Intelectuales y El Reformismo Liberal- Zimmermann

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Desarrollo Econmico, v. 31, N 124 (enero-marzo 1992)

COMUNICACIONES

LOS INTELECTUALES, LAS CIENCIAS SOCIALES Y EL REFORMISMO LIBERAL: ARGENTINA, 1890-1916*EDUARDO A. ZIMMERMANN**

Hacia fines del siglo XIX las consecuencias sociales del proceso de modernizacin y expansin econmica que experiment el pas tuvieron un fuerte impacto sobre los crculos polticos e intelectuales argentinos. La "cuestin social" abarcaba un nmero de problemas resultantes de la conjuncin de las altas tasas de inmigracin y urbanizacin y el desarrollo de la industria moderna en la Argentina de fin de siglo: problemas en reas como vivienda, salud pblica y criminalidad urbana fueron acompaados por el surgimiento de las primeras organizaciones obreras y las consecuentes muestras de un incipiente conflicto social. Esta "cuestin social" fue interpretada no slo como un conjunto de problemas objetivos y cuantificables en estadsticas sociales y econmicas, sino como un desafo intelectual de gran importancia: era un elemento clave en las transformaciones polticas e ideolgicas que ocurrieron en la Argentina durante la primera dcada de este siglo. Ideas establecidas sobre la evolucin de las instituciones polticas y sociales argentinas, y sobre las relaciones entre el Estado y la sociedad fueron debatidas por una generacin de polticos e intelectuales guiados por un nuevo espritu de reforma, que Jos Luis Romero llamara "el espritu del Centenario"1. Esta generacin constituy una corriente reformista liberal que convivi con otras vertientes reformistas -por ejemplo, la catlica, o la socialista, responsables en gran medida de dichas transformaciones2. Esta corriente puede caracterizarse a travs de la identificacin de ciertos rasgos distintivos: 1) en cuanto a su base social puede identificrselos como profesionales (principalmente abogados y mdicos), con fuerte vocacin por la vida intelectual y vinculaciones o activa participacin en el mundo acadmico; 2) ideolgicamente fueron liberales de firmes convicciones progresistas, frecuentemente* Una versin preliminar ("Intellectuals, Universities and Social Reform: Argentina, 18901916") ser publicada en Jeremy ADELMAN (compilador): Essays in Argentina Labour History, 1870-1930 (Londres:St. Antony's/MacMillan). ** Universidad de San Andrs, Buenos Aires. 1 Jos Luis ROMERO: El desarrollo de las ideas en la sociedad argentina del siglo XX (Buenos Aires: Ediciones Solar, 1983), pp. 55-95. Ver tambin Hobart A. SPALDING Jr.: "Aspects of Change in Argentina, 1890-1914" (tesis doctoral, University of California, Berkeley, 1965). 2 Este artculo es parte de un estudio ms amplio, realizado como tesis doctoral, que analiza esta vinculacin del reformismo liberal argentino y la cuestin social. Ver Eduardo A. ZIMMERMANN: "Liberis, Reform and the Social Question: Argentina, 1890-1916" (D. Phil., Universidad de Oxford, 1991). Sobre el reformismo social catlico puede verse Nstor Tomas AUZA: Aciertos y fracasos sociales del catolicismo argentino (Buenos Aires: Editorial Docencia, 1987). Sobre la participacin de los socialistas, Richard J. WALTER: The Socialist Party of Argentina, 1890-1930 (Austin: The University of Texas Press, 1977), y Michael F. MULLANEY: "The Argentine Socialist Party, 18901930: Early Development and Internal Schisms" (Ph. D., Universidad de Essex, 1983).

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anticlericales; sus posturas frente a la solucin de la cuestin social se dirigieron a la bsqueda de un camino intermedio entre el laissez-faire ortodoxo y el socialismo de Estado; 3) sus posturas reformistas en lo social se basaron en el "legalismo", o la conviccin de que la poltica parlamentaria era el mbito propio para la bsqueda de las soluciones al conflicto social, en un "cientificismo" que acentuara la importancia de las ciencias sociales como guas de la poltica estatal en la materia, y por ltimo en un enfoque "internacionalista" que procuraba adaptar a las condiciones locales los numerosos precedentes extranjeros sobre el tema e insertar el reformismo argentino en las instituciones internacionales dedicadas al tema. Como veremos, la reforma social fue, adems, interpretada por estos grupos como una de las caras de un proceso de regeneracin ms amplio, que se extenda desde la moral pblica hasta los cambios institucionales que culminaran con la reforma electoral de 1912.

Reforma moral, reforma poltica y reforma socialUno de los factores que impulsaron el surgimiento de esta corriente reformista fue el legado de la crisis poltica y econmica de 1890. La corrupcin administrativa, la especulacin financiera, el fraude electoral, el materialismo y la exagerada opulencia en las costumbres sociales aparecieron entonces a los ojos de algunos como sntomas de una declinacin moral generalizada. En buena parte, el espritu reformista se centr en la necesidad de transformar las instituciones y hbitos polticos del pas y de introducir lo que se llamaba "una poltica de principios"3. Esta corriente qued eventualmente identificada con las reformas polticas producidas por la ley electoral de 19124. Otros pusieron ms acento en la necesidad de superar lo que observadores locales y extranjeros describieron como "el srdido materialismo" y el "insaciable mercantilismo" imperantes en la sociedad argentina5. Algunos perciban, especialmente en Buenos Aires, una declinacin de la vida familiar, una relajacin en las reglas morales, y una falta de sobriedad en las costumbres y hbitos sociales, que eran indicativos para estos observadores de un grave deterioro moral6. Desde la perspectiva catlica, esta crisis moral era una consecuencia directa del proceso de secularizacin desatado por el liberalismo. Slo la completa reorganizacin de la sociedad bajo la inspiracin cristiana solucionara tanto la crisis moral como el surgimiento de la cuestin social que afliga al pas7. Para Leopoldo Maupas, uno de los primeros profesores de sociologa en la Universidad de Buenos Aires, la preocupacin por la declinacin moral del pas era, por el3 La Revista Argentina de Ciencias Polticas (de aqu en adelante RACP] fue un claro exponente de esta lnea. Ver, como ejemplos, Alejandro N. PERALTA: "El pueblo quiere principios", RACP, vol. VI, 1913, pp. 133-149; R. WILMART: "Por qu no tenemos partidos polticos de principios", RACP, vol. VI, 1913, pp. 603-610; Jos N. MATIENZO: "Los deberes de la democracia", RACP, vol. V111, 1914, pp. 469-485. 4 Analizada en detalle por Natalio BOTANA: El orden conservador. La poltica argentina mire 1880 y 1916 (Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1977). 5 Cf. Theodore CHILD: The Spanish-American Republics (Londres: James R. Osgood, Mcllvaine & Co., 1892), pp. 341-42; "Contra la plutocracia". La Nacin, 5/11/1906, p. 7; despacho de Reginald Tower a Sir Edward Grey, 15/1/1912, F.O. 371/1295, Public Records Office, Londres. 4 Joaqun RUBIANES: "El retroceso moral de Buenos Aires", RACP, vol. IV, 1912, pp. 634652. 1 Esta interpretacin, nacida durante los conflictos entre liberales y catlicos de la dcada del ochenta, continu con fuerza en el nuevo siglo. Cf. Gustavo J. FRANCESCHI: "El gobierno de la calle". La Semana, 4/6/1909, pp. 5.6.

contrario, prueba de los xitos obtenidos: "hemos realizado ms o menos bien las aspiraciones sociales fundamentales de seguridad personal y bienestar econmico, y empezamos a suspirar por lo superfluo y ms elevado"8. En este contexto, la solucin de la cuestin social fue percibida como otra faceta del proceso de regeneracin moral y poltica que deba sanear al pas9. Intelectuales y polticos conectaron la cuestin social con este supuesto resquebrajamiento generalizado de la moral pblica: en 1909, tras el asesinato de Ramn L. Falcn, Estanislao Zeballos no dudaba en contar entre los orgenes de la cuestin social a "la desorganizacin social, poltica y administrativa en que vivimos desde hace treinta aos, en plena desmoralizacin irrespetuosa de toda disciplina". Si bien Zeballos anhelaba una "vida poltica orgnica, de partidos de principios", la solucin resida tambin en "tornar a esta sociedad la vieja disciplina que han relajado a designio y pacientemente corrumpuit et impera la licencia y el sensualismo de los ltimos treinta aos". Esto tomaba la forma de "este prurito ridculo de aristocracia que nos domina y nos lleva a establecer divisiones sociales intolerables", prejuicio alimentado por las autoridades que se entregaban a "gastos asombrosos, que no tienen ms objeto que exaltar la ya enfermiza vanidad de las llamadas gentes superiores"10. Tambin Jos Nicols Matienzo, el primer presidente del Departamento Nacional del Trabajo (DNT) creado en 1907, estableci puntos de contacto entre la reforma moral, social y poltica. En su anlisis del sistema poltico argentino de 1910, Matienzo culpaba al "sentimiento oligrquico" por el deterioro de la moral pblica ejemplificado por "las pensiones, los subsidios y otras-formas de ayudas pecuniarias con que se recargan los presupuestos". Esta misma causa explicaba "muchas omisiones de la legislacin, entre ellas las que afectan a los obreros..."11. Unos aos ms tarde, en un artculo publicado en 1915, Matienzo se explay sobre el papel que le caba a la "nueva generacin" surgida tras el Centenario. Esta generacin, deca Matienzo, concentrar sus bros en dos empresas principales. Ser una de ellas consolidar las instituciones republicanas sobre la base de la pureza y libertad del sufragio popular, realizando pacficamente una revolucin complementaria de la de 1852. Ser la otra asegurar el reinado de la justicia en la produccin y distribucin de la riqueza, a fin de evitar la explotacin del dbil por el fuerte, suavizando la lucha por la vida y dignificando la persona humana12.' Leopoldo Maupas, "El problema moral argentino", RACP, vol. V, 1912, pp. 643-654. Maupas fue profesor de sociologa en la Universidad de Buenos Aires. Sobre sus interpretaciones sociolgicas puede verse L. MAUPAS: "Realidad social y sociologa", Revista Jurdica y de Ciencias Sociales, vol. I.N 10-11-12,1910. 9 Hctor Recalde ha sostenido que la cuestin social fue el factor ms importante en las transformaciones polticas e ideolgicas que sobrevinieron hacia el Centenario. Cf. Higiene pblica y secularizacin (Buenos Aires: Centro Editor de Amrica Latina, 1989), p. 5. Sera necesario complementar el estudio de estos vnculos entre la actitud reformista en el plano de la moral, la poltica-institucional y la reforma social con el movimiento reformista universitario que culminara en los eventos de 1918. Creo que la vinculacin no surge muy claramente durante estos aos (y es en parte por esto que no he dedicado ms atencin al tema), siendo el surgimiento de esta faceta del reformismo cronolgicamente posterior a las otras. De todos modos, la importancia del tema justificara la ampliacin del perodo de estudio hasta 1920, por ejemplo, como una forma de incluir este proceso en el estudio de los cambios ideolgicos producidos por el reformismo. 10 Estanislao S. ZEBALLOS: "El asesinato del Jefe de Polica de Buenos Aires", Revista de Derecho, Historia y Letras, vol. 34,1909, pp. 599-608. 11 Jos N. MATIENZO: El gobierno representativo federal en la Repblica Argentina (Buenos Aires: Coni Hnos., 1910), p. 184. 12 Jos N. MATIENZO: "El gobierno de la opinin pblica", RACP, vol. X, 1915, p. 450. Una interpretacin parecida del papel de la nueva generacin en la regeneracin moral, poltica y

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Como hemos mencionado, esta generacin que impulsara la reforma moral, poltica y social del pas se identific fuertemente con los claustros acadmicos y la actividad intelectual.

El papel de los intelectualesHubo aqu un interesante paralelo con el surgimiento de tendencias reformistas entre los intelectuales norteamericanos de fin de siglo. Richard Hofstadter ha descripto esa "alienacin de los profesionales" que, por "un sentimiento de humillacin compartido y una oposicin comn contra la plutocracia" empuj a numerosos intelectuales norteamericanos hacia posiciones reformistas13. Exista adems un inters positivo de parte de estos intelectuales, en particular los asociados a centros universitarios, en la expansin del movimiento de reforma social. El desarrollo de nueva legislacin social y de las instituciones que deban tratar los nuevos problemas sociales haca necesario el tipo de conocimiento que economistas, socilogos y juristas podan proporcionar14En la Argentina se dieron actitudes muy similares. En un anlisis del socialismo argentino publicado en la Revista Argentina de Ciencias Polticas en 1914, los intelectuales aparecan como un grupo ntidamente diferenciado, encargado de llevar adelante la transformacin institucional del pas: La clase dirigente en la Repblica Argentina no es monopolista, es universitaria, es profesional, es pensadora, no tiene inters en hacer causa comn con nuestra relativa plutocracia del trust y del latifundio. Su espritu gubernativo debe dirigirse a difundir el bienestar en las clases trabajadoras porque ese es el nico medio de formar una nacin honesta15. Esta identificacin de la clase dirigente con el mundo universitario y la reforma social fue compartida por el reformista espaol Adolfo Posada, estrechamente vinculado al movimiento de reforma social en la Argentina, quien enfatiz este punto al destacar que a "personas, y an personajes, de significacin social conservadora, pero de mucha lectura y de aspiracin cientfica (...) no les asusta nada de lo que en todas partes se produce con el nombre de reforma social..."16. Una de las caractersticas de la corriente "acadmica" del reformismo fue la de orientar las incipientes ciencias sociales argentinas hacia el estudio de problemas prcticos. En 1905 Juan A. Alsina, una de las autoridades en materia de inmigracin y autor de uno de los primeros estudios sobre las condiciones de vida de los trabajadores en la Argentina, se diriga a quienes estudiaban "el Derecho y las Ciencias Sociales" solicitndoles dirigir "sus actuales abstracciones hacia la prctica, dedicndose a observar los fenmenos relacionados con el bienestar del pueblo"17. En trminos similares, Gregoriosocial del pas puede verse en Jos M. MONNER SANS: "La funcin social de nuestra generacin", Revista de Criminologa, Psiquiatra y Medicina Legal, II, 1915, pp. 292-305. 13 Richard HOFSTADTER: The Age of Reform (New York: Vintage Books, 1955), p. 149. 14 En palabras del propio HOFSTADTER, "la reforma trajo consigo el trust de los cerebros"; op. cit., p. 155. 15 Osvaldo SAAVEDRA: "Partidos y programas. El socialismo", RACP, vol. VIII. 1914, pp. 35-43. " Adolfo POSADA: La Repblica Argentina. Impresiones y comentarios (Madrid: Librera General de Victoriano Surez, 1912), p. 297. 17 Juan A. ALSINA: El obrero en la Repblica Argentina (Buenos Aires: Imprenta Calle de Mxico, 1905), p. x. Esta investigacin fue ordenada por el Ministerio de Agricultura en 1903. Cf. Archivo General de la Nacin: Archivo Julio A. Roca, legajo N 157, folio 101-102.

Aroz Alfaro, un precursor de la higiene y la medicina social argentina, insista una dcada ms tarde en la necesidad de que "la enseanza universitaria se oriente netamente del lado de las necesidades sociales", destacando los ejemplos de las enfermedades del trabajo, la organizacin de la asistencia social, y la higiene industrial, entre otros18. La cuestin social torn ms exigente que nunca la preocupacin por pasar, en palabras de Juan ngel Martnez, de la "divagacin especulativa al terreno de la ciencia experimental..."19. De este modo veremos que los acadmicos o intelectuales no se limitaron al estudio puramente cientfico de la cuestin social. Muchos interpretaron como parte de su deber el poner sus deas a la prctica a travs de la creacin y direccin de nuevas instituciones estatales dedicadas a distintas reas de la reforma social. As, Jos Mara Ramos Meja y Emilio Coni tuvieron activa participacin en la creacin y direccin de la Asistencia Pblica de Buenos Aires; Augusto Bunge y Jos Ingenieros dirigieron la Seccin de Higiene Industrial del Departamento Nacional de Higiene, y el Instituto de Criminologa de la Penitenciara Nacional, respectivamente. Vnculos similares surgieron en el tratamiento de la llamada "cuestin obrera", donde Jos N. Matienzo y Marco M. Avellaneda, ambos catedrticos universitarios con intereses en la reforma social, actuaron como los dos primeros presidentes del Departamento Nacional del Trabajo (DNT), promoviendo la incorporacin de graduados de la Facultad de Derecho a esta institucin20. Algunos casos en particular pueden lustrar el funcionamiento de este proceso de reclutamiento. Alejandro Ruzo y Alejandro Unsain obtuvieron sus doctorados en la Facultad en 1906; ambos ingresaron al DNT al ao siguiente. Ruzo escribi su tesis doctoral sobre legislacin laboral, argumentando en favor de la intervencin estatal en las relaciones industriales y por el abandono del "carcter marcadamente individualista" de la legislacin civil argentina21. Ruzo ingres como oficial del DNT tras su creacin, y en 1909 pas a ser secretario a cargo de la presidencia hasta la asuncin de Marco M. Avellaneda22. Unsain fue nombrado jefe de seccin en 1909, convirtindose en las dcadas siguientes en un especialista renombrado en la legislacin laboral del pas. Federico Figueroa escribi en 1906 un estudio sobre las huelgas en la Argentina y las posibles soluciones al problema. En su libro, Figueroa critic tanto la "indiferencia estatal" expresada en la doctrina del laissez-faire, como "el exagerado intervencionismo estatal", aunque concluyendo que ninguna solucin era posible sin "la intervencin conciliadora del Estado". Finalmente, recomendaba la creacin de una oficina del trabajo como un mecanismo adecuado para solucionar los conflictos laborales23. Ingres en 1909 al DNT, siendo nombrado inspector en 1912. Pablo Storni inici sus investigaciones sobre las relaciones laborales con un estudio escrito en 1904 sobre las condiciones laborales ofrecidas en las industrias de la ciudad de Buenos Aires. Este informe fue ordenado por el gobierno nacional como parte de las investigaciones que serviran de base al proyecto de cdigo laboral de Joaqun V. Gonzlez. El informe de Storni es una exhaustiva investigacin sobre la situacin de la industria en la Capital Federal, la fuerza de trabajo empleada,18 Gregorio ARAOZ ALFARO: "Orientacin social de los estudios universitarios". Revista de Filosofa, t. I,vol. 2, 1915,pp. 337-347. " Juan ngel MARTNEZ: "La ley del trabajo", Revista Nacional, vol. X X X V I I I , 1904, pp. 153-158. 20 Ver "Liberis, Reform and the Social Question", cap. 8, sobre la creacin y funcionamiento del DNT. 21 Alejandro RUZO: Legislacin obrera. Tesis presentada para optar al grado de Doctor en Jurisprudencia, 1906. (Biblioteca Nacional: Coleccin Candioti), pp. 25-26. Ver tambin su Poltica social (Buenos Aires: Talleres Grficos de L. J. Rosso y Ca., 1918). 22 Boletn del Departamento Nacional del Trabajo, N 11, 1909, p. 662. " Federico FIGUEROA: Las huelgas en la Repblica Argentina y el modo de combatirlas (Buenos Aires: Imprenta de J. Tragant, 1906).

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los salarios y las condiciones laborales2*. En 1909 Storni agreg una puesta al da sobre los desarrollos entre 1904 y 1909, y present el trabajo como su tesis doctoral en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires25. Ese mismo ao acompa a otros graduados de la Facultad ingresando al DNT, siendo nombrado jefe de seccin y luego, inspector26. Joaqun V. Gonzlez, ejemplific tal vez ms que nadie la vinculacin entre el mundo universitario y la reforma social. Su proyecto de cdigo laboral de 1904 se convirti en un referente permanente en todo debate sobre la cuestin social27. Gonzlez era un decidido partidario de la nueva concepcin "social" del liberalismo de fin de siglo. Sus modelos eran muchos, pero frecuentemente destacaba como ejemplos las reformas sociales desarrolladas en Australia y Nueva Zelandia, o el programa de legislacin social de Canalejas, "un ministro espaol liberal y netamente socialista", y las polticas de Theodore Roosevelt en los Estados Unidos: "All hemos visto... que no son incompatibles los ma's amplios programas liberales de los poderes pblicos con las mayores, las ms amplias aspiraciones de las masas populares"28. Gonzlez exhibi una constante preocupacin por elevar el debate al ms alto nivel, siempre al tanto de los ltimos desarrollos en las ciencias y polticas sociales del mundo occidental. Sus preocupaciones y esfuerzos encontraron una satisfactoria culminacin en la creacin de la Universidad Nacional de La Plata en 1905, de la cual fue el primer presidente. Algunos de los ms activos participantes en el movimiento reformista como Jos Nicols Matienzo, Ernesto Quesada o el socialista Enrique del Valle Iberlucea, entre otros, ensearon en la universidad, que se convirti en uno de los centros del reformismo social argentino. Prestigiosos acadmicos europeos pasaron por La Plata invitados a dar cursos: Guglielmo Perrero, el historiador italiano, y Enrico Ferri, uno de los lderes de la escuela positivista de criminologa, visitaron la universidad y recibieron sus doctorados honoris causa en 1907 y 1908 respectivamente29. De mayor trascendencia fue el programa de intercambio establecido por la Universidad de La Plata con la Universidad de Oviedo, un importante foco de la reforma social en Espaa. Hacia 1909, varios profesores de la Universidad de Oviedo haban expresado su intencin de establecer un programa de vnculos culturales con Hispanoamrica, programa que esperaban- reforzara la causa del hispanismo y la renovacin de la influencia espiritual de Espaa en Amrica30. Joaqun V. Gonzlez fue un entusiasta partidario de tal iniciativa, y en febrero de 1909 invit a Rafael Altamira, el renombrado

historiador de Oviedo, a dictar un curso de tres meses en La Plata31. A su vez, la visita de Altamira sirvi para organizar el viaje de otro profesor de Oviedo, Adolfo Posada, para el ao siguiente (ambos visitantes recibieron sus doctorados honoris causa en La Plata). Posada, que ense derecho en Oviedo y sociologa en la Universidad de Madrid, tuvo una importante participacin, junto a su colega de Oviedo, Adolfo Buylla, en los orgenes del Instituto de Reformas Sociales (IRS), una suerte de departamento del trabajo espaol creado en el rea del Ministerio del Interior en 190332. Su misin a la Argentina consisti en un curso de tres meses en la Universidad de La Plata sobre poltica y gobierno, aunque sus actividades pronto fueron encarriladas hacia el establecimiento de nuevos contactos en el campo de la reforma social. Posada conoca de cerca el trabajo de Gonzlez, Alfredo Palacios, Augusto Bunge y Marco Avellaneda, presidente del DNT. El boletn del IRS segua atentamente el progreso de la reforma social en Hispanoamrica a travs de la publicacin peridica de reportes y legislacin sancionada. El proyecto Gonzlez de 1904 fue detalladamente analizado y comentado tanto por el boletn del IRS como en libros y artculos de Adolfo Buylla y Adolfo Posada. Posada describi a Gonzlez como "uno de los representantes ms eminentes y decididos de la reforma social". Tras su paso por Buenos Aires, tanto Posada como Altamira quedaron convencidos de que la reforma social era uno de los campos ms promisorios para la cooperacin entre los dos pases: Altamira lleg a sugerir que el IRS estableciera filiales en todo Iberoamrica, mientras que Posada impuls la participacin argentina en los organismos internacionales dedicados a la promocin y coordinacin de la reforma social33. Adems del papel que jug la Universidad de La Plata como lugar de encuentro de reformadores con parecidas convicciones, la conexin entre las universidades y la reforma social tuvo otra importante manifestacin: la aparicin de cursos universitarios dedicados al estudio de distintas facetas de la cuestin social, principalmente en materias como sociologa y economa poltica, pero tambin en materia jurdica, donde los nuevos problemas sociales originaron importantes transformaciones tericas. Las prximas secciones examinan algunas de estas tendencias.

El reformismo en las ciencias sociales: sociologa y economaEl surgimiento de la sociologa como disciplina cientfica ocup un lugar de preponderancia en la conformacin intelectual del reformismo social. Interpretada como la31 Gonzlez ofreci cubrir todos los gastos de viaje y una remuneracin mensual de 600 pesos, "doble de lo que perciben por ctedra los profesores de las tres universidades argentinas". Rafael ALTAMIRA: Mi viaje a Amrica (Libro de Documentos!. (Madrid: Librera General de Victoriano Surez, 191 D.pp. 38-41.

14 El informe fue publicado en la Revista Jurdica y de Ciencias Sociales, tomo II, N 4-5-6, 1908. Extraamente, el informe de Storni sobre Buenos Aires no ha recibido la atencin que los historiadores han prestado al informe que Juan Bialet Mass elabor sobre la situacin de la clase obrera en el interior del pas, tambin a pedido del ministro Joaqun V. Gonzlez. " Pablo STORNI: La industria y la situacin de las clases obreras en la Capital de la Repblica. Tesis presentada para optar al grado de Doctor en Jurisprudencia, 1909 (Biblioteca Nacional: Coleccin Candioti). " Boletn del Departamento Nacional del Trabajo, 19,1911, p. 1057. " Para un anlisis ms detallado del proyecto, su discusin, y eventual abandono, cf. "Liberis, Reform and the Social Question", cap. 8. 18 "La cuestin social Argentina", Obras Completas de Joaqun V. Gonzlez, 25 vols. (Buenos Aires, 1935), vol. 13, pp. 445-477. Sobre Canalejas y el reformismo social espaol puede verse R. CARR: Spain 1808-1939 (Oxford: Oxford University Press, (1966), pp. 455-463; sobre las polticas laborales de T. Roosevelt vase George E. MOWRY: The Era of Theodore Roosevelt, pp. 134-142. " Obras Completas de Joaqun V. Gonzlez, vol. 15, pp. 99-108. M Fredrick B. PIKE: Hispanismo 1898-1936. Spanish Conservativas and Liberis and Their Relations with Spanish America (Notre Dame/London: University of Notre Dame Press, 1971), p. 152.

" Ver Adolfo BUYLLA, Adolfo POSADA y Luis MORTE: El Instituto del Trabajo. Datos para la historia de la reforma social en Espaa (Madrid, 1902) para un estudio de los diferentes intentos por crear un departamento del trabajo en Espaa, y para las opiniones de los autores sobre la nueva legislacin social. Sobre la constitucin del Instituto de Reformas Sociales, ver Boletn del Instituto de Reformas Sociales (Madrid), vol. 1,1904-5, pp. 2-9: Posada fue designado Jefe de Seccin Bibliografa y Legislacin; y Buylla, Jefe de Estadstica. Sobre el desarrollo de la legislacin obrera por el Instituto de Reformas Sociales espaol, ver Flix RUBIO LPEZ DE LA LLAVE: "Las juntas de reformas sociales y el reformismo social en la restauracin (1900-1924)", Revisa de la Facultad de Geografa e Historia (UNED, Madrid), N 1,1987, pp. 59-88. " PIKE, Hispanismo, pp. 155-59. Ya en 1900, varios profesores de Oviedo haban propuesto la creacin de una Oficina del Trabajo Iberoamericana como una forma de establecer un cuerpo comn de legislacin social y obrera "para proteger a los trabajadores" en Espaa e Hispanoamrica. Ver "Proposiciones que presentan al Congreso Hispanoamericano algunos catedrticos de la Universidad de Oviedo", firmado por Leopoldo Alas, Rafael Altamira, Adolfo Buylla, y Adolfo Posada, entre otros, en R. ALTAMIRA: Espaa en Amrica (Valencia: F. Sempere y Ca., 1909), pp. 359-66. Ver tambin el cap. 8 de "Liberis, Reform and the Social Question" para mayor detalle sobre las gestiones de Posada en Buenos Aires.

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ciencia general de la sociedad, era el instrumento ms idneo para guiar a los gobiernos en el diseo de polticas sociales exitosas. Desde esta perspectiva, seal un observador argentino, los enfoques de los conflictos sociales aportados por el individualismo y el socialismo carecan de un verdadero carcter cientfico por haber sido elaborados antes del pleno desarrollo de la sociologa3*. La necesaria participacin de la sociologa en la elaboracin de un programa de reforma social fue detallada por el socilogo norteamericano Lester Ward en 1883: Para que la legislacin progresista se convierta en un xito, toda legislatura debe antes convertirse, digamos, en una escuela politcnica, en un laboratorio de investigacin filosfica de las leyes de la sociedad y de la naturaleza humana (...) Ningn legislador est calificado para proponer o votar medidas destinadas a afectar los destinos de millones de unidades sociales si no domina todo lo conocido por la ciencia de la sociedad36. La obra de Ward fue traducida por Adolfo Posada y recibi entusiastas comentarios en la Argentina en los Archivos de Psiquiatra y Criminologa, donde se destacaba el carcter reformista del enfoque, que coincida con el reflejado por el propio Posada en sus Principios de sociologa x. En la Argentina, la nueva ciencia fue consecuentemente proclamada como la clave para el entendimiento y la direccin racional del desarrollo social. En 1913, J. A. Ferreyra elev a los socilogos al rango de filsofos-reyes, proclamando que el aprovechamiento integral de las energas humanas slo es dable a los dominadores de la especie: los socilogos tericos y prcticos. El fsico, el qumico, el mecnico, dominan las cosas y fuerzas naturales precisamente porque son superiores a ellas. El gobierno de los animales es por eso ms fcil que el gobierno de los hombres. Por ltimo, slo las grandes naturalezas pueden utilizar las fuerzas sociales tales como son, y llevarlas hacia lo que deben ser 37 Para Ferreyra slo la sociologa producira eventualmente fas bases cientficas de una moral, superando as las pretensiones de las ciencias biolgicas, segn escribi en 1916:Csar IGLESIAS PAZ: 1 problema social (Bs. As.: A. Moen, 1907), p. 122. 35 Lester WARD: Dynamic Sociology (1883), citado en Sidney FINE: Laissez Faire and the General-Welfare State. A Stody of Conflict in American Thought. 1865-1901 (Ann Arbor: The University of Michigan Press, 1956), p. 258. Ward fue una prominente figura dentro de la reaccin en las ciencias sociales norteamericanas contra la corriente spenceriana de laissez faire liderada por William G. SUMNER. Ver tambin, Henry Steele COMMAGER: The American Mind. An Interpretaron of American Thought and Character Since the 1880's. (New Haven: Vale University Press, 1950), pp.199226. Para un anlisis de similares desarrollos intelectuales en Inglaterra, ver Reba N. SOFFER: "The Revolution in English Social Thought, 1880-1914", AHf, vol. 75. 1969-70, pp. 1938-64; y Stefan COLLINI: Liberalism and Sociology. L. T. Hobouse and Political Argument in England 1880-1914 (Cambridge: Cambridge University Press, 1979). M Archivos de Psquiatria y Criminologa, 1907, pp. 253-54; ibd., 1909, pp. 247-48. Posada retornara a Ward como fuente de inspiracin en su artculo "La dea moderna del Estado", RACP, vol. I, 1910, pp. 64-75, donde interpretaba al Estado como expresin e instrumento de la solidaridad social. Posada tambin contribuy a los orgenes del reformismo social argentino en forma indirecta, como traductor. Adems de la obra de Ward, Posada tradujo a Antn MENGER: El derecho al producto ntegro del trabajo, y a Woodrow WILSON: El Estado, ambos publicados en Buenos Aires. " J. Alfredo FERREYRA: "Etica sociolgica", Revista de Ciencias Econmicas, N 4, 1913, pp.,201-207.34

La sociologa llegar a constituirse en ciencia tan positiva como la qumica, de ms alta jerarqua y de ms alto inters para el hombre, puesto que estudia al hombre colectivo esttico y dinmico. Slo ella podr fundamentar definitivamente una moral cientfica. La biologa sola ser impotente, y menos la qumica, por ms que ambas ofrezcan bases slidas, ms o menos prximas o remotas38. No falt quien viera con alarma el crecimiento de "cierta crtica sociolgica" que condenaba por su falta de rigor cientfico el proceso de toma de decisiones propio de las instituciones democrticas: "Quiz fuera ms eficaz la labor legislativa si se la confiara a socilogos en lugar de polticos, si fueran hechas las leyes por cuerpos cientficos en vez de cuerpos electivos. Pero no debemos olvidar que si hombres de ciencia podran decretar mejores leyes, careceran de autoridad para imponerlas al pueblo"39. De todos modos, la expansin de la sociologa acadmica y de la literatura especializada pronto establecieron definitivamente la nueva disciplina. Tras un fallido intento por establecer un curso permanente en 1898, la primera ctedra de sociologa fue inaugurada en 1904 con el nombramiento de Ernesto Quesada en la Facultad de Filosofa de la Universidad de Buenos Aires. En 1905 Quesada inaugur su curso defendiendo las credenciales cientficas de la sociologa, que haban sido puestas en duda por el decano saliente de la Facultad, Miguel Ca40. Dos puntos fueron recalcados una y otra vez por quienes elaboraron los principios de estas incipientes ciencias sociales argentinas. Primero, las ciencias sociales deban tener un carcter nacional, esto es, sus proposiciones no eran universales sino limitadas a y dependientes de las caractersticas propias de cada nacin. Marco M. Avellaneda destac en 1901 la necesidad de estudiar los nuevos problemas sociales "de acuerdo a nuestras modalidades y co'n un criterio y un espritu genuinamente argentinos", principio que muchos repetiran en aos siguientes41 Segundo, la solucin de la cuestin social resida en un moderado programa de reformas elaborado a la luz de la moderna ciencia social, que implicaba el abandono tanto del laissez-faire ortodoxo como del socialismo de Estado. Ernesto Quesada en su primer curso de sociologa declar con optimismo: "la solucin de la cuestin social depende de la orientacin sociolgica y de las leyes que la nueva ciencia pueda formular..."42. Y sobre el contenido de esas leyes, critic en su curso el individualismo spenceriano por impedir "toda perspectiva general de mejora, desde que la circunscribe a la38 J. Alfredo FERREYRA: "Una tica qumica". Revista de Filosofa. 1916, pp. 178-185. Esta era probablemente una respuesta directa a Augusto BUNGE: "Los fundamentos biolgicos de la moral" Revista de Filosofa, 1915, pp. 69-83, donde se sostena que sera posible construir cientficamente una tica humana una vez que el conocimiento de la biologa y las ciencias naturales hubiera alcanzado cierto desarrollo. Ver tambin sobre este tema, Ral ORGAZ: "Moral y sociologa", Revista de Filosofa. 1915, pp. 403-415. 39 Ernesto J. J. BOTT: "La crisis del parlamentarismo", Boletn del Museo Social Argentino, N41-42, 1915.pp. 260-285. 40 Ver Hobart A. SPALDING, Jr.: "Argentine Sociology from the End of the Nineteenth Century to World War One", Documento de Trabajo N 52 (Buenos Aires: Instituto Torcuato Di Telia, 1976, 2da. edicin), p. 11; Juan C. ACULL: "La experiencia generacional de la sociologa en la Repblica Argentina", Ideasen Ciencias Sociales, N 1, enero-marzo 1984, pp. 19-23. 41 Marco M. AVELLANEDA: "Nuestros problemas. Necesidad de estudiarlos con un criterio nacionalista" (1901), en Del camino andado. (Economa social argentina) (Buenos Aires: Cooperativa Editorial, 1919), p. 24. Ver tambin, Juan Agustn GARCA: Introduccin al Estudio de las ciencias sociales argentinas; MATIENZO: El gobierno representativo; Ral ORGAZ: "La sociologa como ciencia nacional", Atlntida, vol. VI, 1912, pp. 337-349, y los trabajos de Quesada citados en pginas siguientes. 42 Ernesto QUESADA: "La sociologa. Carcter cientfico de su enseanza". Revista de la Universidad de Buenos Aires, vol. III, 1905, p. 34.

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esfera privada e individual", y porque "semejante rezago del filosofismo liberalesco del siglo XVIII" no se corresponda con "una filosofa cientfica moderna"43. Como veremos, su enfoque "sociolgico" de la economa coincida tambin con el criterio general de subordinar los postulados econmicos a las caractersticas particulares de cada comunidad. Quesada expandi sus interpretaciones en el curso de Economa Poltica que dictaba en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Plata a partir de 1907, y sus ideas, por ser representativas de las corrientes intelectuales que impulsaron el reformismo social, merecen un examen ms detallado. En la conferencia inaugural de su curso, dedicado a la relacin entre la ciencia econmica y la cuestin social, Quesada defini los fines y mtodos que regan la economa poltica. El mismo trmino "economa poltica" era para Quesada un tanto anticuado, un legado de la escuela manchesteriana que deba a su juicio ser reemplazado por el ms adecuado "economa social", dada la "evidente modalidad sociolgica" que haba adquirido la disciplina. Este enfoque sociolgico haba surgido, segn Quesada, al reconocerse que cada nacin, dadas sus peculiaridades tnicas y geogrficas, presenta un aspecto propio del fenmeno econmico, de manera que realmente existen tantas (ases de nuestra ciencia como naciones... El enfoque sociolgico implicaba la superacin "del abuso deductivo de la escuela smithiana inglesa, como del inductivo de la escuela cameralista alemana"44. Sin embargo, el nfasis puesto por Quesada en "el carcter nacional" de la ciencia econmica, en la necesidad de "emanciparse del dogmatismo apriorstico del gabinete", y convertir al economista en "un clnico del cuerpo social", revelan que las preferencias de Quesada por el enfoque sociolgico se ubicaban muy cerca de los fines y mtodos de los economistas de la escuela histrica alemana. Esto queda confirmado por la seleccin de autores elegidos como base del curso: de las cuatro obras principales elegidas, los Principies de Marshall resultaban seleccionados como representantes de "las viejas formas de la escuela ortodoxa britnica y el visible predominio de la parte terico-lgica sobre la prctica-sociolgica", manifiesta en "su abuso de las frmulas matemticas y grficas". Por el contrario, Quesada que por otra parte no dudaba en expresar su admiracin por el mundo acadmico alemn en general destacaba la obra de Gustav Schmoller, Grundriss der allgemein volkswirtschaftslehre, como admirable: "no conozco otro tratado que pueda comparrsele en toda la literatura econmica"45. A pesar de esta admiracin, Quesada criticaba algunos excesos de la "joven escuela histrica" alemana. Por una parte, algunos discpulos de Schmoller llevaban el rechazo de la teora pura a posiciones extremas, en vez de combinar la observacin emprica con la teora, por otra, el reemplazo de "el criterio britnico del inters individual" por "el criterio germnico

del inters poltico y social" conduca en algunos casos a "la socializacin econmica como solucin, dando origen a un intolerante socialismo de la ctedra"46. La bsqueda de un camino intermedio entre aquellos dos extremos explica la eleccin de la tercera de las obras escogidas por Quesada: los Principes d'economie politique de Charles Gide, el economista francs, promotor del mutualismo y el cooperativismo en su pas. Los economistas agrupados en torno de la Revue d'economie politque dirigida por Gide, representaban para Quesada "la reaccin cientfica de tendencia sociolgica respecto de la vieja escuela optimista y clsica" representada por el Journal des economistas, escuela -segn Quesada "imbuida en el clsico liberalismo manchesteriano diluido en el optimismo ingenuo de Bastiat"47. Estando en Pars, Quesada haba atendido los cursos de Gide, y admirado sus moderadas propuestas de reforma social como un ejemplo perfecto del camino intermedio entre el individualismo y el socialismo de Estado48. La cuarta obra seleccionada por Quesada era de E. R. A. Seligman, Principies of Economics. Seligman integraba una corriente reformista entre los economistas acadmicos norteamericanos. Fue parte de un grupo que incluy entre otros a Richard Ely, Henry Adams y John Bates Clark, quienes, tras haber estudiado por algn tiempo en Alemania, introdujeron en los Estados Unidos las deas de la escuela histrica, impulsando as el abandono del mtodo deductivo y de los principios del laissez-faire como fundamentos de la ciencia econmica49. Como vemos, en su eleccin de autores para el curso Quesada intentaba introducir las nuevas corrientes reformistas en economa poltica50. En trminos similares recomendaba a los estudiantes familiarizarse con obras como el proyecto Gonzlez de cdigo del trabajo (1904), el Informe de Bialet Mass (1904) y los libros de Juan Alsina El obrero en la Repblica Argentina (1905) y de Jos Ingenieros La legislation du travail... (1906) Respecto al contenido del nuevo reformismo social, en diversos escritos de Quesada se aprecia su conocimiento de la evolucin de las nuevas corrientes en los Estados Unidos, Australia y Nueva Zelandia. Admiraba la obra de Carroll Wright en el Departamento del Trabajo norteamericano, y el establecimiento de mecanismos de arbitraje y conciliacin laboral51. La situacin en la Australasia le produca menos satisfaccin: en Nueva44 QUESADA. El problema nacional obrero, p. 13 Sobre Gustav Schmoller y la "oven escuela histrica de economa", cf. James J SHEEHAN: The Career of Lujo Brentano. A Study of Liberalism end Social Reform in Imperial Germany. (Chicago: The University of Chicago Press, 1966). pp. 46-66. 47 QUESADA. El problema nacional obrero, pp. 16-17. Sobre Gide y el reformismo social en la Tercera Repblica francesa, cf. Judith STONE: TheSearch for SocialPeace. Reform Legislation in France. 1890-1914 (Albany: State University of New York Press, 1985), y Sanford ELWITT: The Third Republic Defended. Bourgeois Reform in France, 1880-1914 (Baton Rouge: Louisiana State University Press, 1986) " E. QUESADA La cuestin obrera y su estudio universitario (Buenos Aires: Librera de J Menndez, 1907), reproducido en Boletn del Departamento Nacional del Trabajo, N 1. 1907. 4 * Cf. Sidney FINE: Laissez Paire and the General-Welfare State, pp 198-251. 50 Adems de estas cuatro obras bsicas, Quesada recomendaba otros autores para ser ledos como complemento: Wagner y Roscher de Alemania, los franceses Leroy-Beaulieu y Cawes, los britnicos Smith, Ricardo y Mili, Seager y Fetter de los Estados Unidos, y los austracos Bohm Bawerk y Wieser entre otros. El problema nacional obrero, p. 11. Henry George y la escuela del "single tax" no parecen haber recibido mucha atencin de parte de los reformistas argentinos, aunque s hubo eguidores en crculos socialistas. Cf. Rodolfo RIVAROLA: "El georgismo en el Ro de la Plata", Rnvista Argentina de Ciencias Polticas, vol VIII. 1914, pp. 546-48: y un nmero especial de la Havista de Ciencias Econmicas, N 31-32, enero-febrero 1916. dedicado al georgismo y el impuesto nico. *' QUESADA: La cuestin obrera y su estudio universitario, p. 16. Sobre la obra de Wright, el. James LEIBY: Carroll Wright and Labor Reform. The Origin of Labor Statistics (Mass.: Harvard Unlvrsty Press, 1960),pp 142-280.

43 E. QUESADA: Herbert Spencer y sus doctrinas sociolgicas (Buenos Aires: Librera de J. Menndez, 1907), p. 58. 44 E. QUESADA: El problema nacional obrero y la ciencia econmica (La Plata, 1907), p. 6. 45 QUESADA: El problema nacional obrero, p. 12. Quesada estudi algn tiempo en Alemania, su segunda esposa era alemana, y estaba en general muy familiarizado con la vida acadmica alemana, como demostrara en su voluminosa obra La enseanza de la historia en las universidades alemanas (La Plata: Facultad de Ciencias Jurdicas y Sociales, 1910). Durante la Primera Guerra Mundial sus simpatas por Alemania fueron expresadas abiertamente, y en 1920 Quesada don su biblioteca personal de 80.000 volmenes al Instituto Ibero-Americano de Berln. Cf. Ronald C. NEWTON: Germen Buenos Airas, 1900-1933 (Austin and London: University of Texas Press, 1977), p. 36: Nicols MATIJEVIC: "La biblioteca de Ernesto Quesada y el Instituto Ibero-Americano de Berln", Documentacin Bibliotecolgica, N 33, 1972.

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Zelandia se vislumbraba "la imposicin tirnica de una intransigencia legislativa, que paraliza la vida misma"; en Australia, muchas de las reformas alcanzadas eran de elogiar, aunque exista una peligrosa identificacin del bien comn con el bienestar obrero (una interpretacin "en el sentido socialista")52. Al igual que en el caso de los Estados Unidos, Quesada vea como totalmente inadecuado un anlisis marxista de la evolucin histrica argentina: El antagonismo social originado por el enfrentamiento de una plutocracia arrogante por un lado y un proletariado empobrecido por el otro no se presenta como un problema argentino, porque las riquezas estn todava en proceso de formacin, y cambian fcilmente de manos53. Ya en uno de sus primeros trabajos dedicados al tema de la cuestin social, Quesada haba criticado las pretensiones de "la internacional roja", que al atacar "la libertad, la propiedad y la concurrencia, que son los tres pilares sobre los que tiene forzosamente que descansar toda organizacin social civilizada", estaban destinadas al fracaso54. En La teora y prctica de la cuestin obrera, conferencia dictada por Quesada en el Instituto General de Enseanza (una organizacin creada y apoyada por Matienzo, Quesada y otros), Quesada ampli su anlisis del marxismo en relacin con la reforma social. El progreso econmico ocurrido desde la segunda mitad del siglo XIX, sumado a la accin patronal y de los gobiernos para mejorar la condicin de los trabajadores, haba desmentido por completo las tesis de Marx: Considero un error fundamental el dogma marxista de la lucha de clases y del triunfo del proletariado... Estoy convencido de que no ser una revolucin, sino una evolucin lo que caracterizar el estadio inmediato de la organizacin social: el proletariado obrero eleva su nivel y se refunde en el pequeo capitalismo burgus, ensanchando los horizontes de la legislacin social e imperando el criterio sociolgico de la colectividad y de la solidaridad sobre el viejo criterio romanista del individualismo y del liberalismo...55 Por otra parte, Quesada se alarmaba ante el peligro de que el proceso de intervencin estatal en materia social avanzara demasiado ambiciosamente: ...ya este paso, el criterio sociolgico de la solidaridad colectiva nos lleva al Estadoprovidencia... Tendr el Estado que encargarse a la larga tambin, no slo de educar, sino de vestir y alimentar a todos los habitantes, cuidando de ellos como" OUESADA: El problema nacional obrero, p. 20; "Los fenmenos sociolgicos australianos y el criterio argentino", Revista Argentina de Ciencias Polticas, vol. Vil, 1913, pp. 145-47. Para una interpretacin del reformismo social en Australia y Nueva Zelandia dada por algunos de sus promotores, cf. W. P. REEVES: State Experiments in Australia and New Zealand (Londres: Grant Richards, 1902); y J. E. LE ROSSIGNOL y W. D. STEWART: State Socialism in New Zealand (Londres: George G. Harrap & Co., 1911). 53 E. QUESADA: "The Social Evolution of the Argentine People", Annals of the American Academy of Politcal and Social Science, mayo 1911, p. 150. 54 E. QUESADA: La Iglesia Catlica y la cuestin social (Buenos Aires: A. Moen, editor, 1895), p. 97. " E. QUESADA: La teora y la prctica en la cuestin obrera. El marxismo a la luz de la estadstica en los comienzos del siglo (Buenos Aires: A. Moen y Hno., editores, 1908). Quesada basaba gran parte de su argumento en la obra del austraco Bohm BAWERK: Zum Abschlus des Marxschen System, que haba a su juicio sacado a la luz serias contradicciones existentes en Das Kapital. QUESADA: La teora y prctica, pp. 13, 28-36.

si fueran pensionistas del fisco, y llegando quiz hasta darles "dinero de bolsillo" como a los chicos de un colegio? La organizacin paternal de las misiones guaranticas, mansamente dirigidas por la Compaa de Jess, constituye por ventura aquel ansiado ideal? (...) Ni tanto ni tan poco. Bien est que prime el criterio colectivo y solidarista sobre el individualismo nato, pero hay que cuidarse de las exageraciones55. Interpretaciones parecidas sobre la cuestin social y sus posibles soluciones fueron compartidas por otros catedrticos de la poca. Marco M. Avellaneda, diputado nacional, luego sucesor de Jos N. Matienzo en la presidencia del Departamento del Trabajo, dictaba Economa Poltica en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires57. Una parte importante de su curso estaba dedicada al estudio de la "cuestin obrera", estudio que deba realizarse, deca Avellaneda, "esquivando los juegos verbales de los intervencionistas y los liberales economistas". La cuestin social deba interpretarse como una etapa ms de una eterna lucha, "mientras existan en el mundo pobres y ricos... ella seala hoy la emancipacin del obrero, como en su momento anunci tambin la libertad del siervo y la abolicin de la esclavitud". La solucin se centraba en el desarrollo de nuevas instituciones como las elaboradas en el Cdigo Gonzlez, muy elogiado por Avellaneda, para encauzar los nuevos conflictos sociales por vas pacficas: "la huelga es la guerra y puede evitarse con los mismos recursos que desviamos las batallas internacionales: el arbitraje y la transaccin!"58. Para Avellaneda, la economa poltica tena una doble misin: adems de su funcin cientfica, cumpla con una funcin "militante... defensora del orden social". La reforma social cientfica vena as a ocupar el papel que la religin haba desempeado hasta el proceso de secularizacin desatado por el Estado liberal: El Estado, al imponer la enseanza laica, apagando las luces del sentimiento religioso, tiene que asegurar ma's que nunca el bienestar del pueblo, porque es muy peligroso dejar al proletario a solas con la miseria, sin la antigua resignacin que calma y consuela!x Avellaneda era acompaado en la ctedra por Manuel de Iriondo, quien enfatizaba al igual que Avellaneda la importancia de "la accin gubernativa, dentro de lo prudencial, y sin extremar la tendencia del estadismo..."60 Por ltimo, Enrique Ruiz Guiaz, tambin desde la ctedra de Economa Poltica de la Facultad de Derecho de Buenos Aires, mantuvo los lineamientos generales trazados por Quesada. Ruiz Guiaz marcaba en su curso la distincin hecha por Gide entre la vieja economa poltica y la economa social, "que no se fa en el libre juego de leyes naturales para asegurar la felicidad de los hombres, pero cree en la necesidad de una organizacin reflexiva, racional, conforme a una cierta idea de justicia; organizacin queQUESADA: La teora y prctica, p. 67. Sus conferencias "Puntos de vista para el estudio de la economa poltica" (1906) y "Enseanza de la economa poltica" (1911), parte de su curso, aparecieron publicadas en M. AVELLANEDA: Del camino andado. (Economa social argentina), ya citado. Resulta interesante notar que la economa "poltica" del ttulo de las clases se haba convertido en economa "social" al tiempo de la publicacin del libro (1919), confirmando tcitamente la evolucin del vocabulario ya sealada por Quesada. " lbd.,pp. 95-101. " Marco M. AVELLANEDA, "Prefacio" a Juan B. GONZLEZ: El encarecimiento de la vida tn la Repblica Argentina (Buenos Aires: Las Ciencias, 1908), pp. xii, xv. * Manuel M. DE IRIONDO: "Discurso inaugural del curso de economa poltica". Revistada la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, N 1, agosto 1907, pp. 70-71.57 54

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est en la base de todos los sistemas llamados socialistas". Hacia hincapi en el carcter cientfico que deba tener la reforma social ("Qu ilusin pensar que la poltica social es una mera cuestin de benevolencia; no, su orientacin est impuesta por inflexibles principios fundamentales"), y, al igual que Quesada, desestimaba las posibilidades de un anlisis marxista estricto a las condiciones argentinas ya que "en cada nuevo da se invierten ms favorablemente los trminos del manifiesto de Marx: no se concentran los capitales, sino que se democratiza la propiedad a tal punto que es incalculable la proporcin de proletarios convertidos en pequeos burgueses"61. Por otra parte, si bien reconoca la importancia de los factores materiales y econmicos en la historia, rechazaba la pretendida validez universal del materialismo histrico62. En un anlisis de las ideologas obreras, Ruiz Guiaz distingua tres corrientes importantes que llamaba sindicalismo revolucionario, reformista y conservador. El primero, identificado con la prdica anarquista, era considerado "de funesta influencia, por ser antisocial y desptico"; el sindicalismo reformista era una variante del socialismo bernsteiniano. El sindicalismo conservador responda segn Ruiz Guiaz- a los principios postulados por el jurista francs Len Duguit, quien prevea la progresiva sustitucin del Estado y de la lucha de clases por una sociedad constituida por sindicatos descentralizados, alternativa de tono "retrgrado y romntico", sostena Ruiz Guiaz, dada la imposibilidad de prescindir de "un elemento superior dirigente y moderador". Citando a Gide, se inclinaba por el reconocimiento legal de sindicatos que eventualmente actuaran como uno de los factores preponderantes de la organizacin econmica existente63. Estas nuevas corrientes en sociologa y economa fueron acompaadas por el desarrollo de nuevas teoras legales en materia civil y criminal, que buscaban adecuar tradicionales instituciones jurdicas a los nuevos fenmenos sociales.

El derecho y la cuestin socialExisti, primeramente, una conexin directa entre la cuestin social y el derecho criminal, ejemplificada en el impacto que la escuela italiana de criminologa positiva tuvo en la Argentina. El nfasis puesto por esta escuela en el determinismo biolgico o social en los orgenes de la conducta criminal transform las nociones tradicionales de responsabilidad individual y de vinculacin entre ley positiva y valoracin moral. Si la criminalidad se originaba por factores que estaban ms all del control de los actores individuales, como su constitucin biolgica o el ambiente social en el que estaban insertos, el castigo de esas conductas slo poda fundamentarse en razones de "defensa social", y esto deba ser acompaado por polticas sociales que apuntaran a modificar aquellos factores determinantes, como una forma efectiva de prevenir el crimen64.

Adems de estas nuevas corrientes en el derecho criminal, la cuestin social introdujo nuevos problemas para juristas especializados en otras reas. En materia civil, temas como la responsabilidad de los empleadores por los accidentes de trabajo, o la substitucin de la nocin "tradicional del contrato por mecanismos de negociacin colectiva, promovieron un activo debate sobre la forma en que las instituciones jurdicas deban adaptarse a los nuevos fenmenos sociales. Una mirada a las tesis doctorales presentadas en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires durante los primeros aos de este siglo revela la atraccin que estos problemas ejercan sobre los nuevos graduados. Entre 1898 y 1916 ms de 80 tesis doctorales (excluyendo aquellas que se concentraban en el tema de la inmigracin) trataban sobre temas relacionados con la cuestin social, como la responsabilidad legal en accidentes laborales, la naturaleza jurdica del contrato laboral, arbitraje y conciliacin en los conflictos laborales, la constitucionalidad de las leyes de expulsin de anarquistas, y el anlisis jurdico de la legislacin social y laboral65 En uno de estos trabajos se conclua afirmando: "la cuestin social atrae cada vez ms a las inteligencias, de tal modo que constituye el problema dominante de la actualidad"66. Parecida atraccin parecen haber ejercido estos temas en la Facultad de Derecho de la Universidad de Crdoba67. El contenido de las tesis seala ciertas lneas comunes: por un lado, el rechazo del laissez-faire econmico en el rea de las relaciones entre el capital y el trabajo, y su substitucin por la intervencin estatal reguladora. Al mismo tiempo, la nueva legislacin social deba mantenerse dentro de ciertos lmites de modo de evitar una exagerada ingerencia estatal. Sobre este ltimo punto, Carlos Ibarguren, profesor de Derecho Romano, sealaba en 1912 a los graduados de la Facultad de Derecho de Buenos Aires: "Nada temamos de la lucha social y democrtica si hay fuerzas compensadas y medios de refrenar sus excesos"; el peligro no se centraba segn Ibarguren en los reclamos del proletariado sino en las utopas de los teonzadores... y en muchas de las innovaciones jurdicas que... pueden penetrar insinuantes en el nimo de magistrados o de legisladores, e iniciar, sin que la presin social lo reclame, atrevidas reformas que trastornaran ex abrupto el orden existente68. Los temores de Ibarguren a las reformas radicales en las instituciones jurdicas tradicionales deben haber sido alimentados en gran parte por el propio clima intelectual de la Facultad. Entre las tesis ya mencionadas haba quien reclamaba para la legislacin civil argentina "reformas fundamentales impuestas por las exigencias de la vida moderna", insistindose en que "el individualismo reinante en los Cdigos tiende a desaparecer"69." La "Coleccin Candioti" en la Biblioteca Nacional resulta una fuente invalorable para este tipo de anlisis Ver tambin Marcial R. CANDIOTI: Bibliografa doctoral de la Universidad de Buenos Aires y Catlogo Cronolgico de las Tesis en su primer centenario, 1821-1920. (Buenos Aires 1920) pp 504-564. " Jos Antonio GONZLEZ: Las huelgas ante el derecho. Tesis presentada para optar al grado de doctor en Derecho y Ciencias Sociales, 1906. (Biblioteca Nacional Coleccin Candioti) p. 18.41 Cf Telasco CASTELLANOS: Las huelgas en la Repblica Argentina y modos de combatirlas. Tesis de doctorado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Crdoba. (Crdoba. Imprenta Mitre, 1906). El autor fue luego designado profesor de "Legislacin industrial" en Crdoba, y public un tratado de dos volmenes sobre la materia. " Carlos IBARGUREN "La sociedad argentina". Atlntida, vol. Vil, 1912, pp. 353-361. Ver tambin su libro de memorias. La historia que he vivido (Buenos Aires: Ediciones Dictio), pp 331333. " David LASCANO. Naturaleza jurdica del contrato de trabajo. Tesis presentada para optar al grado de doctor en jurisprudencia, 1909 (Biblioteca Nacional: Coleccin Candioti).

" Enrique RUIZ GUIAZ. "La economa poltica y la cuestin social" (Conferencia inaugural del curso de economa poltica en la Facultad de Derecho), Atlntida, vol. X. 1913, pp. 31-40. " Enrique RUIZ GUIAZ: "Interpretacin econmica de la historia. Teora del materialismo histrico. (Apuntes)", Atlntida, vol. VI, 1912, pp. 363-375. 43 E. RUIZ GUIAZ: "Sindicalismo revolucionario, reformista y conservador", Atlntida, vol. Vil, 1912, pp. 229-242. En 1926, Ruiz Guiaz critic la organizacin corporativa propuesta por el fascismo, temiendo que la predominancia de sindicatos y guildas sobre la poltica parlamentaria llevara a la destruccin del rgimen democrtico. E. RUIZ GUIAZ: "El futuro parlamento sindicalista", La Nacin, Suplemento Letras, vol. II, N 50, 6 junio 1926, p. 2. M Cf. Enrique MARI: "El marco jurdico", en H. BIAGINI (compilador): El movimiento positivista argentino (Buenos Aires: Editorial de Belgrano, 1985), pp. 176-198; Eduardo A. ZIMMERMANN: "Racial Ideas and Social Reform: Argentina, 1890-1916", Hspanle American Histrica! Review, febrero 1992.

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Para otro de estos autores, el colectivismo que caracterizaba a la poca implicaba "un conjunto de deas de difcil avenimiento con el concepto individual que ha presidido hasta aqu' las relaciones legales". En el terreno prctico, esta evolucin apuntaba a la introduccin del contrato colectivo de trabajo celebrado por sindicatos profesionales legalmente reconocidos por el Estado70. Una evolucin similar estaba teniendo lugar en la doctrina sobre la responsabilidad patronal por los accidentes de trabajo, tema que generara una abundante discusin entre juristas. La elaboracin de las nociones de "obligacin social" y "riesgo profesional" por juristas franceses como Maurice Hauriou y Raymond Saleilles, que culminara en la ley francesa de 1898 sobre responsabilidad patronal basada en el concepto de rsques professionels fue un importante precedente para la doctrina argentina. El concepto de riesgo profesional significaba que la responsabilidad por accidentes en el lugar de trabajo no se interpretaba como el resultado de una falta de parte del empleador o del empleado, sino como una consecuencia de la inevitable inseguridad e impredecibilidad introducidas por la era industrial. La solucin recaa as en un sistema de compensacin que reconoca responsabilidad sin atribuir falta71. El primer proyecto argentino de legislacin sobre el tema fue presentado al Congreso Nacional en 1902 por Belisario Roldan (h.) y Marco M. Avellaneda. Basado en precedentes europeos, principalmente la ley francesa de 1898 y la ley espaola de 1900, consagraba el principio del riesgo profesional. Belisario Roldan (h.) citaba en su apoyo el debate parlamentario francs sobre el tema: desde que la industria ha sustituido la mquina humana por la mquina de acero, la fuerza inteligente y responsable por la fuerza ciega e irresponsable ...al dominio de la libertad ha sucedido el del riesgo; en otros trminos, el problema que era antes jurdico es hoy econmico y social72. Tambin el proyecto de Joaqun V. Gonzlez de 1904 para un cdigo laboral segua el principio de riesgo profesional en materia de accidentes de trabajo73. Para otros resultaba preferible una interpretacin ms amplia de las normas existentes antes que la introduccin de nuevos principios en la legislacin y jurisprudencia argentinas. Ernesto Quesada particip activamente en este debate. Opuesto a toda modificacin sbita de las normas vigentes, proclam que las normas de responsabilidad del Cdigo Civil permitan la "aplicacin de las doctrinas ms avanzadas", y como juez llev a la prctica esta interpretacin, otorgando compensacin al trabajador damnificado sin salirse de la normativa del Cdigo74. Esta fue tambin la posicin adoptada por Juan Bialet Mass en su Tratado de responsabilidad civil en el Derecho Civil Argentino bajo el punto de vista de los accidentes de trabajo (1904): opuesto a la introduccin del concepto de riesgo profesional, por entender que tal teora slo hara aumentar la70 Ramn F. LEDESMA: Naturaleza jurdica del contrato de traba/o. Tesis presentada para optar al grado de doctor en jurisprudencia, 1909 (Biblioteca Nacional: Coleccin Candioti), p. 57. Esta tesis fue supervisada por Marco M. Avellaneda. 71 Sobre estos desarrollos en la doctrina legal francesa, ver Ruth HARRIS: Murders and Madness. Medicine, Law and Society in the Fin de Sicle (Oxford: Clarendon Press, 1989), pp. 105120. " Diario de Sesiones de la Cmara de Diputados, 1902, vol. l.pp. 118-123; Belisario ROLDAN (h.): Discursos completos (Buenos Aires: El Ateneo, 1929), pp- 72-78. nfasis agregado. 73 Obras Completas de Joaqun V. Gonzlez, vol. VI, pp. 431-48. 74 Cf. "Oliveyra, C. versus Moreyra, J. y Othacehe, J. por indemnizacin de daos y perjuicios", Boletn Judicial, 16 de septiembre de 1905; E. QUESADA: El problema nacional obrero, p. 20; Teora y prctica, p. 37.

ocurrencia de accidentes por estimular un falso sentimiento de confianza en los hbitos profesionales de los trabajadores, Bialet Mass elabor una novedosa doctrina sobre la responsabilidad patronal basada en las normas del Cdigo Civil, por la cual ha sido sealado frecuentemente como uno de los precursores del derecho laboral en la Argentina75. La evolucin de la doctrina y jurisprudencia, sin embargo, se orient hacia la aceptacin de los nuevos principios, y en 1915, tras la presentacin de nueve diferentes proyectos en el Congreso desde el primero de 1902, la ley 9688 substituy la nocin tradicional de responsabilidad limitada de los empleadores por accidentes de trabajo por la ms amplia concepcin del "riesgo profesional"76.

ConclusionesEn 1916, como parte de los festejos por el Centenario de la Declaracin de la Independencia, el gobierno argentino organiz en Tucumn un Congreso Americano de Ciencias Sociales. La realizacin de este tipo de congreso no era un hecho nuevo: desde 1898, cuando se realiz el primer Congreso Cientfico Latinoamericano en Buenos Aires, las lites intelectuales argentinas haban mostrado su inclinacin hacia este tipo de encuentros. El primer Congreso Cientfico Panamericano (con la participacin de los Estados Unidos) celebrado en Santiago de Chile en 1908 pas varias resoluciones concernientes a la cuestin social, y en particular, a la organizacin y regulacin de las relaciones industriales77. El comit organizador del Congreso de 1916, nombrado por decreto presidencial, fue integrado por los nombres ms representativos asociados con el desarrollo de las incipientes ciencias sociales argentinas: Gregorio Aroz Alfaro, Carlos O. Bunge, Luis M. Drago, J. Alfredo Ferreyra, Joaqun V. Gonzlez, Carlos Ibarguren, Jos Ingenieros, Juan B. Justo, Jos N. Matienzo, Alfredo L. Palacios, Ernesto Quesada, Rodolfo Rivarola, Ricardo Rojas, Carlos Saavedra Lamas, Enrique del Valle Iberlucea y Estanislao Zeballos, entre otros 78 El comit organiz el congreso en once secciones, que cubran el derecho civil, criminal y comercial, la economa y las finanzas pblicas, las relaciones internacionales, la inmigracin, historia y sociologa, higiene y medicina social, moral pblica, y trabajo y asistencia pblica. En la seccin sobre "Trabajo, Previsin y Asistencia Social", se reunieron representantes de las distintas corrientes reformistas ocupadas con la cuestin social durante el perodo. Ernesto Quesada y Jos Ingenieros fueron designados presidente y secretario respectivamente, aunque este ltimo renunci, siendo reemplazado75 Juan BIALET MASS. "Los accidentes y el Cdigo Civil Argentino", Boletn del Departamento Nacional del Trabajo, N 20, 1912, pp. 53-71; Luis A. DESPONTIN: "Juan Bialet Mass. Precursor del derecho del trabajo", prlogo a J. BIALET MASS: El estado de las clases obreras argentinas a comienzos de siglo (Crdoba: Universidad Nacional de Crdoba, 1968), pp. 18-20; Mariano R. TISSENBAUM La codificacin del derecho del trabajo ante la evolucin legislativa argentina (Santa Fe: Universidad Nacional del Litoral, 1947). 74 Alejandro UNSAIN: "Principios generales de la legislacin de accidentes", y Alejandro RUZO: "Fundamentos jurdicos del riesgo profesional", ambos en Boletn del Departamento Nacional del Trabajo, N 20. 1912. Tambin, Alejandro M. UNSAIN: Ordenamiento de las leyes obreras argentinas (Buenos Aires: Editorial El Ateneo, 1952), p. 19. Ver captulo 8 de "Liberis, Reform and the Social Question", para el proceso de sancin de la ley 9688. 77 Sobre los Congresos Cientficos Latinoamericanos, vase Marcos CUETO: Excelencia cientfica en la periferia. Actividades cientficas e investigacin biomdica en el Per 1890-1950 (Lima: GRADE-CONCYTEC. 1989), pp. 58-59; sobre las resoluciones pasadas por el Congreso de 1908, "Las cuestiones sociales en el Congreso Cientfico Panamericano", Boletn del Departamento Nacional del Trabajo, N 8, marzo 1909, pp. 95-97. 78 Revista Argentina de Ciencias Polticas, vol. X, 1915, pp. 537-538.

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por Alejandro Bunge, presidente de los Crculos de Obreros Catlicos y funcionario del Departamento del Trabajo. Entre los miembros de esta seccin estaban Joaqun V. Gonzlez, Jos N. Matienzo, Enrique Ruiz Guiaz y Manuel Calvez; tambin representaban al Departamento del Trabajo Julio B. Lezana, Alejandro Ruzo, Alejandro Unsain y Pablo Storni; por el movimiento social catlico, Miguel de Andrea, Indalecio Gmez, Emilio Lamarca, Gustavo Franceschi y, desde Crdoba, Arturo Bas, Juan Caferatta y Telasco Castellanos; por el Museo Social Argentino, Emilio Frers, Horacio C. Rivarola, Jos L. Surez, Carlos Ibarguren y Juan Jos Daz Arana; Alfredo Demarchi representaba a la Unin Industrial Argentina; y Alfredo Palacios, Juan B. Justo, Enrique del Valle Iberlucea y Augusto Bunge al socialismo argentino79. La Comisin se dedic al estudio del nivel de vida de las "clases obreras" y su mejoramiento a travs de la legislacin social. Numerosas propuestas apuntaron a la proteccin de las mujeres y nios, y sobre la necesidad de mejorar el cumplimiento de la legislacin existente. Entre otros tpicos se discuti tambin el problema del desempleo, las huelgas, mecanismos de conciliacin y arbitraje, la vivienda obrera, el papel que las sociedades de ayuda mutua y el seguro social obligatorio podan desempear como herramientas de poltica social, y "los mestizos, la emigracin europea, y el peligro amarillo"80. El nfasis puesto por todos los participantes en la necesidad de sancionar legislacin social y laboral, y en la creacin de nuevas instituciones estatales que dieran una respuesta cientfica a los nuevos problemas sociales, resuma el enfoque que el reformismo argentino adopt hacia la cuestin social. En este punto existieron grandes similitudes con otros movimientos reformistas liberales en Europa, los Estados Unidos y otras regiones de asentamiento reciente. Una caracterstica de estos movimientos fue la activa participacin de intelectuales en la discusin e implementacin de las polticas dirigidas a solucionar los nuevos problemas sociales. En la Argentina, paralela a las aspiraciones por una regeneracin moral e institucional que se consolidaron durante la primera dcada de este siglo, existi una constante preocupacin por el carcter cientfico de las propuestas, proporcionado por los desarrollos en las ciencias sociales y naturales. Hacia el cambio de siglo esta actitud fortaleci un rechazo tanto del liberalismo ortodoxo como del socialismo de Estado, planteando una alternativa reformista moderada, que estuviera plenamente consustanciada con los desarrollos de estas disciplinas. En su estudio sobre el papel que intelectuales y polticos franceses desempearon en los orgenes del reformismo social durante la Tercera Repblica, Sanford Elwitt resumi as las transformaciones ideolgicas implcitas en ese proceso: "la mano invisible del laissez-faire se rindi ante el guante de terciopelo de la ciencia social"81. En la Argentina, este cambio fue impulsado por la introduccin de un nuevo lenguaje poltico centrado alrededor de "lo social". En aos recientes, historiadores de las ideas han argumentado que el objeto propio de la disciplina debe ser, no la repetida encadenacin de las grandes deas o grandes textos que conforman el canon del pensamiento poltico occidental, sino el estudio del surgimiento de nuevos "lenguajes" polticos, y79 "Congreso Americano de Ciencias Sociales", Revista Argentina de Ciencias Polticas, vol. XI, 1915, pp. 169-172; Revista Jurdica y de Ciencias Sociales, vol. X X X I I , 1915, p. 630. ' Revista Jurdica y de Ciencias Sociales, vol. XXXIII, 1916, pp. 508-509. " Sanford ELWITT. The Third Republic Defended. Bourgeois Reform in France, 1880-1914 (Baton Rouge: Louisiana State University Press, 1986) p. 66. Vase tambin W. H. GREENLEAF: The British Poltica! Tradition. Vol. 1: The Rise of Collectivism (Londres: Methuen, 1983), pp. 237286, para un anlisis del "cientificismo" como factor en el desarrollo del intervencionismo estatal en la poltica social y econmica de Gran Bretaa de comienzos de siglo. Sobre los fundamentos filosficos de este camino intermedio entre liberalismo y socialismo, cf. James T. KLOPPENBERG: Uncertain Victory. Social Democracy and Progressivism in European and American Thought, 18701920 (Oxford: Oxford University Press, 1986).

de las formas de insercin de estos nuevos lenguajes en el contexto social e intelectual del perodo en estudio82. Si observamos desde esta perspectiva el fenmeno reformista argentino de comienzos de siglo y su insercin en el contexto poltico-ideolgico de la poca, podemos ensayar algunas conclusiones sobre la influencia del nuevo lenguaje sobre la tradicin poltica vigente. Primero, quienes abogaban por una extensin de las actividades estatales en materia social no estaban introduciendo un concepto revolucionario en el discurso poltico del momento. Hacia el cambio de siglo haba habido suficientes instancias de intervencin estatal en materia econmica y social que hacan difcil la categorizacin de las polticas oficiales como de un estricto laissez-faire*3. Segundo, no obstante el reconocimiento de esta situacin previa, y de otros procesos culturales simultneos como las aspiraciones de regeneracin moral e institucional ya mencionados, no hay duda de que el nuevo lenguaje de lo "social" introducido al debate poltico desde las ciencias sociales signific un fuerte impulso al movimiento reformista. El surgimiento de la sociologa como la ciencia "total" de la sociedad, el reemplazo de los postulados individualistas de la economa poltica clsica por la nueva "economa social", nuevos desarrollos de teora jurdica que introdujeron conceptos como la "defensa social" en derecho criminal, o el "riesgo profesional" y la "obligacin social" en materia civil, transformando la nocin tradicional de responsabilidad, el prestigio acadmico de la medicina social, o la creacin de instituciones como el Museo Social Argentino, fueron algunas de las seales del impacto que este nuevo lenguaje poltico de "lo social" produjo en la sociedad argentina de comienzos de siglo84. Tercero, la introduccin de esta corriente reformista social modific en gran medida la definicin de las relaciones entre Estado y sociedad, algo no siempre reconocido en la historiografa del perodo. Sin embargo, esto no produjo un abandono de los fundamentos liberales en la poltica, la economa y la cultura, que los propios actores reconocan como an vigentes. En este sentido, tampoco la llegada del radicalismo al poder afect mayormente esta confluencia del liberalismo y la reforma social. En definitiva, seran los aos entre las dos guerras mundiales, cuando el nacionalismo y nuevas corrientes ideolgicas afectaran de manera dramtica el contenido y la forma del debate poltico en la Argentina, los que veran el nacimiento de una visin radicalmente opuesta al reformismo liberal y que marcara durante las dcadas siguientes las relaciones entre el Estado y la cuestin social.

82 J. G. A. POCOCK: "Languages and their Implications: the Transformaron of the Study of Political Thought", en su Politics. Language and Time. Essays on Political Thought and History (Londres: Methuen, 1972), pp. 3-41; Quentin SKINNER: "Meaning and Understanding in the History of Ideas", History and Theory, 8 (1969), pp. 3-53; Quentin SKINNER: "Some Problems in the Analysisof Political Thought and Action",/>o//f/ca/ Theory, 23 (1974), pp. 277-303. 83 Tulio HALPERIN DONGHI: "Argentina: Liberalism n a Country Born Liberal", en Joseph LOVE y Nils JACOBSEN (compiladores): Cuiding the Invisible Hand. Economic Liberalism and the State in Latn American History (New York: Praeger Publishers, 1988). Sobre el clima ideolgico prevaleciente durante los orgenes de la cuestin social, cf "Liberis, Reform and the Social Question", captulo 2. 84 Un estudio de los efectos de estos cambios no puede excluir un anlisis de las formas en que los mismos se plasmaron durante el perodo en instituciones concretas en distintas reas de la poltica social: legislacin laboral sancionada, como las leyes de descanso dominical, la regulacin del trabajo de mujeres y nios, y la responsabilidad de los empleadores por los accidentes de trabajo, la creacin y evolucin del Departamento Nacional del Trabajo e instituciones vinculadas como la Comisin Nacional de Casas Baratas, o el Registro Nacional de Colocaciones, y las regulaciones en higiene pblica y la provisin de servicios mdicos gratuitos a los necesitados. He intentado cubrir estos casos, y otros, en la tesis doctoral ya citada.

564RESUMEN

EDUARDO A. ZIMMERMANNI

Este trabajo intenta identificar un movimiento de deas y actitudes polticas entre los intelectuales y polticos identificados con el liberalismo argentino del cambio de siglo, que surgieron como respuestas a la llamada "cuestin social". Se analiza la convergencia de distintas vertientes reformistas orientadas hacia la moral pblica, la reforma poltica-institucional, y las vinculadas a los nuevos problemas sociales, y su influencia sobre los cambios ideolgicos de

comienzos de siglo. En particular, se estudia el papel que intelectuales y acadmicos cumplieron en la transmisin de nuevos conceptos desarrollados en las ciencias sociales y la conexin establecida entre las nuevas disciplinas acadmicas y las instituciones estatales orientadas a la solucin de la cuestin social. Se intenta de este modo delinear la influencia que estos fenmenos tuvieron sobre la evolucin de una corriente reformista liberal argentina.