La Protección Jurídica de Los Animales. Jorge Reinaldo Vanossi

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Jorge Reinaldo Vanossi 3. La protección jurídica de los animales Rua Silvério Manoel da Silva, 160 – Bairro Colinas – Cep.: 94940-243 | Cachoeirinha – RS | Tel/Fax. (51) 33961000 | Site: http://www.cesuca.edu.br REVISTA JURÍDICA DO CESUCA ISSN 2317 9554 v.2, n. 4, dez/2014 http://ojs.cesuca.edu.br/index.php/revistajuridica 49 DOI: http://dx.doi.org/10.17793/rjc.v2i4.681 3. La protección jurídica de los animales 3. A proteção jurídica dos animais 3. The animals legal protection Jorge Reinaldo Vanossi 1 Resumen: El artículo versa sobre un asunto muy importante en nuestros días, el tratamiento otorgado a los animales. Tal es su importancia que la ONU y la UNESCO establecieron, en el año 1977, una Declaración Universal sobre sus derechos y cada vez más juristas e intelectuales dedican interés al tema. La manera dispensada a los animales en general y a las mascotas es ofensiva y requiere, más allá de una legislación específica, una cultura de compresión. Palabras clave: Derechos. Animales. Legislación. Abstract: The article deals with a very important issue nowadays, the treatment given to the animals. Such is its importance that the United Nations and UNESCO established, in 1977, a Universal Declaration on the rights and increasing interest lawyers and intellectuals devoted to the topic. How dispensed to animals in general and pets is offensive and requires, beyond specific legislation, a culture of compression. Keywords: Rights. Animals. Legislation. “Los animales nos hablan del fondo” (Umberto SabaI). 1 Abogado con Diploma de Honor (1960) en la Universidad de Buenos Aires. Doctor en Derecho y Ciencias Sociales de 3 universidades nacionales (Buenos Aires, La Plata y del Litoral) con Tesis “Sobresaliente”. En la UBA su tesis recibió el “Premio Facultad”, galardón que se adjudica a una sola tesis por año. Doctor “Honoris Causa” de la Universidad Católica de Salta. Diploma de Honor” de la Facultad de Derecho de la Universidad de Tel Aviv; “Profesor Distinguido” de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); Miembro de 4 Academias Nacionales de Buenos Aires y 2 Academias Reales de España. Pertenece a las análogas de Chile, Brasil, Ecuador y Colombia. Cuatro veces Diputado en el Parlamento argentino (1983 a 1993 y 2003 a 2007). Ministro de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina en el año 2002 y Conjuez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación desde el año 2002. Email: [email protected]

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  • Jorge Reinaldo Vanossi 3. La proteccin jurdica de los animales

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    DOI: http://dx.doi.org/10.17793/rjc.v2i4.681

    3. La proteccin jurdica de los animales 3. A proteo jurdica dos animais 3. The animals legal protection

    Jorge Reinaldo Vanossi1 Resumen: El artculo versa sobre un asunto muy importante en nuestros das, el tratamiento otorgado a los animales. Tal es su importancia que la ONU y la UNESCO establecieron, en el ao 1977, una Declaracin Universal sobre sus derechos y cada vez ms juristas e intelectuales dedican inters al tema. La manera dispensada a los animales en general y a las mascotas es ofensiva y requiere, ms all de una legislacin especfica, una cultura de compresin. Palabras clave: Derechos. Animales. Legislacin. Abstract: The article deals with a very important issue nowadays, the treatment given to the animals. Such is its importance that the United Nations and UNESCO established, in 1977, a Universal Declaration on the rights and increasing interest lawyers and intellectuals devoted to the topic. How dispensed to animals in general and pets is offensive and requires, beyond specific legislation, a culture of compression. Keywords: Rights. Animals. Legislation.

    Los animales nos hablan del fondo

    (Umberto SabaI).

    1 Abogado con Diploma de Honor (1960) en la Universidad de Buenos Aires. Doctor en Derecho y Ciencias Sociales de 3 universidades nacionales (Buenos Aires, La Plata y del Litoral) con Tesis Sobresaliente. En la UBA su tesis recibi el Premio Facultad, galardn que se adjudica a una sola tesis por ao. Doctor Honoris Causa de la Universidad Catlica de Salta. Diploma de Honor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Tel Aviv; Profesor Distinguido de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico (UNAM); Miembro de 4 Academias Nacionales de Buenos Aires y 2 Academias Reales de Espaa. Pertenece a las anlogas de Chile, Brasil, Ecuador y Colombia. Cuatro veces Diputado en el Parlamento argentino (1983 a 1993 y 2003 a 2007). Ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Repblica Argentina en el ao 2002 y Conjuez de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin desde el ao 2002. E-mail: [email protected]

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    I. Uno de los actos que enaltecen y diferencian a la especie humana es la compasin ante el sufrimiento de quienes son sus semejantes y tambin ante el de quienes no lo son pero tienen en su naturaleza igual capacidad de temor, dolor y angustia. La necesidad impone a los animales una lgica que no incluye la moral entre ellos, pero que, a pesar de eso, de ningn modo los obliga a soportar las innecesarias crueldades de nuestra condicin humana. El maltrato a los animales es un acto punible y vergonzoso y las leyes deben contribuir a su proteccin.

    Sin compartir la mayora de sus otras ideas (la doctrina del superhombre, el vitalismo metafsico, el antirracionalismo, etc.) el filsofo Friedrich Nietzsche (1844-1900) afirmaba que se poda estudiar la gnesis de la moral a partir del modo o la manera que el hombre trata a los animales (Humano, demasiado humano II). En 1975 el australiano Peter Singer public la obra titulada Liberacin Animal, convirtindose en iniciador de un movimiento por los derechos de los animales; caso curioso por cuanto este filsofo nunca haba tenido una mascota, pero crea que no se trataba de una mera empata sino de una cuestin de tica en relacin con la justicia del trato a los animales. Singer no vacilaba en reprochar de mientras la gente piense en los animales como meros medios de producir alimentos, es poco probable que tengamos una forma satisfactoria de tratarlos (confr., reportaje en la Revista (Clarn) del 16/VIII/2014, que remat sosteniendo que es esencial

    que nos planteemos las consecuencias de nuestras acciones: si van a beneficiar a todos, seres humanos y seres no humanos, pues me preocupa mucho la situacin de los animales).

    La Declaracin Universal de los Derechos del Animal aprobada por la UNESCO y posteriormente por la ONU, consagra los derechos de los animales y las obligaciones que competen a los seres humanos, individual e institucionalmente en la relacin con ellos. En este sentido, sostenemos que de igual manera que las desigualdades entre los seres humanos no facultan para esclavizar a otros individuos para la consecucin de sus fines (econmicos, culturales, cientficos, etc.), lo mismo ocurre en el vnculo con los animales no racionales, careciendo de justificacin moral la desconsideracin al sufrimiento y la consumacin de actos que impliquen la muerte innecesaria por maltratos o cuestiones irrazonables2.

    Por esta consideracin y convencido de la trascendental importancia que toda sociedad civilizada debe otorgar a este tema, propuse en su momento un proyecto de ley, habiendo tomado como base del mismo, al proyecto de ley sobre Normas bsicas sobre 2 El texto definitivo de la Declaracin Universal de los Derechos del Animal fue adoptado por la Liga Internacional de los Derechos del Animal y por las Ligas Nacionales afiliadas tras la 3 Reunin sobre los Derechos del Animal, Londres, 21 al 23 de septiembre de 1977. La declaracin proclamada el 15 de octubre de 1978 por la Liga Internacional, las Ligas Nacionales y las personas fsicas asociadas a ellas, fue aprobada por la Organizacin de las Naciones Unidas para la Educacin, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y, posteriormente, por la Organizacin de las Naciones Unidas (ONU).

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    explotacin, transporte, experimentacin y sacrificio para el cuidado de los animales, que el gobierno espaol presentara ante las Cortes Generales del Reino de Espaa en el ao 2007; pas ste en el que desde el 2013 rige el Real Decreto 53 relativo a la proteccin de los animales destinados a experimentos cientficos o en el mbito de la docencia.

    II. No se trata de legislar taxativamente las actividades deportivas de caza y pesca, ya que las mismas son consideradas (Art. 1, inc. c) en el frondoso cuerpo normativo desarrollado en aquellas provincias en las que se realizan dichas actividades. No obstante hacemos especial hincapi en denostar esas prcticas deportivas que suelen no tener en cuenta el derecho, de algunas especies en estado salvaje, a vivir y morir de acuerdo a los equilibrios impuestos por las leyes de la naturaleza. Lo dicho no es bice para que no se combatan adecuadamente y en la proporcin justa, ciertas plagas animales que puedan afectar, con su proliferacin, la economa y la estabilidad ecolgica de la regin en que prosperan. Hecha esta salvedad, insistimos en que no hay prctica deportiva que justifique los sufrimientos que se infringen a animales, a veces, mal heridos; ni el espectculo sangriento que significa abatir piezas indefensas con armas modernas y a distancia segura de las mismas. La caza realizada para el consumo de poblaciones rurales o alejadas de los centros de abastecimiento no merecen comentarios ni restricciones siempre que se realicen teniendo especial cuidado de preservar la permanencia de las especies cazadas a las que no se le deben provocar sufrimientos innecesarios en el momento de cazarlas. Nuestra objecin se focaliza exclusivamente en el placer, por lo general furtivo, que ciertas

    personas manifiestan al quitarles la vida a animales, cuya existencia, no presupone riesgos ni peligros de ninguna clase.

    Es inadmisible a mi entender y mi sensibilidad, como tantos otros humanos que compartimos valores y creencias - la prctica deportiva de la ria de gallos, que a pesar de estar prohibida legalmente (Ley 14.346) y no obstante la crueldad con que se manifiesta su celebracin, en algunas provincias se exterioriza la convalidacin con un financiamiento de alrededor de trescientos mil pesos (Tucumn).

    Un comentario aparte merece el sacrificio de animales en ritos religiosos que exigen la ofrenda de vctimas propiciatorias. Sin menospreciar de ninguna manera dichas creencias, la prctica de las mismas, matando o mutilando animales en dichas ceremonias, debera estar totalmente prohibida constituyendo la misma una falta muy grave. No llega a percibirse, salvo en cultos muy primitivos, de cualquier forma respetables, por qu la creencia en tales deidades deben ser suficiente justificacin para segar la vida de animales indefensos? Como todas las formas de pensamiento humano, las religiones han ido desarrollndose y abandonando la necesidad del derramamiento de sangre para agradar a sus dioses. Son pocos hoy, por lo menos en nuestro pas, los cultos que utilizan este tipo de ritual. Es entonces ste, el momento propicio para normativizar en sentido excluyente todo acto de violencia o tortura sobre animales con fines religiosos.

    III. Otro aspecto no cubierto exhaustivamente, aunque considerado en determinadas circunstancias (Art. 2, inc. 2), es el que atae a los animales domsticos

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    o mascotas. En este caso debe dejarse bien en claro el compromiso que asume con su proteccin, alimentacin y trato quien decide adquirir animales de compaa. Debe considerarse falta grave el abandono de animales domsticos en la calle, as como no atender a sus necesidades mnimas de abrigo, comida y salud. Si bien a menudo, son stos los animales que mejor trato reciben, tampoco son pocas las oportunidades en que sus dueos aplican tormentos despiadados a seres indefensos que son considerados objetos propios que pueden ser castigados o descartados a voluntad. Sobre esto ltimo he sufrido a menudo la pena que me causa observar en los lugares de veraneo cmo al trmino de la temporada y en el momento de retorno a sus hogares urbanos, son abandonadas deliberadamente las mascotas que los padres portaron para entretener a sus hijos en los pocos das de solaz esparcimiento: qu crueldad!

    IV. Reputamos a esta contemporaneidad como muy adecuada para producir modificaciones sustanciales en la legislacin que ampara los derechos de quienes no pueden reclamar sus derechos, puesto que, hasta en el rea de la experimentacin cientfica, tradicionalmente ajena a este tipo de cavilaciones, se estn poniendo a punto mtodos que permitiran suprimir o mitigar drsticamente el uso de animales en pruebas de laboratorio. Segn datos recientemente publicados, alrededor de 100 millones de vertebrados son empleados en investigacin bsica o de frmacos cada ao. La enorme mayora de ellos perece como resultados de stos usos y si bien no estamos sugiriendo que dicha investigacin no se realice -aun cuando ese sea el precio que debe pagarse- es promisorio que tantas

    muertes puedan ser suplantadas por otros mtodos de experimentacin tanto o ms exactos que los sustituidos. Asimismo se deberan eliminar aquellas prcticas docentes que hacen de la viviseccin un recurso pedaggico. Atendiendo a los abundantes y modernos recursos existentes a muy bajo costo (soft educativos, videos, internet, etc.), es deseable que no se utilicen en colegios primarios o secundarios animales vivos o muertos para ilustrar las clases de ciencias biolgicas.

    En ltima instancia es mi conviccin que la presencia humana sobre el planeta sea lo menos cruenta posible para los seres vivos que nos circundan. Los animales han ayudado al hombre a encumbrarse en la escala biolgica pero, aun as, tienen los mismos derechos de que sus vidas transcurran en digno equilibrio con la naturaleza que sustenta a todos. Cuntos animales han salvado las vidas de personas perdidas en la senda, o congeladas por el fro, o adormecidas por emanaciones txicas u otras vicisitudes?

    Es imperioso utilizando este vocablo en sus acepciones de necesario, urgente e ineludible- que en el seno de la familia y en los establecimientos educativos se inculquen reglas de conducta y de urbanidad (de atencin y buen modo, ms comedimiento y buena disposicin) dirigidas a orientar el comportamiento de los nios, jvenes y adolescentes, para direccionar el trato debido a los animales domsticos en primer trmino (por su cercana) y a las especies que no ofrezcan peligro hacia las personas. Lecciones de ejemplaridad que eviten atrocidades como la que da cuenta la carta de lectores de Susana Jung publicada en La Nacin el 18 de marzo

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    ltimo, en torno a los alumnos de un Colegio platense que colocaron en la puerta del establecimiento petardos en las orejas y en la boca de un perro, el cual explot muriendo desangrado (sic) ante la indiferencia de los all presentes Sin comentarios! Mientras tanto, ms de cien Facultades de Derecho de los EE.UU. y nuestra Universidad de Crdoba incluyen la enseanza de los derechos de los animales; y en Europa se cursan Master en Derecho Animal y Sociedad y cursos sobre Derecho del Bienestar Animal. Qu diferencia! Pero pregunto: no sera ms importante que adems - se incorporara al plan de estudios de las Facultades de Veterinaria la asignatura rgimen legal de la proteccin de los animales, tal como existen analgicamente Medicina Legal e Ingeniera Legal en las Facultades respectivas?

    V. En nuestro pas rige actualmente la Ley 14.346, de autora de quien fuera Presidente de la Cmara de Diputados de la Nacin y Ministro de Justicia, doctor Antonio J. Bentez, sobre Proteccin a los animales contra actos de crueldad (B.O. 05/XI/1954); norma sta que fue complementada con el decreto 5514/1961 sobre transporte de ganado, el decreto 1088/2011 sobre creacin del Programa nacional de tenencia responsable y sanidad de perros y gatos (creacin) y la resolucin 25/2013 de Servicio nacional de sanidad y calidad agroalimentaria.

    Estimamos que se impone actualizar y complementar dicha ley a la luz de los cambios sociales, tecnolgicos y cientficos producidos durante los ltimos sesenta aos, estableciendo en acatamiento al mandato de la ciudadana, una serie de principios sobre el cuidado y proteccin de los animales y las consecuentes infracciones y sanciones que

    otorgan eficacia jurdica a las obligaciones estipuladas legalmente. Sin perjuicio de ello, como una actualizacin legislativa tendra una mayor amplitud que la de una simple ley complementaria del Cdigo Penal, lo que podra ocasionar su cuestionamiento con fundamento en los poderes no delegados por las provincias (Arts. 121 y 125 de la Constitucin Nacional) 3 , se debera considerar como una normativa de bases a fin de que cada provincia decida si adhiere o no a la misma.

    Bueno sera que la legislacin se explayara, se difundiera y... se aplicara! Y mejor an sera que reaparecieran en escena las viejas entidades privadas que asuman la tarea de recoger a los animales de la calle, perdidos o abandonados4, que luego de alimentarlos,

    3 Art. 121: Las provincias conservan todo el poder no delegado por esta Constitucin al Gobierno federal, y el que expresamente se hayan reservado por pactos especiales al tiempo de su incorporacin. Art. 125: Las provincias pueden celebrar tratados parciales para fines de administracin de justicia, de intereses econmicos y trabajos de utilidad comn, con conocimiento del Congreso Federal; y promover su industria, la inmigracin, la construccin de ferrocarriles y canales navegables, la colonizacin de tierras de propiedad provincial, la introduccin y establecimiento de nuevas industrias, la importacin de capitales extranjeros y la exploracin de sus ros, por leyes protectoras de estos fines, y con sus recursos propios. Las provincias y la ciudad de Buenos Aires pueden conservar organismos de seguridad social para los empleados pblicos y los profesionales; y promover el progreso econmico, el desarrollo humano, la generacin de empleo, la educacin, la ciencia, el conocimiento y la cultura. 4 Viene a mi recuerdo de niez el camin-jaula de la Sociedad Protectora de Animales 'La Sarmiento', a la que mi abuela paterna brindaba su apoyo con el aporte de algunos dinerillos. Ella me inculc el amor hacia los animales; de lo que siempre recordar con gratitud. Al elaborar el proyecto legislativo de mi autora (no considerado

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    higienizarlos y curar su salud, los albergaban hasta ponerlos en manos de personas o familias que los incorporaban a su entorno o hbitat (lugar de condiciones apropiadas para vivir RAE).

    VI. La experiencia demuestra que el animal salvado merced a su adopcin por quienes lo incorporan a la vida familiar hogarea, son agradecidos para siempre: de una u otra manera, as lo testimonian con sus amos, ofrecindoles un cario conmovedor. Y en muchos casos, contribuyen a resguardarlos o salvarlos ante un riesgo o un peligro inminente. Cmo ser de cierto, que hasta algunos telogos (holandeses) han conjeturado ex-ctedra el interrogante acerca de la posesin de un almita por parte de las mascotas.

    Autores y poetas se han ocupado y preocupado por las afinidades que conectan la vida humana con la vida animal; y as Elsa Morante (La Storia) habla de una presciencia (conocimiento de las cosas futuras) de su propia suerte, que es una imagen indeleble del destino comn, parcial pero fundamental, que nos liga a estos primos nuestros, y no slo porque como dice el Eclesiasts: Quin sabe si el aliento de vida del hombre asciende hacia arriba y el aliento de vida del animal desciende bajo tierra?. A los animales se les reivindican cada vez ms derechos y sus sufrimientos son tenidos en cuenta cada da ms, incluso hasta el fanatismo: parte de esos sufrimientos son inevitables para nuestra supervivencia,

    hasta hoy), formul invitaciones a las entidades privadas que estaban registradas en carcter de protectoras de los animales: eran cerca de diez; pero slo una concurri a la reunin, aunque no remiti a posteriori comentarios ni observaciones o correcciones (sic).

    pero buscamos al menos mitigarlos o limitarlos de algn modo.

    VII. Hasta se ha llegado al extremo de calificar o descalificar a los animales domsticos desde el punto de vista de su comportamiento- por la mera impresin que pueda causar una foto que muestre su aspecto externo. Lcidamente advierte Pau S. Coderch (catedrtico de derecho civil de la Universitat Pompeu Fabra, de Barcelona) que de generalizarse esas prevenciones o prejuicios, habra que prohibir la publicacin en portada de fotografas de perros: ello as, para su proteccin (sic). Vale la pena extraer el ncleo de su pensamiento al respecto. Dice: Desde luego, el poder de unos pocos de popularizar algo siempre acaba por generar una cascada de problemas legales. Primero, no todo el mundo sabe que los perros pastores exigen que se les haga trabajar, ni que manejar un malinois belga (pastor belga) exige tener ms carcter que el perro mismo. Estas enseanzas no suelen prodigarse en las escuelas y, en todo caso, la cuarta parte de nuestro pas nunca ha tenido suerte en ellas. No todo el mundo, pues, es consciente de que no se debe comprar compulsivamente un perro despus de haber visto una fotografa suya y maravillosa.

    Entonces llegan los reguladores, quienes caen inexorables sobre perros y amos, sin distinguir entre educados y asilvestrados. Algunos alcaldes reaccionan ante las disfunciones culturales con regulaciones tremendas, que obligan a atar los amos a sus perros, que promueven la castracin sistemtica de los animales domsticos o que tantean ya su erradicacin futura de nuestras aceras, cada ao ms muertas.

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    Muchas de estas disposiciones son asfixiantes porque igualan por abajo, como si todo el mundo fuera memo (tonto, simple, mentecato DRAE) o porque reaccionan con prohibiciones y multas indiscriminadas ante la ladra de electores que identifican el campo con el polvo, a los animales con un peligro y a la vida misma con un foco de contagio. Pagan justos por pecadores.

    VIII. Por su parte, para el ensayista italiano Claudio Magris, en un artculo titulado La oscura sabidura de los seres irracionales (ADN-Cultura, 30/V/2014) sostiene que hay grandes relatos que incursionan en el mundo animal, aunque aade: Pero el mundo animal, y sobre todo la psiquis animal, siguen siendo un misterio insondable. Para burlar ese misterio, se ha recurrido con frecuencia a la fbula humanizante, donde el animal aparece como smbolo universal de las virtudes, vicios y comportamientos del ser humano. Como paradigma, queda en pie las Fbulas de Esopo (Siglo VI a.C.) autor griego cuyos textos fueron el primer libro de lectura en sus escuelas.

    Por todo ello, es muy encomiable comprender la angustia ante la agona del animal querido. Recuerdo haber ledo los Diez ruegos de un perro a su amigo (en una colaboracin de Luis Werner) donde a la dcima splica del camino le atribua este pedimento: Cuando me tenga que ir de este mundo no digas `esto no lo puedo ver o `que pase cuando yo no est, porque todo, hasta el ltimo adis, es ms fcil para m si t ests conmigo (sic).

    Es una experiencia frecuente, dolorosa para algunos o insensible para los indiferentes, pero bien recuerda el ya citado Claudio Magris que: En los ojos del animal moribundo escribe Rossana

    Rossanda- hay un estupor insostenible; y aade: Estupor doble: el del animal que probablemente no se da cuenta de su fin y el del hombre que lo vislumbra en los ojos del animal, y se aterra. Se aterra por no entender y se aterra ante a vaga intuicin de que si entendiera plenamente, se aterrara an ms.

    Como colofn, vale tambin la prevencin del citado autor de obras como Danubio y Microcosmos, cuando nos advierte con sabidura y fuera de toda sensiblera que: No se trata de sobrevalorar la inteligencia de los animales y menos an de humanizarlos con sensibleras edulcoradas, sino de apreciar esa imagen de mundo que a su modo contienen, o sea un modo para nosotros desconocido: una imagen de lo real y por lo tanto, lo real mismo.

    Este novelista, que confiesa a sus lectores cun grande hubiera sido su placer de tener en su casa frente al mar (mi obsesin o asignatura pendiente!) una foca que se comportase como un perro, nadando y pescando libremente en el agua para luego jugar en la playa o entrar en la casa (sic), concluye sentenciando esta dura verdad, que comparto: Cada vez se sabe ms sobre la inteligencia de los animales, sobre sus hbitos, sus comportamientos, sobre su sistema nervioso, pero es imposible saber cmo ven el mundo y por lo tanto, saber quines son, cosa que por otra parte es difcil para cada individuo, no slo frente a otros individuos sino tambin frente a s mismo.

    IX. Tambin corresponde aadir que en la tierna aproximacin a los animales, no excluy Magris escribir con su cautivante pluma, un ensayo alrededor de la reivindicacin del cerdo de reciente

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    aparicin- en que seala la injusta estigmatizacin del chancho, siempre asociado a la injuria y el insulto, pudiendo destacarse la inteligencia y valenta de ese animal. Acaso por estas protestas de los defensores del animal (se entiende que se trata de los no atentatorios contra la vida de los humanos) es que han surgido grupos y tal vez asociaciones- que bregan por el veganismo: se trata de predicadores de la dieta vegetariana5 o, en todo caso, de parte de quienes intentan concientizar de que se puede comer bien sin tener que provocar el sufrimiento del animal, a cuyo efecto aleccionan a travs de exhibiciones o testimonios muy fuertes sobre la matanza de animales (documentales grabados en fincas de USA y de Argentina, el Colectivo Abolicionista Independiente). Cabe aclarar que existen diferencias entre la dieta vegana y la dieta vegetariana: mientras que sta excluye la carne, el pollo y el pescado, pero consumen productos que no ocasionen la muerte del animal. En cambio, los veganos no consumen ningn producto obtenido de los animales, pues esos productos son para su propio uso (p. ej., la leche y la miel).

    X. Nada empece a que las preferencias de los humanos en torno a perros o gatos, despierte toda una disquisicin que, seguramente, 5 Es el caso del vegetalismo entendido como rgimen alimenticio estrictamente vegetal y que excluye todos los productos de animal, vivo o muerto, llamndose vegetalistas a quienes practican el vegetalismo (DRAE). En cuanto al trmino veganismo proviene del ingls veganism; veganos (del ingls vegan) que son los seguidores de la abstinencia en el consumo de productos de origen animal, pues rechazan la condicin de mercanca de los animales por ser stos sujetos sensibles. El trmino fue incorporado por el ingls Donald Watson en 1944, al crear la Vegan Society cuyo lema fue que el ser humano debe vivir sin explotar a los animales.

    acompaar hasta la eternidad. Lo mismo podra decirse de quienes optan por el conejo en lugar del equino, o cosas por el estilo. Sumamos al tema de las afinidades electivas alrededor de estos bichos tan queribles, una reflexin de Patricio Pron, leda recientemente (El Pas, 25/08/2014) bajo el ttulo de Perros y que dice as: el hecho de que los perros no parezcan juzgarnos (a diferencia de los gatos, que lo hacen todo el tiempo) vuelve la frase inverosmil. Naturalmente, hay decenas de perros con opiniones bien fundadas sobre sus amos: pinsese en el Coloquio de los perros cervantino o en aquel relato del argentino Copi en el que unos perros pastores alemanes exigen ser devueltos a Alemania para crear all un rgimen en el que los humanos sean alimentados por ellos y no al revs. Sin embargo, su bonhoma, la facilidad con la que aceptan ser entrenados, su fidelidad, hace que sus opiniones sean ms bien discutibles. Se puede extraer alguna enseanza de la observacin de un perro? Lo dudo; pero, si es as, tal vez lo que podamos aprender se resuma en otra frase de Chjov: El perro hambriento slo cree en los huesos. Buena parte de nuestras convicciones tiene su explicacin en ella.

    Y, como decan los de antes, sobre gustos no hay nada escrito, pues todo vale.

    XI. Reflexiones finales

    Prrafos aparte merece el alcance de la expresin que remite o alude a los derechos de los animales, por parte de quienes sostienen que la naturaleza animal es un sujeto de derecho. Se atribuye a Pitgoras la primeridad en atribuir tales derechos por estar los animales dotados del mismo tipo de alma

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    (580-500 a.C.). No faltaron alusiones a la moralidad de los animales en Virgilio (70-19 a. C.) y Ovidio (43-17 a.C.), como as tambin en las ideas de Plutarco (46-120 d.C.). No aparece la faz jurdica en cuanto a los animales, en Roma; y desde la visin de los grandes iniciados pueden encontrarse inspiraciones protectoras en el induismo y en el budismo (hospitales para curar animales enfermos).

    Ms adelante, las meditaciones de Descartes (1641) resultan adversas a la capacidad de los animales, pues a tenor de su criterio los sonidos externalizados por stos no son una lengua sino meras respuestas automticas a estmulos externos; lo cual fue contradicho en ese mismo ao por una ley de Massachusetts de proteccin de los animales domsticos; y poco tiempo despus, en 1654 se hizo lo propio en Inglaterra a instancias del puritanismo, ms el apoyo de Cromwell. Hacia fines de ese siglo, en 1693, John Locke se manifiesta condenando la crueldad en el trato con los animales por sus consecuencias negativas sobre el carcter de los nios que luego vuelcan esa brutalidad con los humanos. An no se hablaba de derechos de los animales.

    Recin a partir de Jeremas Bentham amigo de Rivadavia- el pensamiento se fue abriendo a la idea de la posesin de algunos derechos fundamentales por parte de los animales: el derecho a la vida, a su seguridad, a no sufrir torturas ni la esclavitud (que an perduraba en esa poca). Estimaba el pensador ingls que los animales eran acreedores a esa proteccin por su capacidad de sentir la agona y el sufrimiento, ms all de la capacidad para distinguir entre el bien y en mal. De all al ulterior criterio de Peter Singer, el camino al derecho a no sufrir quedaba expedito:

    resultaran aplicables a los animales los derechos consagrados en los artculos 3, 4, 5 y 6 de la Declaracin Universal del ao 19486.

    En sntesis, no es pacfica la postura en torno a los derechos de los animales, que oscila entre los que aceptan sus enunciados aunque reconociendo la especificidad de lo propio de seres que no son humanos; y la posicin de quienes rechazan tal asignacin del carcter de derechos a lo que es en definitiva un deber de proteccin. Algunos autores sealan la contradiccin entre el trato brindado a perros y gatos (mascotas) y la simultnea explotacin de vacas y gallinas para su destino alimentario del hombre (v.gr., Gary Francione, Regan, Kaplan, etc.). La bibliografa es abundante al respecto; y en los tiempos recientes se ponen en tela de juicio las derivaciones legales que pueden ser resultantes de la tenencia en los veterinarios, la reparacin por los daos que derivan de la muerte o heridas del animal, la aplicacin concreta de las leyes que penalizan la crueldad, la discriminacin; y otros supuestos ms.

    A pesar de todas estas dudas e inquietudes que se multiplica a diario, ya nadie cuestiona que debe proscribirse el sufrimiento de los animales e imponerse el deber humano de atender a su cuidado; pero a la vez aparece el interrogante que genera el hecho de que mientras los seres

    6 Art 3 Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.

    Art 4 Nadie estar sometido a esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos estn prohibidas en todas sus formas.

    Art 5 Nadie estar sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Art 6 Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad Jurdica.

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    humanos responden a un rgimen de paralelismo entre derechos y los consiguientes deberes, en el caso de los animales tan slo algunas especies introyectan el hbito del cumplimiento de los deberes.

    En mi opinin, el status legal de los animales es incuestionable: sin embargo, no existe igualacin con el concepto de derechos subjetivos pertenecientes a las personas, con todos los elementos que componen esa nocin fundamental; sino que se trata en el caso de los animales de la viabilidad que el Derecho puede imponer al Estado7, a la sociedad y a los responsables de su tenencia en cuanto al cumplimiento de obligaciones atinentes al debido cuidado en todos los rdenes (vida, alimentacin, diversin, salud, etc., etc.). Asimismo creo que es ms til advertir esas peculiaridades, antes que entrar en la proliferacin de originalidades terminolgicas que abundan en las referencias bibliogrficas, tales como la denominacin de derechos especiales, derechos extras, derechos de los semovientes, y otras ms imaginativas. Creo, finalmente, que la polmica se extender in eternum, entre disputas y opiniones, mientras prosiga el deporte de la caza de elefantes, la compraventa de los colmillos, la ferocidad de matar a los toros en las salvajes corridas, el matar palomas para condimentar comidas y

    7 En registros consultados consta que el art. 20 de la Ley Fundamental de Alemania (02/VIII/2001) reconoce el derecho de los animales a la proteccin como deber del Estado. Dicha norma expresa: El Estado, asumiendo igualmente su responsabilidad respecto a las generaciones futuras, protege los recursos naturales y a los animales por medio del ejercicio del poder legislativo, en el cuadro del orden constitucional y de los poderes ejecutivos y judicial en las condiciones que establezcan la ley el derecho.

    otros horrores por el estilo Veremos el fin?.

    La respuesta a este interrogante tan solo llegar a travs del desenvolvimiento de una cultura que cree concientizacin de la piedad en el relacionamiento con el mundo animal: ese mundo muy complejo y variado, en cuya percepcin por el ser humano debe entenderse como una conducta preceptiva el conocer y tratar en su manejo las diferencias que median en sus especies; pues si bien se define al animal como un ser orgnico que vive, siente y se mueve por propio impulso (DRAE), o sea un semoviente, una cosa es el salvaje y otra es la diferencia entre el animal amansado (el que mediante el esfuerzo del hombre ha cambiado su condicin salvaje pero si la recobra puede ser objeto de apropiacin) y otra cosa es el animal domstico (el que pertenece a especies acostumbradas a la convivencia con el hombre y no es susceptible de apropiacin); reservndose la calificacin de mascota para el animal de compaa, que sirve de talismn y que trae buena suerte (conf. DRAE). En consecuencia, las normas que se dicten por el Estado (y que pueden surgir de un precepto constitucional, como el caso de Alemania) envuelven en su inspiracin un sentido o significacin cabal, que hace a su razn de ser: la finalidad tuitiva para la defensa y amparo de la vida animal, asegurando la salud y sobrevivencia de las especies que la componen. Cuando Max Weber remarca el concepto del sentido de las normas est apuntando a las intencionalidades de accin colectiva que se forman en una sociedad.

    Por desgracia, en algunas sociedades los preceptos disponen un comportamiento (por ejemplo, la piedad

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    con los animales) pero las actitudes de una parte de la poblacin se orientan por la marrullera del cnico incumplimiento, ya sea por astucia tramposa o a su mala intencin: hasta personajes dotados de blasones suelen incurrir en esas desviaciones (sic), desde las carreras de galgos que terminan sus vidas en estado de invalidez, con penosos sufrimientos- nada ms que para satisfacer las ansias de goce placentero de personas paradjicamente inhumanas8. Tambin ha cobrado notoriedad el caso de chimpancs por los que se han interpuesto acciones de habeas corpus con el objeto de sacarlos de la sumisin de su encierro para que recuperen una vida libre, tal como dictaminan los primatlogos que se ocupan de homnidos que pertenece al orden de los primates superiores (los ms cercanos al gnero humano) como los orangutanes, gorilas y bonobos. Estn pendientes recursos judiciales en Crdoba, Ro Negro, Santiago del Estero y Entre Ros, ms otro tanto en tribunales de New York con la misma finalidad de sacarlos de cautiverio para ser trasladados a sitios adecuados a su sensibilidad de personas no humanas cuyas vidas corren peligro9. En sntesis, estamos asistiendo al surgimiento de nuevas formas de proteccin que, siendo vehiculizadas por los humanos, se dirigen a la salvaguarda de seres no humanos que conviven en cercana con las personas, asumiendo

    8 La carta de lectores de Marcela Garca Bonini (en La Nacin del 06/IX/2014) seala amputaciones, quebraduras, demodexia, etc.; y yo agregara: muchas veces sin que medie intervencin veterinaria alguna. 9 Vase nota de Loreley Gaffoglio en La Nacin del 07/IX/2014, con comentario de Daniel Sabsay, quien sostiene que hoy por hoy La nica forma de que un asunto relacionado al bienestar animal vaya a juicio, ocurrir cuando un hombre defienda su inters personal, de proteger indirectamente a los animales.

    stas deberes de proteccin y respeto en tanto y en cuanto no peligre la vida humana.

    De las acepciones que incluye la voz ente, la primera referencia es a lo que existe y puede existir. La siguiente, remite a la idea de entidad: toda personalidad jurdica particularmente si se halla relacionada con el Estado; mientras que la tercera alude a sujeto ridculo o extravagante; y, por ltimo, la expresin ente de razn es el que no tiene ser real y verdadero y solo existe en el entendimiento (confr. DRAE). De todas ellas, la primera puede considerarse inclusiva de los animales.

    En mi opinin, stos se encuentran en relacin con curadura con las personas (seres humanos y el Estado) quienes deben atender a su cuidado y quedan sujetos a las sanciones penales previstas por el incumplimiento de tales obligaciones legales y morales.

    Bibliografia

    DECLARACIN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES. Adoptada por La Liga Internacional de los Derechos del Animal en 1977, que la proclam al ao siguiente. Posteriormente, fue aprobada por la Organizacin de Naciones Unidas (ONU) y por la Organizacin de las Naciones Unidas para la Educacin, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). MAGRIS, Claudio. La oscura sabidura de los seres irracionales. ADN-Cultura, 30/5/2014.

    MORANTE, Elsa. La historia. Madrid: Gadir, 2008.

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    PRON, Patricio. Perros. Espaa: El Pas, 25/08/2014.

    SINGER, Peter. Liberacin animal: el clsico definitivo del movimiento animalista. Barcelona: Taurus, 2011.

    (Artigo recebido em 14/11/2014 e aceito em 04/12/2014)