Elvira Rodríguez

Políticamente perduran las monarquías absolutas, pero es la época del Despotismo ilustrado, con la famosa consigna Todo para el pueblo, pero sin el pueblo. Los políticos ilustrados intentan reformas para separar el poder civil del poder religioso, mejorar la agricultura, impulsar la industria y modernizar la Administración.

El suceso histórico más importante es la Revolución Francesa (1789): tras ella pierde importancia en el hombre el origen de la sangre, pues ya no estará determinado por el nacimiento, sino que otras circunstancias van a ser las que condicionen la vida de cada individuo.

• La necesidad de alimento favorece el desarrollo de la agricultura, lo que impulsa la revolución industrial: grandes fábricas, innovaciones técnicas, etc.

• Paralelamente progresan el comercio y los medios de transporte.

• En esta prosperidad europea tiene importancia las colonias, proveedoras de materias primas y metales preciosos.

Comienza el siglo con una profunda crisis política tras la desaparición de la dinastía de los Austrias y su sustitución por la de los Borbones.

En economía se produjo un notable progreso, como demuestra el crecimiento de la población, aunque las condiciones de vida seguían siendo penosas.

Los ilustrados pretendieron modernizar el país, pero se encontraron con muchas resistencias. Insistieron en desarrollo económico y en las reformas educativas.

Se crearon importantes instituciones culturales: Biblioteca Nacional, Real Academia Española, Academia Sevillana de Buenas Letras, etc.

Movimiento filosófico y político característico del siglo XVIII.

Para los ilustrados, el conocimiento ha de basarse en la razón y no en causas como Dios, la tradición, las costumbres, etc. El fundamento racional del saber favorece el desarrollo científico y técnico. Descubrimientos e inventos como: la electricidad, el microscopio, telescopio, el globo, etc. Estos avances científicos , el ansia de saber y las reformas sociales tienen como fin la utilidad para todos.

Se cree que el progreso, la mejora constante de las condiciones de vida, hará posible la felicidad en la tierra misma, sin necesidad de aplazarla a paraísos religiosos. En el terreno religioso se tiende al deísmo, (creencia en un ser superior, pero no en una religión concreta) y el ateísmo.

Los principios ilustrados acaban por tener una repercusión directa en la vida social: eliminación de la esclavitud, de la servidumbre y la tortura, la condena de la guerra, la tolerancia religiosa, la igualdad de derechos, etc.

En la estética, se da el llamado Neoclasicismo según el cual también las obras de arte deben estar sujetas a la razón. En las artes predominan las líneas rectas y la composición equilibrada.

Distinción clara entre lírica, épica y dramática. Separación de tragedia y comedia. Respeto en las obras teatrales de las unidades de lugar,

tiempo y acción. Poco a poco, sin embargo, una nueva sensibilidad se

extiende entre los artistas dieciochescos, que revalorizan el individualismo, la naturaleza, el instinto y el sentimiento. Esta corriente sentimental anuncia el Romanticismo del siglo XIX.

Se pretende divulgar las ideas ilustradas o contribuir a reformar la sociedad.

Aparecen los primeros periódicos y publicaciones de revistas especialidad, la literatura por entregas, etc. Esto demuestra el crecimiento del consumo literario y la ampliación del público lector.

La prosa narrativa desaparece a principios del siglo XVIII y son pocas las novelas que se publican.

El género narrativo preferido por los ilustrados fue el ensayo, exposición escrita de intención literaria sobre muy diversos temas. Con los ensayos se pretendía defender las nuevas ideas del Siglo de las Luces.

Ensayistas ilustrados más notables:

Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro. Fue un avanzado en la defensa de las nuevas ideas ilustradas en la España de la época. En sus obras arremete contra las supersticiones y la ya agotada cultura barroca.

Ignacio Luzán. Autor de la Poética, en que se establece las normas que deben cumplir las obras que deseen ajustarse a los nuevos ideales clasicistas.

José de Cadalso y Vázquez. Cultivó poesía y teatro, destacó como prosista. En sus obras critica las costumbres (ej.: Cartas marruecas); hace sátira sobre la educación superficial y de los individuos que aparentan tener muchos conocimientos y en el fondo son unos ignorantes, (ej.: Los eruditos a la violeta), etc.

Gaspar Melchor de Jovellanos. Es el más sobresaliente. Compuso poema y alguna obra teatral, pero destacó por sus textos en prosa, en los que abordó los problemas más importantes del país y expuso sus ideas de reforma para resolverlos. Ej.: Memoria sobre espectáculos y diversiones públicas, Informe sobre la ley agraria, etc.

• Poesía más sencilla: estructuras menos complejas, los los retorcimientos sintácticos se moderan, se busca mayor ligereza rítmica.

• Poeta ilustrado más importante: Juan Meléndez Valdés.

• Los temas: la alabanza de las bellas artes; las novedades científicas y filosóficas; las ideas de reforma social; el elogio de la amistad; los ideales de virtud y fraternidad universal, (desprecio de la guerra, odio a los tiranos y condena de la tortura, etc.); el rechazo de la ociosidad, de la ignorancia y de la superstición; la condena de los vicios; la fe en el progreso y en la perfección del ser humano mediante la educación; etc.

El teatro neoclásico tuvo que ser impuesto desde el poder. Se prohibieron los autos sacramentales y poco a poco fueron las obras ilustradas ocupando las carteleras teatrales.

El género dramático de mayor aceptación popular fue el sainete.

El sainete es una pieza breve de carácter cómico que se representaban entre los entreactos de las obras mayores. El autor más destacado: Ramón de la Cruz.

Las tragedias se escribieron pocas y no tuvieron mucha aceptación.

La comedia de buenas costumbres no alcanzó tampoco el éxito esperado.