La merLuza ¿un cuLtivo de futuro?

1
DIVULGACIÓN SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ACUICULTURA La merluza (Merluccius merluccius L.) es un pez teleósteo marino, perteneciente a los gadiformes que vive en fondos de entre 30 a más de 300 metros y se distribuye en las costas atlánticas europeas desde Noruega e Islandia hasta Mauritania y Mar Mediterráneo, llegando incluso hasta el Mar Negro. El macho puede alcanzar los 140 cm y la hembra 100. Son animales longevos (20 años) y pueden alcanzar pesos de hasta 15 kg. En el medio natural los adultos se alimentan principalmente de peces (sardinas, arenques y otros clupeidos, gádidos tales como lirio, bacalao y sus propios congéneres) y calamares; cuando son juveniles prefieren crustáceos, principalmente anfípodos y eufasiáceos (krill). La madurez sexual la alcanzan antes los machos (al quinto año, con 40 cm) y el séptimo las hembras (57 cm). Éstas crecen más rápido que los machos y pueden producir entre 2 a 7 millones de huevos por individuo. INTERÉS COMERCIAL Y DE CULTIVO Desde el punto de vista comercial, la merluza es una de las especies con más demanda en el mercado español: según datos oficiales, en 2010 el consumo en España fue de 4,6 kg por habitante. Este aspecto, junto con el interés de la Unión Europea y del propio Instituto Español de Oceanografía en la diversificación de los cultivos de especies marinas, animó a un grupo de inves- tigadores del Centro Oceanográfico de Vigo (Rosa Cal, José Iglesias y F. Javier Sánchez) a iniciar las investigaciones sobre sus posibilidades de cultivo: en 2007 se puso en marcha el proyecto “Zootecnia del cultivo de la merluza europea: Captura y aclimatación de juveniles”, con un obje- tivo muy preciso, que era el analizar la posibilidad de mantener en condiciones muy controladas, en cautividad, merluzas en número suficiente para constituir un futuro stock de reproductores que posibilitara la realización posterior del objetivo más importante: el cierre del ciclo de cultivo de la especie en cautividad. Con ese fin se progra- maron dos campañas de pesca, en 2007 y 2008. TECNOLOGíA DE PESCA Uno de los problemas importantes a la hora de conseguir ejemplares vivos de merluza es que, al ser animales de profundidad, cuando se capturan y se izan a la superficie, la vejiga natatoria aumenta de volumen presionando los órganos circundantes, provocando a menudo la muerte del pez. Para solucionar esto, en las campañas de pesca se utilizó un arte de arrastre Este artículo se enmarca dentro de las actuaciones recogidas en el Convenio de Colaboración firmado en diciembre de 2009 entre la Fundación Observatorio Español de Acuicultura (Fundación OESA) y la Sociedad Española de Acuicultura (SEA), y más concretamente en el ámbito de actuación relativo al estrechamiento de las relaciones entre la comunidad científica y el sector empresarial a través de la figura de “hojas divulgativas”. Este artículo ha sido elaborado por Francisco Javier Sanchez Conde ([email protected]), Investigador, Instituto Español de Oceanografía, Centro Oceanográfico de Vigo. La infografía ha sido elaborada por Carmen Gutiérrez ([email protected]). LA MERLUZA ¿UN CULTIVO DE FUTURO? con el copo modificado, constituido por un cilin- dro de lona reforzado con anillos de polietileno que retiene agua en su interior cuando es izado a bordo. De esta forma, mediante arrastres de corta duración, y una maniobra de virado lenta, unido a que las pescas se realizaron en zonas no muy profundas en la entrada de la Ría de Vigo, a 40 m de profundidad, se pudo lograr que gran parte de las merluzas capturadas llegaran vivas a bordo. No obstante, la mayor parte de ellas mostraban un vientre abultado debido a la hinchazón de la vejiga natatoria, nadando frecuentemente “boca arriba”. Para solucionar esto se le hacía una punción cerca del ano y, mediante una suave presión, se expulsaba el exceso de aire. A continuación los peces se introducían en tanques isotermos de 1000 que contenía agua a 14-15º C, bombeada “in situ” desde una profundidad de 20 m. El transporte de las merluzas vivas al Centro Oceanográfico se hacía por tierra, procurando que el tiempo transcurrido entre su estabulación en tanques y su llegada a destino fuese inferior a dos horas. A la llegada al centro se hacía un recuento de animales, registrando su talla y peso. Posteriormente se estabulaban en un tanque de 20 m3 y 1,5 m de profundidad, provisto de circuito abierto (1500 litros/hora) y temperatura controlada (T<15º C). En los tres días de cam- paña se pescaron un total de 330 ejemplares de merluza, 180 de los cuales llegaron vivos a bordo. De ellos, el 75% presentaban el vientre expandido por lo que tuvieron que ser puncionados. ADAPTACIóN A LA CAUTIVIDAD En los primeros cuatro días en cautividad se registraron el mayor número de bajas, probable- mente debido al efecto de la pesca y al estrés. La supervivencia desde el día 4 al 200 fue del 18%. Las primeras semanas se alimentaron de peces vivos, concretamente anguila de arena o lanzón (Ammodytes sp.), que fue bien aceptado desde el principio, llegando a consumir 2 kg diarios después de dos meses de aclimatación. Ante la dificultad de conseguir este tipo de alimento de una forma regular, se comenzó a utilizar una dieta inerte compuesta por sardina y lanzón, al principio frescos y posteriormente congelados y por último se habituaron a una dieta semi-húme- da elaborada en el IEO compuesta por harina de pescado (35%), pescado (30%), calamar (17%) y mejillón (18%) que fue suministrada cada dos días ad libitum. En cautividad las merluzas adultas se mues- tran poco activas, permaneciendo apoyadas en el fondo del tanque gran parte del tiempo, aunque desconocemos sus hábitos nocturnos. Van activamente a por el alimento, sobre todo si son presas vivas. En estos años de cautividad (2007-2012) no se han registrado enferme- dades y la mortalidad registrada se puede considerar normal. En los primeros meses de cautividad se estudió su crecimiento mediante muestreos mensuales de talla y peso utilizando anestesia (aceite de clavo) y un gran esmero en el manejo de los ejemplares; a pesar de ello, algunos peces morían días después por lo que se tuvo que detener este estudio, priorizando el establecimiento del stock de reproductores. Se han observado, sobre todo en los animales de menor talla, heridas superficiales producidas posiblemente por ejemplares mayores. En expe- rimentos de cría larvaria se han registrado casos de canibalismo entre ejemplares de muy distinto tamaño conviviendo en el mismo tanque. REPRODUCCIóN Y CULTIVO LARVARIO En primavera de 2009 se registró la primera puesta espontánea en cautividad. A lo largo de estos últimos años (2010 y 2011) se han contabilizado unas 60 puestas anuales. La mortalidad que se produce al manipular estos peces ha impedido conocer de cual y/o cuantas merluzas proceden dichas puestas así como detalles referentes a la fertilidad por individuo. No obstante la gran mayoría de las puestas obte- nidas dan lugar a un volumen considerable de huevos fertilizados de apariencia perfectamente normal. Éstos se incuban en circuito abierto de agua a 14ºC en tanques verticales de 150 litros provistos de una aireación suave. Los huevos de esta especie muestran una naturaleza hidrófuga y tienden a flotar “por encima” de la superficie, exponiéndose a la deshidratación, por ello se ha de usar una combinación de agua y aire que los mantenga en la columna de agua. Los huevos son transparentes, esféricos, miden 1.06 mm de diámetro y poseen una gota lipídica amari- lla de 0.24 mm de diámetro. Al cuarto día los huevos eclosionan. Las larvas al nacer miden 3.2 mm de longitud total y exhiben tres bandas de pigmentación verticales en la mitad posterior del cuerpo. La zona dorsal de la cabeza y la gota lipídica también poseen cromatóforos. Estos primeros días las larvas se nutren del saco de vitelo y la gota de grasa. Al sexto día de la eclo- sión ya poseen una boca funcional y las larvas comienzan su alimentación exógena. En sucesi- vos intentos de cultivo desarrollados en las ins- talaciones del IEO de Vigo en estos últimos años se han logrado juveniles de merluza de más de 100 días, no obstante la tasa de supervivencia obtenida en sucesivos experimentos de cultivo es todavía muy baja, por lo cual es necesario seguir investigando para mejorar las condiciones de cultivo, principalmente en aquellos aspectos referidos a la nutrición larvaria y a la formulación de dietas específicas para el destete.< J. Iglesias, M.J. Lago, F. J. Sánchez y R. Cal. (2010). Capture, transport and acclimatization to captivity of European hake, Merluccius merluccius L: preliminary data on feeding and growth. 4Aquaculture Research 41, 607-609. 4F.J. Sánchez, R. Cal, J. J. Otero, M. J. Lago, C. Gómez y J. Iglesias. (2011). The first spontaneous spawning of European hake Merluccius merluccius L.: Characteristics of eggs and early larval stages. (2011). Aquaculture Research doi:10.1111/j.1365- 2109.2011.02966.x BIBLIOGRAFÍA Uno de los últimos retos conseguidos por la acuicultura ha sido su reproducción en cautividad. Este hito logrado por el Instituto Español de Oceanografía de Vigo abre la puerta a un nuevo cultivo que cuenta con una alta demanda y un alto consumo en nuestro país. En cautividad las merluzas adultas se muestran poco activas, permaneciendo apoyadas en el fondo del tanque gran parte del tiempo, aunque desconocemos sus hábitos nocturnos. Van activamente a por el alimento, sobre todo si son presas vivas. En sucesivos intentos de cultivo desarrollados en las instalaciones del IEO de Vigo en estos últimos años se han logrado juveniles de merluza de más de 100 días, no obstante la tasa de supervivencia obtenida en sucesivos experimentos de cultivo es todavía muy baja. 14 ipacuicultura ipacuicultura 15

Transcript of La merLuza ¿un cuLtivo de futuro?

Page 1: La merLuza ¿un cuLtivo de futuro?

DIVULGACIÓN divulgación

SociedadeSpañola de acuicultura

La merluza (Merluccius merluccius L.) es un pez teleósteo marino, perteneciente a los gadiformes que vive en fondos de entre 30 a más de 300 metros y se distribuye en las costas atlánticas europeas desde Noruega e Islandia hasta Mauritania y Mar Mediterráneo, llegando incluso hasta el Mar Negro. El macho puede alcanzar los 140 cm y la hembra 100. Son animales longevos (20 años) y pueden alcanzar pesos de hasta 15 kg. En el medio natural los adultos se alimentan principalmente de peces (sardinas, arenques y otros clupeidos, gádidos tales como lirio, bacalao y sus propios congéneres) y calamares; cuando son juveniles prefieren crustáceos, principalmente anfípodos y eufasiáceos (krill). La madurez sexual la alcanzan antes los machos (al quinto año, con 40 cm) y el séptimo las hembras (57 cm). Éstas crecen más rápido que los machos y pueden producir entre 2 a 7 millones de huevos por individuo.

INtErÉS coMErcIaL y dE cuLtIvoDesde el punto de vista comercial, la merluza

es una de las especies con más demanda en el mercado español: según datos oficiales, en 2010 el consumo en España fue de 4,6 kg por habitante. Este aspecto, junto con el interés de la Unión Europea y del propio Instituto Español de Oceanografía en la diversificación de los cultivos de especies marinas, animó a un grupo de inves-tigadores del Centro Oceanográfico de Vigo (Rosa Cal, José Iglesias y F. Javier Sánchez) a iniciar las investigaciones sobre sus posibilidades de cultivo: en 2007 se puso en marcha el proyecto “Zootecnia del cultivo de la merluza europea: Captura y aclimatación de juveniles”, con un obje-tivo muy preciso, que era el analizar la posibilidad de mantener en condiciones muy controladas, en cautividad, merluzas en número suficiente para constituir un futuro stock de reproductores que posibilitara la realización posterior del objetivo más importante: el cierre del ciclo de cultivo de la especie en cautividad. Con ese fin se progra-maron dos campañas de pesca, en 2007 y 2008.

tEcNoLogía dE pESca Uno de los problemas importantes a la hora

de conseguir ejemplares vivos de merluza es que, al ser animales de profundidad, cuando se capturan y se izan a la superficie, la vejiga natatoria aumenta de volumen presionando los órganos circundantes, provocando a menudo la muerte del pez. Para solucionar esto, en las campañas de pesca se utilizó un arte de arrastre

Este artículo se enmarca dentro de las actuaciones recogidas en el Convenio de Colaboración firmado en diciembre de 2009 entre la Fundación Observatorio Español de Acuicultura (Fundación OESA) y la Sociedad Española de Acuicultura (SEA), y más concretamente en el ámbito de actuación relativo al estrechamiento de las relaciones entre la comunidad científica y el sector empresarial a través de la figura de “hojas divulgativas”. Este artículo ha sido elaborado por Francisco Javier Sanchez Conde ([email protected]), Investigador, Instituto Español de Oceanografía, Centro Oceanográfico de Vigo. La infografía ha sido elaborada por Carmen Gutiérrez ([email protected]).

La merLuza¿un cuLtivo de futuro?

con el copo modificado, constituido por un cilin-dro de lona reforzado con anillos de polietileno que retiene agua en su interior cuando es izado a bordo. De esta forma, mediante arrastres de corta duración, y una maniobra de virado lenta, unido a que las pescas se realizaron en zonas no muy profundas en la entrada de la Ría de Vigo, a 40 m de profundidad, se pudo lograr que gran parte de las merluzas capturadas llegaran vivas a bordo. No obstante, la mayor parte de ellas mostraban un vientre abultado debido a la hinchazón de la vejiga natatoria, nadando frecuentemente “boca arriba”. Para solucionar esto se le hacía una punción cerca del ano y, mediante una suave presión, se expulsaba el exceso de aire. A continuación los peces se introducían en tanques isotermos de 1000 que contenía agua a 14-15º C, bombeada “in situ” desde una profundidad de 20 m.

El transporte de las merluzas vivas al Centro Oceanográfico se hacía por tierra, procurando que el tiempo transcurrido entre su estabulación en tanques y su llegada a destino fuese inferior a dos horas. A la llegada al centro se hacía un recuento de animales, registrando su talla y peso. Posteriormente se estabulaban en un tanque de 20 m3 y 1,5 m de profundidad, provisto de circuito abierto (1500 litros/hora) y temperatura controlada (T<15º C). En los tres días de cam-paña se pescaron un total de 330 ejemplares de merluza, 180 de los cuales llegaron vivos a bordo. De ellos, el 75% presentaban el vientre expandido por lo que tuvieron que ser puncionados.

adaptacIóN a La cautIvIdadEn los primeros cuatro días en cautividad se

registraron el mayor número de bajas, probable-mente debido al efecto de la pesca y al estrés. La supervivencia desde el día 4 al 200 fue del 18%.

Las primeras semanas se alimentaron de peces vivos, concretamente anguila de arena o lanzón (Ammodytes sp.), que fue bien aceptado desde el principio, llegando a consumir 2 kg diarios después de dos meses de aclimatación. Ante la dificultad de conseguir este tipo de alimento de una forma regular, se comenzó a utilizar una dieta inerte compuesta por sardina y lanzón, al principio frescos y posteriormente congelados y por último se habituaron a una dieta semi-húme-da elaborada en el IEO compuesta por harina de

pescado (35%), pescado (30%), calamar (17%) y mejillón (18%) que fue suministrada cada dos días ad libitum.

En cautividad las merluzas adultas se mues-tran poco activas, permaneciendo apoyadas en el fondo del tanque gran parte del tiempo, aunque desconocemos sus hábitos nocturnos. Van activamente a por el alimento, sobre todo si son presas vivas. En estos años de cautividad (2007-2012) no se han registrado enferme-dades y la mortalidad registrada se puede considerar normal. En los primeros meses de cautividad se estudió su crecimiento mediante muestreos mensuales de talla y peso utilizando anestesia (aceite de clavo) y un gran esmero en el manejo de los ejemplares; a pesar de ello, algunos peces morían días después por lo que se tuvo que detener este estudio, priorizando el establecimiento del stock de reproductores. Se han observado, sobre todo en los animales de menor talla, heridas superficiales producidas posiblemente por ejemplares mayores. En expe-rimentos de cría larvaria se han registrado casos de canibalismo entre ejemplares de muy distinto tamaño conviviendo en el mismo tanque.

rEproduccIóN y cuLtIvo LarvarIoEn primavera de 2009 se registró la primera

puesta espontánea en cautividad. A lo largo de estos últimos años (2010 y 2011) se han contabilizado unas 60 puestas anuales. La mortalidad que se produce al manipular estos peces ha impedido conocer de cual y/o cuantas merluzas proceden dichas puestas así como detalles referentes a la fertilidad por individuo. No obstante la gran mayoría de las puestas obte-nidas dan lugar a un volumen considerable de huevos fertilizados de apariencia perfectamente normal. Éstos se incuban en circuito abierto de agua a 14ºC en tanques verticales de 150 litros provistos de una aireación suave. Los huevos de esta especie muestran una naturaleza hidrófuga y tienden a flotar “por encima” de la superficie, exponiéndose a la deshidratación, por ello se ha de usar una combinación de agua y aire que los mantenga en la columna de agua. Los huevos son transparentes, esféricos, miden 1.06 mm de diámetro y poseen una gota lipídica amari-lla de 0.24 mm de diámetro. Al cuarto día los huevos eclosionan. Las larvas al nacer miden

3.2 mm de longitud total y exhiben tres bandas de pigmentación verticales en la mitad posterior del cuerpo. La zona dorsal de la cabeza y la gota lipídica también poseen cromatóforos. Estos primeros días las larvas se nutren del saco de vitelo y la gota de grasa. Al sexto día de la eclo-sión ya poseen una boca funcional y las larvas comienzan su alimentación exógena. En sucesi-vos intentos de cultivo desarrollados en las ins-talaciones del IEO de Vigo en estos últimos años se han logrado juveniles de merluza de más de 100 días, no obstante la tasa de supervivencia obtenida en sucesivos experimentos de cultivo es todavía muy baja, por lo cual es necesario seguir investigando para mejorar las condiciones de cultivo, principalmente en aquellos aspectos referidos a la nutrición larvaria y a la formulación de dietas específicas para el destete.<

J. Iglesias, M.J. Lago, F. J. Sánchez y R. Cal. (2010). Capture, transport and acclimatization to captivity of European hake, Merluccius merluccius L: preliminary data on feeding and growth.

4Aquaculture Research 41, 607-609.

4F.J. Sánchez, R. Cal, J. J. Otero, M. J. Lago, C. Gómez y J. Iglesias. (2011). The first spontaneous spawning of European hake Merluccius merluccius L.: Characteristics of eggs and early larval stages. (2011). Aquaculture Research doi:10.1111/j.1365-2109.2011.02966.x

BiBLioGrafÍa

Uno de los últimos retos conseguidos por la acuicultura ha sido su reproducción en cautividad. Este hito logrado por el Instituto Español de Oceanografía de Vigo abre la puerta a un nuevo cultivo que cuenta con una alta demanda y un alto consumo en nuestro país.

En cautividad las merluzas adultas se muestran poco activas, permaneciendo apoyadas en el fondo del tanque gran parte del tiempo, aunque desconocemos sus hábitos nocturnos. Van activamente a por el alimento, sobre todo si son presas vivas.

En sucesivos intentos de cultivo desarrollados en las instalaciones del IEO de Vigo en estos últimos años se han logrado juveniles de merluza de más de 100 días, no obstante la tasa de supervivencia obtenida en sucesivos experimentos de cultivo es todavía muy baja.

14 ipacuicultura ipacuicultura 15