La Fijación Del Punto de Encaje

7/17/2019 La Fijación Del Punto de Encaje

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LA FIJACIÓN DEL PUNTO DE ENCAJE

Ya que nuestro acuerdo era discutir acerca del ensueño únicamente cuando don Juan loconsiderara necesario, yo raramente lo interrogaba al respecto, y si lo hacía nunca insistí en

continuar con mis preguntas después de cierto punto. Cada vez que él decidía hablar del tema, yo estaba, sin embargo, siempre preparado, aunque sus discusiones invariablemente iban aunadas a otros t!picos de sus enseñanzas, y siempre eran presentadas r"pida y abruptamente.

#na vez, en su casa, durante una conversaci!n no relacionada con el ensueño, don Juancoment! que los bru$os antiguos mediante sus contactos con los seres inorg"nicos adquirieronuna enorme e%periencia en el mane$o del punto de enca$e& un tema que clasi'ic! como inmenso y ne'asto.

(nmediatamente aproveché la oportunidad y le pregunté en qué época él calculaba que vivieron los bru$os antiguos. )n varias oportunidades anteriores, ya le había hecho la mismapregunta, pero nunca me dio una respuesta satis'actoria. )sta vez, ya que era él quien había

abierto la discusi!n, yo con'iaba que se vería obligado a contestarme.

)se es un tema muy di'ícil di$o. *u tono de voz me hizo pensar que estaba descartando mipregunta. +e quedé muy sorprendido cuando continu! hablando. )s un tema tan abrumadorpara la raz!n como el de los seres inorg"nicos. or cierto, -qué es lo que piensas de ellos ahora

/e de$ado mis opiniones totalmente de lado le di$e. 0o me puedo dar el lu$o de pensar enellos ni de un modo ni de otro.

+i respuesta lo deleit!. *e ri! y coment! acerca de sus propios miedos y aversiones a los seresinorg"nicos.

0unca han sido santos de mi devoci!n di$o. or supuesto que la raz!n principal 'ue el miedo

que les tenía. 0o 'ui capaz de vencerlo cuando lo debería haber hecho, ahora es muy tarde.

-1odavía les tiene miedo, hoy en día, don Juan

2o que siento no es e%actamente miedo, es m"s bien repugnancia. 0o quiero tener nada que ver con ellos.

-/ay alguna raz!n, en particular, para que sienta usted esa repugnancia

2a me$or raz!n del mundo3 somos antitéticos. 4 ellos les encanta la esclavitud y a mi lalibertad. 4 ellos les encanta comprar pero yo no vendo.

+e puse ine%plicablemente agitado, y le di$e bruscamente que nuestra conversaci!n meparecía tan estra'alaria que yo no podía tomarla en serio.

+e mir! 'i$amente y di$o sonriendo3

2o me$or que uno puede hacer con los seres inorg"nicos es lo que tú haces3 negar sue%istencia y al mismo tiempo visitarlos, regularmente, sosteniendo que uno est" ensoñando, y que en los ensueños todo es posible. 5e esta 'orma uno no se compromete.

+e sentí culpable y me vi obligado a preguntar3

-4 qué se re'iere usted, don Juan

4 tus visitas a los seres inorg"nicos me contest! secamente.



-)st" usted bromeando, no -Cu"les visitas

4ún no quería discutir esto, pero creo que es hora de que te lo diga& la voz que oías en tussueños, urgiéndote a que 'i$aras tu atenci!n de ensueño en los ob$etos de tus sueños era la vozde un ser inorg"nico.

0o cabía duda de que don Juan estaba diciendo disparates. +e sentí tan irritado con él quehasta le grité. *e ri! de mí como si hubiera sido yo el disparatado y me pidi! que le contara todoacerca de lo que llam! mis 6sesiones irregulares6. *u pedido me asombr! sobremanera porqueno le había contado a nadie que a veces mis ensueños se tornaban ins!litos. 2a sesi!n irregularcomenzaba cuando mi atenci!n de ensueño era poderosamente atraída por cualquier ob$eto demis ensueños, pero eso, en lugar de hacerme cambiar de ensueño, como debería, me empu$aba auna dimensi!n totalmente desconocida. #na dimensi!n en la cual remontaba yo el vuelo,dirigido por una 'uerza invisible que me hacía dar vuelta tras vuelta. *iempre al despertarme deuno de esos ensueños, yo seguía retorciéndome en la cama, por un largo rato, antes de estarcompletamente consciente.

)sos son auténticos encuentros con tus amigos, los seres inorg"nicos coment! don Juan.

*us aseveraciones me provocaron tal malestar que hasta olvidé mi pregunta acerca de los bru$os antiguos. 5on Juan, por su cuenta, volvi! a ella.

+i idea es que los bru$os antiguos e%istieron hace quiz" diez mil años di$o sonriendo y observando mi reacci!n.

7as"ndome en datos arqueol!gicos actuales sobre la emigraci!n de las tribus n!madasasi"ticas a las 4méricas, le di$e que diez mil años era una 'echa irrazonable.

1ú tienes tu conocimiento, y yo tengo el mío di$o. )l mío es que los bru$os antiguos rigieronpor cuatro mil años. /ace tres mil años, se 'ueron a pique. Y desde entonces, los nuevos bru$oshan estado reagrupando y reconstruyendo lo que qued! de los antiguos.

-C!mo puede usted estar tan seguro de sus 'echas pregunté.

-C!mo puedes tú estar tan seguro de las tuyas replic!.

2e di$e que los arque!logos tienen métodos in'alibles para establecer las edades de las culturasdel pasado. Y él me asegur! una vez m"s que los bru$os también tenían sus propios métodosin'alibles.

0o estoy tratando ni de llevarte la contraria ni de pelearme contigo continu!, pero muy pronto vas a tener la oportunidad de preguntarle esto mismo a alguien que lo sabe con absolutacerteza.

0adie puede saber esto con absoluta certeza, don Juan.

*í se puede, y eso es otra de esas cosas de bru$os que son imposibles de creer. /ay alguien quepuede veri'icar todo esto. 4lgún día conocer"s a esa persona.

8amos, don Juan, usted tiene que estar bromeando. -9uién podría veri'icar lo que sucedi!hace tantos miles de años

+uy sencillo, uno de los bru$os antiguos de los cuales hemos estado hablando. )l mismo que yo conocí. :l es quien me di$o todo lo que sé acerca de los bru$os de la antig;edad. )spero quesiempre recuerdes lo que te voy a contar acerca de ese hombre. :l es alguien a quien est"sobligado a conocer, porque es la clave de muchos de nuestros asuntos.



5on Juan me escudriñ! por largo rato, y luego me acus! de no haberle creído una sola palabrade lo que me había dicho acerca de los bru$os antiguos. 4dmití que en mi estado cotidiano deconciencia, naturalmente, no le había creído una sola palabra. *us historias me parecíanhistorias descabelladas. )n la segunda atenci!n, tampoco le creí, aunque ahí debería habertenido una reacci!n di'erente.

*e vuelven historias descabelladas, únicamente cuando te pones a e%aminarlas como si 'ueraneventos del mundo diario remarc!. *i no involucraras tu sentido común, todo esto seríaestrictamente una cuesti!n de energía.

-or qué di$o usted, don Juan, que estoy obligado a conocer a uno de esos antiguos

orque es imperativo& es vital que los conozcas algún día. or ahora, simplemente dé$ame quete cuente otra historia traída de los cabellos acerca de uno de los naguales de mi línea, el nagual*ebasti"n.

5on Juan di$o que a principios del siglo dieciocho, el nagual *ebasti"n era el sacrist"n en unaiglesia del sur de +é%ico. <ecalc! c!mo los bru$os, del pasado o del presente, han buscado y han

encontrado re'ugio en instituciones establecidas, tal como la (glesia. )%plic! que el soberbiosentido de disciplina que los bru$os poseen los convierte en empleados dignos de con'ianza,codiciados por instituciones que constantemente tienen e%trema necesidad de tales personas& y siempre y cuando nadie se entere de que son bru$os, sus pr"cticas mismas los hacen aparecercomo traba$adores modelo.

#na tarde mientras *ebasti"n estaba cumpliendo con sus tareas de sacrist"n, un indio deaspecto raro entr! en la iglesia& era vie$o y parecía estar en'ermo. Con voz débil, le pidi! ayuda a*ebasti"n. )l nagual pens! que el hombre debería hablar con el cura de la parroquia. /aciendoun gran es'uerzo, el hombre se dirigi! al nagual y en un tono "spero y directo le di$o que sabíaque *ebasti"n era no solamente un bru$o, sino un nagual.

*ebasti"n, bastante alarmado por el repentino giro de los acontecimientos, llev! al indio hacia

un lado, m"s privado, y lo recrimin! por su osadía. )l hombre le contest! que estaba ahí paraobtener ayuda, no para dar o pedir disculpas. 0ecesitaba la energía del nagual para mantener su vida, la cual, le asegur! a *ebasti"n, había durado miles de años, pero en ese momento sedesvanecía.

*ebasti"n, quien era un hombre muy inteligente, no se encontraba dispuesto a escuchar talesdisparates& instig! al vie$o indio a que se de$ara de tonterías. )l indio se eno$! y lo amenaz! condelatarlo a él y a su grupo a las autoridades eclesi"sticas, a menos que accediera a su pedido.

5on Juan me record! que en esos tiempos, las autoridades eclesi"sticas erradicaban brutal y sistem"ticamente las pr"cticas religiosas aut!ctonas de los indios del 0uevo +undo. 2aamenaza del indio no era algo que *ebasti"n pudiera tomar a la ligera& el nagual y su grupo

realmente se hallaban en peligro mortal. *ebasti"n le pregunt! al indio c!mo podría darleenergía. )l hombre e%plic! que los naguales almacenan en sus cuerpos una peculiar energíaproducto de su disciplina, y que él era capaz de sacarla a través de un centro energético quetodos nosotros tenemos en la regi!n umbilical. 2e asegur! a *ebasti"n que no sentiría doloralguno y que, a cambio de su energía, podría no s!lo continuar sano y salvo con sus actividades,sino que también obtendría un regalo de poder.

4l nagual *ebasti"n no le cay! nada bien el haber entrado en tratos con ese indio, pero elhombre 'ue in'le%ible y no le de$! otra salida m"s que cumplir con sus deseos. 5on Juan coment! que el indio no estaba en lo absoluto e%agerando acerca de lo que a'irm!. 8erdaderamente erauno de los bru$os de la antig;edad, conocidos como los desafiantes de la muerte. 4parentemente, había sobrevivido hasta el presente, por medio de maniobras que s!lo él podía realizar.

2o que aconteci! entre *ebasti"n y aquel hombre se convirti! en la base de un acuerdo que lig!a los seis naguales que siguieron a *ebasti"n. )l desa'iante de la muerte mantuvo su palabra3 a



cambio de la energía que obtuvo de cada uno de esos hombres, les hizo a cada uno de ellos unadonaci!n, un regalo de poder. *ebasti"n 'ue el primero en recibirlo aunque con desagrado.1odos los dem"s naguales, por el contrario, aceptaron gustosamente sus regalos.

5on Juan concluy! su historia diciendo que los naguales de su línea cumplieron con eseconvenio por m"s de doscientos años, creando así una relaci!n simbi!tica que cambi! el curso y

el ob$etivo 'inal de su lina$e, y que, con el transcurso del tiempo, el desa'iante de la muerte lleg!a ser conocido como elinquilino.

5on Juan no e%plic! nada m"s acerca de esta historia, pero me quedé con una e%trañasensaci!n de veracidad que me molest! m"s de lo que yo pudiera haber imaginado.

-C!mo pudo ese hombre sobrevivir por tanto tiempo le pregunté.

0adie lo sabe contest!. 1odo lo que sabemos de él, por generaciones, es lo que él nos dice. )ldesa'iante de la muerte es a quien le pregunté sobre los bru$os de la antig;edad, y es él quien medi$o que llegaron a su 'inal hace tres mil años.

-)st" usted seguro de que le estaba diciendo la verdad le pregunté.5on Juan me mir! con o$os de asombro.

Cuando uno est" allí 'rente a ese inconcebible desconocido di$o, señalando a su alrededor,uno no se sale con mentiras pinches. )sas mentiras son para la gente que no sabe, lo que est"all" esper"ndonos.

-9ué es lo que nos est" esperando, don Juan

*u respuesta, al parecer una 'rase ino'ensiva, se me hizo m"s aterrorizante que unadescripci!n de algo horrendo.

2o enteramente impersonal di$o.

*e debe de haber dado cuenta de mi estado de "nimo y me hizo cambiar de niveles deconciencia, para que mi miedo se desvaneciera.

#nos meses m"s tarde, mi pr"ctica de ensueño tom! un giro inusitado. )n mis ensueños,empecé a obtener respuestas a preguntas que estaba planeando hacerle a don Juan. 2o m"s rarode esta e%traña situaci!n 'ue que en un santiamén me empez! a ocurrir lo mismo cuando estabadespierto. #n día recibí respuesta a una pregunta acerca de la realidad de los seres inorg"nicos.2os había ensoñado tantas veces que empecé a creer que realmente e%istían. 1enía muy encuenta el haber tocado a uno de ellos, en ese estado de conciencia seminormal, en el desierto de*onora. 4dem"s, en mis ensueños peri!dicamente entraba en mundos que yo seriamente

dudaba 'ueran producto de mi imaginaci!n. or ello, quería hacerle a don Juan una preguntaconcisa. 2a 'ormulé en mi mente3 -si los seres inorg"nicos son reales, en qué parte del universoest" el reino donde ellos e%isten

5espués de repetir la pregunta en mi mente, escuché una risa e%traña, igual a la que habíaescuchado el día que 'orce$eé con el ser inorg"nico. 2uego, una voz de hombre me contest!3

)se reino e%iste en una posici!n particular del punto de enca$e. 5e la misma 'orma en que tumundo e%iste en la posici!n habitual del punto de enca$e.

2o que menos quería era entablar un di"logo con una voz incorp!rea. +e levanté de un saltode donde estaba sentado y salí corriendo 'uera de la casa. ensé que me estaba volviendo loco.#na preocupaci!n m"s que añadir a mi colecci!n de preocupaciones.



2a voz 'ue tan clara y autoritaria, que no solamente me intrig! sino que me aterroriz!. )sperécon nerviosismo total el pr!%imo asalto de esa voz, pero eso nunca se repiti!. )n la primeraoportunidad que tuve, consulté con don Juan.

0o qued! en lo m"s mínimo impresionado.

5ebes entender, de una vez por todas, que cosas como ésta son muy normales en la vida de un bru$o di$o. 0o est"s enloqueciendo& simplemente oíste la voz del emisario del ensueño. 4lcruzar la primera o la segunda compuerta del ensueño, los ensoñadores llegan a una 'uenteuniversal de energía y empiezan a ver cosas o a escuchar voces. <ealmente no son voces, es unasola voz. 2os bru$os la llaman la voz del emisario de ensueño.

-9ué es el emisario de ensueño .

#na carga de energía di'erente a la nuestra. )s una energía 'orastera que pretende ayudar alos ensoñadores diciéndoles cosas. )l problema con el emisario de ensueños es que únicamentepuede decirles a los bru$os lo que ellos ya saben o deberían saber, si realmente 'ueran bru$os que valen la pena.

)l que me diga usted que es una carga de energía no me ayuda en absoluto, don Juan. -9uéclase de energía -7enigna, maligna, o qué

)s simplemente lo que te di$e, una energía di'erente de la nuestra. #na 'uerza impersonal,que nosotros convertimos en algo muy personal, por el hecho de que tiene voz. 4lgunos bru$os $uran que les aconse$a. /asta la ven. =, como tú, simplemente la oyen como una voz de hombreo de mu$er. #na voz que les describe situaciones del momento. 2a mayoría de las veces los bru$os toman estas descripciones err!neamente como conse$os sagrados.

-or qué se llega a oír a esa energía como una voz

2os ensoñadores oyen o ven al emisario, cuando tienen su'iciente energía para mantener sus

puntos de enca$e 'i$os en una nueva posici!n especí'ica& mientras m"s intensa es esta 'i$aci!n,m"s intensa la e%periencia del emisario. >1en cuidado? 4 lo me$or un día lo ves o lo sientes comouna mu$er desnuda.

5on Juan se ri! de su propio comentario, pero yo estaba demasiado asustado para'rivolidades.

-)s esta 'uerza capaz de materializarse pregunté.

or supuesto contest!. Y todo depende de cu"n 'i$o esté el punto de enca$e. *in embargo, sise mantiene cierto grado de desapego, nada sucede. )l emisario permanece como lo que es3 una'uerza impersonal que actúa con nosotros debido a la 'i$aci!n de nuestros puntos de enca$e.

-)s el conse$o del emisario algo que se puede tomar en serio

0ada de lo que dice es conse$o. @nicamente describe lo que est" 'rente a uno. 2asconclusiones son nuestras propias deducciones.

2e di$e a don Juan lo que la voz me había dicho.

Ya ves, es e%actamente lo que te di$e recalc!. )l emisario no te di$o nada nuevo. *usaseveraciones 'ueron correctas, pero únicamente parecía que te estaba revelando algo nuevo. 2oque el emisario hizo 'ue meramente repetirte lo que tú ya sabías.

2o siento mucho, don Juan, pero no puedo decir que yo sabía todo eso.



*í, puedes decirlo. 1ú sabes ahora in'initamente m"s de lo que racionalmente sospechasacerca del misterio del universo. ero esa es la dolencia del género humano3 saber m"s de lo quesospechamos acerca del misterio del universo.

4 pesar de todo lo que di$o don Juan, el haber e%perimentado el increíble 'en!meno de la vozdel emisario, por mi propia cuenta, me caus! una tremenda eu'oria. 5urante otra discusi!n

sobre el ensueño, aproveché la oportunidad y le pregunté a don Juan si él también lo oía comouna voz.

Con una amplia sonrisa di$o3

*í, sí, el emisario me habla. )n mi $uventud lo veía como un 'raile con capuch!n negro que mehacía medio morir de miedo cada vez que me hablaba. Cuando mi miedo disminuy!, se convirti!en una voz incorp!rea, la cual me habla hasta hoy en día.

-9ué le dice a usted, don Juan

+e habla de las cosas en que en'oco mi atenci!n& cosas que no me tomo la molestia de

averiguar por mi mismo. Como por e$emplo, detalles sobre el comportamiento de misaprendices. 2o que hacen cuando yo no estoy con ellos. +e dice cosas de ti, en particular. )lemisario me dice todo lo que haces.

)n ese momento, realmente perdí el interés de continuar nuestra conversaci!n. 7usqué'renéticamente en mi mente preguntas sobre otros temas, mientras que él se reía a carca$adas.

-)s el emisario de ensueños un ser inorg"nico le pregunté.

5igamos que el emisario de ensueños es una 'uerza que viene del reino de los seresinorg"nicos. )sa es la raz!n por la cual los ensoñadores siempre la encuentran. 1odos la oyen,son muy pocos los que la ven o la sienten.

-1iene usted alguna e%plicaci!n para esto

0o. 4dem"s, realmente no tengo ningún interés en el emisario. )n un determinado momentode mi vida tuve que decidir entre concentrarme en los seres inorg"nicos y seguir los pasos de los bru$os antiguos, o renunciar a todo eso. +i maestro, el nagual Juli"n, me ayud! a rechazar todoeso. 0unca me he arrepentido de esa decisi!n.

-Cree usted que yo también debería rechazar todo esto, don Juan

)n lugar de contestarme, me e%plic! que el reino entero de los seres inorg"nicos est" siempredispuesto a enseñar. 5i$o que quiz" debido a que los seres inorg"nicos tienen una conciencia deser m"s pro'unda que la nuestra se sienten obligados a tomarnos ba$o su tutela.

Yo no encontré ninguna raz!n para convertirme en su alumno añadi!. )l precio de suinstrucci!n es demasiado caro.

-Cu"l es su precio

0uestras vidas, nuestra energía. 5emandan total devoci!n hacia ellos. )n otras palabras, nosroban la libertad.

-ero, qué es lo que ellos enseñan

Cosas que atañen a su mundo. 5el mismo modo que nosotros les enseñaríamos, si 'uéramoscapaces de enseñarles, cosas que atañen a nuestro mundo. *u método es tomar nuestro ser

b"sico como medida de lo que necesitamos, y de acuerdo a eso enseñarnos. >#n métodosumamente peligroso?



0o veo por qué pueda ser peligroso.

*i alguien va a tomar a tu ser b"sico como medida, con todos tus vicios, tus miedos y avaricia y envidias, y toda tu porquería, y va a enseñarte lo que satis'aga a ese desastroso estado de ser,-cu"l crees que sea el resultado

0o tuve nada que responder. ensé que había comprendido per'ectamente bien.

)l problema de los bru$os de la antig;edad es que aprendieron cosas maravillosas, pero sobrelas bases de una inconciencia de ser sin enmendar prosigui! don Juan. 2os seres inorg"nicosrealizaban las acciones pr"cticas necesarias para lograr una u otra cosa y así con e$emplosguiaban a los bru$os antiguos paso a paso a copiar esas acciones, sin que cambiaran en absolutonada de su naturaleza b"sica.

-1odavía e%iste esta clase de relaciones con los seres inorg"nicos hoy en día

0o te puedo contestar eso con certeza. 2o único que me cabe decir es que yo no puedoconcebir una relaci!n de ese tipo. 2o que hace es disminuir nuestro apego a la libertad, al consu

mir toda nuestra energía disponible. ara poder realmente seguir el e$emplo de sus aliados, los bru$os de la antig;edad tuvieron que pasarse la vida entera en el reino de los seres inorg"nicos.2a cantidad de energía necesaria para lograr eso es asombrosa.

-9uiere usted decir, don Juan, que los bru$os antiguos eran capaces de e%istir en esos reinosde la misma 'orma en que nosotros e%istimos aquí

0o e%actamente como nosotros e%istimos aquí, pero ciertamente vivían ahí, y retenían suconciencia y su individualidad. ara ellos el emisario de ensueño 'ue una entidad vital, porquees el puente per'ecto& habla, y su tendencia es enseñar, guiar.

-/a estado usted, en ese reino, don Juan

(nnumerables veces. 4l igual que tú. ero no tiene ningún caso hablar de esto ahora. 1odavíano has recordado toda tu atenci!n de ensueño. Ya hablaremos sobre ese reino uno de estos días.

4 mi parecer, don Juan, a usted ni le gusta ni aprueba al emisario.

0i lo apruebo ni me gusta. ertenece a otra modalidad, la de los bru$os antiguos. 4dem"s, ennuestro mundo, sus enseñanzas y su guía son disparates. Y por esos disparates, el emisario noscobra enormidades en términos de energía. 4lgún día estar"s de acuerdo conmigo. Ya lo ver"s.

)n el tono de sus palabras, pude captar la velada implicaci!n de que yo no coincidía con él enlo que al emisario se re'ería. )staba a punto de arg;ir que eso era un error de su parte, cuandoescuché la voz del emisario en mis oídos.

:l tiene raz!n di$o la voz. Yo te caigo bien porque no encuentras nada malo en el hecho dee%plorar todas las posibilidades. 1ú est"s en pos de conocimiento& el conocimiento es poder. 1úno quieres meramente la seguridad de tus rutinas y las creencias de tu mundo.

)l emisario di$o todo esto en inglés, con un marcado acento de la costa del aci'ico. 5espuéscambi! a español. 0oté un tenue acento argentino. 0unca había escuchado hablar al emi sario deesta manera. +e 'ascin!. )l emisario me habl! de logros, de sabiduría, de cu"n le$os meencontraba de mi lugar natal& de mi ansia de aventura y de mi obsesi!n con nuevos horizontes.2a voz hasta me habl! en portugués, con una de'inida in'le%i!n de las pampas del sur.

)scuchar a esa voz, llen"ndome de halagos, al 'inal no solamente me asust!, me asque!. 2edi$e a don Juan ahí mismo que tenía que de$ar de ensoñar. +e mir! sorprendido, pero cuando le

repetí todo lo que había escuchado, accedi!, aunque d"ndome la impresi!n de que únicamentelo hacía para apaciguarme.



#nas semanas m"s tarde, con m"s calma, me pareci! que mi reacci!n 'ue un poco emocional y,por lo tanto, err!nea mi decisi!n de parar mi entrenamiento. <egresé, por mi cuenta, a mispr"cticas de ensueño. 0o le consulté a don Juan, pero estaba seguro que de algún modo élestaba al tanto de mi vuelta.

#na de las veces que lo 'ui a visitar, muy inesperadamente empez! a hablar sobre los sueños.

)l mero hecho de que no nos hayan enseñado a tomar a los sueños como un genuino campode e%ploraci!n, no quiere decir que no lo sean comenz!. 2os sueños son analizados por susigni'icado, o son considerados como indicaciones pro'éticas, pero nunca son valorados comoun reino de eventos reales.

65e acuerdo a lo que sé, solamente los bru$os antiguos hicieron eso don Juan prosigui!, peroal 'inal lo echaron todo a perder. *u ambici!n los ceg! y cuando llegaron a una encruci$adacrucial, tomaron el camino equivocado. *e en'ocaron en una sola maniobra3 la 'i$aci!n del puntode enca$e en las miles de posiciones que puede adoptar.

5on Juan di$o que lo asombraba el hecho de que, a todas las cosas maravillosas que los bru$os

antiguos aprendieron e%plorando esas millares de posiciones, el arte del ensueño y el arte delacecho eran lo único que quedaba hoy en día. <eiter! que el arte del ensueño tiene que ver conel desplazamiento del punto de enca$e& y de'ini! al acecho como el arte de la 'i$aci!n del puntode enca$e en cualquier posici!n a la cual se haya desplazado.

Ai$ar el punto de enca$e en una de las posiciones signi'ica adquirir cohesi!n di$o. )so es loque has estado haciendo en tus pr"cticas de ensueño3 adquirir cohesi!n.

Yo creía que estaba per'eccionando mi cuerpo de ensueño le di$e, sorprendido por su cambiode én'asis.

)st"s adquiriendo cohesi!n insisti!. )l ensueño hace que eso ocurra al 'orzar a losensoñadores a 'i$ar el punto de enca$e. 2a atenci!n de ensueño, el cuerpo energético, la segunda

atenci!n, la relaci!n con los seres inorg"nicos y el emisario, son todos productos de la 'i$aci!ndel punto de enca$e en di'erentes posiciones de ensueño.

-9ué es una posici!n de ensueño, don Juan

#na nueva posici!n a la que el punto de enca$e ha sido desplazado durante el sueño.

-C!mo es que 'i$amos el punto de enca$e en una posici!n de ensueño

*osteniendo la vista de cualquier ob$eto en los ensueños, o cambiando de ensueño a voluntad.Con tus pr"cticas de ensueño est"s realmente e$ercitando tu capacidad de cohesi!n& esto quieredecir que est"s e$ercitando tu capacidad de sostener una nueva 'orma energética, al mantener el

punto de enca$e 'i$o en la posici!n que adopta con el ensueño.-<ealmente mantengo otra 'orma energética, don Juan

0o e%actamente, y no porque no puedas, sino simplemente porque est"s empezando pordesplazar tu punto de enca$e dentro del huevo luminoso, en lugar de moverlo 'uera de él. 2oscambios del punto de enca$e causan pequeñas trans'ormaciones, las cuales pr"cticamente no senotan. )l reto de tales cambios es que son tan pequeños y tan numerosos que mantenercohesi!n en todos ellos es un verdadero triun'o.

-C!mo podemos saber que mantenemos la cohesi!n

2o sabemos por la claridad de nuestra percepci!n. Cuanto m"s clara sea la visi!n de nuestros

ensueños, mayor es nuestra cohesi!n.



5i$o que ya era hora de que yo aplicara en la pr"ctica lo que había aprendido en mis ensueños.*in darme tiempo a preguntar nada, me pidi! que en'ocara mi atenci!n, como si estuvieraensoñando, en el 'olla$e de un "rbol del desierto que creía cerca de ahí3 un mezquite.

-9uiere usted que lo mire 'i$amente le pregunté.

0o quiero que lo mires 'i$amente& quiero que hagas algo muy especial con ese 'olla$e di$o. 4cuérdate de que en tus ensueños, una vez que eres capaz de sostener la vista en cualquierob$eto, est"s realmente sosteniendo una nueva posici!n de ensueño. 4hora, mira 'i$amente aesas ho$as, como si estuvieras en un ensueño, con una muy signi'icativa variaci!n3 vas a sostenertu atenci!n de ensueño en las ho$as de ese mezquite, en la conciencia de ser del mundocotidiano.

+i nerviosidad me hizo imposible seguir el hilo de sus instrucciones. +e e%plic!pacientemente que al mirar 'i$amente al 'olla$e, se llevaría a cabo un diminuto desplazamientode mi punto de enca$e. 2uego, al entrar en mi atenci!n de ensueño, a consecuencia de mirar'i$amente a cada ho$a, lo que yo haría es 'i$ar ese diminuto desplazamiento, y al hacerlo micohesi!n me haría percibir en términos de la segunda atenci!n. 4ñadi!, riéndose, que el proceso

era ridículo de tan simple que era.5on Juan tenía raz!n. 1odo lo que necesité 'ue en'ocar y mantener mi atenci!n en las ho$as, y

en un instante, 'ui atraído por una sensaci!n de v!rtice, como en mis ensueños. )l 'olla$e delmezquite se convirti! en un universo de datos sensoriales& 'ue como si el 'olla$e me hubieseengullido. *i tocaba las ho$as, podía realmente sentirlas. 1ambién podía olerlas. +i atenci!n deensueño era multisensorial, en lugar de ser únicamente visual, como en mis ensueños diarios.

2o que empez! con 'i$ar la vista en el 'olla$e del mezquite se convirti! en un ensueño. Creí queme encontraba en un "rbol irreal, como me había encontrado en "rboles de incontablesensueños. Y, naturalmente, me comporté en ese "rbol irreal como había aprendido acomportarme en mis ensueños& me moví de ob$eto en ob$eto, atraído por la 'uerza de un v!rticeque se 'ormaba en cualquier parte del "rbol en la cual en'ocara mi multisensorial atenci!n de

ensueño. )stos v!rtices se 'ormaban no s!lo al 'i$ar mi vista, sino también al tocar cualquiercosa, con cualquier parte de mi cuerpo.

)n un momento dado tuve un ataque de dudas racionales. Comencé a preguntarme si seríaposible que me hallara 'ísicamente subido al mezquite en un estado de con'usi!n, abrazando lasho$as y perdido en el 'olla$e sin saber lo que hacía. = quiz" me había quedado dormido,hipnotizado por el revoloteo de las ho$as en el viento, y estaba ensoñando. ero, al igual de loque me ocurría en ensueños, mis preguntas 'ueron tan 'ugaces que duraron s!lo un instante, y luego la 'uerza de lo que estaba sucediendo las anul! por completo.

#n repentino movimiento a mi alrededor sacudi! todo, y me hizo virtualmente emerger de laho$arasca como si me hubiera desprendido de la atracci!n magnética del "rbol. +e encontré

entonces mirando a un inmenso horizonte, desde un terreno elevado. +e rodeaban oscurasmontañas y verde vegetaci!n. =tro empell!n de energía me deposit! en otro lugar. Brbolesenormes se asomaban por todos lados en 'orma amenazadora. )ran m"s grandes que los pinosde los estados de =regon y ashington. 0unca $am"s había yo visto un bosque como ese. )lpanorama era de tal contraste con la aridez del desierto de *onora que no me qued! ningunaduda de que estaba ensoñando.

+e en'oqué en esa e%traordinaria visi!n con temor de salir prematuramente de ella. *abía queera en realidad un ensueño, y que una vez que agotara mi atenci!n de ensueño, saldría de él.ero las im"genes duraron, aun cuando calculé que ya había agotado mi atenci!n de ensueño.2o que dio lugar a que cruzara por mi mente un pensamiento aterrador3 -y si este no 'uera unensueño, ni tampoco el mundo cotidiano

4sustado, de la misma 'orma que un animal debe de e%perimentar el susto, regresé a laho$arasca de la cual había emergido. )l ímpetu de mi retroceso me empu$! de un e%tremo a otro



del 'olla$e, y me $al! 'uera del "rbol& en un abrir y cerrar de o$os estaba parado $unto a don Juan,en la puerta de su casa, en el desierto de *onora.

(nmediatamente tomé conciencia de que había entrado en un estado en el que podía pensarcoherentemente, pero no podía hablar. 5on Juan me inst! a que no me preocupara& di$o quenuestra 'acultad del habla es e%tremadamente 'r"gil, y que los ataques de mudez eran comunes

entre los bru$os que se aventuraban m"s all" de los límites de la percepci!n normal.

+i primera impresi!n 'ue que don Juan sentía l"stima por mí. ero la voz del emisario deensueño di$o claramente en ese instante que en unas horas, después de dormir, estaría yo per'ectamente bien.

4l despertarme, y a petici!n de don Juan, le describí lo que había visto y hecho. +e advirti!que no me 'iara de mi racionalidad para comprender mi e%periencia, no porque estuviera deninguna 'orma per$udicada, sino porque lo sucedido era un 'en!meno 'uera de los límites de laraz!n.

0aturalmente, arg;í, porque así lo creía, que no podía haber nada 'uera de los límites de la

raz!n& que puede haber cosas que no estén claras, pero que tarde o temprano, la raz!n siempreencuentra una 'orma de aclararlas.

Con e%trema paciencia don Juan señal! que la raz!n, el sentido común, el buen $uicio, 'uentesde gran orgullo para nosotros, porque las consideramos consecuencia directa de nuestro valorpersonal, son meramente el resultado de la 'i$aci!n del punto de enca$e en su posici!n habitual&cuanto m"s rígido y 'i$o, m"s grande nuestra con'ianza en nosotros mismos& m"s grande nuestraidea de que podemos e%plicar lo que 'uera.

4ñadi! que el ensueño, al darnos 'luidez para entrar en otros mundos, destruye nuestra ideadel yo que sabe todo. 2lam! al ensueño una empresa de dimensiones inimaginables que, después de hacernos percibir todo lo que puede ser percibido, hace que el punto de enca$e dé unsalto 'uera del reino humano a 'in de hacernos percibir lo inconcebible.

0os encontramos, de nuevo, 'rente al tema m"s importante del mundo de los bru$os antiguos3la posici!n del punto de enca$e prosigui!. )l anatema de los bru$os antiguos, al igual que laa'licci!n de la humanidad actual.

-or qué dice usted eso, don Juan

orque ambos, la humanidad actual y los bru$os de la antig;edad son las víctimas de laposici!n del punto de enca$e. 2a humanidad, por no saber que el punto de enca$e e%iste. or nosaberlo estamos obligados a considerar a los productos de su posici!n habitual como cosas'inales e indiscutibles. Y los bru$os antiguos, por saber que el punto de enca$e e%iste y que se lepuede mane$ar con relativa 'acilidad.

65ebes evitar caer en esas dos trampas continu!. *ería realmente repugnante que te aunarasa la humanidad, como si no supieras acerca de la e%istencia del punto de enca$e. ero sería aúnm"s odioso que te aunaras a los bru$os antiguos, y mane$aras al punto de enca$e para tuganancia personal.

1odavía no entiendo, -cu"l es la cone%i!n de todo esto con la e%periencia que tuve ayer

4yer te encontrabas en otro mundo, di'erente pero real. *i me preguntas d!nde se encuentraese mundo, yo te tendré que contestar que est" en la posici!n del punto de enca$e. *i mirespuesta no tiene ningún sentido para ti, entrar"s en un enredo diab!lico.

)l argumento de don Juan era que me quedaban dos alternativas si no entendía su

proposici!n. #na era seguir la línea de la humanidad en general, lo que me llevaría a un caos3 mie%periencia me diría que otros mundos e%isten, pero mi raz!n me diría que esos mundos no



pueden e%istir. 2a otra alternativa era seguir la línea de los bru$os antiguos, en cuyo caso,autom"ticamente aceptaría la e%istencia de otros mundos, y mi avaricia me haría sostener laposici!n del punto de enca$e que crea esos mundos. )l resultado sería otro tipo de caos3 tenerque moverme 'ísicamente a mundos di'erentes del nuestro, 'orzado por e%pectativas de poder y ganancia personal.

Yo estaba demasiado aturdido para poder seguir el hilo de su razonamiento, pero sí sentía queél estaba totalmente en lo cierto. )ra un sentimiento, una certeza ancestral que yo parecía haberperdido y estar recobrando lentamente.

<egresar a mis pr"cticas de ensueño disip! todas estas tribulaciones, pero cre! otras& pore$emplo, después de escucharla diariamente, por meses, la voz del emisario de$! de ser unamolestia o un asombro y se convirti! en algo casi común y corriente para mí. Cometí tantoserrores in'luenciado por lo que me decía, que comprendí la renuencia de don Juan a tomarlo enserio. #n psicoanalista se habría muerto de gusto interpretando esa voz de acuerdo a todas lasposibles minucias de mi din"mica intrapersonal.

5on Juan mantenía inmutablemente que el emisario es una 'uerza impersonal y constante

procedente del reino de los seres inorg"nicos, por lo tanto, todos los ensoñadores lo e%perimentan, m"s o menos en los mismos términos. Y si eligen seguir lo que les dice, como si 'uera unconse$ero, son unos tontos incurables.

Yo era de'initivamente uno de ellos. 0o había manera de mantenerme impasible 'rente a unevento tan e%traordinario una voz que clara y concisamente me decía en tres idiomas datosocultos sobre cosas o personas en las cuales en'ocaba mi atenci!n. 2a única desventa$a, que notenía grandes consecuencias para mí, era que la voz y yo no est"bamos sincronizados.Deneralmente, el emisario me daba in'ormaci!n acerca de cosas, gente o eventos, cuando yahabía olvidado mi interés en ellos.

2e pregunté a don Juan acerca de esta 'alla& me di$o que tenía que ver con la rigidez de mipunto de enca$e. +e e%plic! que, habiendo sido yo criado por abuelos, estaba saturado de opi

niones e ideas de gente vie$a, y que debido a ello, yo era peligrosamente rígido. 5i$o que sumétodo de darme pociones de plantas alucin!genas, no había sido otra cosa sino un es'uerzopara sacudir mi punto de enca$e, y así permitir que tuviera un margen mínimo de 'luidez.

*i no desarrollas ese margen continu!, o te vuelves m"s rígido, o te conviertes en un bru$ohistérico, o haces las dos cosas. +i interés en contarte anécdotas de los bru$os antiguos, no espara hablar mal de ellos sino para ponerte al tanto de lo que eran. 1arde o temprano, tu puntode enca$e va a adquirir m"s 'luidez, pero no lo su'iciente como para contrarrestar tu tendencia aser como ellos3 rígido e histérico.

-C!mo puedo evitar eso, don Juan

/ay un modo. 2os bru$os lo llaman el puro entendimiento. Yo lo llamo el romance con elconocimiento. )s el impulso que los bru$os utilizan para saber, para descubrir, y para quedarse boquiabiertos de asombro y admiraci!n con lo que descubren.

5on Juan cambi! de tema, y pas! a e%plicar en mayor detalle la 'i$aci!n del punto de enca$e.5i$o que alver el punto de enca$e de los niños, oscilando constantemente y cambiando '"cilmente de lugar como movido por un temblor, los bru$os antiguos llegaron a la conclusi!n deque su posici!n habitual no es innata sino creada por los h"bitos. Viendo también, que essolamente en los adultos que éste se 'i$a en un lugar de'inido, supusieron que la ubicaci!nespecí'ica del punto de enca$e promueve una manera especí'ica de percibir. 4 consecuencia deluso, esta manera especí'ica de percibir se convierte en un sistema para la interpretaci!n dedatos sensoriales.

5on Juan señal! que para e%istir, dicho sistema, precisa de una leva general& todos nosotroslos seres humanos, al nacer, somos reclutados en él. Y nos pasamos una vida entera a$ustando



imperiosamente nuestra percepci!n para que concuerde con las demandas de este sistema. orello, tenían raz!n los bru$os antiguos al sostener que el acto de revocarlo y percibir energíadirectamente es lo que trans'orma a una persona en bru$o.

5on Juan e%pres! su admiraci!n, una y otra vez, por lo que llam! el mayor logro de nuestrasocializaci!n b"sica como seres humanos3 inmovilizar nuestro punto de enca$e en su posici!n

habitual. )%plic! que una vez que su posici!n es 'i$a, nuestra percepci!n puede ser entrenada y dirigida a interpretar lo que percibimos. 0uestro proceso de socializaci!n empieza entonces aguiarnos a percibir m"s en términos de nuestro sistema que en términos de nuestros sentidos.5on Juan aseguraba que la percepci!n humana es universalmente homogénea debido a que elpunto de enca$e de toda la raza humana est" 'i$o en el mismo sitio.

5on Juan di$o que los bru$os prueban todo esto al comprobar que lo que se percibe no tienesentido alguno cuando el punto de enca$e se ha desplazado 'uera de cierto nivel y nuevos 'ilamentos energéticos universales empiezan a ser percibidos. 2a raz!n de ello es que los nuevos'ilamentos traen nuevos datos sensoriales, que no son parte de dicho sistema.

ercibir sin nuestro sistema es, por supuesto, algo ca!tico don Juan continu!. ero por m"s

e%traño que parezca, cuando nos creemos realmente perdidos, nuestro sistema se recupera y viene a nuestro rescate, trans'ormando nuestra nueva e incomprensible percepci!n, en unmundo totalmente comprensible. )%actamente como te sucedi! cuando 'i$aste tu mirada en lasho$as del "rbol de mezquite. 1u percepci!n 'ue ca!tica. or un momento todo se te vino encima y tu sistema de interpretaci!n no 'uncion!. 5espués, el caos se aclar!, y ahí estabas3 'rente a unmundo nuevo.

0os encontramos otra vez en el mismo atascadero de antes. -)%iste realmente ese mundo -=es una mera elaboraci!n de mi mente

Ciertamente regresamos a lo mismo y la respuesta es aún la misma. )se mundo realmentee%iste en la precisa posici!n en que se encontraba tu punto de enca$e en ese momento. arapercibirlo claramente, necesitaste cohesi!n& necesitaste mantener tu punto de enca$e 'i$o en esa

nueva posici!n& lo cual hiciste. )l resultado 'ue que por un rato 'uiste capaz de percibir unmundo totalmente nuevo.

-ero, podrían otros percibir ese mismo mundo

*í, si tuvieran la uni'ormidad y cohesi!n que tenías tú en ese momento. #ni'ormidad esmantener al unísono la misma posici!n del punto de enca$e. 4cechar la percepci!n era como los bru$os antiguos llamaban al acto de adquirir uni'ormidad y cohesi!n 'uera del mundo normal.

6)l arte del acecho continu!, como ya lo di$e antes, tiene que ver con la 'i$aci!n del punto deenca$e. 4 través de la pr"ctica, los bru$os antiguos descubrieron que como es importantedesplazar el punto de enca$e, es aún de mayor importancia hacer que se quede 'i$o en su nueva

posici!n, cualquiera que ésta 'uere.)%plic! que si el punto de enca$e no se logra estabilizar, no hay 'orma posible de que podamos

percibir coherentemente. 2o que entonces percibiríamos sería un caleidoscopio de im"genesdisociadas. 5i$o que esta 'ue la raz!n por la cual los bru$os antiguos pusieron tanto én'asis en elensueño como en el acecho, y que un arte no puede e%istir sin el otro, especialmente en la clasede actividades en las cuales los bru$os antiguos estaban envueltos.

-Cu"les eran esas actividades, don Juan pregunté.

5on Juan di$o que eran actividades comple$ísimas derivadas de los desplazamientos del puntode enca$e. 2os bru$os antiguos al aprender a desplazar sus puntos de enca$e a miles de posiciones en la super'icie, o adentro de sus masas energéticas, también aprendieron a 'i$ar su punto

de enca$e en esas posiciones, para así retener su cohesi!n inde'inidamente.



2os bru$os antiguos llamaban a eso las marañas de la segunda atenci!n, o la gran aventura delo desconocido añadi!.

-Cu"l era el bene'icio de todo esto, don Juan

0o podemos hablar aquí de bene'icios. 4quí podemos únicamente hablar de resultados

'inales.

5i$o que la cohesi!n de los bru$os antiguos era tal que les permiti! llegar a ser, perceptual y 'ísicamente, todo lo que sus puntos de enca$e dictaban. odían trans'ormarse en cualquier cosadentro del inventario especi'ico que cada uno de ellos poseía. 5on Juan llamaba un inventario atodos los detalles perceptibles necesarios para convertirse, por e$emplo, en $aguares, p"$aros,insectos, etcétera, etcétera.

ara mi es muy di'ícil creer que esa trans'ormaci!n pueda ser posible le di$e.

)s posible asegur!. 0o tanto para ti o para mi, pero si para ellos. ara ellos eso no era nada.

5i$o que los bru$os antiguos tenían tan espléndida 'luidez que todo lo que necesitaban era unligero desplazamiento de su punto de enca$e, una mínima señal en su ensueño para instant"neamente acechar su percepci!n& es decir, para arreglar su cohesi!n y hacerla enca$ar en sunuevo estado de conciencia, sea ésta la de un animal, otra persona, un p"$aro, o lo que 'uera.

-ero, no es eso lo que los en'ermos mentales hacen -Crear su propia realidad pregunté.

0o, no es lo mismo di$o. 2os dementes imaginan su propia realidad, porque no tienen, en loabsoluto, un prop!sito preconcebido. 2os dementes añaden caos al caos. 2os bru$os, por elcontrario, traen orden al caos. *u prop!sito preconcebido y trascendental es liberar supercepci!n. 2os bru$os no inventan los mundos que perciben& ellos perciben energíadirectamente y luego descubren que lo que est"n percibiendo es un mundo nuevo y desconocido& un mundo que se los puede tragar enteros, porque es tan real como cualquier cosa

en nuestro mundo diario.

5on Juan me dio entonces una nueva versi!n de lo que me sucedi! en el "rbol de mezquite.5i$o que empecé por percibir directamente la energía del "rbol. )n mi nivel sub$etivo, sinembargo, yo creí que estaba ensoñando ya que utilicé el ensueño para percibir energía. 4sever!que usar el ensueño en el mundo de la vida diaria es una de las estratagemas m"s e'ectivas delos bru$os. /ace que el percibir energía directamente sea como un ensueño, en lugar de ser unae%periencia totalmente ca!tica. 2uego, cuando la percepci!n se arregla, los bru$os se encuentran'rente a un mundo nuevo. )%actamente lo que a mí me sucedi!.

2e conté acerca del pensamiento que casi no me atrevía a pensar3 que el panorama que vi noera un ensueño, ni tampoco nuestro mundo cotidiano.

0o lo era di$o. 1e lo he dicho una y otra vez, pero tú crees que estoy senil y me repito sin tonni son. *é cu"n di'ícil es para la mente aceptar que todo esto no es una idiotez de locos. >Créeme,e%isten mundos nuevos? )st"n envueltos los unos en los otros, como las capas de una cebolla. )lmundo en el cual e%istimos no es m"s que una de esas capas.

-9uiere usted decir, don Juan, que el prop!sito de sus enseñanzas es prepararme para ir aesos mundos

0o. 0o quise decir eso. 8amos a esos mundos solamente como un e$ercicio. )sos via$es sonlos antecedentes de los bru$os de ahora. /acemos el mismo tipo de ensueño que los bru$osantiguos solían hacer, pero en cierto momento, nos desviamos a un nuevo terreno. 2os bru$osantiguos pre'erían los cambios del punto de enca$e, por lo tanto siempre se encontraban en

territorios m"s o menos conocidos o predecibles. 0osotros pre'erimos los movimientos del



punto de enca$e. 2os bru$os antiguos iban en pos de lo humanamente desconocido. 0osotros buscamos lo desconocido que est" 'uera de lo humano.

0o he llegado a eso todavía, -verdad

0o, tú est"s solamente empezando. Y al empezar todo ensoñador tiene que seguir los pasos de

los bru$os antiguos. 5espués de todo, ellos 'ueron quienes inventaron el arte del ensueño.

64 ti todavía te queda mucho pan por rebanar. 4dem"s, tengo que ser e%tremadamentecuidadoso contigo, porque tu car"cter est" totalmente ligado al de los bru$os antiguos. Ya te hedicho esto muchas veces, pero siempre te las ingenias para descartarlo. 4 veces hasta pienso queuna energía de otro mundo te guía y te aconse$a, pero luego de$o a un lado esa idea, porque esosí que es algo descabellado.

-5e qué est" usted hablando, don Juan

(nconscientemente has hecho dos cosas que me preocuparon sin medida. 2a primera vez quete presté mi energía para que ensoñaras via$aste con tu cuerpo energético a un lugar 'uera de

este mundo. >Y ahí caminaste? Y luego, volviste a via$ar con tu cuerpo energético, a través delmezquite, a otro sitio 'uera de este mundo& las dos veces, partiendo desde la conciencia delmundo diario.

-or qué lo preocupa esto

)nsoñar es demasiado '"cil para ti. Y si no tenemos cuidado, esa puede ser tu perdici!n.)nsoñar así conduce a lo desconocido que aún es cuesti!n humana. Como te di$e, los bru$os dehoy se es'uerzan por alcanzar lo desconocido que ya no es cuesti!n humana.

-9ué puede ser lo desconocido que no es cuesti!n humana

+undos inconcebibles que est"n 'uera de la banda del hombre, pero que aún podemos

percibir. 2a predilecci!n de los bru$os de hoy en día es entrar en mundos 'uera del dominiohumano& mundos completamente inclusivos, no meramente entrar en el reino de los p"$aros, oen el reino de los animales, o en el reino de los seres humanos, aunque éste 'uese el reino delhombre desconocido. 1e estoy hablando de mundos como en el que vivimos& mundoscompletos, con un sin'ín de reinos.

-5!nde est"n esos mundos, don Juan -)n las di'erentes posiciones del punto de enca$e

)'ectivamente, en las di'erentes posiciones del punto de enca$e. 5igamos que los bru$os llegana esos mundos usando los movimientos del punto de enca$e, no simplemente los cambios.)ntrar en esos mundos requiere del tipo de ensueño que solamente los bru$os de ahorapractican. 2os bru$os antiguos se mantuvieron ale$ados de él, porque requiere un gran desapego

y absoluta ausencia de importancia personal. #n precio que no estuvieron dispuestos a pagar.6ara los bru$os que ensueñan hoy en día, ensoñar es la libertad de percibir mundos m"s all"

de todo lo imaginable.

-ero cu"l es el sentido de percibir todo eso

Ya me hiciste hoy la misma pregunta. /ablas como un verdadero mercachi'le. -+e va a dar buen resultado -Cu"l es el riesgo o la ganancia de mi inversi!n

60o hay manera de responder a esas preguntas. 2a mente del mercachi'le est" hecha para elcomercio. ero la libertad no puede ser una inversi!n. 2a libertad es una aventura sin 'in, en lacual arriesgamos nuestras vidas y mucho m"s, por unos momentos que no se pueden medir con

palabras o pensamientos.



0o 'ue mi intenci!n hablar como mercachi'le al hacerle esa pregunta, don Juan. 2o quequiero saber es, -cu"l podría ser la 'uerza que impulse a un per'ecto harag"n como yo para quehiciera todo esto

2a búsqueda de la libertad es la única 'uerza que yo conozco. 2ibertad de volar en ese in'inito.2ibertad de disolverse, de elevarse, de ser como la llama de una vela, que aun al en'rentarse a la

luz de un bill!n de estrellas permanece intacta, porque nunca pretendi! ser m"s de lo que es3 lallama de una vela

La Fijación Del Punto de Encaje

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