La transferabilidad de las evaluaciones económicas: concepto e instrumentos de medida

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9 (1), 2012 PharmacoEconomics - Spanish Research Articles 9 (1): 3-12, 2012 © 2012 Adis Data Information BV. All rights reserved. ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN ORIGINAL La transferabilidad de las evaluaciones económicas: concepto e instrumentos de medida Fernando Antoñanzas, Mª Reyes Lorente Universidad de La Rioja, Logroño, La Rioja, España Resumen Objetivos: Los estudios de evaluación económica de tecnologías sanitarias ofrecen información útil para la adopción de decisiones y cada vez se publican más artículos referidos a esta materia. Sin embargo, los estudios están referidos a un contexto determinado por lo que no es inmediato aprovechar los resultados sin antes efectuar algunas comprobaciones. Es decir, no es directa su transferen- cia a otros contextos. Los objetivos de este artículo son mostrar la evolución que han tenido las dife- rentes formas de afrontar este problema y describir los métodos propuestos por diferentes autores respecto de la transferibilidad de los estudios de evaluación económica. Método: Se definen los conceptos relacionados con la transferencia de resulta- dos y, seguidamente, se revisan y resumen los métodos e índices propuestos por varios autores durante la última década; se presentan, además, algunos comenta- rios referidos a su aplicación práctica. Resultados: Se muestran seis enfoques para abordar el asunto de la transferibi- lidad, algunos concretados en forma de índices numéricos que ponderan varios conceptos, y otros en forma de repaso de una serie de conceptos para los cuales la respuesta es dicotómica. El investigador ha de forjarse, a partir de ellos, un criterio general acerca de si acepta o no la transferencia de los resultados. Conclusiones: Las decisiones de los agentes sanitarios tendrán que apoyarse en estudios de evaluación económica previos, en aras de la eficiencia del propio proceso de decisión. Para ello, la transferibilidad de los estudios es un elemento esencial. La elección del índice condicionará las decisiones futuras, por lo que los agentes sanitarios deberían conocer los instrumentos para medir la transferi- bilidad y sopesar sus ventajas e inconvenientes, así como el esfuerzo que signi- ficaría su aplicación. Palabras clave: transferibilidad, evaluación económica, generalibilidad, índi- ces, listas de comprobación Abstract Objective: Economic evaluation studies provide some information that can be useful when taking decisions, and an increasing number of papers is currently been published on this matter. However, such studies are relevant for a specific roof prueba prov oof prueba pro 2012 Adis Data Information BV. All rights reserved harmacoEconomics - earch Articles; 9 (1), 2012

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PharmacoEconomics - Spanish Research Articles 9 (1): 3-12, 2012

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ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN ORIGINAL

La transferabilidad de las evaluaciones económicas: concepto e instrumentos de medidaFernando Antoñanzas, Mª Reyes LorenteUniversidad de La Rioja, Logroño, La Rioja, España

Resumen Objetivos: Los estudios de evaluación económica de tecnologías sanitarias ofrecen información útil para la adopción de decisiones y cada vez se publican más artículos referidos a esta materia. Sin embargo, los estudios están referidos a un contexto determinado por lo que no es inmediato aprovechar los resultados sin antes efectuar algunas comprobaciones. Es decir, no es directa su transferen-cia a otros contextos.Los objetivos de este artículo son mostrar la evolución que han tenido las dife-rentes formas de afrontar este problema y describir los métodos propuestos por diferentes autores respecto de la transferibilidad de los estudios de evaluación económica.Método: Se definen los conceptos relacionados con la transferencia de resulta-dos y, seguidamente, se revisan y resumen los métodos e índices propuestos por varios autores durante la última década; se presentan, además, algunos comenta-rios referidos a su aplicación práctica.Resultados: Se muestran seis enfoques para abordar el asunto de la transferibi-lidad, algunos concretados en forma de índices numéricos que ponderan varios conceptos, y otros en forma de repaso de una serie de conceptos para los cuales la respuesta es dicotómica. El investigador ha de forjarse, a partir de ellos, un criterio general acerca de si acepta o no la transferencia de los resultados. Conclusiones: Las decisiones de los agentes sanitarios tendrán que apoyarse en estudios de evaluación económica previos, en aras de la eficiencia del propio proceso de decisión. Para ello, la transferibilidad de los estudios es un elemento esencial. La elección del índice condicionará las decisiones futuras, por lo que los agentes sanitarios deberían conocer los instrumentos para medir la transferi-bilidad y sopesar sus ventajas e inconvenientes, así como el esfuerzo que signi-ficaría su aplicación.

Palabras clave: transferibilidad, evaluación económica, generalibilidad, índi-ces, listas de comprobación

Abstract Objective: Economic evaluation studies provide some information that can be useful when taking decisions, and an increasing number of papers is currently been published on this matter. However, such studies are relevant for a specific

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4 Antoñanzas y Lorente

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Introducción

La preocupación por la eficiencia en el sector sanitario ha llevado a elaborar abundantes evaluacio-nes económicas de tecnologías sanitarias. En algunos países son preceptivas para las decisiones de precio y reembolso de fármacos, como ocurre en Australia, Inglaterra, Suecia, Canadá,... En otros, son funda-mentales para la redacción de guías de práctica clíni-ca (Inglaterra, Canadá y EEUU). En cualquier caso, los estudios de evaluación económica son útiles para la adopción de decisiones que incorporen el criterio de la eficiencia.

Sin embargo, los mencionados estudios son com-plicados de elaborar y requieren abundantes recursos técnicos y humanos para su realización. Por esta razón, cada vez es más frecuente que, ante la adop-ción de una decisión, se revisen los estudios existen-tes y se intenten aplicar sus resultados al contexto donde se haya de usar la tecnología objeto de la eva-luación. Para facilitar esta labor se han elaborado des-

de la década pasada algunas bases de datos (OHE, EURONHEED, etc.) que ofrecen resúmenes estructu-rados de los estudios ya publicados. Esto ha significa-do un paso importante para la difusión de las evalua-ciones y para acercarlas a los gestores sanitarios; no obstante, su empleo inmediato en otros contextos diferentes de aquél en el que se efectuó el estudio ori-ginal no siempre es viable. Para ello hay que compro-bar que el estudio sea transferible, ya que la gestión de los pacientes, los costes, la epidemiología, así como otras variables relevantes, pueden ser diferentes. Es decir, preocupa no sólo la validez interna del estudio –su calidad-, sino también su validez externa [1-12].

Diversos autores han empleado conceptos varios como aplicabilidad, transportabilidad, generabilidad y transferibilidad, entre algunos otros, para referirse a la utilización de los estudios y sus resultados en un contexto diferente al original. Aunque las diferencias pueden parecer sutiles para un observador externo, la aplicabilidad examina la validez interna del estudio, ya que hace referencia a la calidad del mismo para su

context, and they cannot always be used in a different context with no checking. That is, transfer to other contexts is not straightforward.This article aims to show how the various ways to deal with this problem have evolved, ant to describe the methods that have been offered by several authors to assess economic evaluation transferability. Methods: Concepts related to results transfer are defined, and methods or indexes suggested by several authors in last decade are then reviewed and sum-marized. Some comments regarding its practical application are also reported.Results: Six approaches to transferability are described. Some of them are based on numerical indexes that include several weighted concepts; some others review a list of concepts with a dichotomised assessment. Based on such assessments, researchers must establish a general criterion to accept or not that results are transferable.Conclusions: Decisions taken by healthcare agents should be based on previous economic evaluations, to improve decision taking process efficiency. Transferability of studies is crucial for this. The selected index will determine future decisions. Thus, healthcare agents should know available tools to measu-re transferability and to weigh their advantages and disadvantages, as well as efforts needed to apply them.

Key words: transferability, economic evaluation, generalizability, indices, check-lists

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utilización en el contexto original[5]. Sin embargo, los términos generabilidad y transferibilidad se refieren a la validez externa. La generabilidad analiza el gra-do en que los resultados de un estudio pueden ser aprovechados en otros contextos distintos al original en que se realizó. La transferibilidad es un concepto más amplio en la medida en que examina el grado en que los datos, métodos y resultados de un estudio dado pueden ser transferidos a otro contexto y, de esta forma, valora su utilidad (y posibles ajustes) en el contexto específico[8].

El asunto de la generalizabilidad y la transferibi-lidad de los estudios adquiere importancia en la medida en que el volumen de evaluaciones económi-cas y la accesibilidad a las mismas es mayor. En con-creto, se observa una tendencia creciente en el núme-ro de evaluaciones económicas publicadas[1-2]; en España, el promedio anual de estudios de evaluacio-nes económicas publicados ha sido de unos 20 duran-te los últimos ocho años.

En este documento, y con una finalidad divulgati-va, se muestra el panorama de la medición de la transferibilidad de los estudios de evaluación econó-mica. De este modo, los autores de los estudios podrán tener en cuenta algunos de los elementos más importantes para garantizar la transferibilidad futura de dichos estudios a la hora de realizar sus análisis, y los agentes sanitarios, a su vez, dispondrán de un resumen de los diversos índices de medida del grado de transferibilidad existentes para efectuar las com-probaciones que consideren oportunas, antes de apli-car los resultados de otros estudios en su contexto particular.

La preocupación por la generabilidad y transferibilidad

Son muchos los aspectos que pueden dar lugar a discrepancias en la utilidad de un estudio en un con-texto distinto al que se empleó como referencia en su realización. Incluso, tal y como se ha indicado en varios manuales, la consideración de estudios basa-dos en resultados de ensayos clínicos (eficacia), con la precisión que les caracteriza, frente a los resulta-dos de estudios basados en la práctica médica real

(efectividad), es una cuestión relevante a la hora de valorar la aplicabilidad de los resultados de un con-texto a otro[13]. Además, el uso de los resultados de la eficacia procedentes de los ensayos clínicos en las evaluaciones económicas debe ser lo suficientemente claro como para conocer aspectos que puedan alterar la interpretación de los resultados de dicha evalua-ción. Por ejemplo, los resultados de estudios de inten-ción a tratar frente a los resultados de pacientes que han completado el estudio.

También los componentes económicos son objeto de variabilidad de los resultados entre los distintos contextos. Por ejemplo, la utilización de tarifas frente a costes sanitarios da lugar a diferencias en el cocien-te coste-efectividad. En este mismo orden de ideas, la gran dispersión de los valores de costes unitarios encontrados en distintos entornos sanitarios o momentos temporales modifica el valor de dicho cociente. De este modo, los costes unitarios se pre-sentan como uno de los factores más citados por los autores como motivo de generación de variabilidad en los resultados económicos entre distintos contex-tos[2-14]. Nótese que esa variabilidad también vendría influida por el consumo de los recursos, influido, a su vez, por las diferencias en la práctica médica relacio-nadas con la tecnología objeto de evaluación.

Ante el reto de procurar una alta calidad del estu-dio y una validez externa suficiente, los aspectos objeto de examen pueden agruparse en distintas áreas: el diseño del estudio, la coherencia y completa especificación del problema, la consideración de todos los datos relevantes, la preocupación por la incertidumbre, y una presentación clara y transparen-te[3-4].

A continuación, se resumen las ideas aportadas por distintos autores para disponer de un método, incluso de unos índices, que permitan analizar la transferibilidad de los estudios de evaluación econó-mica.

Späth y cols. (1999)[2]

Estos autores definieron un método sencillo para valorar la selección de publicaciones de evaluaciones económicas en términos de su transferibilidad a un contexto sanitario determinado. Su metodología se

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basó en la presentada previamente por Heyland y cols. (1996) [15].

Späth y cols. propusieron la aplicación de tres pasos: (1) búsqueda en la literatura de evaluaciones económicas; (2) valoración crítica de los estudios basada en cuatro criterios de inclusión; y (3) análisis de la selección de los estudios para ser transferibles.

El primer paso, no tan evidente cuando la premu-ra de tiempo condiciona la práctica habitual, garanti-za la obtención de distintos estudios sobre el tema objeto de análisis y, de este modo, evita caer en posi-bles sesgos derivados del único empleo de resultados inmediatamente disponibles, al mismo tiempo que enriquece el análisis con una visión más general de los resultados disponibles. Aun así, Späth y cols. sugieren en este paso realizar un primer filtro en la propia búsqueda de estudios de evaluación económi-ca, y un segundo filtro de revisión de los resúmenes para seleccionar aquéllos que fueran más relevantes. Esta revisión de los estudios localizados, en la aplica-ción empírica de este método descrita por los autores, fue realizada por dos personas (una entrenada en temas de economía de la salud y otra de la especiali-dad clínica correspondiente, quienes buscaban el consenso en caso de discrepancias).

El segundo paso, la valoración crítica de los estu-dios, constituía un tercer filtro realizado por las mis-mas personas que llevaron a cabo el anterior. Este nuevo cribado permite seleccionar aquellos estudios que cumplen cuatro criterios de inclusión: (1) la pers-pectiva del estudio puede ser identificada; (2) se comparan dos o más opciones en el estudio; (3) las tecnologías evaluadas son descritas de manera clara y comprensiva; y (4) las tecnologías estudiadas son aplicables en el sistema sanitario al que se quiere transferir el estudio. Los cuatro criterios de inclusión son rápidos de comprobar y permiten seleccionar los estudios que pueden pasar al siguiente paso, en tér-minos de validez interna y externa.

En el tercer (y último) paso, los autores valoran las características que han de tener los artículos selec-cionados para ser transferibles. En este paso, Späth y cols. definen cinco indicadores que han de cumplirse y los agrupan en tres dimensiones:1. Contextos en los cuales los estudios pueden ser

utilizados.

1.1 Usuarios potenciales: definidos mediante la perspectiva del estudio. De ahí que los auto-res hayan mencionado la perspectiva –paso dos–, considerando la tipología de costes y la fuente de dichos costes.

1.2 Características de la población de estudio uti-lizada para la obtención de los resultados.

2. Transferibilidad de los resultados sanitarios2.1 Fuente de los datos primarios: conocimiento

de si son datos de eficacia o de efectividad, o bien si los datos han sido transformados mediante un modelo o algún tipo de cálculo. También se incluye un análisis de la valora-ción de las preferencias (aplicable en análisis coste-utilidad), ya sea por el método aplicado para su determinación, o bien por las personas preguntadas para su obtención (pacientes, cuidadores o profesionales sanitarios).

3. Transferibilidad de los resultados de recursos uti-lizados 3.1 Recursos sanitarios presentados de manera

detallada y cuantificada.3.2 Costes unitarios de los recursos sanitarios y

tasas de descuento. Identificación de la fuente de los costes y el detalle de los costes unita-rios de todos los recursos aplicados.

En conclusión, la metodología propuesta por Späth y cols., si bien es sencilla y rápida de aplicar, tiene un posicionamiento demasiado radical que difi-cultaría la selección de un estudio como transferible, dada la dificultad para que se cumplan todos los requisitos metodológicos propuestos en las evalua-ciones económicas publicadas. Es decir, Späth y cols. consideran unos indicadores dicotómicos (sí/no), que ante un analista inflexible pueden dar lugar a la exclusión final de estudios que podrían ser tenidos en cuenta para su potencial transferibilidad.

Chiou y cols. (2003)[11]

En el artículo de Chiou y cols. se presenta una herramienta cuantitativa para valorar la calidad de los estudios y, tal y como señalan los autores, ayudar a los agentes sanitarios a discernir entre estudios de alta y baja calidad. Aunque explícitamente no se preocupan

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de la transferibilidad, sí que, en su afán de diseñar un instrumento de fácil uso y con pesos para permitir la ponderación de los indicadores, se preocupan de la utilidad de los estudios (elemento inherente a la trans-feribilidad) en diferentes contextos.

Los autores realizaron una revisión de los con-ceptos identificados en las listas de comprobaciones publicadas y en las guías metodológicas. Esos con-ceptos fueron valorados en una escala Likert de 9 puntos, excluyendo aquéllos que en su puntuación promedio no superasen el 5,5. Ello dio lugar a una lista de 16 criterios o indicadores que fueron combi-nados para desarrollar 60 escenarios que se valoraron mediante una escala de 0 (“estudio extremadamente pobre”) a 100 (“estudio excelente”). El grupo de expertos que valoró los escenarios comprendía dis-tintos perfiles (académicos –la mayoría–, gestores sanitarios, consultorías, industria farmacéutica, pro-fesionales sanitarios, otros). Los resultados obtenidos se analizaron mediante una regresión para, a partir de ahí, obtener los pesos relativos de los 16 indicadores seleccionados.

Los tres criterios con menor ponderación son los siguientes:

Si las estimaciones proceden de análisis de 1. subgrupos y se especificaron dichos grupos al comienzo del estudio → peso = 1Se especificó la fuente de financiación del estu-2. dio → peso = 3Se establece la perspectiva del análisis y las razo-3. nes para su selección → peso = 4

Los cinco criterios con mayor ponderación son los siguientes:

Se trató la incertidumbre mediante análisis esta-1. dísticos o de sensibilidad → peso = 9Se utilizaron las mejores fuentes disponibles para 2. las estimaciones de las variables empleadas → peso = 8La medida de costes fue apropiada y la metodolo-3. gía para estimar las cantidades y costes unitarios se describió de forma clara → peso = 8Se presenta de manera clara el modelo económi-4. co, los métodos del estudio y análisis, así como los componentes del numerador y denominador → peso = 8

Las conclusiones y recomendaciones del estudio 5. se justifican y están basadas en los resultados del estudio → peso = 8

El conjunto de los pesos (o ponderaciones) de los 16 indicadores suma un total de 100, que se corres-pondería con la escala superior utilizada en el paso previo (“estudio excelente”). La propuesta de Chiou y cols. trata la valoración de los indicadores de mane-ra dicotómica (sí/no), ya que considera que ampliar la escala de valoración para, posteriormente, aplicar las ponderaciones complica y reduce el valor poten-cial del método planteado.

Welte y cols. (2004)[10]

La propuesta de estos autores se muestra en for-ma de un mapa o flujograma, que permitiría valorar y mejorar la transferibilidad de las evaluaciones econó-micas. De este modo, incluyen (1) unos criterios de rechazo, (2) una lista basada en factores de transferi-bilidad identificados, así como (3) métodos para mejorar la transferibilidad y para valorar la incerti-dumbre de los resultados transferidos.

Los autores, para confeccionar la lista de factores de transferibilidad potenciales, realizaron una identi-ficación sistemática de todos los parámetros aplica-bles en las evaluaciones económicas y en los estudios epidemiológicos. Los criterios de inclusión para estos factores de transferibilidad potenciales fueron cuatro:1. Influencia en los resultados de las evaluaciones

económicas2. Variación internacional3. Capacidad de medición 4. Distinción de otros factores

La lista de factores se constituye con 14 criterios agrupados en tres dimensiones:1. Características metodológicas

1.1 Perspectiva1.2 Tasa de descuento1.3 Aproximación a los costes médicos1.4 Aproximación a los costes productivos

2. Características del sistema de cuidados sanitarios2.1 Precios absolutos y relativos en cuidados

sanitarios

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2.2 Variación en la práctica2.3 Desarrollo tecnológico

3. Características de la población3.1 Incidencia/prevalencia de la enfermedad3.2 “Case-mix”3.3 Esperanza de vida3.4 Preferencias en los estados de salud3.5 Aceptación, conformidad, incentivos para los

pacientes3.6 Productividad y tiempo de trabajo perdido3.7 Propagación de la enfermedad

El recorrido del flujograma propuesto por Welte y cols. comienza con el caso de que se cumpla algún criterio de rechazo general. Los autores diferencian entre factores de rechazo generales y específicos. Dentro de los primeros distinguen tres posibles: que la tecnología evaluada no sea comparable con la que debe ser utilizada en el país de decisión; que el com-parador no sea similar al relevante para el país de decisión; y que el estudio no posea una calidad acep-table. En el caso de existir alguno de estos factores de rechazo general, los resultados del estudio no son transferibles y se debería analizar únicamente la posi-bilidad de transferir el modelo o el diseño del estu-dio.

Si el estudio objeto de análisis no cumple alguno de los criterios de rechazo general, se procedería a la aplicación de la lista señalada más arriba. Cualquiera de esos 14 factores puede considerarse como factor específico de rechazo, si no pudiera ser valorado por falta de datos del estudio o del país de decisión; igual-mente, en el caso de ser viable su valoración, debería haber una alta correspondencia de ese factor en el país de estudio y en el país de decisión. Si se encon-trara alguno de los factores específicos de rechazo seleccionados, nuevamente, los resultados del estu-dio no serían transferibles, pero se podría valorar la transferibilidad del modelo o el diseño del estudio.

El flujograma de Welte y cols. señala que, en el caso de no darse alguno de los criterios de rechazo, generales o específicos, se debería valorar si el mode-lo del estudio precisase algún ajuste. De este modo, podría ocurrir que no lo precisara, siendo, entonces, los resultados del estudio plenamente transferibles, o, por el contrario, que sí lo necesitara. Ante la posibili-

dad de que el modelo precisase algún ajuste, se debe-ría analizar si el estudio facilita información comple-ta de datos y métodos; en caso contrario habría que valorar la transferibilidad de dicho modelo o diseño. Finalmente, si se considera la realización de ajustes del modelo y el estudio presenta toda la información precisa, podría ocurrir que el país de decisión no dis-pusiera de los datos relevantes necesarios, o que sí los tuviera en su totalidad o sólo parcialmente. Esta última posibilidad podría suponer la modificación de los parámetros que generan el cociente coste-efecti-vidad.

Gonzalez-Perez (2002)[1]

Este autor se basa en una lista de diez indicado-res, publicada en un libro de Drummond y cols. en 1997[16], para presentar tres métodos de puntuación diferentes para la valoración de la calidad de las eva-luaciones económicas. Aplica de manera empírica los tres métodos propuestos a una muestra de 50 evalua-ciones económicas.

El primer método consiste en valorar los diez indicadores de la lista, puntuando con un 1 en el caso de que la respuesta sea “sí”, con un 0 cuando la res-puesta es “no” y con un 0,5 ante una respuesta de “puede que no”. Se contrastó que hay dos indicado-res que pueden ser “no aplicables” en algunos estu-dios: ¿se ajustaron los costes y consecuencias para diferentes momentos en el tiempo? y ¿se desarrolló un análisis incremental de los costes y consecuencias de las alternativas seleccionadas? Sin embargo, la especificación de todos los costes y consecuencias importantes y relevantes para cada alternativa fue la pregunta que más respuestas negativas obtuvo en el estudio empírico.

El segundo método introduce una jerarquía con respecto a la fuente de los datos de efectividad: puntúa con 1 si es un ensayo clínico controlado y aleatorizado, o una revisión sistemática de este tipo de estudios; con 0,8 si se trata de una revisión siste-mática de estudios no aleatorizados; y con 0,6 si se basa en estudios descriptivos y opiniones, en ausen-cia de todo estudio aleatorizado. Además, este segundo método incluye un concepto adicional, referido a la transferibilidad de los resultados: ¿es

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el documento relevante para el sistema sanitario y sus resultados lo suficientemente transparentes para que sean replicados en el contexto sanitario? Este indicador adicional incluye, a su vez, la considera-ción de tres aspectos distintos: (1) tecnología o enfermedad relevante; (2) similitud de la población de estudio; y (3) todos los costes y consecuencias relevantes han sido incluidos. En caso de cumplirse los dos primeros aspectos la puntuación sería de 1 y si fallara el segundo aspecto, o la perspectiva del estudio fuese confusa, la puntación aplicable sería de 0,7.

Finalmente, el tercer método varía respecto de los dos anteriores en el sentido de que éste es multiplica-tivo frente al carácter acumulativo de los métodos previos. Consistiría en la multiplicación de la puntua-ción promedio de los diez indicadores de Drummond y cols. por la puntuación del concepto adicional refe-rido a la transferibilidad de los resultados.

Boulenger y cols. (2005)[8]

Los autores reafirman la lista que desarrollaron para valorar el nivel de transferibilidad y presentan un índice para su cálculo.

La lista inicial de indicadores para la transferibili-dad de los estudios consta de 42 conceptos agrupados en seis secciones: (1) sujetos y elementos claves del estudio; (2) características de los métodos utilizados para medir los resultados clínicos; (3) la medida de efectos sobre la salud utilizada en el análisis econó-mico; (4) los costes; (5) el descuento; y (6) la discu-sión de los autores (referida a si se exploró mediante algún procedimiento la variabilidad de los resultados de un contexto a otro, o si los propios autores reflexio-naron sobre los problemas de generalización de los resultados del estudio).

Se realizó una criba de la lista inicial para acotar-la a aquellos conceptos considerados más relevantes; aquéllos que fueran seleccionados por, al menos, la mitad de los autores se incluirían en la lista final. En total se seleccionaron 16 conceptos de los 42 inicia-les. Además, los autores realizaron una comproba-ción externa de los conceptos relevantes, mediante las opiniones de casi una veintena de investigadores del proyecto EURONHEED. La opinión externa dio

lugar a la selección de 13 conceptos, de los cuales tres eran diferentes a los 16 inicialmente selecciona-dos por los autores. Tras este proceso, los autores se reafirman en la consideración de su listado definitivo de 16 conceptos:1. ¿Se describe la intervención con suficiente deta-

lle?2. ¿Se describe el comparador con suficiente deta-

lle?3. ¿Se indica claramente el país en que se efectuó el

estudio económico?4. ¿Indican los autores la perspectiva del estudio

económico?5. ¿Se menciona cuál es la población objetivo de la

tecnología o puede inferirse fácilmente de la lec-tura del texto?

6. ¿Ofrece el texto suficiente información sobre la muestra en que se basó el estudio?

7. ¿Se han presentado las principales medidas de efectividad?

8. ¿Se muestran en el texto los resultados del análi-sis estadístico de la efectividad?

9. ¿Se muestran los datos de los beneficios sobre la salud de forma adecuada (análisis incremental, análisis estadístico)?

10. ¿Se muestran los componentes de los costes usa-dos en el análisis?

11. ¿Se muestran los costes unitarios de los recur-sos?

12. ¿Se presentan los costes y las cantidades de recur-sos por separado?

13. ¿Se indica el año de referencia para los costes?14. ¿Se indica la moneda en que se realiza el análi-

sis?15. ¿Se efectúa un análisis cuantitativo o descriptivo

para explorar la variabilidad de un contexto a otro?

16. ¿Comentan los autores los inconvenientes refe-rentes a la generalización de sus resultados?

Cada uno de los conceptos puede tener como res-puesta cuatro posibles opciones: “sí” (puntuación = 1), “parcialmente” (puntuación = 0,5), “no o no se facilita información” (puntuación = 0) y “no aplicable” (no se puntúa y se excluye del cálculo del índice de transfe-ribilidad). El cálculo del índice consiste en la realiza-

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ción de un promedio simple de las puntuaciones obte-nidas.

donde n es el número de conceptos, x es el número de conceptos con respuesta de ‘no aplicable’ y Si es la puntuación de cada concepto.

Los autores, en una publicación posterior[17], jus-tifican el hecho de que en su índice no apliquen pesos relativos para cada ítem, porque (1) consideran que la selección de 16 conceptos de la lista de 42 iniciales supone, de manera implícita, la ponderación realiza-da a esos conceptos seleccionados; además, (2) creen que la escala de puntuación para las respuestas –“sí”, “parcialmente” y “no o no se facilita información”– representa el grado en que los autores valoran los conceptos relevantes.

Antoñanzas y cols. (2009)[12]

Los autores presentan un índice de transferibilidad basado en dos fases o subíndices (objetivo o general y subjetivo o específico). Además, plantean que los estu-dios de evaluación económica deberían cumplir cues-tiones objetivas, que permitiesen la utilidad de los resultados, y cuestiones subjetivas, que facilitaran la aceptación o ajuste al nuevo contexto.

Los dos componentes configuran las fases previas que definen el índice global, además de servir para disponer de una mejor interpretación del grado de transferibilidad del estudio. Cada uno de estos dos componentes constituye un subíndice propio que recoge factores de rechazo (o críticos) y factores de graduación (o no críticos), que permiten establecer diferencias de valoración entre unos estudios y otros. De este modo, hay cuatro grupos de conceptos:

FOC: factores objetivos críticosFONC: factores objetivos no críticosFSC: factores subjetivos críticosFSNC: factores subjetivos no críticos

Los factores críticos (FOC y FSC) son valorados de manera dicotómica, de forma que si un estudio

contiene el factor se le asigna el valor 1, y si no lo cumple, el 0. Sin embargo, los factores objetivos no críticos (FONC) son valorados con 1 si la respuesta es “sí”, con 0,5 si la respuesta es “parcialmente” y con 0 si la respuesta es “no o sin información”.

El índice de transferibilidad general (u objetivo) –IT1– vendría representado como

donde β es el producto de los FOC, obteniendo un valor de 0 siempre que alguno de los FOC no se cum-pla. Los FOC fueron extraídos del estudio de Chiou y cols.[11].

El coeficiente αj hace referencia al peso asignado al FONCj, su valoración puede ser realizada por un comité de expertos que puntuaría en una escala Likert de 0 a 4 cada uno de los 16 conceptos extraídos del estudio de Boulenger y cols.[8].

En un estudio empírico, los autores preguntaron a las Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (AETS) de España sobre su valoración de los FONC. Los pesos de los FONC obtenidos se podrían usar, si no se tuviera otro criterio, para calcular el índice. A modo de ejemplo, se observó que las AETS conside-raron como elemento más importante para garantizar la transferibilidad que el estudio indicase la perspec-tiva adoptada, y como elemento menos importante que se mostraran los componentes de los costes usa-dos.

El índice de transferibilidad específico (o subjeti-vo) –IT2- se determinaría según la siguiente formula-ción:

donde δ es el producto de los FSC, obteniendo un valor de 0 siempre que alguno de los FSC no se cum-pliera.

El denominador 4r del IT2 hace referencia a la valoración máxima que pueden obtener los FSNC, ya que cada uno de ellos se valora en base a una escala Likert de 0 a 4. Sin embargo, ya que existen algunos conceptos de FSNC que pueden resultar “no aplica-

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La transferabilidad de las evaluaciones económicas: concepto e instrumentos de medida 11

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bles” (por ejemplo, la similitud entre contextos de las preferencias de calidad de vida), “r” hace referencia al número de FSNC que han sido valorados.

Finalmente, el índice de transferibilidad global (IT), resulta de la combinación de los dos índices parciales (IT1 e IT2). En el caso de que alguno de los índices parciales hubiese resultado igual a cero, el estudio no sería transferible por lo que el cálculo del índice global no sería aplicable.

La combinación de IT1 e IT2 puede adoptar dis-tintas formulaciones matemáticas, como las tres sugeridas por los autores:

donde a∈ (0,1] y b∈ (0,1] son constantes determina-das subjetivamente y que denotan la importancia dada a los índice general y específico.

Los dos primeros posibles índices propuestos toman valores (0,1]. Sin embargo, la última propues-ta de índice puede tomar valores en el intervalo (0,2]. Los autores proponen el uso de las dos primeras opciones con a = b = 0,5.

Conclusiones

En la situación actual de tendencia creciente de publicaciones de evaluaciones económicas y de intro-ducción de nuevas tecnologías, se hace necesario dis-poner de herramientas que permitan cribar la infor-mación disponible para poder tomar decisiones de manera ágil, imparcial y eficiente en otros contextos distintos de aquéllos donde se efectuó la evaluación económica de referencia.

Con este artículo se ha pretendido presentar la relevancia del problema de la transferibilidad de las evaluaciones económicas para la toma de decisiones, así como ofrecer una vía de avance mediante la for-mulación de los índices de transferibilidad. Cada ins-titución sanitaria que desee aprovechar los estudios disponibles o sus resultados podrá fijar el umbral a

partir del cual considere que un estudio es aplicable a su contexto, detectar los elementos que habría que modificar en caso de que no fuese directamente apli-cable, y actuar en consecuencia. La elección del índi-ce condicionará las decisiones futuras, por lo que los agentes sanitarios deberían conocer los instrumentos para medir la transferibilidad y sopesar sus ventajas e inconvenientes así como el esfuerzo que significaría su aplicación. En el presente texto, se ha descrito el panorama actual de tales índices; los agentes sanita-rios tienen la última palabra a la hora de aplicar el que más les convenga.

Financiación y conflicto de intereses

Ninguno

Referencias

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(1) IT = ITa1 ITb

2

(2) IT = a IT1 + b IT2

a + b

(3) IT = IT1 (1 + IT2)

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