Invertir Infancia

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Romper el ciclo de la pobreza Invertir en la infancia Conferencias Magistrales Amartya K. Sen Gro Harlem Brundtland Banco Interamericano de Desarrollo Departamento de Desarrollo Sostenible División de Desarrollo Social

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  • Romper el ciclo de la pobrezaInvertir en la infancia

    Conferencias Magistrales

    Amartya K. Sen

    Gro Harlem Brundtland

    Banco Interamericano de DesarrolloDepartamento de Desarrollo Sostenible

    Divisin de Desarrollo Social

  • INVERTIR EN LA INFANCIA: SU PAPEL EN EL DESARROLLOPor Amartya K. Sen

    PrlogoMucho me honra tener la oportunidad dedirigirme a ustedes en esta prestigiosa con-ferencia. Me place tambin que el BancoInteramericano de Desarrollo haya decididotratar el tema de invertir en la infanciaen su asamblea anual.1 Este es un tematrascendental que, por alguna razn u otra,ha sido descuidado. Es importante no sloexaminar las necesidades de inversin en laniez sino tambin hacerlo en una formaconceptualmente adecuada.

    Argumentar que al considerarse la inver-sin en la niez como una parte del procesogeneral del desarrollo lograremos una com-prensin ms plena del amplio alcance y dela importancia crtica de invertir en la in-fancia. Tambin puede afirmarse que el re-lativo descuido de este importante temapuede ser, en gran parte, el resultado deuna visin limitada, y ms bien ad hoc, de lacalidad e implicaciones de la niez. Consi-derando el tema dentro de la rica perspecti-va del raciocinio del desarrollo podemoslograr un reconocimiento ms claro, poruna parte, de la relacin integral entre laniez y la edad adulta y, por otra parte, delas interconexiones entre las vidas de dife-rentes personas y familias que conforman lasociedad en su conjunto. Dira que unaperspectiva de desarrollo puede dar mayorjusticia tanto a las amplias interconexionesque existen como a las integraciones nece-sarias que se requieren.

    1 Romper el ciclo de la pobreza: Invertir en la infan-cia, Pars. 14 de marzo de 1999.

    El desarrollo como libertadEs as que comienzo con la pregunta ele-mental: Qu es el desarrollo? He trata-do de argumentar en otras ocasiones que elproceso de desarrollo puede considerarsecomo una ampliacin de la libertad huma-na.2 El xito de una economa y de una so-ciedad no puede separarse de las vidas quepueden llevar los miembros de la sociedad.Puesto que no solamente valoramos el vivirbien y en forma satisfactoria, sino que tam-bin apreciamos el tener control sobrenuestras propias vidas, la calidad de la vidatiene que ser juzgada no solamente por laforma en que terminamos viviendo, sinotambin por las alternativas substancialesque tenemos. Para ilustrar esta distincin,consideremos a una persona que cada dalevanta cargas muy pesadas. Por ejemplo, alevaluar la calidad de vida de esta persona,tenemos que examinar si lo est haciendopor su propia eleccin (con otras alternati-vas a la mano) o si est siendo forzada ahacerlo bajo la coercin de, digamos, algnforzudo capataz de esclavos. Ello hara di-ferencia.

    Ya que la evaluacin de la libertad puede

    2 He planteado esta perspectiva en Resources, Valuesand Development (Recursos, Valores y Desarrollo)(Cambridge, MA: Harvard University Press, 1984) yen The Concept of Development (El Concepto delDesarrollo), Captulo 1 en H. Chenery y T. N. Srina-vasan, editores, Handbook of Development Economics(Manual de Economa del Desarrollo) (Amsterdam,Holanda, 1988). Los requisitos y las implicacionesamplias de esta perspectiva tambin han sido examina-das en el libro prximo a aparecer, Development andFreedom (Desarrollo y Libertad), a ser publicado porKnopf, Nueva York.

  • ser susceptible tanto a lo que hace una per-sona como a las alternativas que tiene, lalibertad proporciona una perspectiva msamplia al juzgar la ventaja humana, y pormedio de ella, evaluar el xito social.3 Estees el razonamiento bsico que proporcionala base para considerar el desarrollo comolibertad.4

    El enfoque sobre libertades humanas con-trasta con las perspectivas ms estrechassobre el desarrollo, tales como aquellas queidentifican el desarrollo con el crecimientodel producto bruto nacional, o con la am-pliacin del comercio, o con la industriali-zacin, o con el avance tecnolgico. El cre-cimiento del PNB, o de las industrias, o dela tecnologa, puede, por supuesto, ser muyimportante como medio de ampliar las li-bertades de los miembros de la sociedad.Pero las libertades que la gente disfruta de-penden tambin de otros factores determi-nantes, tales como las instituciones socialesy econmicas (por ejemplo, las instalacionespara la educacin y el cuidado de la salud),as como tambin los derechos polticos yciviles (por ejemplo, la libertad de partici-par en la discusin y el escrutinio pblicos).Ver el desarrollo en trminos de la amplia-cin de las libertades substanciales dirige laatencin hacia los fines que hacen al desa-rrollo importante, en vez de simplementehacia algunos de los medios que, entre

    3 La naturaleza inclusiva de la libertad y su incorpora-cin de los distintos componentes es examinada enforma crtica en mis Conferencias Kenneth Arrow, quesern publicadas en Freedom, Rationality and SocialChoice (Libertad, Racionalidad y Eleccin Social),prximo a aparecer (Clarendon Press, Oxford).

    4 Las correlativas de poltica al desarrollo, consideradoen esta perspectiva general, son examinadas en mi pr-ximo libro, Development as Freedom (Desarrollo comoLibertad) (1999).

    otros, cumplen un papel importante en elproceso.

    Al usar esta perspectiva amplia, podemosexaminar el papel particular de la inversinen la niez. Ese papel tiene muchas caracte-rsticas y aspectos distintos, y es importanteseparar las formas diferentes en las cualesese papel puede ser importante para refor-zar la libertad humana, y por medio de ello,avanzar el desarrollo. En estos tiempos, fre-cuentemente escuchamos que debemos asu-mir un punto de vista holstico, pero eltema requiere tambin distinciones analti-cas y diferenciaciones empricas. El con-junto puede ser ms que la suma total de laspartes pero tenemos que tener muy en clarocules son las partes antes de evaluar elconjunto.

    Mortalidad como falta de libertadLa primera, y tal vez la ms elemental cone-xin entre la inversin en la niez y el desa-rrollo pasa por la mortalidad infantil. Aquhay dos cuestiones: 1) la posibilidad emp-rica de reducir la mortalidad de menores de5 aos (incluida la mortalidad infantil) me-diante inversiones pblicas y privadas, y 2)la pertenencia de la reduccin de la morta-lidad de menores de 5 aos para el desarro-llo. Respecto al primer punto, la existenciade relaciones empricas muy slidas entre lainversin y la reduccin de la mortalidadest ampliamente confirmada por la regula-ridad observada de que las inversiones ennutricin, inmunizacin, cuidado infantil,etc., reducen en forma radical la tasa de lamortalidad de menores de 5 aos cuandoesa tasa es, comparativamente hablando,alta. En efecto, las experiencias en diversaspartes del mundo, desde Europa al Japn,muestran cmo pueden ser muy efectivas lasinversiones en estos sectores, inclusiveaquellas an bastante pequeas. Tambin

  • los logros de las polticas nacionales en lareduccin de la mortalidad infantil han sidosubstancialmente suplementados en aosrecientes por intervenciones sistemticas deorganizaciones internacionales comoUNICEF y la OMS.

    Si la cuestin anterior (la conexin empri-ca) est bien establecido, la cuestin si-guiente (la evaluacin) debera tambin serbien reconocido. En realidad, la importan-cia de la reduccin de la mortalidad en laevaluacin de los logros del desarrollo esaceptada mucho ms ampliamente ahora,que lo que era hace apenas una dcada odos. Como alguien que por muchos aos hatratado de abogar en favor de la importan-cia de la reduccin de la mortalidad comouna parte constitutiva del desarrollo,5 mesatisface informar que la oposicin a reco-nocer esta importancia constitutiva pareceestar desintegrndose ahora, al menos en elnivel prctico. Los Informes sobre el Desa- 5 Al criticar tales medidas como el crecimiento delPNB per cpita como el criterio de desarrollo (tal vezajustado en alguna forma por la desigualdad), intent aprincipios del decenio de los 70 proponer una contem-porizacin -- la de tener un criterio compuesto en elcual la supervivencia sera un componente crtico juntocon el ingreso; ver mi ensayo On the Development ofBasic Income Indicators to Supplement the GNPMeasure (Sobre el Desarrollo de Indicadores Bsicosde Ingreso para Suplementar la Medida del PNB),United Nations Economic Bulletin for Asia and the FarEast (Informe Econmico de las Naciones Unidas paraAsia y el Lejano Oriente), 24 (1973). Es, sin embargo,necesario distinguir adecuadamente entre las basesnormativas de la valorizacin de distintos objetivos(incluidos el ingreso y la supervivencia), en vez debuscar principalmente una avenencia inmediatamenteaceptable. Sobre este tema, ver mi ensayo Informa-tional Basis of Alternative Welfare Approaches: Ag-gregation and Income Distribution (Base Informativade Perspectivas Alternativas de Bienestar: Agregaciny Distribucin del Ingreso), Journal of Public Eco-nomics, 3 (1974) y Resources, Values and Develop-ment (Recursos, Valores y Desarrollo) (1984).

    rrollo Humano de Mahbub ul Haq que co-menzaron como una rebelin contra las me-didas aceptadas del desarrollo (el primerinforme fue en 1990), se han convertido re-cientemente en un elemento corriente dentrodel grupo establecido de la literatura deldesarrollo. Si bien no todos concuerdan conla importancia de esta perspectiva, y en al-gunos textos an se despliega una terquedaddesafiante en la tendencia de distinguir ta-jantemente entre el desarrollo humano,de un lado, y simplemente el desarrollo,del otro (cmo si el ltimo considerase elbienestar de los elefantes y chimpancs,adems del de los humanos). Pero en la lite-ratura prctica sobre el desarrollo, el au-mento de la expectativa de vida y la reduc-cin de la mortalidad son tomados ahora encuenta regularmente, como parte integral dela contabilidad del desarrollo entendido enforma amplia. Aparte de lo que podamospensar de medidas agregadas tales como elndice del desarrollo humano, que nopueden ser sino defectuosas (como habr deserlo cualquier representacin de un vectorcomplejo de logros por medio de un solonmero), el tema de vida o muerte est aho-ra bien establecido en la literatura del desa-rrollo.

    Sin embargo, el tema no es slo de acepta-cin contable, sino tambin de claridadconceptual sobre cmo el desarrollo puedeser visto como un proceso consolidado deampliacin de la libertad humana, y por qula reduccin de la mortalidad de menores de5 aos (y el correspondiente alivio de estos)pueden ser slidamente colocados en elcentro de este entendimiento integrado. Elreducir la mortalidad evitable puede ser, ens mismo, una contribucin importante alproceso del desarrollo, ya que la muerteprematura es una negacin bsica de la li-bertad ms elemental de los seres humanos.

  • Esto no es slo debido a que nosotros valo-ramos, y tenemos razones para valorar, elvivir un perodo normal de vida (esto estbien reflejado en el razonamiento que usa-mos una vez que somos lo suficientementeadultos para razonar), pero tambin debidoa que la mayora de las cosas que queremoshacer se facilitan por el hecho de estar vi-vos. Uno tiene que ser vivo en vez demuerto para poder lograr muchas de lascosas que nosotros valoramos alcanzar. Vi-vir no slo es divertido, sino tambin facilitagrandemente las cosas que queremos alcan-zar.

    Salud y supervivencia de los niosEste punto elemental, si bien es suficiente-mente obvio, merece ser reconocido expl-citamente en esta conferencia. El tema deesta conferencia es muy amplio pero puedeser reducido en forma arbitraria si nuestraperspectiva fuese el concentrarse solamenteen la pobreza vista como los ingresos bajos.En verdad, el imperativo de romper el ci-clo de la pobreza puede ser interpretadopor algunos como que es principalmenteuna orden de batalla para luchar contra laperpetuacin de los bajos ingresos, peroesta interpretacin tendra el efecto de re-ducir en forma significativa el alcance y larelevancia del tema de esta conferencia.

    La mortalidad de menores de 5 aos, quean reclama una cantidad sorprendente devidas, tiene que ser vista como un empobre-cimiento en s misma. El cuidado de la sa-lud, la educacin pblica, el garantizar elderecho a la alimentacin, y otras medidasque ayuden a poner fin al ciclo de este em-pobrecimiento bsico deben tener un lugarcentral en un planteamiento integrado, y lasmorbilidades y sufrimientos asociados conla elevada mortalidad de menores de 5 aostambin merecen la atencin pblica. Estas

    aflicciones representan tambin violacionesa la libertad de los ms jvenes para vivirde manera que ellos puedan disfrutar yapreciar.

    Calidad de la niez y capacidades en laedad adultaTras sealar la relevancia inmediata de lasalud y de la supervivencia de la niez enuna perspectiva de desarrollo, permtanmetornar hacia las conexiones entre la niez yla edad adulta. En su insinuante libro TheTwelve Who Survive (Los doce que sobrevi-ven), Robert Myers ha planteado plausible-mente que nosotros no podemos estar preo-cupados nicamente por la prevencin de lamortalidad de los nios, sino tambin debe-mos concentrarnos en fortalecer progra-mas de desarrollo de la infancia para unavida ms plena de los nios.6 Mejorar lacalidad de vida de los nios, influenciadapor la educacin, la seguridad, prevencinde traumas, etc., puede ser una parte crucialdel desarrollo.

    En efecto, la calidad de la niez tiene im-portancia no slo para lo que pase en laniez sino tambin para la vida futura. Lasinversiones para la infancia son impor-tantes por su propio derecho debido a queellas abren el camino para toda una vida demejor salud, desempeo mentaly fsico, y productividad como lo sealaEnrique Iglesias, el Presidente del BancoInteramericano de Desarrollo, quien aadeque las inversiones apropiadas pueden lle-varnos lejos para minimizar, y aun prevenir,una serie de otros problemas econmicos ysociales, que van desde la delincuencia ju-venil hasta la maternidad adolescente y la

    6 Robert Myers, The Twelve Who Survive(Los doceque sobreviven) (Ypsilanti, Ml: High/Scope Press,1992, 1995).

  • violencia domstica y social.7Las capacidades de que disfrutan los adul-tos estn profundamente condicionadas a suexperiencia como nios. Nuevamente aqudebemos distinguir entre los diferentes ele-mentos de esta imagen interconectada. Lasinversiones en educacin y otros aspectos delas oportunidades existentes durante la ni-ez pueden mejorar las capacidades futurasen formas muy distintas. Primero, puedenhacer directamente que las vidas de losadultos sean ms ricas y menos problemti-cas ya que una niez segura en la etapapreparatoria puede aumentar nuestra habi-lidad para vivir una buena vida. Existeabundante evidencia psicolgica-social quesugiere esto.

    Segundo, adems de ese efecto directo enla capacidad para vivir una buena vida, lapreparacin y la confianza durante la nieztambin contribuyen a la habilidad de losseres humanos para ganarse la vida y sereconmicamente productivos. Las vidas delos adultos son enriquecidas por medio deestos ingresos y recompensas econmicas.Dado que eso a su vez influencia las vidasde sus nios y sus futuras vidas adultas,aqu hay un problema de transmisin acercadel cual el Banco Interamericano de Desa-rrollo ha estado muy preocupado reciente-mente (a juzgar por la literatura que he te-nido la oportunidad de leer).

    Esta relacin, que puede ser llamada laconexin econmica indirecta, comple-menta ampliamente la fuerza del efectodirecto de la calidad de la niez sobre lasvidas y aptitudes de las personas al llegar a

    7 Carta del Presidente, en Breaking the Poverty Cy-cle: Investing in Early Childhood (Romper el ciclo dela pobreza: Invertir en la infancia) BID, marzo de1999.

    ser adultos. Esta conexin es importante engeneral, pero es especialmente seria en elcontexto especfico de los hogares encabe-zados por mujeres y las familias sostenidaspor mujeres.8 La conexin econmica indi-recta tiene que ser un rea de investigacinconcentrada y accin en los prximos aos.La tercera conexin es tambin indirecta,pero se relaciona con los vnculos sociales,que pueden extenderse ms all de los pu-ramente econmicos. Nuestra habilidad pa-ra vivir con otros, para participar en activi-dades sociales, y para evitar desastres so-ciales, est tambin profundamente influen-ciada por las aptitudes que adquirimos co-mo nios. Sabemos algo acerca de estas re-laciones sobre la base de la literatura exis-tente, pero este es un campo en el que senecesita todava hacer mucha investigacinsocial y psicolgica. La accin concertadapara mejorar las capacidades sociales re-quiere mucho ms atencin de la que ha re-cibido en la corriente principal de la litera-tura del desarrollo.

    Hay una cuarta conexin, de carcter polti-co. El xito de una democracia depende dela participacin de los ciudadanos y este noes solamente un asunto de reaccin visce-ral sino tambin de preparacin sistemti-ca para vivir como ciudadanos activos y de-liberantes. Estos temas han sido recalcados

    8 Ver Mayra Buvinic y Geeta R. Gupta, Female-Headed Households and Female-Maintained Families:Are They Worth Targeting to Reduce Poverty in De-veloping Countries? (Hogares a cargo de mujeres yfamilias sostenidas por mujeres: Vale la pena focal-izarse en ellos para reducir la pobreza en los pases endesarrollo?), Economic Development and CulturalChange (Desarrollo Econmico y Cambio Cultural),45, 2 (1997). Ver tambin Mayra Buvinic, Women inPoverty: A New Global Underclass (Mujeres en lapobreza: Una nueva clase marginada global), ForeignPolicy, 108 (Otoo 1997).

  • por diversos observadores polticos comoHabermas, y ms recientemente RobertPutnam, entre otros.9La conexin entre la niez y la edad adultatiene, en consecuencia, muchos aspectos.Hay necesidad de una estructura de anlisisinteractivo que preste atencin a los diver-sos elementos en esta relacin as como asus interconexiones manifiestas. La expe-riencia y la calidad de la niez, como lo hananalizado Felton Earls y Maya Carlson, tie-nen un efecto profundo sobre las capacida-des de los adultos para vivir en forma exito-sa en la sociedad.10 Mientras que la ilustra-cin de estas interconexiones proviene delos trabajos de Earls-Carlson basados en suestudio de las familias estadounidenses (es-pecialmente en el vecindario de Chicago),hay cuestiones generales aqu que se apli-can tambin a otros pases, incluyendo no-tablemente aquellos en el resto de las Am-ricas. Tenemos mucho que aprender de cadauno de nosotros.

    9 Ver J. Habermas, Communication and the Evolutionof Society (Comunicacin y Evolucin de la Sociedad)(Boston, MA: Beacon Press, 1979); Robert D. Putnam,Making Democracy Work: Civic Traditions in ModernItaly (Hacer Funcionar la Democracia: TradicionesCvicas en la Italia Moderna) (Princeton: PrincetonUniversity Press, 1993). Ver tambin S. Chambers,Reasonable Democracy (Democracia Razonable)(Ithaca, NY: Cornell University Press, 1996); AmyGutnam and Dennis Thompson, Democracy and Dis-agreement (Democracia y Desacuerdo) (Cambridge,MA: Harvard University Press, 1996); J. Bohman andW. Rehg, editores, Deliberative Democracy (Democra-cia Deliberativa) (Cambridge, MA: MIT Press, 1997).

    10 Felton Earls y Maya Carlson, Adolescents as Colla-borators: In Search of Well-being (Adolescentes comoColaboradores: En Busca del Bienestar), mimeogra-fiado, Harvard University, 1998. Ver tambin su ensa-yo conjunto anterior, Towards Sustainable Develo-pment for American Families (Hacia el DesarrolloSostenible para las Familias Estadounidenses), Dae-dalus, 122 (1993).

    Un comentario finalHe comentado brevemente sobre una pers-pectiva general hacia el desarrollo que nospermita ver el tema de la inversin en la ni-ez en una perspectiva amplia, y tambinsobre algunos de los distintos elementos enla relacin entre la niez y la edad adultaque tienen que ser considerados ms plena-mente para lograr una perspectiva ms ade-cuada de las polticas orientadas hacia estetema complejo. Es importante ver las diver-sidades involucradas, incluyendo nuestrointers en la supervivencia y calidad de vidade los nios, por un lado, y el impacto di-recto as como indirecto de la niez sobrelas capacidades de los adultos para tenervidas dignas. Las conexiones cubren las ca-pacidades directas para vivir, as como losefectos indirectos por medio de vnculoseconmicos, sociales y polticos. Este es unasunto de profunda importancia, y le estoymuy agradecido al Banco Interamericano deDesarrollo por asumir un papel de liderazgoen enfrentar este problema. Los desafos queesto conlleva son de inters para todo

  • el mundo.

  • LOS NUEVOS ACTORESPor Gro Harlem Brundtland

    El ttulo con el cual se ha definido al semi-nario de hoy podra muy bien haber sidoescogido por un manual de promocin de laOrganizacin Mundial de la Salud: Rom-per el ciclo de la pobreza: Invertir en la in-fancia.

    En nuestro esfuerzo por poner la salud en elcentro de la agenda global del desarrollo,estoy comprometida a llevar a los responsa-bles de las decisiones polticas los plantea-mientos que acabamos de escuchar. Invertiren la salud es una estrategia bien docu-mentada para sacar a la poblacin de lapobreza. Invertir en la infancia es costo efi-caz y un ejemplo slido de las polticas deprevencin de la salud pblica.

    El hecho que nos ocupemos de estos temasen el seminario del Banco Interamericanode Desarrollo es alentador, pero no sor-prendente. El BID ha estado a la vanguar-dia en demostrar por qu es importante lasalud y por qu los pases miembros debendedicar tiempo y energa para corregir suspolticas de salud. Lo ha hecho trabajandoestrechamente con la Organizacin Pana-mericana de la Salud (OPS), el componenteque se ocupa de la salud en el sistema inte-ramericano, al cual tambin pertenece elBID, que es tambin la Oficina Regional dela OMS para las Amricas.

    Estoy aqu para dar todo mi apoyo a estacolaboracin, y para enviar un mensaje cla-ro de que la OMS trabajar activamentepara llegar a las instituciones financierasinternacionales en nuestra bsqueda demejor salud y de mejor vida para miles demillones de personas.

    Esta tarde deseo compartir con ustedes al-gunas normas generales sobre el trabajo dela OMS respecto a la salud infantil y refle-xionar sobre cmo puede incorporarse estetrabajo dentro de una cooperacin ms am-plia con los bancos de desarrollo. Tenemospapeles diferentes, pero no podemos vivir enmundos diferentes. Necesitamos unir losesfuerzos de todos los actores involucradosen el desarrollo.

    Hoy tenemos un cuadro panormico confia-ble de la carga global de las enfermedades.Las cifras para 1995 muestran pocas sor-presas. Las principales causas de mortali-dad o de invalidez entre los nios menoresde 5 aos son las tradicionales tres: infec-ciones respiratorias, diarrea y las condicio-nes relacionadas con el nacimiento. Culesson los principales factores de riesgo? Pri-mero est la malnutricin. Luego siguen elagua y el saneamiento deficientes. Estas tresmismas causantes de muerte estaran igual-mente al frente de la lista si hubisemos he-cho este estudio en 1965 o an antes. Perosi bien es cierto que las principales causasde la mortalidad infantil son las mismas, losniveles para la mayora de ellas se han re-ducido en forma significativa.

    An as, es en la mortalidad infantil dondese han hecho ms visibles las desigualdadessociales. La mayor parte de la agenda in-conclusa de la salud en vsperas del sigloXXI est predicada en la persistencia de lasenfermedades de la niez, enfermedadescontra las cuales tenemos instrumentos. Sinembargo, la aplicacin de estos instrumen-tos ha fracasado debido a la desigualdad

  • social y a la desigualdad en los sitemas desalud. Por tanto, las vastas mejoras en lasalud infantil no han sido compartidas portodos. Es por esto que seguimos observandola persistencia de ciertas causas de muertesque ya no deberan estar entre las princi-pales.

    Pero en general, las tasas de mortalidad demenores de 5 aos y de esperanza de vidahan mejorado sensiblemente. Ms nios so-breviven los primeros cinco aos de sus vi-das que nunca antes. Esto significa que te-nemos ms nios que cuidar. Los avances enla ciencia y en la salud pblica, que permi-ten que ms nios sobrevivan sus primerosaos, nos han dado una nueva responsabili-dad: tras haber logrado la supervivencia delos nios debemos asegurar que ellos tenganuna infancia saludable y estimulante. Estolos preparar para los desafos que tendrnms adelante en la vida y les permitir ha-cer contribuciones al desarrollo econmicoy social de sus pases y comunidades.

    Invertir en la infancia significa invertir enla prevencin de la pobreza. Hemos sabidopor mucho tiempo que la pobreza engendrala mala salud. Lo que algunos han sospe-chado durante mucho tiempo, pero que slose ha hecho evidente hace poco, es que larelacin funciona en ambos sentidos. Lamala salud perpeta la pobreza. Esta es laraz del ciclo de la pobreza. Y al igual comolo enfatizaron los ponentes que me antece-dieron, la forma de romper el ciclo de lapobreza es concentrarse en los nios. Yocreo que estamos logrando algn avance.Tenemos instrumentos slidos y eficientespara mejorar las vidas de los nios ms j-venes. Los enfoques integrados a las necesi-dades de la niez que reconocen la impor-tancia del cuidado de la infancia para lasupervivencia, crecimiento y desarrollo han

    cambiado nuestra perspectiva en cuanto alas estrategias para ayudar a los nios queviven en la pobreza.

    Permtanme tornar ahora a lo que puedecontribuir la OMS.

    Todos nosotros estamos conscientes de quetenemos que prestar atencin a la estimula-cin cognitiva y a los factores psicosocialesen el desarrollo del nio, pero la base parael desarrollo mental normal es la ausenciade enfermedades serias. Un nio debilitadopor repetidos ataques de diarrea o malariano se beneficiar. Prevenir o impedir losrepetidos ataques de enfermedad en un niopequeo es, en consecuencia, tambin unaparte integral y fundamental para asegurarsu desarrollo psicosocial.

    La nutricin es un factor crucial. Los efec-tos de la nutricin no slo sobre el creci-miento y el desarrollo fsico sino tambinsobre el desarrollo cognitivo y social estnbien documentados. Un nio mal nutrido noes solamente ms vulnerable a la enferme-dad. Su desarrollo cognitivo estar en peli-gro, especialmente durante los tres primerosaos de vida. El crecimiento fsico retarda-do est vinculado estrechamente con el de-sarrollo mental reducido.

    Nuestra intervencin, desde luego, debe co-menzar mucho antes del nacimiento. Entreel 5% y el 15% de la carga global de la en-fermedad est asociada con las fallas enatender las necesidades de la salud repro-ductiva. Muchos de estos problemas surgencuando los adolescentes se convierten enpadres demasiado temprano.

    Slo imaginense los costos, para el indivi-duo y para la sociedad, de la muerte de600.000 mujeres que ocurren cada ao por

  • causas relacionadas con la maternidad y alas 7,6 millones de muertes en el perodoperinatal. El fracaso en asegurar que lagente joven tenga el conocimiento, las apti-tudes y los servicios que necesitan paraayudarles a tomar decisiones saludables ensus vidas sexuales y reproductivas noscuesta mucho. La inversin en la salud re-productiva es una inversin en la salud y eldesarrollo futuros. El mundo asumi com-promisos reales en El Cairo hace cincoaos, pero no se han otorgado suficientesrecursos. Necesitamos un esfuerzo renovadosobre la agenda reproductiva, y la OMS ju-gar su papel activamente.

    La salud reproductiva, la nutricin y las es-trategias para combatir a las enfermedadescomunes de la infancia deben tener un papelcentral en cualquier programa para los ni-os. Otras actividades para el desarrollopueden surgir de esto. La salud, la nutriciny el estmulo cognitivo y social, as como laeducacin, son temas complementarios quese prestan para la cooperacin a travs delas fronteras profesionales.

    El da de un nio no est compartamentali-zado en sectores de salud, nutricin, educa-cin y otros, y nosotros no debemos imponernuestros compartimientos profesionales so-bre sus vidas. Nuestra tarea es asegurar quela salud y la educacin, la nutricin y lasactividades sociales se fusionen en un sloambiente, protector y favorable para el de-sarrollo del nio.

    Una de las contribuciones de la OMS alcuidado y al desarrollo de la infancia es laestrategia para el Manejo Integrado de lasEnfermedades de la Niez (MIEN). Es unresultado de las lecciones aprendidas du-rante la lucha contra las enfermedades in-fantiles. Encontramos que en muchas de las

    estrategias separadas para combatir enfer-medades especficas en los nios, frecuen-temente se pierden oportunidades, lo queresulta en esfuerzos redundantes y a vecesda consejo demasiado limitado o confuso alas madres.

    El MIEN es importante porque se concentraen los nios ms pequeos, desde el naci-miento hasta los cinco aos, que tradicio-nalmente han sido los ms difciles de al-canzar. Tambin es importante porque utili-za la infraestructura existente como puntode partida: los trabajadores locales de saludreciben capacitacin y apoyo para ayudar alos nios y a los padres.

    Un nio que es llevado con diarrea a unaclnica ser tratado de su queja, y al mismotiempo ser examinado en busca de infec-ciones respiratorias agudas y otras enfer-medades y recibir una evaluacin nutricio-nal. El nio ser vacunado, se informar ala madre acerca de la lactancia natural y deotros aspectos de la nutricin, y sobre laimportancia de colocar mosquiteros im-pregnados sobre las camas de nios que vi-ven en zonas propensas a la malaria. Todoesto en una consulta integrada.

    Como parte de la estrategia del MIEN, estosesfuerzos para mejorar las prcticas de lostrabajadores de la salud son complementa-das con mejoras en la infraestructura de lasalud y con esfuerzos concentrados paracambiar las costumbres familiares y comu-nitarias claves.

    El MIEN es una estrategia nueva, demasia-do nueva para que podamos presentar datosdefinitivos y de gran escala sobre sus xitos,pero el cambio ya se nota en el terreno.Uganda es uno de los 58 pases en el mundoque han adoptado la estrategia del MIEN.

  • Una madre que sala desconcertada de unpuesto de salud hace poco, en una pequeaaldea de Uganda, pregunt en forma suspi-caz si haba habido un aumento salarialgrande para las enfermeras, ya que los tra-bajadores de salud le hablaban ahora lar-gamente y mostraban una preocupacin de-susada por su criatura. En el Brasil, que esuno de los 19 pases de Amrica Latina y elCaribe que han adoptado el MIEN, los da-tos iniciales de un estudio de investigacinsugieren que el consejo nutricional a lasmadres en las zonas rurales pobres, dadopor los trabajadores de salud entrenados enel MIEN, ha eliminado casi toda la baja enel peso que haba sido usual para las criatu-ras en la transicin de la leche materna a lacomida ordinaria del hogar.

    La estrategia tambin enfatiza en que nodebe desperdiciarse ninguna oportunidadpara inmunizar al nio. La inmunizacin enla niez es un rea donde los logros han si-do considerables. La proporcin de los ni-os del mundo que han sido vacunados haaumentado desde menos del 5% en el dece-nio de los aos setenta a cerca del 80% enla actualidad. Pero el mantener la coberturaen estos niveles es una tarea en curso y am-pliar este servicio bsico a todos los nioses un desafo inconcluso. Todava hay unalarga demora entre la introduccin de nue-vas vacunas en los pases ricos y su disponi-bilidad para los nios menos privilegiadosdel mundo. Mecanismos creativos de finan-ciamiento son parte de la solucin para es-tas cuestiones pendientes.

    La clave es el trabajo en equipo a travs delas disciplinas y de los organismos. Ello melleva a la segunda razn por la cual la pre-sente reunin me hace sentir optimista. Ha-ce unos aos, un seminario como ste tpi-camente habra sido organizado por

    UNICEF, la OMS o por cualquiera de lasmuchas organizaciones existentes orienta-das a la niez. Esta vez, sin embargo, es or-ganizado por un banco.

    Siempre he credo que no se pueden hacercambios fundamentales en la sociedad amenos que las dimensiones econmicas delasunto sean plenamente entendidas. Una vezque comprendimos las implicancias econ-micas de la degradacin ambiental fuimoscapaces de transformar el medio ambientede ser una causa para los ya convencidos aconvertirse en un asunto para la atencinreal de la sociedad por parte de los princi-pales actores. Lo mismo ocurre con la sa-lud.

    La va para lograr resultados es mediantelas asociaciones. A menudo las mejoresasociaciones son aquellas que se forjan en-tre entidades no ortodoxas. Cuando la gentecon antecedentes muy distintos se rene conun propsito compartido, se libera la creati-vidad y se usa la especializacin en formasnovedosas y constructivas.

    Esto proporciona inspiracin real a la Or-ganizacin Mundial de la Salud. Nosotroshemos fortalecido nuestra capacidad inte-lectual para demostrar cmo el buen sentidoeconmico puede sostener polticas slidasde salud. Nosotros pretendemos reunir,analizar y difundir la evidencia de que in-vertir en la salud es una de las principalesrutas hacia el alivio de la pobreza. Hemosestablecido cooperacin estrecha con elBanco Mundial y el Fondo Monetario Inter-nacional as como con los bancos regionalesde desarrollo.

    Como lo dije al principio, el Banco Intera-mericano de Desarrollo no es ajeno a estaforma de pensar. El BID ha sido lder en el

  • financiamiento a proyectos del sector social,con sus primeros prstamos al llamadosector blando que se remontan al deceniode los aos ochenta y otros bancos regio-nales de desarrollo estn siguiendo ahoraese rumbo. Durante el decenio pasado, elBanco Mundial ha ampliado tambin talfinanciamiento enrgicamente.

    La reciente y actual crisis econmica enAsia y en varios pases de Amrica Latinaha puesto en evidencia la necesidad de pro-teger y fortalecer las actividades del sectorsocial y asegurar sistemas universales desalud y educacin de bajo costo para todos.El efecto de la filtracin no funciona pors mismo. A pesar de que este hecho puedaser disimulado durante pocas de apogeoeconmico, se torna aparente en forma muyclara durante la recesin y la crisis. Nuncaes mayor la necesidad de intervenir que pa-ra asegurar que los nios tengan la niez ala que tienen derecho, y como lo han sea-lado varios ponentes esta tarde, los benefi-cios econmicos derivados de la inversinen la infancia son impresionantes.

    Pero las intervenciones deben ser eficacesen relacin a sus costos. No tiene por quecostar mucho el lograr mejoras sustancialesen la situacin de los nios, pero los pro-gramas mal diseados pueden fracasar f-cilmente, desperdiciando los escasos recur-sos pblicos y haciendo an ms difcil elconvencer la prxima vez a los responsablesde las decisiones que los programas orien-tados a los nios son valiosos.

    Cuando se les diga a los Primeros Ministrosy a los Ministros de Finanzas que el desa-rrollo de la infancia es tambin asunto deellos, que las inversiones sensatas rindenresultados reales, escucharn en una formadistinta y considerarn el cambio de sus

    prioridades tradicionales. Cuando vean queexisten estrategias slidas y eficaces en re-lacin al costo y que ellas estn respaldadaspor expertos de renombre mundial, entonceshay una verdadera esperanza de que lesasignen dinero a los programas.

    Este seminario ha mostrado que tenemos laexperiencia, que tenemos un creciente n-mero de estrategias eficaces en relacin acostos y, por medio del BID, tenemos a unorganismo crediticio dispuesto y competen-te: en suma, tenemos lo necesario para me-jorar las condiciones de los nios de lasAmricas y del resto del mundo.

    Este seminario es prueba de la voluntad pa-ra establecer nuevas asociaciones. Me daconfianza en que tendremos xito en cumplirlas promesas y obligaciones hacia nuestrosnios y en romper el ciclo de la pobreza.

  • Sobre los autores

    Amartya K. Sen es Master del Trinity College en Cambridge, Inglaterra. Gan el Premio Nobel deEconoma en 1998 por sus contribuciones a la investigacin de la teora del bienestar, las cualeshan ayudado a la comprensin de los mecanismos que subyacen la hambruna y la pobreza. Previoa su trabajo en el Trinity College, el Dr. Sen fue Lamont University Professor de la Universidad deHarvard, donde labor como Profesor de Economa y Filosofa (1987-1998). De igual modo, fueprofesor de economa en otras universidades prestigiosas como la Universidad de Oxford (1977-1987), la Escuela de Economa de Londres (1971-1977), y la Universidad de Delhi en India (1963-1971).

    Originario de la India, el Profesor Sen estudi en el Presidency College en India, y obtuvo susdiplomas de licenciatura y doctorado en Economa en Trinity College, en los aos 1955 y 1959,respectivamente. Sus investigaciones se encuentran en una amplia gama de campos de la economay la filosofa, incluyendo: la teora de la escogencia social, teora del bienestar, teora de la medi-cin, economa del desarrollo, filosofa moral y poltica, la racionalidad de la escogencia y elcomportamiento, y la objetividad desde perspectivas posicionales.

    Gro Harlem Brundtland es la actual Directora-General de la Organizacin Mundial de la Salud.Ocup cargos pblicos por ms de veinte aos, en diez de los cuales desempe el cargo de PrimerMinistro de Noruega (1981, 1986-1989 y 1990-1996), siendo la primera mujer en ocupar estepuesto. En 1974 fue Ministra de Medio Ambiente. Antes de esa fecha trabaj en el Ministerio deSalud, en asuntos relacionados con la salud infantil, incluidos la promocin del consumo de lechematerna, la prevencin del cncer y otras enfermedades. Tambin trabaj en el departamento depediatra del Hospital Nacional y del Hospital de la Ciudad de Oslo y fue Directora de los Serviciosde Salud para escolares de Oslo.

    En 1983, el entonces Secretario General de la ONU la invit a establecer y presidir la ComisinMundial de Medio Ambiente y Desarrollo (la Comisin Brundtland) que cobr renombre por laelaboracin amplia del concepto del desarrollo sustentable. La Dra. Brundtland es mdica y obtuvouna maestra en Salud Pblica en la Universidad de Harvard, adems, trabaj durante diez aoscomo mdica y cientfica en el sistema de salud pblica de Noruega.