Investigacion Ambiental

81
SEMARNAT Investigación AmbientaL Instituto Nacional de Ecología-SEMARNAT Volumen 4 Número 2 Julio-diciembre de 2012 Publicación semestral arbitrada ISSN 2007-4492 Ciencia y política pública Perspectivas y retos en el estudio del manejo de ecosistemas en paisajes rurales: una síntesis El efecto del cambio poblacional en el uso del suelo en paisajes rurales de México: un análisis a nivel estatal Restauración de campos agrícolas sin competir por el uso de la tierra para aumentar su biodiversidad y servicios ecosistémicos Manejo de bosques tropicales: bases científicas para la conservación, restauración y aprovechamiento de ecosistemas en paisajes rurales Efectos del cambio de uso del suelo en la biomasa y diversidad de plantas leñosas en un paisaje de bosque tropical seco en Yucatán Transformaciones de una selva seca por actividades humanas en el paisaje rural de Baja California Sur, México Dinámica de un paisaje complejo en la costa de Veracruz Número monográfico: MANEJO DE ECOSISTEMAS EN PAISAJES RURALES

description

Investigacion

Transcript of Investigacion Ambiental

  • SEMARNATwww.semarnat.gob.mxwww.ine.gob.mx

    Investigacin AmbientaL

    Instituto Nacional de Ecologa-SEMARNAT Volumen 4 Nmero 2 Julio-diciembre de 2012 Publicacin semestral arbitrada ISSN 2007-4492

    Ciencia y pol t ica pbl ica

    Inve

    stig

    aci

    n A

    mbi

    enta

    L C

    ien

    cia

    y po

    lti

    ca p

    bl

    ica

    Vo

    lum

    en 4

    Nm

    . 2

    2

    012

    Perspectivas y retos en el estudio del manejo de ecosistemas en paisajes rurales: una sntesis

    El efecto del cambio poblacional en el uso del suelo en paisajes rurales de Mxico: un anlisis a nivel estatal

    Restauracin de campos agrcolas sin competir por el uso de la tierra para aumentar su biodiversidad y servicios ecosistmicos

    Manejo de bosques tropicales: bases cientficas para la conservacin, restauracin y aprovechamiento de ecosistemas en paisajes rurales

    Efectos del cambio de uso del suelo en la biomasa y diversidad de plantas leosas en un paisaje de bosque tropical seco en Yucatn

    Transformaciones de una selva seca por actividades humanas en el paisaje rural de Baja California Sur, Mxico

    Dinmica de un paisaje complejo en la costa de Veracruz

    Nmero monogrfico: Manejo de ecosisteMas en paisajes rurales

  • Secc

    in:

    Div

    ulga

    cin

    Una radiografa antes de decidir: el reto del aprovechamiento sustentable del pepino de mar en Campeche 81

    Presentacin

    El enorme crecimiento de la poblacin humana, de la economa y del consumo acaecido durante los ltimos 70 aos ha llevado a una igualmente creciente demanda de alimentos agrcolas y pecuarios. Para cubrir esta demanda, se han convertido grandes extensiones de ecosistemas na-turales de regiones fras, templadas, ridas y tropicales en campos agropecuarios a nivel mundial. Se estima que ms de un tercio de la superficie terrestre del planeta se dedica al uso agrcola y pecuario (MEA 2005). En Mxico, cerca del 70% de la superficie terrestre ha sido afectado por tal uso (FAO 2009) de tal manera que la mayora de los ecosistemas del pas han sido alterados en mayor o menor medida por las actividades agropecuarias (Snchez-Coln et al. 2008). Este proceso de conversin ha sido una de las principales causas de la prdida de biodiversidad y de los servicios que aportan los ecosistemas naturales (MEA 2005). La deforestacin y la actividad agropecuaria convencional y extensiva son motores importantes de degradacin de suelos y de la produccin de gases de efecto invernadero (Gesit y Lambin 2002, Lambin et al. 2003). En el futuro, el aumento de la poblacin humana y del consumo per cpita de alimentos agropecua-rios seguirn ejerciendo una fuerte presin sobre la biodiversidad y los servicios que aportan los ecosistemas naturales (Schacs et al. 2010).

    Ante el contexto anterior, se requieren de manera urgente formas de manejo de los eco-sistemas en los paisajes rurales que, por un lado, permitan cubrir las demandas de alimentos agropecuarios y, por el otro lado, fomenten la conservacin/recuperacin de los ecosistemas y de su biodiversidad. Al respecto, en aos recientes han surgido nuevos paradigmas en el campo de la agroecologa (e.g., Vandermeer 2009), del manejo mltiple de paisajes (e.g., Toledo et al. 2003) y del manejo sostenible de ecosistemas (Christensen et al. 1996, Tscharntke et al. 2005) que son promisorios. La aplicacin de estos paradigmas depende de la conjuncin de esfuerzos y de acciones interrelacionadas de diferentes actores sociales, incluyendo a propieta-rios de la tierra, campesinos, organismos gubernamentales y no gubernamentales, empresarios y acadmicos (MEA 2005). Al mismo tiempo, se requieren esfuerzos de investigacin multi e interdisiciplinarios que aporten los conocimientos, mtodos y herramientas tecnolgicas para el manejo sostenible de ecosistemas en los paisajes rurales (Harvey et al. 2008). Estos son retos particularmente urgentes de ser abordados en pases megadiversos como Mxico.

    La presente monografa es el resultado de una serie de ponencias presentadas durante el III Congreso Mexicano de Ecologa (Boca del Ro Veracruz; 3-7 de Abril de 2011), dentro del sim-posio Nuevas perspectivas y retos en el estudio del manejo de ecosistemas en paisajes rurales. La monografa ofrece un acercamiento a estudios que abordan marcos conceptuales, herramien-tas y aproximaciones tericas y empricas orientados a entender los factores, los procesos y los mecanismos socio-ecolgicos que determinan la preservacin/degradacin de los ecosistemas, su capacidad de regeneracin y las posibilidades de restauracin. Por otro lado, basados en estos enfoques, se incluyen casos de estudio sobre el manejo de ecosistemas en paisajes rurales de Mxico. Esperamos que la monografa sea una contribucin que ayude a fomentar este campo de investigacin an incipiente no slo en Mxico sino a nivel mundial.

  • Inve

    stig

    aci

    n am

    bien

    tal

    2012

    4

    (1)

    : 5-1

    7

    82 Alejandro Espinoza Tenorio, Daniel Pech, Julia Ramos, Angelina Pea-Puch

    Los artculos incluidos contaron con el valioso trabajo de arbitraje, que de manera muy cui-dadosa y aguda, llevaron a cabo la(o)s siguientes investigadora(e)s (en orden alfabtico por apellido, institucin en parntesis): Patricia Balvanera (Centro de Investigaciones en Ecosistemas, Universidad Nacional Autnoma de Mxico), Rodolfo Dirzo (Departamento de Ciencias Biol-gicas, Universidad de Stanford), Mara Fernanda Figueroa Daz Escobar (Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autnoma de Mxico), Juan Bautista Gallego Fernandez (Departamento de Biologa Vegetal y Ecologa, Universidad de Sevilla), Mario Gonzlez Espinosa (El Colegio de la Frontera Sur, Unidad San Cristbal Las Casas), Vctor Jaramillo Luque (Centro de Investigaciones en Ecosistemas, Universidad Nacional Autnoma de Mxico), Elena Lazos Chavero (Instituto de Investigaciones Sociales, Universidad Nacional Autnoma de Mxico), Roberto Lindig Cisneros (Centro de Investigaciones en Ecosistemas, Universidad Nacional Autnoma de Mxico), Leonel Lpez Toledo (Instituto de Investigaciones sobre los Recursos Naturales, Universidad Michoa-cana de San Nicols de Hidalgo), Angelina Martnez Yrizar (Instituto de Ecologa, Universidad Nacional Autnoma de Mxico), Eduardo Mendoza Ramrez (Instituto de Investigaciones sobre los Recursos Naturales, Universidad Michoacana de San Nicols de Hidalgo), Luciana Porter Bo-lland (Instituto de Ecologa A.C.). El trabajo realizado por los rbitros mejor de manera sustancial los artculos, facilitando en gran medida el trabajo de edicin de la monografa. Muchas gracias a todos ellos. Quisieramos tambin agradecer de la manera ms clida a todos los autores de los artculos incluidos en la monografa; estamos seguros que los lectores encontrarn en estos artculos trabajos de muy alta calidad y de vanguardia. Finalmente, pero no menos importante, queremos agradecer ampliamente el generoso apoyo financiero aportado por la Red Temtica de Ecosistemas del CONACYT (ECOred-CONACYT) para la realizacin de la presente obra.

    Los editoresMiguel Martnez-Ramos, Juan Dupuy Rada y Julieta Bentez-Malvido

    BIBlIografa

    Christensen, N.L., A.M. Bartuska, J.H. Brown, et al. 1996. The report of the Ecological Society of America com-mittee on the scientific basis for ecosystem management. Ecological Applications 6: 665-691.

    Geist, H.J. y E.F. Lambin 2002. Proximate causes and underlying driving forces of tropical deforestation. Bioscience 52: 143-150.

    Harvey, C. A., O. Komar, R. Chazdon, B. G. Ferguson, B. Finegan, D. M. Griffith, M. Martnez-Ramos, H. Mo-rales, R. Night, M. Van Breugel y M. Wishnie. 2008. Integrating agricultural landscapes with biodiversity conservation in the Mesoamerican hotspot. Conservation Biology 22: 8-15.

    Lambin,E.F., H.J. Geist y E. Lepers. 2003. Dynamics of land-use and land-cover change in tropical regions. Annual Review of Environment and Resources 28: 205-241.

    Millennium Ecosystem Assessment (MEA). 2005. Ecosystems and Human WellBeing: Synthesis. Island Press, Washington DC.

    Sachs, J. et al. 2010. Monitoring the worlds agriculture. Nature 466: 558-560.Snchez-Coln, S., Flores Martnez, A., Cruz-Leyva, I.A. y Velzquez, A. 2009. Estado y transformacin de los

    ecosistemas terrestres por causas humanas, en Capital natural de Mxico, vol. II: Estado de conservacin y tendencias de cambio. Conabio, Mxico, pp. 75-129.

    FAO. 2009. LA FAO en MXICO: ms de 60 aos de colaboracin. La Organizacin de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentacin, FAO, Mxico, D.F.

    Toledo V.M., Ortiz-Espejel B., Cortes L., Moguel P. y Ordoez M.J. 2003.The multiple use of tropical forests by indigenous peoples in Mexico: a case of adaptive management. Ecology & Society 7(3): http://www.ecologyandsociety.org/vol7/iss3/art9/print.pdf

    Tscharntke, T., A.M. Klein, I.Steffan-Dewenter y C. Thies. 2005. Landscape perspectives on agricultural inten-sification and biodiversity ecosystem service management. Ecology Letters 8: 857-874.

    Vandermeer, J.H. 2009. The Ecology of Agroecosystems. John and Barlett Publishers, LCC, U.K.

  • Secc

    in:

    Inve

    stig

    aci

    n

    Perspectivas y retos en el estudio del manejo de ecosistemas 83

    Perspectivas y retos en el estudio del manejo de ecosistemas en paisajes rurales: una sntesis

    J. Bentez-Malvido,1 J. M. Dupuy2 y M. Martnez-Ramos1*

    ResumenSe presenta el contexto general de ideas que susten-taron el desarrollo de los artculos incluidos en la mo-nografa Manejo de ecosistemas en paisajes rurales. Adems, presentamos una sntesis de estos artculos, as como conclusiones generales y especficas sobre el manejo sostenible de paisajes rurales surgidos de estos estudios.

    Palabras claveMxico, agricultura, ganadera, perturbaciones huma-nas, restauracin, conservacin, biodiversidad, soste-nibilidad, desarrollo humano.

    AbstractWe present the general conceptual framework that supported the development of the papers included in the monograph Ecosystem management in rural landscapes. Also, we present a summary of these papers, as well as general and specific conclusions about the sustainable management of rural landscapes emerging from these studies.

    KeywordsMexico, agriculture, livestock, human disturbance, restoration, conservation, biodiversity, sustainability, human development.

    Las sociedades humanas histricamente se han apropiado de los ecosistemas naturales transformndolos, con fre-cuencia, drsticamente. Es por ello que la huella huma-na sobre la mayora, y posiblemente sobre la totalidad, de los ecosistemas del planeta es incuestionable (Haberl et al. 2007). La deforestacin, fragmentacin y degra-dacin de los ecosistemas naturales ocasionadas por las actividades humanas, constituyen, a nivel mundial, la ma-yor amenaza para el mantenimiento de la biodiversidad en los ecosistemas terrestres (Laurance y Peres 2006).

    Estas actividades tambin impactan indirectamente ecosistemas acuticos epicontinentales y ocenicos.

    La transformacin parcial o total de la cubierta ve-getal original, principalmente para fines agropecuarios, es una prctica comn en la mayora de los sistemas terrestres y, en conjunto con la poblacin humana que en ellos existe, dan origen a los denominados paisajes rurales. Los paisajes rurales estn compuestos por grupos culturales y por diferentes tipos del uso de suelo, tales como cultivos, pastizales ganaderos, plantaciones fores-

    1 Centro de Investigaciones en Ecosistemas, UNAM.2 Centro de Investigacin Cientfica de Yucatn, A. C.

    Autor para correspondencia: [email protected];

    Antigua Carretera a Ptzcuaro No. 8701, Col. Ex-Hacienda

    de San Jos de La Huerta, C.P. 58190, Morelia, Michoacn,

    Mxico. Tel. 443-3222704.

  • Inve

    stig

    aci

    n am

    bien

    tal

    2012

    4

    (1)

    : 83-

    86

    84 J. Bentez-Malvido, J. M. Dupuy y M. Martnez-Ramos

    tales, asentamientos humanos semi-urbanos, vestigios de la vegetacin natural remanente y bosques secunda-rios. Los paisajes rurales estn reemplazando la cubierta de ecosistemas naturales a nivel planetario y aunque stos pueden estar fuertemente modificados, pueden an brindar los servicios ecosistmicos necesarios pa-ra la subsistencia de grupos humanos as como para el mantenimiento de la diversidad biolgica (Laurance et al. 2012). Sin embargo, muchas de las iniciativas de manejo de los diferentes ecosistemas naturales general-mente consideran nicamente aspectos que involucran la conservacin de las especies que los componen y de su diversidad gentica, dejando de lado los aspectos so-cioeconmicos y culturales de los paisajes a conservar.

    Las modificaciones al paisaje son el resultado de la interaccin dinmica entre procesos y factores ecol-gicos y sociales, que en conjunto forman lo que puede denominarse sistemas socio-ecolgicos (Collins et al. 2007, Ostrom 2009). La dinmica de estos sistemas determinan la forma en la que los grupos humanos se apropian de la naturaleza y las consecuencias ecolgi-cas y sociales de dicha apropiacin (Liu et al. 2007). Algunos de los grandes elementos de investigacin en los sistemas socio-ecolgicos son la biodiversidad, las funciones de los ecosistemas y los servicios que stos aportan a las sociedades (MEA 2005). Diferentes agen-tes de cambio del sistema social y del sistema ecolgico afectan a estos elementos. Estos agentes surgen y se entremezclan de manera compleja entre escalas tem-porales de corto, mediano y largo plazo y entre escalas espaciales locales, regionales, nacionales y planetarias, en sentidos que van del nivel local al global y viceversa (Sterman 1994, Strohschneider y Gss 1999, Collins et al. 2007). En este marco general de razonamiento, el estudio del manejo de ecosistemas en los paisajes rurales debera contemplar un enfoque socio-ecolgico, multi e interdisciplinario, dirigido a explorar los factores locales, regionales y globales que han determinado el estado actual de estos paisajes y los posibles escenarios futuros que podran conducir al manejo sostenible de los ecosistemas (Rling 1990, Kates et al. 2001, Roux et al. 2006, Reid 2010).

    Los estudios que integran la presente monografa abordan marcos conceptuales orientados a explorar fac-tores, procesos y mecanismos que determinan la preser-vacin o degradacin de los ecosistemas terrestres, su capacidad de recuperacin natural y las posibilidades de restauracin. Los estudios analizan tambin la dinmica

    de paisajes rurales a diferentes escalas espaciales y tem-porales, el impacto de los fenmenos naturales sobre diferentes prcticas de uso de suelo (por ejemplo, agr-colas, tursticas), as como el impacto de las actividades humanas sobre la biodiversidad y los servicios ecosist-micos de gran importancia, tales como la provisin de agua, la provisin de productos forestales maderables y no maderables, la regulacin de plagas y la regulacin de almacenes de carbono.

    En el primer artculo, Martha Bonilla y colaboradores realizaron una sntesis sobre los cambios demogrficos y de uso de suelo en diferentes municipios de Mxico durante los ltimos 30 aos (1980-2010), llegando a la conclusin de que la deforestacin no necesariamente est relacionada con el aumento de la poblacin humana, sino ms bien con las actividades ganaderas que produ-cen grandes transformaciones en el uso del suelo a nivel del paisaje. A continuacin, en un segundo artculo, Jos M. Rey Benayas propone como un reto global el lograr la restauracin de la biodiversidad y de los servicios ecosis-tmicos en paisajes agrcolas de manera tal que se llegue a conciliar la produccin agrcola y el mantenimiento de la biodiversidad de manera generalizada.

    Bajo la premisa de que el entendimiento del fun-cionamiento de dos tipos de bosques tropicales, consi-derados entre los ecosistemas ms diversos del planeta (i.e., bosque tropical seco y bosque tropical lluvioso) es imprescindible para su manejo sustentable, el tercer artculo presenta el programa de Manejo de Bosques Tropicales (MABOTRO), liderado por Miguel Martnez-Ramos; en ese programa se desarrollan bases cientficas, tecnolgicas y sociales para la preservacin de las selvas maduras as como para la restauracin y uso de bosques secundarios en la regin de Chamela, Jalisco (bosque tropical seco) y en la regin de Chajul, Chiapas (bosque tropical lluvioso). Asimismo, en el cuarto artculo Juan Manuel Dupuy y colaboradores exploran los cambios en la biomasa y la diversidad de especies leosas de bosques tropicales secos dentro de paisajes rurales de la Pennsula de Yucatn ante diferentes escenarios de cambio de uso del suelo simulados con base en la aptitud del suelo; concluyen que los cambios de uso del suelo tendran un impacto desproporcionadamente mayor sobre la bioma-sa que sobre la diversidad. En el quinto artculo Aurora Breceda y colaboradores abordan un estudio de caso al norte del pas, en una selva seca de Baja California Sur, presentando al paisaje rural como una unidad donde la sociedad y naturaleza interactan. Sintetizando varios

  • Secc

    in:

    Inve

    stig

    aci

    n

    Perspectivas y retos en el estudio del manejo de ecosistemas 85

    estudios en esta regin del pas, muestran cmo durante 300 aos se ha ido transformando el paisaje junto con la cultura ranchera. La tendencia a la desaparicin de esta cultura est provocando consecuencias negativas para el mantenimiento de la diversidad biolgica y cultural.

    Finalmente, en un sexto artculo, Mara Luisa Mar-tnez y colaboradores muestran para un paisaje costero de Veracruz, compuesto por varios sistemas naturales y tipos de vegetacin (incluyendo dunas costeras, lagunas costeras y manglares), cmo la sinergia entre las activi-dades humanas y la dinmica natural de los ecosistemas ha afectado el mantenimiento de los servicios ecosist-micos de provisin (agua) as como la infraestructura tu-rstica y el mantenimiento de la biodiversidad. Proponen que para el manejo sostenible y la preservacin de sta zona costera, es esencial considerar la dinmica natural de largo plazo del sistema (esto es, la autorregulacin).

    De todos estos estudios puede concluirse que, en general, las principales causas de la degradacin de los ecosistemas en los paisajes rurales son la agricultura y la ganadera (extensivas y no diversificadas) y que es fundamental re-incorporar sistemas ya modificados (por ejemplo, pastizales abandonados) a sistemas producti-vos (tales como sistemas diversificados de uso agroeco-lgico, uso sostenible de productos maderables y no ma-derables), as como proteger a los ecosistemas naturales remanentes y a los servicios ecosistmicos de provisin, particularmente el de agua. Tambin es necesario forta-lecer la educacin, la transmisin de conocimientos, la instruccin de los tomadores de decisiones y usuarios de los paisajes rurales, as como incorporar a los usua-rios de los paisajes rurales en planes de manejo soste-nible de los ecosistemas. Como acadmicos debemos de fomentar estudios de los sistemas socio-ecolgicos a nivel de paisaje y de seguimiento a largo plazo. Los estudios encaminados a lograr el manejo sostenible de los ecosistemas en los paisajes rurales deben, de acuerdo con las ideas y evidencias presentadas en la monografa, considerar de manera paralela diferentes aspectos eco-lgicos y sociales. El manejo sostenible de ecosistemas a largo plazo en los paisajes rurales debe ser estudiado mediante un enfoque cientfico multi e interdisciplinario en el que converjan acadmicos de las ciencias sociales y naturales. Igualmente es fundamental fomentar la to-ma de decisiones a travs de un trabajo colectivo entre pobladores locales, dueos de los terrenos, instituciones acadmicas, gubernamentales y no gubernamentales, considerando siempre el bienestar de las comunidades rurales que habitan estos paisajes.

    A manera de cierre de esta sntesis, sealamos los si-guientes aspectos principales que son abordados en pro-fundidad en los artculos que integran la monografa.

    11) La dinmica de los paisaje rurales est determi-nada no slo por el cambio demogrfico de las poblaciones humanas locales sino adems por la demanda externa de productos agropecua-rios, principalmente de los centros urbanos, y por fenmenos naturales. Todos estos factores juegan un papel relevante en la transformacin de los ecosistemas a gran escala.

    12) El crecimiento de poblaciones urbanas con-tinuar generando fuertes presiones sobre la conversin de ecosistemas en sistemas agro-pecuarios, por lo que es importante encontrar modelos de produccin agrcola que fomenten la multifuncionalidad del paisaje sub-urbano y rural, combinando usos del suelo para produc-cin, vivienda y conservacin.

    13) La aptitud para usos agrcolas y los cambios de uso del suelo son generalmente mayores en las planicies con vegetacin bien desarrollada don-de, en general, se encuentran los mayores va-lores de biomasa; esta aptitud es menor en los terrenos con topografa accidentada (montaas y cerros) donde con ms frecuencia se encuen-tran altos niveles de diversidad biolgica.

    14) En grandes reas de Mxico, los paisajes rurales son el producto de una estrecha relacin entre factores culturales tradicionales y ecolgicos. A largo plazo, esta relacin ha generado paisajes culturalmente modificados (o paisajes biocul-turales). Agentes contemporneos externos, estn provocando cambios drsticos en estas culturas, impactando de manera negativa a la productividad agropecuaria tradicional y a la conservacin de los ecosistemas naturales en tales paisajes.

    15) Para predecir los posibles impactos del cambio de uso del suelo sobre la capacidad de los eco-sistemas para mantener la biodiversidad y el aporte de servicios ecosistmicos es importan-te desarrollar estrategias de manejo en funcin de la aptitud que tiene el suelo para diferentes usos.

    16) Existen diferentes opciones de manejo de los paisajes rurales, cuyas consecuencias pueden ser

    BRICEOResaltado

    BRICEOResaltado

  • Inve

    stig

    aci

    n am

    bien

    tal

    2012

    4

    (1)

    : 83-

    86

    86 J. Bentez-Malvido, J. M. Dupuy y M. Martnez-Ramos

    evaluadas con indicadores clave del estado de los ecosistemas (por ejemplo, niveles de biodiversi-dad, flujos y calidad de agua, fertilidad del suelo, etc.). No existe una opcin ptima ya que cada una ofrece ventajas y desventajas. En el con-texto del manejo sostenible de los ecosistemas en los paisajes rurales, es fundamental tomar en cuenta la dinmica natural y cultural del paisaje a diferentes escalas de tiempo y espacio con el fin de explorar los pros y contras de cada opcin desde los puntos de vista social y biolgico.

    17) Cuando se requiere de acciones de restaura-cin, es fundamental la creacin estratgica de elementos clave (por ejemplo, la re-introduc-cin de especies nativas y el restablecimiento de interacciones biticas que regulan a plagas y enfermedades y/o que determinan la polini-zacin y la dispersin de las especies vegetales) que beneficien a las especies silvestres y a los servicios ecosistmicos particulares sin compe-tir por el uso de la tierra, a la vez que beneficien a los cultivos.

    18) Ms all de la investigacin cientfica y tcni-ca, urge extender las acciones de restauracin ecolgica de los agro-ecosistemas con el fin de mitigar la degradacin ambiental. Estas ac-ciones necesitan apoyo institucional y polticas ad-hoc, y deben basarse en el reconocimiento explcito tambin financiero- de los propieta-rios de los campos agrcolas, la educacin para la concienciacin pblica y la capacitacin de los productores y gestores agrarios.

    19) El manejo sostenible de ecosistemas en pai-sajes rurales necesariamente debe surgir de la toma de decisiones comunes que consideren la participacin de las instituciones de gobierno (locales, municipales y federales), las organiza-ciones no gubernamentales y las instituciones acadmicas.

    10) Con el fin de desarrollar bases cientficas y tecnolgicas para un manejo sostenible de los ecosistemas, es importante desarrollar progra-mas de investigacin y formacin de recursos humanos multi- e interdisciplinarios. Estos pro-gramas deben incluir el trabajo participativo con las comunidades locales y la vinculacin con los diferentes actores involucrados en el manejo de los paisajes rurales.

    BIBlIografa

    Collins, S.L., S.M. Swinton, C.W. Anderson, T. Gragson, N.B. Gri-mm et al. 2007. Integrative Science for Society and Environ-ment: A Strategic Research Initiative. National Science Foun-dation. 35 pp. URL: http://www.lternet.edu/decadalplan/

    Haberl, H., K. H. Erb, F. Krausmann, V. Gaube, A. Bondeau, C. Plutzar, S. Gingrich, W. Lucht y M. Fischer-Kowalski. 2007. Quantifying and mapping the human appropriation of net pri-mary production in earths terrestrial ecosystems. Proc Natl Acad Sci USA 104: 12941-12947.

    Kates, R. W., C.W. Clark, R. Corell, M.J. Hall, C.C. Jaeger, I. Lo-we, J.J. McCarthy, S.H. Joachim, B. Bolin, M.N. Dickson, S. Faucheux, C. G. Gallopin, A. Grbler, B. Huntley, J. Jger, S.N. Jodha, E.R. Kasperson, A. Mabogunje, P. Matson, H. Mooney, B. Moore III, T. ORiordan, y U. Svedin. 2001. Sustainability science. Science 292: 641-642.

    Laurance, W. F. y C. A. Peres. 2006. Emerging threats to tropical forests. University of Chicago Press, Chicago, USA.

    Laurance, W. F., C. Useche, J. Rendeiro, M. Kalka, C.J.A. Brads-haw, S.G. Laurance, K. Abernethy, F. Ansell, V.Arroyo-Ro-drguez, P. Ashton, J. Bentez-Malvido et al. 2012. Averting biodiversity collapse in tropical forest protected areas. Nature doi:10.1038/nature11318.

    Liu, J. G., T. Dietz, S.R. Carpenter, M. Alberti, C. Folke, E. Moran, A. N. Pell, P. Deadman, T. Kratz, J. Lubchenco, E. Ostrom, Z. Ouyang, W. Provencher, C. L. Redman, S. H. Schneider y W.W. Taylor. 2007. Complexity of coupled human and natural systems. Science 317: 1513-1516.

    Millennium Ecosystem Assessment (MEA). 2005. Ecosystems and Human Well-being. Island Press, Washington, USA.

    Ostrom, E. 2009. A general framework for analyzing sustainabili-ty of social-ecological systems. science 325: 419-422.

    Reid, W.V., D. Chen, L. Goldfarb, H. Hackmann, Y.T. Lee, K. Mokhele, E. Ostrom, K. Raivio, J. Rockstrom, H.J. Schelln-huber y A. Whyte. 2010. Earth system science for global sustainability: grand challenges. Science 330: 916-917.

    Rling, N. 1990. Extension Science: Information Systems in Agri-cultural Development. Cambridge University Press, Cambrid-ge, UK.

    Roux, D.J. et al. 2006. Bridging the science-management divide: moving from unidirectional knowledge transfer to knowled-ge interfacing and sharing. Ecology and Society 11(1): 4 [online] URL: http://www.ecologyandsociety.org/vol11/iss1/art4/

    Sterman, J.D. 1994. Learning in and about complex systems. System Dynamics Review 10: 291-330.

    Strohschneider, S. y D. Gss. 1999. The fate of the moros: a cross-cultural exploration of strategies in complex and dyna-mic decision making. Int. J. Psychol. 34: 235252.

  • Secc

    in:

    Inve

    stig

    aci

    n

    Poblacin y uso de suelo en Mxico 87

    El efecto del cambio poblacional en el uso del suelo en paisajes rurales de Mxico: un anlisis a nivel estatal

    Martha Bonilla-Moheno,1 T. Mitchell Aide2 y Matthew L. Clark3

    ResumenEn los ltimos 30 aos (1980-2010), Mxico ha experimentado un acelerado aumento poblacional. Sin embargo, a nivel estatal este aumento ha sido heterogneo; algunos estados han aumentado tanto la poblacin urbana como la rural, mientras que otros han mostrado una reduccin en la poblacin rural. De-bido a que el cambio de uso del suelo est influenciado por factores directos como las actividades productivas, e indirectos, como el cambio poblacional, en este ar-tculo evaluamos el cambio poblacional rural a nivel estatal influenciado por el cambio en las actividades agropecuarias y, a su vez, por el cambio en la cobertura de la vegetacin leosa. Los resultados no mostraron una relacin entre la reduccin poblacional rural y el rea dedicada a actividades agrcolas, pero s con las actividades ganaderas. Los estados que ms redujeron las actividades ganaderas mostraron un mayor aumen-to en la cobertura de la vegetacin leosa. Nuestros resultados sugieren que el cambio en el paisaje rural a nivel estatal est determinado no slo por el cambio poblacional local sino adems por otros factores, tales como la demanda externa de productos, los cuales pueden jugar un papel relevante en la transformacin del suelo a gran escala.

    Palabras claveAgricultura; asentamientos rurales; estados; ganadera; paisajes productivos.

    AbstractDuring the last 30 years (1908-2010), Mexico has experienced an accelerated population growth. At the state level, however, this growth has been uneven; while some states have increased rural and urban populations, others have shown a decrease in their rural population. Since land use change is influenced by direct (e.g., agriculture, cattle ranching, or forestry) and indirect (e.g., population change) drivers, in this paper we evaluate if at the state level, rural popula-tion change have had an influence in the abandon-ment or increase of agriculture or cattle ranching, and as consequence in the change of natural vegetation cover. Results did not show a relationship between rural population decline and the area dedicated to ag-ricultural activities, but did between rural population decline and cattle ranching. In addition, states show-ing a decline in cattle ranching activities, increased the cover of woody vegetation. Our results suggest that at the state level, change in rural landscapes will be influenced by factors other than local population, such as demand for large-scale agricultural products.

    Key wordsAgriculture; rural settlements; states; cattle ranching; productive landscapes.

    Recibido: 8 de marzo, 2012 Aceptado: 23 de mayo, 2012

    1 Red de Ambiente y Sustentabilidad. Instituto de Ecologa,

    A.C. Carretera Antigua a Coatepec 351, El Haya, Xalapa,

    Veracruz 91070, Mxico.

    2 Departamento de Biologa, Universidad de Puerto Rico,

    San Juan, Puerto Rico, EEUU 00931-3360.

    3 Center for Interdisciplinary Geospatial Analysis, Depart-

    ment of Geography and Global Studies, Sonoma State

    University, Rohnert Park, California, USA 94928.

    Correspondencia: [email protected]. Tel.

    (228) 842-1800 ext. 4304

  • Inve

    stig

    aci

    n am

    bien

    tal

    2012

    4

    (2)

    : 87-

    100

    88 Martha Bonilla-Moheno, T. Mitchell Aide y Matthew L. Clark

    INTRODUCCIN

    Los patrones de deforestacin y reforestacin son resul-tado de las complejas interacciones entre factores socia-les, econmicos y ambientales que ocurren a distintas es-calas temporales y espaciales (Lambin et al. 2001, Geist y Lambin 2002). Ejemplo de stos son el incremento en la demanda de recursos naturales y materia prima, en particular de los ecosistemas tropicales, el cambio en las economas regionales, el efecto del turismo, la globaliza-cin de los mercados, as como la presencia y eficiencia de las instituciones sociales (Aide y Grau 2004, DeFries et al. 2004, Gaughan et al. 2009, Hecht 2010).

    A pesar de la complejidad del tema, se podra pro-poner que aquellas zonas con mayor presin demogr-fica sern las que presenten mayor degradacin de los ecosistemas naturales, mientras que las zonas de baja poblacin presentarn una menor degradacin. Esta idea se sustenta en que los factores que modifican la co-bertura del suelo estn directamente asociados con las actividades humanas, en general, y con la explotacin de recursos, en particular. De hecho, la teora de la tran-sicin forestal relaciona la recuperacin de los bosques con el abandono de tierras productivas y con el incre-mento de la urbanizacin e industrializacin (Rudel et al. 2005, Rudel et al. 2010). En su forma ms simple, esta teora predice que las reas que han experimentado una reduccin poblacional, principalmente de poblacin rural, ser donde se disminuir la presin local en el uso del suelo, facilitando as la recuperacin de la vegetacin natural. Esto se ha planteado como la causa de la recupe-racin de bosques observada en algunos pases desarro-llados como Estados Unidos de Norteamrica y varios de Europa.

    Estudios en Amrica Latina han mostrado que el cambio en el uso del suelo, y por tanto la direccin del cambio forestal (reforestacin o deforestacin), esta determinado por factores ambientales, socioeconmicos y polticos (Rudel et al. 2002, Carr 2006, Izquierdo et al. 2008, Zak et al. 2008, Gasparri y Grau 2009, Hecht 2010). Sin embargo, a nivel regional se ha sugerido que la recuperacin de bosques en zonas usadas para actividades agrcolas o ganaderas se ha ligado a una re-duccin poblacional (Rudel 1998, Rudel et al. 2005, Rudel et al. 2010, Uriarte et al. 2010), mientras que el crecimiento poblacional ha sido identificado como un factor indirecto que promueve la deforestacin a escala local (Carr 2004, 2009).

    En Mxico, algunos estudios de caso sugieren que la migracin nacional e internacional ha sido un factor determinante en el cambio de uso del suelo. Por ejem-plo, un estudio en Oaxaca encontr una relacin entre la recuperacin de la vegetacin de sitios utilizados para agricultura con la migracin hacia los Estados Unidos de Norte Amrica (Velzquez et al. 2003). Este patrn tambin se describi para la regin de Cuitzeo en el estado de Michoacn, donde las tierras no productivas, en particular aquellas en reas de pendientes, han sido abandonadas porque la gente migr hacia centros ur-banos nacionales o del extranjero (Lpez et al. 2006). Adems, la migracin no slo representa la prdida de habitantes, sino que promueve economas alternativas que son fomentadas por el flujo de remesas, las que de manera indirecta pueden influir en las actividades agrco-las y por lo tanto en los sistemas naturales, tal y como se document para Michoacn (Klooster 2003).

    Zonas rurales de MxicoA partir de la dcada de 1970, Mxico pas de ser un pas mayormente rural a uno urbano. Como resultado de esta transicin, en la actualidad aproximadamente el 77% de la poblacin mexicana habita en ciudades (figura 1). Sin embargo, no es claro si esta tendencia en el crecimiento en poblacin urbana ha repercutido en el abandono de las reas dedicadas a las actividades pro-ductivas en zonas rurales. Segn datos de la Secretara de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), entre 1976 y 2000, la principal causa de conversin de vegetacin natural en Mxico fue el incremento de reas para la agricultura y el pastoreo, afectando las reas de vegetacin boscosa, selvtica y de matorral (SEMAR-NAT 2002). A nivel regional, estudios en Oaxaca y Mi-choacn tambin han identificado la expansin agrcola y ganadera como la principal causa de deforestacin (Ra-mrez-Ramrez 2001, Velzquez et al. 2003, Gmez-Mendoza et al. 2006).

    Sin embargo, las actividades agropecuarias no slo representan la mayor fuente de cambio de uso del suelo, sino que tambin son las que constituyen la principal forma de empleo de las zonas rurales (localidades de me-nos de 2,500 personas) y rurales ampliadas (localidades de 2,500 a 5,000 personas). De acuerdo con informa-cin del Instituto Nacional de Estadstica y Geografa (INEGI), en el ao 2000 el 81.9% de los trabajadores agropecuarios a nivel nacional eran pobladores de zonas rurales y rurales ampliadas (INEGI 2005).

  • Secc

    in:

    Inve

    stig

    aci

    n

    Poblacin y uso de suelo en Mxico 89

    Las crticas a la actual dicotoma rural/urbana han generado que se reconozca una tercer categora de lo-calidades rururbanas o periurbanas (Lerner y Eakin 2011, Seto et al. 2012), las cuales son consideradas ru-rales pero presentan caractersticas urbanas, tales como el hecho de que la mayor parte de los ingresos que ah se generan provienen de servicios y manufactura (Reardon et al. 2007). Sin embargo, de acuerdo con datos oficia-les, en Mxico la mayor parte de la poblacin activa en localidades rurales se dedica a las actividades del sector primario: 85.7% de la poblacin en dichas localidades se dedica a la agricultura, siguiendo en importancia la ganadera (9.8%), el aprovechamiento forestal (2.2%) y, por ltimo, la pesca y la caza (1.8%; INEGI 2005). Es decir, la poblacin rural, en su gran mayora, se dedica a actividades agropecuarias, siendo la agricultura la que ms gente emplea.

    En la actualidad slo un 23% de la poblacin mexi-cana habita en localidades rurales; sin embargo, stas re-presentan el 95% (294,196) del total de las localidades del pas. Esto quiere decir que aunque la mayor parte de la poblacin est centralizada en unos cuantos ncleos urbanos, espacialmente son pocas las reas del territo-rio en donde no se encuentran asentamientos humanos (figura 1). Sin embargo, aunque la urbanizacin resulta ser el tipo de perturbacin ms extrema, en realidad sta

    slo representa un mnimo de la cobertura del territorio nacional. En el ao 2000, la superficie conjunta de to-das las ciudades del pas representaba menos del uno por ciento del territorio terrestre nacional (SEMARNAT 2002). De esta manera, los paisajes rurales mexicanos se presentan como mosaicos de vegetacin donde se conjuntan zonas de actividades productivas (agrcolas, ganaderas, forestales, etc.), vegetacin natural y asenta-mientos humanos. Es tambin en estos paisajes donde potencialmente ocurrirn los procesos de recuperacin o degradacin de la vegetacin natural.

    Tomando en cuenta que las actividades agrcolas y ganaderas son la principal fuente de transformacin de la vegetacin, y que estas son las predominantes en las zonas rurales y rurales ampliadas, podra suponerse que aquellos sitios que han experimentado una mayor prdida de poblacin rural disminuirn el rea dedicada a estas actividades. De manera indirecta, esta dinmi-ca fomentara la recuperacin de la vegetacin natural. En el presente estudio describimos, a nivel estatal, las tendencias de cambio en poblacin, extensin del rea agrcola, volumen de produccin agrcola y ganadera en los ltimos 30 aos (1980-2010), as como del cambio en vegetacin leosa durante la ltima dcada (2000-2010). En particular evaluamos: 1) si existe una relacin entre el cambio de la poblacin rural y el cambio

    Figura 1. Distribucin de localidades rurales (puntos azules) y urbanas (polgonos rojo) en Mxico. La grfica muestra el cambio en la poblacin rural y urbana en Mxico en los ltimos 110 aos. Figuras elaboradas con informacin del INEGI.

  • Inve

    stig

    aci

    n am

    bien

    tal

    2012

    4

    (2)

    : 87-

    100

    90 Martha Bonilla-Moheno, T. Mitchell Aide y Matthew L. Clark

    en las actividades productivas en las ltimas tres dcadas a nivel estatal y 2) si la disminucin en estas actividades ha representado un aumento en la cobertura de la vege-tacin leosa a nivel estatal.

    MTODOS

    Para los datos de poblacin, se calcul el cambio de la poblacin rural y urbana de 1980 a 2010 a nivel estatal. Los datos correspondieron a los censos poblacionales (1980, 1990, 2000 y 2010) y se obtuvieron de la pgina del INEGI (www.inegi.gob.mx). Para los datos de agricultura, se calcul el cambio en el rea sembrada (ha) y en el volumen de la produccin (toneladas) entre 1980 y 2009 a nivel estatal. Para los datos de ganadera, se calcul la diferencia en el nmero de cabezas de gana-do bovino, porcino, ovino y caprino entre 1980 y 2008 a nivel estatal. El nmero de cabezas se utiliz como una aproximacin del rea dedicada a esta actividad. Los datos de produccin agrcola y ganadera se obtuvieron del Sistema de Informacin Agroalimentaria de Consulta (SIACON), de la Secretara de Agricultura, Ganadera y Pesca (SAGARPA).

    La clasificacin de vegetacin leosa se realiz con base en los datos del satlite Moderate Resolution Ima-ging Spectroradiometer (MODIS) utilizando una tcnica para el procesamiento de imgenes que permite generar un mapa de cambio de uso del suelo con una resolucin de 250 m (Clark et al. 2010, Clark y Aide 2011a). Los datos de referencia para entrenamiento y la precisin en la estimacin se obtuvo con base en la interpretacin humana de imgenes de alta resolucin de Google Ear-th (GE, http://earth.google.com) usando el criterio de interpretacin discutido en Clark y Aide (2011b). Todas las muestras de entrenamiento para Mxico (un total de 6,723) corresponden a cinco clases para todos los aos entre 2001 y 2010, siguiendo las definiciones de Clark et al. (2010): vegetacin leosa; agricultura/herbceo; leosa mixta; agua; y suelo desnudo/construccin. Para reducir el error en la clasificacin de cobertura leosa aso-ciados a la heterogeneidad ambiental del pas, la clasifica-cin se realiz a nivel de bioma la cual tuvo una precisin de 82.5%, 96.4%, 87.2% y 84.9% para bosques hme-dos, bosques secos, bosques de conferas y desiertos, res-pectivamente. Hicimos un estimado del rea de cambio para la clase leosa entre 2001 a 2010 a nivel estatal.

    Para evaluar la relacin entre las distintas variables se realizaron pruebas de correlacin no paramtrica de

    Spearman. Las variables incluyeron: cambio poblacional rural y urbano; cambio de rea agrcola y de produccin; cambio en el nmero de cabezas de ganado bovino, ovi-no, caprino y porcino; y cambio en vegetacin leosa.

    RESULTADOS

    PoblacinEn las ltimas tres dcadas la poblacin rural a nivel nacional ha aumentado alrededor de 6 millones de per-sonas; sin embargo, el aumento entre estados no ha sido homogneo. Un anlisis detallado muestra que de 1980 a 2010 casi la mitad de los estados redujeron su pobla-cin rural, tal es el caso de Coahuila, Colima, Chihuahua, Durango, Jalisco, Nuevo Len, Oaxaca, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Tlaxcala, Yucatn y Zacatecas (figura 2). El caso contrario ms extremo fue el estado de Chiapas, el cual durante el mismo periodo increment su poblacin rural en ms de un milln de personas, lo que represent un aumento de ms del 100% de la poblacin rural en 1980 (figura 2). Actualmente, los cinco estados con un mayor porcentaje de poblacin rural (> 40%) son Chiapas, Tabasco, Hidalgo, Guerrero y Oaxaca; mientras que los cinco estados con menor porcentaje de poblacin rural (< 15%) son el Distrito Federal, Nuevo Len, Baja California, Coahuila y Colima (figura 3).

    Es probable que la mayor parte de la poblacin de los estados que redujeron su poblacin rural haya mi-grado regional o internacionalmente, sobre todo a cen-tros urbanos con economas fuertes. Sin embargo, como parte del proceso de urbanizacin del pas, es posible que muchas localidades consideradas rurales en los aos 80 hayan crecido lo suficiente para clasificarse como ciudades pequeas o intermedias en 2010. Muestra de esto es que de 1980 a 2010, los asentamientos con localidades entre 5,000 y 49,999 habitantes, y aque-llos medianos con localidades de 100,000 a 499,999 habitantes, fue donde se concentr el mayor aumento poblacional (alrededor de 10 millones de personas en cada caso), mientras que los que presentaron el menor crecimiento fueron las localidades clasificadas como ru-rales (< 2,500 habitantes) y rurales ampliadas (2,500- 4,999).

    Sistemas ProductivosAgricultura. Encontramos distintos comportamientos en la tendencia de cambio de rea agrcola por estado durante el periodo de 1980 a 2009. Mientras algunos

  • Secc

    in:

    Inve

    stig

    aci

    n

    Poblacin y uso de suelo en Mxico 91

    Figura 2. Cambio de poblacin rural por estado durante el periodo de 1980 a 2010. Mapa elaborado con datos del INEGI.

    Figura 3. Porcentaje de poblacin rural por estado en 2010. Fuente: INEGI.

    0

    50

    40

    30

    20

    10

    Por

    cent

    aje

    pobl

    aci

    nru

    ral

    Dis

    trito

    Fede

    ral

    Nue

    voLe

    nB

    aja

    Cal

    iforn

    iaC

    oahu

    ilaC

    olim

    aTa

    mau

    lipas

    Qui

    ntan

    aR

    ooS

    onor

    aJa

    lisco

    Y uca

    tn

    Chi

    huah

    u aB

    aja

    Cal

    iforn

    iaS

    urM

    xic

    oM

    orel

    osTl

    axca

    laA

    guas

    calie

    ntes

    Cam

    pech

    eP

    uebl

    aS

    inal

    oaQ

    uer

    t aro

    Dur

    ango

    Gua

    naju

    ato

    Mic

    hoac

    nN

    ayar

    itS

    anLu

    isP

    otos

    Ve

    racr

    uzZa

    cate

    cas

    Oax

    aca

    Gue

    rrer

    oH

    idal

    goT a

    basc

    oC

    hiap

    as

  • Inve

    stig

    aci

    n am

    bien

    tal

    2012

    4

    (2)

    : 87-

    100

    92 Martha Bonilla-Moheno, T. Mitchell Aide y Matthew L. Clark

    estados aumentaron notablemente su rea agrcola (co-mo Chihuahua, Zacatecas, San Luis Potos, Veracruz, Guerrero, Oaxaca, Chiapas o Yucatn), varios estados, en su mayora de zonas ridas, mostraron una gran dis-minucin en el rea dedicada a la agricultura, como fue el caso de Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Quertaro, Morelos, Sonora y Tamaulipas (figura 4a). Todos estos estados, excepto Baja California y Baja California Sur, mostraron un aumento en el volumen de cosechas (toneladas), lo que sugiere que intensificaron su rea de produccin (figura 4b). Sin embargo, los an-lisis de correlacin mostraron una relacin significativa entre el aumento en el rea agrcola y el aumento en el volumen de la produccin (Cuadro 1).

    Ganadera. La informacin de cambio en produccin ganadera sugiere que la mayora de los estados tuvieron una reduccin en el nmero de cabezas de ganado, en particular de ganados bovino, porcino y caprino (figura 5). La tendencia en reduccin de cabezas de ganado fue ms clara en los estados del norte del pas (los estados ms ridos), mientras que los del sur y sur-este experi-mentaron un aumento. Los anlisis de correlacin entre el cambio de ganado bovino y caprino confirma la ten-dencia del cambio ganadero a nivel estatal (Cuadro 1).

    Cambio en vegetacin leosaEntre el 2000 y el 2010, el nmero de estados que mostraron una recuperacin de vegetacin leosa fue mayor que los que la perdieron (figura 6). Entre los es-

    tados que ms aumentaron su rea de vegetacin leosa estn Chihuahua, Coahuila, Nuevo Len y Zacatecas. En estos estados, el incremento de vegetacin fue en su mayora vegetacin xerfila. Por otro lado, los que ms rea de vegetacin perdieron fueron Veracruz, Chiapas, Campeche, Quintana Roo y Guanajuato. Con excepcin de Guanajuato, el cual perdi reas de vegetacin xe-rfila, en estos estados el deterioro se vio reflejado en cobertura selvtica.

    De acuerdo con los anlisis de correlacin realizados, encontramos que a nivel estatal el cambio de la vegeta-cin leosa est relacionado con el cambio en ganadera; los estados que disminuyeron el ganado caprino y ovino, aumentaron la vegetacin leosa. Adems, el cambio de vegetacin leosa tambin estuvo relacionado con el cambio en poblacin rural, siendo los estados que perdie-ron gente los que ms aumentaron su vegetacin leosa. Sin embargo, a nivel estatal los anlisis no mostraron ninguna relacin entre el cambio en poblacin rural y el cambio en rea agrcola, produccin agrcola, o el nmero de cabezas de ganado (Cuadro 1).

    DISCUSIN

    En los ltimos 30 aos Mxico ha experimentado gran-des cambios tanto en la dinmica poblacional como en las actividades productivas. De acuerdo con nuestros re-sultados, a nivel estatal el cambio en el rea agrcola, que es la actividad productiva que ocupa la mayor extensin

    Cuadro 1. Coeficientes de correlacin Spearman entre variables de cambio poblacional, agricultura, ganado y vegetacin leosa a nivel estatal. La matriz indica el cambio en cada una de las variables.

    PU* PR* AA PA GB GO GP GC VL

    PU* 1

    PR* 0.4102 1

    AA 0.0055 0.2808 1

    PA 0.2535 0.0456 0.0032a 1

    GB -0.4010a -0.3194 -0.0141 0.0802 1

    GO 0.2239 0.2071 -0.0299 0.0347 -0.0073 1

    GP -0.1163 -0.0679 0.1581 -0.6981 -0.2277 -0.0184 1

    GC 0.0203 0.1 0.1392 0.1122 0.0917b 0.0755 0.2264 1

    VL -0.0079 -0.4234b 0.1396 -0.0708 -0.345 -0.4056a -0.0007 -0.3702a 1

    Variables: PU = Poblacin urbana; PR = Poblacin Rural; AA = rea agrcola (ha); PA = Volumen de la produccin agrcola (tons); GB = Cabezas de ganado bovino; GO Cabezas de ganado ovino; GP = Cabezas de ganado porcino; GC = Cabezas de ganado caprino; VL = rea de vegetacin leosa (ha) *1980-2010, fuente INEGI; 1980-2009, fuente SIAP; 1980-2008, fuente SIAP. En negrillas se muestran las correlaciones significativas (p < 0.05 (a), p

  • Secc

    in:

    Inve

    stig

    aci

    n

    Poblacin y uso de suelo en Mxico 93

    territorial, no se relacion con el cambio de poblacional rural. De hecho, la mayora de los estados tuvieron un aumento en el rea (en hectreas) y en la produccin (en toneladas) de sus cultivos, sin importar si aumen-taron o disminuyeron su poblacin rural. nicamente dos estados, Sonora y Tamaulipas, presentaron una re-

    duccin tanto en poblacin rural como en la superficie agrcola. Otros estados, como Yucatn y Zacatecas, tam-bin registraron una disminucin en la poblacional rural, pero mostraron un gran aumento en el rea dedicada a la agricultura. Aun cuando existe la nocin de que la intensificacin agrcola en ciertas zonas podra liberar

    (a) (b)

    Figura 4. Cambio en: (a) la superficie sembrada (ha) por estado entre 1980-2009 y (b) cambio en volumen de cosecha (tone-ladas) por estado en el periodo de 1980-2009. Mapa elaborado con datos del SIACON, SAGARPA.

    (a) (b)

  • Inve

    stig

    aci

    n am

    bien

    tal

    2012

    4

    (2)

    : 87-

    100

    94 Martha Bonilla-Moheno, T. Mitchell Aide y Matthew L. Clark

    Figu

    ra 5

    . Cam

    bio

    en e

    l nm

    ero

    de c

    abez

    as d

    e ga

    nado

    ovi

    no, b

    ovin

    o, p

    orci

    no y

    cap

    rino

    por e

    stad

    o en

    tre

    1980

    -200

    8. M

    apa

    elab

    orad

    o co

    n da

    tos

    del S

    IACO

    N, S

    AG

    ARP

    A.

    G

    anad

    o bo

    vino

    Gan

    ado

    porc

    ino

    G

    anad

    o ca

    prin

    o

    Gan

    ado

    ovin

    o

  • Secc

    in:

    Inve

    stig

    aci

    n

    Poblacin y uso de suelo en Mxico 95

    la presin de conversin en otras zonas, los resultados muestran que a nivel estatal la regla ha sido continuar el incremento del rea dedicada a la agricultura. Como se ha sugerido a nivel nacional, la intensificacin agrcola no implica una reduccin del rea dedicada a esta actividad (Rudel et al. 2009), lo que explicara la relacin positiva entre rea agrcola y el volumen de la produccin; sin importar si la produccin se intensifica o no, se espera que el rea para agricultura contine aumentando.

    A nivel nacional, de 1980 a 2008 se registr una tendencia generalizada de reduccin del nmero de ca-bezas de ganado, siendo esta tendencia ms clara en los estados del norte del pas. Sin embargo, no encontramos una relacin entre el cambio en poblacin rural y cambio en ganadera. En este caso, al igual que con el cambio agrcola, mientras algunos estados redujeron su poblacin rural y algn tipo de ganadera (tal es el caso de Zaca-tecas, Coahuila, Chihuahua, Colima, Durango o Nuevo Len), otros perdieron poblacin rural pero aumentaron la produccin ganadera (como en Oaxaca, Yucatn, o Tlaxcala). Esto pudiera deberse a que, como se ha suge-rido para el sur de Yucatn, los ingresos derivados de la migracin y los subsidios gubernamentales podran estar promoviendo una actividad ganadera extensiva y de bajo valor (Busch y Vance 2011).

    La relacin entre la prdida de ganado y el aumento de la cobertura de vegetacin leosa que se encontr en muchos estados del centro y norte del pas sugiere que en las zonas ridas, en particular aquellas que perdieron poblacin rural, es la disminucin del pastoreo ms que el cambio agrcola lo que ha propiciado el incremento de la vegetacin. Sin embargo, debido a la heterogeneidad tan-to de las condiciones ambientales como de las situacio-nes en las que se da la ganadera en Mxico (por ejemplo, del rea disponible por cada unidad animal), los datos utilizados sirven como una buena aproximacin pero po-dran no reflejar con exactitud los cambios dedicados a la superficie de pastoreo. De igual forma, es necesario con-siderara que, aunque encontramos tendencias claras, los anlisis realizados tienen ciertas limitaciones, ya que por ser un estudio a nivel estatal, no considera la variacin dentro de cada estado, la cual puede ser muy relevante.

    Llama la atencin el crecimiento de la vegetacin leosa en zonas ridas, especialmente porque el foco de estudio del cambio de uso del suelo se basa en identificar patrones de deforestacin, mientras que los patrones de reforestacin, en general, pasan desapercibidos. En este caso el incremento en la cobertura de plantas leosas parecera estar relacionado con cambios en la actividad ganadera aunados a factores ambientales que han pro-

    Figura 6. Cambio en vegetacin leosa (ha) por estado entre 2001-2010, estimado de mapas basados en imgenes satelitales (MODIS).

  • Inve

    stig

    aci

    n am

    bien

    tal

    2012

    4

    (2)

    : 87-

    100

    96 Martha Bonilla-Moheno, T. Mitchell Aide y Matthew L. Clark

    movido la expansin (ms que una recuperacin) de la vegetacin en el rea. Es decir, el incremento en la vegeta-cin leosa de estas reas no necesariamente representa la aparicin de vegetacin original que haya desaparecido por presiones antrpicas, sino el incremento de una co- bertura que de manera natural se encontraba restringida.

    El efecto de la demanda de productos en el paisajeDebido a la realidad socio-ecolgica de cada estado, las trayectorias demogrficas, de produccin agropecuaria y de vegetacin, han variado a travs del tiempo y del territorio nacional. Un reto para entender el alcance de estas trayectorias es distinguir la escala (local, regional o global) en la que influyen las variables detonadoras de cambios en el uso y cobertura del suelo. De acuerdo con nuestros resultados, el cambio en el paisaje rural a nivel estatal se ver influenciado por factores distintos del tamao poblacional (recuadro 1).

    Aunque las demandas locales repercuten en la con-versin de los sistemas naturales, son los procesos de teleconexiones, o dinmicas interconectadas, con los sitios urbanos las que generan el mayor impacto en la transformacin del uso del suelo (Seto et al. 2012). De esta forma, a pesar de que las zonas urbanas ocupan un mnimo del territorio nacional, el efecto que ejercen sus demandas de consumo se vern reflejadas a distintas escalas. Esto se ha planteado como una posible cau-sa de deforestacin en las zonas de bosques hmedos (DeFries et al. 2010). De hecho, se ha sugerido que la recuperacin de bosques en algunos pases implica que otros experimenten una expansin agrcola para cubrir la demanda global de productos (Meyfroidt et al. 2010, Lambin y Meyfroidt 2011). El que existan mercados (tanto regionales como globales) de productos especfi-cos, como aquellos provenientes de regiones particulares (por ejemplo, aquellos de denominacin de origen), ha fomentado la transformacin de los paisajes en muchas reas de Mxico (Recuadro 2). Sin embargo, debido a que las relaciones de mercado son sumamente complejas, sera necesario realizar estudios locales para identificar las caractersticas especficas que influyen en cada caso.

    Regresando a la prediccin original sobre si a escala estatal el cambio poblacional rural se relaciona de manera directa con el cambio de uso del suelo, encontramos que aunque existi una relacin entre el cambio de vegetacin y el cambio poblacional, esto no fue consecuencia de la disminucin de rea dedicada a actividades productivas.

    Aun cuando se sugiere que el crecimiento poblacional es un factor indirecto que promueve la deforestacin, la prdida poblacional no parece ser un factor que fomente el abandono de tierras agrcolas para su recuperacin, ya que al parecer son los cambios en las demandas regio-nales y globales especficas las que generarn el mayor cambio regional (Carr 2009, Barbier et al. 2010).

    CONCLUSIONES

    Resulta cada vez ms evidente que el cambio en la po-blacin total o nicamente rural no es un determinante en la recuperacin de los ecosistemas naturales. A pesar de que la mayor parte de las actividades del sector agro-pecuario se realizan en las zonas rurales, el grado de ru-ralidad no necesariamente coincide con la conversin de sistemas naturales. La explicacin de por qu en algunos estados el cambio poblacional no estuvo relacionado con el cambio en la produccin agropecuaria, ni con el cam-bio de vegetacin leosa, tendr que buscarse en otros factores como los econmicos o ambientales.

    Debido a que el continuo crecimiento de poblaciones urbanas generar mayor presin en la conversin de tie-rras en varios niveles, se plantea que el surgimiento de nuevos modelos agrcolas, como aquellos desarrollados en zonas periurbanas, podran tener implicaciones posi-tivas para la seguridad alimentaria de las zonas urbanas (Lerner y Eakin 2011) . De esta forma, se fomentara la multifuncionalidad del paisaje, combinando distintos usos del suelo para produccin, vivienda y conservacin.

    Entender la relacin especfica entre el tipo de de-manda y el lugar que la satisface, nos ayudar a com-prender las complejas relaciones que los factores globales generan en la estructura y composicin del paisaje. En la medida en que definamos con certeza esta relacin, as como a los actores que estn generando el cambio, podremos tomar mejores decisiones de manejo de recur-sos en funcin del impacto ambiental generado por las actividades productivas.

    AgRADECIMIENTOS

    Gracias a Miguel Martnez Ramos, Juan Manuel Dupuy Rada y Julieta Bentez Malvido por la organizacin del sim-posio Manejo de ecosistemas en paisajes rurales, que se llev a cabo durante el III Congreso Mexicano de Ecolo-ga en Boca del Ro, Veracruz. Este simposio se desarrro-ll con el apoyo de la Red de Ecosistemas de CONACyT.

  • Secc

    in:

    Inve

    stig

    aci

    n

    Poblacin y uso de suelo en Mxico 97

    Agradecemos los comentarios de tres rbitros annimos. Este trabajo se realiz con apoyo del National Science Foundation y una beca posdoctoral del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologa a M.B.M.

    BIBLIOgRAfA

    Aide, T. M. y H. R. Grau. 2004. Globalization, Migration, and Latin

    American Ecosystems. Science 305: 1915-1916.

    Barbier, E. B., J. C. Burgess y A. Grainger. 2010. The forest transi-

    tion: Towards a more comprehensive theoretical framework.

    Land Use Policy 27: 98-107.

    Busch, C. B. y C. Vance. 2011. The diffusion of cattle ranching

    and deforestation prospects for a hollow frontier in Mexicos

    Yucatan. Land Economics 87: 682-698.

    Carr, D. 2004. Proximate population factors and deforestation

    in tropical agricultural frontiers. Population and Environment

    25: 585-612.

    RECUADRO 1

    CAMBIO EN pOBLACIN RURAL: DOS CASOS ExTREMOS

    ChiapasDe acuerdo con datos del INEGI, actualmente ms del 50% de la poblacin del estado de Chiapas habita en localidades de menos de 2,500 personas, lo que lo ubica en el primer lugar de estados con mayor propor-cin de poblacin rural. De hecho, en las ltimas tres dcadas (1980 a 2010) la poblacin rural aument en ms de un milln de personas, lo que represent un crecimiento de ms del cien por ciento. Este crecimien-to en poblacin rural se registr en la mayor parte del estado, ya que de los 118 municipios que conforman el estado, 97 (ms del 80%) tuvieron un incremento.

    En trminos productivos, el estado de Chiapas se ha caracterizado por ser un estado altamente agrcola. Entre 1980 y 2009 el rea dedicada a agricultura de tipo temporal y de riego se increment en 60%, lo que lo ubic en el segundo lugar de estados que presentaron mayor expansin de rea para este rubro. Actualmente Chiapas se coloca en el sexto lugar en volumen de produccin (toneladas). Aunque en los ltimos 30 aos (de 1980 a 2008) la cantidad de ganado decreci a nivel estatal, desde 1980, Chiapas se encuentra entre los primeros diez lugares de partici-pacin nacional para el nmero de cabezas de ganado porcino, ovino y bovino.

    Por otro lado, durante el periodo de 2000 a 2010, 45 de los 118 municipios mostraron un incremento en el rea de vegetacin leosa. Sin embrago, solo diez de estos municipios coincidieron con aquellos que perdieron poblacin rural.

    CoahuilaDurante el periodo de 1980-2010, el estado de Coahuila experiment una reduccin en su poblacin rural de casi 100 mil personas, lo que represent un 72% de la poblacin rural existente en 1980. Pa-ra el ao 2010 el estado ocupaba el cuarto lugar de aquellos con menor proporcin de poblacin ru-ral (menos del 10%). De hecho, un anlisis a ni-vel municipal mostr que entre 1990 y 2010, 26 de los 38 municipios que conforman el estado (ca-si el 70% de los municipios), perdieron poblacin rural.

    Al igual que el estado de Chiapas, en los ltimos 30 aos Coahuila registro un incremento en la pro-duccin de cultivos y un aumento de 40% en el rea dedicada a las actividades agrcolas. Con excepcin del ganado caprino, Coahuila no se ha caracterizado por aportar un alto porcentaje de participacin nacio-nal en ganadera. De hecho, en los ltimos 30 aos el estado perdi cabezas en todos los tipos de ganado, en particular de ganado Ovino.

    Por otro lado, durante el periodo de 2001-2010 el incremento en vegetacin leosa se observ en todos los municipios, sin importar los cambios po-blacionales, agrcolas, o ganaderos que estos presen- taran.

    A pesar que la dinmica poblacional de los dos es-tados es contrastante, en ambos casos encontramos un aumento en el rea agrcola y una disminucin de cabezas de ganado. Sin embargo, las trayectorias de la vegetacin leosa son opuestas. Para entender las causas de estas tendencias, es necesario realizar estu-dios de caso a nivel local para entender cules son las variables especficas que estn detonando la direccin del cambio en vegetacin.

  • Inve

    stig

    aci

    n am

    bien

    tal

    2012

    4

    (2)

    : 87-

    100

    98 Martha Bonilla-Moheno, T. Mitchell Aide y Matthew L. Clark

    RECUADRO 2

    TRES EjEMpLOS DEL EfECTO DE LA DEMANDA gLOBAL y REgIONAL EN EL pAISAjE LOCAL

    1) La direccin del cambio de cobertura del suelo estar determinado por el valor de la tierra bajo el uso ms competitivo, lo cual en gran medida est dictado por las demandas del mercado global (Barbier et al. 2010), Por ejemplo, el incremento en la demanda de los productos obtenidos a partir de la palma africana o palma de aceite como el aceite, desde aceite para consumo humano hasta biocombustibles, ha tenido un efecto importante en la transformacin de la ve-getacin en el sur del pas. En tan slo 6 aos (2003-2009) el estado de Veracruz aument el rea dedica-da a esta plantacin en un 217% (de 2,023 a 6,417 hectreas), mientras que en el periodo de 1985 a 2009 el estado de Chiapas lo hizo en ms de 1,500% (de 1,300 ha a 22,700 ha; SIACON 2010).

    2) Por otro lado, en Michoacn, el estado aguaca-tero por tradicin, el incremento en la demanda de es-te producto para consumo nacional y de exportacin se reflej en el incremento del rea dedicada a esta plantacin, la cual pas de aproximadamente 30 mil hectreas (1980) a 106 mil (2009); es decir, tuvo

    un aumento de ms de 200% en 30 aos (SIACON, 2010).

    3) La demanda de tequila a nivel mundial ha te-nido repercusin en el paisaje de varios estados del centro del pas, pero en particular de Jalisco, que le confiere su sello de denominacin de origen. En tan slo 19 aos (de 1990 a 2009) el rea dedicada a las plantaciones de agave azul aument en 300% (de 25 mil a 107 mil hectreas; Fig. 3; SIACON 2010).

    Figura 7. Plantaciones de palma de aceite cercana a Tapachula, Chiapas.

    Figura 7. Plantaciones de aguacate carca de Uruapan, Michoacn.

    Figura 8. Campos de agave en Tequila, Jalisco.

  • Secc

    in:

    Inve

    stig

    aci

    n

    Poblacin y uso de suelo en Mxico 99

    Carr, D. 2006. A tale of two roads: Land tenure, poverty, and

    politics on the Guatemalan frontier. Geoforum 37: 94-103.

    Carr, D. 2009. Population and deforestation: why rural migration

    matters. Progress in Human Geography 33: 355-378.

    Clark, M. L. y T. M. Aide. 2011a. An analysis of decadal land chan-

    ge in Latin America and the Caribbean mapped from 250-

    m MODIS data. 34th International Symposium on Remote

    Sensing of Environment, Sydney, Australia, April 10-15.

    Clark, M. L. y T. M. Aide. 2011b. Virtual Interpretation of Earth

    Web-Interface Tool (VIEW-IT) for collecting land-use/land-

    cover reference data. Remote Sensing 3: 601-620.

    Clark, M. L., T. M. Aide, H. R. Grau y G. Riner. 2010. A scala-

    ble approach to maping annual land cover at 250 m using

    MODIS times series data: A case study in the Dry Chaco

    ecoregion of South America. Remote Sensing of Environment

    114: 2816-2832.

    DeFries, R., J. Foley y G. Asner. 2004. Land-use choices: ba-

    lancing human needs and ecosystem function. Frontiers in

    Ecology and the Environment 2: 249-257.

    DeFries, R., T. Rudel, M. Uriarte y M. Hansen. 2010. Deforesta-

    tion driven by urban population growth and agricultural trade

    in the twenty-first century. Nature Geoscience 3: 178-181.

    Gasparri, N. I. y H. R. Grau. 2009. Deforestation and fragmen-

    tation of Chaco dry forest in NW Argentina (19722007).

    Forest Ecology and Management 258: 913-921.

    Gaughan, A. E., M. W. Binford y J. Southworth. 2009. Tourism,

    forest conversion, and land transformations in the Angkor

    basin, Cambodia. Applied Geography 29: 212-223.

    Geist, H. J. y E. F. Lambin. 2002. Proximate causes and under-

    lying driving forces of tropical deforestation. Bioscience 52:

    143-150.

    Gmez-Mendoza, L., E. Vega-Pea, M. I. Ramrez, J. L. Palacio-

    Prieto y L. Galicia. 2006. Projecting land-use change proces-

    ses in the Sierra Norte of Oaxaca, Mexico. Applied Geography

    26: 276-290.

    Hecht, S. 2010. The new rurality: globalization, peasants and the

    paradoxes of landscapes. Land Use Policy 27: 161-169.

    INEGI. 2005. Poblacin rural y rural ampliada en Mxico 2000.

    Instituto de Geografia y Estadistica, Aguascalientes, Mexico.

    Izquierdo, A., C. De Angelo y T. M. Aide. 2008. Thirty years

    of human demography and land-use change in the Atlantic

    Forest of Misiones, Argentina: an evaluation of the forest

    transition model. Ecology and Society 13: 3.

    Klooster, D. 2003. Forest transitions in Mexico: institutions and

    forests in a globalized countryside. The Professional Geogra-

    pher 55: 227-237.

    Lambin, E. F. y P. Meyfroidt. 2011. Global land use change,

    economic globalization, and the looming land scarcity. Pro-

    ceedings of the National Academy of Sciences 108: 3,465-

    3,472.Lambin, E. F., B. L. Turner, H. J. Geist, S. B. Agbola, A. Angelsen, J.

    W. Bruce, O. T. Coomes, R. Dirzo, G. Fischerh, C. Folke, P. S. George, K. Homewood, J. Imbernon, R. Leemans, X. Li, E. F. Moran, M. Mortimore, P. S. Ramakrishnan, J. F. Richards, H. Skanes, W. Steffen, G. D. Stone, U. Svedin, T. A. Veldkamp, C. Vogel y J. Xu. 2001. The causes of land-use and land-cover change: moving beyond the myths. Global Environmental Change 11: 261-269.

    Lerner, A. M. y H. Eakin. 2011. An obsolete dichotomy? Rethin-king the ruralurban interface in terms of food security and production in the global south. The Geographical Journal 177: 311-320.

    Lpez, E., G. Bocco, M. Mendoza, A. Velzquez y J. R. Aguirre-Rivera. 2006. Peasant emigration and land-use change at the watershed level: A GIS-based approach in Central Mexico. Agricultural Systems 90: 62-78.

    Meyfroidt, P., T. K. Rudel y E. F. Lambin. 2010 Forest transitions, trade, and the global displacement of land use. Proceedings of the National Academy of Sciences 107: 20,917-20,922.

    Ramrez-Ramrez, I. 2001. Cambios en las cubiertas del suelo en la Sierra de Angangueo, Michoacn y Estado de Mxico, 1971-1994-2000. Investigaciones Geogrficas, Boletn del Instituto de Geografa, UNAM 45: 39-55.

    Reardon, T., K. Stamoulis y P. Pingal. 2007. Rural nonfarm em-ployment in developing countries in an era of globalization. Agricultural Economics 37: 173-183.

    Rudel, T. K. 1998. Is there a forest transition?: Deforestation, reforestation, and development. Rural Sociology 63: 533-552.

    Rudel, T. K., D. Bates y R. Machinguiashi. 2002. A tropical forest transition? Agricultural change, out-migration, and secondary forests in the Ecuadorian Amazon. Annals of the Association of American Geographers 92: 87 -102.

    Rudel, T. K., O. T. Coomes, E. Moran, F. Achard, A. Angelsen, J. Xu y E. Lambin. 2005. Forest transitions: towards a glo-bal understanding of land use change. Global Environmental Change 15: 23-31.

    Rudel, T. K., L. Schneider y M. Uriarte. 2010. Forest transitions: an introduction. Land Use Policy 27: 95-97.

    Rudel, T. K., Schneider L., Uriarte M., Turner B.L., DeFries R., Lawrence D., Geoghehan J., Hecht S., Ickowitz A., Lambin E., Birkenholtz T., Baptista S. y G. H.R. 2009. Agriculture intensification and changes in cultivated area. Proceedings of the National Academy of Sciences 106: 20,675-20,680.

    SEMARNAT. 2002. Informe de la Situacin del Medio Ambiente en Mxico. Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Natu-rales, Mxico.

  • Inve

    stig

    aci

    n am

    bien

    tal

    2012

    4

    (2)

    : 87-

    100

    100 Martha Bonilla-Moheno, T. Mitchell Aide y Matthew L. Clark

    Seto, K. C., A. Reenberg, C. G. Boone, M. Fragkias, D. Haase,

    T. Langanke, P. Marcotullio, D. K. Munroe, B. Olah y D.

    Simon. 2012. Urban land teleconnections and sustainabili-

    ty. Proceedings of the National Academy of Sciences 109:

    7687-7692.

    Uriarte, M., L. Schneider y T. K. Rudel. 2010. Land Transitions

    in the tropics: Going beyond the case studies. Biotropica

    42: 1-2.

    Velzquez, A., E. Durn, I. Ramrez, J.-F. Mas, G. Bocco, G. Ram-

    rez y J. L. Palacio. 2003. Land use-cover change processes in

    highly biodiverse areas: the case of Oaxaca, Mexico. Global

    Environmental Change 13: 175-184.

    Zak, M. R., M. Cabido, D. Cceres y S. Daz. 2008. What drives

    accelerated land cover change in central Argentina? Synergis-

    tic consequences of climatic, socioeconomic, and technologi-

    cal factors. Environmental Management 42: 181-189.

  • Secc

    in:

    Inve

    stig

    aci

    n

    Restauracin en campos agrcolas 101

    Restauracin de campos agrcolas sin competir por el uso de la tierra para aumentar su biodiversidad y servicios ecosistmicos

    Jos M. Rey Benayas

    ResumenLa restauracin ecolgica es capaz de aumentar la biodiversidad y los servicios ecosistmicos en los agro-sistemas con el objetivo de contrarrestar los im-pactos ambientales negativos de la expansin y de la intensificacin agrcola. Una forma de conseguir este aumento es mediante acciones de restauracin o creacin estratgica de elementos clave que bene-fician a especies silvestres y a servicios ecosistmicos particulares sin competir por el uso de la tierra, a la vez que benefician a los cultivos. Algunas de estas accio-nes son la introduccin de setos, charcas y cajas-nido para depredadores de roedores. La implementacin de estas acciones de forma generalizada en el mundo contribuira de forma importante a conciliar la produc-cin agrcola y la conservacin de la biodiversidad.

    Palabras claveAgricultura ambientalmente amiga, depredadores de plagas, humedales, setos.

    AbstractEcological restoration is capable of enhancing bio-diversity and ecosystem services in agro-systems to counteract the negative impacts related to agricultural spread and intensification. An approach to get such enhancement is by means of restoring or creating tar-get elements to benefit wildlife and particular services without competition for land use, including agricul-tural production. Introduction of hedge rows, ponds, and nest boxes for rodent predators are examples of such actions. Wide implementation of these actions is critical to conciliate agricultural production and bio-diversity conservation.

    KeywordsEcological restoration, hedgerows, plague predators, wetlands.

    Recibido: 12 de febrero, 2012 Aceptado: 23 de mayo, 2012

    Departamento de Ecologa, Universidad de Alcal, 28871

    Alcal de Henares, Espaa

    Tel: +34 91 885 4987, Fax: +34 91 885 4929, Correo-e:

    [email protected]

    AgrIculturA, bIodIverSIdAd y ServIcIoS ecoSIStmIcoS

    Recientemente se han publicado varias descripciones cuantitativas a escala global de la degradacin de los ecosistemas, la cual supone una merma de su biodiversi-dad y funciones que implica una reduccin de los bienes

    y servicios que prestan a la humanidad y de los cuales dependen nuestro bienestar (MEA 2005, Butchart et al. 2010, Pereira et al. 2010a, WWF 2010). Las activida-des agrcolas son las principales causantes de esta degra-dacin ambiental, bien sea de forma directa o indirecta (Kiers et al. 2008; recuadro 1). As, Ellis y Ramankutty (2008), en su clasificacin antropognica de los biomas

  • Inve

    stig

    aci

    n am

    bien

    tal

    2012

    4

    (1)

    : 101

    -110

    102 Jos M. Rey Benayas

    del mundo, distinguen 21 tipos principales de biomas de los cuales 14 tienen un claro uso agrcola y/o ganadero. Es previsible que la degradacin de los ecosistemas en el mundo aumente en el futuro (Hockley et al. 2008), particularmente la causada por la expansin y la inten-sificacin de la agricultura debido al incremento de la demanda de la sociedad de productos agrcolas (Kiers et al. 2008). En consecuencia, conciliar el mantenimiento o el aumento de los servicios de produccin agrcola con el mantenimiento o el aumento de la biodiversidad y de otros servicios ecosistmicos de soporte, provisin, regu-lacin y culturales es un reto para la humanidad.

    En contraste con estas perspectivas negativas, los agro-sistemas no slo han asegurado nuestra provisin de alimentos y fibras sino que, frecuentemente, son per-cibidos en trminos positivos desde el punto de vista de la conservacin de la biodiversidad y del paisaje. Ello es debido a que, entre otros motivos, crean paisajes en mosaico con una elevada heterogeneidad ambiental (Dornelas et al. 2009), son el hbitat de comunidades singulares y especies raras o amenazadas con valor de conservacin (Kleijn et al. 2006) y poseen una amplia gama de valores culturales, por ejemplo estticos (Lin-demann-Matthies et al. 2010).

    En este artculo proporcionar un esquema de las opciones que existen para aumentar la biodiversidad y los servicios ecosistmicos mediante actuaciones de restau-racin implementadas en agro-sistemas. Posteriormente, se explicar una opcin concreta de las mismas, la cual consiste en la restauracin o creacin estratgica de ele-mentos clave que benefician a especies silvestres y a ser-vicios ecosistmicos particulares sin competir por el uso de la tierra, y algunas actuaciones operativas en torno a ella. En mis clases, conferencias y algunos artculos me refiero a esta forma de restauracin/creacin como la manicura de los campos agrcolas, no tanto por el sig-nificado literal de esta palabra (Operacin que consiste en el cuidado, pintura y embellecimiento de las uas, segn el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Espaola), sino por el significado implcito del cuidado de detalles muy pequeos en vastas extensiones agrcolas. Adems, presentar tres estudios de caso de proyectos ejecutados en Espaa para documentar esta manicura de los campos agrcolas, los cuales tienen que ver con la plantacin de setos o cercas vivas, la instalacin de cajas nido para potenciar aves depredadoras de roedores y la creacin de humedales pequeos. Finalmente, se harn algunas reflexiones sobre la implementacin de estas opciones en el mundo real, ms all de la investigacin y de los proyectos piloto o de demostracin.

    Restauracin ecolgica en los paisajes agrcolasLa restauracin ecolgica tiene como objetivo recuperar las caractersticas de un ecosistema, como son su biodi-versidad y funciones, que ha sido degradado o destruido, generalmente como resultado de las actividades huma-nas (SERI 2004). Las acciones de restauracin se estn implementando cada vez ms como respuesta a la crisis global de la biodiversidad y son apoyadas por acuerdos internacionales tales como el Convenio para la Diversi-

    recuAdro 1

    Evidencias del impacto ambiental negativo de la agricultura a escala global

    En la actualidad, la tierra cultivada y los pasti-zales representan casi el 50% de la superficie terrestre, siendo esta extensin en detrimento de la cubierta vegetal natural, sobre todo de bosques y praderas (Foley et al. 2005).

    La huella ecolgica debida a los cultivos y al pastoreo supusieron el 24% y el 7%, respecti-vamente, de la huella ecolgica global total en 2007 (WWF 2010).

    Representa aproximadamente el 12% del total de las emisiones directas de origen antrpico de gases de efecto invernadero (IPCC 2007).

    La agricultura es la principal consumidora de agua en el mundo; casi el 80% de la poblacin humana est expuesta a niveles elevados de amenaza de seguridad del agua y los hbitats asociados con el 65% de la descarga conti-nental estn clasificados con un nivel de ame-naza de moderado a elevado (Vorosmarty et al. 2010).

    El avance de la frontera agropecuaria es la principal causa de deforestacin global, la cual ha tenido lugar a una tasa de 13 millones de ha anuales en los ltimos diez aos (FAO 2011).

    La agricultura es la principal amenaza para mu-chos grupos de especies, por ejemplo las aves (BirdLife International 2008).

  • Secc

    in:

    Inve

    stig

    aci

    n

    Restauracin en campos agrcolas 103

    dad Biolgica (CBD; Sutherland et al. 2009). Uno de los objetivos del nuevo plan estratgico del CBD para el ao 2020, que fue acordado en la Conferencia de Nagoya celebrada en 2010, es restaurar al menos el 15% de los ecosistemas degradados del mundo (Normile 2010). Estas iniciativas polticas internacionales son indudable-mente necesarias e interesantes pero, como en otros muchos ejemplos, existen dificultades en trasladarlas de forma operativa a la escala local. Por ejemplo, surgen interrogantes en torno a nuestra habilidad para manejar y restaurar ecosistemas que proporcionan mltiples servi-cios y biodiversidad, como es el caso de los agro-sistemas (Rey Benayas et al. 2009).

    La restauracin ecolgica supone una oportunidad para contrarrestar los impactos ambientales negativos de la expansin y de la intensificacin agrcola. En un traba-jo reciente, Rey Benayas y Bullock (2012) han realizado una sntesis de las aproximaciones o enfoques y tipos de opcin que existen para revertir estos impactos, es decir, cmo aumentar la biodiversidad y los servicios ecosist-micos en los paisajes agrcolas. Algunas opciones tienen el potencial de aumentar la biodiversidad y los servicios ecosistmicos incluyendo la produccin agrcola, mien-tras que otras pueden aumentar la biodiversidad y servi-cios ecosistmicos diferentes a la produccin agrcola.

    Algunas discusiones recientes sobre el futuro de la agricultura han contrastado el (1) ahorro de tierra (land sparing en ingls) con (2) la agricultura ambien-talmente amigable (wildlife-friendly farming en ingls). El primero aboga por una separacin entre el terreno que se dedica a la agricultura y el que se dedica a la conserva-cin de la biodiversidad, mientras que el segundo aboga por la mejora del ambiente agrcola para compatibilizar en el mismo espacio produccin agrcola y mantenimien-to de la biodiversidad (Fischer et al. 2008; Hodgson et al. 2010). El ahorro de tierra en el contexto agrcola implica la restauracin o creacin de hbitat no agrco-la a expensas de la produccin agrcola, especialmente bosques y matorrales, praderas naturales, humedales o prados hmedos en tierra arable (Rey Benayas y Bullock 2012). Persigue formas de biodiversidad y provisin de servicios ecosistmicos diferentes a los proporcionados por la agricultura, por ejemplo, el aumento de especies forestales y del secuestro de carbono en la biomasa de los rboles y arbustos (Rey Benayas et al. 2010). La agricultura ambientalmente amigable ofrece las cinco opciones explicadas en el recuadro 2. Estas opciones no se excluyen unas de otras, es decir, dos o ms de ellas

    pueden coexistir en el mismo campo agrcola, cosa que frecuentemente ocurre en la prctica.

    reStAurAcIn y creAcIn de elementoS en loS cAmpoS AgrcolAS SIn competIr por el uSo de lA tIerrA

    Este tipo de agricultura ambientalmente amigable com-prende acciones muy especficas y dirigidas a beneficiar la flora y fauna silvestre y servicios ecosistmicos parti-culares. Renaturalizan (rewild en ingls) los paisajes agrcolas y frecuentemente estn acompaadas de una variedad de beneficios sociales. La caracterstica ms re-levante de estas acciones es que ocupan una fraccin insignificante de la superficie de los campos agrcolas donde se ejecutan, lo que significa que apenas compi-ten por el uso de la tierra (recuadro 3). Una idea clave es que, lejos de mermar la produccin agrcola en los campos donde se implementan, sta puede aumentar gracias a los procesos ecolgicos o servicios ecosis-tmicos asociados a la biodiversidad que promueven (Bullock et al. 2007). Algunos ejemplos caractersti-cos son la polinizacin de los cultivos (Carvalheiro et al. 2010), la regulacin de plagas agrcolas basada en el control biolgico de los enemigos naturales de las mismas (Tscharntke et al. 2005), la mitigacin de la

    recuAdro 2

    Tipos de intervencin relacionadas con la agricultura ambientalmente amigable segn Rey Benayas y Bullock (2012).

    Adopcin de prcticas agrcolas basadas en el manejo de la biodiversidad.

    Aplicacin de las lecciones aprendidas de las prcticas agrcolas tradicionales.

    Transformacin de la agricultura convencional en agricultura orgnica.

    Transformacin de cultivos y pastizales simples en sistemas agroforestales.

    Restauracin o creacin de elementos cla-ve para beneficiar la biodiversidad y servicios ecosistmicos particulares sin competir por el uso de la tierra, la manicura de los campos agrcolas.

  • Inve

    stig

    aci

    n am

    bien

    tal

    2012

    4

    (1)

    : 101

    -110

    104 Jos M. Rey Benayas

    erosin del suelo (He et al. 2007) y el aumento de la produccin cinegtica (Baundry et al. 2000), entre otros muchos.

    Todas estas acciones tendrn, generalmente, efec-tos en la biodiversidad y en los servicios ecosistmi-cos a distintas escalas dependiendo de qu cantidad de tierra es ocupada por las mismas. De nuevo, debemos enfatizar que la mayor parte de estas acciones no son excluyentes entre s, pudiendo ser implementadas todas o la mayor parte de ellas en un campo agrcola par- ticular.

    eStudIoS de cASo en eSpAA

    Plantacin de setosLa revegetacin es, en general, la herramienta ms uti-lizada para la restauracin de los ecosistemas terrestres (Rey Benayas et al. 2009). Las lindes, bordes de ca-mino y ribazos, elementos lineales muy abundantes en la inmensa mayora de los paisajes agrcolas del mun-do, ofrecen una magnfica oportunidad para la reve-getacin sin competir prcticamente nada por el uso

    agrcola del territorio (figura 1a). Ms all de la teora ecolgica, existen mltiples evidencias cientficas y em-pricas, desafortunadamente una buena parte de ellas publicadas en la denominada literatura gris, que do-cumentan los beneficios asociados a los setos o cercas vivas (Baundry et al. 2000, Shibu 2009; Recuadro 4). stos coinciden, en gran medida, con los de los islotes forestales en mares agrcolas descritos por Rey Bena-yas et al. (2008). Adems de los beneficios sealados en el recuadro 4, los setos tambin pueden producir efectos no deseables, tales como ser refugio de plagas agrcolas como los conejos y de malezas y, de forma general, pueden presentar todos los inconvenientes de los hbitat insulares pequeos (Rey Benayas et al. 2008).

    La Fundacin Internacional para la Restauracin de los Ecosistemas (FIRE, www.fundacionfire.org) desarro-lla, desde el ao 2009, el proyecto denominado Islotes y costas en mares agrcolas Campos de Vida, cuyo fin principal es establecer proyectos de demostracin de revegetacin de campos agrcolas sin competir por el uso de la tierra. Este proyecto fue inspirado y es el resultado

    Figura 1. Ejemplos de acciones de restauracin y creacin de elementos en campos agrcolas de La Mancha (Espaa) sin competir por el uso de la tierra. (a) Seto o cerca viva recin plantado en un nuevo olivar. (b) Montn de piedras o majano y poste con caja nido para cerncalo vulgar (Falco tinnunculus). (c) Charca creada por un grupo de voluntarios. (d) Chozo o bombo de piedra, construi- do y utilizado antiguamente por los pastores de rebaos. Fundacin Internacional para la Restauracin de los Ecosistemas.

  • Secc

    in:

    Inve

    stig

    aci

    n

    Restauracin en campos agrcolas 105

    de la aplicacin de los conocimientos adquiridos median-te la investigacin cientfica y tcnica desde 1992 (Rey Benayas et al. 2008).

    Hasta la fecha, se han establecido proyectos de de-mostracin en siete campos agrcolas de cereal y oli-var, revegetndose ms de 2,500 m lineales de bordes de camino y lindes y creando varios islotes forestales,

    que ha supuesto el trasplante de ms de 5,400 planto-nes de 22 especies arbreas y arbustivas nativas en las provincias de Toledo, Ciudad Real y Crdoba (Espaa). Con el objetivo de proporcionar a estos proyectos un mayor rendimiento social, una gran parte de las actua-ciones se realizan con jvenes voluntarios procedentes, sobre todo, de los colegios e institutos de las localidades

    recuAdro 3

    Ejemplos de acciones de restauracin y creacin de elementos en los campos agrcolas sin competir por el uso de la tierra

    Revegetacin estratgica de lindes, bordes de camino y ribazos para crear setos o cercas vivas (Pereira y Rodrguez 2010b; figura 1a; vase un estudio de caso ms adelante).

    Introduccin de pequeas plantaciones de r-boles o arbustos, preferentemente en las es-quinas de las propiedades, para crear islotes de hbitat forestal en mares agrcolas (Rey Bena-yas et al. 2008).

    Plantacin de rboles aislados con el fin de apro-vechar sus desproporcionados efectos positivos para la conservacin de la biodiversidad (aves, murcilagos, insectos, etc.) y el potencial de la dispersin de semillas (Fischer et al. 2010).

    Creacin de reas favorables para los poliniza-dores mediante plantaciones de enriquecimien-to florstico (Carvalheiro et al. 2010).

    Introduccin de carballones o domos (beetle banks en ingls), muros de piedra, majanos o montones de piedras y otros refugios estratgi-cos para la fauna (MacLeod et al. 2004; figura 1b).

    Introduccin de perchas y cajas-nido para aves y murcilagos (Serra 2011; figura 1b; vase un estudio de caso ms adelante).

    Creacin o restauracin de pequeos humeda-les y otros puntos de agua tales como charcas y abrevaderos (Moreno-Mateos et al. 2010; figura 1c; vase un estudio de caso ms ade-lante).

    Restauracin de construcciones de arquitectura rural para recuperar y valorizar servicios cultu-rales (figura 1d).

    recuAdro 4

    Beneficios ms relevantes de los setos o cercas vivas

    Aumento de la biodiversidad, tanto in situ co-mo a escala de paisaje, por las especies de plan-tas introducidas y por todas las especies que colonizan estos hbitat; son islas y reservorios de biodiversidad en los paisajes agrcolas.

    Exportacin de semillas y otros propgulos, tan-to de plantas como de animales, a los campos agrcolas abandonados prximos, acelerando la restauracin pasiva de los mismos.

    Mitigacin de la erosin elica e hdrica por su efecto cortavientos o pantalla y limitacin de la escorrenta, evitando la prdida de suelo y nutrientes en los cultivos.

    Enriquecimiento de materia orgnica y de nu-trientes del suelo.

    Reduccin de la cantidad y tamao de las part-culas arrastradas por el viento hacia los cultivos y, en consecuencia, disminucin de los efectos de abrasin de las mismas.

    Atraccin y hbitat de polinizadores y enemigos naturales de plagas de los