La colectivizaión de los campos sovieticos.Guido Miglioli

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GUIDO MIGLIOLl La Colectivización de los CamposSoviéticos TRADUCCION ESPECIAL PARA C LAR IDA D POR LETICIA MONTAI'JA I COLECCION CLARIDAD "MANUALES DE POLíTICA AGRARIA" BUENOS AIRES

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http://librosml.blogspot.com/2011/03/tesis-sobre-la-crisis-del-comunismo-por.htmlSobre Stalin y la URSS, Personajes y algunos historiadores que han realizado y publicado estudios científicos sometidos a comprobación,falsación, contrastación, replicación. Incluyo antiestalinistas y procapitalistas (datos son datos incluso para ellos) , Alexander Zinoviev, JOSEPH DAVIES, Zenkov, Mario Sousa, Armando Liwanag, Wilf Dixonr, Philip Travernier, Bert De Belder, Ludo Martens, Charles Alphand,Grover Furr, Guido Miglioli ,Hart Dávalos, Ian Grey, Philiph Panaggio, William Chase, Jeff Coplon, J. Arch Getty,Oleg V. Naumov, Robert W Thurston, Wolfgang Wippermann,Eugenio Gómez,Michael Sayers,Guido Miglioli ,MIJAÍL KILEV ,Albert E. Kahn,Carlos Hermida...

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GUIDO MIGLIOLl

La Colectivizaciónde los

CamposSoviéticosTRADUCCION ESPECIAL PARA C LAR IDA D POR

LETICIA MONTAI'JAI

COLECCION CLARIDAD"MANUALES DE POLíTICA AGRARIA"

BUENOS AIRES

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REVISTA DE ARTE, CRíTICA y LETRAS

TRIBUNA DEL PENSAMIENTO IZQUIERDISTA

Fundada el 20 de febrero de 1922

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T'iraje: 10.000 ejemplares. Circula en todos los paísesde habla castellana

PREFACIO

La persistente crisis que ha traído una desocupación sin pre-cedentes y la pauperización de las masas trabajadoras en todoslos países capitalistas, ha provocado una poderosa atención, sincesar acrecida, con respecto a la U. R. S. S, Es que ella es elúnico país del mundo en el que no hay ni crisis, ni desocupa-ción y donde todos los dominios de la economía atraviesan unperíodo de considerable desenvolvimiento. Es que la agriculturaestá allí en oías de reconstrucción rápida sobre la base socialista,y las grandes masas se encaminan con rapidez hacia una existen.cia acomodada.

Sin embargo no existen casi libros que engloben toda la his-toria de la colectivización hasta los acontecimientos más recien-tes, inclusive.

A esta falla responde la presente obra de M. Guido Miglioli,antaño militante de primera fila del "partido popular italiano",y hoy uno de los elementos que conocen mejor los problemasagrarios y el movimiento campesino internacional.

M. Miglioli ha visitado tres veces la U. R. S. S., a fin de es·tudiar, de manera bastante completa y circunstanciada, el pro-ceso que se desarrolla en ese país, sobre todo en la campaña.y a consecuencia de estos estudios, ha llegado a la convicción deque solamente en la Unión Soviética un nueoo mundo está real-mente en construcción, un nuevo mundo que él saluda con en-tusiasmo.

El autor somete a un análisis detallado los actos legislativos,las piezas y los documentos oficiales, y se esfuerza por dar allector su contenido lo más plena y escrupulosamente que es po-sible. Señala realizaciones inmensas en el dominio de la indus-trialización de la agricultura, el desenuoloimiento de la técnicaagronómica, la actecentacion del rendimiento del suelo, la subi-da del nivel material r¡ cultural de las amplias masoe trabajado.

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ras, los progresos en el sentido de la abolición de los antagoni.mos entre la ciudad y la campaña.

Sin embargo todos los problemas no han sido suficiente-mente esclarecidos en esta obra. El autor describe la tendenciaespontánea del campesinado de la U. R. S. S. a unirse a loskoljozes y a la colectivización en masa de la agricultura: ysubraya, en base a ese hecho, la experiencia personal del cam-pesino, y su convicción de la superioridad de la agricultura co-lectivizada. Pero, no se ha detenido bastante sobre la funcióny la importancia del Partido Comunista en ese país, sobre BUobra para la organización y la educación de las masas, para laformación de cuadros, sobre la ayuda de toda especie aportadapor él a los campesinos para la reconstrucción de la agricultu-ra. Del mismo modo no ha puesto suficientemente de relieolas enormes dificultades que se han debido superar para vencerla resistencia encarnizada de los elementos rurales hostiles a lacolectivización, y suplir la falta de experiencia en la organización de las grandes explotaciones agrícolas.

Pero todo esto no aminora el gran valor y la utilidad deeste libro que esboza un cuadro tan resplandeciente como objetivo de las formidables transformaciones históricas que se realizanen el campo soviético.

El Instituto Agrario Internacional, expresa su conVlcclOnde que la obra de M. Guido Miglioli encontrará numerososlectores y se hará muchos amigos.

INSTITUTO AGRARIO INTERNACIONAL.

Moscú, Mayo de 1934.

LOS INTERROGANTES DE LA COLECTI.VIZACION

En abril de 1930, se reunía en Berlín el primer Con-greso Campesino Europeo. Delegaciones de las poblacio-nes agrícolas habían acudido de casi todos los Estados deEuropa. Era la época en que la crisis económica, queaprieta la garganta del mundo burgués, los igualaba a to-dos en la miseria.

Los campesinos de los países donde se había procedidodespués de la guerra a la reforma agraria, tales como Po-lonia, Chccoeslovaquia, Rumania y Yugoeslavia, expu-sieron la situación trágica en que se encontraban estas po-blaciones agrícolas. Los pequeños labradores sobrecar-gados de deudas y de impuestos; sus familias en un esta-do de miseria, incr.eíble. En algunas regiones, el hambre,como una epidemia, hacía centenares de víctimas._ En las tierras occidentales donde dominaban las peque-nas empresas, y donde la industria agrícola había ya al-canzado notables progresos, como en Dinamarca, en Ho-landa. en Bélgica, y en Francia, la crisis había tardadomas en manifestarse; pero ella había tomado inmediata-~ente formas de una gravedad imprevista. Estos campe-sinos aportaban al Congreso los alcances de la ruina de suseconomías, edificadas en tantos años de sacrificio. Denun-ciaban sobre todo el asalto desencadenado contra ellos portodas las fuerzas del capitalismo y por el Estado, para ha-ce~~oporta,r a. las masas trabajadoras el mayor peso de lacnsis económica.

~lgunos campesinos, delegados por sus organizacio-nes ilegales, habían conseguido aún salir de la Italia fas-eísta, franqueando la frontera entre mil peligros. Decían,con palabras que suscitaban la más grande emoción, latragedia de las masas campesinas de más allá de los Al-pes. El fascismo-tipo no había hecho más que disfrazar,

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bajo una demagogia descarada, la expoliación organiza-da, calculada, constante y brutal, de todas las categoríasde los campesinos italianos. Los jornaleros, que formanuna gran 'Parte de la población agrícola, reducido~ en sumayoría a la desocupación perm}nente .0 a trabajar p.orsalarios de hambre. Los pequenos agricultores, granje-ros o propietarios, ahogados por impuestos .que abso~bíancasi la mitad del producto neto de su trabajo. Las tierrasanexadas a Italia después del conflicto europeo, que erancultivadas por pequeños lotes y casi todas libres de deu-das y de hipotecas, fueron inmediatamente gravadas ental medida que pasaron casi en su totalidad a manos delos acreedores. Igualmente los delgados campesinos deAustria, de Hungría, de Bulgaria, descubrieron su in-concebible miseria con una documentación espantosa so-bre las condiciones en las que el régimen capitalista hahundido a toda la masa de los obreros agrícolas y de lospequeños labradores, después de haber matado míllonesy millones de ellos algunos años antes, en la guerra.

La delegación campesina alemana llegaba con las prue-bas vivientes de su sombrío destino, para confirmar estarealidad. Ella también, habiendo creído poder escapara la crisis, gracias a su estructura más sólida .Ygracias ,auna política de inflación adoptada por el Reich, se velaatacada por la baja de los precios de los productos, porel enorme aumento de los impuestos. por la detenciónde todo crédito. Ella también se encontraba, a causa deeste golpe, en vísperas de la ruina. Las instituciones eco-nómicas y sociales agrícolas, aún aquéllas que se consi-deraban más poderosas. se confesaron desprevenidas e in-capaces de una ayuda eficaz. Y sobre la debacle de ~asmasas campesinas. se abatía una ola de demagogia nacro-nalista pseudo-revolucionaria, que debía narcotizarlas yllevarlas inconscientes y ebrias, hacia el fascismo.

Tal es la síntesis de los acontecimientos. hacia el pri-mer congreso que había tocado alarma a todo el campe-sinado de la Europa "de la civilización y del progreso".Era entonces cuando, frente a esta realidad. se elevaba suantítesís. En la Unión de los Soviets, millones y millo-

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nes de familias rurales pasaban al sistema de la colectivi-zación, y este acontecimiento atraía la mayor atencióndel mundo entero.

La prensa burguesa, aunque exagerara el alcance de losepisodios cuya importancia es bien relativa en un movi-miento económico y social tan vasto y radical, no podíaocultar ni su amplitud ni su significación. Ella com-prendía lo que significaba la creación de grandes empre-sas agrícolas, mecanizadas e industrializadas, con todoslos recursos que posee el territorio soviético que se ex-tiende sobre la sexta parte del mundo. Esto desde el pun-to de vista de la repercusión que debía producirse, mástarde o más temprano, sobre toda la econbmía capitalista.Pero ella preveía también la influencia moral que estehecho podía ejercer sobre las otras masas campesinas. Laelevación victoriosa de la población trabajadora en lascampañas soviéticas, no podía escapar alojo y la refle-xión de los campesinos oprimidos.

Es preciso, sin embargo, enunciar otra verdad. Si al-guna cosa de lo que pasaba en los campos de la nuevaRusia llegaba hasta las aldeas más alejadas, producía so-bre los campesinos el mismo efecto que la luz que ciegaa los niños. La veían. pero. aturdidos, desviaban la mi.rada.

Recuerdo que una sesión del Congreso de Berlín fuéconsagrada precisamente a la exposición de los primerosresultados de la colectivización en las campañas sovié-ticas. Era una exposición concreta, documentada con-cerniendo los métodos de cultivo, la introducción' de lasmáquinas más modernas, la transformación de los terre-nos incultos, la industrialización aplicada a todas lasramas de la producción agrícola y zootécnica. Los cam-pesinos que participaban en el Congreso, siguieron estaexposición con una atención evidente, a fin de podercomprender todo el alcance de esta transformación co-losal. Pero, aunque eran campesinos evolucionados y pre-parados, yo notaba que a menudo sus ojos y sus pensa-mientos parecían detenerse. Lo que se desarrollaba de-lante de ellos tomaba un aspecto de inverosimilitud. Su

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espíritu estaba obligado a replegarse sobre una realidadbien diferente. sobre la realidad del pobre lote de tierradonde ellos retornarían a deslomarse con sus familias.Lo que se desarrollaba en la Rusia Soviética era paraellos admirable; pero difícilmente hubiera podido repro-ducirse fuera del país de la revolución. Los motivos deesta impresión eran bien comprensibles.

Desde el octubre que había regenerado la Rusia. hastael mundo en que se apresuraba en las campañas de losSoviets el más grande cambio técnico y social, es decir. enmenos de tres lustros. que no son más que un instanteen la historia. habíamos asistido a tales cambios. a talesmejoramientos. a tales conquistas. que el mundo enteropermanecía sorprendido y estupefacto. La diferencia entreel progreso alcanzado por la Revolución en provecho delas masas laboriosas en el territorio de los Soviets. V eldesastre de los campesinos en los países capitalistas, mar-chando hacia condiciones de trabajo y de existencia siem-pre peores. parecía y era verdaderamente incalculable. Yes precisamente en razón de esta diferencia enorme. queel hecho de la colectivización no podía ser comprendidoen su entero alcance.

y no solamente el campesino tardío y desconfiado pornaturaleza. el obrero alejado de la penosa existencia dela aldea. sino que también el intelectual que sigue de cer-ca el curso de los acontecimientos sociales y políticos.permanecía incierto y a la espera ante esta experiencia in-esperada y gigantesca de la colectivización. Se presentabaa él un conjunto de problemas que. en la Unión Sovié-tica sobre todo debía ser de una solución difícil: proble-ma técnico y problema financiero para crear y asegurarel desenvolvimiento de la gran industria agrícola; pro-blema psicológico y moral para proporcionar masas tra-bajadoras convencidas y capaces a la nueva industria co-lectivizada. En la primera mitad de 1930. todo el mun-do burgués creía que el paso de tantos millones de fami-lias campesinas desde sus pobres y pequeñas granjas ala gran empresa colectiva. no dependía más que de la in-fluencia y de la presión del Estado.

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PREVISIONES

Algunos meses después del Congreso de los carnpesi-os. me encontraba en la U. R. S. S .. justamente paratraer del estudio y de la observación directa. los ele-

mentos necesarios para adquirir. yo también. un conoci-miento exacto de la realidad.

No estoy ligado a ningún partido político. Por sen-timiento y por convicción. he consagrado la mayor par-te de mi existencia a esta tarea social: trabajar y lucharon la masa más humilde y más explotada. la masa deos trabajadores de la tierra. Mi educación cristiana no

extraña, ciertamente. a esta determinación. Cuando yoa joven. la profesión de estos sentimientos en la Italiaiberal" significaba casi verse desterrado. y esto me

aproximaba más aún a las capas campesinas de mi país.ligiosas y católicas por tradición.Asistí inmediatamente a la quiebra de la ideología y1 programa social que negaban la lucha de clases comodio de conquista del trabajo; que definían la pequeña

ranja .familiar como la realización del bienestar para elcampesino: que llamaban a la colaboración capitalistapara constituir un régimen de justicia y de libertad paratodo el mundo. ¿Quiebra? Sí. y es todavía un eufemis-mo! La colaboración pedida al capitalismo. ha condu-cido a la más feroz dictadura del capitalista. La vidad 1 campesino se encuentra cada día más trabada de mi-seria y de servidumbre. La lucha de clases fué llevadacontra todos los trabajadores y en la más cruel de las me-didas por el fascismo. Esto en mi país. Pero yo he atra-vesado las fronteras. He visto y estudiado los otrospaíses de la Europa burguesa; y en todas partes. más omenos. la misma tragedia. a la que el capitalismo con-dena el hombre de los campos. primer artesano de suriqueza.

Más que como un deseo yo consideraba como un de-ber consagrarse a conocer y a comprender lo que la Re-volución de Octubre significaba verdaderamente en la

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Historia. No hay revolución que no haya iluminado alzénero humano con sus rayos; y no hay, en nuestraépoca, un solo aC0!1t~cimiento que ig~~le, por su am-plitud v por su objetivo, a la Revolución de Octubre.

Cuando ella apareció en el cielo ensangrentado ~elconflicto mundial y sancionó el princip~o. de q~e la tie-rra es para los trabajadores, se proclan:o. mmedlataI?en-te en el mundo burgués que este movlmle.nto repetía. ,asiglo y medio casi de distancia, la revolución que hablaengendrado en la Europa occidental a la, burgue~ía a~ra-ria, A decir verdad, aquéllos que conocian la historia yse acordaban de la revolución de 1905, ahogada perono vencida por la reforma agraria, de Stolip~n; aquéllosque habían comprendido .el porque de .la qU1eb~a de lasdirectivas que querían orientar la Rusl~ despues de ~osacontecimientos de marzo de 1917 hacia formas SO~l:-les y políticas burguesas; aquéllos que: en. la revoluciónde Octubre habían visto el de~arrollo mevl~able d.el mo-vimiento que creaba los Soviets, que habla forjado elbolchevikismo y que tenía un hombre como Lenin a lacabeza, no vacilaron en comprender que ella marca?a elcomienzo de una era nueva en la vida de la humanidad.Frente al mundo capitalista, se erguía el nuevo orden so-cial y político del Estado proletario. Es por ello que laRusia Soviética fué inmediatamente atacada por las fuer-zas impotentes que querían hundirla en sangre. Y espor eso que ella llegó a ser la bandera de todas las masasproletarias y campesinas en espera ?e la ~~':anc~a .. ,

Ganada la guerra civil, la campana sovietrca smtió lanecesidad febril de una rápida reconstrucción. Ella co-menzó en 1922 esta obra colosal, guiada por un cono-cimiento profundo de la psicología del campesino, y porla convicción de que se pasaría gradualment~, de la p~-queña economía al nuevo sistema de la gestión colecti-va, de la empresa agrícola. Pero el mundo burgu~s ap~-rentó no apercibirse, y declar~ .no creer, e~ la realizaciónde esta utopía. La nueva política economica, llamada laNEP., adoptada en las campa~as soviética~ después dela guerra civil, fué descrita y Juzgada precisamente co-

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mo un abandono de los principios "utópicos" procla-mados por la Revolución de Octubre.

Aunque toda la propiedad territorial había sido na-cionalizada, y la tierra distribuída a los paisanos con elobjeto de utilizarla por y para su trabajo, economistas ypolíticos afirmaban que la pequeña propiedad aún enla nueva Rusia, se reconstruiría poco a poco, y que de-bía por consecuencia, formarse allí una burguesia rural.Había quienes iban más lejos: se encontró gente quepreveía como consecuencia probable y lógica, la forma-ción sobre esta capa agrícola media de otra capa más ri-ca que se organizaría como clase dirigente. El recuerdode que diez años bastaron a la Revolución Francesa paraponer la nación bajo el cetro napoleónico, se ponía demoda.

¿Tenían estas previsiones una razón de ser? ¿Te-nían sus fundamentos en la realidad de la política eco-nómica y social del primer Estado proletario? ¿O eranel fruto de una incomprensión más o menos voluntaria?

Cuando en 1925 marché por primera vez a Moscú,iba allí empujado, desde entonces, por la necesidad deconocer la verdad directamente, sobre el terreno. De-seaba ver y estudiar de más cerca lo que había llegado aser la vieja Rusia, y cómo estas tierras, estos capitales,habían pasado a los campesinos; cómo sus economías sehabían organizado, y de qué medios disponían paraprogresar en la producción. Quería sobre todo recogerlos elementos necesarios para entrever qué desenvolvi-miento tomaría en seguida ese gigantesco movimientoeconómico y social.

Toda la parte legislativa que concernía a los cam-pesinos, desde 1922, fué objeto de mi examen. Y via-jando a través de las campañas de la Ukrania, del Nortedel Cáucaso, de la Georgia y de otras regiones vecinas,quería ver y seguir su aplicación. No Se puede com-prender y no se puede evaluar el pasaje que se hizo cercade 1929 a la colectivización agrícola de tan alto por·centaje de familias campesinas en la Unión de los So-

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viets si no se ha estudiado y comprendido el movimientde las campanas y su evolución en el período que le prece~i6.

En este primer viaje de estudio y en seguida en 1927,me formé la convicción precisa de que .el desenvolvi-miento de la vida campesina en la Rusia Soviética nohabía sido tal como el mundo burgués había previsto ydeseado. La legislación agrícola. las instituciones campe-sinas, la política del Partido. las directivas de los pode-res del Estado, parecían ya en todos sus objetivos pre-parar y apresurar entre los campesinos la conciencia ylos medios necesarios para el pasaje de la pequeña em-presa familiar a la forma superior de la gran empresaagrícola colectivizada.

Quedaba siempre por saber si esta tentativa iba a 8 rcoronada por un éxito rápido y completo. Y confique si en 192 7. yo no dudé de su resultado victorino alcancé a prever que tres años más tarde. habrtala campaña soviética un movimiento tan vasto Vimpotente de las masas campesinas, yendo con sus tier •sus bienes y su trabajo, hacia la colectivización, A iñitambién se me presentaba el problema de la industriali-zación agrícola, sin la que la gran empresa no POCÚ"constituirse y producir.

El Estado proletario no había encontrado en su na .miento, una industria sólida y moderna. La guerra elhabía devastado al máximo los restos de usinas que existían en la Rusia zarista. Es cierto que a partir de 1912lo que se construyó en la Unión para proveer de máqui .•nas a los campesinos y de utensilios a sus mujeres, pare-ce increíble. Pero cinco años después yo comprendí quélargo camino era, necesa~i~ t~~vía recorre~ antes de- re~-lizar el plan de mdustna~l,zaClon de, amplias ~5'~as agn-colas en la inmensa extensión del terntono sovienco. To-do este problema; pero otros que no son menos impor-tantes como la preparación del capital zootécnico diez-mado por cuatro años de guerra civil, me obligaban ¡lo r~-flexionar sobre la dificultad y aún sobre la casi imPOSI-bilidad de que el paso de la pequeña granja campesina

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gran. granja ~olectivizada pudiera cumplirse en une ~llodo de tiempo,

era el,!in de 1927., Y,? resumía en un libro la his-de l,a ~ld:a Soviética • Y afirmaba tres hechos que

parecían mdlscutl~les. Las previsiones, los pronósti-del mundo burgués anunciando que en la Unión de~ov~ets la, peque~a propiedad y en consecuencia una

esta territoriaí Iban a constituirse debían de e .se ca d fi . . • onSl-mo ~ ~mtlvamen,te desvirtuadas. Evidenremsn,~toda la actividad política y económica tendía. desde,1102, a encarnmar )as masas ,campesinas desde el recinto

do de su pequeno lote hacia el horizonte vasto y atra-'Je de la gra~ empr~s~. La colectivización presentaba(ontorn?S .blen def1?ldos. Y aparecía como el nuevon ~co~,?mlco Y SOCialde la campaña soviética' peroealtzac~on no podía ser ni fácil ni próxima. '

aquí por que yo también me asombraba de lostecímíenros q~e se desarrollaron hacia 1930 en lan de los Soviets; Y acepté con entusiasmo el f .to del C " e ' o reci-d eB ~mlte ampesmo Europeo -nacido del con-

e erlfn como órgano central del movimientolucha de las poblaciones agrícolas de esta vieja Eu~

-. de franquear una vez más la frontera UQ desea~~ cono~er la realidad de eso que est~ R:S~avd~tevolucl,?? poma a la luz durante el curso irresistibleSU ereacion.

He aquí lo que yo deseaba saber, y he aquí las prin-,les euesrrones que se me plantearon duranr m' dioses sob 1 1 " , , e lS IS-re .a co ecnvizacíón de las campañas soviéti-.t jiu ca:rpesmos y aún con intelectuales que deseab~naSibi:.ra os sobre este movimiento tan COmplejt y/ c~i

SIGNOS DE INTERROGACION

tf6mo maduró la conciencia del campesino soviético~ ~~ment<1 que se sintió lIevado de la pequeña gran:indiVIdual, que había sido sin embargo su sueño ha-la gran empresa colecrivízada> A partir de í922

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la nueva pclítica económica hab~a dotado al campesinode todas las instituciones susceptibles de aX';ldarlo en,d~trabajo: cooperación de trabajo, coopera,clOn de ere 1

to sociedades de ayuda mutua, cooperativas de c~nsu~m~' ¿hasta qué punto esos organismos f:ueron, eftcacciscon' respecto al proceso agrícola y al m~Jora~lento :las condiciones económicas de los campesm~~?, ¿ POd~.qlf~

di y por qué métodos el Estado sovietico mgrome lOS .' • d _el interés del carnpesmo hacia la gran empresa m us

. li da? En suma mi primer tarea consistía en cons-tria Iza a. , , , , d 'tatar si una verdadera evolución s~ habla ~ ~o pro UCI-do en la mentalidad del campesl1~o soviético durantelos años de la NEP. La respuesta iba de esta man~ra ,aservir también para la crítica burgues.a. qu~ ,ha atribuí-d 1 movimiento rural hacia la colectivización a la pre-si~: multiforme de los órganos del Es~ado,

Durante la NEP., junto ~l campesmo P?bre ~e en-eontraban el campesino medio y el c~~pesmo nco,,,, elk 1 k Las leyes agrarias habían permitido desde 19 •..2,et e~~leo de la mano de obra asa}ariada .para la a~u,daen las empresas campesinas, ¿Cual ha Sido la políticaseguida en los años de la NEP., con respecto a estascapas diferentes de la población ag;~cola? ~uando se ~averificado el pasaje a la c~lectlvlzac!on de millones y mi:llones de empresas campesmas: ¿que se h~? hecho el ca.m

esino medio, el campesino neo y también ~1 ~ampes1l1oPobre? La crónica burguesa de los acontecimientos que;e des;rrollaron en 1929 y 1930, ha acusado g~avemen-te a los poderes del Estado soviético de persecuc}one~ deviolencias, pero ¿dónde está la v~rdad? ¿PO~'19ue.~l.~t~:do Soviético ha lanzado la consigna de la iqur aciondel kulak como clase? ¿De qué manera se ha ~fectuad~ estaliquidación? Desaparecido el kulak, ¿ha sido reahza1ala igualdad completa entre todos los campesinos en agran empresa colectivizada? .

Me proponía, además, seguir al campesino en su pa-saje a la colectivización y en su trabajo ~?'la nueva ~r~-. , la 1as formas de colectlVlzaclon eran vana sJa agnco . , . 1 '? . Có-y ¡raduale6; ¿cuál fué preferida por e carnpesmor ¿

L\ COLECTIVIZACIÓN DE La> CAMPOS

entró en ella? El poseía una casa, un poco de terreno,capital; ¿qué fué de todo eso en el momento de su

trada en la empresa colectivizada, en el "koljoz",ara llamarlo por su nombre más conocido? Una vezntrado en el koljoz, ¿qué situación fué la suya? ¿Có-

mo fLH~reglamentado. cómo fué retribuído su trabajo?Por medio de estas preguntas es evidente que yo podíaconocer la organización jurídica, administrativa y téc-nica del koljoz .

¿De qué manera se ha formado su fundo? ¿Cuál essu superficie? ¿Según qué principio está determinado elsistema de trabajo, el género de los cultivos de la ernpre-

? El, koljoz posee un capita~ mueble en máquinas, ga-nado, útiles agrícolas, etc.; ¿como se ha constituido? Yen este capital ¿qué destino se da a la parte que el campe-

o ha aportado a la granja colectiva? El koljoz tiene ne-idad de créditos; el campesino colectivizado tiene dere-

cho a la asistencia médica en la invalidez y la vejez; lasleyes establecidas durante la NEP., habían constituídoI!xp~esamente institutos de crédito y de asistencia social;¿que se han hecho con la colectivización? La respuestade estas preguntas iba a permitirme definir la naturale-V. fundamental del koljoz, su estructura y la posicióneconómica y social de sus miembros.

Otros problemas de igual importancia se me presen-taban. Ya cuando la NEP., el Estado soviético habíaconstituído un número considerable de grandes empre-sas de Estado, llamadas "sovjoz" formadas de capita-les pertenecientes exclusivamente al Estado donde eltrabajador agrícola era contratado en calidad de asala-riado, de obrero agrícola. ¿Cuáles son las relaciones en-tre ests organizaciones del Estado y los koljozes? ¿Cuále la función de los sovjozes en el desenvolvimiento dela colectivización? ¿Quién aprovecha de la diferencia exis-ten~e entre el asalariado agrícola de los sovjozes y el carn-'pe~¡¡no de la empresa agrícola colectivizada? Desde el pun-to de vista de su desenvolvimiento, ¿el porvenir pertene-eerá a la empresa agrícola del Estado o al koljoz?

La empresa colectivizada, ¿produce no solamente para

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·i misma sino también para la colectividad? ¿Cómoefectúan esos cambios con la colectividad? ¿De quénera su producción es valuada y compensada? Estorno de esta cuestión que giran los problemas del el)sumo, es decir el tren de vida del campesino en lapresa colectivizada y las posibilidades futuras deexistencia. Todo esto, por lo que se refiere estrictamel\te a la organización del koljoz, .

Pero la empresa colectivizada debe ser industriarda. Su progreso está ligado al progreso técnico y cienfico de la agricultura. ¿Es que la mecanización estaya bastante avanzada para proveer de todos los mnecesarios a la instalación y al desenvolvimientogranja en una extensa porción de la campaña so .¿Cómo había llegado a ello? Paralelamente a estaparación mecánica. ¿de qué manera se había deseato la preparación para constituir el capital zOQtknecesario a la integración de la modesta parte roa los campesinos en el koljoz? Las otras ramasindustria agrícola. siembras seleccionadas, cultivOlcializados, ¿ cómo habían llegado a ese desenvol~to que les permitía satisfacer las demandas de tod laempresas colectivas?

Durante los años de la NEP., el campesino habíadido agrandar su fundo muy débilmente. Los ter~incultos pero cultivables del inmenso territorio soviétlc:alcanzaban un porcentaje muchas veces superior allas tierras cultivadas. La transformación de la agrieura comprendía también el saneamiento, el desntQl1Uzonas enteras por trabajos que no se improvisad t tl'uecuestan sumas considerables. Todo este plan de11ia na ...turalmente haber sido establecido en relación con uaplan industrial. ¿Dónde estaba su realización en 19}Q,y cuáles eran las perspectivas de su desenvolvimiertt<t?Una cosa salta a la vista de todo el que piense en lo- quha pasado en el régimen capitalista: ¿es -que el Es!i<.fsoviético podía fijar ese plan a largo plazo, asegurarlos medios colosales necesarios a su ejecución, dar faprueba de que puede dominar y dirigirse el porvenir

ICO de un país cuya población llegará bien pron-200.000.000 de hombres?nteando estas preguntas yo compredía que msiones aplastan, y que el campesino obligado a me-

sobre un centavo, que a menudo le falta, llegaba aenderlas bien difícilmente. iY bien! Yo quería sa-

t el campesino soviético se había ya habituado amplar esas cimas. Estas grandes empresas colecti-

das son dirigidas por campesinos. ¿Cómo se hando estos elementos dirigentes, que no han ensor-

o entre el estruendo de las máquinas gigantes sinoben leer y calcular las cifras tan extrañas para laempresa familiar?NEP., había dado un impulso admirable a la ins-

én campesina. De la lucha contra el analfabetis-llaga más dolorosa que el zarismo le había deja-herencia, el Estado proletario pasó rápidamente

és de todas las formas de instrucción de las masaslas para elevar su nivel cultural. Pero para la ges-

una gran empresa agrícola es preciso una com-. específica. No se improvisan miles y miles detos adaptados al koljoz. Y aún si estos elemen-formaban gracias a las escuelas agrarias y a los

tos .de especialización, quedaba todavía por ver siStDO colectivizado, desembarazado de su tradi-

f mentalidad campesina, había llegado a tener lapara ser un factor verdaderamente eficaz en latt la gran empresa agrícola.

cuestión estaba directamente ligada al problemarelaciones entre el koljoziano y el proletario de la

~ entre la campaña que pasaba a una forma supe-lIe organización y de cultura, y la ciudad obrera.1ha sido verdaderamente la parte del obrero sovié-

el proceso que hizo madurar la colectivización?Estado proletario, el proletario, ¿ha respondido

dttamente a la función dirigente que le estaba asig-1 tEs que la colectivización llegará a cambiar aún el

de la aldea, a unificar en el ritmo de la. vida eco-

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nómica e intelectual todas las fuerzas del trabajo, en elbienestar y en la libertad?

j Cuántas veces estas cuestiones y más aún se han pre-sentado a mi espíritu! Las he recogido a todas a fin deexaminarlas mejor. Quería responder a cada una de ellaspor necesidad personal. Quería, como ya 10 he dicho.comprender bíen 10 que había pasado; pero quería tam-bién mirar más lejos, y asegurarme de que la colectivi-zación de las campañas soviéticas constituye verdadera-mente la más grande etapa lógica e ideal de la época quecomienza por la Revolución de Octubre.

Para esas masas rescatadas. Para todos los campesinosdel mundo.

LA HORA DE LA HISTORIA

Para llenar esta tarea he vivido una gran parte delverano en la Unión de los Soviets; en las ciudades dondese edificaban con entusiasmo grandes usinas; en el cam-po, sobre todo en las aldeas colectivizadas, en contactocon todo el mundo. Visité todavía una vez más laUkrania y el Norte Caucásico para darme cuenta de losprogresos que se habían realizado allí. Estuve tambiénen otras regiones donde la colectivización había sido másimportante por el número de las empresas individualesque habían pasado a ella; y en otras, en fin, donde la co-lectivización comenzaba apenas entre la incertidumbretodavía no disipada de las poblaciones, agrícolas.

Examiné las leyes y las decisiones del Gobierno; peroyo escrutaba sobre todo al campesino. Quise leer a travésde sus ojos en el fondo de su alma, porque era allí don-de yo iba a encontrar el elemento decisivo de mi estu-dio. Reuní de esta manera un patrimonio raro y precio-so de experiencias y de ideas, y me sentí enriquecido depronto. Pero a decir verdad, no podía responder a todaslas preguntas que me había planteado. Muchos proble-mas importantes permanecían en suspenso.

La idea de que un cambio económico y social sin pre-ce entes en la historia, pudiera presentarse simplemente.

LA COLECTIVIZACIÓN DI! LOS CAMPOS

o y neto. sin incertidumbres y sin deformaciones, ¡inunas y sin sombras, como un cuadro terminado, ¿era

masiado atrevida? Voy a agregar que el aspecto quee parecía más impreciso era aquél que concernía a la

onstitución y la vida interna de la nueva empresa co•.ctiva, la posición que en ella ocupaban sus miembros.

U sistematización jurídica y económica. Y este aspectoe atraía desde el punto de vista del interés del campe-

1110, pero menos que el aspecto del desenvolvimiento.entífico e industrial de la agricultura colectivizada, queparecía ya en toda su importancia. Es por ello que yoo he utilizado más que accesoriamente los resultados dei estudio; y para lo restante he esperado.Esperé, siguiendo siempre atentamente y con pasión

quello que maduraba e iba a surgir después del verano1930, es decir, una progresión de tal manera intensa

rápida de trabajo, de renovación y de conquista, queaun el más convencido admirador de la Rusia revolu-cionaria podía difícilmente imaginar. La colectivizacióna8 'cola en esos cuatro años, ~l partir del punto culmi-nante del paso a la gran empresa colectiva de un grannúmero de economías individuales, se afirma y se impone

a como un nuevo sistema económico y social, que trans-orma y c1eva el trabajo y la existencia de millones de

campesinos. El porvenir queda abierto a otros horizon-tes e invita a audacias ulteriores. iY se llegará a cllaslPero desde ahora este acontecimiento de la colectivizaciónde la inmensa campaña soviética entra en el destino dela humanidad, imponente e indestructible.

Hay a este respecto, hechos que merecen ser señala-dos. En febrero de 1933, tenía lugar en Moscú un Con.greso .de los mejores dirigentes de las nuevas empresascol ctivas: y el hombre que por su enorme responsabili-d d ~ por su temperamento característico habla, simpley deCISIVo, sólo para grabar las ideas y las cosas en unaforma indiscutible, ha resumido las diversas faces y los~~sultados de la colectivización. El trazó su historia.

¿Ha hecho bien el campesinado trabajador volviendo laespalda a la vía capitalista y entrando en la vía de la edi-

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ficaciór.t colectiva?". preguntó Stalin a sus oyentes. queeran, Sin duda, los más competentes y los más severos delos hombres en la valuación de la respuesta.

y la respuesta fué una síntesis luminosa e irrefutable.El campesino quería la tierra. ¿ La tiene ahora? "Se sa-be que las mejores tierras han sido entregadas a los ca01-

pe~inos colectivizados ..Es innegable que ellos pueden tra-bajar y mejorar esas tierras tranquilamente, sin el temord~ que caigan jamás en otras manos." El campesino aspiraba a poder utilizar sobre la tierra máquinas y tractores para proceder rápidamente a la industrialización de laagricultura. ¿Tiene en adelante esta posibilidad? "Todo el mundo sabe que nuestras fábricas de tractores y demáquinas agrí~olas trabajan ante todo para proveer to-talmente de útiles las granjas de los campesinos colectivi-za~os." Pero el campesino mira hoy más lejos y quiereaplicar sobre las tierras colectivizadas todos los benefi-cios de la ciencia agrícola. Su confianza en un gobiernoque provee a la edificación colectiva de todos los elemen-tos de orden científico y financiero. ¿está bien fundada?"No hay en el mundo un solo país que haga esto. Sóloentre nosotros, en el país de los Soviets, existe un gobier-no que se pone enteramente a disposición de los obrerosy de los campesinos.". y duran~e ese tiempo, continuaba la respuesta de Sta-

~~, he aqui el resultad,o tangible de la colectivización:Hemos llevado el conjunto de la masa de los campesi-

nos pobres. haci~ las formas colectivizadas; les hemos da-do una existencia asegurada y los hemos elevado al ni-vel de los campesinos medios" Pero esto no es másque un primer paso, una primera conquista en la vía dela edificación colectiva. No podemos detenernos en estaprimera victoria. Debemos dar un segundo paso y pod •mas alcanzar una segunda victoria. Ella consiste en al-zar los, antiguos campesinos pobres, de igual modo quelos a.ntlguos campesinos medios, a un nivel superior. Ellaconsiste en hacer de todos los campesinos colectivizados.gentes acomodadas. j Sí, perfectamente. gentes acomo-dadas!"

LA CoLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

e esta manera el gran realizador de la colectivizaciónlas campañas soviéticas comenzaba la historia y mas-

aba. con seguridad y responsabilidad, la etapa másróxima. Un año después, en febrero de 1934, Stalin

ribía las líneas de esta historia ensanchando el horizon-ante el 179 Congreso del Partido Comunista soviéticomostrándole el porvenir ineludible. 'He aquí la realidad que ilumina la marcha dura y som-

bría de la humanidad. Aún el mundo capitalista. estánvencido de ello y no oculta ya esta convicción que le

tormenta. No hablo de la tendencia general que tienen10s Estados burgueses a querer aproximarse al Estado pro-'1etario; pero me detengo sobre el hecho político más sig-

ificativo de esta orientación forzada del mundo capita-tao Es precisamente hacia fines de 1933 que los Estados

Unidos de América reconocen el Estado Soviético y en-tablan relaciones económicas y diplomáticas con el paísobernado por los obreros y campesinos.

Si la colectivización agrícola no se hubiera ya vuelton hecho indiscutible y de un alcance económico y socialue refuerza la potencia de la Unión Soviética, este acon-

tecimiento no se hubiera producido. Encuentro una con-fírmación en el mensaje que sobre este tema dirigió elPresidente del Comité Ejecutivo de la Unión Soviética al"pueblo americano". Después de haber rendido homenajeal "formidable trabajo creador" cumplido por los obre-ros y los campesinos soviéticos, Kalinin, proclama estaverdad a la faz de todo el mundo: "Es por sus esfuerzostenaces que hemos podido en un corto lapso de tiempotransformar nuestro país de una comarca agrícola atrasadaen un país industrial de vanguardia."

La colectivización apareció en esta declaración como laobra inmensa a la cual la Revolución de Octubre dababases seguras y trazaba la línea inalterable. Conviene re-cordarlos.

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PRIiMISAS

Por primera Ve2 en la marcha de la humanidad. las m".sas populares tomaban el poder; se organizaba un Estadocon la dictadura del proletariado; se proclamaba la alian-za más estrecha entre las masas obreras y campesinas. Heaquí los tres factores que actuaron en la Unión de los So-viets para realizar la colectivización. La teoría ha pasadoa realidad y ha aparecido gigantesca. Ella no pertenecesolamente él una escuela; entra como una ley dominante enla Historia. .

En ningún país se podrá destinar la tierra a la uti-lización segura y concreta de los campesinos. si las masaspopulares no se apoderan del Estado. Tenemos unaprueba resplandeciente en el hecho de que todas las es.peranzas que los campesinos han colocado en las refor-mas agrarias de los Estados que permanecen entre las ma-nos de la burguesía. no han resultado más que engaños.La reforma agraria más reciente es la concedida en Españabajo la presión de las revueltas campesinas; pero iquéironía representa para sus necesidades y sus derechos! Suaplicación no ha comenzado aún y ya su nombre es bo-rrado y maldecido.

Pero la toma del Poder no habría podido ser realiza-da, aún en la Nueva Rusia, y no podrá mantenerse jamásen ninguna parte, sin la aplicación de un régimen de dic-tadura. La palabra "dictadura" no está ya desterrada delmundo burgués, como en los primeros años en que ella seafirmó en el país de los Soviets. Hoy. allí donde la ame-naza más grande y más próxima es el asalto de las cla-ses populares contra el Estado capitalista. se instala abier-tamente y abiertamente se proclama la "dictadura" delcapitalismo. El fascismo es su forma más acreditada y másapItcada. Si en la Unión de los Soviets el Estado no hu-biera adoptado el régimen de la dictadura, los enemigossupervivientes a la Revolución de Octubre, - ningunarevolución puede de un solo golpe aniquilar las fuerzasenemigas-c-, hubieran obstaculizalo o impedido su marcha

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

1'Íctoriosa. Y los campesinos soviéticos no podrían hoyenorgullecerse de su transformación fecunda y admirable.

Ellos son los primeros en reconocer que la dictadura delEstado soviético no hubiera podido ser realizada si nohubiera sido confiada al proletariado. Las masas cam-pesinas de cualquier país no tienen para ello ni la pre-paración. ni la posibilidad. ni la fuerza. Sus tradicio-nes, su heterogeneidad, el trabajo a que fueron condena-das, aun en las regiones más evolucionadas y más avan-zadas de la Europa capitalista, hacen. todavía hoy. delas masas campesinas. el elemento más sometido V elmejor adaptado a las maniobras de la reacción. Erael proletariado de la Rusia revolucionaria quien debí arealizar su dictadura. para impedir que las mismas ma-sas campesinas volvieran a caer víctimas de sus enemi-gos. y para llevarlas de lucha en lucha. de conquista enconquista.

El proletariado debía llenar esta función siguiendootro precepto de la Revolución de Octubre. Es precisoaliarse estrechamente a los campesinos; es preciso atraer-los del aislamiento de la campaña a los contactos ani-madores de un trabajo solidario con los obreros de lausina; es preciso fraternizar con ellos y mezclarlos cadavez más a la vida y al Gobierno del Estado común.

El valor de estos principios se reconoce en todo mo-mento en el estudio de la evolución campesina de laUnión de los Soviets. porque ellos la inspiran y la diri-gen en todos sus movimientos. Ellos obran en con-formidad de método y de acción. en todo este períododesde la Revolución de Octubre. ilumi ándola de unaclaridad inextinguible.

Tales son las premisas de la historia de la colectivi-zación.

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DEL MUJIK AL KOLJOZIANO

Hay una leyenda en torno del campesino ruso. Hasido y es todavía considerado como un ser al que la na-turaleza. la tradición y los acontecimientos históricosha hecho diferente de los otros campesinos. El zarismo10 había dejado en el analfabetismo y en la servidumbrehabituándolo a los sufrimientos y a la resignación. Porcuya causa se habría convertido en un perezoso prontoa cualquier renunciación.

Se le ha pintado como a un ser dotado de sentimien-tos profundos, pero caracterizado por la falta de impul-so y de ardor. El canta en la inmensidad de sus tier~as. ynadie le responde. Cree en el milagro, aunque c.l milagrono se cumpla jamás. Hay mucha gente que dice y quepiensa que es por esto mismo que solamente en él se po-dían intentar las "experiencias" soviéticas.• Esto es falso. Y tal leyenda no es más que mala lite-

ratura. La Revolución de Octubre encontró al campesi-nado analfabeto. sucio, miserable; pero ella encontró tam-bién al hombre v al luchador que, durante quince añoshabía sabido hacer y defender tres revoluciones. No haynecesidad de pensar en la Rusia zarista para imaginarse alcampesino desarrapado, el rostro miserable y los ojos ex-traviados. Desgraciadamente se le encuentra por todaspartes. Existe en esta Europa occidental, disperso y opri-mido por la burguesía que medra a sus expensas. esclavi-zándolo y devorándolo. Hay regiones de .l.a Italia f~~-cista, por ejemplo, donde todo lo que se dIJO del mujikes realidad: analfabetismo. abandono. miseria y demás.resignación infinita.

En los veinte años de historia que preceden a la Revo-lución de Octubre. el mujik llega a ser así una figura quevive en la lucha y marcha a la revancha. Su calma muda

LA CoLECTIV'lZACIÓN DE LOS CAMPOS 27

y obediente ocultaba indomables impulsos de voluntad yde acción. Bajo la casta nieve de esas tierras. madurabansúbitos deshielos y estíos quemantes. ¿Hay un solo paísde Europa don dé' el campesino pasará. -·10 repito-- poresta escuela formidable y trágica de la Revolución Rusade 1905. de la de marzo de 1917 y de la del Octubrevictorioso?

Esta psicología del mujik se perfecciona, se embellece.se agranda durante los años, durante los cuatro. largosaños de la guerra civil. El Estado soviético tu.vo su Jefe s,u-blíme en Lenin; contó con hombres soberblame?te ener-gicos entre aquéllos que volvían de la deportación y delas cárceles zaristas; encontró un proletariado poco nu-meroso pero maravillosamente combativo. Pe,ro la gue-rra civil, es decir. una guerra que no perdono una solaaldea en todo el territorio del nuevo Estado; una guerraen la que los generales mercenarios sostenidos por el ca.pitalismo mundial destruían todo para som:t~r, las po-blaciones por el hambre; una guerra que movilizó a todoel mundo en la campaña, viejos, mujeres, niños, no se lahabría ganado sin la consciente resistencia de los. c~m-pesinos para todas las privaciones y todos los sufnm~en-tos. Ellos aprendieron, mejor que a través de un SIglode in strucción, qué cosa es una burguesía arrojada de sustierras. desposeída del Estado; y midieron toda la fe-rocidad de que ella es capaz. En muchas aldeas de Ukra-nia se ven todavía cruces y otros recuerdos levantarse so-bre los montículos de víctimas campesinas sacrificadaspor Denikin. ..'

He aquí al verdadero mujik: no el. de la leyenda y laliteratura. sino el forjado por la sangrienta y preciosa ex-periencia de la lucha q~e prepa:ó el terre~o fue~~ del ~ualla Revolución no hubiera podido cumplir su experien-cia", como dicen los burgueses, es decir, alcanzar todas lasvictorias.

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GUIDO MIGLIOLI

LA ABOLIeION DEL DERliCHO DE PROPIBDAD

y he aquí la Revolución que comienza. Ella expro-pia las tierras y todas las otras riquezas de los antiguospropietarios; ella constituye un fundo del Estado y lo

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afecta al uso de todos los que lo trabajan. Es el artículo1Q de este documento evangélico que constituye el decre-to del 26 de octubre de 1917.

La Revolución de Octubre no ha dado la tierra enpropiedad a los campesinos. puesto que ella establecíaque el derecho de propiedad sobre la tierra quedaba parasiempre abolido. Pero ella tampoco ha conducido a loscampesinos al cultivo colectivo de la tierra, es decir, noha cumplido esta transformación que debía madurar sola.mente a través de un complejo proceso económico y so-cial.

He aquí dos de los núcleos de la Revolución de Oc.tubre. Uno. tormento del teórico; el otro, tormento delos campesinos, a quienes la tradición y los prejuiciosburgueses han puesto casi en las sangre que sin el dere-cho de propiedad no se puede poseer la tierra que se tra-baja y tener su libre goce.

Quizás estos últimos años de la crisis capitalista quecasi en todas partes han despojado a los campesinos de latierra que habían comprado al precio de innumerablessacrificios. contribuyan a hacerle ver la realidad.

El derecho de propiedad no ha servido ni sirve al cam-pesino que trabaja. El derecho de propi-edad. base delrégimen capitalista, sirve al campesino rico. a la burgue-sía. al capitalista. para multiplicar sus riquezas por laexplotación del trabajo ajeno. Aún en los países euro-peos donde la pequeña propiedad está muy extendida. elcampesino constata hoy que ese "derecho de propiedad"no puede absolutamente garantirle la tierra. Libre e in-tegralmente no la ha tenido jamás. Las deudas. las hipo.tecas, los impuestos. si no eran pagados con su labor co-tidiana. eran cobrados ampliamente sobre esa tierra quecreía suya. Y la tierra que se le quitaba engrosaba la pro-

LA COLECTIV1ZACIÓN DE LOS CAMPOS

piedad de otros más ricos. quienes por el tráfico comer-cial. la trasmisión hereditaria. la explotación de la manode obra. acrecían su patrimonio. Hoy, que la crisis loalcanza. el terrateniente trata de hacer caer todo su pesosobre ese campesino ya miserable del que chupa la san-gre hasta la última gota. Jamás como en este mo~entose tiene la confirmación de que el derecho de propiedadde la tierra, tal como se proclama por el régimeI~,capita-lista. no puede salvar al campesino de la desolación y dela ruina.

Si la Revolución de Octubre hubiera dado a estas ma-sas agrícolas la tierra en propiedad privada, si estos cien-tos de millones de hectáreas de tierra arrancados a losgrandes propietarios y repartidos entre los campesinos delex Estado zarista les hubieran sido asignadas como en losotros países de Europa por reformas burgu sas, aún sinun solo centavo de contribución, poco tiempo después elcampesino rico hubiera acaparado la tierra del campesinopobre, y la gran masa de los campesinos de la Uniónsoviética estaría hoy en la misma condición que los cam-pesinos polacos. los campesinos de los Balkanes, a la quellegarán bien pronto los campesinos de los otros paísesde la Europa central y occidental.

La Revolución de Octubre ha querido "verdadera-mente" dar la tierra a los campesinos que la trabajan, ygarantírsela para sieIl}pre y c<;ntra. todo. Ella h:, dichoa cada uno de ellos: He aqUl la tierra que quenas paratu trabajo. Tú mejorarás tu condición; aliviarás tu fa-tiga. Todo cuanto haga el Esta?o será hec~o 'pa~a acrecertu bienestar. Realizarás conquistas que ni siquiera con-cibes. Nadie te molestará; nadie podrá jamás en adelanteenriquecerse explorándote: nadie robará jamás el frutode tu labor".

Por esto la Revolución de Octubre no ha privado de latierra a los campesinos que no tenían más que algunashectáreas; por el contrario: les ha dado otras cuando hasido necesario para redondear sus .terrenos. La Rev,?lu-ción ha entregado a millones y mll.lones de caID;pesmosque no tenían ni un retazo. toda la tierra que podían tra-

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bajar. Ella puso así a todos los cultivadores sobre lamisma base jurídica; la de poseer y explotar la tierra pormedio de su trabajo libre y protegido; y al mismo tiem-po prohibió todas las operaciones sobre la tierra (comer-ciales, hereditarias, erc.), que no tienen nada que ver conel trabajo, y que hubieran creado rápidamente en el nue-vo Estado, donde los grandes propietarios habían sido¡desposeídos y suprimidos, una burguesía agrícola explo-tadora y una masa de campesinos explotados y miserables.

La abolición de la propiedad privada del suelo es elfundamento de todo progreso campesino soviético hastala colectivización.

Algunos teóricos querían que se introdujera simple-mente la gestión colectiva de las tierras. Es necesario, aeste respecto, esclarecer un hecho histórico de primordialimportancia. Desencadenada la guerra civil inmediata-mente después de la constitución del Estado Soviético,las necesidades de la defensa impusieron una organiza-ción y un método de vida que se llamó "comunismo deguerra". El comunismo de guerra no fué la colectiviza-ción, ni tampoco una tentativa de colectivización. Con-cretó el precepto "todos para uno, uno para todos", esdecir, aplicó en el trabajo, en los aprovisionamientos.en toda actividad individual y colectiva, esa disciplinaque exigía la salvación del primer Estado proletario.

Indudablemente estos años fueron una enseñanza paralas orientaciones ulteriores de la política agraria. Porejemplo, en las regiones donde la guerra civil hizo másestragos, y donde las necesidades de la defensa empuja-ron a las masas a ligarse con una solidaridad más íntima,surgieron ya en este período asociaciones rurales en lasque los campesinos reunían las tierras que se les habíanasignado así como todos los medios de cultivo, y traba-jaban y vivían en la comunidad más completa. De estamanera surgieron de pronto en Ukrania centenares de"comunas" agrícolas que constituyeron por cierto, unaexperiencia preciosa. Pero su falta de preparación y suinsuficiencia desde el punto de vista técnico, en tantoque organismos de producción, se notó bien pronto, Aca-

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

bada la guerra civil, muchas de entre ellas fueron en se-guida liquidadas.

Es que es preciso decir que no se dan grandes saltos enel desenvolvimiento económico y social de las masas ru-rales, aún en un período revolucionario. El campesinosoviético, aunque arrastrado a las rudas pruebas de esosaños terribles, no había cambiado su mentalidad que li-mitada por un horizonte muy estrecho, se orientaba na-turalmente hacia la pequeña granja. Además 1<1'> condi-ciones en las que la guerra civil había dejado estos cam-pos la miseria y la ruina que ella había sembrado portodas partes, imponían como deber principal utilizar in-mediatamente todas las energías campesinas. y favorecerpor todos los medios su desenvolvimiento para la .••.ueltainmediata al trabajo.

En el XQ Congreso del Partido Comunista Ruso, en1921, Lenin lanzaba precisamente la consigna de la Nue-va Política Económica, que era la desmovilización delo que se llamaba el "comunismo de guerra", y que debíaimpulsar y sostener el interés de todos los campesinos afin de remediar 10 más pronto posible la destrucción in-mensa que se había producido durante el conflicto euro-peo y la guerra civil. El mundo burgués proclamó laquiebra de la "utopía" colectivista. No comprendióo hizo como que no comprendía la verdad. La NEPera el esfuerzo más sabio para penetrar los sentimientosocultos del alma del campesino, y orientarlos rápidamen-te hacia una vida nueva. Las líneas de esta política. fue-ron concretadas en octubre de 1922, en el Código agra-rio, documento de importancia enteramente excepcional.

EL CODIGO AGRARIO DE 1922

No es posible estudiar aquí todas las disposiciones;pero quiero al menos hablar de algunas, porque piensoque ellas han ayudado a quebrantar la ligazón tradicio-nal del campesino a la idea de la pequeña granja do-méstica.

La primera de estas disposiciones establecía que la tie-

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rra e~ asignada. a todos aquéllos que quieran trabajarla.La tierra es asignada también a la familia campesina,no corno e.ntId;¡d constiruída por lazos de sangre, sinocorno, lo dice el art .. 65, corno asociación de gentes quetrabajan Juntas la tierra. Los derechos de estos miem-bros trabajadores de la familia, son iguales para todossin distinción de sexo ni edad. y cada uno de ellos puedesepa~arsc de los otros conservando el derecho de su par-te alícuota de terreno y de los otros bienes. Naturalmen-te la ley intervendrá para reglamentar este punto demanera que el CUltIVO de la tierra no sea dañado por unfraccionamiento excesivo.

Todo esto ha quebrado y subvertido el principio delantiguo derecho romano, seguido más o menos en todaslas legislaciones burguesas hasta nuestros días, según elcual la familia es una entidad soldada por el lazo de lasangre y d~pendiendo de la autoridad de un jefe, el pa-dre; y la tierra y los otros bíenes son transmitidos porrazones de parentezco y de sangre, de una generación aotra.

Este principio y esta tradición han servido indudable-~~nte para ligar al campesino a su pequeña granja y fo-siljzarlo en ella. ca Revolución de Octubre, establecien-do la regla, much,?, más moral: de que sólo el trabajo daderecho a, l~ posesión de la tierra, ha roto para siempreeste prmcipio, Una segunda disposición me parece dig-na de. atención. En las aldeas. por el arto 47 del CódigoagrarIo,. todos los campesinos trabajadores constituyenuna SOCIedad, la "sociedad de la tierra". El Estado in-viste a esta sociedad de prerrogativas muy importantes:ella .repar,te la ti~rra entre los campesinos, guarda comopatrimonio comun aquéllas que no han sido distribuí-das; est~blece las líneas generales del cultivo; dispone delos ~ammos, de las aguas. etc. Cada campesino, mientrascultiva ~l lote asignado a él y a su familia, es pues, almismo tiempo, miembro de una colectividad, que no tie-ne solamente poderes administrativos, sino que posee bie-nes que ella se encarga de hacer útiles y productivos, co-mo los bosques y los prados.

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

Desde el comienzo, he aquí al campesino cultivador deuna pequeña granja, convertido en un elemento activo deuna granja mucho más vasta y colectiva. Helo aquí muynaturalmente llevado a salir de la esfera de su pequeñaeconomía, porque tiene también un interés directo enque los bienes de la sociedad, de la que es mie~bro, leproduzcan beneficios a él y a todos. El campesino so-viético está satisfecho en su deseo de poseer la tierra entrabajo personal y directo; y al mismo tiempo, él tornaparte en la vida de una administración agrícola más gran-de, de la cual la ley le hace responsabl~, 'porque "las so-ciedades de la tierra" deben ser administradas no porfuncionarios del Estado, nombrados desde arriba, sinoúnicamente por la asamblea de campesinos y de repre-sentantes elegidos por ella. ,

Estas dos disposiciones fundamentales del CÓ~IgOAgrario soviético, son evidentemente de ,una gran Im-portancia para la educación de' la ~entaltdad rural. E}Código, de igual modo que el espírrtu de la N~P, es~alleno de un maravilloso conocimiento de la psicologíadel campesino, y emplea el método más apto para libe-rarlo de sus prejuicios y para guiarlo hacia las formasnuevas de la vida social.

¿Qué era necesario m~trar antes que nad~, a ese paríade la tierra, que había sonado con la revolución y que lohabía dado todo para que ella fuera salvada de sus ene-migos innumerables? Era precis~ demostrarle. que el Es-tado soviético lo rodeaba en seguida de sus CUIdados, conla voluntad bien marcada de no ahorrar nada para ayu-darle. A este campesino, sobreviviente de las destruccio-nes de la guerra civil, le faltaba todo: animales, útilesagrícolas, semillas, dinero. La urgencia y la gravedad dela obra de restauración de la campaña, eran completamen-te evidentes. El Estado debía hacer de ello su obra prin-cipal. pero necesitaba para esto asegurarse de la fidelidadde todos los campesinos y multiplicar sus energías, so-bre las de los menos ricos. El campesino pobre. es decir,la enorme mayoría de la población agrícola, sostenido,protegido. favorecido por el Estado, haría milagros. Y

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el Estado soviético, no defraudó esta íntima espera de lasmasas rurales,

Las estadísticas de esos años, después de 1922, indioca~ cada mes, el pulso de la transformación de las cam-panas, Ya en 1922 el Estado daba decenas de millonespara la co~pra de máquinas; ,conseguía proveer a un nú-mero considerable de campesinos de semillas selecciona-das; ,dispon~a un plan de reorganización catastral de lasgranjas de,s~l1:adoa volverlas más orgánicas y producti-vas. , Se dIr~gla sobre t?do a los campesinos más pobresy mas necesItad?s, los 1Jbertaba de todo tributo, y les da-ba la preferencía en todas las distribuciones de tierra yde ganados.

¿ Cuál era el efecto de esta política en el alma de lasmas~s campesinas, política hecha de inteligencia y deafecto, gracias a la cual 'el Estado no era una autoridadalejada .y hostil, como ocurre en todos los países capita-Iistas, sino que ,el y sus organismos se ponían en contactocon l<;s campesinos, sobre todo con los más humildes ylos mas pobres? Yo he constatado, algunos años más tar-de, en 1925, los resultados, En cada aldea, la personali-dad de los campesinos había crecido. En las oficinas delEstado, el campesino no era más extraño o tolerado co-~o, en todos ~os otros países, sino que se sentía una parteVIVIentey activa de él. Hablaba del Estado como de "su"Estado. ,No se limitaba a contar la producción de sucampo, smo que hablaba con entusiasmo del progreso rá-pId<;>que ,se cumplía en toda la campaña. Salido de laItalia fascista, donde el campesino se ha vuelto mudo yno se atreve a posar su mua da más allá de los límites desu pequeña, granja, Y:0 me sentía de golpe transportadoa una atmósfera de Iibertad, en la cual el campesino eracompletamente feliz contando sus conquistas y sus espe-ranzas.

LA COOPERACION

En semejante atmósfera, no fué difícil al Estado em-prender cualquier. iniciativa. apta I?ara ayudar al campe-sino en su trabajo y al mismo tiempo para arrancarloa su individualismo de antes, para aproximarlo a las ins<-tituciones colectivas. La cooperativa agrícola debía teren todas sus formas, el camino principal que llevara gra-dualmente a esta transformación y a esta reeducación dela mentalidad campesina. Lenin insistía en 1923, en unartículo bien conocido, sobre la inmensa importanciade la cooperación como el método "m~s simple, más f~-cil, y más accesible a todos los campesinos para encami-narlos hacia el trabajo colectivo".

La cooperación no era desconocida en el régimen za-rista mismo. Y no hay país capitalista en el que no seextienda por los campos y no trate de atraer a.sí ¡~s ~asasde trabajadores. Pero en todas partes estas msntucionesécoperativas, aun aquéllas que tienen en su seno campe-sinos medios y pobres, han estado y están todavía en lasmanos de grandes terratenientes. Y. ellos han saca~~ un:doble provecho, económico y político: porque utilizanlos medios materiales de la cooperación y mantienen ata-;das por pequeñas conc~siones las fuerzas trab~)~doras. ,

La cooperación, hacia la que el Estado soviético deblaorientar sus esfuerzos, es bien diferente. Ella debía apro-fvechar sobre todo a la masa de los campesinos más nece-¡jUdas. La base de toda institución cooperativa debía

f~fmarse en las capas más pobres de la campaña, paraevarlas por grados a condiciones mejores.El hecho de ser pobre era un título de privilegio pata

ta: obtención de créditos así como para cualquier otra ayu-da. La intervención del Estado, de sus fuerzas financie-ras y de todos sus otros medios, valorizaba y acentuaba es-ta estructura y este objetivo, de la cooperación agrícola,y acentuaba su desenvolvimiento.

y he aquí en efecto, que ya en los primeros años de laNEP., la cooperación creció con una rapidez sorprendente.

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No solamente cooperativas para la compra y la venta ~productos agrícolas. para el crédito. para la compra yttempleo de máquinas; ella se extiende también al D\(!ío-ramie!1to de la raza caballar. y del ganado vacuno. a fotraba~os de saneamiento. y se ensaya también en trabajoscclectivos. Cuando en 1927 visitaba por segunda vezla compaña soviética. esta cooperación comprendía yacerca de 90:00~ instituciones que ligaban y ayudaban.p~r una solidaridad cada vez más educativa. más de diezmillones de explotaciones campesinas. No es preciso sub-rayar que semejante movimiento debía también hacer suobr~ en las capas más humildes de la campaña. y comba-batir la mentalidad atrasada.

Pero m~ gusta recordar una institución que caracterizamuy particularmente el método de la NEP. y confíe-ma sus resultados. Es el socorro mutuo agrícola. El Es-tado soviético no hubiera podido proveer a la asistenciade tantos mil1one~ de campesinos por el sistema de segu-ros de Estado aplicado a la masa obrera. Se dirigió en-tonces a las poblaciones rurales para pedirles una últi;-ma prueba de esa unidad de energías y de esfuerzos quehablan mostrado en la defensa de la revolución. "Vos ..otros -:-dijo--. debeis constituir vuestras sociedades. yQos daré todo lo necesario para que puedan. con vuestraayuda. proveer eficazmente a vuestra asistencia. en caso deenfermedad. de invalidez. de vejez". .

~os campesinos tuvieron confianza en su Estado. Lassociedades surgieron por miles; y el Estado les afectólas mejores tierras que los campesinos cultivaron en co-mún. consagrando todo el provecho del cultivo al ere-~imient? del patrimonio social. Les dió las pequeñasindustrías anexadas a cada aldea. como los molinos lasfábricas de aceite. las canteras. El patrimonio d: lassociedades creció de tal manera. que llegó a ser una ver.dadera potencia financiera. capaz de proveer a la asis-tencia social de las poblaciones agrícolas. En 1925 yoconstataba sobre las entregas de una parte solamente deestas instituciones. alrededor de 17.000. que ellas po-leían un capital de más de un miHón de rublos. y que

bajaban en común para ellas más de cien mil hectáreastierra.Los grandes acontecimientos de la Historia se apo-II en su origen sobre pequeños factores de los cual~simportancia moral es muy grande aunque desaperci-a. Son su ligazón y su continuidad las que saturana atmósfera. y el que la respira queda completamenteificado. Así la NEP. llenaba poco a poco los pulmo-del campesino de oxígeno vivifican te. Pué también

urante la NEP. cuando se desenvolvieron de un~ ma-ra notable las asociaciones más directamente destinadasexperimentar las formas colectivas del trabajo de larra.

LAS INSTITUCIONES COLECTIVAS

El Código de 1922 definía su carácter por palabras quebueno conocer. El artículo 104 dice: "Las asociacio-

para el cultivo colectivo de la tierra se constituyenel objeto de utilizar de la ~anera más ~~nveni~nte

trabajo de sus miembros. y ejercer la gestión agnco-sobre la base de un acuerdo voluntario de los labra-res que la forman." Definición digna de subrayarserque fijando el objeto de la~ asoclaclOn~s•.ella estable-claramente su carácter: el libre consentimiento de sus

iembros, la libertad de los campesinos de formar parteno. . .,.La constricción no existe en la pedagogía soviética.

Ha es el arma de la dominación burguesa. Desde elOmienzo la ley soviética establece y afirma q~e nin-

na violencia debe ser ejercida .sob!e los campesInos.; espor la persuasión que una conciencra nueva. la concien-t~ colectivista. debe madurar en ellos. . ,

t Qué hará el Estado para acelerar esta persuasion y'Volverla cada vez más eficaz? He aquí la verdad: el Es-ta.,to mediante el mencionado método, coloca al cam-pésino ante las experiencias del cultivo colectivo ~e la1!ierra. de ese cultivo que él favorece. protege y alienta1;01\ todas sus fuerzas,

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38 GUIDO MIGLIOLI LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

En 1922 ~l Código agrario distinguía ya las tres for-mas d~ aSOClaC1~)fique se .hallan todavía en vigor parael cultivo colectivo de la tierra. La asociación en la cuallos campesmos. ponen en común solamente los instru-m~ntos de CUltIV<;>.La asociación en la que reúnen, ade-mas de su trabajo, la tierra que se les ha confiado el?:anad~, y otr?s. medios t;>rincipales de producción:' el

artel . Por ultImo,. ~quella en que el campesino en-tre?,a todo a la colectividad en la que vive y trabaja: esla comuna".

Estas instituciones aparecieron bastante numerosas des-de el día siguiente a la guerra civil. En 1922 eran másde 16.000. Pero mientras que las del primer tipo másfáciles de constituir y dirigir, resistían mejor, las demásq~e presentaban m~y:ores .dificultades desde el punto deVIsta tecnico y administrativo, llevaban una vida bastanteprecaria. Era necesario disponer de elementos campesinospreparados y capaces de organizar y de desenvolver esase~presas colectivas: y era necesario que el Estado se hi-ciera presente con créditos, con personal instruído contodos !os apoyo~ necesarios, pronto a dotar la gran e~pre-sa agrícola, a fin de que sirviera de ejemplo a los cam-pesinos.

1?1 Estado .s~)Viético comprendió la importancia de se-mejante cuestión, y la sostuvo hasta el punto de que nose encuentra una ley agraria, un decreto gubernamental,que no se esfuerce por dar a las instituciones campesinaspara ~l. cultivo colectivo de las tierras, la posibilidad debeneficiarse por todos los medios susceptibles de aumen-tar ,sI"! provech? ¿ Dónde quería llegar el Estado con estapoht1<;,.a? Quería que los campesinos cultivadores de unapequena granja se encontraran ante las ventajas incon-testables del cultivo colectivo.

Entre e~tas instituciones, el tipo que se prestaba mejora ~st~ objeto, ~ra el "artel", porque colectivizando losprincipales medios de producción, tierras, ganado, utensi-has, y reuniend,o a los campesinos para el trabajo, deja-ba por lo de~as a cada uno de ellos su vida habitual.Desde el comienzo el "artel" fué considerado como la

ejor forma, y de hecho, llegó a ser la más extendida.1925, las comunas eran la mitad menos que en 1923:

n tanto que los "artels" aumentaban porque debía ser elfruto de la convicción y no del artificio. Pero aunque Silnúmero no fuera muy grande, estas instituciones ejer-cían entre las poblaciones campesinas una influencia enor-:me; y en 1927 yo no podía menos que constatarlo enforma creciente.

Cuando uno se acercaba al labrador de la pequeñagranja, y se hablaba con él de los resultados .de su traba-jo. casi siempre hacía él mi~mo la ~omparaClón ,entre su,producción y la de la granja colectiva. RcconoCla, a e,st.a~ superioridad que alcanzab.a por. ~l e~pleo ~as. Fácilde las máquinas. por la mejor utilización de la tierra,por la posibilidad de especialización de los cultivos y delpnado. "Yo también llega,ré .a eso", co~c1uía abierta-mente o dejando entrever su íntrmo pensarmento. Y cuan-do no se detenía en los resultados alcanzados por lagranja colectivizada, por el koljoz, el campesino pensa-ba en las empresas agrarias directamente regidas por el$stado de los sovjozes.

La institución del sovjoz nació con la Revolución,fOrque el Estado. consagrando la~ tierras ~ los camp~~i-nos, pensó justamente que no debla repartir una porcionde las grandes granjas que habían ya sido industrializa-das por los capitalistas agrarios. El Estad? dirigió P?r símismo estas granjas y creó otras con el objeto de utilizar-las también. al menos parcialmente para preparar las se-millas y el ganado que se distribuirían entre las peque~asgranjas campesinas. Más tarde. en el curso de. estos ul-timas años, se verá la amplitud de la función de lossovjozes. En su desenvolvimiento progresivo, mientrasllegaban a ser los proveedores de los productos que de-bía conseguir el campesino para mejorar y acrecer l~ pro-ducción de su granja. eran también escuelas experrmen-tales de un máximo valor.

Ya el arto 160 del Código Agrario consagraba explí-citamente esta función de los sovjozes, declarando queellos son "empresas montadas con el objeto de servir de

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modelo técnico-científico a los trabajadous, para elgreso de la agricultura". y más lejos establecía que 'en.su trabajo agrícola y productivo, deben entrar en 1t~-zón estrecha con la población rural de la localidad."

He aquí. de esta manera, al campesino spviético en 511pequeña .economía. siempre ayudado y sostel1ido por laaccion eficaz del Estado; rodeado de cooperativas que lqeducan para una vida nueva. y por otras instituciOl,lesdonde hace la experiencia del trabajo colectivo: coloca'"Ido ante el ejemplo de granjas que le incitan, sobre la baSli!d;e los hechos. a dirigirse hacia la gran empresa; teniendCj)SIempre ante los OJos la enseñanza de la granja agrícoldel Estado. que le da el fruto, el fruto concreto de lo qpuede obtenerse por la industrialización de la agricnl ...ra. Este campesino. aunque hubiera sido el viejo !hU'que. despreciado por el señor, soñaba tan sólo con 1U1 ¡q;.te de tierra Jibre para su pan. no podía permanecer im-pasible bajo la influencia de esas fuerzas que ensandr.J .•.ban e iluminaban su horizonte.

¿y el joven campesino? Durante los primeros cinc,oaños de. la. guerra civil, la campaña es sacudida por t1estrernecírníento de una generación. de veinte a tmntaaños. rica de pasión y de energía. Es la Revolu(;icSnde Octubre quien ha dado a luz esta potente juventuSobre ella en muchos aspectos de que ya he hecho meción, obraba la escuela. la ciencia, que le abría todos locaminos. El Estado soviético derrotaba en todos los fren ..~es al analfabetismo; pero además de esto. dirigía estaJuventud campesina hacia las numerosas escuelas, badalos institutos especializados para cada rama de la produc,ción. E.l encauzaba es~s maravillosas energías en el Ejér-CIto ROJO. que los hacía, no solamente invencibles solda-dos ~,?ntra todos los enemigos del nuevo Estado, sinotambién elementos generadores de una vida diferente encada aldea.

~or otra parte. la aldea no ha sido nunca separada dela CIudad. desde que la Revolución de Octubre selló consangre l~ alianza ~ás estrecha entre los campesinos y elproletariado, confiando a este último la responsabilidad

l~r. Es preciso !ecordar que los obreros concretaronalianza por medio de los lazos ventajosos para las

blaeiones campesinas, por ejemplo. constituyendo enasinas "patronatos" que tomaban bajo su prot~cción

taternal. las regiones que tenían más necesidad de ayudatelectual y material. Y es preciso pensar que esta in-lcúlable intensidad de penetración de las ideas, de las

qerzas innovadoras. que tendían a vencer en el hombree los campos su naturaleza secular. a disipar en su espí-itu la niebla de las tradiciones más anticuadas que lo ha-

bían hecho necesariamente desconfiado y egoísta, ha du-ado muchos años, -yo me detengo en 1927. la segunda

que visité el campo soviético-e-, y se comprenderá así•. verdad de esta afirmación: este campesino se aproxi-

ha a la colectivización. forma superior de vida y debajo. constreñido únicamente por la fuerza de su pro-

• madurez interior. como el trigo se desenvuelve en el'etmen que lo fecunda. para henderlo en seguida y ere-~r al sol.

PROGRESO TECNICO

Paralelamente a este proceso íntimo de la concienciacampesina. se desarrollaba el progreso técnico y económi-co de toda la vida agrícola. En 1927. el período de res-t;auración de la campaña. que había sido arrasada y re-ducida a la desolación. está casi terminado. Las tierrascultivadas tenían una extensión superior a la de antegue-1,1'a.y el cultivo primitivo llamad? de los ."tres ca~l-pos", según el cual el terreno debla producir: un anoavena. el otro centeno, y el tercero reposar. había sido,teemplazado por un amelgamiento a ocho campos y másparticularmente con introducción del trébol y de la re-molacha. El ganado vacuno era ya en 1926 más nu-meroso que en 1916. mientras que la raza caballar al-canzaba el porcentaje de 83 % sobre la cifra calculadadiez años atrás. En la aldea. el campesino no vivía yacomo durante la guerra civil, cuando en la región de Sa-mara sobre el Volga, la nutrición había descendido al ni-

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vel inconcebible de 1925 calorías, es decir, todavía me-nos que hoy en Italia. en Polonia y en los Balkanes, don-de el capitalismo condena las masas agrícolas a una lentaa~onía. sino que c<;lmíade acuerdo a su necesidad, dispo-Ola de dinero, mejoraba su casa, gozaba, en fin, de unbienestar que antes no conociera jamás.

No hay que decir que el progreso de la ~riculturae~taba ligado al esfuerzo continuo del proletariado de lasciudades por reconstruir las usinas y por edificar otrasnuevas con el objeto de proveer a los campesinos de úti-les agrícolas. máquinas y tractores.

A este respecto es preciso recordar un acontecimien-to que subraya con qué interés apasionado el proletariadode las usinas seguía este renacimiento campesino. La ne-cesidad de mejorar el nivel de la vida de los obreros. yde aumentar sus salarios, había tenido como contragolpenatural el alza de los precios de los productos industria-les. Su índice en 1926 se alejaba cada vez más del ín-dice de los precios de los productos agrícolas. De tal mo-do, e,r~ casi imposible para el campesino comprar losutensilios y las rnaqumas agrícolas. a causa de su precioelevado. Es en este momento cuando los obreros se im-ponían ~ sí mismos una restricción de sus salarios, paracontribuir a atenuar y a hacer desaparecer este alejamien-to y facilitar la introducción de los productos agrícolasen las campañas. En el año de 1927, 28.000 tractorespodían ya ser empleados en los campos, que se desperta-ban a una actividad nueva.

Pero no hay primavera que florezca sin dar nacimien-to y vida a las malas hierbas. Esto debía ocurrir en elcampo soviético.

EL KULAK

La Revolución había dispersado completamente la cla-se de los grandes propietarios. de los terratenientes. Pe-ro una gran parte de la pequeña burguesía representadapor los campesinos enriquecidos, sobre los que habíanpasado sin embargo como un torbellino devastador los

LA CoLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

años de guerra civil, se había acurrucado a la sombradel régimen. Inmedia~amente el. Estado puso ~a manosobre los campesinos ricos, reduCl,endo sus, granJ.~s en lapartición de las tierras. Las gran~as de mas de diez hec-táreas de tierra, bajaron en seguida. de 9 ro a 3.1 %.Pero no se podía ciertamente desarraigar de un so~o gol-pe su naturaleza de explotadores, m su tendencia a lareconquista. .

Por otro lado el Estado debía contemplar ,la necesl?ady la urgencia de levantar 10 más pronto posible e~,mvelde la producción agrícola, para lo cual 1,'1 destrucción detodas esas granjas medias, que estaban !?as o me~lOsabas-tecidas, hubiera sido un daño y un pe~lgro. Quiero agre-gar que esto no hubiera sido ta~poco J?sto desde el pu~-to de vista moral; porque un cierto numero de ~amp~sl-nos, no todavía kulakizados, iba sin duda a sentir la .m-fluencia del régimen soviético. y en lugar .de c<;mverttrseen enemigo, llegaría a transformarse en amigo fiel y pro-ductivo. . 1 di

El mejoramiento de la vida ?e los campesmos.:.y a ~-fusión de un bienestar progresivo en la,s camp~nas ?ebtaofrecer el terreno de ensayo. El campesino enriquecido yque continuaba siendo kulak en cuerpo y alma. no tar-daría en despertarse y actuar. Este campesino -yo lo heconstatado por todas partes- que ~costumbr~ ,a ocul~arlo que ha acumulado y llora nuserias, se traiciona bienpronto por su desprecio del campesino pobre a quien, ex-plota, por su avaricia característica, ~or toda su actitudengañosa. Lenin tenía razón al fUSt,lg~rlOcon palabrasferoces. Tiene los estigmas y la perfidia fraudulenta deltraidor. Aún en los países capitalistas e~ campesino po-bre. obligado a trabajar par~ otr?s. prefiere el gran pro-pietario a ese campesino enriquecido: y el gran prop~eta-rio, a quien hace falta un testaf;rro que le represente Jun-to a los trabajadores. escoge a este. ..

El Estado soviético. conservando a la granja med~aque necesitaba para ser cultivada de mano de obra auxi-liar además de la familia. promulgó leyes severas I?araproteger al labrador que trabajara para otro campesmc,

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En. el Código Agrario de 1922. el arrendamiento, yel tra-b~jo asalariado están permitidos; pero las reglas que go-biernan t.anto al uno como al otro, cortan las garras aquien quiera abusar. En los años siguientes innumera-bles son las disposiciones del poder central tendientes areducir especialmente el empleo de la mano de obra asala-riada y por esto mismo, a limitar las posibilidades dedesenvolvimiento del campesino rico y el paso del cam-pesino medio a la condición de kulak.

Otro método ~imple e inexorable fué empleado, siem-pre. con este objeto, por una medida discreta y hábil:el impuesto. El impuesto, que no tocaba al campesino~obre, hería decididamente al kulak, y cortaba por unSistema progresivo los beneficios del campesino medio.Los ingresos, eran transmitidos en gran parte a los cam-pesinos pobres, bajo la forma de subvenciones y primasde Estado.

S~n embargo el kulakisrno, yuyo que es preciso des-arraigar completamente para que no vuelva a brotar, semantuvo en las campañas soviéticas, se introdujo portodas partes donde pudo, tanto en el comercio privadoc?mo .en el pequeño crédito usurario otorgado al campe.sino ign?rante. Otros elementos, por 10 demás, dabanal kulakisrno un sostén difícil de descubrir.

Los enemigos del Estado soviético fuera de sus fronte-ras, co?taban con esta raza dañina para servirse de ellaa los fines de su propaganda continua y penetrante. Cer-ca del kulak había permanecido también en numerosasaldeas el sacerdote, el pope, que no había dejado de año-rar el régimen zarista, del cual había sacado toda clase deprivilegios económicos y políticos. Es necesario conocereste hecho para comprender mejor 10 que se produjo enlas campañas soviéticas durante los años siguientes.

Hubo cas<?sen que los sacerdotes no tomaron partidopor el kulakismo. Hubo hasta la tentativa de cierta ra-m~ficación ?e la Iglesia .griega y. ortodoxa, que era 101

mas extendida en la antigua RUSia, de colocarse discre-ta~e?te al lado ~el nuevo régimen; pero en general, larecidiva del kulakismo en las campañas empujaba al ele-

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

ro a solidarizarse abiertamente con él. En 1927 yo he en-contrado resucitada en algunas iglesias de aldea. la tradi-ción por la cual se concedían lugares llamados de honor,a los campesinos más ricos, del mismo. m?do .que en losregímenes capitalistas, donde la p~opia iglesia favoreceesos privilegios pisoteando la doctnna que proclama se-gún la cual todos los hombres son iguales. al menos de-lante de Dios. .

Todo esto no escapaba a los ojos o por mejor decir,alodio de los campesinos pobres. A medida que se des-envolvían y se inmunizaban gracias a .1as institucio?escoercitivas del Estado. contra la influencia del campesinorico ellos le reconocían cada vez mejor y lo considerabancorno su enemigo. Pero el enemigo acechaba. pérfida-mente, presto a la acción.

LA VISPERA

El año agrícola de 1927, Y sobre t,?do el siguiente, secuentan entre los más duramente castigados por las ad-versidades del tiempo. La sequía h~bía de~truj.do c?m-pletamente la cosecha en muchas regiones ricas en tng~;la dieta de trigo era verdaderamente sena. Los aprovi-sionamientos de las ciudades eran ya difíciles porque elcrecimiento del proletariado en las usinas y el mejora-miento de su tren de vida exigían siempre mayor núme-ro de entradas. Es necesario. además. subrayar que si porun lado la producción agrícola había dad? un gran pasohacia adelante, y en algunas ramas habla hasta sobre-pasado la producción de anteguerra, por otra parte la.po-blación de la Unión había aumentado en muchos millo-nes gracias a su nueva vida, y en las cat;npaña~ el c~:npe-sino se nutría mucho mejor. En semejante situación lafluctuación más pequeña era suficiente para romper, ~sedesequilibrio inestable. Se puede pues. comprender fácil-mente, cuáles fueron las consecuencias de una disminu-ción imprevista y muy fuerte de las cosechas. y muy par-ticularmente de la cosecha de centeno.

El capitalismo, siempre atento a aprovechar el mo-

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mento propicio para desencadenar su ofensiva armada~ontra la Uni<?n de los Soviets, juzgaba que ese momentoIba a. ~onar bien pronto. Todos los enemigos de la Re-volución de Octubre en el extranjero estaban animadosde las resoluciones más belicosas; el deseo de la revanchalos sostenía.

¿y en el interior del Estado soviético? El kulakis-n:o, está en plena activida~I. animado por su odio hacia elregrmen que le hace la vida dura y que debe en un díacercano, ahogarlo completamente, Es el kulak el prime-ro que oculta el trigo. Es él quien trata de extender elpánico de un hambre próxima entre las masas campesi-nas, y de excitarlas a la resistencia contra las comprasdel Estado. Por evolucionados que estuviesen los campe-sinos y por unidos que estuvieran a su Estado no esdif~cil de comprender el peligro que una propaga'nda se-mejante podía representar para la Unión,

Asimismo, por otro motivo, la hora se había torna-do, en cierto modo, dramática. Algunas corrientes que~o ha~ía.n c01?prendi~o o habían perdido de vista laIínea lógica e indefectible de la Revolución, sobrevivíanen ~u seno. En presencia de la situación creada por esteconjunto de acontecimientos, una corriente se había di-señado y afirmaba que era necesario consagrar todas lasfuerzas. al aument~ de la producción agrícola creyendo ydefendiendo la tesis de que la sola posibilidad para He-~ar a esto ~ra ayudar y. hacer avanzar la granja campe-sma ya equipada, es decir, la granja del campesino medioy del kulak. Otra corriente concentraba su agresividadsobre la base de un programa ya enunciado y ya vencido,el programa de una super-industrialización de la ciudadque debía imponer la industrialización a la campaña.

p,oco.s años de una política bien diferente bastaron pa-ra liquidar en total estas concepciones cuyos sostenedo-res ac~baron o por reconocer y condenar sus errores, oempuJad,os por su natur,aleza aventurera por ir a engro-sar las filas de los enemigos del Estado proletario. Peroen esta época, los nombres de esos hombres oue teníantodo un pasado, eran susceptibles de determinar una ím-

presión amplia y profunda sobre la población agrícola. yfué precisamente en este momento que se pudo expen-mentar de manera indiscutible, cómo había sido de gran-de la influencia de los últimos años y de la política quese había seguido en ellos, sobre la educación y la trans-formación psicológica de las poblaciones, sea obrera, feacampesina. Las poblaciones que habían vivido, dí~ pordía, las ventajas de la línea política trazada por .l.:enm -que había apoyado el progreso de la Revolución s<;>breel desenvolvimiento de la gran masa de los campesinospobres, y sobre una alianza cada vez más íntima y acti-va entre la campaña y el proletariado de la dudad-,estaspoblaciones comprendieron que una y otra corrienteeran por igual peligrosas desviaciones.

Apoyarse sobre la granja del campesino enriquecidopara hacerla base de un progreso agr,ícola más inte?s<:"significaba realizar el programa, destinado a constl~u1ren la Nueva Rusia una burguesía agraria, que hubieraahogado bien pronto todos los resultados ya conseguidospor la Revolución en provecho de la inmensa mayoríade las poblaciones agrícolas, Presentar una super-indus-trialización de la ciudad con el objeto de someter a ellala campaña, corno lo hubiera hecho cualquier gobier~ocapitalista en una colonia caída entre sus garras, hubie-ra sido absurdo y hubiera engendrado una invencible hos-tilidad en las masas campesinas, y además su alejamien-to de la ciudad y de la clase obrera.

La respuesta de las poblaciones soviéticas fué másrápida de lo que se hubiera creído, A 1~3 que cont3:ba,ncon la adhesión de los obreros de las usmas, estos últi-mos respondieron por la afirmación de su cordial alian-za con la campaña, comprometiéndose a hacerla cada díamás popular, teniendo, por así decirlo, el valor de unapalabra evangélica, Y aquéllos que quizás inconsciente-mente habían tendido la mano a los kulaks, sin sospecharel proceso de maduración realizado en los campesinos, seencontraron frente a la reacción apretada y vibrante deestos últimos.

En realidad, dejando de lado el hecho casual de la fal-

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ta de trigo debido a las adversidades de la estación lacrisis en la Unión Soviética era entonces una crisis' decrecimiento. El aumento del consumo general era la con-secuencia y la prueba de un bienestar general y progresi-vo. El problema de apresurar y acrecer la producciónagrícola para satisfacer a las necesidades acrecidas de lacolectividad, debía encontrar su solución en la misma lí-nea que la que la Revolución había recorrido. Era necesa-rio volver más productivas las gr31njas individuales quese contaban por millones, a traves de un esfuerzo máspotente. Era necesario imprimir un impulso más decisivoal desenvolvimiento de la granja colectivizada, y a lasgrandes empresas agrícolas del Estado. Era necesario re.ducir cada vez más el radio de actividad de los kulaks yacelerar su liquidación. Sobre este frente, las masas cam-pesinas debían agruparse con ardor. Por su parte, el pro-letariado de las usinas, debía multiplicar sus energíaspara dar a la campaña una cantidad más grande de losproductos industriales que necesitaba.

. Algunos,. aunque este ritmo fuera ya muy rápido, hu-ble~an quendo. ac~ler~rlo. preguntaba.n por ejemplo, por-que no se supnmia sin mas, por medio de medidas admi-nistrativas, al kulakismo. A algunos años de distancia,pensando en las respuestas de los hombres responsablesd~l gobierno soviético a esas preguntas, hay que mara-~I1.larse ~e l~ sabiduría y de la precisión de su acción po-Iítica. Siguiendo el precepto de Lenin, no se elimina elkulak por medidas administrativas. La lucha contra elkulakismo debe marchar paralelamente con el progresode la colectivización.

En 1927, el kulak producía en la Unión Soviética 600millones de puds de trigo; había, pues, reducido en dostercios su capacidad de producción desde la Revolución,puesto que antes producía cerca de dos billones. Lasgranjas colectivas y las granjas del Estado estaban toda-vía ba~tante lejos de poder sustituir con su producción,la cantidad representada por las granjas de los kulaks. Heaquí el punto vital de la cuestión. Todo esfuerzo parallevar a los campesinos hacia la gran granja colectiviza-

da, debía recaer como golpe destructor sobre el kulakis-mo. El campesino que se volvía cada vez más hacia la co-lectivización por sus resultados económicos, debía ser em-pujado también a ella por el resorte de su justo y prefun-do odio contra el kulak, salido de sus filas para llegar aser su enemigo más fraudulento y más obstinado. Laeliminación del kulak de la campaña soviética, debía, así,coincidir con el triunfo de la colectivización.

EL CODlGO AGRARIO DE 1928

Un documento del Estado resumía, a fines del año1928, esta directiva política a la que había sometido suacción, y la fijaba en términos definitivos y bien claros.Es el nuevo Código agrario, cuya característica consiste enno ser un catálogo de áridas reglas legislativas, sino unaneta enunciación de principios y de medios capaces deacelerar lo más posible ese proceso de transformación ru-ral ya en curso .

Los 63 artículos de este Código agrario, inciden todossobre los siguientes puntos esenciales: favorecer, prote-ger, impulsar la granja colectiva y los campesinos que seinclinan a ella; ayudar en todos los casos y eficazmentelas pequeñas granjas individuales del campesino pobre ymedio (biedniaki y seredniaki) : reducir cada día más parael kulakismo toda posibilidad de expandirse y ser nocivo.

En efecto: después de haber establecido en el arto 10que "la base del régimen agrario en la U. R. S. S., paragarantir la realización del socialismo en la agricultura.el mejor proceso agrícola y la utilización de las tierrasen provecho de la masa predominante de los campesinos.es la nacionalización de la tierra, es decir. la abolici6ndefinitiva de la propiedad privada de la tierra", el nue-VO Código enumera los medios para conseguir los objeti-vos de ese sistema territorial.

De acuerdo al arto 49, estos medios son los siguien-tes: "elevación del nivel técnico de la agricultura; coo-peraci6n entre las amplias masas de los campesinos tra-bajadores; refuerzo y desenvolvimiento de una red de

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granjas colectivizadas y del Estado; adopción de medidaseficaces para proteger los intereses de los campesinos dé-biles y de los obreros agrícolas, y para suprimir los cam-pesinos ricos".

Los artículos que siguen son de una importancia radi-cal. He aquí, por ejemplo, el arto 30: "Con el objetode ayudar y de propulsar las granjas colectivas, se esta-blecen las excenciones y los privilegios siguientes: a)exención del impuesto único sobre la tierra; b) conce-sión de créditos privilegiados al koljoz con preferencia alas granjas individuales y aumento de los fondos de cré-dito a largo plazo; e) designación privilegiada de la tie-rra con respecto a las granjas individuales; d) cesión parasu uso gratuito a los koljozes de las empresas auxiliares,de las construcciones, de los capitales que ellos habíanrecibido de los órganos del Estado antes de la presenteley; e) garantía de proveer a los koljozes de las máqui-nas y de los útiles agrícolas. de los abonos minerales, delas semillas, del ganado de raza, etc., etc., con preferencialas granjas individuales y en condiciones favorables; f)organización y trabajos catastrales enteramente a costadel Estado". ,

Por estas disposiciones la granja colectiva era coloca-da en tal situación, que aún los campesinos más retró-grados y más desconfiados quedaban sujetos a su influen-cia de atracción. Con esto el Estado no abandonaba lagranja individual; continuaba ayudándola; pero ¿ quécampesino no hubiera comprendido inmediatamente queella jamás sería capaz de producir como la gran granjadueña de tales ventajas? Es necesario subrayar que el Có-digo insiste siempre en cada artículo. que se acuerdanesas preferencias a los koljozes "porque ellos representanla única vía por la cual todos los campesinos pueden ver-daderarncnte mejorar sus condiciones de vida y de traba-jo". He dicho ya que la ley misma comenta y explica elporqué de cada disposición. Se puede decir que más queun Código. el de 1928. es un catecismo.

No menos radical y pedagógica es la parte que con-cierne a los kulaks. El nuevo Código permite todavía el

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arrendamiento de una manera muy limitada, pero el ku-Iak no puede utilizarlo; se confiscaría inmediatamente latierra que tratara de alquilar. Lo mismo para el trabajoasalariado. El trabajo asalariado es admitido aún, perocon medidas tan severas, que seguramente no es practica-do más que en muy pocos casos. El kulak es desterradode la sociedad de la tierra y es casi totalmente alejadode todo contacto con los otros campesinos. La lucha ensu contra ha llegado a ser más encarnizada por su exclu-sión de todo crédito y de toda otra rama de la coopera-ción. Se procede con él como con un verdadero enemigo.Todo campesino debe saberlo. El toque de zafarranchono tardará en sonar.

La Revolución es como el gran río que desciende dealtas y puras fuentes, se expande e inunda con sus aguasbienhechoras las tierras sedientas. El arrastra en su cur-so escorias y detritus que levanta del fondo y que le for-man como un dique. A menudo lo sobrepasa y lo venceelevando el nivel de sus aguas; pero a menudo se ve for-zado a chocar contra el obstáculo. hasta el momento enque la violencia de la corriente 10 derriba y 10 rompe.Después su curso recomienza, más amplio, más seguro ymás solemne.

La campaña soviética no podía pasar a la colectiviza-ción sin chocar en esa forma con los detritus que la Re-volución no había podido aún dispersar. El mujik, cuyosantiguos estigmas de miseria y de servidumbre habíandesaparecido para el futuro; el joven trabajador de loscampos que tendía con todo su ser hacia un nuevo sis-tema de vida y de trabajo, debió constatar una vez másque sin lucha no se conquista nada. La lucha, quecuesta sacrificios y sangre, es la señal infalible de lasgrandes etapas de la Revolución en marcha.

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LA GRAN CONQUISTA

FRENTE A LA CRISIS CAPITALISTA

Hace seis años, la fortaleza más resistente y más ~-lida del capitalismo, la América del Norte, comenzo aeeder y a hendirsé. Es la crisis que sobreviene y azota¡lún los países más industrializados, y que arrastrarábien pronto a los países agrícolas, Y es precI~ame,ntl' en-tonces que el país de los Soviets acaba de cicatrizar l~sheridas profundas de la guerra europea, y de la guerra el"vil, y se presenta en ~l alba de una epoca de constrnc-ción fecunda y grandiosa.

Las masas obreras habían crecido en número y en. ca-pacidad productiva. y ya h~bían reali~ado su expenen-cía las grandes fábncas surtidas en la ep?ca de la NEP.También las poblaciones agrícolas hablan hecho I?ro-~sos gigantescos en su evolución; y el desenvolvimien-fo de la cooperación y de las empresas del Estado, ~u~-q.lle mediocre todavía si se le compara ~on los ve~nt1-emco millones de las pequeñas, economías ca~pesm~.ndicaba el ritmo que la mayona de la población agri-ola iba sin duda a seguir. Era el. momento e~ que elstado proletario, después de los anos de tra~aJo pen~-

y duro de la preparación, debía saltar hacia 1~,reali-ción del programa enunciado por la Revolución detubre. . l' dFrente a un capitalismo que había rea Iza o pr~re-

$OS extraordinarios en la industrias, e impulsaba. siern-fe adelante la industrialización aún en el cultivo de

tierra, el Estado soviético no podía 1?ermanec~r co.mo'filís de en~conom!a basad~ en ,una. a~ncult~ra inferior,..., en una industria todavía mas débil. Debla. transfor-lI;néJirrápidamente su base y erigir un~ industria rnoder-na y potente que. naturalmente, debla llev~r ~ una ra-pi4a industrialización agrícola. Esto .era indispensablepl¡ta la existencia del Estad? proletario, contra e! ~uela agudeza creciente de la cnsis del mundo burgués Ibaa concentrar los esfuerzos de todos sus enemigos. . ,

Pero la transformación económica del Estado SOVIC-

Los acontecimientos económicos y políticos de estóúltimos cinco años, se desarrollan todos en torno de d~hechos: la crisis progresiva y mortal del mundo cap .•talista; el impulso de una vida nueva y de un desenvqvimiento colosal en el mundo. soviético. La antítesis Wtá en la naturaleza misma de los dos regímenes.

El régimen capitalista tiende a dar el máximo de pro-vecho de la producción a una clase restringida de explo-tadores; y este máximo no puede. alcanzarse más quepor una explotación siempre creciente de las masas tra-bajadoras, de los obreros y de los campesinos. En elrégimen burgués la producción es la obra de las grandesmasas. pero el provecho principal pertenece al capitalis-ta. Esta contradicción profunda e irreductible actúa enel seno mismo del régimen burgués; creó por una par-te la superproducción y la concentración de la riqueza Y'por la otra la subproducción y la miseria cada vez ~extendida.

El mundo soviético donde los medios de produccién;la tierra. las usinas, han sido sustraídas al capitalismo;donde el provecho de la producción no se divide demodo que la mayor parte sirva al enriquecimiento delas capas parásitas; donde. por el contrario. el prove-cho de la producción se destina al mejoramiento econó-mico y social de las 'masas que 10 producen. los obre-ros y los campesinos. allí no puede producirse más queel bienestar progresivo de la colectividad.

Es. pues, en la naturaleza orgánica del régimen ca-pitalista, donde se deben buscar las causas de la crisis.Está en la estructura y en la vida del régimen soviéticola ineluctabilidad de su progreso.

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tico se imponía aún fuera de aquel hecho. Por un ladopara e~ desenvolvimiento de la clase proletaria y pal~su meJ_or porvenir: I?or el otro, para la elevación de lacampa~a d~sde .un sistema de cultivo insuficiente paral~s exigencias siempre mayores de la población, a unSIstema de cultivo que debía permitir la explotación fe-cunda de los enormes recursos naturales, y levantar ca-da vez. más el nivel de la vida económica y general delc~m~e.slUado. Transformar industrialmente la campaña,significaba pues, levantar el nivel de existencia delcampesino; e~to significaba conservar entre él y el obre-ro, aquella ligazón que se había revelado tan fecundaen l?~ años pr~ce~e~tes, y hacerla inquebrantable. En con-clusión esto significaba consolidar y acrecer la potenciadel ~stado proletario por la unión y por el progresocontinuo de toda la población trabajadora.

Una palabra ~odavía sobr~ este punto, para tener biennetas. ant~ l?s oJo~ las premisas que esclarecerán el cursoulteno.r rápido e lmpe~uoso, de los acontecimientos quecondujeron .a la conquista total de la colectivización.

En los discursos ~ en los escritos de Lenin, del hom-bre que mejor qu~ ningún otro había comprendido a loscampesmos'y habla as~mido ante la Historia la tarea dehacerl.os salir de las miserables condiciones de vida y detrabajo en la~ que. se encont~aban por todas partes. seencuent,ran afm~aCI?neS que tienen la claridad y la fuer-z~ de ordenes. MIentras el campesino -declaraba Le-n!n-, I?~rm~nezca ligado a su pequeño lote. permanece-ra también ligado a su fatiga enorme y a su miseria in-curable. Le es imposible salir de su miseria por mediode la pe9-ueña economía." Tales son sus palabras.

Las riquezas d~l suelo en los paíse~ ~JUrgueses no per-tenecen alcampesino: ellas son adquiridas y explotadasp.or el. capitalismo. Pero también en el régimen que na-clOnahzo. las tIerr~~, solamente la industrialización agrí-cola. la mt~oduccIc:n. y el uso cada vez más extendidode los medios mecarucos, podían hacer entrar en la es-fera de los terrenos productivos, las amplias zonas incul-tas y aumentar el patrimonio productivo de la colectivi-

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

dad. "Si permanecemos en la pequeña economía agrícola,aún como ciudadanos libres sobre una tierra libre. no rea-lizaremos ningún progreso." Por eso, ya desde los añosmás ruinosos de la guerra civil, Lenin pensaba y elaborabaun plan de electrificación que debía vivificar regiones in-mensas de la nueva Rusia y crear recursos incalculables pa-ra el desenvolvimiento de la industria y de la agricultura.

La explotación de los yacimientos de materias primasen las que el territorio so\'iét~c.o es riquísimo .dará 1<;>5medios necesarios para la creacion de una vasta industriaen manos de la masa proletaria. Y ésta. que había yadirigido y ayudado las poblaciones agrícol;:¡s dur~nte losaños de la guerra civil, y las había sostenido y guiado enel período de la reconstrucción agrícola, conseguirá li-garse todavía más con la masa campcs~na. por la meca-nización de la agricultura. Las pcquenas y pobres em-presas campesinas desaparecerán y serán reemplazadas porla gran empresa colectivizada e industrializada. pe estamanera las relaciones entre el proletariado de la ciudad yde la campaña entrarán en una fase nueva y más inten-sa. porque llegarán a ser verdaderamente relaciones de tra-bajo y de producción. Mientras que en el mundo bur-gués el capitalismo industrial se encuentra en una con-tradicción aguda de intereses con el capitalismo agríco-la. en el mundo soviético. el progreso de la industria yel de la agricultura se unirán en interés de toda la colec-tividad. creando una fuente de prosperidad común e in-extinguible.

EL PLAN QUINQUENAL

Era en torno de estos principios y para llegar a su rea-lización. que se acentuaban las discusiones en las reunio-nes y en la prensa soviética. El XIVQ y XVQ Congresosdel Partido Comunista de la Unión de los SOVIets. en1925 yen 1927, los hicieron objeto de una discusión do-cumentada.

El Estado soviético había constituido un organismopoderoso. el Gossplan, que fijaba con una precisión cíen-

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tífica los alcances de la producción general,cada año, las perspectivas del año siguiente. Pero habíaIlegado la hora de recoger todas las experiencias, los es-tndios y las búsquedas realizadas, los frutos mismos dela evolución alcanzada por las masas proletarias y carn-pesinas.

He aquí la grandiosa obra del Plan Quinquenal, esdecir. del programa preciso y concreto de construccióneconómica y social, que debía ser realizado de 1929 a1933. Este plan no era una deliberación improvisadapor los órganos dirigentes del Estado soviético, sino lacontinuación y la realización lógica de las ideas que lohabían animado en su origen.

Era el resultado de la colaboración real y convencidade todas las fuerzas vivientes del país, intelectuales, obre.ras. campesinas. de las instituciones de base y de los or-ganismos centrales.

¿Qué significan estas palabras? debe preguntarse -mepaeece-i--, el lector. Y comprendo porqué.

En el mundo burgués el obrero no tiene ninguna in-clinación a interesarse por lo que hace el capitalista; queagrande y que mejore su industria o no, le es indiferen-te. Sabe que su suerte no cambiará; y que si cambia se-rá para empeorar. La usina le resulta extranjera. La su-porta. para vivir; pero lo más frecuentemente. la odia.La situación no es más feliz para el campesino, quien, enlos países burgueses. es todavía más miserable. No haceotra cosa más que vigilar. día y noche, su lote de terre-no. que riega con el sudor de su frente, y no consigueprogresar! Todo cuanto el capitalismo agrícola orga-niza y realiza para aumentar su provecho, el campesmolo observa de lejos y lo terne como a enemigo. Tarde otemprano, el egoísmo del capitalista conseguirá devorartambién su tierra.

En, semejante situación comprendo que se debes abrirlos .0Jos bien grandes leyendo que en la Rusia revclucio-nana por el contrario, el Plan Quinquenal, es decir, elproyecto más colosal que se haya hecho jamás para latransformación de un gran país, surgiera de la colabora.

del proletariado de. la ~~a, de los ~ampesin?s másolucionados y de sus mstituctones. ¿Donde habla con-guido la fuerza de elevarse a cálculos que no eran ya

os del miserable salario y del pobre presupuesto de unatXplotación campesina. sino que abrazaban todo el de~-eavolvimíento de la usina y de una gran empresa agn-cola?

La respuesta es simple. La usina no es más extrañapara el obrero, la gran empresa agrícola no lo es para elcampesino. Una y otra les pertenecen.

El obrero soviético pudo comprender rápidamente. queal progreso de la usina correspondía un paralelo mejora-miento de su existensia: se sintió. pues, impulsado a es-tudiar su desenvolvimiento. El campesino que tenía an-te sus ojos el ejemplo de los koljozes y de los sovjozescapaces de extender el cult~vo hasta amplias ~onas anta-ño infecundas, de producir con mas intensidad y conmenos trabajo en comparación a la pequeña empresa. sesentía naturalmente impulsado a hacer suyos los proyec-tos de la industrialización agrícola.

Así, salieron de las usinas proposiciones de amplía-ción de construcciones nuevas y de perfeccionamientos.De los koljozes y de las organizaciones campesinas sur-gieron los proyectos de la transformación de la ca~pa-fía, por medio de máquinas. tractores, abono.s..sanearmen-tos. Las grandes cifras llegaron a ser familiares al tra-ba iador de la usina, y de los campos, como en el mundoburgués lo son al capitalista. quien, ciertamente. no es ~imás inteligente ni más empr~ndedor. Y estas ,gr~ndcs c~~fras correspondiendo a l~ visión del. desenvolvll~l~nto P;l-gantesco que la industna y la agncultura sovicticas de-berían alcanzar, elaboradas, perfeccionadas. armonizadasambas, se tradujeron en el gran Plan Quinquenal del cualun sabio, que debía llegar a ser Comisari? del pueblo.pudo escribir que era la obra nueva y ad~lurablc de todala colectividad regenerada por la Revolución de Oct?~re.

Este Plan se apoya sobre el pivote de una fortísimacolocación de capitales de la que la Uni~'lll d.e ~os So-viets se había ya hecho capaz y que debla rriplicar la

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cifra representada por las colocaciones efectuadas en loscinco años precedentes.

De la suma gigantesca de sesenta y cinco billones derublos. la parte relativa a la industria debía ser cuadru-plicada, pasando de cuatro billones a dieciséis billones;y la parte a colocar en la agricultura debía pasar de trecebillones a más de veintitrés billones de rublos.

Ante todo pues, la industria extractiva para la pro-ducción de las materias primas y la industria eléctrica:en seguida la industria pesada: que debe proporcionar losmedios para la producción. La industria ligera que pro-vee a la consumición debía hacer lugar en primera líneaa la parte mecánica, química, constructiva, etc. De estosmedios de producción proporcionados por la industriapesada, la mayor parte. máquinas, tractores. abonos quí-micos, instalaciones eléctricas, debía ser empleada en lascampañas. Al mismo tiempo, sumas igualmente gigantes-cas debían ser destinadas a obras de saneamiento. de irri-gación. de desmonte, para el aumento del capital zootéc-nico. para la creación de instituciones agrarias, en fin,para agrandar todas las bases de una industrializaciónagrícola sólida y potente.

Por ejemplo, sólo para la mecánica agrícola, el pro-grama del Plan disponía inmediatamente de ciento ochen-ta millones .de rublos para acabar las usinas de Rosrof,para construir otras en Ukrania y para una fábrica demáquinas en Omsk. Pero además de esto. concretaba yfinanciaba el proyecto para la realización de una instala-ción de las famosas usinas Putilof en Leningrado paradas una producción anual de diez mil a veinte mil trac-tores.

Al mismo tiempo el Comité Ejecutivo Central y elConsejo de la Unión, aprobaban la construcción de doscolosos más en el U ral y en Ukrania para tractores dequince. veinte y cincuenta H. P., de manera que en pocomás de dos años, el Estado Soviético debía pasar. encuanto a tractores, casi a la vanguardia de todos los paí-ses del Mundo.

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

EL CAMPESINO MEDIO

Yo estaba lejos de la Unión de los Soviets cuando sepublicó ese Plan, que tiene algo de fantástico en su gran-diosidad, y que desde los cálculos severos de la prepa-ración venía a luz para concretarse en la realidad. Laprensa burguesa de todos los países se vió obligada ahablar del entusiasmo con que las masas obreras y cam-pesinas le acogieron. Moscú, las ciudades industriales, lasusinas, las aldeas, se adornaron de banderas rojas y todala atmósfera pareció entonces inflamada y empurpurada.Naturalmente la misma prensa habiéndose habituado a es-cribir que todo lo que pasa en el mundo soviético es ar-tificial, trató inmediatamente de burlarse de las razonesde este entusiasmo. En cuanto a mí, inmediatamente10 explico al contrario perfectamente.

Yo no hablo del obrero que debía sentirse transporta-do hacia años de vida y de trabajo llenos de atractivos.porque él hubiera sido el primero en ver y gozar de estatransformación industrial que, expandiendo la riquezaen el país debía llevarlo a un nivel superior de prospe-ridad en interés de todos los trabajadores. Hablo delcampesino; e imagino lo que debió pasar en las campañascuando la masa campesina se dió cuenta de que un flujotan potente y tan nuevo de energía iba a e xpandirse enesas inmensas extensiones de tierras incultas, para cam-biar su aspecto y desvanecer su triste recuerdo.

El campesino pobre, es decir, el campesino que veía to-davía su lote de tierra falto de medios para llegar a serproductivo, pese a la ayuda de la cooperación y del Es-tado. y que debía trabajar a menudo como asalariado encasa de otros campesinos para ganar lo indispensable parasu vida, era llevado por esta realidad a desear y envidiarla granja colectiva. Esperaba sólo el momento de poderformar parte de ella. La nueva, pues. del Plan que des-tinaba a la campaña billones de rublos en máquinas. e.ntrabajos de saneamiento, en aumento de capital zooteCll1-

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co, p~ecisamente par~ salir ~l encuentro del deseo y de lanecesidad del campesino mas pobre y conducirlo hacia lagran emJ?resa agrícola. debió haber brillado a sus OJOScon. el mismo ~ncanto que el decreto histórico que nacio-nalizaba las tierras, y las afectaba para su utilizaciónpor todos aquéllo~ que las hubiesen trabajado.

Pero el c~t;1pesln? pobre. no representaba la mayoríade la población agrícola. Diez años después de la Revo-lución de Octubre, gracias a los esfuerzos sobrehumanoscumplidos por el Estado para elevar la suerte de las ma-sas agrícolas •. su más. fuert~ núcleo estaba representadopor el campesino medio, quien, según el Plan, constituíael 60 ro de, la población rural. El campesino medio.sea por el numero. sea por el hecho de que disponía del,a .mayor parte de 10~capitales .mo?iliarios en ganado yu.ttles. sea porque tenia la experiencia de un trabajo con-tinuado de muchos años en su granja, era uno de los ele-~en.tos más interesantes de la campaña para el desenvol-virrnento de l.a colecti.vización. Si no se hubiera gana-do al campesino medIO. pa~~ la id~a de .esta gigantescat~ansformaclon. su realización hubiera Sido casi impo-sible.

He aquí un punto en el que la doctrina y la tácticadel Es~ado So~iético iban a ser puestas a prueba. Elcampesino medio, aún en el régimen capitalista, consti-tuye la masa sobre la que recae toda la atención.. El régimen capitalista que ha dividido una parte de la

tierra y ha formado pequeños agricultores. ha hecho estosobre todo con el objeto de tener un muro de defensac?ntra los asaltos de los campesinos pobres, de los sintierra y de la clase proletaria: Todo. régimen capitalis-ta: aunque explote al campesino medio hasta su últimoaliento, tr~ta c;le tenerlo ligado a su suerte y en sus pro-pla~ orgam~aclones económicas y políticas. Es del cam-pesino medio que saldrá e.l campesino rico. avaro y es-peculador. Pero la. mentalidad que el régimen capitalis-ta ~,a formado :U1dadosamente en el campesino medio.hacle.ndolo extrano y hostil al campesino pobre y al proletario, lo mantuvo y lo mantiene todavía casi en tedas

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partes ligado y esclavizado al gran propietario y al cam-pesino rico, aunque lo marquen en carne viva cen la ga-rra de su rapacidad.

Naturalmente toda la línea política del Estado Sovié-tico va en sentido contrario a la táctica seguida por elrégimen capitalista. Mientras que se formaba y se mul-tiplicaba el campesino medio, es decir. el que vive de sugranja trabajada sobre todo por sí mismo y por su pro-pia familia, se desenvolvía también en una medida siem-pre creciente la directiva polít~ca qu~ debía separar a~ cam-pesino del kulak y que debla rápidamente aprOXImarloy unirlo a la masa de los ~~mpeslnos me~lOs puest,?scomo dirigentes en la cooperación y en los SOVIets. Esta l~-gazón debía hacer más difícil y casi imposible al carnpesi-no medio la cristalización de una mentalidad hostil alcampesino pobre. y debía formar con unos y con otrosuna masa dispuesta y pronta a seguir la obra del Estadocon simpatía Y entusiasmo. Con su gran sabiduría Le-nin había dicho: "Diez o veinte años de relaciones jus-tas con los campesinos, y la victoria está asegurada ... "U n poco más de diez años bastaron para demostrar enla Unión de los Soviets que estas justas relaciones. a tra-vés de dificultades y de peligros inexpresables habíansido admirablemente realizadas. Quienes fueron de opi-nión contraria, habían previsto que los campesinos me-dios, es decir, la mayoría de la población agrícola, debíanser hostiles a la realización del Plan que proyectaba laliquidación de la pequeña empresa rural. Por el contrarioel campesino medio la acogió con una convicción y unentusiasmo no menos grandes que los del campesmo po-bre.

Su preparación y su madurez se había? efecruado ca~iimperceptiblemente. De las dos tendenClas del campesi-no, o para servirse de la neta expresión de Lenin de "lasdos almas" que hay en él, - la de propietatÍ? que 10retiene atado a un magro lote de terreno al precio de to-dos los sacrificios y que lo vuelve avaro, especulador ytraficante; y la de trabajador por la que se ve impulsadoa orientarse hacia las luchas y las conquistas del proleta-

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riado--, la obra del Estado Soviético había concentradot?dos sus esfuerzos para el desenvolvimiento de esta úl-tima, ~on la sabia perseverancia del herrero que forja elmetal incandescente.

Es por ello que en las regiones más avanzadas desdeel punto de ~ista de .la técnica y de la organización, talescom?, Ukrania, el bajo y medio Valga, el Norte caucásico,par~lo de los campesinos medios, al anuncio del PlanQum9ue~,al, el impulso más fuerte para proceder a laconstitución de nuevos koljozes, especialmente bajo la for-ma de "art~l,es"" ~n f,orma de preparar las grandes empresaspara la, utlhz~clOn inmediata de los medios que el Planles habla destinado.

Así se _explica porqué, mientras que la estadística delas p~quenas empresas agrícolas, unidas en asociacionescolectivas es de 286.000 en 1927 y se eleva a 590.000e~~1928, después del anuncio del Plan y de la repercu-sion profunda y vast~ que tuvo entre los campesinos po-bres y medl<;>s,el numer~ de las empresas individualesque se f,undleron en koljozes se haya inmediatamentequintuplicado y haya subido a dos millones ciento trein-ta mil.

Con el pasaje del campesino medio a la colectivizaciónde las ,cat;npañas s~)Viéticas, comenzaba, pues, un grana~O?teclmlento social. El campesino medio, presa co-diciada pO,r e~ kulak y el gran propietario en los regí-menes capltah~tas, se ligó en la más íntima solidaridadco~ el campesino pobre y se enroló en el Estado prole-tan? Se preparaba a abandonar su lote de tierra y su'>capitales para transmitirlos y fundirlos en la gran em-pre~a en la que debía asociar su trabajo al de los carn-pesm~s menos dotados para aprovechar con ellos de lasventajas de la empresa industrializada, potentementeapoyada por el, E~tado. Iba, pues, a llegar a ser una del~s, pal,apcas mas importantes para el éxito de la calec-nvización.

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LA LUCHA CONTRA EL KULAKISMO

Se debe prestar una gran atención a este hecho, por-que el campesino que vive en las nieblas de un mundoagrícola completamente diferente, donde comienza apc-nas a formarse en el campesinado medio, bajo la presiónde la miseria, la conciencia de que su deber y su verda-dero interés están en solidarizarse con las masas de lescampesinos pobres contra los grandes propietarios ycontra los kulaks, no podrá comprender totalmente Joque pasa en la nueva Rusia hacia la segunda mitad de1929, y en los primeros meses del año siguiente. Ade-más la prensa burguesa trató de dar solamente un ecoalterado y falso de esta página de historia. Son los me-ses largos y ásperos de la lucha, de una lucha cruel amenudo feroz y sangrienta, que los kulaks entablaronen los campos soviéticos y a la que respondió una ac-ción vasta y enérgica que, en algunas regiones donde lacolectivización se había extendido ampliamente debíallevar a la liquidación total de esta clase de campesinosenriquecidos.(La conducta del campesino medio, favorable y deci-dida a la colectivización, aisló definitivamente al ku-lak, Este último entrevió su fin próximo por unarazón evidente de orden técnico: no se podía constituirla gran empresa agrícola sobre el tipo del "artel", aso-ciando las granjas de muchos campesinos para formar elplan de una empresa industrializada, si se dejaban vivirentre ellos las granjas de los kulaks. Además el ele-mento de explotación en los empréstitos, el comercio, eltrabajo, hubiera escapado siempre al kulak. Pero esteespeculador sórdido, que había obrado emboscadamf'n-te, deslizándose entre las leyes que 10 herían, no se re-signó a su destino, a su castigo, Tentó la ofensiva 'flas instituciones cooperativas. Los koljozes que para élrepresentaban la trinchera enemiga, fueron su blanco.

Durante mi estada en las aldeas soviéticas en el es-

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tío de 1930. me enteré directamente por los pacolectivizados de cómo el kulak había sido feroz y e'!'sivo contra ellos. cuando en grupos. aún los campMinosmedios se dirigían entusiastas hacia la colectiviza •El kulak quemó sus casas; envenenó las aguas para ~tar el ganado; atacó a los dirigentes del movimientocolectivista yendo hasta el asesinato.

••iExageraciones. invenciones!" Con estas palabrMila prensa anti-soviética acompañaba su crónica, siemprealterada, de los episodios. Pero estoy seguro de estar ~lo cierto cuando afirmo que, si yo no hubiera sabido deboca misma de los campesinos la verdad de los heches,probando el encarnizamiento bestial con el que los ku-laks respondieron a la propagación en los campos de laidea colectivista, 10 hubiera comprendido igual. Me bu-biera asombrado de que hubiera sido de otro modo. Por-que yo lo he visto en mi país, 10 he constatado en loscampos donde con los campesinos pobres y los asalaria-dos yo he luchado contra el fascismo; el ser más vil ymás violento de la lucha fascista, ha sido precisamente elcampesino enriquecido.

Este miserable se complacía en herir, en asesinar, endestruir las instituciones de la cooperación campesiaa:en herir a los dirigentes en sus intereses, en su existencia.El elemento más criminal de las bandas fascistas, que elgran propietario y el gran industrial subvencionaban conla protección del Estado, estaba formado por esté: burgae-sía rural. venida de la capa campesina, y crecida en ri-queza y en potencia solamente por la explotación del tra-bajo ajeno, por el fraude, por la usura.

La prensa capitalista. como siempre, también en mipaís negaba las hazañas de estos miserables y ocultabala responsabilidad de tantos crímenes contra las pobla-ciones pobres de la campaña; de igual modo ella acusóal Estado soviético de exagerar el alcance de la resistenciay de la lucha de los kulaks contra la colectivización. parasacar de ello pretexto de medidas radicales que los hirie-ran y liquidaran para siempre. Y estos diarios burgue-

ses entonaron lan¡enttciones lacrimosas contra 13 pcrse-cución bolcheviqui. Sobre este punto también es muy di-fere!\te.

El Estado soviético ha procedido por etapas y progre-sivamente en su lucha contra el kulakismo: de la com-prensión y del rechazo hasta su liquidación como clase.Aún después del anun~io del Plan: cuando en lo~ cam-pos se desenvolvía un intenso movimiento campesino fa-vorable a la colectivización, no abandonó su idea deapretar, de restringir cada vez más la esfera de ~c~ióny de influencia del kulak, sin pasar por esto a medidasde orden administrativo y político, que tendieran a des-truir bruscamente esta clase de parásitos y de enemigos.El kulak debía ser definitivamente vencido cuando la co-lectivización hubiera alcanzado la fuerza y la amplitudnecesarias para eliminarlo. sin ningún peligro para el ci-elo de la producción agrícola. _

El Estado soviético no obra por impulso de vengan-za, sino según las exigencias del interés colectivo.

DOS LEYES DE 1929

Hay dos leyes de la primera mitad de 1929, que, a es-ti! propósito merecen ser conocidas. Una de ellas esta-bleció quié era verdaderamente el kulak: esto coo; e~ cb-jeto evidente de impedir que los organismos admm~tra-tivos y agrícolas especialmente en las aldeas. pudl~rancaer en el error de considerar como kulaks a campesmosque no lo fueran.

En los países de la Europa occidental~ donde ,e~ pro-greso agrícola ha hecho poslble, el CUl~lVOfamiliar deveinte o treinta hectáreas con sistema intensivo, se hat tendido la convicción de que en la nueva Rusia lascaracterísticas determinantes de si un campesino pertenc-cia o no a la categoría de los kulaks era precisamentela extensión de terreno de que disponía y el capital em-pleado en su granja. Esta falsa convicción es al~ntadatodavía hoy por la prensa burguesa. a fin de excitar laaversión <le los campesinos menos pobres contra la ex,

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periencia colectivista de las campañas s,?,:iétj~as. ~o. Conmucha discreción un decreto del Comité Ejecutivo .C~n.tral de mayo de 1929, fijaba en tér!ll~nos ,muy distin-tos las características que debían distinguir al kulak.Ellas no atacan a ninguna familia campesina por~ue seaacomodada y sólida en su economía, sino que hieren alkulakismo por una razón bien diferente y de naturalezaprofundamente moral y so:ial. , .

(El kulak es aquél que qUle~e v1v~r explotando const<1,n-temente el trabajo y la fatiga aJ,enas. La ley co~cr, ~adesde un principio tres circunstancias que s~ponen, mev~tablemente esta explotación por el .c.ampes~no ;nr~quecl-do. Quedan indicadas: P?r la P?SeSlOn de mst.:hac1ones. einstrumentos para una industria ac:esona, como moli-nos, fabricación de conservas, de acelt~, etc.; por la po-sesión de máquinas agrícolas que alquila a o.t~os campe-sinos mediante cierto interés; por la poses1on, de tonagranja provista' de un número de locales superior a susnecesidades, de manera que puede ceder una parte ~n .l?-cación mediante el pago de un alquiler. Esta enunciacionde la ley soviética es taxativa; pero es claro que S? V310rconsiste en que pone de manifiesto que el campesino en-riquecido, en cada uno de estos casos, trata de ~~~ar fue-ra de su trabajo, y especulando sobre el sacrificio y lalabor de otro) '. •

He aquí 10 que caracteriza al ~ulak1smo, y 10 que elcampesino trabajador de cada pais debe rec<;Jnocer co~oalgo mortal que se en~o.sca en to~n,? de s';l V1d~}.angran-dala y tornándola estéril. U na última d1S1?oSlt.lOnde laley soviética, pone todavía más al descubierto es~a n~-turaleza parasitaria y venenosa del campesino enriqueci-do. Ella definió, sin más, como una empresa. de kulak,aquélla cuyos miembros practiquen el comercio, la usa-ra, o bien tengan otras rentas que no pr?ven~an de IiU

trabajo. En este número e~tán comprendidos igualmen-te, los ministros de cualquier cult<;>.. A este respecto, esnecesario recordar que aun los mm 1Stros del culto pv-dían ser incluídos en las asignaciones de tierra, una vezsatisfechas las demandas de los campesinos. En efecto'

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en casi todas las aldeas el pope tenía terreno para culti-var; pero esto le sirvió en la mayoría de los casos parasolídarizarse con el kulakismo, cuya suerte hubiera dcbi-do seguir.

Mientras que por medio de esta ley el Estado sovié-tico intervenía para evitar en los campos el peligro deque se considerara como kulaks a quienes no tenían ni suscaracterísticas ni sus defectos, por otra ley sometía a unaúltima prueba el "alma" de especulador del campesinoenriquecido. He indicado ya cómo desde el comienzo de la too-NEP. severas disposiciones habían sido tomadas para im-pedir los abusos en los casos de locación y de contrato demano de obra asalariada, tolerados por el Código Agra-rio de 1922. Estas disposiciones llegaron a ser cada vezmás severas contra los kulaks, para quienes, por el Có-digo de 1928, el arrendamiento eventual de la tierra es-taba sancionado por su confiscación inmediata. Sin em-bargo, el kulak podía aún contratar mano de obra asa-lariada.

Una ley del mes de febrero de 1929, trataba de medirhasta qué punto podía llegar el campesino enriquecido,ya sujeto por fuertes impuestos, ya eliminado de todaventaja de la cooperación, y pese a todo, resiste aúny tenaz en su actividad de explotador. Esta ley le permi-tía aún contrat mano de obra asalariada, pero le sometíaa tales cargas y a condiciones tan severas, que aún sin sa-lir de la esfera de la justicia, este contrato era casi im-posible.

Para el kulak el campesino asalariado contratado debíaser considerado como el obrero, y sus salarios, horas detrabajo, seguros sociales, vacaciones, indemniza CLOnes,re-glamentados exactamente según el Código del Trabajo.La ley dice: "Los kulaks practican una industria. debenpues, responder del campesino que trabaja para ellos, co-~o el Estado Soviético responde de los obreros de lasl11dustrías del Estado." Ley orgánica; ley muy moral,que penetró como las banderillas del torero en el cuerodel animal, convertido ya en feroz a la vista de la ban-

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dera roja. El kulak, con todos sus aliados y especialmen-te el pope, había leído en esas dos leyes que le herí.an ylo aniquilaban su sentencia de muerte. y como el animal,apuntó los cuernos para una lucha final desesperada.

LA EVICCION DEL KULAK

Algunos meses después, el Estado soviético se veía obli-gado a lanzar un decreto "para ayudar a las personas ya las empresas que habían sido objeto de la violencia delos kulaks", Es el documento que proclama la verdadsobre esta etapa de la gran batalla de las poblacionesagrícolas de la Rusia soviética para libertar sus camposde los detritus del capitalismo agrario y hacerlos entrar enla nueva era de la colectivización.

En esta fase, el Estado no había intervenido todavíacon toda la potencia y con toda la fuerza de su autorr-dad. Perseverando en la justeza de su directiva, desde elanuncio del Plan Quinquenal había multiplicado sus es-fuerzos a fin de que su realización en el dominio agríco-la e industrial fuera completa; a fin de que los cálculosmismos del Plan, aunque gigantescos, fueran sobrepasa-dos. Las masas obreras, juntamente con las masas carn-pesinas, habían ayudado la obra del Estado con una 1'1-sión y un impulso indomables.

Los resultados de los años 1928-29 y 1930, consi-guieron en conjunto sobrepasar todas las J?reyisiones. Lacolocación de capitales en el renglón socializado ~e laeconomía soviética, comprendiendo en él los capitalescolocados en los sovjozes y en los koljozes, que se ha-bía previsto como de 1~, 6 billones de rubl~~, subían porel contrario, a 13,8 billones. La producCl~:>nen .brutode la industria comprendida en el Plan, (industria po;:-sada e industria ligera), planeada en 29,5 billones. su-bía ella también a 30,5 billones de rublos. Toda la parteagrícola máquinas, abonos, semillas, ganado, sobrepa-saba co~siderablemente toda perspectiva. Por ello la su-perficie sembrada que había sido calculada para esos dc:saños en 239 millones de hectáreas, pasaba a 245,8 mi-

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

llenes: y la producción de cereales de 222,2 millones dequintales a 267,3 millones. En algunas regiones produc-oras de trigo donde se habían concentrado más la aren-

cíón y el trabajo de los organismos del Estado, y de lasmasas campesinas para resolver el gran problema del pan,paralelamente a ese flujo de fuerzas financieras y mecá-nicas, desbordaba el de los campesinos pobres y medios enmarcha hacia la colectivización. La hora histórica de laliquidación del kulak como clase iba bien pronto a sonar.

A las masas campesinas que la habían preparado, ha-ciendo frente al ataque de los kulaks y rechazando susasaltos al precio de su sangre, la ley soviética del 16 denoviembre de 1929 daba el testimonio de la solidaridadconcreta y generosa del Estado proletario. He aquí el ar-tículo 1Q: "En caso de mutilación y de muerte causadaspor la violencia de los kulaks, las víctimas y sus fami-lias serán protegidas de esta manera: si la víctima esrr-ha asegurada en seguros sociales, la caja acordará la pen-sión más considerable; si la víctima no estaba asegurada,la pensión será acordada bajo forma de asistencia socialen las mismas medidas superiores ya reconocidas a quiencombate a los contrarrevolucionarios."

Otros artículos garantizaban la protección absolutapara los hijos de los mutilados o asesinados por los ku-laks, y todos los privilegios de asistencia a las escuelasprimarias. a los institutos técnicos y universitarios. El ar-tículo 79, dice: "Si los kulaks han dañado o destruídolos bienes de una empresa colectiva, o de una persona queha luchado contra la clase de los kulaks, los "Sosstrakh"(seguros del Estado), los indemnizará enteramente desus pérdidas".

La ley del 16 de noviembre de 192 9, tiene diez arotículos, vibrantes de la pasión con que Lenin escribía lasdisposiciones del Estado para socorrer a las víctimas dela guerra civil. En el texto mismo de los artículos se re-cuerda la resistencia y el heroísmo desplegados en esosaños trágicos por las masas obreras y campesinas. La ha-talla contra el kulak no fué, en efecto, más que un ccm-plemento.

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Algunos meses después de la publicación de la ley pa-ra el sostén de las víctimas del kulakismo, un decretodel Estado venía a coronarla. Por este último el Estadoabandonaba la línea política de rechazo, es decir, de pre-sión continua contra el kulak, que había durado años,para tomar la responsabilidad política de la liq uidacióndefinitiva de esta clase pérfidamente enemiga a partir delas regiones donde la colectivización había congregadotal mayoría de la población agrícola que se la podía con-siderar como total. Es el decreto del mes de febrero de f-1930 el que trata precisamente de las medidas aptas pa-ra la consolidación de la construcción socialista en lasregiones totalmente colectivizadas, y de la lucha contralos kulaks. Los dos términos se conservan ligados, por-que ambos se integran.

El decreto. breve y claro, es verdaderamente histórico.Anula la ley que había permitido y tolerado el contratarmano de obra asalariada, y fija la regla absoluta de queen las regiones de sistema agrícola colectivista toda loca-ción de tierra y contrato de mano de obra son abolidaspara siempre. Además da plenos poderes a las autorida-des locales de estas regiones colectivizadas a fin de que to-men todas las disposiciones necesarias para la liquidacióndefinitiva de los kulaks comprendida en esto la confis-cación total de sus bienes y su expulsión de la región.

El Estado soviético afirmaba de esta manera que hablallegado el momento en el que, por todas partes, dondelas masas campesinas hubieran continuado su desenvol-vimiento hasta pasar compactas y decididas a la forma su-perior, del punto de vista social y técnico, de la agricul-tura colectivizada, se cumplía el más grande paso ade-lante dado desde la Revolución de Octubre. El Estado so-viético colocaba entre sus tareas principales la de alejarde esas tierras hasta el más lejano recuerdo del someti-miento del campesino a la dominación y a la opresióndel capitalista. Los ojos del campesino colectivista de-bían posar allí su mirada amplia y serena como en elalba tranquila de una primavera soleada.

Así la verdad de esta última fase de la batalla contra

los reductos del capitalismo agrario, en una parte tan ex-tensa de las campañas soviéticas, no fué y no podía serverídica mente reflejada por la prensa burguesa. Esta seescandalizó de las disposiciones tomadas por Moscú queconfiscaban los bienes de los kulaks y deportaban tam-bién muchos miles de ellos a las tierras más lejanas, don-de para vivir deberían trabajar como todos lOS demáscampesinos. Esta conducta legítima y generosa del Es-tado soviético hacia adversarios implacables de las ma-sas obreras y campesinas, contra las cuales 1".0 habíanvacilado en desatar una lucha sangrienta, fué pintadacon los colores más feroces de la tiranía y de la perse-cución.

Nadie se escandalizó en la prensa capitalista del nú-mero mucho más considerable de campesinos a quienesel hambre y la miseria, provocados por la opresión delrégimen político de su país, obligaban a emigrar de susaldeas, para buscar un abrigo y un refugio en otra tie-rra, casi siempre avara y madrastra. Y mientras que esla crónica del día, de hoy mismo, de cada hora, el terrorpor medio del cual se responde a la miseria qUE'no pidemás que trabajo y pan a gobiernos representantes de laviolencia, todo este terror, el más fanático y el más cruel,se le encontró en la Rusia de la colectivización, en esasjornadas en que las campañas se depuraban de los ele-mentos que Lenin había justamente definido como "losexplotadores más brutales y más feroces".

EL OCTUBRE DE LOS CAMPESINOS COLECTIVISTAS

Durante mi estada del estío de 1930, me proponíatratar de conocer la verdad sobre la lucha que se desarro-lló especialmente en las regiones totalmente colectiviza-das. ¿Por qué medios y por qué métodos se había efec-tuado la confiscación de los bienes de los kulaks? ¿Engeneral, cuál había sido su suerte? En muchas aldeas heexaminado, en el Soviet local, documentos sobre la li-quidación de esta clase de campesinos enriquecidos. Re-sumo el resultado de estas búsquedas con el recuerdo bien

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preciso de lo que supe en Nova-Alexandrovka, una en-cantadora aldea de Ukrania que, como lo indica su nom-bre, había sido enteramente reconstruída, y' donde casila totalidad de la población rural se hallaba englobadaen el koljoz.

Este artel, que se había dado el nombre simbólicode "Faro", había unido muchos centenares de economíasindividuales de campesinos pobres y medios. Todos suscapitales muebles, útiles, animales de trabajo, habían si-do colectivizados. El desenvolvimiento de la empresa.sea en el abono de-las tierras incultas, sea en la intensifi-cación de los cultivos, se desplegaba con un ritmo de másen más acelerado, entre la armonía fecunda de todos loscampesinos. Fuera del artel quedaban, primeramente enuna hostilidad sombría y oculta, en seguida en una acti-vidad abierta y peligrosa, treinta y dos empresas de ku-laks, que habían ejercido los años precedentes, sobre mu-chos de los campesinos de la aldea, una influencia sórdi-da, ligándolos a ellos por el pequeño préstamo usurarioy el trabajo asalariado.

Cuando fueron conocidas las directivas del Gobiernosoviético, de comenzar la liquidación del kulakismo, loscampesinos de la Sociedad se reunieron, examinaron lasituación de cada uno de sus kulaks y su obra, y deci-dieron proponer al Soviet la confiscación tot ••1 e inme-diata de las 32 empresas, dejándole el cuidado de decidiracerca de la suerte de los expropiadores. El Soviet con vo-có a todos los electores de la aldea, y la proposición de laSociedad fué aceptada por unanimidad. Además de esto,se decidió no expulsar a los kulaks de los alrededores, si-no concederles una hectárea de tierra por cada cultivador.hectárea separada y alejada de las tierras del koljoz a finde que el kulak ensayara vivir de su propio trabajo. Seeligió una comisión para que ejecutara esta decisión; yal día siguiente, casi solemnemente, toda la población sedirigía hacia las granjas que serían confiscadas para to-mar posesión de ellas y transmitir todos los bienes de loskulaks al artel.

Uno de los jefes de éste, un campesino medio. con-

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cluía su relato diciéndome: "Hace mucho que esperába-mos esta hora! El kulak nos recordaba constantementecon su figura y su obra dañinas, a ese gran propietarioque la Revolución de Octubre hizo desaparecer para siem-pre. El también debía desaparecer como clase de explo-tadores y de enemigos. Su liquidación es el Octubre delos campesinos colectivistas".

iOctubre colectivista! He aquí dos palabras que 10explican todo. Ellas no ocultan sino por el contrario,muestran, que este movimiento de masas agrícolas nopodía únicamente mecanizarse en la ejecución de las dis-posiciones administrativas tomadas por los organismoscompetentes del Estado, puesto que surgió naturalmen-te de los cimientos del alma popular, y traducía la pasióny el ardor, la impetuosidad inevitable y el odio ccnte-nido durante largos años. Quien conoce las agitacionesde las poblaciones rurales en los momentos culminantesde su fiebre, puede comprender bien y explicar 10 que fuéesta fase de la batalla campesina soviética contra el kula-kismo.

Pero yo quiero decir aquí otra cosa. Pude constatartambién interrogándolos y discutiendo sobre este hechocon los campesinos soviéticos, que otro elemento obrabasobre su pasión y los impulsaba a la lucha. Ellos se ha-bían dado cuenta de que el kulakisrno, contra el malse dirigían todos, tenía aliados potentes, tenía todas lasfuerzas del capitalismo que del otro lado de la fronterasoviética se solidarizaba con él.

El comienzo de la liquidación del kulak como clasecoincidía en efecto, con una gran ofensiva que el mundoburgués reemprendía contra la Unión de los Sovietsencendiendo de nuevo el fuego de la guerra. La Iglesiade Roma comenzaba su "cruzada" denunciando las per-secuciones y la tiranía del régimen soviético, fingiendoignorar que el pope deportado no era el ministro delculto castigado por su función religiosa. sino el sosténde los kulaks y a menudo su agitador que acababa deser eliminado de las campañas inflamadas por una vida

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nueva. Al mismo tiempo comenzaba la campaña de laburguesía agraria. temblando entre los torbellinos deuna crisis irremediable. y acusando al Estado soviéticocomo culpable de lanzar sobre el mercado europeo gran-des cantidades de trigo por debajo de su precio de re-venta. causando así la caída de un producto de seme-jante importancia; mientras que se sabe muy bien quela Unión soviética exportaba en 1929-30 una canti-dad de trigo inferior en un tercio a la de los últimosaños de ante-guerra y que la caída de los precios en elmercado mundial del trigo. estaba ya muy avanzadaantes del recomienzo de la exportación del trigo soviéti-co. Desde los contrarrevolucionarios blancos hasta laSegunda Internacional, todo el ejército enemigo de laRevolución de Octubre marchaba inventando una cró-nica de "trabajo forzado" en las fábricas y en las tierrasdonde el obrero y el campesino eran y son los árbitrosabsolutos de su trabajo. Era la reofensiva encarnizadaferoz, de la preparación de la guerra, para quebrar laUnión en su arranque de progresiva y victoriosa cons-trucción económica y social.

En las campañas soviéticas no se ignoraba esto.Vibraba en el aire el eco potente de esta intensa prepa-ración de la guerra. El kulak al mismo tiempo que su-fría los golpes que le expropiaban sus bienes y lo aplas-taban como clase. respondía cínicamente a los campe-sinos colectivizados que la hora de su revancha estabapróxima. Me era casi imposible plantear una cuestióna esos campesinos sin que se me interrumpiera para pre-guntarme: "Qué piensa V. de la "cruzada" del Vatica-no contra nuestro país"? "¿ Cree V. que el mundo im-perialista desencadenará la guerra para derribarnos yaplastarnos? ••

El campesino colectivista no se engañaba al ligar laofensiva armada con la que le amenazaban las fuerzascoaligadas del capitalismo. a la obra que estaba cum-pliendo en sus tierras. Debía librarlas del último ymás tenaz aliado del capitalismo, a fin de qUGellas pu-dieran transformarse y fecundarse seguramente al rit-

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mo de la colectivización. ¿Por qué. pues, asombrarsede que tratara al kulak como a enemigo? ¿Si en la pasiónde su defensa. no ha hecho sutilezas alrededor de lostérminos dé la ley para aniquilarlo? ¿Si empujado porla necesidad de responder a esta ofensiva del mundoantisoviético por una marcha vehemente de las masashacia la colectivización. arrastró también a ella a ele-mentos no preparados. olvidando así las directivas delEstado?

TRES DOCUMENTOSI

Yo no me detendría sobre este último punto. de '1'1fluctuación de muchos miles de granjas individuales quehacia el fin de 1929 y en los primeros meses del añosiguiente, entraron en los koljozes y salieron de ellos. sieste hecho no me proporcionara la ocasión de hacer unaobservación que me parece importante. No existe en elmundo entero un sólo régimen. un sólo país, dondecada acción quede sometida con tanta dureza. al análi-sis y a la crítica abierta e implacable. La prensa bur-guesa repitiendo a menudo que se oculta y se sustrae alconocimiento público lo que pasa en la Unión Sovié-tica. afirma exactamente lo contrario de la verdad. Laauto-crítica. es decir, el examen de todo acontecimientoen relación con la actividad de cada uno y las faltaseventualmente cometidas. está inculcada en la vida sovié-tica como el elemento principal de su propio perfec-cionamiento. Y se la practica en gran escala, de altoa abajo; implacable y siempre saludable.

Sobre las faltas y las desviaciones sobrevenidas eneste grandioso movimiento de la campaña. que debíaconsolides la gran conquista de la colectivización. haytres documentos de tal claridad que toda especulaciónimaginativa del mundo burgués a este respecto quedadesvanecida como una sombra.

El primero es el famoso articulo de Stalin. aparecidoen ~arzo de 1930. y cuyo título es máxima mente ex-presrvo: "Nuestros éxitos se nos han subido a la cabe-

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za". El sucesor de Lenin no se preocupaba de respon-der a las mentiras burguesas, sino de consolidar la con-quista de la colectivización atrayendo a ella cada vezmás el espíritu y la simpatía del campesinado. Consta-taba que ya en el comienzo de esa primavera, el 50 rode las economías individuales habían pasado a la for-ma de gestión colectiva, realizando las previsiones delPlan Quinquenal en la medida de 200 ro.

Constataba que este hecho se acompañaba de otromucho más significativo, es decir, que para las siem-bras de primavera, las granjas colectivizadas habían yautilizado una cantidad de 220 millones de "puds";perspectiva segura de un cultivo y de una producciónnunca alcanzadas hasta entonces. Este resultado con-creto no tenía necesidad de las "exageraciones Que se ha-bían verificado como consecuencia del éxito mismo quese obtenía de una manera relativamente fácil y por asídecir, inesperada".

y es para reparar esas "exageraciones" que intervieneel Comité Central del Partido Comunista de la UniónSoviética, ordenando a todas las organizaciones del par-tido respetar de la manera más rigurosa esos principios.Los koljozes no pueden ser fuertes y vivientes más quesi se constituyen por la libre y formal voluntad de todossus miembros. Los koljozes que se hubieran improvisadosin respetar esta regla absoluta, debían ser consideradoscomo no constituídos. Así debían inmediatamente repa-rarse las faltas cometidas allí donde la lucha contra loskulaks se había extendido hasta comprender tambiéna los campesinos medios, o hasta atacar los sentimientosreligiosos todavía extendidos entre las poblaciones agcí-colas.

Conviene reproducir textualmente la NQ 7 de estas dis-posiciones: "Se debe poner término enérgicamente al mé-todo de cerrar las iglesias bajo pretexto de que tal es eldeseo efectivo y voluntario de la población. No se debeautorizar el cierre de ninguna iglesia más que en el casoen que el deseo real de la mayoría aplastante de la masase haya expresado por una decisión de la asamblea gene-

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ral de los campesinos y después de la ratificación. de estadecisión por el Comité Ejecutivo regional. Todos aqué-llos que se hayan hecho culpables en tal circunstancia deultrajes a los sentimientos religiosos de los campesinosY: de las campesinas, serán severamente castigados".

Pero el documento que a mi juicio contiene en su sín-tesis un valor que sobrepasa la contingencia y que al-canza una importancia histórica, es la respuesta de Sta-lin a una serie de cuestiones que le habían planteado di-rectamente numerosos miembros de los koljczes. Estedocumento debería ser reproducido integralmente. Esuna serie de preceptos que tendrán fuerza y valor maña-na, como siempre, en los países de la Europa occidental ypor todas partes donde la Revolución haya instaurado elEstado proletario y donde los campesinos quieran suce-sivamente pasar a la vida nueva y fecunda del cultivocolectivo.

Reproduzco algunos de estos preceptos. "El empleode la violencia que es útil y necesario contra nuestros ene-migos de clase, es inadmisible y nefasto cuando se tratadel campesino medio que es nuestro aliado." "El leni-nismo nos enseña que es preciso conducir al campesinohacia la colectivización, dejándole libre de decidirse y depersuadirse de las ventajas que la economía colectiviza-da tiene sobre la economía individual." "Es inadmisibleen la edificación de los koljozes pasar de golpe a formasque no corresponden todavía al movimiento y a la pre-paración de las masas. .. La forma principal de colec-tivización es el artel, es decir, la cooperación agrícolade producción. . . La creación y la dirección de las co-munas son complicadas y difíciles. Las grandes comu-nas no pueden existir y desenvolverse si no disponen decuadros experimentados y de dirigentes probados." "Loserrores que se cometen en el movimiento de colectiviza-ción son muy dañosos porque crean un desacuerdo conlos campesino medios, y, desorganizando los campesi-nos pobres de la aldea, suscitan la confusión en nuestrasfilas, el debilitamiento de nuestro trabajo y la restaura-ción del kulakismo",

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En fin, extraigo este precepto: "En la edificación so-cialista de las campañas, no es posible adelantarse jamásal movimiento de las masas, ni separarse de ellas, sinomarchar con ella y conducirlas atrayéndolas a nuestrasconsignas y haciendo de manera que se persuadan de sujusteza por su propia experiencia".

Son, lo repito, máximas que deberán ser bien meditadas y seguidas en todos los países donde los campesinosaspiren a su Octubre. La historia de la colectivizaciónsoviética es también a causa de esto una gran historia.Es del fuego de esta experiencia que salen purificadas yseguras las líneas del porvenir para todos los campesi-nos del mundo.

EL XV19 CONGRESO

Como la Revolución de Octubre tuvo su adivinadory su artesano en Lenin, así la colectivización se liga enadelante históricamente a otro nombre: Stalin. Siguien-do la actividad de este hombre en los años ásperos yatormentados que llevaron a la gran conquista de 1930.se debe reconocer que él tenía verdaderamente en sí lasraíces y las savias profundas de ese mundo regenerado.Yo no puedo releer estas páginas de la historia de la co-lectivización, sin que mi pensamiento revea la epop'.?yatolstoiana que es todo el esfuerzo de un mundo tendidoen la búsqueda ansiosa de la felicidad. Solamente el hom-bre y el caballo de "Amo y criado" perecían en la nochetodavía muy negra, por no haber encontrado el caminoalejado nada más que cien metros, y por haber abandona-do el albergue que se encontraba a una media versta. Des-de la Revolución de Octubre este signo constante del ca-mino que lleva a cada victoria parece cada vez más claroy luminoso. El ha marcado una doctrina; y nadie másque Stalin ha sido de ella el intérprete, ejecutor y ani-mador.

Así la gran idea de abrir a millones y millones de tra-bajadores de la tierra la era del socialismo, llegó a ser

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

una realidad para la Unión de los Soviets y para el nor-venir de la humanidad. Y un Congreso solemne, el XVIQCongreso del Partido Comunista, podía, en el verano de1930, celebrar en Moscú sobre la base de la conquistacumplida; este gran acontecimiento.

Esta asamblea que reunía los mejores elementos sovié-ticos, fué seguida por el mundo capitalista con una an-siedad particular. Miope y perverso en sus cálculos, estemundo esperaba que en el Congreso se elevarían vocesde crítica y de oposición eficaces contra la transforma-ción gigantesca que se cumplía en las campañas de losSoviets. Por el contrario, el Congreso estuvo lleno deconstataciones favorables y decisivas, que tenían la exal-tación de la victoria alcanzada.

El Plan Quinquenal después de dos años apenas, de-bía ser revisado, porque los resultados previstos en casitodas las ramas de la producción acababan de ser amplia-mente sobrepasados. Los obreros se habían propuesto al-canzar en cuatro años las perspectivas cuya realizaciónestaba prevista en cinco años. El entusiasmo y el arranqueen el desarrollo de la industria pesada apo vados por lossacrificios que el Estado pedía a todo el pueblo para po-der adquirir en el extranjero una parte importante de loque necesitaba la industrialización agrícola, eran para-lelos a la irrupción de las economías individuales en lasfilas de las empresas colectivizadas. La fusión de todosesos elementos se traducía en cifras elocuentes.

La producción agrícola en 1930 se presentaba con laperspectiva de una cosecha de cereales de casi 88 millonesde toneladas, es decir, casi 22 ro más que el año prece-dente. Así mismo, la cosecha del algodón subía de 8,6millones en 1929, a 13,5 millones de quintales en elaño de la colectivización y la de las remolachas de azú-car de 62,5 millones a 151,7 millones de toneladas. Eranhechos de una fuerza indiscutible.

Por otra parte el Comisariato de Agricultura, es decir,el dirigente de un Comisariato que se habla constituidoprecisamente en 19 O para unificar el movimiento agrí-cola y campesino de todas las Repúblicas de la Unión,

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podía anunciar gloriosamente que gracias al desenvolvímiento extraordinario del renglón socialista agrícola, ~problema del trigo estaba definitivamente resuelto. Lgraves cuidados que de hecho habían pesado sobre el EStado soviético particularmente desde 1927. acababan deser disipados para siempre. Y esta solución del problemadel trigo preludiaba la solución de otros dos gigantescosproblemas de la producción: el del cultivo de las plantasindustriales y el problema zootécnico.

A un ritmo tan acelerado e inesperado que era la COJlsecuencia del progreso que se verificó en la industria pa-ralelamente con el impulso de las masas agrícolas origi-nado en el cultivo colectivo, el Congreso respondía ap(O-bando un programa de nuevas resoluciones más auda-ces. Las sumas de dinero puestas a disposición de loskoljozes debían ser para el año de 1930-31 dobladas yalzadas a, un billón de rublos. Las instituciones del Es-tado para la preparación del trigo de siembra debíandisponerlo para una superficie de 4 millones y medio dehectáreas en 193 0-31, Y para 9 millones de hectáreas elaño siguiente. Asimismo. las instituciones del Esta-do para la crianza de cerdos y de ganado vacuno debíanalzar la cifra de los primeros a 400.000 cabezas en1930-31. a 3 millones para 1931-32. a 7 millones pa-ra el último año del Plan; el del segundo debía pasar de3 millones de cabezas para el año 1930- 31; a más de 5millones para el año siguiente, a 10 millones para elaño 1932-33. Sumas importantes habían sido tambiénentregadas al Instituto Agrícola "Lenin" a fin "de dara sus trabajos una base técnica que esté a la altura de lasúltimas conquistas de la ciencia", y al Instituto de Eco-nomía Colectiva. "para que pudiera asegurar la elabo-ración científica y práctica de las formas y de los me-todos de la edificación colectiva y la generalización teó-rica de las experiencias locales".

Estas deliberaciones ponían en plena luz los objeti-vos ya obtenidos. y la convicción audaz de poder alcan-zar rápidamente cimas todavía más altas. Los pesimis-tas. los opositores sectarios, los enemigos de esta expe-

;macia grandiosa. eran rechazados y apartados por lalidad hacia la sombra aniquiladora. La conquista decolectivización fusionaba de más en más las fuerzas

Rbreras con las masas agrícolas. y de su colaboración in-íma y sólida en la producción surgía seguro y radian-e, el porvenir del Estado proletario.

Era bien justo que los obreros de todas las usinas dela capital soviética se asociaran en una manifestaciónllena de fuerza y de voluntad. en el XVIQ Congreso queconsagraba tan magna conquista. Sobre el camino de to-do este pueblo, consciente y entusiasta, brillaba el sol.y el Kremlin parecía asestar hacia el cielo sus murosalmenados y sus torres de chispeante oro.

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agitados de la segunda mitad' de 1929, a una marchamás precisa y más segura, y que en la organización y elfuncionamiento del koljoz se han hecho, en muy pocotiempo, notables y evidentes progresos.

EN EL KOLJOZLOS TRES TIPOS DE KOLJOZES

Una batalla ganada y una guerra perdida. Con estaspalabras concluía un gran diario de la burguesía france-sa una serie de artículos publicados en 1930 sobre losacontecimientos que se habían desarrollado en la cam-paña soviética. Era imposible en adelante negar la de-rrota del kulakismo, ni desconocer el hecho de que mu-chos millones de economías campesinas hubieran pa-sado a la colectivización. Y hubiera sido ridículo cerrarlos ojos ante la edifica~ión d~ l,as ~~inas ~igantes(asque debían acelerar la mdustnahzaclo~ agr~cola.

La burguesía del mundo entero se atrincheró l.ll~o~~esen la espera de la quiebra de este ensayo. La constitcionde la empresa colectiva iba a ser trabada por l~ resu-rrección de los antagonismos entre las categorras d~los que formaban parte de ella. Los campesmos colecti-vistas llegarían a ser un elemento pasivo y de débil ren-dimiento. Las disposiciones del Gobierno sovietico, des-tinadas a estimular y a reglar las nuevas energías delkoljoz eran juzgadas un retorno a los métodos capi-talistas.

Hay verdades que todo el mundo comprende. La co-lectivización de decenas de millones de hectáreas, que en-globaban una enorme masa de población campesina, nopodía ni pudo ser una construcción hecha de un sol<;>~ol-pe y con líneas perfectas e inmutables:, ~a co1ectl'::lza-ción agrícola, ayer en los campos soviéticos y mananaen los otros países, debe ser considerada como un. co.10sa1movimiento económico y social, cuyo desenvolvimientoes continuo y variado. Los que han podido y querido es-tudiar con ese espíritu la experiencia colectivista agrícolaen la nueva Rusia, habrán constatado ciertamente que enalgunos años tan sólo se ha pasado ya de los momentos

Por lo que se refiere a la constitución del koljoz, hemostrado cómo el primer Código agrario de 1922 fijabalos caracteres y las reglas principales. En la palabra kol-joz, que está compuesta de las primeras sílabas de otraspalabras para designar la "econom~a colectiva", e~táncomprendidos normalmente los tres tipos de la coloniza-ción agrícola. Los repito: "la cooperación del traba-jo", donde son colectivizados solamente los instrumen-tos de trabajo, mientras que el uso de las tierras y de susproductos permanece exclusivamente reservado a cadagranja individual. La "cooperación de producción", enla que son colectivizados los principales medios de pro-ducción desde la tierra hasta el ganado y los instrumen-tos de trabajo. La "comuna" donde la colectivizaciónno comprende solamente la producción, sino también larepartición de la producción.

A decir verdad, aunque la palabra koljoz tenga estasignificación general, en el uso popular no se la empleapara designar la "comuna". En una región donde hayuna comuna, todo el mundo trata de que ella sea llama-da por su nombre. Muchas veces me ha ocurrido que seme corrigiera por los miembros de una comuna a los queyo había llamado "koljozianos": "Nosotros somos ynos llamamos comuneros". Hay una causa profunda ypsicológica en el orgullo de esta afirmación. La comunaes el tipo de colectivización agrícola más alejado de loscaracteres de la granja individual campesina; será, pues,particularmente necesario hablar de esto más lejos.

La otra forma, la más elemental de la colectivización,la que asocia a los campesinos solamente en los trabajos encomún de la tierra, y que en la lengua soviética se Ila-

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ma "Tsoz", tiene una difusión todavía grande.la máquina está poco desarrollada, donde las pequeñasgranjas .no ha~ ~ido lleva?as a fusiona~se en una grangranja industrializada, allí cada campesmo experimentalas ventajas del trabajo en común. Estas ventajas que80,n ~astante i.nteresantes ya desde el punto de vista eco-nomico, son importantes sobre todo desde el punto devista social y educativo. En el "Tsoz" el campesino ate-núa y corrige su carácter primitivo, y se prepara a pasar,con más conciencia y experiencia, a formas más concretasy más completas de colectivización.

Siguiendo la dinámica, es. decir, el desenvolvimientodel movimiento colectivo de muchas regiones, se puedeconstatar que estas cooperativas campesinas de trabajodesempeñaron un papel considerable durante los prime-ros años del Plan Quinquenal. En Ukrania, por ejem-plo, los "Tzoz" pasaban de cerca de 3 .000 €O 1927, ace~ca de 9.000 en 1930. Representaban pues, un movi-miento de masas. Por el contrario, las columnas llegabanen Ukrania de 258 en 1927, a 870 en 1930, pues porsu naturaleza, son un tipo de colectivización hacia el quepodían tender solamente las "elites", es decir, los cam-pesinos social y técnicamente preparados.

Pero la forma que predominaba ya y que se extendíacada vez más, sobre la cual será necesario detener nues-tras miradas y profundizar su estudio, es la cooperativade producción que se llama el "artel". El artel realizandoel objetivo social de la cooperación de trabajo y el obje-tivo económico de la gran granja agrícola, representa labase y la fuerza de la vida nueva en 10$ campos soviéti-cos. La palabra "koljoz" definió por consecuencia al"artel". Y los que los constituyen han olvidado el nom-bre de "krestjanin" que conservaba el recuerdo del campe-~ino antiguo, para tomar el de "koljozianos", es decir, hi-JOs y artesanos de la colectivización.

El reglamento de 1930 para el artel aprobado por losorganismos del Estado, indica así su espíritu en el pri-mer artículo: "Los obreros agrícolas, los campesinos po-bres y los campesinos medios de la aldea. .. en la re-

ón .: ~e unen voluntariamente en el artel agrícola, conobjeto de fundar una gran granja colectiva, poniendo

Ji común sus medios de producción, para vencer de unamanera completa y definitiva a todos los explotadores y. todos los enemigos de los trabajadores, la insuficien-

CIa de la pequeña burguesía, su ignorancia misma, y ase-gura~ una mayor productividad de trabajo y una pro-d~cclón superior en el interés de la colectividad. " Yoafirmo que este ~rtíc~lo traduce el espíritu del artel por-que, en efecto, smtetiza los verdaderos motivos que hanllevado a la colectivización y a otros objetivos econó-micos y sociales hacia los que tiende.

En seguida, para realizar la gran granja y colectivizarlos medios de producción, el reglamento entra en el do-minio práctico con una especificación que se debe cono-cer. "Todo límite que separe los fundos de los miembrosdel arte! es abolido, y todos sus lotes de tierra serán reu-nidos en un solo fundo que será trabajado colectivarnen-t~ por el artel. T~d?s los animales de trabajo son pro-piedad de la colectividad: ocurre 10 mismo con los úti-les i~ventariados, los animales que- proveen los productosdestinados a la venta, las reservas de semillas, los localesno destinados a habitación y necesarios al artel, las em-pre~~s eventuales para la transformación de los produc-tos.

Ya estas disposiciones excluyen de la colectivizaciónlas habitaciones rurales y todo 10 que pueda sedes ane-xado. Pero para volver esto más claro y evitar todoequívoco, e! reglamento establece que el terreno que ro-dee a las casas particulares, cultivado o cultivable, no es-tá comprendido en los bienes del artel. Ocurre 10 mis-no con todos los animales de corral. Y es particular-J1lente especificado, que todo koljoziano que posea vacasle<:her~ ~ebe guardar una para su uso personal y el desu familia: y que los cerdos y los animales de raza ovi-na, no pertenecen a la colectividad más que si el artel mis-mo los hace objeto de un arreglo especial.

J?el valor de los bienes colectivizados. una parte -quevana generalmente entre el cuarto y la mitad, según la

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posibilidad económica de la granja socializada --, quedaenglobado en el fondo patrimonial e indivisible del ar-tel. El resto, por el contrario es considerado como unacuota-parte entregada por los campesinos al artel. Ade-más en el momento de su admisión en la granja colec-tiva, toda persona está obligada a pagar una tasa de en-trada en especies, que varía según que se trate de obrerosagrícolas, campesinos pobres o medios, o bien personaltécnico o administrativo. Generalmente esas cotizacionesson bastante reducidas y establecidas en cada artel, demodo que no sobrepasen jamás el "máximum" fijado porel reglamento.

Es bueno decir que el libre consentimiento. que es labase de la participación de todo miembro del ardo le dael derecho de abandonarlo desde que 10 desea. Ningunapresión de ningún género puede ser ejercida sobre éL So-lamente se establece que el que haya llevado a la granjacolectiva sus capitales, no tiene el derecho de recobrar más

• que la parte que le fué atribuída como cuota-parte so-cial, pero no la que fué incorporada al patrimonio indi-visible del arteL Así mismo por motivos fáciles de com-prender, no le es devuelto el terreno que poseía antaño yque pasa en consecuencia al dominio de la granja colee-tiva; pero le es asignada una cantidad correspondientesobre el territorio disponible de la sociedad territorial.

PROBLEMAS INTERIORES DEL ARTEL

Basta reflexionar un momento sobre los principiosfundamentales de la forma típica y dominante de la co-lectivización soviética, para que se presenten inmediata-mente muchos graves problemas que dependen de la pro-fundidad misma del cambio social que representa estaexperiencia grandiosa. He aquí los tres principales:

El primero está dado por la coexistencia de la grangranja colectiva y el hecho de que el koljoziano retieneaún una buena parte del capital con un pequeñísimolote de terreno cultivable. La cuestión que ha interesadoy que interesa todavía, muy especialmente a los teóricos

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es la siguiente: "Este koljoziano, L podrá transformar undía su mentalidad campesina para entregarse completa-mente a la granja colectiva, si conserva, por reducida auesea, una granja individual? ¿No renacerá en él su anti-gua carácter de pequeño cultivador, con todos los prejui-cios y los obstáculos que de él se derivan para el artel,es decir, para la colectivización?"

Quien visite las campañas de la Unión y observe có-mo se han formado, o por mejor decir, cómo se hantransformado las aldeas desde la Revolución de Octu-bre, encuentra ante todo una explicación, fundada sobrehechos reales, en el método que se ha adoptado de dejaral koljoziano para su uso personal, las tierras que rodeansu casa. Las casas de los campesinos están generalmenteseparadas las unas de las. otras por esos rincones de terre-nos cultivados casi siempre con hortalizas. Su anexión aldominio de la granja colectiva hubiera sido a menudoimposible, porque las leyes técnicas que regulan la compo-sición y la distribución de los cultivos, no podían tener-se en cuenta en esos pequeños lotes que se extienden en-tre las habitaciones de los campesinos. En consecuenciaera mejor considerarlos como "dependencias" por así de-cir, de esas casas. Igualmente la decisión de conceder alkoljoziano el uso de una vaca, además de que servía pa-ra no interrumpir demasiado bruscamente el ritmo de lavida familiar, estaba impuesta a menudo por la impo-sibilidad de concentrar todo el ganado lechero en esta-blos convenientes al desenvolvimiento de esta gran in-dustria. Los materiales que reclama una gran granjaagrícola no se improvisan.

Queda, sin embargo, la cuestión: "Esta situación enla que el koljoziano tiene la facultad de poseer todavíaun pedazo de terreno y un pequeño capital ¿ no lo de-ten<!.rá en la evolución que debe transformarlo de pe-quena cultivador en miembro de la granja colectiva?"

Yo he formulado a menudo esta duda ante muchosmiembros del artel, a fin de obtener una respuesta claray precisa.

He aquí la respuesta: "Es preciso no tener confianza

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en lo que hacemos, es decir, en el enorme desenvolvi-miento que queremos dar a nuestras granjas colectivas.para continuar con esa duda. Lo que queda al koljozia-no es la explotación que puede hacer' de su huerta, de suvaca, etc., y representa una entrada considerable para sufamilia. Y esto es un beneficio, sobre todo durante estosprimeros años de la colectivización. Pero cuando el ar-tel, agrandado, mecanizado, industrializado, dé tales pro-vechos que cada koljoziano obtenga beneficios tres. cinco.diez veces más grandes que los que le da la explotaciónde su huerto y de sus animales de corral, ¿cree Vd. quese sentirá todavía ligado a ese trabajo y que no trans-formará los pequeños lotes que rodean su habitación enjardín, desde el momento que tendrán amplios medios desubsistencia él y su familia?"

Hablando de esta manera, insistiendo así con la segu-ridad y la fe que sólo pueden tener conciencias decididas yconvencidas del éxito económico y productivo de la grangranja colectivizada, se me daba igualmente una res-puesta a los otros dos 'problemas que están estrechamen-te ligados al precedente. Yo había formulado uno de estamanera:

"¿Qué empleo se le destina al capital que los campesi-nos, al hacerse koljozianos, aportan al artel? Una par-te de este capital va al fondo indivisible y fundamentalde la granja y no se devuelve más; pero queda la otraporción que es la cuota-parte social reconocida por el ar-tel al koljoziano. Esta parte, ¿hay que considerarla co-mo una cuota-parte del capital en acciones entregado auna sociedad, a la que le es asignado un porcentaje anualsobre el rendimiento de la granja? ¿O bien se le consi-dera como un préstamo que el koljoziano hace a la gran-ja, la que está obligada por su parte a entregarle un inte-rés anual establecido de antemano hasta el reembolsamien-to total de la deuda?"

Recordaba, planteando esta cuestión. las experienciasde las cooperativas agrícolas hechas por los campesinositalianos inmediatamente después de la guerra, y antesde que la llegada del fascismo al poder las destruyera, y

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esto muy particularmente en los campos de la Lombar-día, donde está expandida la gran industria agrícola. Ybe aquí el resumen de las respuestas obtenidas, tanto delos simples koljozianos como de sus dirigentes:

"Su pregunta no puede aplicarse a nuestro caso. Elartel es una granja colectiva que tiene como base la socia-lización de los medios de producción. El ganado. los úti-les de trabajo, 16s forrajes, los granos. etc., que se socia-lizan no son considerados de ninguna manera como uncrédito que cada koljoziano hace a la granja colectiva. ypor el cual ésta queda obligada a un pago determinadode intereses hasta su reembolso. Este capital aportadopor el campesino que llega a ser miembro del artel, estáinscripto en el inventario. y mientras que una parte esdestinada al patrimonio fundamental de la granja colec-tiva, tal como 10 establece su reglamento-tipo, la otraporción es considerada como una cuota-parte social delkoljoziano, para los efectos siguientes: 19) el koljozianoquiere salir del artel, éste le devuelve inmediatamente sucuota-parte social; 2Q

) si permanece en el artel, a' finaldel ejercicio agrícola anual se beneficia con la reparticiónde una parte del producto bruto de la granja, después deque esta última haya cumplido sus obligaciones hacia elEstado. Esta parte que puede alcanzar hasta el 5 % delproducto bruto, está justamente destinada a los koljozia-pos que entran provistos de capitales en el artel, para quesea dividida entre ellos proporcionalmente a la cuota-par-te social que les ha sido reconocida.

¿Por qué se ha establecido esto? Para seguir un cri-terio de justicia, porque no se podía ni se debía tratar alos campesinos que entraran en el artel como si hubieransido kulaks, es decir, expropiándolos. Y también porun motivo de utilidad, es decir, para facilitar a los cam-pesinos que poseían capitales el pasaje de su economíaindividual a la granja colectiva. Estos debían estar se-guros de no perder todo su capital si después de su en-trada en el artel, querían salir de él. Debían además te-ner la perspectiva de un beneficio particular si continua-ban en él y debían sentirse muy especialmente interesados

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en dar toda su actividad como koljozianos, para aumen-tar el producto del artel.". La lógica y la oportunidad de estas medidas me pare-

cieron y me parecen todavía evidentísimas. Y tuve laprueba de su eficacia por los resultados obtenidos. Exa-minando, en efecto, las actas oficiales del XVIQ Congre-so del Partido Comunista Soviético y los largos debatesque se siguieron, he constatado que el Comisario de Agri-cultura podía demostrar a los que afirmaban que los cam-pesinos habían entrado en los koljozes sin capitales y có-mo esta aserción estaba desprovista de todo fundamento.En las regiones más productivas donde, por ejemplo, enesta época, es decir, durante el verano de 1930, la colecti-vización comprendía 48,8 % de las empresas agrícolas,42,7 ro de las vacas y casi 5° ro de los caballos esta-ban concentrados en los koljozes.

La prueba, pues, de que el campesino que formabaparte del artel había entrado allí con capital propio, eraindiscutible y destruía todo rumor contrario, puesto ex-presamente en circulación por la burguesía. Pero esto nodestruía el otro hecho de que el capital reconocido a estekoljoziano mantenía y quizá aumentaba la diferencia en-tre los miembros de un mismo artel, particularmente porel hecho de que muchos de entre ellos, los obreros agrí-colas, no aportaban más que sus brazos y su voluntad detrabajo.

Yo he planteado así la otra grave cuestión: .•¿Que-dan o no en el artel diferencias de clase entre el campesinomedio, el campesino pobre y el simple obrero agrícola?¿De qué manera piensa la empresa colectiva reducir pocoa poco estas diferencias hasta suprimirlas definitivamen-te?" Sobre este punto prefiero también resumir las de-claraciones que he obtenido en los arteles, de boca de loskoljozianos.

"El hecho de que del capital aportado por el campe-sino a la granja colectiva, ésta le reconozca una porcióncomo cuota-parte social, beneficiada con un porcentajedel producto bruto de la granja después de que ella ha

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cumplido sus obligaciones con el Estado, no es' más queun hecho transitorio. Este hecho está en relación con laestructura económica del artel, cuyo patrimonio está cons-tituído por créditos y otras subvenciones del Estado, porlos bienes que han sido expropiados a los kulaks y sobretodo, por los bienes aportados al artel por los campesinos,es decir, por su capital socializado. Pero he aquí que elarte! se desenvuelve y llega a ser gigantesco con una ra-pidez sorprendente y casi increíble. En 1929-30, tenía-mos cien animales de los cuales la mitad, por ejemplo.había sido aportada por los campesinos; en dos años, gra-cias a la ayuda poderosa del Estado. sabemos que estacifra se habrá triplicado. Nosotros no teníamos al co-mienzo más que muy pocas máquinas; hoy el capital enmáquinas es diez veces más alto. Nuestra tierra de la-branza se extendía a trescientas hectáreas en el comienzo;actualmente, gracias a los medios de que disponemos, tie-rra, créditos, tractores, etc., nuestra granja trabaja y haceproductivas más de mil hectáreas. Usted ve que en unplazo muy breve nuestro patrimonio inicial ha aumenta-do increíblemente. Se ha multiplicado a tal punto, queel capital aportado por los campesinos que en el primermomento constituía la principal porción de los bienes delartel, ha llegado a ser ya una parte secundaria y muy mí-nima.

Continuaremos nuestra marcha con un ritmo progre-sivo y acelerado. Dentro de unos años el artel tendrá unpatrimonio más grande, mucho más grande. En compa-ración con él la porción de las cuotas-partes sociales re-conocidas hoy a los campesinos, habrá llegado a ser taninsignificante, que llegará el momento de no tomarlamás en cuenta, pues asignarle un porcentaje, por débilque fuera, sobre el producto de la granja, como lo esta-blece e! reglamento, sería completamente absurdo, dadoel aumento formidable del producto. Es así cómo por eldesenvolvimiento poderoso y seguro de nuestra empresacolectiva, este importante problema de la diferencia eco-nómica entre los miembros de un mismo artel se atenuarácada vez más hasta su completa supresión.

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Esto es claro y decisivo. Pero no es menos claro paranosotros un hecho de una importancia quizás más gran-de. El proceso económico que se desarrollará en el artel,es decir, el formidable progreso que realizaremos graciasa la colectivización y a la industrialización agrícola, trae-rá consigo el desenvolvimiento simultáneo y cierto de otroproceso psicológico. Determinará la transformación y elperfeccionamiento de la conciencia misma de todos losmiembros de la granja colectiva. Nosotros constatamostodos los días esta realidad.

Tenemos en el artel al campesino medio, por ejemplo.aquél para. q~i~n debería .ser má~ d~fí~il cambiar. su na-turaleza primitrva de cultivador indi vidual. j Y bien! Levemos cada día más entusiasmado por los resultados queobtiene en la gran empresa agrícola. Y es precisamenteporque ha experimentado qué cosa es extenuarse sobre unpobre lote de tierra, que él puede medir, más aún que elobrero agrícola mismo, la distancia que hay entre la dure-za de este trabajo, su escasísimo rendimiento, su provechotodavía más limitado por una parte, y por la otra las ven-tajas que le da el trabajo en el artel. Se interesa con lamayor pasión por las innovaciones agrícolas, por la téc-nica moderna del cultivo de la tierra, por el uso de las má-quinas. No piensa en las pequeñas satisfacciones d!l cul-tivo individual nada más que para compadecerlo. Es pre-cisamente por esto que el campesino medio es llevado conmuy buena voluntad por los otros koljozianos a los dife-rentes puestos de responsabilidad y a la dirección del artel.

"Hubo, es cierto, en los primeros meses de la ofa colee-tivizadora de 1930, un flujo y reflujo de campesinos queentraban y salían del artel. Esto era debido, sobre todo, ala ignorancia y a la ilusión que algunos de ellos .ten~~ncon respecto a las dificultades inherentes a la constrtuciony al funcionamiento eficaz de una gran empresa agrícola.Pero, tómese un artel cualquiera, donde se haya procedi-do victoriosamente a la instalación y al desenvolvimientode la granja colectiva, y pregúntese si hay un ex-campe-sino, pobre o medio, que acepte volver a recibir su capital,aun aquél a que no tiene derecho según el reglamento, pa-

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xa volver al antiguo sistema de la pequeña economía queha abandonado.

La respuesta se la encuentra en l~ realid.ad. misma .. Allídonde el artel se fortifica, crece, se industrializa, realizan-#0 considerables progresos y el koljoziano que es su cons-pente artesano, no se separa más de él. Continúa trans-formando siempre su mentalidad y su natur~leza de ~am-pesino, hasta que toda huella queda desvanecida. De igualmodo como la industrialización cada vez más product.tyade la granja agrícola, lleva lógicamente en sí la supresiongradual de las diferenc~as eco~?micas y de. clase entre losmiembro del arte}, ast también ella consigue formar.lesuna nueva conciencia, la conciencia del verdadero koljo-ziano. , .

No se trata más que de tiempo, de progreso tccmco yeconómico al que sabremos llegar.. Pero nosotros, en elEstado soviético, con nuestro gobierno obrero y campe-sino tendremos tales fuentes de recursos, que estamosconvencidos de que ese tiempo será menos largo de lo quese cree generalmente."

Todos los que han seguido los debates apasionados quese desarrollaron en las asambleas políticas soviéticas so-bre estos temas, notarán que sus conclusiones refleja~ pr~-cisamente 10 que el koljoziano deduce .de su exp~nenclacotidiana, y que he tratado de reproducir en su ~as claraexpresión. En efecto, ellas confirman una vez mas lo,queel Gran Vidente de la Revolución de Octubre concebía ydefinía, cuando escribió que la reeducación del pequeñoagricultor, el cambio de su psicología y de sus costu?1-bres tenían necesidad de muchos años. "La base material,la t~cnica, la aplicación del tracto.r .y ~e, la. máquina agrí-cola en una gran escala, la electnftcacl0!l intensiva, c0E'-seguirán resolver los problemas que conciernen al pequenoagricultor, y curar, por así decir, su psicología".

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LA DETERMINACION DEL TERRITORIO DEL ARTEL

Lo que más llama la atención cuando se conversa conlos koljozianos sobre este argumento, es la seguridad quemanifiestan de triunfar a cualquier precio en la revolucióntécnica y económica de la campaña. "Nosotros dispone-mos de tales medios ... " "Nosotros tenemos tales recurosos ... " "Con nuestro gobierno obrero y campesino, nos-otros podemos ... "

y esta certidumbre no está hecha de esperanzas vanassino que reposa sobre la realidad que han experimentadoy experimentan cada día. En efecto, 10 mismo que el po-der del Estado ha guiado, por un esfuerzo increíble yconstante las masas agrícolas hacia la colectivización, deigual manera está presente actualmente para ayudar yguiar la empresa colectiva agrícola en cada uno de sus pa-sos.. Esta verdad debe ser una vez más puesta de relieve.En efecto: si la vida del koljoz presenta a menudo for-mas o expresiones que resuenan aún en el ritmo de la vi-da económica capitalista, su diferencia permanece siem-pre grande, precisamente porque el régimen del Estado delos Soviets les da una significación y un valor distintos.

y henos aquí frente a la presencia y a la obra de eseEstado proletario comenzando por la determinación delterritorio del artel. Generalmente los arteles se constituíany se constituyen todavía uniendo en una sola unidad loslotes de terreno de los campesinos colectivizados, y su ex-tensión alcanza casi siempre en el comienzo los fundosde los campesinos de una misma aldea. Una primera modi-ficación a esta regla natural se ha verificado y se verificaahora que los pequeños arteles de diversas aldeas encuen-tran útil y oportuno fundirse en un artel más grande.

Yo he asistido en el mes de julio de 1930 a una fiestacaracterística a este respecto, en el artel "Octubre", a al-gunas decenas de kilómetros de Kransnodar, en el Kuban.Se celebraba precisamente el primer aniversario de la cons-titución de este artel, que había reunido a trece pequeños

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kDljozes esparcidos entre las aldeas vecinas. Un año des-PJ.'tés se extendía sobre 1.700 empresas y comprendía unl:erritorio de 15.000 hectáreas. Los koljozianos habíanquerido realizar aquella fiesta como reconocimiento de lasventajas de la unión: el terreno cultivado de trigo amplia-mente acrecido; la introducción de cultivos especiales; no-tables economías realizadas en los gastos de trabajo; elproducto mucho mayor. .. etc. "El tractor ha sido elfactor decisivo de esta fecunda transformación -decíanlos dirigentes del "Octubre"-, puesto que en el peque-ño artel no hubiera podido ser suficientemente utilizado".

Los koljozianos de esta granja que se cita todavía hoycomo ejemplo a causa de su progreso, habían sido lleva-dos a esta conclusión por la experiencia inapelable de loshechos. Pero la clarividencia del Estado soviético no es-pera esta comprobación. Va al encuentro de los aconteci-mientos, de los hechos para prepararlos y predisponerlos.La transformación técnica de la campaña, la industriali-zación de la gran granja agrícola debían encontrar lafuerza de progresar en la mecanización, en la tractoriza-ción. La constitución, la vida y el porvenir de los kol-jozes, iban a depender ampliamente de la máquina, deltractor. Y he aquí al Estado con su típica y soberbia ini-ciativa de las "Estaciones de máquinas y tractores", es de-cir, de centros energéticos que debían determinar y guiarlos koljozes en todas sus formas de desenvolvimiento.

LA ESTACION DE MAQUINAS y TRACTORES

La historia soviética hace remontar el origen de estasestaciones a la experiencia del Sovjoz "Schewtschenko",en Crimea, no lejos de Odesa. Este sovjoz que tenía a sudisposición una cantidad considerable de tractores y demáquinas agrícolas, tomó la iniciativa de firmar contra-tos con las aldeas de los alrededores a fin de trabajar susterrenos con los medios mecánicos de que disponía me-diante un pago previo en especies o en producto. Se atra-jo hacia ~í poco a poco esas aldeas, y llegó a ser el elemen-to y la fuerza directiva de su cultivo, realizando fácilmen-

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te la unión de las pequeñas economías individuales enempresas colectivas más vastas. El ejemplo fué estudiadoy perfeccionado por las oficinas competentes del Estado.

El principio y el método de la constitución de estoscentros energéticos. formados en el radio de diversas al-deas. sea ya colectivizados. sea orientados hacia la co~ec-tivización, fueron inmediatamente ensayados y practica-dos. Durante la primavera de 1930. se podía ya contarcon mil doscientas estaciones de máquinas y tractores enlas regiones más importantes para la producci?n ~grí~?-la. Su nombre llegó a ser muy popular. Una ínstitucionespecial. el "Tractorzentr", subvencionado por medio delEstado y de la cooperación, constituía el órgano deter-minante y dirigente.

Yo he visitado con un propósito de estudio, muchasde estas estaciones, pero para expresar de una manera ele-mental lo que ellas representan con respecto a la colecti-vización, cómo obran en contacto permanente con elkoljoz, elegiría una estación no muy grande. la de Sne-guirovka, que visité cuando no tenía aún ni un año defuncionamiento.

Esta estación surgió entre Nikolaiew y Kherson, enla extremidad septentrional de la Ukrania. La Regiónque la rodea me pareció verdaderamente característica,y completamente indicada para las búsquedas que yo Ibaa hacer.

El koljoz suficientemente desenvuelto en las zonas deterreno más fértiles y trabajadas como la Bogoialewnsk,respiraba apenas en las aldeas que bordean la estepa. Pe-ro desde que esta última fué afrontada por la actividadaudaz de los campesinos, la ola creciente de la colectivi-zación se había esparcido entre ellos. y en la llanura ru-bia y ancha de Mískowo - Porgoroloje, los ar~eles se mul-tiplicaron con las más prometedoras perspectrvas. El ar-tel "Trud-Ilitska" había socializado más de 3.000 eco-nomías individuales; el de Vosskressensk alrededor de2.000. El cultivo extensivo --casi siempre de trigo-- nohabía impedido que se ensayaran también cultivos depraderas con cría de ganado lechero, sobre todo en las

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pend!entes de un pequeño valle cruzado por un afluentedel no lngu1. De esta manera podía :11 mismo tiempo vi-sitar y admirar, aún por su significación simbólica, latran~formac~ón realizada en un vasto edificio que habíaserVId? en tiempo de los zares de colonia de deportación.para instalar allí una moderna quesería colectiva. Peroesta región se prolongaba sobre terrenos incultos. y sobrelandas enceguecedoras bajo el sol. y únicamente despuésde muchos kilómetros. surgía en medio de macizos ver.des. la. aldea d~ Kalinowka donde todos los campesinosse hablan reunido en un gran artel llamado "Primero deMayo" que acababa de comenzar la construcción de zran-des depósitos. hangares, establos. adaptados a una "'grangranja agrícola.

"Estábamos ya agrupados desde hacía algunos afias enuna cooperativa de trabajo, en una "Tzoz" -m~ diie-ron sus dirigentes-; pero cuando se fundó la inmediataestación de máquinas y tractores, pudimos pasar inrnedia-~amente ~ la forma del artel, socializando nuestras peque-nas granjas y nuestros capitales a fin de desenvolver engrande y colectivamente la industrialización de todo e..•.eterritorio que es muy fértil aunque no esté muy lejos dela estepa virgen. . . "

Era, en efecto. una llanura cálida y luciente. sin untronco de árbol ni una zarza, la que atravesaría yo du-rante muchas horas aún antes de ver aldeas alegres comola de Bormaskowo. El nombre de Bormaskowo recordabaa una mujer matada por un kulak en la época en que loscamp.esinos de esos lugares decidieron unirse en artel y~un~lr .e~ una gran empresa cerca de un millar de gran-jas individuales sobre las cuales había especulado ese ku-lak largo tiempo. En fin. a lo largo de las riberas delIngul, .cerca de cincuenta kilómetros por encima de suconfluencia con el Bug, está Sguenirovka con su estaciónde máquinas y tractores que debía igualmente ensayar suobra en la región precipitada tan diferente de una partea otra bajo todos sus aspectos.

"Superaremos esta diferencia -me respondió el di-rector de la estación a quien confié mis impresiones.-

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No ha pasado todavía un año desde que nuestra es~aciónestá constituida, y por ,el momento no ten,e,mos mas queuna cincuentena de koljozes de una extensión de 80,000hectáreas, Nos hemos constituido uniendo 24 tractoresque pertenecían ya a los koljozes y gracias al "Tracto~-zentr" los hemos elevado al número de 155; esto smcontar una considerable cantidad de máquinas agrícolas,Tenernos "Fordsons" importados d,e América y s?bre to-do los que fabricamos noso~ros rrusmos en Len,lngr~do,Nos servirnos para la mayona de los c,asos del ~lpO In-ternacional", que es el más fuerte, y aun para ciertas zo:nas que necesitarnos ~rabajar: e,l más adaptado. Hay, a!hun capital, en matenal, meca~l~o: de mas de un millóndoscientos mil rublos; sin perJUlClO de toda~ las construc-ciones necesarias que hemos levantado recientemente, yque nos cuestan ya más de 600.000 rublos,' l?ensamo~doblar en dos años el número actual de m,aqulnas. ASlremontaremos, trabajando, el camino que acaba V? dehacer casi hasta Nikolaiew, transformando esas tierrasdonde nosotros crearemos secciones especiales de la Esta-ción para marchar en seguida al sur hasta los alrededoresde Kherson. La variedad de las condiciones del. terreno,del cultivo, de la preparación social de la población, queya ha constatado V d., es todavía más grande en esas otraszonas que recorreremos juntos ... ",. .

Fué aquel un momento de los mas l~St~U~tiVoS, y, porello mismo de los más agradables de mi viaje a traves delas campañas colectivizadas de la Nueva Rusia.

lARTELES GRANDES O MEDIANOS?

La hermosa y diáfana claridad del alba, nos enc<;>ntróen la campaña cultivada como huerta que se extiendea 10 largo del Ingul, Entre las empresas i.ndividuales,algunos arteles Se habían formado ya y el director de, laEstación me hacía notar que este hecho era bastante sin-tomático. Las empresas individuales de legumbres per-manecen casi refractarias a la colectivización bajo formade cooperativa de producción. Aún en los alrededores de

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS 99Mosc~ por, ~jemplo, y precisamente por esos motivos, lacolectivización estaba ,u~ Po~? en retardo. Pero aquí, medecía, el hecho de la irngacron que se efectúa por mediode una central a motor ha ejercido una influencia extre-madamente buena.

-El año próximo haremos con este objeto una graninstalación eléctrica. Mientras tanto, desde ahora, loscampesinos qu~ naturalmente la esperan con la más vivaimpaciencia. pl~nsan que esta irrigación no podrá exten-der~e sm trab,aJ? de ~analización, de nivelación, etc., esdecir, que sera imposible conservar las pequeñas huertasy los pequefios lotes divididos entre diez o veinte culti-vos dlferentes._ Concluyo, en consecuencia, que dentrode unos dos anos todo aquí estará colectivizado en mu-chos arteles.

-¿Arteles grandes o medianos? - interrumpí yo.-~o, esta?1OS por el uso de esos adjetivos -me res-

pondió inteligentemente, bromeando-, y le mostrarémás lejos por qué .razón emplearnos otra terminología.Estamo~ por, las ufi1da~es de empresa correspondientes al~ayor interés de trabajo y de producción. Nuestra esta-ción encontró arteles ya constituidos, donde por ejemplo,eI!'tre dos grandes bandas de terreno de trigo, se interpo-ma u~~ banda de cul~ivo de forrajes, no porque esto fue-ra ~xlgldo por la calidad del terreno. sino porque perte-ne~la ,a otro artel. Durante el trabajo efectuado con lasmaqumas arrastradas por tractores, para la siembra co-mo para la cosecha, aparecía a la vista de los koljozianosla necesidad de mod~ficar esta. estructura, y en el caso pre-sente de anexar la tierra cultivada con forrajes a las tie-rras de trigo. La estación de máquinas y tractores se pro-pone naturalmente como objetivo estudiar también estasslstematizacíones del territorio de la empresa colectiva.

-Pero,' ¿su extensión?. --Su extensión depende de muchos elementos: la ca-

l~dad del t~rren~\ !os cultivos que pueden ser más produc-tivos, la disposición misma de las aldeas con el objeto deno alejar demasiado la mano de obra del centro de tra-bajo " etc. Somos resueltamente contrarios a las fusio-

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nes y a las divisiones de las. en:presas colectivas, si ellasno son deseadas por los koljozianos mlsm,?s. porque es-tén convencidos de su utilidad. Y la estacló1l: s~, empleaautomáticamente en hacer madurar ~sta convl~C1on. P~rejemplo. en los arteles d~:>ndepredomina el CUltl":? de tri-go. ella importa. en el ttemp? de la cosecha, !~s cornbv-nes" americanos. cuya capacidad de producción es tantomás extraordinaria cuanto 9ue pueden desenv?,lver sutrabajo sobre grandes extensiones de terreno ...

Volvimos todavía so~re. este argu~ento duran~e "unaconversación con los koljozianos del Octubre ROJO unartel en medio de la estepa. Llegamos allí atravesando unacampaña trabajada con trigo y forrajes llamada Pavlow-ka. durante un quemante mediodía. en e.l momento. enque se procedía a la cosecha y al echamiento del .tngotodo a la vez. Una columna de tractore~ conduciendocada uno cuatro segadoras, cortaba las espigas, y grup,?sde mujeres alargaban sus fuert~s ~razos sobre las gavr-llas felices de llevarlas a las maquinas. El calor y la ce-gad~ra claridad del sol se refle)aban sobre los ter~one~ detierra ardiente y sobre los rubios monto~es de trigo, im-pregnando el aire de un polvo resplandeciente. En ~l cam-po funcionaban dos mod~r~as aplanad,?ras y su rU1~o en-sordecedor unido al bullicio del trabajo se extendía porla estepa animada y como embriagada.

-Constituímos nuestro artel en 192~. Es un.o delos más antiguos de la Ukrani~. y. no. r~unla al comlen~omás que nueve pequeñas granjas individuales .. Este anocontamos más de quinientas. y hemos extendido nues-tro trabajo sobre 8.000 hectáreas, por medlo de la esta-ción de máquinas y tractores. Estamos seguros de que elaño próximo algunos pequeños artele,s de los alre~edoresse unirán al nuestro, y ganaremos aSI ~ara el CUltiVO al-gunos millares de hectáreas de estepa vugen: En nue~tragranja. que tiene por objeto sobre, todo el cultivo del tn~o.las máquinas actuales no bastaran. Por 10 que se refl~-re a la cosecha por ejemplo. debere.mos hacerla con ~a-quinas "combynes" para ganar tiempo y economizarnuestras fuerzas de trabajo. Es por esto que hemos ya ad-

LA CoLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

rtido a la estación que estamos dispuestos a doblar esteaño la cifra que habíamos destinado como aporte de nues-tro arte! para el acrecimiento del capital de la estación.

Su director me explicó en seguida más ampliamente es-ta disposición y este funcionamiento que yo conocía ensus líneas generales según las publicaciones del "Tractor-zentr". Si algunas estaciones de máquinas y tractores na-cen y se mantienen exclusivamente por medio de los ór-ganos del Estado. hay muchas otras como esta de Snegui-rovka en las que los arteles mismos intervienen dando ala estación sus máquinas y concurriendo con sus capitales.Así, mientras que por un lado la estación extiende su ac-tividad a la vida de la granja colectiva, por la otra elartel toma parte en e! desenvolvimiento de ese centro delque saca tanta energía e impulso.

Por 10 que respecta al trabajo que la estación debecumplir, ella se compromete con los koljozes, ya seaanualmente. ya sea por un cierto número de años. a efec-tuar con sus medios ciertos trabajos que. según las má-quinas de que la estación está provista, pueden ser desdelos más corrientes como el arado, el abono, el corte, elsembrado, hasta los más excepcionales como los nivela-mientas, la irrigación, etc ..

Lo que caracteriza esta relación contractual entre laestación y el koljoz, es que excluye todo objetivo de ga-nancia y de provecho particulares de parte de la estacióncontratante. Los precios que el koljoz debe pagar en es-pecies, por cuotas o de un solo golpe. son calculadosde la manera más rigurosa sobre el presupuesto degastos de trabajo, sobre los amortizamientos necesa-rios. excluyendo toda cuestión de ganancia. Los másfuertes porcentajes sobre estos precios están representa-dos por e! combustible y el lubrificante, alrededor del28 0/0; y por el amortiza miento del tractor alrededor del3 2 ~. Los gastos generales pesan muy poco, 7 0/0; Ylo mismo Ocurre con el personal técnico al que es precisoagregar el personal especializado en agronomía. Estos da-tos, que reuní en el verano de 1930, no han sido modifi-cados. En cuanto a la forma de los contratos entre la es-

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tación y el koljoz, ha sido perfeccionada. En el comien-zo de 1934, el Consejo de Comisarios del Pueblo apro-baba un contrato-tipo para reglar mejor los trabajos dela siembra. El contrato prevería para estos trabajos cum-plidos por la estación de máquinas y tractores, entregasespeciales en productos, con el objeto de interesar más enel mayor éxito de la producción.

,-Piense Vd. - me decía el director de la estación-,en las ventajas que representa para la empresa colectivaesta institución soviética. Ella no carga su presupuestode gastos con máquinas que cuestan caras y tienen nece-sidad de ser amortizadas en un lapso de tiempo muy bre-ve. No debe pensar en la carga onerosa de las repara-ciones que exigen los útiles especiales. No se ocupa tam-poco del personal, del que no se puede improvisar ni lacapacidad ni la especialización. Ve efectuarse el trabajode sus tierras, los principales trabajos de cultivo, al másbajo precio posible, porque la estación se propone expre-samente bajar el precio a su más bajo nivel. Tiene siem-pre además listo y cerca, el elemento técnico, el agróno-mo, que coopera con los dirigentes del artel en la búsque-da de cultivos de mayor rendimiento, en la preparaciónde planes de transformación de la granja para acelerar eintensificar su industrialización. En suma, ella respiray se alimenta precisamente por la influencia constante ycompleja de la estación.

-Sí, esa estación no es solamente un centro de ener-gía mecánica, sino que su acción y su influencia penetranpor todas partes, en todas las manifestaciones de la vidade la empresa colectiva.

-Pero eso no es todo; decía cuando nos encontramosque tendíamos por el método experimental a hacer delkoljoz una empresa industrial que pudiera responder, deuna manera tan perfecta como sea posible al interés de laproducción y del trabajo. Marchamos en consecuenciapor un camino bastante largo, pero que transformará po-co a poco toda la campaña. La que Vd. acaba de ver hacambiado bastante ya en pocos años de colectivización;

LA COLECTMZACIÓN DE LOS CAMPOS

pero este cambio no es nada si se considera lo que quere-mos y prevemos, , ,

Habíamos salido de la estepa, y nos dirigíamos hacialos verdes valles de Nova-Petrovka. El poniente infla-maba el cielo, y sobre las pendientes las aldeas blancas seperseguían como, re~años. Algunas de entre ellas presen-tab,an la característica de estar pobladas por campesinosemigrados sobre todo de Polonia y de Rumania, que enel Estado de los Soviets gozan plenamente del respeto yde la libertad de su nacionalidad. El terreno, aunque cor-tado p,?r anchas ban~as ~e dunas arenosas, y estériles, essusceptible de un CUltlVOintensivo, y el director de la es-tación me informaba de que ya habían surgido allí pe-pequeños arteles que prosperaban.

-Tenemos ahora fundada aquí, en el centro, unasección de nuestra estación. Cada artel tiende a dividirsu propio territorio para obtener alli todos los cultivos~~sib,les; .10 que provoca bien a menudo una explota-Clan irracional del terreno. Debemos impulsar la raciona-lización, más todavía que en el trabajo, en la estructuramisma del cultivo de la gran granja. La unificación de.estos arteles se realizará en torno al centro de nuestra sec-ción, realizando particularmente esta racionalización enel cultivo. Según nuestros planes, toda la zona más alsud, por ejemplo, deberá convertirse en la de cultivos deforrajes con cría de vacas lecheras. La zona que mira a laestepa producirá sobre todo trigo. La que desciende haciael Bug aproximándose a Kherson, después que se la ha-y~ regado y electrificado será una gran huerta. Esta pró-xima transformación traerá consigo la necesidad de cons-trucciones nuevas que cambiarán aún el aspecto exteriorde las aldeas; y aún entonces no habremos hecho todo ... !, Yo .seguía ,co~ los ojos esa perspectiva que se desvane-

cia bajo los últimos rayos del sol, y hubiera creído so-ñar, si lo que veía y constataba no me hubiera enseñadoque. lo q~e 'parece un sueño irrealizable aquí, se vuelverealidad viviente en los campos de la Revolución.

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IO~ GUIDO MIGLIOLI

LA. USINA. y EL ARTEL

Pero no es solamente por la estación de máquinas ytractores que la presencia y la obra del poder soviético seexplican como fuerza integrante y a menudo dirigente dela vida de la empresa colectiva. Hay, además, otros fac-tores por medio de los cuales obra: la usina y la granjaagrícola del Estado o sovjoz.

La usina precisamente por efecto de la colectivizaciónagrícola, ha encontrado el camino y la ocasión de su ins-talación en el campo, donde ayuda e impulsa el cultivoque produce la materia bruta para elaborar y transfor-mar. Las usinas en los países burgueses se concentran lomás frecuentemente en las ciudades, sea por el motivosocial y político de que el régimen capitalista tiene el ma-yor interés en conservar al proletariado de las ciudadeslejos de las poblaciones campesinas, sea porque éstas, ensus pequeñas empresas agrícolas están más inclinadas,bien a menudo irracionalmente a la variedad y a la plu-ralidad de los cultivos. Esta última tendencia existíatambién en los campos soviéticos; pero desde que el pro-ceso de la colectivización comenzó paralelamente a la in-dustrialización rural, surgieron inmediatamente la posi-bilidad y el interés de aproximar la usina a la gran gran-ja agrícola.

En una región, por ejemplo, donde el terreno se reco-nocía como más favorable al cultivo de la remolacha. elEstado hacía construir una azucarería. En la región deSebastopol, en Crimea, he notado, hablando con los diri-gentes de la sección central del "Koljozcentr", que la ins-talación de algunas grandes fábricas de conservas, habíainten ificado el cultivo de legumbres y frutas y había fa-cilitado el pasaje a1 artel de un gran porcentaje de eco-nomías individuales. En la zona montañosa de Nowo-rossik, sobre el mar Negro, fué la fábrica de tabaco laque llevó a aquellos montañeses, que se hubieran dicholos más dedicados al trabajo individual dirigido de unamanera completamente primitiva, a encaminarse hacia un

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

cultivo científico de ese producto por medio de la granempresa colectiva.

y siempre en esta región, he visto en los alrededoresde Krymsk, el comienzo de la construcción de un edifi-cio para la fabricación del extracto de tomate. El Es-tado colaboraba allí en forma preponderante; pero aúnlos arteles que ya se habían constituí do. colaboraban tam-bién con sus capitales. El territorio para el cultivo de lostomates debía ser fijado según un plan establecido entrelos arteles y la fábrica. que ocuparía más de 2.000 obre-ros con perspectivas de ricos resultados. La fábrica ibaevidentemente a servir de motor propulsor y dirigente dela tra~sformación cultural y social de toda la zona cir-cunvecma.

Naturalmente, no es la fábrica así asociada a la agri-cultura lo que constituye la palanca principal de la trans-formación del trabajo agrícola en una rama y una cate-goría del trabajo industrial. La mecanización agrícolacon su centro distribuido, la estación de máquinas y trac-tores, queda siempre como la fuerza que levantará la ma-sa koljoziana a un nivel cada día más elevado desde elpunto de vista técnico y a la vez social. Pero es indudableque este hecho típico de la campaña soviética, poblarse deusinas y de fábricas donde entran en juego los interesesinmediatos de la empresa colectivizada, es de una impor-tancia fundamental a causa de la influencia que ejerceobre la evolución de la población agrícola. Esto llama

la atención casi materialmente. porque es uno de los sig-nos exteriores más evidentes de ese proceso dirigido y do-minado por la industria que tiende a disminuir y a su-primir todo antagonismo y toda distancia entre la ciu-dad y el campo.

EL SOVJOZ y EL ARTEL

Pero la institución que por muchos motivos es sugesti-va en el estudio de los' koljozes, aquélla en que el Estadoactúa particularmente sobre la porción educativa y moralde sus miembros, y que tiene ya un pasado rico en en-

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señanzas, es el sovjoz, la empresa agrícola constituida yregida directamente por el Estado. . .. , .

He recordado cómo, ya desde la división de las tierrasque se efectuara después de la Revolución de Octubre en-tre los que querían cultivarlas, el Estado había cons~rv~-do intactas algunas grandes empresas a causa de su indi-visibilidad, o bien porque debían, bajo la. dirección ~elEstado, proveer poco a poco a las pequena.s economiascampesinas, de ganado de raza, granos seleccionados, etc.He recordado también cómo el Código Agrario de 1922en la definición del carácter de esta empresa del Estado,estableció que su objetivo prec~so era "servir de ejemplotécnico y científico a los trabajadores para. el mejor des-envolvimiento de la agricultura, permaneciendo en con-tacto 10 más posible con la población rural local".

En el nuevo Código Agrario publicado en .1~28,. ~uan-do se manifestaba el comienzo de la colectivización engran escala, hay un artíc. lo que precisa la. obligación pa-ra los sovjozes de trabajar por el cumplimiento de estatransformación social. El arto 35 dice textualmente: "Lasempresas agrícolas soviéticas (sovjozes), como grandesempresas agrícolas del Estado, representan uno de losapoyos del desenvolvimiento de la economí.a, socializa~aen la agricultura. ,Deben ayudar a .la pobl.a,clOnr?ral cir-cunvecina por el ejemplo de S? mejor ges~lOJ?-agncol~, ~esu administración, de sus metodos econorrucos, y tecm-cos, y deben facilitar en ~í mismas, para el progr.e~o de laagricultura, el desenvolvimiento de la cooperacion y dela colectivización."

Una serie de decretos enumera en seguida en este Có-digo, los derechos y los privilegios acorda~o~ por el Es-tado al sovjoz para ayudarlo en el cumplimiento de susdeberes. Ellos comportan: cesión gratuita de las empre-sas; amplias' medidas agronómicas ~ara ayudar a su des-envolvimiento; aumento de sus capitales fundamentales:privilegios en el crédito agrícola, muy espeClalment~,parala compra de máquinas y el empleo de abonos; cesion detierras que formen de los fondos de reserva del Es-tado, etc. Hay que notar también el otorgamiento de eré-

LA CoLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

ditos especiales de favor "con el objeto de construir ha-bitaciones para los obreros agrícolas, y mejorar sus con-diciones materiales y culturales".

Reforzado con todos estos recursos, el sovjoz desem-peñó un gran papel en la época de la lucha contra el ku-lakismo, porque se recordará que al mismo tiempo que ala formación de la conciencia colectivista del campesino,la obra del Estado tendía también a la creación de unabase agrícola bien sólida para la producción del trigo, demanera de substituir y sobrepasar por el producto delsovjoz y del koljoz, el excedente comerciable de trigo pro-porcionado por las granjas de los campesinos ricos. Eldesenvolvimiento del sovjoz, para la solución del granproblema del pan, fué verdaderamente increíble. El"Zernotrust", vale decir, el trust que unió a todas lasempresas agrícolas del Estado que tuvieran por objeto laproducción de trigo, podía ya, en 1931, disponer él so-lo de una cantidad comerciable de trigo superior una vezy media a la de que disponían las economías de los kulaksen 1927, y que era de 22 millones de quintales.

El carácter industrial del sovjoz y su especialización,que se extendió a todos los cultivos más importantes, danen adelante a esta empresa la verdadera estructura de unaindustria. El sovjoz representa realmente la gran indus-tria agrícola soviética. Basta subrayar el simple hecho deque los sovjozes cultivadores de trigo alcanzan a las másgrandes empresas industriales sea en la mecanización dela producción, sea en la formación orgánica de su capi-tal. La parte constante de éste, para citar un ejemplo,llega en algunos sovjozes al 92 % del capital total; muypoco, pues, inferior al porcentaje que encontramos en lasusinas Putilof en Leningrado, que es de 95 %.

Pero sobre la función del sovjoz, considerado comouna de las más grandes fuerzas de la industrializaciónagrícola soviética, volveré más adelante, cuando me deten-ga particularmente en ese tema. Ahora quiero poner enevidencia la manera en que actúa el sovjoz, y por quémedios llega al koljoz hasta convertirse en un poderosofactor de su vida.

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Uno de estos medios, el principal. ha sido pr~cisado yaen los artículos anteriormente c}tados. ,E~ sOVJOZ e~ ';lnejemplo, una escuela, por su meto do tecmco y admm~s-trativo, para la población de los alrededo~~s. Pero, au~va más lejos. Allí donde no hay una estación de .maqul-nas y tractores, la reemplaz~ utilizando su matenal pa~aayudar a las empresas colect.i~as .Y .tanto como le sea POSl-ble también a las empresas individuales.

Me acuerdo de un pequeño sovjoz que visité en 1930,en el campo de Saratov, a cuarenta kilóme~ros de Mosc?Se trata del sovjoz "Kostantinovna", destinado ~ la errade una raza porcina especial. A causa .~e la ca~idad delterreno circunvecino, desarrollaba tamb~cn la cna ?e ga-nado lechero, intensificando con este obJet?, eJ CUltiV~ delos prados. Disponía de t~actores y de maqumas agnc~-las, y su director. un inteligente y modesto .emigrado li-tuano, me mostraba los resultados del trabajo q~e se ~a-bían podido alcanzar con las máquinas del sOYJoz mis-mo, en los arteles vecinos, para el arado, la siembra. elsegado de la hierba y la cosecha de los cereale~.

"Aquí no se verificó -agregó él- el fenómeno oc~-rrido en el invierno de 1929-30, en que granjas carnpesi-nas individuales entraban en el artel para salir de él enseguida; y esto es debido a la acci~n del sovjoz que habíapreparado indirectamente el ambiente mora~ y mater~alde la colectivización. Desde el punto de Vista matenalpor la demostr~ción d~ las ventajas, de nuestro cultivo ~e.can izado al mismo tiempo que dabamos a las pequen asgranjas nuestras semillas. nuestros. ~bonos, etc. pel pun-to de vista moral, por la producción mucho mas grandede nuestro trabajo y por su mayor provecho c5'n respec-to al trabajo individual. Nuestros obreros agnc~las fue-ron bajo ese punto de vista, un excelente vehículo depenetración y de educación ~e l~s ma~~s campesinas, y loson aún ahora entre los koljozianos.

LA CoLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS 109

EL ÓBRERO AGRICOLA y EL KOLJOZIANO

Este aspecto de la función del sovjoz en la vida de 1••granja colectiva me interesó mucho, y creo que es oportu-no ponerlo en evidencia.

El sovjoz es una empresa en la que toda persona quetrabaje se encuentra en la misma posición que el obrerode la usina. Todos los sovjozianos tienen el mismo re-glamento que los obreros de las fábricas, en los horarios.para los seguros sociales, para las vacaciones y días de r -poso; todos, 10 mismo que el obrero de usina, participanefectivamente en la gestión del sovjoz, puesto que su di-rección, que depende directamente de los órganos del Es-tado, no se separa de la mano de obra. sino que pide. porel contrario. su contacto y su cooperación. La retribu-ción del obrero agrícola no se basa solamente en las tari-fas de salarios fijadas por las oficinas competentes, sinoque se liga también al desenvolvimiento y al progreso dela empresa.

Este trabajador, aunque vive en el campo, tiene unaconciencia y una mentalidad muy diferente a las del cam-pesino. Porque tiene y continúa teniendo sobre el quese fatiga en su pequeña granja individual, la ventaja deformarse una cultura técnica y una personalidad muy par-ticulares, que pueden madurar sólo en un medio comoel sovjoz, empresa agrícola cada vez más perfeccionada,al margen y contraria a toda idea de esclavización y ex-plotación del personal que la sirve.

Por ello es evidente que no se puede ni aún hacer unacomparación entre el obrero agrícola del sovjoz y el jor-nalero de las grandes empresas capitalistas, donde esteúltimo es considerado sola y exclusivamente como el ele-mento que hay que explotar hasta los huesos. El obrerodel sovjoz es el proletario que, viviendo y trabajando enla empresa socializada, emanación directa del Estado delos Soviets. moldea su cerebro y su alma con el ritmo ycon los objetivos de la economía soviética' que no está al

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servicio del capitalista, sino al de la e!e~ación eco~ómicay moral siempre creciente. de la colectividad trabajadora.. Agitar. inflamar esas conciencias de los obreros agr~c~-

las que viven en medio de los campos. ~onde la colectivi-zación debuta y se desenvuelve, significa aportar a estatransformación económica y social una cantidad constan-te de calor y de incitación, El sovjoz, so~re este punto,completa, amplifica y perfeccion~. el traba}o, ya tan pro-fundo. de la usina y de la estación de maqumas y. trac-tores. Y yo, que he visto en muchos arteles de que ma-nera se establecen y se mantienen los contactos en.tre kol-j zianos y sovjozianos, en todo ~as? mucho mas cons-tantes que las relaciones de los kO!Jozlanos con e.l prolet~-riada de la usina, me he persuadido de que su influenciaes enorme e incalculable. Tan grande. que a menudoarriesgaba esta pregunta: "El koljoziano no sentirá na-cer de esta íntima ligazón con el sovjoziano el deseo y elgusto de ser también incorporado a la empresa agrícoladel Estado, prefiriéndola a la empresa colectiva?"

"Si se trata del "batraki", es decir, del jornalero agrí-cola empleado por el campesino y sobre todo por el ku-lak, su pregunta tiene una respuesta afirmativa -me de-cían los obreros de un sovjoz.- Pero cuando se trata detrabajadores de una empresa colectiva agrícola: su pregun-ta no puede ni siquiera ser planteada. Trabajando en unsovjoz, trabajamos en una empr~sa del Estado. y .estoquiere decir, para nosotros: trabajar para la colect~vlda?de la que somos una parte. Para nosotros nuestro interéspersonal se confunde con el interés colec.tiyo. Este hechoda a nuestro trabajo, al salario que recibimos, al estadode espíritu que llevamos a la obra cotidiana, un caráctercompletamente particular. que hace de cada uno de nos-otros, un obrero "soviético" El koljoziano está en elmismo camino. Es una parte de la gran empresa colec-tiva, aún si ésta tiene una base campesina. Es una em-presa que participa cada vez más en la v~da de toda la co-lectividad, es decir, de todo el Estado. Tampoco el kol-joziano calcula ni su trabajo ni sus bene!ici~s. según ~lpunto de vista exclusivamente personal e individual, SI-

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

o desde el punto de vista del desenvolvimiento de lampresa colectiva ', que a su vez trabaja para el progreso

gen~~al de !~.agricultura y de la economía toda de la~mon Sovletl~a .. De igual manera que nosotros traba-~amos para el éxito del sovjoz, él lo hace por el del kol-JOZ. Tendemos nuestros músculos en un común esfuer-zo, Nuestro trabajo. material o moral, es idéntico."

LA PRIMERA ORGANIZACION DEL TRABAJO

Es preciso conservar bien claras estas ideas, porque sir-yen ~n gran parte para esclarecer toda la organización1';ltenor del trabajo en .las grandes empresas agrícolas colec-tivas. S?S reglamentaciones, sus rendimientos, sus formasde retribución, Esta parte es muy importante para elestudio del artel. Puesto que{ aunque el Estado contri-bu~a como lo he demostrado ya. por medio de las insti-tuciones que. ri.ge y subvenciona, a ayudar y a facilitarel desenvolvimiento del artel, esto no basta para hacerlealcanzar. sus mejores resultados. El tiene siempre una vi-d~ propia. y la. fuerza vital le es otorgada por la acti-vidad de los miembros que lo constituyen. La maneraen que su traba~o está organizado, la calidad y la canti-dad ?e su capacidad de producción, los estimulantes quefuncionan a fin de acrecerlo y de perfeccionarlo, son loseIen,tent.os ~e los que depende la valorización misma delas mstltuclOnes del Estado o apoyadas por el Estado yde las cuales al artel sufre la influencia poderosa r

.E! reglamento-tipo del artel, establece que debe ser ad-rnmlstra.do por la asamblea general de sus miembros, ypor !~ due.cclOn elegida por esta. asamblea. Este reglamen-to fija cuales deben ser las atribuciones específicas de laas~m~lea, es decir, el poder de decisión sobre los asuntosmas 1Il'~I?ortantes 9ue ~?nciernen a la actividad del artel,la eleccI?? de la dl1~ecclOn.Y de .la comisión revisadora, laaprobaclOn d~ las Iíneas directrices del trabajo. Pero enu-n,tera en seguida toda una serie de objetivos técnicos y so-cia: que deben permanecer siempre presentes en el espíri-tu todo miembro. del artel. Hay objetivos de carácter

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económico, para acrecer la productividad de la granja:aumentar los terrenos cultivados, abonar aquéllos cuyacalidad es menos buena, utilizar la fuerza de tracción, pa-sar lo más posible al laboreo mecánico, organizar un em-pleo cada vez mejor para el capital de inventario, mejorarla rama zootécnica, proceder a la construcción de los es-tablecimientos exigidos por la industrialización agr.ícola,etcétera. Pero hay también objetivos que se relacionandirectamente con los miembros del artel y que son "laelevación continua del nivel político y cultural, el mejo-ramiento por todos los medios. de las condiciones de exis-tencia de los mencionados miembros y particularmentede las mujeres y de los niños."

El mismo reglamento determina, pues, que en el arte! sedebe proceder al mismo tiempo al .aumento de la prod~c-ción de la empresa y al mejoramiento moral y materialde los que forman parte de ella. Armonizar estos esfuer-zos, llegar al mismo tiempo a las dos metas, es dar a lavida interior de la granja colectiva 'un ritmo y una dis-ciplina que no se pueden encontrar eu; ninguna empresacapitalista análoga, donde estos dos objetivos no con~uer-dan jamás, sino que por e! contrario, el segundo es SIem-pre descuidado y muchas veces ignorado.

¿ Cómo se ha realizado ese acuerdo? ¿Por qué mediosse ha llegado a esta disciplina de trabajo ,:~n su doble o~-jetivo de acrecer la capacidad de 1?r?dUCClOnd~ la g~anJacolectivizada y mejorar las condiciones de existencia delos koljozianos y de sus fa~ilias? En suma, ¿cuá.l es laatmósfera en que los trabajadores del artel respiran yviven?

Esfuerzos formidables de colectivización agrícola, quehan coordinado los principios dirigentes de la gran expe-riencia con las realidades complejas del material "huma-no", o mejor dicho del material "campesino", permitendar estos últimos años una respuesta a esas preguntas so-bre las cuales está fija la atención del mundo burgués.

Al comienzo del flujo gigantesco de las empresas indi-viduales en el artel, las granjas agrícolas que se habíanconstituído no quisieron romper inmediatamente con las

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

mbres de la vi?a, campesina .. Fué así que el trabajo I

n el artel se organizo por familias: y su retribución en_óductos o en ~~peCles,en parte recogida en el correr del~ y el ,total fijado y reglado a la terminación del ejer-

cío agrícola, se ef~ctuó por cabeza. Sin embargo, estagla no fue generah~ada. Fué sugerida por la necesidad

~ graduar, hasta se~un los lugares, el cambio que la vida,de la empresa c.olectlva agrícola hubiera ciertamente exigi-dc:",a menudo Impuesto. Esto, por lo demás, habría per-mitido ~al~ular de muy cerca. la aptitud y la capacidad delos koljozianos, reglarlas y encuadrarlas inmediatamenteen una organización científica del trabajo.

Este período ~e transformación fué muy breve y debía,en efecto, cesar inmediatamcnrs que el criterio y el ritmode l~, industrialización estuvieran maduros para su ace-ler~clOn, para una organización y una disciplina de tra-bajo que correspondieran mejor a los objetivos econó-ml~~s, mo~~l.es y s~c~ales. hacia los que la industriali-zacion sovietrca se dirige.

LA ORGANIZACION DEL TRABAJO SOBRE BASES CIENTIFICAS

. ,Como, al comienzo de 1930, para sacar la colectiviza.cion agrícola de uno de sus momentos más críticos esnuevamente Stalin quien anuncia ahora "el advenimien.tO,de este período quereclama una política nueva y otrosmet.~dos para la aplicación del plan industrial en laUnlO~ de l~s Soviets:' Dirigiéndose más especialmentea 1~ industria, pero en forma de orientar igualmente laagricultura colectivizada hacia sistemas análogos, él uníalos n.umcrosos problemas en seis puntos principales. Lanec.e~ldad de estable~e~ salarios diversos para los obrerosc~lIflcados y no calificados. La de combatir las oscila-Clones en el rendimiento del trabajo, y aumentar la fuer-za de producción de las empresas. La creación de unanueva "e~ite." destinada a mejorar la producción. Eld<:scnvolvlmlento de cuerpos técnicos especializados. Labúsqueda de nuevas fuentes de capitales. El perfecciona-

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miento de la mano de obra por la disciplina superior dela emulación.

Corno siempre, también esta vez la burguesía del mun-do entero fingió no comprender ni el salto adelante queiban a dar la producción y la economía industriales yagrícolas, ni el inevitable progreso que se iba a obtenergracias a esta nueva política soviética. De igual modoque en el momento en que Lenin, comenzó la polít~ca dela NEP., esta vez todavía, despues del golpe formidablede su sucesor, ella habló del retroceso de la doctrina y delos métodos soviéticos, y preconizó su retorno a los prin-cipios del capitalismo.

No alcanzaba a comprender o quizás no quería com-prender, cómo en el Estado de los ~oyiets, en la industriasoviética, en la agricultura colectivizada, l?s aconteci-mientos toman una fuerza y un color especiales a causade que se trata allí de un Estado, de una industria y deuna agricultura que no son ni capitalismo ni para el ca-pitalismo, sino de los trabajadores y para los trabajado-res. Este hecho transforma completamente la sustanciade la vida y de la disciplina del trabajo, aunque ellaspuedan recordar la nomenclatura y los métodos emplea-dos en el régimen capitalista.

Para volver a la organización del trabajo en la em-presa agrícola colectiva, que se orienta en la vía magis-tralmente trazada por Stalin y más específicamente ela-borada por la acción del Comisario de Agricultura, Iako-vlef, diré que el sistema de distribución del trabaj.o porfamilias y la división de los productos de la granja porcabeza fueron bien pronto abandonados. Como en lausina, el trabajo en su calificación y en su cantidad debíaservir en el artel de base para la repartición bajo todassus formas de los rendimientos de la empresa. Y la emu-lación debía ser la fuerza propulsora, para llevar la pro-ductividad del trabajo a su grado más alto y más per-feccionado.

En la primavera de 1931, lakovlef planteó .cIaram.ent~esta cuestión ante el VI Congreso de los SOVIets. CItareun pasaje de su discurso: "No queremos ocultar nada.

LA CoLECTMZACIÓN DE LOS CAMPOS

Nos dirigirnos francamente a los miembros de los koljo-zes y les decimos: la gran causa de la economía colecti-va que, pese a todas las debilidades y a la falta de ex-.periencia de sus miembros ha aumentado en un solo añode ensayo desde 1930 el rendimiento de sus miembrosen un 150 %, puede peligrar, sin embargo, si se obsti-nan en la división de los productos por persona y si nole apresuran a sustituir esto por un sistema correspon-diente a la calidad y a la cantidad del trabajo suminis-trado." La palabra y la advertencia de los dirigentes delEstado soviético fueron acogidas y seguidas por las ma-sas trabajadoras mejor que si hubieran sido una orden.

EL PRINCIPIO SOVIETICO DE LA PRODUCTIVIDAD DELTRABAJO

En la práctica, he aquí de qué manera ha estado re-glada la organización del trabajo y cómo continúa per-feccionándose en la empresa agrícola. El centro cons-tante es la dirección elegida todos los años por la asam-blea general de los koljozianos. La dirección es el ór-gano ejecutivo del artel, y ella es la que, corno dice el re-glamento, "reparte entre los miembros los trabajos másconvenientes, confiriéndoles por esto mismo la respon-sabilidad de ello y todos los derechos inherentes."

Los miembros del artel, pues, en su trabajo respecti-va, no son simples ejecutores materiales, sino que debenconsiderarse como elementos conscientos y responsablescon respecto a toda la empresa. Fué este principio el quedió nacimiento a la organización de las "brigadas" en elseno mismo del artel, los vivificó y los entusiasmó inrne-diatamente en una medida increíble, aplicando la reglamoral de la emulación, llegada a ser en adelante una leysoviética.

Quiero explicarme mejor. En la gran empresa agríco-la la mano de obra se dividió por grupos, según el tra-bajo que a su turno podía cambiar por motivos cultu-rales o de estación, y que generalmente tiene necesidaden toda empresa agrícola de un personal especializado

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en ciertas ramas. tales como el empleo de las máquinas.Es así que se formaron los grupos de los "tractoristas",del personal destinado a las máquina~; y para los traba-jos de estación, los grupos para la siembra, para la co-secha. para el desmonte, en suma, todos los que son eIl?'-pleados en un cierto trabajo agrícola donde es necesanoun cuerpo disciplinado y armonizado. Est~ repa~tic~óndel trabajo ya adoptada por la gran ventaja capitalistacon el objetivo de una explotación más segura de la ma-no de obra. es por el contrario, en la granja colectiviza-da considerada por los koljozianos mismos como un me-dio de emplear mejor sus propias energías y de llevarlasen el interés de todo el artel, a su más alto grado de pro-ducción. Es así que se constituyeron brigadas entre loskoljozianos y que, justamente para expresar el fuerte im-pulso moral y material con que iban a proceder en ~u ac-tividad. estas brigadas quisieron llamarse a sí mismas,"brigadas de choque".

Cada brigada escogió su jefe, llamado "brigadier",que no es el "jefe" impuesto a los equipos de traba-jadores por el patrón de la explotación agraria capita-lista, con funciones policiales de vigilancia y de espio-naje. El brigadier es elegido por los miembros de labrigada, de acuerdo con la. dirección del artel, por susmejores cualidades de trabajo y de una mayor compe-tencia eventual; penmanece normalmente en contactocon la dirección, con la cual negocia la aceptación de lostrabajos y su retribución. En cuanto a esta última, elmétodo de medir el trabajo sólo de acuerdo a su dura-ción teniendo en cuenta las horas y las jornadas emplea-das para la repartición ~el producto ?el ejercicio ~gr~-cola, ha desaparecido casi: y a este metodo ha sustltu~-do en una proporción cada vez más amplia. el reconoci-miento del trabajo según su cantidad y su calidad.

En las brigadas que se han formado entre el perso-nal destinado a cuidar las vacas lecheras. hay algunasque han celebrado ciertos acu~rdos con la direcció~ ?elartel basándose sobre la cantidad de la leche. el éxitode la cría de terneros. etc., lo que exige una constante

aplicación de nociones de zootécnica si se quieren obtenerbuenos resultados. En numerosos trabajos y particular-mente en el laboreo de los campos. se generalizó bienpronto el sistema del trabajo por tarea, es decir. con-t~atos a destajo, teniendo por base la cantidad y la ca-hdad de la obra a hacer. y no el tiempo ni el número deobreros necesarios para realizarla.

Pero se dirá entonces: "j Ese es el trabajo a destajo,el método más característico de la explotación de la ma-~o d~. obra en la agricultura y en la industria capita-hsta! Recuerdo haber llevado yo mismo una luchacontinua en las grandes granjas de cultivadores lombar-dos en Italia, para impedir que los trabajadores agríco-las fueran contratados en ellas como trabajadores a des-tajo; reclamaba, por el contrario, que se les pagara porcabeza y por hora. Y tenía razón.

En el capitalismo este sistema tiende a agotar todala energía del trabajador, a excitar su deseo violento deganancia, y esto exclusivamente para el mayor prove-cho del patrón. Lo que representa el pequeño aumentode salario que el trabajador puede obtener por todo elesfuerzo de sus músculos es algo pobre, ínfimo, mise-rable. en comparación de lo que saca el capitalista. Esesta desproporción injusta la que ha impulsado a todoslos trabajadores agrícolas y de usina a lanzar contra estesistema todo su odio!

Destruyamos los beneficios del patrón; identifique-mos por así decir. estos beneficios con los del trabaja-dor; de mar:~r.a que p~e?a. como ocurre en. la empresaagrícola sovretica, adquirir una doble ventaja: la inme-diata de una retribución mayor por su trabajo. y laotra mucho más importante del provecho realizado porla e~presa que le pertenece a él también. El trabajo adestaja llegará a ser entonces el sistema hacia el quetodo trabajador aspire a llegar para su satisfacción ma-terial y moral.

Fijar en una empresa agrícola capitalista la retribucióndel trabajo según su calificación y su cantidad, y ligareste principio por el sistema de pago según la tarea indi-

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vidual O colectiva, es un medio de explotación de talmanera conocido y probado que cualquier trabajadorconsciente, abierta o secretamente, no tiene por él másque repugnancia. Y si lo acepta lo hará solamente impul-sado por la necesidad u obligado por la fuerza; pero sufatiga estará continuamente exasperada. Su trabajo le se-rá más pesado, más duro y más penoso. Transportemossin embargo, el mencionado sistema a la vida y a la at-mósfera de la granja soviética, donde no quedan de élmás que el nombre y la forma, pues la sustancia y elespíritu han sido radicalmente transformados, y su apli-cación cesará de ser una condena impuesta al trabajador,para volverse por el contrario uno de sus deseos másvivos. La dureza misma del trabajo disminuirá y se ol-vidará. El trabajo se fundirá en el goce del alma y delcuerpo. Multiplicará las energías físicas del trabajador, ylo incitará al amor, cada día más profundo por la em-presa donde vive, puesto que se elevará y progresará conella.

Ignoro si el Congreso de los sabios de psicotécnica, quetuvo lugar no hace mucho en Moscú, en el que participa-ron técnicos de todos los países, se ha detenido suficien-temente sobre esta realidad, en la que la contradicción en-tre el mundo burgués y el mundo soviético es tanto másgrande y más fuerte cuanto que está velada y oculta porel uso de una terminología idéntica. Yo sé solamente quetan pronto fué esbozada esta disciplina de trabajo en to-das las granjas colectivas, hizo desenvolver de inmediatoesta ley soberbiamente moral que es la "emulación". Ellano brotará jamás en las usinas y en las grandes granjascapitalistas, porque no respira di se nutre más que en elambiente de la empresa soviética, donde hay una vivaci-dad, una te"renidad, una dicha, ¡ay! demasiado ignoradaspor todos los trabajadores de las usinas y de los campos,para quienes la empresa capitalista es una aplastante ca-pa de plomo.

Esta emulación se explica en los arteles por un verda-dero concurso entre brigadas; y se amplía por los des-afíos que se lanzan los arteles entre sí. La dirección del

LA CoLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

arte}, que dirige estos fecundos e inteligentes esfuerzosde las colectividades y de las voluntades, colabora en elloscon primas y otros medios. El "Koljozcentr" participaambién en el torneo entre las numerosas granjas colecti-as. Todo llega a ser emulación y estímulo. Todo sirve de

incitación al progreso, del punto de vista económico, edu-cativo y social. Todo está orientado y dirigido para alcan-zar un grado de mayor rendimiento, y de mayor produc-tividad del trabajo, por el desenvolvimiento y el perfec-cionamiento de la conciencia colectivista de todos los tra-bajadores.

El problema básico de la colectivización agrícola, ¿ quédigo? del orden económico y social surgido de la Revo-lución de Octubre, se encuentra aquí. Y Lenin lo definíacon una sabiduría y una claridad de lenguaje incompara-ble, por estas simples palabras: "La productividad deltrabajo es, en resumidas cuentas, el punto más importan-te y decisivo para la victoria del nuevo orden social. Elcapitalismo ha creado una productividad desconocida enel régimen de la esclavitud. El capitalismo existirá mien-tras el nuevo orden social no haya creado otra producti-vidad de trabajo muy superior. Esta obra es difícil y lar-ga. Pero lo esencial es que se haya comenzado."

El 17 de marzo de 1934, el Gobierno soviético pu-blicaba una ley de orden general, que reglamenta el siste-ma del salario de los trabajadores sobre la base de la can-tidad y calidad de la producción suministrada. Y esta leyabolía un artículo del Código de Trabajo garantizandoun salario mínimo, porque esta disposición no interesabamás que a algunos grupos de trabajadores retrasados.

FACTORES DE DESENVOLVIMIENTO

En la colectivización agrícola es necesario subrayar.sobre este asunto, muchas fuerzas que han concurrido yconcurren aún ahora a volver cálido el medio del artel,a fin de que el principio de la emulación y de la organi-zación del trabajo en brigadas, convertidas en órganos deuna combatividad enorme, encuentre una atmósfera que

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las excite y alimente. Una de estas fuerzas está represen-tada por el proletariado, por el obrero de las usinas, cuyapenetración en la campaña llega a ser cada vez más pro-funda gracias a la colectivización.

Es un hecho muy notable que se verifica en la Rusianueva. en oposición a lo que pasa en los países burgueses.La usina, la ciudad. que también en la Unión de los So-viets atraían a numerosos campesinos y ejercían sobre to-do entre los jóvenes una gran influencia, vieron. con elcomienzo y el desenvolvimiento de la industrializaciónagrícola un gran reflujo hacia la campaña de los elemen-tos rurales emigrados. Volvieron a ella con verdaderoamor; traían consigo los frutos de la vida y de la expe-riencia adquirida durante su estada entre el proletariadoindustrial, donde las nuevas directivas para la organiza-ción del trabajo y para la emulación entre los gruposobreros y entre las usinas habían sido acogidas con tan-to entusiasmo, y habían dado nacimiento a las iniciativasmás geniales. Así, por ejemplo, en muchas usinas, ade-más de las brigadas de choque. se formaron brigadas pa-ra la buena calidad del producto. para el mejor rendi-miento. etc.. etc.

Es preciso subrayar aun un hecho que muestra concuánta pasión el obrero de la ciudad sigue esta rcorga-ganización profunda de la vida rural. Es bien difícil,sobre todo durante el verano, visitar el campo colectivi-zado sin encontrarse con grupos de obreros que van allíno solamente porque están encargados por sus fábricas deayudar a los koljozianos en ciertos trabajos, sino por-que se sienten movidos por el deseo de unirse y de cola-borar en la industrialización de la empresa colectiva.

Otro factor que por todas partes pero sobre todo enUkrania es un fuego continuo. una gran fuerza estimulan-te de la nueva disciplina de trabajo en el artel, está cons-tituído por .el "Comité Campesino". iHistoria magnífi-camente generosa. historia rica en combatividad y en en-tusiasmo esta de los "comités campesinos" (Cornitetyniazarnochnich selian) que nacieron durante los trági-cos años de la guerra civil. que organizaron las masas

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS 121

más pobres, y que tenían por objetivo animar la resis-tencia de las poblaciones campesinas y conducirlas a la ba-talla! Estos Comités, después de haber rechazado yaplastado a los generales mercenarios y sus bandas, secomprometieron con mayor audacia y empecinamientoaún, en la reconstrucción económica de las tierras saquea-das y ensangrentadas.

Durante la lucha contra los kulaks, estos Comitésdesempeñaron también un papel de una eficacia conside-rable. Y cuando la colectivización agrícola se gcnerali-zó hasta ser integral en esos campos fecundos de la tie-rra negra, los Comités Campesinos, en lugar de disol-verse, se reorganizaron y pasaron a las empresas colee-tivas en grupos de vanguardia siempre vigilantes y act~-vos. Su tradición de audacia los coloca en las primeras f¡.las de la emulación, arma hoy necesaria para las conquis-tas más urgentes en el dominio económico.

Esta constatación me produjo un vivo interés. porqueevocaba para mí la miserable masa agrícola sufriendo ba-jo el régimen capitalista que la aplasta. y hacia la queahora avanza la bandera del Comité Campesino corno unainvitación al combate. Nacido de las necesidades de la lu-cha contra el enemigo, es ahora pionner de los progresosde la colectivización. Su razón y su fuerza de vida estánen el combate. Pero solamente después de haber quitadodel camino a todos los enemigos. los Comités carnpesi-nos pueden arriesgarse hacia la cumbre de todas las as-censiones económicas y sociales.

El espíritu y el ardor de batalla que este Comité des-arrolla en el seno de la colectivización, allí donde habíaya una tradición propia. se han generalizado en todoslos campos de la Unión Soviética por medio de otro ele-mento hacia el que vibra la más profunda simpatía: elsoldado.

No es mi tarea explicar cómo el soldado soviético notiene nada de común con la vida. la disciplina, la acti-vidad y las funciones que son impuestas a los soldadospor el régimen capitalista. sobre todo a aquellos enrola-dos en los campos para formar su ejército. Indicaré so-

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lamente que el ejército ha sido y continúa siendo en laRusia bolcheviki, la escuela más alta y más no e parala formación del campesino, no solamente como defen-sor consciente del Estado proletario, sino también comociudadano capaz de combatir en primera fila por todaslas conquistas hacia las que se dirige la Revolución. Elsoldado-campesino volverá en consecuencia a los cam-pos, pronto a ser, moral, técnica y políticamente, una frac-tor especial de acción inteligente y de transformación fe-cunda.

He encontrado en una relación oficial, publicada porel Comisario de la Guerra, con motivo del XIlIQ aniver-sario de la fundación del Ejército Rojo, una corta esta-dística más elocuente que toda otra ilustración de los ob-jetivos y de los métodos del "militarismo" soviético.

En 1927, el Ejército Rojo instruyó a 36.756 perso-nas en el trabajo práctico del campo; en 1929, estas ci-fras se elevaron a 107.748. En 1930, el Ejército Rojodió a la colectivización agrícola alrededor de 15.000 di-rigentes de koljozes, 13.000 agricultores especializados,9.000 labradores de huertos, 20.000 criadores de gana-do; 25.000 chauffeurs mecánicos de tractores, 13.000contadores y administradores; otros 3.000 soldados fue-ron preparados para continuar los estudios técnicos agrí-colas superiores.

Estas cifras son de una rara elocuencia, tanto más sise piensa que se remontan a 1930, y que en los últimosaños el esfuerzo para educar al soldado en los problemasde la vida y del trabajo colectivos, ha aumentado enor-memente. És posible concebir pero no expresar lo que to-da esa fuerza "militarizada", es decir, forjada e infla-mada en el fuego de los más altos ideales soviéticos, ha-brá aportado de calor y de entusiasmo a la grandiosa ba-talla de la colectivización y de la industrialización agrí-colas!

LA COLECTIYIZACIÓN DE LOS CAMPOS

LA KOLJOZIANA

Este gigantesco movimiento hacia la colectivización,de millones y millones de pequeñas economías indivi-duales, ¿ hubiera sido posible sin la adhesión y la par-ticipación de la mujer? Si la campesina se hubiera opues-to a él, si la profunda convulsión producida arrancan-do los hábitos familiares, los límites mismos de la viejaempresa agrícola, hubiera encontrado sólo la resistenciapasiva de la mujer, ¿podrá haber triunfado? Basta plan-tear esta cuestión para que una respuesta negativa se pro-duzca. E igualmente toda la reorganización del trabajoen la gran ventaja colectiva, todos los cambios que estáen vías de determinar en sus métodos, en su disciplina,en fin, en la vida entera, del artel, tan diferente y aleja-da de lo que era la vida en la pequeña granja, no es hoyun hecho viviente y realizado, sino porque la mujer ad-hiere y concurre a él con toda la energía de que es capaz.

La explicación de este hecho se encuentra indirecta-mente si se piensa que también la "campesina", la mu-jer de la tierra de los países capitalistas, no es la mismade antaño, la que había modelado una tradición de ser-vidumbre.

La miseria y el terror han terminado por vencer sutendencia a la resignación. Ella no permanece más muday abatida ante el hogar apagado y la mesa vacía, entrecriaturas temblorosas que la rodean y le piden pan. Enlos acontecimientos cotidianos, la campesina de muchasaldeas ha aprendido a ser combativa. En la crónica delterror fascista, no se lleva cuenta de las mujeres que aúnen los campos, marchan contra él luchando heroicamente.La mujer soviética se ha despertado, ha vivido y se haforjado bajo el fuego de continuas batallas. Su historiala pone a la orden del día por sus sacrificios en los com-bates de la Revolución, y en aquéllos todavía -rnás dra-máticos de la guerra civil. Pero lo que sobre todo la for-mó, fué esencialmente el régimen nacido de Octubre, fue-ron los principios que proclamó y las iniciativas que hi-

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zo surgir: la igualdad de la mujer y el hombre en susderechos políticos y de trabajo, la protección especial ala mujer durante la maternidad, los cuidados sociales ca.da vez más minuciosos hacia los niños, su elevación atodas las ocupaciones a que podía aspirar. Es de este mo-do que la campesina soviética. después de ser moldeadaen la lucha contra sus enemigos, ha acrecido y educadosu inteligencia y su conciencia hasta comprender y seguircon el mayor entusiasmo, esta formidable revoluci,óncultural que fué la colectivización.

Aunque hayan pasado pocos años desde el comienzode este movimiento. los que lo siguen son unánimemen-te de opinión de que la mujer ha llevado a él tal ardor,tal energía y tal voluntad. que explican muy bien cómoella ha llegado a ser. en la vida práctica de la emulación,una fuerza de un valor inestimable.

Pienso en este momento en algunas cifras recogidas poractas oficiales. que reproduciré porque me parecen sus-ceptibles de dar una idea concreta de lo que afirmo. Heleído. por ejemplo. en los documentos del "Koljozcéntr"que y a en 193 1 las brigadas de campesinas que' se habíanmovilizado para la batalla de la siembra primaveral yde la cosecha, se elevaban a cerca de 122.300. aunque laslabores fueron parciales. Y por 10 que se refiere másparticularmente al artel, he encontrado cifras que mos-traban el impulso con que la antigua campesina habíasabido llegar a los puestos responsables en la direccióntécnica y administrativa de la empresa colectiva. Estosúltimos años marcan naturalmente un nuevo progreso.He aquí las cifras anunciadas en el XVII'" Congreso. enfebrero de 1934, que aunque incompletas. son de un al-cance indisc~tible: 6.000 mujeres están en la presidenciade los koljozes; más de 60.000 son miembros de direc-ción; se cuentan más de 28.000 jefes de equipos. y másde 100.000 están a la cabeza de secciones de brigada; cer-ca de 7.000 de entre ellas con blusa de mecánico, rivali-zan sobre el motor con los "tractoristas" más experi-mentados.

Pero estas cifras no agregan nada para mí a lo que he

onstatado por mis propios ojos en el verano de 1930ando observaba la organización de estas brigadas de

#lujeres colectivizadas, su trabajo y los resultados obte-idos.

Veo todavía a la joven campesina, con la leonada ca-bellera cayendo sobre su cuerpo sólido. dirigir una briga-da de recolectoras en una estepa quemada por el sol. yavanzar hacia mí apretando contra su pecho un gran ma-zo de espigas. como si hubiera sido su hijo. "Todo, des-de la siembra a la cosecha -me decía, radiante-, todoes fruto de nuestra brigada, que ha alcanzado más deldoble de las cifras previstas."

Tampoco olvidaré a la brigadiera Tambotseva, la kol-joziana bien conocida del artel "Octubre", en la regióncentral de la "tierra negra", a la que un año más tardeera discernido el primer premio de las brigadas de choque.Había realizado con su tractor el máximo de los resulta-dos esperados en la calidad y en la cantidad del trabajo.

No es menos sugestivo para mí el recuerdo de las bri-gadas de mujeres de ciertos trabajos especializados delarteh tales como la cría de ganado, y la avicultura. Don-de ellas se ponían a la obra, he constatado que reinabanel orden, la precisión, la limpieza. todo con un impulsoy una vivacidad que transformaban los trabajos más du-ros y penosos en fuentes de placer y de alegría.

Este contraste con la pena muda y el sufrimiento queencorvan a la campesina de las granjas capitalistas (paracitar un ejemplo, la campesina de mi país. curvada bajo elfascismo), me hería en lo íntimo del alma. El nuevocampo soviético, -yo lo oía-, estaba lleno de cantos.y no más la triste y lenta melodía compuesta de melan-colías y de cadencias quejumbrosas como algunas de es-tos horizontes; sino un estremecimiento. un estremeci-miento de pasión y de batalla. Yo escuchaba a las bri-gadas de mujeres que luchaban en la estepa; eran cancio-nes y aires melodiosos y disonantes. duros y cadentes. He-nos de sacudidas y de pausas. de ráfagas y de reposo. igua-les a su trabajo que es un combate y una dicha de vivir.

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CUIDO MIGLIÓLI

iNFANCIA Y VEJEZ

Así en el campo, en todos los trabajos del artel, lamujer es una chispa, un ejemplo de emulación. Pero hayuna parte de la vida de la granja colectiva, que le perte-nece casi exclusivamente. La familia rural permanecemuy a menudo en su antigua casa, y permanecerá enella. hastá que las grand~s empresas completadas y per-feccionadas en su abastecimiento, hayan construído nue-v?S edificios con. ~ayores comodidades para los koljo-zianos y sus familias. Pero en casi todos los arteles seha decidido e inmediatamente realizado, la instituciónde jardines de infantes, que completan la obra y la fun-ción de la escuela, a fin de que las madres puedan entre-garse .~ntera~ente. al trabajo, con la certidumbre de quesus hiJOS esta~ bien cuidados y vigilados.

y es la mujer, naturalmente, quien ha suministrado elpersonal para esas instituciones. Me regocija hacer no-tar qu~ ya en la conferencia de Moscú de las brigadasde mujeres d~ los koljozes, en octubre de 1921, casitodas estas bngadas trajeron cifras interesantes sobre elnúmero y ~l funcio~a~iento de las salas y de las cunasque se hab!an constituido en los koljozes. La direcciónde la granja co.lectiva puso a su disposición sumas con-siderables recogidas del producto de cada ejercicio.

Así el artel es una empresa industrial, organizada enforma de conseguir el mejor resultado en los cuadrosproductivos y e.con~rhi~?s; pero es también una empre-sa de una alta mspiracion moral, que tiene importantesfunciones so~iales. No tiende al provecho por el prove-cho, por el interés exclusivo de capital, sino que tiende~ e~ectuar todo el progreso posible por el bien de los kol-jozianos y de sus familias. Es con este objetivo que seha establ.eci~o en el reglamento del artel, que una parte~el rendimiento de la empresa colectiva, debe ser des-tinada, además de la asistencia de los niños a la asis-tencia de la invalidez y de la vejez. '

He dicho ya cómo esta parte de la asistencia social

en el campo ha sido, durante el período de la NEP.,admirablemente resuelta por la institución típica de lassociedades campesinas de socorros, consideradas por elEstado como órganos especiales y rodeadas y protegidaspor él de toda clase de privilegios. Su solidez y su po-tencia financiera, compuesta de empresas, de usinas, dedinero líquido, podia proveer a las necesidades de laasistencia de los campesinos. Con el crecimiento de lacolectivización, que se anexó e incorporó, aún para ne-cesidades técnicas evidentes, una gran parte de las pro-piedades rurales de estas instituciones, su base económi-ca quedó quebrantada; por otra parte, los principios so-ciales de la empresa colectivizada, hacían considerar laasistencia de los inválidos y de los viejos, como una ta-rea directa de la empresa misma.

Fué así que los arteles establecieron que cierta sumasería afectada en su presupuesto como gasto obligatorioantes que todos los demás, a proveer a la invalidez tem-poraria o permanente de la vejez. Esta suma, segúnmis constataciones, era, en 1930, alrededor del 10 %del producto bruto, una vez deducidas todas las obliga-ciones hacia el Estado. No todas las sociedades de so-corros mutuos desaparecieron, porque hay todavía mu-chos millones de granjas individuales; pero la vía tra-zada por la colectivización a la asistencia social es la quehe mencionado; la que atribuye a toda granja colectivala obligación y la tarea de subvenir a las necesidades deJos inválidos en la familia de cada koljoziano.

En 1930, yo planteé la cuestión para saber si ese sis-tema, que se basa sobre un principio justo, se perfeccio-nará y se transformará en el porvenir. Tenía ante míel ejemplo verdaderamente admirable de los seguros so-ciales obreros del Estado soviético, que aseguran tam-bién a los obreros agrícolas de los sovjozes. Mientrasque el mundo burgués entero está al acecho para abatiresta institución, última trinchera de defensa del proleta-riado ganada por las masas obreras en encarnizadas lu-chas; mientras que su potencia financiera está en cons-tante disminución, en la Unión Soviética el presupues-

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to de los seguros sociales se ha levantado de 1 billón810 millones de rublos en 1930, a la cifra increíble de3 billones 365 millones de rublos en 1932, ya 4 billo-nes 610 millones en 1933.

"Ciertamente -se me respondió,- cada koljoz re-glamenta por sí mismo esta función; pero la ventajade asociar las contribuciones de todos los arte les al me-nos para la invalidez permanente y la vejez, es intuiti-va y será obtenida a medida que la colectivización agrí-cola se generalice y se consolide. En ese tiempo, aún losinfortunados de los campos gozarán de todo 10 que elEstado soviético procura ampliamente para las casas desalud y de reposo y está en el espíritu de cada artel,trabajar de una manera que los inválidos y los viejossientan también el renacimiento de nuestra nueva vida."

Quise asegurarme de la verdad de esta última afirma-ción. y fué con verdadera emoción, que supe por esosvertranos del trabajo, cuánta dicha les producía asistira semejante transformación agrícola. La seguirían aun-que no siempre la comprendieran; viejos árboles de nu-doso tronco. con sus últimas hojas en la cúspide, que seinclinan sobre el borde de los ríos, como si quisieranescuchar su murmullo, y seguir su corriente.

EL NOMBRE DE LOS KOLJOZES

He aquí la vida del koljoz. Reproduciendo en estaspáginas su ritmo, no he querido detenerme sobre las dis-cordancias inevitables que debían necesariamente verifi-carse en un cambio tan radical y profundo. Ellas sony serán aún el objeto de una crítica adversa, a menudotan maligna como ignorante; pero la corriente de losresultados las arrastra y es esta corriente la que entraen la historia como una fuerza que fecunda y domina.Es por otra parte bien evidente que para alcanzar estosresultados cada vez más decisivos, el koljoz ha debidovivir una vida de lucha continua por su mejoramiento ysu perfeccionamiento.

He hablado de la organización y de la disciplina in-

eriorr del trabajo y de sus líneas principales; pero aúnpermaneciendo solamente sobre el terreno técnico y ad-ministrativo, debo agregar que las experiencias realiza-das, las innovaciones introducidas y las luchas sosteni-das para hacer de todos los koljozianos factores cons-cientes, no han tenido tregua. En la repartición del tra-bajo entre las brigadas, se adoptó también, por ejemplo.el método de asignarles para ciertos cultivos, lotes deter-minados. Se organizó sobre todo en los grandes koljo-zes la parte concerniente al control y a la inspección.Muchos de entre ellos elaboraron en su seno. a los finesde una rotación y de una intensificación racionales delos cultivos, un plan que comprendía el desenvolvimien-to de trabajos y transformaciones sucesivas de sus do-minios. Se estudió sobre todo y se estudia todavía hoy.la aplicación más precisa de una disciplina que debe sermuy educativa, es decir, que habitúe al koljoziano acomprender y a cumplir escrupulosamente, sus deberesde trabajador colectivista hacia los otros koljozianos,hacia los campesinos todavía ligados a su granja fami-liar. y hacia el Estado.

El Comité Central Ejecutivo, y el Consejo de los Co-misarios del Pueblo, en septiembre de 1932, dictaron aeste respecto, reglas de gran importancia. Los koljozesdebían desembarazar cada vez a la dirección central y ala de las brigadas del elemento incompetente, porquesobre las calificaciones políticas del koljoziano, debíaprevalecer la capacidad de trabajo y su competencia téc-nica. Jamás se ha cesado de inculcar por los órganos delEstado. los deberes que tienen los koljozes de extendersu acción y su colaboración a las granjas individuales.Estas deben ser atraídas a la colectivización por el ejem-plo de la gran granja, pero más que nada por la ayudapráctica que esta última debe darles continuamente. Esnecesario aplicar la disciplina, aún con severidad, a aqué-llos que se sustraen a sus obligaciones con respecto alEstado. Y se completó a este respecto el reglamento-tipo, que en un artículo explicativo establecía ya los ca-sos de indisciplina y las sanciones que ellos comporta-

IU

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ban, desde la reprensión hasta la multa financiera y laexclusión de la granja colectiva. Si todo cuanto es fun-ción, vida y objetivo de la granja colectivizada, es ba-talla, porque la colectivización es la Revolución en mar-cha que desborda y se extiende, la disciplina debe serallí comprendida y practicada de manera revolucionaria.

Los que no comprenden o no quieren comprendertodo esto, leen sólo palabras sin compenetrarse de su es-píritu y su sentido profundos. No ven más que el epi-sodio y 10 toman por la historia entera.

Un corresponsal del fascismo italiano, enviado a laRusia Soviética, concluyó sus pocos artículos sobre lacolectivización diciendo que la Revolución existía ...sobre todo en las palabras. "Por todas partes, decía, nue-vos nombres para designar los koljozes; y nombres como"Aurora", "Octubre", "El Asalto", "El Poder Soviéti-ca", "El Bolcheviki", etc." El no había comprendido si-quiera que ciertas designaciones, surgidas del pueblo, sonmás expresivas que cualquier otro bautismo. Los nuevosnombres sustituían por ejemplo, a los de "Nejelovo","Neurochaievo", "Golodovka", etc., por los cuales antesde la Revolución, aquellos campesinos habían designadola aldea "de los que no comen"; la aldea "de la cosechaescasa", la aldea "de los hambrientos"!

j Oh, si en los países fascistas, en la Europa que agotalas masas agrícolas estas últimas pudieran, también, re-bautizar sus aldeas!

EN TORNO AL KOLJOZ

Los datos más recientes sobre el desenvolvimiento dela colectivización en los campos soviéticos, nos indicanque, sobre un total de cerca de 25 millones de pequeñaseconomías campesinas que contaba la nueva Rusia, 65 %han entrado ya en el marco de los koljozes, y poseen 73 %de la totalidad de la superficie cultivada en cereales. Lamayoría de los koljozes además se dirigen siempre adelan-te, hacia la forma colectiva de la gran granja agrícola deproducción.

Los que no han seguido comprendiendo este movimien-to tan importante, no pueden medir toda la significaciónque traducen estas cifras enormes. Hay burgueses que porignorancía o por prejuicio sonríen. Pero a decir verdad espreciso agregar que desde ya es mucho más grande el nú-mero y la autoridad de los que no se detienen en algunosaspectos exteriores, quizás caducos, del fenómeno, sino quelo estudian hasta el fondo y afirman su valor y su in-fluencia en la marcha de la historia humana.

Para hablar de los medios fascistas, recordaré la adver-tencia que ya en 1932 hacía a este respecto al mundo ca-pitalista el economista más conocido y más escuchado delrégimen que reina hoy en Italia. Hablando de la colec-tivización agrícola de la Unión Soviética, escribía: "Nohay que dejarse engañar por las interpretaciones del tra-bajo constructivo de la economía soviética, flotante en susbases, pero progresista en sus desenvolvimientos". Yagregaba esta declaración que hubiera podido salir muybien de la boca de un bolcheviki: "El desafío de la econo-mía colectiva a la economía individual está en adelantelanzado, desde el punto de vista histórico, con fuerzasformidables en acción, y que no tienen precedentes ni porIU dimensión ni por su estructura."

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No sé si los pocos millones de explotaciones individua-les y campesinas que no han entrado todavía en las filasde la colectivización, permanecerán todavía mucho tiempoalejadas. Me parece que no me engañ~ a~ decir que e~todependerá notablemente del desenvolvimiento de la in-dustria soviética, de la cual deberá sacar la agricultura engran parte los medios necesarios a su transformación y asu progreso. y de la maduración simultánea de la concien-cia colectivista entre las masas agrícolas que pueblan lasregiones de la Rusia asiática. Esto dependerá, además, deun complejo de factores de la política internacional, por-que es claro que la Unión de los Soviets deberá tener bie~abiertos los ojos, rodeada como está por el mundo capi-talista, es decir, por una selva de armas dirigidas antetodo contra su existencia y su porvenir. Cualquier pre-dicción me parece bastante difícil de hacer, porque nosería la primera vez que el método "bolcheviki" entreen acción en toda su fuerza, realizando así 10 que antespareciera imposible.

Esta palabra "bolcheviki", no indica solamente undespliegue excepcional de energías, de voluntades, de ar-dor y de heroísmo en una acción determinada; significatambién que en el mundo soviético, hay una fuerza quedirige y actúa, y cuya eficacia es incalculable. Esta fuer.za es el Estado, el Estado proletario, síntesis de la po-tencia de una masa obrera y campesina tendida íntegra-mente en un esfuerzo de conquista. Es muy probable,pues, que antes de cualquier previsión, la colectivizaciónabsorba también esos otros millones de pequeñas em-presas y que ni un campesino de la Unión Soviética per-manezca apartado de la organización agrícola colectiva.

Mientras tanto, después de haber llevado progresiva-mente cerca de 2/3 de la población rural al koljoz, heaquí que el Estado aumenta, si esto es 'posi.ble aún, suactividad y su influencia en una doble dirección. Por unlado consolida la gran granja colectivizada; trata de dar-le una segunda base financiera y territorial; amplifica lossectores de su acción en el dominio comercial; en suma:obra de manera de que la gran granja colectivizada He-

LA CoLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

gue a ser un potente órgano económico e industrial. Porotro lado acelera el proceso de mecanización de la agri-cultura, ,¡ realiza todos los progresos científicos. en la. co-lectivización de-la tierra, y en el aumento y mejorarnien-to del capital zootécnico. .

Es una ambición, una ley en los Soviets, no esperaren el dominio de la producción los resultados que ha sa-bido obtener el capitalismo, sino sobrepasarlos. Y toda-vía, por lo que respecta a la colectivizacióD; agrícola, elEstado acelera su obra para preparar los mejores cuadrostécnicos y administrativos, es decir, los eleme~tos cap~-ces y prontos a dirigirla hacia todas las conquistas POSI-

bles. . .Es preciso detenerse sobre estos puntos, SI se q~lere te-

ner una visión menos incompleta del artel consideradocomo una gran empresa agrícola.

EL KOLJOZ y EL CREDITO

Su consolidación, como organismo económico, impo-nía inmediatamente un amplio concurso de medios fi-nancieros. El capital inicial del artel estaba constitu!do,además de la cuota-parte aportada por los campesinosmedios y pobres, por los bienes confiscados a los kulaks,Este capital que podía variar seg~n los a!teles, bien 9~erepresentara una fuerza económica considerable, exigraevidentemente apoyos y otras fuentes para que la gran-ja colectiva pudiera desenvolverse rápidamente y prospe-rar. Cualquier crédito debía, pues, ser acordado al artelen una amplia y generosa medida.

iCrédito y dinero a los trabajadores de la tierra! Pa-ra el campesino -que lea estas páginas-e- estas palabrasdeben sonar como una amarga ironía. No hay país, enningún lugar del mundo capitali~ta, en ~l que los campe-sinos, y especialmente los campesinos mas .agotados, pue-dan hoy alcanzar un préstamo, por pequeno que sea, pa-ra prolongar por algunos instantes la agonía de su. 1?e-queña granja propia. Por todas partes la pal.abra cre~l~ono recuerda más que garras de usureros, O la intervención

lH

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GUIDO MIGLIOLI

del ujier para la venta en remate del flaco haber y a me-nudo también del lote de terreno reclamados por elacreedor.

L~ red de instituciones cooperativas que se había es-parcido en los campo~ de muchos países de agriculturaadelantada, con el objeto de facilitar créditos a los tra-bajador~s ?e la tierra, está casi destruída por todas partes.El movrmiento del pequeño crédito territorial en sus for-mas fundamentales de Schul,ze:Delitszch y de Raiffeisein,ha .acaba~o por volcar los últimos capitales de las insti-tucíones fundadas para la ayuda de las poblaciones agrí-colas, .en los cofres ~e los grandes bancos a disposiciónexcluslv~ del capiralismo. El dinero no ha desapareci-do; el. dinero se ha amasado y concentrado. Si se tomanpo~ ejemplo, dos paíse,s típicos, Holanda y Suiza, se v;allí que los Bancos agrícolas desbordan de valores mien-tras que cualquier crédito a cualquier interés, es ~husa-do a los pequenos agricultores.. ,La tendencia hacia formas centralizadas de organiza.

CIOn fInanClera, se acentúa cada vez más en cada país,para. sosten~r y defende~ los gran,des propietarios, los gran-des industriales. y allí donde estos Imponen y obtienenla ayuda del Esta??, es I;ara protegerse mejor a sí mis-mos y a sus beneficios, aun cuando esta intervención delEstado esté disfrazada bajo la forma de "defensa nacio-nal" de la producción agrícola.

Una vez más, frente a esta realidad, su antítesis seeleva en to~a su grandeza, en. la Unión de los Soviets.L.a concepcion que este pais tiene de la función del eré-dito, llevó al Estado a dirigir una gran parte de los re-cu~sos de que d}spone ~aCla la masa de los campesinosmáspobres. ASI, después de haber contribuido a la for-macion ,de una vast~ red coope,rativa en las campañas,y después de haber ligado las diferentae instituciones debase en organismos regionales:, ya en, 1?24, el Congresode los SOVIetsde toda la Untan, decidía la constituciónde un Banco Central fundiario, con ramificaciones en to-das. !as Repúblicas soviéticas. Por medio de esta organi-zacion, el Estado llevaba a todas las aldeas su concurso

LA COLECTIVIZACIÓN Dl! LOS CAM¡'OS 135

financiero, y vivificaba con su ayuda las granjas cam-pesinas, sobre todo las más pobres. Al cabo de pocos años,esta constante y poderosa ola de dinero, por la difusiónde esos beneficios en los campos, había, si no creado, almenos ciertamente impulsado de modo formidable, la foromación de esos campesinos medios, que llegaron a ser lamayoría absoluta de la población rural.

Hacia 1930, con la ampliación de la colectivización,y ton la constitución de la gran granja colectiva en mu-chas regiones, la estructura de estas instituciones de cré-dito agrícola debió ser particularmente modificada a finde proveer a las necesidades que reclamaba la nueva si-tuación. El artel, puesto que se había constituído convistas a una gran empresa de producción, debía recibirayuda de cajas bastante más llenas y más ricas que lasde la pequeña cooperativa de la aldea. La instalación yel desenvolvimiento de una economía agrícola industria-lizada, debían estar protegidas y flanqueadas por insti-tuciones de crédito muy sólido. Es por ello que aún enla Rusia de la colectivización, se verificó cierta concen-tración bancaria.

Me detuve, en el verano de 1930, sobre este cambioya comenzado en Ukrania, donde constaté que cerca de2.500 pequeñas cooperativas, que hacían al mismo tiem-po que las operaciones de crédito el comercio de útilesrurales, de consumo, etc., habían transferido sus capitales,créditos y deudas, su movimiento de fondos, a otros ór-ganos bancarios que se hablan constituido en casi todaslas regiones, con la función casi exclusiva del crédito. Es-ta transferencia había sido decidida de acuerdo con losasociados de las diferentes pequeñas cooperativas. Lasautoridades gubernamentales tanto centrales como loca-les, muchos institutos del Estado y particularmente los"trusts" relacionados estrecha y directamente con la pro-ducción agrícola, habían ayudado naturalmente a la cons-titución de estos Bancos regionales, Estos últimos esta-ban afiliados al Banco de Agricultura de la RepúblicaUkraniana, que a su vez, estaba ligado al Banco Centralfundiario para toda la Unión. De esta manera la estruc-

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tura de la organización del crédito fundiario, concertabasu carácter centralizante y absorbía, o por mejor decir.concentraba en núcleos más sólidos y más eficaces lasfuerzas financieras que se expandían antaño en los cam-pos como a través de vasos capilares, por el sistema dela pequeña cooperativa rural.

Este sistema bancario no tiene, sin embargo. el objeti-vo que lo guía en el régimen capitalista, donde ha sidosugerido por el deseo de absorber las economías realiza-das por el sufrimiento de los trabajadores, a fin de em-plearlas en negocios .que les son extraños cuando no con-trarios. Esta organización centralizada de! crédito agrí-cola en la Unión Soviética responde, por el contrario. delos objetivos del Estado, que consisten en extender susmedios financieros de la manera más directa y más se-gura, ayer hasta la pequeña granja campesina, hoy hastalas nuevas grandes granjas colectivizadas, completandosus recursos en una medida amplia y eficaz.

Allí aparecen dos hechos que no se encuentran enningún otro régimen. Ante todo las sumas considerablesque ~l Estado destina a las masas campesinas, en una pro-porcl~n .cada vez r:nás grande: diría, casi en progresióngeometnca. Son billones y billones de rublos. Para li-mitarme a datos simples, me referiré una vez más a Ukra-nia, donde en 1928-29. se había distribuído a los cam-pesinos alrededor de 130 millones de rublos, de los cua-tos se dió un 40 % .a los koljozes. y esa ~fra que era yasobrepasada en los sers meses siguientes, habla sido comple-tamente destinada a las granjas colectivizadas. Estas su-mas eran entregadas en gran parte por el Estado. Peropor muy considerables que sean estas sumas. desaparecenante la cifra global traída al Congreso de febrero de 1934:"el Estado ha otorgado a los koljozes un crédito que seeleva a 1 billón, 600 millones de rublos".

Otro hecho notable: los intereses del dinero prestado,de 4 a 8 %. y u reembolso efectuado por medio de cuo-tas a largo plazo, staban en relación con los objetivosque el Estado quería obtener en la transformación delcampo y en el progreso agrícola. Así, para las construc-

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

cienes rurales la tasa era media y el plazo llegaba hastalos veinte años; la tasa y el plazo variaban según el em-pleo del dinero, en la compra de máquinas, d~ gan~~o. opara trabajos especiales de abo~o. Esta~ disposicionesque constaté entonces en Ukrania, han SIdo inmediata-mente completadas por leyes de carácter general, que ensu conjunto confirman que el crédi~o agrícola, por suamplitud considerable, 'su modo de distribución y las re-glas que lo dirigen. no es más que un medio para llevar, alas masas campesinas, y particularmente a las que estánencuadradas hoy en la colectivización, una ayuda verda-deramente poderosa para su progreso productivo y eco-nómico.

EL KOLJOZ y EL FISCO

Al mismo tiempo. responde en el Estado proletario lalegislación fiscal, el impuesto. Esta afirmación debe serilustrada, porque e! impuesto, más aun que el crédito, re-presenta para los campesinos de los países capitalistas,un gran tormento. un peso aplastante. En realidad, todoslos Estados burgueses, aún aquéllos que no tienen unabase agrícola, ejercen una fortísima presión fiscal sobrela agricultura, y sacan de ella. ar:nplias fuentes de pro.ve-cho. Sobre el impuesto fundiario del Estado. que hiereen razón proporcionalmente inversa al valor y a la fuer-za de la empresa agrícola. ---de modo que aplasta al cam-pesino pobre y medio, y no llega ni a lesionar los bene-ficios del gran propietario-c--, se sobreponen todavía lossuperimpuestos, es decir, los impuestos de los órganosadministrativos locales.

En Europa capitalista las masas agrícolas están, en ade-lante, en la imposibilidad absoluta de pagar esta aplas-tante carga fundiaria, que se acompaña de un gran nú-mero de otras imposiciones vejatorias sobre el ganado, so-bre los útiles de inventario, sobre todo aquello de queestá compuesta la pequeña granja campesina. En la Ita-lia fascista, por ejemplo, la pequeña empresa está gravadapor 15 impuestos de naturaleza diversa. Los hay hasta

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sobre los volátiles. No es retórica la frase que sale de bo-ca de los campesinos cuando dicen: "[No nos quedan másque nuestros hijos libres de la ferocidad del fisco!"

Si hay algo en el régimen soviético que ataca semejanteinfamia, reside por cierto en la concepción que este ré-gimen tiene del impuesto, y del método por cuyo medioes recogido. El impuesto territorial constituye una en-trada casi insignificante en e! presupuesto del Estado pro-letario. Veremos que sus entradas provienen de una fuen-te muy distinta. Por ejemplo, en e! presupuesto de 1932,que era de cerca de 31 billones de rublos, e! impuestofundiario no alcanzaba ni aún a la cifra de medio billón.y casi no ha variado nunca, aunque la entrada de la po-blación agrícola haya variado, y subido desde 13 billo-nes de rublos, en 1930, hasta una suma superior a 22billones en 1932.

¿Por qué? Contesto a ello con una deliberación delComité Ejecutivo Central y el Consejo de Comisariosdel Pueblo, fechada en la primavera de 1932. Esta de-liberación establecía que a fin de favorecer la consolida-ción de los koljozes, para apoyarlos e impulsarlos haciala cría de ganado, hacia e! cultivo de plantas industria-les, hacia la siembra más vasta y más intensiva, etc.• to-do el ganado de las granjas colectivizadas y de cada kol-joziano, todo cultivo especial como e! de la remolacha yel del lino; todo aumento en superficie de los terrenossembrados, no se tomarían en cuenta para el estable-cimiento del impuesto.

Para comprender mejor la importancia de esa delibe-ración. diré que el impuesto territorial soviético es úni-co, en el sentido de que ningún otro gravamen fiscal pe-sa sobre la economía colectiva. Las granjas individualespobres están exentas de todo pago de impuesto; y heconstatado que en Ukrania, en e! año 1929-30, su nú-mero alcanzaba al 33 % de las pequeñas granjas fami-liares. En cuanto a la granja colectivizada, el impuestoes satisfecho sobre el excedente, y en la determinaciónde dicho excedente, cualquier encuesta policial es total-mente desconocida.

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

Generalmente el total es fijado, calculado el ganadopor cabeza, y la prod?cción ?1edia de cada, hectár~a cul-tivada. Los porcentajes de Impuestos vanan. seg~,n loscultivos, y las cualidades del ganado. ~ s~ ~phcaC1on nose basan en el sistema progresivo. El pnncipio de aumen-tar los porcentajes de los impuestos en. relación ~on elcrecimiento del producto y en consecuencia con la riquezade la granja colectivizada, ha sido rechazad? porque se-ría contrario al objetivo del Estado, es decir, ayudar elprogreso de aquélla por todos los ~edios. ,

Es precisamente por esto que, mientras mas progres~nlas granjas colectivizadas en los métodos ~e la. industria-lización agraria. más se las favorece por d1SposlcI0ne~quelas libran del impuesto, como las tomadas para el ano de1932 y que ya he mencionado. . , .

Entre todas hay una que merece atención particular,porque hace todavía más el.ara la idea fundamental deque el impuesto sobre el koljoz ~s consldera~o. por el Es-tado Soviético no como un medio de expoliación del be-neficio de los que trabajan, sino como un medio de esti-mulación y de ayuda para llevarlos a todos los perfec-cionamientos. Esta disposición establece que toda empre-sa agrícola que haya llenado las condiciones estipuladasen el contrato firmado con los órganos del Estado, y. que"haya organizado su contabilidad de una manera ejem-plar", obtendrá una reducción del 2.5 % sobre el totaldel impuesto debido. El Estado. q~lere, por esta nueyaventaja acordada a los koljozes, mCItarl~s. com? granjasindustrializadas a mejorar la parte administrativa de laempresa. Attae su atención sobre la importancia de unacontabilidad severa y racional, y los recompensa en unamedida amplia y eficaz.

En fin: la deliberación del Comité Ejecutivo y delConsejo de Comisarios del Pueblo, reforzando una leyque ya precedentemente era observada, ordena que la mi-tad del producto de! impuesto agríc.ola se~,conse~ada 'porlos Soviets de la aldea, para ser destinada al mejoramien-to moral y cultural de la población rural". De esta mane-ra una gran parte del tributo financiero de las empresas

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agrícolas, vuelve directamente a los que trabajan el cam-po, p~!a sus instituciones escolares, para la asistencia delos runos, para favorecer particularmente la elevacióncultural de la población campesina,

Si se analiza aún hasta en sus menores detalles el con-tenido sustancial del impuesto territorial en el régimensoviético, se verá que del concepto "fiscal" que va implí-cito en la palabra "i~puesto", no queda nada. Es pues,completamente imposible hacer comparaciones con lo quepasa en el mundo capitalista. Aquí el impuesto es la ex-presión típica de la expoliación a que el Estado sometea los campesinos, a fin de chuparles la última gota desangre, Aquí descubre y satisface e! indomable instintode su avidez de vampiro sombre las masas de la campaña,q~e a S? turno, ~raducen en una rebelión cotidiana, y cadadía mas encarnizada contra el fisco, la gran miseria desus sufrimientos sin término.

EL KOLJOZ y EL CAMBIO

La distancia entre los dos regímenes no desaparecetampo~o en otra rama ~e la vid.a económica de la empre-sa ag~i~ola, donde a pnmera yista, parece que la granjacolectivizada entrara en la misma vía que la economíaburguesa. Hablo del cambio y de! comercio de la pro-ducción agrícola. Es sobre este asunto que algunos de-cretos ?e! Go~ierno Soviético han dado lugar a los co-mentanos habituales de la incomprensión y de la mala fede la pren~a adversa. Esta ha recomenzado a profetizarque la Rl7sia.revolucionaria volverá necesariamente al sis-tema capitalista.

Ya ~ntes de la aplicación de! Primer Plan Quinquenal,y precisamente cuando se presentaba el problema de ase-gurar el pan a la creciente población proletaria de la Unióncontra la hostilidad creciente también del kulakismo elEstado se enca~gó de la tarea de negociar por sí mismocon los ca~pesmos l~ parte d~ la producción de trigo deq~e no tuvieran necesidad estricta y que ellos mismos hu-bieran vendido en el mercado. Este sistema de contrato. .

LA CoLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS 141

cuyos primeros ~jemplos datan de 1927, se extendió po-co a poco del tngo a otros productos de primera necesi-dad para la, alimentación, Después se ensanchó para en-globar particularmente la producción de cultivos indus-triales, que era difícil hacer progresar a causa de los há-bitos todavía atrasados de una gran parte del campesina-do. En el a~o de 1929 - 30, 90 % de estos cultivos,más de 4 millones de hectáreas, habían sido objeto decontratos entre las empresas agrícolas y el Estado.

He tenido ocasión de ver y de examinar muchos deestos contratos, firmados por los órganos competentescon granjas individuales campesinas,. y sobre todo congrandes granjas colectivizadas, que se constituían en estaépoc~ con ~l mayor impulso. Bien 9ue se haya seguidoun tipa uniforme, los contratos variaban según las em-presas y según su objeto.

En Ukrania, donde en 1930 sobre 23 millones de hec-táreas sembradas de trigo, casi 19 millones habían sidonegociados, multiplicando más de cinco veces el númerode contratos del año precedente, la forma más extendi-da era formulada así: la granja se comprometía a dar alEstado el trigo obtenido del cultivo de una superficiedada de terreno, deducción hecha de la parte necesariapara el consumo de sus propios miembros, y el Estado porsu lado se comprometía a retirar y a pagar la mercan-cía a un precio fijado por e! Estado con un espíritu deamplia retribución para e! productor. En muchos con-tratos se establecía directamente la cantidad de quintalesde trigo objeto de la negociación. Al precio indicado másarriba y que el Estado se comprometía a pagar, eran agre-gados numerosos aumentos: si el trigo provenía de gra-nos, se!~ccio~ados; si era de una c,alidad mejor que deordinario: Si era entregado en el tiempo requerido. Unprecio especial era fijado además, a toda granja que hu-b~era producido una cantidad más grande que la conve-nida, En caso de no cumplimiento por parte de uno delos contratantes, una cláusula establecía la obligación delos signatarios de recurrir a una comisión arbitral com-puesta por tres miembros. Uno escogido por el órgano

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del Estado, otro por la comisión fundiaria regional, eltercero por la granja agrícola.

Todo esto no es más que el tipo de contrato más sim-ple. Pero a medida que las negociaciones proseguían. in-teresando otras ramas de la producción agrícola, la formadel contrato llegó a ser más compleja. La granja campe-sina, por ejemplo. en compensación a la producción quehabía entregado. comprometía al Estado a entregarleciertas cantidades de semillas y de abonos; a suministrar-le en un lapso de tiempo precedentemente fijado, máqui-nas y ganado. Muy especialmente en las regiones que seencontraban en tren de colectivizarse con mayor intensi-dad, y donde las granjas individuales acababan de des-aparecer. los contratos de los koljozes con el Estado lle-garon a comprender casi toda su producción comerciable.El comercio agrícola estaba. en consecuencia, reducido almínimum en el mercado libre. quedando casi enteramen-te absorbido por los contratos firmados entre las empre-sas agrícolas y los órganos del Estado.

EL SISTEMA' DE LOS CO~TRATOS

¿ Qué se proponía el Estado soviético por la adopciónde ese sistema? ¿Cuáles eran las ventajas que la empresaagrícola sacaba de él? Particularmente la granja que ibaa transformarse en una gran empresa industrial, ¿ québeneficio habría recibido?

No es difícil responder a la primera pregunta. El Es-tado quería con ello alcanzar un doble objetivo. Porun lado quería asegurar 10 necesario a las masas proleta-rias de las ciudades, y distribuir entre ellas y el campo elconsumo, de manera que el ritmo y el tren de vida no tu-vieran ocasión de extravío. Es preciso recordar aquí quela Unión de los Soviets. a fin de acelerar 10 más posi-ble su obra grandiosa de industrialización. no debía va-cilar en importar del extranjero todo lo que necesitarapara completar su producción. Ahora bien: estas impor-taciones debían ser pagadas en gran parte por la exporta-ción ~ los productos agrícolas. De aquí la necesidad evi-

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dente de disciplinar la distribución y el consumo del trigo.y de los otros alimentos. en interés de la colectividad.Por otra parte, por el contrato. es decir, gracias a su in-tervención en la granja colectivizada. el Estado compen-saba una parte de los productos que la granja le habíaentregado. proveyéndola de lo que podía ayudarla en sudesenvolvimiento económico. Alcanzaba su objetivo,que era acelerar y sostener el proceso de transformaciónagrícola así como lo proseguía por el crédito y por lareglamentación del impuesto.

Para el artel también el beneficio es evidente. Podíaobtener directamente del Estado en condiciones verdade-ramente favorables. lo que necesitaba para su mejora-miento. El Estado es el más gran proveedor. Por elcontrato con el Estado de sus productos negociables. elartel resolvía el problema de los materiales que le erannecesarios.

¿Se deberá. en fin. atraer una vez más la atención so-bre lo que pasaba en esta época (a partir de la segundamitad de 1929) en los campos soviéticos? ¿Será precisorepetir que ningún aconvulsión fué más grandiosa, másprofunda y más desbordante en la vida agrícola de unpaís, que la que se verificaba con la desaparición de mi-llones y millones de pequeñas economías campesinas; consu pasaje a la gran granja colectivizada; con la trans-formación simultánea de una agricultura atrasada y dé-bil en una agricultura industrializada e intensiva? ¿Serápreciso recordar que esta revolución técnica y social deinmensas regiones de la Rusia nueva se desarrollaba almismo tiempo que la lucha necesaria y encarnizada en-tablada para liquidar la clase de los campesinos ricos yarrancar de los campos todo cuanto pudiera permitir surestauración?

No es dudoso que si el Estado no hubiera sabido to-mar convenientemente las riendas de la vida comercialde las poblaciones campesinas, sobre todo allí donde lacolectivización era integral, y concentrar la producciónde las empresas agrícolas no necesaria al consumo de sus.miembros, reglamentando su distribución, un cambió tan

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inmediato, tan radical y gigantesco no se hubiera cum-plido en los. campos soviéticos sin que sacudidas profun-das repercutieran en el ritmo económico de la Unión en-tera: Un acontecimiento de semejante alcance revolucio-nano, no podía producirse como la salida del sol en laserenidad del alba.

Los resultados de esta sabia conducta política se cons-tataron antes de toda suposición. El movimiento de lacolectivización de los campos, se aceleró aún allí dondese había previsto que sería débil y lento, La producciónagrícola marca un crecimiento progresivo. Una mentali-dad nueva se forma en millones de koljozianos, y pro-gresa paralelamente a la extirpación de las raíces del ku-lakismo. Un discurso de Molotof, presidente del Con-sejo. de Comisarios del Pueblo, aportaba justamente, acomienzos de 1933, algunos datos incontestables a esterespecto. Los koljozes -dijo---, han alcanzado ya en lasegunda mitad de 1932, el número de 200.000. El va-lor global de la producción agrícola, calculada para esteaño en 22 billones de rublos, ha sido en realidad sobre-pasado. La lucha contra los kulaks, vencidos y abatidoscomo clase, pasa a una nueva faz política. Porque éste,ni com~ individuo n~ po~ su mentalidad, debe penetrar,roer e infectar, la VIda interior, armoniosa y fecundade la granja colectiva.

Ya en la segunda mitad de 1932, el campo soviéticose presenta con un contenido económico y social com-pletamente renovado. Todo peligro de una revancha delos enemigos de la colectivización ha desaparecido. Losduros momentos del cambio más grande sobrevenido enlas masas rurales desde octubre, han sido también supe-rados. La granja colectivizada marcha ya, vigorosa ypotente, a paso seguro, hacia un considerabilísimo acre-cimiento de la producción.

LAS LEYES DE MAYO DEL 1932

Es entonces que el Gobierno de la Unión toma esasdisposiciones para el comercio agrícola de las que se ha

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CA}.~POS

hablado tanto, y que han sido objeto d.e ",astos COmen-tarios particularmente en la prensa capitalista.

Son las decisiones del mes de mayo de 1932" del Co-mité Central del Partido Comunista y del Consejo de losComisarios del Pueblo, por las cuales se establece que so;bre la cosecha de trigo de J 932, el E~tado no recoge!alos 23 millones de toneladas que había tomado el anoprecedente, sino una cantidad inferior, a!rede<;i<?r de 5millones de toneladas. Por las mismas disposiciones lacantidad de ganado suministrado al Estado en 1931, que-daba reducida a la mitad para el año 1~32. Efectuada~estas reducciones sobre la carne y el tng?, el res~o. asicomo el excedente producido por las granjas c,O~eCt1VIZa-das e individuales, una vez efectuado el s~mmlstro d~-bido al Estado según este nuevo plan, podían ser, vend~-dos en libre comercio. Esta concesión era .exten<;ilda aSI-mismo a otros productos. El libre comercio agrícola de-bía en fin, ser ayudado por los órganos del Estado contodos sus medios, y no debía ser gravado por eventualesdisposiciones fiscales. .

Estas medidas eran evidentemente un preludio. Co-menzando por reducir las cifras de l~ producción, rete-nida por el Estado a las empresas ~gncolas, ,anunclaba,nque este siste~a -qu,e tu'Y<? una inmensa ,l~po~~ancladurante el período mas cntico de la cOleCtIV1Z3~10~-,desaparecería poco a poco. En efecto: en los últimostres meses de 1932, toda forma de contrato para el apro-visionamiento del Estado en manteca, leche, y como con-secuencia también en trigo, quedaba abolido.

Este sístema de la negociación, como med.io de ase-gurar al Estado el aprovisionan:iento ~e los ~lImentos deestricta necesidad y de conseguir al mismo t!empo fav~-reeer el desenvolvimiento de la empresa agrícola colecti-va, tocaba a su fin. Los órganos del Estado podían aho-ra proveer a esta última tarea, ya di~ectos, ya s,ub~en-donados, como los sovjozes, las EstaclOn~s de rnaqumasy tractores que habían aumentado formlda~lemente ennúmero y en fuerza. En cuanto a las ne~~sldades de laalimentación, el Estado proveía a ellas Iijando la can-

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tidad en trigo que las granjas colectivas e individualesdebían entregarle según las regiones. Para esta cantidadse fija un precio por el Estado, y las autoridades regio-nales lo dividen según disposiciones especiales. Hay quenotar que el porcentaje de trigo que los koljozes debíanconsignar en 1933, ha sido inferior de 5 a 10 % porhectárea al porcentaje fijado en la misma región a lasgranjas individuales.

Es evidente que estas otras medidas tienden a regla-mentar la parte de la producción que el Estado reclamaa las empresas bajo una forma obligatoria, sobre todoa fin de asegurar el aprovisionamiento de las ciudades.según el desenvolvimiento del comercio de los koljozes,y la afluencia en el mercado libre de los productos agrí-colas.

He aquí, dice la prensa burguesa, el retorno "forzado"al principio de cambio del régimen capitalista. La co-lectivización que, según esta misma prensa, había debi-do adoptar las leyes "inevitables" del capitalismo, re-glamentando v retribuyendo el trabajo de los miembrosde las granjas colectivizadas según su rendimiento efec-tivo, debía ahora volver a tomar el camino del libre co-mercio con su ley fundamental de la oferta y la deman-da. El interés económico constreñía una vez más la doc-trina de los Soviets a adaptaciones y renunciamientos.

Quien haya seguido los debates de las asambleas so-viéticas. que se desarrollaron durante los últimos mesesde 1931 y los primeros del año siguiente, no habrá que-dado sorprendido de estas deliberaciones con respecto alcomercio agrícola. Particularmente la l7r¡. Conferenciadel Partido Comunista, en febrero de 1932, planteaba elproblema de la dirección que hubiera debido tomar lacampaña colectivizada en los años del segundo PlanQuinquenal.

Es en este período que iban a madurar completamen-te las condiciones necesarias para "reemplazar el sistemade la repartición centralizada de los productos, por ellibre comercio ampliamente desenvuelto". La producciónindustrial, comprendidos en ella los artículos manufac-

LA CoLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

tnrados, iba a aumentar considerablemente; la produc-ción agrícola debía proceder igualmente con un ritmocada vez más fuerte; y al mismo tiempo las masas tra-bajadoras debían acrecer sus pedidos, según el crecimien-to de sus necesidades. En estas condiciones la vida econó-mica de la Unión de los Soviets, debía imponer y reali-zar un movimiento amplio e intenso de mercaderías en-tre la ciudad y el campo, entre las ramas diferentes de laproducción, y se iba a instaurar y agrandar el "comerciosoviético", del cual el elemento agrícola es una parte im-portantísima.

Esto es lo que en febrero de 1932, formaba el objetode estudios y de previsiones que se tradujeron bien pron-to en realidades. Ea red comercial se extendió por todaspartes progresivamente, con un gran fervor de iniciati-vas, por la construcción de magazines, de bancos, dehangares; y el campo, encuadrado y regulado por el kol-joz, vió abrirse y expandirse, en sus centros transfor-mados, su mercado, el mercado koljoziano.

EL MERCADO KOLJOZIANO

He aquí la realidad que considerada y avaluada comodebe serlo, aparece rica en interés y en atracción, porquelo que se encuentra en el comercio libre de cualquier paíscapitalista, los elementos que en él obran y le constitu-yen, se buscarían vanamente en el mercado de los kol-jozes.

El primer elemento es el individuo, el que compra yvende; y entre el comprador y el productor. el otro ele-mento que actúa y es indispensable, el intermediario, acausa de quien la mercancía no va directamente del pro-ductor al consumidor, sino que circula a través de unaserie de etapas intermedias que cambian y aumentan sucosto. Es particularmente en esta fase del comercio don-de se oculta y prospera la especulación. También en laUnión Soviética, si la economía agrícola hubiera perma-necido entre las manos de la pequeña granja individual,

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el mercado no hubiera podido sustraerse a esas formas derelaciones comerciales. aunque los especuladores fuesenperseguidos y atacados implacablemente.

Pero he aquí los nuevos hechos engendrados por latransformación revolucionaria de la colectivización. Enel mercando de hoy. el elemento que compra y vende.está constituído generalmente por la empresa colectiva.Es el koljoz quien dispone de la mayoría de la produc-ción ofrecida en el mercado libre; aún cuando este últi-mo esté abierto a los koljozianos que desean vender porsu cuenta e! excedente de su huerta, o de! corral que lesha quedado; aún cuando esté abierto a las granjas in-dividuales. Las pequeñas economías familiares serán bienpronto absorbidas por la colectivización. y la parte deproductos que e! koljoziano lleva al mercado por cuentapropia. disminuirá tanto más, cuanto que aumentará lacantidad de la producción de los koljozes disponible pa-ra el comercio. En suma, lo que dominará de más enmás el mercado agrícola es la granja colectiva.

Por otro lado. la mayor parte de los contratos se es-tablecen entre esta granja colectivizada y otras institu-ciones que a su turno son cooperativas o del Estado. Noquiero hablar de la producción que va directamente dela usina a los almacenes del Estado o cooperativas. sinoque hablo de la producción del artesano. porque las dis-posiciones de mayo de 1932. permiten también al ar-tesano el comercio libre. j Y bien! Aquí también la ma-yor parte del producto. que será ofrecida en el mercadopor la pequeña industria, está evidentemente constituí-da por mercaderías que provengan de la cooperación,puesto que la pequeña industria a su vez ha entrado casitotalmente en sus filas. En su discurso del XVIIIQ Con-greso de Moscú, Molotof afirmaba que con la realizacióndel Segundo Plan Quinquenal. la organización coopera-tiva de todos los artesanos llegaría a su totalidad.

Las relaciones comerciales de la empresa agrícola, seaunarán cada día más con órganos cooperativos o delEstado. El mercado se desenvolverá así no sobre la basede una economía que repose sobre la propiedad indivi-

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dual o privada, sino sobre la de una gran economía re-presentada por la colectivización, por la socialización.

He aquí el mercado en la Unión de los Soviets, dondeel individuo. principal elemento en la vida comercial detodos los países capitalistas, acaba de desaparecer. Si sepiensa además que las relaciones comerciales dominantesse desenvolverán casi exclusiva me te entre las institucio-nes colectivas o del Estado, se comprende fácilmente có-mo queda anulado cualquier intermediario. Y si tratade ocultarse en la parte del mercado en la que se vendentodavía los productos llevados individualmente por loskoljozianos y los artesanos, caerá mal. porque están to-rnadas todas las disposiciones. (1 fin de que las tenta-tivas de acaparamiento y de especulación sean castigadascon la mayor severidad.

Queda. sin embargo. la última afirmación de la crí-tica burguesa. es decir. que ese mercado ha vuelto a po-ner en vigor la ley capitalista de la oferta y la deman-da. Un portavoz de esta crítica. miembro del gobiernofascista de Roma. observaba que "las mercancías agríco-las llevadas al nuevo mercado de la únión, alcanzaronen seguida precios muy altos, y esto a causa de la dismi-nución de la capacidad adquisitiva de la moneda soviéti-ca. Estando permitido el libre comercio, los poderes delEstado, aún si se llama socialista. quedan fuertemente re-ducidos". La observación no está desprovista de agude-za. pero reposa sobre la incomprensión del principio ydel método en que se inspira el Estado proletario para eldesenvolvimiento de su economía.

Si él quisiera reducir la circulación monetaria, estandodirectamente regidas por él toda la industria propiamen-te dicha y una parte de la industria agrícola, tendría unmedio fácil de emplear: reducir los salarios, cortar en lasretribuciones de la mano de obra. realizar un menor pre-cio de reventa a expensas de los trabajadores. Pero estemétodo es el de los capitalistas, porque los capitalistasno piensan más que en su interés. en tanto que el Esta-do proletario no se preocupa más que del provecho delos trabajadores. Es por ello que. sin tocar los salarios,

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quiere obtener -y 10 obtendrá seguramente-, el má-ximum de producción al menor precio, por otro método:perfeccionando los procedimientos técnicos, y excitandosobre todo esta fuerza incalculable de la actividad pro-ductiva, que existe sólo en el régimen soviético: la emu-lación.

Ocurre 10 mismo con el mercado agrícola. El Estadoproletario que dispone de las mayores reservas de laproducción, sea a causa de las entregas obligatorias deque he hablado, sea porque los productos le son sumi-nistrados directamente por los sovjozes, podría inmedia-tamente reglamentar y bajar el precio del comercio agrí-cola echando en él una parte de su mercadería. Pero elEstado soviético no quiere hacerlo. El mercado libredebe, por el contrario, servír de estimulante a la produc-ción agrícola. Será la cantidad más importante de pro-ductos que las granjas colectivizadas sobre todo puedanarrojar en el mercado, la que reglará los precios. Y elcambio se efectuará entre productos industriales y pro-ductos agrícolas, cuyos precios disminuirán cada vez mása medida que baje el precio de producción, aumentandoen consecuencia las posibilidades de compra para toda lapoblación de la ciudad y la campaña.

CARACTERISTICAS CULTURALES

El nuevo mercado se liga también al desenvolvimien-to y al perfeccionamiento que el segundo Plan Quinque-nal se propone efectuar en la agricultura y en la indus-tria. Y desde ahora, él realiza en favor de la empresaagrícola colectivizada considerables ventajas económicas,obteniendo al mismo tiempo notables resultados del pun-to de vista cultural y social.

En 1927, cuando yo visitaba algunas regiones agrí-colas del norte de Moscú, notaba en ese mercado cam-pesino una importante característica. Casi por todaspartes se desarrollaba en lugares donde las organizacio-nes cooperativas agrícolas y los Soviets locales habían

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dispuesto numerosas instituciones para abrigar a loscampesinos, ofrecerles todos los conforts, hacerles subreve estada agradable y útil. Por todas partes "CasasCampesinas", con sus oficinas de consulta agrícola y ve-terinaria, con refectorios, salas de lectura y vastos loca-les anexos para el ganado. El campesino llegado de laaldea más insignificante debía sentirse vivificado por unmedio especialmente dispuesto a ayudarlo y educarlo.

Yo no he visto lo que se ha organizado para el nuevomercado de los koljozes, durante estos últimos añosllenos de actividad y de creación. Pero me he enteradopor la prensa de la Unión, y también por la prensa ~u~.guesa, de que esos centros de mercado se han multipli-cado y agrandado mucho, y que algunos de ellos hantomado, sobre todo en las grandes ciudades, el aspectode ferias ricas en novedades y en sugestiones. Un ita-liano, obrero especializado en una usina de Bakú, me 10escribía con motivo de la primera feria, inaugurada enseptiembre de 1932.

El me ilustraba por medio de cifras sobre la riquezay la cantidad de productos llevados al mercado especial-mente por los koljozes y por las otras cooperativas dela ciudad. Pero 10 que me interesó particularmente erala enunciación de una serie de iniciativas que la coope-ración agrícola y obrera habían tomado para transfor-mar el mercado, de un lugar exclusivamente de tráficoy de comercio, en un medio muy educativo de las masaspopulares. Cines, teatros, salas de conferencias, radio.salas exclusivamente arregladas para los niños. Cada lu-gar, entre los almacenes permanentes y las construc-ciones provisorias para las mercaderías, veía leva.ntars~ lainstitución donde se ofrecía otra mercadería bien dife-rente, la que despierta y nutre la inteligencia.

Los que han visitado en el extranjero las exposicionessoviéticas, tan vibrantes de originalidad, pueden teneruna idea de la exuberancia de la novedad con que hanbrillado las líneas artísticas de esta feria que inauguraba,en los bordes del Caspio, el nuevo mercado agrícola. Pe-ro todos los diagramas con sus líneas cada vez más altas.

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con sus discos de más en más luminosos, con sus pi-lares erguidos a la espera de superar las cimas fijadas porlos diversos Planes, todo esto hubiera permanecido mudoe inerte. sin la palabra que evoca y esclarece. y he aquí,en el mercado también, las brigadas; grupos de conferen-cistas obreros y koljozianos, comprometidos todos comopara una batalla. a fin de enriquecer a los que han acu-dido, con todas las nociones susceptibles de aumentar supatrimonio intelectual, de enriquecer su conciencia.

Así, gracias al mercado, las vinculaciones entre las ciu-dades y las aldeas se consolidan y se multiplican. Lasrelaciones de defensa del Estado proletario, ligadas du-rante los primeros años de la Revolución, se completaronen el cuadro económico y se transformaron en relacionesde producción; y ahora estos últimos se refuerzan por elcambio y el comercio, con la más vasta repercusión en lavida intelectual y social. La mercancía pasa de la usinaal koljoz, de la granja colectivizada a la masa proleta-ria. Pero circula sobre todo esa corriente de vida y decultura que crean los proletarios, y que el campo, reno-vado por la colectivización, acoge para fecundar sus co-rolas florecidas.

Así el mercado representa para e! trabajador de latierra soviética un nuevo estímulo a la producción, unafuente nueva de aprendizaje, un medio de desenvolvi-miento intelectual. y aun cuando e! trabajo se interrum-pa, e! trabajador se encontrará rodeado de otras obras deasistencia que le harán más confortable y más alegre lahora del reposo.

EL KOLJOZ y LA COOPERACION DE CONSUMO

A diferencia de la comuna, el artel no se propone co-lectivizar también la repartición de los productos. Cadakoljoziano vi ve con su familia, y puede comer en la me-sa familiar. Pero es inherente a las necesidades de unagran empresa agrícola, que el trabajador, sobre todo du ..rante ciertas estaciones del año, se vea obligado a consu-

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mir su alimento en el sitio donde trabaja. La cooperati-va de consumo, dependiente del "Centroso jus", tenía yaantes de la colectivización. amplias ramificaciones en lacampaña; pero con e! desenvolvimiento de los koljozesy la constitución de las grandes granjas de! Estado, ellapenetró allí bien pronto para poder ayudar a los obrerosagrícolas de los sovjozes y a los miembros de los arteles,con nuevas instalaciones y nuevas iniciativas.

Según un informe publicado por el Consejo Central dela cooperación de consumo, resulta que en 1931, fueronabiertos alrededor de 6.000 restaurantes en el campo, yque al mismo tiempo se or.g~nizaron cerca d~ 84.000. co-cinas ambulantes que suministraban cada día, 23 millo-nes de comidas. En los años sucesivos las previsionesfueron mucho mayores; para los arteles únicamente lacooperación de consumo se aprestaba a distribuir, en1932 y 1933, cerca de 70 millones de comidas por día.Se puede comprender estas cifras solamente cuando setiene por delante la visión de las campañas colectiviza-das como yo mismo he tratado de esbozadas.. En 1930, vi con mis propios ojos el funcionamiento

de esas cocinas ambulantes, en los campos donde se re-colectaba el trigo, y constaté e! bajísimo precio de co-midas abundantes y de buena calidad. A menudo hecalculado que la alimentación dada por la cooperativa,era pagada a menos de la mitad de lo que hubiera cos-tado al koljoziano si la hubieran preparado él mismo osu familia. De esta manera se puede comprender cómo lacooperación de consumo se extendió en las aldeas colec-tivizadas, impulsando las familias de los koljozianos aservirse de ella, a 'causa de la calidad de los alimentos, que-es mejor, y también por las economías que les permiterealizar.

Es cierto que como hay una tradición que canta lasdulzuras del pequeño terreno, aún si aquél que lo tra-baja enflaquece y se encorva para morir allí estrangula-do de espíritu y de cuerpo, hay también otra que bendiceel pan soso y negro, siempre que sea consumido en la

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mesa familiar. Son tradiciones cuyo origen se pierde enlas tinieblas de las épocas en que dominaba la esclavi-tud. y que fueron en seguida acunadas por la poesía dela Arcadia, es decir, por los que viven en la isla del pla-cer, de que habla Rabelais.

Me he encontrado en esos restaurantes cooperativos delas aldeas, y he visto con qué satisfacción familias ente-ras se reunían allí para comer, después de haber coope-rada juntos a la fecundación del terreno de todos. En unaaldea un poco alejada de la desembocadura del Dnieper,se festejaba con una comida colectiva. el primer pan,fruto de la primera cosecha. j El rito de Ceres vuelve aestar de moda!, pensaba yo. Pero a la falsa diosa quefué honrada en la antigüedad, se habían ahora sustituí.do los factores reales de la producción y del bienestar,el trabajo libre y colectivizado de la tierra. llegada a serpatrimonio de todos los trabajadores. La cooperaciónde consumo se confunde así con la obra y la funciónde la gran granja colectiva; y es esta cooperación la quefuncionando como instrumento principal para proveera las poblaciones rurales de artículos industriales de am-plio consumo y a las poblaciones de las ciudades de losfrutos del trabajo agrícola, se vuelve un medio poderosode soldar la alianza entre la ciudad y el campo, en eldominio comercial, transformado de un terreno turbio deespeculación y de robo, en campo sereno de los interesescolectivos y sociales.

BALANCE

De toda esta multiforme vida económica del artel, de.bo hacer ahora el balance. El artel, como gran granjaindustrializada, tiene necesidad de una administracióntan severa y completa como sea posible. La ciencia hadictado reglas también a la gran granja capitalista; perola experiencia ha probado que no hay contabilidad másdifícil y más variable, que la que debe reproducir todaslas oscilaciones, las variaciones, los beneficios, que esca-pan a menudo hasta a un cálculo exacto, de la empresa

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agrícola, sobre todo si ella practica diferentes cultivos,y si además une a ellos la cría. . .

He discutido sobre este punto con muchos dirigentesde koljozes; y convenían conmigo en lo, que yo he apren-dido de la cooperación agrícola campesina que se expen-mentó en algunas grandes granjas de l~ Lombardía, esdecir. que el mejor contador se perfecciona en la gran-ja misma. y que el registro y la marcha ,del .balance, sonparticularmente sugeridos por, la experiencia y por lainteligencia de quien en ella vive y trabaja. El proble-ma de la contabilidad en los arteles Sigue estando a laorden del día; y ya he recordado que justamente el E~-tado recompensa por disminuciones del i.mpuesto te~n-torial a toda granja que cumpla con cuidado esta im-portantísima parte del funcionamiento de una empresacolectivizada. .

Pero mejor que un balance en cifras. me. parece. inte-resante hacer una constatación que es al mismo tiempoun resumen.

Después de haber analizado el artel en su constituciónpatrimonial, y en l~s el,e;nentos que co.ncu~~ena su for-mación. en la organizacron y en la retr~b?C10n del !ra~a-jo, en los desenvolvimientos de su, ,activ1dad eC0!10m1ca.no se puede plantear m~s la cuestión de .saber si la pe-queña granja del campesmo pobre. o medio, p~ede o norivalizar con esta gran empresa forjada y proteg1d~ de talmanera. La comparación entre el beneficio o~temdo porlos que trabajan en la primera. y los qU,etrabajan en 131,s~-gunda, formó por todas partes el <;,bJetode un análisisatento y minucioso. durante los pnmeros tiempos de lacolectivización. Y por todas partes resultaban las gra!1desventajas económicas que el ar~e~ aportaba a~sus m1e~-bros, en comparación al beneficio ~e1 pequeno o mediocultivador. Ahora bien: esta cuestión queda resuelta. porel hecho mismo de la continua afluencia en los koljozesde las granjas individuales restantes. ,.

Si se considera al artel como una empresa agncola in-dustrializada, quedaría por averiguar cuál es la suerte,siempre del punto de vista económico, del que forma par-

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te de. ella ~n ~omparaci6n con el que trabaja en la grangranja capitalista. j y ~sta comparación es cruel para elultimo! El balance mas reciente de la gran granja enla región agrícola más industrializada de la Italia fascis-ta, la Lombardía, lleva esta precisa constatación: la par-te que representa los gastos de la mano de obra sobre elrendimiento bruto total del ejercicio agrícola. es del 25por ciento; el resto. es decir, un 75 %. va al propieta-no. corno tasa de su capital fiduciario; va al proletaria-do corno producto de su capital móvil y de inventario;va aún al propietario o a su sustituto. corno director del~ granja, y después que se han satisfecho los gastos deleJerCICiOY los Impuestos. el resto va todavía a forrar suscajas corno beneficio. El monto de los salarios en la grangranja que considero corno la mejor organizada de la Eu-ropa capitalista, alcanza apenas al doble de lo que lagranja colectiva. el artel, asigna en su balance solamentepara la asistencia a la invalidez y a la vejez.

Así, existe un país en el mundo donde el campesinopuede pasar de su pequeño lote a la gran granja colecti-'v~; d0.n~,eno pagará nada p.or la tierra que se ponga a sudisposición: donde los capitales de inventario le seránsuministrados en condiciones extremadamente favorables;donde las máquinas estarán a su servicio sin que sea car-gado con los gastos de una gestión directa; donde el im-puesto será reducido al mínimum. y el beneficio conse-guido empleado en su provecho; donde el crédito le seráampliamente favorable; donde el mercado le será abiertocon todos sus atractivos, y aún ~Iconsumo facilitado enlos precios y cuidado en la calidad. En esta empresa enel pasivo de semejante balance, libertado de cargas haciael Estado. fuera de los gastos de gestión, figura todavíaun 5 % corno beneficio para los campesinos que hayanaportado un pequeño capital. y un 10 % para las fa-milias de los miembros de la granja. para la ayuda de losinválidos y de los viejos. Esta granja es la que en ade-lante domina en los campos de la Unión de los Soviets.y lo que yo objetivamente he referido de ella, no es to-davía todo.

La granja colectiva de la Rusia revolucionaria, marcaindefectible progreso en un "crescendo" potente de

Instituciones y .de obras que tienden a la utilización delos grandes recursos del territorio, a la industrializaciónde todas las ramas de la agricultura. a la introducción enla colectivización de los métodos más perfeccionados de latécnica. y de los descubrimientos más audaces de la cien-cia. El campesino transformado en koljoziano, gozarátambién de esta riqueza.

He aquí el balance de hoy y el de mañana.

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COLECTIVIZACION E INDUSTRIALIZACION

Yo he podido estudiar a mi sabor el cuadro de la nue-~a Rusia agrícola, tal como resultará del desenvolvimien-to metódico de todo un plan de transformación e indus-trialización de la campaña soviética, expuesto en el Ins-tituto de la Economía y de la Organización agrarias quese fundó en Moscú para el estudio del primer Plan Quin.quenal, y que depende del Comisariato de Agricultura.

El territorio de la Unión Soviética está allí divididopor zonas, según la estructura geológica y las condicio-nes del clima, la transformación que puede sufrir y suutilización consiguiente. Una de esas zonas parte de laregión de Moscú y se amplifica enormemente hasta Le.ningrado, y del lado del Oeste hasta el Ural. Esta zonaestaba clasificada en el formulario agrícola y económicocomo una zona "consumidora" y consideraba como in-apta para el cultivo de cereales. De zona consumidoratiene que transformarse en una zona muy productiva.porque sus terrenos que están todavía en gran parte sindesmonte o mal desmontados, se presentan como muyaptos para el cultivo de forrajes, de tubérculos y de li-no. Es una zona que hasta podrá suministrar cereales,y llegará a ser una base importante de la cría del ganadolechero y porcino.

Otra zona, también de gran extensión, que va del sudde la Ukrania hasta el sud de la Siberia, comprendiendoregiones enteras del medio y bajo Volga y de Kazakstan,ha sido antaño considerada tan impenetrable como undesierto. Son sobre todo grandes estepas no limitadas ensu extensión monótona nada más que por el horizonte,en las que el Estado soviético gana y ganará millonesde hectáreas para el cultivo del trigo. Entre esas dos zo-nas cuyas tierras deberán pasar a ser de extensiones in.

Itas tierras productivas, ricas en cosechas y ganado, semifica la zona pantanosa que se extiende en torno aoseú y Leningrado y ocupa también vastos territorios1 Ural. Aquí es el abono lo que se comienza con me-

• s imponentes, y que valorizará los terrenos que porcomposición orgánica son muy fértiles.

Sobre esta atrayente perspectiva agrícola-topográfica,l Instituto señala la zona de pastajes de montaña en elorte caucásico, y algunas regiones de estepas que no

aptas para el cultivo de cereales. En fin, marca la'Qna verdaderamente inconmensurable de la selva, que se<Insinúa entre las tierras cultivadas, y se pierde sobre cen-pares de kilómetros, a menudo aún sobre llanuras sus-

tibles de un cultivo variado. Es ésta una reserva in-lculable que sólo la Unión de los Soviets posee, para

~plificar, diría sin limitación, el cultivo agrícola dean extensión. Por lo que respecta a los pastajes deontaña y de estepa, allí se desenvuelve ya, con notablesultadcs, el cultivo de la raza ovina, que debe ser ob-

~ de un gran mejoramiento.Hay, por fin, zonas en las que un cambio técnico y

agrícola se presenta ya bajo diferentes formas: es decir,úe aún habiendo todavía nuevos terrenos que ganar pa-el cultivo, una muy gran parte se encuentra ya en víasindustrialización. Estas zonas son: la Transcauca-

Ma y la Crimea, donde todos los cultivos subtropicalcse los de las frutas y los de las flores, los huertos y la

vi.ticultura, tienen un gran lugar, y donde todos los es-f\l,et'Zos se dirigen hacia la explotación más vasta y másc;:!tntífica de esos magníficos valores naturales; después lazona propiamente dicha de los cultivos industriales, y dela eria del ganado, que está constituída por una gran par-te de la Ukrania, por la región central de la "tierra ne-gra", por el Kuban y por amplias extensiones del ExtremoOriente. Es aquí que el Instituto señala el más rápido des-envolvimiento de los cultivos del lino y del algodón, deltabaco y del maíz, del trigo, y muy particularmente dela avena, con una rotación intensiva y con el perfecciona-miento de la industria del ganado lechero y de matadero.

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r su acción directa. es decir. por la organización del~joz que él ha constituido y que dirige por si mismo.

el sovjoz, una parte considerable del pl~n expuestoI irrealizable. al menos antes de mucho tiempo.Basta con pensar que en tO?O el territorio de la Unión,agricultura de la época zarista era practicada .en ~o~as

lativam.ente muy pequeñas. en los terreno~ mas fértilesmás cercanos a las ciudades. Inmensas reglones perma-eíeron incultas; los pantanos crecieron; las sel~as oc~·ron kilómetros de llanura que se hubiera podido un-

• r en cultivos más aprovechables; las estepas perrna-ieron inexploradas. Al gran propietario le bastaba co.nexplotación feroz de la ma~o de obra par~. el acreer-

iento de sus riquezas. Despues de la Revolucl,?n de qc-bre, la población campesina. a la que se habla confía-la tierra. alcanzaba apenas a penetrar en esas z,?~as de-

rtas para ensanchar su pequeña e!Jlpresa familiar. Y.n ahora. la granja colectiva, el koljoz, a.unque se ~a;:a~urado el valiente' concurso de la Estación de maqui-

• y tractores y haya amplific~do de este mo?~ ~u base,Mftnanece siempre bastante leJOS ~e la, P~SI?lltdad ~e

prender en su radio e~as extenslOIl;es infinitas de ne-as incultas. Se recordara que el koljoz se funda sobre

unión de las granjas individuales. y que en muchasesas zonas. en kilómetros y kilómetros no ,se encuentr~8010 "hutor", una sola pobre casa campesina, que esteeada de un poco de terreno cultivable.

Es el Estado por su granja. por el sovjoz, quien d.es-pClés de haberla sostenido durante una docena de ~nos~ra que sirviera de ejemplo a las empresas campesmas,Iá.-designa ahora para ser entre sus manos el organo quedebe conquistar esas tierras abandonadas. El la proveedC todos los elementos, la hace potente desde el pu~tode vista técnico y financiero, de manera de convertirla-en base de todo un nuevo sistema de industria agrícola.

El sovjoz llega a ser así como un elemento y una fu~~-za necesaria a la industrialización de la agricultura sov.le-tita. y aún bajo este aspecto, además de las otras relacio-MI que la ligan al koljoz, y 9ue ya he recordado preceden-

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GUIDO MIGLIOLI

temente, el sovjoz apoya e integra la obra de la colectivi-zación. sostiene y refuerza la empresa agrícola colectiviza-da y completa, por lo que se refiere a esta última. sobreel terreno más propiamente económico e industrial. BUfunción de ayuda y de enseñanza.

Es precisamente en relación con este plan de desenvol-vimiento del sovjoz, que. en 1928. el Estado le dió unaestructura jurídica y administrativa, neta y severa. Co-menzó a constituir centros o "truts" dirigentes que agru-paron a los sovjoz según su producción predominante,y determinó las relaciones de esos trusts con el poder cen-tral, de manera de poder directa y seguramente regularla vida y el progreso de esta importante parte del domi-nio agrícola. Es bueno conocer al menos, algunas deestas disposiciones de las leyes promulgadas sobre esteasunto.

El artículo primero de un decreto publicado al comien-zo de la ejecución del primer Plan Quinquenal, se ex-presa así: "Es reconocida como trust agrícola del Esta-do, toda asociación de granjas soviéticas (sovjozes), or-ganizada según una reglamentación especial como uni-dad económica independiente con una personalidad ju-rídica y un capital indivisible constituído por acciones.Queda bajo la gestión del Comisariato de Agricultura".Otros artículos establecen que pertenece al poder central,y en su lugar al Comisariato de Agricultura, la eleccióndel nombre y del lugar del trusts, la lista de los sovjozesy de las empresas que le son anexadas, y que han deformar parte de él. Es también el Estado el que determi-na el objeto de su actividad, el monto de su capital defundación, la asignación de los terrenos, los yacimientosde minas y de aguas concedidos al trust; y por últimoel nombramiento y los poderes del director del trust.

Disposiciones precisas han sido tomadas también a finde determinar la posición de cada sovjoz en el trust. ylas relaciones que existen entre cada granja y la centraldirigente.

"La dirección del sovjoz --dice el decreto--, está de-legada a un administrador, nombrado y revocable por el

LA COLECTMZACIÓN DE LOS CAMPOS 163

ector del trust del Estado. El administrador del sov-dirige todas sus operaciones, pone en ejecución las

deríes del director del trust, ante el cual es responsablela parte administrativa y de su contabilidad. Debebién responder con responsabilidad civil, penal y dis-

linaria. en los términos de las leyes en curso. de loses que le han sido confiados. Por su lado. la direc-del trust debe someter todo proyecto técnico y fi-

nciero, al Comisariato de Agricultura del que dependeaprobación" .

ay estas referencias sobre la organización trustifica-de la empresa agrícola del Estado, para hacer notar, i bien conserva una autonomía jurídica, particular-te en cuanto al comercio, su funcionamiento dependeembargo. enteramente del poder del Estado. es decir,Comisariato de Agricultura. Tiene un sector que le

:Pertenece; pero es el Estado quien llama a sí. a su auto-~d y a su poder, la responsabilidad de l1~var,el sovjoz

la realización de las tareas que le han sido impuestas~ los órganos dirigentes de la Unión Soviética. Esta

mctura de la empresa agrícola del Estado, "haciéndo-completamente igual a la fábrica socialista industria-

lizada", como se expresaba el XVIQ Congreso en 1930,da una fuerza económica y una técnica de tal importan-

m. que es evidente que ninguna otra forma de granja)ocIda conferirle. Es "empresa de Estado; y el .Estado'ti ID árbitro absoluto, con todas las consecuencias quede ello derivan".

;Es preciso que el lector tenga en cuenta esto. para quefijal1do su mirada sobre la granja agrícola soviética. com-prenda su amplitud y su potencia increíbles.

El campesino especialmente, que ha se~ui~o ~n. todosS'QS pasos el camino recorrido por las granjas individualeseqnstituídas después de la Revolución de Octubre. hastaunirse y fundirse en la gran empresa colectivizada, pue-de permanecer perplejo ante cifras que hablan de una em-presa todavía mayor que la que se diseña ya en las pers-pectivas del artel. Pero él se las explicará fácilmente yen seguida, si recuerda que en los sovjozes nos encontra-

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164 GUIDO MIGLIOLI

mas frente a una obra del Estado, del Estado Soviético.en la que es su poder el que dispone y actúa. y dondeel Estado mismo. pone en acción sus innumerables me-dios para crear ese tipo absolutamente nuevo y verdade-ramente sugestivo. de empresa agrícola industrial.

Después de haber recibido una fuerte estructura jurí-dica y administrativa. los sovjozes aceleraron su desen-volvimiento casi simétricamente con el rápido progresode la colectivización. En la primavera dé 1930. el trustde los cereales. había ya organizado 143 sovjozes, y dis-ponía en el mismo año de más de un millón y medio dehectáreas de terreno laborable. Es justamente en el vera-no del año de la "gran conquista" que. después de unadeliberación del Comité Central y del Consejo de Comi-sarios del Pueblo. se constituyen el trust de los cerdos.el trust de la manteca. el trust para la cría de ganado va-cuno.

Los problemas de la producción de cereales y de lacría del ganado. estrechamente ligados entre sí, son labase de la política agraria de la Unión. no solamente des-de el punto de vista de las necesidades del consumo. sinotambién. desde el punto de vista de la transformaciónde la agricultura soviética.

EL SOVJOZ y LA INDUSTRIA DEL GANADO

El Comisario de Agricultura. hablando al año siguien .te. en 1931. en el XVIQ Congreso de los Soviets, diseña-ba así el marco de la empresa del Estado para la cría yla industria del ganado. Hacía notar al mismo tiempoque en ningún otro país se impulsaba la construccióntanto como en la U. R. S. S.; "Nuestra economía stan-dardizada referente a la cría del ganado es la siguiente:un sovjoz del trust de bovinos comprende un términomedio que va de 5.000 a 30.000 animales; otro deltrust de la manteca. posee de 3.000 a 10.000; un sovjozdel trust para la cría de cerdos, puede tener alrededor deH.O'OO; un sovjoz para la cría de aves. posee de 50.000

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS 165

150.000 animales. Son estas cifras medias de nuestrosIO'jozes". . .Es preciso señalar desde ahora que estas Cifras no tie-n más que 11n valor indicativo. Es natural que al co-ienzo de la preparación tan audaz de un plan que de-

reformar la industria ganadera. se llegara a entreverizás su lejano límite; pero la realidad debía plantear

tft seguida la imposición de proceder m.ás prácticamen-te y de adaptarse a un conjunto de exigencias tecntcasy' culturales. que son ta.nto más duras e inexorablescuando se ensayan sus primeros pasos.

He visitado algunas de esas granjas del Estado. don-de dominan las razas lecheras aclimatadas a las regionesdel norte. la "Sirnmerstalkaia", la "Kornogorskaia", ysobre todo. la "Jarovlavskaia". He estado también engranjas de la Ukrania, del Kuban, donde se encuentra lasaza ruso- alemana. En el radio de Jaroslav, en el Twer,al norte de Moscú. y en algunos sovjozes cerca de Khar-khov y de Krasnodar, he tenido ocasión de estudiar .laestructura y el funcionamiento de esas grandes granjassoviéticas, para la cría del ganado lechero.

Generalmente los animales están divididos en gruposque varían según los establos y la cantidad de fo~rajesde que dispone el sovjoz. No todas las construccionesson modernas o modernizadas; pero el ganado estabaguardado en locales provisorios, se trabajaba activamentepara dotar a los koljozes de establos nuev<;s. y muy per-feccionados. Noté en Ukrania algunos de tipo americano:tres pasajes dividían el establo en cinco sectores horizon-tales. de tal manera que las dos filas de ganado eran ali-mentadas por un pasadizo CJ.?ese presentab.a él .ellos defrente. y estaba limpio de estiércol por el pasillo mterm~-diario. En muchos de ellos el trabajo es efectuado rneca-nicarnente, y la energía eléctrica es ampliamente emplea-da para la limpieza y la desinfección de los establos y losútiles.

Lo que me chocó inmediatamente en el curso de estavisita a los sovjozes, fué la adopción de los medios .máscientíficos para mejorar la calidad y la productividad

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166 GUIDO MIGLIOLI

del ganado lechero por una severa selección y una aJi.•mentación racional. El Comisario de Agricultura, en1932, en uno de sus discursos, se quejaba de que en laUnión de los Soviets, aunque no fuera escasa la canti-dad del ganado lechero y de matadero, la productividadde los mismos era reducida.

Lo que es difícilmente aplicable en las granjas indivi-duales y aun en los arteles, ha llegado a ser por el con-trario una regla absoluta en los sovjozes. El mejora-miento de los productores, la formación de centros devacas de una gran producción, la experimentación de di-ferentes razas originales y su cruzamientio, forman latarea continua de los criadores de todos los sovjozes,En un gran establo en Ackerman, en Ukrania, se me ha-cía ver una vaca, ---€ntonces muy conocida allí- la va-ca Mria, que había dado en un solo año 10.135 kilo-gramos de leche, sobrepasando o al menos igualando losmejores especímenes de la raza frisona, que eran objeto deadmiración en la última exposición agrícola de Colonia.

Noté cuidados semejantes en la confección del alimen-to, con u~ amplio empleo de forrajes y un empleo racio-n~l. ?e ah,mentos ~?1?'ce~~rado~.Todo~ los sovjozes quevI~lte teman sus silos segun el metodo simplificadomas moderno. El empleo de concentrados y de forrajesverdes o secos, no era absolutamente uniforme; pero casien todas partes se practicaba un control preciso sobre laalimentación y sobre la leche. Me acuerdo del dirigentede un sovjoz, que me informó que se esforzaba por ex-tender el control a la cantidad y a la calidad de la lechepara determinar la parte de grasa y de manteca que esteproducto contiene, y proceder en seguida a una perfectaselección de los productores. y de las vacas.

~sí, mucho~ sovjozes me han parecido verdaderas es-raciones experimentales donde un personal técnico des-envuelve su obra de continuo estudio tanto por lo querespecta a la profilaxis zootécnica, para mejorar los me-dios susceptibles de impedir y de dispersar toda causa decontagio, como para munir el organismo de sueros y evi-tar ciertos disturbios orgánicos debidos a menudo a moti-

LA CoLECTIVIZACIÓN DE LOS CA~tPOS

s higiénicos y alimenticios que son una de las causasportantes de decadencia y esterilidad.Una experiencia muy interesante me parece la hecha enKuban por un sovjoz que tenía diversos grupos de

ana do colocados en diferentes lugares de su vasto terri-rio. Dividía por lotes todos esos rebaños, según la pro-

tividad de las vacas: las vacas secas, las vacas queban menos de lOa 15 litros de leche; las vacas queban más de veinte, etc. Y se me hacía notar a este res-

pecto, que esto, además de ayudar al reparto de la ali-mentación comportaba otra ventaja considerable. El sov-joz, que disponía de un amplio territorio, podía distri-

uir allí el cultivo de forraje y leguminosas, de manerade tener la alimentación cerca del ganado que debía uti-lizarla.

El sovjoz para la cría de ganado de cuernos. lechero y-de matadero, desenvuelve por todas partes su obra, a finde proveerse de una base de cultivo de avena apropiadapara la alimentación. He dicho ya cómo la asignaciónmisma del territorio de la granja soviética partiendo deesta consideración, trata de explotar mejor los recursosnaturales del terreno, para determinar el cultivo en quecada sovjoz debe especializarse. Pero después, todos tie-nen el deber de completar y explotar esos recursos portodos los medios de la ciencia agraria. Así yo he podidover en algunos sovjozes en el norte de Moscú, en el radiode Twer, magníficos cultivos de alfalfa, que resistíaninviernos rigurosos. Admiré en Ukrania el cultivo de lasvariedades más nutritivas de maíz americano, del Cara-gua al Eureka.

El cultivo y el perfeccionamiento de la alfalfa, con laintroducción de las leguminosas más variadas, la adap-tación de las diferentes calidades de forrajes al clima que,en la Unión de los Soviets varía del subtropical al ártico,son objeto de estudios y experiencias de los Institutos ofi-ciales, como el Instituto Williams de Moscú. Pero a es-ta tarea específica de los mencionados Institutos, se agre-ga la obligación que cada sovjoz cumple por su cuentapara la cría del ganado vacuno, con el propósito de per-

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168 GUIDO MIGLIOLI LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

feecionar la calidad y el sistema de la alimentación. Porla alimentación y la selección. el sovjoz obtiene sin du-~a buenos resultados. de los que aprovecharán muy par-ticularmente las empresas agrícolas colectivas. Es la ver-dad: el sovjoz no es solamente una escuela; su ayudaa la colectivización Se concreta, en este punto, en unaayuda material de una importancia evidente. El artelacrece ,Y mejora su patrimonio zootécnico precisamentea traves de la obra que cumple. a su lado. la granja delEstado. c~:m la. c~ía del ganado lechero y de matadero.

El capital vlvl~nte aportado por los campesinos alartel, no era por CIerto de los mejores. Completarlo. re-!l0varl~, crear también en las granjas colectivizadas unaindustria de la leche. allí donde el cultivo del terreno lahace posible. todo esto hubiera sido largo y costoso si elEstado no hubiera intervenido con sus granjas especia-lizadas. Los animales productores de estas empresas delEstado. son empleados gratuitamente también en los ar-teles; y por muchos de ellos han pasado ya grupos deganado .lechero, de una alta productividad. venidos delo~ sovjozes, para aumentar el patrimonio y el rendí-miento de la empresa agrícola colectivizada.

rtes. está muy alejada de las reglas de pr,?fi~axis y dementación que aseguran ~?maximo r~ndlmlento. Lesimposible cuidar la selección de lo~ animales, Los s'?Y-

~es para la cría del cerdo son objeto de un~ atencióncial de parte del Estado, que !es. ha. provisto de las

jo res razas, de los terr~nos mas indicados y.?e losedios financieros necesarios para la constr~c~lon ~etablas suficientemente grandes como para recibir a mi-

de animales.No diré en detalle lo que he visto en ciertos SO":Jozes.

f,Obre la aplicación de n:ét,?dos científicos de hilpene yde alimentación. Esta ultima. casi Slempr~ .umforme.",1 II srribuida, en auto-alimentadores subdivididos pa-

ta las mezclas, para las sales minerales, par~ los cerea-l. ,. e .ré solamente que ..1 kol joziano. 10 mismo que elcampesino de la granja i!1dividuaL n,o so~amente puederecibir del sovjoz los animales de erra, sino que puedeir también al sovjoz para controlar sus facultades detransformación y regular en consecuencia el alimento quedebe emplear.

Por este y por otros s;rv.icios que el S?vjoz pre~ta alcriador, -su personal tecnico, su material de desinfec-ción etc.- estimo que él realiza un notable mejora-miento del sistema americano del "Swine Record ofPerformance Test". Hay aún otra diferencia considera-ble: los koljozianos y también el campesino que tra-baja en su pequeña granja, no yagan normalmente na-da al sovjoz pues todo su servicio es gratuito. "

El sovjoz para la cría de cerdos. hace en beneficio delos artéles, donde esta cría es particularmente adoptada.lo que yo he explicado también precedentemente de, loslS jozes para la cría. del ganado. vacuno, y consigueap rtar su ayuda efectiva a cada cna~or,; lo que. para elkoljoziano significa una ayuda economica ap~eclab~e.

Gracias a todos estos esfuerzos para el mejorarmensodel patrimonio porcino, éste está en vías de salir rápida-mente de la crisis en que se encontraba, c,on todo. el res-

del patrimonio zootécnico en los pnrneros tiemposdí II colectivización, sobre todo a causa de la obra en-

EL SOVJOZ y SUS DIFERENTES CRIADEROS

Si me he extendido sobre la cría del ganado de cuer-!los en, el sovjoz, es porque sabemos de qué manera laindustria del ganado lechero y de carnicería es un ele.mento de primera importancia en el desenvolvimientode la ind~~tria agrícola .. Pero yo no puedo olvidar queen la Unión de los SOVIets, durante estos últimos añossobre todo, se ha impulsado en los sovjozes la cría delcerdo, por ser éste el más rico y el mayor productor decarne.

Las necesidades enormemente acrecidas del consumode carne en toda la población de las ciudades y del cam-po, plantearon el problema de una cría intensiva delcerdo. La ,cría de porcinos en las empresas familiares yen los koljozes, en la Unión Soviética como en todas

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170 GUIDO MIGLIOLI

minal de destrucción realizada por el kulakismo. Seránprecisos ciertamente muchos más grandes esfuerzos, pa-ra reconstituir un patrimonio semejante, y llevarlo aun nivel más alto de riqueza. Es esta, sin em rgo, unabatalla en la que están empeñadas juntas las uerzas delas empresas colectivas y del Estado. y es en estas úl-timas donde se ha extendido inmediatamente la cría deaves, y de conejos. y donde ha' sido llevado a un altogrado el mejoramiento de la producción ovina.

A decir verdad estas producciones son en su mayorparte confiadas a Estaciones experimentales y a institu-tos especiales, que las transmiten en seguida a los sovjo-zes y a los koljozes para su mayor desenvolvimiento.Hablaré más tarde de la obra compleja y muy eficazde estos Institutos. Aquí una página me parece digna deinterés; la reproduzco de mis notas de viaje de 1930 yse relaciona con la visita que hice a Ascanie Nova, a unos40 kilómetros del Dnieper. donde se terminan las huellasde la "tierra negra", y comienza una estepa desmesura,da de centenas y centenas de miles de hectáreas, hasta elMar Negro.

El director de este centro de experimentación me mues-tra un grupo de ovinos: "Es una parte de nuestros ga-nados -me dice-. que cuentan cerca de 10.000 anima-les divididos en diferentes grupos. Por la raza de los re-productores, por la calidad y la cantidad de la produc-ción, de la lana, nuestro rebaño es el primero del mun-do; semejante, sólo se encuentra en la Argentina. Loscruzamientos que se han efectuado con ovinos comunes,han dado ya buenos resultados. La cría ovina se extien-de ya en las empresas colectivizadas, y también algunossovjozes se especializarán en ella sin duda. Pero nosotrosemigraremos de aquí. . . "

Le pregunto la causa. Me 1'3 explica en el curso de unainteresante visita a muchas secciones especiales. entre lasque se encuentra el trabajo de Ascanie Nova, Esta zonainmensa está destinada a una transformación ultra-in-dustrializada. Hay una estación que estudia los cultivosque convienen más a la estepa, desde el café hasta una

LA COLECTMZACIÓN DE LOS CAMPOS

. f hilan como la seda na-nta especial cduyo~ ~~tos c~n ella. Hay una estación

ral y que pue e nva lza~ iec d rimavera yexperimenta otros CUltlVOS.el tngo d e ~ ino adop-

- lId' n y el aceite e ric ,trigo de atona, e ,a go o Africa de América. Unados en al~.unas regiones de randes Ycampos roturados,cera seccion r<?~eada por. g d la alfalfa y de otras.da la producc~on del I!1a.lzbae una estación que uneecies de forraJesd E~ fll~. !caballar adaptables al

• razas del gana ~oda~~:ocruzas como la de la. cebrauna, y se ensayanl la del caballo con la cebra.

(On la raza ruso-a emana y . . ientífi _Esta su~e.stiva tarea ~e a~~~:~:;la~c~~n ir~i~~~li~~a;~een relación con u: 19-Ó ' donde éste avanza co-

irigiendo las olas kÍm mep~~r una red de canales amo un golfo. a Kat o~:berá llevarlas hasta el mar.través de la vast~i'~ :radirector. esta amplísima zona de

Ya hoy, m~, J todas partes para establecer sutierra q.u~.hen ln:O~ por ada tar sus cultivos. no estácomposición geo?o~ca .Y·t . ~ su regreso el gran sov-más desierta. Uste VISlara tit yo' el año pasado para. "K ky" que se cons 1 u b dJOZ ersons , 1 de trigo de ce a acomenzar los cultivos ~e 1lgÓaOeOOhectárea~. La poten-y de avena. sobre cerca e ;. rícolas ha cum-cia de los tractores y de las_m.aqeUlhn:ns~~mbrado 28.000

lid '1 ros en este ano. s '1pJl o ya mi ag ducci por hectárea supenor a ahectáreas, con una pro uccionmedia habitual. d 1 estepa por todas partes, las

"E~ los ex~remos e ~olectivizado en grandes, ar!e-pequenas granJa~ .~e han . plo Nuestras expenenciasles. "S~toplemaJa, d es uhec~:~ con' éxito por las granjasde altivos han Sl o re ti va consiste en vencer a lacole ivamente, Su PIerspec \ tamente : están seguros deestep y transformar a comp e _ •o habrá más quellegar a ello. Dentro de pocos dn~~sn es igas y de suscampos roturados. o~gullosb" ecederá s~ lugar a otrospastos. Nuestro reb~n<?ta~ len rícola ue preparamos,animales. La industrialización ag 9- e a la es-habrá vencido y transformado para siernprtepa ....•

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172 GUIDO MIGLIOLI

Transcribiendo estas palabras y evocando estos re-cu.erd~s, creo esc~cha~ todavía esa voz, que resonaba en~1~ oídos en el silencio de la extensión despoblada e in-f~Olta, corno la voz prodigiosa de la creación y de laVida!

EL SOVJOZ y LA INDUSTRIA DE LOS CEREALES

. ,Además del. sovjo~, para la cría de ganado, el stadodIO una gran impulsión al sovjoz para el cultivo de ce-reales; y aún· este último tornó inmediatamente la forma~e un~ empresa imp0n.ente y original por sus caracterís-ticas técnicas e industriales.

El Comisario d,; Agricultur~ que había dado acerca delsovjoz para l.a cna algunas Cifras que ya reproduje ent~da su ~mphtud y su fuerza, hablando del sovjoz deltrrgo decía en el Congreso de Moscú, en 1930: "Lo quenos hace falta no es el sovjoz de algunas decenas de mi-les de hectáreas, sino el sovjoz de centenas de miles de hec-táreas: . . .~a organización de ese terreno deberá ser deuna simplicidad elemental. Su territorio se dividirá endos sectores de cultivo cortados por caminos de norte asu.d y este a ?este. y el sector comprendido entre esos lí-mites, debera formar la unidad fundamental del cultivode los sovjozes".

C~mo ya l?, he dicho al hablar de los grandes sovjozes~e cna, también en los sovjozes especializados en el cul-tivo de cereales, en esas "fábricas gigantes de trigo" co-rno los llamaJ:>a la prensa soviética, se han introducidoforzosamente innovaciones de las que hablaré más lejos.Me complazco en re~erirn:e aqu~ directamente a lo quehe v~sto con mis propios OJos, a fin de subrayar mejor susrelaciones con la empres~ agrícola colectivizada. Escogíentre .l~s, numerosos sovjozes para el cultivo de cerealesque visité en 1930 un sovjoz del Cáucaso por su carác-ter escolar experimental. Estaba marcado con el número2, porque a su lado otro sovjoz lo había precedido y so-brepasad?, por la amplitud del territorio. Este sovjozme parccio verdaderamente uno de los más indicados pa-

LA CoLECTIVIZACIÓN DE LOS CA~~POS 173

el estudio, porque era no solamente una empresa des-ada al cultivo del trigo, sino que tenía anexo un ins-to para la preparación del personal técnico y una esta-

n experimental para las máquinas agrícolas.Así la constitución de esta granja soviética, coincide

on el momento más ardiente de la lucha por la colee-vización. Ella asentaba sus primeras bases en la prima-ra de 1929, en medio de un territorio recorrido apenasr algunas tropas de caballos, y constituído en gran

arte por terreno totalmente inculto. Se "soñó". en edi-icar allí una pequeña aldea, corno centro radiador dena nueva vida en esas llanuras ligeramente onduladas

que las máquinas hubieran debido abrir y fecundar portodas partes.

y un afio después, vastas construcciones se alzaban porvalor de muchos millones de rublos. Un gran elevador,grandes hangares para las máquinas y los tractores, yuna usina para las reparaciones; tiendas y casas para losobreros; locales edificados especialmente para las escue-las y los laboratorios; una instalación central para la dis-tribución de agua potable y de calefacción; salones de ex-posición y de fiestas, y amp .as platabandas de céspedque habían guardado y alimentado las semillas: todoesto daba a la pequeña aldea un aspecto alegre y endo-mingado. El "sueño" se había convertido en realidadpalpitante de vida. Una vía de ferrocarril unía la nuevaaldea a otros centros de la región.

"Comenzarnos por la roturación y la siembra de 5.000hectáreas, y el mismo día ya recibirnos trabajo de loskoljozes vecinos; nos extendimos sobre nuevos miles dehectáreas, y dividirnos en tres grandes lotes el territoriode 50.000 hectáreas destinadas al roturado para este año.El año próximo la extensión trabajada se elevará a 70mil hectáreas; pasaremos más allá de algunas aldeas edi-ficadas en pequeños oasis verdes, donde los campesinos yahan .colectivizado sus granjas, y se las amplificaremos gra-cias a nuestro trabajo a fin de volverlas más aptas parael empleo de medios mecánicos; llegaremos así más alláde la estepa virgen, con la perspectiva de contar en el radio

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del sovjoz, dentro de algunos años, alrededor d~ 120 milhectáreas. "

Era una danza de cifras que giraban ante mis ojos, .inque mi pensamiento pudiera comprender toda su ex-tensión. El director del sovjoz leyó en mis ojos esta in-certidumbre y: "¡Esto le asombra! -res¡jondió.-¿Nohemos creado en pocos meses esta ciudad donde tenemosya más de 500 estudiantes, mil 'obreros para las mi.quinas, y todo el personal subsidiario que necesita nues-tra empresa? Si piensa Ud. que con el tractor nosotrosrealizamos en diez horas solamente todo el trabajo delcultivo, desde el roturado hasta la cosecha del trigo, loque exigiría alrededor de 300 horas de trabajo humano,Ud. se explicará cómo con nuestros cien tractores, delos cuales cada uno puede arrastrar, por ejemplo, cincosembradoras, y con todas las otras máquinas de queestamos provistos, la extensión del territorio- tiene unaimportancia relativa. Gracias a los medios mecánicosde que disponemos, podemos hablar de mil hectáreas de1" misma manera que un campesino habla en su granjade una hectárea midiendo esta hectárea según su traba.jo familiar. La cuestión es saber adaptar la máquina alcultivo, a fin de que su productividad sea la mayor po-sible. "

MONOCULTIVO y POLICUL TIVO

Conversé largo tiempo con el director de este sovjozy con otros dirigentes. Se especializaban en el cultivo delcenteno, por un sistema monocultural.

"Se podría muy bien introducir otros cultivos, me de-c~an, pero exigirían el empleo de otras máquinas, es de.cir, de otros capitales. Durante el período en que esasmáquinas permanecieran inactivas, pesarían igual sobreI~s granjas sin producir nada. Disminuirían pues, el renodimíento. Sería lo mismo si introdujéramos el cultivode forr~jes con rotación de trigo, y otros cereales: ensuma, SI adoptáramos el sistema ordinario y acostumbra.do del policultivo. El principio económico de nuestra

I

resa, que está completamente mecanizada, es hacerbajar continuamente el tractor durante el año de tra-jo. El tractor este año ha trabajado hasta tres milras: este es el secreto de su gran rendimiento, y en con-

ncia del bajísimo precio del producto. El año pasa-aunque fuera el primer año y con los gastos de la

va organización, el pud de trigo costó un rublo ykopeks; pero se alcanzará bien pronto el precio mí-

o de ochenta kopeks el pudoConstaté que este principio del monocultivo en la gran-soviética para cereales no era generalmente adoptadolos sovjozes del YZernotrust": además, no era obser-o más que por una débil minoría. Era todavía dis-

ido por los institutos científicos y experimentales queterminado por condenarlo, porque los resultados

ivos han señalado una fuerte desproporción con lasrsiones considerables del Estado. En el Congreso de

ú, en febrero de 1934, se establecía decididamente elma de descentralizar estos sovjozes gigantes, y susti-a una especialización excesiva, una rotación racio-de los cultivos. Se ha llegado a lo que yo pensabado escuchaba, junto a los surcos amarillos de espigassovjoz N9 2, las consideraciones, sugestivas cierta-:te, de los convencidos de la utilidad y de la supe río-

ad de la gran empresa agrícola de sistema monocul-1.

Recuerdo, entre otras, las siguientes: "La introducción1~ variedad de cultivos en la gran granja mecanizada,

:va consigo la necesidad de instalaciones nuevas, de má-inas, y también de nuevos cuadros técnicos. Mientrasb máquinas tengan que emplear los obreros, menos las

~ocerán y menos las amarán. La máquina es algo vi-~ para un personal inteligente y competente. Le es

tio a él también el máximum de especialización: y_ no se obtiene en la economía de la granja mecaniza-d que por la adopción del sistema monocultural."

~nía, en efecto, rápidamente la impresión de en-en una empresa constituida de esa manera, cuan-

vi6itaban las numerosas partes de este sovjoz.

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. So~re todo donde el trabajo marcha activamente- eaImposible ver ganado de cría o de trabajo. aunque sólo seaun caballo. Pequeños trenes. tirados por tractores. IUKanpor todas partes la estepa. de terrenos dados vuelta y hu-mean tes. con extertsio~es rubias de espigas maduras. .,.tra~sportan los materiales de trabajo y los productos.A111donde los tractores funcionan. se coloca el campa.mento para los trabajadores y se levantan las bartacaspara las máquinas y los útiles.

En el centro una gran usina los acoge para ordenarlosy repararlos; y fl s~s lados se extienden en fila. por de.cenas. de los. mas SImples a los más complejos. los modelos producidos en la l!. R. S. S.• o importados .1extranjero para ser estudiados y experimentados. Trae ..tores de gran poder: "combynes"; máquinas de cad~apara el, trabajo ~uceslvo de ro~urado. de siembra. de aMno; maqu.mas dispuestas en hilera, de a cuatro. de a ••para cubr~ a I? ancho el máximo de superficie de temono; pequenos tnst~umentos y colosos de hierro y acero.~e aquí lo que debla vencer y fecundar a las miles de bee-tareas de este sovjoz, bajo la técnica sabia y apasionadade un obrero "nuevo".

"Este ~ño. en abril, hemos organizado el Instituto queh~ proveído a la formación de especialistas. de la meca-n1Z~clon de la gr~n granja -me explicaba el director delsovjoz.s-« Escogimos los obreros de la usina que enten-dían ya de máquina.s y eran \apaces de componerlas¡ porhacer. ,de ellos mecarncos calificados. Aquí agrupamostambién numerosos elementos del campo. que quieren ve.mr con nosotros. y les hacemos seguir verdaderos cursosde estudios teóricos y prácticos. Ahora son más de 500y e~ a~o próximo, en 1931. habrá más de mil de est~koljozianos. Pensamos mejorar y ampliar nuestros loca.les y nuestros laboratorios, a los que el Estado ha des-tinado ya muchos millones de rublos.

El programa de estudios divide el año en períodos decuatro meses. En el primero y en el último una mitaddel trabaj.o es teórica y la otra mitad es práctica. Laparte teónca por el contrario, está reducida a un tercio.

o en la intensidad del trabajo es preciso intensili·también la parte práctica. Tratamos de que el estu ..de las materias. cuyo objetivo es hacer comprendertodo lo que se refiere al proceso productivo, estéuamente en correlación con la experiencia que debe

urar sobre las máquinas. en la usina y en los campos.lISÍ que se estudian los diferentes tipos de máquinas,condiciones de los terrenos y de los cultivos para 811ptación; es así que se estudian su productividad. sutabilidad, todos los medios de control y todos loa'os de trabajo. Y lo que es explicado y estudiado.

completa por la práctica asidua y por la experienciapulosa.

~sta experimentación se la cumple en los sovjozes y enkoljozes de los alrededores. Los koljozianos que banado a ser entre nosotros especialistas de la gran em-

mecanizada. son por su industrialización un factorprimer orden cuando vuelven a sus granjas. Aunquearteles circunvecinos tengan una estructura económi-diferente a la de nuestro sovjoz, la técnica que hanndido aquí centenares y centenares de koljoaianos se

elve para ellos un precioso patrimonio. Y pensamospliar el Instituto y la estación experimental. basta

comprendan todo lo que puede exigir el cultivo in-.alizado de las granjas colectivas de la zona. de ma-

a de proverlas de dirigentes seguros Y capaces."

EXPBllIMENT ACION y ESPECIALlZACION CUL TURALBI

No sé qué es lo que ha podido producir la fuerza ,impetuosidad de ese verdadero "gigante", en el curso deos últimos años, desde el verano de 1930. para reali-t los proyectos que su dirección me exponía. Entreas cosas se proponían anexar al Instituto una secció~

ial para el estudio del trigo. desde sus cualidades prt-'as basta las que se pueden obtener por la híbrida-: desde su ciclo de cultivo. en relación con la com-

• 6n del terreno, hasta los factores que pueden acre-8U fuerza orgánica y su valor nutritivo.

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En toda granja que tuviera por objeto el cultivo efe.los cereales, soviética o colectiva, el problema de la calidaddel ~~lg0y de su poder. ~e rendimiento hacía sentir ya supresión: y todos los dirigentes con quienes conversé so-bre el asunto, me hablaron pata certificarme que en estacuestión el Estado soviético intervenía también por todoslos medios científicos y experimentales.

En Karkhof un Instituto que antes se había dedicadoal estudio genérico de los cultivos de la zona, trigo, remo-lacha, frutas, etc" fué completamente transformado desdeque el Estado dió a la agricultura el gran impulso de surenovación. Esta institución que se llamó el "Institutod.e ~a empresa del ,trigo", se equipó, conforme a la espe-clahz~clO!l mas. cuidada, con todo lo que la ciencia y laexperiencra sugieren para el progreso del cultivo de losgranos y sobre todo del trigo.

Ya en la época en que yo lo visité, hace casi cuatro añoshabía constituído secciones en Crimea, en el Dombad.en ~od~s los centros. graneros, y fijados sus puntos de e _perrencra en los sovjozes y en los koljozes.

La sede, en Karkhof, además de seis laboratorios esta-ba provista de campos donde las distintas cualidades deltrigo indígena eran ensayadas junto a otras variedadesimportadas del extranjero, de trigo duro, de trigo tem-pr~n~. etc. E,I injert~ ,era experimentado con múltiplesobjetivos: la inversabilidad, la calidad de la paja y deltrigo, la fuerza del brote, de manera de adaptar la cali-dad d,el trigo a las condiciones más variadas del suelo. Seexpenmentaba allí sobre todo el estiércol, para abonodel más débil al más intensivo. •

A este respecto -me decía el personal del Instituto--en muchas empresas gozamos de las ventajas que resultande la, explotación de un terreno virgen, rico en savia; pe-ro rápídamente se agotan. Entre nosotros también elproblema de la agricultura se intensifica con el problemadel roturado y del abono más racionales. Gracias a 138máquinas que perfeccionamos cada vez más, conseguí .•m08 o~t~ner capas de germinación blandas, por0S38, sa-nas, utilizando los deshielos y las aguas pluviales, y au-

tanda la humedad que generalmente falta, Pero laeducción de los abonos quími,cos es ~na tarea queemos llenar lo más pronto posible, a fin de llevar elivo del trigo en nuestras granjas soviéticas t,colee-

a un grado suficientemente alto de producción:Bn los campos experimentales del I~~tituto ~e Kar-f, se contaba, en efecto, una producCl<;>Dde trigo por

tárea no menor que la que en las granjas de Lombar-en Italia, ha sido considerada como no s~brepasable.iguiendo así su obra a, través de,}~s Institutos espe-

Iizados y las granjas agrícolas soviéticas, que en 193.2han ya tan desarrolladas que sembraba durante la pn;vera más de diez millones de hectáreas, el Estado llegor a cada rama de la agricultura una fuerza nueva, lle-dalas hacia los sistemas más industrializados y pro-osos, '1

Detenerme aquí y extenderme mas sobre o q'!e se v~-.ea a este respecto en los cam~os de la U,filon, s~nar de los límites de este estudio. Agregare tan solo,que ello puede inte~e~ar hasta cierto, punto: que en laultura y en la sericicultura, se esta en vias de efec-

r una verdadera revolución, gracias a l~ cual ~a gran,nja de la zona subtropica] y de la zona industrial, pa;,mplear la terminología que acabo de explicar, se vera

beneficiada. .1 método primitivo de la sericicultura y del cultivo

Ias moreras, colocaba a la Unión de los Sov,lets entremás débiles productores en el mercado mundial. Y ~ra. imposible habituar a los campesmos de las granjas

dividuales, a cultivar la morer~ y ,c,nar los gusanos dea racionalmente. Con la constitucton de l~ g,ran gran-agrícola y de los sovjozes de cultiy?s espepahzados, enUkrania yen el Kubán se comenzo inmediatamente con

~ .istema de un amplio cultivo de moreras ~e, troncojo, en centenares de hectáreas, ~ea, por el mjerto de

Plantas jóvenes, sea por el procedimiento de la acoda-dura. ., 6 .

Al mismo tiempo en estaciones c~n.struldas a prop SI-to, se intensificó el estudio de la sericicultura, por la ex-

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perimentacién de todos los gusanos de seda, desde el do.rado chino, al verde del Turkestán, hasta los cruzamien-tos ya efectuados en Japón y en Italia. En un períodode cinco años. la Ukrania sola se proponía alcanzar a másde 500.000 hectáreas plantadas de moreras, distribuídasen su mayor parte entre los koljozes, y disponer de mu-chas variedades de gusanos de gran rendimiento. Cercade Kiev, observé la instalación de barracas para la ctíade millares de onzas de gusanos de seda. y en algunos deesos koljozes se ensayaba ya, en ese mismo año. una do-.ble cría en mayo y en septiembre.

Con respecto a la viticultura, un ejemplo me chocó par-ticularmente: esto ocurrió en el sovjoz "Abru-Durso",distante 20 kilómetros de Noworossik, .sobre el Mar Ne-gro. Desde el comienzo de la colectivización se había ex-perimentado en algunos miles de hectáreas. un trabajototalmente mecanizado. y la introducción de viñas paralos vinos más finos. como el "riesling", el "aligote" y el"portugués". Las granjas colectivas de los alrededoressiguieron el ejemplo:,y negociaron con el sovjoz su pro-ducción, comprometiéndolo para el uso de máquinas, pa-ra el corte. para el azuframiento. etc.

En 1930. todas estas colinas de piedras Y cascotes estban ya cortadas Y surcadas por arados arrastrados a va-por o a tracción eléctrica. Las espalderas se alineaban has-ta la cima. verdeando de pámpanos y cargadas de raci-mos. El sovjoz había agrandado sus bodegas. perforan-do galerías en la montaña, y perfeccionando su laborato-rio enológico.

Yo me asombré viendo que embalaban botellas de"champagne' '. "Es producción nuestra. aunque los nom-bres y la venta sean de otros país". me respondieron."[Hemos querido medir nuestras fuerzas en el terreno delos vinos típicos y hemos triunfado!"

De esta manera la producción agrícola soviética se pre-para a dominar. no solamente por la cantidad de los pro-ductos. sino también por su calidad. los mercados míadifíciles. como el del vino y la seda.

La gran granja colectiva y la empresa agrícola del Es-

, apoyadas y reforzadas en su desenvolvimiento cea.-o por el progreso de la industria. especialmente de la

tria mecánica, de donde la agricultura saca los me-para sus conquistas más nobles. son las dos fuerzas

aces de esta revolución. El VIQ Congreso de los So-s. había confirmado en Moscú este principio: "Los

itos de la colectivización agrícola dentro del marco d~lan Quinquenal. están fundados sobre el desenvolví-ento paralelo de los sovjozes y de los koljozes, y sobreprogreso respectivo de la industria soviética."

LOS PROGRESOS DE L.\ MECANICA AGRlCOLA

Este progreso ha acompañado la empr~sa, ~ampesinasde su nacimiento hasta los momentos históricos de su

je a la gran granja colectiva. La d~námica que ~arca,través de las cifras que he reproducido. la difusión demáquina en los campos soviéticos. ,marca ta~bié~ ~1

•.egreso de la agricultura. de~d~ los metodos mas ~n!J1l-os. hasta las formas industrializadas que la C?lectl':lza-ión ha adoptado y perfeccionado. Pero son cifras estasue, por elevadas que sean. d~saparecen fren~~ a 10 q.~~sea llegado en la mecánica agrícola de la Untan Soviética,esde que la colectivización desbordó como el movimien-

to más vasto y más profundo de la masa rural desde laevolución de Octubre.En 1931 y 32. el Estado asignaba a la ag~icultura,

Sólo para máquinas agrícolas. una s~ma supe~10r a unbillón y medio de rublos. Cuatro anos despues del co-mienzo del primer Plan Quinquenal. ya 167.000 tracto-res surcaban las llanuras sin límites. los valles que seeontinúan unos a los otros. y. subían en ,?luchas zon~sa hender 10'5 flancos mismos de la montana. E~ la p.n-mavera de 1933. Moloto!. cuando l~ Co~ferenCla regio-nal de los koljozianos del Volga medio, afirmaba: En unsolo año. de junio de 1933 a junio de 1934. nuestr~usinas nos darán 68.000 tractores entre los cuales habla4.500 "caterpillars", de gran rendimiento. fabricados porprimera vez en la Unión de los Soviets en las usmas de

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182 GUIDO MIGLIOLI

Tcheliabinsk". En efecto: las últimas cifras de 1933eran de 20.400 tractores, desenvolviendo una fuerza de3.100.000 H. P. Las estaciones de máquinas y tractores,esos centrospoderosos ?onde se encuentran la mayor par-te de las maquinas agrícolas, subieron en 1933 a más de3.000 y ensancharon su obra sobre un territorio de 70 a80 millones de hectáreas.

. L~ p~ensa burguesa cada día más decidida a negar o adlsml~Ulr lo~ éxitos que obtiene la Unión de los Sovietsen la industria agrícola. no se oculta esta realidad; ella nocalla tampoco sobre el hecho de que la industria del es-tado proletario está en vías de sustraerse a la necesidadde una importación ~Iterior de máquinas y de tractoresdel extranJe~o. Las usinas Putiloff, en el mes de junio de19.3 L festejaban la salida de su tractor NQ 25.000. Elprimero de la. nueva serie, de un modelo más perfeccio-nado, e~a enviado como regalo al mejor koljoz. Ya lagra~ usma de tractores de Karkhov se ha unido a la deS~ahngrado.; y en enero de 1933, se ha visto en Tchelia-binsk, funcI~nar un tercio de esos gigantes de la mecáni-ca agr:cola. El 12 de abril de 1934. a mediodía, el trac-tor N ,~O.OOO de la Usina de Stalingrado, ha salido de lacadena . Y la .n?eva de ,e~te acontecimiento, esparcida porla prensa, SUSCitoun legitimo orgullo en toda la Unión.

Cuando .en 1930 hice mi viaje de estudio a Ukranialas instalaciones para la construcción de la usina de trae-tores de K~l'khov acababan de ser comenzadas. La can-ter,a s~ aleJab~ hasta perderse de vista entre 1 usina dernaqumas agrícolas "Hoz y Martillo", y el magníficosovjoz Rara la ~;ía de ganado lechero que lleva el nom-bre de Frunze. S<;bre los v:rdes declives, en torno delas can.t~ras, se erguran los primeros andamiajes para lafundaclOp de una pequeña ciudad obrera, y se diseñabanlas relaciones con Karkhov, todo tomado con un ardorde crecimiento y de renovación.

-¿ Cuándo marchará _este gigan.te? - pregunté.-.~n menos de un ano y medio -me respondieron

los dirigentes de los t.rabajos- la usina estará pronta pa-ta funcionar. Trabajamos con un entusiasmo que no se

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS 183

~noce en ninguna otra parte. Utilizaremos las experien-as recogidas por la usina hermana de Stalingrado. e ire-

blás aún más lejos. Entregaremos 50.000 tractores poraño a nuestros sovjozes y a nuestros koljozes. Ensayamoslos "Fordsons", los "internacionales", los" caterpillards",aunque estos últimos sean menos útiles en nuestras re-giones. Las usinas de Karkhov han enviado especialistasa América, y a todas partes para ver y estudiar. Conser-

aremos 10 que se encuentre de bueno; pero la mejor par-te seremos nosotros mismos quienes la hemos de agre-gar, porque hay aquí una fiebre de trabajo y una d~-cisión sugestiva en todos los obreros. De nuestra USI-na saldrán tractores que serán "nuestros tractores", quenos pertenecerán. Los confiaremos a personal nuestro,que nosotros mismos preparamos, porque al mismo tiem-po que construimos la usina, preparamos paralelamenteal conductor del tractor, al obrero especializado, al me-cánico competente ... "

El 1Q de octubre de 1931, la colosal usina vivía yfuncionaba, alzándose sobre esas inmensas y fecundasextensiones, ya completamente ocupadas por grandes arte-les, como si hubiera querido dominarlos. Stalin saludabaeste acontecimiento en nombre del Comité Central delPartido Comunista soviético, con palabras que quierorecordar: •'La constitución de las usinas de tractores deKarkhov, que toman su puest~ ,en la ~ran fami~ia ~e lasfábricas de tractores de la U mon, sera en la historia dela industrialización soviética, un ejemplo del verdaderoritmo de la vida bolchevike".

Y es con el mismo ritmo que al lado de esos volcanesde tractores, se han construido o amplificado las usinaspara 10 restante de las máquinas agrícolas: máquinascombinadas para el corte y el desgrane; batidoras com-plicadas y semi-complicadas, camiones automóviles, etc.Las cifras de producción a este respecto no pueden repro-ducirlo más que pálidamente. Se construye y se. crea. Losfamosos "combvnes" para los diferentes trabajos, desdeel corte del trigo hasta el aechamiento de la paja, y que secreían ser una especialidad americana, se construyen aho-

I

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LA COl.ECTIVIZACIÓN DE L'ÓS CAMPOS

, que se apoderaba de la técnica del Estado proleta •.: y se preguntaba quién saldría vencedor e9 este en-

tro. Semejante ilusión dur6 poco. El crea~or, elructor de Detroit, chocó bien pronto, en el país de la

volución de Octubre, con energías nuevas, con nuevOl(tares de un valor incalculable,

EL SEGUNDO PLAN QUINQUENAL

A las cuatro años del comienzo del primer Plan, Quin.nal, se debían fijar ya los límites de las conquistas ,desegundo Plan Quinquenal. En el Congreso I~ternacIQ..

1 del Socorro Rojo, a fines de 193.2, se co~u.ntcaba q.uelos cinco años siguientes, las usmas SOV1~~lcasdarían

la agricultura industrializada, de la Untan cerca de0.000 camiones que resolverían el problema de. las

ncias, como la máquina surca y vence l.a inmensidadesas tierras. _Son alrededor de lOa 12 billones d~ ~u-

Os de nuevas máquinas agrícolas las 9ue ~eben salir ~eusina del Estado proletario, es decir, diez veces mas10 que ha podido producir e~ 1932. "No me detengo a controlar SI es.t~sest.adlstlcas s?n to-das todas con precisión matematic~ rigurosa. Se. s?la-te que quien ha seguido la historia de l~. ~olect1vlza-

n y de la industrialización agrícola ~vl~tlcas, se hacontrado en presencia de tales expertencias; de ta~esuerzos y de tales resultados. que no sol~mente hU~le-n, podido parecer antaño improbables, sino hasta im-

ibles. Las cifras más recientes nos hacen sabe~ ~~esde 193O, es decir, desde la época en. que recogí .m

" los primeros resultados de la colectivización, la m-tria ha aumentado hasta] 933 en un 101 % y su pesocífico ha llegado a ser. más ~~ ~13 de toda la produc-

n pesada de la econ011?-lasoviética, .El segundo Plan Qumquena~ ha podido, en c~>nse-ncia, comenzar por perspectivas que lm~~lsaran el

pftxeso industrial de la agricultura de la Unión .entera.Cllade las granjas colectivizadas y del Estado hacia c~n-

~as nuevas e incalculables. Se anuncia ya que la m-

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186 GUIDO MIGLIOLI

dustria química y la industria eléctrica entran en acciónjunto a la industria mecánica. Pero será sobre todo lalevadura intelectual que transforma ya el elemento hu-mano, su cerebro y su voluntad, quien la hará potente yllevará la técnica de la producción, también en el domi-nio agrícola a un grado tan alto, que no habrá en ade-lante obstáculos que no pueda superar.

Con la colectivización y su admirable crecimiento lapreparación y el arrastre de la primera fuerza motriz: lade! espíri.tu. experimentaron, también un nuevo y for-rnidable Impulso. Todo sovjoz, ya lo hemos visto, esuna escuela. Toda Estación de máquinas y tractores est~mbién una escuela. El koljoz ha transformado y vivi-ficado toda la aldea. y el campo íntegro, donde se viveho~ ,una atmós~era cargada d.e elementos nuevos para elespíritu. Todo esto se ha unido al esfuerzo incalculabledel Estado soviético, esfuerzo que hasta sus adversariosreconocen. Los niños de las aldeas arrancadas al analfabe-tismo. impulsados a aprender obligatoriamente las nocio-nes principales del saber, se educan en su mayoría y lle-gan a los más altos estudios de la especialización cientí-fica y de la técnica agraria.

Desde 1929 este esfuerzo se ha multiplicado, ha crecidodesmesuradamenrs, No ha~ región en la que no se hayafundado un Instituto especial, presa ya desde el comien-zo de la fiebre de acoger el mayor número posible de losadelantos que las usinas o las empresas agrícolas envíanpara convertirlos en fuerzas dirigentes bien perfecciona-das de la nueva agricultura soviética.

Una de las proposiciones de Stalin, determinó los pi-votes de la fase histórica hacia la que marcha fatalmente laUnión de los Soviets, "Nuestro país --dijo en 1931-,ha entrado en, un período de desenvolvimiento en el quel~ clase trabajadora debe formar por sí misma sus pro-pIOS intelectuales y sus técnicos para la producción".

. Conviene detenerse en este punto si se quieren perci-bir en el ascenso de la colectivización, los nuevos proble-mas que se esbozan ya en el segundo Plan Quinquenal.

¡Problemas de cúspide, problemas del mañana!

LOS PROBLEMAS DEL MAI'rANA

Cuando Máximo Gorki aban~on~ n,o hace m~~hotiempo el más hermoso cielo de mi pals, Impulsad? CIer-tamente por el deseo de acabar sus días en la ~usla quebabía soñado y profetizado, hubo gentes que dijeron ~~eel ran escritor iba a describir las bellezas naturales e lS-

, ~ d Italia Su novela hubiera tenido ese decoradotoncas e. . h bí to~uctor de poesía. No; el novelista que a la 'p~e~todo su ardor y su alma en forjar. del hombre pnmltlv.ode su tierra desolada, al artesano encantador de una ci-vilización nueva, vuelve a Moscú en medio de ,un pro-letariado en delirio. atraviesa los camp?,s recorridos porun estremecimiento primaveral de creacion: y SIente juela realidad que esperaba: ,vive y desborda y sobre)asa oslímites de su imaginación misma. La batalla, a, granbatalla del gran pueblo 10 inflama; se coloca ~n primerarn y habla y escribe sobre todas las conqUIstas, parat~~as las conquistas. No hay cielo más e~c~ntador queel que corona las audacias del, mundo soviético. ._

Entre los escritos de Gorki, d~rante esos t:es pnmeros años, los más apasionados y VIbrantes ~on Justamenteaquéllos que dedica a los milagros de la VIda intelectual,de la cultura, del progreso educatIVO, que ,se productt bentodas las aldeas, y que transforman la R~sla del ana a e-tismo del tiempo de los zares. en un paIs donde se ~stu-dia al máximo, y donde trabajan al máximo las func~o.nesde la inteligencia y las energías misteriosas del espmt~.En el mes de agosto de 1931, él celebraba en breves pa-ginas, que se dirían talladas en piedra, d~ ,t~l manera ~onfuertes y precisas, el aniversario de la decI~lOnd~l Gobier-no de los Soviets por la que se hacía obligatoria la ense-ñanza elemental, y se dotaban tod~s las aldeas: aun lasmás pequeñas, de los medios financieros necesarios a esta

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tnse~anza. ~n es~e escr.ito Gorki hacía notar que de J.eI!sen~nz~ pnmana obligatoria, se había llegado ya elano siguiente a la enseñanza de siete años, en todos lo.centros obreros y en todas las regiones agrícolas colectivi-zadas; y que las escuelas instituí das en las usinas, enl?~ sovjozes y en los koljozes, constituían un sistemafIJO. neto~ ?e enseñanza, y marcaban también una nuevaetapa dec~sIva .hacia l~, realiz~c~ón. de un nuevo y granP!ograma. la mstrucción politécnica hasta los diecisieteanos.

LA INSTRUCClON AGRARIA y DOS REGIMENES

No h~y. Estado burgués que pueda proponerse esenoble objetivo .. Gorkl en su grito de dicha y de batallapor. lo que realtza~a esta Rusia que él había deseado tanard,lentemente, berta la realidad opuesta del mundo bur-gues. El? que llegaba de .la Ital~~ fascista. escribía queen. una Ciudad. s~bre doscientos Jovenes que habían ter-mInad? su~ estudios secundarios y querían inscribirse enla Universidad, cuatro solamente fueron admitidos. EnAlemama la prensa del gobierno se esforzaba por demos-trar e.l excedente de estudiantes en los cursos de estudiossuperiores: y sacaba como conclusión la necesidad de reducir su numero por todos los medios. Los EstadosUnidos entr~ban en.la misma vía. "Los capitalistas te-men, concluía Gorki, que las fuerzas intelectuales queno pueden absorber y explotar en su provecho. pasenal la~o de la clase obrera para servir su gran causa tanconscienremenrs cerno sirvieron la de la edificación dela prisión del Estado capitalista."

Ahora. ¿es .ne~esario agre,gar que si el mundo burguéses Ilevado a lirnirar cada día más el número de los quequieren perfeccionarse en las diversas ramas de la cien-CIa•.esta no presen~a en él más que débiles atractivos parala Juventud estudiosa? He aquí una prueba. Me refieromás particularmente a la ciencia agraria.

El sub-secretario del Ministerio de Agricultura, en elactual Gobierno de Roma, aunque tenga la tarea bien

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

precisa de inventar o de abultar la obra delfascismo enun presunto renacimiento agrícola, se veía obltgado a con-fesar en 1932, la quiebra de la reorganización de losestudios agrarios superiores. Esta reorganización d~b~atener el objetivo de forma~ elementos agr~nos esp,eclalt-zados en los diferentes CUltiVOS; se proporua también ha-bilitar cursos suplementarios de una duración bastantecorta. para todas las especializaciones. Por lo que se re-fíere al resultado. reproduzco palabra por palabra lo quedijo el miembro en cuestión_ de Gobierno fa~c}sta: "Esta-mos ahora en el primer a':l0 de ~u apltcaclon. y. no setienen más que ocho estudiantes inscnptos en viticultu-ra-enología. en Conegliano; uno en A.lba y uno en <::a-tania: cinco en horticultura en Florencia: cero en zootec-nica y en quesería. cero en el cultivo de los olivos. en losaceites y en la economía de montaña".

La quiebra no residía en l~ ,organizac.ión o en la ef~-cacia de los cursos. Son los Jovenes quienes rehusan Ira ellos. Es al estudiante de agricultura al que nada impul-sa ya a continuar. Es el régimen fascista. el más perfec-cionado de los regímenes capitalistas de la época en quevivimos, el que no suscita ~ás. aún en las cap~s de laburguesía el deseo del estudio, y con mayor razono el dela especiaÍización en la rama téc?-ica agrícola. 'J.: todo elmundo sabe que la escuela superior es, en la SOCIedad ca-pitalista. un privilegio de. las .clase~ ricas y que su accesoestá casi prohibido a la inteligencia y a la voluntad delos trabajadores. .

Es, en consecuencia. imposible hacer comparacionescon lo que pasa en la Unión de los Soviets. Aquí es unahumanidad entera presa de la fiebre ?e apren~er~ de sa-ber' presa del violento deseo de conquistar la técnica y desu~rar los progresos que eUa ha alcanzado ya. Aquí ~lgigante de la industria mecánica y la graI?- empresa agn-cola industrializada, no son más que los signos exterioresde una epopeya más profunda y más vast~, de la. ~uerzaque impulsa a centenares y centenares de miles ~e jovenesy nuevos intelectuales hacia las cumbr~s de la cI~!1~la.

En un documento oficial del Gobierno Soviético, de

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fines de 1932, leí esto: "Entre nosotros todo es estudio.En las escuelas primarias y secundarias tenemos veintemillones de jóvenes. En los institutos de enseñanza su-perior, en las escuelas profesionales técnicas o agrarias,en las universidades obreras tenemos dos millones y me-dio de estudiantes de los cuales 70 % son obreros .,campesinos." A la 171J Conferencia del Partido Comunista de la Unión, se comunicó que el número de inge.•nieros, comprendiendo en él el amplio porcentaje de lO$-especializados en ingeniería rural, de 21.000 que eran en1931, se había elevado a 85.000 en 1933. Un desen-volvimiento de igual alcance para los numerosos instiru-tos de investigación científica a los que, en enero & 1933,se agregaba otro de una importancia excepcional para laindustrialización agrícola: el Instituto hidro-agro-meteo-rológico de Leningrado, que deberá encargarse de resol-ver el importante problema de la sequía.

La especialización en el dominio de la ciencia agraria yzootécnica ha dado lugar al mayor entusiasmo entre lasmasas de koljozianos y de obreros agrícolas de los sovjo-zes. En ,?p,?sición al ··c.ero" de la experiencia de 168 cur-sos especializados agranos que ha ensayado la Italia fas-cista, he aquí otras cifras: en 1931, 25.000 especialista.para el ganado ovino, bovino y porcino, salían de losinstitutos respectivos, y en el mismo año las escuelas su-periores de cría de ganado acogían 18.000 estudiantes.Las estadísticas hacen subir este número a más del dobleen los dos años sucesivos.

Pero prefiero, sobre este punto, seguir el método quehe escogido, es decir, referirme, más todavía que a los in-formes oficiales, a lo que yo mismo he visto y oído. Voya recordar aquí mi visita a la escuela de agricultura deKrasnodar, en el centro de Kubán.

a región industrial que posee va.stísimas llanuras enl-'vadas de trigo y alfalfa, con amplias extensiones de cul-

tivos hortícolas o vitícolas, y a la que no faltan monta-ifías donde el tractor sufre y renguea, ni terrenos panta-~S08 que son objeto de estudios y de trabajos de.sanea-

l\tDiento. Podía, pues, fácilmente moverse y extenderse entate lugar rico en las más variadas experiencias, y formarallí las ramas de su actividad cultural.

En efecto: ya en 1930, erigió con ese objeto su com-pleja y sólida organización. Fundada muchos años antes,esta escuela se reorganizó radicalmente en 1929, a fin deestar a la altura de los cambios operados en el campo, alque tenía que preparar para la industrialización más au-daz y más intensiva.

Formó con cada sección una "Facultad" con cursos,aboratoríos y campos experimentales particulares. Ca-da rama de la agricultura de la región debía tener SUFacultad. Así se constituyó la Facultad para el cultivo deltereales; para el cultivo hortícola y frutal.. para las'Plantas industriales. para el cultivo de forrajes. para laviticultura. para los cultivos de montaña comprendido eltabaco etc. La misma subdivisión se repetía en la zoo-técnica', Había también una Facultad para la industriaalimenticia, otra Facultad para la agro-química, y unatercera para el estudio de la administración de las grandesempresas, de los koljozes y de los sovjozes.

Esta instalación rigurosamente científica estaba dota-da de los medios técnicos y financieros correspondientes,.., de vastos campos de experimentación. Una granja h~-bía sido provista de medio millón de pollos; de la cnade porcinos tenía muchos centenares de cercos gordos. yse extendía sobre más de mil hectáreas. Había otra gran-ja para la experimentación ~e la ~iña d~ montaña. Seestudiaban y se ensayaban mas de cien calidades de algo-dón, del algodón americano al indochino. del algodónegipcio al del Turkestán .. Un instituto anexo a, la escu~laestaba destinado al cultivo del tabaco, y tema ampliasramificaciones en toda la región, en las granjas colecti-vas y soviéticas. Es de la expansión de la actividad de la

LA ESCUELA SUPERIOR AGRARIA

Elegí esta escuela al azar, porque hay centenares deellas y no hay centro que no las tenga. Pero ésta me in.teresaba particularmente. por estar situada en medio de

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LA Col.ECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS 193192 GUIDO MIGLIOLI

escuela en las campañas, que resaltan estas característicasa mi juicio no menos importantes y sugestivas que suconstitución, tan profundamente tomada de la especia-lización técnica. El ardor de renovación científica de to-dos los cultivos. que animaba a los dirigentes de la es-cuela, se extendía a los koljozes y a los sovjozes para en-globarlos a todos completamente en el radio de su in-fluencia directa. Según el cultivo de estas empresas, se-gún también el que la escuela se propusiera realizar allípra hacer más productiva su industrialización, llegabacon un personal expresamente instruído a todas las gran-jas colectivizadas y soviéticas, tentaba en ellas sus ex-periencias. les aportaba el fruto de sus investigaciones,interesando en todo esto al elemento trabajador y soli-citando su colaboración.

-Es del mayor interés para el porvenir, me decíanlos dirigentes de la escuela de Krasnodar, preparar cente-nares y millares de especialistas y de expertos en las di-ferentes ramificaciones de la agricultura y de la zootéc-nica. Pero el beneficio de su actividad sería inferior alque queremos obtener, si no se formara en torno de ellosuna atmósfera de adhesión en la masa agrícola. Esta de-be comprender con qué progresos se benefician las gran-jas aplicando los métodos más racionales y más cientí-ficos en todos los cultivos y debe ayudarnos en nuestroesfuerzo de experimentación cotidiana.

-Pero ¿cree Vd. que la masa agrícola puede ya com-prenderlos y seguirlos?

Me complace reproducir la respuesta:-Cuando nosotros vamos a las grandes empresas agrí-

colas, nos encontramos en presencia del mismo hechoque se repetía cuando, hace muchos años, llegó a la aldeala primera máquina agrícola. Todo el mundo acudía. to-dos se interesaban; era una fiesta para la población en-tusiasmada. Este alegre interés, lleno de confianza semanifiesta hoy por el especialista de la escuela desde quellega; por sus experiencias en los campos y en el ganado.A menudo él interrumpe su trabajo práctico o por me-jor decir lo completa, por conferencias explicativas a

los koljozianos y a los sovjozianos. Tratamos en efec-to de hacer de nuestro trabajo un trabajo colectivo. &-piramos a llevar a la masa hacia el conocimiento téc-nico y científico de los problemas agrícolas.

¿y piensan ustedes tener éxito? La misma: ,caracterís-tica de su escuela, que a punta a la formación de ele-mentos rigurosamente especializados en todas las ramas dela ciencia agro-técnica. ¿no es un obstáculo pa~a l.a ele-vación de la masa a esa cultura general que es indispen-sable para poder comprender esta obra de especializacióny de experimentación y colaborar en ella?

-Es el problema del mañana. La agricultura es unaverdadera industria, la más vasta, la más rica, y cierta-mente la más fácil. La industrialización de la agriculturano supone solamente la preparación del personal diri-*ente, sino un cierto nivel intelectual y cultural en las

asas agrícolas. Es reglamentario, para nosotros, no ol-vidarnos jamás de tener en cuenta a .la masa. que debeparticipar en todo .esfuerzo que se refl;ra. a su progreso.Pero a este nivel intelectual se llegara ligero, La ense-fianza politécnica deberá extenderse y llegar a ser un com-plemento obligatorio de la instrucción primaria. La po-blación agrícola será llevada, gracias a ella, como sobreuna plataforma de donde la distancia será menor paratodas las ascensiones. Hoyes el entusiasmo el que haceacudir a nuestra escuela por centenares. a los jóvenes,de los cuales un 70 % provienen de los campos y de lasusinas. Mañana, con una instrucción agraria y zootéc-nica generalizada. el pasaje a los cursos de especializaciónlerá un hecho normal y orgánico, que dependerá de lavida cultural impartida a toda la población agrícola.

Recuerdo estas declaraciones pensando precisamente queeste programa, a algunos años solamente del momento enque me era anunciado como u~a orientación de algunosdirigentes de una escuela supenor de agricultura, formaya la base del nuevo Plan Quinquenal, y hasta está e.n I

vías de una realización segura. Se comprende pues, co-mo se espera en este otro Plan, avanzar con una lige-reza excepcional en la industrialización agrícola, exten-

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díendo a ella hasta las aplicaciones más audaces de la quí-mica y de la electro-química.

LA QUIMICA AGRARIA

. En cada conversación que he podido tener en las ofi-cinas centrales de las granjas colectivas o de los sovjozes,me he preoc~pado de preguntar cómo se desenvolvía enla nueva agricultura soviética la introducción de los abo-nos minerales y artificiales.

El abono mineral y sobre todo la nueva química sin-tética. ~an.llevado el progreso agrícola. en algunas nació-n,e~capitalistas, .durante estos últimos diez años. hacia al-tisimas producciones. Las campañas soviéticas tenían re-ser,:~~ naturales ,~uy considerables: regiones tales comol~ tierra ne~r.a ror eJemplo,. son de una excepcionalr~q~eza de uttllzacl~:m de extensiones incultas. vírgenes yfértiles, Pero a medida que el cultivo intensivo avanzabano podían bastar para el abono del terreno. los estéreo-le~o~que además eran raros y empleados con métodos pri-mitivos. P<;,r.to~as partes, en efecto, con el crecimientode la colectivización y el perfeccionamiento de los sovjo-Ees. se me re~p0t:?ía que se trataba de resolver el proble-ma de la aplicación d~ abonos azoados y fosfatados y elde un empleo conveniente de la soda y de la potasa.

El precio elevado de estas armas de la economía moder-na, la! ha hecho siempre difíciles de adquirir para lospequ~~os agncult~res .de los países capitalistas. Hoy en lascondlC1~:mesde miseria en que se encuentran, y con lasdesgrac.las qu.e'pesan sobre su miserable existencia, hablar-les de. mtenslflc~r el empleo de los fosfatos en el cultivodel trrgo, por ejemplo. sería un sarcasmo. Se ha reducidoS? consut;U0 aún. en la empresa agraria del gran propieta-no. La industria de los abonos se debate entre la crisisgenera! de la ~~onomía bur~uesa. Por el contrario. unavez .mas la Unión de, lo~ SovIe.ts hace suyas las conquistasrealizadas por l.a quimica aplicada a la agricultura, y sepropone perfeccionarlas para acelerar el renacimiento agrí-cola en los campos socializados y sovietizados.

L'OSprogresos excepcionales de la química, las MAté-

LA COL~CTlVIZACt6N DE LOS CAMPOS

is directas que alcanzan a los productos más complejosque completando las cualidades naturales del terreno

y de la flora. podrían multiplicar la producción agraria.sirven hoy en el mundo capitalista para acrecer y au-~entar. más que todo el resto, los medios más criminalesde destrucción, para preparar la guerra. iQué admirabley ejemplar contraste con ese crimen inaudito de la so-ciedad burguesa. la decisión tomada en el nuevo PlanQuinquenal! Partiendo de dos millones de toneladas deabonos minerales distribuídos en 1932. anuncia que seva a quintuplicar la producción en el curso de los pró-ximos años, y a consagrar a este crecimiento la mayorp¡¡rte de las materias primas en que es tan rico el suelooviético. En Solikamsks se ha puesto en marcha un gi-

gante de la industria de la potasa; al mismo tiempo seconstruye una serie de nuevas fábricas de ázoe. de maneraque- la agricultura soviética dispondrá de una gran in-dustria de abonos artificiales. produciendo fosfatos. ázoey abonos potásicos.

Pero las perspectivas de la industrialización agrícolaen la Unión de los Soviets. son particularmente atrayen-tes en la zona que se refiere a la amplia producción de

ectricidad. Ella deberá transformar técnicamente losmétodos de trabajo, y empleándolos para combatir la.quía en muchas regiones, cambiar completamente suaspecto.

ELECTRlFICACION E IRRlGACION

Todo el mundo sabe, y no solamente a causa de suimportancia intrínseca. sino también a causa de su sig-nificación, por así decir profética. que en 1920, cuandola guerra civil recrudecía. Lenin sometió al VIIIQ Con-~teso de los Soviets de la República Federal Rusa, un ver-dadero plan de electrificación. comprendiendo la instala-dón de treinta grandes centrales regionales. Y se conoceel episodio del escritor H. G. Wells, que en el mes deseptiembre del mismo año. oyendo a Lenin exponer susplanes sobre el porvenir industrial del nuevo Estadoproletario, en gran parte electrificado, sonrió con mali-

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c~ y habló en seguida en un libro, cuyo t~tulo era ''la en tinieblas". de 10 que consideraba como una f.u..mante utopía.. E~ Gobierno soviético se concentra siempre en la tea

Iizacién ,de. ese plan. En 1931, la potencia de las een-tr~les electC1ca~se elevaba ya en números redondos a ~millones de kilowatts: y se celebraba el 15' anivesde la Revolución de Octubre, con la inauguración e$do contenido por el mayor dique de Europa. de la cetral eléctrica más poderosa del mundo entero. 1Qué f:r.a nueva iba a agregarse a la agricultura de las amp •regiones de la "zona industrial", junto a la fuerza yaincalculable del tractor!

Antes de. a~ab~~ mi viaje de estudios por los camde la. colect~vlzaclon, y de la empresa agrícola. atrav~mphas reglones bañadas por el Dnieper, Hice el 'tia-JC remontando este río cuyos bordes son tan desiguales,de Kherson hasta Saporoschje, durante un centenarkilómetros.

Me acuerdo de la región de Zurjupa, con bellas llanu.-ras cultivadas de trigo quemadas por el sol que aCCltabalas espigas precozmente maduras. Me acuerdo tambde las de Bereslaw, tan variadas, donde el ganado panda~dir a los pastos sedientos de calor la frescura de la lVla. Más adelante el río desciende rápidamente en zigentre ~as numerosas granjas cole~~iviz.adas que puebte! radio que ll~va ,el nombre de Kalinin". Son pqbtaClones de raza judía, que han fecundado esas tierras are-nosas y esas dunas incultas donde el problema de la itri .•gación era estudiado en relación con los grandes trabajoíque se debían realizar en el Dnieper.

Veo todavía ante mí sobre la otra orilla, las colinade Pristani, y el gran sovjoz dedicado al nombre deGor~! que debe sus orígenes a una lucha célebre en la po-blación de los contornos. por haberse allí liquidado pa-ra siempre a los más encarnizados kulaks. Ricas viña..ensayos de cultivo hortícola y frutal, y ... perspectiva ••y son perspectivas de una realización tan segura, q1Jtno muy lejos. en Kakowka, las aguas del río legendario

~arcírán en gran parte por largas arterias que ana ..:VeIatán un millón de hectáreas de estepa. hasta el MarNegro. y por otra parte serán llevadas hacia las comar-

vecinas, para asegurar el cultivo demasiado amenaza-do por la sequía.

Remontando la corriente pálida y calma. entre las ori-ilas de un verde seco, manchado de sombríos bosques,me detuve en la región de Gornostajewusk completamen-te colectivizada y donde se encuentra y progresa la c910-~ de Starowierskaia, inmigrada de Suecia desde ameade la Revolución. Estas tierras fértiles para los cultivos:$ás variados, que están regidas también por una pode.osa Estación de máquinas y tractores. consideran eJ do

como una fuente de medios nuevos para la industriali-ién, Así mismo. más arriba, Nikopol y su fuerte ar-

el "Aurora", que fué de los primeros en constituirse conmpesinos venidos del Norte y que tomó el nombre delucero que participara en la toma del Palacio de Invier-o, cuando la Revolución de Octubre. Así mismo. laegión de Krivoj-Rog. donde sobre terrenos pantanosos e

incultos. se trabajaba activamente para hacer navegableun afluente del Dnieper, y facilitar por medio de estefluente. los transportes de la rica producción de trigoe Melitopolis.

Mientras más se aproxima el río a Saporoschye, máshunde en la estepa, donde arteles recientemente cons-ídos como en Belinskaia, son la vanguardia de un

ultivo intensivo que recibirá del tractor y de la fuerzaéctrica, las armas de su conquista. Y finalmente un

oco más lejos. Saporoschye, con sus ligeras colinas ater-.apeladas de pequeños bosques que descienden hasta elio. El Dnieper aquí se bifurca. se pierde entre los ban-

de arena para ensancharse como un mar; y más allánde se divisan aún grandes valles y llanuras quema-

y sedientas. se alzaron los primeros trabajos de laobra de la Rusia de la Revolución. Las antenas y

cables entrecortaban el cielo con un entrecruzamien-cJ) hilos lucientes: las grúas desencadenaban sus en-ajes: de lo alto de los andamios coladas de hormi-

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gón armado caían con un estrépito formidable; la hor-migonera humeaba majestuosamente, y entre todo esteimbricamiento, se apercibía el dique conteniendo el ríoen casi más de un kilómetro, y se distinguían las turbi-nas de 80.000 H. P., generadoras de la fuerza que debeanimar las nuevas usinas y fecundar los nuevos terrenos.

Hoy todo eso ha desaparecido. Las fábricas de alumi-nio, de hierro, de acero, para el trabajo de esos produc-tos, de abonos químicos, viven y producen gracias a es-ta fuerza que se creó expresamente para ellas. Pero unaconsiderable parte de esta fuerza se expande ya sobre unradio de más de cien kilómetros a través de la campaña,que yo visité y que no esperaba más que este impulso.La energía producida por el Dnieprostroi, se unirá con lade los tractores y los completará, estando particularmentedestinada al perfeccionamiento de la técnica de algunostrabajos en los sovjozes y koljozes, Y el agua que sehabía deseado tanto, se esparcirá por medio de canalesirrigadores o por elevación, sobre los terrenos fértiles ysecos, para multiplicar su fecundidad y asegurar su pro-ducto.

Así el problema de la sequía en grandes regiones de laUkrania será resuelto bien pronto. Es bien sabido queen el territorio de la Unión, ese problema tiene paramuchos terrenos una grandísima importancia, a causa dela insuficiente humedad y de la imposibilidad o de ladificultad que existe para aprovechar las aguas pluviales.La solución de este problema, que ya ha sido encaradoen los últimos años, está prevista de una manera tan im-ponente en el nuevo Plan Quinquenal, que produce ver.dadera estupefacción.

COMPARACIONES Y APLICACIONES

Apenas se acaba de terminar la gran central sobre elDnieper, cuando se trabaja ya activamente en utilizar lasaguas del Valga, y se crean tres nuevos centros poderosí-simos que, unidos, producirán una cantidad de energíasuperior en más de veinte veces a la que produce el Dnie-

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

prostroi. Los campos sobre los que. corre el Valga, sa-carán de esta riqueza grandes ventaJas, y las agua~ delgran río irrigarán más de cuatro. millones 9.e hectáreas,Un proyecto semejante es estudiado tamble? para .l~szonas de la Siberia que baña el Ang~ra, a fin de utili-zar los recursos inagotables de esas tIerras. a las que ,~ellama con iusticia "las tierras de la humanidad futur~ 'y donde se 'desenvolverán nuevas industrias de un cultivoforestal muy remunerador.

El verano de 1933, se inauguró el canal más largo delmundo, que va del lago anega al Mar ~l~nco. Esta obragrandiosa, atravesando cex;tenares de k~lomet~os en unazona desierta, abre el camino a un ~Ult1VOmas fec~ndo.El segundo Plan Quinque?al an unCla, ;I~e en un tiempocercano, se darán a la agncu1tura .soV1etICa n~ n;tenos de10 billones de kilowats-horas. j Cifras astronom1casl; . ,1Y no sé en qué pensará el campesino de los, otros paises,cuando haga una comparación entre su, destmo, oscuro ymiserable, y el resplandor de las conqUlst~s ~aCla las quese encamina el campo del Estado proletario!

El sabe bien que la máquina no ha sido nun~a cons-traída ni perfeccionada, para él, pa,ra su lote miserable.No solamente el campesino pobre, sino que hast~ el ca~-pesino medio, deben de contentarse, en los palse~ caJ?l-talistas, con verla funcionar en casa. d~l gran propietario,sobre los campos que este industnal~za, exclusivamentepara su provecho. Los productos 9.~I1!l1COS,los ab?nosartificiales, se alzan a preci?s prohibitivos: y el mismocampesino de la Europa OCC1d~nt~l, que en Hola,!1da o enDinamarca, por ejemplo, ha limitado su pequeno l,ote aalgunos centenares de metros de .terreno, se ve o~hgadoa reducir su empleo cada vez mas. Y no. hablare ,de lamayoría de los campesinos que en los Países Balkánicossobre todo, ni siquiera conocen ~u u~o, ,

Ocurre 10 mismo con la energia eléctrica que como laenergía mecánica y la química están en ~~anos de .losgrandes trusts capitalistas. iLa p~bre familia ca~pesmadebe pagarla bien cara si quiere servirse de ella! Y Sl se ex-tiende a la agricultura de algunos campos muy adelan-

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tados, es sola mente para ser empleada en las grandesgranjas industrializadas del gran propietario terratenien-te. Al precio altísimo de esta energía. hay que agregaraún la dificultad de utilizarla eficazmente en la pequeñagranja agrícola.

En la Italia fascista un grupo de ingenieros fué encar-gado de hacer estudios para un acrecimiento de la eleetri-ficación de la empresa agrícola. El resultado ha demostradoque no es posible, desde el punto de vista técnico, apli-car útilmente la fuerza eléctrica, más que en la "gran"granja industrializada. Y también para esta granja elcosto de la energía es demasiado elevado y su empleo no~uede efectuarse si el Estado no coopera con el 50 porCiento de los gastos. Toda posibilidad de uso de lafuerza eléctrica en la granja pequeña y media queda, pues.excluida.

En presencia de esta realidad que es indiscutible no so-lamente para un país, sino para el mundo capitalista en-tero, se opone la realidad de los campos soviéticos. Aquíla transformación revolucionaria permite y facilita laintr<;d~cción de t~d,?s los beneficios de la ciencia. Aquí lart;J-ec~01cay la quimica 'pu~den, lo mismo que la electro-técnica. osar las experiencias más audaces en interés detoda la colectividad trabajadora.

Ha sido afirmado con justicia por los dirigentes de laUnión. que aunque el nuevo Plan Quinquenal se propo-ne efectuar enormes progresos en la aplicación de la elec-tricidad a la agricultura. ésta debe considerar al tractorcomo a la palanca principal de la transformación in-dustrial. El tractor rivalizará por mucho tiempo todavía.con los altos garabatos de hierro y las redes de alta ten-sión que entrecruzan el cielo. Pero existe desde ahora entoda gran granja industrializada, una cantidad de casosen que la energía eléctrica no podría casi ser reemplazadapor ningún otro medio. Y cuando hablo de la gran em-presa agrícola. me refiero no solamente a la vastísima em-presa de los sovjozes, sino también 3 la mediana. a lamás modesta por su extensión, de los arteles.

He explicado a su tiempo cómo la cuestión de la exten-

LA COLECTIVIZAClÓN DE LOS CAMPOS 101

si6n del artel ha sido sabiamente planteada. Pero es qui-zás oportuno que yo insista acá que no se trata de creargrandes empresas por manía de grandezas. La base terri-torial de la granja colectivizada está siempre determinadapor su "unidad de cultivo". que reglamenta la amplitud,el cultivo y la industrialización. A causa de esto y paramayor claridad. he considerado como "gran granja" aun artel de doscientas o trescientas hectáreas. aunque suextensión hubiera debido más bien colocarla entre lasempresas "medianas". Esto, por dos motivos: porqueellos desenvuelven en su unidad cultural la industriaagrícola. igual que si fue.ran grandes empres~s. y J?Orquebe querido poner de relieve la profunda diferencia quesepara la granja individual y familiar. de cualquier em-presa racionalmente colectivizada.

Es por esto que hablando de la aplicación de la ener-gía eléctrica como fuerza ?ifícilm~nte reemI?!a.zablc. ~nciertos trabajos de la granja colectiva y sovienca. dije:"gran empresa agraria". Porque también en el artel dealgunos centenares de hectáreas se extenderá seguramenteel empleo de la fuerza eléctrica para hacer más eficaz ymás completo su proceso de industrialización.

En efecto. en todos los radios de la cría de ganado. ysobre todo de ganado lechero. las ventajas del empleo ~ela electricidad son evidentes: para el corte de los forrajesy el funcionamiento ~e. las bombas ?e abrevadero; en elordeñado. en la aeracion y la limpieza de los establos.etcétera. Para las otras crías tales como las de corral, elempleo de la energía eléctrica ha llegado a ser casi una ley.en las empresas donde esta cría es obtenida con métodoscientíficos. y donde la incubación. la calefacción. la curaantiséptica. etc .• son efectuadas enteramente por la elec-tricidad.

También en la Unión de los Soviets muchos koljozes ysobre todo muchos sovjozes, están destinados a esta cría.El nuevo Plan Quinquenal establece expresamente queellos sean servidos por la fuerza eléctrica nueva que seproduzca. En fin en las empresas colectivas como en lasgranjas del Estado. los cultivos como los de las plantu

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fib~osas, lino, cáñamo, serán ampliamente dotados, es-peclalmet;lte por la generalización de los métodos técnicosde trabajo.

"UNA CIENCIA NUEVA"

P~ro lo que ~e. int~~esa más en el nuevo Plan, es lo queconcierne a la irrigacion, la lucha contra la sequía, en laque .la fuerza de las centrales proyectadas entrará tambiénen juego, como lleg~ ahora a las regiones surcadas porlas corrientes producidas por el Dnieprostroi.

Los que aman. la agricultura que está en vías de des-envolverse en .~l inmenso territorio soviético, los que re-cuerdan ta~bie? que los progresos que allí se realizan yque se r~a~izaran so~ todos para el mayor bienestar dela ~olectiVidad trabajadora, no pueden conocer sin en-tus.iasmo lo que el Comisario de Agricultura comunicabaa. fines de 193 ~ a propósito de los estudios que se intensi-fican en la U nión para vencer y eliminar ciertas adversi-dades naturales que se cuentan entre las más dañosaspara la producción agrícola.

• !,fe hecho y~ alusión al Instituto agro-hidro-meteoro-lógico de Leningrado, que engrosó el número de otrosm~tlt.utos de agncultura. Jacovlev, recordando los descu-b.nmlent~s. de ciertos agricultores con respecto a los pe-tlod<;>s eritreos de las plantas en relación con los factoresque influyen .sobre su madurez y su rendimiento plan-t~a~a la cuestión de la irrigación como una "nue~a cien-cia . a la que el Instituto de Leningrado se consagrará~articularme?t~. No se trata solamente de extender lossistemas de irrigación por "riego" que están ya extendi-dos en otros países como en Alemania, donde especial-mente en .Pomerania y en las regiones de la Halle, han si-do obtemd~s resultados notables sobre todo en el culti-vo ~e forrajes; sino que se trata de intervenir con ciertacantidad de hu.medad cua!1do el período vegetativo la exi-ge; para el. tn?o, por ejemplo, según la experiencia deun .exp.e;to italiano, en los quince días que preceden a laespigacion,

LA CoLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

Es este un problema de estudio ante el cual el "bol-chevique" es presa de una especie de deseo voluptuosode atacarlo y dominarlo. El problema de la ciencia hidro-agro-meteorológica, aunque abordado en el mundo bur-gués, ha fracasado ya porque hoy los medios técnicos ysobre todo los medios financieros están destinados a otrosobjetivos por los Gobiernos capitalistas. No dudo de que,dentro de poco tiempo, asistamos en la Unión de los So-viets a nuevas y eficaces experiencias en la lucha contrala sequía, para la distribución racional de las lluvias arti-ficiales, a las que se agregarán sustancias fertilizantes uotras que sirvan para la destrucción de los parásitos.

El Estado de los Soviets ha creado realmente todas lasposibilidades para la industrialización agrícola más per-fecta. Con su colectivización que se generaliza cada día

. más; por sus granjas que rige directamente; por su indus-tria en marcha hacia capacidades de producción enormes;por la fiebre de estudio que se apodera aún de la últimacapa de la población, el Estado soviético posee elementostales como es imposible encontrarlos en los países capi-talistas. y como si esto no fuera suficiente, agrega la po-tencia de los medios de que podrá disponer cada vez más.

LOS MEDIOS

Esta expansión grandiosa de la agricultura, estas im-ponentes instalaciones mecánicas, todo este gigantescoprograma de transformar la Rusia nueva en e~ país másindustrial del mundo, exige el empleo de medlOs por asídecir inagotables. En el comienzo de este estudio, expo-niendo algunas cuestiones con respecto a la colectivizaciónagrícola, me preguntaba si las condiciones económicas delEstado soviético serían capaces de cargar con los gastos in-calculables de la industrialización de tan vasto territorio.y hablando del impuesto territorial, hacía notar que esteimpuesto no representa más que una mínima parte de lasentradas del Estado.

¿De dónde vienen pues, estas entradas? ¿Cuál es sufuente principal? ¿Alcanza ella a suministrar los medios

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necesarios para rehacer, para recrear todo un mundo, co-mo lo quieren los Soviets?

La respuesta es tan clara que aún el lector menos ca-lificado puede comprenderla, y puede, gracias a ella, me-dir el abismo que separa al Estado proletario del Estadoburgués. Este último, cualesquiera que sean las rique-zas del suelo, cualquiera que sea la potencia de las indus-

ias que allí florecen y de la agricultura que allí pros-pera, no sabe extraer de todo esto para sus ingresos, másque un porcentaje extremadamente bajo. Las entradasnetas de la industria. de la agricultura industrializada,no acrecen más que la riqueza del capitalista. El Estadoencuentra la fuente de sus provechos financieros en losimpuestos directos e indirectos, cuya mayor parte pesa so-bre la masa popular.

En el Estado proletario el sistema es muy otro. La tie-rra convertida en bien de la Nación, la industria socia-lizada, la gestión de las empresas dirigida, amplificada porel Estado, éste saca precisamente del beneficio neto, deestas industrias, de estas empresas, de la cooperación, laentrada principal de sus finanzas. Cito como ejemploel balance que se relaciona con el ejercicio del año 1931.Para este año, el conjunto de los ingresos se eleva _como lo he dicho ya-- a cerca de 32 billones de rublos.y bien: de esos 32 billones, cerca de 13 billones y me-dio provienen precisamente del beneficio neto de la eco-nomía socializada. Si a esos 13 billones se agregan to-davía 9 bi!lones ~e impuestos pagados por las empresasy por las industrias del Estado. resulta que más de losdos tercios de las entradas como lo constataba el presi-dente de los Comisarios del Pueblo, provienen del sec-tor económico de la socialización.

¿y adónde van estas fuerzas financieras? En el pre-supuesto de todo Estado burgués una gran parte de lasentradas está destinada a la preparación de la guerra,a las industrias productoras de armas y de municiones,cuyo rol es matar y destruir todo lo que vive. La ins-truccÍ?n en todos los casos tiene una importancia muyreducida, y se encuentra repartida en beneficio principal

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS 20S

del elemento burgués. Por el contrario. en el Est~do So-viético, la inmensa mayoría de las entradas esta. d~tl-nada a fecundar, a vivificar y a ~crecer .la potencialidadde las fuerzas económicas de la industria y de, la agn-cultura. En el balance mencionado de. 1~31, mas de 21billones están destinados al desenvolvimiento de la eco-nomía nacional. Inmediatamente después. con una su-ma de 6 billones y medio, se encuentra el ,presupuestode Instrucción, cuyo objetivo es elevar de mas e~ más elnivel cultural de las masas trabajadoras. .L~s mgresosde los años siguientes. marcan un acrecmuento cadavez más acentuado que se eleva en 1934. a cerca de 50billones de rublos; y en esta cifra los diferentes presu-puestos aumentan proporcionalmente.

He aquí de dónde saca el Estado proletario ~~s re-cursos, y cómo los emplea. Pero .esta constatación nobasta. Haré otra de gran lmpor.tanela .. En e~ Estado bur-gués, si aumenta la riqueza industrial. ~l pr?&r~ lariqueza agrícola, esto significa que el patnmomo pnEva-do del capitalista ha aumentado y. progresado; En el s-tado soviético, donde la industria y la. ~gncult~ra nopertenecen al individuo sino a la colectividad. n:'lentr~smás adelanta el perfeccionamiento de la mdust,na, masse generaliza la industrialización agrícola, y mas se en-sanchan y se refuerzan las fuentes de provecho del Es-tado. . d

He aquí en efecto, que en 1927-29: con una m us-tria todavía muy joven. y los campos aun en manos de lapequeña economía individual, las entradas ~e elevan ~ 10billones de rublos. Y ya en el segundo ano ~el pnmerPlan Quinquenal, con el impulso que se habla dado ala usina y a la empresa agrícola de~ Estado. y con ladifusión de la colectivización, esta cifra se ha alzad~ amás del triple. He escogido estos datos q~e se relacio-nan con la aplicación del primer Plan Quinquenal. pa:ra poner de relieve sus rapidísimos resu~tad~. i?ero ~uesalto, qué milagro se cumplen en los a~os slgulente~. Ycuántos cálculos gigantescos fueron objeto de estudiO yde comprobación de parte del XVIIo Congruo de MOI-

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cú, que hacía subir las inversiones de capitales para elsegundo Plan Quinquenal a 133 billones,de rublos, esdecir, que aumentaba en más del doble las inversiones delPlan precedente!

Hasta el campesino más atrasado puede en consecuen-cia comprender que los recursos de que dispone el Esta-do soviético para realizar todo cuanto se propone, sonpor así decirlo, inextinguibles. El Estado proletario escomo un gran árbol que recibe del suelo su fuerza de vi-da, y del cual nadie puede tocar los frutos en interéspersonal. Permanecen en él y caen al suelo para renovary aumentar su poder de fecundación. Y el árbol - expre-sión verdadera y real de la colectividad trabajadora, 'nu-triéndose y floreciendo, se refuerza con una vegetaciónmás grande cada primavera.

y todos gozan y se benefician del crecimiento de estariqueza. El 15 de mayo de 1933, fué lanzado por reso-lución del Comité Ejecutivo Central de la Unión un"empréstito libre del segundo Plan Quinquenal". Enveinte días había sido sobrepasada por las suscripcionesrecogidas, la cifra de 3 billones de rublos. En veintedías los obreros de las usinas, los sovjozianos y los kol-jozianos, suscribían 330 billones de rublos además delos que habían suscrito para el empréstito del año pre-cedente, es decir, para el cuarto año del primer PlanQuinquenal. El empréstito de 3 billones y medio, lan-zado en abril de 1934, ha sido cubierto en un lapso detiempo todavía más breve, con un entusiasmo sin ejem-plo.

Es claro pues, que todos los nuevos problemas -pro-blemas de cúspide-, que contiene el segundo Plan Quin-quenal, para llevar al máximo el progreso industrial dela campaña, serán ciertamente realizados. La industriasoviética está en vías de emanciparse completamente dela industria de los países capitalistas. Las máquinas, lostractores, toda la producción necesaria para impulsar laagricultura hacia la industrialización más audaz, pro-vienen en adelante de las usinas de la Unión. Y a me-dida que el proceso técnico progrese y se perfeccione, la

LA CoLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

colectivización agrícola avanzará rápidamente hasta ab-sorber todas las pequeñas granjas individuales. Los kol-jozes que han conservad? su forma I?ás elem;ntal, la dela socialización de los útiles de trabajo, pasaran a la ~or-ma superior del artel por la socialización de los principa-les medios de producción. Y los arteles, después de ha-ber reforzado su estructura de economía mecanizada, seaproximarán cada vez t;lás ~l carácter. específiCO de !agranja industrial, y mejoraran al koljoziano cada díamás desde el punto de vista técnico e intelectual.

Lo que parecía indistint? y c~mfuso a .muchos obser-vadores de la Rusia revolucionaria, se precisa, toma cuer-po, y se encuadra en la realidad de un nuevo mundo eco-nómico y social.

" .. .Pero la Rusia de la Revolución no habrá hechodel campesino de la Rusia zarista, nada más que un es-clavo mecánico!"

Así se desgañita la crítica antisoviética.

"EL ESCLAVO MECANICO"

Ya en 1930, cuando se comenzaron a entrever. los re-sultados victoriosos de la lucha contra el. ku!ak~st;lo yel pasaje desbordante de las pequeñas granjas individua-les a la colectivización, cuando la prensa burguesa com-prendió que era inútil en adelantelloriquear s~bre la suer-te que le había cabido al cam'pesmo enr~qu~Cldo. en mu-chos países capitalistas aparecieron publicaciones .~seudo-históricas, que comenzaron a ;ntona~, ~tra cancion. 1;0que había pasado en las campanas soviéticas, era -segunellas- la violación de la ley "natural", ~egún la cu~l esuna violencia criminal arrancar al campesino de su. tierrapara llevarlo a la máquina. Es la "natur~leza" qUle';l hadispuesto que el campesino enc,uentre su dicha en el Silen-cio de su pequeño lote, ~~ la"fati.ga que lo a.~osay lo descar-na sobre el surco. Esta ley afirma también, a lo que pa-rece, que los campesinos de todos los países no a~:n lamáquina; más bien la odian. Es solamente nutriéndo-

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los de un materialismo y de un utilitarismo secos y ári-dos. que se resignan a sufrirla.

Esta crítica del movimiento de industrialización agrí-cola. que procede en la Unión de los Soviets paralelamen-te al desenvolvimiento de la colectivización. apareció almismo tiempo que una propaganda rabiosa en gran estilocontra los "excesos" de la mecanización que mataba almundo burgués. La crisis económica y política del capi-talismo. que se debate en este período de su agonía. ten-dría sus orígenes en esta superaplicación de la máquina.La máquina, aumentando formidablemente la producción.ha llevado por un lado a la elefantiasis del capitalismo;reduciendo la mano de obra y echando a la calle un ejér-cito de desocupados. ha disminuído por otro lado el con-umo de las masas. La América del Norte fué la patria

de la máquina. qu~. sobre todo en las grandes empresas.reemplaza al trabajo manual. Pero aunque se convirtieraen el país de la riqueza: ella ha sido la primera en experi-mentar las consecuencias desastrosas de esta experiencia.El "super-americanismo", hacia el que tendería hoy contod!U sus fu~rza~, la Ru~ia soviética. pa~ticularmente porla mdustnah~aclOn agrícola, no servirla más que parallevar a las mismas consecuencias y a la misma catástrofe.

y su realización inicial daba más valor a estos "prin-cipios". En la Italia fascista que tomo a menudo comoejemplo porque el fascismo trata de engañar aún a lasmasas campesinas presentándoles programas de "ruraliza-ción" de la economía nacional. contra la dominación dela gran industria. el Gobierno advertía no "aplicar mé-todos de cultivo industrial en oposición con la tradiciónde la pequeña granja familiar". En Berlín. cuando lailltima exposición agrícola de 1933. la "Grune W oche" •se podía admirar el vacío casi absoluto de los stands asig-nados a las máquinas pesadas. En la América del Nor-te. muchas as~i,aciones ~e grandes terratenientes. predi.caban la reducción del numero de tractores --de sus mi-Jes de tractores que los habían llevado a las nubes- paravolver. . . al animal lento y resignado.

IOh. cómo 1M tiene la impresión ante tales medidas mú

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS 209

o menos veladas por pudor. de encontrarse frente a gen-tes que. para evitar el vértigo, no quieren asomarse sobreel abismo en el que van a precipitarse!

La máquina. en los campos industrializados de Améri-ca. ha multiplicado la producción de trigo y de azúcar.Pero mientras que millares de toneladas de estos produc-tos destinados a la alimentación del hombre son arroja-dos al mar o condenados al fuego, existen millones decampesinos que languidecen en la miseria; el númerode los que no tienen pan. crece todos los días; y los ham-brientos marchan sobre la capital. para ser rechazadospor las ametralladoras del Gobierno. Lo que ocurre enlos Estados Unidos. se repite en medidas y formas varia-bles en todo el resto del mundo burgués. ¿No se envíanal matadero en Holanda, en los países donde la industriazootécnica está más evolucionada. a centenares de vacaslecheras con la esperanza de disminuir la producción yprovocar el alza de los precios de los productos de la le-che. mientras que una parte considerable de la poblacióntrabajadora de las ciudades y del campo, no puede ab-solutamente comprar la leche necesaria para el uso fami-liar a causa de su falta de dinero?

Es en esta trágica contradicción. en esta apocalípticavisión de una superabundancia desmesurada de produc-tos del lado de la clase capitalista, y de una pobreza sinigual que aumenta sin cesar y esparce la ruina entre lasmasas proletarias. es en esta contradicción abierta, dondese encuentra la condena. irrefutable e inexorable, del ré-gimen económico y político del mundo burgués. Es poreste repudio que hoy se ve obligado a hacer de los bene-ficios de la mecánica, de los progresos de la zootécnica.de los resultados de la ciencia. que se manifiesta la con-fesión formal de su agonía. Es una característica delmoribundo. rechazar con desprecio y náusea el alimentoque más se ha nutrido.

Pero que las máquinas más nuevas y más complejascontinúen entrando en el país que la Revolución de Oc-tubre hizo renacer, donde el Estado proletario vive y tra-baja. no para el provecho de una minoría de explotadores.

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sino para el bienestar de todos los trabajadores. iQue en-tren los tractores! iQue las grandes usinas alcen hacia elcielo su masa ennegrecida de humo para una mayor me-canización! Que la química, que todo cuanto es objeto delas investigaciones de la ciencia no cese de acrecer la pro-ducción! En la Unión de los Soviets esta riqueza se es-parcirá sobre todos los que trabajan, sobre todos sindistinción. Ella mejorará para todos los que producen,en los campos y en las usinas, el tren de vida materia]e intelectual. Animará a los veteranos así como a la nué .•va generación, como hace el sol que resplandece y calien-ta igualmente las briznas de hierba y la vieja encina.

Es esta verdad, viva en la conciencia de todo traba-jador soviético, la que da a la máquina -y cuando digola máquina entiendo el progreso, la ciencia, el saber-,una consideración nueva y diferente de la que ha tenidoy tiene todavía entre las masas de proletarios y de cam.•pesinos del mundo capitalista.

EL AMOR A LA MAQUINA

No se miente cuando se escribe que el campesino delos países burgueses no ama la máquina. ¿Quién no haencontralo un pobre agrícultuor que exasperado por lascondiciones de hambre a las que el patrón le ha reduci-do pega al caballo que dirige y se desahoga blasfeman-do el nombre del patrón? A comienzos del siglo, cuandoaparecieron las primeras máquinas en la Romaña, -unade las regiones de Italia donde la efervescencia persiste-,las organizaciones socialistas dirigidas por el jefe delGobierno actual de Roma, entablaron una lucha encarni-zada contra su empleo. El odio inextinguible del explo-tado hacia su explotador, se concentraba sobre la máqui-na como sobre la bestia.

y habiéndolo constatado muchas veces, no tengo' es-erúpulo en decir que el obrero de la usina capitalista, éltambién, aunque sea el más aplicado y el mejor técnico.dará, es cierto, su trabajo a la máquina; pondrá en ellatoda la atención y el esfuerzo de su cerebro; pero a estamáquina, que no le pertenece, que hoy él utiliza y cuí-

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

da y que mañana el capitalista utilizará contra él, a estamáquina, digo, no da y no dará jamás su corazón.

La psico-técnica ha encontrado que la máquina enseñael orden, la rapidez, la precisión, la limpieza, el razona-miento. Ha encontrado que la máquina instruye más queel libro y convence más que la escuela. Pero la psico-téc-nica no ha encontrado todavía el instrumento para medirqué intensidad particular y qué perfección de trabajoproduce la máquina, allí donde no son solamente la ma-no y el cerebro los que la conducen y se sirven de ella, si-no donde otro factor incalculable, el factor psicológico,entra en juego y actúa. Este factor es el fruto de un con-junto de elementos que constituyen la atmósfera socialy política en que vive el trabajador. Y en gran parte es-capa al análisis. Yo percib í la realidad en la Unión delos Soviets, a través de una serie de episodios ricos en ex-presión y brillo.

En Bielgorod. en la ciudad blanca que confina con la"tierra negra", cuando en junio de 1927, las más perfec-cionadas máquinas de cosecha llegaron a los arteles, hevisto a los campesinos, convertidos en koljozianos, mar-char en cortejo a su encuentro, y a las mujeres llevar ga-villas de centeno y de flores para adornarlas con coronas.A menudo me detuve a considerar la amorosa atencióncon que la juventud campesina rodeaba los tractores, asis-tiendo a la explicación técnica que se les daba. Algunos deesos jóvenes los tocaban y los acariciaban, como si se tra-tara de una cosa viva. En 1930 una columna de tracto-res que había cosechado en Ukrania pasó por Moscú parair a Samara a fin de recolectar el trigo en esa zona. Lanueva, publicada por los diarios de la capital, provocóentre las masas proletarias una excitación formidable. Losobreros de las usinas acudieron por millares a saludar elpaso de esas máquinas y las aplaudieron con entusiasmo.

¡He aquí qué sentimiento vibra en los campos y en loscentros industriales soviéticos hacia la máquina! Todotrabajador reconoce no solamente que ella forma partede su patrimonio, sino también que es un medio para ele-var a toda la colectividad hacia un mayor progreso eco-

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nómico y social. Y este sentimiento, én el alma simple yapasionada de los hijos de la tierra, se transforma casi enamor.

Conocí esta verdad por las confidencias de mi inolvi-dable Wassili, en un arte! no muy alejado de Nikolaíev,donde ese campesino, convertido en koljoziano, habíaquerido estudiar para conocer mejor el tractor. En la estepa, él conducía el tractor arrastrador de las guadaña,y bajo la canícula, entre e! fino polvo que caía sobre supecho desnudo y quemado, yo no veía más que sus ojosy sus dientes brillar en una sonrisa.

Se detuvo para aproximarse a mí con las mujeres quehacían las gavillas. Lo saludé inmediatamente con unacortés provocación: "Estarás harto de esa máquina! ¡Teextenúa! ¿ Cuántas horas hace que trabajas? ... "

Wassili se estremeció entero bajo su oscura piel y des-pués de haber mirado su tractor, como si éste hubiera po-dido oírlo y aprobarlo, respondió sonriendo con orgu-llo: "Amo tanto a mi máquina, que no cuento las ho-ras que paso con ella; no la dejaría ni de noche ...••

Esta respuesta cortó mi provocación; pero me comu-nicó al mismo tiempo las reacciones profundas de estehombre, que no era solamente el mecánico inteligente yconocedor del tractor. Era algo más. Nadie puede mediresas reacciones que provienen de un impulso interno imponderable; pero son reales. Son ellas las que agudizanel espíritu y hacen arder las fibras del cuerpo. Este tra-bajo sobre la máquina no es una fatiga material. En esteesfuerzo hay voluntad, pasión. ¡En esta técnica hay fe!

Si 'la mecanización de la agricultura soviética. si lagranja colectivizada, no dispusieran también de esta nue-va generación de trabajadores que sólo ha podido engen-drar y ha sabido educar el Estado surgido de la Revolu-ción de Octubre, ni la industrialización de la agricultu-ra, ni e! desenvolvimiento social y económico de la em-presa colectiva. hubieran podido ser tan rápidos y tanfecundos. Estos dos hechos se penetran el uno al otro.y su resultado será la progresión del koljoz, así como elkoljoziano, hacia su perfeccionamiento.

LA COMUNA

Hay en la colectivización agrícola otra forma, "la máscompleja y la más difícil", según la expresión .adoptadahace algunos años por Stalin: la comuna. Su historia ~asuscitado una constante simpatía entre las masas trabaja-doras soviéticas; su nombre era un símbolo.

Durante la guerra civil, la comuna tuvo en las cam-pañas un desenvolvimiento superior a las otras formas ~easociación colectiva, el artel, y el "Tsoz". Los campes1-nos la constituían casi bajo el. impulso de u!:a neces1~~d.Colectivizando todos los medios de producción, y un~en-dose en una comunidad completa de trabajo y de Y1da,sentían aumentar en sí mismos la fuerza y el coraje deluchar.

El origen de algunas de estas comunas está marcadocon recuerdos de heroísmo. Pero durante el período dela reconstrucción económica, estas asociaciones colecti-vas que reunían un complejo indefinido de funciones SO"ciales y políticas, debieron dar a su ~ase y a su estructu-ra un carácter económico muy preciso, y transformarsesobre todo en empresas agrícolas sólidas y productivas.En 1925 se publicaba su regl~menta~i~n, q~~dando lastareas de la comuna claras y bien definidas: La comu-na tiene por objetivo elevar el.bie~~star material y.t;l0ralde sus miembros, por la orgamzacion y por la gestión encomún de una economía agrícola; por la distribuciónhecha en una medida igual entre todos los miembros, delos resultados de su trabajo, y por la satisfacción en co-mún de todas sus necesidades".

Por esta definición se planteaba a la base misma de lacomuna la gestión colectivizada de una economía agrí-cola; lo que implicaba para ella todos los deberes de la

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técnic~ .~el artel. Además debía colectivizar también larepartlClon de los 'productos" repartiéndolos en igual me-dida entre sus miembros, y proveer a la satisfacción encomún de s~s exigencias materiales y morales. El regla-me~to mencionado ~n efecto, establecía que la comunad~bI~ ocuparse también de "la institución de escuelas yb~b!Iotecas, d~ la edificación d~ locales donde se puedaV~Vl[en comun, tales como COCInasy salas de asilo' de-hiendo tomar también otras iniciativas semejantes." '

Basta enume:ar. estas tareas para ver el alcance y laaltur~ de lo~ objetivos que se proponía la comuna. Debíareun:r ~n SI y :eglamentar todas las ramas de la vidaeconomica y sO~Ial de una colectividad agrícola. Es evi-dente que habla en esta tarea numerosas dificultades,sobre to~? pO[(;IUe~~a preparación técnica y más aún unaprep.araclOn pSICologIC~,no podían improvisarse en po-co tiempo entre los miembros de la colectividad. Es porello que l~s ~omunas que supieron verdaderamente reali-zar los. objetivos que les fueran asignados, eran admiradasy consideradas como ejemplos por la población soviéti-ca entera. Pero es también por ello que, con respecto ala~ otras ~or.mas de koljozes, representaban en 1930 unnumero lImlt~d~ apenas a algunos miles. Y esta cifraen .los anos, siguientes a la transformación agrícola másradical, llego ~. ser aún más restringida. Muchas comu-nas fueron disueltas, otras se transformaron en arte-les. ¿Por qué?

UN EJEMPLO MORAL

, ~ntre .la.s numerosas comunas que visité durante miúltimo VIaje por los campos de la Unión, quiero recor-d~r dos ~ue, por sus características, ofrecían un ejemploVIVOy vibrante de esta historia de la comuna agrícola.

.U~?, que ,llev.aba el nombre seductor de '''Guardia deIlitch , ~abla sido funda?a. muchos años antes, sobreuna pendiente de terreno fértil pero inculto que riega un~.nuen~e de! ,~ug. ~abía sido edificada en 1924, porbesprisornis , es decir, por algunos de esos desventura-

LA COLECTIV1ZACIÓN DE LOS CAMPOS

dos a los que las bandas armadas, del capitalismo m.u~~dial. en el curso de! sangriento penado de la gu~r~a CIV11,habían destruído la casa y dispersado la familia.

La prensa burguesa -¿ quién no lo r~cuerda?- co-menzó una campaña contra el régimen nacido de la Revo-lución de Octubre. haciéndola responsable de la suertemiserable de miles de jóvenes y niños que, haraposos yhambrientos, poblaban las calles de las ciudades y. ,de loscentros rurales. No; estos jóvenes eran la expreslOn VI-viente de la tragedia en la que un mundo entero deenemigos había hundido al Estado proletano. para aho-garlo en sangre y reducirlo por hambre. Pe.ro e! Estadoproletario recogió esta herencia con una admIrable expan-sión de solidaridad y beneficencia. Los "besprisornis" sevolvieron el objeto de sus atenciones más asiduas, paraaclimatarlos poco a poco a la a~t?ósfer~ ~e la. nueva vidasoviética. sin emplear la represron policial, SInO apr~;u-mándolos. por e! contrario. cordialmente a la J?oblacIon.Fué así que muchas familias obreras y campesInas. apo-yadas por el Estado con subvenciones especiales. acogie-ron estos abandonados y los hicieron participar de sutrabajo. Numerosos institutos fueron edificados para edu-carlos e instruirlos. Tierra. útiles agrícolas. dinero, fue-ron acordados de preferencia con otros privilegios, aaquellos de esos jóvenes que quisieran volver al campo,para convertirse allí en enérgicos reconstructores.

La comuna "La Guardia de Ilitch", debe justamen-te su origen a treinta de estos hijos de la calle. que en-contraron en el Estado soviético la protección más pater-nal. y que extrajeron de la igualdad de su su.erte el. lazode una solidaridad inalterable Y una fuerza inexplicablepara todas las audacias.

Llegué allí de improviso durante un cálido mediodía,mientras que bajo un árbol ~na par~e de lc:s co~unerosconsumía su almuerzo. Teman la fisonomía abierta delos refractarios. Sus ojos ardían y sus voces resonabande juventud, por encima del ramaje de los árboles, en elcielo resplandeciente. Quis~ constatar inme~iat~mente có-mo se nutrían. De la cocina que estaba Iirnpia y orde-

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q timen familia! Los otros duermen en ecuadras. Para la comida, estamos tan habitua

bacetla todos juntos, que nadle querría comer solo. Nue~tris mujeres trabajan con nosotros; y nuestros bijas son

ra toda la comuna las niñas de los ojos, de tal manerason objeto de sus atenciones y de su asistencia.

El barullo de las mujeres que volvían del trabajo parant¡p:se y comer también con los otros, interrumpió esa

ft'at'r~i6n apasionada. Ruidosas y felices, resplandecientes;de salud, participaban con una especie de orgullo e.n la!rida de la comunidad. Fueron ellas. en efecto, quienesme hicieron conocer los proyectos de la comuna sobreconstrucciones nuevas, sobre la amplificación de la huer-~. sobre la quesería que se iba a edificar cerca del moli-

o. sobre la colmena que se transformaría en una fuentee considerables ganancias. Me veía en cierto modo asal-

o por los desbordes de semejante energía, de semejan-dicha de vivir.Mientras que cuando llegué a la comuna, bajo un sol

que arrojaba rayos de fuego, sus tierras me parecieron aúnadormecidas, ahora en la "Guardia de Ilitch" todo se re-movía y fermentaba. Los "besprisornis" desarrapados ynegros de suciedad, las manos inquietas y la llama de lavenganza en los ojos de los "besprisornis" que yo había

to y compadecido en 1925 en las calles de Moscú. seme aparecían en la luz y en la fuerza de la redención queel Estado proletario había querido y sabido encontrarpara ellos. ¡He aquí la significación que tomaba para míesta comuna!

Estos jóvenes desheredados han desaparecido ya de loscampos y de las ciudades de la Unión Soviética; pero@tel!B y pululan en las calles de New York y de Chicago,JJ cualquier ciudad de la Europa burguesa los ve afluir

re todo del campo, buscando pan, con la mano ten-dida para recibir la limosna. Una vez más es la socie-dad capitalista la que engendra esos desventurados; y entanto que ella los deja caer y perderse en la miseria y elvicio, el Estado proletario los recoge fraternalmente y los

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conduce hacia la vida, la prosperidad y el trabajo. Y el-t~ verdad es tan viviente, tan ardiente, que no hay nece-sidad de palabras para colorearla.

UN EJEMPLO TECNICO

O.tra comuna permanecerá grabada en mi memoria, enparticular por su. m0!1taje mecánico de empresa agríco-la y por el orden mtertor de su trabajo. También lleva unnombre no desprovisto de significación: "Kominrern",~a adoptado la abreviación de la Internacional Comu-rusta.

. Ella también se formó en los años que siguieron inme-diatamente a la guerra civil. Muchos emigrados que ha-bían abandonado las ciudades y los campos para esca-par a las persecuciones zaristas, volvieron a la nueva Ru-sia; ?ran judíos, gente que había pertenecido a sectasre}lglOsas, g.rupos de campesinos y de obreros que se ha-b~~n espate1do. ~ través del mundo. Se acogió allí tam-bién a las familias que habían huído de los países de laEuropa Central a causa de la reacción desencadenada des-pues de la guerra contra los movimientos revolucionariosde la~ masa~ campesinas. ,Entre esas familias un grupode origen hungaro, ~ alemán, que se había refugiado pri-meramente en Amenca y marchado en seguida a la Unióny ~ucha~ decenas, de otras familias bajadas de la Siberiahacia regiones mas cultivables, habían fundado una co-muna a mita~ de camin~, entre Kakowka y Ascania-Nova, en medio de un oasis de verdura en la inmensidadde la estepa.

En 1930, la comuna "Komintern" se presentaba comou?-a población con sus edificios vastos y modernos, te-menda alrededor la campaña de muchos miles de hectá-re,as en; plen? ~ultivo. Casas modestas pero coquetas ha-blan sido erigidas para domicilio de las familias de loscom.uneros. En frente, nuevas edificaciones habían sidodestinadas a los niños; para sus dormitorios, para suescuela, para su refectorio y sala de juego. En el medio,

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS 219

una vasta sala que podía contener mil personas, servía derefectorio común, y muy cerca estaba instalada una co-cina con todos los útiles necesarios. Otros grupos de cons-trucciones se levantaban al otro lado de un vasto patio,embellecidas con pabellones y plata-bandas. En una seencontraban modernos establos para el ganado lechero,y los más racionales establos para el ganado porcino;grandes hangares para los forrajes, y todo cuanto era ne-cesario a un montaje suficiente para una empresa agrí-cola con variedad de crías. Otro grupo estaba destinadoa las máquinas, y provisto de una instalación completapara las reparaciones .

La impresión inmediata que esta comuna me produ-jo, fué la de ser una empresa sólidamente dotada paraun cultivo de rotación intensiva. Se había anexado ade-más la confección de algunos productos, la quesería, unafábrica para el extracto de tomates, y una construcciónpara la cría intensiva de aves. Esta impresión se confir-mó más aún, visitando los establos, caminando a travésde los campos labrados en más de 7.000 hectáreas, y con-'versando con los obreros que trabajaban en las máquinas.

Esta empresa colectiva con sus 300 familias, había sa-bido verdaderamente construir una economía agrícolafuertemente organizada, con una estructura técnica yeconómica pronta a cualquier desenvolvimiento. El ga-nado lechero era casi totalmente de raza, y 10 mismoocurría con el porcino. El laboreo y otros trabajos delcampo, casi enteramente efectuados por máquinas y trac-tores. Los granos seleccionados; el abono, artificial, adap-tado al cultivo del forraje y la huerta. Los obreros de lausina por técnicos competentes; el personal para la críade las más variadas aves, especializado. Era evidente quesemejante empresa se habría propuesto para el porvenirun programa correspondiente al impulso por el que ha-bía obtenido, en tan pocos años, tan notables resultados.y en efecto, los datos, los propósitos, las perspectivas quese anunciaban, eran las que yo había previsto.

¿Cómo se había verificado esto? ¿Cómo habían con-seguido esos primeros y sin embargo, tan considerables

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~ultados? He aquí las preguntas que surgían de mi Vi-sita a esa comuna.

Yo noté que proveyendo a la alimentación colectivaa la .asistencia y a la instrucción de los niños, la comu:na hberta~a a todos sus miembros trabajadores. hom-bres y mujeres, de los cuidados familiares, y les permitíaconsagrar todas sus energías al trabajo y al progreso dela . empr~,sa. Pero a~vertí al mismo tiempo que la "Ka-mintern r no practicaba absolutamente entre todos lostrabajador~s, la ut,liformidad y la igualdad de los pagos,como hubiera debido suponerlo si hubiera tomado al píede la letra.el .reglamento-tipo del que ya he hablado. Mu-chos especialistas y el personal técnico que se habían con-gregado de acuerdo a las necesidades de la empresa en víasde. la industrialización. aunque tomaban parte en las co-midas c~munes. recibían. po~, su trabajo una recompensaen ~specle. En la orgarnzacion del trabajo esta comunahabla ya adoptado la r~?artición en brigadas y en gru-pos menor~s. La emulación se .desplegaba allí con impul-s~ y ~!egrla; pero en proporción con el rendimiento, ladirección establecía una recompensa en especies o en di-nero.

¿ Era ésta ~n~ vio,lación. de los principios igualitariosde la comuna. ¿Habla tenido este sistema una influenciafavorable sobre el notable montaje de la "Komintern",y en los excelentes resultados obtenidos en las diferentesramas de l~ producción? El hecho de que muchas comu-n~s no supieran cambiar su estructura primitiva y orga-n!za;se de manera. de acelerar y perfeccionar ese progresotécnico y I;lroductivo en su empresa, ¿no era más bien laconsecu~ncla .de una interpretación errónea del espírituq,ue debla animarlas? La comuna permanecería como unslm~olo lnte. los miles de arteles, mientras ella pudiera~rvlrles de eJ~mpl?, aún por su sabia organización inte-nor d;l trabajo. Sin esto, l~ comuna no hubiera podidoser mas que el rec~erdo lU~l1nC?so de un glorioso origen:pero ella. no hubiera podido Jamás transformarse en lavan~uardla .de un movimiento hacia el que los artelespudieran orientarse.

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

Este problema salía apenas, hace cuatro años, del con-junto de acontecimientos que este período de la historiasometía a los observadores de la colectivización de loscampos soviéticos. Pero no podía tardar en aparecer entoda su realidad e importancia. El mismo ritmo acelera-do, verificado en el mejoramiento de la vida y del fun-cionamiento de la empresa agrícola debía suscitarlo.

Es cierto que el artel es la forma básica de la colecti-vización. y que permanecerá siéndolo largo tiempo. Iako-lew lo afirmaba resueltamente en 1931, al decir: "La ca-racterística fundamental del artel, es que constituye laforma principal y decisiva del movimiento de colectivi-zación en la mayor parte de la campaña, y que esto noes algo pasajero o de breve duración. Es por el contrario,un movimiento de la colectivización destinado a durarbastante tiempo." Pero este eclipse de la comuna ante laascensión admirable del artel, ¿significaba el arriado deuna bandera, la desaparición de un símbolo?

EL XVIlQ CONGRESO

El XVIIQ Congreso del Partido Comunista marcaráuna de las páginas más interesantes y más decisivas de lahistoria de la colectivización agrícola, porque se vió co-locado ante esta realidad que concierne a la doctrina y asu aplicación; y la esclareció con tal luz, que se proyec-t rá bien lejos, sobre todo el porvenir del nuevo ordensoviético.

El sucesor de Lenin, que se presentó en 1930 ante elXVIi Congreso con la conquista realizada del pasaje demíllones de economías agrícolas individuales a la granempresa colectiva, pudo concretar en febrero de 1934, losgrandiosos resultados obtenidos, y trazar las líneas deuna ascensión más importante y más segura. Me he refe-rido muchas veces, en el curso de este estudio, a sus pun-tos principales. Pero en un momento dado, Stalin fijamás lejos la mirada, y ante la marcha triunfal d~ la ~m-presa agrícola, traza con mano maestra, sus directivasideológicas y prácticas.

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La comuna, dice, la comuna primitiva "surgida sobrel~ b~e de una técnica ?,OCOdesarrollada y de la insufi-cle~cla de los productos :. desaparece; pero esto no quieredecir que la comuna no sea necesaria y no represente laforma más elevada del movimiento de los koljozes." Lacomuna de ayer debía a su origen y a las condiciones to ..davía atrasadas de vida y de trabajo la aplicación del s~tema de "socializar no solamente los medios de próduc-ción sino también las condiciones de vida de cada uno desus miembros". Semejante "nivelamiento", que no teníaen cu~nta los intereses personales de los asociados, paracoordinarlos con los intereses sociales, ha constituí do ellado débil de las comunas, por cuya causa muchas de en-tre ellas para continuar viviendo, "se vieron obligadasa renunciar a la socialización de las condiciones de viday pasar de hecho, al sistema regulador del artel" ,

. ¿E~to n<; ~epresenta?a un retroceso desde el punto deVISta ideológico? Teniendo en cuenta la capacidad y elre.n~imiento ?e cada asociado, sus necesidades y sus con-diciones de Vida, ¿ no se lesionaba la ley de igualdad quees la base de la edificación socialista? Estas cuestiones noescapaban a los debates interiores de ciertos medios sovié-ticos, donde encontraban a menudo algunos indecisos;pero interesaban al mismo tiernpo a los elementos másatentos del mundo burgués, cuidadosos de que no se lesescapara este argumento eficaz de propaganda y de luchaanti-soviética y anti-colectivista: describir el porvenir <kla empresa agrícola colectivizada, como la realización deun nivelamiento absoluto y totalitario de todas las ener-gías y de todas las necesidades individuales.

Contra estas incertidumbres y estos cálculos netamen-te contra-revolucionarios, Stalin emplea el sarcasmo quemata, consolidando al mismo tiempo la doctrina alta yclara de la igualdad que animará a la sociedad y a la civi-lización futuras. "El hecho de pensar, dice, en un nive-lamiento de las necesidades y de la vida personales, esuna tontería digna de una secta de -asceras", La igualdadverdadera no tiene nada de común con esta concepciónreaccionaria; ella es conseguida por la destrucción de las

LA CoL'eCTlVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

clases, es decir: "a) liberación igual de todos l~s traba-jadores de la explotación después que los capitalistas sonderrocados y expropiados; b) abolición igual para t~OIde la propiedad privada, sobre los I!I:edlO~?~ producción.después que hayan sido puestos a disposición de toda lasociedad; e) obligación igual para todos de trabajar ~e-gún su capacidad, y derecho igual para. todos !os traba~a-dores de ser retribuidos según su trabajo (SOCiedad.socia-lista); d) obligación igual para todos los rrabajadoresde trabajar según su cap~cidad, y de~echo"de recibir se-gún sus necesidades (SOCiedadcomunista) .

En la colectivización agrícola, y en la forma que ,h~ydomina, el artel, todo contribuye para que estas CO?dICIO-nes maduren y se realicen. Y es de la empresa colectiva quese industrializa, que se p~rfec.cíona, que aprovec?a los r!-cursos inagotables de la crencra, que acrec~~e mas en masel bien tar de sus miembros, que surgrran los nuevos"comuneros", Y que surgirá la "comuna del mañana",No más oasis verdes en la estepa árida como .cuando lacomuna estaba en su origen, sino una conquista triunfalde los campos soviéticos, llegados a su plena prospen-dad.

Estas palabras de Stalin d~ben. ser grabadas .c<:>mo.~o-bre una piedra miliar en la historia de la colectlVIZaclon:"La comuna agrícola futura nacerá cuando los campos ylas granjas del arte! desborden de cereales, de ga?ado, deaves, de legumbres, y de productos de toda esp,ecle; cuan-do el artel abra lavaderos mecánicos, refectonos moder-nos, fábricas de pan, etc.: cuando el koljoziano vea q~ees más ventajoso tomar la carne y la leche en la granja,que criar por sí mismo su vaca y. su corral; cuando, lakoljoziana vea que es más ventajoso tomar su coml~aen el refectorio, hacer lavar su ropa en el lavadero pu-blico que hacer por sí misma todo es~o.,La comuna demañana nacerá sobre la base de una tecnica y de un ar-tel más desarrollados, sobre la base de una abundanciacM la producción",

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LA FAMILIA

¡Mañana! Pero aunque este mañana muestra ya to-dos sus contornos, la crítica burguesa, siempre llena demalignidad, coge la ocasión de lanzar su primera pie-dra. En efecto: la gran prensa capitalista, comenta 1;1magnífica afirmación de Stalin de esta manera: ".Eatábien; la campaña se industrializa: de aquí a poco no que.•dará una sola pequeña empresa individual; la mecaniza •.ción será introducida en el pequeño dominio estrictamen-te familiar, para apartar a la misma mujer de sus traba-jos más naturales; todo, desde los lavaderos hasta los re-fectorios, habrá alcanzado su objeto. que es hacer máscomún la vida de todos los que trabajan en la empresaagrícola colectiva. Pero todo esto no dará más que laapariencia del bienestar y de la prosperidad, p to quehabrá comenzado a roer las raíces mismas de la vida, y delprogreso humano, y habrá minado esa última célula vivi-ficadora que es la familia."

Es esta una crítica que se hace hoy un poco a la sor-dina. El problema de la baja de la natalidad, pesa sobrelos países burgueses e inquieta a los Gobiernos, sobre to-do porque se propaga a los campos, considerados hastahace algunos años como las fuentes inextinguibles de laraza. Basta mirar cualquier aldea, para ver allí todas lasfamilias romperse y agotarse bajo el peso atroz de la mi-seria y del terror! Los gobiernos fascistas recurren a losúltimos expedientes para excitar el instinto de repro-ducción, a.cardando pequeñas limosnas a los campesinosque se arriesguen a procrear nuevos desocupados y otrosmiserables; pero en vano. Los resultados obtenidos enItalia, en Alemania, por todas partes, son de más en máanegativos.

¿Cómo. pues, hablar de la familia, de su "salvación",a la que amenazaría y atacaría el proceso victorioso de lacolectivización en sus más altas manifestaciones? El ré-gimen capitalista exalta la familia, un "tipo" de familia

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

que ningún burgués trata de imitar, y que le sirve sola-mente para la propaganda; pero este régimen se ve ahoraconstreñido a reconocer que es él mismo quien mata ala familia. Y ante esta realidad iqué grande y luminosaes su antítesis!

El régimen soviético no tiene la familia por base; pe-ro la respeta y la protege. No diré cómo la mujer es asis-tida antes y después del parto, porque es sabido que nohay país donde la maternidad esté rodeada de tantos cui-dados y de tanta protección como en el país de los So-viets. No repetiré lo que es tan evidente con respecto ala emancipación de la mujer, de la más humilde mujer delcampo, de su igualdad, de sus derechos, de su elevación atodas las jerarquías de la vida. No refutaré siquiera elerror de los que dicen que toda esta liberación de lospadres, y particularmente de la madre de cuanto se llamacínicamente en el mundo burgués "la carga de la fami-lia", es un peligro y una alarma para la tranquilidadinterior de la familia misma y para su desenvolvimien-to Todas estas consideraciones quedan contestadas porlos resultados innegables que el régimen soviético puedeofrecer a la meditación y a la admiración del mundo en-tero.

La nueva Rusia ha engendrado en pocos años muchosmillones de hombres; y precisamente en este período de lacolectivización, aumenta cada año en una cifra igual a lade la población total de Dinamarca. Y quiero recordarotra cifra que por pequeña que sea, traduce, sin embargo.una realidad llena de luz y de belleza. Fué cuando mivisita a la comuna "Komintern": esas 300 familias decomuneros de ayer y de mañana, la habían poblado, yaen 1930. de 1.600 personas. Bandadas de niños y maci-zos de vegetación. frutos de la dicha y del vigor. Fami-lias no de una fecundidad animal, pero florecientes. Sehace porque se prospera. Y se prospera también por la cer-tidumbre que se tiene en cada crepúsculo, de que el albadel día siguiente será serena. "Es en la miseria y en la pe-sadilla del mañana, que los cuerpos se tornan estériles yque los corazones se alejan", escribía Víctor Hugo. Defi-

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nía así la suerte de las familias de los obreros y de loscampesinos, en todos los países capitalistas. No es dudo-so que mientras más progrese la campaña soviética en susconquistas, más se poblará y vibrará con una Juventudcreciente.

REVOLUCION POLlTICA

Además de todos los factores que actúan en esa con-vulsión épica en la que están enrolados millones y millo-nes de hombres (de la cual lo que yo he tratado de re-producir en ~stas página~,. a me~udo. bajo ~orma episó-dica. no es mas que un débil testimonio), quiero recordaraún otros tres, que influyen muy particularmente ~-bre el aspecto psicológico y educativo del campo colecti-vizado. y lo llevan al más alto grado de madurez soc1111Y' política.

El primero es la prensa.El órgano del Vaticano escribía hace poco tiempo, que

"la organización de la prensa soviética es sistemáticay perfecta, y que su difusión va a tomar proporcionesgigantescas." Esta confesión provoca, naturalmente, unapregunta: "La prensa soviética, ¿no es. pues, una prensacontrolada, dirigida y dominada por el poder central,privada de toda libertad, constreñida a corresponder sola-mente al servicio del Gobierno. ., exactamente comoocurre en el régimen más cercano y querido del Vaticano,y en los otros regímenes fascistas] Y si .es así, ¿cómo.~explica el hecho de que mientras en Italia, en Alemania,la prensa disminuye muy sensiblemente su difusión, eltiraje de los diarios baja todos los ?ías, los. obreros y.loscampesinos se rehusan ~ leerlos aun ofrecidos gratu1~a-mente. la náusea y el disgusto de la masa ante los día-rios que llevan el sello oficial crecen, en la Unión de losSoviets se verifica justamente lo contr~ric?" .

Allí puede servirse de las palabras mismas del Vatica-no, la difusión de los diarios crece. Allí el trabajador"quiere" leer y aprender. Los grandes diarios, aunqueaumentan su tiraje todos los días, no dan abasto. La

LA COLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS

prensa cotidiana ha llevado su tiraje de 17 millones .,medio de ejemplares en 1929, a 36 millones y medio en1933. y nada más que para los koljozes, se imprimía,en 1933, más de 1.500 diarios.

En presencia de tales hechos no se pueden hacer diser-taciones sobre la pretendida libertad de prensa. Hay laverdad que no se discute, porque es evidente para todos.Si la prensa falsea o disfraza la realidad; si la prensa, enlugar de interpretar la opinión popular tiende a ahogar-la; si no refleja su voluntad; si sirve solamente a losque la dominan, esta prensa es rehusada por la masa, ysu difusión disminuye. Es odiada por las masas que larehusan como un veneno. Una prueba irrefutable nos es-tá dada por la Italia y por la Alemania de hoy.

Pero si la prensa es, por el contrario, el eco de lossentimientos, de las necesidades, de las aspiraciones de lapoblación trabajadora; si refleja su vida, la reconforta yla guía; si acoge las vibraciones más profundas de laconciencia popular y las reproduce con ritmo y armoníafieles, entonces la prensa es voluntariamente aceptada, de-seada y pedida. El diario llega a ser un alimento cctidia-no. y mientras más se elevan las masas, más este ah-mento llega a serles indispensable. Es 10 que pasa en laUnión de los Soviets. Esto ilustra el hecho único en elmundo de una población trabajadora que jamás se saciade diarios y de libros. Es una prueba indiscutible de laevolución intelectual que se cumple entre millones de se-res en los campos soviéticos. Donde llega la más pequeñahoja de koljoz, allí desaparece la sombra de la antiguamentalidad campesina y surge una conciencia nueva.

Otra cosa me parece digna de ser señalada. Es necesariover cómo está hecho ese diario; cuáles son los temas queagita, si se quiere comprender bien lo que está en vías demadurar en la psicología del koljoziano.

Por ejemplo, en 1929-30, es el momento de la luchacontra el kulakismo. La atención de los campos está com-pletamente dirigida hacia la liquidación de esta clase deexplotadores. Y todos los diarios son asediados por los

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c;Or:~nsales de cada aldea, que relatan. exigen. sug~~m.o hace el soldado durante el combate. Esta fase es VIIIqtÍosamente superada; los problemas de la colectivizad

• plantean y se multiplican. Y he aquí que los arg1UPeI1-tos de la producción y de la industrializaci6n ocupaJl lamayor parte de la prensa soviética: la cuestión desiembras o de las cosechas; la necesidad de las máqunas o de un ganado más numeroso y más seleccionadla discusi6n sobre los métodos de intensificación del ti:bajo, sobre la emulación, sobre la mejor manera de famar los dirigentes de los koljozes y los especialistastodas las ramas. En suma, todo problema y toda, patticularidad, así sea mínima, siempre que tenga x:ellKi6ócon la vida de las campañas colectivizadas, llenan las P4ginas de los grandes diarios, son objeto de innumerabIpublicaciones, pasan por los periodiqui11os de las empsas colectivas como la sangre en las venas más pequeñ

¿Cuál es la significaci6n de todo esto? QUe este pamovimiento. cuya importancia misma im,Pide meclirlo:ha creado un hombre nuevo en las poblaciones colecti~das, sacándolo de las tinieblas de las costumbres que.creían invencibles. Aquellas están en vías de su~ msi mismas todo lo que podía interesarla cuando vivían enla pequeña granja familiar. E~~án. ahora tomadas en elengranaje de esta transformación incalculable, noso~mente por el lado material, sino sobre todo por la PQd4trosa fuerza de renovamiento que ella ejerce sobrepíritu,' ..., Ii , d d dí má

ASl la colectivización, exp ican ose ca a 13 s comuna revolución económica, actúa y procede como una ~e-voluci6n de la psicolgía de las masas rurales,

Un segundo factor es suministrado por el ritmo qla evolución de las poblaciones agrícolas determina JOla vida y en el funcionamiento de los soviets de todas lualdeas.

Ya el Estado 10 había previsto con una ejemplar disposición. En 1930. mientras que la colectivizacién triúufaba del kulakismo y entraba segura de si misma en emarco de la economía industrializada. rl Estado. por un

c1ecteto gubernamental. suprimi6 las antiguas circQ.acri~do_ administrativas o "Gubernia", Las instituddministrativas debían corresponder, en su mismo tem

Po a las situaciones económicas de las diferentes re~••es Sobre todo debían estar 10 más cerca posible de ••

asas a fin de ayudarlas y favorecer ·la transformad.ónque realizaban hacia la empresa agrícola colectiva Lasprcunscripciones administrativas y políticas locales setransformaron. pues, en radios.

Al año siguiente se procedió a las elecciones gene~te$de los Soviets. El Soviet es el centro donde afluye y R-fluye la vida de la aldea. El Soviet. ha dirigido esta '91-da a través de todas sus fases. desde los momentos de laguerra civil, hasta los de la lucha contra el kulak. En~~ campos que se renovaban gracias a la colectivizaciéa,~l Soviet tenía una importancia y una función especia.1". De coordinar e impulsar ese movimiento de las ma-.as agrícolas. tan radical y tan decisivo para su porve-nir. Fué esta plataforma la que la población campainaadopt6 en 1931 para las elecciones de Soviets. La pro-paganda que se hizo era la mejor prueba de la volun-tad popular. de agrupar todas sus fuerzas por la victoriade la empresa colectiva agrícola.

Los Soviets tienen hoy una tarea aún más precisa. De-ben ser el corazón del desenvolvimiento ulterior de la co-~ivizaci6n. Su obra debe intensificarse constantemente,pata esparcir en las venas de la población koljoziana el~tcJor de una conciencia social y política nueva.

Este objetivo es perseguido más particularmente por,atro organismo: el Partido. Lo recuerdo solamente aho-ra para la claridad de mi exposición: pero en efecto, esde una importancia y de un valor tales, que es necesariocolocarlo por encima y fuera de toda clasificación.

Hablando de las disposiciones tomadas por el Gobier-no soviético en mayo de 1932, con motivo del mercadolibre de los koljozes, yo hacía notar que ya el aspecto

'<1e los campos era diferente del de los años precedentes.que la liquidación del kulakismo como clase era una de8 causas. Pero decía también. con palabras de Molotov,

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que la lucha contra el kulakismo pasaba a una nuevafase política, porque se iba a impedir que el kulak entraraen el artel, sea como individuo. sea como mentalidadpara infectar su vida interior. Una encuesta, a fines de1932, probó que había sabido penetrar en muchos koljo-zes, 'Y que por su acción fraudulenta y oculta, obraba so-bre los koljozianos más débiles, insinuándose dondequie-ra y obstaculizando el cumplimiento de las obligacionesde los koljozes hacia el Estado.

¡No hay nada de extraordinario en esto! Basta pensarcon qué astucia el peor enemigo de los campesinos, el fas-cismo, ha sabido y sabe todavía hoy deslizarse entre ellos.Basta recordar que el fascista se disfraza hasta de revo-lucionario para ocultar su 'objetivo de obstaculizar lasmasas agrícolas en su justa lucha, y encadenarlas al carrodel capitalismo. Y se comprenderá con qué malignidadrefinada. el enemigo del Estado soviético --vencido y dis-persado como c1ase-, debe haber tratado de penetraraún entre los pliegues más ocultos de las empresas agrí-colas colectívas.

Pero el Estado proletario no vacila en entablar tam-bién esta lucha. El nivel mismo a que han llegado loscampos le ofrece los medios adecuados. Y he aquíque constituye inmediatamente en el seno -de las Estacio-nes de máquinas y tractores y de los sovjozes -las dospalancas mayores en el progreso de la colectivizacióli-la sección política.

Por la constitución en su seno de la sección política,las estaciones de máquinas y tractores y los sovjozes, almismo tiempo que se inmunizan a sí mismos contra lasinfiltraciones enemigas, podrán también influir sobre elkoljoz, aislar el elemento peligroso y nocivo, volver aLkoljoziano fuerte contra toda influencia contraria a losintereses del Estado y de la colectivización, y liberar laempresa colectiva de todos los microbios que la cnvene-nano Junto a la máquina y al tractor, a las semillas se-leccionadas y a las razas escogidas. las secciones políticasagregadas a esos órganos energéticos de la colectivizaciónllevarán consigo el contraveneno de su obra política, que

LA CoLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS 231

será también un elemento nuevo y muy eficaz para laevolución social del artel y del koljoziano.

Est~ penetración más directa del Partido en los órga-nos Vitales de la transformación. de los campos soviéti-cos, ha sido considerada, en el XVII? Congreso de Mos-cú. como una de las fuerzas decisivas de su progreso. Yno es sorprendente que sea así.

Quien sigue la historia de la colectivización agrícola,y tanto más quien es libre como yo de todo lazo político,constata que ella está dominada por el estudio y por laacción del Partido. Es en el Partido donde se elaborala doctrina. donde se vela por su aplicación, donde se for-man sus elementos propulsores y se forjan sus energíasde lucha, donde se componen los cuadros y se marcanlas etapas de todas las conquistas. En el régimen de la dic-tadura del proletariado, decía Stalin en sus "Cuestionesdel leninismo", "la dirección del Partido es 10 esencial".

Esto no debería escandalizar ni aun al burgués; puestoque él oye repetir todos los días declaraciones semejantesa los jefes de los regímenes dictatoriales. que tratan derevestir con un uniforme de partido un conjunto de hom-bres con convicciones, intereses y aspiraciones absoluta-mente dispares y enemigas las unas de las otras, para ocul-tar detrás de sí la realidad de un gobierno de oligarquíacapitalista que explota y oprime sin piedad a las masastrabajadoras. Por el contrario, en el Estado Soviético, esel proletariado el que a través del Partido. comienza yprosigue su misión histórica de redención de los campos,de liberación de todos los campesinos pobres, de sus ene-migos. de transformación de sus condiciones de vida yde trabajo, para llevarlos poco a poco a la empresa in-dustrializada y colectiva. Y cuando ese momento llegaes el proletariado quien por el Partido suministra las me-jores fuerzas de instrucción técnica y administrativa y deeducación política -cito una cifra del informe más re-ciente a este respecto: 23.000 militantes-s--, para acelerarla madurez de todas estas condiciones, que permitiránedificar, en el camino de la humanidad, una sociedad sinclases. Ellas no conciernen solamente a un crecimiento

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progresivo de la producción, la abundancia de todo 10 qupuede volver la vida más amable, el desenvolvimiento intenso y general de la cultura; porque la realización desas condiciones determinará y apresurará la formacíóen el koljoziano de otra mentalidad y de una alta con-ciencia política. "La consigna de dar bienestar a todos lmiembros de los koljozes -ha dicho y repite el gran jefe del Partido-s-. está en ligazón estrecha con la consig-'na de hacer bolcheviques todos los koljozes".

Así el proletariado, por obra del Partido, se habrá asimilado la gran masa de los trabajadores de los campos,aún en su formación intelectual y política, y habrá alcanzado el objetivo de su dictadura: la edificación de unasociedad de trabajadores en la igualdad y en la prosperi-dad.

HEROISMO y FE

Las usinas soviéticas escriben su historia. Un llamadolanzado a este respecto por Máximo Gorki, fué acogi-do por ellas con el mayor entusiasmo. Es justo. Nadiepodrá traducir mejor que los obreros soviéticos. en pá-ginas luminosas de verdad, su propia epopeya.

Esta historia comprenderá ciertamente toda la partede la colectivización en que el hombre de la usina y elde los campos. escribieron páginas admirables de luchasy de victorias, de conquistas y de sacrificios. Digo de sa-crificios y de heroísmo; y agrego que habría en este es-tudio una deplorable laguna, si no mencionara este hechoindiscutible, es decir, que fueron los duros momentosde sacrificio los que hicieron alcanzar las cumbres másaltas, los que unieron las fuerzas obreras a las de los cam-pos, e hicieron de esta ley de la alianza del proletariadocon las masas agrícolas. el lazo más tenaz de la solidaridady la fraternidad.

No pienso solamente en los acontecimientos sangrien-tos de la guerra civil y en las duras batallas de la cam-paña contra el kulakismo, de la que ya he hablado. Quie-ro referirme más particularmente a las restricciones y alas privaciones en el ritmo de la vida económica, a las

LA CoLECTIVIZACIÓN DE LOS CAMPOS 233

que en el curso de estos últimos años la población soviética se vió sometida.

La prensa capitalista. de todos los países y de todoslos matices. se apoderó de esta situación difícil de la vidacotidiana de las masas obreras y campesinas de la UniónSoviética, con una voluptuosidad sádica. La mostró a losproletarios y a los campesinos de su propio país, parademostrar que en el Estado de los Soviets, si el progre-so de la usina es indiscutible. y si la campaña se industria-liza cada día más. el bienestar de las masas trabajadorasno aumenta en una medida correspondiente.

Esto es cierto. como es cierto que la población de laUnión ha crecido en pocos años decenas de millones. yque el proletariado industrial aumenta cada día hasta pa-sar. para citar un ejemplo. en sólo el año de 1932, de18 a 21 millones de obreros: lo que importa una eleva-ción progresiva de sus necesidades y de la consumacióngeneral. Esto es cierto. como es cierto que el desenvolvi-miento que se verificó en toda la campaña soviética. hacambiado ya su sistema de vida. y que hasta en las al-deas más pequeñas las exigencias cotidianas han crecido.Ningún trabajador soviético podría adaptarse a la situa-ción en que languidecen. sin trabajo y sin pan, millonesy millones de trabajadores en los países de la "civiliza-ción" y del "progreso".

Pero hay otra verdad que es preciso gritar a la carade todos los enemigos declarados o disfrazados de laUnión Soviética. Hace algunos años y precisamente des-pués que la colectivización tomó un impulso seguro yprometedor, y que la realización del primer Plan Quin-quenal se diseñó con todo éxito, las masas obreras vie-ron disminuir su ración de pan. Ellas se impusieron res-tricciones en todos los productos, y se disciplinaron en sushábitos como los soldados en la batalla. Nadie ignorala causa. El crecimiento de la potencia económica y po-lítica de la Unión inflamaba de coraje al capitalismomundial; y la guerra que el imperialismo japonés habíaprovocado y comenzado en el Extremo-Oriente, amenaza-ba con extenderse a la Rusia de la Revolución.

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Es preciso grabar en letras de oro el impulso y el he-roismo admirables con los que las poblaciones obrerasy agrícolas de la Unión entera realizaron su misión his-tórica de proseguir. inquebrantables. en la edificaciónpre-establecida de su industria y su nueva agricultur ••garantiendo simultáneamente las fronteras de la gran patria proletaria contra cualquier agresión de sus innume-rables enemigos. La preparación de la guerra en los paí-ses capitalistas. es la fortuna de todos los especuladoresy traficantes. del gran propietario y del gran industrial.Pero la preparación de la defensa del Estado soviético.debía por el contrario exigir esfuerzos y sacrificios in-calculables a esa población trabajadora. Y hoy tenemosla prueba de que su conciencia y su voluntad fueronsacudidas de tal manera, que pudieron alcanzar un re-sultado que sorprendió al mundo.

La amenaza de la guerra es cada vez más grande. EnExtremo Oriente. donde las provocaciones del imperia-lismo japonés contra la Unión de los Soviets son cadavez más abiertas; en el Occidente, donde la instalacióndel fascismo en el centro de Europa envalentona a losnumerosos partidarios de una guerra antisoviética. Hayen el aire olor de guerra: pero se trata de disipar la im-presión de que ella se polarizará contra el país de la Re-volución.

Existe un documento a este respecto que sale de lacrónica y que debe ser subrayado en toda su importan-cia. Es el discurso pronunciado por el portavoz oficialdel Vaticano, en el Congreso Internacional Católico quese desarrolló en Viena, en septiembre de 1933. Despuésde haber identificado al bolcheviquismo, con el régimenque reina en la nueva Rusia, ¡lecIaró: "Se puede decirque el Papa no alimenta más vivo deseo que el de que esebolcheviquismo sea rechazado y vencido, porque es unode los más foroces enemigos de la Iglesia Católica mis-ma. El Santo Padre ha predicado muchas veces esta lu-cha. .. Se regocija cada vez que una pulgada de terri-torio de cualquier país es purificado de esa peste. . . Es-pera ardientemente el día en que esta liberación. en su

progreso cotidiano, llegue hasta la desgraciada RCon este objetivo, cada Estado puede y debe setodos los medios que tenga a su disposición ...••

No me detendré sobre el aspecto religioso deafirmaciones, porque su significación política es demarsiado evidente. He aquí la guerra que todo un mqndosueña y prepara. Y el Vaticano que ya en 1930, en elperíodo más crítico para la colectivización predicaba ~verdadera cruzada, no hace ahora más que tomar s", 1gar en el ejército de los imperialistas más deseosos deapresurar el ataque contra la Unión Soviética. Pero he,aquí la respuesta que fué inmediata y que podía enor-gullecerse de los resultados de la heroica resistencia y:de la sabia preparación que las masas obreras y campesi-nas han sabido realizar frente a la ofensiva del imperia-lismo mundial.

Pué precisada por el Presidente del Consejo de Co-misarios del Pueblo, cuando la solemne celebración delXVIQ aniversario de la Revolución de Octubre. Ellatambién contiene afirmaciones que sobrepasan la simplecrónica, para entrar en la Historia como factores decisí·vos. "El peligro de guerra y de agresión es actual, y de..bemos fijar nuestra atención particularmente sobre lasintenciones de los planes imperialistas que tienden aromper el estado de paz. .. La preparación de los im-perialistas para la guerra se desenvuelva no solamente ha-cía el Oriente sino también hacia el Occidente. .. Peroestamos convencidos de que en el momento preciso. elagresor comprenderá lo que significa enfrentarse CO'Q elinvencible Ejército Rojo".

¡Ay! El imperialismo mundial con su loca amenazade guerra, ha podido. es cierto, impedir que todos losbeneficios de la usina y de la grandiosa transformaci6ncumplida en los campos de la Unión Soviética pudieranexpandirse completamente en la vida material y econé-mica de las masas laboriosas. Pero no ha podido impe-dir el hecho -porque quizás no lo había siquiera pre-visto-- de que toda la población soviética multiplicará

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frente a ese peligro, las energías de su resistencia,impulso, de su voluntad. .

El Ejército Rojo es una expresión magnífica de esttesfuerzo de educación y de elevación técnica de la Uniónentera. Es el ejército más poderoso del mundo, no SO!Ja,o?-entepor su .t~e.rza militar,. sino también por el eS:píntu que lo vivifica, por el Ideal al que presta juramento: "la defensa de la Unifn Soviética, y la luchapor la fraternidad de todos los trabajadores". Y juntoa esta realidad se eleva el resultado incontestable de lasobras realizadas en los dominios industrial y agrícola.Al momento de las restricciones sucede ya el períodoque traerá el bienestar, y que no podrá interrumpir mla sombría amenaza de la guerra en su marcha de edi-ficación socialista hacia conquistas inimaginables.

Estas verdades que ganan en adelante a los elementosintelectuales y políticos más en vista y más serios delmundo burgués, se esparcen como la luz penetra hastael espíritu de los campesinos más cerrados y más igno-rantes. Aunque quizás no las comprendan completa-mente, las sienten por intuición y conocen qué profundoes el abismo a donde el régimen capitalista los empujapor todas partes, inevitablemente. ¿No es el jefe delGobierno fascista italiano, quien, después de doce añosde su régimen, anuncia a las desgraciadas poblacionesla era del Hambre?

* * *Escribo estas páginas en un observatorio pequeño pe

ro alto, donde convergen todas las vibraciones, hastalas más débiles, de la vida desolada y estremecida de loscampos de la Europa burguesa; y he podido conven-cerme directamente del profundo cambio que se ha rea-lizado desde el Congreso ampesino Europeo de Berlín.

Sus Comités de lucha; sus manifestaciones cotidianaspor pan y por trabajo; su resistencia encarnizada con-tra el terror; su combate sin tregua por la tierra y por lalibertad, tienden hoy a objetivos más altos. No Iu-

h n solamente porque la miseria crece por todos J;ados;SlOO que se entrevé más allá de la bruma fría y tnste, elhorizonte que se aclara. La revolución fermenta, guiada por el 'brillo de la estrella que ha conducido al cam~pesino soviético hacia todas sus conquistas hasta la co-lectivización.

Esta palabra, aunque no sea comprendida entera-mente, no es ya desconocida. Cada respuesta a cada cues-tión, a cada problema, a cada parte de la gran historiade los campos soviéticos, me pareció inspirada tambiénpor el deber de satisfacer la necesidad de conocerla, quearde hoy en todos los campesinos europeos. Sus espíritusestán hoy sedientos de verdad sobre el más grandioso mo-vimiento campesino que se expande en la gran empresacolectivizada. "Y aquéllos que están sedientos de verdad,--dice una máxima evangélica-, dirigen sus espíritushacia los milagros de la fe".

Toda verdadera revolución, engendradora de relacio-nes nuevas entre el hombre y el mundo que 10 rodea, ydemarcadora en consecuencia de épocas en la historia dela humanidad, es siempre, ante todo y sobre todo, un ac-to de fe.

La historia entera de la colectivización es también unacto de fe, que se despoja de toda mística religiosa y seconcreta en la afirmación de verdades orientadoras delporvenir social.

A todos los espíritus que buscan en este crepúsculo dela civilización capitalista un rayo de luz, y sobre todo alcampesino oprimido del mundo, ella dice:

"Cree en el proletariado y en su fuerza dirigente, parala construcción del nuevo orden económico y social.¡Cree en el derecho del campesino a la tierra, para que go-ce de ella por su trabajo! Cree en la eficacia de una unióncada vez más íntima entre los obreros de las usinas y laspoblaciones agrícolas, elemento educativo de las masasrurales, arma de lucha para libertadas de todos los ex-plotadores! Cree en la evolución necesaria de la pequeñaempresa individual hacia las formas superiores de lacolectivización a fin de llegar a un mejoramiento eco-

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nómico y cultural! Cree en la inteligencia y en la capaci-dad del trabajador para alcanzar todos los grados de laciencia I Cree que toda conquista industrial y agrícolapuede beneficiar a toda la vida de la colectividad trabajadora! ICree que desde el sombrío abismo de la miseriadonde muere el campesino en el mundo burgués, puedey debe llegar al pleno sol!"

El astrólogo que grita al campesino: "Cuidado con elsol. porque el sol es una masa de fuego!", no ha desapa-recido. Pero en el alba de cada día el campesino ha deabrir ojos brillantes de esperanza. Y en el esplendor delmediodía, se inflamarán las energías más profundas de SUespíritu y de su voluntad.

FIN DE LA COLECTIVIZACION DE LOS CAMPOSSOVIETICOS

INDICEPre ioLOS INTERROGANTES DE

LA COLECTlVIZACION

Previsiones .Signos de interrogación .La hora de la historia -Premisas

DEL MUJIK AL KOLJOZIA-NO _ .

La abolición del derecho de pro-piedad .,. . ... _ ... .

El Código Agrario de 1922 ..La cooperación .. _ . - . - . - - -~ instituciones colectivas .Progreso tecnico .. .El kulak .La vispera - . - .J¡!l Código Agrario de 1928 ..¡¡'A GRAN CONQUISTA ...

Frente a la crisis capitalista .,El Plan Quinquenal _. .-El campesino medio .La lucha contra el kulakismoDos leyes de 192 9 . _ .....La evicción del kulak •El Octubre de los campesinos co-

lectivistas _ .. _ .. _Tres docnmentos ... __ . _ .•.El XVI" Congreso _ __

EN EL KOLJOZ _ .

Los tres tipos de koljozesProblemas interiores del artelLa determinación del territorio

del arte! _ .La Eatación de las máquinas

tractoras .¿ Actels grandes o medianos?La o.ina y e! artel .El sov joz y el artel _ .El obrero agrícola y e! koljozia-

no .•.....•...........La primera organización del tra-

bajo . .La organización del trabajo so-

bre base científica .. _ __El principio soviético de la pro-

ductividad del trabajo _ ...F ••ctores de desenvolvimiento .

5 La koljoz ianaInfancia y vejezLos nombres de los koljozes

EN TORNO AL KOLJOZ

El koljoz y el crédito _ ..El koljoz y el fisco . . _ ...El koljoz y el cambioEl sistema de los contratosLas leyes de mayo de 1932.El mercado koljozianoCaracterísticas culturalesEl koljoz y la cooperación de

consumo .. l' •• • •••••

Balance .... _. . _ •.... _ .

COLECTIVIZACION E IN-DUSTRIALIZACION

El SOy joz .. . ... _ ....El sovjoz y la industria del ga·

nado _ , .El SOy joz y sus diferentes cria-

deros .. , _ ... _ .•.......El sovjoz y la industria de ce-

reales ....•.......Monocultivo y policultivoExperimentación y especializa-

ción culturalesLos progresos de la mecánica

agrícola ..El segundo Plan Quinquenal ..

LOS PROBLEMAS DEL MA·flANA .. . •.......•..

711'52024

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283135374142454?52"3S559t3(056871757882838684

La instrucción agraria y dos re-gímenes

La escuela superior agrariaLa química agraria .Electrificación e irrigaciónComparaciones y aplicaciones .."Una ciencia nueva" .. . .Los medios . ."El esclavo mecánico" _ .El amor a la máquina •.....

LA COMUNA .

Un ejemplo moral .Un ejemplo técnicoEl XVII9 Congreso de Moscú.La familiaRevolución política __ .... __Heroísmo v fe

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