LIAHONA MARZO 2001

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LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS MARZO DE 2001 LIAHONA

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LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS � MARZO DE 2001

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LIAHONALA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS D ÍAS � MARZO DE 2001

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VÉASE LA PÁGINA 18 VÉASE LA PÁGINA 34

EN LA CUBIERTAAtsuko Yamashita, presidenta de lasMujeres Jóvenes del Barrio Maebaru,Estaca Fukuoka, Japón. Cubierta posterior:Santuario budista de Kinkaku-ji en Kyoto,Japón. (Fotografía por Don L Searle.)

CUBIERTA DE AMIGOSEl presidente Gordon B. Hinckley cuandoera niño.

S E C C I Ó N G E N E R A L2 MENSAJE DE LA PRIMERA PRESIDENCIA: “MIRAD A VUESTROS PEQUEÑITOS”

PRESIDENTE GORDON B. HINCKLEY

18 VOCES DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS: “POR MÁS QUE TE CUESTE”TRAMPA DE ARENA GARY M. JOHNSONEN LA PALMA DE SU MANO EMMA ERNESTINA SÁNCHEZ SÁNCHEZCÓMO ENTREGUÉ MI IMAGEN TALLADA MANUEL J. ROSARIO

25 MENSAJE DE LAS MAESTRAS VISITANTES: “PARA QUE YO OS SANE”

26 UN TESTAMENTO DE LOS ÚLTIMOS DÍAS SOBRE LA VERACIDAD DE LA BIBLIAREX C. REEVE, HIJO

38 JAPÓN, LUZ NACIENTE DEL ESTE DON L. SEARLE

48 CÓMO UTILIZAR LA REVISTA LIAHONA DE MARZO DE 2001

S E C C I Ó N P A R A L O S J Ó V E N E S8 BRAZO DE HONOR GORDON SWENSEN

10 HAZ TÚ LO JUSTO ÉLDER RICHARD G. SCOTT

24 PÓSTER: SÉ ÚTIL

34 NUNCA VOLVÍ LA VISTA ATRÁS CAMERON MCCOY

A M I G O S2 TIEMPO PARA COMPARTIR: NUESTRO PADRE CELESTIAL PREPARA

AL PROFETA DIANE S. NICHOLS

4 ENTRE AMIGOS: ÉLDER DUANE B. GERRARD

6 FICCIÓN: LAS NUEVAS PALABRAS DE TONIPATRICIA R. ROPER

9 PARA SER MÁS COMO CRISTO: UN MIEMBRO MISIONEROMONAHRA L. DE Q. FREITAS

10 RELATOS DEL NUEVO TESTAMENTO: LA MUJER JUNTO AL POZO; EL HIJO DEL LÍDER; LA GENTE ENFADADA DE NAZARET

16 PARA TU DIVERSIÓN: PROFETAS Y PROFECÍAS LOIS T. BARTHOLOMEW

VÉASE AMIGOS, LA PÁGINA 4

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COMENTARIOS..

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LIAHONA, marzo de 2001Vol. 25, Número 3 21983-002Publicación oficial de La Iglesia de Jesucristo de losSantos de los Últimos Días, en el idioma español.

La Primera Presidencia: Gordon B. Hinckley, Thomas S. Monson, James E. Faust

El Quórum de los Doce Apóstoles:Boyd K. Packer, L. Tom Perry, David B. Haight, Neal A. Maxwell, Russell M. Nelson, Dallin H. Oaks, M. Russell Ballard, Joseph B. Wirthlin, Richard G. Scott,Robert D. Hales, Jeffrey R. Holland, Henry B. Eyring

Editor: Dennis B. NeuenschwanderAsesores: L. Lionel Kendrick, Yoshihiko Kikuchi, John M. Madsen

Administradores del Departamento de Cursos de Estudio:Director administrativo: Ronald L. KnightonDirector de redacción: Richard M. RomneyDirector de artes gráficas: Allan R. Loyborg

Personal de redacción:Editor administrativo: Marvin K. GardnerAyudante del editor administrativo: R. Val JohnsonEditor asociado: Roger TerryColaboradora de redacción: Jenifer GreenwoodEditora ayudante: Susan BarrettAyudante de publicaciones: Collette Nebeker Aune

Personal de diseño:Gerente de artes gráficas: M. M. KawasakiDiseño artístico: Scott Van KampenDiseñadora principal: Sharri CookDiseñadores: Thomas S. Child, Randall J. PixtonGerente de producción: Jane Ann PetersProducción: Reginald J. Christensen, Kari A. Couch, Denise Kirby, Kelli Pratt, Rolland F. Sparks, Claudia E. WarnerPreimpresión digital: Jeff Martin

Personal de subscripción:Director de circulación: Kay W. BriggsGerente de distribución: Kris T. Christensen

Coordinación de Liahona: Enrique Resek

Para saber el costo de la revista y cómo suscribirse a ellafuera de Estados Unidos y Canadá, póngase en contactocon el Centro de Distribución local o con el líder delbarrio o de la rama.

Las colaboraciones y los manuscritos deben enviarse aLiahona, Floor 24, 50 East North Temple, Salt Lake City,UT 84150-3223, USA; o por correo electrónico a: [email protected]

Liahona (un término del Libro de Mormón que significa“brújula” o “director”) se publica en albanés, alemán,amarik, armenio, búlgaro, cebuano, coreano, checo,chino, danés, esloveno, español, estonio, fidji, finlandés,francés, haitiano, hiligayanón, holandés, húngaro, iloko,indonesio, inglés, islandés, italiano, japonés, kiribati,letón, lituano, malgache, marshallés, mongol, noruego,polaco, portugués, rumano, ruso, samoano, sueco,tagalo, tailandés, tahitiano, tongano, ucraniano y vietna-mita. (La frecuencia de las publicaciones varía de acuerdocon el idioma.)

© 2001 por Intellectual Reserve, Inc. Todos los dere-chos reservados. Impreso en los Estados Unidos deAmérica.

Para los lectores de México: Certificado de Licitud detítulo número 6988 y Licitud de contenido número5199, expedidos por la Comisión Calificadora dePublicaciones y revistas ilustradas el 15 de septiembrede 1993. “Liahona” es nombre registrado en laDirección de Derechos de Autor con el número252093. Publicación registrada en la DirecciónGeneral de Correos número 100. Registro del S.P.M.0340294 características 218141210.

For readers in the United States and Canada:March 2001 Vol. 25 No. 3. LIAHONA (USPS 311-480)Spanish (ISSN 0885-3169) is published monthly by TheChurch of Jesus Christ of Latter-day Saints, 50 East NorthTemple, Salt Lake City, UT 84150. USA subscription priceis $10.00 per year; Canada, $15.50 plus applicabletaxes. Periodicals Postage Paid at Salt Lake City, Utah, andat additional mailing offices. Sixty days’ notice required forchange of address. Include address label from a recentissue; old and new address must be included. Send USAand Canadian subscriptions and queries to Salt LakeDistribution Center at the address below. Subscription helpline: 1-800-537-5971. Credit card orders (Visa,MasterCard, American Express) may be taken by phone.(Canada Poste Information: Publication Agreement#1604821)

POSTMASTER: Send address changes to Salt LakeDistribution Center, Church Magazines, PO Box 26368,Salt Lake City, UT 84126-0368.

“UNA ACTITUD DE AGRADECIMIENTO”

Valoro mucho el mensaje de la PrimeraPresidencia de la revista Liahona de mayode 2000 (en inglés), “Una actitud de agra-decimiento”, escrito por el presidenteThomas S. Monson, Primer Consejero dela Primera Presidencia. Realmente llegué aentender la importancia de la gratitud y elincorporar este mensaje a mi vida me habendecido. Siempre intentaré mostrargratitud a todos los que son una luz para míy me animan. Siento gratitud por todos loslíderes de la Iglesia, por sus mensajes ytestimonios inspirados.

Ben Lawrence Ekpezu, Rama Calabar 2, Distrito Calabar, Nigeria

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MANÁ ESPIRITUAL

Me bauticé en la Iglesia cuando era unajovencita y recibí un ejemplar de la revistaLiahona (en español) la primera vez queasistí a las reuniones. Ahora tengo mispropios hijos y todavía disfruto mucho dela revista. Mi familia la espera cada mes delmismo modo que los israelitas aguardabanel maná. La revista Liahona nos nutre espi-ritualmente y fortalece nuestro testimonio,y somos felices por tener la oportunidad dellegar a conocer a los miembros de la Iglesiade todo el mundo. Doy gracias a mi PadreCelestial por esta revista maravillosa.

Ingrid de Padrón, Rama San Juan de los Morros, Estaca Maracay, Venezuela

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UN INSTRUMENTO MISIONAL EFICAZ

Mientras servía como misionero enChile, observé que a la gente le encantabaleer la revista Liahona (en español). Comomisioneros, nos gustaba recibir la revistapara poder dársela a los investigadores, alos miembros menos activos y a losconversos recientes.

Cuando nos reuníamos con los miem-bros, siempre les sugeríamos: “Compartansu ejemplar de la revista Liahona porque esun gran instrumento para que la gente sepade la Iglesia y de nuestros valores”.

Johnathan Wardle, Barrio Edgemont 11, Estaca Edgemont Sur, Provo, Utah

UN MUNDO MEJOR

Desde mi bautismo he sabido que éstaes la Iglesia verdadera. Antes sentía quealgo me faltaba, pero ahora me siento realizado.

Les escribo para felicitarles por publicaresta revista maravillosa, A Liahona (enportugués). La revista nos da la oportu-nidad de leer los testimonios y las expe-riencias de otros miembros de diferentespartes del mundo y saber que hay millonesde Santos de los Últimos Días trabajandopara hacer de éste un mundo mejor.

Jonnas A. Menezes, Barrio Sumaré, Estaca Vitória da Conquista, Brasil

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MENSAJE DE LA PRIMERA PRESIDENCIA

por el presidente Gordon B. Hinckley

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“Mirad a vuestrospequeñitos”

“...si no os volvéis y os

hacéis como niños, no

entraréis en el reino de los

cielos”.

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M i esposa y yo llevamos una vez a algunos de nuestros nietos

al circo. Me interesé más en observarlos a ellos y a otros

niños de su edad, que al artista que estaba en el trapecio.

Observé maravillado cómo, alternativamente, se reían y miraban asombrados

los actos emocionantes que se representaban, y reflexioné sobre ese milagro

que son los niños, ya que son ellos los que llegan a ser para el mundo una

renovación constante de vida y propósito. Observando la intensidad de su

interés en el ambiente de un circo, mis pensamientos se tornaron a esa escena

tan bella y tierna registrada en el libro de Tercer Nefi, cuando el Señor resu-

citado tomó a los niños pequeñitos en Sus brazos y lloró mientras los

bendecía, y dijo a la multitud: “Mirad a vuestros pequeñitos” (3 Nefi 17:23).

Es sumamente obvio que tanto el gran bien como el terrible mal del

mundo actual son los frutos dulces y amargos de la crianza de los niños de

ayer. Según enseñamos a una nueva generación, así será el mundo unos pocos

años después. Si se preocupan por el futuro, velen hoy por la crianza de sus

hijos. El autor del libro de Proverbios sabiamente declaró: “Instruye al niño

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en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará deél” (Proverbios 22:6).

Cuando yo era niño, durante el verano vivíamos enuna granja que tenía árboles frutales; cosechábamosenormes cantidades de duraznos (melocotones). Nuestropadre nos llevó a ver las demostraciones presentadas porel Instituto de Agricultura sobre la poda de los árboles, ycada sábado durante los meses de enero y febrero íbamos

“Críen a sus hijos en el amor y el temor del Señor...

enséñenles a que les amen y no a

que les teman”.

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a la huerta a podar. Aprendimos que si acertábamos en ellugar exacto donde se debían cortar las ramas, auncuando hubiera nieve en el suelo y aunque el árbol pare-ciera seco, podíamos darle forma, de tal manera que todala fruta que naciera y creciera en la primavera y el veranoquedara expuesta al sol. También aprendimos que ya enfebrero podíamos determinar la calidad de la fruta quecosecharíamos en septiembre.

E. T. Sullivan escribió estas interesantes palabras:“Cuando Dios quiere hacer una obra grande o remediarun gran mal en el mundo, lo hace de una manera muycuriosa; no provoca grandes terremotos, ni envía rayos.En lugar de ello, hace que nazca un niño indefenso,quizás en un hogar humilde, de una madre desconocida.Y luego Dios pone una idea en el corazón de la madre, yella lo hace en la mente del niño; entonces Dios espera.Los terremotos y los rayos no son las fuerzas mayores enel mundo. Las fuerzas más poderosas del mundo son los

niños” (citado en The Treasure Chest, editado porCharles L. Wallis, 1965, pág. 53).

Quisiera agregar que esos niños llegarán a serfuerzas o del bien o del mal, dependiendo, en

gran parte, de la forma en que se hayancriado. Sin vacilar, el Señor ha declarado:“Pero yo os he mandado criar a vuestroshijos en la luz y la verdad” (D. y C. 93:40).

Discúlpenme si sugiero lo obvio, perolo hago solamente porque en muchasocasiones lo obvio no se pone en prác-tica. Lo obvio incluye cuatro verbos enimperativo en cuanto a los niños:ámenles, enséñenles, respétenles, orencon ellos y por ellos.

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ÁMENLES

¡Qué afortunado, qué bendecido es elniño que siente el cariño de sus padres!Esa ternura, ese amor, darán un dulcefruto en los años venideros. En granmedida, la crueldad que tanto caracteriza

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a gran parte de nuestra sociedad proviene de la crueldadcon que se trató a los niños de muchos años atrás.

En una ocasión me encontré con uno de mis compa-ñeros de la infancia, y me vino a la memoria una serie derecuerdos del barrio donde crecimos. Era un micro-cosmos del mundo, con muchas clases de gente; formá-bamos un grupo íntimo y creo quenos conocíamos todos; tambiéncreo recordar que nos queríamostodos, es decir, todos con excep-ción de un hombre. Debo confesaralgo; hubo momentos, durante miniñez, en que yo odiaba a aquelhombre. Hace muchos años ya queme libré de ese sentimiento, peroal recordarlo puedo sentir otra vezla intensidad de aquella emoción.Sus hijos eran nuestros amigos,pero yo pensé que él era mienemigo. ¿Por qué esa antipatíatan fuerte? Porque él les pegaba asus hijos con una correa, un palo, olo que tuviera a mano cuandoestallaba en sus ataques de furiaante la más mínima provocación.

Tal vez me sentía así por elhogar en el que yo vivía, dondehabía un padre que, casi por magia, podía disciplinar asus hijos sin usar una vara ni un palo, ni cualquier otromedio de castigo físico, aunque en ocasiones bien lomerecíamos.

He visto cómo los frutos de la cólera de aquel vecinocobraban vida en la existencia llena de problemas de sushijos. Todo trabajador social, todo empleado de las salasde emergencias de los grandes hospitales, todo policía yjuez pueden contarles historias similares. Es una trágicaescena en la que hay palizas, puntapiés, golpes y hastaabuso sexual de niños pequeños; dentro de la mismacategoría están aquellos hombres y mujeres viciosos queexplotan a los niños con fines pornográficos.

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Ninguna persona que profese ser discípula de Cristo,inguna que profese ser miembro de esta Iglesia puedecuparse en tales prácticas, pues éstas ofenden a Dios yepudian las enseñanzas de Su Hijo. Fue Jesús mismouien, al poner delante de nosotros el ejemplo de laureza e inocencia de los niños, declaró: “Y cualquiera

que haga tropezar a alguno deestos pequeños... mejor le fueraque se le colocase al cuello unapiedra de molino de asno, y que sele hundiese en lo profundo delmar” (Mateo 18:6).

¿Podría haber una denunciamás fuerte de los que maltratanniños que estas palabras dichas porel Salvador del mundo? ¿Quierenque se extienda por el mundo unespíritu de amor? Entonces,empiecen dentro de las paredes desu hogar. Miren a sus hijos y descu-bran en ellos las maravillas deDios, de cuya presencia hace tanpoco que han venido.

El presidente Brigham Young(1801–1877) dijo una vez: “Todoniño ama las sonrisas de su madre,pero odia sus entrecejos. Reco-

iendo a las madres que no permitan que sus hijos sentreguen a cosas malas, pero que al mismo tiempo losraten con ternura” (Enseñanzas de los Presidentes de laglesia: Brigham Young,1997, pág. 357).

Y añadió: “Críen a sus hijos en el amor y el temor deleñor; evalúen su disposición y su temperamento yrocedan de acuerdo con éstos, y nunca se inclinen aeprenderles en medio del enojo; enséñenles a que lesmen y no a que les teman” (Enseñanzas, pág. 182).

Claro que dentro de la familia existe la necesidad deisciplinar a los niños. Pero la disciplina severa, la disci-lina cruel, lleva inevitablemente, no a la corrección,ino al resentimiento y a la amargura; no cura nada, sino

tos y enséñenles.

s será más eficaz

sa para imprimir

elo de vida.

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que sólo agrava el problema y destruye en vez de edificar.El Señor, al dar a conocer el espíritu con que se debegobernar Su Iglesia, también ha dado a conocer el espí-ritu con que se debe gobernar el hogar, con estas maravi-llosas palabras de revelación:

Oren con sus pequeñitos para

que lleguen a conocer esa

fuente de fortaleza que

estará entonces siempre a su

alcance, en toda hora de

necesidad.

“Ningún poder o influencia se puede ni se debemantener... sino por persuasión, por longanimidad,benignidad, mansedumbre y por amor sincero;

“...reprendiendo en el momento oportuno con seve-ridad, cuando lo induzca el Espíritu Santo; y entoncesdemostrando mayor amor hacia el que has reprendido,no sea que te considere su enemigo;

“para que sepa que tu fidelidad es más fuerte que loslazos de la muerte” (D. y C. 121: 41, 43–44).

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ENSÉÑENLES

Miren a sus pequeñitos y enséñenles. El ejemplo deustedes será más eficaz que cualquier otra cosa paraimprimir en ellos un modelo de vida. Es muy interesanteconocer a los hijos de viejos amigos y descubrir que enellos se refleja la manera de ser de sus padres y madres.

Se cuenta que en la Roma antigua había un grupo demujeres que, con vanidad, estaban mostrándose las joyasunas a las otras. Entre ellas estaba Cornelia, madre de doshijos. Una de las mujeres le preguntó: “Y ¿dónde están tusjoyas?”. A lo cual respondió Cornelia, señalando a sus hijos:“Éstas son mis joyas”. Bajo la dirección de ella, e imitandolas virtudes de su vida, Gayo y Tiberio llegaron a ser cono-cidos como los Gracos, dos de los oradores más persuasivosy los reformadores más eficaces de la historia romana.Mientras se les recuerde y se hable de ellos, también serecordará y se hablará con alabanzas de la madre que les dioexistencia y que los crió según el ejemplo de su propia vida.

Regreso ahora a las palabras de Brigham Young:“Ocúpense de que a esos hijos, que con tanta bondad lesha confiado Dios, se les enseñe durante su tempranaedad, en cuanto a la importancia de los oráculos de Diosy los hermosos principios de nuestra santa religión paraque cuando crezcan hasta ser hombres y mujeres demadurez siempre lo aprecien y nunca se aparten de laverdad” (Enseñanzas, pág. 182).

Reconozco que hay padres que, a pesar de haberlesdado un amor incondicional y de haber hecho unesfuerzo diligente y fiel por enseñarles, ven a sus hijoscrecer de manera contraria a sus deseos y lloran al verlos

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descarriados, en un curso que les ha traído consecuenciastrágicas. Siento gran compasión hacia esas personas ydeseo citarles las palabras de Ezequiel: “...el hijo nollevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecadodel hijo” (Ezequiel 18:20).

Pero tal situación es más la excepción que la regla; yesa excepción no nos libra de hacer todos los esfuerzosposibles por demostrar amor y por dar el ejemplo yenseñar los preceptos correctos al criar a nuestros niños,por quienes, por mandato de Dios, tenemos una respon-sabilidad sagrada.

RESPÉTENLOS

No olvidemos nunca la necesidad de respetar a éstos,nuestros pequeñitos. Bajo la revelada palabra del Señor,sabemos que son hijos de Dios, al igual que nosotros, ymerecen el respeto que emana del conocimiento de eseprincipio eterno. De hecho, el Señor nos ha dicho clara-mente que si no desarrollamos en nuestra vida esa pureza,esa ausencia total de falsedad, esa inocencia frente al mal,no podremos entrar en Su presencia. Él declaró: “...si no osvolvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino delos cielos” (Mateo 18:3).

Channing Pollock escribió en una ocasión estas inte-resantes y profundas palabras: “Contemplando la adoles-cencia en la cual menospreciábamos el mal, algunos denosotros desearíamos... nacer ya viejos y, al crecer,volvernos más jóvenes y más limpios, y cada vez mássencillos e inocentes hasta que, al fin, con las almasblancas de niños pequeños, nos entregamos al descansoeterno” (“The World’s Slow Stain”, Reader’s Digest, juniode 1960, pág. 77).

OREN CON ELLOS Y POR ELLOS

Miren a sus pequeñitos. Oren con ellos y por ellos, ybendíganlos. El mundo en el cual ellos viven es muycomplejo y difícil; navegarán en grandes mares de adver-sidad y necesitarán toda la fuerza y toda la fe que puedandarles mientras todavía estén con ustedes, así como unafuerza mayor que viene de un poder más alto. Ellos tienen

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que hacer algo más que conformarse con las circunstan-cias que les rodean; tienen que elevar el mundo y la únicapalanca que tendrán para hacerlo será el ejemplo que lesden ustedes, además de los poderes de persuasión queemanen del testimonio y del conocimiento que ellosobtengan de las cosas de Dios. Ellos necesitarán la ayudadel Señor. Mientras son pequeños, oren con ellos para quelleguen a conocer esa fuente de fortaleza que estaráentonces siempre a su alcance, en toda hora de necesidad.

Me gusta oír orar a los niños y me complace oír a lospadres orar por sus hijos. Me siento conmovido ante elpadre que, con la autoridad del sagrado sacerdocio, ponelas manos sobre la cabeza de un hijo en momentos dedecisiones serias, y en el nombre del Señor y bajo la guíadel Espíritu Santo, le da una bendición de padre.

Cuánto más hermoso sería este mundo y la sociedaden que vivimos si todo padre y toda madre considerarana sus hijos como la más preciosa de sus posesiones; si losguiaran bajo el poder de su ejemplo con bondad y amor,y si en momentos difíciles los bendijeran con la autoridaddel santo sacerdocio; y consideraran a sus hijos como lasjoyas de su vida, como dádivas de nuestro Padre Celestialque es su Padre Eterno, y los criaran con verdaderoafecto en la sabiduría y enseñanzas del Señor.

Isaías, el profeta de la antigüedad dijo: “Y todos tushijos serán enseñados por Jehová; y se multiplicará la pazde sus hijos” (Isaías 54:13). A lo cual agrego yo: “Y semultiplicará la paz y la alegría de sus padres y madres”.

Ruego humildemente que todos los hijos, los padres ylas madres reciban esa paz. �

IDEAS PARA LOS MAESTROS ORIENTADORES

1. El Señor ha dicho: “Pero yo os he mandado criar avuestros hijos en la luz y la verdad” (D. y C. 93:40).

2. Para hacer eso tenemos que:� Amar a nuestros pequeñitos.� Enseñarles por medio del ejemplo.� Respetar a los pequeñitos como hijos de Dios que

son, igual que nosotros.� Orar con ellos y por ellos.

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por Gordon Swensen

APRENDER EL VALOR DE LA HONRADEZ FUE EL VERDADERO RESULTADO DE AQUEL PARTIDO DE VOLEIBOL.

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MM uchos de mis recuerdos de cuando teníacinco años consisten en redes de voleibol, elpulimento del suelo del gimnasio, los silbatos

de los árbitros y una lista, escrita a mano, que indicabaquiénes iban a jugar. Mi padre entrenaba a un equipo dejóvenes jugadores de voleibol de nuestro barrio y yo erasu “ayudante”.

Enseñó a los jugadores los principios del trabajo duro,el espíritu de equipo, la honradez, la confianza en unomismo y en los demás, el fijar metas, la perseverancia y elsacrificio. Oraban antes de cada partido, practicaban lossábados a las cinco de la mañana y se reunían en nuestracasa para tomar un helado.

Una de las lecciones más importantes que aprendí demi padre y de sus jugadores fue la de la honradez. Cuandoun jugador tocaba la red involuntariamente o fallaba unpase, mi padre le enseñaba que era importante que reco-nociera el error levantando la mano. Esa lección dejó unaimpresión duradera no sólo en los miembros del equiposino también en su “ayudante de entrenador” de cincoaños.

Nuestro equipo había tenido problemas al principio,pero cuando se celebraron los campeonatos, estuvimosallí para competir. Cuando llegó el día de la final, sedemostró que los cuatro años que el equipo habíaempleado en jugar en unión habían valido la pena. Sóloun punto nos separaba de ganar el campeonato.

Había un ambiente de gran ánimo durante el partido.Multitudes de personas fueron a ver el juego. Yo ocupé

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mi lugar al lado de papá y sonó la sirena que indicaba elcomienzo.

No recuerdo mucho del partido pero sí el final delúltimo juego. La gente salto de júbilo cuando el equipode mi padre marcó el tanto final. Jugadores y especta-dores inundaron el campo. Brent, un jugador grande yformidable de nuestro equipo, había marcado el puntofinal con un tiro decisivo. Tan poderoso fue su contactocon la pelota, que aun el experimentado árbitro no sepercató de que el dedo de Brent había tocado la red. Setrataba de una falta que bien podría haberse olvidado,pero en medio del júbilo, Brent alzó el brazo lentamente.

Los equipos volvieron a sus puestos, el público retomósus asientos y el partido continuó. Poco después terminócon el equipo de mi padre ganando el campeonato por elque habían estado trabajando durante cuatro años. Nosólo podían sentirse bien por el hecho de ganar, sinotambién por hacerlo de forma honrada.

Han pasado muchos años desde mis días de recogedorde balones para mi padre y sus jugadores, pero elrecuerdo de un entrenador enseñando el valor de lahonradez a su equipo todavía permanece firmemente enmi recuerdo. Por ser yo bajo de estatura, aquel día lamayoría de las personas me parecían muy altas, pero, enmi opinión y en la de todos los demás, nadie llegó a laaltura de Brent. �

Gordon Swensen es miembro del Barrio Eastridge 8, Estaca

Eastridge, Draper, Utah.

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LA FELICIDAD EN ESTA VIDA Y EN LA ETERNIDADDEPENDE DE QUE TOMES DECISIONES CORRECTAS Y DE QUE TE AFERRES A ELLAS.

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Haz tú lo jpor el élder Richard G. Scottdel Quórum de los Doce Apóstoles

De un discurso pronunciado en una charla fogonera del Sistema

Educativo de la Iglesia, en la Universidad Brigham Young, el 3 de

marzo de 1996.

Sé que la mayoría de ustedes tiene la determinaciónde hacer lo correcto; que han tenido esos senti-mientos en su corazón, de vivir dignamente sin

importar lo que otras personas digan. También les habloa aquellos que deseen tener tales sentimientos. Ustedesson de la generación más selecta que ha venido a latierra; se han preparado bien en la existencia preterrenaly han sido seleccionados para venir en esta época singu-larmente importante en la que se ha desplegado el plande nuestro Padre Celestial. Me conmueve profunda-mente el estar ante la presencia de ustedes. Me doycuenta de que la mayoría de los jóvenes no tiene la másmínima idea de cuán verdaderamente capaces, nobles ymaravillosos son.

He orado, meditado y trabajado en este mensajeporque sé que tú eres una hija o un hijo excepcional denuestro Padre Celestial y deseo ayudarte. Al principio,tuve la fuerte sensación de analizar cómo hacer de tussueños y aspiraciones nobles una realidad. Estoy segurode que has atesorado sueños en cuanto a cómo desearíasque fuera tu vida. Puesto que mi vida se ha adelantado ala tuya, he aprendido que mientras haya desafíos cada vezmás grandes en el sendero, la vida es más bella. Al conti-nuar ejercitando la fe en el Maestro y al ser obediente aSus mandamientos, recibirás bendiciones magníficas.Algunas de esas bendiciones serán las que has soñado;otras Él las planifica y se hallan más allá de lo que puedas

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concebir ahora. Mi anhelo sincero es ayudarte a vivirpara que tus sueños dignos se hagan una realidad.

He tenido que luchar con varias formas diferentes decomunicar los principios que conozco bien —que si seentienden y se aplican te ayudarán muchísimo—, y me dicuenta de que todavía no hallaba una manera satisfac-toria de expresar lo que sé que es verdadero. Entonces,me envolvió una paz; sentí que si me esforzaba lo mejorque podía para hablarte, y tú escuchabas con una mentey corazón abiertos, con verdadera intención, teniendo feen el Señor, entonces no importaría demasiado lo que yodiría: tú recibirás las impresiones que se adaptarán a tusnecesidades. Cuando escribas esas impresiones, y lassigas, serán guías para tu vida y te ayudarán a lograr tussueños justos.

Estás en una época de tu vida donde hay muchas deci-siones críticas que tienen que tomarse, y te sientes inse-guro de tu capacidad para tomarlas, lo cual escomprensible. Vives en un mundo donde es cada vez másdifícil tener la certeza de que tus aspiraciones y sueñosdignos serán una realidad al evitar las seducciones ytentaciones que Satanás pondrá en tu camino con el finde destruirte. Puedes tener dudas en cuanto a tu valorpersonal. Deseas ser aceptado; tienes interrogantes sobretu futuro y sobre cómo ganar amistades verdaderas yconstantes. Deseas encontrar una compañera o uncompañero eterno que tenga los mismos deseos de vivirdignamente y de lograr mucho de lo bueno que hay enesta vida. Deseas saber si la persona que comienzas aamar es efectivamente la que será tu compañera ocompañero eterno, pero no estás seguro de la habilidad

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que tienes para decidir. Estás progresando en la disciplinaespiritual, eso es, la aptitud que tienes de discernir lossusurros del Espíritu y la facultad de seguirlos. Con eltiempo, esa aptitud aumentará y crecerá cada vez másfuerte hasta que se convierta en algo cada vez más fácil ymás fácil hasta hacer automáticamente lo correcto. Hasedificado un escudo en contra de la tentación. Peroahora, puesto que esa disciplina espiritual está desarro-llándose, debes tener mucho cuidado y evitar eleccionesque te harán salir del camino de la felicidad.

He aprendido, por experiencia propia, cómo el recibirayuda para tomar la decisión correcta en un momentodecisivo puede ser una bendición para toda la vida.También he visto, al trabajar de cerca con las personasque tomaron malas decisiones, cuán devastador puedeser para el resto de la vida. Mi intención es darte suge-rencias en cuanto a cómo estar seguro de tomar deci-siones correctas. Para ello compartiré cuatro experienciaspersonales que me enseñaron lecciones importantes, conel deseo sincero de ayudarte a ganar confianza paratomar decisiones correctas de forma constante en tuvida. Luego te indicaré cómo obra Satanás, para que deese modo, te prepares para evitar los peligros que élpondrá en tu camino.

En la universidad se me ofreció el privilegio de unirmea una muy selecta y honorable sociedad de estudiantes deingeniería. Cuando asistí a las actividades de iniciación,vi que todos bebían alcohol. Yo pedí otro tipo de bebiday me dieron un vaso, pero al acercarlo a los labios, olía aalcohol. Miré a mi alrededor y todos los ojos estabanpuestos en mí. Todos eran profesionales que me acababan

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de conceder un gran honor. ¿Debía fingir beber para noofenderles? No. Bajé el vaso y entonces me di cuenta deque otros tres iniciados también hicieron lo propio. Hazlo justo y los demás seguirán tu ejemplo. Cada vez quetomes la decisión correcta en medio de una posiblecrítica, estarás edificando la fortaleza que hará que te seamás fácil en la siguiente ocasión. Lo opuesto también esverdad y Satanás cuenta con ello.

Un verano, siendo adolescente, trabajé en un barcode ostras a poca distancia de la costa de Long Island,Nueva York, con el fin de obtenerdinero para la universidad. Losdemás miembros del grupo eranpescadores de ostras bien experi-mentados, endurecidos por el duroinvierno en el que pasaron parte desu vida luchando contra el fríoocéano y el crudo viento parapescar ostras. Yo era un enigmapara ellos y les resultaba más fácildesconfiar de mí que entenderme.Me tildaron de espía de otracompañía; luego creyeron que eraun muchacho loco que desconocíacómo ser hombre. Más tardecomencé a mejorar en mis deberes e intenté establecer cierta amistad.Ellos ofrecieron convertirme en “unverdadero hombre” invitándome a una noche de indulgencias. Yo les di las gracias, pero no acepté y la tensión creciótodavía más.

Ese verano el clima fue hermoso y el océano, magní-fico. Teníamos unas tareas relativamente sencillas, comola de llevar las ostras más pequeñas a una zona másdistante donde los nutrientes del océano aceleraran sucrecimiento y mejoraran su sabor. Excepto cuandovaciaban la red llena de ostras sobre la cubierta, dandocomienzo a un vaivén de intensa actividad, el resto deltiempo lo dedicábamos a la contemplación. Mientras miscompañeros de barco dormitaban al lado de su pala, yoleía el contenido del Libro de Mormón y meditaba enello. No soy capaz de expresar de forma adecuada elpoderoso despertar que hubo en mí gracias a esas

Toddy, un gigante

despertó de rep

blandiendo un m

de mi cara, y

apestaba a

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semanas de estudio del Libro de Mormón bajo circuns-tancias tan poco usuales.

Dormíamos en unas literas en forma de sobre, amon-tonados en el restringido espacio que quedaba entre elmotor diesel del barco y el casco. Una noche que está-bamos en el muelle, me retiré más temprano dado quealgunos de los hombres planeaban una actividad indeco-rosa fuera del barco. Desperté de repente a causa delpoderoso manotazo de un compañero, Toddy, un gigantede hombre, que blandía un martillo delante de mi cara y

su aliento apestaba a alcohol.Aturdido, me di cuenta de que nohabía modo de poder escapar de él ypensé que había llegado al fin delcamino. Entonces oí lo que estabagritando: “Scotty, toma tus aletas ylas gafas de bucear. ¡Un hombre hacaído por la borda y tú puedessalvarle!”.

Esa noche aprendí una lecciónque jamás he olvidado. En público,los miembros de la tripulación meridiculizaban, mas en privado merespetaban por mis valores. Laconfianza que recibí de ese conoci-miento me permitió ayudar a tres deellos que estaban pasando por seriosproblemas personales.

Sé que recibirás la misma res-puesta de los demás al escoger de

forma constante el obedecer tus principios. Es que estarásestableciendo una reputación. Si dejas bien en claro queno cambiarás tus valores, se te conducirá a personassemejantes a ti, y la crítica de los demás será menosintensa. Con frecuencia, los que se burlan de ti enpúblico debido a tus valores elevados, en privado nodesean que abandones esos valores. Ellos necesitan de tubuen ejemplo, tanto si es el dar la espalda a un chisteinmoral, el negarte a ver una película o un video inapro-piados o el salir de una fiesta en la que haya indicios deque los presentes piensan participar en actividadesinapropiadas. Haz que tus valores resulten evidentes a losdemás al tomar de forma tranquila las decisionescorrectas apenas se presente la tentación. Una decisión

de hombre, me

ente. Estaba

artillo delante

el aliento le

alcohol.

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correcta tomada una vez y mantenida desde entonces teevitará muchos pesares. De esa manera, puedes empleartus energías en mantener tu determinación de hacersiempre lo correcto, más que en luchar una y otra vez conel mismo desafío. Además, reducirás en gran medida laposibilidad de ser vencido por la tentación.

Crecí en un hogar donde mi padre no era miembro dela Iglesia y mi madre era menos activa. Todo eso cambiócon el tiempo y ambos dedicaron gran parte de su vida aser obreros del templo. Pero con estos antecedentes, yono sabía mucho sobre la Iglesia, aunque creía que sí.Cuando estaba a punto de graduarme en la universidad,el Señor envió un ángel a mi vida. Su nombre eraJeanene Watkins, una muchacha hermosa. Me llevóbastante tiempo salir con ella porque muchos otros reco-nocieron también sus maravillosas cualidades. Cuandocomenzamos a salir juntos, descubrí que ella represen-taba todo lo que había soñado y me enamoré porcompleto; sabía que ella también sentía algo por mí. Unanoche, cuando estábamos hablando sobre el futuro, ellamencionó con cuidado un importante comentario, y dijo:“Cuando me case, lo haré con un ex misionero y en eltemplo”. No recuerdo nada más de sus palabras. Yo nohabía pensado mucho en servir en una misión y noentendía casi nada sobre el matrimonio en el templo. Mefui a casa y no pude pensar en nada más; pasé toda lanoche en vela y al día siguiente no fui capaz de hacernada en la universidad. Poco después me encontré en eldespacho del obispo tras haber orado en cuanto a laimportancia de una misión. Tanto Jeanene como yofuimos misioneros y, al regresar, nos sellamos en eltemplo. Más tarde llegué a darme cuenta de que si yo nohubiera tomado la decisión correcta, ella me habríadejado. Su valentía a la hora de ser fiel a su sueño de uncasamiento en el templo con un ex misionero, a pesar desu amor por mí, ha tenido una enorme influencia ennuestra vida. Nunca podré estarle lo bastante agradecidopor no haber comprometido sus sueños rectos.

Tus decisiones son como los cambios de vía de unferrocarril, pues determinan adónde irás a parar en lavida. La más grande felicidad, el más grande crecimientopersonal y la vida más productiva se logra cuando setoman, de forma constante, decisiones rectas. Si tomasdecisiones equivocadas, tal vez llegues a un destino

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completamente diferente del que querías. Es verdad queexiste un proceso de arrepentimiento para regresar, perocon frecuencia es doloroso y a veces deja cicatrices físicaspermanentes que no pueden curarse como puede hacerloel espíritu.

Por un tiempo trabajé para el personal inmediato deun hombre muy trabajador, exigente y mal interpretado,que llegó a ser el padre de la marina nuclear que propor-cionó gran protección a los Estados Unidos durante unaépoca crítica en las condiciones del mundo. Su nombreera Hyman Rickover. Tengo un gran respeto por él. Trasonce años en ese servicio, recibí un llamamiento de laPrimera Presidencia para presidir una misión, y sabía quetenía que decírselo de inmediato al almirante Rickover.Mientras le explicaba en cuanto al llamamiento y quesignificaba que tendría que dejar mi empleo, él se pusobastante enfadado y dijo algunas cosas poco decorosas,rompió unas bandejas de documentos que había sobre suescritorio y en los comentarios posteriores dejó bien clarodos puntos: “Scott, lo que usted está haciendo en esteprograma de defensa es tan vital que hará falta un añopara reemplazarle, así que no puede irse. Segundo, sidecide irse, usted es un traidor a su país”.

Yo le contesté: “Puedo entrenar a mi sustituto en losdos meses restantes y no habrá riesgo alguno para elpaís”.

Hablamos de más cosas y, finalmente, dijo: “Nunca levolveré a hablar. No quiero volverle a ver. Está ustedacabado, y no sólo aquí. Jamás piense en volver a trabajaren el campo de la energía nuclear”.

Yo le respondí: “Almirante, usted puede impedir quetrabaje en la oficina, pero a menos que me lo impida, voya pasar mi asignación a otra persona”.

Él me preguntó: “¿Cómo se llama el hombre que lereclama?”

“Presidente David O. McKay”, contesté.Y él añadió: “Si ésta es la forma de actuar de los

mormones, no quiero que ninguno de ellos trabaje paramí”.

Yo sabía que él intentaría llamar al presidente McKay(1873–1970), quien estaba enfermo, y que la conversa-ción no beneficiaría a ninguno. También sabía que en lazona de Idaho Falls había muchos miembros de la Iglesiacuyas familias dependían de su trabajo en nuestro

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programa nuclear. Yo no quería causarles ningún daño,pero también sabía que había sido llamado por el Señor.No sabía qué hacer, pero entonces comenzó a pasar pormi mente la letra del himno que hemos cantado estanoche: “Haz tú lo justo por más que te cueste” (Himnos,Nº 154). Aunque en mi vida no me había puesto encontacto con una Autoridad General, había sido entre-vistado por el élder Harold B. Lee (1899–1973), delQuórum de los Doce Apóstoles, por lo que tuve la impre-sión de llamarle. Le expliqué que el almirante intentaríallamar al presidente McKay y queharía algunos comentarios negativos,pero le aseguré que todo estaba enorden y que yo podía aceptar elllamamiento. Mientras eso ocurría,el corazón me seguía diciendo: “¿Vaa salir todo bien o algún inocenteque dependa de nuestro programapara vivir resultará perjudicado?”. Lacanción volvió a mi mente: “Haz túlo justo por más que te cueste”. Fiel asu palabra, el almirante dejó dehablarme. Cuando había que tomardecisiones críticas, enviaba a unmensajero o me lo comunicaba através de una tercera persona, maslogramos realizar el cambio.

En mi último día en la oficina,solicité una cita con él y su secretariase quedó boquiabierta. Entré con unejemplar del Libro de Mormón en la mano. Él me miró ydijo: “Siéntese, Scott. ¿Qué le pasa? He intentado portodos los medios posibles de obligarle a cambiar. ¿Qué lepasa?”.

Siguió una conversación bastante interesante y tran-quila en la que esta vez prestó más atención. Dijo que ibaa leer el Libro de Mormón y entonces ocurrió algo quejamás pensé que podría pasar, cuando añadió: “Cuandovuelva de la misión, quiero que me llame. Habrá unempleo para usted”.

Tu tendrás que hacer frente a dificultades y tomardecisiones difíciles a lo largo de la vida. Ten desde ahorala determinación de hacer siempre lo justo por más quete cueste, pues suceda lo que suceda, siempre será para

Durante mi último

solicité una cita c

Rickover. Entré con

Libro de Mormó

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tu beneficio. Aprenderás que a largo plazo es mucho másfácil defender lo justo y hacerlo, aunque resulte difícil,desde un principio. Una vez que tomes esa determina-ción, el continuar por esa senda no es tan duro. Lapersona que no obre de forma recta y que justifique sualejamiento de los verdaderos valores, cualquiera quesea la razón, descubrirá que están sembradas lassimientes que harán crecer los problemas más adelante,problemas que serán mucho más difíciles de vencer quesi desde un principio ella hubiera adoptado la postura

correcta.Haz lo justo aunque te parezca

que vas a ser el único en hacerlo, quevayas a perder amigos o que se tevaya a criticar. Descubrirás que alhacer lo justo, tras un período deprueba, aparecerán los mejoresamigos y podrás apoyarte mutua-mente en tu determinación de serobediente a todos los mandamientosdel Señor. Nunca jamás, en ningúnmomento, he sentido pesar porhaber defendido lo que es justo, aunfrente a una dura crítica. Alaprender esa misma verdad, descu-brirás que si adoptas una posturafirme en favor de lo que es justo, siestableces valores personales y hacesconvenio de observarlos, cuandovengan las tentaciones y actúes de

acuerdo con tus valores, te verás fortalecido y recibirásfuerzas más allá de tu propia capacidad si hay necesidadde ello. La dificultad aparece cuando entras en batallacon la tentación sin un plan determinado. Eso es lo quedesea Satanás, pues para entonces estarás listo para serderrotado.

Ahora deseo tratar asuntos sensibles de los que es másfácil hablar frente a frente, por lo tanto, trataré de imagi-narte en mi mente lo mejor que pueda, como unapersona que desea saber cómo hacer para que las espe-ranzas y los sueños se hagan realidad. Lo intentaré,cerraré todo y nos aislaremos de todos con el fin dehablar en privado. Tal vez desees hacer lo mismo.

En esta época de la vida, es sumamente importante

día en la oficina,

on el almirante

un ejemplar del

n en la mano.

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que tus pensamientos y tus actos sean limpios y purospara que el Espíritu Santo pueda guiarte. Satanás tiene ladeterminación de vencerte en esta época crítica de tuvida, no con una gran cantidad de tentaciones serias quese presentan de repente, sino colocando de forma cuida-dosa y sutil infracciones aparentemente sin importanciaque van en contra de tus valores establecidos hacemucho tiempo. Él desea utilizar esas tentaciones paraalejarte astutamente del camino de la rectitud. Satanássabe que mientras te guíe el Espíritu Santo, puedeshacerle frente. Satanás no tiene poder alguno sobre lapersona recta. El Señor ha hecho posible que resistas lastentaciones del diablo. Si eres obediente, recibirás inspi-ración para saber qué hacer y tendrás la capacidad dehacerlo.

Para que quedes sobre aviso, intentaré demostrartecómo obra Satanás. Hagamos de cuenta que a tu derechase encuentran todas las cosas buenas que se puedenhacer en la vida. Cuanto más a la derecha, mejores sonesas cosas. A la izquierda se encuentran todas las cosasmalas que se pueden hacer; y cuanto más a la izquierda,peores son esas cosas. En el medio es difícil discernirdónde algo es un poco bueno o un poco malo. Aquí esdonde Satanás trabaja con la gente buena. Ésa es unazona intermedia en la que no puedes discernir conclaridad aquello que es bueno y aquello que es malo. Esmuy fácil estar confusos en ese lugar. Vive bien dentro dela maravillosa zona buena que el Señor ha definido y notendrás problema alguno con la tentación. Si no estásseguro de si es apropiado ver, escuchar, pensar o haceralgo, no lo hagas, pues podrías acercarte demasiado a unade las trampas de Satanás.

Veamos cómo trabaja Satanás. Un ex misionero rectoconoce a una joven pura y encantadora. Ambos están enuna edad en la que pueden considerar seriamente elmatrimonio. Comienzan a salir. Él desarrolla senti-mientos hermosos y profundos de amor por ella y ella porél. Ninguno tiene la intención de hacer nada malo. Handecidido no cruzar los límites hacia el territorio deSatanás. Cuando él está con ella, quiere expresarle sussentimientos y, de algún modo, pasado un tiempo, eltomarla de la mano no basta para comunicarle lo quesiente. Cada vez que están juntos, hacen lo que hicieronen la ocasión anterior y un poco más para expresar sus

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sentimientos físicamente. Se acercan más y más a loslímites, pero tienen la determinación de no cruzarlos. Undía, Satanás planta las semillas de la racionalización en lamente de ambos; con ello quiero dar a entender que él lestienta a creer que algo que es realmente malo se puedecambiar o justificar para tornarse aceptable a causa de lascircunstancias especiales de ellos. La racionalización esuno de los instrumentos más eficaces del diablo. Él plantaestos pensamientos: “Realmente se aman el uno al otro;planean sellarse en el templo. Ambos son dignos y seránfieles el uno al otro. Ustedes son una excepción y todavíano han llegado al límite”. El límite ha quedado más a laizquierda. Continúan con sus expresiones físicas. Estánmuy enamorados y cada vez son un poco más íntimos.Entonces surgen unas emociones fuertes y poderosas,pero están seguros de poder controlarlas; se van a sellaren el templo. Entonces las emociones se convierten enirresistibles y cometen actos que habían decidido jamásrealizar fuera del matrimonio. Las vidas de ambos secomplican de forma terrible, trágica e innecesaria.

Por favor, reconoce que no puedes cruzar ni siquieraapenas los límites sin correr el gran riesgo de resbalar yser llevado a lugares a los que jamás tenías la intenciónde ir, o pasar por experiencias que nunca tuviste el deseode experimentar. Así es cómo trabaja Satanás. Él sabeque las poderosas emociones de la transgresión sexualcrean adicción. Una conduce a otra y así sucesivamente.Surgen los apetitos y se experimentan emociones pode-rosas hasta que el transgresor pierde toda perspectiva dela realidad y cae en un pecado cada vez más profundo, sinreconocer lo lejos que él o ella ha ido ni con qué rapidezél o ella ha caído prisionero. Tú has visto cómo otraspersonas comienzan con la experimentación para luegoacercarse más y más al pecado, aparentemente sin reco-nocer lo lejos que han caído.

¿Cómo pueden dos personas enamoradas evitar cruzarlos límites y caer en la tentación? En primer lugar, defi-namos lo que es el amor. Amar a alguien en rectitud esproteger, elevar y mantener puro y sin mancha a esapersona, y sacrificarse por el beneficio de ella. Amar esreservar experiencias íntimas y sagradas para la santidaddel matrimonio. Allí, cuando se usan de forma apropiada,acercan a los cónyuges y los fortalecen ante las crecientesresponsabilidades de la paternidad; esas experiencias

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resultan en la formación de cuerpos físicos para los hijosespirituales que nuestro Padre Celestial confía a unamadre y a un padre. En este ambiente sagrado, la apro-piada expresión íntima es algo hermoso y con propósito.

Los agentes de Satanás hablan de amor, pero enrealidad es lujuria. Se tratadel aumento de la gratifi-cación de los apetitossexuales personales acosta de la otra

persona, lo cual conduce a una seria violación de losmandamientos de Dios. ¿Por qué Satanás se concentratanto en la transgresión sexual? Porque él sabe que lainmoralidad se alimenta de sí misma y, al mismo tiempo,nubla la sensibilidad espiritual y neutraliza la voluntad deresistirse. Nunca debe haber lugar en tu vida para la clasede amor que fomenta Satanás. Si hay estos elementos enuna relación, líbrate de ellos ahora mismo.

Ahora paso a darte algunas sugerencias específicasque te servirán de ayuda para no cruzar los límites:

� Elije hacer lo justo de forma voluntaria. Sólo esaclase de obediencia trae las plenas bendiciones queproceden de obedecer los mandamientos de Dios.

� Establece firmemente valores personales. Eligemomentos de profunda reflexión espiritual, en los que nosientas presión y puedas confirmar tus decisiones por

Rodéate de buenos amigos al estar en los lugares

correctos y al hacer lo correcto. Rodéate de amigos

que te recuerden las metas dignas.

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medio de impresiones sagradas. Decide entonces lo queharás y lo que no harás para expresar tus sentimientos; elEspíritu te guiará. Una vez hecho esto, no te apartes deesas decisiones, no importa cuán correcta pueda pare-

certe la tentación cuando éstallegue. No des el primer paso a

pesar de lo inocente que éstepueda parecer. La realización

de tus sueños depende dela determinación que

tengas de jamás traicionar tus valores.� Reconoce que la frontera entre lo bueno y lo malo

jamás cambia, pero que tu puedes verte tentado acambiar la percepción que tienes de dicha fronteramediante la racionalización. Con ello, me refiero aintentar justificar algo que sospechas o sabes que está malpara que sea aceptable en tu caso “especial”.

� Rodéate de buenos amigos al estar en los lugarescorrectos y al hacer lo correcto. Ninguno de nosotrosestá siempre feliz. Cuando se está desanimado, es muchomás fácil cometer un error fatal. Con frecuencia, cuandote halles deprimido, un buen amigo te animará y teservirá para recordar tus metas dignas. Algunas personasestán tan ansiosas por tener amigos y ser populares, quellegan a comprometer sus normas. No obtendrás buenosamigos de esa forma, sin embargo, sí podrías perder tussueños dignos.

� Permanece cerca de la Iglesia, y así tendrás un recor-datorio constante de tu determinación de hacer lo justoy te verás fortalecido por el ejemplo de otras personas.

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� Una regla segura para seguir antes del matrimonio esque, cuando estés solo o sola, nunca hagas algo que noharías en presencia de tus padres.

� No te dejes engañar por lo que el mundo definecomo aceptable. El excitar las emociones de forma inten-cionada, emociones que están reservadas para propósitossagrados dentro del convenio del matrimonio, es algoterriblemente equivocado. Testifico solemnemente quees una transgresión tocar las partes privadas y sagradasdel cuerpo de otra persona, excepto cuando se hacedentro de los vínculos del matrimonio entre un hombrey una mujer. Satanás ha extendido la idea de que espermisible que las personas consientan en tener muchaintimidad sin llegar al acto final. Ésa es una mentiradevastadora. Tal actividad es una violación de la ley decastidad y requiere el arrepentimiento. No sólo es sabiono ser inmoral, sino que se trata de un mandamientofundamental de Dios que Él considera muy importante.

Tu cuerpo espiritual fue creado por nuestro PadreCelestial. Tu cuerpo físico ha sido hecho a Su imagen. Élpuede conducirte a una felicidad mayor de la que ahorapuedes imaginar. El objetivo de Él es el ayudarte a logrartu mayor potencial de crecimiento, logro y felicidad mien-tras estés en la tierra. Su objetivo es tu felicidad eterna.

Existe otro personaje que es extremadamente talen-toso, poderoso y brillante, pero diabólico, cuyo propósitoes atarte para que seas su siervo. Uno de los instrumentosmás poderosos que tiene para alejarte del curso de la feli-cidad es tentarte a experimentar con actos íntimos. Latransgresión sexual se alimenta de sí misma, estimulaemociones físicas poderosas que llegan a ser algo extre-madamente adictivo y, al mismo tiempo, adormece lasensibilidad espiritual y neutraliza tu voluntad para resis-tirla. La inmoralidad es algo ajeno a tu naturaleza.Sabiendo esto, Satanás te tentará para que comiencescon pequeñas dosis adictivas, más que tentarte a pasarcon un solo paso de una vida pura y limpia a la seriatransgresión inmoral.

Nefi te dio una forma poderosa de vencer con éxito latentación cuando dijo: “Quienes escucharan la palabrade Dios y se aferraran a ella, no perecerían jamás; ni losvencerían las tentaciones ni los ardientes dardos deladversario para cegarlos y llevarlos hasta la destrucción”(1 Nefi 15:24).

M A R Z O

Si alguien de los que lea este mensaje ha transgredidoseriamente, con todo el amor de mi corazón le pido quedecida arrepentirse ahora. No está bien violar losmandamientos del Señor y es trágico no hacer nada alrespecto. El pecado es como un cáncer en el cuerpo:nunca se cura a sí mismo. Irá empeorando progresiva-mente a menos que se cure mediante el arrepentimiento.Tú puedes ser completamente sanado, renovado, purifi-cado y limpio por completo mediante el milagro del arre-pentimiento. Si has transgredido, ten a bien ver a tuobispo ahora para que esos dignos sueños puedanhacerse realidad.

Satanás susurra a los que cometen un error serio: “Tuvida está arruinada. No hay manera de volver. Haríasbien en continuar en el camino en que te encuentras”.Eso es mentira. El Salvador dio Su vida para que aun lastransgresiones más serias pudieran ser vencidas y laspersonas pudiesen ser renovadas, limpias y purasmediante el arrepentimiento y la obediencia a los manda-mientos del Señor. Creer de otro modo negaría la eficaciade la Expiación de nuestro Salvador.

En resumen, tu felicidad de ahora, a través de estavida y en la eternidad depende de que tomes decisionescorrectas y te aferres a ellas. Algunas personas tomandecisiones basadas únicamente en su propia experienciapersonal y tienen muy poca confianza en otras cosas.Otros las toman ciegamente, haciendo simplemente loque hacen sus amigos. Y otros eligen aquello que creenque les proporcionará más amigos y un mayor éxito.Algunos aguardan a que se presente algún problema paradecidir entonces qué hacer. Cada una de esas alternativaspuede ser desastrosa.

Con todo el amor de mi corazón, te pido que decidasobedecer las normas del Señor. Por favor, vive de talforma que el Espíritu Santo pueda inspirarte constan-temente a hacer lo que es justo. Testifico que comoconsecuencia de ello, tus dignos sueños o algo inclusomejor será tuyo. Nuestro Padre Celestial y Su Hijoamado te aman. Ellos desean tu felicidad aún muchomás de lo que puedas llegar a imaginar, y te ayudarán alograrla en la medida en que hagas todo lo que puedaspor obedecer Sus mandamientos. Testifico que Ellos te aman y te ayudarán, en el nombre de Jesucristo.Amén. �

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“Por más que te cueste”

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VOCES DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS

Somos bendecidos al vivir en un mundo

gobernado por la ley, pues sabemos que si

hacemos ciertos actos, siempre obten-

dremos resultados específicos como consecuencia

de ellos, siempre. Por ejemplo, podemos poner

confiadamente un pie delante del otro porque

sabemos que la ley de la gravedad nos mantendrá

firmemente seguros a la tierra. ❦ Tal y como

ocurre en el mundo físico, así es también en el espi-

ritual. “Hay una ley”, enseñó el profeta José

Smith, “...sobre la cual todas las bendi-

ciones se basan; y cuando recibimos

una bendición de Dios, es porque se

obedece aquella ley sobre la cual se

basa” (D. y C. 130:20–28). Por este

motivo, nunca debemos tener

miedo de hacer lo que nuestro Padre

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Celestial requiera de nosotros. Tal y como ilustran

los siguientes relatos, bien sea que busquemos Su

verdad, que sacrifiquemos las posesiones del

mundo o que confiemos en Su cuidado, sabemos

que nuestra fe siempre se verá recompensada,

siempre. Puede que no veamos los resultados de

antemano, pero podemos confiar en el beneficio

que nos reportarán. ❦ “Tendrás que hacer frente

a dificultades y tomar decisiones difíciles a lo largo

de la vida”, nos dice el élder Richard G. Scott,

del Quórum de los Doce Apóstoles.

“Ten desde ahora la determinación de

hacer siempre lo justo por más que

te cueste, pues suceda lo que

suceda, siempre será para tu bene-

ficio” (“Haz tú lo justo”, Liahona,

marzo de 2001, pág. 14).

A medida que el avión se alejaba

y se apagaba el sonido de su

motor, sabíamos que estábamos

solos.

. . . . . . . . . . . . . . . . . .

Trampa de arenapor Gary M. Johnson

Hace muchos años, un sábado porla mañana, mis hermanos, mis

hermanas y yo corríamos de aquí paraallá por toda la casa haciendo nues-tras tareas bien temprano. Estábamosanimados porque papá había prome-tido llevar a la familia de paseo en lacamioneta usada que había compradorecientemente. Nosotros queríamosun coche más nuevo, pero él dijo que sería demasiado caro. Además,añadió, la camioneta era más pesada,por lo que sería más seguro en caso de

accidente. Ése era un factor impor-tante para mamá, quien hacía pocohabía tenido un terrible choquefrontal y casi había muerto.

Una vez que hubimos terminadode prepararlo todo, nos subimos alvehículo —mamá, papá y siete hijos,entre ellos un bebé—. Dado quesalíamos a dar un paseo corto elsábado por la tarde, no preparamosnada de comer ni de beber.

Llegamos a la autopista y nosdirigimos hacia el norte. Hacía

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calor y no teníamos aire acondicio-nado. A nuestro alrededor seencontraba el inhóspito y ampliodesierto con algunas plantas des-perdigadas y, de vez en cuando,afloramientos de rocas o un postetelefónico, y las pequeñas cadenasmontañosas en el horizonte. Apesar del calor y de lo estéril delpaisaje, estábamos contentos por

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salir juntos de excursión familiar.Sin embargo, ese espíritu de

alegría se vio mermado por ungemido de mi madre. El recuerdode su accidente todavía estabafresco y la vista de los coches quevenían de frente le asustaba demodo terrible. Para la tranquilidadde ella, papá decidió salir de laautopista. “Allá vamos”, dijo conuna voz jubilosa mientras girabahacia un camino de tierra quecorría paralelo a una enorme hilerade torres de alta tensión. La camio-neta dejaba una nube de polvo anuestras espaldas mientras se desli-zaba por el viejo camino, algo quepara mi mente de trece años erauna gran diversión.

Como disfrutábamos del paseo,ninguno de los niños se dio cuenta dela mirada preocupada de papá, peromi madre sabía que algo iba mal.“¿Qué pasa, Anthony?”, preguntó.

“Bueno”, respondió él, “puedeque no sea nada, pero esa arena deahí parece traicionera. Será mejorque demos la vuelta”. Se dirigióhacia un descubierto en lo alto deuna pequeña colina y dio mediavuelta con el coche.

Empezamos a descender por lapequeña inclinación para dirigirnosal siguiente pequeño promontorio,cuando todo ocurrió. Nuestro vehí-culo se hundió en la blanda arena.Varios de nosotros salimos y empu-jamos con todas nuestras fuerzas,mas no pudimos hacerlo avanzar,aunque nos las arreglamos parahacerlo retroceder hasta una zonamás firme para que papá pudiera

acelerar antes de llegar de nuevo a lazona arenosa e intentar atravesarla.Sin embargo, los repetidos intentospor lograrlo fracasaron, especial-mente porque tenía que ser cuida-doso de no retroceder demasiadohasta otra zona arenosa. Cadaintento hacía avanzar un poco alautomóvil, para luego hundirse aúnmás en la fina arena.

Los niños pequeños comenzaron allorar. “Mamá, tenemos sed”, decían.A medida que el sol del atardecer ibahaciendo mella, podíamos ver lasondas de calor acercándose a noso-tros a lo largo de la arena, distorsio-nando la visión de las montañas enel horizonte.

Entonces oímos en la distancia undébil sonido que se acercaba a noso-tros. Era el sonido de una avionetaque se iba haciendo cada vez másgrande a medida que se aproximaba.“¡Estamos salvados!”, grité mientrasveía la avioneta. “¡Hagámosle señalespara que descienda!”, lo cual hicimosde modo frenético. Se trataba delavión que inspeccionaba las líneaseléctricas y el piloto estaba volandotan bajo que podíamos verle recli-nado sobre la ventana. Con un vigo-roso movimiento de las alas, nosdevolvió lo que él creía ser un saludo.A medida que el avión se alejaba y seapagaba el sonido de su motor, sa-bíamos que estábamos solos.

La situación se estaba convir-tiendo en desesperada. No teníamoscomida ni agua. Mi madre estabaluchando con un bebé histérico, lascuatro niñas estaban llorando y hastami hermano y yo comenzamos a

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dudar de nuestras probabilidades deregresar a casa sanos y salvos.

Papá nos reunió a todos y dijo:“Sólo nos queda una cosa por hacer.Pidamos ayuda a nuestro PadreCelestial”. Todos nos arrodillamos enla ardiente arena y reclinamos lacabeza mientras papá imploraba aDios en favor de toda la familia. Leexplicó nuestra situación al Señorcon detalle, incluso todas las cosasque habíamos hecho para vernoslibres, y entonces le pidió ayuda.

Tras la oración nos pusimos depie y papá dijo: “Intentémoslo unavez más”. Hizo que todos saliésemosdel vehículo mientras él retrocedíapara volver a intentarlo. El motorrugió mientras papá aceleraba lomáximo que podía. La camionetallegó hasta la arena, pero en estaocasión continuó como si estuvieraflotando. Papá manejó hasta lo altode la siguiente colina y se detuvosobre tierra firme y rocosa. Todosgritamos de alegría y corrimos haciala camioneta.

Cuando llegamos, papá estabasentado al volante, temblando ysollozando, algo que nunca antes lehabía visto hacer. Cuando le pregun-tamos qué le pasaba, miró haciaarriba y dijo que le parecía como si lacamioneta hubiese sido llevada enandas por encima de la arena graciasa un poder invisible.

Regresamos a casa con calmamientras los colores anaranjados delocaso brillaban en el cielo del oeste.Nadie dijo una palabra, para no inte-rrumpir el sentimiento reverente que reinaba en nuestra camioneta.

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Mientras reconozco que las respuestasa las oraciones vienen de diversasformas y no siempre son tan especta-culares, me siento agradecido a miPadre Celestial por las bendiciones deaquel día.

Gary M. Johnson es miembro del Barrio

Needles, Estaca Lake Havasu City, Arizona.

En la palma de Su manopor Emma Ernestina Sánchez Sánchez

Los primeros años de nuestromatrimonio parecieron casi

perfectos. Tras nuestro sellamientoen el Templo de la Ciudad de MéxicoD. F., México, ambos nos graduamosde la universidad y nació nuestra

Dios bendijo nuestro pequeño

huerto, el cual produjo comida

en abundancia.

primera hija. Mi esposo tenía unbuen empleo y fue llamado a servircomo obispo de nuestro barrio.Luego nos mudamos a Jalisco, unaparte de México en la que habíanvivido mis abuelos. Siempre ha-bíamos soñado con criar a nuestroshijos en un lugar tranquilo y Jaliscocumplía con nuestras expectativas.Sin embargo, nuestro modo de vidaiba a cambiar pronto de formadramática.

Nuestra segunda hija nació enJalisco, aunque, desgraciadamente,yo padecí graves complicaciones trassu nacimiento. Pudimos hacer frente

a los gastos gracias a nuestrosahorros, pero luego, dos semanasmás tarde, mi esposo perdió suempleo. Sin ningún tipo de ingreso,tuvimos que mudarnos de nuestracasa, mientras las cuentas de lastarjetas de crédito, los pagos delcoche y del alquiler nos estabanahogando.

Finalmente, mi esposo comenzó atrabajar por las noches como taxista.Con frecuencia sus gastos excedíansu salario, pero ese trabajo por lo

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menos nos permitía poner algo de comer sobre la mesa. Entonces se descompuso el coche y aun esapequeña fuente de ingresos desapa-reció. Vendimos o empeñamosmuchas de nuestras posesiones. Almismo tiempo, México pasaba poruna seria devaluación de su moneda,lo cual contribuyó enormemente anuestra desesperación financiera.

Mi esposo estaba agotado tantofísica como emocionalmente, por lo que obtuve un empleo comomaestra en una escuela primariabilingüe. El trabajo era duro, elsalario pequeño, y yo tenía que dejara mis hijitas al cuidado de unmiembro de la Iglesia. Para ahorrardinero, nos mudamos a un lugar másbarato en un barrio más pobre de laciudad.

Mientras luchaba por ir a trabajar,cuidar de la familia, mantener la casay participar en la Iglesia, me deprimíbastante, y una noche terrible estabatan desalentada que tuvieron quellevarme al hospital. Tras darme unsedante, el médico me dijo: “Se estáusted ahogando en sus propiosproblemas. Eso es para los cobardes,pero yo no creo que usted seacobarde. Piense en ello”.

Sus palabras resonaron en lamente y cerré los ojos, buscando algoque me diera valor. Repasé mi vida.Sí, todas nuestras posesiones materialesse han ido, me dije, pero aún estoyviva, tengo un esposo maravilloso y doshijas preciosas. Entonces recordé queno había nacido para acumularbienes ni vivir con tranquilidad.Había venido para servir a mi familia

y a los demás, y edificar el reino deDios.

Cuando regresé a casa, oré comono lo había hecho jamás. Le supliquéa mi Padre Celestial que me dierafuerzas. Hablé con mi obispo y él medijo: “El Señor retirará del caminoaquello que le está haciendo daño”.Al día siguiente supe que me habíandespedido de mi trabajo sin explica-ción alguna, y ese mismo díadescubrí que me habían concedidouna beca para proseguir mis estudios;el poder pasar tiempo enseñando amis pequeñas fue una gran ayudapara que sanara mi espíritu.

Una mañana sonó el teléfono, elque había estado descompuestodesde hace meses, con las noticias de que mi esposo había recibido un empleo como maestro; de inme-diato, el teléfono otra vez dejó defuncionar ¡Mi esposo tenía trabajo!

Los principios del programa debienestar y de la autosuficiencialograron un lugar de importancia ennuestra casa con más fuerza quenunca. Aprendí a trabajar el trigo y lasoja para almacenarlos. Planté maízcerca de la acera y luego obtuvepermiso para plantar un huerto en unterreno propiedad de unos amigos.Dios bendijo nuestro pequeñohuerto, el cual produjo comida enabundancia, incluso ciertas especiesde calabaza y alfalfa.

El trabajo duro y la comida quepude almacenar calmaron mistemores y me llenaron de esperanza.Conforme iba cambiando de actitud,pude ver la mano del Señor ennuestra vida. Fuimos bendecidos con

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buena salud; ninguno de nosotrosllegó a tener siquiera un resfriado.Jamás, ni siquiera en los momentosmás difíciles, dejamos de invitar acomer a los misioneros. Las niñassiempre tuvieron comida y recibimosabundantes invitaciones para comercon nuestros amigos. Un día pudecomprar otra bombona (garrafa) debutano para la cocina y de inmediatose acabó el contenido de la bombonaanterior. Por lo general una bombonadura seis semanas, pero ésta habíadurado meses.

Aprendimos algunas leccionesimportantes gracias a nuestraspruebas, como el valorar el consejode los líderes; recibir; que es buenoservir, pero que también es impor-tante dejar que otros le sirvan a uno.Tanto mi esposo como yo obtuvimoscapacitación laboral adicional sintener que pagar por ella. Mis amadossuegros siempre eran conscientes denuestras necesidades y descubrí unagran amiga en mi suegra.

Nuestro matrimonio creció y sefortaleció. Una noche mi esposo meabrazó y me dijo: “No importa si nosechan a la calle. Si estás a mi lado,tendré el valor de comenzar denuevo”.

Puede que lo más importante seaque llegamos a ver las cosas desde unpunto de vista eterno y llegamos aentender que tanto en los buenoscomo en los malos momentos, Diosnos acoge en la palma de Su mano.

Emma Ernestina Sánchez Sánchez es

miembro del Barrio Las Águilas, Estaca

Moctezuma, Guadalajara, México.

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Manuel J. Rosario es miembro de la Rama

Arroyo, Distrito Guayama, Puerto Rico.

Cómo entregué miimagen talladapor Manuel J. Rosario

Yo tenía una moto Harley-Davidson del año 1978 en la que

había invertido una enormecantidad de dinero. Estaba muyorgulloso de ella; lo era todo para mí.Cada domingo me unía a un grupode amigos en Patillas, Puerto Rico, eíbamos en nuestras motos por toda laisla, olvidándonos de todos losproblemas, de nuestras familias, deDios y de todo por un breve períodode placer en aquellas motos. Enresumen, mi motocicleta era miídolo.

Todo eso cambió cuando unantiguo compañero de clases,Jaime Rivera Gómez, me dio aconocer la Iglesia. Estaréeternamente agradecido aJaime y a los misioneros porsus enseñanzas, paciencia yamor verdadero. Mi esposa yyo nos bautizamos el 31 demarzo de 1996.

El encontrar el Evangeliode Jesucristo cambió nuestras vidas

por completo. Vendí la motocicletade inmediato por mucho menosdinero del que había invertido enella, pero el sacrificio valió la pena.Al cambiar mi vida, nuestro PadreCelestial, el único Dios verdadero,derramó Sus bendiciones sobre mí.Ahora soy feliz; mi hogar es feliz.Amo a mi esposa y a mis hijos.Celebramos la noche de hogar,oramos y servimos al Señor comofamilia.

Tres meses después de unirnos a laIglesia, viajamos al Templo deWashington D.C. y nos bautizamospor algunos de nuestros antepasados.Realizamos nuestra segunda visita altemplo en julio de 1997, donde reci-bimos nuestras investiduras y efec-tuamos ordenanzas sagradas pornuestros seres queridos.

Sé que Dios me ama y meesfuerzo cada día por llegar a ser máscomo Él. �

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S É

ÚTILÚTIL

Debes estar dispuesto a ayudar y a servir.Tus dones y talentos son necesarios.

(Véase D. y C. 46:11–26.)

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“PARA QUE YO OS SANE”

MENSAJE DE LAS MAESTRAS VISITANTES

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El presidente Boyd K. Packer,Presidente en Funciones delQuórum de los Doce Apóstoles,

nos asegura: “El Evangelio nosenseña que por medio del arrepenti-miento se logra el alivio deltormento y la culpa. Con excepciónde unos pocos que han optado por lavía de la perdición... no existe unhábito, una adicción, una rebelión,una transgresión, ni una ofensa enlos cuales no pueda cumplirse lapromesa de un perdón completo”(“La luminosa mañana del perdón”,Liahona, enero de 1996, pág. 21).

EL PECADO NOS ALEJA DE DIOS

El pecado del que no nos arrepen-timos nos aleja de nuestro amorosoPadre Celestial, dejándonos con unsentimiento de culpa y vergüenza. Aligual que el dolor físico, esta “tristezaque es según Dios” (2 Corintios7:10) nos indica que algo va mal, quenecesitamos apartarnos de aquelloque esté causando el dolor y buscarla ayuda curativa de la expiación delSalvador.

El presidente Packer explica: “Dejoven, el profeta Alma pasó por unaépoca de remordimiento similar: ‘...memartirizaba’, dijo, ‘un tormento eterno’, y tenía el ‘alma... atribulada en sumogrado’ (Alma 36:12; cursiva agregada).

“Incluso llegó a pensar: ‘¡Oh sifuera desterrado... y aniquilado encuerpo y alma...!’ (Alma 36:15;cursiva agregada.)

“Pero su mente se concentró enun pensamiento, y al reflexionar

sobre la idea y ponerla en práctica,amaneció la mañana del perdón...

“La reflexión que rescató a Alma,cuando él la puso en práctica, fue lasiguiente: Restaurar lo que no sepuede restaurar, curar las heridasincurables, reparar lo que se haquebrado y no tiene arreglo, es elpropósito principal de la expiaciónde Cristo” (Liahona, enero de 1996,págs. 21–22).

“ÉL ACEPTÓ NUESTRO

ARREPENTIMIENTO”

Un líder del sacerdocio quedóimpresionado por el “fulgor delEvangelio” que vio en una hermanaa la que estaba entrevistando.Cuando le preguntó cuál era elsecreto de su éxito, ella respondiósimplemente y con los ojos humede-cidos: “El arrepentimiento”.

Le explicó que se había casadojoven, estando embarazada. La tris-teza por su pecado llevó a la confe-sión ante el Señor y los líderes delsacerdocio, y al compromiso de serobediente a los mandamientos delSeñor.

“Fue duro y ciertamente no se lorecomiendo a nadie”, explicó. “Peronuestro Padre Celestial nos bendijopara que de lo malo saliera algobueno. Cuanto más luchábamos porser fieles, más fuertes nos hacía Él; ycuanto más fuertes nos hacía, tantomás fácil era ser fiel”. Esa mujer, suesposo y su bebé terminaron por ir altemplo y fueron sellados como unafamilia eterna.

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Esa hermana y su esposo hallaronperdón y paz en el toque del maestro.“Es maravilloso pensar en lo feliz quesomos como familia”, dijo. “El Señorpodría habernos hecho a un lado,pero aceptó nuestro arrepentimientoy... nos ayudó a hacer algo maravi-lloso de nuestra vida” (tomado deJoseph Walker, “Singing the Song ofRedeeming Love”, Ensign, marzo de1993, pág. 60).

Jeremías se lamentó una vezdiciendo: “¿No hay bálsamo enGalaad? ¿No hay allí médico?”(Jeremías 8:22). Para los que estándispuestos a aceptarlo, sí haybálsamo: el sorprendente don de laExpiación. Y el Médico suplica:“...¿no os volveréis ahora a mí, y osarrepentiréis de vuestros pecados, yos convertiréis para que yo os sane?”(3 Nefi 9:13). �

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Un testamento de los últimos días sobre

la veracidad de la Biblia

por Rex C. Reeve, hijo

Doctrina y Convenios confirma que Adán fue el primer

hombre sobre la tierra en recibir el sacerdocio, el cual

confirió a su posteridad justa.

Doctrina y Convenios corrobora la veracidad de la Biblia, restaura algunas de las muchas cosas claras y preciosas que se habían perdido, testifica que Jesucristo es el Hijo de Dios

y da testimonio de que la salvación viene solamente por medio de Él.

ADÁN

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DEL

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Cuando la Biblia se escribió por primera vez,contenía las verdades claras y preciosas delEvangelio del Señor Jesucristo. Nefi vio que

muchas de esas verdades claras y preciosas, así como losconvenios del Señor, serían quitados de la Biblia (véase 1 Nefi 13:24–29). En esta dispensación, el profeta JoséSmith declaró: “Creemos que la Biblia es la palabra deDios hasta donde esté traducida correctamente”(Artículos de Fe 1:8). Posteriormente escribió: “A juzgarpor las varias revelaciones que se habían recibido, eraaparente que se habían quitado de la Biblia muchospuntos importantes tocantes a la salvación del hombre, ose habían perdido antes de su compilación”1.

Nefi vio que en los últimos días, como parte del plande restauración del Señor, saldrían a la luz otros librosde Escrituras mediante el poder de Dios. El presidenteJoseph Fielding Smith (1876–1972) explicó que esoslibros incluyen el de Doctrina y Convenios2. Esas otrasEscrituras tendrían cuatro propósitos principales: corro-borar la veracidad de la Biblia, restaurar algunas de lasclaras y preciosas verdades que se habían quitado deella, testificar que Jesucristo es el Hijo del Padre Eterno

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y dar testimonio de que la salvación sólo vienemediante Jesucristo (véase 1 Nefi 13:39–40). En 1835,doce hombres llamados a ser Apóstoles del SeñorJesucristo añadieron su testimonio a Doctrina yConvenios y declararon “que se dieron estos manda-mientos por la inspiración de Dios, que son benéficospara todos los hombres y que ciertamente son verda-deros”. Doctrina y Convenios corrobora la veracidad dela Biblia y es “en cumplimiento de las palabras de todoslos santos profetas desde el principio del mundo, y deconformidad con ellas”3. Las siguientes son unas pocasde las verdades doctrinales confirmadas por la revela-ción de los últimos días.

VERIFICACIÓN DE PROFETAS, ACONTECIMIENTOS Y

PROFECÍAS BÍBLICAS

Doctrina y Convenios ayuda a establecer la veracidadde la Biblia al comprobar la existencia de muchos

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profetas bíblicos, al testificar de la realidad de aconteci-mientos bíblicos y al confirmar el cumplimiento de unnúmero de profecías bíblicas.

Profetas. En una época en la que se considera amuchos profetas bíblicos, en especial los del AntiguoTestamento, como personajes míticos, es gratificantetener un testimonio renovado de su existencia real yrecibir información adicional sobre su ministerio.Doctrina y Convenios confirma que Adán fue el primerhombre sobre la tierra y el primero en recibir el sacer-docio (véase D. y C. 84:16–17). Él “obtuvo la primerapresidencia”4 y continúa teniendo esa posición de granimportancia gracias a que posee las llaves de la salvaciónbajo el consejo y la dirección de Jesucristo (véase D. y C.78:16).

El profeta José Smith dijo que había recibido instruc-ción de “la voz de Miguel, el arcángel” (D. y C. 128:21).En una ocasión futura, Adán, o sea, Miguel, regresará ypresidirá en el gran concilio de Adán-ondi-Ahmán(véase D. y C. 116). Adán hará sonar la trompeta de laSegunda Venida y dirá: “¡Consumado es; consumado es!El Cordero de Dios ha vencido” (D. y C. 88:106). Élconducirá a las fuerzas de rectitud en la batalla finalcontra Satanás y sus seguidores al fin del Milenio (véaseD. y C. 88:106–116). Finalmente, Adán ministrará a suposteridad recta en el orden patriarcal a lo largo de todala eternidad 5.

El profeta José Smith identificó a Noé como el ángelGabriel y enseñó que Noé es el siguiente después deAdán en cuanto a autoridad en el sacerdocio6. Doctrinay Convenios enseña que Noé, a quien se le mandó cons-truir un arca para preservar la vida humana y animaldurante el Diluvio (véase Génesis 6–8), se encontrabaentre los grandes del mundo de los espíritus (véase D. y C. 138:38,41). Fue ordenado al sacerdocio patriarcalcuando contaba diez años de edad (véase D. y C.107:52). Noé se encontraba entre los que fueron redi-midos por el Señor durante Su Resurrección (véase D. y C. 133:54–55) y, como ser resucitado, instruyó alprofeta José Smith (véase D. y C. 128:21).

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Debido a que Melquisedec, un gran profeta bíblico, escasi desconocido para el mundo, muchas personas estánconfusas en cuanto a su verdadera identidad (véaseGénesis 14:18–20; Hebreos 5:6–10). El registro bíblicoda la falsa impresión de que Melquisedec no tenía padresni descendencia, y que no tenía principio ni fin de días(véase Hebreos 7:1–3).

Podemos volvernos al profeta José Smith y aDoctrina y Convenios en busca de revelaciones relacio-nadas con Melquisedec, uno de los antiguos sumossacerdotes de Dios de quien se dice que “ninguno fuemayor que él” (Alma 13:19; véanse también los versí-culos 7–18). Melquisedec confirió el sacerdocio aAbraham y de él recibió los diezmos (véase D. y C.84:14; Alma 13:15). Melquisedec fue un sumo sacer-dote tan grande que recibió el honor de que mediantesu nombre se identificara “El Santo Sacerdocio según elOrden del Hijo de Dios”, permitiendo de este modo quelos hombres evitaran la demasiado frecuente repeticióndel nombre de la deidad (véase D. y C. 107:2–4). A losojos de su pueblo, Melquisedec era un prototipo delHijo de Dios: ambos portaban el título “Príncipe de Paz”y ambos eran herederos del reino del Padre7.Aprendemos también que era el sacerdocio, y noMelquisedec, el que era “sin principio de días ni fin deaños” (D. y C. 84:17; véase también Traducción de JoséSmith, Génesis 14:28; Hebreos 7:3).

Los muchos otros profetas bíblicos descritos enDoctrina y Convenios son demasiado numerosos comopara entrar en detalle, pero entre ellos se encuentran Set,hijo de Adán (véase D. y C. 107:42–43, 53), Enoc (véaseD. y C. 45:11–14; 107:48–49), Moisés (véase D. y C.84:25–27; 110:11), Elías el profeta (véase D. y C.110:13–16), Juan el Bautista (véase D. y C. 13), y Pedro,Santiago y Juan (véase D. y C. 27:12). Leemos tambiénque Abraham, Isaac y Jacob “han entrado en su exalta-ción... y se sientan sobre tronos, y no son ángeles sinodioses” (D. y C. 132:37).

Acontecimientos. Doctrina y Convenios testifica de larealidad de los acontecimientos sagrados registrados en la

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Biblia, tales como la Creación del universo y la Caída deAdán y Eva. Confirma que Dios “creó al hombre, varóny hembra, según su propia imagen, y a su propia seme-janza él los creo” (D. y C. 20:18). Afirma también queAdán y Eva sucumbieron a la tentación de Satanás ytransgredieron el mandamiento de Dios, todo lo cualcausó que fueran expulsados del Jardín de Edén (véase D. y C. 29:35–43). De este modo, la gente nace en un

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Doctrina y Convenios testifica de la realidad de los

acontecimientos sagrados registrados en la Biblia,

incluso la creación de la tierra por parte del Salvador,

el hecho de que el Señor se llevó a Enoc y Sión, el

Diluvio, la división del Mar Rojo, el sufrimiento de

Cristo en Getsemaní y la resurrección de muchos

Santos tras la resurrección del Salvador.

mundo caído y, al transgredir las leyes de Dios, llegan aser sensuales, diabólicos y caídos (véase D. y C. 20:20).Doctrina y Convenios confirma que ángeles enseñaron elEvangelio de Jesucristo a Adán y Eva (véase D. y C.29:42).

Otros eventos bíblicos confirmados por Doctrina yConvenios incluyen la creación de la tierra por parte delSalvador (véase D. y C. 14:9), el hecho de que el Señorse llevó a Enoc y a Sión (véase D. y C. 38:4; 45:11–14),el Diluvio (véase D. y C. 138:41), la división de la tierratras el Diluvio (véase D. y C. 133:24), la división del MarRojo (véase D. y C. 8:3), la pérdida del Sacerdocio deMelquisedec (véase D. y C. 84:23–27), el sufrimiento de Cristo en Getsemaní (véase D. y C. 19:15–19), laresurrección de muchos Santos tras la resurrección del Salvador (véase D. y C. 133:54–55), y el toque de

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Aprendemos con claridad, gracias a Doctrina y

Convenios, que Jesucristo es el Primogénito de los

hijos espirituales del Padre, y que fue escogido antes

de la creación del mundo para llevar a cabo la

Expiación infinita y eterna.

trompeta en el monte Sinaí para anunciar la resurrecciónde los muertos en el momento de la Segunda Venida delSeñor (véase D. y C. 29:13).

Profecías. Doctrina y Convenios testifica del esparci-miento y recogimiento literales de Israel. Se profetizóque la casa de Israel sería esparcida entre todas lasnaciones (véase D. y C. 45:19). En la actualidad “seexhorta a los restos esparcidos a que vuelvan al Señor”(D. y C. 113:10). El 3 de abril de 1836, Moisés seapareció en el Templo de Kirtland a José Smith y aOliver Cowdery, y les entregó “las llaves del recogi-miento de Israel de las cuatro partes de la tierra” (D. y C. 110:11). Leemos también del por tan largotiempo prometido regreso de Elías el profeta, quienhabría de volver los corazones de los hijos a sus padres(véase D. y C. 2; 110:13–16).

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Se llama a los misioneros de la Iglesia a recoger a losescogidos del Señor (véase D. y C. 29:7), para recobrar alpueblo del Señor, la casa de Israel (véase D. y C. 39:11).Desde que Moisés y Elías el profeta regresaron pararestaurar las llaves del sacerdocio, las palabras de losprofetas bíblicos concernientes a esos hechos hancomenzado a cumplirse.

Doctrina y Convenios aclara las profecías bíblicasrelativas a la salida a luz de la Iglesia en los últimos días.Por ejemplo, la sección 65 confirma la profecía de Daniel

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de que el reino del Señor se desplegaría en los últimosdías (véase Daniel 2:34–35, 44–45); y la sección 86muestra que la parábola del trigo y la cizaña hace refe-rencia a nuestra época: Satanás siembra la cizaña, la cualahoga el trigo y hace huir a la Iglesia al desierto (véase D. y C. 86:1–7).

Muchas personas se cuestionan o mal interpretan laSegunda Venida de Cristo. Los profetas bíblicos ense-ñaron claramente que Jesucristo “al fin se levantará sobreel polvo” (Job 19:25) y que edificaría Sión y aparecería enSu gloria (véase Salmos 102:16). Jesús indicó a Sus discí-pulos del meridiano de los tiempos las condiciones quehabría previas a Su segunda venida (véase Mateo 24;véase también José Smith—Mateo). Tanto la sección 45como José Smith— Mateo contribuyen de forma signifi-cativa a nuestro entendimiento de la Segunda Venida.

Otras secciones testifican de la realidad de la SegundaVenida. Se instruye a los santos de la actualidad a“[prepararse]... porque el Señor está cerca (D. y C. 1:12)y se les dice: “...pronto vendrá el día en que me veréis, ysabréis que yo soy” (D. y C. 38:8). Aprendemos “que eldía grande y terrible del Señor está cerca” (D. y C.110:16) y que “el Señor... estará en medio de su pueblo yreinará sobre toda carne” (D. y C. 133:25).

En resumen, Doctrina y Convenios testifica:“...la hora está cerca, y lo que hablaron mis apóstoles

se ha de cumplir; porque acontecerá tal como dijeron;“porque con poder y gran gloria me revelaré desde los

cielos, con todas sus huestes, y moraré en rectitud con loshombres sobre la tierra mil años, y los malvados nopermanecerán” (D. y C. 29:10, 11).

RESTAURA COSAS CLARAS Y PRECIOSAS

Doctrina y Convenios restaura muchas verdadesclaras y preciosas al expandir o interpretar pasajes de laBiblia. Los siguientes son unos pocos ejemplos represen-tativos:

1. “Pero yo os digo que cualquiera que mira a unamujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”(Mateo 5:28).

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Doctrina y Convenios añade que el que haga esto “notendrá el Espíritu, sino que negara la fe y temerá” (D. y C. 63:16).

2. “...porque muchos son llamados, mas pocos esco-gidos” (Mateo 20:16).

En Doctrina y Convenios aprendemos que no sonescogidos “porque a tal grado han puesto su corazón enlas cosas de este mundo, y aspiran tanto a los honores delos hombres, que no aprenden... que los derechos delsacerdocio están inseparablemente unidos a los poderesdel cielo” y que sólo pueden ser controlados “conformea los principios de la rectitud” (véase D. y C.121:34–40).

3. “Entonces el reino de los cielos será semejante adiez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron arecibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cincoinsensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, notomaron consigo aceite” (Mateo 25:1–3).

Doctrina y Convenios enseña que las vírgenes sabiasson aquellas que “han recibido la verdad, y han tomadoal Santo Espíritu por guía, y no han sido [engañadas]”(D. y C. 45:57). Aquellos que no tienen aceite seránechados al fuego y no soportarán el día de la venida delSeñor (véase D. y C. 45:56–57).

4. “Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mipalabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él,y haremos morada con él” (Juan 14:23).

Doctrina y Convenios testifica que el Padre y el Hijoson seres individuales con cuerpos glorificados de carne yhuesos (véase D. y C. 130:22) y que esta visita prometidadel Padre y del Hijo es realmente una manifestaciónpersonal (D. y C. 130:3).

En el transcurso de la traducción del NuevoTestamento, José Smith recibió muchas revelaciones quenos ayudan a entender mejor ciertos pasajes de la Biblia.Algunas de esas revelaciones se incluyen en Doctrina yConvenios, en secciones tales como la 77, 84, 86 y 88.Una de las más notables es la sección 76. José Smith ySidney Rigdon dijeron que mientras estaban trabajandoen la traducción de la Biblia en 1832, “el Señor tocó los

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ojos de nuestro entendimiento... y la gloria del Señorbrilló alrededor” (véase D. y C. 76:15–19). Lo que siguiófue la gran revelación sobre los tres grados de gloria.

Estos breves ejemplos, más muchos otros que sepodrían dar permanecen como testimonio de queDoctrina y Convenios restaura muchas verdades claras ypreciosas perdidas de la Biblia.

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TESTIFICA QUE JESUCRISTO ES EL HIJO DE DIOS

Doctrina y Convenios testifica con claridad respecto ala verdadera naturaleza y la realidad de Dios el Padre y deSu Hijo Jesucristo. Proporciona el cimiento de verdadesencial para la edificación de la fe que conduce a la vidaeterna. José Smith vio a Dios el Padre y a Jesucristo comodos Personajes separados “cuyo fulgor y gloria no admitendescripción” (José Smith—Historia 1:17). Más tardeescribió que Dios el Padre “tiene un cuerpo de carne yhuesos, tangible como el del hombre; así también el Hijo”(D. y C. 130:22).

Aprendemos claramente que Jesucristo es elPrimogénito de los hijos espirituales del Padre (véase D. y C. 93:21–23), que fue escogido antes de la creaciónde la tierra para llevar a cabo la Expiación infinita yeterna. Él es el Creador de los cielos y de la tierra (véaseD. y C. 76:23–24; 93:9–10), y como el Hijo Unigénito deDios en la carne (véase D. y C. 93:11), redimió a toda lahumanidad, haciendo posible la inmortalidad y la vidaeterna (véase D. y C. 49:5; Moisés 1:39).

José Smith y Oliver Cowdery vieron a Jesucristo en elTemplo de Kirtland y testificaron:

“El velo fue retirado de nuestras mentes, y los ojos denuestro entendimiento fueron abiertos.

“Vimos al Señor sobre el barandal del púlpito, delantede nosotros; y debajo de sus pies había un pavimento deoro puro del color del ámbar.

“Sus ojos eran como llama de fuego; el cabello de sucabeza era blanco como la nieve pura; su semblantebrillaba más que el resplandor del sol; y su voz era comoel estruendo de muchas aguas, sí, la voz de Jehová, quedecía:

L I A

“Soy el primero y el último; soy el que vive, soy el quefue muerto; soy vuestro abogado ante el Padre” (D. y C.110:1–4).

En otra ocasión, José Smith y Sidney Rigdon testifi-caron:

“Y ahora, después de los muchos testimonios que sehan dado de él, éste es el testimonio, el último de todos,que nosotros damos de él: ¡Qué vive!

“Porque lo vimos, sí, a la diestra de Dios; y oímos lavoz testificar que él es el Unigénito del Padre;

“que por él, por medio de él y de él los mundos son yfueron creados, y sus habitantes son engendrados hijos ehijas para Dios” (D. y C. 76:22–24).

TESTIFICA QUE LA SALVACIÓN VIENE SÓLO MEDIANTE

CRISTO

Jesucristo dijo a Moisés: “Porque, he aquí, ésta es miobra y mi gloria: Llevar a cabo la inmortalidad y la vidaeterna del hombre” (Moisés 1:39). La inmortalidad serefiere a la reunión permanente del cuerpo y el espírituen la resurrección. El apóstol Pablo enseñó: “Porque asícomo en Adán todos mueren, también en Cristo todosserán vivificados” (1 Corintios 15:22). Jacob dijo: “...esmenester que haya un poder de resurrección, y la resu-rrección debe venir al hombre por motivo de la caída” (2 Nefi 9:6). De igual modo, Doctrina y Conveniosenseña que la expiación de Cristo soltó las ligaduras de lamuerte y que “mediante el triunfo y la gloria del Cordero”toda la humanidad se levantará por medio de la resurrec-ción (véase D. y C. 76:39; 88:27–32).

Doctrina y Convenios testifica también que la vidaeterna, que “es el mayor de todos los dones de Dios” (D. y C. 14:7), viene mediante la expiación de Jesucristojunto con las ordenanzas del Evangelio y la obedienciapersonal a las enseñanzas del Evangelio. El Evangelioconsiste en que Jesús “vino al mundo... para ser crucifi-cado por el mundo y para llevar los pecados del mundo,y para santificarlo y limpiarlo de toda iniquidad; para quepor medio de él fuesen salvos todos aquellos a quienes elPadre había puesto en su poder” (D. y C. 76:41–42).

H O N A

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El Salvador dijo: “...el que recibe mi evangelio, merecibe a mí; y quien no recibe mi evangelio, tampoco merecibe a mí. Y éste es mi evangelio: Arrepentimiento y

M A R Z O

Doctrina y Convenios enseña que la expiación de

Cristo soltó las ligaduras de la muerte y que

“mediante el triunfo y la gloria del Cordero” toda la

humanidad se levantará por medio de la resurrección.

bautismo en el agua, tras lo cual viene el bautismo defuego y del Espíritu Santo” (D. y C. 39:5–6). EsteEvangelio es la roca sobre la cual Cristo edifica Su Iglesiay las puertas del infierno no prevalecerán contra los queperseveren en este Evangelio (véase D. y C. 33:11–13).La vida eterna consiste en obtener una herencia en elgrado más alto del reino celestial, lo cual asegura unacontinuación de la familia por la eternidad (véase D. y C.131:1–4).

En los últimos días, Doctrina y Convenios se pone ala par con el Libro de Mormón y la Perla de GranPrecio, como uno solo, en apoyo de la Biblia (véaseEzequiel 37:15–17). La revelación que se ha dado enestos últimos días afirma que las verdades, las orde-nanzas y los convenios de salvación del Evangelio deJesucristo son los mismos ahora que en la antigüedad.Doctrina y Convenios en particular corrobora la vera-cidad de la Biblia, restaura algunas de las muchas cosasclaras y preciosas que se habían perdido, testifica queJesucristo es el Hijo de Dios y da testimonio de que lasalvación viene solamente por medio de Él. Nospermite ver con más claridad cómo la Biblia es fielreflejo del cumplimiento de las palabras de todos lossantos profetas desde el principio del mundo, y deconformidad con ellas. �

Rex C. Reeve, hijo, es miembro del Barrio Springville 7, Estaca

Springville, Utah, y profesor asociado de escritura antigua en la

Universidad Brigham Young.

NOTAS1. Enseñanzas del Profeta José Smith, págs. 4–5.2. Véase Man, His Origin and Destiny, 1954, págs. 411–412.3. Introducción de Doctrina y Convenios.4. Véase Enseñanzas, pág. 183.5. Véase Joseph Fielding Smith, Doctrina de Salvación,

compilación de Bruce R. McConkie, 3 tomos, 1978, tomo 1, pág. 95.

6. Véase Enseñanzas, pág. 183.7. Véase Bruce R. McConkie, Mormon Doctrine, segunda

edición, 1966, págs. 474–475.

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NUNCA VOLVÍLA VISTA ATRÁS

por Cameron McCoyFOTOGRAFÍAS CORTESÍA DEL AUTOR, EXCEPTO DONDE SE INDIQUE; DERECHA: FOTOGRAFÍA POR CRAIG DIMOND.

FOTO

GRA

FÍA

POR

MAR

K PH

ILBR

ICK.

Cuando tenía siete años, le prometí al Señor que, sime daba la oportunidad, predicaría el Evangelio entodo el mundo. Por aquel entonces yo asistía con

regularidad a la Iglesia Bautista con mi familia, aunqueno entendía muchas cosas. Por ejemplo, no sabía por quésólo se le permitía hablar al pastor y a sus ayudantes. Yosentía que todos debían tener la oportunidad decompartir sus sentimientos y creencias. Sin embargo, mifamilia y nuestra iglesia me ayudaron a desarrollar amory aprecio por Jesucristo y por las Escrituras.

Mi familia vivía a menos de cinco minutos del Templode Washington D. C. El templo me fascinaba de joven ysiempre quería entrar en él, mas mi padre me aseguró:“Nunca formará parte de tu vida. Jamás te preocupes porese edificio”.

Cada día veía a mi padre estudiar la Biblia con inten-sidad. Sabía que él era un hombre de Dios y comencé ahacerle muchas preguntas, y él siempre me decía queleyera la Biblia y que averiguara por mí mismo.

Diez años más tarde me hallaba sirviendo en el cuerpode los Marines de los Estados Unidos como guardia deseguridad de la embajada americana en la RepúblicaDjibuti, un pequeño país del noreste de África. Decidíbuscar la verdad, por lo que leí toda la Biblia. A medidaque me acercaba a Dios, me daba cuenta de que la Bibliaera Su palabra verdadera y no tenía que confiar en eltestimonio de mi padre; pero sentía que todavía no tenía

L I A

toda la verdad y anhelaba saber por qué me sentía impul-sado a no beber, fumar, decir palabras obscenas y apermanecer moralmente limpio ¿Por qué siempre meesforzaba por obedecer los mandamientos?

Después de quince meses, me asignaron a la embajadaamericana de Pretoria, Sudáfrica. Fui seleccionado comoel primer guardia de seguridad militar de color que servíaen Sudáfrica. En cada lugar en que servía, me escogían acausa de mis valores. Resulta interesante destacar que elpresidente norteamericano, Bill Clinton, me telefoneópara pedirme que aceptara la asignación de Sudáfrica.Éstas son algunas de las razones por las que recibí muchospremios y reconocimientos.

En Sudáfrica conocí a los Cleverlys, que eran miem-bros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de losÚltimos Días. La madre de la familia me invitó asu casa en varias ocasiones y siempre mehablaba de las actividades de losjóvenes adultos, pero nunca pudeasistir debido al horario de mitrabajo. Entonces me invitóa asistir a la Iglesia y yoacepté, pero antes

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OÍ UNA VOZ CLARA QUE ME

DIJO: “DEBES HACER LA

VOLUNTAD DEL SEÑOR.DEBES SEGUIR SU

EJEMPLO”. EN ESE

INSTANTE LO SUPE.

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del domingo tuve que trabajar tres noches seguidas. Fui ala biblioteca de la embajada, donde había una computa-dora con una gran capacidad de búsqueda, y escribí LaIglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Recibítodo tipo de información y cada una de las tres noches leídurante 8 horas. Gran parte de la lectura trataba de lascreencias de los Santos de los Últimos Días y cómo lasaplicaban a sus vidas. ¿Vivían deacuerdo con lo que habían esta-blecido como leyes o normas dela Iglesia?

La semana anterior a mi visitaa la Iglesia, tuve un sueño. Mehallaba sentado a una mesa yhabía dos jóvenes con camisasblancas de manga corta yetiquetas de identificación decolor negro. Estaban sentados aambos lados de la mesa y yoestaba sentado a la cabeza.Cuando desperté, no pensémucho en el sueño.

La primera vez que entré enuna reunión de Santos de losÚltimos Días, supe que habíaalgo diferente en esta Iglesia.Coincidió que era el primerdomingo del mes, con lo cual losmiembros tenían la oportunidadde ponerse de pie y compartir sutestimonio. Éste es el verdaderoorden de la iglesia, pensé.

Me presentaron a dos misioneros. Uno de ellos erauno de los que apareció en mi sueño, la mismísimapersona. La hermana Cleverly nos invitó a mí y a losmisioneros a cenar en su casa y nos distribuyó en la mesade la misma forma en que mi sueño lo había predicho, ylos misioneros comenzaron a enseñarme.

Más adelante, cuando aprendí en cuanto al principiodel bautismo por los muertos, pensé en lo maravillosoque es poder ir a un lugar sagrado y hacer esas cosas porlas personas que han fallecido. Pensé en mis dos abuelosy en mi abuela que habían muerto. Fue entonces quecomencé a sentir el Espíritu Santo. Estas enseñanzas meparecían correctas.

L I A

Llegamos al siguiente principio, que trataba sobre lafamilia, y me di cuenta de que siempre había sabido queera verdadero. Cuando oí sobre las familias eternas, lesdije a los misioneros: “Sabía que eso existía”.

Después, los misioneros me enseñaron sobre laPalabra de Sabiduría y fue entonces que hice un descu-brimiento. Me sentía como una persona nueva, como si

hubiera vuelto a nacer; meparecía estar flotando en el aire.Yo siempre había vivido laPalabra de Sabiduría y habíaquerido saber por qué soy comosoy. Jamás nadie me había dadouna respuesta, mas el Señor lohizo y recibí la respuesta gracias alos misioneros y a las charlas.Sabía que todo lo que me habíanenseñado anteriormente eraverdadero y que lo que me ense-ñaran a partir de entoncestambién lo sería. Nunca habíasentido el Espíritu con tantafuerza al leer las Escrituras comocuando leí Doctrina y Convenios89:18–21. Sabía que era verdad.Siempre supe que mi cuerpo esimportante y que jamás debíaprofanarlo.

Desde ese momento enadelante, comencé a experi-mentar emociones encontradasrespecto a ser miembro de la

Iglesia. Me preocupaba la opinión de mi padre y su reac-ción a mi decisión.

Durante la sexta charla, recibí la noticia de que teníauna llamada de mi padre. Sonó el teléfono, lo tomé y,efectivamente, era mi padre.

—Tu madre me ha comentado que has tomado ladecisión de unirte a los Santos de los Últimos Días —dijo.

Le dije que sí.—Te llamo para evitar que eso ocurra —dijo.Yo le contesté: —¿Sabes una cosa, papá? Te amo y

siempre serás mi padre. Me has criado muy bien, perotengo veintidós años y ya soy hombre, y estas decisiones

H O N A

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Page 39: LIAHONA MARZO 2001

Cameron McCoy es miembro del Barrio BYU 179, Estaca 19,

Universidad Brigham Young.

son para mi familia y mi futuro. Quiero agradecerte todolo que has hecho por mí y lo que continuarás haciendo,pero se trata de mi decisión. Voy a hacerlo y sé que elSeñor quiere que lo haga.

Mi padre no estaba muy contento cuando colgó elteléfono, e inmediatamente me arrodillé y le pedí alSeñor que me ayudara a ver y entender que lo que estabaa punto de hacer era lo correcto. Me hallaba a miles dekilómetros de casa. Me sentía solo y las cosas no ibanbien. Sólo me sentía bien cuando estaba con los misio-neros. En ese momento el Espíritu me testificó que setrataba de la voluntad del Señor y que Él quería que mebautizara. Oí una voz clara que me dijo: “Debes hacer lavoluntad del Señor. Debes seguir Su ejemplo”. En eseinstante, lo supe y después de eso nunca he vuelto lavista atrás. Me bauticé el 12 de octubre de 1995.

Exactamente un año después del día de mi bautismo,el 12 de octubre de 1996, entré en el Templo deWashington D.C. para recibir mi investidura en prepara-ción para servir como misionero en la Misión EspañaMadrid.

Durante mi primer año de misión, no recibíel apoyo de mis padres. El Señor me revelódurante la misión que mi familia se encon-traba bien y que cuidaría de ella. Yentonces las cosas cambiaron derepente. Durante los últimos seis aocho meses de misión, mi familia meapoyó mucho. Decían que estabanrecibiendo bendiciones y que sabíanque era debido a mi misión.

Tras volver a casa una vez termi-nada la misión, permanecí con mifamilia durante tres semanas antesde dejarla para entrar en laUniversidad Brigham Young. Antes

M A R Z O

Izquierda: Cameron y sus compa-

ñeros Marines en la embajada

americana de Pretoria, Sudáfrica.

Arriba, derecha: Cameron y su

padre en un campamento militar

en Parris Island, Carolina del Sur.

Derecha: El élder McCoy y el

Acueducto de Segovia, España.

de empezar con los estudios, mi padre me visitó.Conoció a mis amigos y vio Salt Lake City. Cuando lollevé al aeropuerto, me dio un abrazo y me dijo:“Durante los 46 años de mi vida, nunca jamás he sentidomás amor o el Espíritu de Dios en mi hogar comocuando estuviste en casa estas últimas semanas. Sé quese lo debemos al servicio que prestaste en Españadurante dos años”. �

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JAPÓNL U Z N A C I E N T E D E L E S T E

por Don L. SearleFOTOGRAFÍAS POR EL AUTOR, EXCEPTO DONDE SE INDIQUE.

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Arriba: Noche de hogar

con la familia Takamatsus,

de Fukuoka. Abajo:

Nobuyuki Nakamura

(centro), con su esposa,

Mywako, y su hijo, Mikio,

miembros del Barrio

Kichijoji, Estaca Tokio,

Japón. Fondo: Santuario

flotante Shinto.

Mikio Nakamura se hapreparado bien paraenseñar el Evangelio. Es

un ex misionero que creció en unhogar Santo de los Últimos Días yhabla con soltura tres idiomas:japonés, ruso (aprendido mientrasfue misionero en Vladivostok) einglés (mejorado gracias a suscompañeros norteamericanos demisión). Su inteligencia y prestanciallaman la atención.

Pero todavía le resulta difícilcompartir el Evangelio con sus amigosque no son miembros. Las preguntasde ellos sobre sus creencias suelentener un trasfondo intelectual. Leprestan atención de forma educadacuando les habla de sus creencias,pero una vez que se percatan delcompromiso que requiere su fe, por logeneral pierden interés de inmediato.

El padre de Mikio, Nobuyuki, es el dueño de una compañía textil

y el obispo del BarrioKichijoji, EstacaTokio, Japón. El

M A R Z O

obispo Nakamura dice que elcompartir el Evangelio con susvecinos y compañeros de trabajo sedebe hacer con tacto, o puede que se le cierre la puerta en lasnarices y se pierdan oportunidadesfuturas. Las creencias religiosas enJapón son algo delicado, un asuntopersonal, aunque hay muchaspersonas que no están profunda-mente comprometidas a ninguna feen particular.

Aunque es común para un ciuda-dano japonés ser casado por unsacerdote Shinto, adoptar una éticaconfucionista y ser enterrado ocremado de acuerdo con la prácticabudista, hay muchas personas quenunca han sentido profundamente lainfluencia de ninguna religión. Apesar de que en el país se venmuchos símbolos y monumentos reli-giosos, Japón ha sido en su mayoríaun país secular por muchos años.

Esa secularización es uno de losprincipales desafíos de la Iglesia enJapón. En un país en el que sólo el 1por ciento de la población es cris-tiana, y los Santos de los ÚltimosDías comprenden el 10 por ciento deesa cifra, el lograr que la Iglesia salgade la oscuridad no es tarea fácil.

Los problemas que encuentraAkiko Ohta, director de asuntospúblicos de la Estaca Fukuoka,Japón, son típicos. Resultó difícilincluir en los medios de comunica-ción noticias sobre la edificación delTemplo de Fukuoka y los prepara-tivos para su apertura, porque losperiódicos y las compañías informa-tivas se niegan a tratar noticias que,según ellos, posiblemente tengan elpropósito de promover grupos reli-giosos. (Por ejemplo, en 1997, losmedios japoneses cubrieron laconmemoración del viaje de lospioneros Santos de los Últimos Díaspor el centro de los Estados Unidos

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Recuadros, desde la izquierda:

Toshiko Yamashita, de Fukuoka;

Makoto Fukuda, de Tokio; y

Masako Horii, de Osaka.

Izquierda: Toshiro Yoshizawa y su

esposa, Midori, pioneros de la

Iglesia en Fukuoka. Derecha: El

nuevo Templo de Fukuoka, Japón.

sin ni siquiera mencionar el nombrede la Iglesia.) El comportamientoextremo de algunos grupos religiosossí obtiene presencia en los medios,sin embargo, y como consecuencia deello, los grupos religiosos de fuera delpaís, incluso grupos cristianos, suelentener una mala reputación en Japón.

Pero a pesar de estas dificultades,el futuro de la Iglesia en Japón parecebrillante. Hay indicios de cambio enla sociedad japonesa que puedenabrir puertas nuevas y los miembrosmismos manifiestan una luz de fe quecada vez se hace más visible.

LOS COMIENZOS

Los primeros misioneros Santosde los Últimos Días en llegar a Japónfueron enviados por el presidenteLorenzo Snow en 1901, con el élderHeber J. Grant, del Quórum de losDoce Apóstoles, como su líder. Losmisioneros trabajaron en Japóndurante más de veinte años, peroaun así había menos de 200 miem-bros cuando se cerró la misión en1924. Durante las dos décadassiguientes, la obra misional enjaponés fue desempeñada por norte-americanos de ascendencia japonesaque vivían en Hawai. Cuando laIglesia volvió a Japón luego de laSegunda Guerra Mundial, los líderesde ésta llamaron a algunos de los que

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I.

habían predicado el Evangelio enHawai para servir como misioneros ycomo presidentes de misión.

El personal militar Santo de losÚltimos Días destinado en Japón trasla guerra contribuyó también a rein-troducir el Evangelio. (Entre ellos sehallaba un joven piloto de Utahllamado Boyd K. Packer, ahoraPresidente en Funciones del Quórumde los Doce Apóstoles.) Ese personalmilitar y los primeros misioneros queles siguieron hallaron un pequeñonúmero de miembros que habíanperseverado fielmente desde ladécada de 1920; y hallaron también aunos pocos que estaban listos pararecibir el Evangelio.

Un día, Toshiro Yoshizawa, quesirvió en el ejército durante laguerra, encontró a dos jóvenesnorteamericanos que estaban cele-brando una pequeña reunión en lacalle. Eran unos de los primerosmisioneros SUD llamados a servir en

Japón después de la guerra. Uno deellos, el élder Ray Price, habló conrespeto del servicio que los soldadosjaponeses habían prestado a su país ymencionó cómo todos los hombres ymujeres son hermanos y hermanas, ydeben tratarse unos a otros conamor. Ese mensaje llevó a Toshiro aestudiar el Evangelio y, finalmente, ala conversión. Él y su esposa, Midori,se bautizaron en 1953 y se cuentanentre los pioneros japoneses cuyoservicio contribuyó al sostenimientode la Iglesia tras su establecimientoposterior a la guerra. El hermanoYoshizawa sirvió como presidente derama, presidente de distrito, conse-jero de cuatro presidentes de misión,presidente de estaca y presidente demisión; y en 1986 se le llamó comopatriarca de la Estaca Fukuoka. Lahermana Yoshizawa ha servido comomaestra de la Escuela Dominical y ennumerosos llamamientos docentes yde liderazgo en la Sociedad de

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Socorro, con frecuencia desempe-ñando varios de ellos a la vezdurante los primeros años.

“HAY RICOS RECURSOS”

La Iglesia, que tan pequeña fueraen Japón, ha crecido hasta tener másde 114.000 miembros en la actua-lidad. Casi tres cuartos de los miem-bros son adultos solteros, aunqueesta cifra no se refleja en la asistenciaa las reuniones; parece que cerca dedos tercios de los que asisten sonmatrimonios con sus hijos, mientrasque el tercio restante lo constituyenlos adultos solteros.

A pesar del receso económico quevive Japón desde años recientes, lamayoría de la gente disfruta de lasbendiciones de la prosperidad. Lascalles de las grandes ciudades estánllenas —en ocasiones literalmenteabarrotadas— de coches últimomodelo y camiones grandes. Todo elmundo, desde hombres de negocios

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Abajo, recuadros: Clase de

seminario en Osaka; extremo

derecho: Tres generaciones de

la Iglesia: la familia Nishihara,

de Ushiku. Kikuno y Yoshio

(centro), bautizados en 1957,

fueron pioneros en la zona

de Hiroshima.

MAP

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TOKIO

Sapporo

Hiroshima

OsakaFukuoka

hasta niños de edad escolar, porta unpequeño teléfono celular, y muchasfamilias tienen altamente desarro-llados equipos de televisión, centrosde entretenimiento, teléfonos ymáquinas de fax en sus aparta-mentos. En las ciudades principales,la mayor parte de la gente vive enedificios de apartamentos. Lo quecuesta una vivienda unifamiliar enuna ciudad como Tokio está fueradel alcance de todos los que no seanricos.

Pero aun así, toda esta prospe-ridad tiene un precio elevado. Lasluces permanecen encendidas en losedificios de oficinas de Tokio hastabien entrada la noche porquetodavía hay muchas personas traba-jando. (Como resultado de ello, diceel obispo Nakamura, del BarrioKichijoji, la única hora en la quepuede reunir a los líderes del barriodurante la semana para celebrar lareunión del comité ejecutivo delsacerdocio es a las 10 de la noche,después de que todos ellos regresan acasa.) El elevado costo de vida es sinduda uno de los factores de estadevoción nacional al trabajo. Parapagar el alquiler y los estudios de loshijos, grandes números de esposasjaponesas, entre las que se incluyenSantos de los Últimos Días, suelen

L I A H O N A

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trabajar por lo menos mediajornada fuera de casa.

A pesar de las dificultades,los integrantes de la Presidencia

del Área Asia Norte son optimistasrespecto al crecimiento y la fortalezade la Iglesia. “Si volvemos la vista adonde estábamos hace un año o dos,las estadísticas son muy esperanza-doras”, dice el élder L. LionelKendrick, de los Setenta, anteriorPresidente de Área. Los esfuerzos enforma de respuesta a la dirección delsacerdocio han elevado el índice deretención de los nuevos conversos casial 75 por ciento. A nivel de estaca, secuenta con un liderazgo fuerte tantoen el sacerdocio como en las organiza-ciones auxiliares; el desafío reside enfortalecer a los miembros de los barriosy las ramas. La obra misional va mejorfuera de las ciudades grandes, “perotambién estamos mejorando en lasciudades”, dice el élder Kendrick.

El élder L. Edward Brown, actualPresidente de Área, destaca que haymás referencias procedentes de losmiembros, incluso de los menosactivos. El élder E. Ray Bateman,primer consejero, dice que los miem-bros son tan diligentes en cumplircon sus asignaciones que “cada tareaque se proponen está tan cerca de laperfección como les sea posible”.

“Aunque tenemos dificultades,hay ricos recursos”, comenta el élderKendrick. Los miembros japoneses“son un pueblo maravilloso con elque trabajar”.

Los miembros de la Presidenciade Área ven un esfuerzo constantepor apoyar y enseñar los principiosestablecidos en “La familia: Unaproclamación para el mundo” como

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un modo de ayudar a que la Iglesiasalga de la oscuridad en Japón. Loslíderes y miembros de la Iglesia estánde acuerdo en que tanto las personascomo las familias de Japón necesitanalgo en lo que resguardarse contralas influencias dañinas de lasociedad moderna. Toda la naciónnecesita la solución del Señor: elEvangelio.

Esos mismos líderes y miembros dela Iglesia están también de acuerdoen que la mejor forma de dar aconocer el Evangelio y vencer losestereotipos negativos es sencilla-mente el vivir los mandamientos ydejar que los demás vean el efectoque eso tiene en su vida y familias. Lamayoría de los miembros dicen quefue el ejemplo de otros Santos de losÚltimos Días lo que les llevó alEvangelio. Si usted se pregunta cómose pueden abrir las puertas en Japónde un modo más fácil, la respuesta esinvariablemente la misma: medianteel ejemplo de los miembros.

“EL CLAVO QUE SOBRESALE”

Es especialmente importante,dicen los líderes del sacerdocio y delas organizaciones auxiliares, enseñara los jóvenes sobre la fortaleza que serecibe al vivir el Evangelio deJesucristo. Mientras que las drogas, elalcohol y la inmoralidad no parecenser grandes problemas para losjóvenes SUD de Japón, la juventudenfrenta presiones tremendas en susestudios, las que obran en contra desu actividad en la Iglesia.

La jornada escolar se extiendemucho más allá de las horas lectivasdebido a las actividades extra esco-lares y al tiempo de estudio decarácter obligatorio. (El gobiernohace poco que ha tomado medidaspara poner fin a la media jornada delos sábados.) Las actividades depor-tivas obligatorias al igual que laparticipación, también obligatoria,en los varios clubes suelen celebrarseen domingo, y en ocasiones tambiénhay jornadas de estudio los domingos

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43

debido a la presión a la que estánsometidos los jóvenes para querealicen una buena labor en losexámenes de ingreso de la escuelasecundaria y la universidad. Losjóvenes que se saltan las actividadesescolares o las sesiones de estudiopara ir a la Iglesia pueden versemarginados educativa y socialmente.Es doloroso quedarse al margendebido a la falta de participación, yse suele citar un viejo refrán quedice: “El clavo que sobresale recibeel martillazo”.

El seminario matutino puede llegara ser el único contacto que los jóvenestengan con la Iglesia cuando las acti-vidades escolares se hacen dueñas delos domingos, pero muchos estu-diantes SUD tienen que hacer frente aun horario de entre semana semejanteal de Yuka Kouchi, del Barrio Osaka,Estaca Osaka, Japón: Seminario a las6:15 hrs., luego escuela a las 8:00 hrs.,actividades del club a las 15:30 hrs., y algunos días un trabajo de media

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Extremo izquierdo: Ayako

y Masanao Morimoto, de

Fukuoka, con el menor de

sus cuatro hijos. Izquierda:

Yoshie Sumiya, de Kitakyushu.

Abajo: La familia Taira, de

Fukuoka: la madre, Shinko

(desde la izquierda), con las

gemelas, Mami y Mino, su

hijo, Makoto, y el padre,

Hisashi (no aparecen la hija

Sayaka, que estaba en la

escuela, y el hijo, Kaname,

que se encuentra sirviendo en

una misión). Fondo: Estanque

de peces en el lugar histórico

de Dazaifu.

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jornada preparando almuerzos y traba-jando como dependienta en unatienda de 18:00 hrs. a 21:00 hrs. Yukaes una de las pocas estudiantes conempleo; otros alumnos dedican latarde a actividades de estudio o esco-lares, y la mayoría no vuelve a casaantes de las 9 de la noche.

Si pudiera cambiar algo, a Yuka legustaría tener un poco más detiempo para ayudar a su madre encasa, y tal vez algo más para escucharsu música favorita, o dormir.

Atsuko Yamashita, presidenta delas Mujeres Jóvenes del BarrioMaebaru, Estaca Fukuoka, estáimpresionada por la fortaleza de losjóvenes. En 1999, los jóvenes de surama pidieron tener la oportunidadde visitar el Templo de Tokio parahacer bautismos por los muertos, y suvisita de tres días incluyó oportuni-dades para ir de excursión y pasárselobien, mas su principal prioridad fuela de realizar las ordenanzas deltemplo cada tarde y experimentar unpoco de la vida del Centro deCapacitación Misional.

La hermana Yamashita encontróel Evangelio cuando estaba en la secundaria y le encanta el Libro de Mormón. “No importa dondevivamos; recibimos el Evangeliorestaurado por medio de José Smith yel Libro de Mormón. Las bendi-ciones del Evangelio son iguales entodas partes”. Ella se siente agrade-cida porque su marido le apoya en elservicio que rinde a la Iglesia, auncuando él no es miembro.

hermana recuerda los seriosproblemas que tuvo con sus suegros,activos en otra religión, cuandosupieron que era miembro activo dela Iglesia Santo de los Últimos Días.Llegaron a amenazarla con poner fina toda relación con ella. Su maridose puso de parte de ellos y ella estuvosin asistir a las reuniones durantevarios años. Pero cuando estahermana y su esposo dejaron de vivircon la familia de él, una amorosapresidenta y otras hermanas de laSociedad de Socorro del barrio leayudaron a regresar. Ahora sirve enun puesto de liderazgo e intentaextender una mano para ayudar a lasdemás hermanas.

Sin embargo, todavía tiene difi-cultades en su hogar. Su maridotrabaja muy duro para mantener a lafamilia y cree que está cumpliendocon todas sus obligaciones comopadre y esposo; mas ha faltado lainfluencia de él en otras áreas en lasque se necesita desesperadamente,dice ella. Su hijo se está convirtiendoen un joven rebelde y el padre estácomenzando a ver que él mismotiene que cambiar para poderayudarle. Un misionero en particularha influido en la vida de estehombre, ayudándole a progresar, ytanto él como su esposa estántratando de resolver las cuestionesde religión que afectan a la familia.Esta hermana expresa su gratitud porlas enseñanzas del Evangelio que leayudan a entender que “podemossolucionar los problemas”.

En Japón están dándose cuentade que el padre debe tener un papelmás activo en la familia, un conceptoque habría encontrado una fuerte

M A R Z O D E 2 0 0 1

45

oposición hace cuatro o cinco años,dice Kouichi Hayase, obispo delBarrio Hachioji 1, Estaca TokioOeste, Japón. En un seminario sobrela administración de empresas queimparte el obispo Hayas en su vidaprofesional, el enfoque es aprender aestablecer prioridades personales.“Les enseño a pensar en lo que esverdaderamente lo más importantepara ellos”, explica. No les dice quela respuesta vendrá por medio de laluz de Cristo, pero es así. “Despuésde dos días, saben de qué estoyhablando, aun si no saben cómoexpresarlo”. Muchos hombres ledicen en privado, después de haberasistido al seminario, que tienen ladeterminación de cambiar elenfoque de su vida, para hacer máshincapié en las relaciones familiares.El número de mujeres en puestos deadministración está aumentando enJapón, dice el obispo Hayese, y esatendencia ha fortalecido la motiva-ción de encontrar un equilibrio entrela familia y el trabajo.

Los Santos de los Últimos Díasfieles están bien preparados parareforzar los valores familiares en lasociedad japonesa, dice el obispoHayese, pero “creo que tenemos queser audaces, pues no lo somos lobastante en lo que se refiere a dar aconocer el Evangelio”.

SOLOS EN EL EVANGELIO

No todos los que se casan fuera dela Iglesia son tan afortunados. Una

LA DIRECCIÓN DE LA FAMILIA

Bajo este prisma, muchos japo-neses poseedores del sacerdociohablan de la dicha que han descu-bierto a través de la paternidad, alponer a la familia por encima de lasposesiones materiales o el éxitosegún lo define el mundo. Masahido

Page 48: LIAHONA MARZO 2001

Arriba: Daisuke

Hirota, de Kyoto.

Abajo: Mieko y Hiroshi

Aki, de Osaka.

Detrás: Rascacielos

en el centro de

Osaka.

Page 49: LIAHONA MARZO 2001

JAPÓN EN LA ACTUALIDAD

Miembros: Más de 114.000

Estacas: 31

Barrios: 175

Misiones: 8

Distritos de misiones: 19

Ramas: 142

Misioneros: Aproximadamente 1000,

de los que un 18% son japoneses

Templos: Tokio y Fukuoka

Sumiyoshi es un ejemplo de ello.Mientras se hallaba en el proceso deayudar a criar a sus tres hijos, sepercató de una doble cuestión: era suresponsabilidad ayudar a sus hijos aregresar a su Padre Celestial, y teníatambién la oportunidad de ir conellos. Como líder misional del BarrioKita Kyushu, Estaca Fukuoka, ve elvalor de ese conocimiento mientrasobserva a sus amigos que confrecuencia están tan absortos en susempleos que no pasan suficientetiempo con sus familias.

Su esposa, Katsuko, está felizporque sus hijos se criarán en unhogar con un padre que entiende elvalor del Evangelio. Ella conoce bienel poder del ejemplo de los padres,pues los suyos se contaron entre lospioneros de la Iglesia en Hiroshima,donde se bautizaron en 1957. Ahorasus padres viven con el hermanomenor de ella, Satoshi Nishihara, ysu familia.

Satoshi ha seguido también elejemplo de servicio que le han dadosus padres. Actualmente es líder delgrupo de sumos sacerdotes delBarrio Ushiku, Estaca Abiko, Japón,y trabaja como coordinador de semi-narios del Sistema Educativo de laIglesia. Fue llamado a servir comopresidente de estaca en Hiroshima ala edad de 29 años y más tarde sirviócomo presidente de la MisiónOsaka. Los ancianos Nisihara,Yoshio y Kikuno, han servido juntosen dos misiones regulares de proseli-tismo —la primera al poco de queSatoshi regresara de su misión a laedad de 22 años— y cuatro misionesdonde prestaron servicio en eltemplo.

Yoshio y Kikuno Nisihara ejempli-ficaron lo que predicaban a medidaque crecían sus hijos. Satoshirecuerda bien una discusión quetuvo con su madre cuando él erajoven, y que se resolvió cuando ellale pidió que se arrodillara y oraranjuntos. Ésa fue una dulce experienciade aprendizaje y ahora a Satoshi leresulta natural aconsejarse y orar consu propia esposa, Noriko, y con sushijos en cuanto a los asuntos fami-liares. Recientemente tomaron unadecisión de este modo tras un ayunofamiliar. Al orar juntos y mientras élescuchaba a su esposa e hijosexpresar sus sentimientos, él se diocuenta claramente de lo que debíahacer la familia.

Satoshi y Noriko tienen cincohijos, una familia inusualmentenumerosa en un país donde lamedia es tener un hijo por matri-monio. La hermana Nishihara diceque le resulta difícil imaginarsecriar una familia de cualquiertamaño sin las enseñanzas delEvangelio, pero se siente especial-mente agradecida por la luz delEvangelio al tener cinco hijos cuyasnecesidades y desafíos se hacencada vez más complejas a medidaque crecen.

El hermano Nishihara dice que lavida tiende a ser más sencilla cuandouno la contempla por medio de lalente del Evangelio. Cree que dema-siadas personas permiten que lapresión del mundo les preocupeinnecesariamente. Una vez que seolvidan de sí mismos y miran a sualrededor, descubren muchas cosasútiles y gratificantes que no sabíanque podían hacer en la vida.

M A R Z O D E 2 0 0 1

47

“Cuando ayudamos a otras personas,solemos olvidarnos de los problemasque tenemos en nuestra propia vida”,dice. Con esa perspectiva, él y suesposa han intentado animar a sushijos a que presten servicio a losdemás, a fin de que aprendan quecuando viven y comparten elEvangelio, el Señor les bendecirácon todo lo que necesiten. “Elayudar a los demás siempre traedicha”.

Los miembros japoneses dicenque parece que muchos de susvecinos están buscando un ancla enla vida, sin ser capaces de ponernombre a la necesidad que sientende hacerlo. Los Santos de losÚltimos Días creen que han halladolo que muchos otros están buscando:este gozo que trae el Evangelio delque habla Satoshi Nishihara. Pormedio de su ejemplo y su modo devivir, los santos japoneses tal veztengan la clave para compartir estadicha con los demás. �

Page 50: LIAHONA MARZO 2001

Cómo utilizar la revista Liahona de marzo de 2001

TEMAS DE ESTE EJEMPLAR

Adversidad ......................................18Albedrío..........................................10Amor ................................................2Arrepentimiento .......................18, 25Blasfemia........................................A6Castidad..........................................10Conversión ...............................18, 34Escuela Dominical .................NoticiasEstudio de las Escrituras .................26Expiación ........................................25Fe .............................................18, A4Hermanamiento .............................A9Hijos .................................................2Integridad..........................................8Jesucristo ........................................26Maestras visitantes ..........................25Mujeres Jóvenes .....................NoticiasObediencia................................10, 18Obra misional ....................34, 38, A9Oración....................................18, A4Orientación familiar..........................7Primaria ..........................A2, NoticiasProfetas .................................A2, A16Reactivación...................................A6Relaciones familiares ................34, 38Relatos del Nuevo

Testamento.............A10, A12, A14Ser padres .........................................2Servicio ...........................................24Sociedad de Socorro...............NoticiasTalentos ..........................................24

L I A H O N A

48

¿Está usted buscando un relato o una cita para un discurso, una

clase, una lección de la noche de hogar o una reunión espiritual?

Puede encontrar algunas ideas útiles en este ejemplar de

Liahona. (El número de la derecha indica la página de este

ejemplar. A=Amigos.)

IDEAS PARA LA NOCHE DE HOGAR

� “Mirad a vuestros pequeñitos”, página 2: Analicen formas especí-ficas en las que, como padres, pueden seguir el consejo del presidenteHinckley y tratar a sus hijos con mayor paciencia, comprensión y amor.Fijen metas específicas como familia para mejorar la relación entreustedes.

� “Haz tú lo justo”, página 10: Lea o cuente el relato de la experienciadel élder Scott con el almirante Rickover y pida a los miembros de sufamilia que den ejemplos de sus propias vidas encuanto a situaciones en las que pueda ser difícilhacer lo correcto. Comenten lo que significa“Haz tú lo justo por más que te cueste”.

� “Las nuevas palabras de Toni”, página A6:Hablen sobre la ira y sus consecuencias.Piensen en familia sobre frases alterna-tivas, tales como “¡Qué irritante!”,que se podrían emplear en vez dedecir palabras de enojo. Inste a losmiembros de su familia a utilizaresas palabras nuevas en vez deotras que pueden hacer daño oprovocar a la ira.

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P E T I C I Ó N D E E X P E R I E N C I A S S O B R E L A N O C H E D E H O G A RLe invitamos a compartir con nosotros un relato de su noche de hogar de mayor éxito. Díganos qué

hicieron y qué lo convirtió en algo eficaz. También le invitamos a enviar sus comentarios, sugerencias y

artículos a Liahona, Floor 24, 50 East North Temple Street, Salt Lake City, UT 84150-3223, USA; o por

correo electrónico a [email protected]. Tenga a bien incluir su nombre completo, direc-

ción, número de teléfono, así como el barrio y la estaca (o rama y distrito) a los que pertenezca.

Page 51: LIAHONA MARZO 2001

AmigosPARA LOS NIÑOS DE LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS � MARZO DE 2001

Page 52: LIAHONA MARZO 2001

Nuestro Padre Celestial prepara al profeta

por Diane S. Nichols

TIEMPO PARA COMPARTIR

�“...vio Dios que estas almas eran buenas...

Y dijo: A éstos haré mis gobernantes” (Abraham 3:23).

ILU

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§Nuestro Padre Celestial te dio dones ytalentos para ayudarte a bendecir a otraspersonas. También le dio a nuestro profeta

ciertos dones y talentos y lo preparó para llegar a ser elprofeta de nuestra época.

Cuando el presidente Gordon B. Hinckley erapequeño, enfermó gravemente de tos ferina. El médicole dijo a su madre que el niño debía respirar aire limpioy bueno, así que la familia se mudó a una granjadurante los meses de verano. El joven Gordon trabajabaduro y aprendió que sólo podemos recoger comida trashaberla sembrado y cuidado. Aprendió que nuestroPadre Celestial nos bendice, pero que espera quehagamos primero nuestra labor.

Un día, cuando el presidente Hinckley tenía unoscinco años, estaba sentado a la puerta de la casa conalgunos amigos. Una familia de otra raza pasó por lacalle y el joven Gordon y sus amigos hicieron algunoscomentarios desagradables. La madre de Gordon hablócon ellos y les dijo que todas las personas somos hijos ehijas de Dios. Ese día aprendió que debemos respetarnosy ayudarnos unos a otros, sin importar la raza, la reli-gión, la posición económica ni ninguna otra cosa.

El presidente Hinckley creció en un hogar en el queel conocimiento era muy importante. Sus padres teníanuna habitación llena de libros, y tanto él como sushermanos y hermanas iban allí con frecuencia. Ahora, alos 90 años, todavía disfruta del aprendizaje.

Poco después de que el joven Gordon fuera ordenadodiácono, su padre lo llevó consigo a una reunión delsacerdocio de la estaca. Para comenzar la reunión loshombres cantaron “Loor al Profeta” (Himnos, número15), una hermosa canción sobre el profeta José Smith.El presidente Hinckley comentó sobre esa experiencia:“Al escuchar a esos hombres, sentí algo extraño dentrode mí. El Santo Espíritu depósito en mi tierno corazón

A M

la convicción de que José Smith era en verdad unProfeta del Todopoderoso” (“José el Vidente”, Liahona,octubre de 1977, pág. 53). A lo largo de su vida,Gordon B. Hinckley ha expresado el poderoso testi-monio que tiene de José Smith.

Se le dijo al presidente Hinckley en su bendiciónpatriarcal: “Siempre serás un mensajero de la paz; lasnaciones de la tierra oirán tu voz y llegarán a obtener unconocimiento de la verdad por medio del maravillosotestimonio que tú expresarás” (citado en “PresidenteGordon B. Hinckley”, Liahona, Sección para los niños,mayo de 1996, pág. 2–3). El presidente Hinckley ha visi-tado muchos países y hablado con millones de personas.A dondequiera que vaya, demuestra su amor. A travésde su ejemplo, el presidente Hinckley nos invita a seguirel ejemplo del Salvador.

Ideas para el Tiempo para compartir1. Invite a un miembro del obispado o de la presidencia de la

rama a hablar del significado de levantar la mano para sostener aalguien en un llamamiento. Pídale que explique cómo la gentesostiene a esa persona. Ponga los nombres de varios llamamientosde la Iglesia en una bolsa y pida a un niño que tome uno de ellos;pregunte luego a los niños cómo pueden apoyar a la persona quetenga ese llamamiento. Dígales que también sostenemos a nuestroprofeta por medio de nuestros actos. Pídales que enumeren formasen que podemos sostenerle.

2. Seleccione láminas de Las Bellas Artes del Evangelio o de losmanuales de la Primaria que muestren algunos de los consejos que hadado el presidente Hinckley (obedecer a los padres, servir en unamisión, sentir aprecio por la naturaleza, asistir al templo, estudiar lasEscrituras, orar, etc.). Ponga las láminas en una pared y en el sueloponga hojas de papel boca abajo con algunas de estas enseñanzasescritas en ellas. Pida a un niño que arrojé una bolsista de maíz sobreuna de las hojas de papel, que la tome y la lea en voz alta. Ayude alos niños a relacionar el consejo o la enseñanza con la lámina. �

I G O S

2

Page 53: LIAHONA MARZO 2001

Instrucciones

Haz un libro sobre el ejemplo

del presidente Hinckley al pegar

esta página sobre un papel

grueso y recortar las cinco cajas

numeradas. Colorea las láminas

y rellena los espacios en blanco.

Haz los agujeros donde se

indique y ordena las páginas.

Pasa un hilo por los agujeros y

ata los extremos.

�EL EJEMPLO DEL

PRESIDENTEHINCKLEY

El presidente Hinckley

trabajó duro, y todavía

lo hace.

�El presidente Hinckley

estudió y aprendió,

y todavía lo hace.

El presidente Hinckley

desarrolló un testimonio de

José Smith.

�El presidente Hinckley

respeta a todas las

personas.

�El presidente Hinckley sirve

a nuestro Padre Celestial.

�Yo puedo seguir su ejemplo al Yo puedo seguir su ejemplo al

Yo puedo seguir su ejemplo al Yo puedo seguir su ejemplo al Yo puedo seguir su ejemplo al

. .

. . .

1 2

3 4 5

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ENTRE AMIGOS

Élder Duane B. Gerrardde los Setenta

De una entrevista realizada por Kellene Ricks Adams.ILUSTRADO POR DILLEEN MARSH.

Un domingo por la mañana, cuandotenía sólo cinco años de edad,

me encontraba jugando con el gatode un vecino. El gato terminó porcansarse de jugar conmigo y se fuecorriendo a un campo de maízcercano. Yo no estaba cansado dejugar con el gato, por lo que loseguí hasta el campo.

El maíz estaba muy crecido ycuando no pude encontrar al animal,decidí volver a casa. No me llevómucho tiempo descubrir que no sabíadónde me encontraba y no tenía ni idea de dóndeestaba mi casa. Estaba perdido en un gran campode maíz.

Mientras vagaba, el maíz parecía hacerse más ymás alto hasta llegar al cielo. Me hallaba deso-rientado y me sentía muy asustado. Comencé a

correr, pidiendo ayuda a gritos, pero el vientoahogaba mis súplicas. Estaba muy acalorado

y sudado, y las plantas de maíz mearañaban la piel. No sabía qué hacer.

Mientras corría por el campo demaíz, recordé una lección que

mi maestra de la Primariame había enseñado

hacía tan sólo unas semanas. “Si alguna vez estásasustado”, me había dicho, “o si te pierdes, arro-

díllate y ora”.Entonces recordé a mis padres diciendo

eso mismo mientras nos arrodillamos paranuestra oración familiar de cada día.“Nuestro Padre Celestial se preocupa porti”, me habían enseñado mi madre y mipadre. “Él siempre oirá tus oraciones y

cuidará de ti”.Tan pronto como recordé las palabras de

mis padres y de mi maestra de la Primaria, mearrodillé. No recuerdo exactamente lo que dije,

pero sé que compartí mis pensamientos y temores con elSeñor.

Tras la oración, sentí una gran paz. Mis padres y lamaestra de la Primaria me habían dicho que mi PadreCelestial oiría mi oración, así que supe que pronto reci-biría ayuda. Me hallaba cansado de tanto correr, por loque decidí descansar hasta que viniera alguien. Al acos-tarme, me quedé dormido.

No pasó mucho antes de que mi madre se dieracuenta de que yo ya no estaba en el patio. Me habíavisto jugar con el gato, por lo que adivinó que mehabía ido detrás de él hacia alguna parte, y comenzó a buscarme. A una cuadra de nuestra casa, vio al gato cerca de un gran canal de riego y se temió lopeor. Pensó que me había caído y que me habíaahogado.

Page 55: LIAHONA MARZO 2001

Corrió a casa y envió a mi hermana mayor a uncercano centro de reuniones de la Iglesia, donde mipadre y otros poseedores sacerdocio estaban en unareunión. Entonces mi madre se arrodilló y de inmediatocomenzó a orar a nuestro Padre Celestial, pidiéndoleque me protegiera. Le prometió que si yo aparecía sanoy salvo, ella haría todo lo que pudiera para asegurarsede que me criasen en rectitud.

Después de derramar su corazón al Señor, mi madrese puso de pie y pensó en el campo de maíz cercano.Salió corriendo para comenzar a buscar allí. Algunos delos hombres del centro de reuniones se encontraron conella y les dijo que pensaba que podría haberme perdidoen alguna parte en el interior del campo de maíz.

Algunos hombres buscaron a lo largo del canal deriego mientras otros comenzaron a buscar por entre lasaltas plantas del maíz. Uno de ellos, Bud Phillips, mehalló apaciblemente dormido. Me tomó en brazos y mellevó junto a mi madre, quien estaba llorando. Recuerdopreguntarme por qué todo el mundo se estaba preocu-pando tanto. Después de todo, yo había orado y sabíaque todo iba a estar bien.

Tanto mi oración como la de mi madre fueroncontestadas y ella siempre hizo todo lo que pudo paraque yo fuera criado en rectitud.

La oración ha sido siempre una gran fuente deconsuelo para mí. Una vez perdí el perro de la familia,un hermoso setter irlandés que pertenecía a mihermano. Oré pidiendo ayuda y pude encontrar al

querido animal. En otra ocasión mimadre enfermó. Yo tenía una relaciónmuy estrecha con ella y me asustaba queno se sintiera bien. Pedí a Dios en constanteoración que la sanara y al poco tiempo mimadre se sintió mejor.

Ten la seguridad siempre de que cuandoestés perdido, solo o asustado, puedes arrodi-llarte y nuestro Padre Celestial estará allícontigo y te enviará ayuda. Él te ama mucho.Confía en Él.

Testifico que la oración es ciertamente unacomunicación con nuestro Padre Celestial. Élescucha nuestras oraciones, conoce nuestrostemores y nuestras esperanzas, sabe lo quequeremos y lo que necesitamos. Te prometoque Él dará respuesta a tus oraciones. Aveces estas respuestas vienen de inmediato;en otras ocasiones, lo hacen de forma máslenta. Puede que lleguemos a sentir que no responde a nuestras oracionesen absoluto, mas te prometo que sí lo hace. Ten fe en Él. Confíaen Él y con el tiempo verás y entenderás lasrespuestas a tusoraciones. �

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Las nuevas palabras de TLas nuevas palabras de Tonioni

por Patricia R. RoperILUSTRADO POR STEVE KROPP.

FICCIÓN

AA ntonio Sánchez. Antonio frunció el ceño al leer sunombre. Todos sus amigos le llamaban Toni y su

nombre completo le resultabaextraño e incómodo en el

calendario de cumpleañosde la Primaria de coloramarillo brillante. Noparecía encajar con losnombres de los demás

chicos; él no era como ellos.Sólo había ido a la Iglesia en

tres ocasiones durante toda su vida y no habría ido hoyde no ser porque su nueva maestra, la hermana López,le había enviado una invitación especial y se había ofre-cido a llevarle en su coche.

A Toni le gustaban las canciones, aunque el Tiempopara compartir también le resultaba interesante.Cuando llegó el momento de ir a clase, siguió a losdemás niños de su edad al salón correspondiente; ibandelante de la hermana López. Parece vieja para sermaestra de la Primaria, pensó Toni mientras ella se

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detuvo a hablar breve-mente con alguien enel pasillo.

Toni escogió unasiento al final mismodel cuarto, perocuando comenzaba asentarse, otro chico leretiró la silla. Se leescapó una palabra fea.Se disculpó de inme-diato y se sonrojócuando vio a lahermana López en lapuerta. Debe dehaberlo visto todo.

Las niñas levantaron la mano y señalaron a Toni. Loschicos se rieron con disimulo y Toni quería marcharse acasa, pero la hermana López cerró la puerta y le sonrió.Entonces, volviéndose a las niñas, dijo: “Me encantaver tantos voluntarios para la oración”. Las niñasbajaron las manos de inmediato, mas aun así lahermana López asignó a dos de ellas para que ofrecieranlas oraciones.

Durante la clase, Toni observó a la hermana López.Sonreía mucho y le hacía sentirse que era tan impor-tante como los demás niños.

Tras la clase, la hermana López abrazo a los niñosmientras salían, y cuando llegó el turno de Toni, ellacerró la puerta cuidadosamente y quedó a solas conToni, y él sabía por qué. Iba a regañarle por haberdicho aquella palabra. Bueno, después de todo no lehabía avergonzado haciéndolo delante de todo elmundo.

“Me alegra que hayas venido, Antonio”, dijo lahermana López con una sonrisa.

Toni miró hacia el suelo e hizo un dibujo en el pisocon el pie.

M A R Z O

Como no contes-taba, la hermana Lópezprosiguió: “Se queestás avergonzado porlo que dijiste. Sialguien me quitara lasilla y me hiciera caer,también yo estaríabastante molesta”.

“A usted no se loharían”, dijo Toni. “Melo hacen a mí porqueno vengo a la Iglesiacon frecuencia”.

La hermana Lópezparecía pensativa

mientras se agachó para recoger algunas de sus cosas.Cuando se incorporó, tenía de nuevo su sonrisa.“Siéntate un momento, Toni”, dijo señalando a unasilla.

Toni se sentó mientras la hermana López puso unasilla a su lado.

“¿Te gusta nuestro obispo?”, preguntó.Toni pensó por un minuto. Recordó la ocasión en

que el obispo fue a su casa cuando su madre estuvoenferma y no podía cuidar de la familia. Tras eso, fueronalgunas mujeres a ayudar a cuidar de su madre y de lafamilia. El obispo parecía una buena persona. “Sí, creoque es bueno”, dijo Toni.

“Bien, lo creas o no, yo fui su maestra de laPrimaria”, le explicó la hermana López.

“Ah”, asintió Toni. “Creo que podía ser; usted esvieja”. Toni se sonrojó por darse cuenta de lo que habíadicho.

La hermana López se rió de corazón. “¡Es cierto! Élera un muchachito dulce, igual que tú. Ambos tienenmucho en común; sus padres tampoco lo traían muchoa la iglesia. Yo solía pasar a recogerle siempre y hasta se

D E 2 0 0 1

7

Page 58: LIAHONA MARZO 2001

sentaba conmigo enla reunión sacra-mental”.

“Cuando tenía tuedad”, prosiguió lahermana López,“tomó una serie dedecisiones que leayudarían por el restode su vida. Tenía unpequeño problemacon unas palabras feasy decidió que cuandose enfadara, diría:‘¡Qué irritante!’ Ledije que era un buen comienzo, pero que también debíallenar la mente de cosas buenas, pues de ese modo sólosaldrían cosas buenas de su boca”.

Toni volvió a dibujar en el suelo con el otro pie.“Bueno, quizás también pueda hacerlo cuando seamayor”, dijo.

“Éste es el tiempo de tomar decisiones importantesque te bendigan por el resto de tus días, incluso la elec-ción de las palabras que digas”.

“¿Cómo me pueden bendecir las palabras?”“Cuando se es cuidadoso con las palabras que se

escoge decir, demuestras a los demás que te preocupaslo suficiente para no ofenderles. El escoger buenas pala-bras te ayuda a ganar más amigos, y tampoco ofendes atu Padre Celestial. Además, cuando tienes buenas pala-bras en tu interior, a éstas les siguen las buenas obras”.

Toni asintió, mostrando que entendía, y ayudó a lahermana López a recoger el resto de sus cosas.

A M

El domingo siguiente,la hermana López pasóa recoger a Toni atiempo para la reuniónsacramental. El obispoestaba dirigiendo lareunión y parecía tenercierta dificultad conalgunos de los anuncios.Finalmente bajó elpapel que estabaleyendo, sonrió a losmiembros del barrio yexclamó: “¡Qué irri-tante!”.

Toni sonrió mientras la hermana López lo tocaba conel codo. Se inclinó hacia ella y susurró: “Eso será lo queyo diga también cuando esté enfadado”.

“Bien hecho, Toni”, dijo la hermana López con unguiño.

Luego, en la Primaria, Toni volvió a fijarse en sunombre escrito sobre el tablero amarillo brillante. “Esgracioso”, dijo.

¿Por qué?, preguntó la hermana López.“La semana pasada mi nombre parecía diferente”.La hermana López le miró sorprendida. “¿A qué te

refieres?”, le preguntó.“Bueno, la semana pasada mi nombre parecía fuera

de lugar al lado de los nombres de los demás chicos dela Primaria, pero hoy parece que encaja bien”.

La hermana López abrazó a Toni y él se dio cuentade que tenía lágrimas en los ojos. “Eso se debe a queaquí es donde debes estar”, le dijo. �

I G O S

8

Page 59: LIAHONA MARZO 2001

PARA SER MÁS COMO CRISTO

UN MIEMBRO MISIONEROpor Monahra L. de Q. FreitasILUSTRADO POR ROGER MOTZKUS.

Cuando una hermana de nuestro barrio comenzó aasistir de nuevo a la Iglesia luego de seis años, mimadre nos dijo a mis hermanos y a mí que de-

bíamos ser amigos de los dos hijos de la hermana. Elpadre había fallecido apenas un año antes y todavíaestaban muy tristes. Uno de los hijos, una chica llamadaEvelyn, era un poco menor que yo.

Cuando el domingo llegamos a la capilla, mamá mellamó a un rincón apartado y me susurró: “Monahra,¿serás amiga de Evelyn? Nuestro Padre Celestial te hapedido que seas un miembro misionero. Séamorosa y amigable, y asegúrate de que no sequede sola”.

Le dije a mi madre que así lo haríay desde ese día he intentado ser unmiembro misionero para Evelyn. Dadoque quiero ser misionera cuandocrezca, intento por todos los mediosser misionera ahora.

Evelyn es una gran amiga y ahorasonríe mucho. Jugamos, vamos a laPrimaria y cantamos himnos juntas. Aveces hacemos la noche de hogar en

su casa.Sé que mi Padre

Celestial es feliz porque he inten-tado ser un miembro misionero yuna amiga, y me siento agradecidapor tener a Evelyn por amiga. �

Monahra L. de Q. Freitas, de 6 años, es

miembro del Barrio Pajuçara, Estaca

Potengi, Natal, Brasil.

Page 60: LIAHONA MARZO 2001

RRET

T.

LA MUJERJUNTO ALPOZO

RELATOS DEL NUEVO TESTAMENTO

A M I G

10

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BA

Cuando Jesús partió de Judea para ir a Galilea, viajópor Samaria y llegó al pozo de Jacob.

Juan 4:3–6

Estaba cansado y se detuvo junto al pozo. Cuando llegó una mujer samaritana buscando agua, Jesús le pidió quele diera de beber.

Juan 4:6–7

O S

Page 61: LIAHONA MARZO 2001

Dado que por lo general la gente de Judá no se relacionaba con los samaritanos, la mujer estabasorprendida.

Juan 4:9

M A R Z O

1

Jesús le dijo que Él podía darle un agua que hiciera quejamás volviera a tener sed. Le explicó que era el Mesíasy que el agua que le ofrecía era el “agua viva” de lavida eterna.

Juan 4:10, 13–15, 25–26

La mujer fue a la ciudad y les dijo a muchas personas lo que había oído. Todos se dirigieron al pozo y hablaron conJesús, y muchos creyeron en Sus palabras.

Juan 4:28–30, 39–42

D E 2 0 0 1

1

Page 62: LIAHONA MARZO 2001

EL HIJO DEL LÍDER

RELATOS DEL NUEVO TESTAMENTO

A M

Un líder del pueblo tenía un hijo muy enfermo y todospensaban que el muchacho moriría.

Juan 4:46–47

El líder dejó a su hijo en casa y viajó muchoskilómetros hasta la ciudad de Caná, donde encontró aJesús.

Juan 4:46–47

El líder le pidió al Salvador que fuera y sanara a suhijo, que estaba a punto de morir; Jesús le dijo quefuera a casa, que su hijo sería sanado. Debido a la feque tenía en Jesucristo, el líder se fue a su casa.

Juan 4:47–50

I G O S

12

Page 63: LIAHONA MARZO 2001

Sus siervos le salieron al encuentro y le dijeron que su hijo estaba mejorando y que iba a vivir. Él les preguntó lahora en la que su hijo había comenzado a mejorar y ellos se la dijeron. Fue a la misma hora en que Jesús dijo que sepondría bien.

Juan 4:51–53

El líder sabía que Jesucristo había sanado a su hijo y tanto él como toda su familia tuvieron aún más fe en elSalvador.

Juan 4:53

Page 64: LIAHONA MARZO 2001

LA GENTEENFADADA DENAZARET

RELATOS DEL NUEVO TESTAMENTO

A M

Jesús fue a Nazaret, la ciudad en la que creció.Lucas 4:16

Fue a una sinagoga, un edificio en el que los judíosasisten a la iglesia, y se levantó para leer las Escrituras.Él leyó lo que escribió el profeta Isaías: que el Salvadorvendría a la tierra para ayudar a todas las personas.

Lucas 4:16–19

Cuando Jesús se sentó tras leer las palabras de Isaías,los demás judíos se quedaron mirándole.

Lucas 4:19–20

I G O S

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Jesús dijo que las palabras de Isaías se referían a Él, queÉl era el Salvador. La gente se asombró por Suspalabras y dijeron: “¿No es éste el hijo de José?”. Nocreían que Él fuera el Hijo de Dios.

Lucas 4:21–22

M A R Z O

1

El Salvador sabía lo que estaban pensando; sabían quequerían que hiciera un milagro, mas Jesús les dijo queno haría milagros para las personas que no tenían fe.

Lucas 4:23–27

La gente se enfadó. Lo llevaron hasta la cumbre de unacolina y querían arrojarlo al vacío.

Lucas 4:28–29

No pudieron hacerlo. Jesús se fue de entre ellos.Lucas 4:30

D E 2 0 0 1

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por Lois T. Bartholomew

Las Escrituras son las palabras que Dios ha revelado a Sus profetas. Haz coincidir cada pasaje de lasEscrituras con el profeta al que le fue revelado. Busca en las Escrituras si necesitas ayuda.

PARA TU DIVERSIÓN

Profetas profecías

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y

1. “Hazte un arca de madera de gofer” (Génesis 6:14).2. “Traed todos los diezmos al alfolí... y probadme ahora

en esto... si no os abriré las ventanas de los cielos, yderramaré sobre vosotros bendición” (Malaquías3:10).

3. “...han de pasar cinco años más... entonces viene elHijo de Dios para redimir a todos los que crean en sunombre” (Helamán 14:2).

4. “Organícese en compañías todo el pueblo de LaIglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Díasy los que viajen con ellos” (D. y C. 136:2).

5. “Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, quetenía el evangelio eterno para predicarlo a los mora-dores de la tierra” (Apocalipsis 14:6).

6. “...una obra maravillosa está a punto de aparecerentre los hijos de los hombres” (D. y C. 4:1).

7. “...esta noche se dará la señal, y mañana vengo almundo” (3 Nefi 1:13).

8. “Con el sudor de tu rostro comerás el pan” (Génesis3:19).

9. “...ha llegado el día prometido por tan largo tiempoen el que todo varón que sea fiel y digno miembro dela Iglesia puede recibir el santo sacerdocio”(Declaración Oficial—2).

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10. “...Jehová no mira lo que mira el hombre; pues elhombre mira lo que está delante de sus ojos, peroJehová mira el corazón” (1 Samuel 16:7).

11. “...Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré” (Génesis 12:1).

12. “Y según guardéis mis mandamientos... seréisconducidos a una tierra de promisión” (1 Nefi 2:20).

13. “Me refiero a estos templos como a templos máspequeños. En realidad, no se ven pequeños, sinomás bien grandes. Son hermosos. Están construidoscon los mejores materiales y de la mejor manera quenos es posible. Cada uno será una Casa del Señor,dedicada para Sus santos propósitos” (“Bendición”,Liahona, enero de 1999, págs. 104–105).

a. Adánb. Noéc. Abram (Abraham)d. Samuel (del Antiguo

Testamento)e. Nefi (hijo de Lehi)f. Malaquíasg. Samuel el Lamanitah. Nefi (bisnieto de

Helamán)

i. Juanj. El profeta José Smithk. Presidente Brigham

Youngl. Presidente Spencer W.

Kimballm. Presidente Gordon B.

Hinckley

Respuestas: (1) b, (2) f, (3) g, (4) k, (5) i, (6) j, (7) h, (8) a, (9) l, (10) d, (11) c, (12) e, (13) m.

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Si papá me sostiene, por Liz Lemon Swindle.Cuando el profeta José Smith era un niño, una grave infección requirió que se le retirase un

hueso de la pierna. El cirujano quería atar a José para que no se moviera, o por lo menos hacerle tomar licor para mitigar el dolor, mas él se negó, diciendo que podría soportarlo si su padre le sostenía

entre sus brazos (véase Lucy Mack Smith, History of Joseph Smith by His Mother, editado por Preston Nibley, 1958, págs. 56–58).

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En Japón, un país de tradicionales símbolosreligiosos, un número creciente de Santos de

los Últimos Días está demostrando cómo elEvangelio fortalece a las personas en forma indi-vidual y a las familias. Véase “Japón, luz nacientedel Este”, página 38.