o resul tado de este desbarajuste y c o r r u p ­c i ó n , e l pueb lo e s p a ñ o l empieza ya á preocuparse de la c u e s t i ó n de los impuestos , siendo ahora la p r e o c u p a c i ó n genera l , el m o d o como ha de enmen­darse esta l e y para s u p r i m i r de f in i t i vamen te el i m ­puesto sobre los a l imentos . L o s elementos conser­vadores y reacc ionar ios p re t enden que se vue lva á la an t i gua l ey res tableciendo el impues to como an­tes estaba; pero ya se e s t á despertando la a t e n c i ó n p ú b l i c a hacia el ú n i c o impues to que t iene la v i r t u d de c u r a r todos estos males y de p rovee r ampl iamen­te á todas las necesidades p ú b l i c a s , ó sea al impues to ú n i c o sobre el v a l o r del suelo desprovis to de toda me jo ra .

Este m o v i m i e n t o ya ha empezado en E s p a ñ a , y m e r c e d á é l , se log ra rá , v a r i a r el sistema b á r b a r o actual de c o n t r i b u c i o n e s por el c i e n t í f i c o , que h a r á p rogresa r á la i n d u s t r i a , p r o v e e r á con abundancia para las atenciones p ú b l i c a s y h a r á que esta n a c i ó n l l egue á ocupar el puesto p reeminen te que la Natu­raleza le a s i g n ó .

Divulgación georgista Una de las razones que e x p l i c a n la r á p i d a d i f u ­

s i ó n del geo rg i smo p o r t odo el o rbe , es que para hacerse cargo de las verdades que enc ier ra y de l o p r á c t i c o de sus p roced imien tos , no se necesita n i i n t e l i genc i a ex t r ao rd ina r i a , n i c u l t u r a e c o n ó m i c a especial, s ino s ó l o e l s i m p l e b u e n sent ido. E s t á a r ra igada con ta l firmeza la n o c i ó n de la jus t i c i a en la conciencia del h o m b r e , que á poco que re f lex io­ne, f á c i l m e n t e la perc ibe á t r a v é s de los sofismas y convenc iona l i smos que suelen e n c u b r i r l a : a s í se comprende en seguida lo equ i t a t i vo de la tesis georgis ta que se fundamenta en la l i b e r a c i ó n de la t i e r r a , s u s t r a y é n d o l a al m o n o p o l i o de la p rop iedad p r ivada , toda vez que ya e x i s t í a antes de la apari­c i ó n de la raza humana y es c o m o el a i re y el agua, e lemento indispensable para su existencia. Todos los seres, pues, p o r haber nac ido , t i enen i g u a l de­recho á esos elementos y n o h a b i é n d o l o s creado n i n g ú n h o m b r e , nadie puede l í c i t a m e n t e re tener los con p e r j u i c i o de los d e m á s .

E n una sociedad p r i m i t i v a , la i gua ldad de de­rechos á los elementos naturales se a s e g u r a r í a p o r repar to e q u i t a t i v o de l suelo; en una sociedad tan comple ja como la nuestra n o es pos ib le d icha so­l u c i ó n .

¿ Q u é p r o c e d i m i e n t o , pues, debemos emplear? S e r í a m o s justos si p o r medidas legis la t ivas a t a c á r a ­mos p rogres ivamen te el actual r é g i m e n j u r í d i c o de la p rop iedad p r i v a d a de la t i e r r a , l i m i t a n d o cada vez m á s ios derechos de los p rop ie t a r io s hasta l l e ­ga r á a b o l i r todos los t í t u l o s p r ivados , declarando la t i e r r a p r o p i e d a d c o m ú n y a r r e n d á n d o l a en lotes a l m e j o r postor, bajo condic iones que conservasen r i gu rosamen te el derecho p r i v a d o á las mejoras; de este modo , a d e m á s de hacer f ren te á las exigencias e c o n ó m i c a s de la n a c i ó n , a s e g u r a r í a m o s la r e f e r ida i g u a l d a d de derechos á los elementos naturales, po rque como todos los gastos se s a c a r í a n del a r r en ­damien to del suelo y se a b o l i r í a n toda clase de i m ­puestos, no h a b r í a como hoy , c iudadanos p r i v i l e ­giados, desapareciendo e l m o n o p o l i o de la p r o p i e ­dad p r i v a d a de la t i e r r a y quedando e l Estado como ú n i c o p r o p i e t a r i o del suelo. Pero ta l p r o c e d i m i e n t o n o parece e l me jo r , po rque o f e n d e r í a innecesaria­mente á las costumbres y modo de pensar actuales, d a r í a á la m á q u i n a a d m i n i s t r a t i v a una e x t e n s i ó n que, p o r p e r j u d i c i a l , debe evi tarse y c o m p l i c a r í a en e x t r e m o las f ó r m u l a s p o r las que se h a b r í a de ga­ran t i za r el derecho p r i v a d o á las mejoras. T o d o e l lo m o t i v a r í a una o p o s i c i ó n tan v io len ta , que r e ­t r a s a r í a m u c h o e l t r i u n f o .

H a y o t ro p r o c e d i m i e n t o , el p rop i amen te geor­gis ta , que es tan eficaz como el a n t e r i o r y no t iene sus inconvenien tes p o r q u e se amolda m á s á los m é ­todos e v o l u t i v o s que la naturaleza s igue . Consiste en l l eva r á cabo la n a c i o n a l i z a c i ó n de l suelo con las

1 C*^ ^ 1*m**

W\ I m p u e s t o U n i c o

menores pe r tu rbac iones posibles y para e l lo ataca radica lmente e l r é g i m e n t r i b u t a r i o para sentarle sobre su base rac iona l . Deta l la remos e l p r o c e d i ­miento: é s t e necesariamente ha de desarrol larse en etapas sucesivas m o d i f i c a n d o p o r lo p r o n t o la base de la c o n t r i b u c i ó n t e r r i t o r i a l . Esta que recae hoy sobre el p r o d u c t o la h a r í a m o s g r a v i t a r sobre e l valor de la t i e r r a . E l t r i b u t o no a l c a n z a r í a m á s que á las t i e r ras con v a l o r y a ú n en estas n o recae­r ía en p r o p o r c i ó n de l uso á que se des t inen, s ino en p r o p o r c i ó n de ese v a l o r . Esta sencil la modi f i ca ­c ión t r i b u t a r i a , p r o d u c i r í a b e n e f i c i o s í s i m o s efectos: a c a b a r í a con la e s p e c u l a c i ó n de ter renos , d i s m i n u i ­r í a la t r i b u t a c i ó n de los p red ios cu l t i vados po rque entraban á t r i b u t a r muchos i n c u l t o s que h o y no t r i b u t a n nada ó casi nada; a b a r a t a r í a la renta de la t ie r ra , p r o v o c a r í a g r a n d í s i m o aumento de t rabajo , e l e v a r í a los salarios, a u m e n t a r í a la p r o d u c c i ó n , aba­r a t a r í a ios a r t í c u l o s de p r i m e r a necesidad con t o d o lo cual q u e d a r í a eficazmente r e s t r i n g i d a la s a n g r í a nacional de la e m i g r a c i ó n que n o se evi ta con in jus ­tas medidas coerc i t ivas .

Una vez establecido e l senc i l lo cambio t r i b u t a ­r i o que hemos expuesto, se i r í a n s u p r i m i e n d o i m ­puestos y aumentando el establecido sobre el v a l o r de la t i e r r a s in mejoras, hasta l o g r a r que este fuese ú n i c o en pueblos, campos y ciudades, es dec i r , en toda la n a c i ó n . ¿ R e s u l t a d o de ello? Que la ren ta de l suelo p a g a r í a exc lus ivamente todos los gastos na­cionales p o r q u e no q u e d a r í a m á s impues to que e l expresado, con lo que todos los c iudadanos queda­r í a n beneficiados, a s e g u r á n d o s e p o r esta o p e r a c i ó n la igua ldad de derechos á los e lementos naturales ó lo que es lo m i s m o , que se o b t e n d r í a i d é n t i c o r e ­sultado que si se nacionalizase la t i e r r a d i rec tamente con las ventajas de s imp l i f i c a r la m á q u i n a a d m i n i s ­t ra t iva , garant izar m á s f á c i l m e n t e el derecho p r i v a -do á las mejoras y no p r o m o v e r resistencias tan violentas p o r ser menores las per tu rbac iones oca­sionadas.

A este sistema suelen presentarse dos objec io­nes comple tamente infundadas : d ú d a s e de que la t i e r r a tenga capacidad e c o n ó m i c a para res i s t i r to ­dos los gastos nacionales; no se fijan los que esto d icen , en que todo sale de la t i e r r a y en que el v a l o r de esta se encuentra en r a z ó n d i r ec t a con e l aumen­to de p o b l a c i ó n y este aumen to se encuentra á su vez en i g u a l r a z ó n con los gastos p ú b l i c o s : de m o d o que son precisos mayores gastos cuando la pob la ­c i ó n es mayor ; pero p o r este solo hecho, p r o v i d e n ­cial y a u t o m á t i c a m e n t e el v a l o r de la t i e r r a es t a m ­b i é n mayor y por tanto , aumenta su capacidad t r i • butar ia . Estas relaciones se c o m p r u e b a n f á c i l m e n t e por la s imple o b s e r v a c i ó n .

A f í r m a s e , por supuesto s in p r o b a r l o y sin que­re r tener en cuenta lo que vamos á exponer , que e l d u e ñ o del t e r r eno , sea solar, sea dehesa, t r a s p a s a r í a al a r rendatar io el impues to sobre el v a l o r de l suelo. Los que sostienen é s t o , p o r lo v i s t o , creen que e l se­

ñ a l a r p rec io á los a r rendamientos , depende e x c l u ­s ivamente de la v o l u n t a d del p r o p i e t a r i o , cuando en r ea l idad como todo objeto de c o n t r a t a c i ó n , este s e ñ a l a m i e n t o de renta e s t á somet ido á las i n e l u d i ­bles leyes de la oferta y la demanda. Es ev iden te que el que vende ó a lqu i la qu ie re el m a y o r p rec io para su m e r c a n c í a , y p o r tanto , si los p rop i e t a r i o s p u d i e r a n obtener mayor p rec io p o r sus a r renda­mien tos si ya no h u b i e r a n l legado como s iempre a l l í m i t e m á x i m o , los s u b i r í a n desde luego s in a g u a r ­dar á que se estableciese el impues to . C la ro es que obl igados y un idos p o r é s t e , t r a t a r í a n de e n d o s á r ­selo a l a r renda ta r io ; pero como p o r o t ra par te una vez establecido con su c a r á c t e r de ú n i c a , es d e c i r s in g r a v i t a r sobre las edificaciones y d e m á s mejoras de l t e r r eno , n i sobre n i n g u n a m a n i f e s t a c i ó n d e l t rabajo ó de l capi ta l , o c u r r i r í a que en las urbes se a c a b a r í a la e s p e c u l a c i ó n de solares, pues g r a v á n d o ­se é s t o s como si es tuv ie ran edificados, no t e n d r í a n m á s r e m e d i o sus d u e ñ o s que edif icar los , y p o r c o n ­s iguiente , aumentando el n ú m e r o de edi f ic ios y n o el de i n q u i l i n o s , los a lqui le res b a j a r í a n ; es d e c i r , que para i g u a l demanda de edif ic ios , h a b r í a exceso de oferta de ellos, y este exceso c o n t r a r r e s t a r í a la tendencia de los p rop ie ta r ios á s u b i r los a lqu i le res , s iendo é s t o de tal ev idencia que para c o m p r e n d e r l o basta s ó l o e l enunc ia r lo . E a el campo o c u r r i r í a que al i m p l a n t a r e l impues to sobre el va lo r de l suelo, se v e r í a n obl igados los p rop ie t a r ios que h o y r e t i enen i n c u l t o el 60 por 100 del suelo nacional á c u l t i v a r l o 6 á a r r e n d a r l o , y c o n c u r r i e n d o al mercado m á s t ie r ras , el p rec io d e l a r r endamien to necesariamente b a j a r í a , es dec i r que a n á l o g a m e n t e á lo que d e c í a m o s para las casas, o c u r r i r í a respecto al campo, que u n exceso de oferta con r e l a c i ó n á la demanda c o n t r a r r e s t a r í a el esfuerzo de los p rop ie ta r ios para s u b i r los a r r i e n ­dos. T é n g a s e en cuenta que todas las i ndus t r i a s se v e r í a n l ib res de la losa de p l o m o que en f o r m a de t r i b u t o las agobia hoy, y con este e s t í m u l o se des­a r r o l l a r í a n de u n m odo e x t r a o r d i n a r i o ocupando m u c h o m a y o r n ú m e r o de trabajadores, e l e v á n d o s e los salarios y creando m u c h í s i m a r iqueza. C o n esto q u e d a r í a l i b r e la t i e r r a , y su v a l o r que es u n f o n d o de p ú b l i c a c r e a c i ó n , i r í a á para r al Tesoro en vez de a l p r o p i e t a r i o , b e n e f i c i á n d o s e todos los c iudadanos al p e r c i b i r el p r o d u c t o í n t e g r o de su t rabajo que antes le cercenaba el Estado p o r med io de los i m ­puestos.

S o s t i ó n e s e que la p rop iedad p r i v a d a de la t i e ­r r a es u n m o n o p o l i o j u r í d i c o que s ó l o puede c o m ­bat i rse con remedios j u r í d i c o s ; n o despreciamos é s t o s , aunque los creemos insuf ic ientes , a larmantes y de eficacia t a r d í a . Es en efecto la p rop i edad p r i ­vada de la t i e r r a un m o n o p o l i o j u r í d i c o ; pe ro de esencia e c o n ó m i c a cuya pecu l ia r cua l idad consiste en que p e r m i t e apoderarse de enormes cant idades de lo que e l t rabajo p roduce s in dar nada en cam­b i o . Basta dejar e l j uego l i b r e á la ley n a t u r a l de la ofer ta y la demanda, h o y dislocada por el m o n o p o -

£ 1 I m p u e s t o I l n i e o

l i o para l l egar á socavar, á des t ru i r con u n m í n i m o de v i o l e n c i a d i cho m o n o p o l i o , t r ans fo rmando su m o d o de ser hasta dejar lo r e d u c i d o solamente a l n o m b r e , s e g ú n creemos haber probado con l o d o l o expuesto.

Es tan c laro y jus to el sistema georg is ta que, á poco que se medi te , se comprende su equ idad , su j u s t i c i a , su eficacia, su convenienc ia y su v i a b i l i d a d ; y de a h í como d e c í a m o s al p r i n c i p i o su e x t r a o r d i ­na r i a d i f u s i ó n y su a p t i t u d para apoderarse de in te ­l igenc ias y corazones.

Es d o c t r i n a de ayer de m a ñ a n a y ya sus adeptos se cuentan p o r mi l lones , esparcidos hasta en las m á s lejanas t ier ras . R á p i d a m e n t e va pasando del p e r í o d o de la propaganda a l de la i m p l a n t a c i ó n . N i n g u n a t e o r í a de tanta t ranscendencia social , ha hecho en menos t i e m p o tan sorprendentes avances; á la vis ta tenemos los s iguientes datos que b r i n d a m o s á los que i m a g i n a n que el geo rg i smo t a r d a r á en l legar á imp lan ta r se .

F u n c i o n a ya el impues to sobre e l va lo r de l sue­lo en los Estados de V i c t o r i a y Nueva Gales (Aus­t r a l i a ) , en Nueva Zelanda y para los m u n i c i p i o s en Queensland (Aus t ra l ia ) . Q u e d ó establecido e l i m ­puesto ú n i c o en M e d i c i n e H a t ( C a n a d á ) el 1.° de E n e r o de 1912; en V i c t o r i a (Co lombia inglesa) en 1909 prosperando dichas poblaciones g randemente , desde entonces la c á m a r a legis la t iva de la p r o v i n c i a de A l b e r t a ( C a n a d á ) , v o t ó una ley en la pasada le­g i s l a tu ra que o b l i g a á todos los m u n i c i p i o s á esta­b lecer el impues to sobre el v a l o r d e l suelo en u n plazo de siete a ñ o s . E n la F e d e r a c i ó n Aus t ra l iana se ha puesto en p r á c t i c a con beneficiosos resultados u n i m p u e s t o federal sobre e l aumento de va lo r de l sue­l o . E n muchos m u n i c i p i o s alemanes se s iguen t am­b i é n estas tendencias e c o n ó m i c a s y conocidas son de todos, p o r q u e han traspasado las fronteras , las or ientac iones que en esta mater ia sigue e l m i n i s t r o de Hac ienda i n g l é s L l o y d George.

E n E v e r e t t de l Estado de W a s h i n g t o n y en P u e b l o de l Estado de Colorado , existe una l ey m u ­n i c i p a l que para c u b r i r todas las atenciones extrae los fondos de u n impues to sobre el v a l o r del suelo, quedando las mejoras exentas de t r i b u t a c i ó n . L a c i u d a d de L i t h b r i d g e en Alber t a ( C a n a d á ) ha esta­b l ec ido el I m p u e s t o ú n i c o y su A y u n t a m i e n t o ha p u b l i c a d o u n fo l l e to del que tomarnos lo s iguiente : «Se ha adoptado e l sistema de l Impues to ú n i c o . T o ­das ia-s entradas al F isco se d e r i v a n del impues to sobre el v a l o r del suelo. Esto quiere dec i r que n o hay i tu puesto sobre la casa de l t rabajador n i sobre los ed i f ic ios del comerc io , n i sobre las residencias de la gente r i ca . Los edif ic ios y m a q u i n a r i a de las i ndus t r i a s t a m b i é n e s t á n exentos de impues to bajo este sis tema, a s í c o m o t a m b i é n toda clase de nego­cios, s iendo e l va lo r del suelo la ú n i c a base de g ra ­v a m e n . »

E n E d m o n t o n , capi ta l de dicha p r o v i n c i a de A l b e r t a , el m u n i c i p i o posee y explota d i rec tamente

todos los serv ic ios p ú b l i c o s y n o t iene m á s impues-tos que el del v a l o r de l suelo á r a z ó n de 12 por lOOo sobre una e v a l u a c i ó n de m á s de 133 mi l lones de pesos o r o . E n S i d n e y (Aus t ra l i a ) hace c inco años, que el m u n i c i p i o a c o r d ó ex t raer sus ingreses ú n i c a -mente de l v a l o r de l suelo; el t é r m i n o medio del impues to f u é 1,75 por 100 sobre e l v a l o r en venta exc luyendo las mejoras; en d i cho t i e m p o se han cons t ru ido cerca de 29.000 ed i f ic ios , con u n coste de cerca de 18 m i i l l o n e s de l ib ras esterlinas y los. salarios en la e d i f i c a c i ó n se e l eva ron hasta 17 pese­tas la j o r n a d a de ocho horas.

L a c iudad de V a n c o u v e r ( C a n a d á ) e s t á prospe­rando marav i l losamente merced á esta r e fo rma t r i ­bu t a r i a y vemos p o r todo l o expuesto que el geor­g i smo en sus d is t in tas etapas es y a u n hecho en muchos puntos y que en todos e l los ha p r o d u c i d o op imos f ru tos .

D e s p u é s de esto ¿ n o resu l t an in fan t i l es las s u t i -lezas maliciosas de los que i lusamente q u i e r e n ata­j a r este f o r m i d a b l e m o v i m i e n t o e c o n ó m i c o que a l establecer la equ idad en la d i s t r i b u c i ó n de la r ique­za p r o p o r c i o n a r á á la c i v i l i z a c i ó n la f ó r m u l a salva­do ra que ha de f ac i l i t a r su marcha ascendente y t o ­do esto s in t ras tornos n i v io lenc ias , p o r el s imple c u m p l i m i e n t o de una ley natura l?

E l m o m e n t o es o p o r t u n o ; en todas las naciones aumentan las d i f icu l tades para ex t raer los fondos precisos con que hacer f ren te á los gastos p ú b l i c o s ; á los m u n i c i p i o s les o c u r r e lo p r o p i o ; los actuales p roced imien tos t r i b u t a r i o s e s t á n desacreditados^ p o r q u e van siendo insopor tab les para el pueblo que perece de mise r ia f í s i ca y m o r a l y es que ios i m ­puestos actuales recaen como se ve b i en en ú l t i m o a n á l i s i s , sólo sobre el t rabajo. E l geo rg i smo pre ten­de r emed ia r esto y con su s is tema asegura que ca­da uno p e r c i b i r á el p r o d u c t o í n t e g r o de su trabajo que h o y en g r a n par te se l leva el fisco, pues, una vez establecido, los fondos para atender á todos los gastos p ú b l i c o s se e x t r a e r á n ú n i c a m e n t e de lo que en jus t i c i a , p o r no ser de rioefae es de iodos, d é l a madre t i e r r a , inago tab le manan t i a l f o r m a d o por la p r o v i d e n t e naturaleza para s u m i n i s t r a r á las socie­dades humanas los medios necesarios para c u m p l i r sus elevados destinos.

L a b o r e m o s , pues, p o r el geo rg i smo , persuadi­dos de que al hacerlo a s í l aboramos p o r la jus t ic ia social , la h u m a n i d a d y la pa t r ia .

JUAN SIN TIERRA.

El GSORGISMO sn MELILLA Copiamos de L a (¡aceta de Meli l la , del 26 de Abr i l :

JUNTA DE FeMENT© Notable c o n f e r e n c i a , a c e r c a de l a c o n v e n i e n c i a

del Impues to ú n i c o en M e l i l l a . «A las diez de la noche, en la Junta de Fomento,

E l I m p u e s t o t í n i c o

d\ó una notable conferencia acerca del Impuesto ún ico el cult ís imo é inteligente comandante de Infanter ía se­ñor Mart ínez P iñe i ro .

Asistieron el Excmo. Sr, Comandante general, los generales Vil lalba, Hurguete, los vocales civiles de la Junta de Arbitrios, la Junta directiva de la C á m a r a de Comercio, vocales de la de Fomento, periodistas y va­rios jefes y oficiales del Ejérci to.

Tras breve sa lu tac ión al representante de E s p a ñ a en Melilla; Presidente de la Junta de Arbitr ios; general Burguete; vocales, y C á m a r a de Comercio, expuso el conferenciante el estado comparativo de Meli l la , en los años 1913 y en 1914, valor de terreno, mejoras intro­ducidas, edificación, v ías férreas , aumento de poblac ión, arbitrios actuales, presupuesto de la Junta de Arbitrios y su aumento á medida que crece la poblac ión, necesi­dad que existió para solicitar el e m p r é s t i t o para urbani­zar, para la desviación del Río de Oro y en conjunto desenvolver su vida normal y atender las mejoras ne­cesarias. Una vez urbanizada la población por completo, hizo ver que el gasto es sólo de conservac ión y por ello pueden satisfacerse puntualmente los intereses del em­préstito y lo destinado á la amor t izac ión .

Es tud ió los arbitrios actuales y demos t ró su dismi­nución con la conces ión Ríus y Torres, explicando la necesidad de su reforma, haciendo ver los inconvenien­tes de la conservac ión de los actuales y mucho mayo­res en la creación de otros, lo que producir ía la dismi­nución de población, y estorbo del desarrollo de la in ­dustria y del comercio, d i sminuc ión por lo tanto del valor del terreno y edificación, por faltar la demanda y por lo tanto vendr í a el aniquilamiento económico apesar de los constantes esfuerzos y buena voluntad de sus funcionarios.

T ra tó luego con gran ex tens ión , de la solución del problema, con el Impuesto ún ico , t r ibu tac ión ú n i c a de la tierra, libre de mejoras, que por ser de Dios y no del hombre, su valor debe ser para la comunidad, pues no se hace m á s que beneficiarse del depósi to c o m ú n ; de­mostró la extens ión rápida de la poblac ión, el aumento de la industria y del comercio, al no pagar tributos, pues todo lo que se debe al trabajo es para el trabajador sin mermarlo en absoluto; y en cambio, evita el enri­quecerse sin el trabajo, esperando que con el trabajo de los semejantes aumenten de valor los solares sin edifi­car y las tierras improductivas, especulando las mejoras que los d e m á s ciudadanos realicen.

Con el Impuesto único en Meli l la , v e n d r á aumen­to de edificación, agricultura, y cuanto mayores sean estos aumentos, mayor valoración o b t e n d r á n sus tierras y mayor será su riqueza. Abona su implan tac ión el hecho de que adoptado por municipios de Inglaterra y Ale­mania, Nueva Zelanda, Australia y colonias que esta­ban prontas á morir, mejoraron su s i tuación económica y su organización social, y en vez de la emigración que dejaba sin elementos de vida y trabajo, algunas de esas colonias, en cuatro años ha aumentado la inmigración y con ella la riqueza.

Expuso el fundamento en que se basa la doctrina

georgista del « Impues to ún ico» , de que todos los hom­bres al nacer tienen derecho á la tierra, no pud iéndo les negar el acudir á ella por medio de su trabajo para aten­der sus necesidades, ni prohibirles sus deseos de traba­jar por falta de oportunidades para el mismo, teniendo como causa de esa falta de trabajo la especulac ión de la tierra que hace el terrateniente por medio de los mo­nopolios.

T e r m i n ó manifestando que esta era una conferen­cia puramente familiar y preparatoria de otras en que desarrollará con m á s ex tens ión dicha doctrina.

La notabi l ís ima conferencia fué m u y aplaudida, y el Sr. Mart ínez Piñeiro e s c u c h ó entusiastas felicitacio­nes por su brillante diser tación, elocuente y documen­tada.

El in te rés de esta cues t ión capital es tan grande, que L a Gaceta le concederá preferente a tenc ión en sus columnas y en sus diferentes aspectos con el deteni­miento que m e r e c e n . »

Segunda conferencia del Comandante Martínez Piñeiro Exist ía vivo interés por oir de nuevo al ilustrado jefe

sobre tema tan interesante, m á x i m e cuando en su primera conferencia había prometido aclarar los puntos obscuros para los profanos.

En el hermoso salón de fiestas del Casino Español , hospitalaria y culta sociedad á la que siempre se recurre en demanda de asilo para actos análogos, se congregaron representantes del Ejérci to, del comercio, propiedad, i n ­dustria, intelectualidad y prensa, á las seis de la tarde, encont rándose t ambién presente el general Jordana.

Empieza el orador diciendo que á petición de algu­nos señores de la plaza, tanto comerciantes como propie­tarios, se vé obligado á fin de complacerles á cambiar el tema anunciado de esta conferencia, que queda para otra, á fin de tratar de la implantación en Melilla del Impuesto único .

Dice que si bien agradece en el alma las frases lauda­torias para su persona publicadas en la prensa local, u n deber de conciencia le obliga á declarar que no es, n i m u ­cho menos, un gran economista, sino u n aficionado á es­tos estudios y entusiasta de las doctrinas económicas de Henry George, por estar basadas en leyes naturales y mo­rales.

«La obra grande del Profeta de San Francisco—dice —está dedicada á los que viendo el vicio y la miseria que resultan de una dis t r ibución desigual de la riqueza y del privilegio sientan la posibilidad de un estado social m á s elevado y quieran contribuir á su consecución.»

A ú n cuando vivimos en época en que el egoísmo h u ­mano y la injusticia económica, lejos de disminuir con el progreso, aumenta de día en día, no deja de encontrar aquél sociólogo hombres que, despojándose de toda idea egoísta, pusieron, llenos de entusiasmo su inteligencia, su trabajo y hasta su fortuna en la colosal empresa de d i fun­dir una doctrina, en la que se encierra un amor verdadero á la humanidad y un espír i tu inmenso de justicia social.

Cita, ensalzando su labor, á Mr. Fels, de los Estados Unidos; Mr. Wedgwood, Mr . J . Stewart, de Inglaterra; el doctor Vítale de la América del Sur; Mr. Darien, de Fran­cia, y otros propagandistas extranjeros, señalando de mo-

o ¥A I m p u e s t o U n i c o

do especial al doctor W. Schrameier, miembro del A l m i ­rantazgo a lemán y ex gobernador de la colonia alemana en China Kiau Chau, el que implan tó con maravillosos re­sultados en aquella el Impuesto único sobre el valor del suelo.

Encomia, también , la labor de Albendín, Lacuesta, Infante, Argente, Aumente y otros muchos españoles, so­bre todo la del primero, pues merced á sus esfuerzos lo­g r ó en España la in t roducción de la doctrina y la celebra­ción del primer Congreso Georgista Internacional en Ronda, en Mayo del año anterior.

Se extiende en consideraciones sobre la importancia del mismo, a ú n cuando no se contó con auxilio alguno del Estado, á pesar de haberse prometido; sin duda, por error de a lgún funcionario que dedicó á premios para pe­rros en una exposición canina, lo que debió consignarse para el mayor esplendor en la recepción de unos ilustres extranjeros.

Para demostrar que n i n g ú n fin de lucro n i ambición gu ía al georgista, lee hermosos párrafos de Henry George, sobre la obligación que se impone el que propaga su doc­tr ina.

La fuerza de la inercia continua, tiende á la conserva­ción de lo existente, la maldad de los hombres tiende á conservar privilegios, á falsificar las leyes divinas, las le­yes naturales por medio de otras humanas, por las cuales, la tierra que es el depósito grande de energía donado por el Ser Supremo para todos los hombres, resulta propiedad privada de unos cuantos; trata de demostrar que el único medio de supr imir este privi legio, es la implantación del Impuesto único sobre el valor del suelo. Cou esta implan­tación va unida la supresión de todo monopolio, la muni ­cipalización de los servicios públ icos y la desaparición de las froateras económicas.

Para llegar á la supresión de todos los tributos na­cionales por el Impuesto único hay que comenzar por los municipios y de ese modo terminados los catastros muni­cipales y nu t r i éndose las arcas de los Ayuntamientos con una parte de la renta de sus suelos desnudos de mejoras, el Estado, después , como ya tendría sin gastos un verda­dero catastro de todo el país , gravar ía ese valor del suelo á su vez para los servicios y gastos de la nación.

Refiriéndose á Melilla cree que el cambiar de si tuación eeonómica se impone.

No hay industria; el estado de su comercio es cada día menos próspero y de continuar as í pronto se verá i n u t i l i ­zado por la competencia de nuestros vecinos, que l ibran de todo impuesto los productos importados en Marruecos y hasta conceden primas especiales para desarrollar su comercio.

Hasta hoy, dice, el único negocio en Melilla con­siste en apoderarse del suelo para cobrar buena renta y esto en un p róx imo porvenir será la ruina de Melilla, re­sultando al final desprovisto de valor lo que hoy por el esfuerzo c o m ú n tanto vale.

Presenta ejemplos de la colonia alemana de Kiao Chiau en donde con el impuesto del 6 por 100 sobre el valor del suelo, la prosperidad es muy grande; el de Vancouver en Canadá entre otras ciudades y como población de España que ha municipalizado ya un servicio público, el teléfono, Santander, y las cifras oficiales que demuestran los bene­ficios obtenidos por los Ayuntamientos.

Como ejemplo de valoración del suelo en España , cita á Ronda, en donde el arquitecto Sr. Jalvo, y los ingenieros a g r ó n o m o s Albendín y Corró , llevaron á efecto el catastro

municipal valorando el suelo y las mejoras. De implantarse la reforma en esta población, sería su-

ficiente un dos por ciento sobre aquel valor para atender debidamente á los gastos del Municipio.

Para terminar manifiesta que aun cuando los datos que tiene la Liga Española , son un poco antiguos, pues no acusan en Melilla nada m á s que 172.000 metros cuadrados de superficie edificada, el estudio de la renta del suelo, da por defecto para éste la enorme cifra de 31.225.000 pesetas y con un impuesto del 6 por 100 sobre este valor, al cual había de aumentarse el correspondiente á los terrenos que ocupan las vías férreas hasta la posada del cabo Moreno, huertas y un pequeño cánon pagado á la comunidad por los que disfrutan pabellón, r e su l t a r í an m á s de dos mil lo­nes de pesetas de ingresos y la absoluta libertad para el desarrollo de la industria y el comercio, único medio de encauzar la corriente emigratoria á Melilla lo mismo de capitalistas que del trabajador.

Detalla la forma rap id í s ima con que puede ser hecha esta valoración por la Junta de Arbi t r ios , sin perjuicio de la posterior valoración y termina leyendo la profecía de Henry George, que está esculpida en su sepulcro de la co­lina de Grenwocd:

«La verdad que he tratado de esclarecer, no será acep­tada fácilmente. De otro modo, hace mucho tiempo se ha­br ía aceptado y nunca hubiera sido obscurecida. Pero en­cont ra rá amigos tales, que t r a b a j a r á n por ella, padecerán por ella, y si fuese necesario m o r i r á n por ella. Tal es el poder de la verdad.»

Una salva de aplausos acogió las ú l t imas palabras del orador que fué muy felicitado.

E l Sr. Martínez Piñeiro estuvo felicísimo. Su segunda conferencia superó á la primera, c iñéndose más al asunto y concretando lo que era deseo que concretara.

Tercera conferencia E l día 15 de Mayo dió nuestro infatigable correligiona­

r io su tercera conferencia de d ivu lgac ión georgista, en el Centro de Cultura popular de Melil la, ante numeroso au­ditorio.

En ella extractó admirablemente la obra magistral ya conocida de cuantos asistieron á las sesiones de nuestro memorable congreso celebrado en Ronda el año pasado, que se t i tula «La historia de mi d ic tadura» .

E l éxito de esta conferencia corr ió parejas con los de las anteriores, y es tanto el interés que ha sabido desper­tar nuestro correligionario, que diariamente se ve acosado por notas de objeciones y preguntas sobre nuestra doc­tr ina, que está reuniendo para contestarlas todas en una p r ó x i m a conferencia ya anunciada.

E l efecto de estas conferencias ha sido fulminante; la prensa, el pueblo y las autoridades se preocupan actual­mente de la cuestión y nuestro delegado en las posesiones de Africa, Sr. Martínez Piñeiro, reclama el auxil io de los correligionarios oradores para que se apresten á tomar parte en un gran m i t i n que en breve o rgan iza rá el Comité ejecutivo en dicha población.

Rogamos á nuestros consocios que estén dispuestos á asistir, nos envíen sus adhesiones, noticias é iniciativas á las oficinas de la Liga.

Reciba el Sr. Martínez P iñe i ro nuestra efusiva felici­tación por su excelente é intonsa labor.

K l I m i m e s t o U n l c o

Información del extranjero L,a A m é r i c a de l S u r r e a l i z a l a s e s p e r a n z a s de

H e n r y G e o r g e , de s e r la r e g l ó n donde el I m ­puesto ú n i c o t o m a r á i m p u l s o a v a s a l l a d o r .

A R G E N T I N A

El partido tr iunfante en los ú l t imos comicios de la capital ha presentado á los electores una plataforma que resume, en compendio claro y preciso, la futura ac-•ción parlamentaria de sus candidatos. Surge, pues, co-OTO consecuencia de la victoria, la p resunc ión de que el -cuerpo electoral se adhiere á las reformas que se pro­ponen.

Persigue dicho partido la reforma de las leyes im­positivas, en lo que se refiere á la reducción de gravá­menes á los ar t ículos de consumo, auspiciando, en cam-

t)io, el sistema de impuesto al mayor valor de la tierra, aceptado por el liberalismo inglés , por el radicalismo italiano y por todas las agrupaciones progresistas de Francia y Alemania. Es la escuela georgista que se ha abierto camino en breve tiempo, acaso por la irrefuta­ble verdad de sus enunciados y la justicia de sus aspi-xaciones, y que llega en buena hora á esta Amér ica jo­ven, donde, por la propia abundancia del suelo y el rá­pido avance del progreso, tiene ta l vez, m á s que en alguna otra parte, inmediata apl icación.

L a reforma viene á afectar, indudablemente, gran­des intereses; pero n i es extrema ni es alarmante, toda vez que el propio gobierno del doctor Sáenz P e ñ a , por intermedio del ex ministro de Hacienda doctor Rosa, ha presentado á la cons iderac ión del Congreso un proyecto aná logo , realizando acaso la ú n i c a gest ión seria de go­bierno administrativo que pueda computarse en su ha­ber durante tres a ñ o s .

Permanece a ú n la repúbl ica , en materia económica aferrada á los viejos moldes, reñ idos con el espír i tu progresista de la época , en pugna con el concepto nue­vo de la economía polí t ica, rutinariamente e m p e ñ a d a en confeccionar presupuestos en los que, si se alteran las cifras, se guarda apego religioso á los sistemas. Es así que, la aduana sigue siendo a ú n la primera fuente de recursos y los impuestos internos su complemento obligado. El pueblo tolera, sin advertirlo, esa gabela, que encarece proporcionalmente todos los ar t ículos in ­dispensables para su vida; el comercio desenvuelve pe­nosamente sus actividades y la repúbl ica sigue, á i m ­pulsos de su propia potencialidad ingén i ta , con paso firme y seguro, camino del progreso.

Mientras tanto, por cada inmigrante que llega al pa í s , por cada riel colocado en las soledades de la Pam­pa, por cada nueva fábrica, por cada nuevo comercio, por la resultante del esfuerzo, del trabajo de cada uno de sus habitantes—desde el m á s humilde hasta el m á s encumbrado—aumenta el valor del suelo, con exclusi­v o beneficio de los que tuvieron la oportunidad de po­seerlo. El propio Estado, que no es nada m á s que el resumen de la poblac ión, decreta obras públ icas que se pagan con los fondos públ icos , obras que van á va­

lorizar, aun cuando no se hagan con esa idea preconce­bida, latifundios ó terrenos de propiedad particular. Es justo y es equitativo que los que se benefician en esta forma del trabajo y del esfuerzo c o m ú n , devuelvan á la comunidad siquiera una parte de lo que han recibido. Y es bueno advertir t a m b i é n que, aumentadas las entra­das públ icas en consecuencia del impuesto al mayor valor, aliviadas las condiciones de la vida, menosprecia­do el costo de lós ar t ículos de consumo, se seguir ía una época de prosperidad que provocaría , en consecuencia, la propia valorización que se persigue.

Otros pueblos de Amér ica—el Uruguay, por ejem­plo—acaban de proponer aná loga reforma imposit iva, y la iniciat iva no ha partido de la represen tac ión socialis­ta. Se trata simplemente de una inteligente innovac ión impuesta por el progreso científico del actual momento histór ico, y á ella d e b e r á n adherir, fatalmente, todos los que no quieran permanecer rezagados en la evolu­ción incesante de todos los pueblos, hacia un porvenir de mayor verdad, de m á s justicia, de m á s grandeza.

E l m a l e s t a r en la A r g e n t i n a

El gobierno argentino trata de reducir los gastos nacionales en la suma de treinta millones de pesos, lo que quiere decir que q u e d a r á n sin empleo un gran nú ­mero de empleados.

En vista de las malas cosechas de este año piden los propietarios una rebaja de la cont r ibuc ión territorial y que se compense el déficit con un aumento de los tributos i n ­directos, es decir todo lo contrario de lo que debe hacerse-

Como resultado de todo esto, gran n ú m e r o de t ra ­bajadores se van de la Argentina y gran n ú m e r o de comercios se han declarado en quiebra.

O t r a de las medidas del gobierno provincial ha sido dar semillas por valor de un millón de pesos á los colonos que perdieron sus cosechas. El resultado es que estos colonos son deudores de la renta á los propietarios, quienes la r ecupe ra r án á la p róx ima cosecha mientras que el colono h a b r á trabajado dos años gratuitamente.

Habiendo grandes cantidades de tierra vacante, tienen que emigrar los trabajadores por los exorbitantes precios en venta y renta que exigen los propietarios.

Como resultado de este estrujamiento del colono durante los pasados seis años , los colonos deben á los almaceneros y estos á su vez á los mayoristas. Con una población de unos siete millones de habitantes las quie­bras durante el mes de Febrero Uégaron á m á s de t rein­ta millones de pesos, de los cuales m á s de ocho corres­ponden á los bancos, de cuyo estado financiero da idea el siguiente cuadro.

Como dato significativo del deplorable estado de los negocios puede notarse la medida de hipotecar todas las propiedades del Banco Español del Rio de la Plata acordada por su Consejo de admin is t rac ión en una de las ú l t imas sesiones.

Si este estado de cosas c o n t i n ú a dos años m á s , el resultado será desas t ros ís imo para el país. Por eso e s t á en las mejores condiciones para curarse, adoptando la reforma t r ibutar ia .—C. N . MACINTOSH.

WA I m p u e s t o l l n i c o

Efecto del desenfreno en la especulación Durante los meses de Enero y Febrero los bancos

han sido acreedores en quiebras en el monto que se de­tal la á c o n t i n u a c i ó n :

Banco de la nac ión Banco Españo l . . Banco F r a n c é s . . Anglo Sud Admericano . Provincia de Buenos Aires Londres y Brasil . . . Londres y R. de la Plata Galicia y Buenos Aires . G e r m á n i c o Italia y Río de la Plata . A l e m á n T r a n s a t l á n t i c o . Br i tán ico Provincial de Mendoza . Agrícola Comercial (S. F.) Suizo Sud Americano . E s p a ñ a y Amér ica . . Provincial San Juan . . Popular San Juan . . Banco Obrero San Juan F r a n c é s é Italiano . . Comercial de Azul . . Comercial (Córdoba) . Comercial italiano Hogar Argentino . Provincial Santa Fe Popular Argentino Hipotecario Nacional Comercio . . . Nuevo Italiano

E N E R O Pesos 532.886

» 404-599 73.^98 37.253

132.167 32.953 64.075 69.767 29.263 31.693 24.648 21.097 52.955 17.127 22.000 12.840 80.500

» »

» » » » » » » » » » » »

» » » » » » » » » » » »

1.000

4.000 7.500

4.026 229

110.712 20.000

4.000

F E B R E R O 2.386.913

572.43O 1.149. IOO

148.176 41O.695 586.931 431.341 188.749 183.152 555.908 497.250 248.121

20.855 87.50O 12.898

3.50O 72.995

I .800 6.152

18.650 26.904

134.481 122.3OO

6.000 I .837

263.345 63.642

208.114

Pesos 1.791.188 8.409.739

U f a firgentina para el Impuesto único ( S i r c u l a r c o n s t i t u t i v a

Buenos Aires, Enero 28 de 1914. Señor : El convencimiento cada vez m á s arraigado

en todos los países y en todos los órdenes sociales, de hallarse en estado de perentoria necesidad, la transfor­mac ión del viejo sistema tributario en otro m á s en lógi­ca consonancia con las leyes del desenvolvimiento pro­gresivo de la humanidad, como plenamente lo demos t ró el gran reformador Henry George;

Los resultados brillantes obtenidos en todos los pa íses donde la implan tac ión del Impuesto único se ha llevado á la prác t ica , exced iéndose á los cálculos m á s optimistas;

El ambiente francamente favorable que se ha crea­do, tanto en los círculos de alta intelectualidad, como en el mismo pueblo que hace actualmente de este pro­blema su problema fundamental;

El hecho de estarse ya preocupando de su implan­t ac ión y estudio los pa íses limítrofes, Río Grande del Sur, Estados Unidos del Brasil, Repúbl ica del Paraguay y Repúb l i ca Oriental del Uruguay;

Todo esto reclama la urgente necesidad de consti­

tuir en la Repúbl ica Argentina la «L iga» correspondien­te, que, con independencia absoluta de toda opinión po­lítica, englobe todos los elementos valiosos que s impati­zan con estas reformas á fin de estudiar y plantear me­t ó d i c a m e n t e sus problemas.

Para este objeto, solicitamos de usted se sirva en­viarnos á la mayor brevedad su nota de adhes ión , á l a Secre tar ía Provisional de la « L i g a » calle Lavalle, 341 6 Casilla de Correo, n ú m e r o 1129.

LA COMISIÓN Mientras se organiza la publ icac ión del boletín ofi­

cial de la «L iga» , la C o m i s i ó n env ia r á gratuitamente á todos los socios el órgano correspondiente á la «Liga Es­pañola» (por razones de idioma).

En la Secre tar ía provisional, se hallan libros y re­vistas para ser consultados por los señores socios.

La C o m i s i ó n cuenta a d e m á s con los auspicios de diferentes ó rganos del periodismo nacional, entre ellos la importante revista « M u n d o Argen t i no ,» todos los cuales han colocado á su disposición las columnas de sus pu ­blicaciones.

U n a f e l i c i t a c i ó n de la « L i g a »

,-nr Copia del telegrama dirigido al presidente de la Re­públ ica Or ien ta l del Uruguay , Batlle y O r d ó ñ e z :

« L a Liga Argentina para el Impuesto único felicita á V . E. y al Gobierno que tan dignamente preside, por la hermosa iniciat iva realizada con la nueva ley de con­t r ibución territorial urbana. Consciente de la incalcula­ble transcendencia económico-social de esa ley, cuyo ejemplo esta Liga anhela y espera sea seguido por los d e m á s pa í ses sudamericanos, hace fervientes votos por la prosperidad de la nación h e r m a n a . »

Un informe o f i c ia l

Dice la repar t ic ión nacional de cont r ibuc ión territo­rial en un reciente informe:

«Se reclama una nueva va luac ión de la propiedad raíz en la capital , considerado que la existente, que as­ciende á la suma de 2.235.430,000 pesos moneda nacio­nal, representa un valor m u y inferior al que tiene ac­tualmente. Se aconseja practicar valuaciones anuales, no solo para los casos de edificación, división y apertu­ra de calles, sino t a m b i é n toda vez que la autoridad na­cional ó municipal ejecute obras de embellecimiento,, higiene, ensanche de calles, parques, plazas, d e s a g ü e s , vías de comun icac ión , etc., que se traduzcan en un ma­yor valor para las propiedades favorecidas...

« D e la suma á que asciende la va luac ión de la pro­piedad raíz de la capital, corresponden á 1.061.649.618 pesos moneda nacional al valor de la tierra y lo restante al justiprecio de las construcciones. Se anotan separa­damente ambos conceptos para que sea posible legislar con exacti tud, cuando se deseara gravar diferentemente á los dos elementos, tierra y edificación, que constituyen la propiedad i n m u e b l e . »

Aplaudimos sin reservas esa manifes tac ión oficial. ¿ C u á n t o tiempo m á s t e n d r á el país que esperar la acción correspondiente del Congreso nacional?

W l l I m p u e s t o U n i c o 9

El presidente interino de la Repúb l i ca Argentina Dr. de la Plaza, ha encargado al distinguido propagan­dista del Impuesto único Sr. Emilio Ibansen, un proyec­to de las economías posibles en el presupuesto.

El Gobierno de la provincia de C ó r d o b a (una de las principales de la Argentina) acaba de decretar la eva­luación separada de la tierra y de sus mejoras, como paso preliminar para la implan tac ión del impuesto sobre el valor del suelo exclusivamente.

La Liga formada en Córdoba , para luchar por la doctrina económica de Henry George tiene, hasta hoy, los siguientes adherentes: Sres. Bernardo O r d o ñ e z , pre­sidente provisional, doctor Pedro S. Rovelli , Jul io R . O r -tegui, J o s é M . Reyna, Doctor Saúl A . Taborda, Doctor Arturo Capdevila, Gonzá lo O r ó ñ e z , Manuel Argaña raz , Doctor J o s é Laviasse, C é s a r Staude, Mario A. Moreno, Lisandro Mónaco , ingeniero Lucio Funes Silva, inge­niero Federico Ferrari Rueda, J o s é Agus t ín Patino, Doc­tor André s R a m p o ñ i , Federico T . Huges, Justo P. Cór ­doba, Santiago Cuadros y Arturo G a r c í a .

Sobre un libro argentino, Señor Dr . Samuel De Madrid , Buenos Aires.

Dist inguido señor : Si con tanto retardo acuso reci­bo de su libro «Cesa r i t i s» , cúlpelo usted á este mismo que no es de aquellos que pueden leerse por el m é t o d o habitual que empleamos los que tenemos el tiempo r i ­gurosamente tasado, sino que por la a t racción irresisti­ble de su contenido pertenece al escaso n ú m e r o de los que fuerzan nuestra voluntad y nuestra a t enc ión á su lectura í n t eg ra y sin regateos.

Y es que su obra m á s que circunscrita á la especia­lidad de un estudio científico de ps icopat ía his tór ico-sociológica, como parece indicarlo su t í tu lo , abarca ta l ampli tud y ex tens ión de temas de palpitante in te rés , que, por sobre todos sus mér i tos , reveladores de la eru­dición y talento de su autor, tiene el de interesar á todo el que lo lea, y és te , creo, es el mayor elogio que sabe hacerse de una obra de pensamiento...

A l hablar de los males que aquejan á la Argentina y estudiarlo en sus múl t ip les manifestaciones, en la vida social-político, económico y administrat iva, encuentra usted que su causa honda y fundamental radica en el monopolio de la tierra.

Para la mayor í a de los que en su país , como en el mío, forman lo que se llama clase ilustrada, aquella afir­mación proclamada en su libro parecerá una extrava­gancia ó una heregía .

Educados en la e n s e ñ a n z a de una falsa ciencia j u ­rídica y de una m á s falsa economía polít ica que legitima y erige en derecho «sagrado é inviolable» el secuestro y apropiación por algunos hombres del elemento de la na­turaleza, sobre el cual todos los hombres tienen que v i ­vi r , ¿cómo han de darse cuenta de lo que significa el monopolio de la tierra? ¿ C ó m o han de darse cuenta de que la propiedad privada de la tierra no sólo implica la negación de los derechos naturales del hombre, del de­recho á la vida, á la libertad, al trabajo, sino que cons­

t i tuye una confiscación continua de la riqueza natural, un despojo del trabajo y de los productos del trabajo, el desconocimiento m á s flagrante del derecho de pro­piedad?

En la parte que estudia usted el problema económico y tr ibutario é indica su único remedio, su libro no será fác i lmente comprendido, pero lo será cada día m á s , á medida que las grandes corrientes de ideas que circulan hoy por todos los países , renueven el ambiente de los nuestros despertando el pensamiento de sus hombres dirigentes al estudio y solución de aquel problema fun­damental.

Y su libro es de los llamados en su patria á preparar el camino y facilitar esa doble obra de renovac ión y ree­ducac ión , tarea esta ú l t ima , no sólo la m á s importante, sino la m á s á r d u a , ya que nada m á s impermeable que los espí r i tus ilustrados á las ideas que no concuerden con sus prejuicios y porque mucho m á s difícil es «des­ap rende r» que «ap rende r» .

S í rvase aceptar mis m á s efusivas felicitaciones por su notable libro y mi agradecimiento por la dedicatoria amable del ejemplar que me ha enviado.

Su atento seguro servidor,

Manuel Her re ra y Reissig,

U R U G U A Y

Un proyec to muy p l a u s i b l e

Con u n á n i m e aprobación ha sido juzgado el pro­yecto del gobierno uruguayo por el cual se aplica el i m ­puesto inmobiliario, en el departamento de Montevideo, exclusivamente sobre el valor de la tierra.

Para obtener la equivalencia en rendimiento del impuesto que hoy es seis y medio por mi l sobre el valor del conjunto de obras y tierra, se apl icará sobre el valor de esta ú l t ima el diez por m i l .

Las construcciones quedan libres de gravamen. Lo mismo se paga rá de con t r ibuc ión por un terreno

baldío que si e s t á edificado. El mensaje que a c o m p a ñ a el proyecto, tiene inte­

resantes datos sobre la cares t ía de la vida, y el peso de los alquileres en el presupuesto de las familias menos pudientes.

Es así como el Gobierno del Uruguay, lo mismo que el de Río Grande del Sur y el del Paraguay, se en­caminan hacia la gran solución económica que reclama­mos, y que consiste en la l iberación del trabajo y de sus frutos, multados hoy en forma intolerable.

Nuestro aplauso al presidente Batlle, á su ministro de Hacienda Sr. Cossio y al Sr. Cleofe. Cotelo, el ilus­trado y laborioso director de la sección de empadrona­miento, á cuyo cargo estuvo la obra preparatoria de esta reforma, base de la ansiada justicia económica .

Felicitamos cordialmente á nuestros queridos co­rreligionarios el Dr . Vítale y el D r . Herrera y Reissig, que tienen la fortuna de ver madurar los frutos de su incesante labor de propaganda.

¥ A I IIII ¡ I l i ento U n i c o

E l proyectado impuesto á la tierra

6 a r t a del s e ñ o r M i n i s t r o de H a c i e n d a C o s í o

ANTECEDENTES INTERESANTES

Montevideo, Marzo 19 de 1914.—Sr. Dr. Félix Vítale. —Distinguido señor: Tengo la satisfacción de acusar re­cibo de su folleto que contiene una carta dirigida al doctor Borges de Medeiros, Presidente del Estado de Río Grande, á propósi to de un proyecto de este magistrado que tiende á la aplicación del Impuesto único á la tierra.

Por original coincidencia el día que hallé su opúsculo en mi mesa de trabajo del Ministerio de Hacienda, lleva­ba los borradores del mensaje y proyecto de impuesto te­r r i to r i a l para el Departamento de Montevideo, proponien­do á la H . Asamblea gravar solamente la tierra y excep­tuar todos los frutos del trabajo acumulados en mejorarla y valorizarla. Como también por no menos curiosa coin­cidencia, el d ía en que el mensaje con los ú l t imos reto­ques era firmado por el señor Presidente, recibí u n l ibro del doctor Tomás Varzi sobre la Cuestión Agraria en la Provincia de Santa Fé, que, por lo poco que a ú n he podi­do leer de ayer á hoy, veo que se halla informado por la misma tendencia reformadora. E l doctor Varzi menciona los nombres de Andrés Lamas y Herrera y Reissig, por donde se ve que ha leído la obra de este úl t imo, obra que indudablemente ha aportado un valioso concurso de doc­tr ina y a rgumen tac ión al estudio del problema de estas reformas financieras.

Dasde que me hice cargo del ministerio me preocupé de esta cuest ión tratando de que se realizaran dos traba­jos previos: uno por la Dirección de Impuestos directos, que era la reparación de avalúos de la tierra y las obras; otro por la Oficina del Trabajo: una encuesta sobre el costo de la vida, de donde conocería la gravitación del «alqui­ler de casa-» sobre el presupuesto obrero.

En la Dirección de Impuestos dos funcionarios inteli­gentes é ilustrados, el director D. Juan A. Márquez y el jefe de la sección de empadronamiento D. Cleofe P. Cotelo, resultaron una vez hecho el trabajo de clasificación, en­tusiastas partidarios del impuesto á la tierra.

Algunos años hace que yo había meditado largamente sobre este problema, leyendo m i autor favorito de finan­zas que es Guillermo de Greef y aplicando sus observacio­nes á nuestros fenómenos económicos. ¡Qué difícil des­arraigar entre nosotros la preocupación falaz de que la valorización, á veces vertiginosa, de la tierra, es un he­cho favorable al progreso y í bienestar de^ la^ sociedad! H a b í a subrayado en de Greef: «Si Fon ne veut aboutir au capitalisme terrien le plus complet et, dans l ' imposibil i té constatée de pr iveé de baser le droit de proprieté privée sur le travail individuel , «une seule solution reste*, c'est la transformation du droi t de propieté du sol en un droi t d'usage conformement aux conditions déterminées par la colectivité méme, par l ' in termédiai re des organes repre-sentatifs et dé l ibérants de l'Etat.»

«Le terrain comme tel devrait étre assujeti á une re-devanee comme faisant par t í du domaine collectiff.»

«Au point de vue de la plus-value, celle ci dans les grandes villes est attribuable bien plus au terrain qu'au bát i inent ; cette plus va lué d'origine collective revient sur-tout, sinon ent ié remen á la collectivité. La construction représen te surtout le capital et le travail y engagós; la ren­te naturelle ou plutót sociale est surtout inhérente au sol. T h é o r i q u e m e n t la rento revient á la collectivité; ce n'est

pas parce que celle-á en a historiquement concedé une par t í aux particuliers que nous pouvons considérer les contributions sur les proprietés bátis y compris les te-rrains comme étant un impót proprement dit.»

«Méme, dans le systeme actuel, i l faudrait établ ir un impót spécial «sur les terrains urbains non bátis de ma-niére á enrayer les spéculat ions sur la plus va lué acquies sans effort economique aucun» par le seul développement de la collectivité, etc., etc.

En art ículos editoriales de E l D í a , mientras fu i re­dactor en 1911 y 1912 escribí varias veces atribuyendo fundamentalmente nuestra carestía de la vida á las espe­culaciones sobre la tierra. Lo palpaba. E l individuo A, compraba á B en 10.000 pesos una casa que al primero el hab ía costado 5.000. E l nuevo propietario notificaba en seguida al inqui l ino que su alquiler, que era de 30 pesos, sería en adelante de 40 pesos. E l dueño de la casa contigua avaluaba su propiedad por lo que se vendió la del vecino, y elevaba el alquiler á su vez. Este fenómeno se repetía sucesivamente de casa en casa y paralelamente el aumen­to de carga derivado de la capitalización de la propiedad fundiaria iba repercutiendo en todos los ar t ículos de con­sumo. No pagaba usted solamente el surplus de alquiler que cada pocos meses se le notificaba, sino que pagaba parte de esos mismos aumentos que en mayor proporc ión se le imponía al almacenero, al verdulero, al carnicero, al boticario, al panadero, al lechero, al médico, al abogado, al escribano, etc., etc.

¿Por q u é la vida en Nueva York es costosísima? Por la valorización estupenda de la tierra. Una comisión mu­nicipal en informe del año 1913, aconseja la aplicación «anual» de un impuesto al mayor valor, que calcula pro­duc i rá 15.000.000 de pesos.

En 1624 el holandés Peter Minui t compró á los pieles rojas la isla de Manhattan,—donde se levanta la mayor parte de la ciudad de Nueva York—por 120 francos en mercader ías . Ultimamente se ha vendido un solar en Wal l Street á 8.00O pesos el metro cuadrado...

Países como el nuestro están en tiempo de evitar que se llegue á tales extremos y eso se evita abatiendo la especulación sobre la tierra y fomentando la invers ión de capitales en la tierra.

Saludo en usted á un aliado en el esfuerzo de propa­ganda que sea necesaria realizar en el sentido de que la idea encarnada en este proyecto tr iunfe.

Yo no creo que se deba proclamar por ahora el I m ­puesto único sobre la tierra. Ello trae consigo el problema del l ibre cambio, que como medida unilateral para un país nuevo sería económicamente funesto. Las reformas financieras sé hacen gradualmente, porque la ley de adap­tación hace que aun c imentándose en los más absurdos sistemas de imposic ión tributaria, se creen grandes y res­petables intereses.

Voy á citarle un ejemplo: He sostenido muchas veces ¿por qué no llevamos á la tierra el gravamen que repre­sentan los derechos de exportación que pagan los gana­dos, los cueros, lana, los frutos, en fin, de la tierra misma? ¿Es que acaso esos derechos no los paga por vía de inci­dencia el propietario? He hallado resistencias y reparos en los terratenientes rurales. Cuando se discutía la cues­tión del tasajo y se pedía al gobierno la abolición de los derechos de salida, yo propuse en un Congreso ru ra l en Minas que se ofreciera al gobierno la fó rmula de aplicar á la tierra de pastoreo un adicional que produjera lo mis­mo que se le exigía de derechos de exportación al tasajo

E l I m p u e s t o U n i c o I I

Fué aceptado por unanimidad el proyecto. H a b í a repre­sentantes rurales de mér i to como el Dr. JNin, el Dr. Sán­chez, Hi lar io Helguera, Juan Schaurich, Alejandro Roux-Pedro Nszábal, Vidarte el famoso cabañero de ovinos, etc. Era en 1908 ó 1909. E l Dr. N i n , que venía de Inglaterra, hizo en brillante improv isac ión un elogio de mi fórmula y recordó las tendencias inglesas á derivar hacia la tierra ciertos impuestos.

En fin, la borrasca de la crisis de 1913 no nos dejó tiempo y libertad de espí r i tu para pensar en reformas tributarias. Vamos ahora, despacio, con toda la prudencia que la responsabilidad de estas cuestiones exige, inten­tando dar algunos pasos adelante.

Repito que cuento con usted en la propaganda de ideas que será conveniente le prepare opin ión á este pro­yecto, y me es altamente grato ofrecer á usted las seguri­dades de m i mayor consideración y estima. PEDRO COSÍO

© a r t a desde P a r í s

Señor Director de L a T r i b u n a . En meses pasados había tomado usted muy á pecho

^1 asunto de la unidad de las contribuciones, ó sea el del Impuesto único preconizado por Henry George, y pa­rece que el Dr. Uribe Uribe tiene tendencias á secundarlo, proponiendo el gravamen del 1 por 100 anual sobre el va­lor de los inmuebles...

Mr. L loyd George, el gran estadista inglés, el genio filántropo-financiero de actualidad, t ambién empieza á to­carles caja á los propietarios, ó monopolistas del suelo co­mo los llaman Henry George y su escuela económica. Usted verá más detalladamente en los diarios la extensión -de su programa, lanzado mediante acuerdo con todo el Ministerio. E n t r a ñ a la idea de la creación de un Ministerio ú e Tierras , que en tenderá en todo lo relativo á las rela­ciones entre propietarios y colonos; en la p rov i s ión de ha­bitaciones higiénicas y cómodas para éstos y en la desti­nación de las inmensas extensiones agrestes subst ra ídas , al cultivo, al fomento de éste, para aumentar el potencial agrícola de la nación. Esto, unido al vasto plan de la me­jora de las condiciones de la clase obrera, es digno de es­tudio, en la nación inglesa madre de la escuela individua­lista. Nosotros que somos tan demócra tas no hemos llega­do á acordarnos del pueblo de los campos, que quizá es el que m á s inclemencias soporta: toda nuestra filantropía se queda en las grandes ciudades, donde los gremios ayudan en las elecciones, mediante las leyes proteccionis­tas, no obstante que la población urbana tiene escuelas

• tiene hospitales gratuitos, tiene buenas habitaciones, tea­tros populares, paseos, parques, regular a l imentac ión servicio de higiene y de policía, admin i s t rac ión de justicia pasable y tantos beneficios más , de que carecen los que trabajan por llenarnos el es tómago y que no tienen otro porvenir que la vida de la choza y los momentos de solaz y departimiento en una venta pajiza al calor de la hornilla y de la inmensa agrupac ión , con ten tándose muchos con el bouquet de la chicha ó de la pipa de aguardiente, que también equilibran el calor necesario para el organismo. Y esto mientras viene la patrulla de la recluta.

La población rura l de casi todos los países no ha sido ciudadana, sino en la letra de las leyes: su carácter ha sido el de los siervos de la gleba y de los colonos. Siem­pre ha dependido del propietario ó de a lgún magnate

atrevido que sintetiza su voluntad. El propósi to de Bis-mark—y es ex t raño en semejante autócrata—fué el de llevar la c iudadanía al campo, y hoy el grande hombre inglés vuelve sus miradas hacia los necesitados del Agro, después de haber hecho lo que estaba á su alcance por los de la Urbe. ¿Qué dir ía Mr. George si nos visitara y supiera que m á s de 400 ki lómetros cuadrados del valle del Magdalena son de 10 propietarios, algunos de los cua­les, persiguen m á s al cultivador que á los tigres y caima­nes?

Aceptando la noción teosófica de que la m a n s i ó n te­rrenal es de mera expiación y que en ella no podemos aguardar sino sufrimientos y castigos en todas las formas imagluables, debemos aceptar la sociedad tal como está, verdadera miscelánea de todas las penas y placeres, crí­menes, virtudes y sacrificios, desigualdades y farsas, jus­tificando todas las formas de la ambición, de la fuerza, de la intr iga, de la sagacidad; pero si aceptamos la tesis de que la vida no es una vindicta, una revancha del Ser Supremo contra sus pobres criaturas, muchas de ellas inocentes, hay que reconocer la necesidad de un cambio fundamental en que la humanidad sea algo que le ha­ga honor á su inventor. Esa es la tarea de los nuevos estadistas de la época.

E l espectáculo de estas grandes colectividades no puede soportarse: ó se transforman ó se van á pique, como sus antecesoras Babilonia, Cártago y Constantinopla. No hay remedio: si no se acuerdan de lo que les sucedió á sus abuelas, la mano del destino se lo ha rá recordar.

Quién sabe si sobre esta enorme metrópoli , capital de todo lo bueno y de todo lo malo, no se volverá á posar la planta del Normando, del Inglés ó del Ulano, que en otras épocas la han humillado. Por el Norte vienen los mereci­dos castigos. A Roma misma la pisotearon cuantas veces el crimen la hizo justiciable; y nosotros, los engre ídos la­tino-Teguas y latino-Zipas, tenemos que ser justos, si no queremos que los de nuestro Norte nos toquen á la caja y nos griten como el ciego Belisario «¡ t rema B i s a n d o ! »

Ya se la están tocando á Huerta y á Blanquet; pronto estarán estos por aqu í engrosando la colonia afortunada que viene á deslumhrar los boulevares y palacios con el producto de la explotación de las comarcas del Ocaso.,..

Y si bien es cierto que la tarea regeneradora se mues­tra m á s activa en estos centros y que empiezan á acor­darse de los desheredados, los monstruosos abusos tradi­cionales todavía se muestran con insultante arrogancia. En los menores detalles de la vida se observa. Como us­ted lo ha visto, los grandes Boulevares son una aorta don­de se agolpa la sangre de medio mundo: allí vé usted 400 á 500.000 personas entregadas á la holganza, al lujo y á la ostentación; los automóviles , por miles, se cruzan y se campean, mostrando sus ocupantes en trajes, no digo orientales, pues el oriente se quedó en pañales , quizá m á s bien celestiales, si es que en el cielo no hay leyes suntua­rias; aqu í salen de un banquete, allí de otro; van un ins­tante á un teatro de á 20 á -25.000 pesos papel colombiano el palco; de allí al final de un sarao ó al restaurant Ciro, á Maxim, ó á la Abaye, y á las 2 ó 3 de la m a ñ a n a al blan­do lecho, entre sábanas de Holanda, á dormir á pierna suelta de la noche á la mañana—como decía Altisidora en la serenata á D. Quijote,—para empezar la misma tarea á la una del siguiente.-—El tráfico individual de todo ese mundo, á gran velocidad, por entre millones de pedestres causa 23.000 accidentes, entre muertos, heridos é invál idos por año, según las estadísticas: sin embargo, las autorida-

19 ¥A I m p u e s t o U n i c o

des de policía de seguridad no han podido lograr que se observen los reglamentos sobre tráfico urbano. Todavía lo matan á usted en un pmho t i rg ó en un boulevard en presencia del Ministro de Obras públicas, sin que la san­ción merecida se vea aplicar. Ha rá mes y medio, Monsieur Klotz, Jefe del ramo, vió aplastar á unos 18, cerca del Pa­lacio del Elíseo. Todo el mundo se hor ror izó en presencia de la catástrofe del T i t an ic y del Vol turno. Yo leí todo eso con cierta indiferencia; pero no por insensatez, sino porque veo que las víc t imas del tráfico suntuario en Lon­dres, New York y Par ís , no presentan balances menos fú­nebres cada año, y si se añaden los accidentes en las m i ­nas, como las recientes de Senghenidd y de Cardiff—270 y 120 quemados y asfixiados—se completan hecatombes co­mo la del T i t an ic .

Cuatro millones de grandes holgazanes, se solazan á diario en esas metrópolis y todos los industriales, peque­ñ o s propietarios, agricultores y comerciantes cargan con los 6.000 millones de francos que cuesta el Gobierno de Francia y dos tantos m á s el de Inglaterra y Estados Unidos.

¿Se necesita ó no la reforma social? PEDPO RESTREPO UEIBE.

E S T a O O S - U I V I O O S

El partido Progresista del Estado de New Jersey, afiliado ai gran partido nacional de Roosevelt, acaba de incorporar el Impuesto único á su programa político. Di ­ce el programa á ese r ispecto:

«El valor de la tierra se debe á la presencia, el creci­miento, la actividad de todo el pueblo. E l actual sistema tr ibutar io pone un premio á la especulación en tierras, lo que significa tenerlas fuera de uso á la espera de u n fu t u . ro aumento de precio. Eso tiende á mantener fuera de uso la tierra, que representa la oportunidad del trabajo, á fo­mentar la congestión urbana, á gravar el mercado del tra­bajo, reducir el salario, elevar los alquileres y en general restringir la acción de las autoridades.

- E l remedio es, que todos los productos del trabajo, como son, edificios y mejoras, maquinaria, muebles, mercader ías y toda propiedad personal, los cercos, los tra­bajos de abrir zanjas y l impiar la tierra, deber ían even-tualmente quedar libres de impuestos; y los impuestos que hasta ahora se han derivado de esa fuente para los gastos municipales y nacionales, deberían recaudarse por medio de un aumento de impuestos sobre el valor de la tierra. Esto es t imulará la industria, facilitará la adquisición de casas, la iniciación y desarrollo de negocios, y obl igará á que se ponga en uso la tierra ociosa, aumentando de esa manera la demanda del trabajo.»

Nada más claro. Evidentemente, la iniciativa de las provincias canadienses del gran Noroeste, que ha provo­cado un inmenso movimiento de emigración de los Esta­dos Unidos hacia el Canadá, ha enseñado algo á los polí­ticos norteamericanos.

Por otra parte, á cada momento surge u n conflicto que mantiene en la intranquilidad á los Estados. Este es­tado de alarma y malestar, reflejo de las condiciones so­ciales, es cada vez más angustioso y terrible y está procla­mando la urgencia de que se aplique el remedio.

La terrible lucha en el distrito minero de Colorado, donde las milicias y las tropas federales han disparado contra los huelguistas quo reclamaban mayores jornales y mejores alojamientos, ha llegado á convertirse en u n

serio conflicto que no se sabe hasta donde l legará, pues 1» Compañía minera dir igida por el famoso millonario Roc-kefeller, ha abusado tanto de los obreros que los tiene en la desesperación. Dicha Compañ ía propietaria de las mi­nas, es propietaria también de las casas donde se alojan los obreros; de los almacenes donde se abastecen; del fe­rrocarr i l y de todss los servicios, incluso el de medicina cuyos doctores emplea; así que, cuando los obreros insis­ten en que se supriman ciertos ve jámenes y se les pague-mejor y recurren para ello á la huelga, la Compañía les echa de las casas, les pr iva de todo servicio y les comu­nica que no tienen otra alternativa que someterse á sus condiciones ó morirse de hambre. Claramente se ve que en ésta, como en todas las batallas del trabajo, lo quo está en el fondo es la cuest ión de la tierra y que no hay m á s solución que arreglar la cuestión de la t ierrra. La propie­dad de la tierra es la propiedad de las vidas de cuantos en. ella y de ella han de v i v i r .

La atención hacia esta cuestión es cada día mayor y para hui r de ella y distraerla hacia la perpe tuac ión de las actuales iniquidades, se inventa una guerra como la que actualmente se está preparando contra Méjico, obra debi­da á los elementos p lu tócra tas y reaccionarios que tanta-engordan con estos eonflictos, á la par que aseguran su, estabilidad fomentando las malas pasiones.

I N G L A T E R R A

E f e c t o s de l a c a m p a ñ a de L l o y d G e o r g e

En vista de que en la p r ó x i m a legislatura se propone el Gobierno que el Parlamento revise las leyes territoria­les, el Duque de Sutherland propietario de cerca de 500.000 hectáreas, ha dado orden á sus administradores para ven­der m á s de la tercera parte de su terri torio, en públ ica subasta.

E l i n f o r m e de la © o m i s i ó n o f i c i a l s o b r e l a c u e s t i ó n de l a t i e r r a en l a s u r b e s

Esta segunda parte de la memoria encargada por el Gobierno, acaba de publicarse al precio de un chelín. Comprende un estudio de dicha cuest ión muy documen­tado con hechos, opiniones y citas en apoyo de las con­clusiones.

Está dividido este estudio en cuatro partes: la habita­ción; la compra de terrenos en casos de expropiación; los arrendamientos y los arbitrios é impuestos y así como en la primera parte publicada en Octubre del pasado año y que trataba de la cuestión agraria p roc lamó como reme­dios medidas intervencionistas tales como la del salario mín imo , vuelve á incu r r i r en esta segunda parte en el mismo descarrío recomendando otra vez el dichoso salario mín imo, la reforma de las leyes que tratan de los arren­damientos y la inst i tución de un t r ibunal que fije los pre­cios en casos de expropiaciones, arrendamientos, etc., etc.

Unicamente al tratar de la parte cuarta recomienda el verdadero remedio ó sea el impuesto sobre el valor del suelo, pero con una timidez r idicula . Reconociendo que el actual sistema de contribuciones es injusto y perturbador, puesto que multa al que emplea trabajo y capital en me­joras y alienta el mal uso de la tierra ó el dejarla vacan­te, dice que el cambio de sistema traer ía consigo una seria transferencia de la propiedad, y por consiguiente propone un compromiso: primero que [todo a u m é n t o en el presu­puesto de gastos se enjugue con el impuesto sobre el suelo, y segundo, que el Tesoro haga una desgravac ión á los

WA I n i ¡ m e s t o U n i c o

ayuntamientos g ravándose en la misma proporc ión el valor del suelo.

Esta proposición es un compromiso pero constituye una buena base para llevar á cabo la cuestión de la tierra.

L o s nuevos p r e s u p u e s t o s Apoyado en esta base ha presentado el Ministro de

Hacienda el día 4 de Mayo los nuevos presupuestos, que han causado gran alarma entre las clases conservadoras porque abre el camino para las reformas en varias direc­ciones, como son: mejora de las viviendas; mejora de la salud pública; impuesto sobre el valor del suelo; arreglo de las haciendas locales y reforma de los impuestos sobre toda clase de rentas (income t ax ) y sobre la riqueza no ganadft.

La reforma m á s importante es que en lo sucesivo las evaluaciones para el impuesto terri torial se ha rán sepa­rando el valor del suelo del de las mejoras. E l impuesto que corresponda á estas se irá aminorando sucesivamente y lo que deje de ingresar por este concepto en las arcas municipales será compensado por subvenciones del Esta­do á los municipios.

E l Ministro de Hacienda se encontró con un déficit de más de cinco millones de libras esterlinas debido á los gastos de ampliación de la escuadra y maniobras navales. La mayor ía de los políticos hubieran encontrado con esto una excusa para rehusar nuevos gastos por urgentes que fuesen; pero Mr. L loyd George, por el contrario, ha aña­dido á este déficit un nuevo gasto de más de cuatro mi l lo­nes de libras esterlinas para las subvenciones ya indica­das, que absorberán m á s de la mitad de esta suma y la otra mitad para costear cantinas escolares, mejoras de la enseñanza, escuelas al aire libre, etc., por lo que se refiere á la instrucción; establecimiento de consultorios, labora­torios y casas de maternidad por lo que se refiere á bene-cencia.

Para enjugar el déficit no crea nuevos impuestos sino que recurre á aumentar la cuota del impuesto progresivo sobre toda clase de rentas, pues entiende que todo aumen­to de gastos debe ser costeado exclusivamente por los ricos, calificando este aumento de pr ima contra la revolu­ción que produc i rá el malestar social en caso de que los ricos se negaran á costear tantas necesidades.

Contotanbo á 1ü0 ataquen E L GEORGISMO

E l profesor de E c o n o m í a P o l í t i c a de la U n i v e r -dad de V a l l a d o l i d , D . Vicen te Gay d i j o en su confe­rencia del d í a 3 .. « P o r todo el lo , se e s t á desenvol -» v i e n d o en E s p a ñ a u n m o v i m i e n t o l i b r e cambista , » q u e tampoco compar to . Bastantes estudiosos se han « i n c l i n a d o hacia las soluciones georgis tas . P o r fal ta » d e men ta l idad en nuestras clases gubernamenta les « h e m o s de presenciar el desa r ro l lo de una escuela « b a s a d a en H e n r y George , el menos t é c n i c o de to -« d o s los eaonomistas, que f o r j ó sus t e o r í a s sobre u n « f u n d a m e n t o í l l o s ó f l c o - e v a n g é l i c o . E l geo rg i smo no « t r i u n f a r á , pero e s t a r á p e r t u r b a n d o p o r a l g ú n t i e m -« p o nues t ra existenoia e c o n ó m i c a . »

L o na tura l s e r í a que d e s p u é s de ta'es deco ra ­ciones v i n i e r a una e x p l i c a c i ó n del p o r q u é rechaza

el l i b r e cambio y d e m á s aspectos del g e o r g i s m o . Mas no es a s í . E l Sr. Gay se m a n i f e s t ó s implemen te a n t i -georgis ta , pero s in explanar la causa.

De esta manera no se convence á nadie de la i n ­jus t i c ia ó i m p r a c t i c a b i l i d a d de una idea. Po r el con ­t r a r i o , cuando vemos que personalidades de la c u l ­t u r a y c a t e g o r í a del profesor va l l i so le tano no pue­den aduc i r en con t ra n i u n solo a r g u m e n t o , i n v o ­lun t a r i amen te recordamos una vez m á s las palabrr.s de Tols toy : « L a s t e o r í a s de H e n r y George solo pue­den combat i rse de dos maneras; i g n o r á n d o l a s ó f a l ­s e á n d o l a s . »

E! i l u s t r e economista castellano profe t iza : «Eí geo rg i smo no t r i u n f a r á . » ¿ P o r q u é mo t ive? ¿ E n q u é se funda para anunciar el fracaso del ideal geor­giano?

E l geo rg i smo es t á avanzando en todo el p 'anets; hay p a í s e s donde el Impues to ú n i c o se apl ica casi por comple to ; cada d ía sé reg is t ra a l g ú n i m p o r t a n t e progreso en la r e a l i z a c i ó n p r á c t i c a ; ¿ p o r q u é razo­nes, pues, no ha de t r i u n f a r a q u í ?

S e g ú n e l Sr. Gay, H e n r y George «for jó sus teo­r í a s sobre u n fundamen to filosóflco-evangélico)). S i el Sr. Gay ha l e í d o « P r o g r e s o y M i s e r i a » y la b i o ­g r a f í a de H e n r y George h a b r á p o d i d o observar que el sistema filosófico del s o c i ó l o g o amer icano es u r a « c o n s e c u e n c i a » y no la causa de las t e o r í a s e c o n ó ­micas. F u é al descubr i r e l perfecto o rden entre Iss leyes naturales que i n f l u y e n en la p r o d u c c i ó n y dis­t r i b u c i ó n de la r iqueza, cuando c o m p r e n d i ó en toda su a m p l i t u d las e n s e ñ a n z a s de aquel s u b l i m e r e fo r ­mador que descr iben los Evange l ios y se e l e v ó á transcendentales especulaciones filosóficas. F u é — e u efecto—un filósofo tanto como un economista .

Pero esta c i rcuns tancia , que el s e ñ o r Gay pare­ce es t imar como s e ñ a l de i n f e r i o r i d a d , la considera­mos nosotros como prueba eficiente de su i n c o n -mesurable s u p e r i o r i d a d sobre todos los d e m á s eco­nomistas . ¿ Q u é v a l o r t iene una t e o r í a e c o n ó m i c a s i esta no es t á conf i rmada p o r las grandes leyes u n i ­versales? Mien t ras las t e o r í a s de los economistas of ic ía les son cada una u n l abe r in to m á s al caos i n ­coherente é i n ú t i l f o r m a d o p o r la E c o n o m í a u n i v e r ­si tar ia , el sistema presentado por H e n r y George f o r m a u n con jun to h o m o g é n e o y r ac iona l y e s t á da acuerdo con las aspiraciones i n t e r i o r e s de la H u ­m a n i d a d c o n t e m p o r á n e a . ¿No s ign i f ica e l lo una su ­pe r io r idad?

E l geo rg i smo no es t á basado en n i n g ú n f u n d a ­mento filosófico ó e v a n g é l i c o sino en verdades sen­ci l las accesibles á todos los hombres p o r exentos que e s t é n de filosofía. Cua lqu ie ra que conozca aPro-greso y M i s e r i a » sabe que los fundamentos del geo rg i smo son .ax iomas tan claros y m a t e m á t i c o s como 2 m á s 2 i g u a l á 4.

H e n r y George ha humanizado la E c o n o m í a po­l í t i ca . De f r ía é i n d i f e r e n t e la ha c o n v e r t i d o en c ien­cia redentora , fuente de a l t ruis tas entusiasmos. P o r esto le cal i f ican de «el menos t é c n i c o de los

14 1̂ 1 l i n i m e n t o U n i c o

e c o n o m i s t a s » ; porque es e l ú n i c o que e m p u ñ a n ­do i r r e b a t i b l e l ó g i c a ha osado atacar los in jus tos intereses creados; porque es el ú n i c o economista que t emera r i amen te ha l legado hasta las ú l t i m a s conclus iones á que l leva la a d m i s i ó n de los p r i n c i ­p ios que los d e m á s h a b í a n aceptado y no desarrolla­d o p o r t e m o r á su trascendencia p r á c t i c a .

C o m b a t i d l o , atacadlo, al g r a n r e f o r m a d o r , pero hacedlo nob lemente , con razones; s í , atacadlo, que nosotros , sus d i s c í p u l o s , anhelamos la lucha, po rque sabemos que de ella s a l d r á m á s evidente la fo r t a le ­za de su figura, po rque él es el « h o m b r e p ruden te » q u 9 ed i f i có sobre la roca. Y d e s c e n d i ó l l u v i a y v i ­n i e r o n r í o s y sop la ron v ien tos , y c o m b a t i e r o n « a q u e l l a casa; y no c a y ó , porque estaba fundada so-» b r e la peña?) .

JOSÉ ALEMANY.

OIGE Ü N O B R E R O D i c e u n a n t i g u o adagio que de la d i s c u s i ó n b r o ­

ta la luz , y ó m u c h o nos equivocamos ó ha l legado la hora de que las doc t r inas de H e n r y Gaorge se a b r a n paso, á t r a v é s de las t in ieb las que envue lven las m á s encontradas escuelas c i e n t í f i c o - s o c i a l e s . Na­d i e es capaz de hacer la noche d í a po r m u y g rande q u e sea su men ta l i dad , puesto que si el e r r o r se i m ­pone a lguna vez por fac i l idades ó sugestiones r e t ó ­r icas , t iene necesariamente que v o l v e r á su pun to d e pa r t i da cuando las pruebas se encarguen de i m ­p o n e r el i m p e r i o de la v e r d a d . Dos p r o p a g a n d i s t a s » n o sabemos de que d o c t r i n a , han enarbolado desde e l ex t ran je ro la bandera ant i -georgis ta . L u í s Ola r i a -ga y R a m i r o de Maeztu, que pasan su v i d a r e c o r r i e n ­d o las grandes urbes europeas, t omando aires de fuera y t r a n s m i t i é n d o l o s á la prensa e s p a ñ o l a , des­conocen el t e r r u ñ o sobre el cual ha de operarse la t r a n f o r m a c i ó n social de la t i e r r a .

E l impues to sobre el va lo r del suelo, h a r á sen­t i r sus efectos p r i m e r a m e n t e en las poblaciones r u ­rales, donde tantos obreros ag r i cu l to res carecen de t i e r r a para p r o d u c i r p o r sí y para s í y v i v e n ó m á s b i e n m u e r e n t rabajando para o t r o de mala gana» puesto que i n s t i n t i v a m e n t e comprende , que le usur" p a n e l p r o d u c t o de su t raba jo . De a q u í se ha segu i ­d o la g r a n lucha entablada entre los obreros s i n t i e r r a y los a r rendadores de cor t i jos grandes ó pe­q u e ñ a s propiedades r ú s t i c a s , en tanto los p rop ie ta ­r i o s de estas, en su m a y o r í a t í t u l o s y grandes s e ñ o r e s , v i v e n t r a n q u i l o s en las grandes poblaciones, p o r q u e á el los no l l egan los efectos de esta enconada é i n -t e r m i n a b l e lucha social .Seguros ellos de que la t i e r r a i r á en p r o g r e s i v o aumento de va lor , no la venden y el m i s m o desar ro l lo de la a g r i c u l t u r a , el p rogreso m e c á n i c o de labores y c i en t í f i co de abonos, o r i g i n a u n a g r a n demanda de t i e r ras , que al no encont ra r la da l uga r á una competencia ru inosa de los peque­ñ o s capitales, p u j á n d o s e las ventas y rentas unos á o t ros , para d e s p u é s estrujar hasta la ú l t i m a gota de s u d o r del s in t i e r r a , que trabaje po r cuenta de ellos.

E l impues to sobre e l va lo r del suelo, a b s o r b e r í a esas rentas y o b l i g a r í a al p r o p i e t a r i o á vender t i e ­r ras para i rse sosteniendo en una p o s i c i ó n a ú n m u ­cho m á s modesta que la actual , d e s m o r o n a r í a ese amon tonamien to fabuloso de r iqueza y d a r í a la so­l u c i ó n al i n t r i n c a d o p r o b l e m a a g r í c o l a social; esto es, d a r t ie r ras á los que no la t i enen para que pudie­r a n p r o d u c i r p o r s í y para sí, e v i t á n d o l e s de este m o d o el e m i g r a r á las A m é r i c a s , ú ofrecer sus bra­zos á u n j o r n a l ex iguo , con el que no t i enen lo su­ficiente para har ta r á sus hi jos n i a ú n de pan.

Muchos economistas han sostenido que á una m a y o r s u b d i v i s i ó n de la p rop iedad t e r r i t o r i a l , so­b rev i ene inmedia tamente una d i s m i n u c i ó n en la r iqueza p o r las p é r d i d a s de t i e m p o en el c u l t i v o . Con esto t ra tan de demost rar , que la s u b d i v i s i ó n de la t i e r r a es p e r j u d i c i a l para los intereses comunales; pero h a b r á necesidad de demostrar les , que lo que hoy se l lama r iqueza , p r o p i e d a d t e r r i t o r i a l , p ropie­dad i n d u s t r i a l ó en m e t á l i c o , son valores ficticios sostenidos tan solo á consecuencia del desamparo en que las leyes dejan á los productores y consumi ­dores, de a r t í c u l o s de p r i m e r a necesidad, prestando su apoyo á la e s p e c u l a c i ó n , con lo que todas las co­sas l l egan á va ler e l d é c u p l o de su va lor ; y á pesar de tan excesivo aumento de r iqueza , la miser ia es cada vez m á s espantosa, porque esa riqueza no tiene r a z ó n de ser, p o r q u e no guarda r e l a c i ó n con los p ro ­ductos del suelo, ú n i c o s que pueden d e t e r m i n a r el verdadero va lor , la verdadera r iqueza de la t i e r r a , en e l e q u i l i b r i o s i empre oscilante de la ofer ta y la demanda.

Tendremos a d e m á s que exponer los obreros ag r i cu l to res , que en el p r o b l e m a e c o n ó m i c o - s o c i a l hace falta d i s t r i b u i r mucha t i e r r a y sobran muchas t e o r í a s de ciencias e c o n ó m i c a s . Y como esta es la base de l g e o r g i s m o , de a q u í que creamos que este es e l camino m á s r á p i d o para consegui r e l fin de­seado, «la t i e r r a para los que la t r a b a j a n » . A d e m á s , e l geo rg i smo t iene la v i r t u d de ser opor tun i s ta ; e l impues to sobre el v a l o r de l suelo es adaptable al m e d i o ambien te social en que v i v i m o s ; no es n i n ­g u n a u t o p í a ; es u n r e m e d i o p r á c t i c o á los males presentes, cuya eficacia e s t á reconocida de antema­no p o r amigos y adversar ios .

I g n o r o (porque a ú n no he le ido n i n g u n o de sus l i b r o s ) si George fuera u n h o m b r e fal to de c iencia , como dice Olar iaga; lo que n o veo p o r n i n g u n a par te es la a u t o r i d a d c i e n t í f i c a que pueda tener aquel que p r e sumiendo de sembrar doc t r inas reden­toras, tenga que elevar su n o m b r e sobre el pedestal i n e r t e de u n h o m b r e que en v i d a sostuvo t e o r í a s que muchos a ñ o s d e s p u é s de su muer t e van á la p r á c t i c a , con el u n á n i m e aplauso de los pueblos cu l tos y l i b r e s . L o s sembradores de ideas nuevas no necesi tan r e c u r r i r á tales medios , pues con solo expone r a l p ú b l i c o la m e r c a n c í a , este la toma ó la deja, s e g ú n su va lor . V e n g a n , pues, los ideales y q u é d e n s e las ins id ias , que solo s i r ven para ahondar

JE1 I m p u e s t o U n i c o • »

m á s y m á s las d i ferencias , de los que por d i s t i n t o camino buscan e l b i e n de la h u m a n i d a d .

Respecto á lo de que en las Univers idades de Europa se concede poca i m p o r t a n c i a á las obras de George, podemos a f i r m a r que es mucho decir , po r ­que hoy estos centros de i n s t r u c c i ó n se componen de ideas ó tendencias h e t e r o g é n e a s , s in banderai conservadores s i empre , acaso tantas como i n d i v i ­duos: pero a ú n cuando as í fuera, no son las U n i v e r ­sidades las que t i enen que fa l lar en ese p l e i t o , que solamente i n c u m b e á las masas de ag r i cu l to re s des­p o s e í d o s de t i e r r a y mient ras estos no t o m e n la i n i ­c ia t iva, todas las escuelas y p r i n c i p i o s nacidos en la c á t e d r a y sostenidos b r i l l a n t e m e n t e por la ciencia, f r a c a s a r á n p o r carecer de aquel sent ido p r á c t i c o ^ u e conv ie r t e en ob ra m o n u m e n t a l el m á s i n s i g n i ­ficante p royec to .

FRANCISCO ORTIZ GRACIA Obrero A g r i c u l t o r .

Espejo (Córdoba)

NOTAS Y COMENTARIOS L o s P r e s u p u e s t o s g e n e r a l e s de l E s t a d o e s p a ñ o l

p a r a 1915

E l m i n i s t r o de Hac ienda ha l e ido en el Congre ­so el p royec to de l ey de Presupuestos y los r e l a t i ­vos á leyes especiales que mod i f i can la t r i b u t a c i ó n "vigente.

¡Q lé d i fe renc ia con los que hemos r e s e ñ a d o en la s e c c i ó n dedicada á Ing l a t e r r a ! A l l í se confiesa u n dé f i c i t y se p r o p o n e n medios para en jugar lo . Ade­m á s se cons ideran los presupuestos como e l me jo r i n s t r u m e n t o de re fo rmas sociales. A q u í se confiesa t a m b i é n u n dé f ic i t y se pone de manifiesto la d i f í c i l y desfavorable s i t u a c i ó n financiera; pero el Gobier ­n o no hal la r emed io , n i p r ó x i m o n i r emo to para ella.

Los gastos se e l e v a r á n á 1.4)5.931.765 de pesetas; los ingresos se ca lcu lan en 1.335 mi l lones de pese­tas, resu l tando u n dé f i c i t de cerca de c ien to u n m i ­llones de pesetas que se c u b r i r á con la e m i s i ó n de una nueva deuda. Es dec i r el desastroso sistema de t r a m p a adelante e r i g i d o como m é t o d o de g o b i e r n o .

Ya d i j o T a r g o t , hace m á s de un s ig lo que, « los e m p r é s t i t o s d i s m i n u y e n los caudales p ú b l i c o s y con­ducen á la bancar ro ta ó al aumento de c o n t r i b u c i o ­n e s » y nues t ro g r a n economista D . A l v a r o F l ó r e z Entrada t iene pub l i c ado sobre este p u n t o en su « C u r s o de E c í n o m í a p o l í t i c a » u n m a g i s t r a l estudio que r e p r o d u c i r e m o s en nuestro n ú m e r o p r ó x i m o .

A d e m á s de este proyec to de ley se a c o m p a ñ a n a l de Presupuestos los s iguientes : R e f o r m a de la ley d e l t i m b r e ; m o n o p o l i o de cer i l las y f ó s f o r o s ; re for ­ma de las ta r i fas 2,a y 3.11 de la c o n t r i b u c i ó n sobre u t i l idades de la r iqueza m o b i l i a r i a ; admin i s t r ac io ­nes ejecutoras; impues to sobre el a z ú c a r , alcoholes, sal; m o d i f i c a c i ó n de la ley de 12 de J u n i o de 1912, que s u p r i m i ó e l impues to de consumos; derechos

de i m p o r t a c i ó n de las sardinas y a t ú n frescos y a u ­m e n t o de c i r c u l a c i ó n fiduciaria.

E l impues to sobre el a z ú c a r se fija en 25 pesetas por cada 100 k i l o g r a m o s de p r o d u c c i ó n nac iona l , y para el de i m p o r t a c i ó n 60 pesetas de derechos de aduanas por cada 100 k i l o s . E l impues to sobre alco­ho l se f i ja en 35 pesetas p o r hec to l i t r o si es de v i n o y en 65 pesetas si es i n d u s t r i a l . Se establece u n i m ­puesto sobre la sal de 20 pesetas p o r cada 100 k i l ó -g ramos de la dest inada al consumo personal y á las conservas, excepto las de pescado y salazones que p a g a r á n s ó l o 10 pesetas.

Se reduce á 8 pesetas por cada 100 k i l o s el de • recho de arancel de 24 pesetas con que se g rava la i m p o r t a c i ó n de sardinas y a t ú n frescos. L o s dere­chos de los d e m á s pescados y aun los de los ci tados si e s t á n envasados no se v a r í a n .

Se a m p l í a hasta la suma de 2.500 m i l l o n e s de pesetas la facul tad de e m i s i ó n de b i l le tes de l Banco de E s p a ñ a .

Ta l es á grandes rasgos la r e s e ñ a de los nuevos presupuestos y proyectos de ley que c o m o se ve no sal imos de los t i empos de Oamacho. ¿ Q u é h a r á n las m i n o r í a s al d iscut i rse estos engendros? P r o n t o ve­remos si s iguen fosilizadas en cuestiones e c o n ó m i ­cas ó si r ec l aman imper iosamente las r e fo rmas c ien­t í f icas y human i t a r i a s en cuestiones de impues tos .

E m p i e z a n l a s p r o t e s t a s

Leemos en la prensa d ia r i a : HUELVA 15 N u t r i d a s Comis iones del comerc io y de las i n ­

dustr ias pesqueras y el v e c i n d a r i o en genera l de Is la C r i s t i n a se han presentado al alcalde, f o r m u ­lando una protesta con t ra el p royec to de l G o b i e r n o de i m p o n e r u n g r avamen á la sal que cons ideran o n e r o s í s i m o y que i m p o s i b i l i t a r á las i ndus t r i a s pes­queras, conserveras y salazoneras de pescado, p o r ser la s a l su p r i m e r a mate r ia i n d u s t r i a l y p i d i e n d o se e leven sus quejas al G o b i e r n o .

E l alcalde p r o m e t i ó complacer los , con l o que se c a l m a r o n los á n i m o s , pues el v e c i n d a r i o de I s l a C r i s t i n a espera una p ron ta s o l u c i ó n . E n el caso de prevalecer e l impues to , se teme que todas las m e d i ­das de p rudenc ia sean ineficaces para man tene r e l o r d e n , s in contar los graves pe r ju i c ios que t a l i m ­puesto a c a r r e a r í a .

Todos los g r e m i o s é indus t r ias , lo m i s m o que los vecinos, esperan el apoyo de los senadores y d i ­putados de los p e r i ó d i c o s de la p r o v i n c i a y de la Prensa en genera l .

RIVEIRA 24, 8 m a ñ a n a . Los fabr icantes de con­servas y salazones de esta loca l idad so l ic i t an su va­liosa c o o p e r a c i ó n para c o m b a t i r el p royec to de i m ­puesto sobre la sal destinada á esta i n d u s t r i a , que, s iendo la m á s i m p o r t a n t e de esta r e g i ó n , desapare­c e r á si la l ey fuese aprobada, ocasionando nues t ra r u i n a y la miser ia de todo el l i t o r a l ga l lego , p o r ser i m p o s i b l e la lucha con los p roduc tos a n á l o g o s do ot ros p a í s e s . — L a Comisión.

to ¥A I m p u é s t o U n i c o

L a s u s t i t u c i ó n de los (Consumos

Casi s i m u l t á n e a m e n t e se han r e u n i d o en Asam­blea los alcaldes ó representantes de los ayun ta ­mien tos de las p rov inc i a s de Sevi l la y Barce lona .

L o s de la p r i m e r a no se han andado en c h i q u i ­tas y so l i c i t an e l res tab lec imien to de l odioso i m ­pues to . H e a q u í las conclusiones aprobadas:

Que desde 1.° de Enero de 1915 se s u p r i m a / c o ­m o recurso d e l Tesoro, el impues to de Consumos; pero f a c u l t á n d o s e á los A y u n t a m i e n t o s para u t i l i ­zar lo sobre todas las especies á que alcanzaba antes de la ley de 19 de J u n i o de 1904, y a d e m á s sobre los p roduc to s minera les , indus t r ia les y a g r í c o l a s n o c o m p r e n d i d o s en aquellas tarifas, c o m o ant rac i ta , h u l l a , c a r b u r o de calcio y abonos minera les ,quedan­d o de la exc lus iva competencia de los m u n i c i p i o s el acordar anua lmente las tar i fas .

E n e l caso de no poder aceptar el Estado la an­t e r i o r p r o p o s i c i ó n que p o r e l m i s m o se s u p r i m a res­pecto de los A y u n t a m i e n t o s el impues to del 20 p o r 100 sobra los bienes de p rop ios y sobre los i n t e r e ­ses de sus suscr ipciones i n t r ans fe r ib l e s , el 10 p o r ICO sobre los aprovechamientos forestales y los de­rechos reales sobre bienes de las personas j u r í d i c a s . Que se haga cargo el Estado de los con t ingen tes p r o v i n c i a l y carce lar io y para atenciones de p r i m e ­ra e n s e ñ a n z a y que queden á f a v o r de los A y u n t a ­mien tos los recargos mun ic ipa l e s sobre las c o n t r i ­buc iones t e r r i t o r i a l ó i n d u s t r i a l .

Que, s in p e r j u i c i o de los a r b i t r i o s o r d i n a r i o s y ex t r ao rd ina r ios , se facul te á los A y u n t a m i e n t o s pa­ra establecer u n nuevo a r b i t r i o sobre los precios y venta de ios p roduc tos minera les , indus t r ia les , a g r í ­colas y de g a n a d e r í a .

Que los A y u n t a m i e n t o s que p o r razones espe­ciales p re f ie ran e l r e p a r t i m i e n t o general a l a r b i t r i o a n t e r i o r m e n t e c i tado, puedan u t i l i z a r a q u é l .

Las conclusiones que este d i c t a m e n cont iene f u e r o n aprobadas p o r u n a n i m i d a d .

F u é designada una C o m i s i ó n , de la que f o r m a n par te los alcaldes de Sevi l la , Marchena , A r a h a l , P i ­las, S a n l ú c a r la M a y o r y Alca lá de Guadaira , y los secretarios de Cant i l lana , Rinconada y San Juan de Aznalfarache, la cua l i r á en breve á M a d r i d para ha­cer ent rega al G o b i e r n o de las conclusiones de refe­renc ia .

L o s de ¡a p r o v i n c i a de Barcelona ap roba ron las s iguientes conclusiones:

P r i m e r a . E levar una razonada p e t i c i ó n a l Go­b i e r n o , encaminada á la to ta l d e r o g a c i ó n de la Real o rden de 1.° de D i c i e m b r e de 1913 re l a t iva á la fo r ­m a c i ó n de los repar tos subs t i tu t ivos del impues to de consumos en f o r m a ta l , que se ap l ique ú n i c a ­mente e l a r t í c u l o 138 de la L e y M u n i c i p a l y m o d i f i ­caciones de te rminadas en el 14 de la L e y de 12 de J u n i o de 1911.

Segunda. E n caso de que el G o b i e r n o p o r c u a l q u i e r c i r cuns tanc ia es t ime conven ien te m o d i ­ficar de nuevo la r e g l a m e n t a c i ó n de repar tos vec i ­

nales, lo haga en f o r m a que n o con t rad iga dichos preceptos legales.

Tercera . Que se haga presente al G o b i e r n o que el p r o p i e t a r i o r u r a l desde el m o m e n t o en que de te rmina una carga á los presupuestos mun ic ipa ­les, jus to es que en la deb ida p r o p o r c i ó n c o n t r i b u ­ya á n u t r i r los ingresos de d i c h o presupuesto.

Cuarta. Que a s í m i s m o se haga presente h\ Go­b i e r n o la necesidad de aclarar las reglas 3.a y 4.a del a r t í c u l o 138 de la L e y m u n i c i p a l , r e la t iva al pro­ced imien to á segu i r en la f o r m a c i ó n de los repar tos po r ser los ú n i c o s que ofrecen a lguna c o n f u s i ó n .

Qu in t a . H a b e r v i s to con g r a n s a t i s f a c c i ó n la ac t i t ud de la A d m i n i s t r a c i ó n de Propiedades é i m ­puestos de la p r o v i n c i a de Barce lona , r eso lv iendo á: f a v o r de los m u n i c i p i o s las reclamaciones presen­tadas por los p rop i e t a r i o s ru ra les con t r a los repar­tos vecinales.

Sexta. Haber v i s to con p r o f u n d o disgusto p o r representar la r u i n a de las haciendas locales, el c r i ­t e r i o i n i c i a l mente adoptado p o r el Delegado de Ha­cienda, e l i m i n a n d o en absoluto á los p rop ie ta r ios rura les de los repar tos vecinales s in o t ra r a z ó n que^ la de que cuando e x i s t í a el r é g i m e n de consumos no pagaban p o r este concepto.

S é p l i m a . Que por todos los A y u n t a m i e n t o s se-acuda á la v í a procedente con t ra las resoluciones que ha d ic tado y d ic te en lo sucesivo el s e ñ o r Dele­gado de Hacienda , exc luyendo á los p rop i e t a r io s rura les de c o n t r i b u i r á las cargas que ellos deter­m i n a n en los presupuestos municpa les .

Octava. Que los A y u n t a m i e n t o s que tengan s u p r i m i d o e l impues to de consumos, en lo sucesivo confecc ionen u n s ó l o r epa r to en la c u a n t í a que sea necesaria para las atenciones munic ipa le s .

Novena . Recabar e l a u x i l i o de todos cuantos tengan en la p r o v i n c i a r e p r e s e n t a c i ó n par lamenta ­r i a para obtener lo que se p ide a l G o b i e r n o .

D é c i m a . E n v i a r la a d h e s i ó n al A y u n t a m i e n t o de Zaragoza, como representante de los d e m á s A y u n t a m i e n t o s , que ha i n i c i a d o la nueva protesta con t r a la Real o r d e n de 1.° de D i c i e m b r e de 1913.

U n d é c i m a . Que de no modi f icarse e l actual es­tado de cosas, los A y u n t a m i e n t o s se v e r á n precisa­dos, con t r a su v o l u n t a d , p o r falta de medios , á no abonar al Estado el cupo de consumos.

Léase PROGRESO Y MISERIA Edición de la Liga Española para el Impuesto

Unico. Traducción de D. Magín Puig. La única au­torizada y revisada por el autor.

Un tomo, una peseta.

En el extranjero, una peseta cincuenta cénts.

Ronda.—Imp. Rondeña , P. del Ayuntamiento.