Lectura 5.Derechos Humanos Gonzalez Arnaiz

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 1 LOS DERECHOS HUMANOS Graciano González R. Arnaiz Porf. De Etica y Racionalidad Práctica Universidad Complute nse de Madrid En la formalización de un discurso sobre los derechos humanos confluyen diversas sensibilidades; lo que hace del mismo ‘un lugar de cruce’ que admite una gran diversidad de lecturas. Precisamente va a ser esta diversidad la que da idea de su complejidad, pero a la vez de su dimensión fructífera. Entre dichas lecturas, cabe aludir a cuatro referentes que posibilitan distintos niveles de lectura de los mismos: a.- el referente psicológico que tiene que ver, y mucho, con nuestro mundo de las aspiraciones y de los deseos; y que traduce el viejo ideal de ser feliz en un mundo cada vez más humano y humanizado – es el nivel de lo que deseamos -.  b.- el referente moral de los derechos humanos, para poner de manifiesto un ideal de sentido y de significado para la moralidad basado en la idea de dignidad. Lo que se traduce en un discurso ético sobre lo que debería ser ; c.- el referente sociológico a través del cual los derechos humanos escenifican un lugar social que sirve de control y verificación a lo que hay o se da en el entendido de que los derechos humanos constituyen un ‘ideal’. d.- y, finalmente, que no en último lugar, el referente político de los derechos humanos en el que se ventilan las cuestiones ligadas al problema de la legitimación y de la legitimidad del poder en las sociedades modernas. Es en este nivel en que hablamos de estado social de derecho. La cuestión que podemos plantearnos, a la vista de todas estas visiones, es si los derechos humanos podrían ser vistos como la clave de lectura de lo que, si no se nos entiende mal, llamaríamos ideología del futuro. Entendiendo por tal, una situación moral marco que da cobertura – derecho y ética – a toda realización individual y/o colectiva que aspire a ser considerada digna de ser catalogada como humana y humanizadora. 1.- Condición humana y derechos humanos La actual cons ideración g eneral de aprecio y recurso a los derech os humanos, ha convivido con po sturas que les cues tionan. Y ya no sólo cabe refe rirse a la  postura de Marx, cuando criticaba la dimensión formal del derecho pue sta al servicio de una clase dominante para alienar cualquier tipo de realización, sino a posturas más

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    LOS DERECHOS HUMANOS

    Graciano Gonzlez R. ArnaizPorf. De Etica y Racionalidad PrcticaUniversidad Complutense de Madrid

    En la formalizacin de un discurso sobre los derechos humanos confluyen diversassensibilidades; lo que hace del mismo un lugar de cruce que admite una grandiversidad de lecturas. Precisamente va a ser esta diversidad la que da idea de sucomplejidad, pero a la vez de su dimensin fructfera.Entre dichas lecturas, cabe aludir a cuatro referentes que posibilitan distintos niveles delectura de los mismos:a.- el referente psicolgico que tiene que ver, y mucho, con nuestro mundo de lasaspiraciones y de los deseos; y que traduce el viejoideal de ser feliz en un mundo cadavez ms humano y humanizado es el nivel de lo que deseamos -.

    b.- el referente moral de los derechos humanos, para poner de manifiesto un ideal desentido y de significado para la moralidad basado en la idea de dignidad. Lo que setraduce en un discurso tico sobre lo que debera ser;c.- el referente sociolgico a travs del cual los derechos humanos escenifican un lugarsocial que sirve de control y verificacin a lo que hay o se daen el entendido de que losderechos humanos constituyen un ideal.d.- y, finalmente, que no en ltimo lugar, el referente poltico de los derechos humanosen el que se ventilan las cuestiones ligadas al problema de la legitimacin y de lalegitimidad del poder en las sociedades modernas. Es en este nivel en que hablamos deestado social de derecho.

    La cuestin que podemos plantearnos, a la vista de todas estas visiones, es si losderechos humanos podran ser vistos como la clave de lectura de lo que, si no se nosentiende mal, llamaramos ideologa del futuro. Entendiendo por tal, una situacinmoral marco que da cobertura derecho y tica a toda realizacin individual y/ocolectiva que aspire a ser considerada digna de ser catalogada como humana yhumanizadora.

    1.- Condicin humana y derechos humanosLa actual consideracin general de aprecio y recurso a los derechos

    humanos, ha convivido con posturas que les cuestionan. Y ya no slo cabe referirse a la

    postura de Marx, cuando criticaba la dimensin formal del derecho puesta al servicio deuna clase dominante para alienar cualquier tipo de realizacin, sino a posturas ms

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    contemporneas que son ms contundentes. Bentham es un ejemplo de una crticaradical a tales derechos desde el momento en el que no existe derecho alguno que,cuando su abolicin sea provechosa para la humanidad, no deba ser abolido. Esta

    peculiar lectura utilitaria de los derechos, convive tambin con otra sorprendentepuesta entre parntesis de los mismos derechos por parte de Nietzche. Para ste, el

    recurso a los derechos humanos es el resultado de una voluntad dbil, en la tesitura dehallar cobijo en la sombra de Dios. Derechos de siervos incapaces de ejercer suvoluntad de podero y, as, ser el obstculo para la Gran Poltica.Ms cerca de nosotros, A. MacIntyre habla de los derechos humanos como laestructuracin de una serie de ficciones o de fabulaciones que resultan tiles para darcobertura a actuaciones sociopolticas y planes de vida, pero que nada tienen que vercon el hecho de que existan. Es ms, su existencia es comparable a la de los unicornioso a la de las brujas.A nuestro entender, hay un defecto de base en la manera de argumentar contra laexistencia de tales derechos. Pues lo que se pregunta no es la existencia, leda entrminos de facticidad, factualidad, experiencia o acontecimiento, sino la pregunta

    moral de su sentido; es decir, si tiene sentido reivindicar tales derechos para poder ser, yseguir siendo, hombres y mujeres. La realidad a la que apuntan es, justamente, a la de laexigencia moral o condicin de posibilidad para poder hablar de significacin humanade una existencia. Debido a esta consideracin de los seres humanos como titulares deunos derechos en su condicin de humanos, se pone en circulacin una idea relativa ala consideracin de tales derechos como algo previo; es decir, algo que no es precisoque nadie nos conceda derechos legales -. Se tienen en virtud de la condicin dehumanos; por el hecho de ser personas, diramos.En este contexto, la palabra derecho es una desventaja, pues oculta el sentido moral deuna reivindicacin. Sin embargo, resulta provechosa para manifestar la obligacin delos poderes de pasar por la expresin jurdica derechos de tales exigencias paralegitimarse y darse sentido. A esto nos referimos cuando hablamos de estado dederecho, o mejor an, de estado social de derecho.El reconocimiento de esta dimensin moral, nos permite ver en la Declaracin de laONU de hace ms de cincuenta aos, una suerte de promulgacin de cdigo moraluniversal al que los principios del derecho deben mirar para generar modelos humanosde ser, tanto individual como colectivamente considerados.La indudable conexin de estos derechos con la civilizacin occidental y su modelo deentender la realizacin individual y colectiva, plantea cuestiones desde unareivindicacin del discurso intercultural. Ahora bien, la alternativa no es la abdicacinde tales derechos, sino la de la puesta en cuestin de la interpretacin occidental de los

    mismos por otras culturas que entienden la dignidad o, en general, las exigenciasmorales en otras claves.De ah, la pertinencia de una apertura al tema de la fundamentacin racional de talesderechos para poner en comn un acerbo de razones abiertas a otras interpretacionesen el bienentendido de que nada de los derechos humanos ser moral, a menos queconserve los tres rasgos que la identifican, a saber: la dimensin de la individualidad, ladimensin de la universalidad y la dimensin de la interdependencia.

    2.- La fundamentacin de los Derechos HumanosEn la bsqueda de un fundamento racional de los derechos humanos,

    compiten dos grandes modelos de explicacin racional: los derivados de una concepcinpositiva jurdica y aquellos que propugnan para los derechos un mbito ms amplio que

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    el del mero reconocimiento fctico o positivo. Ambos modelos se agrupan en torno aliuspositivismo y al iusnaturalismo, siendo el resto diversas acepciones de ambos.En cualquier caso, un adecuado planteamiento de la cuestin de la fundamentacin, esdecir, del anlisis de las razones que damos para su justificacin, ha de atender a dosaspectos: al aspecto formal de la consideracin de que las razones aducidas puedan ser

    todas vlidas; y a un aspecto material que entienda que las razones que demos nos hande conducir a una explicacin de por qu existen tales derechos; por qu son derechos ydeben ser respetados ( son vlidos) y por qu es injusto todo comportamiento que lesviole. En este contexto, podemos encontrar diversos modelos de fundamentacin

    2.1.- Modelos de fundamentacin

    a.- IusnaturalismoEl iusnaturalismo se basa en la determinacin de lo que es justo e injusto por

    referencia a la existencia de normas naturales que existen al margen y conindependencia de la voluntad del legislador. Dichas normas naturales, emanadas, bien

    del Creador, o bien de la propia naturaleza, convalidaran una obra que seria justa si, yslo s, coincide con el derecho natural.Esta teora que se identifica con la concepcin tradicional del derecho, percibe losderechos humanos como parte del derecho natural concerniente a las personas, en virtudde las cualidades que las adornan bien sea por su condicin de criaturas, creadas aimagen y semejanza de Dios, o bien por su peculiar estructura personal derivada de sucondicin racional.Esta teora del iusnaturalismo que es de una fecundidad inextinguible, ha dado lugar adiversas versiones contemporneas en las que ya no se habla tanto de Derecho Divinoo de Orden Natural, sino de la naturaleza de las cosas. En todas estas versiones, losderechos humanos traducen obligaciones derivadas de la naturaleza de los sereshumanos, en tanto que seres racionales, capaces de sentimientos y de creatividad; serescon necesidades bsicas, de alimento, cobijo, paz y seguridad y seres con necesidadesms altas como la educacin, el medio ambiente, el desarrollo de sus capacidades...De manera que, en este contexto, los derechos humanos son la expresin jurdica deesas necesidades a las que los hombres tienen derechoquaseres humanos.Las crticas ms generalizadas a este modelo de fundamentacin descansan en lacomprensin de una idea de naturaleza humana refractaria a lo histrico; su recada enla denominada falacia naturalista que deriva el deber ser del ser; una indudable dosis desubjetivismo so capa de un objetivismo derivado del trmino naturaleza como algouniversal e inmutable y su desconocimiento del papel del Estado en la consideracin de

    los denominados derechos econmicos y socioculturales en los que se desglosan losderechos humanos.

    b.- ContractualismoEn sus orgenes, esta explicacin depende de la teora del contrato social como

    expresin heurstica del origen de lo social y, por extensin, de la sociedad. Es unadoctrina iniciada por Hobbes, retomada despus por Rousseau y Kant, y posteriormenterelanzada en la actualidad, al punto de convertirse en uno de los referentes msimportantes de la contempornea Filosofa Poltica.En la actualidad, Rawls y la corriente de la Teora de la Decisin Racional, as como lasteoras ticas del discurso, han vuelto a elevar a primer plano esta perspectiva, aunque

    es preciso reconocer en cada una de ellas matices muy diferentes.

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    En general, se puede decir que la idea bsica de todas estas teoras es que si queremosencontrar un sentido, es decir, un fundamento racional a la existencia de derechos yobligaciones que se hallan presentes en la sociedad, tenemos que hipotizar una situacinoriginaria a partir de la cual todo el magma de lo pre-social se convierte en sociedadracional.

    Dicha hiptesis no prejuzga otros anlisis histricos que hablan de la organizacinsocial a partir de una primigenia estructuracin social en tribus y grupos ms o menosorganizados hasta los modelos de organizacin social ms desarrollados. Lo quesostiene esta teora es que podemos imaginar, con razn, una situacin de pacto socialentre personas racionales que, sin referirse en un primer momento a ningn concepto

    jurdico o de otro tipo legal, es decir, llegado el caso, se ven en la situacin de ponersede acuerdo para vivir en sociedad, para sobrevivir.Pues bien, si ste fuera el caso, el argumento contractualista se completa diciendo quetal acuerdo originario conlleva el respeto obligatorio de ciertos derechos a los que tienenderecho los individuos como contrapartida de su cesin en el pacto. Es obvio quetales derechos tienen los rasgos de los derechos fundamentales que despus se van a

    explicitar como derechos humanos; y es obvio, tambin, que sin tales derechos, el pactono sera posible. Por eso, tales derechos son necesarios para la vida en sociedad, almargen de la voluntad de los legisladores ya que sin ellos la vida en sociedad seraimposible, i.e., invivible.En las versiones actuales del neocontractualismo aparecen unidos tres aspectos: la ideade contrato social, el procedimentalismo y el individualismo metodolgico.

    c.- UtilitarismoLa teora utilitarista, salida de Bentham, que aparece tardamente en el registro

    de las teoras ticas, ha alcanzada en el plazo de los dos ltimos siglos una relevanciaexcepcional. Sin duda, la sencillez de su expresin la identidad de la felicidad con el

    placer y la mxima del mayor placer para el mayor nmero la ha puesto en la lnea desalida de todo tipo de discurso tico y poltico relevante y, por lo mismo, en unaexigencia de lectura de las necesidades y capacidades de los humanos que, ledas desdeesta clave, exigen una concrecin legal ineludible.Precisamente, este punto de salida del utilitarismo le da un sesgo antimetafsico y, portanto antiiusnaturalista, en la medida en la que las oscuras ideas que amparaban susesquemas se haban convertido en una traba para el progreso, la paz y la felicidad de lassociedades humanas. La traduccin de la idea de felicidad a trminos de bienestar y

    placer es determinante del xito de su propuesta, pero tambin, y adems, de un puntode vista indito en tanto en cuanto la nica justificacin posible de las normas,

    instituciones y prcticas sociales deriva de aqu.La peculiar manera de medir la felicidad clculo feliclico merced al recurso deconocimientos de economa, derecho, psicologa, ciencia poltica... que aseguran uncriterio de bienestar, le llevan a supeditar el valor de todo derecho y de todos losderechos, tambin los humanos al logro de esta felicidad para el mayor nmero.

    Nace as el principio de utilidad como referente de justificacin y legitimacin queayuda a resolver casos de conflicto de derechos en virtud de su recurso a una regla:calcular las consecuencias de cada curso de accin y elegir aquella que d lugar a lasmejores consecuencias esperadas desde el punto de vista del bienestar general. De ah,el seso consecuencialista de las modernas justificaciones de normas.El problema adjunto a cualquier aplicacin del principio de utilidad es el de poder llegar

    a justificar perjuicios, daos, incluso la muerte de algn o de algunos individuos, en arasdel bienestar general. El tema del chivo expiatorio, la muerte de inocente... se han

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    convertido en el taln de Aquiles de una teora que pretenda arrasar, pues lo que no esde recibo es que en tales casos cuestiones tales como las de la dignidad, respeto... son

    puestas entre parntesis en aras de una situacin general. Lo que a todas luces es unasituacin inmoral.Otro gran reto que tiene el utilitarismo como teora moral, es el de la heteronoma

    moral. Puesto que la vida moral es utilizada para proporcionar otro tipo de realidadque es el placer o la felicidad.De ah arrancan las acusaciones de ser un fiel reflejo de los presupuestos de unasociedad liberal: liberalismo econmico e individualismo; de incorporar,inevitablemente, una cierta dosis de egosmo al propiciar, como recurso moral, unequilibrio entre inters privado e inters pblico; y, finalmente, de llegar a sacrificarvalores fundamentales, como la dignidad o el respeto, en aras de un ideal tico que se

    basa en el inters, en la eficacia o en la felicidad de la mayora. Son sistemas ticos quese mueven siempre en el mnimo moral.

    d.- axiolgicas humanismo

    Precisamente esta falta de humanidad que se genera en la aplicacin delprincipio de utilidad es lo que denuncia el humanismo cuyo base de operaciones es laidea de dignidad de la persona.Como tal corriente filosfica tiene una inspiracin de base cristiana y su desarrollofilosfico esta afincado en la fenomenologa. Bien es verdad que, a su vez, tambin

    proclama su fin (Heidegger).Su adscripcin a la fenomenologa le permite una doble funcin: por un lado, le lleva alanlisis de lo que puede ser considerado como lo propiamente humano y describir suscaractersticas en los trminos de modo de accin, de comprensin, de conocimiento, desensacin y emocin...; y por otro lado, le permite concluir o deducir la especialidiosincrasia que tiene lo humano y que puede ser descrito por la categora de dignidad,de una dignidad especial por encima de cualquier ser vivo. Esta especial dignidad quedescubre en el ser humano, la nombra con el trmino de persona a la que entiendocomo un ser que posee una capacidad de accin libre, de comprensin y de relacin.Esta dignidad descubierta en el anlisis del ser humano la hace merecedora de respeto ycuidado; y dicha dignidad especial es la que tratan de desarrollar los derechos humanos.Como las reconocidas capacidades del ser humano son algo, de por s, abierto, estaorientacin humanista permite, por una parte, establecer una coincidencia con otrasargumentaciones salidas de distintos credos o colectivos anclados en dicha idea; ytambin, y, a la vez, posibilita una continua lectura histrica de esta idea de dignidad

    para reivindicar nuevas situaciones o espacios para que dicha dignidad sea efectiva, es

    decir, se concrete en una vida digna de ser denominada humana.La insistencia en la idea de dignidad como valor moral y, a su luz, de los valores de lalibertad, de la responsabilidad, del respeto y de la diferencia y de cooperacin hacen deesta perspectiva un modelo axiolgica para la fundamentacin de un discurso de losderechos humanos.En este modelo, los problemas vienen derivados de la propia consideracin de ladignidad como valor moral y de su colocacin en una posible escala de valores.Cuestin clave, en este perspectiva, es cmo leer una idea de dignidad sin un referentemetafsico, tal criticado por la filosofa actual y cmo traducir en categoras moralespositivadas dicha idea en el marco de una sociedad globalizada. De ah la pertinenciade una lectura intercultural de dicha idea que supone un nuevo desafo para la filosofa.

    No conviene olvidar, que esta perspectiva axiolgica de fundamentacin se mueve en elmbito de una tica de mximos.

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    3.- Las generaciones de los Derechos HumanosEsta diversidad de propuestas de fundamentacin de los derechos humanos, cada

    una con sus luces y sus sombras, ha dado pi a lo que se llama las generaciones de losderechos humanos, que no es otra cosa que la diversidad de lecturas a las que estn

    abiertos los derechos humanos y que traducen las diversas sensibilidades desde las queson ledos.La propia insercin de los Derechos Humanos en el contexto de las transformacioneseconmicas, en los cambios derivados de los desarrollos cientfico-tecnolgicos ysocioculturales y en las nuevas concreciones de las aspiraciones de los individuos y delos pueblos, favorecen y exigen nuevas aproximaciones a la manera de interpretar eldesarrollo de los mismos en tanto que catlogo de referencia.A este respecto, se suele aludir a tres generaciones de los Derechos Humanos, si bien esverdad que ya se habla de derechos de cuarta generacin para referirse a la paz comovalor universal y a los derechos de los pueblos.

    3.1.- La primera generacin: los derechos de la libertadEsta consideracin pone de relieve la experiencia histrica de las primeras

    proclamaciones de derechos, centradas en una serie de reclamaciones de derechosciviles y polticos. Es cierto que el contexto histrico de tales demandas es Europa yAmrica del Norte, a lo largo de los siglos XVIII y XIX , amparadas en el movimientocultural de la Ilustracin, en los movimientos sociopolticos de las revoluciones

    burguesas y en las guerras de independencia.La pionera en la expresin de tales derechos esLa Declaracin de Derechos de Virginia(1776)en la que se pone como origen de tales reclamaciones la idea de que todos loshombres son, por naturaleza, igualmente libres e independientes y tienen derechosinnatos a su condicin humana. En el mismo sentido, el artculo primero de la

    Declaracin de los derechos del hombre y del ciudadano (1789), insiste en laproclamacin de que todos los hombres nacen y permanecen libres e iguales enderechos.Esta peculiar insistencia en el tema de la libertad, es uno de los rasgos que ms y mejoridentifican los derechos de primera generacin a los que se les percibe como derechos:individuales, civiles y polticos, que exigen: respeto a la dignidad de las personas,

    preservar su integridad fsica, su autonoma y libertad frente a los poderes constituidos

    y las garantas procesales.

    Los referentes tericos remotos de esta primera generacin hay que encontrarles en el

    iusnaturalismo racionalista, en el contractualismo social y en la filosofa con la quearranca la modernidad, es decir, en la Ilustracin. Ms prximo a nosotros, elliberalismo poltico fue introduciendo todos estos valores en los prembulos de todaslas Cartas Magnas sobre las que se asientan los estados modernos, prototipo de losestados nacionales del siglo XIX. Todos estos derechos van a ir percibindose segnuna ptica poltica como los garantes de la ostentacin del ejercicio del poder y, por lomismo, como referentes de legitimacin del ejercicio del poder.El Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Polticos que la ONU proclama en1966 es un ejemplo de compendio de estos derechos, a la vez que clausura una etapa delos mismos.

    3.2.- Segunda generacin: los derechos de la igualdad

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    El punto de inflexin del que parte esta segunda generacin ya no va a ser lareclamacin de una proteccin por parte del Estado con vistas a asegurar el disfrute detales derechos a las personas. Lo que la segunda generacin requiere del Estado es uncierto grado de intervencin implicacin positiva para garantizar la satisfaccin deunas necesidades bsicas de los individuos. El estado de bienestar, surgido para proveer

    a los individuos de unos bienes sociales bsicos tales como la educacin, la salud, eltrabajo y la proteccin social, inaugura un desarrollo de los derechos humanos en lostrminos de exigencia de unas condiciones sociales que permitan disfrutar a todos loshombres de los derechos de primera generacin. Por qu? Porque no es verdad quetodos los hombres nacen iguales en derechos y libertades. Lo general es la situacininversa debido a que las situaciones de partida son desiguales.Esta reclamacin de los denominados derechos de igualdad de consideracin y tratonose lleva a cabo sin grandes contratiempos. El progresivo avance de la democracia

    poltica, la progresiva ampliacin del sufragio y las diversas reformas sociales en elsiglo XIX van dando cobertura legitimatoria a esta lectura. Pero es preciso aadir, enaras de la verdad, que gran parte de la culpa en el logro de estos derechos la tiene el

    movimiento obrero revolucin rusa incluida (1917) - que surge con fuerza al amparodel desarrollo industrial. Este peculiar factor del movimiento obrero es lo que lleva amuchos estudiosos a relacionar esta generacin con el socialismo, dicho as de manerageneral, como referente poltico que permiti y ampar esta lectura. Y, lo msimportante, de la puesta en marcha de los derechos econmicos y sociales nace la figuradel Estado Social como antes hemos hablado de Estado Liberal.

    3.3.- tercera generacin: los derechos de la solidaridadEl inicio histrico de la misma, puede situarse en la segunda mitad del siglo XX

    como consecuencias de la situacin de las minoras en el contexto de los pasesdesarrollados y de amplias capas de poblacin tercer mundo que, en absoluto, puededisfrutar de nada de lo que los derechos humanos apuntan.Precisamente, este carcter de demandas de colectivos minoras o sectores lesconvierte en declaraciones sectoriales en tanto en cuanto se van decantando respectode colectivos marginados o minoras privadas de estos derechos. La consideracin msamplia y su incidencia en la concrecin de dichos colectivos en zonas geogrficasdeterminadas les hacen bascular hacia demandas de solidaridad entre pases pobres yricos, superacin de la desigualdad Norte-Sur y una incidencia en la proteccin delmedio ambiente como exigencia de solidaridad universal. (cfr., texto de la ComisinInternacional de Derechos Humanos de 1968 reunida en Tehern para analizar los 20aos de la proclamacin de la ONU).

    Esta peculiar lectura desde la solidaridad toma un nuevo rumbo con la incidencia social,econmica y cultural de los cambios producidos por las nuevas tecnologas, en lamedida en que tales cambios nos hacen realidad que vivimos en un mundo comn ycompartido lo que acenta las situaciones de insolidaridad visualizadas como pobreza,desarrollismo, devastacin del territorio, invasin cultural Derivados de esta lecturason:- el derecho a la paz y a la intervencin por parte de un poder legtimo mundial en losconflictos armados, en los genocidios y crmenes contra la humanidad;- el derecho a un orden internacional justo que garantice una vida digna a todas las

    personas;- el derecho a un desarrollo sostenible y a un comercio justo;

    - el derecho a la libre circulacin de las personas y no slo de dinero y mercancas...

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    Todo este conjunto de derechos reclamados son, en realidad, aspiraciones morales quevan ampliando su campo y encuentran en el valor solidaridad un marco adecuado paraarmonizar igualdad y diferencia; desarrollo individual y colectivo; interdependencia decada ser humano con los dems, con el entorno natural, con el pasado comn y con lasgeneraciones futuras en la tarea de proponer un marco moral comn de referencia de

    derechos y deberes.Precisamente, esta consideracin de marco moral requiere una progresiva legislacinal respecto declaraciones... para lo cual es preciso la reunin de una granmovilizacin de las conciencias, una fuerte presin social, una accin poltica decidida yuna profundizacin en los mecanismos de participacin cvica propiciados por laestructura democrtica.

    4.- Los Derechos humanos una ideologa para el siglo XXI?Nuestra comprensin de los derechos humanos parte de una triple consideracin:

    moral, jurdica y poltica. Siendo la consideracin moral la sostenedora de las otras dos,

    en la medida en la que entendemos los Derechos Humanos como exigencias o valoresmorales.Por su propia dinmica, lo moral en tanto que mbito significativo de lo humano,requiere su puesta en prctica. Momento en el que aparece la consideracin jurdica delos mismos como una suerte de cordn de seguridad para que tales valores oexigencias puedan ser disfrutadas por todos los seres humanos. La consideracin deBobbio cuando dice que el problema de los derechos no es tanto el de su fundacin sinoel de su proteccin, tiene su sentido desde aqu. Pues este peculiar plus de realidad, quees el de su reconocimiento,requiere para su plena vigencia el recurso de una poltica ejercicio del poder que potencie, ampare y desarrolle todo este mbito de los derechos.De manera que sern, de verdad, derechos humanos, cuando se den las condicioneseconmicas, sociales, polticas y culturales apropiadas.As, tica, derecho positivo y exigencia poltica son las condiciones de control yverificacin de todo discurso sobre derechos humanos en el que aparezcan las notas deuniversalidad, indivisibilidad e interdependencia como ha destacado la ConferenciaMundial de Derechos Humanos celebrada en Viena (1993) y la 28 reunin de laConferencia General de la Unesco de 1995. En dichas tres notas puede verse el punto deinsercin de esta triple perspectiva tica, jurdica y poltica - que ayuda a profundizartodo el significado antropolgico, social y cultural de tales derechos. Derechos que

    permanecen como referentes de sentido y, as, como exponentes de una condicinhumana digna de ser universalizada teniendo en cuenta dos momentos en la

    consideracin de la misma:a.- el momento formal que destaca en la aprehensin de los derechos: unadeterminada idea de dignidad; una expresin de valores derivados de dicha idea que nos

    permite hablar de valores humanos; una manera de desarrollarse individualmente y unsentido a las diversas prcticas sociales, as como una coloracin de las actividades

    polticas.Y junto con este momento formal, en la consideracin de los mismos, merecedestacarse,

    b.- el momento material para destacar que los derechos humanos establecen lascondiciones materiales y sociales para que las condiciones formales tengan sentido;

    ponen en relacin el disfrute de los derechos civiles y polticos con las condiciones

    materiales exigidas para llevarles a cabo; enjuician todo tipo de ideal democrtico y una

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    determinada idea de justicia y, finalmente configuran una ciudadana como expresin deuna dignidad responsable de los otros.Este es el contexto para poder hablar de ideologa para el siglo XXI. Tal vez, losderechos humanos seanfbulas, pero nos resultara ya imposible e impensable vivir sinellos. Ni los individuos seran tales, ni las sociedades y pueblos seran dignos de ser

    vividos si desaparecieran tales derechos del imaginario colectivo.

    BIBLIOGRAFA

    GRACIANO GONZLEZ R. ARNAIZ (Coord.), Derechos humanos. La condicinhumana en la sociedad tecnolgica, Tecnos, Madrid 1999.S. LUKES, Cinco fbulas sobre los derechos humanos, S. SHUTE y S. HURLEY,

    De los derechos humanos, Trotta, Madrid 1998, 29-46.CARLOS S. NINO,Etica y derechos humanos, Paids, Barcelona 1984.

    JAIME ORA FELIPE GMEZ ISA, La declaracin universal de DerechosHumanos, Univ. Deusto, Bilbao 2002.GREGORIO PECES-BARBA (ED.),El fundamento de los Derechos Humanos, Debate,Madrid 1989.