José Luis Fernández del Amo - Arquitectura de la liturgia

download José Luis Fernández del Amo - Arquitectura de la liturgia

of 5

Transcript of José Luis Fernández del Amo - Arquitectura de la liturgia

  • 8/6/2019 Jos Luis Fernndez del Amo - Arquitectura de la liturgia

    1/5

    ARQUITECTURA DE LA LITURGIA

    Jos Luis Fernndez del Amo Moreno

    Alfrez, 16 (1948), pg. 4-5

  • 8/6/2019 Jos Luis Fernndez del Amo - Arquitectura de la liturgia

    2/5

    No tenemos un tratado cristiano de Arquitectura. Cuando nos proponemos definir la

    arquitectura cristiana nos encontramos sin un concepto fundamental. Pero no parece

    haberse echado de menos. En la Edad Media, la arquitectura se heredaba y se realiza-

    ba en continuidad gremial. El misterio y la medida ecuacin de esttica y teologa

    eran legado de maestros. El primer sistema racional de arquitectura se produce con

    el asombro de la belleza clsica. En el quatrocento, por la Florencia ebria de huma-

    nismos, salen los primeros tratados y sumas, barruntos de matemtica, mecnica y

    ptica clsicas. Bastardo origen de nuestra Academia.

    El espritu religioso pugna tenazmente por aflorar en la geometra objetiva y de-

    saprensiva del Renacimiento, ya pagado de soberbia y con el gusano dentro. Por ah

    triunfa, seora de s misma, la humanista arquitectura, y cada una de las artes por

    su derrotero. Hasta que en la coyuntura crtica de la Contrarreforma hubo de rendir-

    se a la gloria de Dios la grandiosa vanidad del Barroco. Despus, un intento de re-

    sucitar los estilos de la mejor tradicin cristiana llev a la admiracin romntica,

    que es apologa apasionada del Medievo en Huysmans o un propsito de sistematizacinenciclopdica en el Diccionario del Violet-le-Duc. Arqueologa impotente del XIX,

    que nos dio historia y catlogos. Hoy da, se hace historia, a pretexto de asptica

    objetividad, con una interpretacin ms o menos arbitraria y parcial de las obras.

    Esto es todo lo que sabemos de la arquitectura cristiana y no parece habernos im-

    portado mucho conocer ms. Con un tanto de tcnica y otro de historia se emprende la

    reconstruccin nacional de nuestras iglesias. Son stas las premisas para la con-

    cepcin de un templo cristiano?

    Despus de la Guerra Europea, en el ao 18 mismo, se produce un resurgimiento del

    espritu religioso y una gran exaltacin de la Liturgia. Es el Quickborn de los

    jvenes catlicos alemanes con Guardini al frente y la estrella de su teologa para

    el movimiento. En Espaa tiene tan slo repercusin en el celo apostlico de algunos

    eclesisticos: en todo caso, no tiene ms manifestacin artstica que una inquietud

    sin trascendencia en los monasterios benedictinos. As, se ha dado en decir estilo

    benedictino a todo lo que expresa una vinculacin entusiasta a la Liturgia. Recien-

    temente parece haberse demostrado un cierto inters por las rbricas y el rigor ca-

    nnico de los ritos. Algn libro ha salido al paso para cubrir deficiencias en la

    formacin de los tcnicos, con instrucciones, reglas y prudentes consejos. Es lauda-

    ble tal intencin de sujetarse a lo estipulado como sistema de organizacin y de

    medida. Pero, es slo esto la Liturgia? Un movimiento de renovacin litrgica no se

    inicia con cuatro normas para el rigor del culto y la organizacin de la planta del

  • 8/6/2019 Jos Luis Fernndez del Amo - Arquitectura de la liturgia

    3/5

    ARQUITECTURA DE LA LITURGIA 3

    edificio. Ha de surgir de una teologa fervorosa participada con una vocacin reden-

    tora. El celo por la Casa del Padre me devora.

    En Espaa, desgraciadamente, no hemos comprendido nada de esto, ni nos hemos

    planteado como cuestin esencial la edificacin del templo. La tremenda pereza y laenorme terquedad, tpicamente nuestras, nos tienen asfixiados en una atmsfera enra-

    recida de tpicos. El arquitecto revuelve viejas estampas con avidez arqueolgica,

    considerando al templo como una coleccin de curiosidades, realzadas por la tradi-

    cin que encubre una estril inercia. El proyecto de una iglesia no es un simple

    problema de adopcin de formas o de leyes estticas inexorables, acreditadas por un

    determinado estilo.

    Ninguno de los errores actualsimos sealados por el Sumo Pontfice en varios es-

    critos recientes sobre Liturgia se ha dado en Espaa, pero tampoco ninguna de las

    grandes innovaciones que reconoce. Apenas hay ms que la isla solitaria de la abada

    de Montserrat y el tesn apostlico de aquel gran cardenal Gom que qued en sus

    libros. No hay peligro donde no se conocen las grandes osadas creadoras y se escu-

    dan en un pasado impotente, barajando unas formas de composicin sin proponerse re-

    novar el esquema desde la esencial constitucin de la comunidad cristiana y su culto

    colectivo, que es la Vida de un Cuerpo Mstico en eterna efusin de Sangre.

    Podran invocarse los principios de la disciplina clsica como fundamento cierto

    de belleza. No regatear su valor absoluto y permanente, pero s tengo que negar su

    categora final. Por ah, indudablemente, se ha de empezar, pero no para quedarse en

    ellos. Esa acadmica y enciclopdica formacin oficial de la Escuela se estrella

    trgicamente al afrontar en toda su dramtica realidad la construccin de un templo.

    Preferira argumentar con los mismos intransigentes postulados racionalistas que

    llevaron a la arquitectura al funcionalismo asptico de Le Corbusier y a la pintura

    a la radiografa intelectual de Picasso. Cada tiempo justifica su estilo histrico;

    y hoy, indiscutiblemente, slo debe plantearse la concepcin de un templo catlico

    con la ms rigurosa doctrina funcional. Absolutamente nada debe traicionar el Fin

    ltimo. Todo debe responder directamente al poderoso y complejo organismo de la co-

    munidad cristiana congregada en Liturgia viva. La Liturgia tiene unos fines supre-

    mos, que constituyen su vida misma y, de los que la arquitectura tiene que ser la

    ms fiel expresin y el ms propio mbito. Y una repercusin social de la que no

    puede frvolamente prescindir. Es conculcar la ms alta consigna de la Iglesia Cat-

    lica todo lo que no acuda en socorro del indigente de Dios. De la piedra hay que

    sacar Pan para el alma y olor de Cristo, como el Seor hizo brotar el man en la

    aridez del desierto.

    Pero no se quieren complicar las cosas; el proyecto de una iglesia es fcil: las

    frecuentamos desde chicos, la tradicin ha consagrado una disposicin de planta,

    tenemos unos rdenes clsicos a nuestra disposicin, hasta ha llegado a nosotros

    algn ripio de Liturgia de la que actualmente se habla. Y basta. Se le ha de procu-

    rar un tanto de modernidad incorporando la higiene en el alicatado de los asientos y

    algn globo opal en las dependencias, quizs se estilicen los perfiles ornamentales.

  • 8/6/2019 Jos Luis Fernndez del Amo - Arquitectura de la liturgia

    4/5

    ARQUITECTURA DE LA LITURGIA 4

    Tambin se cuenta con algn repertorio de motivos muy espaoles y hasta populares,

    si hace al caso. Por ltimo, ya vendr el decorador, y como el arquitecto dej las

    paredes desnudas, habr que proveerse con urgencia de retablos, pinturas, imgenes,

    lmparas y altares. Todo quedar resuelto con un cierto buen gusto y en la construc-

    cin y con la adquisicin de unas cuantas obras artsticas.

    Pero el mal, verdaderamente grave, est en la raz. Es un problema de conceptos

    fundamentales que en esta patria de la ortodoxia catlica ni siquiera se plantean.

    Desde los cimientos hasta la cruz seera de sus torres, el templo ha de ser concebi-

    do de un modo integral y orgnico. Han de alzarse los muros con un sentido de reve-

    lacin que en s sea expresivo de la funcin dramtica de la Liturgia. Ha de llegar-

    se a la ornamentacin a fuerza de dialctica fervorosa, como una viva teologa. Una

    proyeccin del Dogma para la vivencia inteligente de la Liturgia por el pueblo fiel.

    En la concepcin del templo todo ha de ser arte, y en la ejecucin, todo, labor

    de artesana. La construccin es tan excepcional que deberan emplearse procedimien-

    tos privativos. De no ser por las condiciones actuales de la economa y organizacin

    social parecera aberracin acudir al desaprensivo sistema de contratas. Como las

    catedrales medievales las hizo una teologa fervorosa de canteros, todo templo ha-

    bra de ser levantado por un taller de vocaciones religiosas. Ser obra de un arte

    colectivo, con sentido real del plural de la Liturgia: un arte en comunin, como los

    sillares bien trabados y cumpliendo cada uno su funcin, constituyen la fbrica del

    edificio a imagen del Cuerpo Mstico. Una arquitectura que asuma en la concepcin

    todas las artes como la Liturgia misma, hasta la msica. El simbolismo tiene una

    plena realidad, que no puede traicionarse en la ejecucin de la obra. El proyecto de

    un templo no puede deberse a un propsito personal ni profesional. No lo pueden ha-

    cer un arquitecto, ni una arquitectura particulares.

    Del mismo modo, el arte del templo, su arquitectura, no admite localismos ni na-

    cionalismos exacerbados, porque la Liturgia es ecumnica. Un buen tpico: nuestra

    arquitectura debe ser espaola, pretendidamente espaola: hgase una iglesia espao-

    la. Nuestro glorioso siglo XVI; quiz mejor, el estilo del XVII. Ah, el Barroco

    espaol de la Contrarreforma! Pero el Neoclsico parece ms en consonancia con el

    espritu recio y castrense de nuestra poca. A toda costa espaola. Iglesia y espa-ola ya es buena contradiccin. En esta hora de nacionalismos, qu gran cosa sera

    que en la iglesia, precisamente en la iglesia, se depurasen en olor de universali-

    dad, de catolicidad, nuestros sentimientos nacionalistas. Universales con la ms

    ancha Caridad en la expresin, ms autntica: en la arquitectura de la Liturgia.

    La disgregacin hoy es an mayor cuando se procura una adecuacin ambiental y se

    desmenuza la arquitectura en elementos tpicos hasta el ms nimio localismo y la

    interpretacin castiza ms neta. Hay matices del sentimiento popular, calidades del

    espritu, diversas para cada lugar, muy a tener en cuenta para los modos de expre-

    sin, para el lenguaje de la revelacin. Pero la iglesia tiene que decir a todos la

    misma Verdad y prender la misma Caridad. Como uno es el Espritu y uno mismo el Pan

    que se comulga. Y esto no es cuestin slo de plpito, sino de arquitectura.

  • 8/6/2019 Jos Luis Fernndez del Amo - Arquitectura de la liturgia

    5/5

    ARQUITECTURA DE LA LITURGIA 5

    En la poesa mstica no cabe el cinismo. Por qu el plano de un templo no ha de

    ser una pgina de mstica?

    El templo es Casa de Dios y Puerta del Cielo. Lo habis visto escrito en los fri-

    sos de nuestras iglesias para que se advierta. Y esto ha de lograrse en el ms es-tricto rigor funcional, no conformndose con los prejuicios arquitectnicos al uso.

    El hombre tiene que encontrar en el templo la Casa de Dios y al hombre ha de drsele

    en el templo la Puerta del Cielo.

    Hacer un templo es redimir las cosas. Ha de ejecutarse con un espritu de coope-

    racin al sacrificio perdurable de Cristo. No basta con la sujecin formal a una

    serie normativa de reglas; hay que levantarlo con una voluntad de redencin. El hom-

    bre est llamado a completar la salvacin con su ofrenda voluntaria, asumiendo en

    propia carne el sacrificio de todas las cosas y suscitar as la operacin del Esp-

    ritu Santo para renovar la faz de la tierra. Este es el sentido profundo de la Li-

    turgia. La virtud de religin como holocausto, splica y alabanza en la manifesta-

    cin del culto. Y arquitectura de la Liturgia es la inteligencia de las cosas en

    orden a este culto.

    No se pongan la piedra, la madera o el hierro al servicio de un prurito de arqui-

    tectura acadmica; sino que se rindan a Dios con la medida y el misterio en geome-

    tra sobrenatural. Brille tu rostro sobre tu santuario. (Dan, 9, 18.)