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Aunque algunos de los elementos recreados en el Plan Director de la mu- ralla llaman la atención y generan cier- tas críticas, nos vamos a centrar solo en los dos más polémicos. Por un lado el cubo de ladrillo que se ha levanta- do entre el callejón de los Novillos y la calle Entrecastillos, un volumen sin contenido que a nadie deja indiferen- te y, por otro, el tramo de muralla en el entorno de San Miguel, llamémosla muro de hormigón revestido de piedra caliza. Es un hecho constatable que la recreación de este tramo de muralla medieval ha cedido, se ha deslizado la- dera abajo y se ha tumbado hacia el in- terior como si se hubiese tirado por un tobogán, este deslizamiento en algunos tramos supera el metro y medio. Cual- quiera que vaya por allí verá que está muy inclinada, torcida como un signo de interrogación. Lo que nos da pie a varios interrogantes: ¿Eran necesarias para Arévalo estas obras? ¿Ha ganado algo la ciudad con ellas? ¿Sirven como reclamo turístico? ¿Realmente gustan a alguien? ¿Cuál es el futuro que es- pera a este tramo de muralla de San Miguel, nuevo y en ruinas? ¿Lo van a enderezar? ¿Lo van a tapar para disi- mular la nueva ruina? ¿Lo van a derri- bar para evitar la vergüenza de haber construido una ruina? Estas preguntas también nos dan pie a plantearnos si este tipo de inter- venciones de gran envergadura y ele- vado coste no deberían ser consultadas previamente. Lo que daría una imagen de la ciudad consensuada que a todos nos gustaría y no la de ciudad impuesta donde, a veces, parece que las decisio- nes se toman con un puñetazo sobre la mesa. Y, también, nos hace reflexionar sobre si el planteamiento del Plan Di- rector de la muralla se rige únicamente por un componente técnico - urbanís- tico o por algún factor de sensibilidad. Por otra parte, el pasado día 29, dentro del ciclo de conferencias sobre arquitectura, patrimonio cultural y cas- co histórico organizadas por “La Al- hóndiga”, Francisco Jurado, arquitecto que dirigió todas las intervenciones re- cientes en la muralla de Arévalo, dio a conocer a todo aquel que quiso asistir los pormenores del Plan Director de la muralla: su proyecto, las intervencio- nes llevadas a cabo y las prioridades impuestas desde el Ayuntamiento. La lástima es que esta conferencia expli- cativa se produce diez años después del inicio de las obras, cuando ya está todo el pescado vendido, guisado y di- gerido por más que a muchos se nos haya indigestado. Conviene recordar que estas inter- venciones en la muralla han provocado que la Asociación “Hispania Nostra” haya incluido la muralla de Arévalo en la Lista Roja del Patrimonio, es- pecialmente por la posible pérdida de los restos de cimentación de la muralla original del siglo XII. Que después de tantas intervenciones y deslizamientos pueden haberse deteriorado e, incluso, perdido en algunos tramos. No pretendemos entrar en la in- gente cantidad de dinero que se ha empleado en construir una ruina o un cubo que a casi nadie gusta. Pero ante el estado de este tramo de muralla nos preguntamos si no hubiera sido más positivo para Arévalo haber descu- bierto una parte de los cimientos de la muralla del siglo XII, haberlos conso- lidado para que fueran visitables y en lugar de levantar sobre ellos un muro que no es más que un falso histórico, haber trazado una ronda o paseo des- de el puente de Medina hasta el Rin- cón del Diablo por esta parte alta de la ladera del Arevalillo. También queremos llamar la aten- ción sobre el estado preocupante en que se encuentra la muralla medie- val en el tramo cercano al Rincón del Diablo. Dado que es un tramo de muralla original, nuevamente nos pre- guntamos si no hubiera sido priorita- ria su restauración antes que levantar el muro de hormigón de San Miguel. Pero cuando no se consulta, cuan- do no se consensúa, las propuestas llegan siempre tarde, ¿verdad? AÑO VII TERCERA ÉPOCA — NÚMERO 73 ARÉVALO — JUNIO DE 2015 http://lallanura.es Una muralla impuesta

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La Llanura número 73 de junio de 2015

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  • Aunque algunos de los elementos recreados en el Plan Director de la mu-ralla llaman la atencin y generan cier-tas crticas, nos vamos a centrar solo en los dos ms polmicos. Por un lado el cubo de ladrillo que se ha levanta-do entre el callejn de los Novillos y la calle Entrecastillos, un volumen sin contenido que a nadie deja indiferen-te y, por otro, el tramo de muralla en el entorno de San Miguel, llammosla muro de hormign revestido de piedra caliza. Es un hecho constatable que la recreacin de este tramo de muralla medieval ha cedido, se ha deslizado la-dera abajo y se ha tumbado hacia el in-terior como si se hubiese tirado por un tobogn, este deslizamiento en algunos tramos supera el metro y medio. Cual-quiera que vaya por all ver que est muy inclinada, torcida como un signo de interrogacin. Lo que nos da pie a varios interrogantes: Eran necesarias para Arvalo estas obras? Ha ganado algo la ciudad con ellas? Sirven como reclamo turstico? Realmente gustan a alguien? Cul es el futuro que es-pera a este tramo de muralla de San Miguel, nuevo y en ruinas? Lo van a enderezar? Lo van a tapar para disi-mular la nueva ruina? Lo van a derri-bar para evitar la vergenza de haber construido una ruina?

    Estas preguntas tambin nos dan pie a plantearnos si este tipo de inter-

    venciones de gran envergadura y ele-vado coste no deberan ser consultadas previamente. Lo que dara una imagen de la ciudad consensuada que a todos nos gustara y no la de ciudad impuesta donde, a veces, parece que las decisio-nes se toman con un puetazo sobre la mesa. Y, tambin, nos hace reflexionar sobre si el planteamiento del Plan Di-rector de la muralla se rige nicamente por un componente tcnico - urbans-tico o por algn factor de sensibilidad.

    Por otra parte, el pasado da 29, dentro del ciclo de conferencias sobre arquitectura, patrimonio cultural y cas-co histrico organizadas por La Al-hndiga, Francisco Jurado, arquitecto que dirigi todas las intervenciones re-cientes en la muralla de Arvalo, dio a conocer a todo aquel que quiso asistir los pormenores del Plan Director de la muralla: su proyecto, las intervencio-nes llevadas a cabo y las prioridades impuestas desde el Ayuntamiento. La lstima es que esta conferencia expli-cativa se produce diez aos despus del inicio de las obras, cuando ya est todo el pescado vendido, guisado y di-gerido por ms que a muchos se nos haya indigestado.

    Conviene recordar que estas inter-venciones en la muralla han provocado que la Asociacin Hispania Nostra haya incluido la muralla de Arvalo

    en la Lista Roja del Patrimonio, es-pecialmente por la posible prdida de los restos de cimentacin de la muralla original del siglo XII. Que despus de tantas intervenciones y deslizamientos pueden haberse deteriorado e, incluso, perdido en algunos tramos.

    No pretendemos entrar en la in-gente cantidad de dinero que se ha empleado en construir una ruina o un cubo que a casi nadie gusta. Pero ante el estado de este tramo de muralla nos preguntamos si no hubiera sido ms positivo para Arvalo haber descu-bierto una parte de los cimientos de la muralla del siglo XII, haberlos conso-lidado para que fueran visitables y en lugar de levantar sobre ellos un muro que no es ms que un falso histrico, haber trazado una ronda o paseo des-de el puente de Medina hasta el Rin-cn del Diablo por esta parte alta de la ladera del Arevalillo.

    Tambin queremos llamar la aten-cin sobre el estado preocupante en que se encuentra la muralla medie-val en el tramo cercano al Rincn del Diablo. Dado que es un tramo de muralla original, nuevamente nos pre-guntamos si no hubiera sido priorita-ria su restauracin antes que levantar el muro de hormign de San Miguel.

    Pero cuando no se consulta, cuan-do no se consensa, las propuestas llegan siempre tarde, verdad?

    AO VII

    TERCERA POCA NMERO 73

    ARVALO JUNIO DE 2015

    http://lallanura.es

    Una muralla impuesta

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    Actualidad

    LA LLANURA de Arvalo.

    Publicacin editada por: La Alhndiga de Arvalo,

    Asociacin de Cultura y Patrimonio.Avda. Emilio Romero, 14-B - 05200 Arvalo

    [email protected]

    Nmero 73 - junio de 2015 Depsito legal: AV-85-09

    Consejo de redaccin:Fernando Gmez MurielJavier S. SnchezJos Fabio Lpez SanzJuan A. Herranz LpezJuan C. Lpez PascualJuan C. Vegas SnchezJulio Jimnez MartnLuis Jos Martn Garca-SanchoRicardo Bustillo MartnSegundo Bragado Jimnez

    En este nmero: Fernando Retamosa Marfil, Jos Mara Manzano Callejo, Mara Patro-cinio, Asociacin Amigos de Madrigal, Leandro Devesa, Julio Escobar y Constancio Rodero.

    Fotografas: Luis Jos Martn, Juan Jos Alonso, Gonzalo Garlocha, Jos Mara Manzano, Asociacin Amigos de Madrigal, Juan C. Lpez, Agustn Garca Vegas, Pedro Senovilla y archivo de La Alhndiga.

    Diseo y maquetacin: La Alhndiga, Asociacin de Cultura y Patrimonio.

    Imprime: Imprenta Cid

    En recuerdo de Jos Antonio Arri-bas. El pasado da 6 de junio se cumplie-ron dos aos del fallecimiento del pintor, escritor y poeta, afincado en Arvalo, Jos Antonio Arribas. Fue, como todos sabis, puntual colaborador en las pagi-nas de esta revista tanto con sus acerta-dos y abundantes artculos como con sus bellos poemas. Sirvan estas humildes l-neas como recuerdo a su persona.

    Cmo era Teresa de Jess. El pa-sado 30 de mayo tuvo lugar en el espacio de la iglesia de San Martn de Arvalo una conferencia impartida por el Prior del convento de padres carmelitas de Alba de Tormes, el arevalense Francisco M. Tejedor. La conferencia, con el ttulo Cmo era Teresa de Jess quiso dar a conocer a los asistentes la personalidad imponente de aquella mujer que fue ca-paz de impulsar la reforma del Carmelo.

    Ciclo de conferencias sobre Ar-quitectura, Patrimonio Cultural y Casco Histrico. En los das 29 de mayo y 5 de junio han tenido lugar dos nuevas conferencias correspondientes al ciclo que sobre Arquitectura, Patrimonio Cultural y Casco Histrico se ha venido realizando en Arvalo desde el pasado mes de octubre de 2014.La conferencia del 29 de mayo estuvo a cargo del arquitecto Francisco Jurado. Su ttulo Intervenciones recientes en la muralla de Arvalo. El ponente des-gran algunos de los aspectos del proce-so de elaboracin del Plan Director de la muralla y de algunas de las intervencio-nes, haciendo especial hincapi en dos de los sectores ms controvertidos, el torren que conocemos como de las es-calerillas y el de la iglesia de San Mi-guel. Francisco Jurado defendi que en ningn caso l contempl la reconstruc-cin de paos de muralla. Su intencin fue gestionar una propuesta conceptual que diera idea de los volmenes y espa-cios que conformaba la antigua y ya casi desaparecida muralla medieval.En cuanto a la conferencia del da 5 de junio estuvo a cargo del tambin arqui-tecto Antonio Paniagua. En este caso el

    ponente, bajo el ttulo Castillo de Ar-valo: una dcada de intervenciones puso de manifiesto las diversas obras de rehabilitacin que en l se han hecho a lo largo de los ltimos diez aos, tanto en el castillo propiamente dicho, as como la recuperacin del baluarte artillero, que apareci en el transcurso de las obras y del que sabamos gracias a Parcerisa.Con la charla impartida por Antonio Paniagua cerramos este primer ciclo de conferencias. En prximas fechas se rea-lizar una pequea conferencia debate en la que los asistentes que quieran podrn participar y ahondar en los temas trata-dos elaborando un pequeo documento de valoracin y conclusiones.

    Paseo por el arroyo de Carias. El domingo 31 de mayo se realiz, orga-nizado por el Club de Senderismo Los Pinares de Arvalo junto con nuestra Asociacin Cultural, un paseo por el arroyo Carias, desde su unin con el de la Mora, en las cercanas del cementerio de Arvalo hasta el lugar en que el citado arroyo se cruza con la calzada de Arva-lo a San Cristbal de la Vega. A lo largo del paseo los asistentes pudieron disfru-tar del magnfico paisaje que conforma el propio arroyo adems de la vista de diversas especies de mamferos y aves entre las que debemos destacar, por la dificultad de su observacin, una pare-ja de corzos, tambin conocidos como duendes del bosque.

    Los nios del CRA Llano Alto visitan nuevamente Arvalo. El pasado cinco de junio, los alumnos del Centro Rural Asociado Llano Alto de Ataquines, acompaados por algunos de sus progenitores y maestros, realiza-ron una visita por las riberas del Adaja y Arevalillo a su paso por Arvalo, de la mano de Luis Jos Martn. Se describie-ron las principales especies arbreas y

    arbustivas de los sotos fluviales y se vi-sitaron los tres puentes mudjares: Valla-dolid, Medina y los Barros. Despus de un almuerzo en el parque Gmez Pamo visitaron el Cordel Real de Merinas, de Arvalo al puente Rumel, a su paso por el pinar de Orn, donde se describieron las especies de aves forestales ms re-presentativas del Corredor del Adaja que une la comarca del sur de Valladolid con la Tierra de Arvalo como una unidad ecolgica, geogrfica y paisajstica.

    La Asociacin de Amigos del Patri-monio Natural, Histrico y Cultu-ral de Martn Muoz de las Posa-das inicia su andadura. Su fundacin tuvo lugar el pasado 14 de Febrero de 2.015 y tiene carcter nacional. A esta fecha se han obtenido todos los registros correspondientes.Un grupo de personas de las que parti-ciparon en la organizacin y desarrollo de las actividades conmemorativas del V Centenario del Cardenal Diego de Es-pinosa y IV Centenario Greco, para con-

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    tinuar con la colaboracin en la conser-vacin del patrimonio cultural de Martn Muoz de las Posadas y su entorno, decidieron promover la creacin de una Asociacin de Amigos del Patrimonio Natural, Histrico y Cultural de Martn Muoz de las Posadas. La Asociacin tiene como principales objetivos la de-fensa, salvaguarda, puesta en valor y promocin del Patrimonio Natural, His-trico y Cultural de Martn Muoz de las Posadas y su entorno, con especial atencin al paisaje rural, a la historia del imperio hispnico y al Renacimiento y Siglo de Oro espaol, as como a la figu-ra histrica del Cardenal Diego de Espi-nosa y Arvalo. Impulsar las iniciativas que estn a su alcance, en el mbito de la investigacin para la consecucin de registros histricos relacionados con los apartados mencionados y la Villa; igual-mente promover actividades en el m-bito del paisaje rural y la mejora de la calidad de vida de sus habitantes.

    Mirador sin vistas. Aunque bastante controvertido, el mirador que se levant en hormign blanco en el antiguo local del Teatro Cervantes, ha sido cerrado recientemente con una celosa metlica que impide el acceso al mismo. En lo nico que coincidamos casi todos es en que las vistas de Arvalo y su entorno que desde all se contemplaban merecan la pena. Ahora, con este cerramiento a cal y canto queda como otro monumen-to intil ms que se suma a la lista de construcciones creadas, al parecer, sin criterio, sin una finalidad concreta. Es decir, se construyen para nada, sin una planificacin de uso y gestin. Mientras, edificios que necesitan ser restaurados se

    hunden viendo cmo se tira el dinero en obras sin sentido, sin oficio ni beneficio. As, en vez de sumar restamos y no estn las cosas como para tirar el dinero.

    Incendios en las cuestas del Adaja. Como cada ao, ya se han producido dos incendios en las cuestas del Adaja a la altura de la isla, quemando toda la ve-getacin herbcea y afectando tambin a varios arbustos y rboles de acacia y olmo, entre otros. Esperemos que el pro-yecto de forestacin de las cuestas apro-bado recientemente por el Ayuntamien-to tenga en cuenta la previsin de estos incendios para poder atajarlos de forma rpida y con el menor nmero de daos tanto a las especies plantadas como a las propiedades de las inmediaciones.

    Nueva tertulia literaria. Se celebr el viernes, 12 de junio, y como es habi-tual todos los meses, la tertulia literaria que La Alhndiga, Asociacin de Cul-tura y Patrimonio viene realizando en la Posada Real Los Cinco Linajes. En este caso el tema propuesto fue la segun-da parte de La Palabra de la que ya se haba tratado en la anterior tertulia cele-brada el pasado mes de mayo. A lo largo de casi dos horas se desgranaron nuevos conceptos y acepciones, incidiendo en la enorme belleza que el idioma castellano nos aporta y buscando algunos de los ter-

    minos ms interesantes por su curiosidad o hermosura que contiene nuestro Dic-cionario de la Lengua.

    El Cinturn Verde de Arvalo. De la mano de Fran Durn se han realizado labores de limpieza y acondicionamien-to de los accesos y paseo del Cinturn Verde de Arvalo. De esta forma diver-sos grupos de arevalenses y forasteros han podido disfrutar del excepcional paseo que desde el puente de los Lobos puede realizarse a travs de la ribera derecha del ro Arevalillo pasando por los puentes de Los Barros y de Medina, junta de los ros tras el castillo, puente de Valladolid e incluso un tramo por la ribera izquierda del Adaja, pudiendo contemplar los restos de la cerca de con-tencin de la conocida como Huerta de los jesuitas.

    Subida al vrtice de la Serrota. Al cierre del nmero 73 de nuestra Llanu-ra an no se haba realizado la prevista ascensin al pico de la Serrota en el es-pacio natural protegido de las sierras de la Paramera y la Serrota.En nuestro prximo nmero, y que ser el nmero 74, correspondiente al mes de julio, daremos cumplida cuenta de esta excursin que organizar Luis Jos Mar-tn Garca-Sancho y cuyo gua ser Car-los Toms Rodrguez, gran amigo y cola-borador de nuestra Asociacin Cultural.

    Registro Civil:

    Movimiento de poblacin mayo/2015

    Nacimientos: nias 4 - nios 4Matrimonios: 2Defunciones: 4

    La revista mensual La Llanura puede recogerse de forma habitual en los siguientes establecimientos:

    Quiosco de prensa y revistas (calle de la Luz); Estanco de Te-jeda, Confecciones Domingo y Cafetera Desiree (Plaza del Arrabal); Estanco de Eva (calle Arco de vila); Vinilandia Bar (calle Barrionuevo); Ferretera Femalsa, Estanco de Tere, Bar Impacto, Asesora Fnix, Bar Avenida, Bar Sol y Seguros Ma-pfre (Avda. de Emilio Romero); Autoservicio Pilarn (plaza del Mila); La Cruz de Arvalo, Floristera Carmen y quiosco Lala (Paseo de la Alameda); Golosinas Lolipop, Loteras Muriel, Perfumera Suma y Calzados Gonzlez (calle Zapateros); Ca-fetera Los Cinco Linajes (plaza de Tello); Centro de Mayores (plaza del Real); Biblioteca Pblica (calle de la Alhndiga).

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    Una dcada sin la romera de la Virgen de La Lugareja A mediados del mes de junio de

    2005, hace exactamente 10 aos, se celebr por ltima vez la Romera de Nuestra Seora de la Lugareja, una de las fiestas populares de ms arraigo y tradicin de las que se desarrollaban en Arvalo, y que por culpa de un li-tigio entre la Dicesis de vila y los propietarios de la finca en la que se encuentra la ermita, dej de celebrarse en 2006, y desde entonces ha pasado ya a formar parte del patrimonio cultu-ral, en este caso del inmaterial, que se ha perdido en nuestra ciudad.

    En junio de 2006, el pleno del Ayuntamiento aprob por unanimidad una mocin en la que se solidarizan con los miembros de la Cofrada de Nuestra Seora de La Lugareja, para que ese ao no se suspendiera la Ro-mera y esta se pudiera celebrar con normalidad, ya que se trata de una de las fiestas populares con ms tradicin en la ciudad, cuyo origen se remonta al siglo XVI.

    En aquella mocin, tambin se ins-t a que se aclarase la situacin tanto de la ermita como del posible suelo de dominio pblico que existe en torno a ella. De igual forma, se peda que el Ayuntamiento colaborara con el Obis-pado para que la ermita, declarada Bien de Inters Cultural con categora de Monumento Nacional desde 1931, pudiera ser visitada en un horario ms amplio que el que exige la ley, que se reduce a dos horas a la semana, y en el caso de esta iglesia, los mircoles, entre las 13.00 y 15.00.

    Fue la ltima accin municipal que se conoci para no perder una fiesta que haba nacido en el siglo XVI. No obstante, ese mismo ao, la romera

    dej de celebrarse, y desde entonces, ni los regentes del municipio ni los miembros que formaban la cofrada han sabido recuperar. En aquel junio de 2006, como consecuencia del liti-gio, los dueos de la finca en la que se encuentra la iglesia no permitieron la presencia de un sacerdote del Obis-pado de vila en su propiedad que pu-diera realizar los oficios religiosos que conllevan la celebracin de la romera, lo que motiv que la cofrada no pu-diera trasladar en procesin la imagen de la Virgen desde su ermita hasta la iglesia de Santo Domingo de Silos.

    As comenz el fin de una romera que ya se ha perdido, y que si no se remedia formar parte de esas tradi-ciones que ltimamente se estn per-diendo en nuestra ciudad, como las luminarias de la Virgen de Las Cande-las, las fiestas de San Juan, los fuegos artificiales de la semana de Ferias o las hogueras de San Roque, entre otras.

    La tradicin de la romera de La Virgen de la Lugareja, segn fuentes del cronista Marolo Perotas, se remon-ta a 1540, ao en el que las monjas cis-tercienses abandonaron el monasterio para trasladarse al nuevo convento si-tuado en las Casas Reales. Puesto que las religiosas no pudieron trasladar la imagen de la Virgen a su nuevo empla-zamiento por las reglas de la clausura, y tampoco podan acudir a visitar la imagen de la Virgen a su antiguo ho-gar, los vecinos acordaron que una vez al ao los habitantes de la barria-da que se erigi en las proximidades al antiguo monasterio trasladaran en procesin la talla hasta el convento que se construy en el antiguo palacio de la Plaza del Real.

    La fiesta tena lugar a mediados de junio, una semana antes que la de la Romera de la Caminanta, o dos si la festividad del Corpus Christi caa en medio. En la tarde del sbado, los cofrades trasladaban en procesin la imagen de la virgen desde su mora-da en la iglesia hasta la parroquia de Santo Domingo de Silos, donde el domingo al medio da se celebraba misa solemne. Por la tarde, se lleva-ba de nuevo la imagen a la ermita, y en sus alrededores numerosas familias disfrutaban de una velada de juegos y meriendas.

    Las jornadas festivas finalizaban el lunes. Por la maana tena lugar en la ermita la eucarista en honor a los difuntos. Al medioda, los cofrades participaban en un almuerzo de her-mandad. La tarde se pasaba de nuevo en el entorno de la ermita donde se or-ganizaban juegos para nios y grandes y un concurso de tortillas que contaba con una gran participacin.

    Fernando Gmez Muriel

    Propuesta de un buzn de sugerencias municipal.Abundando en nuestro deseo de

    aportar sugerencias que tal vez po-dran mejorar algunos aspectos del funcionamiento de nuestra ciudad se nos ocurre este mes que nuestro Ayun-tamiento podra disponer, en su pgina Web, de un buzn de sugerencias.

    De esta forma los ciudadanos are-valenses, residentes o no, podran contribuir con sus ideas, quejas y su-gerencias a fin de que la participacin

    ciudadana pueda aportar utilidad al funcionamiento general de la admi-nistracin municipal.

    Junto con este buzn de sugeren-cias, algo que entendemos no debe revestir especial complejidad, podra aprovecharse para modernizar la ci-tada pgina Web e implantar, por fin, un servicio de Registro Electrnico que permitiera a los ciudadanos, des-de su propio domicilio, acceder a la

    tramitacin de diversas solicitudes y gestiones, con su DNI electrnico o su correspondiente certificado digital, sin necesidad de acudir fsicamente a las dependencias municipales.

    Insistimos en creer que un Registro Electrnico as como un buzn de su-gerencias redundara muy beneficio-samente a favor de la ciudad y de los ciudadanos.

    Redaccin.

  • Despierta la Ciudad de su acostum-brado letargo nocturno y nos ensea, an entre penumbras, su aspecto lim-pio, luminoso. Las calles, las plazas, las esquinas, se muestran amplias, es-plndidas, racionales.

    La Ciudad extiende sus parques a los nuevos ensanches. Al antiguo de Gmez Pamo, convenientemente re-mozado, se le unieron en el avance urbanstico el de la Caada y el de las Eras. Se recuperaron tambin zonas del parque Vellando y el parque Euro-pa.

    Los ros abrazan a la Ciudad con-formando un nuevo, impresionante cinturn verde, monumental, extenso, y perfectamente conectado a travs de diversas sendas y accesos con algunas de las principales vas urbanas.

    El cinturn verde acoge en toda su extensin las hermosas alamedas ribe-reas, los puentes mudjares, hoy to-dos en perfecto estado de conservacin y limpieza, los viejos molinos medie-vales, el de Valencia en el Arevalillo y el de don lvaro de Luna en el Ada-ja, los restos de las antiguas bodegas moriscas, el imponente castillo y su baluarte artillero y los restos de los an-tiguos muros de contencin del otrora colegio de los jesuitas.

    Las cuestas de ambos ros presen-tan un aspecto cuidado. Se alternan las plantaciones de arbolado y otras espe-cies enraizantes de menor porte. Entre ellas discurren senderos, caminos y ac-cesos escalonados que comunican los ros con las zonas altas.

    Las del entorno de San Miguel, en otro tiempo prcticamente abandona-das, se nos presentan ahora como un hermossimo paseo entre puentes. El feo muro de hormign que tantos pro-blemas haba generado fue por fin de-rribado. Sus escombros sirvieron para sentar las bases de los muretes de con-tencin que se hicieron para corregir los deslizamientos del terreno. rboles y arbustos en distintas franjas adornan la cuesta. El hormign se vino a suplir con un gran muro verde, formado por plantas trepadoras que, junto a grupos de bosquetes, mudaron la zona en un autntico vergel. Bancos, luminarias, zonas ajardinadas, completan este es-pacio que hacen que la entrada a la Ciudad por el puente de Medina sea una autntica joya, ejemplo de urba-nismo racional.

    Y qu decir del Barrio Antiguo? Una correcta planificacin en los espa-cios urbanos que componen esta zona de la Ciudad permiti recobrar en bue-na medida los aspectos esenciales del

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    La ciudad de los sueos Casco Histrico.Los edificios monumentales poseen

    hoy uso y estn protegidos. Algunos de ellos son ya autosuficientes y las calles y plazas han recuperado gran parte de la poblacin que en otro tiempo haban perdido.

    La Ciudad ya no es una ciudad im-puesta, ya no es una ciudad improvi-sada ni una ciudad de ocurrencias, ni extraa, ni asfixiante. Poco a poco ha llegado a ser una ciudad debatida, con-sensuada, prevista, amable...

    Como regla general y una vez cada tres meses se renen en las dependen-cias municipales responsables de di-versas reas con personas y entidades ciudadanas y proponen y planifican las acciones y los programas a realizar.

    Cultura, Patrimonio, Turismo, Me-dio Ambiente, se renen, por ejemplo, el primer jueves de cada trimestre y preparan los calendarios de actividades para los siguientes noventa das. Se co-ordinan los actos, las exposiciones, las conferencias, los festivales de msica. Se proponen los turnos de grupos para la apertura de los Monumentos.

    La ciudad bulle as, casi de conti-nuo, en actividades. El nmero de vi-sitantes, el Turismo, ha aumentado de forma exponencial. La Ciudad tiene vida. Es la Ciudad de los sueos.

    Juan C. Lpez

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    Esta maana, al igual que todas las maanas, mi madre me ha despertado con un beso en la oreja y un cachete en el culo para animarme a abandonar la confortable cama donde por la noche construyo mi imaginaria vida de aven-turas en ese mundo que empieza en la puerta de mi habitacin y termina frente al cristal de la puerta por la que se acce-de al balcn.

    A regaadientes, y con los ojos pe-gados an por las legaas, empiezo con la rutina diaria, una ducha de agua tem-plada bajo la atenta mirada de mi ma-dre que se encarga de limpiarme bien las orejas, mientras me seco, en la co-cina, mi madre me prepara el desayu-no, un tazn de leche con cola cao, pan reciente y unas galletas redondas. Mientras desayuno, observo el trajn de mi madre pac y pall sacando ca-charros de cocina de un viejo armario, abriendo y cerrado el grifo, lavando va-sos, y cada dos por tres dicindome que desayune, que me d prisa, que voy a llegar tarde, que se me enfra la leche; al mismo tiempo la radio emite el anuncio de los tres negritos.

    Cojo la cartera de material, com-pruebo que est la enciclopedia, el cua-derno de dos rayas, el estuche de made-ra de dos pisos, y un paquete de cromos de ftbol; est todo, y agarrndola del asa me voy al colegio. Antes de irme mi madre me recuerda que ha dicho mi pa-dre que hoy tengo que cortarme el pelo.

    El camino al colegio no es muy ani-mado, no hay casi nadie en la calle, sal-go de casa, paso por la bscula que est junto a la carretera de Tiosillos que tengo que cruzar para ir por la acera de la Fbrica de Harinas, paso junto a una tapia con verjas que deja ver una caso-na al fondo donde nunca veo a nadie, despus hay una fbrica con un letrero encima de la puerta que dice Taller Paco Juez, sigo caminando junto a las paredes de esa acera y dejo a la derecha un pequeo y oscuro jardn que me in-quieta, siempre acelero el paso mirando de reojo y el corazn ms acelerado; un poco ms adelante sigo por la calle Larga, para seguir despus por la calle de los muertos. En algunos portales han vertido cubos de agua y el olor a humedad me encanta. En esta calle est la peluquera del Seor Julin, donde esta tarde tendr que venir a cortarme el pelo, la verdad es que me gusta este sitio, aunque el Seor Julin me impone

    respeto por su semblante serio, pero me gusta su trato, lo hace como si yo fuera un seor mayor; adems, me encanta el olor mezclado a lociones, espumas de afeitar, aguas de colonias y tambin, lo que hablan los seores que estn espe-rando su turno, y que escucho sin decir ni po. Adems, por si fuera poco, siem-pre me afeita las patillas y la parte de atrs del cuello con espuma de jabn que l mismo prepara y que despus me aplica con una brocha, terminando con un afeitado con navaja! Por la tarde, fui a cortarme el pelo, como mi padre haba dicho. Yo quera dejarme el pelo largo, como los cantantes que salen en televi-sin, sobre todo para taparme la orejas de soplillo, As es que cuando me toc, le dije al Seor Julin que no me cor-tara mucho el pelo por esto y aquello y bla, bla, bla, y a todo dijo que s. Co-gi la maquinilla manual de cortar el pelo y con su clic clic caracterstico me dej el pelo para no podrmelo agarrar en un mes, y por supuesto con las ore-jas descubiertas, me parezco a un seat seiscientos con las puertas abiertas. Mi padre haba pasado el da antes por la barbera dando las instrucciones corres-pondientes al Sr. Julin sobre el modelo de corte que me convena.

    Al lado de la barbera est la zapa-tera del Seor Benito El Mono, aqu traemos siempre los zapatos para que los echen tapas y filis que son como unas herraduritas que se ponen en la punta de la suela de los zapatos, tam-bin me gusta entrar aqu, es una habita-cin pequea llena de zapatos, con una mesa tambin pequea llena de puntas, remaches, recortes de suelas, tubos de pegamento, que tambin deben servir para arreglar los pinchazos de las rue-das de la bici, a m me parece que hue-len igual.

    Casi al final de la calle hay un car-pintero, el Seor Tovar, y hoy en la puerta haba una caja de muertos puesta de pie, me he quedado blanco, me he llevado un susto de muerte, as es que he pasado corriendo con los ojos ce-rrados y no he parado hasta llegar al puesto de golosinas de la Se Man que est en medio de la plaza, donde algunas veces compro unas pastillas de leche de burra, y cuatro caramelos de nata, pero por la tarde, ahora est cerra-do. Un poco ms adelante est la tien-da del Seor Mengoti, pero la que ms me gusta es la tienda de Joselillo que tiene los escaparates llenos de juguetes.

    Cinco de abril de 1966 Algunas noches sueo que me quedo solo encerrado en la tienda y juego con los fuertes de soldados y con los camio-nes de los juegos reunidos Geyper, pero cuando estoy en lo ms divertido, me despierta mi madre. Despus de un rato en el escaparate, sigo para el cole-gio, miro las perdices en la jaulas en los soportales del bar La Campana, paso por delante de la ferretera Illera en direccin al arco de la crcel, donde al-guna vez se ve a alguien detrs de la re-jas que hay encima del Arco. Nada ms pasar el Arco, a la izquierda, hay una taberna, antigua, pero no s cmo es porque nunca entro. Cuando llego a la plaza del Real ya hay ms chicos de mi escuela, nos quedamos esperando a que llegue D. Hilario, que aparecer por la calle de San Juan subiendo por la acera del Convento. En cuanto aparece nos vamos corriendo a la puerta del colegio que est en la calle Santa Mara, des-pus de haber cambiado unos cromos de la coleccin de futbolistas, hoy he cambiado a Tonono de Las Palmas por Pirri del Real Madrid, por la tarde, antes de que venga el maestro, jugaremos a los gitos junto al rbol gordo.

    Cuando he llegado a casa por la tar-de, con la cabeza pelada, mi madre es-taba planchando y escuchando por la ra-dio el programa de Elena Francis. Nada ms verme me ha dicho que tena un paquete para m de parte de mi padre. Lo he abierto enseguida, y me he en-contrado una regalo maravilloso, era el primer regalo que me hacan desde que tom la comunin, que me la pas ves-tido de almirante y con una metralleta que me regal un to mo, pero esto era diferente, mi padre me haba comprado tres libros, Ivanhoe, Tom Sawyer y Cuentos Clsicos, he abierto el pri-mero del montn, he empezado a leer y he entrado en un nuevo mundo de sue-os y sensaciones que hasta ahora no conoca. Gracias pap.

    Abril,1966Fernando Retamosa Marfil

  • pg. 7 la llanura nmero 73 - junio de 2015

    El saloncito de actos de la posada Los Cinco Linajes de Arvalo es co-queto y muy acogedor y adems rene unas condiciones ptimas para una de-terminada charla, conferencia o tertulia literaria.

    Saln este que, de forma totalmente altruista, una vez al mes nos es cedido a la Asociacin La Ahndiga de Arva-lo para la celebracin de nuestras ter-tulias literarias, gesto este que valora-mos y agradecemos, mientras seguimos pidiendo una Casa de la Cultura.

    Una vez al mes, como digo, nor-malmente el primer viernes, en torno a una noble mesa de madera, al filo de las nueve de la noche, nos reunimos a puerta abierta diez o doce miembros de dicha Asociacin, y otros que sin serlo all acuden, al objeto de entablar unas tertulias literarias. Siempre en torno al perfil biogrfico y la obra de un deter-minado autor y, casi siempre, al margen de interpretaciones polticas por una sencilla razn: nos gana la Poesa y so-mos olvidadizos con la Poltica.

    Julio Escobar, Nicasio Hernndez Luquero, Emilio Romero, Jacinto He-

    rrero, Mario Prez Antoln o San Juan de la Cruz han sido algunos de los poe-tas versados, si bien, una de las tertulias ms interesantes mantenidas hasta aho-ra, ha sido la del pasado mes de mayo en la que se ha tratado sobre el signi-ficado y sentido de la Palabra en todas sus acepciones. En ella, a tiempo par-cial, cada contertulio expuso sus inter-pretaciones en tan interesante tema, La Palabra, llegando a las dos horas de muy interesante coloquio, tiempo ms o menos establecido por el moderador de turno.

    No son nuevas estas tertulias en Arvalo, pues ya a raz de la muerte de Marolo Perotas en 1969 y de la de Nica-sio Hernndez Luquero o posteriormen-te la de Mariano Gil, surgieron grupos de tertulianos que en torno a estas figu-ras mantuvieron durante algn tiempo reuniones de este tipo. Despus de la muerte de Julio Escobar en Los Mo-linos o de Emilio Romero en Madrid, qued la Poesa de Arvalo si no manca de lectores, s se quedara sin autores locales.

    Hubo entonces que tomar el relevo

    y se iniciaron unas tertulias en la casa de Aurorita, la hija del poeta Hernn-dez Luquero, pasando, posteriormente, a realizarlas en la Biblioteca Pblica Municipal.

    Contertulios a recordar son Jess Hedo, Jos Antonio Arribas, Luis Prieto (padre) y Andrs Royuela, entre otros.

    De aquellas tertulias de los aos 70-80 del pasado siglo nacera la revis-ta El Terral, se publicara el libro de don Nicasio Hernndez Luquero y se empezara a gestar el Grupo de Poetas Moraegos que se uniran en un her-manamiento con poetas de Valladolid, Medina del Campo, Pozaldez y Hogar de vila en Madrid. Pero eso es ya otra Historia.

    Arvalo, mayo de 2015Segundo Bragado

    Las tertulias literarias de La Alhndiga de Arvalo

    Un cargo es una carga, reza el di-cho popular. Dicho lo cual, si a usted, por mor del azar o del zar de turno (tambin llamado eufemsticamente libres designaciones), le ha cado un cargo, debe presentar de inmediato una reclamacin al organismo que corres-ponda. Es ms, esa extensa legislacin que nos rodea, debera dedicar una de sus lneas al rechazo de cargos. Algo as como: Por la presente se le permite rechazar el citado cargo, si considerase no encontrarse capacitado para esta ta-rea, por su ineptitud, su falta de compe-tencia, su falta de recursos para dirigir un equipo, o cualquiera otra causa que impidiera el buen desempeo del cita-do cargo. Y, en todo caso, si a pesar de todo se produjera el nombramiento, en algn lugar del contrato debera indicar-se: Usted se compromete a autocesarse en dicho cargo en el momento en que observase que cualquiera otra persona del equipo presente mejor proyeccin, ms ganas de trabajar, entusiasmo en el buen hacer, as como las habilidades precisas para el correcto desempeo del mismo. Usted puede ser un parsi-to, incluso el grupo puede ser parsito, pero la humanidad necesita seguir pro-gresando, amigo mo, amiga ma.

    Cuando alguien accede a un cargo como nico candidato, o las actuales listas cerradas, ya nos hace dudar de que sea la persona adecuada. La indife-rencia del grupo o del responsable de turno-, permite situaciones esperpnti-cas.

    Uno de los vicios ms extendidos entre los abducidos, elegidos siempre democrticamente, claro, es que una vez en el silln habilitado al efecto de acoger semejantes posaderas, es supo-ner que el cargo en cuestin, por ciencia infusa, otorga al citado o citada, todos aquellos conocimientos, habilidades, artes y competencias que antes no tena. Ciencia infusa. Como ese deportista cir-cunstancial que un sbado por la maa-na se enfunda el chndal nuevo y sale a no se sabe qu, pues andar no sabe, co-rrer le agota y cualquiera otro ejercicio le crea numerosos problemas fsicos y a veces psquicos. Por qu me habr me-tido en esto?, piensa. Y no tiene vuelta atrs, a menos que un esguince, de tobi-llo en este caso o neuronal en el otro, lo retire para gloria de la sociedad.

    Les propongo un ejercicio: traten de imaginar a esos personajes fuera de ese cargo, sin ese cartel que ya les anuncia en la puerta de sus despachos como es-pecie protegida, pero que en realidad no denotan nada; imaginen, vanlos

    fuera de su mbito, fuera de su cubil, y observarn que no tienen un palmo de conversacin, de argumentos, de nada. Tienen un recorrido corto, siempre pre-visible, monotemtico, aburrido y den-so.

    Hay cargos que pululan por la vida como zombis, sin nada que aportar, sin talento, sin creatividad, esperando que otros les hagan su trabajo; gritan-do, descalificando, amenazando a todo cuanto sale a su paso. Hablan de forma soez las ms de las veces para esconder sus miedos, sus carencias, sus comple-jos. Para hacerse ver, vamos.

    Alguien tiene que hacer algo. Al-guien debe controlar esos procesos mal llamados democrticos que elevan a estos especmenes sobre s mismos, que flaco favor hacen a la sociedad, si no es moverse por un puado de halagos, a merced de quien los apadrina con el nico fin de que bailen a su ritmo.

    Si usted tiene un cargo tiene una car-ga, pero si no lo tiene, tiene la enorme carga de cargar con esos carguillos que pululan por despachos que les vienen grandes y estn, cuando menos, fuera de la realidad.

    Espaa va bien. Vyase seor Gan-medes.

    Javier S. Snchez

    Cargos y cargas

  • pg. 8 la llanura nmero 73 - junio de 2015

    Que nadie se confunda, no es una historia de amor, ni de desamor. Solo un inocente recuerdo de infancia.

    Era toda una aventura. Al final lo-gramos reunir las bicis suficientes para la excursin. La ltima la habamos recogido esa misma maana del taller de don Emilio. Nos reunimos frente nuestra casa y comenzamos la marcha. En una vieja mochila llevaba una can-timplora con agua, por aquel entonces no haba botellas de plstico, una na-vajilla, pan y chocolate.

    Cinco o seis chicos y chicas com-ponamos la marcha ciclista. A m me toc coger la bici de uno de mis herma-nos pequeos al que no le dejaban ir, la que antes haba sido de mi hermano mayor y despus ma. Era tan pequea que no levantaba ms de medio metro del suelo. As que para no perder el rit-mo de los dems tena que dar pedales como un poseso, tanto que, como no tuviera cuidado, me llegaba a dar con las rodillas en la cara. La verdad es que con esas piernas tan largas iba ridculo en aquella bici tan pequea pero no ha-ba otra cosa. La BH que acabbamos de sacar del taller de don Emilio la lle-vaba mi hermano Julio Csar, aunque me haba dicho que a la vuelta me to-caba a m.

    Casas nuevas, el Marqus, Salesia-nos... Pasadas las tapias de Villablan-ca una pequea puerta de ladrillo nos indicaba que comenzaba Machn y acababa Arvalo, el resto ya era todo campo, salvo el arco de ladrillo a la en-trada de la finca de Machn y la pared con desconchones de una vieja nave en la que se poda leer SE VENDE GRILLO ROLLIZO. Para la fantasa de un nio aquello de grillo rollizo pareca indicar un negocio de grillos

    gordos. Aos despus supe que el des-conchn en la pared haba borrado las letras NE delante de grillo y lo que realmente anunciaba aquel cartel era la venta de negrillos, es decir olmos, que por all eran abundantes y, algunos, realmente rollizos. Ahora solo quedan sus esqueletos y los rebrotes que la grafiosis mata una y otra vez.

    Lo ms emocionante de la aventura llegaba ahora. Al acercamos a los lava-deros y la casa de Machn, los mastines salan corriendo y nos perseguan un buen trecho. Yo daba las pedaladas tan deprisa que me di tal rodillazo en el ojo que llegu a ver estrellas. Pero el cora-zn no nos permita parar. Lata con tal fuerza al ver cmo se acercaban aque-llos perrazos con una boca tan grande como nuestra cabeza, que bombeaba la sangre necesaria a todos los rincones de nuestros msculos.

    Otra puerta de ladrillo nos indica-ba que llegbamos a Bujeritos, una pequea finca intermedia. El destino estaba frente a nuestros ojos pues a la derecha ya se vea el pinar de Prraces. Cerca del piln haba un camino que bajaba hasta el ro y, entre la frondosa vegetacin de ladera, una fuente con agua fresca que permita refrescarnos. All dejamos las bicis. Luego haba que continuar andando.

    Se poda cruzar el ro por aqu mismo, por un tronco que atravesaba el cauce del Arevalillo, poca cosa en aquella poca del ao pero suficiente para un pequeo aventurero. Unos cien o doscientos metros ro arriba en la la-dera izquierda estaba nuestro destino: un terrapln de fina arena que era co-nocido como la Media Naranja.

    All pasamos la tarde subiendo por el terrapln y dejndonos caer como una croqueta o dando grandes saltos mortales y piruetas en las que siempre

    acabbamos rebozados por la fina y pegajosa arena. Las risas y gritos re-sonaban en el fondo del valle del ro como lo que era, una bulliciosa fiesta de cinco o seis chavales que por el rui-do pareca una gran multitud. Luego, tras lavarnos en el ro y acabar con las viandas, de vuelta a casa.

    Sabamos que los mastines de Ma-chn nos estaban esperando. As que la aventura no haba finalizado. Pasado Bujeritos ya empezaban a correr para llegar a la carretera justo cuando no-sotros pasbamos. Uno de los amigos de tanto mirar para atrs mientras daba pedales perdi el control de la bici y sali volando por encima del manillar.

    Tuvimos que parar, no podamos dejar abandonado a su suerte al amigo frente a las enormes fauces de los ca-nes. Entonces tuve un acto reflejo que dicen, algo que haces sin pensar, que te sale casi por instinto de supervivencia. Al no tener nada con lo que defender-me, les hice frente agachndome hasta el suelo para coger gravilla del borde de la carretera y lanzrsela con fuerza. Entonces los perros pararon en seco y se dieron la vuelta. Mientras, nosotros pudimos comprobar que el accidente solo haba deparado al amigo unos ras-guos sin importancia. Nada, un poco de mercromina, que era lo que se usaba por entonces, y a correr.

    En posteriores ocasiones comprob que slo con el ademn de agacharte al suelo para coger una piedra imaginaria y hacer que la lanzabas, los mastines paraban y se volvan a la finca que de-fendan.

    No me preguntis por qu a aquel terrapln del Arevalillo se le conoca como la Media Naranja, nunca lo he sabido.

    En Arvalo, a 1 de junio de 2015.Luis Jos Martn Garca-Sancho

    Media naranja

  • pg. 9 la llanura nmero 73 - junio de 2015

    C/ Palacios de Goda, 7 (Polgono Industrial) Arvalo

    Tfno. y Fax: 920 303 254 - Mvil: 667 718 104

    Cuando Rudolph M. Bell public su libro Holy Anorexia (Anorexia Sagrada) en 1985, este historiador no pens que estudiando las crnicas de esta forma de mortificacin auto-impuesta, tambin conocida como la anorexia mirabilis o inedia prodi-giosa, atraera algn inters hacia esta alteracin de la conducta alimentaria, ya que esta forma de anorexia era rela-tivamente rara y, hasta entonces, poco descrita por creerse casi inexistente.

    La Anorexia mirabilis o ano-rexia prodigiosa representa una sin-gular conducta a la que algunas mu-jeres religiosas se dedicaron entre los siglos XIII y XVI y en la que muchas sucumbieron; debido a un rechazo se-vero de la ingestin de alimento. Se cree que estas religiosas evitaban co-mer porque la comida para ellas repre-sentaba la lujuria-sensual-corporal, confrontando el pecado con el podero-so proceso instintivo que garantiza la supervivencia de cualquier especie.

    Como sacrificio, las mujeres descri-tas por este investigador, no se conten-taron con renunciar a la vida marital, cuando tomaran los votos de castidad para ingresar al convento, sino que, igualmente, renunciaron a la ingestin de todo alimento sin que esto, de ellas, pudiera ser esperado por su comunidad religiosa.

    En sus biografas, segn relata Bell, las religiosas afirmaban que lo que ansiaban, rehusando la comida era lograr acercarse ms a Dios por medio de la mortificacin, consecuencia del sufrimiento ocasionado por el hambre, como si fuera otra flagelacin. El ayu-no en esta instancia fue utilizado como cilicio.

    La ms conocida y mejor estudiada

    de estas religiosas ha sido Santa Cata-lina de Siena. Catalina Benincasa na-ci en la ciudad de Siena, Italia, el 25 de marzo de 1347. Hija nmero 23 de Jacobo y Lapa Benincasa, desde nia se destac por su inteligencia y reli-giosidad. Los bigrafos sealan que su primera visin, su voto de virginidad y el pueril intento de hacerse eremita los manifest entre los 6 y 8 aos. Su ma-dre se opona a sus deseos de vida de piedad e intent por todos los medios que eligiera la vida matrimonial. Apro-vechando una enfermedad que ocurre en su paso de la niez a la edad adulta, consigue que su madre realice las ges-tiones necesarias para que la admitan en la Tercera Orden de Penitencia de Santo Domingo. Las terciarias eran to-das mayores o viudas. La admisin de Catalina, que en ese momento tena 16 aos, fue una excepcin.

    Catalina fue, por naturaleza, op-timista. Hablaba ms de los xitos en la vida espiritual que de las derrotas o de los pecados. Si haca referencia a stos, lo conjugaba con la siguiente reflexin: Por mucho que el hombre est inclinado a pecar, est Dios mucho ms inclinado a perdonar. Adems de una gran labor social, desempe una importantsima actividad pblica. Sus hagigrafos sostienen que en 1370 re-cibi una serie de visiones del infierno, el purgatorio y el cielo, despus de las cuales escuch una voz que le manda-ba a salir de su retiro y entrar a la vida pblica, convirtindose en una heroica defensora del Papado durante el pero-do de su sede en Avignon, intervinien-do en las gestiones para que ste sea restituido a Roma. En junio de 1376 Catalina fue enviada a Avin como embajadora de la Repblica de Floren-cia, con el fin de lograr la paz de dicha repblica con los Estados Pontificios y

    La Anorexia Mirabilis o Anorexia Prodigiosa

    el papa mismo. En 1378, medi en la paz entre Florencia y Gregorio XI, y prepar la adhesin de Npoles a Ur-bano VI.

    En la poca de Catalina de Siena, se tenan el celibato y el ayuno en muy alta estima. El acto ritualista del ayu-no era tanto un medio para evitar la gula como para expiar los pecados del pasado. Catalina inicialmente ayun cuando era una adolescente en protesta contra la propuesta de matrimonio de su hermana. El ayuno era entonces un modo de ejercer algn tipo de control.

    Su dieta se limitaba al agua y las verduras. La auto-inanicin se cree que fue un factor que contribuy a su muerte. Catalina dijo que su negativa a comer era una forma de flagelacin. Sin embargo, ella coma a veces para demostrar que no estaba poseda por algn demonio, que le obligara a no tomar alimento. A pesar de su queja de dolores de estmago despus de co-mer, ella siempre fue capaz de recibir la hostia en la Sagrada Comunin.

    Muri en Roma el 29 de abril de 1380, a la edad de treinta y tres aos. Fue sepultada en la Iglesia de Santa Mara en Roma; su crneo fue lleva-do a la iglesia de Santo Domingo de Siena en 1384 y un pie se encuentra en Venecia.

    Jose M Manzano CallejoProfesor Asociado de Psiquiatra.

    UCM. Madrid

  • pg. 10 la llanura nmero 73 - junio de 2015

    Nuestros escritores y poetasAbuelito

    Llegando hasta mi mesa con cautelaqueriendo darme un susto la muy pilla!rodeando mi cuello zalamerahaciendo tras! me besa la mejilla.

    Mi mejilla rugosa y otoalque tanto las caricias necesita,de un angelito puro y celestialcomo es mi nieta, mi guapa Conchita.

    Qu escribes, abuelito, puedo verlo?Claro que s, hago un bello poemapara una nia chiquita y morenacon los ojos color caramelo.

    Para m? Qu bonito, lelo!pero no te emociones, abuelito,que no quiero que se llenen de doloresos ojos canados y marchitos.

    Entonces, gurdala, no te la leo,cuando pasen los aos y t crezcas...lo lees despacio y, con cario, piensasque abuelito te escucha desde el cielo.

    Mara Patrocinio

    Pobre paloma

    Brill el astro con fulgorcon rayos de ardiente luzel bello cielo vistisu manto color azul.

    El arco iris juntsus finsimos coloresla primavera tide rojo sus lindas flores.

    Qu pasa? pregunt el vientosilbando tras de la loma,calma tu furia un momentoy da paso a la paloma.

    Lo que nunca fui

    Cuando pasaron los aosmir hacia atrs y vilo que dej en el caminoy se qued tras de m,ideales, deseos, sueosdifciles de describir,habra sido distintosi hubiera podido cumplir.Los ladrones de sonrisasno me dejaron rer,me dices de que me roy yo me ro de tipues ya baja seco el ro,el ro se re de m,las negras ratas de antesya comenzaron a huir.He fallado en muchas cosasque me alejaron del final que un da quise llegarpero que no consegu.Dnde quedan las promesasque hice a la gente afn,dnde los anhelos fueronque siempre me unieron a ti,me queda el remordimientopor no poderlos vivirpor haber sido inconstante,un poco dejado y ruin.Los ladrones de sonrisasya no me dejan rer,me dices de que me roy yo me ro de tipues ya baja seco el ro,el ro se re de m,las negras ratas de antesya no pretenden huir.Al final soy lo que soy,para que os voy a mentirsi de nada sirve engaar,lo que veis ahora de mes lo que pude ser y nunca fui.

    Arvalo, primavera de 2015Luis Jos Martn Garca-Sancho

    Entre mil aves que agitansus alas al mismo sondestaca la ms bonitapaloma que Dios cre.Diciendo tranquilidadtraigo un mensaje de amor,basta de tanta maldad,basta de tanto dolor.

    Vengo desde el ms all,el Dios del cielo me enva,vengo en santo son de paztraigo la unin y alegra.

    Oh!, la paz, qu maravilla,por fin se acaba el horror,los odios y las rencillas,ahora triunfar el amor.

    Un ruido me despert,los ojos de pronto abr,la paloma estaba all,mirndome con temor.

    Estoy herida y maltrecha,nadie me quiere, deca,yo la abrac con tristezay la cur las heridas.

    Acunndola en mis manosla ayud a elevar el vuelo,sube hasta el azul del cielodonde no encuentres humanos.

    Sigue el mensaje llevandomi divina mensajera,la paz llegar mas cundo?y la paloma marchandodijo, por m, cuando el hombre quiera.

    Mara Patrocinio

  • pg. 11 la llanura nmero 73 - junio de 2015

    La Asociacin Amigos de Ma-drigal celebr el pasado 13 de ju-nio una nueva entrega de los premios Amigo de Madrigal, llegando en este caso a su VII edicin.

    El premio Amigo de Madrigal, se concede a las personas o institucio-nes que, a juicio de los organizadores, han llevado a cabo labores para el de-sarrollo, difusin y promocin de Ma-drigal de las Altas Torres.

    Los premiados se dan a conocer por parte de la comisin organizadora despus del plazo de consulta en el que todos los socios pueden sugerir de uno a tres candidatos a este pre-mio. Para cada sugerencia, se espe-cifican los motivos por los que la per-sona o institucin sugerida debe optar al premio.

    En ediciones anteriores se ha otor-gado esta distincin entre otros a las siguientes personas o instituciones: Jos Jimnez Lozano, Jos Luis Gu-tirrez Robledo, Miguel de la Quadra Salcedo, Rafael Gutirrez del Pozo, Adolfo Portillo, El Pueblo de Mxico, la pagina Web www.madrigal-aatt.net, Jess Rivero o la serie Isabel de RTVE entre otros.

    En esta edicin se han sumado a la lista de premiados las siguientes per-sonas: Demetrio Madrid, Rufino Coca y Mario Gonzlo.

    Demetrio Madrid Lpez es inves-tido, en mayo de 1983, primer presi-dente de la Junta de Castilla y Len, cargo que ostent al tiempo que en Madrigal ocupaba la alcalda Floren-tino Garca. Desde Amigos de Madri-gal han considerado que juntos reali-zaron innumerables actuaciones en la

    Los premios Amigo de Madrigal

    AGENDA DE ACTIVIDADES

    Presentacin del libro El gemido del sentimien-to. El prximo 19 de junio, viernes, a las 20:30 horas de la tarde tendr lugar la presentacin del libro El gemido del sentimiento de Juan Jos Martn Gordaliza. El acto tendr lugar en la Casa del Concejo de Arvalo.

    Paseo cultural por Arvalo. El domingo 21 de junio, a las 11:30 horas desde el mirador de la calle de San Ig-nacio de Loyola de Arvalo comenzar una nueva visita cultural por Arvalo. En este caso queremos recorrer la an-tigua ronda de la muralla desde el lugar de partida, antigua puerta de San Jos, hasta el puente de Medina, lugar en el que finalizar la visita.

    Marcha de San Vitorino 2015. Como en aos ante-riores y organizado por el Club de Senderismo Los Pina-res de Arvalo tendr lugar el prximo 28 de junio, do-mingo, la habitual marcha que se realiza en el contexto de las Ferias y Fiestas de Arvalo de cada ao. La excursin comenzar en el Polideportivo, discurrir por La Loma ba-jando luego hacia el puente de Valladolid, junta de los ros, Entrepuentes, hasta llegar al de los Lobos y desde l, por el paseo de Gmez Pamo volver al punto de partida. Este ao disfrutaremos del camino que ha sido ya trazado y se ha limpiado gracias al tesn de Fran Durn, en el contexto de su proyecto de Cinturn Verde de Arvalo.

    Infrmate de otras actividades en nuestro blog: http://la-llanura.blogspot.com.es/

    villa como la conversin en regado de las fincas de las Matillas, el arreglo de parte de las murallas, la formacin de cooperativas para convertir par-te de las Matillas en invernaderos y la potenciacin de las escuelas-taller para la restauracin de los monumen-tos.

    En cuanto a Rufino Coca Hernn-dez, naci en 1943 en Madrigal de las Altas Torres. La Comisin Organiza-dora de los Premios ha decidido con-cederle este reconocimiento por su dedicacin y gran labor durante sus 45 aos de vida profesional, de los cuales los ltimos 30 aos han sido

    dedicados al cuidado de los madriga-leos y vecinos de la zona bsica de salud de esta villa.

    El tercero de los premiados ha sido Mario Gonzalo Cachero, By Cache-ro. La comisin organizadora de los premios ha querido otorgarle este pre-mio por la gran labor de difusin que hace de la Villa a travs de su cmara de fotos, ya que ha inmortalizado para siempre actos tan queridos para todos los madrigaleos como la Semana Santa, el mercado medieval, el toro de San Nicols, los propios premios o el venerado Cristo de las Injurias, as como todos los monumentos.

    Asociacin Amigos de Madrigal

    Gonzalo

  • pg. 12 la llanura nmero 73 - junio de 2015

    La poesa con la Virgen(Julio Jimnez Martn)

    Unos das despus de que haya sido publicado este nmero, concre-tamente el 26 de junio, se cumplir el 60 aniversario de la Coronacin Ca-nnica de la excelsa Patrona Nuestra Seora de las Angustias.

    Con tal motivo nos permitimos re-cordar una pgina del peridico men-sual Arvalo que, en la dcada de los cincuenta del pasado siglo, editaba el Hogar de Arvalo en Madrid.

    El nmero correspondiente al mes de julio de 1955 adems de dar una amplsima informacin de cmo se vi-vi y en qu consistieron los actos de tan faustos acontecimientos, ofreci una pgina dedicada a exaltar a nues-tra Virgen con unas deliciosas poesas. Para deleite de nuestros lectores expo-nemos parte del contenido de aquella pgina. El titular que la encabezaba era: Corona Potica.

    Clsicos Arevalenses

    Ofrenda lricaA la virgen de las Angustias, Pa-trona de Arvalo en el da de co-

    ronacin, 26 de junio de 1955.

    Aquellos que en Arvalo nacieron,los que en su hidalgo suelo se educaron,los que de un dulce amor en l gozaron,los que a su patria chica enaltecieron,los que con nuestras gentes convivierony a sus bellas mujeres admiraron,porque a su Reina y Madre coronaron,todos, aqu, presentes estuvieron.Y, entre todos, potica coronade esperanza, de amor, de fe y anhelo,a su sagrada imagen ofrendamos.Si T sonres virginal Patronanuestras madres sonren desde el cieloviendo que en paz de Dios hoy nos [amamos.

    Leandro DEVESA

    La Virgen de las Angustias(Patrona de Arvalo)

    Exaltas el dolor mayor, Mara,el de la Madre que recibe al Hijomuerto en la Cruz desmantelada y fra,convertida en un Santo Crucifijo.Treinta y tres aos a tus pies. Creael mundo en el error y asustadizolo contrario de lo que all vea...,Oh pueblo pecador y tornadizo!En Arvalo ests. Sobre tu cara,del color de la tierra de Castilla,luce un sol con roco y nos amparala noche de tu manto; maravillaque hace de la ciudad vergel de floresal cambiar tu dolor en sus amores.

    Julio ESCOBAR

    A la Virgen de las Angustias en el da de su coronacinVirgen de las Angustiasel solemne momentode tu pueblo proclamndote Reina,convertir a tu Arvalo en un cielo.En l vers presentesa un nmero incontable de hijos buenosy a aquellos otros que te amaron muchoy ya no les tenemos;porque a la eternidad fueron llamadosllevndose en las almas tu recuerdo,como el aire que lleva los suspirospara elevarlos al espacio inmenso...y ser eco constante que te alabeaunque sea muy lejos.Los que un da nacieron en Arvaloo a tu amparo vivieron,estaremos presentes en tu fiestacon el alma, la mente o con el cuerpo.Como Dios en sus juicios o designiosnos haya colocado, as estaremos.Y yo no s por qu he de figurarmelocalizando a los que un da fueron,que las monjas bernardassern como lucerospuestos alrededor de tu corona

    en premio a sus desvelosy a la oracin de un da y otro daa Ti, Madre del Cielo.Y junto al corazn... todos los hijosque te llamaron Madre en el destierro.Qu dicha en esa horapoder todos citarnos como estemospara cantarte y proclamarte Reinacon melodas en olor de incienso,unidos a la Iglesia en sus ministros,sumisos a la voz del Pastor bueno!Que las campanas todas de tus torressuenen en mil volteos,para que ellas prolonguen nuestros [cantosen alabanzas de un amor inmenso.Virgen de las Angustias,al coronarte Arvalo, tu pueblo, se convierta en brillante nuestro [espritu,por ser el mejor mediode mantener con brillo tu corona,la corona que todos te hemos puesto.

    Constancio RODERO SEZ