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KILóMETRO CERO. NOTICIAS DEL CENTRO HISTóRICO DE LA CIUDAD DE MÉXICO Febrero 2015 / No. 79 WWW.GUIADELCENTROHISTORICO.MX DISTRIBUCIóN GRATUITA L a Piedra del Sol tiene un tinte verdoso, y en el borde izquierdo del disco hay un halo amarillento. La imagen es de 1840 —justo hace 175 años—, es uno de los primeros daguerrotipos toma- dos en la Ciudad de México, y se atri- EL CENTRO Y LA FOTOGRAFíA DEL DAGUERROTIPO A LA SELFIE POR PATRICIA RUVALCABA buye al francés Jean Prelier Dudoille. Esa toma fue el germen de un culto visual hacia el Centro Histórico en el que han oficiado desde los pioneros, los fotógrafos de estudio del siglo xix, hasta foto reporteros y artistas del xx pero, sobre todo, incontables fotó- grafos amateur y vernáculos. Un edificio monumental, un mercado, una pareja, una vitrina, una manifestación política, unos bailarines... La relación del Centro con la fotografía ha producido un delirante, inabarcable cuerpo de imágenes. En el camino, la relación se vol- vió simbiótica: si el Centro, debido a su extraordinario poder simbólico, atrae la mirada y provoca el clic, las imágenes resultantes refuerzan ese poder simbólico. Esta operación cul- tural sucede allí donde se procesa la identidad colectiva. ¿Quién no quie- re tomarse una foto en el Zócalo? En esta primera aproximación al tema, y con la guía del Centro de la Imagen, Km. cero encontró que el Centro ha sido proveedor de mate- riales, de espacios para experimentar y exhibir la fotografía. Y desde luego, de escenarios y motivos, del primer daguerrotipo, a la selfie que alguien se está tomando ahora en el Zócalo. MANUEL RAMOS, VISTA DEL ZóCALO CAPITALINO DESPUÉS DE LA LLUVIA, CA. 1922. CORTESíA ARCHIVO FOTOGRáFICO MANUEL RAMOS. TEMáTICO ESPECIAL

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EXCELENTE REVISTA DE DATOS DEL CENTRO HISTORICO DE MEXICO

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  • kilmetro cero. NoticiAS Del ceNtro HiStrico De lA ciUDAD De mXico Febrero 2015 / No. 79

    www.gUiADelceNtroHiStorico.mX

    DiStribUciN grAtUitA La Piedra del Sol tiene un tinte verdoso, y en el borde izquierdo del disco hay un

    halo amarillento. La imagen es de 1840 justo hace 175 aos, es uno de los primeros daguerrotipos toma-dos en la Ciudad de Mxico, y se atri-

    el ceNtro y lA FotogrAFADel DAgUerrotipo A lA SelFie

    Por pAtriciA rUvAlcAbA buye al francs Jean Prelier Dudoille. Esa toma fue el germen de un culto visual hacia el Centro Histrico en el que han oficiado desde los pioneros, los fotgrafos de estudio del siglo xix, hasta foto reporteros y artistas del xx pero, sobre todo, incontables fot-grafos amateur y vernculos.

    Un edificio monumental, un mercado, una pareja, una vitrina, una manifestacin poltica, unos

    bailarines... La relacin del Centro con la fotografa ha producido un delirante, inabarcable cuerpo de imgenes.

    En el camino, la relacin se vol-vi simbitica: si el Centro, debido a su extraordinario poder simblico, atrae la mirada y provoca el clic, las imgenes resultantes refuerzan ese poder simblico. Esta operacin cul-tural sucede all donde se procesa la

    identidad colectiva. Quin no quie-re tomarse una foto en el Zcalo?

    En esta primera aproximacin al tema, y con la gua del Centro de la Imagen, km. cero encontr que el Centro ha sido proveedor de mate-riales, de espacios para experimentar y exhibir la fotografa. Y desde luego, de escenarios y motivos, del primer daguerrotipo, a la selfie que alguien se est tomando ahora en el Zcalo.

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  • 2 Km.cero nm 79 Febrero 2015

    km.cero se reparte en bicicleta

    www.cicloSmeNSAjeroS.com telFoNo: 5516 3984

    e D i tor i A l

    una construccin coLectiva

    km. cero publicacin mensual editada por el fideicomiso centro histrico de la ciudad de mxico. sandra ortega directora / patricia ruvalcaba y sandra ortega editoras responsables / roberto marmolejo y patricia ruvalcaba reporteros liliana contreras coordinacin de fotgrafos / igloo diseo y formacin / eikon fotografa nuria fernndez meza correccin de estilo y apoyo a la investigacin / omar aguilar y rafael facio apoyo a la edicin impresin: comisa, gral. victoriano zepeda 22, col. observatorio, c.p. 11840, www.centrohistorico.df.gobredaccin: repblica de brasil 74, 2o piso, plaza de sta. catarina, colonia centro. mxico, d.f. telfono 5709-8005, 6974, 8115 o 9664. [email protected] nmero de certificado de reserva otorgado por el instituto nacional de los derechos de autor: 04-2008-063030300-0 Certificado de licitud de contenido: No. 11716, Certificado de licitud de ttulo: No. 14143.

    en esta entrega de km. cero exploramos uno de los legados de cultura inmaterial ms interesantes del Centro Histrico de la Ciudad de Mxi-co, tanto por su enorme riqueza, como porque se trata de una evidente construccin colectiva: la relacin entre la fotografa y el corazn del pas.

    La relacin se inici en 1840, quizs en enero, y ya desde ese momento, la caja daguerriana de Jean Prelier Dudoille apunt hacia la Catedral Metropolitana, la Plaza Mayor y un fragmento del Mercado del Parin. En la Catedral, estaba em-potrada la Piedra del Sol, y Prelier hizo con ella otra toma. Proponindoselo o no, capt dos smbolos religiosos de la cultura local y nica de la Ciudad de Mxico, uno catlico y uno prehispnico, entonces fusionados.

    Lo simblico pues, del Centro, fue enfocado desde el principio. Se acaban de cumplir 175 aos de aquel suceso; este nmero revisa, someramente, ese largo y emocionante transcurrir. Para este trabajo, contamos con la generosa colabora-cin del Centro de la Imagen (CI), dependiente del Conaculta. En especial, que-remos reconocer el aporte y la gua del curador e investigador Alfonso Morales, editor de la revista-libro Luna Crnea.

    Durante la investigacin hallamos que, en varios sentidos, las formas en que la fotografa y la Ciudad de Mxico se han afectado mutuamente, son comunes a todas las grandes ciudades, pero la capital mexicana presenta particularidades que se desarrollan en el nmero.

    El de por s enorme poder simblico del Centro, se ha visto recalcado, reafir-mado, a travs de la imagen digital. El Centro atrae a la cmara obsesivamente, dice Morales, y las fotografas resultantes multiplican su poder de atraccin.

    En otro ngulo del asunto, no todos escribimos, no todos hacemos cine, no todos estamos en posibilidad de pintar un cuadro sobre el Centro, pero todos lo estamos de fotografiarlo, o fotografiarnos con l. La singularidad del medio es que quizs sea el que ms cmodamente permita participar en una construccin simblica. El Centro, sus rostros innumerables, son fotografiados ahora con arte, con curiosidad, con desparpajo, con mirada analtica o divertida, con pasmo, con perplejidad, con actitud experimental o cientfica. Siempre con asombro que se renueva, pero tambin se superpone a exploraciones anteriores.

    El nmero est dividido en varias secciones: la primera hace un recorrido por la historia comn entre la fotografa y el Centro, hasta la Revolucin Mexicana; en una entrevista de Carlos Villasana, Gustavo Amzaga examina el desarrollo del retrato de estudios en el siglo xix; otra seccin enfoca las aproximaciones de fotgrafos nacionales y extranjeros en el siglo xx y lo que va del xxi, y una ms repasa el estado actual del Centro en el mbito de la fotografa como actividad comercial y como legado. Cerramos en la pgina 16, donde Morales nos explica cmo ve esta larga relacin amorosa-memoriosa entre el Centro y la fotografa, y cul es el papel del fotgrafo amateur en ella.

    No dejes de escribirnos a:

    [email protected]

    incansable estudioso y protector del patrimonio edificado de Mxico.

    Carlos Flores Marini

    La Autoridad del Centro Histrico y el Fideicomiso Centro Histrico de la Ciudad de Mxico lamentan

    profundamente el fallecimiento de

    fundador de la Pinacoteca de La Profesa y difusor del patrimonio artstico resguardado en ese espacio.

    Cannigo don Luis vila Blancas

    La Autoridad del Centro Histrico y el Fideicomiso Centro Histrico de la Ciudad de Mxico lamentan

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  • Febrero 2015 nm 79 Km.cero 3

    el retrAto cre Al FotgrAFo

    Las primeras impresiones de imge-nes consideradas precursoras de la fotografa fueron los daguerrotipos. Presentado en 1839 en Pars ante la Academia de Ciencias por Louis Daguerre. El nuevo procedimiento pronto se difundi por el mundo.

    En diciembre de ese ao, el gra-bador francs Jean Prelier Dudoille desembarc en el Puerto de Veracruz con varias cajas daguerrianas. Un daguerrotipo que hizo del Puerto es considerado la primera imagen fo-togrfica tomada en Mxico. Prelier

    eL centro y La fotografadeL daguerrotipo a La seLfie

    pretenda vender el invento en la ca-pital, a donde lleg en enero de 1840. Hizo varias demostraciones pblicas en las cuales, se especula, debi haber tomado la Piedra del Sol y la Catedral.

    Aunque asombr a los locales, el daguerrotipo no fue comprado con el entusiasmo que Prelier esperaba, debido a lo caro que era y a las difi-cultades tcnicas que implicaba. En cambio, el retrato en estudio s caus revuelo. A la vuelta de cuatro aos, Joaqun Daz Gonzlez abri el pri-mer gabinete de retratos propiedad de un mexicano.

    De acuerdo con la investigado-ra Rosa Casanova, en Imaginarios y fotografa en Mxico, 1839-1970, los primeros 50 aos de la fotografa en Mxico se caracterizaron por una aceptacin pasiva de los materiales, equipos, tcnicas y modos de hacer fotografa la imagen nica, por ejemplo que venan de Europa y Estados Unidos. Tambin, por el predominio del retrato y un apren-dizaje visual, as como de los com-

    ANNimo, retrAto De pArejA, cA. 1850. DAgUerrotipo coloreADo.

    F. AUbert, veNDeDor De jArroS, mXico, S/F.

    lA cAteDrAl. DAgUerrotipo, 1840.

    el retrAto, qUe Al priNcipio Solo erA AcceSible pArA lA clASe pUDieNte, volvi A lA FotogrAFA UNA ocUpAciN reNtAble.

    portamientos sociales alterados por la fotografa. El invento cambi la forma de estar en el espacio social, y la de recordar.

    El retrato, que al principio solo era accesible para la clase pudiente, volvi a la fotografa una ocupacin rentable, al grado de que algunos pintores se volvieron fotgrafos o iluminadores.

    Entre 1842 y 1860, en la ciudad estuvieron activos 40 fotgrafos 17 de ellos, mexicanos en 34 establecimientos. Este tema se desa-rrolla con ms amplitud en las pgi-nas 6 y 7 de este nmero.

    Otro tipo de daguerrotipistas eran los trashumantes estadou-nidenses y franceses la mayora, que viajaban por rutas del pas deter-minadas por las fiestas religiosas y cvicas; en cada punto, se instalaban a ofrecer sus servicios. Una de las ru-tas inclua la Ciudad de Mxico. Una vertiente ms fue la de las expedicio-nes arqueolgicas. Todo esto, segn una cronologa de Claudia Canales, en Imaginarios...

    La popularidad de la fotografa creca y los constantes avances tc-nicos avivaban la competencia. En 1850 apareci la revista semanal El Daguerrotipo; los lbumes de tipos populares con un tratamiento folclrico se volvieron una veta exitosa; en 1853, esa clase de imge-nes empez a circular en el extranje-ro, lo que contribuy a formar ciertos clichs acerca del pas, y a partir de 1855, el retrato se us para establecer la media filiacin de los reos. Esto l-timo fue una singularidad de la capi-tal mexicana, indica Casanova.

    Ms o menos al ao siguiente, se inici la venta de vistas estereos-cpicas placas con un efecto de tercera dimensin para promover el turismo; entre los temas comunes estaban los tipos populares y los edi-ficios emblemticos de la Ciudad de Mxico. En la dcada de 1860, la tar-jeta de visita, formato que permiti la copia el daguerrotipo produca una impresin nica, dispar el gusto por la fotografa.

    El primer registro de monumen-tos de la capital, lo hizo el francs Desir Charnay, como una comisin del gobierno francs. El resultado fue una coleccin de vistas titulada La Ciudad de Mxico y sus alrededores, con 24 imgenes de Andrew Hasley.

    ciUDAD SiN geNte, y viceverSA

    Con el advenimiento del Segundo Imperio, hubo una vuelta de tuerca. Consciente de las potencialidades del retrato como medio de promo-

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    cin poltica, Maximiliano anticip su llegada a Mxico mediante la di-fusin de retratos suyos y de Carlo-ta, de acuerdo con Arturo Aguilar Ochoa, autor de La fotografa durante el imperio de Maximiliano .

    En mayo de 1864, la llegada de los Habsburgo, escribe, origin el primer boom de la fotografa en Mxi-co. La clase social acomodada se hizo adicta rpidamente a las imgenes de los emperadores, sus sirvientes el cochero, el cocinero y su corte: fue-ron las primeras celebridades.

    Con Maximiliano vinieron al pas varios fotgrafos relevantes, en-tre ellos el innovador Francois Au-bert, quien abri un gabinete en la calle de San Francisco (Madero). All realiz las primeras imgenes de tipos populares hechas en estudio, consigna Canales. Aubert registr en Quertaro la cada de Maximilia-no y elabor un lbum que comer-cializ en la capital. Inclua imge-nes del cadver, del embalsamador, de la camisa y la casaca agujereadas por las balas... caus furor, las im-genes fueron objeto de los primeros alegatos por piratera, plagio y reela-boraciones mediante collage.

    Una vez restaurada la Repbli-ca, los liberales se haran clientes asiduos de los estudios fotogrficos. Otra costumbre adoptada durante el Segundo Imperio cuando sur-gieron las primeras quejas por la existencia de fotos obscenas fue el registro fotogrfico de las prostitu-tas. Aunque parecen adustas, varias levantaban la falda, por ejemplo, en un gesto provocativo y retador. A al-gunas personas pudientes se les ocu-rri, asimismo, exigir a la servidum-bre que se hiciera un retrato a la manera de media filiacin.

    Como una constante del retrato, los modelos fueran ricos, tipos populares o mujeres pblicas eran preparados para la toma. Apa-recan limpios, peinados, vestidos de

    cierta manera y situados en un contexto agradable. Las diferencias sociales estaban remarcadas por la intencin de la fotografa: fijar la propia imagen en el tiempo, como emblema de poder, o quedar fichado en un registro policiaco. Por otra parte, la mayora de la poblacin, no poda permitirse un retrato.

    Por practicarse en es-pacios cerrados, el retrato daba una imagen falsa del espacio en que coexistan los retratados una ciu-dad desigual. Cuando se miran los retratos de en-tonces, y las tomas de edifi-cios y plazas, casi sin gente, pareciera tratarse de dos universos separados, como

    si los habitantes no habitaran la ciu-dad, o la ciudad no tuviera habitantes. La necesidad de exposiciones largas y controladas era una de las causas, pero tambin los gustos de la poca.

    Una nota curiosa: si bien los fot-grafos continuaron la tradicin he-redada de la pintura y la grfica, de retratar tipos populares, en abril de 1866 el peridico La Orquesta, al revisar jocosamente los tipos popu-lares, ya inclua al fotgrafo.

    Segn la descripcin, citada en La fotografa..., el fotgrafo era un un cronista para hacer la historia del amor propio a sus semejantes que se las arreglaba para hacer a la persona bonita, ms bonita, y a la fea, menos fea. () el fotgrafo tien-de al aseo, aunque sin estiramiento ni afeite. Un fotgrafo de zarape y descalzo, sera lo mismo que una modista de maxtlhuatl y huipile.

    Para 1871, haba 75 estableci-mientos fotogrficos en la capital. En los salones anuales de la Acade-mia de San Carlos comenzaron a ex-hibirse fotografas.

    lA DiverSiFicAciN

    Durante el Porfiriato, los intereses del rgimen, los avances tecnolgicos y la creciente popularidad de la foto-grafa diversificaron los usos de esta.

    Daz quera presumir ante el mundo la pujanza del pas, y atraer inversiones y turismo. Como parte de su estrategia, encarg varios pro-yectos fotogrficos de gran calado, en los que la capital fue protagonista.

    Entre ellos, se comision a Abel Briquet, en 1883, para que fotogra-fiara paisajes, monumentos, tipos populares e instalaciones producti-vas. Se hicieron lbumes con estos temas. Luego, para festejar el primer centenario de la Independencia, se desarroll un ambicioso programa gubernamental y privado de renovacin urbanoarquitectnica. En 1904 Guillermo Kahlo fue comi-sionado para fotografiar edificios y calles de la Ciudad de Mxico. Este es considerado su mejor trabajo, aun-que Kahlo ya haba revolucionado la fotografa arquitectnica al documentar, entre 1898 y 1900, la construccin del Edifi-cio Boker, situado en la actual esquina de Isabel La Catlica y 16 de Septiembre.

    La introduccin de la ro-tativa, el linotipo y la impre-sin de medio tono facilit el tiraje a gran escala, e impuls el fotoperiodismo y la publici-dad con fotos.

    En 1893 apareci en el pe-ridico El Universal el primer anuncio ilustrado con una fotografa. Prolifer la prensa mercantil, magazines y peri-dicos con abundante material grfico, en los que la publici-dad cobr un papel relevante: El Mundo, El Imparcial, Arte y Sport, Arte y Letras, El Tiempo Ilustrado, La Semana Ilustrada,

    lA llegADA De mAXimiliANo y cArlotA origiN el primer boom De lA FotogrAFA eN mXico.

    El Semanario Literario Ilustrado, entre otros.

    Se ampliaron los temas: de-portes, espectculo, moda, la nota social y la nota roja. Los fotorepor-tajes contribuyeron al aprendizaje visual mostrando, por ejemplo, la evolucin de los hechos, como una corrida de toros en la plaza Bucareli, captada en 1897 por C. B. Wayte y W. Scott, y publicada en El Mundo.

    Para el centenario de la Indepen-dencia, la cobertura periodstica de los festejos result en una profusin quizs como nunca antes de imgenes de la ciudad: edificios en obra, aperturas de avenidas y monu-mentos, ceremonias cvicas, desfiles, discursos y cocteles. Los reportajes grficos sobre la iluminacin noc-turna de la Catedral fueron uno de los momentos cumbre de ese trance.

    La fotografa se ejerca de ma-neras cada vez ms variadas. A los profesionales de estudio, a los inde-pendientes y a los fotoreporteros, se haban sumado grandes compaas especializadas. Asimismo, se empe-zaban a firmar los trabajos.

    En la ltima dcada del siglo, la aparicin de nuevas tcnicas pla-cas secas de gelatina y tipos de

    F. AUbert, el cUerpo De mAXimiliANo eN SU AtAD

    DeSpUS Del primer embAlSAmAmieNto, mXico, S/F.

    iNterior De UNA pUlqUerA, eDitADA por j.g. HAttoN, 1908.ANNimo, ZemoNA goNZleZ, S/F.

    ANNimo, veNDeDor De cANAStAS, S/F.

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    cmaras automticas e instant-neas permitieron el ingreso a la fotografa de dos nuevos actores: el aficionado y el fotgrafo callejero. Ambos resignificaran el espacio p-blico y memorioso de la ciudad.

    En 1890 se form Sociedad Fo-togrfica Mexicana, que organiz un primer concurso de fotografa. La actividad amateur fue estimula-da tambin por concursos lanzados por peridicos, como uno de la re-vista Mundo Ilustrado, en 1896. Entre las categoras estaban: instantnea, retratos y grupos, paisajes y monu-mentos, as como aplicaciones cien-tficas y estereoscpicas.

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    La Revolucin Mexicana cambi por completo la relacin entre la ciudad y la fotografa, en varios sentidos. Uno fue la integracin a la imagen fotogr-fica predominante, de las masas em-pobrecidas y de los sitios precarios de la urbe donde estas sobrevivan, apun-ta Alberto del Castillo en Imgenes...

    Precursor en esa tnica fue Mxi-co Brbaro, del reportero Jonh Keneth Turner, que apareci en el peridico estadounidense American Magazine, en 1909. Denunciaba la explotacin y la miseria de campesinos y traba-jadores, y se acompaaba de foto-grafas, de l y de otros autores. Fue impactante, tanto en Estados Unidos como en Mxico.

    Al ao siguiente, ese nuevo pro-tagonista la mayora de la pobla-

    cin se unira por fin a su ciudad, brutalmente, en la dimensin del acto fotogrfico. La Revolucin lo-grara un retrato de cuerpo entero: la ciudad y sus gentes.

    Aquellos que antes haban apa-recido bajo el sesgo de la mirada cos-tumbrista, etnogrfica o criminol-gica, ocuparon el centro de atencin de las cmaras, con un protagonis-mo y una vitalidad indita hasta en-tonces, aade el investigador. En lu-gar de ceremonias y cocteles, en las calles estaban las tropas campesinas, los desplazados, los cadveres de la Decena Trgica. El Palacio Nacional, el Zcalo y La Ciudadela, en lugar de

    ornamentados, aparecan daados. La violencia de la primera revo-

    lucin del siglo xx atrajo a toda clase de fotgrafos, de extranjeros a loca-les, de aficionados a profesionales. La prensa urbana, fogueada en las publicaciones mercantiles, cambi sus costumbres: los encuadres pic-toralistas fueron sustituidos por el realismo, la crudeza y los enfoques analticos. Tambin enfrentaron re-tos tcnicos y peligros: algunos mu-rieron, otros fueron lesionados.

    Debido a estos percances, surgi en 1911 la Asociacin de Fotgrafos de Prensa de la Ciudad de Mxico, que entabl un dilogo obsequioso

    con el gobierno. Pero en conjunto, indica Del Castillo, la Revolucin aport las bases para la creacin de un fotoperiodismo moderno que, sobre las bases de documen-tacin del positivismo del siglo xix, adoptara despus los recursos de las vanguardias para desarrollar un trabajo autoral.

    Con el tiempo, muchos de esos fotgrafos retrataran la ciudad pa-cificada, luego la desarrollista, la de los colapsos sociales y la reha-bilitada ya como Centro Hist-rico y alimentaran la construc-cin de una fascinante identidad urbana.

    AgUStN vctor cASASolA, perSoNAS HUyeN De lA ciUDAD DUrANte lA DeceNA trgicA, ciUDAD De mXico, Febrero De 1913.

    gUillermo kAHlo, cASA boker, 1904. lA iNAgUrAciN Del mANicomio geNerAl, el mUNDo ilUStrADo, Septiembre 11, 1910.

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    Cmo surgen los estudios?Hay que aclarar, primero, que la fo-tografa tuvo un antecedente muy importante: los daguerrotipos, que fueron el primer procedimiento con el que se capturaba una imagen. Los daguerrotipos eran unas placas de cobre, baadas de una capa de pla-ta y expuestas a vapores de yodo; en la placa ya preparada se realizaba la toma y, posteriormente, se revelaba la imagen al exponerse a vapores de mercurio. Un procedimiento nada sencillo y muy delicado.

    Esa tcnica, la daguerrotipia, in-ventada en Francia, llega a Mxico el mismo ao en que se da a conocer al mundo: en 1839. Las primeras pla-cas de daguerrotipo se tomaron en el Puerto de Veracruz en diciembre de 1839 y en la Ciudad de Mxico en enero de 1840. Por las exposiciones de tiempo tan prolongadas con que se tomaban esos daguerrotipos, se tenan que realizar a la intemperie. Seguramente, los primeros retratos de personas se hicieron en alguna plaza pblica, en una azotea, en lu-gares abiertos que reciban la luz so-lar de forma directa.

    El primer estudio lo abri el daguerrotipista Randall W. Hoit

    Por cArloS villASANA SUverZA

    La invencin de La iMagenDiseador, editor, autor de libros infantiles, Gustavo Amzaga Heiras es, adems, coleccionista y apasionado investigador de la fotografa del siglo XIX. En esta entrevista habla sobre el apogeo y cada de los estu-dios fotogrficos en el Centro Histrico en esa centuria.

    en 1842, en la elegante calle de San Francisco (hoy Madero) nmero 12, justamente en los altos del Hotel Iturbide (actualmente Palacio Cultu-ral Banamex); era un local cuya en-trada estaba ubicada a la izquierda de la puerta principal. Randall W. Hoit comparti este estudio con Eduardo Martn, un pintor de retratos en mi-niatura al leo. El espacio debi ser un lugar muy bien iluminado, que seguramente contaba con un venta-nal, tragaluz, claraboya o un techo de cristal, caracterstica por la cual a los estudios se les conoci como salo-nes o pabellones de cristal.

    Quines y para qu se retrataban?Al inicio, en las dcadas de 1840 y 1850, los daguerrotipos eran un objeto caro, suntuoso, al que no to-dos tenan acceso; adems, para su conservacin y disfrute personal se guardaban en hermosos estuches de piel o gutapercha (goma parecida al caucho). Con la llegada de las fo-tografas en papel, en formato carte-de-visite, que se popularizaron en la dcada de 1860, los retratos fueron ms accesibles para casi toda la po-blacin, ya que a travs de un nega-tivo se obtenan seis o 12 copias de

    las fotografas, a un precio que per-miti que se popularizaran, hasta el grado de ponerse muy de moda hacia 1865. Se les llam tarjetas de visita ya que el formato se asemejaba al de una tarjeta de presentacin o de vi-sita, de ah su nombre.

    La gente empez a coleccionar estas fotografas de familiares, pare-jas y amigos, que se intercambiaban, se dedicaban y se guardaban en be-llos lbumes. Tambin se pusieron a la venta varias series de retratos de tipos populares, fotografas de polticos, militares, artistas, acto-res, msicos, escritores; en fin, de una enorme galera de personajes famosos. De aquella dcada no es raro encontrar, entre esos lbumes

    de poca, fotografas de la cada del Imperio de Maximiliano o el retrato del presidente Benito Jurez.

    La fotografa en el siglo xix per-miti reforzar los vnculos familia-res y de amistad. Se asista al estudio para registrar los momentos ms im-portantes en la vida de las personas; por ejemplo, el bautismo, la primera comunin, el cumpleaos, las fies-tas memorables o la boda. Tambin se retrataban a los nios muertos, como un recuerdo especial, un testi-monio para evocar siempre.

    Muchas veces las fotografas se realizaban para regalarlas a la fami-lia, a los padrinos, a los abuelos, a los parientes lejanos. Desde la fotografa en formato carte-de-visite, los retratos se podan enviar por correo, lo cual resultaba una novedad y ventaja para las amistades y familiares que vivan en otra ciudad o fuera del pas.

    Cmo eran los estudios? Existen varias crnicas sobre los estudios fotogrficos, su funciona-miento y cmo eran. Afortunada-mente, en las revistas ilustradas se llegaron a publicar imgenes de los interiores de estos gabinetes fotogr-ficos. Existen retratos de algunos es-tudios de la Ciudad de Mxico, como el de los hermanos Valleto, de Celes-tino lvarez, de Emil Lange y el de los hermanos Torres.

    Por las revistas El Fotgrafo Mexi-cano y El Mundo Ilustrado y por notas en prensa, (sabemos, sobre) el estudio de los hermanos Valleto, que el saln de espera era muy lujoso, decorado con muebles tallados, panoplias, ar-mas, pinturas de afamados artistas, bronces, tapices, espejos con elegan-tes marcos, una gran chimenea y varios muestrarios de retratos colo-cados con tal arte y buen gusto que, verdaderamente, sorprendan a los clientes que llegaban a fotografiarse.

    Hay que entender que estos es-pacios eran lugares casi mgicos, lle-nos de estmulos visuales que tenan como objetivo introducir al cliente a un lugar de fantasa, en el que olvi-

    coN lA llegADA De lAS FotogrAFAS eN pApel, eN FormAto cArte-De-viSite, loS retrAtoS FUeroN mS AcceSibleS pArA cASi toDA lA poblAciN.

    eStUDio De lA FAmiliA torreS coN SUS cUAtro miembroS. lA compoSiciN recUerDA el cUADro lAS meNiNAS De velZqUeZ.

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    dara sus preocupaciones mundanas. Eran espacios muy teatrales, segura-mente fantsticos, donde se repre-sentaba una ficcin. El saln donde se tomaba propiamente la fotografa se poda convertir en una playa, con rocas, balsas y el fondo de una ma-rina, pero igual se transformaba en un bosque frondoso. En esto radica-ba parte de su carcter mgico. Los modelos, los que se fotografiaban, tenan que posar lo mismo, como si navegaran por el mar o caminaran entre colinas arboladas.

    Cules fueron los aos dorados?Los aos dorados de la fotografa del siglo xix en Mxico fueron entre las dcadas de 1870 a 1890. Los forma-tos que se pusieron en boga en esos aos eran ms amplios que la tarjeta de visita y permitieron el mayor lu-cimiento de escenografas, telones, mobiliarios y accesorios con los que fotografiaban a los modelos. Los retratos eran muy recargados, pero esto mismo representaba grandes re-tos para el fotgrafo: por un lado, los fondos deban tener sentido con el modelo, pero tambin con los obje-tos. Es decir, se tena que realizar una correcta representacin o ambienta-cin ante la cmara, pero sin descui-dar los aspectos tcnicos, como una adecuada iluminacin.

    Cules destacaron?Mencionara los estudios ms lon-gevos y los que sobresalieron por la calidad de su produccin; en primer lugar, al estudio de los hermanos Va-lleto, que realizaron fotografas por casi 50 aos, retratando desde a las damas de corte del Segundo Impe-rio, a los presidentes Benito Jurez, Sebastin Lerdo de Tejada y Porfirio Daz, hasta Francisco I. Madero; pa-sando ante su cmara la aristocracia, los ministros de gobierno y la gente de menores recursos que cont con un padrino de fotografa.

    loS eStUDioS erAN eSpAcioS mUy teA-trAleS, SegUrAmeNte FANtSticoS, DoNDe Se repreSeNtAbA UNA FicciN.

    de la calle de la Profesa, por la calle de San Francisco hacia la Alame-da, en donde estn establecidos los principales fotgrafos de la ciudad. Efectivamente, los estudios ms so-bresalientes se ubicaron en las calles de San Francisco, Profesa y Plateros (hoy Madero), y otras calles que las rodeaban y que conformaban el cir-cuito comercial ms elegante de la ciudad; otros fotgrafos se ubicaron sobre las calles de Vergara (Bolvar), Espritu Santo (Isabel La Catlica), Alcaicera (Palma), Empedradillo (Guatemala), Santo Domingo (Re-pblica de Brasil) y en el Portal de Mercaderes, es decir, en los portales frente al Zcalo.

    Los estudios del siglo xix integra-ron muy tardamente la electricidad para iluminar las tomas fotogrfi-cas, por lo que casi todos estuvieron ubicados en azoteas de edificios, para que el sol fuera la fuente de luz. Un recorrido a vuelo de pjaro en aquel entonces, nos permitira ver aquellas galeras de cristal ubicadas en la parte ms alta de los edificios. As consta en varias imgenes que hay de la Ciudad de Mxico. Subir

    El estudio de Antioco Cruces y Luis Campa fue de los ms distingui-dos, el tapato Octaviano de la Mora realiz un trabajo muy importante en la capital mexicana y de excelente factura tcnica. Tambin destacara el de los italianos Sciandra y el de los hermanos Manuel y Felipe Torres.

    Dnde estaban ubicados?Me gustara responderte con un frag-mento de una crnica de 1906 de C. T. Mason, un norteamericano que es-cribi sobre los estudios fotogrficos de la capital: Cabe preguntarse si existe otra ciudad con la misma can-tidad de estudios fotogrficos. Uno se sorprende al caminar a lo largo

    tal cantidad de escalones no era cosa fcil para aquellos mexicanos del siglo xix. Cuando ciertos estudios fo-togrficos contaron con electricidad, fue posible que algunos fotgrafos se establecieran en la planta baja, a nivel de la calle.

    Por qu empezaron a decaer?La respuesta es compleja. Desde fi-nales del siglo xix y principios del xx las fotografas se empezaron a sim-plificar, los retratos se realizaban de manera ms sencilla, lo importante a destacar era el sujeto y ya no tanto los objetos, ni esos espacios artificia-les con que se ambientaban. El final de la era porfirista, la inestabilidad que represent la Revolucin Mexi-cana y la crisis que vivi la Ciudad de Mxico entre 1914 y 1915, pusie-ron fin a muchos estudios fotogrfi-cos que haban sobrevivido desde el siglo xix. Una nueva mentalidad ha-bra de imponerse y, aos ms tarde, la vanguardia fotogrfica no se pro-ducira propiamente dentro de las paredes de un estudio.

    Las cmaras porttiles como la Kodak, que se popularizaron en la pri-mera mitad del siglo xx, cada vez ms accesibles a mayores pblicos, fueron otro factor determinante.

    AZoteAS coN tecHoS De criStAl De eStUDioS FotogrFicoS. cAlle De 5 De mAyo, tomADA DeSDe lA cAteDrAl.

    FAmiliA, cA. 1865, y HermANitoS, cA. 1870. AmbAS, ANNimAS.

    Gustavo Amzaga gan una mencin ho-norfica en el Premio Nacional de Ensayo sobre Fotografa 2014, convocado por el Centro de la Imagen, con el texto retra-tos y originales. representacin y ficcin en los estudios fotogrficos del siglo xix.

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    el periodismo fue la cantera principal de los fotgrafos que durante la Revolucin y la era posrevolucionaria retrataron el Centro Histrico. Con una actitud crtica, creativa y experimental, esas generaciones practicaron intensa-mente el fotoreportaje, pero tambin se aventuraron por derroteros pro-pios. La mayora trabaj en las pu-blicaciones nacionales ms impor-tantes de su tiempo como El Popular, Hoy, Maana, La Prensa, Siempre!, No-vedades y Exclsior, y colabor en las prestigiadas Time y Life, que otorga-ban gran relevancia a la imagen.

    En la segunda mitad del siglo xx, las miradas frescas de nuevos perio-distas se complementaron con mira-das formadas en la fotografa como arte. Las bsquedas se multiplica-

    ron y se hicieron ms finas. Si se les considera en grupo, casi no hay re-pliegue, esquina o recoveco, fsico o simblico, del Centro, que no hayan explorado estos artistas de la lente.

    lo qUe USteD NeceSite

    Tengo o hago la fotografa que us-ted necesite, se lea en la fachada

    de Ayuntamiento 4, en 1924. Y Ca-sasola fots (sic). Despus de trabajar como tipgrafo y reportero grfico, Agustn Vctor Casasola (Ciudad de Mxico, 1874-1938) fund en 1912 la Agencia Fotogrfica Mexicana, a la que afili a su hermano Miguel. El Archivo Casasola, resultado del tra-bajo de tres generaciones Casasola y otros fotgrafos, cubre desde 1895 hasta 1972, y consta de 850 mil pie-zas, entre positivos y negativos.

    Segn el fotgrafo y estudioso Pablo Ortiz Monasterio, los Casasola son los pioneros del fotorreportaje y gracias a sus fotos de la Revolu-cin mexicana naci, en Mxico, el primer estilo de reportaje autntico en la fotografa latinoamericana. La agencia innov tambin en lo formal: al documentar la construc-

    cin de la modernidad en la era posrevolucionaria, el movimien-to, la velocidad, las mquinas, las construcciones, la moda, usaba en sus encuadres estrategias de corte modernista: contrapicada, vuelo de pjaro, perspectivas fugadas, para recrear con la imagen fija el movi-miento y el ritmo palpitante de la urbe. Los oficios y la vida noctur-na de la capital, as como el retrato, fueron otros temas de esta agencia cuyas imgenes nutrieron del ima-ginario colectivo de los mexicanos del siglo xx.

    Llegado a Mxico en 1908, Hugo Brehme (Eisenach, Alemania, 1882-Ciudad de Mxico, 1954) se es-tableci profesionalmente en 1912 en la calle de San Juan de Letrn, hoy Eje Central. Brehme destac como

    mANUel rAmoS eS el primer pAiSAjiStA virtUAl eN lA HiStoriA De lA FotogrAFA meXicANA.

    ALFoNSo MorALES.

    El Centro Histrico siempre ha sido hogar, musa y cmplice de artistas de la lente. Este texto revisa la obra de quienes al retratarlo, han llevado a la fotografa a las cspides del arte, en el siglo xx y lo que va del xxi.

    entre eL reportaJe y La poesa

    Por pAtriciA rUvAlcAbA

    ArcHivo cASASolA, cA. 1960. UN FotgrAFo De AgitA reAliZA UN retrAto eN lA AlAmeDA.

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    fotgrafo de tarjetas postales edi-ficios ostentosos, chinas poblanas, paisajes idlicos del tipo llamado Pictoralismo.

    Su xito comercial en ese terre-no le permiti sobrevivir el periodo revolucionario, que tambin docu-ment. Sus tomas de cadveres ali-neados durante la Decena Trgica son, para la estudiosa Mayra Men-doza Avils, composiciones impe-cables; ms que la noticia, el artista buscaba conseguir un ensayo visual ms cercano a lo que hoy llamara-mos fotografa documental. Breh-me public en 1923 el libro Mxico Pintoresco, una coleccin de postales arquetpicas de un pas romantiza-do que se corresponden con la Sua-ve Patria de Ramn Lpez Velarde.

    Otro miembro de la agencia Casa-sola, Manuel Ramos (San Luis Potos 1874-Ciudad de Mxico, 1945) fue uno de los primeros fotoreporteros. Cu-bri la vida poltica, social y cotidiana de la capital los primeros 40 aos del siglo xx, pero su obra abarca mucho ms. Como fotgrafo, primero, y lue-go como titular de la Inspeccin Ge-neral de Monumentos (entonces de la SEP), entre 1922 y 1934 recorri pal-mo a palmo el Centro para fotografiar los edificios coloniales.

    Pintor frustrado, Ramos fue tambin pionero de la experimen-tacin: usaba el fotomontaje, recor-taba, pegaba, ensamblaba y aplicaba color sobre la foto. Estamos hablan-do del primer paisajista virtual en la historia de la fotografa mexicana, explic Morales a La Jornada al anun-ciarse la aparicin de Manuel Ramos: Fervores y epifanas en el Mxico moder-no (Planeta, 2012), cuyo estudio pre-liminar l escribi.

    Ramos, asimismo, fue uno de los primeros fotgrafos en firmar su tra-

    bajo y conservar un archivo. Se trata de 11 mil fotografas y documentos que estn bajo el resguardo de su fa-milia, y que conforman el Archivo Fotogrfico Manuel Ramos.

    Todo lo potico mexicano ha sido puesto por l a nuestro alcan-ce, expres Andr Breton acerca de Manuel lvarez Bravo (Ciudad de Mxico, 1902-2002).

    El mayor representante de la fo-tografa latinoamericana del siglo xx, y uno de los protagonistas del llamado renacimiento mexicano, conoci la potencia potica de la fotografa gracias a la aficin de su abuelo y su padre a ella, y en 1924 compr su primera cmara.

    Pero la ciudad le ense a mirar. El conocimiento, la inspiracin, el

    que pasaron por Mxico. Entre ellos, el estadounidense Edward Weston (1886-1958) y la italiana Tina Mo-dotti (1896-1942), quienes influye-ron en varios fotgrafos locales con sus viosnes geometristas y abstrac-tas. Tina, de hecho, se hizo fotgrafa en el Centro. En estos das, el Museo de Arte Moderno exhibe fotos de am-bos autores.

    Considerado el padre del fotope-riodismo, el francs Cartier-Bresson (1908-2004), en su primer viaje a M-xico, en 1934, realiz varias de sus pie-zas surrealistas ms emblemticas; entre ellas, las de unas prostitutas cap-tadas en la calle de Cuauhtemoctzin.

    lleg lA leicA

    Apenas pisaron tierra firme en M-xico, en 1939, los Hermanos Mayo retrataron a los inmigrantes que ve-nan con ellos, en el buque Sinaia. La legendaria agencia, formada por fo-tgrafos gallegos varios, parientes entre s, haba cubierto la Guerra Civil Espaola para el mundo.

    Trajeron consigo una Leica, la primera cmara compacta de pelcu-la de 35 mm. Instalados en la Ciudad de Mxico como Fotos Mayo, cam-biaron de nombre a Hermanos Mayo en 1947, cuando uno de los miem-bros arrib por fin a Mxico. Ubica-da en Ignacio Mariscal 59, colonia

    toDo lo potico meXicANo HA SiDo pUeSto por l A NUeStro AlcANce.

    ANDr BrEToN, ACErCA DE LVArEZ BrAVo.

    FAUStiNo mAyo, mADre eNlUtADA, ciUDAD De mXico, 1 De mAyo De 1952.

    HeNri cArtier-breSSoN, cAlle cUAUHtemotZiN, ciUDAD De mXico, 1934.

    vnculo personal que tena como peatn de la ciudad, nacido y creci-do en el Centro, esa manera de vivir y recorrer la ciudad en la segunda mitad de los aos veinte y la primera de los aos treinta, fue fundamental para el desarrollo de su obra, apunta Morales. El Centro era un microcos-mos donde se combinaban tradicio-nes muy antiguas y novedades de la ciudad moderna o metropolitana.

    La obra de lvarez Bravo fue uno de los arietes que abrieron las puer-tas el Museo del Palacio de Bellas Artes a la fotografa. En 1953, fue el primer fotgrafo en exponer all, con Henri Cartier-Bresson. All vol-vera en 1968 y en 1972.

    El Centro tambin impact a numerosos fotgrafos extranjeros

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    Tabacalera, la agencia hizo historia en decenas de publicaciones con sus reportajes grficos sobre mercados, artesana, arqueologa, corridas de toros, ftbol y otros deportes, la no-che y otros temas.

    Tambin como exiliado lleg a Mxico en 1939 Juan Guzmn (naci-do Hans Gutmann Guster, Colonia, Alemania, 1911-Ciudad de Mxico, 1982). Fotoperiodista de la Guerra Civil Espaola, estuvo en un cam-po de concentracin en Francia, del que escap cargando buena parte de su archivo. Con esa experiencia, y su cercana con la foto vanguar-dista alemana y el constructivismo, Guzmn desarroll en Mxico, entre 1940 y 1965, un estilo personal.

    Fotgrafo independiente para Time y Life, domin la llamada foto-grafa live, viva, espontnea. La te-mtica de su obra es de amplsimo espectro, y la cara desarrollista del Centro, aparece retratada con emo-cin y meticulosidad. La obra de este ubicuo y singular artista se ha ex-puesto en los museos del Palacio de Bellas Artes, al Arte Moderno y otros.

    Llegado a la Ciudad de Mxico a la edad de dos aos, a los 14 Rodrigo Moya (Medelln, Colombia, 1984) ya era fotgrafo de prensa y documenta-lista. Muy activo en las dcadas de los cincuenta y sesenta, le interesaron los movimientos guerrilleros latinoame-ricanos y la vida de los marginados.

    Su trabajo sobre el Centro mez-cla lirismo y tensin. La ciudad que me inquiet fue la de la epidermis, la del lodo y polvo con sus inverosmi-les viviendas desechables, expresa en su pgina electrnica. Yo prefer la parte menos vistosa, pero la ms constante: la desvalida que no tiene cabida en el arte, aunque a veces s en la historia.

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    Entre los aos cincuenta y sesenta, el Centro Histrico se entreg por completo a otros dos fotgrafos ex-cepcionales. Nacho Lpez (Tampico, Tamaulipas, 1923-Ciudad de Mxico, 1986) y Hctor Garca (Ciudad de Mxico, 1923-2012) sostuvieron un cortejo largo, sostenido, fructfero, con la ciudad, como musa, afirma Morales. Creadores del nuevo foto-periodismo, fueron a la fotografa lo

    yo preFer lA pArte meNoS viStoSA, pero lA mS coNStANte: lA DeSvAliDA qUe No tie-Ne cAbiDA eN el Arte, AUNqUe A veceS S eN lA HiStoriA.

    roDrIGo MoyA.

    que Efran Huerta y Guillermo Prie-to, a la literatura.

    Con estos dos documentalistas, la ciudad se devel como milagro, como fantasmagora, aade el ex-perto. Retrataron esa ciudad colo-nial que se encamina rumbo a Mexi-co City, y cmo lo nuevo convive con lo viejo y efectivamente, sigue siendo fiel a s misma.

    Para Nacho Lpez, la Ciudad de Mxico era una entelequia voraz. Comprendi que ya no es una sola ciudad, sino el habitculo de peque-as ciudades, de microcosmos dis-tintos: una pulquera, una peluque-ra, un baile de carnaval.

    Lpez cubri danza, arquitectura, antropologa, la vida carcelaria en el

    mANUel rAmoS, lAvADeroS De USo colectivo eN pAtioS De

    iNmUebleS coloNiAleS, ciUDAD De mXico, cA. 1920.

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    mANUel lvAreZ brAvo, DoS pAreS De pierNAS, 1928-1929.

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    NAcHo lpeZ y Hctor gArcA SoN A lA FotogrAFA lo qUe eFrAN HUertA y gUillermo prieto A lA literAtUrA.

    ALFoNSo MorALES.

    Palacio Negro de Lecumberri. Intro-dujo una modalidad de foto ensayo logrado mediante puestas en escena callejeras durante las cuales captaba la reaccin de los presentes. Cuando una mujer guapa parte plaza por Ma-dero y La Venus se fue de juerga por los barrios bajos, aparecidos en 1953 en la revista Siempre! Presencia de M-xico, estn entre sus performances fo-togrficos ms celebrados.

    Garca, por su parte, se gan a pul-so el sobrenombre de Fotgrafo de la ciudad. Alumno de lvarez Bravo y de Gabriel Figueroa, cubri toda clase de tpicos, pero sus reportajes grficos sobre movimientos sociales tienen una plasticidad especial. Destacan el de las manifestaciones de ferrocarri-leros, maestros y estudiantes en 1958, y los del movimiento estudiantil del 68. Recibi el Premio Nacional de Pe-riodismo en 1958, 1968 y 1979, y el Nacional de Ciencias y Artes en 2002.

    Activo de 1949 a 1979, Enrique Metinides El Nio (Ciudad de Mxi-co, 1934) cambi la nota roja a travs de sus fotografas. Desastres, inciden-tes policiacos, accidentes, suicidios y homicidios aparecen bajo su lente tratados con humanidad. El rostro trgico del Centro Histrico se mues-tra en su obra con solemnidad.

    el ceNtro y el coNcepto

    En la segunda mitad del siglo xx, la

    Ciudad de Mxico se extendi r-pidamente fuera de los lmites del Centro. Crece el inters por la fo-tografa, empieza a haber ms fot-grafos en otros lugares, empiezan a documentar otro tipo de cosas, entran ms en un foco temtico, en los rituales y en lo tnico, explica Patricia Conde, quien lleva 40 aos promoviendo la fotografa.

    Por eso, aade, de entonces para ac, es ms difcil documentar el fe-nmeno de la fotografa; sin embar-go, tambin es claro que a todo el mundo le interesa el Centro.

    Es curioso. Cuando vienen a la galera artistas extranjeros, lo que ms me traen es una revisin del Centro. Conde es propietaria de una galera de fotografa, que lleva su nombre.

    Otra diferencia es que muchos fotgrafos que retrataron el Centro

    HUgo breHme, pAlAcio De correoS, cA. 1920.

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    como previSUAliZAciN orgANiZADA DeScribi NAcHo lpeZ eSte eXperimeNto eN el qUe FotogrAFi el recorriDo De UN mANiqU,

    DeSDe el tAller DoNDe lo FAbricAroN, HAStA el ApArADor De UN comercio. lA Serie Se pUblic eN lA reviStA Siempre! eN 1953.

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    roDrigo moyA, plAZA De SANto DomiNgo, ciUDAD De mXico, cA. 1963.

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    en la primera mitad del xx provenan del periodismo, y hacan tomas alea-torias, buscaban la imagen ms all de lo que la imagen quisiera decir. En la segunda mitad del siglo se su-man fotgrafos formados en talleres y escuelas de fotografa, y aparece la bsqueda de un concepto.

    Les toca retratar una ciudad des-bordada, y una sociedad movilizada contra el autoritarismo, pero que tambin va siendo asimilada por la cultura global. Fabrizio Len (Ciu-dad de Mxico, 1963), Marco An-tonio Cruz (Puebla, Puebla, 1957), Ernesto Ramrez (Ciudad de Mxico, 1968) y Francisco Mata Rosas (Ciu-dad de Mxico, 1958) son fotope-

    cUANDo eXclSior Se Neg pUblicAr lAS FotogrAFAS De Hc-tor gArcA Sobre lAS proteStAS y lA repreSiN policiAcA Del otoo De 1958, l y el perioDiStA Hc-tor qUioNeS FiNAN-ciAroN y pUblicAroN UN Nico ejemplAr De ojo! UNA reviStA qUe ve. lA eDiciN Se Agot eN UN DA.

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    Hctor gArcA, AtiSbANDo el porveNir, ciUDAD De mXico, 1958.

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    jUAN gUZmN, Hombre moNtANDo UN eleFANte, ciUDAD De mXico, 1942.

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    bob ScHAlkwijk, AlAmeDA ceNtrAl, 1964.

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    riodistas que han documentado ese fenmeno, y han elaborado series fotogrficas plantadas en el Centro.

    Para Conde, el libro Mxico Teno-chtitlan (Era, 2005), en el que Mata Rosas explora aspectos del Centro e Iztapalapa, es uno de los documen-tos visuales clave para entender la cultura mexicana contempornea. Asimismo, Pasin Mexicana (2002) libro de Yolanda Andrade (Villaher-mosa, Tabasco, 1950), quien capt, por ejemplo, la lucha de la comu-nidad lsbico-gay por sus derechos; una lucha cuyas batallas principales se dieron en el Centro.

    Todos estamos fotografiando el Centro Histrico todo el tiempo, dice Mata Rosas, tanto acerca de los fotgrafos profesionales como de los aficionados.

    Interesado en la cultura popular como la gran trinchera de la identi-dad, el artista percibe a esa zona como el centro de todos los centros, donde se sintetiza el pas. Final-mente, la Ciudad de Mxico ya no se puede abarcar en fotografa.

    Migracin, mezcla y sntesis defi-nen al Centro. Fotografiarlo es foto-grafiar un flujo constante de fenme-nos migratorios de gente que viene de todos lados, algunos de paso, otros a quedarse (), que se van mezclan-do, y se van haciendo hibridaciones. Esta gran riqueza de cultura popular, de cultura chilanga, no es ms que una sntesis de la cultura del pas, de maneras de ser, de pensar, de enten-der la convivencia, la religin, el con-cepto de identidad, etctera.

    Sus colegas parecen darle la ra-zn. All est la desoladora Iztacchuatl frente a Catedral (1994), de Ernesto Ra-

    eN lA SegUNDA mitAD Del Siglo XX loS FotgrAFoS vAN DejANDo lA bSqUe-DA AleAtoriA De imgeNeS y ApArece lA bSqUeDA De UN coNcepto.

    PATrICIA CoNDE.

    Est el Palacio Nacional. La gente est viendo cualquier cosa menos al hombre, un muerto, que trae un hacha! y est subiendo la escalera del Me-tro. Todo est descarapelado, se nota la presencia de un vendedor ambulante (canasta) y tal vez de un indigente (bolsas colgadas). Lo que est ocu-rriendo es irnico. En Nueva york, esa imagen hu-biera llamado la atencin brutalmente, pero aqu Adems, el muerto trae un hacha, y no una hoz, como que lo que encontr, se llev; es esta faci-lidad de los mexicanos de resolver problemas: Si traigo un hacha, da lo mismo.

    patricia conde.

    Mictln era el territorio de los muertos y estaba en el subsuelo. La leyenda dice que los muertos, en algunas festividades de la cosmogona azteca, re-gresaban al mundo de los vivos para formar parte de esas fiestas. Esta fotografa viene a demostrar, metafricamete, que es cierto: eventualmente, los muertos regresan del subsuelo, por eso nadie est sorprendido alrededor.

    Francisco mata rosas.

    loS mUertoS regreSAN Del SUbSUelo...

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    jUAN gUZmN, eSpectcUlo eN el ceNtro NoctUrNo el pAtio, cA. 1940.

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    erNeSto rAmreZ, iZtAccHUAtl FreNte A cAteDrAl, 1994.

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    FrANciSco mAtA roSAS, mictlN, 1994. De lA Serie mXico teNocHtitlAN.

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    mrez. O el ensayo Plaza de La Soledad (1996-2001), de Maya Goded (1976) sobre prostitutas de ese barrio de La Merced, que explora la sexualidad femenina, la ternura y la violencia de

    eN el Siglo XXi lA FotogrAFA DigitAl, el iNterNet y lAS reDeS SociAleS per-miteN qUe Al imA-giNArio colectivo coNStrUiDo A trAvS De lA FotogrAFA Se AgregUe lA viSiN De toDo ciUDADANo De A pie, y Se mUltipliqUe el eFecto Simblico.

    gnero en una sociedad que establece de manera estricta el rol femenino y mantiene el concepto de feminidad envuelto en mitos de pureza, fragili-dad y maternidad, explica Goded en su pgina electrnica.

    En otro terreno se sitan la des-concertante serie 1999 Los ltimos das, de Jorge Claro Len, as como la experimental DF Penltima Regin (2009), de Gerardo Suter (Buenos Ai-res 1957), en la que la Catedral pare-ce el fantasma electrizado de aquel daguerrotipo de Prelier de 1840. Bajo el concepto de imagen expandida, Suter vincula la imagen fotogrfi-ca de gran formato a otros medios, como la imagen cinemtica, el soni-do o el texto y utilizando la arquitec-tura como soporte final de su obra, describe el CI.

    En 2007, al retratar a 19 mil perso-nas desnudas en el Zcalo, el estadou-nidense Spencer Tunik (1967) marc un hito en la imagen del Zcalo, hace notar Morales. La plancha cubierta de cuerpos indica que algo ha cam-biado desde que en 1927, Nahui Olin organizara la primera exposicin de desnudos fotogrficos. Ella fue la mo-delo; Antonio Garduo, el artista. Fue en la azotea de 5 de Febrero 18.

    El Centro Histrico, teatro ma-yor de los acontecimientos, no solo capitalinos, sino nacionales, al que se vuelve obsesivamente, lugar que vomita imgenes todo el tiempo, expulsa, suda imgenes con nombre, sin nombre, repetidas, nicas, no dejar de atraer a los fotgrafos, dice Alfonso Morales. Funciona como mquina productora, no solamente como modelo que se deja retratar de manera mustia y se queda calladito. Por el contrario, los atrae y los su-bordina. Es una relacin activa.

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    yolANDA ANDrADe, el eNcUeNtro, ciUDAD De mXico, 1978.

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    jorge clAro leN, S/t, 1998. De lA Serie 1999 loS ltimoS DAS.

    SpeNcer tUNick, mXico city 2, 2007. gerArDo SUter, reFUNDAciN, 2009. De lA Serie DF peNltimA regiN.

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    El Centro Histrico fue desde la segunda mitad del siglo xix el rea donde se concentraban los estu-dios y talleres fotogrficos, los ne-gocios especializados en insumos, equipo y reparacin, las escuelas de fotografa, las redacciones de revistas y peridicos, las agencias fotogrficas, los crculos de estu-dio, reflexin, innovacin y presen-tacin del quehacer fotogrfico.

    Entre las tiendas de fotogra-fa, haba modestas y otras lujosas que adems de ofrecer artculos importados y tener estudios inte-riores, exhiban fotografas en las vitrinas como mini museos lo que contribuy a la socializacin de la fotografa.

    En la Academia de San carlos confluan muchos artistas de la lente, y en las redacciones de los diarios se formaban los foto re-porteros ms tarde, tambin, en la escuela de periodismo carlos Septin garca, cerca del Metro Hidalgo, mientras que en el mu-seo del palacio de bellas Artes (MPBA), se han presentado expo-siciones fotogrficas desde 1935. Por cierto, ese recinto exhibir este ao una exposicin acerca de foto-grafa de estudios en el siglo xix y

    por y pArA lA FotogrAFA

    UN veStigio Del Siglo XiX

    otra sobre Henri Cartier-Bresson.En la segunda mitad del siglo xx,

    con el paulatino abandono del Cen-tro hubo un declive de algunas de esas actividades, pero se han man-tenido negocios de compra-venta, reparacin y servicios fotogrficos, concentrados por el rumbo de Don-celes y repblica de Brasil.

    por y pArA lA imAgeNNo obstante esos cambios, hay una actividad de consideracin en torno a la fotografa como arte y como le-gado cultural.

    Un espacio toral en la historia de la fotografa mexicana es La Ciuda-dela. En los aos setenta, cuando funcionaba all la Escuela de Diseo y Artesanas, el fotgrafo rubn Cr-denas Paz (o rubn Pax) fund en el lugar la galera taller de Fotografa (1977-1988).

    Ms tarde, en 1994, en La Ciuda-dela donde hacen esquina la pla-za de La Ciudadela y Balderas, se instal el centro de la imagen (CI), dependiente del Conaculta.

    En esas dos dcadas, el CI ha consolidado proyectos como el cer-tamen-exhibicin Fotoseptiembre (desde 1993), las bienales de Foto-grafa (desde 1993) y Fotoperiodis-

    mo (1994-2006), as como el Semi-nario de Fotografa Contempornea y el Encuentro Nacional de Investi-gacin sobre Fotografa.

    La institucin, la ms importante del pas en su gnero, edita la presti-giosa revista-libro anual Luna Crnea (desde 1992), ensayos y libros. Este ao acaba de lanzar la Gaceta Luna Crnea, de distribucin gratuita.

    El CI tiene un acervo de 20 mil imgenes representativas de la his-toria de la fotografa mexicana y lati-noamericana contempornea, y res-guarda una biblioteca especializada en fotografa, entre otros materiales.

    memoriA UrbANA Del Siglo XXEn Guatemala 34, junto al Templo Mayor, est desde 2005, el museo Archivo de la Fotografa (MAF), de la Secretara de Cultura del Gobierno del Distrito Federal.

    El MAF resguarda un acervo de ms de dos millones de imgenes re-lativas a obra pblica, vida cotidiana, costumbres y otros temas; cubre so-bre todo el siglo xx.

    Adems de organizar exposicio-nes ofrece talleres y conferencias. No se pierda una exposicin sobre fot-grafos callejeros conformada por 80 fotografas recabadas entre 1983 y

    1984. Hasta el 28 de febrero. Mar-Dom 10-18hrs. Entrada libre.

    teSoroS viSUAleSotro acervo fotogrfico relevan-te es la Fototeca de la coordina-cin Nacional de monumentos del iNAH, ubicada en Correo Mayor 11.

    Con alrededor de un milln de imgenes, abarca temas de arqui-tectura patrimonial, piezas de mu-seos, vida cotidiana, la revolucin Mexicana, festejos del Centenario de la Independencia y otros.

    Las imgenes fueron realizadas por fotgrafos Charles B. Waite, Winfield Scott, Guillermo Kahlo, Hugo Breheme, Manuel ramos y otros, empresas Charnay, Gove & North, La rochester, Mxico Fo-togrfico y registros de investiga-dores Manuel Toussaint, Francis-co de la Maza y George Kubler.

    Consulta pblica: Lun, Mar, Mir y Vie, 9-14hrs.; citas en el 5542 5646 ext. 229. http://sinafo.inah.gob.mx/fototeca-cnmh-inah/

    Ms conocido es el acervo fo-togrfico del Archivo general de la Nacin (AGN), en Lecumberri. Entre sus tesoros est el legado de la agencia fotogrfica Hermanos Mayo, conformado por cinco millo-nes de negativos sobre la vida so-cial, poltica, econmica y cultural de Mxico, desde 1939 hasta 1982, as como de Espaa en la dcada de 1930.

    vitriNAS pArA lA FotogrAFAAdems del MPB, varios recintos del Centro exhiben muestras foto-grficas, como el Antiguo colegio de San ildefonso, el Antiguo Pala-cio del Arzobispado, y los museos de la Ciudad de Mxico, el del Es-tanquillo y el Franz Mayer estos dos, con acervo propio. El Franz mayer, ubicado en la plaza de la Santa Veracruz alberga cada ao la World Press Photo, muestra de las piezas ganadoras del concurso ms importante del fotoperiodismo en el mbito mundial. La edicin de este ao, ser del 28 de agosto al 27 de septiembre.

    el pollUeloLa nica galera especializada en fotografa en el Centro es galera punctum, en Allende 2, 1er. piso. Abierta el 1 de noviembre de 2014, ofrece adems talleres y conferen-cias. www.punctum.com.mx. (p. r.)

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    DoS ejemplAreS De lA eXpoSiciN FotgrAFoS De AgitA. imgeNeS De elSA cHAbAUD, qUe Se eXHibe eN el mAF.

    Fuentes: Arturo Aguilar Ochoa, La fotografa durante el imperio de Maximiliano, UNAM, Mxico, 2001; Isabel Fernndez Tejedo, Recuerdo de Mxico. La tarjeta postal mexicana, 1882-1930, Banco Nacional de Obras y Servicio Pblicos S.N.C., Mxico, 1994; Rosa Casanova, Alberto del Castillo Troncoso, Rebeca Monroy Nasr y Alfonso Morales, Imaginarios y fotografa en Mxico, 1839-1970, Lunwerg editores, Mxico, 2005; Peter Pollack, The picture history of photography, Harry N. Abrams, Inc. Publishers, New York, 1977; Fernando Bentez, Historia de la Ciudad de Mxico, T9, Ed. Salvat, Mxico, 1984. Luna Crnea nm. 33, Mxico, 2011; ricka Montao, Rescatan memoria grfica legada por Manuel Ramos, La Jornada, 11 de enero de 2102, p. 4.

    Quizs el nico vestigio de la fotografa del siglo XIX que an palpita en el Cen-tro Histrico sea el foto estudio Ariel, en repblica de Cuba 54. All, Elvira Can-tn todava ilumina con leo fotografas realizadas en blanco y negro. retratos coloreados y cmaras pesadas, ocupan el espacio. ya no se consigue el papel Ektalure de Kodak, que era el adecuado para ese trabajo, lamenta el dueo del negocio, don Francisco Escamilla Cantn, as que se trabaja sobre papel Ilford. La calidad no es la misma, y el costo puede llegar hasta los cinco mil pesos. El estudio Ariel fue objeto del documental Solo pase la persona que se va a retra-tar (2009), auspiciado por DocsDF. (Con informacin de roberto Marmolejo).

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    usted puede ser fo-tgrafo. La frase apareci en un pe-ridico. Era 1918, la tienda Ameri-can Photo Supply Co., en Madero 42, ofreca equipos de 1 1/4 y de 1 3/4 de pulgada, rollos e instrucciones cla-ras y completas.

    Los interesados escriban a pu-blicaciones como El Fotgrafo Mexi-cano, preguntando por los nuevos equipos, los qumicos o cmo insta-lar un cuarto oscuro.

    Entre mediados del siglo xix y 1910, la Ciudad de Mxico creci casi cinco veces. La sed de imgenes fotogrficas y la curiosidad por ex-plorar la fotografa se generaliz.

    Debido a la demanda del pbli-co, proliferaron los fotgrafos ambu-lantes o de agita, cuyo auge se dio en entre los aos cincuenta y princi-pios de los ochenta del siglo xx. Poco a poco se haban ubicado en sitios emblemticos, como la Alameda, la Catedral, Chapultepec y La Villa.

    Instalaban un pequeo escena-rio o bien se valan de accesorios de utilera (un caballo de madera, por ejemplo) para crear una escena que se procesara en blanco y negro. Se tomaba el negativo y dentro de la cmara se revelaba y fijaba, para des-pus enjuagar el papel en una cube-ta colocada debajo del tripi (de ah el epteto de agita).

    Otra modalidad de fotgrafo ca-llejero fue el que captaba a un tran-sente, y despus le entregaba una tarjeta y una contrasea, con la cual el fotografiado poda adquirir aquel espontneo retrato.

    Los fotgrafos callejeros desa-parecieron del Centro en la dcada de los ochenta, como efecto de la popularizacin de equipos cada vez ms ligeros y compactos. La Polaroid consum el fenmeno de la fotogra-fa amateur como una prctica masi-va, en sintona con el desarrollismo mexicano y la aceleracin del creci-miento urbano, entre 1940 y 1970.

    Las tomas en espacios emblem-ticos del Centro Histrico se hizo comn, lo que agreg al llamado imaginario colectivo la visin del ciudadano de a pie.

    El salto ms reciente en esta di-nmica orgnica entre el Centro His-trico y sus habitantes, visitantes y admiradores, se viene dando con la combinacin de la fotografa digital, el Internet y las redes sociales.

    una reLacin caLeidoscpica

    La red Instagram y la cantidad de fotografas del Centro que pueden encontrarse ah, es solo un ejemplo de esta prctica renovada. Cualquie-ra que tenga hoy un telfono celular es un fotgrafo en potencia.

    Para el experto Alfonso Morales, editor de la revista Luna Crnea y coautor de, entre otros, el libro Ima-ginarios y fotografa en Mxico, 1839-1970, la relacin del Centro Histri-co y la fotografa es caleidoscpica.

    Porque se da en varios planos sobrepuestos. Uno, pragmtico el abasto de materiales para hacer la fo-tografa; otro, como espacio fsico donde se practica la fotografa un espacio que, por cierto, doblega al fotgrafo, y otro plano sera el simblico, donde la fotografa le da al Centro una existencia paralela a la real, fantasmal. All las imgenes, desde el daguerrotipo de 1840 de la Catedral y la selfie tomada hace un instante en el Zcalo, se ensambla-rn de algn modo con otras fotos to-madas en otros momentos y con las del futuro. Es en ese estamento don-de se procesa la identidad colectiva.

    Esos planos interactan y se in-fluyen mutuamente, y as ser por siempre, sentencia Morales.

    As de borgiano?, se le pregunta. Es bastante borgiano.

    Se trata de un fenmeno comn a todas las grandes ciudades pero, se-gn Morales, hay pocas con el poder de atraccin del Centro Histrico.

    No es solo que la fotografa venga y visite la ciudad, es la propia ciudad la que construye, que fusiona sus ne-cesidades de identidad, polticas, de regocijo, de fiesta. Construye sus pro-pios gneros fotogrficos. Por ejem-plo, dado que toda la historia pasa por el Zcalo, muchos periodistas terminan fotografindolo.

    Es una operacin en la que el Centro usa su poder simblico para atraer a la lente y la lente multiplica el poder simblico del sitio.

    En ese sentido, Morales apunta que la copiosa produccin de foto-grafa verncula y de aficionado, se-ra el mayor aporte a esta condicin caleidoscpica, ms que la fotogra-fa de renombre, pues importa ms la variedad de registros que la calidad de las imgenes.

    Si eso es cierto, la edad de oro de este idilio entre la fotografa y el Centro, apenas ha comenzado.

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    Por pAtriciA rUvAlcAbA