La enseñanza de la Sagrada Escritura

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La enseñanza de la Sagrada Escritura El curso universitario de religión es una disci- plina que no ha madurado hasta la forma plena y definitiva: sus programas y métodos no han cua- jado todavía en fórmulas comúnmente admitidas. Están en una bella etapa de adolescente, capaz de aventuras, maduración, intentos; dócil a su- gerencias venidas de fuera. Esto es lo que pretendo en mi artículo. No per- tenezco al gremio de profesores universitarios de religión. Puedo ofrecer una preparación especia- lizada en cuestiones bíblicas y un fácil acceso a variadas experiencias ajenas: esto es lo que quie- ro canalizar, en forma de sugerencias, para ilus- tración o meditación de los que, interesándose por el asunto, no tienen fácil acceso a las fuentes. 1. TEOLOGÍA Y ESCRITURA. ¿Hace falta incorporar la Sagrada Escritura a la enseñanza de la religión? ¿ conviene sustituir parte o toda la doctrina teológica por el estudio directo de la Biblia? Una solución radical de estas preguntas me parece inoportuna: porque la teo- logía es una ciencia cristalizada en un sistema amplio, rico; organismo elaborado por siglos de pensamiento humano sobre la revelación divina, con la colaboración especial de ese Dios que ha querido hablar al hombre. Además, la respuesta radical, en términos de dilema, es imposible. Un estudio directo de la Sa- grada Escritura incluiría tal cantidad de doctri- na teológica, que su hegemonía sería exclusiva ; y un estudio sistemático de la teología nunca pre- tendió eliminar la Escritura. La distinción "Es- critura-Teología" es artificial, por la necesaria interpenetración de ambas disciplinas. La distinción habría de plantearse así : Expli- car la Escritura a propósito de la Teología, o ex- plicar la Teología a propósito de la Escritura. En el primer caso, a lo largo de un sistema intelec- tual de enunciados, se van clavando como mojo- nes una serie desligada de citas bíblicas; desli- gadas entre sí, ligadas al sistema. En el segundo caso, sobre un desarrollo histórico de hechos con su interpretación religiosa inspirada, va crecien- do dinámicamente un cuerpo de revelación divina. He aquí planteada una duplicidad de vías. La controversia ya tiene arios de existencia. En Ale- mania hablaron del "kerygma" o proclamación de la revelación histórica, frente a la teología sis- temática. Fruto de la fecunda controversia es el nuevo catecismo alemán, publicado recientemen- te, en traducción castellana, por la editorial Her- der. En un excelente artículo de "Incunable" (mar- zo 1957) exponía C. Floristán el proceso de di- cho catecismo. Del método se puede afirmar que se acomoda mejor al camino pedagógico de Dios en su reve- lación a la Humanidad. Sería deseable que entre los catequistas de España (clase de religión de las escuelas primarias) entrase rápidamente una obra tan madura de pensamiento y experiencia. Pero en la Universidad no damos clases de ca- tecismo. El "kerygma" o proclamación será apto para la predicación sagrada ; en la Universidad no se trata de proclamación, sino de estudiar una ciencia, la ciencia Teológica. 2. BACHILLERATO. Una posible aplicación de la Biblia en el bachi- llerato sería como libro literario. Todos los auto- res están conformes en alabar el AT por su valor literario; ninguno intenta emplearlo como obra literaria formativa, aunque tal uso no sería falta de respeto. A finales de siglo, R. G. Moulton (1) propug- naba esta visión literaria de la Biblia: como te- rreno común de encuentro para diversas tenden- cias religiosas, como contrapeso a las influencias morales de los clásicos grecolatinos. En su libro hay buenos análisis, pues Moulton era especialis- ta en literatura ; pero su predicación no tuvo re- sultado. La Biblia es el libro religioso por exce- lencia y no se la puede rebajar a un simple terre- no literario. Si la Biblia está incorporada a nues- tra cultura occidental, incluso a nuestras litera- turas, no ha sido por el camino del estudio literario Es indudable que el alumno de bachillerato puede aprender mucho de los narradores y poetas bíblicos; pero ni tiene textos acomodados, ni pue- de utilizar una edición completa. (En mi reciente "libro del alumno" de "La formación del estímu- lo" he incorporado algunos fragmentos bíblicos analizados. El profesor puede aprender de ellos un método) (2). La ventaja principal de esta incorporación se- ría despertar el gusto e interés por un libro que comienza a ser vivo para el alumno. Lo cual no es reducir el libro sacro a un puro valor literario, sino abrir un nuevo acceso de penetración viva. Al llegar al curso preuniversitario el alumno tendría un conocimiento directo de pasajes completos, y no sólo una idea por comprimidos de Historia Sa- grada. 3. HISTORIA SAGRADA. Como existe un nuevo catecismo, así existen nuevas "Historias Sagradas". A. Dreze y J. Bou- langer han publicado un interesante artículo so- (1) Ft. G. Moulton : The Literary Study of the Bible. London, 1896. (2) La Formación del Estilo. Libro del alumno, pägi- nas 118, 120-121, 139-140, 204-214, 221-222. (Editorial Sal Terrae.)

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La enseñanza de la SagradaEscritura

El curso universitario de religión es una disci-plina que no ha madurado hasta la forma plenay definitiva: sus programas y métodos no han cua-jado todavía en fórmulas comúnmente admitidas.Están en una bella etapa de adolescente, capazde aventuras, maduración, intentos; dócil a su-gerencias venidas de fuera.

Esto es lo que pretendo en mi artículo. No per-tenezco al gremio de profesores universitarios dereligión. Puedo ofrecer una preparación especia-lizada en cuestiones bíblicas y un fácil acceso avariadas experiencias ajenas: esto es lo que quie-ro canalizar, en forma de sugerencias, para ilus-tración o meditación de los que, interesándosepor el asunto, no tienen fácil acceso a las fuentes.

1. TEOLOGÍA Y ESCRITURA.

¿Hace falta incorporar la Sagrada Escrituraa la enseñanza de la religión? ¿ conviene sustituirparte o toda la doctrina teológica por el estudiodirecto de la Biblia? Una solución radical de estaspreguntas me parece inoportuna: porque la teo-logía es una ciencia cristalizada en un sistemaamplio, rico; organismo elaborado por siglos depensamiento humano sobre la revelación divina,con la colaboración especial de ese Dios que haquerido hablar al hombre.

Además, la respuesta radical, en términos dedilema, es imposible. Un estudio directo de la Sa-grada Escritura incluiría tal cantidad de doctri-na teológica, que su hegemonía sería exclusiva ;y un estudio sistemático de la teología nunca pre-tendió eliminar la Escritura. La distinción "Es-critura-Teología" es artificial, por la necesariainterpenetración de ambas disciplinas.

La distinción habría de plantearse así : Expli-car la Escritura a propósito de la Teología, o ex-plicar la Teología a propósito de la Escritura. Enel primer caso, a lo largo de un sistema intelec-tual de enunciados, se van clavando como mojo-nes una serie desligada de citas bíblicas; desli-gadas entre sí, ligadas al sistema. En el segundocaso, sobre un desarrollo histórico de hechos consu interpretación religiosa inspirada, va crecien-do dinámicamente un cuerpo de revelación divina.

He aquí planteada una duplicidad de vías. Lacontroversia ya tiene arios de existencia. En Ale-mania hablaron del "kerygma" o proclamaciónde la revelación histórica, frente a la teología sis-temática. Fruto de la fecunda controversia es elnuevo catecismo alemán, publicado recientemen-te, en traducción castellana, por la editorial Her-

der. En un excelente artículo de "Incunable" (mar-zo 1957) exponía C. Floristán el proceso de di-cho catecismo.

Del método se puede afirmar que se acomodamejor al camino pedagógico de Dios en su reve-lación a la Humanidad. Sería deseable que entrelos catequistas de España (clase de religión de lasescuelas primarias) entrase rápidamente una obratan madura de pensamiento y experiencia.

Pero en la Universidad no damos clases de ca-tecismo. El "kerygma" o proclamación será aptopara la predicación sagrada ; en la Universidad nose trata de proclamación, sino de estudiar unaciencia, la ciencia Teológica.

2. BACHILLERATO.

Una posible aplicación de la Biblia en el bachi-llerato sería como libro literario. Todos los auto-res están conformes en alabar el AT por su valorliterario; ninguno intenta emplearlo como obraliteraria formativa, aunque tal uso no sería faltade respeto.

A finales de siglo, R. G. Moulton (1) propug-naba esta visión literaria de la Biblia: como te-rreno común de encuentro para diversas tenden-cias religiosas, como contrapeso a las influenciasmorales de los clásicos grecolatinos. En su librohay buenos análisis, pues Moulton era especialis-ta en literatura ; pero su predicación no tuvo re-sultado. La Biblia es el libro religioso por exce-lencia y no se la puede rebajar a un simple terre-no literario. Si la Biblia está incorporada a nues-tra cultura occidental, incluso a nuestras litera-turas, no ha sido por el camino del estudio literario

Es indudable que el alumno de bachilleratopuede aprender mucho de los narradores y poetasbíblicos; pero ni tiene textos acomodados, ni pue-de utilizar una edición completa. (En mi reciente"libro del alumno" de "La formación del estímu-lo" he incorporado algunos fragmentos bíblicosanalizados. El profesor puede aprender de ellosun método) (2).

La ventaja principal de esta incorporación se-ría despertar el gusto e interés por un libro quecomienza a ser vivo para el alumno. Lo cual noes reducir el libro sacro a un puro valor literario,sino abrir un nuevo acceso de penetración viva. Alllegar al curso preuniversitario el alumno tendríaun conocimiento directo de pasajes completos, yno sólo una idea por comprimidos de Historia Sa-grada.

3. HISTORIA SAGRADA.

Como existe un nuevo catecismo, así existennuevas "Historias Sagradas". A. Dreze y J. Bou-langer han publicado un interesante artículo so-

(1) Ft. G. Moulton : The Literary Study of the Bible.London, 1896.

(2) La Formación del Estilo. Libro del alumno, pägi-nas 118, 120-121, 139-140, 204-214, 221-222. (Editorial SalTerrae.)

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bre el tema: "Pourquoi enseigner l'Ancient Tes-tament? Une enquéte sur les buts visés par lesauteurs de Manuels" ("Lumen Vitae", 1955, pági-nas 105-29) (3). Distinguen tres etapas históricasen dichos manuales : 1) Muchos autores del siglopasado adoptaban una postura moralizante; es-cogían fragmentos bíblicos que iban comentandocon moralejas; convertían el AT en un repertoriode historia edificantes, falsificando, claro está,muchos de los fragmentos, empequeñeciendo elresto, practicando en todo caso una interpreta-ción advenediza y superficial. Frente a esta con-cepción hay que proponer una selección de textosque mantenga la unidad dinámica del AT, y re-saltar como lección fundamental la presencia deDios en la historia humana, a la cual responde elhombre con una fundamental adhesión religiosa.

2) A la tendencia moralizante sucedió unaperspectiva científica de marcada intención apo-logética, que buscaba concordar la visión bíblicacon los crecientes descubrimientos científicos ; estapreocupación prejuzgaba el estudio sereno y ob-jetivo y llevaba a reflexiones que nos hacen reiractualmente. "Bajo pretexto de mantenerse fielesa la Escritura, los autores de tales manuales lason sistemáticamente infieles".

3) La tendencia actual busca en el AT de losmanuales una perspectiva doctrinal de "HistoriaSalutis". En el AT busca no sólo "prefiguración"del Nuevo, correspondencias intelectuales y está-ticas; ni lee a los autores sacros como deposita-rios inmóviles de una revelación sin historia. As-pira a una visión dinámica y completa, aunque re-ducida en extensión y profundidad, según las exi-gencias de la segunda enseñanza.

En el artículo que resumo hay referencias bi-bliográficas concretas.

Así orientada, la tradicional "Historia Sagra-da" de la enseñanza secundaria, se inserta perfec-tamente en un movimiento actual, y puede pre-parar cursos superiores de religión, en que la Es-critura se estudie como disciplina científica.

4. ACTUALIDAD DEL ESTUDIO DE LA SAGRADAESCRITURA.

Entre los reproches de los alumnos universita-rios a una disciplina teológica entresaco dos: de-masiado abstracta, poco actual. Una presentaciónde la teología, montada sobre la Sagrada Escri-tura no sería tan abstracta. Supongamos, porejemplo, la doctrina de la omnipresencia e inmen-sidad divinas, tema abstracto en los tratados deteología, y difícil por nuestra inteligencia siem-pre contaminada de espacio. Una explicación bí-blica podría comenzar por el discurso en la dedi-cación del templo, como lo trae el libro tercero delos Reyes, cap. 8; allí está planteado el contrasteentre la inmensidad divina y su presencia en eltemplo; después añadiría los capítulos 8-11 de

(3) A. Drbze, S. J., pertenece al Centro Internacio-nal de Formación Religiosa, de Bruselas. J. Boulan-ger, S. J., es profesor de religión en el colegio de SanMiguel, de Bruselas.

Ezequiel, en los que Dios abandona el templo. Aestos textos se enlazaría el salmo 139 (vulgata138), en que la omnipresencia divina está relacio-nada con su conocimiento de los hombres; se pue-de añadir, como motivos relacionados, las mani-festaciones divinas; después se puede enlazar conel discurso de Cristo a la Samaritana (Jn. 4) ; yde aquí a nuestro concepto depurado de la omni-presencia divina (y la presencia eucarística), conposibles referencias a modernas concepciones delos espacios, los límites del mundo, los metaes-pacios. Es evidente que semejante exposición deltema resulta concrete. ¿Sería más actual la visiónbíblica?

Cualquiera diría que no. La teología nos formu-la verdades eternas, invariablemente presentes atodos los tiempos. La Biblia nos da sucesos his-tóricos únicos y antiguos ; y mucha doctrina con-dicionada por situaciones concretas, pero preté-ritas. Además, la teología está formulada con ri-gor y precisión, según un sistema conceptual oc-cidental, riquísimo y flexible, muy apto para sutarea religiosa. En cambio, el AT pertenece a unsistema mental muy distinto del nuestro; y elNT está vivamente enraizado en el sistema reli-gioso del Antiguo. ¿Se puede decir que la Sagra-da Escritura resulta más actual que la Teologíadogmática?

En la práctica muchos pensarán que sí : en par-te, porque se está poniendo de moda entre loscatólicos este interés, como fruto de un renaci-miento bíblico. En parte, porque la proximidadno la medimos por unidades de tiempo, sino porla densidad humana; más actual nos resulta unhecho, una persona viva, una criatura literariaantigua, que una eterna verdad abstracta.

Charles Moeller ha analizado las dificultadesy disposiciones del hombre moderno para intere-sarse por la Biblia (4). Registra un triple con-flicto: autonomía frente a revelación impuesta,criterios científicos frente a formas "míticas", do-minio técnico frente al carácter sacro. Y unaplural disposición: la actitud "existencial" abier-ta al concreto histórico, la expectación mesiánicade doctrinas como el marxismo, la psicología pro-funda que trasciende lo puro racional, el sentidovivo de solidaridad humana, la renacida sensibi-lidad para el simbolismo, la concepción totalizantedel amor.

Después de una exacerbación racionalista, ac-tualmente estamos en la onda irracionalista: ensu forma agresiva o negadora es la opuesta re-ducción y empobrecimiento del hombre. En suforma positiva, de superación y síntesis, es elredescubrimiento e incorporación de estratos hu-manos irreductibles a la razón, y la consideracióndel hombre como estructura compleja y unitaria.En esta nueva síntesis, más rica, más total, elhombre moderno se siente próximo al hombrehebreo de la Biblia, porque este último presen-taba un sistema de vida también de signo total,

(4) Ch. Moeller : La Bible et l'homme moderne. "LumenVitae", 1955, pAgs. 63-76.

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aunque anterior al análisis y diferenciación sis-temáticas.

A pesar de esta actualidad de los estudios bí-blicos, repito que la Teología debe mantener surango superior en las cátedras de religión uni-versitarias. La solución está en incorporar la Bi-blia; sería también una interesante experienciapedagógica. El ejemplo propuesto sobre la omni-presencia es una sugerencia de método.

5. EL CURSO PREUNIVERSITARIO.

Un fruto interesante de este curso sería el des-pertar el interés del alumno por el tema bíblicoy el enseriar a leer la Biblia y libros de temabíblico.

Hay un libro de C. Charlier titulado "Lecturacristiana de la Biblia": su enfoque es entera-mente moderno, sus ideas son sugestivas; fácil-mente se le perdonan algunas exageraciones.(Existe una reciente traducción española.) Seríaun libro muy útil para el curso preuniversitario:no como texto escolar, sino como manual paracírculos de estudios; sus orientaciones se puedenaplicar a pasajes selectos de la Biblia; el profe-sor puede enriquecer el material del libro con larevista "Bible et vie chrétienne", dirigida por elmismo C. Charlier.

El profesor propone como tema de examen per-sonal una perícopa concreta; después puede diri-gir la discusión según las líneas del artículo co-rrespondiente de la revista. Lo importante delmétodo es la participación activa de los alumnos,para que lleguen a interesarse y a descubrir lasriquezas de la Escritura. No importa tanto la vi-sión completa, el conocimiento sistemático de losprincipios. El interés nace más fácilmente de pocasexperiencias vivas, que de un amplio conocimientoabstracto.

De una revista americana tomo la siguiente ex-periencia (5) : el referente proponía a los alum-nos como tema comparar dos narraciones de latempestad apaciguada, según San Marcos (4, 35-40) y según San Lucas (8, 22-25) ; y añadía unaserie de preguntas concretas, que daban pie a ex-posiciones doctrinales de mayor alcance. "¿Fuéel sueño real o ficticio?" La pregunta permiteuna discusión sobre la humanidad de Cristo, do-cetismo, su participación en nuestras necesida-des. "Diferencias de estilo entre los dos autores".Lo cual da pie para entrar en la cuestión sinóp-tica, en la participación del autor humano, en elgénero literario peculiar de los evangelios. "¿Có-mo fué la fe de los apóstoles?" Lo cual abre ca-mino a una teoría de la fe, fe en los milagros, feen la persona, fe en Cristo como Mesías y comoDios.

El preparar temas semejantes es sumamentefácil: basta tomar un comentario amplio y con-vertir en preguntas lo que el comentario discutecomo problemas. La tarea puede comenzar con los

(5) "Catholic Biblical Quarterly", 17 (1955), pág. 154.Ch. P. Ceroke: The Bible goes to the summer School.

evangelios, después podría pasar a San Pablo. Enlas epístolas paulinas se ha de empezar tambiéncon textos concretos, con textos comparados porsu semejanza o contraposición; es importante pro-vocar esta inicial tensión problemática, y formu-lar preguntas concretas que inciten al análisis ya la reflexión. Para remontarse a visiones doc-trinales más amplias, el profesor recurrirá a al-guna teología de San Pablo (Prat, Bonsirven). Siel profesor es especialista, podth tomar perícopasen que se manejan conceptos fundamentales, ydesde ellos abrir la mirada a la riqueza doctrinalque ofrece el diccionario teglógico (ThWbNT) (6) ;esto requiere una preparación particular en elprofesor y entrenamiento en los alumnos ; no sir-ve para comenzar.

6. Los CURSOS UNIVERSITARIOS.

Toda la disciplina bíblica se suele dividir en cua-tro apartados: 1, Cuestiones introductorias ge-nerales. 2, Introducciones especiales a cada libro.3, Exégesis. 4, Teología bíblica.

¿Cuál es el apartado más oportuno para clasesuniversitarias?

Poseemos en castellano dos introducciones ge-nerales: la de Gil Ulecia y la de Perella, traduci-da por Simón Prado, CSSR. Ambas son de tipotécnico. Como sus problemas son genéricos, enuna clase universitaria fácilmentte se hacen abs-tractos y poco interesantes.

La introducción general del benedictino de Beu-ron, P. Schildenberger, es de estilo muy diver-so (7). Maneja continuamente datos concretos, delos que sube a consideraciones amplias. Este li-bro serviría para todo un cursillo sumamente in-teresante; pero por ahora no está traducido alcastellano.

Creo más útil escoger los puntos 2 y 3. En laintroducción particular a un libro se prepara elalumno para una lectura fructuosa. En ella con-viene dejar cuestiones muy técnicas, como el au-tor, la lengua original, el texto, teoría documen-tal, etc.; conviene tomar el marco histórico, laestructura literaria, la visión del mundo y de lahistoria. Al tratar del marco histórico es fácilsituar el libro dentro de una historia universalde la cultura. La visión del mundo, del hombre,de la historia, son una síntesis de teología par-ticular del libro. Esta introducción resulta asíuna contemplación sintética y concreta, por refe-rirse a obras literarias determinadas.

Después de la introducción al libro, se puedentomar algunas perícopas selectas: pasajes quepermitan la ascensión a principios y orientacio-nes amplias. Pasajes que sean muestra restrin-gida y abarcable de todo un libro o de todo ungénero: sea el género histórico, el profético, el

(6) El monumental diccionario teológico del nuevotestamento Theologisches Wörterbuch zum Neuen Testa-ment, todavía no concluido, es una obra realizada porprofesores protestantes. Gran parte de su informaciónes de carácter científico neutral.

(7) Vom Geheimnis des Gotteswortes. Heidelberg,1950.

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sapiencial, los salmos, etc. Aquí la concreción estáasegurada por el tema delimitado; la eficacia estáasegurada por la selección de perícopas de anchoalcance. En un caso aprende el alumno una teoría.

El libro de P. Grelot realiza prácticamente elprograma expuesto. Consta de dos volúmenes. Elprimero, "Introduction aux Livres Saints", expo-ne en forma histórica todo el proceso del puebloescogido y de sus libros sacros ; la obra entra asíen la categoría de introducciones particulares, conlas ventajas de una visión orgánica, histórica, yde un lenguaje comprensible sin tecnicismos. Uncapítulo final expone ,brevemente los problemasque pertenecen a la Introducción general. (Tengonoticias de que el libro se está traduciendo al es-pañol.) El segundo volumen son "páginas selec-men (8).

7. ESPÍRITU DE SERENIDAD.

Sumando los cursos universitarios al preuniver-sitario, repartiendo el tiempo entre Teología yEscritura, lo que se ha podido explicar de la Bi-blia es una cantidad bien limitada. En cambio esposible y conveniente dar una formación y crearen el alumno un espíritu de serenidad, es decir,capacidad para escuchar problemas y solucionesnuevas sin escandalizarse innecesariamente. For-males no para el escándalo, sino para la edifi-cación.

Si un profesor inculca a sus alumnos universi-tarios que el libro de Ester es pura historia conpelos y seriales, está exponiendo una peregrinateoría personal ; si además insiste en que tal esla doctrina segura y católica, está desorientandoa los alumnos, formándolos para el escándalo.Porque provoca dificultades inútiles, y porque losalumnos escucharán en cualquier ocasión que unabuena parte de especialistas católicos admiten enel libro un núcleo histórico libremente elaborado.Prescindir del problema es posible en la cateque-sis y en la Historia Sagrada (aquí sería el mo-mento de comenzar con indicaciones someras, pocoproblemáticas) ; pero no es legítimo en ambientesuniversitarios.

Si el alumno leyó el libro de Job como una na-rración histórica, quizá se extrañe cuando veaplanteada la cuestión de su historicidad, y quizáse escandalice cuando se encuentre con la solu-ción negativa. El profesor de religión no puedeimponer a sus alumnos la interpretación históricadel libro de Job, ni debe escamotear la cuestión;en un clima elevado y sereno puede exponer laprobable existencia de un personaje histórico quese hace proverbial, la elaboración artificial y es-tilizada de un marco narrativo, la construcciónde un poderoso diálogo doctrinal en que se debateun eterno problema humano. Puede presentar estaexplicación como teoría frecuente entre los intér-pretes católicos actuales.

La interpretación católica del AT ha evolucio-

(8) El profesor se puede reservar el segundo volumeny hacer que los alumnos lean las paginas referidas enla edición completa de la Biblia (BAC).

nado rápidamente en cuarenta arios. Pío XII regis-tra el hecho en su encíclica "Divino afflante Spi-ritu", documento cardinal de los estudios bíbli-cos católicos. Un profesor que clausuró su forma-ción e información bíblica hace treinta o veintearios, y que pretenda exponer las teorías de en-tonces como doctrina común y segura, expone asus alumnos a un peligro serio. Hay muchas cosasque no han cambiado, unas cuantas que no cam-biarán; pero las que han cambiado son de talvolumen, que exigen una información seria yactual.

Una exposición sobria de problemas selectospuede desarrollar el espíritu de serenidad que bus-camos. Se toma, por ejemplo, el primer capítulodel Génesis, la creación del mundo en seis días;se plantea la oposición entre el texto bíblico(tal como suena) y los datos ciertos de la ciencia ;nuestra visión del mundo está garantizada por elavance de la ciencia moderna, la visión del mundoofrecida en el Génesis está garantizada por lainerrancia bíblica; ambas visiones se oponen. Elprofesor explica los intentos de concordar ambasvisiones y su fracaso ; después expone la explica-ción actual, que indaga el género literario pecu-liar del fragmento; muestra el enlace de esta so-lución con algunas expresiones de Santos Padres;el caso se toma como punto de partida para unaexposición sucinta de la teoría de los géneros li-terarios, su aplicación a la sana inteligencia deltexto inspirado, su uso ilegítimo como escapato-ria de dificultades. Cuando el alumno tropiecemás tarde con un problema semejante, conservarála serenidad de espíritu, sin turbarse ante nuevassoluciones.

Otro ejemplo podría ser el milagro del sol deJosué. El P. Lambert en un excelente artículoexpone el problema, las soluciones concordísti-cas, la solución moderna (9). No se trata de puraapologética, no hay que disimular hechos histó-ricos (Galileo), ni ensañarse contra posibles equi-vocaciones históricas. Una exposición sobria, comola de Lambert, orientará a los alumnos no sóloacerca del capítulo concreto, sino acerca de prin-cipios de ancho alcance; y creará en los espíritusuna actitud de serenidad.

Dada la separación grande entre la investiga-ción bíblica de primera mano y las creencias yopiniones de muchísimos católicos, aun cultos, esteespíritu de serenidad es sumamente recomen-dable (10).

8. CONCLUSIÓN.

No hace falta insistir en la necesidad de pre-parar con seriedad tales clases y en el tono so-brio y sereno de la exposición. La instrucción dela Comisión Bíblica (AAS, 48 [1956], 61-64), aun-que explícitamente se refiere a otros casos, con-tiene orientaciones aplicables al caso presente.

(9) G. Lambert: Josué d /a bataille de Gabaon. "Nou-velle Revue de Theologie", 76 (1954), 374-391.

(10) Puede consultarse el libro de H. Lais Problemeeiner zeitgemässen Apologetik. Viena, 1955.

UNA POLEMICA SOBRE HUMANIDADES 9

Hay problemas que no deben ser discutidos sinoen círculos de especialistas; hay soluciones re-cientes que, por falta de madurez científica, sedeben callar o presentar con cautela ; es naturalque el "escándalo" se puede provocar por los dosextremos, por la visión anticuada impuesta o porla prematura propuesta.

Según la citada instrucción, el criterio para se-leccionar los temas no ha de ser tanto la curiosi-dad, cuanto la verdadera formación religiosa.Esto no impide, antes exige una visión de proble-

mas y soluciones, en un ambiente universitario.Ya he ido indicando algunos libros y revistas

útiles para el profesor. La colección "Christushodie", iniciada con las "Cartas de la cautividad",traducción y comentario de José María GonzálezRuiz, ofrece material abundante. Orientacionesmuy útiles se encuentran en el número especialde la revista "Lumen Vitae", vol. X (1955). Muyinteresantes son los cuadernos de la "Liga delEvangelio".

LUIS ALONSO SCHÖKEL, S. J.

Una polémica sobre Humanidades *

Tópicos antihumanisticos de actualidad

A. Maillo, en REVISTA DE EDUCACIÓN, núm. 48,página 17 (Necesidad y factores de la Planifica-ción escolar) aboga porque el nivel cultural me-dio se les comunique a todos los españoles, no me-diante los bachilleratos elementales, sino median-te una Escuela Primaria Superior. Con esta Es-cuela "se evitaría —dice— la bachillerización delmillón y medio de adolescentes comprendidos en-tre los doce y los quince arios, sobre todo si su-piéramos darle una orientación eminentementepráctica y actual, donde las humanidades fueransustituidas con ventaja por el cultivo intensivode la lengua nacional (pero no, por Dios, en susaspectos técnico-científicos, sino en sus modalida-des para el uso y la aplicación viva) y el apren-dizaje efectivo (para lo cual habría que operaruna total reforma metodológica) de un idiomavivo moderno. Con un plan y un profesorado "nue-vo" podría esperarse mucho de semejantes ins-tituciones. Ya sé que se precisa no poco heroís-mo para evitar el cliché tradicional humanista,pero los tiempos no están para florituras ni paracondenar a los adolescentes a dedicar miles dehoras a estudios sólo útiles para quienes han deser latinistas y helenistas de oficio". Temiendo,sin duda, haber quedado corto, añade esta notaal pie de la página: "Tampoco sería suficiente unareforma metodológica de la enseñanza de las hu-manidades. Lo que está en crisis, por efecto dela "segunda revolución industrial" en que ya vi-vimos más o menos, no es el método, sino el con-tenido, es decir, las humanidades mismas en cuan-to herramientas para la formación de los adoles-centes, porque la temática viva que la existenciaimpone se encuentra a mil leguas de la simbolo-gía que ofrece el griego y el latín. Salvo a losprofesionales de la enseñanza de estas lenguas,

Reproducimos aquí un escrito de don Justo Vicu-ña, que fue lector de Español en Zurich, en defensa delas Humanidades clásicas, enderezado principalmentecontra algunos artículos publicados en estas mismas pá-ginas por don Adolfo Maillo. La respuesta de este alseñor Vicuña, titulada "Humanidades y Humanismo",se reproduce a continuación.

La Revista, en cuanto tal, se limita a poner ambosplanteamientos del problema ante el lector, en la espe-ranza de que esta confrontación dialéctica puede ayu-darle a juzgar por si mismo en tan debatida materia.

apenas nada dicen a todos los demás, mitos y "ha-dos", peripecias demasiado "ornamentales" en unaépoca ganada por la "productividad", la electró-nica y las reacciones nucleares. En modo algunoniego el valor "formal" de estas disciplinas, perosí debo afirmar que han dejado de ser actuales y,por otra parte, ni lejanamente compensan en fru-tos educativos el tiempo y el tedio que cuestaaprenderlas..., en la mayor parte de los casospara desembocar en una torpisima traducción conayuda de diccionario."

En esta larga cita se recogen en esencia lostópicos antihumanísticos más corrientes en nues-tro tiempo. Rebatir una por una las afirmacionesde A. Maillo, con el vigor y la extensión que elasunto admite, requeriría una serie de artículos.Pero, como el espacio que la Revista concede ami réplica es escaso, ésta ha de aparecer por ne-cesidad esmirriada. Mas es forzoso, ante todo, nocallar, pues siempre hay incautos que en últimotérmino repiten : "quien calla, otorga".

* * *

1) Cree A. Maillo que con una Escuela Pri-maria Superior se evitará la "bachillerización" (?)del millón y medio de adolescentes, comprendidosentre los doce y quince años, si se logra dar aestas enseñanzas una orientación práctica 'y ac-tual, donde el cultivo intensivo de la lengua na-cional y el aprendizaje efectivo de un idioma mo-derno, previa una total reforma metodológica ycon profesorado y planes nuevos, sustituya conventaja a las humanidades.

¿Será ventajoso sustituir el estudio de las hu-manidades por el cultivo intensivo de la lenguanacional? Si sólo pretendemos que los muchachosse adiestren en escribir para que, cuando dejenla Escuela a los doce, trece o catorce arios, pue-dan redactar, con cierta corrección, cartas, ofi-cios, notas, etc., en su oficina o negocio, nos pa-rece muy recomendable el cultivo intensivo delpropio idioma. Pero teniendo en cuenta que A.Maíllo comienza refiriéndose a muchachos de docea quince arios y termina incluyendo en sus afir-maciones a los bachilleres superiores Q, a qué vie-