La Sociedad Post Industrial y Sus Consecuencias en Las Relaciones Laborales - Dulce María Cairós...

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LA SOCIEDAD POST-INDUSTRIAL Y SUS CONSECUENCIAS... 123 ANALES DE LA FACULTAD DE DERECHO, 18; noviembre 2001, pp. 213-139 LA SOCIEDAD POST-INDUSTRIAL Y SUS CONSECUENCIAS EN LAS RELACIONES LABORALES Dulce María Cairós Barreto Profesora Asociada de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social RESUMEN La era post-industrial ha provocado importantes cambios en los sistemas de producción, organización empresarial y en los trabajadores, por lo que el modelo de Derecho del Trabajo y, principalmente, el modelo de contrato de trabajo, ha de cambiar para adaptarse al nuevo mercado de trabajo. Este artículo analiza todos estos cambios y los nuevos factores que juegan el papel más importante: globalización, desarrollo tecnológico y necesidades de los trabajadores. PALABRAS CLAVE: contrato de trabajo, desarrollo tecnológico, empresa, globalización, mode- lo industrial, modelo postindustrial, trabajador. ABSTRACT The post-industrial era has caused important changes in production systems, enterprise organization and workers, so the Labour Law model, and mainly, the contract of employ- ment model has to change to be appropriated to the new labour market. This article analy- ses all these changes and the new factors that plays the most important roll: globalisation, technological development and workers needs. KEY WORDS: contract of employment, technological development, enterprise, globalisation, industrial model, post-industrial. Si el contrato de trabajo y el propio Derecho del Trabajo aparecieron con la finalidad de dar cauce jurídico a una determinada manera de prestar trabajo, que se desarrolló a partir de un determinado momento histórico porque los cambios sufri- dos por los sistemas de producción y el éxito de una determinada opción política hicieron aparecer nuevos trabajos y nuevas formas de trabajar y entender el trabajo, no llama la atención que en la actualidad, y ya desde hace algunas décadas, ante los cambios que los sistemas productivos están sufriendo como consecuencia de la evo- lución de las estructuras sociales, económicas y culturales, ese derecho regulador, cuyas respuestas y soluciones respondían a un determinado modo de organización productiva, se encuentre con problemas de adaptación a la realidad a la que va

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    ANALES DE LA FACULTAD DE DERECHO, 18; noviembre 2001, pp. 213-139

    LA SOCIEDAD POST-INDUSTRIAL Y SUS CONSECUENCIASEN LAS RELACIONES LABORALES

    Dulce Mara Cairs BarretoProfesora Asociada de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social

    RESUMEN

    La era post-industrial ha provocado importantes cambios en los sistemas de produccin,organizacin empresarial y en los trabajadores, por lo que el modelo de Derecho del Trabajoy, principalmente, el modelo de contrato de trabajo, ha de cambiar para adaptarse al nuevomercado de trabajo. Este artculo analiza todos estos cambios y los nuevos factores quejuegan el papel ms importante: globalizacin, desarrollo tecnolgico y necesidades de lostrabajadores.

    PALABRAS CLAVE: contrato de trabajo, desarrollo tecnolgico, empresa, globalizacin, mode-lo industrial, modelo postindustrial, trabajador.

    ABSTRACT

    The post-industrial era has caused important changes in production systems, enterpriseorganization and workers, so the Labour Law model, and mainly, the contract of employ-ment model has to change to be appropriated to the new labour market. This article analy-ses all these changes and the new factors that plays the most important roll: globalisation,technological development and workers needs.

    KEY WORDS: contract of employment, technological development, enterprise, globalisation,industrial model, post-industrial.

    Si el contrato de trabajo y el propio Derecho del Trabajo aparecieron con lafinalidad de dar cauce jurdico a una determinada manera de prestar trabajo, que sedesarroll a partir de un determinado momento histrico porque los cambios sufri-dos por los sistemas de produccin y el xito de una determinada opcin polticahicieron aparecer nuevos trabajos y nuevas formas de trabajar y entender el trabajo,no llama la atencin que en la actualidad, y ya desde hace algunas dcadas, ante loscambios que los sistemas productivos estn sufriendo como consecuencia de la evo-lucin de las estructuras sociales, econmicas y culturales, ese derecho regulador,cuyas respuestas y soluciones respondan a un determinado modo de organizacinproductiva, se encuentre con problemas de adaptacin a la realidad a la que va

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    dirigido y que pretende regular y proteger1. Si el trabajo es considerado como latraduccin concreta de la relacin entre el hombre y la mquina, entre el hombre yel sistema de produccin, cuando el trabajo se transforma, exige tambin una trans-formacin en el Derecho del Trabajo y su papel en su funcin de proteger los dere-chos de los trabajadores2.

    La empresa fordista, surgida del modelo industrial de relaciones laborales,ha dado paso a otro tipo de empresa, que se orienta a la consecucin de sus finesplanteando sus estrategias de produccin de manera distinta a la conocida y tenidaen cuenta por el Derecho del Trabajo tradicional, porque las necesidades del merca-do, de las relaciones de produccin y de la sociedad ya son otras. De una considera-cin de la empresa eficaz como aquella de grandes dimensiones y estructura vertical,que se encargaba de todas las fases del proceso de produccin la gran empresaindustrial del siglo XIX, se ha pasado a una divisin del proceso productivo envarias fases y en su fragmentacin entre varias unidades empresariales y su distribu-cin entre stas, de modo que sea ms fcil y menos costosa la adaptacin a las crisisy a los cambios tecnolgicos y productivos cada vez ms frecuentes y ms profun-dos. El mismo cambio de necesidades ha ocurrido con respecto a la organizacin deltrabajo en el seno de las empresas, de una organizacin jerrquica con un alto gradode especializacin (determinacin exhaustiva de tareas) y basado en la abundanciade trabajos sencillos y repetitivos, se ha pasado a una situacin en la que es necesarioque el personal cuente con un mayor nivel de estudios y cualificacin y sea, enconsecuencia, ms adaptable a los cambios en la organizacin del trabajo y capaz departicipar en la toma de decisiones y facilitar, as, su integracin en el proyectocomn que la empresa constituye.

    El sistema taylorista de organizacin del trabajo implicaba una excesiva rigi-dez que no estaba en sintona con las necesidades de una flexibilidad creciente, puesno se acomodaba a los imperativos de gestin de las empresas, enfrentadas a merca-dos fluctuantes y a tecnologas cambiantes, as como a las propias actitudes y expec-

    1 Vid., entre otros, LYON-CAEN, G.: The Evolution of Labour Law, en AAVV: LabourLaw in the post-industrial Era, Dartmouth, Aldershot, 1994, pp. 93-104. TERRY, M.: The industrialrelations context for new labour, Industrial Law Journal, 1999, vol. 28, nm. 1. ANDREONI, A.:Nuovi lavori, garanzia dei diritti e promozione sociale. Note per une riflessione, Rivista giuridicadel lavoro e della previdenza sociale, 1998, nm. 4, pp. 727-736. MONEREO PREZ, J.L.: El Derechosocial en el umbral del siglo XXI: la nueva fase del Derecho del Trabajo, Revista de Relaciones Laborales(Lan Harremanak), 2000, nm. 2, pp. 239-300. PL RODRGUEZ, A.: La actual coyuntura del Dere-cho Laboral, en Descentralizacin productiva y nuevas formas de organizacin del trabajo. X CongresoNacional de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, MTAS, Madrid, 2000, pp. 1.161-1.180.MONEREO PREZ, J.L.: Introduccin al nuevo Derecho del Trabajo, Tirant Lo Blanch, Valencia, 1996,pp. 169-187.

    2 AUBRY, M. et RMY, P.L.: Le droit du travail lpreuve des nouvelles technologies, DroitSocial, 1992, nm. 6, p. 522. En el mismo sentido se preguntaba RAY, J.E.: Nouvelles technologies,nouveau droit du travail?, Droit Social, 1992, nm. 6, p. 519, cmo recibira el Derecho del Trabajoel cambio que las nuevas tecnologas haban introducido en el contenido del trabajo.

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    tativas de los asalariados, a la vez ms exigentes con respecto a su trabajo y msatentos a lo que les rodea: actividad profesional del cnyuge, vida social y familiar,tiempo de ocio3. La empresa tradicional era la gran empresa en la que se desarrolla-ban una serie de prestaciones mecnicas y no cualificadas que asemejaban a todoslos sujetos objeto de proteccin, por lo cual la delimitacin de la realidad social acubrir no presentaba excesivos problemas: trabajo parcelado, asimilado a una fuerzao a un material en buena parte sustituible, modos de consumo y de vida normaliza-dos, conflictos sociales de masa y de clases, generalizacin de derechos universales.En esta empresa uniforme prestaba trabajo el trabajador tipo, adulto, varn, padrede familia, con escasa o corta formacin, por tiempo indefinido y a tiempo comple-to, con un nivel alto de estabilidad y proteccin y con la prestacin de jubilacin alfinal de su vida laboral. Esta uniformidad era favorecida por el Derecho del Trabajo,cuya finalidad se orientaba a la bsqueda de la igualdad y a la compensacin de lasdiferencias econmicas y sociales a travs de una regulacin uniformadora, basadaen la idea de la preeminencia de lo colectivo sobre lo individual4. Pero esta unifor-midad ha sido sustituida por la diversidad surgida de una especie de movimientocclico compensatorio, de la propia fragmentacin de la realidad social y la plurali-dad de situaciones que caracteriza el actual modelo de relaciones laborales, as comode la evolucin del propio Derecho del Trabajo. sta es la situacin socio-econmi-ca de la que parte el documento de la Unin Europea sobre la Cooperacin parauna nueva organizacin del trabajo (Libro Verde), 1997, que reconoce la incapaci-dad de la organizacin tradicional del trabajo en la sociedad actual y pretende unamejora del empleo y la competitividad a travs de una mejor organizacin del traba-jo en el contexto ms amplio de las diversas iniciativas comunitarias relacionadascon el empleo, la competitividad y las nuevas tecnologas5.

    En ese sentido se ha definido la transformacin global producida en la so-ciedad actual como el paso de una sociedad que produce homogeneidad a unacivilizacin marcada por la heterogeneidad6. La proliferacin de la contratacintemporal y a tiempo parcial, los contratos formativos, las relaciones triangulares, laincorporacin de mujeres y jvenes al mercado de trabajo, las nuevas formas deempleo derivadas de la aplicacin de las nuevas tecnologas y de los procesos dereestructuracin empresarial, etc., justifican sobradamente la incidencia en la diver-sidad como caracterstica del nuevo Derecho del Trabajo7 y anuncian el camino por

    3 AAVV: El Estado protector en crisis, Informes OCDE, MTSS, Madrid, 1985, p. 386.4 Vid. BAYLOS GRAU, A.: Igualdad, uniformidad y diferencia en el Derecho del Trabajo,

    Revista de Derecho Social, 1998, nm. 1, pp. 11-12.5 Vid. el texto, en el Suplemento 4/97 del Boletn de la UE.6 FOUCAULD, J.B.: Sociedad posindustrial y seguridad econmica, Revista Internacional

    del Trabajo, 1996, vol. 115, nm. 6, p. 734.7 Vid. CAVAS MARTNEZ, F.: Diversificacin versus uniformidad en el Derecho espaol del

    Trabajo, Revista Espaola de Derecho del Trabajo, 1994, nm. 63, pp. 71-102. BAYLOS GRAU, A.:Igualdad, uniformidad y diferencia en el Derecho del Trabajo, op. cit., pp. 11-37.

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    el que tendr que adentrarse la disciplina para una correcta determinacin y regula-cin de su contenido.

    A la sociedad post-industrial se la conoce como sociedad de la informaciny de los servicios, haciendo una clara referencia a dos de los fenmenos que lacaracterizan o incluso, que la impulsan: la denominada globalizacin y, como con-secuencia de ella, la terciarizacin de la economa, y el desarrollo de la tecnologainformtica. Junto a ellos hay que destacar otros fenmenos tpicos de su configura-cin, como la utilizacin de la energa atmica, las tcnicas avanzadas en los camposde la qumica y la biologa, en especial los aplicados a la manipulacin gentica, y lageneralizacin de la electrnica y la robtica. Pero el post-industrialismo supone,ante todo, cambios que afectan a los diversos tipos de trabajo, un trasvase de lafabricacin a los servicios (principalmente, de tipo humano y profesional), as comouna nueva presencia del conocimiento terico en la innovacin econmica y en elorden poltico. Se producen cambios en la estructura social que no determinan, sinembargo, otros paralelos en el mbito poltico o en el cultural8. La nueva organiza-cin del trabajo se basa fundamentalmente en la polivalencia, en la flexibilidad y enuna mayor cualificacin de los trabajadores individualmente considerados. Las pro-fundas transformaciones en las estructuras productivas hacen totalmente improba-ble la conservacin por parte de cada trabajador de la misma funcin, las mismastareas y de la misma categora durante perodos de larga duracin.

    Se han sealado los siguientes como los cambios ms significativos en elentorno competitivo: la desregulacin econmica, la creacin de nuevos espacioseconmicos, la internacionalizacin del capital, las discontinuidades tecnolgicas,el desarrollo de las comunicaciones y los transportes, la reduccin del ciclo de vidadel producto, los cambios en las pautas de consumo y en los procesos productivos9.La produccin aumenta intensamente como consecuencia de la automatizacin y elcontrol numrico (produccin controlada por ordenador). Se incrementan los sala-rios reales y la renta per cpita. El proceso productivo se hace cada vez ms largo ycomplejo y es elaborado cientficamente. Importa ms la calidad de vida que el nivelde vida10.

    La consideracin social del trabajo ha cambiado de modo importante conrespecto al modelo de sociedad precedente: el trabajo es concebido como un mediode integracin social y autodesarrollo, y pierde su sentido individual y colectivo:aparecen ncleos de personas que no tienen experiencia de trabajo, los desempleados;el colectivo clase trabajadora como clase nica y representativa se fracciona enmltiples grupos; se produce una descualificacin del trabajo mismo a consecuen-

    8 SALCEDO LPEZ, S.: Industrializacin y Modernizacin, Tirant Lo Blanch, Valencia, 1996,p. 104.

    9 CASANI, F., LUQUE, M.A., RODRGUEZ, J. y SORIA, P.: Outsourcing y sus consecuenciassobre los recursos humanos, Relaciones Laborales, 1998, nm. 14, p. 52.

    10 A ella se refiere BAYLOS GRAU, A.: Igualdad, uniformidad y diferencia en el Derecho delTrabajo, op. cit., p. 26.

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    cia de las nuevas tecnologas; se produce un cambio en el concepto de productivi-dad, lo importante no es producir ms, sino producir para una determinada de-manda del mercado11.

    Pueden sealarse como causas de los nuevos cambios que el Derecho delTrabajo debe afrontar dos fenmenos principales: la denominada globalizacin omundializacin12 de la economa y la introduccin de las denominadas nuevas tec-nologas13 que ha dado lugar a que se hable de una tercera revolucin industrial14. Elcambio tecnolgico y las concepciones dominantes en las empresas sobre el empleo,en virtud de las cuales ste constituye un coste que hay que reducir, lleva a lasreestructuraciones productivas, de forma que prcticamente se asocia innovacintcnica con mejora productiva, reduccin del empleo y revalorizacin financiera delos activos. El ciclo se completa porque el desarrollo de la tecnologa de la informa-cin y la comunicacin ha sido el factor clave en la difusin de los sistemas deproduccin mundializados, la mxima tecnologizacin implica tambin el triunfode la economa financiera internacional sobre las polticas industriales y socialesnacionales, de tal manera que la competitividad internacional se asocia a la posibi-lidad de una seleccin tecnolgica totalmente libre, y a la no intromisin de cual-quier mecanismo de proteccin social, pblico o privado, en los mrgenes de movi-lidad financiera de las empresas y, por ello, su absoluta facilidad para seguircapitalizando y sobrecapitalizando el proceso productivo y los modos de vida15.La reestructuracin es concebida como un proceso de ajuste de la economa, cuyoefecto ms inmediato es el aumento de la productividad y de la tasa de beneficio.

    11 MORALES NAVARRO, J.: Sociologa de las relaciones industriales, Trotta, Madrid, 1995, p. 71.12 Los conceptos de mundializacin y globalizacin no son, sin embargo, sinnimos. La

    globalizacin es, en puridad, una nocin que hace referencia a la culminacin de un proceso previode mundializacin, pues indica el avance hacia la instauracin en el planeta de un nico sistema enlo econmico, lo poltico, lo cultural y lo comunicacional. Y es cierto que la Humanidad se encuen-tra en una situacin de interdependencia, pero la mundializacin se ha venido desarrollando en unmarco claramente desigualitario, bajo unas relaciones de poder claramente asimtricas que han acen-tuado la dominacin de clase y de gnero preexistente. Por ello, se destaca que la nocin de globali-zacin pretende esconder ese carcter asimtrico y desigualitario de la mundializacin, presentndo-se como un proceso de aproximacin creciente e irreversible a un mundo regido por un nico ordenlgico y racional tanto en lo econmico, como en lo social, poltico, lo cultural y lo identitario.MORENO, I.: Mundializacin, globalizacin y nacionalismos: la quiebra del modelo de estado-na-cin, Cuadernos de Derecho Judicial, 1998, nm. VI, pp. 16-19. Sobre el concepto de globalizacin,vid. FEATHERSTONE, M.: Globel Culture: Nationalism, Globalization and Modernity, Sage, London,1991. ROBERTSON, R.: Globalization: Social Theory and Global Culture, Sage, London, 1992.

    13 Vid. AAVV: Trabajo y nuevas tecnologas, Fundesco, Madrid, 1985. DORMIDO BENCOMO,S., MORALES NAVARRO, J. y ABAD MRQUEZ, L.: Sociedad y nuevas tecnologas, Trotta, Madrid, 1990.HYMAN, R. y STREECK, W. (comps.): Nuevas tecnologas y relaciones industriales, MTSS, Madrid, 1993.

    14 GHERA, E.: La flessibilit: variazioni sul tema, Rivista Giuridica del Lavoro de dellaPrevidenza Sociale, 1996, nm. 2, p. 125, constata la combinacin de estos dos elementos determinala crisis del modelo garantista de tutela del trabajo subordinado.

    15 ALONSO, L.E.: Trabajo y sociedad, Trotta, Madrid, 1999, pp. 148-149.

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    Por su parte, el aumento de productividad depende del cambio tecnolgico, de lasinnovaciones sufridas en los factores de produccin como consecuencia de la aplica-cin del conocimiento, la energa y las tcnicas de la informacin16.

    1. LA MUNDIALIZACIN DE LA ECONOMA

    En la nocin de mundializacin hay tres elementos clave: el rpido creci-miento del comercio internacional y el paso a la liberalizacin del comercio en todoel mundo, la misma evolucin en cuanto a los flujos de inversin extranjera y elavance de la integracin de los mercados financieros. Hace referencia a que el espa-cio social se ha convertido en un espacio multinacional y que la articulacin de laeconoma ya no pasa tanto por el Estado nacional como por una serie de obligacio-nes econmicas que se podrn denominar supranacionales. La apertura de las eco-nomas nacionales y su creciente integracin tanto a nivel regional como globalsignifican, bsicamente, la universalizacin de la economa de mercado y el avancehacia la libre circulacin de los instrumentos econmicos a escala mundial. La gene-ralidad de los pases tiende actualmente a los mismos fines de poltica econmica: laestabilidad de los precios, el equilibrio presupuestario, la privatizacin de la econo-ma, la flexibilidad y la desregulacin. Se produce una especie de homologacinprovocada por la liberalizacin de los cambios, la interdependencia de la economay la exportabilidad de los modelos culturales17. El mercado de capitales, el de nuevastecnologas y el de la mayor parte de las mercancas funcionan actualmente a escalamundial, es cierto que sobre bases desigualitarias y ticamente injustas18, pues susefectos se distribuyen irregularmente entre los Estados, agravando desigualdadespreexistentes, pero no cabe duda de que puede hablarse propiamente de una econo-ma mundializada que no va a tardar en exigir un mercado de trabajo tambinmundializado, y no slo a niveles regionales amplios, como la Unin Europea, sinotambin a niveles de hemisferio19. E incluso dentro de sta, a pesar de ser una de laslibertades fundamentales consagradas por el derecho comunitario, hay que sealarla reducida efectividad de la libertad de circulacin de trabajadores20. Y el Derecho

    16 JIMNEZ GARCA, J.: Los senderos hacia un nuevo Derecho del Trabajo, UGT-FUNDESCAN-Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, 1996, p. 23.

    17 ROMAGNOLI, U.: Globalizacin y Derecho del Trabajo, Revista de Derecho Social, 1999,nm. 5, p. 11.

    18 MORENO, I.: Mundializacin, globalizacin y nacionalismos: la quiebra del modelo deestado-nacin, op. cit., p. 22.

    19 JEAMMAUD, A.: Les droits de travail lpreuve de la mondialisation, Droit Ouvrier,1998, nm. 598, p. 241, recuerda que la globalizacin comporta una movilidad internacional sinprecedentes de los factores de produccin, a excepcin de la mano de obra.

    20 REY GUANTER, S.: Globalizacin y relaciones de trabajo, Revista Espaola de Derecho delTrabajo, 1998, nm. 92, p. 870.

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    del Trabajo debe velar porque esta consecucin de una efectiva globalizacin nopase por el cuestionamiento de la validez del denominado Estado del Bienestar ypor propugnar la desregulacin total del mercado de trabajo y la anulacin de losderechos sociales21. Deben establecerse los medios para la consecucin de un equili-brio de intereses entre las partes afectadas para favorecer el desarrollo de las relacio-nes sociales, las relaciones entre el empresario y sus colaboradores, por un lado, ypor otro, las relaciones entre los trabajadores y sus representantes22. En este sentidose propone que al Derecho del Trabajo se le permita ampliar sus horizontes, porquela nica forma de ciudadana que ste ltimo podra prometer no es ya compatiblecon la pluralizacin de los sistemas de vida y de trabajo, que, por efecto del progresotecnolgico, distan aos luz de aquel sobre el que se ha construido histricamente lafigura del contrato de trabajo subordinado23. El capitalismo no es ms que unaforma entre otras de organizar las estructuras y procesos econmicos interrelacionadacon otras formas de organizacin social, y en la medida en que su valor es relativo,es decir, que depende de su capacidad para satisfacer las necesidades del ser huma-no, entra en crisis o en cuestionamiento cuando va hacindose manifiesta su impo-sibilidad de satisfacer determinadas necesidades24. Y en ese sentido ha de entendersela fase de crisis del Estado del Bienestar en la que parece encontrarse la sociedadactual. Ms ineficaz parece revelarse el sistema capitalista de produccin que unestado que pretende garantizar el bienestar de los ciudadanos, por lo tanto, esapretendida crisis no encontrar una adecuada solucin en la liberalizacin del esta-do y del mercado, sino en una adecuacin y ajuste racional entre las estructurassociales, econmicas y jurdicas25: un Estado del Bienestar orientado a proteger elstatus de ciudadano independientemente de la realizacin del trabajo ordinario,nocin que no se corresponde con la sociedad en la que se desarrolla26.

    Y es que este fenmeno histrico complejo que se ha difundido con el nom-bre de globalizacin potencia el crecimiento econmico generalizado, porque parte

    21 BEA PREZ, E.: Los derechos sociales ante la crisis del Estado del bienestar, Anuario deFilosofa del Derecho, 1993, X, pp. 111-133.

    22 AUBRY, M. et RMY, P.L.: Le droit du travail lpreuve des nouvelles technologies, op.cit., p. 524.

    23 ROMAGNOLI, U.: Del Derecho del trabajo al Derecho para el trabajo Revista de Dere-cho Social, 1998, nm. 2, p. 18.

    24 MORALES NAVARRO, J.: Sociologa de las relaciones industriales, op. cit., pp. 43-44.25 Vid. CARBY-HALL, J.: La crisi del Welfare state e i mutamenti del Diritto del Lavoro in

    Gran Bretagna, Rivista Giuridica del Lavoro e della Previdenza Sociale, 1996, nm. 1, pp. 3-29.MCKENBERGER, U.: La crisi del Welfare state e i mutamenti del Diritto del Lavoro in Germania,Rivista Giuridica del Lavoro e della Previdenza Sociale, 1996, nm. 1, pp. 30-51. SUPIOT, A.: La crisidel Welfare state e i mutamenti del Diritto del Lavoro in Francia, Rivista Giuridica del Lavoro e dellaPrevidenza Sociale, 1996, nm. 1, pp. 52-68. VENEZIANI, B.: La crisi del Welfare state e i mutamentidel Diritto del Lavoro in Italia, Rivista Giuridica del Lavoro e della Previdenza Sociale, 1996, nm. 1,pp. 69-120.

    26 ROMAGNOLI, U.: Del Derecho del trabajo al Derecho para el trabajo, op. cit., p. 19.

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    de una ms eficaz asignacin de recursos de capital entre pases y agentes econmi-cos, pero, al mismo tiempo, provoca en los sistemas de proteccin social gravesconsecuencias. Se ha sealado que la movilidad internacional de capitales producti-vos y financieros, favorecida tambin por el desarrollo de las comunicaciones y deltransporte, permite que las empresas decidan las frmulas ms rentables de descen-tralizacin internacional de sus actividades y origina una tendencia de la produc-cin industrial a instalarse en territorios con bajos costes sociales: menos salarios,condiciones de trabajo ms flexibles, con el efecto secundario de provocar en losEstados originarios del capital una tendencia a la revisin a la baja del estatuto socialaplicado en sus respectivos territorios27. Estos temores se basan en que la intensifica-cin de la competencia mundial lleva a estrategias de reduccin de los costos almnimo, con reflejo inmediato sobre los salarios y las condiciones de contratacin ytrabajo, adems de que el poder negociador de los trabajadores disminuye conside-rablemente mientras que, por el lado estatal, se produce una respuesta favorable delos gobiernos a las demandas de las empresas nacionales y extranjeras, ante el temorde que inviertan en el extranjero si son gravadas en exceso.

    Sin embargo, en el lado opuesto se sitan las posiciones que afirman lainexistencia de pruebas claras de que la mundializacin haya trado consigo unarebaja de las normas laborales en los pases industrializados, pues los estudios dis-ponibles indican que, en contra de la opinin ms comn, el comercio con pasesde ingresos bajos ha sido slo un factor relativamente modesto en el aumento deldesempleo y de la desigualdad salarial, por lo que deducen que tampoco ha podidoejercer una presin a la baja sobre las normas laborales28. La posibilidad de encon-trar condiciones laborales ms flexibles, con inferiores costes para las empresas, hallevado a la bsqueda de soluciones y a tratar de regular los problemas que se deri-van para los derechos de los trabajadores. A ese motivo responden las iniciativasrelativas a los cdigos de conducta o el etiquetado social, sin embargo, los logrosobtenidos an estn lejos de suponer un avance en la consecucin de un equilibrioentre las exigencias derivadas del principio de libre comercio y los fines sociales quepersiguen las normas laborales29.

    Una economa de base mundial exige que las empresas adopten determina-das medidas para asegurar y mejorar su competitividad. Ello da lugar a la produc-cin de fenmenos de integracin empresarial, como la filializacin, la creacin de

    27 GONZALO GONZLEZ, B.: Globalizacin econmica y Seguridad Social: su porfa en laEuropa del Euro, Relaciones Laborales, 2000, nm. 2, pp. 13-15.

    28 LEE, E.: Mundializacin y normas del trabajo. Puntos del debate, Revista Internacionaldel Trabajo, 1997, vol. 116, nm. 2, p. 199.

    29 Vid. BAYLOS GRAU, A.: Globalizacin y Derecho del Trabajo: realidad y proyecto, Cua-dernos de Relaciones Laborales, 1999, nm. 15, pp. 29-38. VAL ARNAL, J.: Subcontratacin interna-cional: libertad de comercio y Derecho del Trabajo. Lmites postulados por la OIT y por la UninEuropea, en Descentralizacin productiva y nuevas formas organizativas del Trabajo. X Congreso Nacio-nal de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, op. cit., pp. 547-564.

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    grupos, las fusiones y absorciones, tanto de carcter nacional como internacional, ya la bsqueda de estrategias comerciales y de gestin de personal que abaraten loscostes de produccin, como el recurso a la descentralizacin de tareas, ya sea a travsde trabajo autnomo, a travs de la contratacin y subcontratacin de servicios, ode la contratacin de trabajadores por medio de empresas de trabajo temporal.

    2. EL DESARROLLO TECNOLGICO

    La economa actual no es solamente una economa que presenta innovacio-nes porque tienda a la mundializacin, es adems una economa altamente influidapor el desarrollo tecnolgico. La llamada tercera revolucin industrial arranc conel desarrollo tecnolgico-cientfico iniciado a partir de la segunda guerra mundial yes conocida como la era de la electrnica, la robtica y la informtica. La introduc-cin de la tecnologa informtica en la produccin empresarial impulsa, a su vez, losprocesos de globalizacin econmica, pues favorece la prdida de importancia de lasfronteras fsicas ante la universalidad del ordenador30. Lo que caracteriza a la revolu-cin tcnica actual es que se aplica de forma generalizada y con los mismos resulta-dos extraordinarios, en trminos de incremento de la productividad, en todos lossectores31.

    Los ejes centrales de la revolucin tecnolgica actual son la tecnologamicroelectrnica, esto es, la miniaturizacin de componentes electrnicos, la infor-mtica, es decir, la ciencia que estudia el tratamiento y almacenamiento de informa-cin utilizando computadoras, las telecomunicaciones, la automatizacin y la inte-ligencia artificial32.

    Si la revolucin tecnolgica que propici la Revolucin industrial y el sur-gimiento del sistema capitalista de produccin y del modelo conocido de relacioneslaborales fue la invencin de la mquina y su aplicacin a la economa como mediode aumentar la produccin y disminuir sus costes, la revolucin tecnolgica quehace su aparicin en la actualidad es la que propicia el almacenamiento y tratamien-to de datos, lo que se ha llamado el dominio del ordenador. Las nuevas tecnologasde la informacin estn relevando de un modo inexorable a las industrias pesadas ymanufactureras como el soporte principal de las economas ms desarrolladas delmundo. Su empleo en los sistemas econmicos proporciona una mayor seguridaden el archivo de datos, una mayor rapidez en las operaciones, un aumento del nivelde eficacia y, desde el punto de vista que aqu interesa, ha favorecido un abarata-

    30 RODRGUEZ-PIERO y BRAVO FERRER, M.: Poltica, globalizacin y condiciones de traba-jo, Relaciones Laborales, 2000, nm. 11, p. 3.

    31 ALONSO, L.E.: Trabajo y ciudadana, op. cit., p. 148.32 DORMIDO BENCOMO, S., MORALES NAVARRO, J. y ABAD MRQUEZ, L.: Sociedad y nuevas

    tecnologas, op. cit., p. 114.

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    miento de costes, sobre todo de costes de personal, porque ha favorecido los fen-menos de externalizacin al hacer posible el abandono de los centros de trabajo yuna efectiva prestacin laboral desde el domicilio del trabajador.

    Las nuevas tecnologas influyen de diversa manera en la labor y en la situa-cin de los trabajadores33. Existe el temor de que las nuevas tecnologas estn des-truyendo rpidamente los empleos, porque estn favoreciendo la mano de obracualificada en detrimento de la de escasa cualificacin, as como de que la relacinentre tecnologa, productividad y empleo se salde con una destruccin de empleosen aras de una mayor productividad. El Dictamen del Comit Econmico y Socialde las Comunidades Europeas sobre las consecuencias de la introduccin de nuevastecnologas en la situacin del empleo (CES 1403/96) recuerda que En el pasadolos cambios tecnolgicos tenan una difusin lenta y se limitaban a determinadossectores de la economa, lo que permita que los empleos perdidos en un sectorpudiesen compensarse con la creacin de empleos en otros sectores [...]. Sin embar-go, actualmente, las nuevas tecnologas, cuyo precio es ms bien bajo, se aplican congran rapidez en todos los sectores de la vida econmica y en casi todas las esferas dela vida social. [...] El ritmo de introduccin de las tecnologas [...] no se ha vistoacompaado por un aumento de las inversiones como en el pasado, lo que habrapermitido compensar los puestos de trabajo destruidos34. Adems, las tecnologaspueden aumentar el papel del ser humano en el proceso de produccin, pero tam-bin pueden hacer que el trabajador sea ms vulnerable a las transformaciones de laorganizacin del trabajo. Hay casos en los que se observa una disminucin de lascualificaciones requeridas35.

    Se ha sealado la vertiente de poder que implica el avance tecnolgico, entanto que puede ser utilizada como un instrumento de poder social, y desde estaperspectiva presenta un efecto doble: por un lado, implica un poder de accin para

    33 Vid. DUBLER, W.: Nuove tecnologie: un nuovo diritto del lavoro, Giornale di Dirittodel Lavoro e di Relazioni Industriali, 1985, nm. 25, pp. 65-83. CARINCI, F.: Rivoluzione tecnologicae Diritto del Lavoro, en Rivoluzione tecnologica e Diritto del Lavoro. Atti dellVIII Congreso Nazionaledi Diritto del Lavoro, Giuffr, Milano, 1986, pp. 3-48. En el mismo volumen, PERONE, G.C.:Rivoluzione tecnologica e Diritto del Lavoro, pp. 49-86. VENEZIANI, B.: Nuove tecnologie econtratto di lavoro: profili di diritto comparato, op. cit. pp. 1-60.

    34 En esta lnea, destaca RIFKIN, J.: El fin del trabajo, Paids, Barcelona, 1996, los efectosdestructores de empleo de las nuevas tecnologas. Una revisin de su tesis en ALONSO, L.E. y LASIERRA,J.M.: El fin del trabajo o el trabajo sin fin? Una revisin crtica de la tesis de Jeremy Rifkin, Revistadel Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Economa y Sociologa, 1998, nm. 6, pp. 13-33.

    35 En sentido similar se pronunciaba un informe de la OCDE en 1980: ...la introduccinmasiva de la tecnologa en un sector hasta entonces resguardado, contribuye a proletarizar una pobla-cin que se caracterizaba por los aspectos intelectuales o relacionales de su trabajo. La rebelin delos cuellos blancos puede derivarse de esta prdida relativa de su status. [...] Efectivamente, las opcio-nes tecnolgicas elegidas han contribuido, en general, a empobrecer considerablemente determina-das tareas y a invalidar las cualificaciones adquiridas o reconocidas en el sector terciario, El Estadoprotector en crisis, op. cit., p. 374.

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    determinadas categoras de trabajadores y, por otro lado, tambin es exponente delpoder de actuacin de los empresarios. En la medida en que se disea y se introduceuna tecnologa que incorpora alguna de las tareas especializadas, el poder social queostentaban determinados trabajadores cualificados desaparece, al realizarse por otrostrabajadores sin cualificacin, lo cual favorece la segmentacin del mercado de tra-bajo, al sacar puestos de trabajo del empleo estratgico e incorporarlos al empleoperifrico o precario. Por otro lado, en tanto constituye un instrumento para cen-trar el poder de direccin y organizacin de los empresarios para imponer unasrelaciones ms favorables en su beneficio, afecta a la capacidad individual de lostrabajadores de ejercer un control sobre el proceso de trabajo36.

    La introduccin de la tecnologa informtica permite un contacto ms gily rpido entre las distintas fases de produccin de un mismo producto, favorecien-do con ello los denominados sistemas de just in time, de modo que se puedenestablecer enlaces entre las diversas empresas que faciliten los encargos de trabajode los proveedores con plazos de entrega cortos y variables. Este cambio tecnolgi-co transforma las fronteras, establecidas desde hace mucho tiempo, entre los pues-tos de trabajo y las cualificaciones y entre fabricacin y mantenimiento. Y ha trans-formado a la poblacin activa, que ha pasado a prestar servicios personales en lugarde producir y suministrar bienes. El cambio tecnolgico ha supuesto un incentivoa la descentralizacin productiva, porque ha favorecido los procesos de desintegra-cin vertical de los ciclos de produccin, reduciendo las dimensiones empresarialesptimas, as como la descentralizacin de determinadas funciones tradicionalmen-te realizadas en el interior de las empresas (publicidad, proyeccin, asistencia tc-nica...)37. Y ha permitido, adems, la especializacin de las empresas auxiliares, noexclusivamente con base en un uso intensivo de la mano de obra, sino fundndoseen su mayor capacidad de flexibilidad, tanto en lo productivo, como en lo organi-zativo.

    Los efectos que la globalizacin de la economa y la introduccin de nuevastecnologas producen sobre el mercado de trabajo y sobre las relaciones laboralespueden englobarse en dos grandes grupos: consecuencias sobre la organizacinempresarial y consecuencias sobre el modelo de contrato o relacin de trabajo38, yque implican un doble movimiento, de extranormatividad en el plano mundial yde desregulacin y fortalecimiento del poder del empresario en el interno39.

    36 JIMNEZ GARCA, J.: Los senderos hacia un nuevo Derecho del Trabajo, op. cit., pp. 43-44.37 PREZ DE LOS COBOS ORIHUEL, F.: Nuevas tecnologas y relacin de trabajo, Tirant Lo Blanch,

    Valencia, 1990, pp. 17-18.38 Vid. CASAS BAAMONDE, M.E.: Las transformaciones del Derecho del Trabajo y su futuro

    previsible, Responsa Iurisperitorum Digesta, Salamanca, 2000.39 BAYLOS, GRAU, A.: Globalizacin y Derecho del Trabajo: realidad y proyecto, op. cit.,

    p. 25.

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    3. LA NUEVA CONFIGURACIN DEL MERCADO DE TRABAJO

    Por lo que se refiere al primero de esos grupos, la primera cuestin a desta-car es que actualmente se est en presencia de un proceso de transformacin en lasempresas que pasa por la reorganizacin interna y su relacin con el entorno y laconsideracin de la ciencia y la tecnologa como primera fuerza productiva40. Seobserva una tendencia hacia el fortalecimiento de las grandes empresas, organizadasen redes de cooperacin en torno a sistemas de informacin. Las empresas estndesarrollando una organizacin ms centralizada de sus actividades fundamentales,con estructuras de gestin ms descentralizadas, con una distribucin de responsa-bilidades ms amplia y exigiendo a sus trabajadores competencias nuevas, crecientesy diversificadas, de tal modo que se privilegia el aumento de profesionalidad comocondicin prioritaria para realizar la posibilidad de ejecutar tareas diversas en elmarco de su actividad laboral. Al mismo tiempo, se observa que el tipo de empresamediana y pequea que sustituy a las grandes empresas integradas en las econo-mas de escala y que cobraron una considerable importancia tanto en la produccincomo en la creacin de empleo, se ven tambin en la necesidad de disminuir susdimensiones y recurrir a polticas de descentralizacin y subcontratacin, para favo-recer su posicin competitiva en el mercado41.

    Los cambios en las estructuras empresariales implican, por lo tanto, un dobletipo de organizacin: se ha distinguido entre una descentralizacin vertical, traducidaen la exteriorizacin de la produccin a travs del establecimiento de contratos conterceros para realizar parte de las actividades que la empresa necesita para funcionar yla descentralizacin horizontal, que se concreta en la existencia de redes empresarialesen cuyo seno se establecen relaciones de cooperacin y que actan desde posicionesde relativa igualdad42. De tal modo que se observa una tendencia contrapuesta, mien-tras que algunas organizaciones buscan el aumento de sus dimensiones, mediantealternativas de crecimiento estratgico, a travs de procesos de fusiones o absorciones,otras, en cambio, optan por el adelgazamiento de sus estructuras, reduciendo susdimensiones hasta las que se consideran competencias bsicas de la empresa43.

    40 Vid. CRUZ VILLALN, J.: Los cambios en la organizacin de la empresa y sus efectos en elDerecho del Trabajo: aspectos individuales, en El empleador en el Derecho del Trabajo. XVI Jornadasuniversitarias andaluzas de Derecho del Trabajo y Relaciones Laborales, Tecnos, Madrid, 1999, pp. 29-45. VALDS DAL-R, F.: La descentralizacin del mercado de trabajo, Relaciones Laborales, 2000,nm. 12, pp. 1-10.

    41 DURN LPEZ, F.: Globalizacin y relaciones de trabajo, Revista Espaola de Derecho delTrabajo, 1998, nm. 92, pp. 871, se refiere a estos acontecimientos como aparentemente contradic-torios.

    42 RIVERO LAMAS, J.: La descentralizacin productiva y las nuevas formas organizativas detrabajo, en Descentralizacin productiva y nuevas formas organizativas del trabajo. X Congreso Nacio-nal de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, op. cit., p. 28.

    43 CASANI, F., LUQUE, M.A., RODRGUEZ, J. y SORIA, P.: Outsourcing y sus consecuenciassobre los recursos humanos, op. cit., p. 52.

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    Las consecuencias que se producen en el mercado de trabajo se resumen enuna creciente desigualdad en las rentas, conocimientos y actividades de los trabaja-dores44. En el contrato de trabajo pierde rigor y claridad la dependencia que locaracteriza, proliferan los contratos temporales y a tiempo parcial, as como nuevasmodalidades, como los contratos formativos. Se produce la incorporacin de la mujeral mercado de trabajo. La conjugacin de todos estos factores ha provocado undeterioro en las condiciones de trabajo y un incremento del desempleo, en particu-lar del desempleo de larga duracin y del que afecta a los trabajadores menos cuali-ficados y a los jvenes que buscan su primer empleo. Porque si bien es cierto que laglobalizacin y el desarrollo tecnolgico, al mismo tiempo que destruyen, creannuevas posibilidades de trabajo, tambin sucede que los trabajadores cuyos puestosson destruidos no pueden ocupar los nuevos empleos por falta de cualificacin.

    El sector preponderante de la economa ha pasado a ser el terciario. En lospases de la OCDE el empleo en los servicios aument regularmente en el deceniode 1980 hasta superar el 55 por ciento del empleo total en la mayora de los estadosmiembros. En Australia, Canad, EEUU, Reino Unido y Suecia llega ya a ms del70 por ciento. En el conjunto de la Unin Europea el empleo en los servicios pasdel 53 al 62 por ciento del empleo total entre 1980 y 199245. El sector servicios es elque mejor se acomoda a los nuevos trabajos y el que recibe, por tanto, el mayor flujode demanda. Es, adems, una consecuencia de las nuevas estrategias empresariales,pues la externalizacin y la descentralizacin no hacen ms que aumentar su nivelde presencia en el panorama econmico mundial: las funciones que se externalizanson las que hacen posible su desarrollo y ejecucin a travs de las nuevas tecnologasinformticas.

    La clase obrera pierde protagonismo, pues la homogeneidad laboral desapa-rece debido a la creciente especializacin. Sin embargo, se produce una emergenciade conflictos, desigualdades y diferenciaciones discriminatorias por muy diversasrazones (sexo, nacionalidad, raza, lengua, religin). Se ha afirmado que el cambiotecnolgico ha segmentado y desintegrado a la clase obrera, porque se ha ganadouna lite para la colaboracin con el capital, mientras que la masa se ve condenadaal trabajo precario y queda a disposicin de las necesidades de ajuste del mercado46.

    A los obreros de cuello azul de la primera revolucin industrial y a losejecutivos de cuello blanco de la segunda suceden ahora los trabajadores de cue-llo de acero robots, debido a la automatizacin del proceso de produccin. Elser humano se limita a programar, vigilar, y controlar los robots. El recurso humanoprincipal de la sociedad post-industrial va a ser el personal cientfico y tcnico,

    44 RODRGUEZ-PIERO y BRAVO FERRER, M.: Poltica, globalizacin y condiciones de traba-jo, op. cit., p. 5.

    45 WIECZOREK, J.: Movimientos intersectoriales en el empleo mundial y agrandamientodel sector de los servicios, Revista Internacional del Trabajo, 1995, vol. 114, nm. 2, p. 241.

    46 GORZ, A.: Metamorfosis del trabajo, Sistema, Madrid, 1997, pp. 93-94.

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    porque se precisan cada vez ms especialistas, programadores y ejecutantes47. Y laorganizacin empresarial en la que se insertan estos trabajadores va a ser una empre-sa sin funcionamiento jerrquico, piramidal y taylorista, fundamentada en la flexi-bilidad de horarios y en la coordinacin de tareas entre los diversos departamentosy secciones.

    El nuevo modelo de organizacin del trabajo fuerza la fragmentacin delmercado, estableciendo una lnea divisoria entre aquellos puestos de trabajo que sedesempean a tiempo completo, con garanta de estabilidad, promocin y protec-cin social, y aquellos puestos perifricos, que viene caracterizados por desempear-se durante un corto plazo de tiempo, sin ninguna garanta de estabilidad y promo-cin, con escasas o carentes medidas de proteccin social y desempeado por personalescasamente cualificado. Las empresas cubren sus necesidades de personal atendien-do a una triple categora: un ncleo estable de personal, un grupo de personal peri-frico y un grupo de personal externo. El primer grupo obtiene cierta seguridad enel empleo a cambio del sometimiento a una movilidad funcional constante cuandolas necesidades empresariales lo requieran, se trata del personal formado por la em-presa y del que no puede prescindir. El segundo grupo es el encargado de las tareasde mantenimiento, vigilancia, etc., que no cuenta con cualificaciones especiales ypuede ser ajustado de acuerdo con las fluctuaciones del mercado. Y el tercero com-prende tanto personal muy cualificado como personal de servicios: se refiere estegrupo a informticos, asesores, y al personal de transporte, limpieza, etc., cuya vin-culacin con la organizacin no supone grandes costes para sta porque no tieneporqu someterse a reglas jurdico-laborales48. El primer ncleo de trabajo aparececomo el tipo de trabajo que ser desarrollado mediante un contrato comn de tra-bajo; sin embargo, los otros grupos se desarrollan en la realidad prctica de lasempresas con el recurso al trabajo temporal y a tiempo parcial y atendiendo a fen-menos de descentralizacin y externalizacin, favorecidos ambos supuestos por laalta tasa de desempleo y las posibilidades organizativas que las tecnologas de lainformacin proporcionan.

    Adems de estos dos factores, hay que sealar un tercer elemento de in-fluencia en el desarrollo del Derecho del Trabajo, que lo ha acompaado desde susinicios, y que no es otro que la crisis econmica. Es cierto que la crisis no empuja loscambios en las legislaciones de trabajo, sin embargo, la existencia de una relacin devinculacin o dependencia entre la economa y el Derecho del Trabajo pone demanifiesto que ambos fenmenos no corren en sentidos opuestos49. Las leyes no

    47 SALCEDO LPEZ, S.: Industrializacin y Modernidad, op. cit., p. 94.48 Efecta esta distincin GORZ, A.: Metamorfosis del trabajo, op. cit., p.94.49 Puso de manifiesto la dependencia del Derecho del Trabajo con respecto a la ciencia

    econmica SINZHEIMER, H.: La crisis del Derecho del Trabajo (1933), publicado en castellano enCrisis econmica y Derecho del Trabajo. Cinco estudios sobre la problemtica humana y conceptual delDerecho del Trabajo, IELSS, Madrid, 1984, pp. 90-99.

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    pueden permanecer mucho tiempo alejadas de las condiciones reales que rodean eldesarrollo de su objeto de regulacin, y junto a los cambios en los sistemas produc-tivos, que son los autnticos motores de los cambios en las legislaciones laborales,no puede dejar de sealarse que los fenmenos de crisis impulsan determinadasorientaciones y determinadas modificaciones legislativas con vistas a favorecer lacontinuidad del modelo de relaciones laborales vigente50. La crisis de la energageneralizada a escala mundial desde los aos 1973-1974 provoc un estancamientode la economa y una fuerte cada del empleo. La marcada desaceleracin del creci-miento econmico en todas las economas capitalistas provoc una situacin derecesin econmica, sus efectos se manifestaron en casi todos los pases de capitalis-mo avanzado con las secuelas de escasez de empleo, incremento de los niveles dedesocupacin y la generalizacin de formas de empleo precario. La reestructuracinde la organizacin empresarial de la dcada siguiente arranc de esta situacin. So-bre esas bases hubo de abrirse camino la recuperacin, y lo hizo siguiendo orienta-ciones distintas a las conocidas con anterioridad. Las crisis empresariales y su corre-lativa traduccin en masivas reestructuraciones de plantilla produjeron la proliferacinde fenmenos de descentralizacin productiva, de tal manera que se consigui unimportante recorte de costes con la subcontratacin de determinados servicios quecon anterioridad eran prestados por la propia empresa. Esta externalizacin pasa noslo por la subcontratacin de determinas actividades especialmente aptas para ellopor su nivel de independencia y especializacin, sino tambin por el recurso al tra-bajo autnomo, propiciando con ello la disminucin de prestaciones personales detrabajo sometidas a la disciplina laboral. Como consecuencia lgica, el sector pre-ponderante en la economa deja de ser el industrial y comienza a ser el sector servi-cios, favorecido, de igual modo, por el desarrollo tecnolgico.

    Junto a estos dos grandes ncleos de consecuencias hay que mencionar tam-bin un proceso de progresiva prdida de soberana de los Estados frente a las deci-siones de organismos transnacionales. Se est produciendo en el plano poltico y enel de las relaciones internacionales un proceso de declive del modelo de Estado-nacin, pues tanto a nivel regional como supranacional nuevos organismos estnasumiendo competencias que hasta este momento pertenecan a los Estados y for-maban parte de lo que denominaban su soberana nacional. A nivel econmico, nocabe duda de que la globalizacin y el avance tecnolgico, junto con el abarata-miento de las comunicaciones y el desarrollo del comercio, han favorecido el surgi-miento y adquisicin de poder de las instancias supranacionales y su consecuencialgica es que determinadas decisiones se tomen en las instancias superiores y hayan

    50 PALOMEQUE LPEZ, M.C.: Un compaero de viaje histrico del Derecho del Trabajo: lacrisis econmica, Revista de Poltica Social, 1984, nm. 143, p. 20, sealaba esta idea, haciendohincapi en que la crisis econmica no ha de suponer necesariamente un retroceso del Derecho delTrabajo, lo que se puso de manifiesto con el crecimiento del Derecho espaol del Trabajo durante eldesarrollo de la crisis econmica de los treinta, en el llamado bienio reformista.

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    51 MORENO, I.: Mundializacin, globalizacin y nacionalismos: la quiebra del modelo deestado-nacin, op. cit., p. 26, pone de relieve que Aunque lo econmico siga primando escandalo-samente hoy sobre lo social y lo poltico, no hay duda de que tambin en estos terrenos, aunque mslentamente que en aquel, el marco europeo y no el de cada estado nacin (o supuesto estado-nacin)ser el ms importante mbito legislativo y de toma de decisiones polticas en un ms o menosprximo futuro.

    52 DURN LPEZ, F.: Globalizacin y relaciones de trabajo, op. cit., p. 870.53 Vid. al respecto, ROMAGNOLI, U.: Globalizacin y Derecho del Trabajo, op. cit., pp. 13-

    19, que retoma la cuestin de la internacionalizacin del Derecho del Trabajo. Y del mismo autor,Per un diritto del lavoro post-industriale e sovranazionale, Lavoro e Diritto, 1999, nm. 2, pp. 209-220. Tambin, JEAMMAUD, A.: Les droits de travail lpreuve de la mondialisation, op. cit., p. 768.

    54 LEE, E.: Mundializacin y normas del trabajo. Puntos del debate, op. cit., p. 196.55 PALOMEQUE LPEZ, M.C. y LVAREZ DE LA ROSA, M.: Derecho del Trabajo, 8 edicin,

    CEURA, Madrid, 2000, p. 291.

    de ser acatadas en las inferiores51, con la consiguiente limitacin del grado de auto-noma de las autoridades econmicas nacionales52. Sin embargo, desde el plano dela funcin social tpica del contrato de trabajo la tendencia a una cierta uniformidaden la proteccin dispensada a los sujetos y supuestos incluidos en su mbito deactuacin, proveniente de una legislacin supranacional aplicable en una generali-dad de pases, es recibida favorablemente, pues los diferentes niveles de proteccinofrecidos por las diversas normativas nacionales introducen inseguridades y des-igualdades en las condiciones de trabajo que en una organizacin global de la eco-noma no pueden ser aceptadas53. A este respecto destacan las voces que han anali-zado la repercusin que el fenmeno de la mundializacin puede tener en las normasdel trabajo, poniendo de relieve que, si bien desde finales de la dcada de los 70 seobserva una puesta en cuestin del valor de la normativa laboral en su conjunto,incluso argumentos econmicos en trminos de competitividad respaldan la teoraque aboga, no slo por una regulacin, sino adems por una cierta armonizacin anivel internacional de las normas laborales: as, los pases cuya normativa laboral ymedioambiental sean menos exigentes se beneficiarn de una injusta ventaja decostos respecto a sus socios comerciales con normas ms estrictas, por lo cual armo-nizar las polticas es esencial para garantizar una competencia libre en los tratadoscomerciales internacionales54.

    La cuestin de la internacionalizacin de las normas laborales no es unacuestin reciente, motivada por la necesidad de los pases industrializados de asegu-rarse una posicin competitiva en el comercio internacional. La novedad reside enque ahora es favorecida desde el nivel poltico como medida que beneficia la polticaeconmica. Sin embargo, desde el punto de vista social, la internacionalizacin denormas laborales con vistas a lograr una cierta armonizacin de ciertos derechos decarcter laboral ha sido una cuestin que se sita en los mismos orgenes de ladisciplina, no en vano la propia fundacin de la OIT respondi a la necesidad demejorar las condiciones de vida y trabajo de los trabajadores y a asegurar un mnimode derechos bsicos que hiciera eficaz la propia legislacin interna55, y que actual-

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    mente vuelve a ocupar un espacio preponderante en los debates econmicos y pol-ticos ante los retos que nuevamente presenta el alcance mundial de las relaciones deproduccin. En este sentido se ha afirmado que es ms necesario que nunca com-plementar la poltica laboral nacional con una cooperacin internacional destinadaa salvaguardar las normas del trabajo bsicas frente a la creciente mundializacin56,y que considerar improbable un consenso sobre las normas laborales no parece po-sible ni congruente con la existencia de la propia OIT y su profusa elaboracinnormativa desde el momento de su creacin, lo cual implica un avance por la vahacia una observancia universal de las normas fundamentales de la OIT57.

    Se habla ya de la transicin de la actual sociedad post-industrial a una socie-dad nueva, la sociedad del conocimiento, caracterizada por la digitalizacin, larealidad virtual, los multimedia, la estructura social fragmentada, el funcionamien-to en red, la integracin de las tecnologas, la constante innovacin de productos yprocesos, la economa en tiempo real, los contactos directos entre productores yconsumidores y la globalizacin de los mercados, en la que el flujo y el volumende informacin no dejan de aumentar, los cambios tecnolgicos y econmicos seacentan y la naturaleza del trabajo y la organizacin de la produccin y de losservicios se modifican, son necesarias determinadas condiciones para preparar a laspersonas de manera que puedan asumir sus responsabilidades y actuar en condicio-nes de mayor autonoma (Dictamen CES 1403/96). Una sociedad tal radicalmen-te diferente de la decimonnica exige que las estructuras normativas se adapten a loscambios producidos en el mundo del trabajo.

    56 LEE, E.: Mundializacin y empleo: se justifican los temores?, Revista Internacional delTrabajo, 1996, vol. 115, nm. 5, pp. 536-537.

    57 LEE, E.: Mundializacin y normas del trabajo. Puntos del debate, op. cit., p. 201-205.En ese direccin se orienta la Declaracin relativa a los principios y derechos fundamentales en eltrabajo adoptada en la 86 Conferencia Internacional de la OIT en 1998, con el objeto de promoverla aplicacin de los principios reconocidos como fundamentales en los Convenios de este organismoa modo de estndares internacionales de respeto a derechos sociales considerados como mnimos.

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