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I\GN Iiii . s Socia INDEPENDENCIA YELECCIONES ·850 AÑOS DE LA PROCLAMACION DE INDEF!iNDENCIA . y ELECCIONES GENERALES 94-98, pág. 1 UNA TRANSICION DEMOCR A T/CA BLOQUEADA POR EL ES7 ADO y LOS PARTICOS César Pérez, pf;g. 11 ENTRE EL AUTORITARISMO Y L4 ASPIRACION DE L1BERTJi.D Mu Uen Adríana Sang Ben, Pág. 27 AGRARIA: RELACIONES DE PRODUCC¡ON 'CAMBIANTES EN L.A AGRICU:"TlJRA NO-TRAD!CION4.L DE LA REPUEJLlCA DOMf!.IfCANA Laura T. Rayno/ds, Pág. 49 LA VISITA DEt... P. CHARLE\'OIX A iSLA DE SANTO DOMINGO (1722) JDsé Luis Sáez, sj., Pág. 77 INDICE DE AUTORES Y MA TERIAS DEL VOL. XKVt, NUMEROS 91-94 DE 1993 Andrés f!-:mít·:iz, s/., Pág. 39 \. Año XXVII, Número 95 EnE.m-Marzo, 1994

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INDEPENDENCIA YELECCIONES

·850 AÑOS DE LA PROCLAMACION DE INDEF!iNDENCIA. y ELECCIONES GENERALES 94-98, pág. 1

• UNA TRANSICION DEMOCRAT/CABLOQUEADA POR EL ES7 ADO y LOS PARTICOSCésar Pérez, pf;g. 11

• ENTRE EL AUTORITARISMOY L4 ASPIRACION DE L1BERTJi.DMu Uen Adríana Sang Ben, Pág. 27

• REE.::.~TRUC<,.aRACION AGRARIA: RELACIONES DEPRODUCC¡ON 'CAMBIANTES EN L.A AGRICU:"TlJRANO-TRAD!CION4.L DE LA REPUEJLlCA DOMf!.IfCANALaura T. Rayno/ds, Pág. 49

• LA VISITA DEt... P. CHARLE\'OIXA ~A iSLA DE SANTO DOMINGO (1722)JDsé Luis Sáez, sj., Pág. 77

• INDICE DE AUTORES Y MA TERIASDEL VOL. XKVt, NUMEROS 91-94 DE 1993Andrés f!-:mít·:iz, s/., Pág. 39

\. Año XXVII, Número 95EnE.m-Marzo, 1994

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'Estudios Sociares

Revista publicadapor el Centro de Investigación

y Acción Sodalde la Compañía de Jesús

Año XXVIINúmero 95

Enero-Marzo, 1994

Publicación Trimestral,Registrada en la Secretaría de

Estado de Interior y Policíacon el número 5234,el 4 de abril de 1968.

Redactores:JOSE LUIS ALEMAN

JORGE CELAANTONIO LLUBERES

MANUEL MAZAJOSE LUIS SAEZ

JESUS ZAGLULMAX MICHEL

Redacción-AdministraciónJesús Zaglul, sj.

Apdo. 1004Santo Domingo

República Dominicana

Tel.: 682-2231de9 am a 12m

de lunes a viernes

Suscripción Anual:América Latina y el Caribe . . US$20.00Otros países . . . . . . . . . US$25.00

(Incluye envío por correo aéreo)República Dominicana. .. RD$120.00

Número Suelto:América Latina y el Caribe . US$5.00Otros países . . . . . .. . US$7.00República Dominicana . . RD$30.00

Imprulón:Amigo del Hogar

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Las opiniones expresadasen los artículos e investigacionesque publicamos son de laresponsabilidad del autor que los firma

Los artículos son registrados por:'HISTORICAL ABSTRACTS','AMERICA: HISTORY AND L1FE,ABC POLSCI'(Advance Bibliography of Contents:Political Science and Government),'REVISTA INTERAMERICANADE BIBLlOGRAFIA' y'BIBLlOGRAFIA TEOLOGICACOMENTADA del área iberoamericana','HISPANIC AMERICANPERIODICAL INDEX'

DISTRIBUCION:Santo Domingo:Librería Macalé, Nouel 3Librería San Pablo, Nouel 5Cuesta: Centro del Libro,Av. 27 de FebreroCONDOR, Bernardo Pichardo, 8Centro Povada, Pina, 210 ALibrería La Trinitaria, Nouel, 160

Santiago:Economato PUCMMLibrería Petra, Baller, 100Librería Manantiales, 30 de MarzoAmigo del Hogar, El Sol esq. Luperón

La Vega:Radio Santa María

Composición y Dlagramaclón:Socorro Espinal

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Estudios SocialesVol. XXVI, Número 95Enero· Marzo 1994

150 AÑOS DE LA PROCLAMACION DEINDEPENDENCIA Y ELECCIONES GENERALES 94-98

Las raíces de nuestra historia se extienden mucho más alláde los 500 años, en la trama milenaria de los pueblos amerindios,africanos e iberos plantados, trasplantados o implantados en estesuelo. Sin embargo, nuestros intentos (logros, bloqueos, fracasos,esfuerzos) de vida como nación independiente "apenas" cumplen150 años. El criterio numérico es claramente insuficiente a la horade explicar el que no hayamos alcanzado nuestra "madurez" comonación, pero no podemos olvidar del todo esta "edad" al mirar demodo global nuestra existencia y al contrastarla con la realidadpolítica, social y cultural de los países que usual e históricamentenos han servido como "modelos" o como "espejos".

Esquivando el fatalismo y pesimismo ideológicos que hanmarcado la lectura dominante de nuestra historia, identidad y reali­dad nacionales, así como el populismo demagógico igualmenteparalizante y justificador de caudillismos, autoritarismos y elitismosde todo tipo, creemos que el momento es oportuno para una revisióncrítica -personal y colectiva- de la comprensión de nuestro procesohistórico, de nuestro momento actual, y de las aspiraciones y proyec­tos más legítimos (de participación y autodeterminación sin exclu­siones) por los que queremos apostar como país. Tres preguntasnos pueden servir de guía para esta revisión prospectiva: ¿quéhemos hecho?, ¿qué hacemos? y ¿qué queremos hacer connuestra independencia? Expondremos aquí algunas pistas decomprensión que creemos deben apoyar un intento de respuesta aestas preguntas, esperando ofrecer algunas luces, pero sin pre­tender suplantar o hacer superflua (al co~trario, queriendo motivar

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Y urgir) la tarea reflexiva de grupos, personas e instituciones nacio­nales en lo que refiere a la situación socio-política de la RepúblicaDominicana y a nuestro futuro como pueblo y como nación.

Momento propicio para releer nuestra historia

¿Qué hemos hecho con (o de) nuestra independencia? Lainsistencia en el "hacer", que guía tanto esta pregunta como las otrasdos, y en un hacer común y colectivo, orienta ya nuestra respuestay la sitúa en una perspectiva nueva. Ni la nación ni la nacionalidadson "esencias' bio-raciales y/o culturales. La historia nacional no estampoco, como se nos ha inculcado tantas veces, la carga insos­tenible e intransformable, sellada y lacrada, de todos los "fracasos"(abandono y desarraigo, caos social y político, luchas fratricidas,corrupción generalizada, caudillismo autoritario, entreguismo e in­tervencionismo, a-institucionalidad e irracionalidad, mestizaje "de­generante", flojera e incapacidad endémicas...) que determinarían,fatalmente y para siempre, nuestro "ser" y nuestro "destino".

Se nos acusa de desconocer la propia historia. Al mismotiempo, y como paradoja sólo aparente, los que nos ven desdeafuera se sorprenden de lo presente que la llevamos y de lafrecuencia con que nos referimos a acontecimientos y personajesmitificados de ella para explicar o justificar actitudes, comportamien­tos y decisiones personales e institucionales, y hasta nuestra reali­dad global. El problema fundamental está, a nuestro modo de ver,no sólo en el desconocimiento, sino en las deformaciones y en lacarga fuertemente ideológica (en lo que respecta a sus categorías,acentos y omisiones) de la comprensión histórica mayoritaria ydominante. El régimen de Trujillo sistemátizó y difundió de maneraeficaz y contundente esta lectura "justificadora", algunas de cuyasmatrices ya venían de grupos intelectuales elitistas prohispanistasconservadores, y hasta liberales y nacionalistas, de fines del siglopasado y comienzos del actual.

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150 AÑOS DE PROCLAMACION DE INDEPENDENCIA

Detrás de esta interpretación histórica hay todo un "proyecto"político caudillista. Su credo reza así: "ante el caos socio-político queha caracterizado la historia de la nación dominicana, y ante laconstante amenaza extranjera (entiéndase: Haití) la única soluciónviable y eficaz de sobrevivencia nacional está necesariamente en elponerse en las manos de un líder-jefe mesiánico-carismático, auto­ritario y centralizador, capaz de imponer el orden y de abrir así elcamino del progreso y de la prosperidad".

La constante fundamental es el desconocimiento de cualquierprotagonismo histórico a la gran mayoría ( considerada mestiza,"inculta", "campesina", pobre...) del pueblo dominicano y hasta a susgrupos profesionales medios. Para esto se acentuó su incapacidadpolítica (racial y "culturalmente" fundada), se le forzó a negar suherencia africana (vía el rechazo al haitiano = negro) y a buscar el"blanqueamiento cultural" como condición para alcanzar un mínimode reconocimiento (ser alguien); finalmente, se le quitó su carácterde sujeto colectivo transformador, excluyendo toda perspectivapopular positiva del análisis y la narración histórica (a excepción delvalor demostrado en el campo de combate), y machacándosele, alcontrario, con la lista interminable de "fracasos" (¿suyos?) ya men­cionada.

Una relectura en nueva perspectiva conllevaría un análisiscrítico y desmitificador de la trama anterior y también de nuestroproceso histórico; resituando acontecimientos, causas y sujetos(personales y colectivos) más y menos responsables de este"hacer", pero, sobretodo destacando -sin idealismos populistas- lasdimensiones de resistencia, de creatividad cultural, de trabajoescondido, de generosidad y acogida, de lucha por la vida frente atodas las adversidades y desesperanzas, de alegría festiva y cele­brativa, y demás valores que también nos han caracterizado comopueblo. ¿Por qué y hasta qué punto ellos no ha cuajado en unproyecto político? La pregunta sigue siendo pertinente, pero susrespuestas no pueden ser paralizantes.

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Quizás hoy más que nunca se hace necesario inspirarnos enla mirada de nuestro Pedro Francisco Son6 frente a la realidadnacional de su tiempo, y en particular en lo que respectaba a lossectores mayoritarios de la poblaci6n excluidos de la participaci6npolítica y social. Son6 responde al "pesimismo" sobre "el" domini­cano y "los dominicanos", cuestionándolo de raíz y abriendo uncamino nuevo de comprensi6n de nuestra historia: denuncia elelitismo cerrado de la interpretaci6n dominante al mostrar c6mo losgrupos de poder no han contado con -ni creído en- este pueblo (quedesconocen profundamente); señala por otra parte el potencialtransformador y productivo de "las clases trabajadoras" dominica­nas; concluye, finalmente, que el problema no es de "incapacidad"sino de falta de chance y de exclusi6n.

Faltaría además una revalorizaci6n de las acciones colectivasy personajes "olvidados" -y/o apagados en su dinamismo provo­cador y transformador- que han apostado por un proyecto nacionaldemocrático; pero también del pueblo anónimo y de sus afanescotidianos (su historia cultural "escondida" y los proyectos implícitosy explícitos que ésta plantea). Al acentuarse la tragicidad fatalistade nuestro pasado se quiso tapar y extinguir toda esta vida y todoeste espíritu. Sin dejar de reconocer críticamente nuestras múltipleslimitaciones hist6ricas, urge hoy, sobre todo, retomar el afán -detantos dominicanos y dominicanas- que movi6 las luchas de inde­pendencia de 1844, la guerra restauradora de 1963, el movimientoanti-intervenci6n norteamericana de 1909 y 1916-24, la resistenciagavillera, los movimientos anti-trujillistas, el14 de Junio, Palma Sola,la revoluci6n de abril de 1965 y sus reclamos constitucionalistas, lasmanifestaciones estudiantiles y populares contra la represi6n desa­tada en "los doce años", la conquista democrática de 1978, lasreivindicaciones masivas de 1984 contra el acuerdo firmado con elFMI y contra la miseria social y la corrupción administrativa, lashuelgas generales de mitad de 1989 y de fines de 1990, las luchascontra los múltiples proyectos de desalojo de los últimos años...

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150 Af;¡OS DE PROCLAMACION DE INDEPENDENCIA

Se trata de celebrar todo eso que en nuestra historia tiene decelebrable, que es mucho (y mucho más de lo que se nos ha dadoa conocer) y de ver, en perspectiva de presente y de futuro, por quélos proyectos anteriores no encontraron vías de institucionalizacióny encauzamiento. Son estas vías las que urge hoy seguir cons­truyendo aunando esfuerzos.

Ante las próximas elecciones: de la frustración a los desafíos

Cuando nos preguntamos qué estamos haciendo con nuestraindependencia hoy, nos viene inmediatamente al espíritu todo elpanorama pre-eleccionario. Al menos cada cuatro años (ojalá fueracada día) somos -empujados- de alguna manera a reconocer elcarácter político de nuestra existencia. Este no se reduce, comosabemos, al acto de echar un voto, sino que implica sobre todosituarnos ante el momento actual en tanto que personas -y pueblo­que analizan la realidad que vive su país sabiendo que en algodepende de ellas que las cosas continúen o no de la misma manera.

Por más difícil y reiterativa que sea nuestra situación socio­polftica, de nuevo hay que decir que el mayor "gancho" es lafrustración, la desesperanza paralizante. Ella nos anula definiti­vamente en tanto que sujetos y no colabora sino a fortalecer,reafirmar, reiterar, con nuestra omisión o con nuestro dejarnosllevar, la realidad existente. Superar esta actitud no implica tampococerrar los ojos a las innumerables y escandalosas limitaciones denuestra incipiente vida republicana y democrática. Señalaremosalgunas de las que nos parecen fundamentales viendo en ellas losdesafíos más apremiantes que tenemos como pueblo:

-El personalismo centralista autoritario y "mesiánico" heredadode nuestros Santanas, Báez, Lilises y Trujillos sigue siendo unamatriz fuerte de lectura de nuestra realidad y "destino" políticos. Elbalaguerismo y otras corrientes conservadoras "nacionalistas" decorte caudillista se han encargado de avivarla y de mantener suconsistencia hasta nuestros días. Esta comprensión permea, yhasta estructura en gran parte, un tipo de mentalidad bastantegeneralizada; ella comunica también institucionalmente su fuerza

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simbólica. El paternalismo y el servilismo le son inherentes. Las"funditas· (de comida o de apartamento) constituyen un irrespeto ala dignidad de este pueblo, un jugar y comerciar con su necesidady con la miseria generada muchas veces desde el mismo poder. Elhacer de "lo que diga" ellfder de un movimiento político un impera­tivo categórico no es simplemente algo de nuestro "folklore", sino laexpresión más impresionante y descarada de un proyecto nacionalno participativo. Si bien el caudillismo no es la constante de todoslos Partidos existentes, el personalismo y la centralización siguensiendo sus tentaciones más fuertes.

-La falta de planificación institucionalizada y de programas degobierno sometidos a la discusión y el control profesional y público.En efecto, algunas veces el país se parece a las calles de nuestrazona colonial, y de tantos ensanches y barrios, que al mes de serasfaltadas se ven de nuevo picadas en gran parte de sus tramospara arreglo de cañerías, y hasta destruidas completamente paraser adoquinadas, con un gasto triplicado innecesariamente; siendoasí que áreas fundamentales carecen de los presupuestos nece­sarios. El que la presidencia de la República gaste varias veces másdel monto presupuestado y a una serie de Secretarías importantesse les reduzcan considerablemente las asignaciones aprobadas esun dato indicador bastante repetido. En 1993 la presidencia dispusode RD $8,210 millones "extra", de los cuales se descontaron $4,993millones a Finanzas, $2,866 millones a Agricultura, $1,361 millonesa Salud Pública y $759 millones a Educación, ejecutando, segúninformó la misma Oficina Nacional del Presupuesto, el 52% de losgastos públicos. Es de todos conocida la pobreza de medios y lafalta de voluntad polftica necesaria para una correcta supervisión ycontrol de las obras y gastos del Estado. Fuera de algún chivoexpiatorio ocasional y de alguna que otra auditoria no completada,la corrupción sigue pescando a sus anchas en río revuelto.

-La falta de racionalidad, de institucionalidad, de recono­cimiento y defensa del derecho y de la ley. Ligado en su raíz aldesafío anterior está el hecho del uso continuo de influencias, deldinero, de la afiliación o poder políticos, y hasta de la fuerza pública

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(como ha sido el caso de los proyectos de desalojo y de "defensa"forestal) para cualquier fin personal o partidista y como el meca­nismo "que funciona· a la hora de resolver situaciones o de "defen­derse· de la ley. Por otra parte, la antológica comparación de laConstitución con "un pedazo de papel mojado" sigue siendo ex­presión de un modo de ser y de hacer que deja fuera cualquierasidero racional y jurídico capaz de superar intereses y poderesajenos al bien común. Se confunde el "orden" con la "normalidad"con tal que ésta no trascienda los límites de la resistencia colectivay que se asegure cierta "tranquilidad social" (la "tranquilidad" quepuede dar también el pensar que hay países que están mucho peorque nosotros: "aquí no hay terrorismo, ni guerrilla, ni el caos deHaitf...·). Los desacatos cometidos contra presos que gozaban deorden de libertad representan, más allá de la denuncia de corrupciónposible de muchos jueces, un indicador significativo de la intromisióninconstitucional del poder ejecutivo. No obstante, el espacio de laslibertades públicas ha crecido y va surgiendo lentamente un perio­dismo crítico-reflexivo que abre horizontes de mayor discusiónpública.

-El aumento de la pobreza, dentro de una dinámica de políticaeconómica o de economía política que tiende a concentrar la renta.La pobreza no deja de crecer. Según un estudio de 1989, basadoen el cálculo del ingreso, el 53.71 % de la población dominicanaestaba por debajo de la línea de la pobreza, experimentando unaumento decisivo en relación a 1984, cuando esta cifra se calculabaen el 47.34%. En ese mismo estudio se concluía que el 10% másrico de la población recibía en 1989 el 42% de la riqueza (mientrasen 1984 sólo el 34%). Aquí vale la ilustración de la políticaeconómica del turismo, que recibe cada vez más apoyos directos(facilidades de importación y de visados de turismo) e indirectos(planes de inversión en grandes y medianos proyectos con finesturísticos por parte del Gobierno). El turismo ha experimentado en1993 un aumento del 10%, y representó más del 12% del PIS. Seconvierte en uno de los principales generadores de divisas (1095millones de dólares en 1992). Pero estas empresas se encuentran,en su mayoría, ligadas a grandes grupos transnacionales, que van

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apropiándose de los lugares más bellos del país (los casos de BocaChica y Sosúa no dejan de ser dramáticos) y continúan el dinamismoestructural de concentración de la renta (más del 50% de losempleados de hoteles reciben menos del salario mínimo), gene­rando relativamente pocos empleos directos (unos 36 mil para1992). Podremos hacer de Santo Domingo el principal destinoturístico del Caribe; pero no podemos hacerlo a costa de excluir alas mayorías dominicanas. Hay que convencerse que sólo elaumento de nivel de vida de estas mayorías podrá traer el aumentoconsiderable de la riqueza nacional, inclusive de los mismos inver­sionistas. En este sentido, la creación del Fondo Pro-Comunidad endiciembre de 1993, durante un período pre-electoral y ya viciado enla manera de estructurarlo, delata la distancia real que hay entre loque se dice hacer para sanar la pobreza y lo que realmente se hacepara aumentar la exclusión de sujetos sociales, convirtiéndolos enclientes políticos. Sin embargo, una brecha de esperanza se haentreabierto con el acuerdo firmado por todos los partidos políticosdominicanos el 3 de febrero de 1994, titulado "Concertación para lareforma social y disminución de la pobreza". Todos los partidos sehan comprometido "a disminuir la pobreza, mediante políticas deEstado que trasciendan el término de un período presidencia'". Sereconoce también en dicho documento la necesidad de descentrali­zar la administración del Estado y fortalecer la sociedad civil.

La inclusión de las mayorías como sujetos.

Así llegamos al final de nuestro derrotero de preguntas y noscuestionamos por el qué queremos hacer con la Independencia. LaIndependencia no la debemos entender como un hecho puntual delpasado, que sufre constantes atentados de presente malhadados eincontrolables. En buena medida, la Independencia está en el futuroque estemos dispuestos a diseñar; en la apuesta por un país quesupere los discursos ya sabidos con proyectos alcanzables yevaluables para las mayorías. Esto sería en pocas palabras decidir­nos a formar una sociedad civil.

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Cualquier cambio sustancial que introduzcamos para plenificarnuestro futuro independiente tendrá que contar con este pueblodominicano; apostarpor él, quererlo, amarlo... "Este país no sirve...·;·Aquí no hay nadie que haga nada que sirva...• y frases similaresque con más frecuencia se repiten, no crean el ambiente propiciopara disponerse a planificar una sociedad más libre y capaz decrecer en libertad. Veamos un ejemplo. El crecimiento de los proyec­tos dedicados a las pequeñas y microempresas parecen testimoniarel dinamismo creativo e ·inclusivo" de nuestra gente. Se calcula quemás de 70 mil personas comenzaron a trabajar en estas empresaspara el recién finalizado año de 1993. El FondoMicro calculó quepara 1992 existían 330 mil micro y pequeñas empresas en el país,que empleaban a 761 mil personas (26% de la PEA) y generabanel 23% del PIS. En términos de racionalidad política, no se podráabandonar la pequeña empresa a su total libre iniciativa, perotampoco se deberá coartar su crecimiento. El caso de transporte en·voladoras· (minibuses) ilustra lo que queremos decir. Es im­presionante la rapidez, eficiencia y trato campechano que se recibeen estos transportes, que además tienden a sindicalizarse por rutas.Pero no debe dejárseles oprimir a los pasajeros en el uso abusivode los espacios disponibles (colocar 5 personas donde deben ir 4),o en el riesgo de vida que implica el uso de vehículos destartaladosque suelen circular a altas velocidades.

Debemos imponernos una racionalidad, sí. .. pero que acom·pañe el ritmo de nuestra gente, de la que ha sufrido y gozado, o enuna palabra, la que ha vivido este siglo y medio de RepúblicaDominicana. Quizá sea esta "nueva racionalidad" más sensata, laque pueda convocar una Asamblea Constituyente que reformulenuestra Carta Magna e implique en la discusión a los diversossectores sociales que conformamos y definamos qué queremos ser,o mejor, qué queremos hacer con nuestra Independencia.

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Estudios SocialesAño XXVII, Número 95Enero-Marzo 1994

UNA TRANSICION DEMOCRATICABLOQUEADA POR EL ESTADO Y LOS PARTIDOS

César Pérez·

Introducción

Si consideramos que la construcción de la democracia encualquier sociedad constituye un proceso siempre inacabado, en­tonces podríamos decir que tiene cierto sentido hablar de transicióndemocrática en la República Dominicana.

En efecto, con el ajusticiamiento de Trujillo en 1961 comienzaen este país el tránsito de un sistema político basado en el totalita­rismo unipersonal del tirano, hacia uno cimentado en los elementosdefinitorios de la democracia representativa con su sistema compe­titivo de partidos.

Sin embargo, la transición ha tenido momentos de retrocesos,de estancamiento, y de un discurrir aparentemente fluido, a vecesde relativa estabilidad.

Hoy parece que la transición democrática en la RepúblicaDominicana encamina de manera irreversible hacia la consolidaciónde un sistema político donde los actores principales: partidos, sectorempresarial y Estado logran ponerse de acuerdo para el

Doctor en Sociología (Universidad de Roma). Profesor de la UASD e INTEC.Director del Grupo Equis.

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establecimiento de reglas de juego que les permitan una interacciónbasada principalmente en la acomodación y no en el conflicto comoha sido la lógica de sus relaciones en los últimos años.

No obstante, a pesar de ese aparente establecimiento deacuerdos en torno a las reformas tributarias del sistema electoral ydel'¡código de Trabajo, los cuales hacen que algunos se entusias­men y hablen de "avances" y adelantos políticos de la sociedaddominicana, creo que lo que el sistema evidencia son profundaslimitaciones cuyas consecuencias pronto habrán de expresarse.

El más difícil e ineludible reto que debe enfrentar el sistemapolítico dominicano es el establecimiento de reales reformas que legaranticen la necesaria fluidez que requiere el ejercicio de la demo­cracia.

Sedimentos del pasado aún no removidos ni eliminados sesgannuestra cultura política, provocando, entre otras cosas, que unsistema competitivo de partidos instaurados hace ya un tiemposuficiente para ser adultos, aún sea calificado de "frágil, incipiente"y"joven".

Las causas de esto vienen de lejos, y es necesario desentrañar­las para poder tener pleno conocimiento de la realidad social ypolítica dominicana, para de esa manera dar pasos seguros en elestablecimiento de un sistema democrático con bases sólidas,capaz de hacerle posible un desarrollo económico y social impul­sado por una real y amplia participación de los diferentes actorespresentes en la sociedad dominicana. En ese sentido estarán de­sarrolladas las próximas líneas.

Una transición signada por la voluntad de exclusión

Al momento de iniciar la República Dominicana su tránsito a laDemocracia, quedaron establecidos los límites que ésta no podíadesbordar.

En tal sentido la orientación la trazaba el Departamento deEstado de los EE.UU. cuando John F. Kennedy hacía explícitas sus

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opciones de preferencias sobre el contenido del régimen que debíainstaurarse en nuestro país, decía que habían "tres posibilidades depreferencia: un régimen democrático decente, la continuación delrégimen de Trujillo o un régimen castrista; pero no debemos renun·ciar a lo segundo hasta que estemos seguros de que podemos evitarlo tercero".

El pueblo dominicano evitó la continuación del trujillismo; unavez desaparecido el tirano, y en las primeras elecciones libres enque participó eligió a un partido y un dirigente que si bien noparticiparon en la resistencia interna contra la tiranía, fueron perci·bidos como portadores del ideal de la democracia política tandeseada como desconocida.

Sin embargo, los EE.UU. desconociendo la voluntad expresadaen las urnas, se unieron a los sectores conservadores del país y "noestando seguros de que podían evitar lo tercero", o sea el ad·venimiento de un régimen "castrista", apadrinaron el golpe deEstado contra el primer gobierno que iniciaría la transición de·mocrática en la República Dominicana.

Violentando las reglas de juego por ellos aceptadas, los secotores conservadores hicieron retroceder el tortuoso camino de latransición hacia la democracia en el país. Lo hicieron sobre la basedel perjuicio ideológico, de la intolerancia política y de la exclusiónde la participación en la gestión del Estado al Partido RevolucionarioDominicano (PRO) y a su entonces líder Juan Bosch, porque eranpercibidos como portadores de ideas consideradas contrarias a loque ellos llamaban "ideal del orden social occidental-cristiano"(como aún se expresan altas figuras públicas en medios de comu­nicación y asociaciones de xenófobos cuando se refieren al actuallíder de ese Partido).

El movimiento de 1965 por el retomo de Bosch al poder y porel restablecimiento del proyecto de orden democrático de la Consti­tución del 1963, que dio origen a la insurrección popular y militar enaquel año, fue detenido por la intervención militar norteamericana,

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coordinada y ejecutada con la colaboración de los mismos sectoresconservadores dominicanos del golpe militar del 1963.

La acción intervencionista estuvo orientada de nuevo por elmismo 'orden de preferencia" del modo de gobierno que debía tenerla República Dominicana según lo enunciado por Kennedy (ct. citaanterior).

La ocupación nos dejó en 1966 un Gobierno y un gobernante,el Dr. Joaquín Balaguer, cuyas ejecutorias y estilo de gobierno,sumados a la ineptitud de sus opositores y de los grupos económicospor él beneficiados, se constituyeron en factores importantes delatraso del sistema político dominicano y de su limitado tránsito haciael establecimiento de una democracia en el país capaz de impedirel actual deterioro económico, político y moral por el que atrave­samos.

La transición obstruida por el Estado

El sistema político iniciado luego del 1966, fecha en que en elaspecto formal termina la intervención militar extranjera, tuvo comocaracterística fundamental estar basado en una democracia vigi­lada.

En el pensamiento político "ha habido siempre y sigue habien­do, una concesión del Estado estrictamente política, que lo consi­dera un fin en sí mismo y que trata ante todo de afirmar la unidadde su voluntad y de asegurar su poder frente a la mala voluntad dela multitud y de constituir una administración firme y eficiente"(Heinrich Von Treitschke, 1980). El Estado centralizado y centrali­zador de Balaguer como expresión de su pensamiento conservadordurante sus primeros doce años de ejercicio de gobierno, se guiópor dicha concepción.

El énfasis puesto en las cuestiones administrativas y labúsqueda de una cuestionable eficiencia, lo llevó a postergarindefinidamente la inclusión en su agenda política, una contribucióncon el establecimiento de reglas de juego que definieran einstitucionalizaran una relación entre la sociedad civil y el Estado,

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UNA TRANSICION DEMOCRATICA

donde tuviesen aclaradas y respetadas las competencias de cadacual.

El dirigismo y patemalismo de un Presidente que se situaba porencima de la sociedad toda, en una suerte de bonapartismoacentuadamente prevendalista-clientelar por un lado, yselectivamente represivo por el otro, profundizó en el país laconcepción del Estado limitada al área de la política.

Según esa concepción el gobemante "quiere administrar cui­dadosamente los medios del Estado, limitara lo necesario los gastosdestinados al bienestar de la sociedad. Pone acento más bien en laidea del deber político, exige lo más posible de la capacidad tribu­taria y de la capacidad de trabajo del pueblo" (Treitschke, op. cit.).En tal sentido, en lo público Balaguer, lejos de potenciar las activi­dades de los partidos y demás instituciones de la sociedad civil,tendía a someterlas a lo que él entendía los apremios principalesdel Estado. En lo social seguía la práctica de poca inversión enrenglones que mejorarían las condiciones de vida de la población,de ahí que actualmente ocupemos los últimos lugares en inversiónen la educación, la salud, el transporte, etc. La base de sustentacióndel régimen se lograba a través de adhesión sin condiciones demuchos y captaba, a través del prevendalismo y del clientelismo, adiversos sectores de la vida política, económica y social de lasociedad dominicana, destacándose entre éstos núcleos importan­tes del empresariado, funcionarios y profesionales de las capasmedias y una franja importante de la población de bajos ingresos,tanto en las zonas urbanas como rurales.

Sus relaciones con la oposición se caracterizaron por unsistemático conflicto, donde las represiones, sutiles unas veces yabiertas otras, constituían las formas de respuesta a las demandassociales, económicas y políticas de la población.

Las formas de pensar y actuar del presidente Balaguer duranteese período, expresaban un "sistema de ideas y valores típicos dela sociedad tradicional" (Moreno, 1991), por lo que la idea de un

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tránsito hacia la democracia no correspondía con los valores, lasideas y la práctica de la democracia de la sociedad moderna.

Por lo tanto, la intolerancia, la rigidez y estrechez en análisis,el desconocimiento de los derechos de la parte contraria, sea éstamayoritaria o minoritaria, la idea del Partido como un todo y no comouna parte de la sociedad, y el canibalismo político, entre otroselementos, se constituyeron en los aspectos más salientes de lacultura política dominicana durante el período de 1966-1978.

Se impuso en ese momento una práctica que en CienciasPolíticas se le llama Cultura Política de Subordinación, pues lasejecutorias, las iniciativas de modificaciones o correcciones relativasal sistema eran de estricta incumbencia del aparato administrativodel Estado.

Hoy más que nunca esa última referencia se hace evidente conlas actuales iniciativas de reformas del sistema, todas ellas prácti­camente elaboradas por el Ejecutivo y sometidas a la oposición parasu aprobación, como veremos más adelante.

Sin embargo, a pesar de la oposición a las iniciativas y deseosde participación en la gestión del Estado, desplegada por la oposi­ción, el sistema político impuesto por Balaguer no pudo escapar alo que podríamos llamar una suerte de ley de prácticas políticas, quedice que la acción erosiva del tiempo y de las iniciativas de grupospolíticos y sociales portadores de las ideas de un nuevo ordenterminan siempre imponiendo su voluntad de cambio, rompiendo laresistencia de las fuerzas de la continuidad.

En efecto, un paso de apertura del presidente Balaguer, unidoa la acción política del Partido Revolucionario Dominicano (PRO) yde los grupos de la izquierda revolucionaria, más la oposición delempresariado a un modelo económico y político que daba muestrasde ser inadecuado para su reproducción como grupo, y un generosocombate por la libertad de una prensa radial y escrita que ha debidotener mejores herederos, finalmente impusieron el cambio. Con esapalabra hizo el PRO su campaña, y con ella ganó las elecciones de1978.

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UNA TRANSICION DEMOCRATlCA

Una apertura política que postergalos derechos de ciudadanía

La llegada del PRO al poder parecía coronar el ferviente deseode la población de tener, finalmente, una dirección del país quetuviese una concepción del Estado capaz de hacer de esa instituciónuna vía para cambiar su situación económica y de su exclusiónpolítica y social.

Sin embargo, desde antes de llegar a la dirección del país, yael PRO había hipotecado su futuro, pues había pactado el abandonode sus posiciones de apego a los intereses de participación y decambios de su base social: los sectores populares.

Su discurso dirigido hacia esos sectores cambió radicalmente,girando, desde antes de la toma del poder, hacia los sectores delcapital.

De esa manera se hace una transición por transacción, perouna transacción inducida más por el conservadurismo de los gruposeconómicos coyunturalmente aliados del PRO y por la inconsecuen­cia de ese Partido que por la resistencia de las fuerzas de ordensuperado. Es más, el PRO no encontró en Balaguer una verdaderaoposición durante sus ocho años de gestión.

El nuevo Gobierno garantizó a la población ~ u s derechospolíticos en el plano formal, algo negado anteriormente; pero supacto de dominación con los sectores económicos impidió que elproceso de democratización desbordase los estrechos límites de losreferidos derechos, por lo cual las conquistas de ciudadanía fueronolvidadas.

Esa circunstancia, más la ineptitud en el manejo de los asuntoseconómicos de los dos Gobiernos perredeístas, aceleró el procesode deterioró de la situación económica que parece acompañar a losprocesos democratizadores.

En el caso que nos ocupa varios factores se conjugaron paraque se produjera esta última situación:

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1. El inicio de toda transición democrática impulsada por tuer­zas políticas que se reclaman representantes de los intereses de lossectores populares, se hace en medio de grandes expectativas decambios y mejoría de las condiciones de vida de esos sectores.

Eso determina un fuerte estímulo para formular una serie dedemandas para las cuales la nueva dirección no está en capacidadni política ni económica para resolverlas, pues todo proceso derearticulación de un sistema político y económico encuentra no sólotrabas de las partes que deben ceder intereses, sino, además, deuna aparente imposibilidad de la nueva dirección de imponer unanueva racionalidad en la gestión de la cosa pública.

Podría decirse que eso es válido en otro contexto, principal­mente en un contexto revolucionario, cosa que no era el caso de laRepública Dominicana, lo cual podría ser cierto, pero afirmarlo noaclara el problema de manera completa, pues lo que estaba en lacabeza de los sectores populares y medios que votaron masi­vamente por el cambio, era la idea de una profunda transformaciónde sus condiciones de vida.

De manera que el PRD no pudo satisfacer las expectativascreadas y por eso se enajenaron las fuerzas sociales básicas de su

_poder, .10 cual se manifestó primero en las grandes protestas demasas contra un Gobierno en este país, pienso en 1984, y más tardeen la pérdida de su caudal electoral.

2. El PRD estuvo demasiado ocupado en sus problemasinternos, expresados en sórdida lucha entre las llamadas tendenciasque se disputaban el control de éste, por lo cual abandonó toda ideade convertirse en mediación entre la sociedad civil y el Estado, queestimularía las fuerzas presentes en la primera para impedir loseventuales desmanes del segundo.

Resultó paradójico el hecho de que ese Partido hizo la oposi­ción a su propio Gobierno, pero no en cuanto éste no satisfacía lasexpectativas creadas, sino porque el sector de oposición era una"tendencia" o grupo dentro del Partido que pretendía con esapseudo-posición convertirse posteriormente en poder.

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La lucha de fracciones con su futuro candidato a la presidenciay su clientela acentuó el proceso hacia la transformación del PROde un partido que decía ser de principios en un partidoesencialmente de prebendas, fenómeno éste frecuente en la vidapolitica de muchas sociedades.

3. A pesar de que el Gobierno del PRO inició un proceso derespeto a las libertades políticas, los grandes partidos de la oposi­ción no desarrollaron una tendencia hacia la articulación de lasprotestas por derechos políticos y de ciudadanía que se hicieroncontra los gobiernos del PRO, para de esa manera estimular unaparticipación política de la población capaz de hacer que éstainfluyese en la toma de decisiones del Estado.

Sólo de ese modo se podía crear otra cultura política donde laDemocracia, en toda su extensión, se plantease como reivindicacióny no como simple marco para una práctica política basada en larebeldía y la percepción de las masas contestarias de una casiimposibilidad de cambiar su suerte a través de la política, como dehecho sucedió.

La falta de esa cultura impidió al PRO desintonizarse con lo quefue su base social, quedando atrapado en las redes de un empre­sariado sin proyectos y sin ideas.

Finalmente, el PRO, que se suponía era el Partido de lasreformas, dejó intactos los elementos que hacían y hacen obsoletosel sistema político dominicano, a saber la forma de participación yde representación excluyentes, la inexistencia de "mayorías so­ciales y políticas expresadas en un sistema fuerte de partidosrepresentativos· (Garretón, 1991), la incapacidad del sistema departidos de incorporar a las mayorías a la participación igualitaria deriquezas económicas que ella genera y a los beneficios sociales y ala seguridad social, y, finalmente, el autoritarismo y paternalismo.

4. Creo que resultaría útil reflexionar sobre un hecho hasta elmomento poco discutido, relativo a los posibles factores del fracasodel PRO en sus dos períodos de gestión de la cosa pública.

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Me refiero a la paradoja, quizás inédita en otras sociedades, deque el líder carismático y principal de ese Partido tuvo que ceder ellugar que naturalmente le correspondía, y dejárselo a liderazgosostensiblemente menos significativos que él.

Esto es un problema no sólo de la política dominicana, sino dela política en tanto que ciencia. El PRO no era sólo una maquinariaque unía voluntades y personalidades para la toma del poder, sinoque tenía una amplia base social esencialmente popular que seguíaa un líder carismático, y lo seguía no sólo por las cualidades que aéste se le atribuían para satisfacer sus apremios materiales, sinopor la satisfacción ideal de trabajar no para el programa abstractode un partido integrado por mediocridades, sino para la persona deun jefe al que el hombre se entrega confiadamente, como diceWeber.

Quizás no resulte ocioso preguntarse lo que hubiese podidosuceder si el líder natural del PRO hubiese sido el presidente de unode los mandatos que tuvo ese Partido. Sería interesante preguntarseel tipo de relaciones que hubiese establecido con una base identifi­cada con él y no con el candidato negociado entre los notables deadentro y de afuera de la organización.

Quizás los factores que provocaron el mantenimiento de lasfracturas entre la sociedad civil y el Estado hubiesen sido de otrocontenido o talvez no se hubiesen presentado.

También sería interesante preguntarse si esa negociación yautonegociación del derecho de la principal figura de un Partido aocupar el principal cargo público del país para lo cual no tenía ningúnimpedimento físico ni legal, no constituía un vicio en el ejercicio dela democracia no sólo a nivel del Partido que pactaba y aceptabaesa exclusión, sino del sistema político en particular y de la sociedaddominicana en general.

Coloco esto porque el problema se replantea actualmente yresulta necesario preguntarse si se puede hablar de Democracia enun país donde sectores importantes de éste, entre los cuales estáincluida una parte de su clase política, tiende a negar el derecho de

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UNA TRAN51CION DEMOCRATICA

representación a un ciudadano, impulsados por razones evidente­mente ni políticas ni legales, sino por sus condiciones sociales yétnicas.

Reformas desde arriba excluyendo a los de abajo

En la actualidad vivimos un momento de mucho laborantismode la clase política dominicana. El respiro que ha tenido el Gobiernopor la desactivación del movimiento de protestas que duró desde el1984 hasta el 1990, y que por momentos puso en vilo el sistemapolítico, además, por la inexistencia de una real oposición de lospartidos fuera del poder, ha permitido la creación de un climapropicio para que el Ejecutivo emprenda una serie de iniciativaspolíticas enmarcadas dentro de un plan general de reformas. Estose debió a la incompetencia de los partidos que no han podido jugarrol determinante para la "consolidación definitiva del proceso dedemocratización, y por su falta de habilidad para lograr una concer­tación social que permita la implementación del programa de desa­rrollo que ofrezca mayor seguridad material" (Rubén SiJié y CésarPérez, 1992). La debilidad de esas organizaciones ha posibilitadoel monopolio del Estado sobre las actuales iniciativas de reforma,bloqueando y despreciando iniciativas de mayores alcancespropuestas por diversos sectores de la sociedad civil.

Los partidos, sobre todo los más importantes desde el punto devista electoral, no han podido trascender el marco de los aspectostécnicos de la democracia, expresados en la formalidad de lostorneos electorales (Rubén Silié y César Pérez, 1992) y han descui­dado su función de formadores de la conciencia ciudadana vistacomo garantía para la independencia de la sociedad civil frente alEstado.

Por esas razones, entre otras, se sigue expresando en lasociedad dominicana una concentración de competencias en elPoder Ejecutivo que limita los espacios para el ejercicio de laDemocracia.

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Ese protagonismo del Estado en gran medida se agranda máspor la ausencia de los partidos en la lucha por llevar e incorporar ala población a iniciativas tendientes al desarrollo de la Democracia.

En tal sentido, es ilustrativo el siguiente dato: de los titularesaparecidos en la prensa diaria sobre noticias referidas a las reformasdurante los últimos cinco (5) años, se registraban once que traendeclaraciones de Balaguer y 8 de Peña Gómez, y sólo una de JuanBosch; o sea que el primero supera a los dos siguientes,independientemente de que los alcances de las propuestas delsegundo sean más significativas que las del Jefe del Estado.

Las propuestas de reformas referidas al sistema político, comoson las del sistema electoral, además de presentar profundas limi­taciones a los derechos de representación ciudadana, son esencial­mente de carácter técnico para evitar los recurrentes sobresaltos aque es sometido el sistema cada cuatro años al momento de contarlos votos de los torneos electorales.

Aspectos fundamentales del poder local han sido descuidados,así como los de la representación de minorías.

Ninguno de los partidos de oposición ha planteado la necesidadde separar las fechas de las elecciones municipales de las presi­denciales, a pesar de ser esto uno de los requisitos fundamentalespara el establecimiento de un real principio de soberanía de lascomunidades locales en la administración del ámbito geográfico quelas define y delimita.

Los partidos políticos de oposición han aprobado una reformaelectoral que consigna una misma fecha para las elecciones detodos los poderes del Estado, a sabiendas que en los torneoselectorales para elegir todos los poderes del Estadosimultáneamente se hace opaca la forma de elección y repre­sentación, dado el enorme peso que tiene la figura presidencial enla cultura polltica dominicana.

También resulta grave la forma en que se han implementadotanto la reforma electoral como las de los códigos del Trabajo yTributario.

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UNA TAANSICION Dij:f.>

En una época donde el signo que la disting é la falta decredibilidad de los partidos políticos, estos se ásumen un derechode soberanía no delegado y pactan con el Gobierno las reformaselaboradas por éste, desconociendo las funciones del parlamentoque sí tiene mandatos para llegar a acuerdos entre sus miembrospara legislar.

Las cúpulas de dirigentes de los partidos, desconociendo susbases y la población, entran en conciliábulos con el Estado y desdearriba acuerdan una serie de reformas que no contemplan losverdaderos problemas de los de abajo, auspiciando de ese modo laconsolidación de la cultura política que subordina a la sociedad alos limitados requerimientos del Estado.

Asistimos pues a un momento de la transición democrática enla sociedad dominicana, donde una vez más los partidos políticosdan la espalda a los requerimientos de la población, evitando laarticulación de los intereses de las diferentes partes que componenel sistema, obstruyendo la participación de actores sociales comolos movimientos territoriales y de bases y las asociaciones gremialesy profesionales en la toma de decisiones políticas fundamentales.

Un sistema en tanto que conjunto de partes, requiere la articu­lación de éstas, no su negación. La reiterada tendencia de lospartidos y del Gobierno de recurrir a la exclusión de sectores y hastala mutua exclusión entre ellos a la hora de tomar decisiones consti­tuye el más serio obstáculo para el discurrir de las prácticas sustan­tivas de la democracia.

"Un Estado representativo es aquel en que las principalesdeliberaciones políticas son tomadas por los representantes elegi­dos" (Bobbio, 1985), no sólo de éstos, podríamos agregar, sino detodos aquellos ciudadanos, organizados o no que participan de laacción política. No ha habido solamente una negación de esteprincipio de la democracia por parte del Estado Dominicano y de lostres partidos mayoritarios, sino un desconocimiento de las propiasnormas jurídicas en que se basa el sistema. Violar las reglas en quese dice basar la Democracia es privar a ésta de su contenido.

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De manera que el camino escogido por los sectores mayori­tarios de la clase política dominicana para el tránsito hacia lademocracia, se orienta por los angostos caminos de la exclusión,por los limitados marcos de los cálculos políticos que sirven deescenario a una política sorda ante los reclamos de importantessectores de la sociedad civil.

En tal sentido el señalamiento de José Nun, de que "la defensade las libertades públicas y la propia consolidación del gobiernorepresentativo dependen de que se desarrollen con bastanterapidez múltiples formas de democracia representativa" (Nun, 1991;23), nos lleva a reflexionar sobre el camino escogido por los partidosmayoritarios y el Gobierno en la búsqueda de la concertación.

La vía escogida para la concertación se reduce a los limitadosespacios de la instancia del Ejecutivo, manteniendo de esa manerala obstrucción hacia el tránsito para una real democracia en el país.

Conclusión

1. los rasgos del autoritarismo y la intolerancia, presentes enla cultura política dominicana, dificultan la superación deliderazgos tradicionales que dominan y controlan las prin­cipales decisiones políticas en la sociedad dominicana.

2. Tenemos un sistema de partidos en el cual Jos mayoritariosno han logrado el suficiente nivel de democracia internaque les permita consolidar definitivamente el triunfo delpluralismo social frente al orden estatal restrictivo y con­servador.

3. Como consecuencia de lo anterior, hay un proceso dedebilitamiento del sistema de partidos expresado en unapérdida de credibilidad de estas instituciones (demostradoa través de encuestas y otros medios).

4. El Estado, lejos de potenciar el proceso de democrati­zación, auspiciando el diálogo con la nación, prefiereaprovechar la debilidad de los partidos para imponerles

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pactos para unas reformas que debieran ser asumidas yconcertadas por todos los componentes de la sociedadcivil.

5. La evidente fragmentación y debilidad de las institucionesque componen la sociedad civil impiden que éstas, a pesarde las múltiples y significativas propuestas por ellos yaelaboradas, se unan y hagan valer sus derechos ante ungobierno y un sistema de partidos que actúan con irres­ponsable desdén hacia los otros componentes sociales.

G. El tránsito hacia una democracia con cierto grado defluidez de su sistema político no se logra simplemente conque todas las partes se reconozcan como tales y busquensu articulación, sino cuando los diferentes componentesde la sociedad, con proyectos alternativos a los ofertadospor la fuerza del orden, logren articularse para poderimponer el modelo de sociedad que ellos deseaban.

En tal sentido, la Democracia de ese modo lograda no seráconcebida como simple codificación de reglas técnicaspara la alternancia de élites en el poder, sino como la únicaforma de Gobierno hasta ahora concebida donde se puedagarantizar no sólo los derechos de la minoría y de ladisidencia, sino del ejercicio de reales gobiernos al serviciode las mayorías y no de élites políticas que, en nombre deellas, se alternan en la conducción del país.

Sólo con una Democracia con esos contenidos podrá laRepública Dominicana tener una opción de gobiernopropia, con la legitimidad requerida para insertarse en elactual proceso de globalización de la política.

Bibliografía

Atkins, Pope. Los Militares y la Política en la República Domini­cana.

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Estudios SocialesAño XXVII, Número 95Enero-Marzo 1994

ENTRE EL AUTORITARISMOY LA ASPIRACION DE LIBERTAD

Mu-Kien Adriana Sang Ben"

En la actualidad se auspician procesos democráticos, y, tal vezcomo ayer, esta tendencia responde a demandas externas más quea procesos internos. Pero muy a pesar de esta situación, es oportunala ocasión para propugnar, de una vez y por todas, por la construc­ción de un verdadero proyecto nacional, sustentado en la demacra·cia y producto de la reflexión colectiva, con la participación enigualdad de condiciones, de todos los sectores sociales.

La coyuntura actual, caracterizada por las labores proselitistasde los candidatos a la Presidencia de la República, nos brinda laocasión de propiciar, o por lo menos incentivar, una reflexión sanasobre la participación de la sociedad civil en ese proceso, para servirde voz de alerta, de conciencia, a aquellos que participan en laactividad política, reiterándoles una vez más que la misma perderíasu verdadero sentido si no se mantiene como desafío el ideal delbien común.

He planteado en diferentes oportunidades que el historiador,como cientista social, tiene un aporte importante que hacer en lavida nacional, en este hoy que vivimos: mantener la memoriacolectiva de los acontecimientos que han marcado el curso de lahumanidad.

Historiadora. Directora Ejecutiva del Proyecto para el Apoyo a las iniciativasdemocráticas (PUCMM/PID/AID) y profesora de historia de la PUCMM. Autora deUlises Heureaux: Bfografía de un Dictador, Santo Domingo, INTEC, 1987; yBuenaventura Báez: el caudillo del sur, Santo Domingo, INTEC, 1992.

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Insisto en que la historia no debe verse únicamente como lareconstrucción pura y simple del pasado, pues esa misma recons­trucción no brinda la oportunidad de aprender para el presente delos aciertos y errores que como raza humana hemos cometido en latarea de vivir y caminar a través del tiempo.

Este artículo, más que análisis teorético, como a veces acos­tumbro, presenta una serie de informaciones sobre algunos aspec­tos importantes de nuestra realidad política durante los siglos XIX yXX, mostrando con creces los vaivenes, ¡terribles vaivenes! quehemos estado viviendo en Jos 150 años de vida republicana. Elsesquicentenario de la independencia más que celebración deberáser reflexión profunda sobre lo que hemos hecho, sobre lo quehemos vivido los dominicanos en esta realidad cruel y difícil.

He elaborado, con las informaciones por mí disponibles, unaserie de cuadros que reflejan el curso que ha tomado nuestra vidapolítica. Se ha planteado, incluyendo a quien escribe este artículo,que la política doméstica se ha caracterizado por la inestabilidadpolítica, el presidencialismo y las cruentas luchas de los grupospolíticos por dominar el poder. Hemos repetido hasta el cansancioque la inestabilidad ha caracterizado nuestra práctica, que el EstadoDominicano, nacido formalmente después de las luchas de losfebreristas en 1844, no era más que una ficción, pues el poder realestaba en los grupos regionales, lidereados por caudillos. Lasinformaciones que les ofrecemos demuestran esta cruda realidad.

El cuadro NQ 1 expone las características generales de losgobiernos dominicanos entre 1844 y 1994. El número exacto de losmismos está en bastante discusión, algunos han planteado quesobrepasamos los 140, como lo establece la reciente publicación deVíctor RUiz,1 otros, como Incháustegui, nos hablan que la cantidades menor.2 Julio Genaro Campillo Pérez, referencia obligatoria si deinformaciones precisas de nuestra historia política se habla, tambiénoscila en su registro entre los 100 Y 140. Asumimos la cronologíaque nos ofrece Incháustegui, quizás por facilidad. De todas

1. Cl. Víctor E. Ruiz B., los gobiernos de la República Oomlnclans, Santo Do­mingo, Biblioteca Nacional, 1993.

2. Cl. Arístides Incháustegui, ·Cronología de gobiernos y gobernantes de la RepúblicaDominicana· en Revista Eme Eme NQ 36, mayo-junio 1978, PUCMM, Santiago, RO.Ver también a Frank Moya Pons, Manual de Historia Dominicana, Santo Do­mingo, Editora Corripio. 1992.

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maneras, creo que 10 ó 15 gobiernos de más o de menos nomodifican la tendencia.

De 100 gobiernos registrados, como podremos observar en elcuadro, 56 pertenecen al siglo pasado y 44 al presente. En el cálculoque hicimos, sólo 11 gobiernos electos han podido finalizar susperíodos constitucionales (4 para el siglo XIX y 7 para este siglo). Sisumamos los gobiernos denominados "provisionales" y los erigidosdespués de revueltas, veremos que en este renglón se concentra elmayor número, ascendiendo a la sorprendente suma de 76. Quiereesto significar que nuestra vida republicana ha estado oscilandoentre las revueltas, revoluciones, movimientos armados, golpes deEstado y gobiernos despóticos e ilegales.

Asimismo, ambos siglos han tenido gobiernos "administrados"por potencias imperiales. Para el XIX, vivimos la llamada "Anexióna España", la cual, aunque efímera, impuso 4 administraciones; yen el XX, el gobierno de ocupación norteamericano nombró 5gobernadores militares, sin contar a los interinos.

La presencia de gobiernos de facto o dictaduras fue una cons­tante. Registramos 2 para cada uno de los siglos estudiados. Sisumamos los 14 años de Lilís, más los 6 de Báez, nos da un totalde 20 años de dictadura en el siglo XIX. Si a esta cantidad leagregamos los 35 años del presente (30 años de Trujillo, más 5 deMon Cáceres), obtendremos que durante los 150 años de vidarepublicana, 55 años han sido bajo regímenes dictatoriales.

El cuadro NQ 2 expone cuáles fueron los líderes,constitucionales o no, que han asumido en más de una ocasión ladirección del Poder Ejecutivo. Como podrá observarse, el líder queen más oportunidades ha asumido la posición, es el Dr. JoaquínBalaguer, Presidente actual de los dominicanos, con 6 veces y untotal de 20 años en el poder. Le siguen, con cinco ocasiones, PedroSantana (9 años), Báez (13 años), González (2 años y 8 meses),Ulises Heureaux (14 años), y Rafael Leonidas Trujillo (18 años). Esteúltimo caso es especial, pues aunque el dictador Trujillo de maneraformal no ostentó el título de Presidente en todos los períodospresidenciales que se sucedieron durante los 30 años que duró la

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dictadura. sabemos que era el poder detrás del trono. Si se tomaeste aspecto en cuenta encontraremos entonces que hasido TrujilloI Uder que más tie po ha pe anecido con el contro del poder.

tese también, ce o lo indica e cuadro, el hecho de que a

ayor parte de los 9 ie os pudiero edificarse 01' la usurpación. le ta el o el", 'la sea a través e go pes de Estado o revo ucio-es as.

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En la actualidad se está abogando por la modificación de laConstitución vigente, la de 1966. Partidos políticos, instituciones dela sociedad civil e intelectuales han planteado la necesidad decambiar algunos de los aspectos que contempla el documento. Nosreferiremos sólo a aquellas disposiciones que tienen relación con elEjecutivo.

Desde 1844, año en que se promulgó la primera constituciónde la República Dominicana, se han realizado 35 reformas; 17correspondieron al siglo XIX, y las 18 restantes a este siglo XX. Lapráctica de crear una legalidad a imagen y semejanza del gruposocial que asumía el poder, aunque en algunas ocasiones fuera deforma momentánea, no es propia de nuestro país. Esta referenciafuera de nuestras fronteras, quizás lo que hace es ampliar eluniverso del dolor, repartido entre más dolientes, la pena se hacemenor. En efecto en América Latina la tradición ha sido casi idéntica.

Otra realidad constatada aquí y en otros países latinoameri­canos, es que las constituciones han legalizado el presidencialismo,tema planteado por mí y otros colegas en múltiples oportunidades.El cuadro Nll 5 demuestra que desde 1844, la mayoría de lasConstituciones dominicanas han establecido un artículo especial enel cual se le atribuyen poderes extraordinarios al Poder Ejecutivo,justificando su inclusión en la situación de inestabilidad política queha estado permanente en nuestro país. El famoso artículo 21 Ode laprimera Carta Magna dominicana marcó el inicio de esta práctica.Constituciones propiciadas por grupos conservadores y liberalesincluían esta disposición, como podrá evidenciarse en el cuadro quepresentamos más adelante.

Con respecto a las posibilidades de reelección presidencia, lamayoría de las constituciones indican que ésta era posible despuésque transcurriera un período íntegro. Las aspiraciones demantenerse en el poder por parte de Ulises Heureaux, lo obligarona modificar la Constitución en 1896, la cual establecía que elpresidente podía reelegirse sin ninguna dificultad. En la actualidadese aspecto no está legislado y es materia de discusión entre lospartidos. Interesante es hacer notar que son los partidos de

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oposición los que sostienen la No-Reelección, mientras el partidodetentor del poder actual mantiene su defensa a la reelecciónindefinida del Presidente de la República.

Otro aspecto digno de mencionar es el tipo de elecciones. Losdominicanos responsables de las modificaciones constitucionales,estuvieron oscilando entre el voto indirecto, a través de los ColegiosElectorales y el voto directo, que ellos denominan como universal.Como señala Campillo Pérez,3 no puede establecerse una cro­nología con cierta racionalidad de las disposiciones legales en tornoal sistema electoral, pues se osciló entre el voto indirecto y el directoindiscriminadamente. La Constitución del 6 de noviembre de 1844establecía el voto indirecto a través del Colegio Electoral, compuestopor 64 electores, que eran elegidos a través de las AsambleasPrimarias. Los sufragantes de estas asambleas tenían que serpropietarios, empleados públicos, militares o profesionales de lasartes liberales, indicando por tanto que era restringido ese derecho.

El voto directo fue impuesto por primera vez en la reforma de1858, denominada la "Constitución de Moca". Ahora bien, votodirecto no significaba universal, pues para ser elector se establecíanrequisitos tan discriminatorios como en la de 1844.

Las constituciones que establecfan el voto p ra tod I ciu-dadanía fueron las de 1865, 1866, 1874 Y 1880. Ojo on touniversal, pues si bien se ampliaba el universo d lo vot ntcontinuaba con la práctica discriminatoria. La mujer estuvo clulddel derecho al voto hasta casi la mitad del pr s nt siglo.

Un aspecto interesante es que en la m yor( d I s con tituclo­nes, o reformas constitucionales, como les 11 m n I uno I

incluían los militares. Esta disposición fu nul d ni Con titucl nde 1924, práctica que se ha mantenido h t 1 ctu lid d.

3.

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Los creadores de estas reformas constitucionales estaban em­buidos en las posiciones te6ricas de la época, especialmente du­rante el siglo pasado, que estipulaba la restricci6n del voto. Así pues,no s610 se restringía el derecho al voto en las constituciones queestablecían el voto indirecto, sino también en las directas, malllamadas universales.

En definitiva esta oscilaci6n entre el voto indirecto y directo,estas restricciones al sufragio impuestas por las constituciones, loque ponen en evidencia es la indefinici6n sobre el tipo de Estadoque hacía falta para una sociedad como la nuestra. El problemaclave era el de encontrar un sistema adecuado para elegir gober­nantes y legisladores que formularan y aplicaran leyes adecuadaspara nuestra realidad. Pero este dilema no era propio de nuestrospolíticos, sino que form6 parte de las grandes preocupaciones delos grandes pensadores del liberalismo decimon6nico.

El derecho del sufragio era una inquietud permanente entrepolíticos e intelectuales. Por ejemplo, en 1809, Bentham abogó ydefendió el sufragio limitado, excluyendo a los pobres, los iletradosy las mujeres, siendo el defensor del sufragio "prácticamente univer­sal", justificando su posición en la necesidad de la prudencia comoprincipio, para que no ocurriesen hechos lamentables y disturbiossociales difíciles de controlar.4

Algunos años más tarde, James Mili, otro intelectual liberalamplió el universo del sufragio. Planteaba la necesidad de abogarpor un sufragio "universal", pero restringido (vaya contradicción).Decía que debían ser excluidos de este derecho los hombresmenores de 40 años, el tercio más empobrecido de los mayores de40 años, y por supuesto, las mujeres.5

4. Ct. J. Bentham, The theory of leglslatlon, Londres, ed. CK, 1931. Citado porMacpherson en La Democracia liberal y su época, Madrid, Alianza Editorial, 1982.

5. et. Joseph Hamburger, •James Mili on Universal Suffrage and the middle c1ass·,en Macpherson, op. cil.

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ENTRE EL AUTORITARISMO Y LA ASPIRACION DE LIBERTAD

Como puede verse, las incongruencias nuestras fueron resul­tado de las vacilaciones existentes en los políticos e intelectualeseuropeos, de quienes bebimos su jurisprudencia para hacer lanuestra a su imagen y semejanza, tanto así que aprendimos de ellostambién sus inconsistencias.

He pensado mucho en cómo concluir este artículo. Escribir algoque permita la reflexión, no es fácil después de haber estudiado condetenimiento los datos, no muy halagadores, que ofrecen loscuadros.

El proceso republicano dominicano en el cual se ha estadointentando establecer un Estado Liberal y Democrático, fue unresultado histórico, que si bien respondió al desarrollo de la sociedadeuropea del siglo XIX, que auspiciaba una concepción individualistade la sociedad, tiene todavía vigencia hoy día, pues la democraciapolítica sigue siendo una aspiración. El problema es ahora auspiciarprocesos que desborden y rompan con esa concepción que centrasu atención en el individuo, para que sea sustituida por una queintegre al conjunto de la sociedad.

La democratización del Estado, entendido éste como el instru­mento de mediación entre el Poder y la Sociedad, supone la inclu­sión del conjunto de la sociedad, pues no hay una sola decisiónpolítica que no esté condicionada y determinada por el conjunto dehombres y mujeres que componen la denominada sociedad civil.

Se habla de la necesidad de democratizar al Estado,atribuyéndole a los detentores de los poderes públicos, laresponsabilidad básica de los desaciertos, otorgándole a lasociedad civil el potencial exclusivo para su solución. Una y otraposición son erradas. Ni el Estado, o sus gobiernos, ni la sociedadcivil tienen la verdad, muchos menos la posesión exclusiva de (asvirtudes para solucionar los males. El endiosamiento de uno y otroes perjudicial y parcial, porque el ciudadano y el Estado son partesde un todo, que tienen en común la búsqueda del bien común, porencima de los intereses particulares.

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ESTUDIOS SOCIALES 95

Ahora bien, esta búsqueda no debe mal interpretarse con lahomogenización de los individuos. Se debe lograr el equilibriobuscando la unidad dentro de la diversidad. Democracia es partici­pación libre de los ciudadanos en la polis, dentro de la lógica delconsenso; consenso real, no subordinación de unos, pues en lademocracia el disenso deberá ser permitido, más aún fomentado,pues en la diferencia está la riqueza del acto humano.

Ahora bien, democratizar el Estado y la sociedad, para dirigir­nos hacia dónde? Aquí creo que está el nudo del asunto. Creo queen estos momentos nos estamos centrando en el cómo, sin deter­minar el para qué. Se habla de la patria, la nación y la libertad, peropor pura conveniencia proselitista. Como dice Romano, "sonpalabras que, o se resuelven en vana retórica (...) o se tienen queconcretizar en un proyecto nacional (nacional, no ciertamente na­cionalista), el que (...) no es nunca una ideología. Aún mejor: unaideología puede estar al servicio de un proyecto nacional pero nopuede sustituirlo. Y la condición fundamental es que esta ideología,sea, en todo sentido, espontánea y ya no de importación."6

Planteo un proyecto nacional que no presente como disyuntivala defensa irracional del occidente, como en los tiempos de Sar­miento, que nos situaba entre la civilización o la barbarie. Unproyecto nacional que cuente con las fuerzas reales de la nación,con sus debilidades y fortalezas, donde las influencias externassean referencias, no imposiciones. Un proyecto que conjugue elpasado, aunque éste sea difícil y caótico, avergonzante y cruel, conel presente y el futuro. Un proyecto que concerte voluntades, biensean contradictorias u homogéneas, con el único propósito deconstruir una realidad diferente a esos millones de hombres ymujeres que seguirán el camino que trillaremos.

Termino con estas reflexiones. Les invito a estudiar los cuadrosque he preparado para ustedes.

6. Cf. Ruggiero Romano, Consideraciones, Lima, Perú, Fomciencias, InstitutoItaliano de Cultura, 1992. p. 256.

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ENTRE EL AUTORITARISMO Y LA ASPIRACION DE LIBERTAD

Cuadro N1l1

GOBIERNOS CONSTITUCIONALES, PROVISIONALES

Y NO CONSTITUCIONALES

TIPOS DE GOBIERNOS SIGLO XIX SIGLO XX TOTAL

Total de gobiernos en la RepúblicaDominicana 7 56 448 100

Gobiernos electos que cumplieron susperíodos constitucionales 4 79 11

Gobiernos electos que no cumplieronsus períodos constitucionales 11 7 18

Gobiernos provisionales, designadosdespués de golpes de Estado o revolu-ciones, constituidos por tres o másmiembros 13 12 25

Gobiernos impuestos luego de revuel-tas o Qolpes de Estado 22 11 33

Gobiernos de facto o dictaduras 210 2 11 4

Gobiernos bajo la responsabilidad deuna potencia imperial 412 5 9

7. Se incluyeron los gobiernos militares de la Anexión a España (1861-1865) y el deocupación norteamericana (1916-1924).

8. Al igual que en el caso anterior, consideramos a Trujillo como un solo gobierno,pues a pesar de que se celebraron elecciones, y se ·eligieron· presidentes distintosal dictador (HéctorBienvenido Trujillo, Peynado, Balaguer...), sabemos que el poderestaba concentrado en el Dictador Rafael Leonidas Trujillo.

9. Incluíamos al actual gobierno del Dr. Balaguer, pues aunque no ha finalizado, todoparece indicar que finalizará sin contratiempos, pudiendo cumplir con el períodoestablecido por la Constitución.

10. A pesar que durante la dictadura de Heureaux se celebraron elecciones (1886, 88,92 Y 96), la contamos como un solo gobierno, por considerar que lo que hizo eldictador fue una simple apariencia de legalidad. El régimen de Heureaux estácontabilizado como uno sólo. El otro caso que incluíamos fue el período de los seisaños de Báez, pues aunque no está reconocido en la historiografía dominicanacomo un gobierno de facto, en la práctica sí lo fue, aunque como he dicho en otrasocasiones, fue un intento fallido de constitución de una dictadura.

11. Incluimos el gobierno de Mon Cáceres (1905-1911), pues fue un gobierno al­tamente represivo que podría considerarse como una dictadura. El otro, claro está,es Trujillo, lo cual no amerita ninguna explicación.

12. Están incluidas las administraciones de los Capitanes Generales Pedro Santana,Felipe Ribero, Carlos de Vargas y José de La Gándara.

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ESTUDIOS SOCIALES 95

Cuadro N1I 2

LIDERES QUE ASUMIERON EN MAS DE UNA OCASION

EL PODER EJECUTIVO

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Nombre Ng veces qUE' Total de años Períodos y formas deasumió la asunción al poder

Presidencia

Pedro Santana 5 veces 9 años 1. Primer Gobierno Constitu-cional (14 nov. 1844 - 4 ago.1848)2. Ascenso al poder por ungolpe de Estado al Presiden-te Jiménez. (30 mayo 1849 •23 sep. 1849)3. Elegido constitucionalmen-te. (15 febo 1853 - 26 mayo1856)4. Ascenso al poder luegode finalizada la Revolucióndel 7 de jul. 1857 (13 jun.1858 -18 mar. 1861)5. Designado Capitán Gene-ral del Gobierno de Anexión

1(18 mar. 1861 - 20 iul. 1862)Buenaventura Báez 5 veces 13 años 1. Elegido en las elecciones

generales de agosto de1849. (24 ago. 1849 - 15febo 1853)2. Sube al poder por ungolpe de Estado a Sanlana(8 oct. 1856 -12 jun. 1858)3. Sube al poder por ungolpe de Estado a Cabral (8dic. 1865 - 29 mayo 1866)4. Elegido por eleccionesgenerales en abril de 1868(2 mayo 1868 - 2 ene. 1874)5. Ascenso a la Presidenciapor imposición de su grupo,luego de la crisis ocasiona-da por la renuncia de Espai-lIal (27 dic. 1876 - 2 mar.1878)

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t GN

ENTRE EL AUTORITARISMO Y LA ASPIRACION DE LIBERTAD

José María Cabral 2 veces 2 años 1. Ascenso al poder porGolpe de Estado a Pimentel(4 ago. -15 nov. 1865)2. Ascenso al poder por de-signad6n de Luper6n (22aao. 1866 - 29 mayo 1868)

Ignado María 5 veces 2 años y 8 1. Ascenso al poder porGonzález meses Golpe de Estado a Báez (25

nov. 1873 - 21 enero 1874)2. Designado Presidenteluego de elecciones de 1874(5 febo 1874·23 febo 1876)3. Ascenso al poder por lacrisis luego de la renuncia

Ide Espaillat (11 nov. - 9 dic.1876)4. Ascenso al poderdespués del golpe deEstado a Báez (1 mar. - 3mayo 1878) 5. Ascenso al

poder luego del golpe deEstado a Guillermo (6 jul. - 2sep. 1878)

Cesáreo Guillermo 2 veces 1 año y 3 1. Ascenso al poder luegomeses del golpe de Estado a

González (5 mar.• 6 jul.1878) 2. Ascenso al poderpor componenda política (27febo - 6 dic. 1879)

Ulises Heureaux13 5 veces 14 años 1. Elegido en las eleccionesde 1882 (1 sep. 1882-1

sep. 1884)2. A partir de este momentofue electo en "eleccionesgenerales" (6 jun. 1887 - 6ene. 1889)3.27 febo 1889 - 27 febo1893)4.27 febo 1893·27 febo1897)5.27 febo 1897 - 3 ago.1899)

13. En los casos de Heureaux y Trujillo el número de años en el poder es muy relativo,pues utilizaron testaferros políticos. Para el primero Woss y Gil es el mejor ejemplo

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ESTUDIOS SOCIALES 95

Alejandro Woss y Gil 2 veces 2 años y 1 1. Era el Vicepresidente.

mes Asumió la Presidenciadespués de la renuncia deBillini. (16 mayo 1885 - 6ene. 1887)2. Electo Presidente en juniode 1903, luego de haberprovocado la renuncia deVásquez y nombrarse Presi-dente Provisional (23 mar.24 nov. 1903)

Horacio Vásquez 3 veces 7 años 1. Presidente Provisionalluego que la revuelta anti-lilisista triunfara (18 ago. -15nov. 1899)2. Presidente después dehaber organizado unarevolución en contra deJiménez (26 abr. 1902 - 23abr. 1903) 3. Electo en laselecciones generales demarzo de 1924, concluida laOcupación norteamericana(12 julo 1924 - 28 febo 1930).Derrocado por Truiillo.

Juan Isidro Jiménez 2 veces 4 años 1. Electo en las eleccionesgenerales de 1899 (15 nov.1899 - 2 mayo 1902)

2. Electo en las eleccionesgenerales de octubre de1914 (6 dic. 1914 -7 mayo1916)

(1885-87), Y para el segundo las presidencias de Negro Trujillo y Jacinto Peynadoson ejemplos claros de lo que es el ·poder detrás del trono·.

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ENTRE EL AUTORITARISMO Y LA ASPlRACION DE LIBERTAD

Rafael Leonidas 5 veces 18 años (Este Al igual que Heureaux, Truji-Trujill014 número es un 110 utilizó el procedimiento de

reflejo irreal "legalizar" sus funciones ade la verdad, través de la celebración depues todos "elecciones generales".

sabemos que 1.16 ago. 1930 - 16 ago.estuvo tres 1934)

décadas en el 2.16 ago. 1934 -16 ago.poder 1938)

3.18 mayo -16 ago. 19424. 16 ago. 1942 - 16 ago.19475. 16 ago. 1947 - 16 a90.1952

Joaquín Balaguer 6 veces 20 años 1. Desi9nado por Trujillo.Era el Presidente al momen-to del ajusticiamiento de Tru-jillo (3 ago. 1960 - 31 dic.1961)Durante el período del lIama-do los "12 Años de Bala-guer", se celebraron elec-ciones, algunas de las cua-les los opositores eran me-ros testaferros.2.1 jul. 1966 -16 ago. 19703.16 ago. 1970 -16 ago.

19744.16 ago. 1974 -16 ago.19785.16 ago. 1986 -16 ago.1990 (vuelta al poder tras 8años de gobierno del PRO)6. 16 de ago. 1990 hastahoy (su principal opositor fueel PLD)

14. Nos vimos en la necesidad de escribir aquellos "Presidentes electos" durante ladictadura de Trujillo, pues en términos "legales" aparecen como tales. Todossabemos que éstos no eran más que presidentes-títeres.

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ESTUDIOS SOCIALES 95

Cuadro NR 3

LIDERES CON MENOS DE UN AÑO EN EL EJERCICIO DEL PODER

N- NOMBRE FECHA TIEMPO

1 Manuel Jiménez 8 sep. 1848 - 29 mayo 1849 9 meses

2 Pedro Santana 30 mayo 1849·23 sep. 1849 4 meses

3 José Desiderio Valverde 7 iul. 1857 -12 jun. 1858 11 meses

4 José Antonio Salcedo 14 seD. 1863 ·10 act. 1864 12 meses

5 GasDar Polanco 10 oct. 1864·24 ene. 1865 4 meses

6 Benigno Filomena Rojas 24 ene. 1865·24 mar. 1865 3 meses

7 Pedro A. Pimentel 25 mar. 1865 - 4 aao. 1865 4 meses

8 Manuel Cáceres 31 ene. - 13 febo 1868 13 días

9 Ulises Francisco Espaillat 29 abr. 5 oct. 1876 7 meses

10 Ignacio María González 1. 11 nov. - 9 dic. 1876 1.28 días2. 1 mar. - 3 mayo 1878 2.2 meses3. 6 iul. - 2 sep. 1878 3. 2 meses

11 Marcos Cabral 10 dic. - 26 dic. 1876 16 días

12 Cesáreo Guillermo 27 febo 1879 - 6 dic. 1879 9 meses

13 Jacinto de Castro 7·29 seD. 1879 22 días

14 Greaorio Luperón 7 act. 1879 -1 sep. 1880 11 meses

15 Francisco G. Billini 1 sep. 1884 -16 mayo 1885 9 meses

16 Wenceslao Fiauereo 26 iul. - aao. 1899 31 días

17 Horacio Vásquez 1. 18 ago.• 15 nov. 1899 1.3 meses2.26 abr. 1902 - 23 abr. 1903 2.12 meses

18 Wossv Gil 23 mar. - 24 nov. 1903 8 meses19 Eladio Victoria 5 dic. 1911 ·30 nov. 1912 12 meses20 Adolfo A. Nouel 1 dic. 1912 - 13 abr. 1913 4 meses21 Ramón Báez 28 aao. 5 dic. 1914 3 meses22 Rafael Estrella Ureña 23 febo -16 aao. 1930 6 meses23 Juan Bosch 27 febo - 25 sep. 1963 7 meses24 Rafael Malina Ureña 25 - 27 abr. 1965 2 días25 Francisco Caamaño 4 mayo - 3 sep. 1965 4 meses26 Héctor García Godov 3 sep. 1965·1 iul. 1966 10 meses27 Jacobo Majluta 4 jul. ·16 aao. 1982 45 días

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ENTRE EL AUTORITARISMO Y LA ASPIRACION DE LIBERTAD

Cuadro NQ 4

REBELIONES Y LEVANTAMIENTOS ARMADOS EN EL SIGLO XIX

SIGLO XIX

Año Número de Rebeliones Gobierno

185615 1 Buenaventura Báez

1857 6 Buenaventura Báez

1858 1 Buenaventura Báez

1865 1 Buenaventura Báez

1866 6 Las 4 primeras de ese año se produjerondurante el Tercer Gobierno deBuenaventura Báez. Las otras dos seprodujeron, una durante el Triunvirato deLuperón y la última durante el segundomandato de José María Cabra!.

1867 5 José María Cabral

1868 10 Buenaventura Báez

1869 14 Buenaventura Báez

1870 5 Buenaventura Báez

1871 9 Buenaventura Báez

1872 3 Buenaventura Báez

1873 14 Buenaventura Báez

1874 34 lanacio María González

1875 25 lanacio María González

1876 68 Ignacio María González (1)Consejo de Secretarios de Estado (18)Ulises Francisco Espaillat (38)Junta Gubernativa (10)Marcos Antonio Cabral (1)

1877 48 Buenaventura Báez

1878 8 Buenaventura Báez (1)Ignacio María González (3)Cesáreo Guillermo (3)Jefes Superiores de Operaciones (1)

188216 1 Ulises Heureaux

15. Las cifras de 1856 a 1878 fueron tomadas del libro de mi autoría, BuenaventuraBáez: el caudillo del Sur, Santo Domingo, INTEC, 1992.

16. No contamos con las informaciones entre 1878 y 1882, Y sabemos que duranteesos años se produjeron importantes rebeliones. A partir de 1882, tomamos lascifras del libro de mi autoría: Ulises Heureaux: Biografía de un Dictador, SantoDomingo, INTEC, 1987.

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Año Número de Rebeliones Gobierno

1886 1 Aleiandro Woss v Gil

1887 6 Ulises Heureaux

1888 2 Ulises Heureaux

1889 2 Ulises Heureaux

1890 1 Ulises Heureaux

1891 1 Ulises Heureaux

1893 4 Ulises Heureaux

1895 1 Ulises Heureaux

Total 271

Cuadro Ni 6

ASPECTOS DE LAS CONSTITUCIONES RELATIVOS AL

EJECUTIVO Y AL TIPO DE ELECCIONES

SIGLO XIX

Año de la Duración Atribuciones Tipo de ReelecciónConsti· período extraordinarias elecciones Presidenciallución presidencial al Ejecutivo

1844 4 años Art.210 Voto indirecto. Podían hacerloColegios Electorales dejando el(64 electores). Los intervalo de unsufragantes en las períodoAsambleas primariaseran: propietarios debienes raíces, oempleado púbico,oficial del ejército,propietario de unaindustria o profesor, oarrendatario de unestablecimiento ruralen cultivo

1865 4 años No lo establece Voto directo universal. Intervalo de un(?). Sólo establece períodocomo requisito estarenpleno goce de susderechos civiles y

políticos y residir en elterritorio.

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ENTRE EL AUTORITARISMO Y LA ASPIRACION DE LIBERTAD

1866 4 años No lo establece Voto directo. Igual que Intervalo de unel anterior. loeríodo

1868 4 años Art.34. Voto indirecto. Igual Intervalo de un

Acápite 22 que la de Dic. 1854. períodoColegios Electorales

1(226 electores)

1872 6 años Art.35. Voto indirecto. Igual Puede ser reelec-

Acápite 22 que la anterior. to

Colegios Electorales indefinidamente.1(216 electores)

1874 4 años No lo establece Voto directo y universal Intervalo de un

1m período

1875 4 años Art.62 Voto directo y universal Intervalo de un

1m oeríodo

1876 2 años Art.62 Voto director y Intervalo de ununiversal (?) período

1877 4 años Art.45. Votación pública, Reelecto en elAcápite 19 directa y oral período

subsiauiente

1878 1 año Art.65 Voto directo y universal Intervalo de un

1m Iperíodo

1879 2 años Art.66 Voto directo y universal Sólo para el

1m loeríodo siauiente

1880 2 años Art.52 Voto directo y universal Sólo para el

m período inmediato

1881 2 años Art. 53, 54 Y55 Voto directo y universal Intervalo de un

(?) oeríodo

1887 4 años Art. 52, 53 Y54 Voto indirecto. Intervalo de un

Condiciones para ser período y luego

elector: tener 21 años, dejar pasar un

saber leer y escribir y período íntegro

tener domicilio donde para ser reelecto

se efectúe la elección nuevamente

(600 electores)

1896 4 años Art. 52, 53 Y54 Voto indirecto. Igual Puede ser re-

que el anterior (614 electo de mane-

electores) ra indefinida

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ESTUDIOS SOCIALES 95

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SIGLO XX

Añade la Duraci6n Atribuciones Tipo de Reelecci6nConsli- período Extraordinarias elecciones presidencialtuci6n Ioresidencia al Eiecutivo

1907 4 años Art. 49, 50 Y 51 Voto indirecto. Podían Puede ser reelec-votar en las Asambleas to indefinidamentePrimarias todosaquellos con plenogoce de sus derechosciviles y políticos. Paraser miembro de unColegio Electoral serequería tener 21 añoso ser casado, saberleer y escribir, tenerdomicilio en laprovincia (632electores). Durarían ensus cargos 4 años

1908 6 años Art.53 Voto indirecto. Igual No lo establece.que el anterior, sólo Es permitida.que los electoresdurarían 6 años. En elcaso de las AsambleasPrimarias especificaque no pueden ejercerel derecho al voto losincapacitados mentales.

1924 4 años Art.47 Voto directo y Intervalo de ununiversal. No pueden período, inclusovotar los militares, los para el cargo deinsurrectos y los la vicepresidencia.condenados por delitosciviles y penales.

1927 6 años Art.48 Voto directo y Intervalo de ununiversal. Igual que el período, inclusoanterior. para el cargo de

viceoresidencia.1929 4 años Art.47 Voto directo y Intervalo de un

universal. Igual que el período, inclusoanterior. para el cargo de

la viceoresidencia.

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ENTRE EL AUTORITARISMO Y LA ASPIRACION DE LIBERTAD

1934 4 años Art. 49 Voto directo y No lo establece.universal. Igual que el Es permitida.anterior.

1942 5 años Art. 47 Voto directo. Igual que No lo establece.el anterior. Es permitida.

1947 5 años Art.49, Voto directo y No lo establece.

acápite 8 universal. Excluidos los Es permitida.militares

1955 5 años Art.54, Voto directo y No lo establece.

acápite 7 universal. Excluidos los Es permitida.militares

1959 5 años Art. 54, Voto directo y No lo establece.

acápite 7 universal. Excluidos los Es permitida.

militares

1960 4 años Art.54, Voto directo y No lo establece.

(28 jun.) acápite 7 universal. Excluidos los Es permitidamilitares

1960 4 años Art.54, Voto directo y No lo establece.(5 dic.) acápite 7 universal. Excluidos los Es permitida.

militares

1961 4 años Art.54, Voto directo y No lo establece.

acápite 7 universal. Excluidos los Es permitida.

militares

1962 4 años Art.55, Voto directo y No lo establece.

acápite 7 universal. Excluidos los Es permitida.

militares

1963 4 años Art.55, Voto directo y No lo establece.

acápite 7 universal. Excluidos los Es permitida.

militares

1965 4 años Art.55, Voto directo y No lo establece.(acta ins- acápite 7 universal. Excluidos los Es permitida.

tituc\onal) militarea

1966 4 años Art.55, Voto directo y No lo establece.

acápite 7 universal. Excluidos los Es permitida.

militares

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Estudios SocialesAño XXVII, Número 95Enero-Marzo 1994

REESTRUCTURACION AGRARIA: RELACIONES DEPRODUCCION CAMBIANTES EN LA AGRICULTURANO-TRADICIONAL DE LA REPUBLlCA DOMINICANA·

Laura T. Raynolds··

Introducción

En años recientes hemos sido testigos de cambios profundosen la economía mundial, los cuales se han reflejado en todos lospaíses y todos los sectores. Durante la década de los ochenta, lamayoría de los países de América Latina y El Caribe fueron atra­pados por deudas internacionales en espiral, grandes déficits enintercambio extranjero y problemas fiscales gubernamentales. Através de la región, los Estados han tratado de reorientar laseconomías locales para adaptar las condiciones políticas y económi­cas cambiantes y para mejorar los deteriorados niveles de vidanacionales. Las empresas extranjeras y nacionales, facultadas porla diseminación de las políticas neoliberales, han jugado un papelactivo en esta reorganización económica. Dada su importancia,

Traducción por María Eugenia Castillo. La investigación de campo para esteartículo fue conducida en 1990-1991 con el apoyo financiero del Programa deBecas para Graduados de la Fundación Inter-Americana y el apoyo institucionaldel Equipo de Investigación Social (EQUIS), Instituto Tecnológico de SantoDomingo. Los puntos de vista presentados aquí son los de la autora y nonecesariamente los de estas instituciones.

Profesora Asistente Departamento de Sociología. Universidad Estatal de NuevaYork en Binghamton.

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.....AGN.....ESTUDIOS SOCIALES 95

tanto en los mercados nacionales como en los de exportación, laagricultura ha constituido un punto importante en el proceso recientede reestructuración en América Latina y El Caribe. Los tipos deproductos cultivados, las formas en las cuales se ha organizado laproducción, y los medios de subsistencia engendrados por lossistemas agrícolas dominantes, han sido totalmente transformados.

En la República Dominicana, así como en países cercanos aella, la reestructuración agraria se ha centrado en la expansión dela agricultura no-tradicional. Las exportaciones de agricultura tradi­cional, que han integrado la región por largo tiempo con la divisiónde trabajo internacional de tipo colonial, se han debilitado por lascondiciones deteriorantes del mercado internacional. Las expor­taciones de productos agropecuarios no-tradicionales -tales comocosechas hortícolas selectas, frutas y vegetales fuera de estación,y carne de res deshuesada- han sido promovidas fuertemente paraestimular los ingresos de exportación y tomar ventaja de los recien­tes mercados de productos frescos y lujosos en los centros metro­politanos. Al cambiar las condiciones de producción, distribución yconsumo, los sectores agro-alimentarios orientados nacionalmentehan sido transformados de manera similar, lo cual ha aumentado lacompetencia enfrentada por cosechas de alimentos de tipo campe­sino. Mientras que la producción de productos agrícolas tradicio­nales se ha contraído, los mercados nacionales se han expandidopara los productos agrícolas no-tradicionales orientados hacia con­sumidores relativamente ricos y típicamente urbanos, capaces depermitirse el lujo de comprar alimentos procesados y semi-procesa­dos.

Aunque esta reorientación de la agricultura es a menudo con­fundida con una respuesta económica objetiva a condiciones demercados cambiantes, la realidad es que ha sido configurada esen­cialmente de manera política. Apoyado por instituciones financierasmultilaterales, agencias de ayudas bilaterales, y socios comercialesregionales, el Estado de la República Dominicana definió la promo­ción de la agricultura no-tradicional como central para la revitali­zación económica en los ochenta. Las agroindustrias que invirtie­ron en este sector, recibieron mayores subsidios mientras que el

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financiamiento para empresas rurales del Estado, sectores de lareforma agraria, y productores campesinos fueron restringidos.Como este estudio demuestra, aunque los costos de promover laagricultura no-tradicional han sido altos, los beneficios han sidoilusorios.

A través de América Latina y El Caribe, la reestructuración dela agricultura ha amenazado la seguridad alimentaria nacional alapartar recursos para el cultivo de alimentos básicos e impulsar elsurgimiento de mercados de alimentos lujosos, domésticos y extran­jeros, altamente volátiles. Como se ejemplifica en el contexto de laRepública Dominicana, el sector agrícola no-tradicional, ha sidoorganizado alrededor de nuevas plantaciones y en fincas individua­les, por medio de contratos de producción que limitan las inversio­nes fijas e incrementan la flexibilidad de las empresas. Estossistemas de producción proveen ingresos limitados e inseguros alos trabajadores y agricultores por contrato, quienes son colocadosen una posición altamente vulnerable porque el suministro contro­lado de su trabajo es central, tanto para la rentabilidad de la empresacomo para las nuevas políticas del Estado. En la República Domini­cana, como en cualquier parte de la región, la reciente reestruc­turación agraria ha conducido a la destrucción de la forma de vidade los campesinos y a la sobre-explotación de los recursos frágilesdel medio ambiente.

Conceptualizando la Reestructuración Agraria

En los últimos veinte años, un número importante de estudioshan tratado de documentar y explicar los cambios dramáticos queestán tomando lugar en la agricultura de América Latina y El Caribe.La mayoría de esta literatura se ha enfocado a entender la interna­cionalización de la agricultura, conceptual izada de dos maneras: (1 )como un componente estructural de la creación de una nuevadivisión internacional del trabajo, o (2) como un proceso consti­tuyente de la globalización de circuitos de capital financieros yproductivos.' Señalando algunas de las limitaciones de este énfasis

1. Raynolds, Laura T. et al. 1993. "The 'New' Internationalization of Agriculture: AReformulation". World Development 21 (7).

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sobre internacionalización, mi argumento es que el enfoque enreestructuración agraria como un proceso tanto nacional comointernacional provee la más fructífera orientación de investigaciónen esta área.

Las raíces intelectuales del concepto de la nueva división deltrabajo residen en el trabajo de Frobel, Heinrichs, and Kreye sobrerelocalización industrial del "centro" a la "periferia" en la búsquedade fuerza de trabajo barata y grandes ganancias.2 La mayoría de losdogmas centrales de esta posición son puestos en relieve en inves­tigaciones recientes sobre transformaciones en la agricultura deAmérica Latina. Las mejorías en transportación, conservación ysistemas de comunicación en las últimas décadas han facilitado laseparación geográfica de la producción agrícola de mercados deconsumidores mayores y han alentado el crecimiento de nuevasexportaciones de carne de res, frutas, vegetales y flores a través delTercer Mundo. Las cada vez mayores alternativas locales de pro­ducción han impulsado las actividades de origen global de corpora­ciones agrícolas transnacionales, las cuales pueden localizar parteo toda su producción en áreas con los más bajos costos de inversión.Steven Sanderson revela cómo la elevada integración de la agricul­tura en América Latina dentro de cadenas agro-alimentarias inter­nacionales ha conducido (1) a la creciente industrialización yracionalización de la agricultura de exportación; y (2) a dar prioridada la producción de artículos de exportación en lugar de la dealimentos básicos.3 Este proceso de internacionalización agrícolaha sido asegurado por los estados y por negocios agrícolas (agri­businesses) , y ha favorecido el surgimiento de una nueva clase decapitalistas agrarios.4

2. Frobel, Folker, Heinrichs, Jurgen, y Kreye, Otto. 1980. The New Internat/onalOlv/slon 01 Labor. Cambridge: University Press.

3. Sanderson, Steven. 1986. The Trans10rmatlon 01 Mexlcan Agriculture: Interna­t/onal Structure and the Politica 01 Rural Change. Princeton: Princeton UniversityPress. Sanderson, Steven. 1986. 'The Emergence 01 the "World Steer": Internatio.nalization and Foreign Oomination in Latin American Catlle Production". Pp 123-48

in Food, the State, and International Political Economy, edited by F. Tullís andW. Hollist. Lincoln, Nebraska: University 01 Nebraska Press.

4. Rama Ruth. 1985. "Some Effects 01 the Internationalization 01 Agriculture on theMexican Agricultural Crisis". Pp 69-94 in The Amer/caa In the New Internat/onalOivislon 01 Labor, edited by Steven E. Sanderson. New York: Holmes and Meier.

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Mientras que la investigación sobre la nueva división interna­cional del trabajo señala importantes cambios en la agricultura deexportación en América Latina, este planteamiento es demasiadoestrecho y estructural en su enfoque. La internacionalizaciónaparece a través de circuitos de capital financieros y productivos yforma un proceso más amplio y más contradictorio de lo que amenudo se sugiere en discusiones sobre la división del trabajointernacional.5 La relocalización de la producción agrícola en elTercer Mundo ha sido relativamente modesta y altamente concen­trada en unos cuantos países, ya que ha sido en gran medida dirigidapara acceder a mercados de consumidores internos en expansióny a menudo protegidos.6

Siguiendo una aproximación de internacionalización de capital,David Barkin demuestra cómo la producción nacional orientada a laexportación, en América Latina ha sido fundamentalmente transfor­mada de acuerdo con los indicios de los precios internacionales.7 Lainternacionalización de las fuerzas del mercado mundial ha debili­tado el poder de los estados sobre las políticas nacionales agrícolasy ha intensificado los impactos de los cambios de las políticasextranjeras. En gran parte de América Latina y El Caribe, estoscambios han conducido a (1) un descenso en la producción local dealimentos, un cambio de dietas locales, una ascendente depen­dencia en importaciones de alimentos de los Estados Unidos; y a(2) un aumento en la proletarización rural y el empobrecimiento delos campesinos.8

5. Jenkins, Rhys. 1984. "Divisions Over the IntemationaJ Division of Labour". Capitaland Claas 22: 28-57.

6. Rama, Ruth. 1992. InvesUng In Food. Paris: OECD.

7. Barkin, David. 1987. "The End to Food Self-sufficiency in Mexico". LaUn AmericanPerspectives 14: 271-91.

8. Sarkin, David. 1990. Dlstorted Development: Mexlco In the World Economy.Boulder, CO: Westview Press. TeubaJ, Miguel. 1987. "Intemationalization of Capitaland AgroindustriaJ Complexes: Their Impact on Latin American Agriculture". LaUnAmerican Perapectlvea 14: 316-64. Garst, Rachel, y Barry, Tom. 1990. Feedlng\he Crlals: U.S. Food Ald and Farm Pollcy In Central Amerlca. Lineoln: Universityof Nebraska Press.

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Aunque este amplio entendimiento de la internacionalizacióninforma grandemente sobre los cambios en la agricultura del TercerMundo, yo quisiera argumentar que esta aproximación aún tiende adar insuficiente atención a los procesos críticos de la reestruc­turación económica y política nacional. Las presentes transforma­ciones en agricultura necesitan ser entendidas dentro del contextodel proceso dinámico de cambio en las relaciones entre partesconstituyentes de la economía capitalista, las cuales son con­tinuamente negociadas, tanto a nivel nacional como internacional.Localizar las transformaciones agrícolas dentro de este amplioproceso de reestructuración, ilumina la forma en la que las ~elacio­nes de producción y consumo agrícola son fraguadas por las 'deci­siones y actividades de actores sociales concretos dentro de un·particular conjunto de coordenadas de tiempo y espacio.9

h

En la literatura sobre internacionalización agrícola, laautonomía de los Estados del Tercer Mundo está típicamente con­siderada debilitada por la expansión de mercados de productosinternacionales, el creciente poder de las corporaciones internacio­nales y de las instituciones financieras, y los impactos globales delas decisiones políticas en el Primer Mundo. Mientras que las fuerzastransnacionales claramente configuran las actividades, y aún lanaturaleza, de los Estados del Tercer Mundo, mi opinión es queestos Estados continúan jugando un papel fundamental y variableen la reestructuración agraria. Por lo tanto, un análisis de cómo lasinstituciones transnacionales están reconfigurando la agriculturapara apoyar el pago de la deuda externa, debe ser balanceado porun análisis de cómo ciertos Estados de América Latina respondene intentan reorientar estas presiones bajo realidades económicas ypolíticas nacionales. Integrando y entendiendo las políticas nacio­nales y del Estado en nuestro análisis, podemos identificar lasespecíficas estructuras institucionales que intentan apoyar la acu­mulación en la agricultura. Como ha sido reconocido cada vez másen años recientes, las condiciones para acumulación sucesiva no

9. Lovering, John. 1989. "The Restructuring Debate" New Modelsln Geography: ThePolltlcal Economy Perspectlve Edited by Richard Peet and Nigel Thrift. London:Unwin Hyman.

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son estables ni están dadas, pero deben ser reguladas social­mente. IO Claramente, el éxito de los Estados de América Latina y ElCaribe para asegurar las condiciones sociales y económicas con­ducentes a la acumulación nacional e internacional depende tantode su legitimidad, como de su habilidad para mediar intereses declase conflictivos.

Además de enfocar la atención en los complejos papeles de losEstados sobre el cambio agrícola, un énfasis sobre reestructuraciónresalta los papeles variables de otros actores sociales en la configu­ración del proceso de transformación agraria. Habilitadas por elreciente ascenso de las políticas neo-liberales en América Latina yEl Caribe, las compañías privadas han jugado un papel particular­mente importante en reestructurar la agricultura para realzar susganancias a corto y largo plazo. Asimismo, en contraste con elenfoque de la literatura de internacionalización sobre las grandescorporaciones transnacionales y su sistema de producción global,un rango de compañías nacionales y extranjeras, siguiendo es­trategias de producción significativamente diferentes, están jugandouna parte en reconfigurar el sistema mundial de los agro-alimentos.l 1

Al mismo tiempo, la naturaleza históricamente condicionada de laspolíticas de clase en específicos países de América Latina y ElCaribe define el carácter nacional de la reestructuración reciente yespecifica sus implicaciones para las poblaciones rurales.'2 Lastransformaciones que amenazan formas de vida locales han sidocombatidas por poblaciones de campesinos en la región, pero en

10. Lipietz, Alain. 1987. Mlracles and Mirages: The Crisis of Global Fordlsm.Translated by David Macey. london: Verso Books. Agletta, Miche\. 1979. A. Theory01 Capltalist Regulatlon: The U.S. Experlence. Translated by David Fernbach.London: Verso Books.

11. Raynolds, Laura T. 1993. ·'nstitutionalizing Flexibility: A Comparative Analysis 01

Fordist and Post-Fordist Models 01 Third World Agro-Export Production·. Commo­dity Chains and Global Capltalism. Edited by Gary Gereffi and Miquel Kor­zeniewicz. WestportCT: Greenwood Press. Friedland, William. lorthcoming. ·GlobalFresh Food Corporations: An Industrial Organizational analysis·. Agro-food Sys­tem Restructurlng: Toward the Twenty-first Century. Edited by PhillipMcMichael. Ithaca, N.Y.: Come" University Press.

12. Gómez, Sergio, y Goldfrank, W. L. 1991. "\Norld Market and Agrarian Transforma­tion: The Case of Neo-liberal Chile·. Internatlonal Journal of Soclology ofAgrlculture and Food 1: 143-50.

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años recientes estas protestas parecen no ser relativamente exi­tosas para poder reorientar los procesos de reestructuración agraria.

La Transformación de la Agricultura de Exportación

La República Dominicana ha ejemplificado hasta hace poco elmodelo de herencia colonial en el Tercer Mundo dentro de la divisióninternacional del trabajo tradicional en tanto que productor de pro­ductos agrícolas indiferenciados de bajo valor. La economía localha sido dominada durante siglos por la producción de azúcar y, enun grado menor, por la de café, cacao y tabaco, para la venta enprimer lugar dentro de los mercados europeos, y más recientementede los norteamericanos. Asimismo, la contribución de estos produc­tos agrícolas a la economía dominicana ha descendido en añosrecientes, al bajar el valor combinado de exportaciones tradicionalesde 504 millones de dólares a 310, entre 1979 y 1989.13 Estaspérdidas pueden ser explicadas parcialmente como resultado dedificultades nacionales de producción, las cuales han debilitado lasexportaciones dominicanas. De manera más importante aún, loscambios recientes en el mercado de los agro-alimentos han debili­tado la posición total de los productos tropicales tradicionales en laeconomía mundial.

Tres tendencias recientes han sido particularmente importantespara reducir las exportaciones dominicanas de azúcar. En primerlugar, la demanda de azúcar en los países del Primer Mundo hadescendido significativamente debido a las crecientes preocupacio­nes sobre la salud y la substitución a gran escala de azúcar porendulzantes de fructosa de maíz y/o por alternativas de bajascalorías.14 En segundo lugar, las exportaciones de azúcar a lospaíses de América del Norte y Europa han sido reducidas porpolíticas altamente proteccionistas orientadas a retener un mercado

13. CEDOPEX. 1979-1989. Boletín Estadístico. Santo Domingo: CEDOPEX.

14. Goodman, David, So~, Bernardo y Wilkinson, John. 1987. From Farming toBlotechnology: A Theory of Agro-Industrial Oevelopment. Oxford: Basil Black­well. p. 133.

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sustancial y de alto precio para los productores nacionales deazúcar.15 Y en tercer lugar, los precios del azúcar a nivel mundialhan experimentado descensos sin precedente como resultado delexceso de la capacidad productiva y la elevada competencia inter­nacional.16

El deterioro de la economía mundial del azúcar ha tenidorepercusiones negativas particularmente para la República Domini­cana, dada su alta dependencia sobre exportaciones y su posiciónrelativamente desventajosa en un sistema de comercio enorme­mente controlado a través 'de acuerdos preferenciales de mercado.La mayoría del azúcar del país ha sido exportada recientemente alos Estados Unidos bajo un rígido sistema de cuotas. Sin embargo,la cuota para el azúcar dominicano ha bajado a 64 por ciento entre1983 y 1988, costándole al país 210 millones de dólares en ingresospor exportación.17 Aunque otras exportaciones dominicanas tradi­cionales son mucho menos importantes que el azúcar, éstas hanexperimentado descensos similares debido a barreras comercialesinternacionales, precios mundiales en descenso, y la inhabilidad delas organizaciones de productores de limitar efectivamente la pro­ducción de países miembros. lB

El colapso de las exportaciones de productos agrícolas tradi­cionales ha sido un factor mayor para alimentar la reciente crisiseconómica en la República Dominicana. Para compensar los aho­rros en descenso sobre exportaciones y mejorar una economíanacional devastada por la deuda internacional, nuevos y selectosproductos seleccionados han sido fuertemente alentados con elpropósito de tomar ventaja de mercados norteamericanos de alí-

15. Harris, Simon. 1987. ·Current Issues in the World Sugar Economy". Food PollcyMay: 127-45. p.128.

16. Ibid. p.129.

17. USDAlERS (United States Department ofAgriculture, Eeonomie Researeh Serviee).1990. ·U.S. Sugar Imports Under Quotas, by Country, 1984185-1989190". Sugarand Sweetner March. p.57-58.

18. ECLA. 1989. "Ronda Uruguay: Hada Una Posidón Latino-americana Sobre losProductos Agrícolas". Comercio Exterior 39 (6): 458-84.

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mentos frescos y lujosos en expansión. Esta promoción de expor­taciones no-tradicionales agrícolas y agroindustriales, ha sido partede un proyecto político de sustitución de exportaciones.

La expansión de las exportaciones de productos agropecuariosno-tradicionales dominicanos ha recibido fuerte apoyo internacional.Los más destacados en su influencia, han sido el Banco Mundial yel Fondo Monetario Internacional, los cuales han forzado a lospaíses deudores de América Latina a instituir ajustes estructuralescomo una precondición para las renegociaciones de la deuda.19 Apesar de desacuerdos entre el gobierno dominicano y estas insti­tuciones financieras transnacionales, durante los ochenta, las políti­cas nacionales se orientaron a asegurar inversiones del sectorprivado, particularmente en exportaciones, como una forma deaumentar ingresos para el pago de la deuda externa. Aunquealtamente visible, la iniciativa de la Cuenca del Caribe (CBI) hahecho relativamente poco para expander las exportaciones no-tradi­cionales de la región, ya que la mayoría de esas exportacionescalificaron para tarifas reducidas bajo la legislación existente.2o Encontraste, la distribución norteamericana de una gran parte defondos económicos dominicanos de asistencia para subsidiar (1)programas de préstamo de negocios agrícolas (agribusiness), (2)grupos promotores de negocios agrícolas y de agroexportación y (3)esfuerzos de diversificación del azúcar, proveyeron un estímuloimportante para la agricultura no-tradicional.

La reorientación neoliberal del Estado Dominicano durante ladécada de los ochenta fue apoyada por capitalistas nacionales yextranjeros, interesados en capturar recursos públicos creciente­mente escasos, así como por la comunidad financiera internacional.Bajo una legislación nueva, las compañías agropecuarias de expor­tación no tradicional fueron exentas de impuestos sobre ingresos ysobre obligaciones de importación en un 30 a un 100 por ciento (Ley

19. Wood, Robert. 1989. From Marshall Plan to Debt Crisis: Forelgn Ald andDevelopment Cholces In the World Economy. Berkeley: University of CaliforniaPress.

20. Paus, Eva. 1988. Struggle Against Oependence. Boulder: Westview.

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#409) Y de otros impuestos, -entre 15 y 25 por ciento- de lasexportaciones (Ley #69).21 Además, los exportadores no-tradicio­nales recibieron acceso preferencial a préstamos subsidiados y atierras del Estado que fueron retiradas de la producción de azúcarde caña.

Estos incentivos estimularon una fuerte alza en las exportacio­nes no-tradicionales de la República Dominicana a principio de losochenta. Las inversiones extranjeras y nacionales en la producciónde exportaciones agrícolas no-tradicionales y agroindustriales cre­cieron sustancialmente. De 1979 a 1986, los ahorros sobre expor­taciones agrícolas no-tradicionales y agroindustriales dominicanasaumentaron de 58 millones de dólares a 103 millones.22 El mayorincremento durante este período vino de exportaciones de produc­tos agrícolas frescos, incluyendo (1) cultivos de raíces tropicales,principalmente yautía, batata y yuca; (2) cosechas vegetales yhortícolas, particularmente ajíes, pimientos, tomates, vainitas,auyama y berenjenas; y (3) frutas tropicales, principalmente melón,piñas y aguacates. El valor de exportación de los productos agroin­dustriales creció más lentamente durante este período, aunque elde la carne de res aumentó para convertirse en una de las expor­taciones dominicanas más importantes y de más rápido crecimiento.

A pesar del temprano éxito en la promoción de exportaciónapoyada por el Estado, las exportaciones de productosagropecuarios no-tradicionales dominicanos se estancaron durantela segunda mitad de los ochenta.23 El valor total de las exportacionesagrícolas frescas bajó significativamente, debido a un precipitadodescenso en los ingresos de cultivos de raíces tropicales, vegetalesy hortícolas. Mientras que las exportaciones de algunas frutastropicales también cayeron, los substanciales incrementos en lasexportaciones de piña compensaron estas pérdidas. Las

21. Inveslmenl Promotion Council. 1987. "Invesling in Ihe Dominican Republic". SantoDomingo: Inveslment Promotion Council.

22. CEDOPEX. Boletín Estadístico.

23. lbid.

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exportaciones de muchos bienes agroindustriales también bajaronal final de los ochenta, aunque este patrón fue menos pronunciado.

El reciente descenso en los ingresos dominicanos de expor­tación no-tradicional se debió en parte a la vulnerabilidad de estosnuevos productos en los mercados internacionales. Los mercadosagropecuarios internacionales no-tradicionales han probado seraltamente competitivos ya que numerosos países de América Latinay El Caribe han intentado estimular las exportaciones de los mismosproductos bajo la orientación de la fórmula de exportación estandardde la comunidad financiera internacional.24 En años recientes, losprecios por productos agrícolas no-tradicionales han fluctuado enor­memente. Los mercados de productos frl?Scos son particularmentevolátiles debido a su carácter perecedero y a la sensibilidad ynaturaleza estacional de estos productos.25 Los productos agrícolasy agroindustriales encuentran estrictas barreras tarifarias y no tari­iarias en \os Estados Unidos que han restringido se\leramente \asexportaciones de la región en años recientes. La República Domini­cana ha probado ser particularmente vulnerable a estos obstáculosdel mercado internacional ya que no tiene ni el volumen de expor­tación para configurar mercados internacionales, ni los mercadosinternos para absorber productos agrícolas no-tradicionales.

El colapso de las exportaciones agrícolas dominicanasno-tradicionales ha sido precipitado, tanto por obstáculos nacionalescomo internacionales. Lo más notable ha sido la falta de habilidaddel Estado de la República Dominicana para apoyar las condicionesnecesarias para la acumulación requerida en este sector, comoresultado de una crisis fiscal creciente. Al final de los ochenta, unaserie de problemas con las plagas que destruyeron cultivosagrícolas apenas establecidos quedaron fuera de control debidoesencialmente a la incapacidad administrativa gubernamental.

24. Barham, Bradlord; Ciar\<, Mary; Katz, Elizabeth y Schurman, Rachel. 1992. "Non­traditionaJ Agricultural Exports in latin American: Toward an Appraisal". LatlnAmerican Research Review. 27 (2): 43-82.

25. Islam, Nurul. 1990. "Horticultural Exports 01 Developing Countries: Past Per­formances, Future Prospect.

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Mientras que el gobierno continuó expresando su apoyo hacia unaestrategia de desarrollo orientado a la exportación, el pago de lamayoría de los incentivos para exportadores no-tradicionales fuedisuadido lentamente. Solamente las empresas agrícolasno-tradicionales bien financiadas, típicamente controladas en elextranjero, han sido capaces de sobrevivir este descenso de apoyogubernamental.

La Transformación de la Producción Nacional de Alimentos

La producción nacional de alimentos en la República Domini­cana ha sido forzada desde la época colonial a tomar un lugarbastante secundario con respecto a la producción de exportaciónagrícola. Mientras que el sector de exportación ha sido identificadohistóricamente como central para el crecimiento económico, laagricultura campesina ha sido percibida como un sector residual dela economía nacional. Grandes niveles de concentración de tierra yla desproporcionada distribución del área productiva y de otrosrecursos para cultivos de agro-exportación, han restringido severa­mente la agricultura campesina de República Dominicana. La cre­ciente fragmentación de propiedades y la marginalidad ecológica delos recursos campesinos han debilitado adicionalmente la produc­tividad de los minifundios. Como resultado de estos obstáculos, laproducción de cultivos de alimentos tradicionales campesinos de laRepública Dominicana ha declinado sustancialmente en décadasrecientes.

El deterioro del sector alimentario campesino dominicano hasido parcialmente compensado en las últimas décadas por el cre­cimiento en la producción nacional de arroz, la cual ha sido facilitadapor el Estado. Entre 1965 y 1985, la producción Jacal de arroz seduplicó dos veces y medio.26 El arroz se convirtió en el grano másimportante producido nacionalmente y en el centro de los esfuerzos

26. UEPA (Unidad de Estudios de Política Agropecuaria). 1988. Compendio deEstudloa Sobre Políticas Agropecuarias en República Dominicana, 1985­1988. Santo Domingo: Editora Corripio, C. por A. p.260.

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nacionales de autosuficiencia alimentaria. Las políticas de moder­nización agrícola en la República Dominicana se enfocaron en lacreciente producción de arroz a través de servicios de irrigación ymecanización subsidiados públicamente, asistencia técnica ysuministros de variedades modernas de semillas, fertilizantes ypesticidas.27 Los productores de arroz recibieron la mayor propor­ción de crédito agrícola, de apoyo estatal y de acceso a las tierrasmás productivas de la reforma agraria.28

El Estado Dominicano ha sido el principal instrumento parapromover tanto el consumo como la producción de arroz, convirtién­dolo en el centro de la dieta local. Las políticas de alimentos baratos,aseguraron los precios de los consumidores y alentaron el consumode arroz, particularmente entre las clases de trabajadores urbanos.Durante los setenta y al principio de los ochenta, la demanda y ventade arroz a precios subsidiados fueron controladas fuertemente porel Instituto de Estabilización de Precios (INESPRE). Los subsidiosestatales al sector nacional de arroz fueron transferidos en granparte de esta manera a los consumidores en la forma de arrozbarato.29

El tenue balance de políticas de alimentos básicos baratos y elsubsidio estatal de producción de arroz nacional fueron trastornadosa mediados de los ochenta por impedimentos fiscales y ajustesestructurales internacionalmente apoyados. Las medidas deausteridad gubernamentales redujeron dramáticamente losservicios públicos a los productores de arroz y a otros mercados decultivos domésticos, incluyendo el acceso crítico a préstamos delBanco Agrícola. Al mismo tiempo, los cambios en las políticasneoliberales impulsaron incrementos en los costos de producción,particularmente en los precios de los insumas agrícolas de

27. Menéndez, Antonio. 1984. "El Proceso de Reforma Agraria: 1979-1982". Cienciay Sociedad 9 (1): 63-100.

28. Meyer, Carrie A. 1989. Land Reform In Latin Amerlca: The Domlnlcan RepublicCase. New York Praeger.

29. UEPA. Compendio de Estudios Sobre Políticas Agropecuarias. p. 245-252.

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30. Rodríguez, Frank. 1987. Campeslnoa aln Tlerra. Santo Domingo: Ediciones deTaller. Sánchez Roa, Adriano. 1989. Campealnoa, Crlal. Agropecuaria e In­flación. Santo Domingo: Editora Corripio.

31. Garst y Barry. Feedlng The Crisis.

32. Graene, Duly y Roe, Terry. 1989. Trade, Exchange Rate and Agrlcultural PrlclngPollclea In the Domlnlcan Republlc. Volume 1. Washington D.C.: The WortdBank. p. 148-155. USDAlFAS (U.S. Department o/ Agriculture, Foreing AgriculturalServiee). 1988. "Dominican Republie - 1988 AnnuaJ AgriculturaJ Situalion Report".Santo Domingo: USDAlFAS. p.22.

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estatales y por políticas nacionales industriales y agrícolas. Mientrasque las políticas de sustitución de importaciones que prevalecieronal principio de los ochenta son más reconocidas por apoyar lamanufactura nacional, éstas también proveyeron apoyo sustancialpara las agroindustrias, las cuales en esa época, constituían aproxi­madamente la mitad de toda la producción industrial.33 La produc­ción agroindustrial se benefició de un mercado protegido, por lainfraestructura financiada por el estado, y por el crédito subsidiadoy las exenciones de impuestos establecidas bajo las leyes #299 y#409. Aunque las políticas alimentarias nacionales en los ochentase enfocaron en el sector arroz, para poder mantener extenso apoyopara estas políticas INESPRE subsidió un número de productosagroindustriales utilizados principalmente por consumidores ricOS.34

La producción de alimentos agroindustriales en gran cantidad,incluyendo frutas procesadas y vegetales (particularmente pasta detomate y jugos de frutas), carnes (principalmente res, pollo ypuerco), y aceites comestibles (particularmente de maní, coco, ypalma africana), se expandieron significativamente al final de lossetenta y dentro de los ochenta. Sin embargo cuando la crisiseconómica profundizó a mediados de los ochenta, el crecimientototal en el sector descendió del 7 al 1 por ciento anualmente.35 Elcrecimiento inicial de este sector fue detenido por (1) el reem­plazamiento de las políticas de sustitución de importaciones, por laspolíticas neoliberales promovidas internacionalmente, y (2) por lareducida porción de la población nacional que podía permitirse talesalimentos de lujo.

33. Banco Central de a República Dominicana. 1989. Boletín Mensual (VarlouaEdltions). Santo domingo: Banco Central. p.189.

34. UEPA. 1990. Los Subsidios en la República Dominicana. Santo Domingo:Editorial Gente. p. 19-23.

35. ONE (Oficina Nacional de Estadísitca). 1988. República Dominicana en Cifras(Varlous Edltlons). Santo Domingo: ONE. p.117.

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Las agroindustrias localizadas en la República Dominicana sehan opuesto con bastante éxito a la reciente crisis debido a su fuerzaeconómica y a su poder político. Dentro de la economía nacional,las compañías agroindustriales representan empresas relati­vamente grandes con inversiones de un promedio de 2 millones dedólares.36 Este sector ha permanecido grandemente baio el controldel capital nacional, en contraste con la situación en la mayoría delos más grandes países de América Latina.37 Dado el poder delmercado y el número limitado de agroindustrias domésticas, estasfirmas han sido capaces de mantener sus márgenes de ganancia através de negociar acceso a los escasos recursos estatales y a lamanipulación de precios locales.

Mientras que la producción de alimentos lujosos agroindustria­les se ha expandido significativamente en los últimos años, estesector alimentario nacional no-tradicional no ha sido capaz decompensar el deterioro en el sector alimentario campesino y elrestringido crecimiento de la producción nacional de arroz. La pro­ducción per cápita de alimentos en la República Dominicana hacaído fuertemente. Cambios recientes en el sector alimentario na­cional parecerían ser menos dramáticos que aquellos del sectoragrícola de exportación, pero estos cambios son en muchas formasmás profundos ya que involucran tanto la redefinición política de laseguridad alimentaria como una meta nacional y una prerrogativade grupos particulares de la población. La República Dominicana,así como muchos países de América Latina y El Caribe, se hanhecho enormemente dependientes del mercado mundial de alimen­tos de los cuales puede permitirse poco el lujo dado el éxito limitadode la reciente estrategia de desarrollo orientada a la exportación.

36. Raynolds, Laura T. 1993. 'Agrarian Restructuring: Intamationalization and !haReconfiguration of Production and Labor Forces in !he Dominican Rapublic·. Ph.D.dissertation. Comall University.

37. Taubal. 'Intemationalization 01 Capital and Agroindustrial Complexas'.

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Nuevas Plantaciones y la Configuraciónde las Fuerzas Rurales de Trabajo

El reciente surgimiento de los productos agrícolas no-tradicio­nales ha empezado claramente a reconfigurar las relaciones deproducción agrarias en la República Dominicana. En el sector deagro-exportación, estos cambios son quizás más visibles en lasnuevas plantaciones establecidas por corporaciones transnacio­nales en tierras estatales en proceso de ser retiradas del cultivo decaña de azúcar. El área más importante y de rápido crecimiento enla cual han sido establecidas estas nuevas plantaciones es en laproducción de piñas.

La producción de exportación de piña fresca en la RepúblicaDominicana esta dominada por subsidiarias de Dale Food Corpora­tion y Chiquita Brand International (previamente conocida comoUnited Fruit). Con ventas anuales de alrededor de un billón dedólares (por cabeza), Dole y Chiquita son los mayores distribuidoresde piña en el mundo y dos de las mayores corporaciones agro-ali­mentarias en el mundo. Aunque inicialmente de origenestadounidense, estas dos corporaciones están transnacionali­zadas, produciendo y poniendo a la venta sus productos alrededordel mundo. Chiquita tiene alrededor de 240 subsidiarias en AméricaLatina y El Caribe con mercados mayores en Norteamérica.38 Daletiene sitios de producción en Sud-América y Norteamérica así comoen Asia, y mercados a través de América, Europa y Japón.39 Ambascorporaciones están completamente integradas - produciendo, em­pacando, y poniendo a la venta sus productos a través de divisionescorporativas entrelazadas. Dale y Chiquita obtienen piñas frescasde un número de lugares diferentes para garantizar consistente­mente los más bajos costos de producción de posibles. Esas corpo­raciones transnacionales son capaces de desempatar un sitio de

38. Friedland. "Global Fresh Food Corporations".

39. Castle and Cooke, Ine. 1988. Annual Report. Castle and Cooke, Ine.

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producción contra otro, incrementando así su influencia en negociarconcesiones con Estados individuales.

En la República Dominicana, Dole y Chiquita han tenido accesoa tierra pública de bajo costo, reduciendo dramáticamente de estamanera sus inversiones fijas. Las subsidiarias de ambas corpora­ciones producen piñas en grandes plantaciones localizadas en tierraestatal la cual ha sido sacada del cultivo de la caña de azúcar bajoel proyecto promovido internacionalmente conocido como proyectode Diversificación del Azúcar. Frutas Dominicanas (FRUDOCA)subsidiario de Chiquita, ha adquirido al menos 1,000 hectáreas detierra estatal cerca del ingenio azucarero cerrado de Catarey en VillaAltagracia. De acuerdo a la renta firmada por 12 años con el ConsejoEstatal del Azúcar (CEA) en 1984, FRUDOCA paga 82 millones dedólares anuales por hectárea de tierra cultivable (equivalente aaproximadamente la mitad de la renta corriente). A Dole Dominicanase le ha prometido acceso a alrededor de 5,000 hectáreas de tierraazucarera estatal cerca de Monte Plata en una empresa arriesgadaconjunta Goint venture), la cual otorga al gobierno dominicano unporcentaje de las ganancias locales totales. Este acuerdo, aparen­temente equitativo, es altamente problemático, ya que las sub­sidiarias corporativas calculan ganancias usando transferenciasinternas en convenciones de precios arbitrariamente establecidossin que una subsidiaria particular necesite enseñar alguna vez unlibro de ganancias.

En el contexto corriente de opciones globales de producción,los salarios bajos y la tranquilidad laboral en la República Domini­cana han sido factores mayores en la atracción de inversionestransnacionales. Ya que Dole y Chiquita son dos de los mayoresinversionistas extranjeros en el país e importantes empleadoreslocales, han sido capaces de solicitar apoyo estatal para controlarcostos de trabajo de compañía y minar la enérgica sindicalización.En años recientes, los salarios dominicanos se han rezagado bas­tante de la inflación y se han convertido en uno de los más bajos enla región. Para alentar más adelante la inversión extranjera ennegocios agrícolas (agribusinesses) y en las compañías de las

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zonas franca -los dos sectores a la cabeza en el nuevo empuje dedesarrollo orientado a la exportación- la legislación reciente hadesignado un salario especial sub-mínimo el cual se aplica a com­pañías en estos sectores. Las ganancias en trabajo en las nuevasplantaciones han sido así reducidas por (1) los intereses unidos decorporaciones y el Estado en el control de costos de trabajo, y (2)por las limitaciones en el poder de trabajo ocasionada por altosniveles de desempleo local y la descendiente fuerza del trabajoorganizado.

Aproximadamente 2,500 trabajadores inexpertos trabajan enlos campos de piña y en empacadoras de las plantaciones de Daley Chiquita. Las condiciones de empleo varían substancialmentecomo resultado de características de mercado de trabajo locales ypolíticas de administración corporativa. Una plantación tiene unafuerza de trabajo masculina estable, relativamente bien pagada ysindicalizada, mientras que la otra tiene una fuerza de trabajo deambos sexos, mucho más casual y desorganizada. Estas condicio­nes de trabajo variantes no son inherentes a corporaciones particu­lares, y es bastante probable que converjan mientras que la fuerzade trabajo de la nueva plantación de Dale se establece más y lanueva administración en FRUDOCA implementa estrategiasplaneadas de recorte de costos.

La mayoría de los trabajadores de plantaciones son parte de lacorriente de gente recientemente sacada del deteriorado sectorcampesino. Estos trabajadores en gran parte no poseen tierra; lamayoría la han perdido en la última generación. Mientras que suspredecesores fueron agricultores independientes, hoy, aún aquellasfamilias que retienen acceso a alguna tierra son incapaces de hacersu subsistencia a través de la agricultura campesina. Estos traba­jadores han sido forzados a mercados de trabajo altamente restringi­dos, debido a que las oportunidades de empleos rurales son pocasy la generación de empleo urbana ha sido incapaz de mantenersecon la migración. Debido a que las plantaciones dominicanas de piñano pagan salarios completos para vivir, están impulsando unproceso de semi-proletarízacíón rural en donde los trabajadores son

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forzados a combinar actividades asalariadas con actividades noasalariadas, las cuales son usadas por múltiples miembros defamilias para poder subsistir.

Las plantaciones dominicanas de piñas se benefician del arre­glo previamente mencionado de incentivos de exportación y exone­raciones de impuestos y tarifas concedidos a exportadoresno-tradicionales. Estos generosos subsidios representan significati­vas pérdidas de ingresos para el Estado y un subsidio público deganancias privadas. Asegurando los ingresos de subsidiarias cor­porativas transnacionales en tierra, trabajo y capital, el Estado haincrementado de hecho la amenaza que la producción podría relo­calizarse, ya que las corporaciones han sido capaces de limitargrandemente sus inversiones fijas en el país. Esta amenaza derelocalización es crítica, ya que la fuerte posición internacional delas piñas dominicanas descansa en la habilidad de Dole y Chiquitade poner a la venta productos independientemente de su origengeográfico.

Las nuevas plantaciones establecidas en la República Domini­cana y países vecinos tienen similitudes con las plantaciones desiglos pasados, pero están construidas más políticamente quenunca beneficiándose de los crecientes compromisos de privati­zación y la extendida actitud de subsidio de inversiones privadas.Para atraer y mantener inversiones extranjeras en el sector agro-ex­portador no-tradicional, los Estados han tenido que comprometersea inversiones corporativas aseguradas sub-valuando recursos natu­rales locales y más adelante subordinando fuerzas de trabajo lo­cales. Los trabajadores en las nuevas plantaciones sonparticularmente vulnerables porque el suministro controlado de sutrabajo es crítico tanto para la estrategia de exportación del Estadocomo para las ganancias de las compañías.

Producción por contratoy la Creación de Cultivadores Dependientes

Igual que en el sector agro-exportador, el surgimiento de cul­tivos no-tradicionales orientados hacia los nuevos mercados deconsumidores nacionales ha originado profundas transformaciones

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en las relaciones de producción locales. En el contexto dominicano.estos cambios son quizás más claramente evidentes en el desarrollode sistemas de producción en los cuales son contratados los culti­vadores campesinos para producir cosechas para agroindustriaslocales. El área más bien establecida en la cual este sistema decontratación ha sido utilizado es en la producción de tomates proce­sados.

La industria de procesamiento de tomates es una de las agroin­dustrias nacionalmente-orientadas más viejas y más bien dotadasde la República Dominicana. Este sector es controlado por cuatrofirmas, las cuales se especializan en la producción de pasta detomate y productos relacionados.40 Estas cuatro compañías sonbastante poderosas económicamente, con inversiones promedio dearriba de nueve millones de dólares (más de cuatro veces elpromedio para agroindustrias nacionales).41

Mientras que tres de estas firmas tienen inversionistas delCaribe y de América Latina, en solamente un caso la inversiónextranjera excede quince por ciento de los haberes. Con virtual­mente todos los productos de tomate producidos localmente yendoal mercado nacional. el país ha sido esencialmente autosuficienteen este artículo desde mediados de los setenta. Aunque la produc­ción se expandió significativamente en los ochenta. la producciónde tomate y pasta de tomate declinó en la última parte de la décadadebido a severos problemas de plagas causados por la sobreaplicación y mal uso de pesticidas en los cultivos no-tradicionales.

El Estado Dominicano ha sido instrumental en promover elcrecimiento de la industria de procesamiento del tomate y en alentarel uso de producción de contrato. Al final de los setenta y principiode los ochenta, las compañías en este sector fueron algunas de lasprincipales beneficiarias de las políticas de substitución de

40. Una quinta compañia de alimentos procesados diversificó su producción hacia eltomate, aunque no constituye por ahora una ficha de peso para la industria.

41. Raynolds. "Agrarian Restructuring".

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importación, las cuales protegieron la producción orientadanacionalmente de la competencia extranjera, y proveyeron a lasfirmas de exenciones de impuestos importantes.INE8PRE controlóprecios para bajar los precios de consumidores y garantizar lasganancias de las compañías. Muchos de estos beneficios fuerondespués reforzados bajo políticas de ajuste estructural patrocinadasinternacionalmente, promoviendo sectores de inversión privados.En años recientes, la industria del tomate ha gozado de accesopreferencial a préstamos de bajo interés, irrigación financiadapúblicamente y otros servicios orientados a alentar la agriculturano-tradicional. Mientras que muchos de estos subsidios fueroneliminados al final de los ochenta, los procesadores de tomatefueron capaces de reponerse de estas pérdidas incrementando sudependencia en la producción por contratación apoyada por elEstado.

El Estado Dominicano ha apoyado la contratación agroindus­trial para reducir sus compromisos con la producción campesina,particularmente en el sector de la reforma agraria, donde sus comopromisos son mayores. Con los servicios rurales gubernamentales,severamente reducidos por medidas de austeridad apoyadas inter·nacionalmente, los productores campesinos tuvieron que girar enor·memente a las agroindustrias privadas para tener acceso a insumosagrícolas y mercados seguros. En años recientes, la contratación seha convertido en una de las pocas formas en las que los campesinosdominicanos pueden asegurar préstamos críticos para cubrir susnecesidades de consumo y producción. Dados los decadentesrecursos del Estado, los administradores de la reforma agraria hanalentado de manera creciente a los parceleros para que cultiventomates en contrato con las firmas procesadoras, ya que los costosde producción e inversión en la tierra han sido asegurados por elEstado.

La producción de tomates procesados está centrada en el Vallede Azua, donde las firmas son capaces de tomar ventaja de lairrigación subsidiada por el Estado. Las cuatro compañías dependenen primer lugar de contratos para suministrar sus fábricas de

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procesamiento con tomates. En la estación de 1989/90, había 2,434cultivadores de tomate contratados en Azua, aproximadamente lamitad de los cuales estaban asociados con el proyecto de la reformaagraria de YSURA. Los contratos de producción ligan a la capital ya los recursos de comercialización de las firmas de procesamientocon la tierra y con los recursos laborales de los cultivadorescampesinos. Las compañías son capaces de controlar parcialmentela calidad, cantidad y e( tiempo de sus suministros de producción almismo tiempo que evitan inversiones costosas en tierra y trabajo. Alaceptar seguir (as guías de producción estipuladas por las firmas,los cultivadores son capaces de ganar acceso tanto a los insumosnecesarios para hacer uso productivo de su tierra -incluyendocrédito, tanto como a los productos y servicios técnicos- y a (osmercados estables necesarios para vender sus productos.

La producción por contrato implica procesos de trabajo específi­cos caracterizados por extensiva suspensión de las compañías.Firman90 contratos de producción, los productores de tomatedominicano colocan sus campos, junto con sus derechos asociadossobre el agua, bajo la administración de los oficiales de la compañíapara la estación. Las compañías determinan la división técnica deltrabajo y, en el caso de los tomates, los cultivadores son reducidosesencialmente a proveer trabajo de campo no calificado bajo ladirección de las compañías procesadoras. Dados los altos re­querimientos de trabajo en el cultivo del tomate, éste es provisto nosolamente por los productores mismos, sino por sus familias enterasy a menudo por jornaleros suplementarios. Los productores detomate por contrato son supuestamente reembolsados en sus cos­tos de trabajo, pero estos pagos son insuficientes para cubrir loscostos actuales de contratar trabajo por fuera. Los productores, queson invariablemente hombres, son así alentados a limitar gastosexplotando la fuerza de trabajo no pagada de mujeres y niños dentrode la familia.

La producción por contrato está basada en la sub-valuación derecursos, tales como tierra familiar y fuerza de trabajo. Cuando loscultivadores de tomate firman sobre derechos productivos de tierra

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familiar, la renta no es gravada formalmente, sino incluida en de­voluciones variables de cosecha. No solamente las compañíasevitan pagar renta, sino que ya que ellas no tienen compromisos delargo plazo para utilizar parcelas particulares, son alentadas paraabusar del potencial productivo de la tierra. En Azua. las compañíasde procesamiento de tomates han promovido el cultivo sobre-inten­sivo y el uso excesivo de pesticidas, promoviendo recientes infes­taciones de plagas y significativas pérdidas de cultivos. Mientras queestas compañías han sido capaces de relocalizar simplemente laproducción a áreas no afectadas firmando contratos con nuevoscultivadores, los antiguos productores de tomate se han quedadocon recursos de tierra severamente agotadas.

Aunque la producción por contratación teoréticamente divideriesgos entre cultivadores y compañías, los productores de contratocargan a cuestas la mayoría de los riesgos en la producción deltomate. Debido a que los reingresos a los cultivadores son calcu­lados sólo después de que todos los gastos de la compañía han sidocubiertos, los propios cultivadores son los que deben absorber elriesgo considerable de la producción inherente al cultivo del tomate.Dados los crecientes costos sobre insumos y los recientes proble­mas de plagas en Azua, los cultivadores de tomate por contrato han,de hecho, terminado a menudo la estación en deuda. Debido a queestas deudas son deducidas de las futuras ganancias de los culti­vadores, muchos productores de tomate se han encontrado a símismos en una espiral interminable de endeudamiento.

La producción por contrato en la República Dominicana haalimentado el proceso de semi-proletarización rural en dos sentidosimportantes. Primero, ha creado una categoría de productoresdependientes que conforman un segmento especial delsemi-proletariado rural (propietarios de recursos productivosdiferentes de su trabajo que toman parte en un proceso supervisadode trabajo). Segundo, ya que la contratación provee típicamentebajas y altamente variables ganancias, los cultivadores debenbuscar empleo asalariado, suministrando ganancias agrícolas consalarios fuera de la granja de múltiples miembros de familia. Este

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proceso de semi-proletarización ha sido alentado por recienteslimitaciones fiscales estatales, las cuales han apoyado laprivatización de servicios de extensión, crédito y comercializaciónpara la agricultura campesina a través de la contrataciónagroindustrial. Los recursos de cultivadores campesinos sonpuestos en peligro por este sistema ya que la explotación de su tierray trabajo es central para la rentabilidad de la compañía y para lapolítica de privatización estatal.

Conclusiones

Este estudio demuestra cómo los cambios recientes en lascondiciones económico-política en la República Dominicana hantransformado fundamentalmente la naturaleza de la producciónagrícola y de la misma sociedad agraria. Junto con el cambio deproductos tradicionales a no-tradicionales, encontramos un cambioimportante en los patrones de la organización, de la producciónagrícola y de los procesos de la formación rural de la fuerza detrabajo. Ya que este estudio se ha enfocado especialmente acambios recientes en la República Dominicana, el proceso dereestructuración agraria descrito aquí parece ser solamente unapequeña parte de un movimiento conformando el carácter de laagricultura a través de América Latina y El Caribe.

Los parámetros de reestructuración agraria actual en AméricaLatina y El Caribe parecen estar largamente establecidos por elrégimen de deuda, el cual obliga a los Estados asolados por elendeudamiento a implementar políticas neoliberales bajo la direc­ción enérgica de instituciones financieras internacionales. Estaspolíticas privilegian las metas de búsqueda de ganancias de losnegocios agrícolas (agrobusinesses) en mercados nacionales einternacionales, a expensas de los productores y consumidorespobres. Como un movimiento hemisférico, la reestructuraciónagraria parece implicar la disminución de la autosuficiencia alimen­taria y la promoción de nuevas exportaciones agrícolas. Aunqueexpresadas en términos de "liberalización de mercado", estas políti­cas abarcan la recolocación de recursos públicos de empresas

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rurales estatales, sectores de la reforma agraria, y campesinosproductores a compañías privadas de origen nacional y extranjero.

Los patrones recientes de la reestructuración agraria tambiénparecen incluir cambios importantes en los micro-procesos de laconstrucción de la fuerza de trabajo rural. En la RepúblicaDominicana, la reorientación de la agricultura alrededor de laproducción de productos no-tradicionales parece estar impulsandoun proceso abigarrado e inestable de semi-proletarización. Con laerosión de los servicios públicos en la agricultura, los productoresen pequeña escala han tenido que girar cada vez más a loscomercios agrícolas (agrobusinesses) en busca de (1) empleo enlas nuevas plantaciones y (2) asistencia de producción a través decontratos de cultivadores. Como se elabora en este estudio, estosnuevos sistemas de producción involucran procesos de trabajo loscuales caen entre empleo asalariado y producción independiente.Los salarios inseguros y restringidos provistos por los negociosagrícolas (agrobusinesses) aumentan la importancia de lascontribuciones del trabajo de múltiples miembros de familia, ambosllenando obligaciones directas de trabajo y mejorando salariosinestables. Como se ha demostrado en el contexto dominicano,aquellos más directamente involucrados en la producción deproductos no-tradicionales parecen ser altamente vulnerables apresiones, tanto políticas como económicas, porque el suministrocontrolado de su trabajo es central tanto para la rentabilidad de lacompañía como para las nuevas estrategias orientadas alcrecimiento económico de Estados endeudados.

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Estudios SocialesAño XXVII, Número 95Enero-Diciembre, 1994

LA VISITA DEL P. CHARLEVOIXA LA ISLA DE SANTO DOMINGO (1722)

José Luis Sáez, S.J:

A propósito de la edición castellana de la Historia de la IslaEspañola o de Santo Domingo (1977), se hizo énfasis en que suautor nunca había estado en la isla, y que solamente se habíaapoyado en los apuntes que le enviaba a Francia el párroco de LeDondón, Jean-Baptiste Le Pers. Además, como la "advertencia" (pp.XI-XV) que encabeza su obra no alude a visita alguna a la isla, nosadelantamos a repetir una y otra vez que, como otros muchos casos,el P. Charlevoix era uno de esos autores que escribieron de unarealidad fascinante pero desconocida y, prescindiendo de su hábilmanejo de la fantasía histórica, el futuro los convirtió en verdaderasautoridades.

Sin embargo, a través de otros escritos suyos, en especial suDiario de un Viaje (1720-1723), sabemos que sí estuvo en la isla,aunque sólo fuese durante dos semanas, de regreso de un viaje alCanada, y antes de decidirse a escribir su famosa obra, con elpatrocinio del Conde de Maurepas, ministro de Luis XV.

El P. Pierre Franyois-Xavier de Charlevoix nació el 25 deoctubre de 1682, en Saint-Quintin (Aisne, Francia) y, antes decumplir los dieciseis años, una vez terminados sus estudios en la

Academia de Ciencias de la República Dominicana.

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misma ciudad, ingresó en el noviciado de Paris de la Compañía deJesús, el 15 de septiembre de 1698. Estudió filosofía en el ColegioLouis-Ie-Grand (1702-1705), y allí mismo iniciaría los de teologíacuatro años después (1709-1712), siendo ordenado sacerdote enParis en 1712. Hizo la profesión solemne en Orléans (Loire, Fran­cia), el 2 de febrero de 1716, y a los setenta y ocho años de edad(1 11 febrero 1761), falleció en el famoso Colegio de La Fléche (Sarthe,Francia).

De su época de magisterio en el colegio de Quebec (Canada),donde enseñó gramática (1705-1709), le quedó un vivo interés porlas misiones jesuíticas, especialmente la del Canada o Nouvelle­France. Por eso, su primer trabajo publicado fue una revisión yampliación de una Historia del Japón (1715), escrita en 1689 porsu hermano en religión, el P. Jean Crasset. Poco después de suordenación, fue destinado al Colegio Louis-Ie-Grand (Paris), dondese dedicaría a escribir y enseñar humanidades durante cinco años(1714-1719), contando entre sus alumnos aJean Baptiste Arouetde Voltaire (1694-1778), que recordará años más tarde asu profesory prefecto de disciplina del internado como un buen conversador.'

El regente Felipe de Orléans (1715-1723), le encomendaría en1719 un estudio sobre la historia de los límites del Canada o laAcadia, cedida a Inglaterra cinco años antes por el Tratado deUtrecht, y al año siguiente le encargaría también la búsqueda de unpaso al océano Pacífico a través de Canada.2 Con ese fin, seembarcó en La Rochelle a principios de Julio de 1720 y llegó a

1. Voltaire había ingresado como interno en el colegio jesuita en 1704, cuando teníadiez años de edad. Cfr. A. Pierron. Voltaire et 88a maltrea (Paris, 1866); J.M.Sommerville, "Voltaire and !he Society", Woodatock Lettera 79 (1950), 35-54; R.Schiltz, "Voltaire et Louis le Grand", in Loula le Grand. 1563-1963 (Paris, 1963),83-98.

2. Como hace constar John F. Bannon, el presupuesto de la expedición, compuestade cincuenta hombres, ascendía a 5,000 francos. Como la corona atravesabaentonces una época de crisis, se pensó que la mejor solución era enviar un solosacerdote que, con el pretexto de visitar las misiones de la Nouvelle-France, desdeel río San Lorenzo a los grandes lagos y hasta el golfo de México, recogiese todala información posible, libre de sospechas y a un costo mucho más reducido. Cfr.J.F.Bannon, S.J., "Pierre Francois-Xavier de Charlevoix, S.J.", in J.G. Shea (ed.),Hlatory and General Deacrlption of New France, I (Chicago, 1962), 11.

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Québec el 22 de Septiembre del mismo año. Casi un año después,se adentraba en IlIinois, bordeaba el lago Michigan y, viajando haciael Sur, se adentraba en Louisiana, llegando a New Orleans el1 Odeenero de 1722. Sus observaciones y notas, la mayor parte en formade cartas, a la señora Duquesa de Lesdiguiéres, forman el denomi­nado Diario de un Viaje (1720-1722), que él mismo incorporó altomo 111 de la Histoire de la Nouvelle France (1744).

Durante el largo viaje de regreso a Francia,·· problemas desalud le obligarían a embarcarse en Biloxi a bordo de la Bellona el30 de Junio de 1722-·, se detuvo brevemente en La Habana (23 deJulio), tan sólo para abastecerse de agua y provisiones. Con esemotivo y como él mismo relata, visitó al Capitán General GregorioGuazo Calderón (1718-1724), y luego saludó al P. José de CastroCid, S.J., Rector del Colegio San José. Aunque en los puertosespañoles no se permitía la estadía de naves procedentes deLouisiana, al día siguiente probaron suerte en el de Matanzas, conel mismo resultado que en el anterior. Enderezó luego la nave surumbo hasta encontrarse frente a las costas de La Florida (27-29Julio), y después de bordear las Bahamas, avistaron la costa nortede Haití y, en la tarde del11! de Septiembre, atracaban en el muellede Cap F r a n ~ o i s .

Después de una corta visita a sus compañeros misioneros deSaint·Domingue (1·21 septiembre 1722), regresó a Francia el24 dediciembre de 1722, siendo enseguida destinado a la redacción delprestigioso Journal de Trévoux, revista literaria y científica de losjesuitas franceses, fundada en 1701 por Jacques Philippe Lallemanty Michel Le Tellier.3

3. El Journal de Trévoux (1701-1762), establecido por primera vez en Trévoux (Ain),se debió al patrocinio de Louis-Auguste de Bourbon, Duque de Maine (1670-1736),hijo natural de Louis XIV. Aunque se inició como una especie de revista bibliográficay de crítica literaria, se convertiría en la respuesta jesuita a los filósofos de lailustración, aunque pudo ser el único "puente" entre unos y otros. Cfr. A. Desautels,les Mémolrea de Trévoux et le mouvement des Idées au XVlle slacle (Roma,1956), vi-xvi; W. V. Bangert, Historia de la Compañía de Jesús, trad esp.(Santander, 1981), 370-373.

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Por razones no bien explicadas, a los dos años interrumpe sutrabajo y viaja a Roma, en donde permanecería tres años (1725­1728), aprovechando la oportunidad para consultar archivos y bi­bliotecas, además de preparar una traducción al italiano de subiografía de Sor Marie de l'lncamation (1724). A su regreso a Parisen 1728, los ya mencionados a p u ~ t e s de viaje, y la amplia docu­mentación recogida de los archivos de la Marina Francesa, lesuministrarían los materiales básicos para embarcarse en la redac­ción de los seis volúmenes de su importante Histoire et Descriptionde la Nouvelle-France y el Journal Historique, ambos editados enParis en 1744.

Con las notas suministradas por el P. Jean-Baptiste Le Pers enHaití, --probablemente a propósito de la visita de Charlevoix a CapFranyois--, publicaría los dos volúmenes de la conocida Histoire del'lsle Espagnole (1731), su tercera obra, todavía de consulta obli­gada para los historiadores del Caribe. Le Pers, que no logró verpublicado su trabajo en vida, se quejaría de las alteraciones queCharlevoix había hecho a su manuscrito.4 No sabemos si siguieroncarteándose los dos jesuitas, pero aún se conserva un Mémoirepour répondre au P. Le Pers, que sería la respuesta a lasdiecinueve cartas enviadas por éste durante un período de cuatroaños (1727-1731).5

En 1742 fue designado Procurador de Misiones de la Nouvelle­France y Louisiana, encargándose además de las Ursulinas deLouisiana. Como es fácil de entender, esa actividad podría ser hastauna distracción para un escritor, pero las preocupaciones que traeconsigo también podrían entorpecer su labor. Así lo expresa en una

4. Parte de las imprecisiones y errores cometidos por Charlevoix están contenidos en"Avertissement de l'Editeur", que añadió Le Pers a su manuscrito completo. Cfr."Histoire civile, morale et naturelle de l'lsle de SI. Domingue", BAGN IX:46-47(Mayo-Agosto 1946),108-121.

5. Según Sommervogel, las diecinueve cartas de Le Pers y la respuesta de Charlevoixse conservan en la Biblioteca de J'Ecole Ste. Genevieve (París), n. 120. Cfr. op. elt.(1891), 1075-1078.

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de sus cartas: "Ordinariamente, este trabajo de procurador deberíaser una suave y necesaria distracci6n en mi labor literaria. Pero lasituaci6n se vuelve angustiosa cuando tenemos una deuda de40,000 francos, y hay que pensar antes de gastar cinco centimos enlo estrictamente necesario, que nuestros ingresos ordinarios apenascubren."6

A pesar de su nueva carga de trabajo, encontr6 tiempo parahacer una reedici6n de la Historia del Japón (1754), y escribir unalarga Historia del Paraguay (1756), que aún conserva su utilidad.Se completaba asíprácticamente la Historia del Nuevo Mundo queél mismo había diseñado y anunciado en las páginas del prestigiosoJournal de Trévoux en 1735.

A su muerte, el1 Q de febrero de 1761 en el Colegio de la Fleche,fue reconocido como "el único e incontestable historiador del NuevoMundo". Rochemonteix le llamaría el "Herodoto de las misiones dela Compañía de Jesús", y otro escritor viajero como Franyois-Renéde Chateaubriand (1768-1848), no ocultaría que se inspir6 en susescritos.

Obras del P. Charlevoix:

Histoire de I'etablissement, des progres et de la décadence duChristianisme dans I'empire du Japon, 3 vols. (Rouen, 1715).

La Vie de la Mere Marie de l'lncarnation, Institutrice et premiereSupérieure des Ursulines de la Nouvelle-France (Paris,1724).

Histoire de l'lsle Espagnole ou de Saint-Domingue, 2 vols. (Paris,1730-1731); 2" ed. (Amsterdam, 1733); trad esp. Historia de laIsla Española o de Santo Domingo, 2 vols. (Santo Domingo:Sociedad Dominicana de Bibli6filos, 1977).

"Projet d'un Corps d'Histoires du Nouveau Monde par le Pere deCharlevoix de la Compagnie de Jésus", Mémoires de Trévoux,1(1735),160-171.

6. Carta de Charlevoix al Cardenal André-Hercule de Fleury (1653-1743), ministro deLouis XV (Paris, 24 Julio 1742). Cfr. Archives du Ministere des Affaires Etrangeres.Mémolrea el Documenta. Amérlque, 8, ff. 234v-235v; cito O'Neill (ed), op. cit.,xxi-xxii.

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Histoire et Description de Japon (Paris, 1736).

Histoire et Description de la Nouvelle-France avec le JournalHistorique d'un voyage fait par ordre du Roi dans l'Améri­que Septentrionale, 6 vols. (Paris, 1744); trad ingl. John G.Shea (ed.). History and Description of New France, 6 vols.(Chicago, 1962).

Histoire du Paraguay, 3 vols. (Paris, 1756).

Kellogg, louise P., (ed.). Journal of a Voyage to North America,2 vols. (Chicago, 1923).

Bibliografía:

Berthiaume, Pierre. "le tremblement de terre de 1663: les convul­sions du verbe ou la mystification du logos chez Charlevoix",Revue d'histoire de l'Amérique franc;aise, 36 (1982-1983),375-387.

Bideaux, Miche!. "Charlevoix et I'historiographie littéraire de la Nou­velle-France", in Canada ieri e oggi, I (Fasano, 1986),83-101.

Campeau, lucien. Les commencements du College de Québec.1626-1670 (Montréal, 1972).

Clere, Jules. Histoire de I'école de la Fleche (la Fleche, 1853),159-160.

Desautels, Alfred. Les "Mémoires de Trévoux" et le mouvementdes idées au XVllle siecle. 1701-1734 (Roma: IHSI, 1956).

Dumas, Gustave. Histoire du Journal de Trévoux. Mémoires pourservir a I'histoire des sciences et des arts (Paris, 1936).

Dupond-Ferrier, Gustave. Du College de Clermont au LycéeLouis-Ie-Grand. 1563-1920, 111 (Paris, 1925), 83-98.

Margry, Pierre (ed.). Mémoires et Documents pour servir a I'his­toire des origines franc;aises des pays d'outre-mer, VI(Paris, 1888).

Nouvelle Biographie Générale, IX (Paris, 1855), 939.

Q'Neill, Charles E. (ed.). Charlevoix's Louisiana: Selections fromthe "History" and the "Journal" (Baton Rouge, 1977).

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LA VISITA DEL P. CHARLEVOIX A LA ISLA DE SANTO DOMINGO

Pierron, Alexis. Voltaire et ses maitres (París, 1866).

Pouliot, Léon. Charlevoix (1682-1761). Textes Choisis (Otawa,1959).

Rochemonteix, Camille de. Les Jésuites et la Nouvelle France auXVlle Siecle, 3 vols. (Paris, 1895-1896).

Schitz, Raymond. "Voltaire et Louis le Grand", in Louis le Grand.1563-1963 (Paris, 1963),83-98.

Sommerville, J.M., "Voltaire and the Society", Woodstock Letters,79 (1950), 35-54.

Sommervogel, C. Bibliotheque de la Compagnie de Jésus, 11(Bruxelles, 1891), 1075-1078.

Documento

Del Diario de Viajes del P. Pierre Fran90is de Charlevoix(Rouen, 5 Enero 1723)

Saliendo del golfo de La Florida, la ruta directa hacia SantoDomingo debería ser hacia el Sureste, pero los vientos que soplancasi constantemente del Este, impiden gobemar la nave con eltimón. Es preciso subir hasta las Bermudas, como cosa más con­veniente, para estar seguro de la longitud. Por esta razón, los barcosse ven obligados a veces a dirigirse al Norte hasta el banco de arenade Terranova, y asegurarse así de moverse hacia el Este para evitaresas rocas que están al Norte de Santo Domingo.

Este gran rodeo, sin embargo, no se hace siempre para ir delgolfo de México a esta isla. Cuando se descubrió el Nuevo Mundo,después de costear la parte norte de Cuba hasta la punta Itaque (Le.Maisí), su extremo Este, a unas catorce millas de Matanzas, en·filaron a la derecha, dejando a la izquierda las Lucayas, de las cualesBahama es la principal. Esto es lo que llaman el viejo estrecho deBahama, donde hay profundidad para barcos grandes, pero está tanplagada de rocas y bajíos, que hoy sólo se usa para pequeñasembarcaciones.

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Una vez alcanzados los 30.5 grados de latitud, nuestros pilotosavanzaron lo más posible al Este para girar luego hacia el Sur, sintemor de caer en uno de esos bajíos que mencioné. Por tanto,enfilamos resueltamente al Sur, y en pocos días, logramos navegarsuavemente en un mar tranquilo, empujados por el viento. El 27 deagosto, el centinela gritó desde el palo mayor "Tierra", y todo elmundo se alegró, aunque no duró mucho la alegría, porque cuandobajó y le preguntaron si era tierra alta, respondió que era muy bajita.Por tanto, no podía ser otra que una de las Islas Caicos o Turcas.

Tuvimos suerte de ver las islas durante el día, porque sihuviésemos topado con ellas de noche, sin duda que hubiéramossufrido un accidente, y muchos se hubieran perdido. Porque estasislas no tienen bancos de arena, y la mayor parte están rodeadasde arrecifes que salen de la costa hacia afuera, y entre ellos haycomo pequeños canales sin profundidad suficiente ni para unachalupa. Además, son tan bajas que no se ven de noche, hasta queuno no está prácticamente encima de ellas.

Sin embargo, haber descubierto a tiempo el peligro, no nossalvo de él. La tierra que teníamos enfrente era una bella isla, quesupusimos tenía que ser Grand Caicos, y por tanto debíamos estara cuarenta o cincuenta leguas demasiado al Oeste.

Cap Franyois, en la Isla de Santo Domingo, es el puerto francésde mayor movimiento comercial de América. En realidad, no es másque una bahía de menos de una milla de largo, cuya entrada es muyancha, pero al estar llena de arrecifes, las embarcaciones no puedenpenetrar, a no ser con extrema precaución. Para llegar al puerto,debe uno mantener su derecha, a lo largo de un punto en que asomauna atalaya con un cañón. Es costumbre, sin embargo, que antesde atravesar ese estrecho pasadizo, donde no caben dos barcos,se consiga un piloto de la fortaleza. Para que uno no se lleve delafán de ahorrar un doblón por concepto de impuesto, a riesgo deperder el barco, se recomienda pagar esa cantidad, incluso si unoinsiste en pasar sin su ayuda.

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LA VISITA DEL P. CHARLEVOIX A LA ISLA DE SANTO DOMINGO

La ciudad está asentada al Sur de la bahía, en la parte derecha.No es muy grande, porque casi todos los mercaderes, comerciantes,soldados o dueños de pensiones, viven en la parte llana tanto comose lo permitan los oficiales, al ejercicio de la justicia los magistrados,y al comercio los que se ocupan en él; es decir, casi todos los quese tienen por personas de cierta importancia. Por eso, si uno quieregozar de compañía de gente de prestigio, es preciso ir al campo. Ynada es más agradable que el llano, y los valles entre montañas quelo rodean.

Las casas no son lujosas, pero sí decentes y cómodas, y loscaminos son rectos, de buena anchura, bordeados de cítricos, y aveces, sembrados de árboles enormes, interrumpidos cada ciertoespacio con arroyos de agua clara y fresca. Todas las fincasaparentan estar bien cuidadas, y las casas de vacación son muybonitas. Por todas partes se respira una atmósfera de paz queproduce una enorme sensación de placer.

El valle es el extremo noroeste de la famosa Vega Real, de quetanto hablan las historias españolas de Santo Domingo, y se diceque tiene ochenta millas de largo, y según Bartolomé de las Casas,Obispo de Chiapas, está regado por 25,000 ríos. Parece que a losespañoles no les cuesta nada echar números, porque la mayor partede esos ríos, no son más que arrollitos, aunque la cantidad de elloses tan increíble, que convertirían este valle en más agradable ydelicioso que el valle de Tempe, que tanto alababan los griegos, sino estuviese en la zona tórrida. Hay incluso lugares donde el airees sano y el calor soportable, como sucede en donde ha sidoedificada la ciudad de Santiago de los Caballeros, y lo mismo sepuede decir de los valles entre las montañas, que rodean la parteSur del Cabo. Estos valles han empezado a poblarse, y prontotendrán tanta gente como el mismo valle, sobre todo, teniendo eticuenta que no hay apenas enfermos allí, y que los que vienen deotros lugares, habiendo fracasado otros remedios, pronto se sanan.

Estuve en todas las haciendas cercanas a la ciudad, peroapenas tuve tiempo ni tranquilidad para anotar mis impresiones.Además, durante el día hacfa mucho calor, y después de la puesta

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del sol, los mosquitos y otros insectos no me dejaban caminar muylejos. Estos insectos atacan, sobre todo, a los recién llegados, quetienen una piel más frágil y sangre más fresca. Me dicen, sinembargo, que en la parte española de la isla se han librado de eseinconveniente. En recompensa no tenemos serpientes venenosas,mientras los otros tienen una buena cantidad de ellas. También mehan dicho que todos los vegetales, excepto la lechuga, debenrenovarse todos los años con semilla traída de Europa.

Lo más curioso de cuanto he visto aquí son los trapiches omolinos de azúcar, pero no voy a hablar de eso, ya que el PadreLabat ha tratado el tema mucho mejor de lo que yo pudiera hacerlo.Además del azúcar, la riqueza mayor de esta colonia es el índigo,que el mismo autor ha estudiado con tanta autoridad. Esta plantatiene un enemigo declarado, que le hace mucho mal, tanto comohace la cizaña al maíz entre nosotros. Es una hierba llamada MalNommée, y creciendo en el suelo produce una semilla que seextiende por todas partes. Crece en un manojo, y por su volumen yproductividad, ahoga al índigo de tal manera que lo mata, de talmodo que si se introduce en un sembrado, se puede dar por perdido.

Las costas de Santo Domingo no abundan en peces, pero enalta mar, se encuentra toda clase de ellos. Viniendo de Louisiana,pescamos cantidad de espátulas o bonetas, sobre las que nuestrospescadores dicen haber descubierto algo especial. Dicen quecuando se captura este pescado antes de la luna llena, su carne esconsistente y de gusto exquisito, pero si se pesca en cuarto men­guante, es sosa, sin consistencia, y parece sangre cuajada entretrapos. Y todo eso es verdad, porque yo he catado una y otravariedad en las dos fases de la luna. Pero que ésto suceda siempre,y que la luna sea la única causante, es cosa que no me atrevo aafirmar.

Abandonamos Cap Franyois en un buque mercante con ma­trícula de Le Havre, llamado "Louis de Bourbon", capitaneado poruno de los marinos más capaces que he conocido. Pero, apenas enalta mar, nos dimos cuenta de que hacía aguas en dos lugares, asíque durante toda la travesía, que duró noventa y dos días, tuvieron

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que bombear mañana y tarde. Para colmo, las provisiones eranescasas, a pesar de haberse cargado suficientes, por no haberseadministrado bien durante el primer mes. Todo ésto hizo que nuestrocapitán estuviese varias veces a punto de detenerse en las Azores.

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Estudios SocialesAño XXVII, Número 95Enero-Marzo, 1994

INDICE DE AUTORES Y MATERIASDEL VOL. XXVI, NUMERaS 91-94 DE 1993

Andrés Benítez, sj."

l. INDICE DE AUTORES

A. ARTICULOS

1. Alemán, José Luis.- La integración de los sectores populares en el orden de­mocrático. 93 (Jul.-Sep.) p. 7-25

2. Baud, Michiel.- Una frontera -refugio: dominicanos y haitianos contra e/ Estado(1870-1930).92 (Abr.-Jun) p.39-64.

3. ----o Una frontera para cruzar: la sociedad rural a través dela frontera domínico-hai­tiana (1870-1930). 94 Oct.-Dic. p.5-28.

4. Derby, Robin L.H..; Turits, Richard.- Historias de terror y los terrores de la historia:la masacre haitiana de 1937 en la República Dominicana. 92 (Abr.-Jun) p.65-76.

5. Inoa, Orlando.- El arroz como ejemplo de producción campesina para el mercadointerno en la era de Trujillo. 92 (Abr.-Jun.) p.21-38.

6. Lasaga, Ignacio.- La eticidad del pobre. 91 (Ene.-Mar.) p.61-76.

7. Maríñez, Pablo A.- Democracia y descolonización en el Caribe. 92 (Abr.-Jun.)p.5-20

8. o. El proceso democrático en República Dominicana: Algunos rasgos fundamen-tales. 93 (Jul.-Sep.) p. 27-39.

9. Maza, Manuel.- Desiderio Mesnier (1852-1913): un sacerdote y patriota cubanopara todos los tiempos. 92 (Abr.-Jun.) p.77-92.

Bibliotecario de/Instituto Politécnico Loyola.

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10. Mejía, Marco Raúl.- Fisuras en la razón ilustrada. 91 (Ene.- Mar.) p.5-20.

11. . Educación popular: una fuerza creativa desde los sectores populares. 93(Jul.-Sep.) p.S1-82.

12. Mejía, Manuel. Ver: Morel, Edmundo; Mejía, Manuel.

13. Morel, Edmundo; Mejía, Manuel,· Los impactos de los desalojos. La constitución oreconstitución de las identidades. 94 (Oct.-Dic.) p.45-74

14. Mueses de Malina, Carolina.- Educación popular en salud y nutrición: Revisión deliteratura. 93 (Jul.Sep) p.83-108

15. Redacción.- Pensar lo politico, reinventar la política. 91 (Ene.-Mar) p.1-4

16. --•••. Cruzando fronteras. 92 (Abr.-Jun.) p. t-4

17. o. La democracia, materia pendiente. 93 (Jul.-Sep.) p.1-6

18. -.---. Siempre la vida... 94 (Oct.-Die) p.1-4

19. Sáez, José Luis.· Notas para una teoría ortegiana de la comunicación. 91 (Ene.­Mar) p.n-8s.

20. Santuc Laborde, Vicente.- La nueva Sociedad Mundial: Antecedentes, naturaleza,consecuencias, perspectivas. 91 (Ene.Mar.) p.21-80.

Turits, Richard. Ver: Derby, Robin L. H.; Turits, Richard.

21. Vega, Bernardo.- Etnicidad y el futuro de las relaciones dominico-haitianas. 94(Oct.-Dic.), p.29-43.

22. Villamán P., Marcos.- Religión y pobreza: Una aproximación a los NuevosMovimientos Religiosos. 94 (Oct.-Dic.) p.7S-9S.

23. Yunén, Rafael Emilio.- André Corten y la debilidad del Estado. 93 (Jul.-Sep.) p.41-80.

S.DOCUMENTOS

24. Benítez, Andrés.- Indice de autores y materias del Vol. XXVI, Números 91-94de 1993. 9S (Ene.-Mar.) p.

25. Zaglul, Jesús M.. -Estudios Sociales: 25 años de reflexión y análisis. 92 (Abr.­Jun.) p.93-99.

11. INDICE ANALlTICO DE MATERIAS

Antidominicanismo haitiano, 21

Antihaitianismo dominicano, 3, 4, 21

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INDICE DE AUTORES Y MATERIAS VOL. XVI

Arias, Desiderio, jefe del contrabando fronterizo, 2

Arroz, en la era de TNjillo, 5

Autogestión: participación comunitaria, 11

Autoritarismo polftico dominicano, 8

Comunicación humana, 19

Condiciones socio-religiosas en Latinoamérica, 22

Constitución Sandinista, 6

Democracia: tipos de sociedades,

Democracia en El Caribe, 7

Derecho abstracto de Hegel, 6

Desalojos y remodelación urbana, 13

Desarrollo humano, 11

Descartes y su Método, 10

Descolonización en El Caribe, 7

Dictadura con respaldo popular, de Juan Bosch, 8

Economla dominicana a la muerte de Heureaux, 2

-cambios económicos: 1880-1980, 21

Educación: factor de desarrollo humano, 11

Educación Popular, 11, 14

-en Salud y Nutrición, 14

-experiencias en áreas de Salud y Nutrición, 14

-y creatividad, 11

Estado (El) débil de André Corten: Análisis, 23

Estudios Sociales: 25 anos, 25

Eticidad hegeliana, 6

Filosofla del derecho de Hegel y praxis polftica, 6

Filosofla polftica, 9,20

Fisuras en la razón ilustrada, 10

Haitr,

Hegel,

2,3,7,21

6, 10

Identidad latinoamericana, 9

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Identidad dominicana y antihaitianismo, 4

Inestabilidad institucional dominicana, 8

Iniciativa de la Cuenca del Caribe, 7

Integración en el orden democrático, 1

Intervención de EE.UU. en El Caribe, 7

-en R.O., 2,3

Lucha por la soberanla nacional, 8

Masacre haitiana de 1937, 4

Mesnier, Desiderio, Preblstero cubano, 9

Metodologla de la educación popular, 14

Modernidad: qué es? 20

-modernidad latinoamericana, 22

-y post-modernidad, 1, 9, 10, 20

-crisis de la modernidad 10, 22

"Moderno", según Well, 20

M ~ r a l i d a d , según Hegel, 6

Movimientos religiosos en Latinoamérica, 22

I Mulatización de los dominicanos, 21

Nueva sociedad mundial, 20

Ocupación militar de Panama, 7

Olivorio Mateo, 2

Orden democratico y los sectores populares, 1

Ortega y Gasset y comunicación humana, 19

Paises del Caribe bajo dominación colonial, 7

Pobre, eticidad según Hegel, 6

Puerto Rico, Estado Libre Asociado, 7

Racionalidad y modernidad, 9

Razón ilustrada, 9

Reflexión polftica, 9,20

Región fronteriza a fines del siglo XIX, 2, 3

-Situación económica, 3

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INOICE DE AUTORES Y MATERIAS VOL. XVI

-Situación polltica, 2

Relaciones domInico-haitianas, 2, 21

Religión y pobreza, 22

R.O. de Importador a exportador de arroz, 5

Revolución Cubana, 7

Soberanla estatal, según Hegel, 6

Soberanla nacional y lucha por la democracia, 8

Sociedad civil, polltica y comunitaria, 1

Tecnologla, base de la eficacia, 20

Teorla de la comunicación humana, según Ortega, 19

Trujillo, Rafael L., 4, 5, 8, 21

"Yo y mi circunstancia", Ortega, 19

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