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La Sana Doctrina 1 La Sana Doctrina Septiembre-Octubre 2018

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La Sana DoctrinaSeptiembre-Octubre 2018

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2 La Sana Doctrina

LA SANA DOCTRINA Revista bimestral publicada por asambleas

congregadas en el Nombre del Señor Jesucristo enVenezuela.

Año LVII Nº 357Septiembre-Octubre 2018

Redactores:

Guillermo Williams (Fundador: 1958-61)Santiago Saword (1961-76)Santiago WalmsleyAndrew Turkington (Redactor)

Tlf. (0416) 4373780 E-mail: [email protected]

Suscripciones: Joseph Steven Turkington a/c Carrera 6ª Nº12-61, San Carlos, Cojedes, Venezuela. Teléfono: (0416) 3020889 E-mail: [email protected]

Suscripciones para 2018

Para Venezuela: La suscripción es anual (seis revistas),y se paga en dos cuotas: 1. Bs. 40.000,00 para las tres primeras revistas2. Bs.S 120 para las tres últimas revistas.

Las suscripciones se hacen por asamblea, y puedencancelarse mediante un depósito o transferencia a lacuenta de ahorros No. 0105-0101-61-0101-10778-1 delBanco Mercantil a nombre de Joseph Steven Turking-ton, C.I. 17.890.560. Avisar por teléfono o utilizar elcódigo explicado en el Directorio de asambleas. Para el exterior: Se puede suscribir gratuitamente a larevista electrónica en la página web:

www.sanadoctrina.netY se le enviará un correo electrónico cada vez que secarga una nueva revista en la página.

Contenido

Artículos:

La Doctrina de Cristo (26).............3

Samuel Rojas

Observadores de David..................6

Albert McShane

Otro evangelio................................9

Andrew Turkington

La Suficiencia de la Escritura......13

La Perspectiva Cristiana de Nuestra Sociedad (XI)

A. J. Higgins

El Sermón del Monte (25)............17

Estudios Bíblicos sobre Mateo 5-7David Gilliland

¿Qué es lo Primero?.......................21

Bernardo Chirinos

Lo que Preguntan:........................22

• En cuanto a la formación de una asamblea en un nuevo lugar con inmigrantes.

Página Evangelística:

Dos Hombres murieron por mí....24“La Buena Semilla”/Andrew Turkington

Portada: De: Pixabay.com

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La Sana Doctrina 3

La Doctrina de Cristo (26)Samuel Rojas

n Marcos, es única la referenciaque Él apareció primero a MaríaMagdalena el día cuando resucitó

(16:9). Los detalles de esa privilegiadaaparición están en Juan 20:11-18, dondeestá muy Cercano de la creyente que lloray la consuela. Esta es Su Prioridad Sacer-dotal.

E

En Lucas, donde solo aparece Su ma-nifestación a los dos discípulos quienescaminaban de Jerusalén a Emaús y Él ca-minó con ellos hasta llegar a la casa. Enel trayecto, Él les abre las Escrituras y lesrestaura y les hace arder el corazón.

Y, en Juan, el mismo día de Su resu-rrección, por la noche, Él Se puso en me-dio de la reunión a puertas cerradas y lesdio Su paz, les trajo gozo, les envió a pre-dicar con el auxilio del Espíritu Santo, yprodujo fe, consagración y adoración enel apóstol incrédulo (al principio), To-más.

Así ha sido Su servicio a nosotrostodo el tiempo de la peregrinación de Supueblo en esta dispensación de Su gracia.Cada día Él ha estado con los que cum-plen la Comisión de discipular en todaslas naciones. Ha estado muy cerca decada santo en sus lágrimas, dolor e in-comprendidas circunstancias adversas yles ha consolado. Por todo el camino dela vida de cada creyente, de cada familia

cristiana, Él ha peregrinado con ellos yles ha restaurado y avivado. En cadaAsamblea Él ha cumplido Su promesa deestar “en medio” de los así congregadossegún Mateo 18:20 y ha administrado deSu gracia en misericordia para desarrollarlo mejor de cada uno. Él ha sido “fiel ymisericordioso” Sumo Sacerdote de Supueblo.

Recordemos antes de finalizar estaparte, la diferencia entre “Mediador” (1Tim. 2:5), “Abogado” (1 Juan 2:1-2) y“Sumo Sacerdote”. El primero nos lleva ala cruz, a Su sacrificio voluntario en elCalvario, por el cual Él hizo posible acer-car al Dios santo y al ser humano peca-dor. El segundo, nos lleva al Cielo, dondeÉl mantiene la filiación de hijo del Padredel creyente que peca por accidente.Como muchos saben, la palabra traducida“abogado” es la misma traducida “conso-lador” del Espíritu Santo. “Jesucristo elJusto”, “Jesús el Hijo de Dios” es nuestroAbogado por nosotros ante Dios. El Espí-ritu Santo es nuestro Consolador en noso-tros. Él, en gloria, siendo la Propiciaciónpor nuestros pecados, garantiza que nun-ca dejaremos de ser hijos de Dios auncuando pequemos.

El tercer término, el cual nos ha ocu-pado en este aparte, garantiza Su sostén ysimpatía en nuestras debilidades, triste-

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zas, luchas, aflicciones y adversidades. Elprimer oficio, fue completado en la cruz.El segundo y el tercero, los necesitamosmientras estemos acá en la tierra en nues-tro peregrinar hacia el cielo.

Pronto Él viene a llevar a los muchoshijos a la gloria. El tiempo tan difícil dePeregrinación en el desierto de este mun-do pronto quedará atrás. Él nos sostendráhasta el último momento y Él Mismovendrá a llevarnos. ¡Puede ser hoy! Noretrocedamos; Él nos socorre.

Su Segunda Venida y Su Reino Eterno

Para Su Iglesia (=Asamblea dispensa-cional, o Universal) lo que está por delan-te e inminente es Su venida al aire (‘aer’= la atmósfera más baja y densa) paraarrebatar a los Suyos. Y, para este mundo,Su venida visible a la tierra para juzgarlas naciones y establecer Su reino terre-nal. Así que, al entrar en el terreno Profé-tico, estudiaremos tan densas y extensasmaterias bajo los siguientes encabezados:

1) Los Períodos Proféticos;

2) La Parousía (Venida) del Señor alaire y nuestra reunión con Él;

3) La Prueba de los moradores de latierra;

4) La Parousía, Revelación y Apari-ción del Rey de reyes y Señor de señoresa la tierra;

5) El Predominio del Hijo del hombrepor mil años en la tierra y por la Eterni-dad.

1) Los Períodos Proféticos

La revelación divina dada a Da-niel (9:24-27) de las “70 Semanas” cons-tituye la columna vertebral de laEscatología, o Profecía, Bíblica. Son 70semanas de años, es decir, 70 x 7 = 490,años. En la Profecía Bíblica los meses tie-nen 30 días y los años, 360. Así que esta-mos hablando de 490 x 360 = 176.400días. La fecha del comienzo de este con-teo nos es dada en Nehemías 2: año 20del reinado de Artajerjes Longímano =445 a.C. (antes de Cristo); el mes, Nisán(es el mismo Abid, el primero del año re-ligioso judío); el día (según la demostradacostumbre de los Imperios Babilónico yMedo-Persa), el 1ro. de ese mes.

La Escritura divide en tres partes estas70 Semanas: 7 semanas + 62 semanas + 1semana. La primera parte, 7 semanas =49 años = 17.640 días. Esto abarca desdelos tiempos de Nehemías (445 a.C.) hastacuando la voz de los Profetas fue silen-ciada en Malaquías (el último profeta delAntiguo Testamento) y Nehemías cap.13fue escrito = año 396 a.C. La segundaparte, 62 semanas = 434 años = 156.240días. Estamos hablando, pues, de 69 se-manas de años = 483 años = 173.880días. Este período es descrito así: “desdela salida de la orden para restaurar y edi-ficar a Jerusalén hasta el Mesías Prínci-pe”, es decir, cuando el Hijo de Dios vinoa la tierra, Su primera venida al mundo.El último día de estas 69 semanas fue el10 de Nisán del año 32 d.C. (después deCristo); fue Domingo, y fue cuando el Se-

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ñor entró en Jerusalén montado sobre unasno como el Rey.

Después de la semana 69 se nos diceque “se quitará la vida al Mesías”; el Reyfue rechazado. Eso sucedió el 14 de Ni-sán del 32 d.C. cuando el Señor Jesúsmurió y fue sepultado. Tres noches y tresdías después (según el Horario y Cande-lario Judíos) Él resucitó de entre losmuertos. 40 días después ascendió al cie-lo. Y, 10 días después envió el EspírituSanto para comenzar la proclamación delEvangelio por todo el mundo, partiendode Jerusalén. Con la muerte de Esteban,definitivamente Dios desechó a Israelcomo testigo de Él en esta tierra. Y, Jeru-salén fue destruida en el año 70 d.C. porel ejército Romano y los judíos sobrevi-vientes fueron esparcidos por todo elmundo.

La semana de años que falta, la Nro.70 (“Y por otra semana...”), aún está enel futuro. Son 7 años = 2.520 días. Estádividida en dos partes, “a la mitad de lasemana”, de 3 años y medio (“un tiempo,tiempos y la mitad de un tiempo”,Dan.7:25; 12:7; Apoc.12:14) cada una =42 meses (Apoc.11:2; 13:5) = 1.260 días(Apoc.11:2; 13:5).

Por tanto, entre la semana Nro. 69 y lasemana Nro. 70 se abrió un paréntesis detiempo el cual ya lleva más de 1.986años. Es el período en el cual estamos vi-viendo. Es la Dispensación de la Iglesia,de la Gracia de Dios, cuando el Señorestá edificando Su Iglesia. Así que, el An-tiguo Testamento no habla de este Perío-do. Los santos del A.T. no son parte de laIglesia de Cristo. Sus anhelos y las pro-

mesas que ellos recibieron tienen que vercon la Segunda Venida del Cristo a la Tie-rra y Su Reino acá. La “iglesia” fue un“misterio”, escondido a los profetas ysantos del A.T., pero revelado en el N.T.

Tengamos claro, pues, que la Venidade Cristo al aire por Su Iglesia no es laSegunda venida de Cristo en gloria a laTierra. El A.T. habla, desde Enoc profeta(Judas, v.14), de esta Venida a la Tierradel Señor con Sus santos, la destrucciónde Sus enemigos y el establecimiento deSu Reino aquí en la Tierra. Según Apoca-lipsis, el Señor aparecerá en las nubes, ytodo ojo Le verá, y pondrá Sus pies en elMonte de Los Olivos en Jerusalén, al fi-nal de los días, al final de la Semana 70de Daniel. A lo menos 7 años antes de SuVenida en gloria, será Su Venida al aire.Pero, del día y de la hora” nadie recibiórevelación de parte de Dios. EL Señorpudo haber venido a buscar a Su pueblocelestial en el Siglo I; el apóstol Pablo ylos creyentes de ese tiempo Le esperabanen su vida. Nosotros, también. ¡Puede ve-nir hoy!

Lo que no pasará

Cierto día, un príncipe colmado de ri-quezas y honores le preguntó a uno de susvisitantes: “Dígame, ¿qué puede faltar aquí?Muy oportuno, el invitado respondió: “Laduración”.

¡Qué contraste con la Palabra del Señor,la que “permanece para siempre”! (1Ped.1:25). No puede ser quebrantada (Jn.10:35), y todos los esfuerzos hechos coneste fin son inútiles, pues ella vive y “per-manece para siempre”.

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6 La Sana Doctrina

asta el día que Samuel visitó aBelén para ungir un rey en lugarde Saúl, David vivió en la oscu-

ridad. De allí en adelante él llegó a serobjeto de una observación minuciosa adondequiera que iba. Casi siempre, aque-llos que tuvieron contacto con él fueronprestos para expresar su opinión acercade él, y así, sin saberlo, estaban revelan-do la condición de sus propios corazones.Su manifestación a la nación fue unaprueba que sacó lo bueno en algunos y lomalo en otros. Al considerar estas críti-cas, nos conviene examinarnos, recordan-do que: “Como en el agua el rostrocorresponde al rostro, así el corazón delhombre al del hombre” (Pr. 27:19). Al es-cucharlos hablando lo que había en suscorazones, bien podemos preguntarnos:“¿qué hubiera dicho yo en semejantescircunstancias?

H

Dios mismo

Antes de que cualquiera en Israel fue-se permitido opinar sobre David, Diosmismo expresa Su estimación: “Jehováse ha buscado un varón conforme a sucorazón” y “Jehová no mira lo que mirael hombre; pues el hombre mira lo queestá delante de sus ojos, pero Jehová mirael corazón” (1 Sam. 13:14; 16:7). Davidno tenía gran estatura física ni experien-cia para gobernar, pero tenía la cosa másesencial para ser el rey –un corazón recto

para con Dios. A través de toda su vida,esta fue su característica sobresaliente.Los riesgos que tomó, los sacrificios quehizo, la misericordia que mostró, y lasalabanzas que ofreció, todos tuvieron suorigen en esta gran virtud.

Isaí y Samuel

No se nos dice directamente cómo Isaíconsideraba a su hijo David, pero su ma-nera de actuar cuando vino Samuel revelamucho. Él invitó a todos sus hijos a lafiesta, excepto el menor, que fue dejadopara atender el rebaño, mientras los de-más se sentaron a la mesa con el profeta.Evidentemente pensó que David servíabien como pastor, pero que no sería unbuen rey. Nos admiramos del muchachopor quedarse en su humilde trabajo. Deesto estamos seguros, las ovejas no podí-an estar en mejores manos. Pocos se dancuenta que su trabajo terrenal, por máshumilde que sea, es donde son prepara-dos para cosas más grandes. Pedro pescópeces antes de pescar hombres; Estebansirvió a las mesas antes de ministrar laPalabra; y aun Pablo hacía tiendas antesde edificar asambleas. Si David no hubie-ra cuidado ovejas, no pudiera haber testi-ficado de su victoria sobre el león y eloso.

Debe haber sido una experiencia emo-cionante para Samuel ir a Belén para en-

Observadores de DavidAlbert McShane

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contrar un nuevo rey. La ciudad temblócuando él llegó, y tal vez él mismo sintióprofundamente la importancia de la oca-sión. Los hijos de Isaí desfilaron delantede él, y si el Señor no hubiera interveni-do, el aceite hubiera sido echado sobre lacabeza de Eliab. ¿No es extraño que elhombre más espiritual en Israel se dejóllevar por la apariencia externa? ¿No ha-bía aprendido del caso de Saúl? Tanto elpadre como el profeta fueron demasiadoinfluenciados por la atracción natural,como para discernir cuál era la personaque el Señor había elegido. Si Dios nohubiera hablado, nadie hubiera pensadoen ungir a David.

Eliab

La batalla con los filisteos fue la oca-sión que demostró a Israel que David erael hombre digno de reinar sobre ellos.Antes de eso, él estaba contento de tocarsu arpa delante de Saúl, o de cuidar lasovejas de su padre. Pero desde el día quetrajo la provisión para sus hermanos alcampo de batalla, nunca más se le permi-tió seguir su humilde trabajo. El grito delgigante fue muy diferente para él que elbalido de ovejas, y tal vez le recordó delleón que había matado. De modo que nonos sorprende que, después de hacer unasaveriguaciones, se ofreció a ir y pelearcontra el burlador. Esta oferta sacó a luzlo que había en el corazón de Eliab. ¡Concuánto menosprecio habló del ungido deJehová! Le trató como un muchacho infa-tuado, tan necio como para ir donde hom-bres más sabios y poderosos que él no seatrevían. ¿No nos sorprende que el únicoen Israel que estaba dispuesto a tomar su

vida en su mano fuese tan malentendido? Ciertamente no estaba abrién-dose paso entre sus superiores para llegaral frente, porque nadie quería encontrarsecon Goliat. Ni siquiera hubo uno que seofreciera a acompañar a David ¿Quién noha sido culpable alguna vez del pecadode Eliab? Los hombres de fe todavía tie-nen que soportar mucho de parte deaquellos que no han sufrido casi nadapara Dios, y que no saben cuánto cuestaese camino.

Saúl

Fue una sorpresa para Saúl saber queDavid estaba dispuesto a pelear con el gi-gante. No vio ninguna esperanza de éxi-to. ¿Cómo podía un muchacho conquistarun guerrero experimentado de tal estatu-ra? La armadura de Saúl no fue de ayuda,aunque pensaba que le estaba haciendoun gran favor a David. Pobre hombre,nunca soñó que el muchacho que estabaprobando su armadura, un día iba a llevarsu corona. Evidentemente, la extremidadde la ocasión le había movido a hacerpromesas muy generosas, hasta su hijamayor como esposa para el que mataba algigante. Esto quería decir que David po-día llegar a ser el yerno del rey, si ganabala batalla. De modo que no nos sorprendeque Saúl preguntó: “¿De quién es hijoeste joven?” Aun la crisis tan intensa noeliminó el orgullo egoísta de su corazón.Anteriormente, cuando David estaba to-cando delante de él, nunca averiguó acer-ca de su ascendencia, pero ahora que hayla posibilidad de que forme parte de la fa-milia real, quiere saber de su familia. ¿Sehabía olvidado Saúl de su propia

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historia? Después de todo, buscando as-nas no era muy diferente de cuidar ovejas.De seguro, algo mucho menos que unleón o un oso hubiera sido suficiente parademostrar su cobardía. Pobre Mical erademasiada parecida a su padre para seruna bendición a cualquier hombre. Pero,como cualquier hombre mundano, Saúldeseaba una pareja de alto rango para suhija. Todavía el estatus social y la riquezason más importantes para algunos que lafe y la espiritualidad.

Goliat

El discurso de Goliat cuando Davidsalió a su encuentro demuestra los pensa-mientos que tenía del joven. Su lenguajefue tan aterrador como su estatura, y suarrogancia fue tal que ni siquiera concebíala posibilidad de una derrota. Ver a esemozo con su cayado de pastor fue comoun insulto para él. Por cierto, el joven sinespada contradecía todas sus ideas pre-concebidas de guerra. El soberbio filisteono conocía el secreto de la fuerza de Da-vid. No hasta sentir el peso de su pie so-bre su cabeza herida, le amanecería larealidad de que, en ese pedacito de huma-nidad que había corrido a su encuentro,estaba el gran poder de Dios.

Jonatán

Jonatán es uno de los personajes másilustres del Antiguo Testamento. Sus pen-samientos de David eran muy diferentes alos de su padre. ¿Quién no ha admiradosu recibimiento tan sincero del vencedor,al entregarle humildemente su espada, ymostrarle su gratitud por lo que había he-cho a favor de Israel? No se ve ninguna

envidia, ni siquiera una resistencia paraaplaudir el conquistador, ni tener en pocolas dificultades de la hazaña. Pocos pue-den elevarse en tales ocasiones, porque esmás fácil simpatizar con las fallas deotros que regocijarse en sus éxitos. Nadadescubre más profundamente la condiciónde nuestro corazón, que nuestra actitudhacia aquellos que han alcanzado lo quenosotros no pudimos alcanzar. Jonatánnunca se olvidó de esta experiencia, nipudo dudar que, el que tenía la cabeza delgigante en la mano, estaba destinado aocupar la posición más elevada en la na-ción.

El pueblo

Hasta ahora hemos considerado cómoDavid fue visto por individuos prominen-tes, pero en 1 Sam. 18 aprendemos cómoel pueblo común pensó de él. Esto se re-vela en lo que cantaron después de la ba-talla en el valle de Ela. Las mujeres quepercibían cuán grande era la liberación lo-grada, no podían sino celebrar la ocasión,y mostrar sin lugar a duda sobre qué cabe-za debía estar la corona. Los diez milesque atribuían a David y los miles a Saúlmostraba claramente los sentimientos desus corazones. Aunque eran sinceras y te-nían buenas intenciones, su cántico lecostó a David años de persecución. Ob-viamente es peligroso alabar a otros enpresencia de ciertas personas, porque du-ros como el Seol son los celos. Saúl nun-ca fue igual con David después de esto, yel pasar del tiempo nunca alteró la impre-sión que le causó ese cántico.

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Nabal y Abigail

Consideraremos dos observadoresmás en este artículo –Nabal, y su esposaAbigail. Ambos tuvieron contacto conDavid en el día de su rechazamiento pormedio de la visita de sus siervos a la ha-cienda de ellos. Pero qué contraste tanmarcado se ve en sus actitudes hacia él.Nabal no podía ver en David más que unesclavo prófugo, que merecía ser azotadoy debía estar más bien en la cárcel que enel palacio. ¡Pero cuán diferente fue laopinión de Abigail! Si su esposo estabaciego a las virtudes del hombre de Dios,ella ciertamente no lo estaba. Más bien,ella manifestó más discernimiento quecualquier otra persona en Israel en cuan-to a los propósitos de Dios para con Da-vid. Ella apreció la protección de sushombres, conocía la injustica de la oposi-ción de Saúl, anticipó la derrota de todossus enemigos y el cumplimiento de la pa-

labra del Señor con relación a su reino.Poco pensó ella que sus sabias acciones ypalabras habían ganado el corazón delrey fugitivo, de manera que cuando mu-rió Nabal, ella llegó a ser la esposa deDavid.

Nuestras meditaciones sobre los ob-servadores de David no deben dejarnossin lecciones que aprender. Podemos verque se necesita más que fuerza o sabidu-ría natural para discernir los caminos deDios y los instrumentos de Su elección.En segundo lugar, podemos aprenderque, al dar nuestra opinión de otros, amenudo descubrimos las condiciones denuestro propio corazón. Y tercero, elhombre que ha emprendido cumplir elpropósito de Dios en su vida, tiene queelevarse por encima de las críticas carna-les de aquellos con quienes se encuentraperiódicamente.

Otro evangelioAndrew Turkington

anto los corintios como los gálatasestaban siendo afectados por losque estaban predicando “otro

evangelio”. El apóstol Pablo les habíapredicado “la palabra verdadera del evan-gelio” (Col. 1:5), ellos la habían recibidoy eran salvos, mostrando por su perseve-rancia la realidad de su fe (1 Cor. 15:1,2).Cuando Pablo se fue a predicar el mismomensaje en otros lugares, vinieron otros

T con “un evangelio diferente”. Pablo acla-ra que: “No que haya otro, sino que hayalgunos que os perturban y quieren per-vertir el evangelio de Cristo” (Gál. 1:6,7).Era algo tan serio, que el apóstol pronun-cia una doble maldición sobre estas per-sonas: “Si alguno os predica diferenteevangelio del que habéis recibido, seaanatema” (Gál. 1:8,9), y advierte que “el

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que os perturba llevará la sentencia,quienquiera que sea” (Gál. 5:10).

Pero, ¿cómo se puede detectar queuna persona o grupo religioso está predi-cando “otro evangelio”? La única maneraes que conozcamos bien el evangelio dela Biblia. El que está claro en cuanto almensaje del evangelio revelado en la Pa-labra de Dios, no va a ser engañado por“otro evangelio”.

El evangelio de la Biblia es el “evan-gelio de Dios” (Rom. 1:1). Proviene deÉl. Por tanto, no tiene nada que sea indig-no de Él. Está perfectamente en conso-nancia con Su carácter. Es una “palabrafiel y digna de ser recibida por todos” (1Tim. 1;15). Nos duele ver cómo en elmundo religioso que nos rodea se asociael evangelio con tantas prácticas que noson dignos de nuestro gran Dios y Salva-dor.

Veamos otras descripciones del verda-dero evangelio en el Nuevo Testamentoque nos ayudan a identificar lo genuino yrechazar “otro evangelio”:

Es el Evangelio de Su Hijo

“Dios, a quien sirvo en mi espíritu enel evangelio de su Hijo” (Rom. 1:9). Elevangelio de Dios es “acerca de Su Hijo,nuestro Señor Jesucristo” (Rom. 1:3). Éles el gran tema del evangelio, que le pre-senta como el único mediador entre Diosy los hombres. “Los judíos piden señales,y los griegos buscan sabiduría; pero no-sotros predicamos a Cristo crucificado…me propuse no saber entre vosotros cosaalguna sino a Jesucristo, y a éste crucifi-cado” (1 Cor. 1:22,23; 2:2). Si no presen-tamos a Cristo, Su Persona y Su Obra

redentora, no hemos predicado el evange-lio. Un mensaje que se centra en otra per-sona que no sea Cristo, es “otroevangelio”.

Es el Evangelio de la Gracia de Dios

“El ministerio que recibí del Señor Je-sús, para dar testimonio del evangelio dela gracia de Dios” (Hch. 20:24). El evan-gelio de la Biblia es la buena noticia que“a gracia de Dios se ha manifestado parasalvación a todos los hombres” (Tit 2:11).Al hombre pecador destituido de la gloriade Dios, se le ofrece salvación por puragracia, completamente aparte de méritoshumanos, obras, ritos o penitencias. Noes fácil para el hombre aceptar el evange-lio de la gracia de Dios, porque tiene quedeshacerse de todo su orgullo y dependerenteramente de la misericordia de Diospara ser salvo. Cualquier mensaje queofrece esperanza de salvación para elhombre por medio de esfuerzos, guardarmandamientos, ceremonias, etc. es “otroevangelio”.

Es el Evangelio de vuestra salvación

“Vosotros, habiendo oído la palabra deverdad, el evangelio de vuestra salvación,y habiendo creído en él, fuisteis selladoscon el Espíritu Santo de la promesa” (Ef.1:13). De nada vale anunciar al pecadoruna religión, un plan de reforma, unas re-glas que guardar. Lo que necesita es sal-vación, porque está perdido, muerto ensus delitos y pecados, e incapaz de haceralgo a su propio favor. El evangelio de laBiblia ofrece al pecador “una salvacióntan grande”, provista por Dios por mediode la muerte de Su Hijo. Un mensaje que

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pretende ayudar al hombre, sin reconocersu estado perdido es “otro evangelio”.

Es el Evangelio de la paz

“Dios envió mensaje a los hijos de Is-rael, anunciando el evangelio de la pazpor medio de Jesucristo; éste es Señor detodos” (Hch. 10:36). El ser humano es unenemigo de Dios por causa de su pecado.El evangelio de la Biblia es un mensajede reconciliación: “que Dios estaba enCristo reconciliando consigo al mundo”.Ofrece la paz con Dios mediante la san-gre de Su cruz. La paz con Dios es unarelación de amistad establecida entre elhombre y Dios, basada en el sacrificio deCristo, que ha satisfecho todas las deman-das de un Dios santo en contra del peca-dor. Esa relación de paz trae calma ysosiego al corazón del creyente. Un men-saje que ofrece traer un sentimiento decalma, sin arreglar el problema del peca-do, es “otro evangelio”.

Es el Evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo

“Me fue dada esta gracia de anunciarentre los gentiles el evangelio de las ines-crutables riquezas de Cristo” (Ef. 3:8). Lamente del hombre es incapaz de com-prender la magnitud de las riquezas espi-rituales que el evangelio de la Bibliaofrece al que cree en Cristo. Riquezas deverdadero valor que el creyente ya posee,y la eternidad no será suficiente para es-cudriñarlas todas. Un mensaje que ofreceprosperidad material por seguir a Cristoes “otro evangelio”. El mismo Señor ad-virtió a sus oyentes: “Si alguno quiere ve-

nir en pos de mí, niéguese a sí mismo, ytome su cruz, y sígame.” “Así, pues, cual-quiera de vosotros que no renuncia a todolo que posee, no puede ser mi discípulo”(Mr. 8:34; Lc. 14:33).

Es el Evangelio de la gloria de Cristo

“La luz del evangelio de la gloria deCristo, el cual es la imagen de Dios” (2Cor. 4:4). El evangelio de la Biblia glori-fica a Cristo, no al hombre. “Porque nonos predicamos a nosotros mismos, sino aJesucristo como Señor” (2 Cor. 4:5).Aquel gran predicador, Juan el Bautistapudo decir: “Es necesario que Él crezca,pero que yo mengüe”, y al ser interrogadoen cuanto a sí mismo dijo: “Yo soy la vozde uno que clama en el desierto” (Jn.3:30; 1:23). Una voz no se ve; Juan noquería que la gente se fijara en él, sino enla Persona que presentaba. Todos esosgrupos religiosos en los cuales se da pro-minencia al hombre: el Reverendo tal, elMinistro tal, etc., están predicando “otroevangelio”.

Es el Evangelio del reino de Dios

“Creyeron a Felipe, que anunciaba elevangelio del reino de Dios y el nombrede Jesucristo” (Hch. 8:12). El reino deDios es aquella esfera donde se reconocela autoridad de Él y se hace Su voluntad.Aunque tendrá un aspecto literal y terre-nal en el futuro reino milenial de Cristo,su realidad presente es espiritual. El evan-gelio de la Biblia anuncia que la entrada aese reino es por medio del nuevo naci-miento (Jn. 3:3,5), y al llegar a ser unsúbdito de ese reino, uno se somete a la

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autoridad del Rey. Un mensaje que ofrecesalvación, sin sumisión al señorío deCristo, es “otro evangelio”. Uno no puederecibirle como Salvador sin recibirle tam-bién como Señor. Que un puede ser salvoy seguir viviendo como quiere en el peca-do, es “otro evangelio.

Que el Señor nos ayude, hermanos, aconocer el Evangelio de la Biblia, y pre-dicarlo en toda su pureza. “Porque no meavergüenzo del evangelio, porque es po-der de Dios para salvación a todo aquelque cree” (Rom. 1:16). Y que no nos de-jemos llevar por “otro evangelio”.

La Perspectiva Cristiana de Nuestra Sociedad (XI)

La Suficiencia de la EscrituraA J Higgins / Trad. D R Alves

Truth & Tidings, Worldview

n un libro publicado póstuma-mente, Carl Sagan escribió:“Nuestro planeta es un solitario

punto en la gran, envolvente oscuridadcósmica. En nuestra oscuridad, vastacomo es, no hay nada que indique queayuda vendrá de otra parte para salvarnosde nosotros mismos”.

E

¿De veras que hemos sido consigna-dos a andar a tientas en tinieblas moralesy espirituales sin un rayo de luz? ¿Esta-mos confinados a nuestra propia capaci-dad de razonamiento y nuestroslastimosos intelectos? ¿Los filósofos denuestro tiempo y los conductores de pro-gramas de entrevistas son nuestro faro enmedio de la oscuridad?

Con toda deferencia a la capacidad in-telectual del señor Sagan, no estamos enuna oscuridad cósmica, y ayuda sí ha ve-nido “de otra parte” para salvarnos. Otrospodrán proveer tomos y darles el título deGuía del Universo, pero tenemos un li-

bro, escrito por un Autor mucho más ca-pacitado, que es nuestra guía y luz infali-ble para toda necesidad.

Pablo escribió en 2 Timoteo 3.15 a 17que la inspirada Palabra de Dios “puedehacer sabio para la salvación … a fin deque el hombre de Dios sea … enteramen-te preparado para toda buena obra”. Esenteramente adecuada para toda necesi-dad que tengamos. En el contexto de 2Timoteo 3, puede llevar un niño a la ma-durez de un varón de Dios, vv 15 y 17.Leemos que es “útil para enseñar, pararedargüir, para corregir, para instruir enjusticia”. Alguien ofreció un comentarioprovechoso: “enseñar lo que es cierto;redargüir para alertarnos de que no esta-mos en lo cierto; corregir para ayudarnosa saber qué es lo cierto; instruir paraguardarnos en lo cierto".

Cada prueba que enfrentamos encon-trará su consuelo y dirección en la Pala-bra de Dios; cada dilema que afrontamos

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encontrará su orientación en el Libro. Nohay dificultad ni decisión que jamás en-frentaremos por la cual Dios no ha pro-visto principio o precepto en su Palabra.Nuestra gran deficiencia es un conoci-miento insuficiente del Libro para descu-brir aquellas respuestas. El problemanunca está con la Palabra de Dios, sinosiempre con nosotros.

La suficiencia de la Escritura se debea que contiene revelación procedente deDios mismo, confiable y pertinente paracada uno de nosotros. Recurrir a la Escri-tura con la mentalidad de que hay cues-tiones que afrontamos en el siglo 21 porlas cuales la Escritura no tiene respuestaes cuestionar la sabiduría y previsión desu Autor.

Los ancianos, esposos, esposas, evan-gelistas, maestros, empresarios y trabaja-dores encontrarán entre sus tapasinstrucción para guiarles en la vida.

La revelación

Es obvio que, si vamos a conocer aDios, Él debe revelarse a nosotros. Nues-tras tinieblas de ocupación con nosotrosmismos como pecadores, nuestra distan-cia y alejamiento de Dios, y nuestra faltade interés y contaminación quieren decirque no hay manera en que podríamos al-canzar el conocimiento de Dios por nues-tros propios medios, Job 11.7, Romanos3.11. Pero la gran maravilla y misericor-dia es que tenemos un Dios auto-revela-dor, un Dios cuyo propósito eterno hasido el de revelarse a nosotros y comuni-carse con nosotros. Esto no estaba basadoen una necesidad de ser conocido, sinoen un deseo de hacer conocer su corazón

a sus criaturas para nuestro gozo y bendi-ción.

Cual “Verbo” desde la eternidad pasa-da, “desde el principio”, Cristo siempreha sido el medio por excelencia para lacomunicación con la humanidad. Siem-pre ha sido su objeto comunicarse a tra-vés de aquel “Verbo”, o Palabra. En suHijo, tenemos la Palabra encarnada; en laEscritura tenemos la Palabra inspirada.Dios habla a toda la humanidad por lacreación. En el advenimiento del SeñorJesús, Él habló de manera clara y defini-tiva; y en la Palabra escrita, Él nos ha ha-blado de manera escrita y permanente.Cuán agradecidos debemos estar que hayun registro escrito permanente de la men-te de Dios como está revelada en su Pala-bra.

La Escritura afirma ser nada menosque la revelada verdad de Dios. A menu-do se aplican los términos verbal y ple-nario al concepto de la inspiración. Estostérminos quieren decir que, cuando losmanuscritos originales fueron redactadospor “santos hombres de Dios” bajo elcontrol del Espíritu de Dios, fueron he-chos palabra por palabra, en su totalidad,el mensaje completo y exacto de Dios ala humanidad.

Su fiabilidad

Se han escrito libros sobre el tema dela fiabilidad y exactitud de la Palabra deDios, de manera que sería imposible eimprudente ofrecer una defensa de suconfiabilidad en el corto espacio de esteartículo. Tendrán que ser suficientes unospocos puntos de los más destacados, y ellector interesado podrá investigar la

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abundancia de recursos disponibles sobreel tema. Considere primeramente que noestamos tratando de evidencia “cientí-fica”, y que la esencia de la metodologíacientífica es la capacidad de “reproduc-ción” predecible. Estamos en la esfera deevidencia histórica y literaria. Esto noquiere decir que nuestra conclusión no esválida. Quiere decir simplemente que losmétodos científicos de probar la exactitudno aplican para autenticar algo que es his-tórico. Es parecido a un caso en el tribu-nal donde se presenta tanta evidencia queno queda duda razonable en la mente deljurado.

La Escritura misma. No tenemos losoriginales, y los hubiéramos hecho ídolosal contar con ellos. Pero sí tenemos unaabundancia de manuscritos, algunos deellos redactados poco más de un siglodespués de los tiempos de los apóstoles.Esto empequeñece el período de tiempoentre la mayoría de las obras clásicas dela historia antigua a las cuales no hay ob-jeción de parte de los eruditos. Lo dichoabarca las obras de Platón, Homero, Tucí-dides y Plinio el menor.

Existen más de 5000 manuscritos de laPalabra de Dios. De nuevo, esto es mu-cho más de cualesquiera de los escritosantiguos sobre la historia. Estos manus-critos fueron encontrados en muchos lu-gares diferentes, de manera que niegancualquier idea de colusión.

Si usted está en una universidad o ex-puesto a aquellos que cuestionan la Bi-blia, en alguna ocasión oirá que hay másde 200.000 errores en los manuscritosque admiten examen. No son errores, sino

diferencias entre los manuscritos. Laabrumadora mayoría (99%) son menoresy del estilo de si debe decir “un” o “el”, oun cambio similar de poca importancia.Ningún pasaje o doctrina sufre cambios altomar en cuenta estos supuestos“errores”. En realidad, ellos son pruebade que no hubo colusión ni intento de en-gañar.

El testimonio del Salvador. En un tri-bunal se permite que una persona testifi-que a su favor, y otros confirman orefutan aquel testimonio cuando ellos tes-tifican acerca de su veracidad, certeza ycarácter. El Señor Jesús veía la Escrituracomo la Palabra de Dios. Su enfático “Es-crito está” era un testimonio de su hinca-pié en que la Escritura venía de Dios.

El Señor Jesús citaba de Génesis hastaDeuteronomio inclusive, los Salmos y losProfetas. Él afirmaba que eran la verdad.Señalaba a su muerte y resurreccióncomo el testimonio de la Escritura. La re-alización de estos eventos atestigua la fia-bilidad de la Escritura.

El testimonio de la arqueología. Uni-forme y repetitivamente, la arqueologíaafirma la certeza de la Escritura. Estepunto requiere cautela porque no pruebala inspiración, sino sólo demuestra su cer-teza. Pero una prueba de la autenticidad,ante tantos detractores, hace mucho pararatificar la inspiración.

Considere estos ejemplos:

Sodoma y Gomorra eran consideradosun mito hasta que se encontraron regis-tros de las cinco ciudades, como tambiénel área rica en betún o azufre. En la cima

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de Jebul Usdum (montaña de Sodoma) seencontró evidencia de un incendio.

Jericó fue excavado en 1930 a 36.John Garstang hizo ver que los muros ca-yeron hacia afuera. La ciudad no fue sa-queada, sino arrasada por fuego. Estoocurrió en tiempo de siega, tal como rela-ta Josué.

El nombre de Sargón era desconocidofuera de la Biblia, y hombres negaban suexistencia, Isaías 20.1. Su palacio enKhorsabad fue descubierto en 1843 porun arqueólogo francés. Además, la ins-cripción en fragmentos de monumentosencontrados en Asdod en 1963 (en el Mu-seo Israelí actualmente) confirma los de-talles bíblicos de su conquista de Asdoden 711 AC.

Guardadas ahora en el Museo Británi-co, las crónicas babilónicas abarcan unperíodo entre 615 y 539 AC y tratan de lacaída del Imperio Asirio y Nínive, asícomo Nahúm y Sofonías habían predichoy como Nehemías registró. Ellas confir-man, adicionalmente, los ataques a Jeru-salén que hizo Nabucodonosor.

Muchos negaban la existencia de Bel-sasar y por esto la fiabilidad del libro deDaniel. Pero en 1854 se desenterró unainscripción babilónica que relataba queNabonidus encomendó el reinado a suhijo mayor, Belsasar. Por esto Daniel po-día ser solamente el tercero en rango en elreino.

Hechos 17.6,8 menciona las autorida-des de Tesalónica, empleando el términopolitarcos, gobernantes de una ciudad.Antes de 1853 no se encontraba este vo-

cablo en la literatura griega. Sin embargo,en 1835 un arco en Tesalia reveló el títuloPolitarco con una lista de las autoridades.

El testimonio de los videntes. Se haestimado que fueron cumplidas aproxima-damente sesenta profecías en la vida ymuerte de Cristo. Aun si consideramossolamente ocho en las cuales Él no tuvoninguna parte en su cumplimento, son ex-traordinarios el lugar, la ocasión y la ma-nera de su nacimiento, como también sutraición, la manera de su muerte, el tratoque recibió (los esputos, la burla, el escar-nio), la perforación de sus manos, pies ycostado, y su sepultura.

La posibilidad de que un hombre po-dría cumplir todo esto por casualidad opor coincidencia es 1 en 1017. Sume a és-tas las profecías del Antiguo Testamentocumplidas: las setenta semanas de Daniel,el nombre asignado a Ciro antes de nacer,el movimiento de las naciones en Daniely la sucesión de imperios – las posibilida-des son más remotas aún.

El testimonio de los pecadores. Unode los mayores tributos de cualquier obraliteraria es cuando una persona reconoceque cambió su vida. Son raros los librosde esta naturaleza, y las vidas cambiadaspor ellas más raras todavía. Con todo, elcielo y un universo por venir serán llenosde individuos que darán fe de que la Pala-bra de Dios cambió su vida y su eterni-dad.

El testimonio de su supervivencia.La Biblia ha resistido el paso del tiempo,las profecías de sus enemigos y la perse-cución por parte de sus opositores. ¿So-

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brevivirán cuántos libros escritos hacemás de 25 años? Son llamados “clásicos”.¿Y sobrevivirán cuántos por 100 años? Y,raras veces, una pequeña fracción del 1%de los libros perduran 1000 años. La Bi-blia ha aguantado cambios en la cultura,opinión, naciones y sociedades. El pasodel tiempo no ha diluido su mensaje ni si-lenciado su voz.

Los críticos han atacado la Biblia acada paso. Esto llegó a ser un verdaderoarte en los años 1800 con los críticos deforma, quienes intentaban deconstruir laBiblia y negar sus dichos. Se ha intentadonegar su inspiración y también la confia-bilidad de su registro histórico. Hombreshan garantizado que la Biblia pasará alolvido. Voltaire la atacó y prometió su de-ceso. Los críticos intentaban negar la au-toría de Moisés, razonando que el arte deescribir no era conocido en el tiempo deMoisés. Pero alguien descubrió la “tablanegra” (una piedra esculpida) con su es-critura de las leyes de Hammurabi – tressiglos antes de Moisés.

En el Antiguo Testamento, Manasésdebía de intentar abolir la Escritura, porcuanto un ejemplar fue escondido en eltemplo y encontrado por Josías. AntíocoEpífanes saqueó Jerusalén en el 2o sigloAC, prohibiendo que la Biblia fuera leíday destruyendo todo cuanto ejemplar po-día. Durante los primeros tres siglos, em-peradores romanos procuraban destruir laBiblia. En 303 DC Diocleciano desenca-denó sus diez persecuciones, decretandola destrucción del Libro.

Wycliffe tradujo la Biblia al inglés dela Vulgata Latina de Jerónimo; la edición

de 1320 se vendía a US$ 200 el ejemplar.Cuarenta años después de su muerte, sedesenterraron sus huesos y los esparcie-ron en el río.

En 1450 la invención de la imprentafacilitó la publicación de la Biblia. Unejemplar de la primera edición está guar-dado en la Biblioteca del Congreso enWashington y ha sido valorado en un mi-llón de dólares – un buen precio para unlibro que se decía que no existiría hoy.

Si bien las tácticas del enemigo hancambiado ahora de intentar destruir el Li-bro a ponerlo en entredicho y marginarlo,ella continúa hablando de generación engeneración. La Biblia ha sobrevivido.

El testimonio de la piedra. La prue-ba irrefutable de la Palabra de Dios es elsepulcro abierto y la piedra quitada, silen-ciosa, pero con todo, elocuente. El Salva-dor atestiguo a la autenticidad de laEscritura. Dijo que se levantaría de lamuerte. Su resurrección da testimonio desu veracidad y por ende de la veracidad ycerteza de la Escritura. La resurrecciónverifica todo lo que Cristo dijo y enseñó.

Alguien podría protestar que esto esun razonamiento circular. Estamos afir-mando que la Biblia es verídica y confia-ble porque el Señor Jesús se levantó de lamuerte, pero a la vez su resurrección estáen la Biblia que estamos defendiendo.Tengamos presente que estamos ante evi-dencia histórica. La crucifixión de Cristoes un hecho histórico probado. Es una re-alidad histórica que un grupo de apóstolestestificaba de su resurrección. Han fraca-sado intentos por mentes legales impar-

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ciales de refutar la resurrección con baseen la evidencia.

La relevancia

Finalmente, debemos considerar lacuestión de su relevancia. Muchos librosson autorizados y acertados, tratando detemas de interés diario como reparar unautomóvil, encontrar un destino, o reali-zar una compra. Serían pertinentes en elcaso de que usted necesitara la informa-ción que contienen. No serían relevantes,sin embargo, para un gran número de per-

sonas, y mucho menos a toda la familiahumana.

La Biblia, en cambio, sí es relevante.Trata de, y responde a, las preguntas pro-fundas de la vida. ¿Por qué estoy aquí?¿Adónde voy? ¿Cómo puedo estar segu-ro? Orienta para la gran búsqueda de lavida. ¿Cómo puedo encontrar sentido, se-guridad y significado? Levanta al hombredel lodazal de la vida: la impotencia de supecado y la fatalidad eterna. Nos propor-ciona a cada uno una calidad de vida quese describe como eterna. Ningún otro li-bro ni siquiera promete estas cosas.

El Sermón del Monte (25)Transcripción de Estudios Bíblicos sobre Mateo 5-7

David Gilliland

Estudio #10. Mateo 7:13-29

Hay dos referencias similares a la Leyy los Profetas en el Sermón:

a. 5:17. “No penséis que he venido paraabrogar la ley o los profetas; no he ve-nido para abrogar, sino para cumplir.”

b. 7:12. “Así que, todas las cosas quequeráis que los hombres hagan con vo-sotros, así también haced vosotros conellos; porque esto es la ley y los profe-tas.”

Entre esas dos referencias, el SeñorJesús comprime el cuerpo principal de Suenseñanza en esta ocasión. Él mostró queno estaba aquí para derogar la Ley y losProfetas. No desacreditó la revelación an-

terior, pero la tomó y construyó sobreella, y la llevó más allá de lo que habíaestado antes. Hemos tratado de conside-rar las varias secciones de la enseñanza, yhemos comentado sobre cada una.

También podemos notar que:

a. Hay una introducción de 16 versículosantes de la primera referencia, 5:1-16.

b. Hay una conclusión de 17 versículosdespués de la segunda referencia, 7:13-29.

Estamos considerando ahora la con-clusión de esta serie de mensajes dadospor el Señor Jesús, y hay 3 mensajes enestos últimos versículos:

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18 La Sana Doctrina

1. Un mensaje para viajeros, vers. 13-14.Estos versículos examinan sus pies.

2. Un mensaje para maestros, vers. 15-20. Estos versículos examinan sus fru-tos.

3. Un mensaje para habladores, vers. 21-27. Estos versículos examinan su fun-damento.

1. Viajeros. El Señor les hace saberque, al haberle escuchado, ahora tie-nen que hacer una elección:

a. Hay un camino angosto que él ha deli-neado, y tienen que decidir si estánpreparados para enfrentarlo.

b. Por el otro lado, hay un camino espa-cioso. El Salvador aclara que el desen-lace de la respuesta del hombre a Suenseñanza va a determinar si pasa laeternidad en la vida o la perdición.

As considerar esos 2 caminos, vemoslos 4 contrastes que son tan bien conoci-dos (ya que este pasaje se usa mucho enla predicación del evangelio), pero vale lapena mencionarlos otra vez:

a. Su comienzo –la puerta ancha, y lapuerta estrecha.

b. Su continuación – el camino ancho, yel camino angosto.

c. Sus cantidades –muchos en el caminoancho, y pocos en el camino angosto

d. Su conclusión – perdición, y vida.

2. Maestros. Para viajar correctamentela gente necesita dirección e instrucción.Y el Señor sabe que dentro de poco habrá

aquellos que darán malas direcciones, yharán que personas anden en el caminoequivocado. Así que, después de hablarde viajeros, hace referencia a falsos pro-fetas que serán maestros muy peligrosos.

Pero no será tan obvio que son peli-grosos. Tendrán una buena apariencia ex-terna, vestidos como ovejas inofensivas,pero por dentro serán lobos rapaces. Suapariencia inicial será tan atractiva queles ganará una gran aceptación. Pero elSeñor señala que después de un tiemposerá evidente que hay algo equivocadocon estos hombres. “Por sus frutos los co-noceréis”, les dice, v.20. No es por supersonalidad, o por su apariencia inme-diata, sino después de un tiempo (llevaalgo de tiempo para que crezca el fruto)se verá claramente que estos hombres es-tán produciendo material que no es nadabueno. Él da la prueba vital –es por susfrutos que los conoceréis.

3. Habladores. Luego Él habla a los quese pueden llamar “Cristianos de labios”solamente. Serán buenos habladores. ElSeñor dice que no todos los que hablan deestas cosas encontrarán un lugar en el rei-no de los cielos.

Se describen aquí varias cosas queellos dicen –“No todo que el me dice: Se-ñor, Señor” y “Muchos me dirán…”. Perocuando el Salvador les despacha, lo hacecon esta objeción fatal resonando en susoídos – “Nunca os conocí; apartaos demí, hacedores de maldad”, v. 23. El pro-blema con ellos es que sus hechos no sontan buenos como sus dichos y sus prácti-cas no son tan buenas como su profesión.

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La Sana Doctrina 19

¡Él no los conoce! El Salvador aclara quecuando tiene que ver con Su reino, novale para nada solamente hablar.

En el v. 24, Él concluye diciendo queel hombre que hace lo que Él dice escomo el hombre que edifica su casa sobreuna roca. Y el que no hace lo que Él dice(solamente oye, pero no pone en práctica)es como el hombre que edificó sobre laarena, y al final en la tempestad no tienenada a su favor, ¡y termina en una pila deruinas!

7:13-27. Probablemente este pasaje es laparte más conocida del Sermón, y es muysolemne. El Señor no termina Su predica-ción sin darle una seria aplicación. Él reú-ne todas las ideas y quería que Suauditorio sintiera el peso de las cosas queles había estado enseñando.

¡Sería trágico si perdiéramos el pesode este pasaje! Terminaríamos siendo so-lamente habladores. Podríamos saber todala jerga, y decir todas las cosas correctas.Parece que hoy día tenemos mucha habla-duría vacía entre los Cristianos. Espera-mos que al leer esta porción podamossentir la importancia de tener realidad.Sería muy triste si alguno aquí esta nochesolamente puede hablar de estas cosas.Nuestra profesión Cristiana debe ser másprofunda, y el Señor está hablando aquíde la importancia de una realidad internaprofunda.

7:28-29. Estos últimos dos versículos sonmuy preciosos. Se hace referencia a trescosas:

a. La alocución que se concluyó. El Se-ñor había finalizado, completado “estaspalabras”.

b. El asombro que se creó. ¡El pueblonunca antes había oído algo semejante!

c. La autoridad que Él comandó. Habíauna autoridad especial con Él.

Así, el Sermón termina enfatizando laautoridad innegable de Cristo.

Contrastes. Este pasaje tiene varios con-trastes:

a. Las dos maneras de viajar, a la perdi-ción o a la vida, vers. 13-14

b. Buenos frutos y frutos malos, vers. 15-20.

c. Los que tiene solamente una profesión,y los que tienen la práctica también,vers. 21-23

d. El buen constructor y el constructormalo, vers. 24-27

e. El Salvador y Su autoridad, y los escri-bas con su tradición, vers. 28-29.

Que jamás nos olvidemos de los asun-tos tan serios y prácticos contenidos eneste pasaje final del gran Sermón delnuestro Señor que hemos estado conside-rando.

Discusión

7:13-14. Un mensaje para viajeros.

El argumento en este pasaje no es si lagente nace en el camino espacioso o si es-cogen andar en él. Sabemos que toda per-sona nace en pecado y si no hay uncambio, ciertamente llegará a la perdición

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20 La Sana Doctrina

eterna. El Señor les estaba diciendo queya habían escuchado las demandas de Sureino, de modo que tenían que hacer unaelección. Los estándares de Su reino eranmuy estrechos, y tenían que decidir siiban a entrar por esa puerta estrecha.También hay un camino ancho, y si noquerían aceptar Sus estándares, automáti-camente estarían en ese camino.

Las demandas de Cristo. Cuando lagente es confrontada con las demandas deCristo, tienen que escoger una cosa o laotra. Lamentablemente, muchos que vie-nen a cultos de predicación del evangeliooyen las demandas del evangelio y deci-den que no es para ellos. Prefieren su li-bertad imaginaria y sienten que si creenen el evangelio estarían muy limitados.No quieren estar restringidos por el men-saje estrecho del evangelio, aun cuandosaben que es la verdad.

La mayoría de las personas están en elcamino espacioso. Son como los “mora-dores de la tierra” de Apocalipsis 3:10;6:10; 11;10; 13:8,12,14; 14:6; 17:8. Tienemuchos aspectos, y algunos de ellos sonmuy respetables; pero debemos recordarque todos son aspectos de mundanalidad.¡Todos los fariseos y escribas estaban enese camino! La mundanalidad de ellos eramundanalidad religiosa.

El Señor ha estado hablando en el Ser-món a Sus discípulos quienes ya estabanen el reino. Varias personas se reunieronpara escuchar la enseñanza, “la gente”que se menciona en 7:28, y el Señor aquíse extiende para abarcarles a ellos en Suaplicación de las verdades que ha estadoenseñando.

La puerta estrecha. La puerta estrechaen este contexto no es Cristo; es el arre-pentimiento. En la puerta estrecha unapersona se arrepiente y eso le reduce a sutamaño real. Cuando entra por la puertase encuentra en una senda muy angosta.

Lucas 13:24 dice: “Esforzaos aentrar”. ¿Cómo es que uno se esfuerzapara entrar si es la fe que nos introduce enel reino? No es un asunto de obras. JohnDickie dice en una de sus cartas que lasalvación es sencilla, pero no es fácil. Estan difícil como el mundo, la carne y eldiablo, y es tan sencilla como la fe enCristo. Hay un equilibrio en la maneraque se presenta la salvación en las Escri-turas. Esfuerzos humanos nunca salvarona nadie, pero los que se salvan se caracte-rizan por un sincero empeño. El Señor serefiere a este empeño cuando habla de es-forzarse a entrar. Y Lucas 13:24 nosexhorta a esforzarnos a entrar en vista deque la puerta se va a cerrar ¡y podríamosquedarnos afuera para siempre! De modoque hay un elemento de urgencia.

El Señor dice también que pocos sonlos que hallan la puerta estrecha. De ma-nera que requiere una búsqueda y entrares una decisión consciente. Pero nadietiene que buscar el camino espacioso. Sinembargo, la persona que oye el mensajedel reino y rehúsa entrar por la puerta es-trecha, está decidiendo conscientementequedarse en el camino espacioso.

La “perdición” aquí, ¡es el infierno! Esla perdición eterna, no la perdición de lavida del creyente. La “vida” es la vidaeterna, en su sentido más completo.

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La Sana Doctrina 21

n los capítulos 5 al 7 de Mateo en-contramos lo que se ha llamado elSermón del Monte. Allí el Señor

está hablando de los principios de Su Rei-no, enseñanzas que tienen su aplicaciónpara nosotros los creyentes de hoy.

ETres lecciones prácticas aprendemos

de este Sermón relacionadas con lo quedebemos hacer primero, en diversas cir-cunstancias de la vida:

1. “Reconcíliate primero con tu hermano”. (Mt. 5:14)

Como Cristianos, nuestros deber esofrendar a Dios, ya sea con nuestro cuer-po para servirle, nuestros labios para ala-barle, o nuestro dinero para ayudar ennecesidades del pueblo del Señor. Pero,no tiene valor la ofrenda mientras haya ennuestros corazones enojo o enemistadcontra nuestros hermanos, o mientras per-manezcamos sin arreglar alguna cosa queotro tenga en contra de nosotros. No sonsólo las manifestaciones externas de ser-vicio lo que Dios aprueba, sino que lomás importante es la condición internadel corazón que rinde el servicio al Señor.Es preferible arreglarnos primero connuestro hermano, y entonces “ven”, diceel Señor, “presenta tu ofrenda”.

2. “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia” (Mt. 6:33)

El mundo vive actualmente en unconstante afán, algunos diciendo “qué co-

meremos”, otros “qué beberemos”, yotros “qué vestiremos”. Como creyentesen el Señor tenemos que cuidarnos paraque este afán no nos robe la comunióncon Dios nuestro Padre, y así nos descui-demos en el servicio que debemos a lacausa del Señor. ¡Cuántas veces esta pre-ocupación ha traído sus malas consecuen-cias a los hombres de Dios! Abrahamdescendió a Egipto buscando qué comer,porque había hambre en la tierra. Noemíy su familia se fueron a Moab, una naciónpagana, porque había hambre en la tierra.Abraham cayó en la mentira y Noemíperdió su familia. Ambos perdieron ensus testimonios y tuvieron que volverbuscando la restauración de Dios. No per-damos de vista que somos súbditos delGran Rey, y que nuestro primer deber espara Él y para Su reino, y que como lasaves y los lirios son sustentados y vesti-dos por Dios, también nuestro Padre lohará con nosotros. Él conoce nuestras ne-cesidades. Acordémonos que si obedece-mos Su mandato, “todas estas cosas osserán añadidas”.

3. “Saca primero la viga de tu propio ojo” (Mt. 7:4).

El Señor contrasta “la paja” con “laviga”. Cuántas veces podemos caer enjuicio contra otros sin darnos cuenta denuestros propios errores. Estamos dis-puestos a mirar la paja en el ojo del her-mano, pero no vemos la viga en nuestro

¿Qué es lo Primero?Bernardo Chirinos

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22 La Sana Doctrina

propio ojo. La severidad que usamos paracriticar a otros no la empleamos para co-rregir nuestras propias faltas, las cualesmuchas veces son peores. Mientras elcreyente esté en esta condición, no estaráen capacidad para juzgar a otros adecua-damente. Cuando trajeron al Señor la mu-jer sorprendida en adulterio, Él dijo a losque querían condenarla: “el que de voso-tros esté sin pecado sea el primero enarrojar la piedra contra ella”. Ninguna lacondenó, y salieron acusados por su cons-

ciencia. Cuando el apóstol Pablo habla deaquel que es sorprendido en una falta,aconseja: “vosotros que sois espirituales,restauradle con espíritu de mansedumbre,considerándote a ti mismo, no sea que tútambién seas tentado”. No se trata de pa-sar por alto el pecado que otro cometa. Setrata de no constituirnos en jueces vana-gloriosos, usando una medida mala paramedir a otros.

Que el Señor nos ayude a seguir estosconsejos de Su Palabra.

Lo que preguntan

Si varios hermanos se mudan o emi-gran a un lugar donde no existe asam-blea congregada en el Nombre delSeñor, ¿se puede formar de una vez unaasamblea en ese lugar con estos herma-nos?

En el libro de los Hechos tenemos elmodelo bíblico que nos guía en cuanto ala formación de una nueva asamblea. EnHch. 11:19-26, por causa de la persecu-ción, creyentes de Jerusalén fueron espar-cidos, y llegaron algunos de ellos aAntioquía en el país vecino de Siria. Sinembargo, no se menciona ninguna iglesiaen Antioquía hasta que vieron la manodel Señor con ellos en la predicación delevangelio y gran número creyó y se con-virtió al Señor. Es decir, una asambleapuede, y debe ser formada en un lugar,después que se ha visto que el Señor haobrado en los habitantes de ese mismo

lugar, salvando almas, y cuando hay evi-dencias de crecimiento y fidelidad al Se-ñor en los convertidos. Cuando Bernabéllegó a Antioquía “vio la gracia de Dios,se regocijó, y exhortó a todos a que conpropósito de corazón permaneciesen fie-les al Señor”. Solamente después de estoes que se menciona una iglesia en An-tioquía (v. 25).

Vemos el mismo orden en los viajesmisioneros de Pablo. Por ejemplo, llega-ron a Filipos, vieron almas salvadas, evi-dencias de crecimiento, y al salir, quedóuna nueva asamblea establecida. Comolos apóstoles tuvieron que salir por ordende las autoridades, Pablo dejó a Lucasallí, sin duda para ayudar por un tiempo ala nueva asamblea. Cuando hay estas evi-dencias de una obra de Dios en un lugar yse establece una asamblea, hermanos deexperiencia que se han mudado a ese lu-

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La Sana Doctrina 23

pie; he venido a abismos de aguas, y lacorriente me ha anegado” (Salmo69:1,2).

Sí, apreciado amigo, Uno murió paraque tú pudieras ser salvo de la muerteeterna. ¿Cómo puedes seguir viviendoen tus pecados, despreciando el sacrifi-cio supremo que Él hizo a tu favor?Como el pasajero de nuestra historia, túdebes sentir la absoluta necesidad deconocer al Dios y Padre de nuestro Se-ñor Jesucristo.

En la Biblia puedes descubrir tu grannecesidad como un pecador en peligrode perder tu alma para siempre en el in-fierno. Pero también te encontrarás conAquel Bendito Ser, Jesucristo, que mu-rió para salvarte. A diferencia de Santia-go, el Señor Jesucristo resucitó al tercerdía y “puede también salvar perpetua-mente a los que por Él se acercan aDios” (Hebreos 7:25). “Cree en el SeñorJesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”(Hechos 16:31).

Como Santiago, el Señor está espe-rándote en el cielo. Pero para ir allá yver a Aquel que se ofreció para salvarte,tienes que recibirle como tu Salvador ySeñor. ¡Hágalo hoy mismo!

“La Buena Semilla”/Andrew Turkington

Dos hombresmurieron por mí(viene de la última página)

gar pueden ser de gran ayuda en fortalecerla nueva asamblea y ayudar en el desarro-llo de los dones. Pero no hay base bíblicapara formar una asamblea en un lugar so-lamente con los hermanos que han llegadoallí desde afuera. Andrew Turkington

Las Conviciones de un DeportistaDurante las olimpiadas de 1924 en París,

los corredores aguardaban impacientementela señal de salida para comenzar la carrerade los 400 metros... Listos, ¡ya!

Rápidamente uno de los deportistas, EricLydell, se separó del grupo, pasó al frente yobtuvo la victoria. Logró hacerlo en 47,6 se-gundos, ¡un récord mundial!

El resultado fue tan sobresaliente quetodo el mundo contaba con una fácil victoriade Lydell para los 100 metros. La carrera te-nía que llevarse a cabo el domingo siguien-te. Pero, ¡qué sorpresa! El estudiante rehusócategóricamente correr ese día. Aunque sutriunfo estaba casi asegurado, no quiso to-mar parte en un evento deportivo que se ibaa realizar un domingo. Por eso dijo a lossorprendidos periodistas: “Señores, yo tengofuertes convicciones; para mí este día es sa-grado. Es el día del Señor”.

Ese domingo, mientras se corría la carre-ra de 100 metros, Lydell asistía a un culto enParís. Algún tiempo después, el ex-campeónmundial partió como misionero a China.

Tal vez usted piense: “Yo también creoen Dios, pero...esto es una exageración. Sinembargo, este deportista estaba convencidode que no era demasiado consagrar a Dios elprimer día de la semana. Es cierto que paraposeer esta convicción es necesario haberexperimentado personalmente el amor deDios, y nutrirse con regularidad de Su pala-bra. De: “La Buena Semilla”

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24 La Sana Doctrina

a tempestad asolaba al barco…Éste, que era llevado como unapluma, fue a estrellarse contra una

roca cerca de la costa. Se encendieronbengalas de alarma y hombres valientesecharon un bote salvavidas al mar. Prime-ro embarcaron a las mujeres y los niños.El bote hizo un segundo viaje, mientras elbarco se hundía inevitablemente… un ter-cer viaje sería el último.

L

“Comprendí”, dijo un pasajero, “queyo era de aquellos que noserían salvados.” En uninstante los pecados de mivida se presentaron antemí, y con ellos me iba aencontrar con Dios. Teníaa un compañero llamadoSantiago, quien era un fir-me cristiano y más de una vez me habíahablado de mi alma. Se hallaba cerca demí y callaba.

El bote salvavidas volvió para hacersu último viaje posible, y yo no estaba de-signado para ir en él, pero Santiago sí.Sin embargo, en lugar de adelantarse, élme empujó, diciéndome: “Vete en mi lu-gar, te espero en el cielo. No debes morir,aún no estás preparado.” Yo no queríaaceptar, pero fui arrastrado por los demás.

Apenas dejamos el barco, éste desapa-reció. Entonces me dije: “Es absoluta-mente necesario que conozca al Dios deSantiago.”

Compré una Biblia y la leí página porpágina. Al llegar a la escena de la crucifi-xión del Señor Jesucristo, me detuve y

exclamé: “¡Santiago murió para que yono muriera enseguida, pero Jesús muriópara que yo viva eternamente!”

Nos conmueve el sacrificio de Santia-go, dispuesto a morir para salvar a suamigo. El Señor Jesús dijo: “Nadie tienemayor amor que este, que uno ponga suvida por sus amigos” (Juan 15:13).

Tú y yo, como el pasajero menciona-do, estábamos en peligro de perecer eter-namente, y no estábamos designados para

ser salvos. “Porque no haydiferencia, por cuanto to-dos pecaron, y están desti-tuidos de la gloria de Dios”(Romanos 3:22,23). Lomás terrible no es la reali-dad de la muerte, sino loque viene después: “Está

establecido para los hombres que mueranuna sola vez, y después de esto el juicio”(Hebreos 9:27). Tener ese encuentro conDios, sin haber recibido en vida el perdónde pecados, tendrá como resultado serechado al lago de fuego.

Pero hubo Uno, como Santiago en elrelato, que no estaba bajo sentencia demuerte. El Señor Jesucristo era el únicoque tenía derecho a vivir, por cuanto noera pecador. Pero por amor a ti y a mí, Élestaba dispuesto a morir, para que noso-tros pudiésemos ser salvos. Allí en la cruzÉl fue hundido en la furiosa tempestad dela ira de Dios por causa de nuestros peca-dos. Tuvo que exclamar: “Las aguas hanentrado hasta el alma. Estoy hundido encieno profundo, donde no puedo hacer

Dos hombres murieron por mí

(continúa en la pág. 23)