Levi Strauss - El Universo de Las Reglas

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El universo de las reglas

All donde hay norma hay cultura. As dirime Lvi-Strauss esta controversia entre los lmites de la naturaleza y la cultura. La naturaleza, mbito propio de los instintos, tiene leyes universales y la cultura, mbito de mltiples manifestaciones, tiene reglas particulares. Encuentra entonces que la regla ideal para instaurar en ese lugar es la prohibicin del incesto, que es a la vez natural -porque se da en todos los grupos sin excepcin- y cultural, porque en cada grupo reviste una forma diferente. Este pasaje de la naturaleza a la cultura se renueva en cada nacimiento, porque si no hay eficiencia en la interdiccin el sujeto queda fuera de la cultura.

As, en ambos niveles se instala el don y la reciprocidad, el dar y el recibir. En la naturaleza, por obra de las leyes de la herencia se da lo mismo que se recibe y la alianza es espontnea. En la cultura, hay un plus de don, una acumulacin, se da ms de lo que se recibe y se recibe ms de lo que se da, ya que adems de la herencia biolgica se lega la transmisin cultural y, por otro lado, la alianza no queda librada al azar. La prohibicin del incesto marca un lugar que est prohibido y organiza, de este modo, las relaciones de parentesco que son las que permiten todas las otras relaciones. Es entonces la cultura la que determina entre quines se puede establecer la alianza, cules sern en cada caso las mujeres prohibidas.

Lo simblico introduce el orden. La prohibicin del incesto al vedar a determinadas mujeres posibilita la circulacin, es decir, permite ms de lo que prohibe. La exogamia garantiza la armona del grupo, asegurando as su conservacin. Este intercambio de mujeres como bien esencial, es doblemente significativo, por la procreacin y por el aporte econmico que realizan al grupo.

Lvi-Strauss encuentra, entre las distintas manifestaciones de la cultura, el invariable -el cdigo universal capaz de expresar las propiedades comunes a estructuras especficas- y elabora la nocin del tomo elemental de parentesco que contiene las tres relaciones fundamentales del parentesco, que son: la alianza, la filiacin y la consanguinidad. Lo hace pensando al parentesco como un lenguaje que opera en otro orden de realidad, como un sistema de intercambio a la manera de los fonems y busca la gramtica en la que los trminos adquieran significacin por su puesta en relacin. Encuentra que en las sociedades en las que la organizacin social se da en trminos de parentesco, existe un vnculo que posee un valor diferente, que es el avunculado, encarnado en el to materno del que se esperan conductas similares a las que en nuestra sociedad desempea el padre. La relacin que se establece entre estos cuatro trminos -el hombre que dona a su hermana a un hombre de otro grupo y la descendencia de esta pareja- est signada positiva y negativamente, estableciendo un cierto equilibrio interno que favorece la alianza entre los grupos, la circulacin de los afectos y las responsabilidades. As se produce una doble articulacin del parentesco que escapa a lo puramente biolgico y que tiene que ver con un sistema de denominaciones que establece quin ocupa cada rol y que se espera de l, es decir, hay reglas, hay imposicin cultural entre las partes y su desenvolvimiento.

El autor seala que el sistema de parentesco occidental, en el cual la familia restringida a los lazos biolgicos -fruto de un matrimonio producto de la atraccin sexual o del amor basado en ella- queda atrapada y pierde contacto con el resto de la sociedad, constituye una situacin de peligro que atenta contra su propia supervivencia, ya que la naturalizacin de la familia al ncleo biolgico desatiende la funcin social que implica esta relacin en la responsabilidad por la conducta individual y en las relaciones del intercambio econmico que regulan a la sociedad.

La intervencin de la regla asegura la supervivencia del grupo al establecer la forma de repartir los productos valiosos y escasos y evitar as enfrentamientos que los desgarraran.[4] El intercambio matrimonial supone un intercambio econmico que es decisivo. El hombre y la mujer se complementan en la produccin del alimento y de los bienes necesarios para vivir. Cada uno se ocupar de algo que haga al conjunto de lo que produzcan. No estarn solos, formarn un equipo que incluye tambin el aporte del hermano de la mujer como aliado, como fuerza laboral.

En numerosos ejemplos mencionados por distintos investigadores es posible encontrar hasta qu punto parentesco y supervivencia colectiva estn presentes en el pensamiento y en cada una de las acciones de la vida en todos los pueblos y culturas estudiados.

Al respecto resultan ilustrativas algunas citas. Dice la antroploga americana Margaret Mead (1901-1978): "Como la tarea primordial de toda sociedad es mantener a los hombres trabajando juntos en alguna forma de cooperacin, es fatal cualquier situacin que coloque a cada hombre en contra de todos los dems. (...) deben concebirse formas de relacin en la que se prohba la competencia sexual directa." La forma de expresarse de los arapesh, ilustra su modo de plantearse el problema, al decir: "Si te casaras con tu hermana, no tendras cuado. Con quin trabajaras? Con quin cazaras? Quin te ayudara? () En esencia [seala Mead] las reglas del incesto son una manera por medio de la cual una unidad familiar puede conservarse y la relacin dentro de ella particularizarse y personalizarse."[5]

En otra de sus obras, la misma autora seala con respecto a la posibilidad de la circulacin del afecto y de los roles en este tipo de familia extendida y apoyada: "Pocos chicos viven mucho tiempo en una casa, sino que estn continuamente probando otras residencias posibles. () Nunca un nio samoano, excepto la taupo [princesa ceremonial] o el delincuente descubierto, tiene que luchar con la sensacin de estar atrapado. Hay siempre parientes a quienes acudir. Esta es la invariable respuesta que un samoano da cuando se le presenta algn atolladero familiar: pero se ir a casa de otro pariente. Tericamente el cupo de parientes es inagotable."[6]

En un mbito distinto, el territorio americano, dice Louis Baudin, refirindose a las mujeres: "Todas eran consideradas como la ms preciada de las riquezas, en razn de los servicios que podan prestar"[7] y ms adelante agrega: "Hay un paralelismo entre la mujer y los otros bienes que constituyen el patrimonio: existe un mnimo comn a todos los sbditos del Imperio y que responde a una necesidad", para finalizar diciendo que "El matrimonio en la poca precolombina () [fue] una institucin econmica o, en trminos ms precisos, un acoplamiento utilitario."[8] [El texto entre corchetes es mo]