Libro No. 291. Doce Pruebas de la Inexistencia de Dios y otros ensayos ateos. Faure, Sebastián....

8/3/2019 Libro No. 291. Doce Pruebas de la Inexistencia de Dios y otros ensayos ateos. Faure, Sebastin. Coleccin Emancip

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Por una Cultura Nacional, Cientfica y Popular!

Coleccin Emancipacin ObreraIBAGU-TOLIMA 2011

GMM


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Libro No. 291. Doce Pruebas de la Inexistencia de Dios y otros ensayos ateos. FaureSebastin. Coleccin Emancipacin Obrera. Diciembre 31 de 2011

Ttulo original: Sebastin Faure. Doce Pruebas de la Inexistencia de Dios y otroensayos ateos.

Versin Original: Sebastin Faure. Doce Pruebas de la Inexistencia de Dios y otroensayos ateos.

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SEBASTIAN FAURE

DOCE PRUEBASDE LAINEXISTENCIA

DE

DIOS

y otros ensayos ateos


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Primera edicin: diciembre de 1980


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Faure Sebastian - 12 Pruebas De La Inexistencia De Dios

Sebastin Faur (1858-1942) fu un gran oradorperiodista y pedagogo francs.

De de joven fu educado en la ms estricta disciplinreligiosa y preparado para el sacerdocio, pero poco antede ordenarse muere su padre y se reintegra a la vida

normal. La vida fuera del seminario le descubre aspectohasta entonces desconocidos que le muestran labellesas y las fealdades de la vida social, y se acentaen el las dudas que en el propio seminario le habanatormentado con respecto a la religin. Entra entonceen la relacin con los medios librepensadores, de slidraigambre en Francia y, segn l mismo refiere, en 1887

establece contacto con las ideas anarquistas. Y sus dudas religiosas seconvierten definitivamente en un franco ateismo que compatibiliza de maner

magistral con las concepciones generales del anarquismo.

Desde entonces, paso a paso, Sebastin Faur hubo de recorrer un caminolargo, no exento de dificultades, hasta convertirse en el dibulgador ms capay famoso del anarquismo y una de las figuras ms destacadas de lintelectualidad francesa.

(aporte de lajime)

http://www.libroos.es/libros-de-religion/varios/16925-faure-sebastian-12-pruebas-de-la-inexistencia-de-dios-pdf.html

Imagen: datuopinion.com
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INTRODUCCIN

Dentro de los tericos del anarquismo, Sebastin Faure (1852-1942destaca ms como difusor de las ideas anarquistas que como un pensadooriginal. Se pueden recordar como obras famosas suyas La Doleuuniverselle, Philosophie libertarire (El dolor universal, Filosofa libertaria)

de 1895; Mon communisme (Mi comunismo), de 1922, y La Syntessanarchiste(La sntesis anarquista), de 1928.

Presentemos ahora, sin embargo, algunos textos de Faure en los quedefendiendo la postura atea, entra en polmica con el pensamiento creyenteo testa. Las Doce pruebas de la inexistencia de Dios han quedadcompletadas por algunos artculos de su famosa Enciclopedia anarquistacomenzada en 1926, que pueden situar su ateismo dentro de una critica mamplia a la sociedad capitalista, a la religin y a toda autoridad.

La originalidad y el acierto de Faure en el planteamiento de las Docpruebas es que no identifica el ateismo con la postura cientfica, reconociendodesde el principio la limitacin de las ciencias para resolver, al menos demomento, los grandes enigmas que han provocado la postura religiosaTampoco es al Dios puramente filosfico (una especie de Motor inmvil deAristteles, o de la trascendencia de Jaspers) al que se dispone a combatiFaure, sino al Dios vivo de las religiones, al Dios al que adoran y rezan loscreyentes.

Tambin es original, dentro de la literatura atea del XIX y XX, que seataque no solo al origen y funcin social de la religin (como hace emarxismo, el anarquismo en general y, hasta cierto punto, tambin lacorriente freudiana), sino la misma base racional, sobre la que intentanapoyar sus creencias las religiones.


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Comentemos ahora brevemente los diversos argumentos que noofrece Faure para negar la existencia de Dios.

Tal vez puedan parecer dbiles las razones contra el Dios creador: emismo termino es incomprensible, que nadie (ningn hombre) es capaz dcrear algo, que de la nada no puede salir nada... Pero hay que convenir eque la misma tradicin del lenguaje nos ha acostumbrado a atribuir unarealidad a unos trminos, meramente por su uso repetido durante siglos. Asocurra en la Edad Media con las brujas y los demonios, y as ocurre en la

actualidad con los extraterrestres y sus excursiones por nuestro planeta. Lomismo pasa, segn Faure, con el termino crear; a la fuerza de tantorepetirlo, hemos llegado a considerar que tiene algn cometido. Es curiosoobservar que los filsofos griegos, incluso los que admitan una ciertadivinidad, como Platn, Aristteles o Plotino, consideraron siempre comabsurda la posibilidad misma de creacin.

Faure pretende sacudir esa creencia en la creacin sin invocarlas leyefsicas (como la conservacin de la energa), pues su propsito declarado eel de no extrapolar la ciencia. Tal vez si hubiera vivido hasta 1948 (cuandolos astrnomos Bondi, Gold, y Hoyle lanzan la teora de la creacincontinua), hubiera podido formular su primer argumento de otro modo: Spuede incluso admitir la creacin sin ningn Dios que cree. El poder creadoes una facultad de la materia misma.

En cuanto al segundo argumento (la materia slo puede salir de lamateria. Dios tendra que ser espritu y materia, pero nunca espritu purotiene tanto peso que ms de una religin (como el hinduismo) y ms de upensador eminentemente religioso (como Giordano Bruno, Bhme, Spinoza

Schelling, la ultima etapa de Max Sller) han concluido que Dios no era otrcosa que el espritu y la materia del universo.

Y el tercer argumento (que lo perfecto slo puede producir lo perfectoha motivado el que un filosofo como Leibnz considerara que no haba razsuficiente para la existencia de este mundo, a no ser que fuera el mejor detodos los mundos posibles una expresin esotrica para hablar de un mundo


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perfecto. Con lo que, segn Faure, la irona de Voltaire en su Candidridiculizara no solo a los partidarios de Leibniz, sino a todos los creyenteque fueran consecuentes con sus principios.

El argumento cuarto de la inactividad de Dios antes de la creacinapunta ms contra la representacin judaica y musulmana de la divinidad quecontra la cristiana. No hay que olvidar que el cristianismo coloca en ltrinidad una enigmtica permanente relacin y actividad entre las personasSin embargo, este argumento tiene una segunda parte (imposibilidad de

concepto religioso de Dios a partir de la necesidad) que se encuentra en labase de la negacin de la divinidad de las religiones por parte de Spinoza yde Hegel.

La refutacin de la existencia de Dios (quinto argumento) que mquebraderos de cabeza ha causado a los pensadores creyentes ha sido laparadoja de ser inmutable que crea, que causa, que interviene, que actaque se mueve. No en vano el motor inmvil de Aristteles ni conoce emundo, ni lo ha hecho surgir, ni interviene para nada en l, no es su causaeficiente, sino tan slo su causa final. Faure no se detiene a examinar lassutiles distinciones de los escolsticos para explicar (?) la inexplicablcontradiccin de lo inmvil en movimiento. Con toda certeza la consideraracomo otros tantos juegos de palabras.

Tambin la manifiesta ausencia de motivo en la produccin del mundoactual ha preocupado a los filsofos creyentes, ya que, con la creacin, Diono se hacia ni ms perfecto ni ms bueno ni ms feliz, ni tampoco ampliabasu gloria. Aunque una vez ms, mediante distinciones y subdistincione(curiosas e inverosmiles clases de gloria y jerarquas complejas de fine

externos e internos), se repetan los mismos juegos de palabras escolsticosforma intelectual de escamotear un problema.

A estos seis argumentos Faure aade una rpida critica a la utilizacinreligiosa del principio de causalidad. Desde luego podra haber aprovechado edesmantelamiento que llevaron acabo los filsofos empiristas, sobre todoHume, del concepto metafsico de causa, la defensa kantiana de la exclusiv


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aplicacin emprica de la categora de causa, o los limites filosficos ylingsticos del lenguaje subrayados por el neopositivismo moderno. Ausuponiendo que el principio causal sea un enunciado emprico... dicHospers en su Introduccin al anlisis filosofico, la experiencia no dice nadacerca de la causalidad en un mbito no emprico.

Dentro de los argumentos contra el Dios providente (VII al X), el temadel mal sigue siendo el arma ms fuerte del pensamiento ateo. Como dicEdward H. Madden en su libro Evil and the concept of God (El mal y e

concepto de Dios), son vanos todos los intentos de los pensadores catlicopara proporcionar explicaciones plausibles al problema del mal. La nicarespuesta aparentemente coherente es la de refugiarse en el misterio. Perocon qu derecho se le atribuye el atributo de bueno a un ser cuya conducta juzgndola con las categoras humanas que son las nicas que posee ehombre, no alcanza ni de lejos los requisitos mnimos de la bondad?. Maun, acaso pueden determinar hipotticamente los creyentes qucondiciones tendran que darse para que se le pudiera denominar a Diomalo? Pero, para que un enunciado tenga sentido, ha de tener una form

tal que sea lgicamente posible tanto verificarlo como falsearlo (Karl RPopper: La lgica de la investigacin cientfica). No tiene sentido afirmar quDios es Bueno, a no ser que se sepa describir lo que tendra que pasar en emundo para que pudiramos afirmar que Dios es malo.

Tambin tienen su fuerza los ltimos argumentos de Faure (XI y XII)que ponen en cuestin la pretendida justicia divina. Es cierto que ms de uncreyente ha solucionado (?) radicalmente el problema silencindolo oarrancndolo de los textos sagrados de su religin las referencias a un Dioscaprichoso, sanguinario o vengativo, a castigos indiscriminados propios de unsdico, o a un infierno eterno. Sin embargo, Faure no discute el Dios de lareligiones tal como ha quedado endulzado y maquillado en la actualidad, sinopor poner algn caso, el Yahv que ordena: Case cada uno su espadsobre su muslo, pasad y repasad el campamento de una a la otra parte ymate cada uno a su hermano, a su amigo, a su deudo (xodo 32,27), o eDios de los Evangeliosque dice: Alejaos de m, malditos, al fuego eternopreparado para el demonio y sus ngeles (Mt. 25,41).


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Cada vez se conoce mejor ese estadio primitivo de la humanidad en eque su conciencia apenas despertaba del letargo animal. Y puede

considerarse justo un Dios que sigue castigando con terremotosinundaciones o sequas a los hombres de hoy por la desobediencia de algoapenas distinguible de un australopiteco? Levantaramos una estatua a ljusticia del hombre que actuara de ese mismo modo? O consideraramos udeber de la humanidad cazarlo a tiros como a una alimaa vengativa?

Aqu terminan los argumentos de Faure. Los artculos que sigue

amplan los temas ya expuestos (como el dedicado a la creacin), oenmarcan el ateismo de Faure en su cosmovisin anarquista.

Despus de la lectura de esta obra, tal vez alguno llegue a la mismaconclusin que saca Hume de sus Dilogos sobre la religin natural: Seripues juicioso, por nuestra parte, limitar nuestras investigaciones a estemundo sin mirar ms all. Jams podr obtenerse ninguna satisfaccin poestas especulaciones que tan ampliamente sobrepasan los estrechos limitedel entendimiento humano.

Sin embargo, Faure no se contenta con una mera tranquilidad agnsticaSu conclusin atea esta condensada en el desafo que lanza a todos los queafirman la existencia de Dios escudndose en el misterio:

Cesad de afirmar vosotros y yo cesar de negar.

Gabriel GUIJARRO

(Nota: La obra Doce pruebas de la inexistencia de Dios es tan slo ucompendio de las doce conferencias que dio Faure en Paris desde noviembrdel ao 1920 a febrero de 1921.


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Los artculos que completan este libro han sido tomados del primer tomde la traduccin al castellano de su Diccionario que ha publicado la editoria

Tierra y Libertad, de Mxico.)


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DOCE PRUEBAS

DE LA

INEXISTENCIA

DE DIOS


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Hay dos medios de estudiar y procurar resolver el problema de linexistencia de Dios.

El primero consiste en eliminar la hiptesis Dios, del campo de laconjeturas plausibles o necesarias, por una explicacin clara y precisa de unsistema positivo del Universo, de su origen, de sus desenvolvimientosucesivos, de sus fines.

Esta exposicin inutilizara la idea de Dios y destruira inmediatamente lbase metafsica de los telogos y filsofos espiritualistas.

En el estado actual de los conocimientos humanos, en todo lo que hasido demostrado o pueda demostraste verificable, reconocemos que unconocimiento preciso del Cosmos no existe. Existen, es cierto, varias hiptesiingeniosas que no chocan con la razn: sistemas ms o menos aceptablesque se apoyan en una serie de experiencias basadas en la multiplicidad deobservaciones, sobre las que se han modelado un carcter de probabilidad

impresionante. Tambin puede sostenerse que esos sistemas, esasuposiciones, soportan ventajosamente la confrontacin con las afirmacionetestas; mas, a decir verdad, consideramos que no existen en este punto sinotesis que no poseen el valor de la certeza cientfica, quedando cada uno enlibertad de conceder su preferencia a tal o cual sistema que le sea expuestopudiendo decir que la solucin del problema as planteado apareceactualmente al menos, bastante relevada.

Los adeptos de todas las religiones aprovechan las ventajas que le

concede un estudio tan arduo y complejo, no para resolverlo en afirmacioneconcretas o en razonamientos acabados, sino para perpetuar la duda en eespritu de sus correligionarios, lo que resulta para ellos el punto capital.

En esta lucha esforzada entre el materialismo y el tesmo, cada doctrinase defiende con tesn, pero los creyentes, a pesar de haber sido puestos enactitud de vencidos, tienen la impudicia de declararse, ante la multitudignara, dignos cantores de la victoria, y buena prueba de ello es la manera de


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expresarse de los peridicos de su devocin, con cuya comedia pretendemantener bajo el cayado del pastor a la inmensa mayora del rebao. Estes, en sntesis, lo que desean estos falsos redentores.

El problema planteado en trminos precisos

Sin embargo, hay una segunda manera de intentar la resolucin deproblema, y consiste en examinar la existencia de Dios que las religioneproponen a nuestra adoracin.

Podr encontrarse un hombre sensato y reflexivo que admita laexistencia de Dios como si no estuviera rodeada de ningn misterio, como snada con ella relacionado se ignorara, como si hubiera podido descifrarsetodo el pensamiento divino en sus propias confidencias.

Esto ha hecho; aquello ha dejado de hacer; esto ha dicho; lo otro hadejado de decir; se ha movido; ha hablado con tal fin, por tal razn; quieretal cosa; prohbe tal otra; compensara una accin mientras castigara otradiferente. L ha hecho lo presente y quiere que se haga lo futuro, porque esinfinitamente justo, sabio, bueno, etc.

Ah que dicha! He aqu un Dios que se hace conocer. Baja del imperio delo inaccesible, disipa las nubes que le rodean, desciende de las alturas, habla

con los mortales confindoles su pensamiento, les revela su voluntad encarga a un grupo de privilegiados la misin de extender su doctrina, dpropagar su ley, revertindoles de plenos poderes tanto en la tierra como eel cielo.

Este Dios, sin embargo, no es el Dios-fuerza, Inteligencia, VoluntadEnerga, que, como tal, podra, segn las circunstancias e indiferentementeser bueno o malo, til o intil, justo o injusto, misericordioso o cruel; est


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Dios, dotado de todas las perfecciones, no puede ser compartible ms qucon un estado de cosas del cual fuera l creador, y por el que se afirmarsu Poder, su Justicia, su Bondad y su Misericordia infinitas.

Este Dios es el que nos ensean en el catecismo cuando somos nios; eel Dios viviente y personal en cuyo honor se elevan los templos, hacia el quese ascienden las plegarias, por el que se realizan los sacrificios y al quepretenden representar en la tierra todos los clrigos de las castasacerdotales.

No es ese algo desconocido; esa fuerza enigmtica; ese podeimpenetrable; esa inteligencia incomprensible; esa energa incognoscible; esprincipio misericordioso; hiptesis, en fin, que, en medio de la impotenciahumana de hoy para explicar el cmo y el porqu de las cosas, el esprituacepta complaciente. No es tampoco el Dios especulativo de los metafsicoses el Dios que sus representantes nos han descrito y detallado tan amplia yluminosamente. Es el Dios de las religiones, el de la historia religiosa de cadapueblo, el que yo niego y voy a discutir; el que conviene a estudiar squeremos obtener de esta exposicin filosfica un provecho positivo, uresultado practico.

Quin es Dios?

Puesto que sus representantes en la tierra han tenido la amabilidad dedescribrnoslo con todo lijo de detalles, aprovechemos estos, examinemos decerca y detenidamente, pues para discutirlo bien es preciso conocerlo bien.

A fin de reconocer su valor, examinemos las tres proposiciones que lo

componen.Ese Dios, con un gesto potente y fecundo ha hecho todas las cosas de la

nada; el ser del no ser, y por su sola voluntad ha sustituido con emovimiento, la inercia, con la vida universal, la muerte universal: es eCreador, que lejos de volver a su inactividad secular y continuar indiferente la cosa creada, se preocupa de su obra, se interesa, interviene, cuando lcree necesario, la administra, la dirige, la gobierna. Es la Providencia que


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convertida en Tribunal Supremo, hace comparecer ante l a cada unodespus de la muerte; le juzga segn los actos de su vida, pesa en labalanza sus buenas y sus malas obras, y pronuncia en ltimo extremo, sinrecurso posible, la sentencia que har del juzgado, por todos los siglos de losiglos, el ms dichoso o el ms desgraciado de los seres. Es la JusticiSuprema.

Luego Dios, que posee todos los atributos, no excepcional sinoinfinitamente, no admite grados de comparacin: es la Justicia, la Bondad, la

Misericordia, la Potencia, la Sabidura infinitas.Contra la existencia de este Dios, yo presento doce pruebas, aunque co

una sola bastara para negarla.

Divisin de la cuestin

He aqu el orden en que presentare mis argumentos, que formaran tregrupos: el primero tratara particularmente del Dios creador, y se compondrde seis argumentos; el segundo se ocupara especialmente del Diogobernador o Providencia, formado por cuatro argumentos; y, en fin, etercero y ltimo presentara al Dios Justiciero o Magistrado en doargumentos. En total formaran las doce pruebas de la inexistencia de Dios.


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Contra El Dios Creador

La accin de crear es inadmisible

Qu es crear? Es valerse de materiales diferentes y utilizando ciertoprincipios experimentales, aplicando ciertas reglas conocidas, aproximaragrupar, asociar, ajustar esos materiales, a fin de hacer cualquier cosa?

No! Eso no es crear. Ejemplos: Puede decirse de una casa que ha sidcreada? No! Ha sido construida. Puede decirse de un mueble que ha sidocreado? No! Ha sido fabricado. Puede decirse de un libro que ha sidocreado? No! Ha sido compuesto y luego impreso.

As, tomar materiales existentes y hacer con ellos cosa alguna no ecrear... Qu es, pues, crear?

Crear... la verdad que me encuentro indeciso para poder explicar loinexplicable, definir lo indefinible. Procurar, sin embargo, hacermcomprender. Crear es obtener algo de la nada; es formar lo existente de loinexistente. Por tanto, yo imagino que no encontrar ni una sola personadotada de mediana razn que conciba cmo con nada puede hacerse alguncosa.


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Supongamos un matemtico. Buscad al calculador de ms mritoponedle delante una pizarra; solicitad de l que trace ceros y ms ceros, y

una vez la operacin terminada, ya puede multiplicar cuanto quiera, dividihasta que se canse, realizar toda clase de operaciones matemticas, y nollegar jams a extraer de esa acumulacin de ceros una sola unidad. Connada, nada puede hacerse; de nada, no puede obtenerse nada, y el famosoaforismo de Lucrecio ex nihilo nihil, resulta de una certeza y una evidencimanifiestas. El gesto creador es un gesto imposible de admitir, es uabsurdo. Crear es, pues, una expresin mstico-religiosa y que puede ser de

algn valor a los ojos de las personas a quienes place creer lo que nocomprenden y a quienes la fe se impone tanto ms cuanto menos lacomprenden. Es, en cambio, un contrasentido para todo individuo culto ysensato, para quien las palabras no tienen ms valor que el que adquieren acontacto con la realidad o una posibilidad.

En consecuencia, la hiptesis de un Ser verdaderamente creador es unahiptesis que la razn rechaza. El Ser creador no existe, no puede existir.

El Espritu puro no pudo determinar el Universo

A los creyentes que, a despecho de toda razn, se obstinan en admitir laposibilidad de la creacin, les dir que, en ltimo caso, es imposible podeatribuir esta creacin a su Dios. Su Dios es el Espritu puro. Por lo tanto, eimposible sostener que el espritu puro, lo inmaterial, haya determinado eUniverso: lo material. He aqu por qu:


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El espritu puro no est separado del universo por diferencia de grado, decantidad, sino por una diferencia de naturaleza, de calidad. De suerte que

el espritu puro no es, no puede ser, una amplificacin del Universo; ntampoco el Universo es, ni puede ser, una reduccin del espritu puro. Ldiferencia aqu no es solamente una distincin, es una oposicin: oposicin denaturaleza; esencial, fundamental, irreductible, absoluta. Entre el Espritpuro y el Universo, no solamente existe un foso mas o menos ancho, mas omenos profundo, y que, en rigor, pudiera llenarse o franquearse, no; existun verdadero abismo, de una profundidad y extensin tan inmensas que po

grande que sea el esfuerzo que se realice, nadie ni nada puede allanarAtenindome a mi razonamiento desafo al filosofo ms sutil, como amatemtico ms consumado, a que establezca una relacin (cualquiera queella sea y mucho mejor la directa de causa a efecto), entre el puro espritu yel Universo.

El espritu puro no admite ninguna alianza material; no tiene ni forma, ncuerpo, ni lnea, ni materia, ni proporcin, ni profundidad, ni extensin, nvolumen, ni color, ni sonido, ni densidad, todas cualidades inherentes a

Universo y que no han podido ser determinadas por la abstraccin metafsicaLlegado a este pinto de mi demostracin, establezco slidamente, en los doargumentos precedentes, la conclusin siguiente: Hemos visto que lahiptesis de un poder verdaderamente creador es inadmisible; que aunpersistiendo en esa creencia, no puede admitirse que el Universoesencialmente material, haya sido creado por el Espritu puro, esencialmenteinmaterial.

Pero si, como creyentes, os obstinis afirmando que ha sido vuestro Dio

quien ha creado el Universo, la pregunta se impone; en la hiptesis Diosdnde se halaba la materia en su origen, en su principio?

Y bien: de dos cosas una: o bien la materia estaba fuera de Dios, o bien eraDios mismo (no creo podis otorgarle un tercer lugar). As, pues, en el primecaso, si estaba fuera de Dios, no tuvo ste necesidad de crearla, puesto que


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ya exista, y si coexista con Dios, no cabe la menor duda que estaban enconcomitancia, de lo que se desprende vuestro Dios no es creador.

En el segundo caso, es decir, si no estaba fuera de Dios, es que estaba enDios mismo, y en este caso, saco la conclusin siguiente:

1. Que Dios no es el espritu puro, puesto que llevaba en s unpartcula de materia; Y qu partcula! La totalidad de los mundomateriales!

2. Que Dios, llevando materia en s mismo, no ha tenido necesidad dcrearla, dado que ya exista y que existiendo no hizo mas que hacerla salir, yen este caso la creacin cesa de ser un acto de verdadera creacin y sereduce a un acto de exteriorizacin.

La creacin no existe en ninguno de los dos casos.

Lo perfecto no produce lo imperfecto

Estoy segursimo que si hago a un creyente esta pregunta: Lo imperfecto

puede producir lo perfecto? Me respondera sin la menor vacilacinegativamente.

Lo perfecto es lo absoluto; lo imperfecto, lo relativo; enfrente de lo perfectoque significa todo, lo relativo, lo contingente, no significa nada, no tienevalor, se eclipsa, y, por lo tanto, no hay nadie capaz de establecer relacinalguna entre ambos; a sostenemos la imposibilidad d


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evidenciar, en este caso, la rigurosa concomitancia que debe existir entre lacausa y el efecto.

Es, por lo tanto, imposible que lo perfecto haya podido determinar loimperfecto. Por el contrario, existe una relacin directa, fatal y hastamatemtica entre una obra y su autor. Por la produccin se conoce el valointelectual, la capacidad, la habilidad del sabio, del pensador, del obrero, deartista, como por la calidad del fruto se distingue el rbol a que pertenece.

La Naturaleza es bella; el Universo es grandioso y yo admiroapasionadamente, tanto como el que ms, los esplendores y lamagnificencias de las que nos ofrece un ininterrumpido espectculo. Siembargo, por muy entusiasta que yo sea de las bellezas naturales, y pogrande que sea el homenaje que les rinda, no me atrever a sostener que eUniverso sea una obra sin defectos, irreprochable, perfecta. Y no creo quehaya nadie capaz de sostener tal opinin. Luego, no siendo la obrirreprochable, el autor, el Dios de los creyentes, tampoco es perfecto. Econclusin: O Dios no existe o no puede ser el Creador, tal es mi conviccinO bien: siendo el Universo una obra imperfecta, Dios no puede ser sinoimperfecto. Silogismo o dilema, la conclusin del razonamiento es la misma.

Lo perfecto no puede determinar lo imperfecto.

El Ser eterno, activo y necesario, no pudo estar inactivo o ser innecesario

Si Dios existe, es eterno, activo y necesario. Eterno? Lo es podefinicin. Es su razn de ser. No puede concebirse comenzando o acabandono puede haber aparicin ni desaparicin. Es de siempre.


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Activo? Lo es y no puede dejar de serlo, puesto que su actividad sha afirmado, dicen los creyentes, por la accin ms colosal y m

majestuosa que imaginarse pueda: la Creacin de los Mundos.

Necesario? Lo es y no puede dejar de serlo pues sin su voluntad nadaexistira, puesto que es el autor de todas las cosas, el punto inicial de dondetodo sali, la fuente nica y primera de donde todo emana, puesto quesuficiente en s mismo, ha dependido de su sola voluntad que todo sea o queno sea nada. Por lo tanto es: eterno, activo, necesario.

Pretendo y voy a demostrarlo, que si es eterno, activo, necesariotambin debi ser eternamente activo y eternamente necesario; enconsecuencia, no pudo estar nunca inactivo o ser innecesario y, por lo tantono ha creado nunca.

Decir que Dios no es eternamente activo es admitir que no siempre lofue, que ha llegado a serlo, que ha comenzado a ser activo, que antes dserlo no lo era, y puesto que por la creacin es como se ha manifestado sactividad, es afirmar a un mismo tiempo que, durante los millares y millares

de siglos que precedieron a la accin creadora, Dios estaba inactivo.

Decir que Dios no es eternamente necesario, es admitir que no siemprelo ha sido, que ha llegado a serlo, que ha comenzado a serlo y que antes dserlo no lo era, puesto que es la creacin la que proclama y atestigua lanecesidad de Dios; es afirmar a un mismo tiempo que, durante los millares ymillares de siglos que seguramente precedieron a la accin creadora, Dios erainnecesario. Dios abandonado y perezoso! Dios intil y superfluo! Quepostura para el Ser eternamente activo y esencialmente necesario!

Hay, pues, que confesar que Dios es en todo tiempo activo y necesarioPero entonces no puede haber creado, desde el momento en que la idea decreacin implica de manera absoluta la idea de principio, de origen. Una cosque empieza, no ha existido siempre. Existi necesariamente un tiempo eque antes de ser no era y corto o largo, este tiempo fue el que precedi a lcosa creada, es imposible suprimirlo, pues de todos modos existe.


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As resulta que: o Dios no fue eternamente necesario, y solo llego aserlo por la creacin. Y si es as, resulta que le faltaba a ese Dios antes d

la creacin estos dos atributos: La actividad y la necesidad. Era un Dioincompleto, era solo un pedazo de Dios y tuvo la necesidad de crear parallegar a ser activo y necesario, y completarse.

O bien Dios es eternamente activo y necesario y, en este caso, hacreado eternamente. La creacin es eterna, el Universo no ha comenzad jams, existi en todo tiempo, es eterno como Dios, es Dios mismo con e

cual se confunde.Siendo as, el universo no ha tenido principio alguno, no ha sido creado.

As, pues, en el primer caso, Dios, antes de la creacin, no era ni activoni necesario, estaba incompleto, es decir, era imperfecto, y, por lo tanto, nexista, o bien, en el segundo caso siendo Dios eternamente activo yeternamente necesario, no puedo llegar a serlo y no pudo haber creadoImposible salir de aqu.

El Ser inmutable no pudo haber creado

Si Dios existe, es inmutable. No cambia, no puede cambiar. Mientras quen la Naturaleza todo se modifica, se metamorfosea, se transforma, puenada es definitivo, ni llega a serlo, Dios, punto fijo, inmvil en el espacio, nosujeto a modificacin alguna, no se transforma, ni puede llegar atransformarse.


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Es hoy lo que fue ayer, ser maana lo que es hoy. Que se busque Dios en la lejana de los siglos pasados como en la de los tiempos futuros

es y ser constante idntico en s.

Dios es inmutable. Sin embargo, sostengo que si Dios ha creado, no einmutable, pues ha cambiado dos veces. Determinarse a querer, es cambiarEs evidente que existe un cambio entre el ser que quiere una cosa y el quequerindola la pone en ejecucin. Si yo deseo y quiero hoy lo que no deseabani quera hace cuarenta y ocho horas, es que se ha producido en mi, o a m

alrededor, una serie de circunstancias que me han inducido a querer. Estenuevo deseo de querer constituye una modificacin que no se puede poner eduda, que es indiscutible.

Paralelamente: accionar o determinarse a accionar, es modificarse. Etambin cierto que esta doble modificacin, querer obrar, es mucho mconsiderable y ms valiente, pues se trata de una resolucin grave y de unaaccin importante.

Dios ha creado, decs vosotros. Sea. Entonces ha cambiado dos veces: l

primera vez, cuando tom la determinacin de crear; la segunda vez, allevar a la practica esta determinacin y ejecutarla.

Si ha cambiado dos veces, no es inmutable. Y si no es inmutable, no eDios, no existe.

El Ser inmutable no puedo haber creado.

Dios no pudo haber creado sin motivo


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De cualquier forma que se pretenda examinarla, la Creacin einexplicable, enigmtica, falta de sentido. Salta a la vista que, si Dios ha

creado, es imposible admitir que realizara este acto tan grandioso, en el quelas consecuencias deban ser fatalmente proporcionadas al acto mismo, y poconsiguiente, incalculables, sin que lo hiciera determinado por una razn deprimer orden.

Ahora bien: Cul pudo ser esta razn? Por qu motivo tom Dios laresolucin de crear? Qu mvil le impulso a ello? Qu deseo germin e

l? Qu designio se forj? Qu idea persigui? Qu fin se haba propuesto?Bien mirado, este Dios no puede experimentar ningn deseo, puesto que

su felicidad es infinita, ni perseguir ningn fin, cuando nada falta a superfeccin; no puede formar ningn designio, puesto que nada puedeextender su poder; no puede determinarse a querer nada no teniendnecesidad alguna.

Ea! Filsofos profundos, pensadores sutiles, telogos prestigiososresponded para qu Dios ha creado y puesto al hombre en el mundo y decid

por qu Dios lo ha creado y lo ha lanzado al mundo. Estoy bien tranquilovosotros no podis responder, a menos que digis: los misterios de dios sonimpenetrables, y aceptis esta respuesta como suficiente. Y haris bieabstenindoos de toda otra respuesta, porque ella, os lo prevengocaritativamente, entraara la ruina de vuestro sistema y el derrumbamientde vuestro Dios. La conclusin se impone lgica, imperdonable: Dios, si hcreado, ha creado sin motivo, sin saber por qu, sin ideal.

Sabis a dnde nos conducen las consecuencias de tal conclusin?

Vais a verlo: Lo que diferencia los actos que realiza un hombre dotadde razn, de los de otro atacado de demencia; lo que hace que uno searesponsable y otro irresponsable, es que un hombre de razn sabe siempre opuede llegar a saber, cuando realiza algo, cuales han sido los mviles que lehan impulsado, cuales los motivos que le han inducido a practicar lo quepensaba.


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Mucho ms cuando se trata de una accin importante y cuyaconsecuencias entraan gravemente su responsabilidad, es preciso que e

hombre entre en posesin de su razn, se repliegue sobre s mismo, se librea un examen de conciencia, serio, persistente e imparcial, que por surecuerdos reconstruya el cuadro obligado de los acontecimientos que haconvivido, en una palabra, que procure revivir las horas pasadas, para qupueda discernir con claridad cules fueron las causas y el mecanismo de lomovimientos que le determinaron a obrar.

Con frecuencia no puede vanagloriarse de las causas que le haimpulsado y a menudo le hacen enrojecer de vergenza: mas cualesquierque sean estos motivos nobles o viles, interesados o generosos, llega adescubrirlos en un determinado momento.

Un loco, al contrario, procede sin saber por qu, y una vez el actrealizado, por grandes que sean las consecuencias que de l puedaderivarse, interrogadle, encerradle si queris, en un circulo estrecho depreguntas, y no obtendris de este pobre demente ms que vaguedades eincoherencias. Por tanto lo que diferencia los actos de un hombre sensato delos de un insensato, es que los actos del primero se explican, tienen unarazn de ser, se distingue la causa y el efecto, el origen y el fin, mientras quelos actos de un hombre privado de razn no se explican, y l mismo eincapaz de discernir el porqu los ha cometido y el fin que persigui arealizarlos.

Ahora bien: si Dios ha creado sin motivo, sin causa, ha procedido comoun loco, y en este caso la creacin parece como un acto de demencia.

Para terminar con el Dios de la Creacin, me parece indispensablexaminar dos objeciones. Pensaris bien que aqu las objeciones abundanpor eso, cuando hablo de dos objeciones, me refiero a dos que son capitalesclsicas. Estas objeciones tienen tanto ms importancia cuanto que se puedecon habilidad en la discusin, englobar todas las otras en estas dos.


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Imposibilidad de conocer a Dios?

Se me dice: No tiene usted derecho para hablar de Dios en la forma enque lo hace. No nos presenta sino a un Dios caricaturizado, sistemticamentereducido a las proporciones de pequeez que osa acordarle su entendimientoEse Dios no es el nuestro. El nuestro no puede usted concebirlo, puesto que

es superior a usted, puesto que lo desconoce. Sepa que lo que es fabulosopara el hombre mas fuerte y ms inteligente en todas las ramas del saber, epara Dios un simple juego de nios. No olvide que la humanidad no puedemoverse en el mismo plano que la divinidad. No pierda de vista que le es tanimposible comprender al hombre comprender la manera en que Dios precedecomo a los minerales imaginar como viven los vegetales, como a lovegetales concebir el desarrollo de los minerales y a los animales saber comoviven y operan los hombres. Dios ocupa unas alturas a las que usted esincapaz de llegar; habita unas montaas para usted inaccesibles. Sepa qu

cualquiera que sea el grado de desarrollo de una inteligencia humana, poimportantes e intensos que sean los esfuerzos realizados por estainteligencia, jams podr elevarse a la altura de Dios.

Advierta, en fin, que jams el cerebro del hombre, que es limitadopodr abarcar a Dios, que es ilimitado. Confiese lealmente que no es posiblecomprender ni explicar a Dios. Pero de no poder comprenderlo ni explicarlono saque la consecuencia de que ello le da derecho a negar su existencia.

Mi contestacin a los testas:Me dais, seores, consejos de lealtad que estoy dispuesto a aceptar. Me

hacis recordar que soy un simple mortal, lo que legtimamente reconozco, yde lo que procuro no separarme.

Me decs que Dios me supera, que lo desconozco. Sea. Consiento enreconocerlo, afirmo que lo finito no puede concebir ni explicar lo infinito, pue


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es una verdad tan cierta y tan evidente que no esta en mi mano hacerleoposicin alguna. Veis, pues, que hasta aqu estamos de perfecto acuerdode lo que espero estaris bien contentos.

Solamente que me permitiris os d iguales consejos de lealtad y dmodestia, que antes me ofrecisteis y yo acepte, para preguntaros: No soivosotros hombres lo mismo que yo? No os supera Dios como a m mesupera? No os es inaccesible como lo es para m? Tendris la pretensin dcreeros iguales a la Divinidad? Tendris la mana de pensar y la tontera de

creer que de un vuelo podis llegar a las alturas que Dios ocupa? Seripresuntuosos al extremo de creer que vuestro pensamiento, que es finitopueda comprender lo infinito?

No quiero haceros la injuria de creer que sostengis una extravaganciatan banal.

As, pues, tened la modestia y la lealtad de confesar que, si a m me eimposible comprender a Dios, vosotros tropezis con el mismo obstculoTened, en fin, la probidad de reconocer que, si porque a mi no me e

permitido concebir y explicar a Dios, se me niega el derecho a negarlo, vosotros, como a mi, no os es permitido concebirlo ni explicarlo, tampoctenis derecho a afirmarlo.

No creis que por esto quedamos en igual situacin que antes. Puestoque fuisteis los primeros en afirmar la existencia de Dios, tenis el deber deser los primeros en cesar en vuestras afirmaciones. Hubiera yo soadojams en negar la existencia de Dios, si vosotros no hubierais empezado poafirmarla, y cuando era todava un nio no se me hubiera impuesto la

necesidad de creer en l, si cuando era adolescente no hubiera odafirmaciones en este sentido, si hombre ya, mis miradas no hubieranconstantemente contemplado las iglesias y los templos elevados a ese Dios?

Han sido vuestras afirmaciones las que han provocado mis negaciones.

Cesad de afirmar vosotros y yo cesar de negar.


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No hay efecto sin causa

La segunda objecin parece ms invulnerable. Muchos la consideran sireplica. Esta proviene de los filsofos espiritualistas.

Estos seores dicen sentenciosamente: No hay efecto sin causa: el Universes un efecto, y como no hay efecto sin causa, esta causa es Dios. Eargumento est bien presentado y parece bien construido. Lo esencial estriben saber si todo esto es verdad. Este razonamiento, en buena lgica, se llamsilogismo. Un silogismo es un argumento compuesto de tres preposiciones: lamayor, la menor y la consecuencia; comprende dos partes: las premisasconstituidas por las dos primeras proposiciones, y la conclusin representadpor la tercera.

Para que un silogismo sea inatacable necesita: 1., Que la proposicin mayoy la menor sean exactas; 2., Que la tercera proposicin dimane lgicamentede las dos primeras.

Si el silogismo de los filsofos espiritualistas rene estas dos condiciones, eirrefutable y no me queda otra solucin que aceptarlo; pero si carece de unsola de esas dos condiciones resulta nulo, sin valor y el argumento se hunde

por s solo.A fin de reconocer su calor, examinemos las tres proposiciones que lo

componen.

Primera proposicin, mayor: no hay efecto sin causa. El efecto no ems que la continuacin, la prolongacin, el fin de la causa. Quien diceefecto, dice causa. La idea de causa provoca necesariamente la idea d


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efecto. Creerlo en otro sentido es creer lo absurdo. As, pues, en estaprimera proposicin estamos de acuerdo.

Segunda proposicin, menor: El Universo es un efecto. Antes decontinuar, solicito algunas explicaciones: Sobre qu se apoya una afirmacitan categrica? Cul es el fenmeno o el conjunto de fenmenos? Cul esla constatacin o el conjunto de constataciones que permite hacer undeclaracin tan afirmativa? Y en primer lugar: Es que conocemos lsuficiente el Universo? Es que nuestros conocimientos lo han estudiado

comprendido, escrutado para que nos sea permitido hacer tales afirmacionesHemos penetrado en sus entraas y explorado sus espacioinconmensurables? Acaso hemos descendido a las profundidades deocano? Conocemos todas las cosas que son del dominio del Universo? Eque este nos ha mostrado todos sus secretos y todos sus enigmas? Lhemos entendido, palpado, sentido, observado todo? Nada tenemos queaprender? Nada nos queda por descubrir? Abreviando: Es que estamos econdiciones de hacer una apreciacin formal, definitiva, un juicio indiscutibledel Universo?

Ninguno osara, suponemos, responder afirmativamente a todas estacuestiones, y seria digno de lastima el que tuviera la audacia, mejor dicho, lainsensatez de sostener que conoce al Universo.

El Universo, es decir, no solamente este nfimo planeta que nosotrohabitamos, sobre el cual se arrastran nuestras miserables armaduras seasno solamente los millares de astros y de planetas que conocemos, queforman parte de nuestro sistema solar o que se descubren e el curso detiempo, sino tambin los mundos, esos otros mundos cuya existenci

conocemos por conjetura, pero cuya distancia y numero nos soincalculables!

Si yo dijera: el Universo es una causa, tengo la certeza de quedesencadenara espontneamente contra m las rechiflas y las protestas detodos los creyentes, y sin embargo, mi afirmacin no ser mas descabelladaque la suya. Mi temeridad seria igual a la suya, esto es todo


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Si yo estudio y observo el Universo tanto como las circunstancias lpermiten al hombre hacerlo hoy, he de constatar que es un conjunto

increblemente complejo y denso, un entrecruzamiento impenetrable y colosade causas y efectos que se determinan, se encadenan, se suceden, se repitey se penetran. Observare enseguida que el todo forma una cadena sin fin enla que los eslabones estn indisolublemente ligados y en la que cada uno deestos eslabones es causa y efecto; efecto que sigue. Quin podr decir: haqu el ultimo anillo, el anillo efecto? O: hay una causa numero primerohay un efecto numero ultimo?

A la segunda proposicin: El Universo es un efecto, le falta unacondicin indispensable: la exactitud. En consecuencia, el citado silogismo nvale nada. Yo agrego que aun en el caso de que esta segunda proposicinfuera exacta, quedara por establecer que la conclusin fuese aceptable, quel Universo es el efecto de una causa nica, de la causa primera, de unacausa sin causa, de una causa eterna.

Espero sin inquietud esta demostracin que aunque muchas veces se hdeseado, no ha sido posible, y esto lo decimos sin temeridad algunaestablecer seria, positiva y cientficamente.

Por ultimo, admitiendo que el silogismo entero fuera irreprochablepodra fcilmente volverse contra la tesis del Dios Creador y a favor de mdemostracin. Ensayemos... No hay efecto sin causa? Sea. El universo eun efecto? De acuerdo. Entonces, este efecto tiene una causa que nosotrollamamos Dios? Sea. No os entusiasmis, destas; escuchadme, que aun nohabis triunfado. Si es evidente que no hay efecto sin causa, es tambinrigurosamente cierto que no existe causa sin efecto. No hay, no puede haber

causa sin efecto. Quien dice causa, dice efecto; la idea causa, implicnecesariamente y llama inmediatamente la idea de efecto; en otro caso, lacausa sin efecto seria una causa de la nada, lo que seria tan absurdo comun efecto de nada. As, pues, esta bien entendido que no hay causa sinefecto. Vosotros decs que el Universo efecto, tiene por causa a Dios.


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En sentido inverso, podemos decir que la causa Dios, tiene por efectel Universo. De lo que resulta imposible separar el efecto de la causa e

imposible resulta tambin separar la causa del efecto.

Vosotros afirmis, en fin, que Dios-Causa es eterno. De esto saco laconclusin de que el Universo-Efecto es igualmente eterno, puesto que a uncausa eterna indudablemente corresponde un efecto tambin eterno. Spudiera ser de otro modo, es decir, si el Universo no hubiera comenzaddurante los millares y millares de siglos que quiz han precedido a la

creacin, Dios habra sido durante todo ese tiempo una causa sin efecto, lque es imposible; una causa de la nada, lo que es absurdo.

En consecuencia, si Dios es eterno, el Universo tambin lo es, y si eUniverso es terno, no ha comenzado jams, de lo que resulta que no ha sidcreado. Esta esto claro?


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Contra El Dios Gobernador o Providencia

El gobernador niega al creador


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Son muchsimos, forman legin, los que a pesar de todo se obstinanen creer. Concibo que, en rigor, pudiera creerse en la existencia de un

creador perfecto, o que se creyera en un gobernador necesario; pero meparece imposible que razonablemente pueda creerse en la existencia de uno de otro al mismo tiempo, porque estos dos seres perfectos se excluyencategricamente: afirmar a uno es negar al otro; proclamar la perfeccin deprimero es confesar la inutilidad del segundo; sostener la necesidad del otropero resulta desprovisto de toda lgica creer en la perfeccin de ambos: Eimposible; hay que escoger.

El Universo creado por Dios hubiera sido una obra perfecta, si enconjunto, como en sus ms mnimos detalles, esta obra careciera dedefectos; si el mecanismo de esta gigantesca creacin fiera irreprochable; ssu perfeccin fuera tal que no hubiera temor de que se produjera ningndesarreglo, ninguna avera; concertando: si la obra fuera digna de estobrero genial, de este artista incomparable, de este constructor fantsticoque llaman Dios, la necesidad de un Gobernador no se hubiera sentido

Es lgico pensar que una vez puesta la maquina en marcha habra sidoabandonada a s misma, sin temor, pues los accidentes eran imposiblesPara que este ingeniero, este mecnico, cuyo papel es vigilar la maquinadirigirla, intervenir cuando es necesario realizar retoques, cuando esta enmovimiento y hacerle las reparaciones sucesivas y necesarias? Este ingenierera intil. Si el Gobernador existe, no puede negarse que su presencia, suvigilancia, su intervencin son indispensables. La necesidad del Gobernadoes como un insulto, un desafo lanzado al creador; su intervencin corroborael desconocimiento, la incapacidad, la impotencia del Creador.

La multiplicidad de los dioses atestigua que no existe ninguno


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El Dios Gobernador debe ser poderoso y justo, infinitamente poderose infinitamente justo. Afirmo que la multiplicidad de las religiones atestiguaque le falta o poder o justicia. No hablemos de los dioses muertos, de locultos abolidos, de las religiones olvidadas porque stas se cuentan por milede miles. No hablemos sino de las religiones existentes. Segn los clculomejor fundados, se conocen actualmente ochocientas religiones que sedisputan el imperio de los mil ochocientos millones de conciencias que

pueblan nuestro planeta. No puede dudarse que cada una reclama para s eprivilegio de que slo su Dios es el verdadero, el autntico, el indiscutible, enico, y que todos los otros dioses son dioses de risa, dioses falsos, dioses dcontrabando y de pacotilla, y que es obra piadosa combatirlos y aplastarlos. Aesto ya agrego que si en lugar de ochocientas no hubiera sino cien religioneso diez, o dos, mi argumento tendra el mismo valor.

Por tanto, sostengo que la multiplicidad de estos dioses atestigua que nhay ninguno, porque al mismo tiempo certifica que Dios no es poderoso njusto. Si fuera poderoso, hubiera podido hablar a todos con la misma facilidadcon que lo hara a unos pocos. Hubiera podido mostrarse, revelarse a todossin emplear ms esfuerzo que para un reducido numero. Un hombrecualquiera que sea no puede mostrarse ni hablar mas que a un reducidonumero de hombres; sus cuerdas vocales tienen una resistencia que nopuede exceder ciertos limites. Pero Dios! Dios, que puede hablar a todospor grande que sea el numero con la misma facilidad que a unos pocosCuando se eleva, la voz de Dios puede y debe repercutir en los cuarto puntocardinales. El Verbo no conoce ni distancia ni obstculo. Atraviesa loocanos, escala las alturas, franquea los espacios sin la ms mnimadificultad. Puesto que l ha querido la religin as lo afirma hablar a lohombres, revelarse a ellos, confiarles sus designios, indicarles su voluntadhacerles conocer su Ley, bien hubiera podido hacerlo a todos y no a unpuado de privilegiados.

Pero no ha sido as, puesto que unos lo ignoran, otros lo niegan y otrosen fin, establecen competencias poniendo unos dioses frente a otros. Y en


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estas condiciones, no estimis sensato pensar que no ha hablado a nadie yque las mltiples revelaciones que se le atribuyen son otras tantaimposturas, o, mas aun, que si no ha hablado mas que a unos pocos, ha sidporque era incapaz de hablar a todos?

Siendo as, yo le acuso de impotencia. Y si no queris que le acuse deimpotencia le acusar de injusticia. Qu pensar de un Dios que slo se hacevisible a un reducido numero y se esconde para los otros? Qu pensar deese dios que dirige la palabra a unos y para otros guarda el ms profund

silencio?No olvidis que los representantes de ese dios afirman que es el padre

de todos y que todos somos tambin los hijos amados del padre que reinaall arriba, en los cielos. Y bien Qu pensis vosotros de ese padre queexuberante de ternezas para algunos privilegiados, revelndose a ellos, leevita las angustias de la duda, las torturas de la vacilacin, mientras quevoluntariamente condena a la inmensa mayora de sus hijos a los tomentode la incertidumbre? Qu pensis vosotros de ese padre que se representa auna parte de sus hijos, en medio del esplendor de su majestad, mientras qupara los otros queda envuelto en las ms oscuras tinieblas? Qu pensivosotros de ese padre que exige a sus hijos que practiquen un culto, le rindaadoracin y respeto, y llama a unos pocos a escuchar su verdadera palabramientras que con deliberado propsito niega a los dems esta distincin, estinsigne favor? Si vosotros estimis que este padre es bueno, no osorprendis si mi opinin es diferente.

La multiplicidad de las religiones proclama bien claro que al Dios de locristianos le falta poder o justicia.

Pero Dios debe ser infinitamente poderoso e infinitamente justoafirman los cristianos y si le falta alguno de estos dos atributos, el poder o l justicia, no es perfecto, y no siendo perfecto no tiene razn de ser y por ltanto no existe.

La multiplicidad de los dioses demuestra que lo existe ninguno


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Dios no es infinitamente bueno: El infierno lo atestigua

El dios Gobernador o Providencia es y debe ser infinitamentemisericordioso. La existencia del infierno prueba, sin embargo, que no lo esSeguid de cerca mi razonamiento: Dios poda puesto que era libre ncrearnos, pero nos ha creado. Dios poda puesto que es todopoderosocrearnos buenos, pero nos ha creado buenos y malos. Dios poda puesto quera bueno admitirnos a todos en su Paraso despus de nuestra muertecontentndose como castigo con el tiempo de sufrimientos y de tribulacioneque pasamos en la tierra. Dios poda, en fin puesto que es justo no admitien su Paraso a los malos, negndoles el acceso, mas antes debieradestruirlos totalmente a su muerte y no condenarlos a los sufrimientos deinfierno.

Porque quien puede crear, puede destruir; quien tiene poder para dar lvida, lo tiene para destruirla, para aniquilarla. Veamos: vosotros no soidioses. Vosotros no sois ni infinitamente justos, ni infinitamentmisericordiosos. Pero tengo la absoluta seguridad, sin que por esto oatribuya cualidades que quizs no poseis, que si estuviera en poder vuestro

sin que esto os exigiera un gran esfuerzo, sin que resultara para vosotroningn perjuicio moral ni material; si en vuestro poder estuviera, repitodentro de las condiciones indicadas, evitar a un ser humano una lagrima, undolor, un sufrimiento, afirmo que lo harais sin titubeos, sin vacilaciones. Ysin embargo, no sois ni infinitamente buenos, ni infinitamentemisericordiosos! Seriis vosotros mejores, ms misericordiosos que el Diode los cristianos?


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Porque, en fin, el infierno existe. La Iglesia lo ensea; es la horriblvisin, con cuya ayuda se siembra el espanto de los nios, en los viejos, y

entre los pobres de espritu y temerosos; es el espectro que se instala en lacabecera de los moribundos a la hora en que la muerte les arrebata todo suvalor, toda su energa y toda su lucidez. Y bien! El Dios de los cristianaosque dicen es de piedad, de perdn, de indulgencia, de bondad y misericordiaarroja a una parte de sus hijos para siempre a un antro de torturas, lams crueles, y de suplicios, los ms horrendos. Cmo es de bueno! Cumisericordioso!

Canceris sin duda estas palabras de las Escrituras: Muchos son lollamados, pero pocos los elegidos. Estas palabras significan, sin abusar de svalor, cun nfimo serpa el nmero de los salvos, y considerable el de locondenados. Esta afirmacin es de una crudeza tan monstruosa, que se hprocurado darle otro significado. Poco importa: el Infierno existe y eevidente que los condenados muchos o pocos sufrirn los ms crueletormentos

Preguntamos ahora nosotros: a quin pueden beneficiar los tormentode los condenados?

Acaso a los elegidos? Evidentemente, no! Por definicin, los elegidosern los justos, los virtuosos, los fraternales, los compasivos, y seriabsurdo suponer que su felicidad, ya incomparable, pudiera ser acrecentadacon el espectculo de sus hermanos torturados. Ser, pues, a locondenados mismos? Tampoco, puesto que la Iglesia afirma que el suplicio destos desgraciados no acabar jams, y que por los siglos de los siglos susufrimientos sern tan horripilantes como el primer da. Entonces? Entonces

aparte de los elegidos y de los condenados, solo existe Dios.

Es, pues, Dios, quien obtendr beneficios de los sufrimientos de locondenados? Es, pues, l, ese padre infinitamente bueno, infinitamentemisericordioso, quien se regocijara sdicamente con los dolores a quevoluntariamente a condenado a sus hijos?


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Ah! Si esto es as, este Dios se me aparece como un feroz inquisidorel ms implacable que se pueda imaginar. El infierno prueba que dios no e

bueno ni misericordioso. La existencia de un Dios de bondad es incompatiblecon la existencia del Infierno. O bien el infierno no existe, o bien Dios no einfinitamente bueno.

El problema del mal

Es el problema del Mal el cuarto y ultimo argumento contra el Diogobernador, a la par que el primero va contra el Dios justiciero.

Yo no dir que la existencia del mal, mal fsico, mal moral, sea

incompatible con la existencia de Dios. Lo que digo es que es incompatiblecon el mal la existencia de un Dios infinitamente poderoso e infinitamentejusto.

El razonamiento es conocido, aunque no sea ms que por las mltiplerefutaciones siempre importantes que se le han opuesto.

Se remonta a Epicuro, por lo cual cuenta ya con ms de veinte siglos deexistencia, pero, por viejo que sea, conserva a travs del tiempo todo suvigor. Es el siguiente:

El mal existe. Todos los seres sensibles conocen el sufrimiento. Diosque todo lo sabe, no debe ignorarlo. Y bien! De dos cosas una: O Dios quiersuprimir el mal y no puede. O Dios puede suprimir el mal y no quiere. En eprimer caso, Dios quisiera suprimir el mal, y por ello es bueno, comparte losdolores que nos aniquilan, que nosotros sufrimos. Ah, si solo dependiera de


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l! El mal seria suprimido y el bienestar reinara sobre la tierra. Una vems diremos que Dios es bueno, pero es impotente al no poder suprimir emal.

En el segundo caso, Dios podra suprimir el mal. Seria suficiente que loquisiera, para que el mal fuera abolido. Es todopoderoso, mas no lo quieresuprimir, y, por lo tanto, no es infinitamente bueno.

Aqu Dios es poderoso pero no es bueno; all Dios es bueno, mas no epoderoso. Pero para admitir su existencia no es suficiente que posea una deesas dos perfecciones: poder o voluntad, es indispensable que posea las dosEste razonamiento no ha sido jams refutado.

Entendmonos: al decir jams; quiero decir que no se ha llegado refutarlo razonadamente, aunque muchas veces se ha ensayado. El intentode refutacin ms conocido es el siguiente:

Vosotros planteis en trminos errneos el problema del mal. Es uequivoco cargar sobre Dios la responsabilidad. Cierto que el mal existe, e

innegable; pero es al hombre a quien hay que hacer responsable: Dios no haquerido que el hombre sea un autmata, una maquina, que obedecierafatalmente. Al crearlo le dio completa libertad tan generosamente otorgadale concedi la facultad de hacer en todas las circunstancias el uso que creyerams conveniente; y si el hombre en vez de hacer uso noble y juicioso de estdon inestimable, lo hizo criminal y odioso, no es a Dios a quien hay queacusar, pues seria injusto: hay que acusar al hombre, lo que es mequitativo.

He aqu la clsica objecin. Cunto vale? Nada. Me explicare: hagamodistincin entre el mal fsico y el mal moral. El mal fsico es la enfermedad, esufrimiento, el accidente, la vejez, con su cortejo de reminiscencias yenfermedades; es la muerte, que indica la perdida cruel del ser que amamosHay nios que mueren algunos das despus de nacer, sin haber conocidootra cosa que el sufrimiento; existen numerosos individuos para quienes lavida no es sino una larga serie de sufrimientos, para los que hubiera sidpreferible no haber nacido; en el orden natural, las epidemias, lo


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cataclismos, los incendios, las sequas, las inundaciones, las tempestadesel hambre, toda esta enormidad de trgicas fatalidades, acumula el dolor la muerte. Quin osar decir que de este mal fsico debe hacerse al hombreresponsable? Quin no comprende que si Dios ha creado el Universo, si es quien le ha dotado de las formidables leyes que lo rigen, y si el mal fsico nes sino el conjunto de esas fatalidades que resultan del juego normal de lafuerzas de la naturaleza? Quin no comprender que el autor responsable deestas calamidades lo es con toda certeza el que ha creado el Universo y logobierna?

Supongo que sobre este punto no hay duda posible. Dios que gobierna eUniverso, es el responsable del mal fsico. Con esta respuesta seria suficientey, sin embargo, voy a continuar. Pretendo que el mal moral es tan imputablea Dios como el mal fsico puesto que si Dios existe, es l quien ha ordenadla organizacin del mundo fsico y que, en consecuencia, el hombre, victimadel mal moral, como del mal fsico, no es ni mas ni menos responsable deuno que del otro.

Continuare, mas para ello he de ligar lo que sobre el mal moral tengoque decir en la tercera y ultima serie de mis argumentos.


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Contra El Dios Justiciero

Irresponsable, el hombre no puede ser ni castigado ni recompensado

Qu somos nosotros? Hemos deseado las condiciones de nuestrnacimiento? Hemos sido consultados, para saber si queramos nacerHemos sido prevenidos para trazar cul habra de ser nuestro destinoHemos tenido sobre algunas de estas cuestiones voz o voto?

Si cada uno de nosotros hubiese tenido voz y voto para escoger, desdesu nacimiento, salud, fuerza belleza, inteligencia, energa, voluntad, etcteraseguramente se hubiera otorgado todos estos beneficios. Cada uno hubiera

sido un resumen de todas las perfecciones, una especie de Dios en miniaturaQu somos nosotros? Somos lo que hemos querido ser

Indiscutiblemente, no! Dentro de la hiptesis Dios, somos lo que l haquerido que furamos. Dios, al ser libre, hubiera podido no crearnos. Hubierapodido crearnos ms perfectos, puesto que l es bueno. Colmarnos de todolos dones fsicos, intelectuales y morales; crearnos ms virtuosos, sanos yexcelentes, puesto que es todopoderoso.


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Por tercera vez: Qu somos nosotros? Nosotros somos lo que Dios haquerido que furamos. Nos ha creado segn su capricho y su gusto. No

puede darse otra respuesta a la interrogacin, si se admite que Dios existe yque l nos ha creado, l ha previsto, querido, determinado nuestracondiciones de vida; ha coordinado nuestros deseos, nuestras necesidadesnuestras pasiones, nuestros temores, nuestras esperanzas, nuestros odiosnuestras ternuras, nuestras aspiraciones. l ha concebido, preparado emedio en el cual vivimos, determinando las circunstancias que a cadainstante darn el asalto a nuestra voluntad, y determinaran nuestra

acciones. Ante este Dios formidablemente armado, el hombre eirresponsable.

El que no est bajo la dependencia de nadie es eternamente libre; el quse halla un poco bajo la dependencia de otro es un poco esclavo, y libreslo por la diferencia; el que esta mucho bajo la dependencia de otro, es enel mismo grado esclavo, y no es libre mas que el resto, y, en fin, el que sehalla por completo bajo la dependencia de otro es totalmente esclavo, nogozando de ninguna libertad.

El hombre existe como esclavo de la voluntad divina y su dependencies tanto mayor cuanto ms alejado esta de su Maestro. Si Dios existe, l solosabe, puede y quiere; el solo es libre; el hombre no sabe nada, no puedenada, no vale nada; su dependencia es completa.

El hombre sometido a esa esclavitud, aniquilado bajo la dependenciplena y entera de Dios, no puede aceptar responsabilidad alguna. Y si esirresponsable no puede ser juzgado. Todo juicio implica castigo orecompensa; pero los actos de un irresponsable, no poseyendo ningn valo

moral, estn exentos de toda responsabilidad.

Los actos de un irresponsable pueden ser tiles o perjudicialesmoralmente no son ni buenos ni malos, ni meritorios ni responsables juzgando equitativamente no pueden ser recompensados ni castigados. Potanto, al erigirse en Justiciero, recompensado o castigando al hombre


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irresponsable, Dios es un usurpador que se arroga un derecho arbitrario usa de l contra toda justicia.

De lo dicho concluyo:

a) Que la responsabilidad del mal moral es imputable a Dios, tantocomo la del mal fsico.

b) Que Dios es un juez indigno, puesto que siendo irresponsable ehombre, no puede ser ni castigado ni recompensado.

Dios viola las reglas fundamentales de la equidad

Admitamos por un instante que el hombre ser responsable y veremocomo, dentro de esta misma hiptesis, la divina justicia viola las reglas melementales de la equidad. Si se admite que la practica de la justicia npuede ejercerse sin sancin y sin que el magistrado la establezca, ha mritoo culpabilidad y debe haber otra de castigo y recompensa.

El magistrado que mejor practique la justicia ser aqul que

proporciones lo ms exactamente posible la recompensa al merito o el castiga la culpabilidad, y el magistrado ideal, el impecable, el perfecto, ser el queestablezca una relacin rigurosamente matemtica entre el acto y la sancinYo pienso que esta regla elemental de justicia ser aceptada por todos.

Cualquiera que sea el merito de un hombre, es limitado (como lo es ehombre) y, sin embargo, la sancin de recompensa no lo es. El cielo es sinlimites, aunque no lo sea nada mas que por su carcter de perpetuidad


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Cualquiera que sea la culpabilidad del hombre es limitada (como lo ehombre), pero no lo es su castigo. El infierno no tiene limites, juzgado posu carcter de perpetuidad.

Luego, no existe relacin entre el merito y la recompensa; hadesproporcin entre el castigo y la falta, puesto que el merito y la falta solimitados, e ilimitados la recompensa y el castigo. Desproporcin siempre.

Dios viola las reglas ms fundamentales de la equidad.

RECAPITULACIN

He prometido una demostracin terminante, substancial, decisiva; creopoder decir que he cumplido mi promesa.

No perdis de vista que yo no me haba propuesto aportaros un sistemadel Universo que hiciera intil todo recurso a la hiptesis de una Fuerzasobrenatural, de una Energa o de una Potencia extramundana, de unPrincipio superior o anterior al Universo. Yo he tenido la lealtad como era mdeber, de deciros que: planteado as el problema no admite, dentro de loactuales conocimientos humanos, ninguna solucin definitiva, y que la solactitud que conviene a los espritus reflexivos y razonables, es la expectativa


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El Dios que yo he querido negar y el que ahora puedo decir que henegado su posibilidad, es el Dios de las religiones, el Dios Creador y

Justiciero, el Dios infinitamente sabio, justo y bueno, que el clero se jacta erepresentar sobre la tierra e intenta ofrecer a nuestra veneracin. No hay, nopuede haber equivoco. Es ese Dios el que yo niego, o si se quiere discutitilmente, es a ese Dios a quien hay que defender contra mis ataques.

Todo debate sobre otro terreno ser y os lo prevengo, porque enecesario que os pongis en guardia contra las insidias del adversario, un

diversin, y ser, an ms, la prueba de que el Dios de las religiones nopuede ser defendido ni justificado.


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CONCLUSIN

Tal es, sin embargo, el Dios que desde tiempos inmemoriales se nos haenseado y que hoy todava se ensea en la escuela y en el hogar comunesQu de crmenes han sido cometidos en su nombre! Qu de odios, guerrascalamidades han sido furiosamente desencadenados por sus representantesEse Dios de cuntos sufrimientos ha sido la causa, y cuantos males engendrtodava!

No llegara jams el da en que, cesando de creer en la Justicia Eternaen sus edictos imaginarios, en sus recompensas problemticas, los humanotrabajen con ardor infatigable por el advenimiento sobre la tierra de unaJusticia inmediata, positiva y fraternal? No sonara jams la hora en quedesengaados de consolaciones y esperanzas falaces, que les sugiera la

creencia en un Paraso compensador, los humanos hagan de nuestro planetaun Edn de abundancia, paz y libertad, en el que las puertas estnfraternalmente abiertas a todos?

Tiempo ha que el contrato social se ha inspirado en un Dios sin justiciatiempo es ya que se inspire en una justicia sin Dios. Tiempo ha que lasrelaciones entre los pueblos han difamado de un Dios sin filosofa; un tiempo


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es que monarcas, gobiernos, castas y clero, conductores de pueblos ydirectores de conciencia dejen de tratar a la humanidad como a un vrebao de carneros, para en ltimo termino ser esquilados, devoradoslanzados al matadero.

T, que me escuchas, abre los ojos, observa, comprende. El cielo deque sin cesar te hablan; el cielo con cuya ayuda se intenta insensibilizar tumiseria, anestesiar tus sufrimientos y ahogar el gemido que a pesar de todose exhala de tu pecho, es un cielo irracional, con un cielo desierto. Slo tu

infierno est poblado, es positivo.Basta de lamentaciones; las lamentaciones son vanas, basta d

postergaciones; las postergaciones son estriles. Basta de plegarias; laplegarias son impotentes.

Levanta, hombre! Derecho, altivo, rebelde, declara una guerrimplacable al Dios que tanto tiempo ha impuesto a ti y a tus hermanos unaembrutecedora veneracin. Desembarzate de ese tirano imaginario y sacudel yugo de sos que se pretenden sus representantes aqu en la tierra. Ma

acurdate de que si slo haces esto, la tarea no ser realizada ms que amedias. No olvides que de nada te servir romper las cadenas que los dioseimaginarios, celestes y eternos han forjado contra ti, si no rompes las qucontra ti han formado los dioses pasajeros y positivos de la tierra. Estodioses giran a tu alrededor, y procuran envilecerte y degradarte. Estos dioseson hombres como t. Ricos y gobernantes, estos dioses de la tierra la hanpoblado de victimas numerosas y de injustificables tormentos.

Puedan un da rebelarse los condenados de la tierra contra esto

verdugos, para fundar la ciudad de la que estos monstruos queden parsiempre desterrados.

Y cuando te hayas emancipado de los dioses, de cielo y de la tierracuando te hayas desembarazado de los tiranos de abajo y de los tiranos dearriba; cuando hayas realizado ese doble gesto de liberacin, entoncessolamente, oh, hermano!, saldrs del infierno en que te hayas y realizars tucielo. Dejars las tinieblas de tu ignorancia para entrar de lleno en las pura


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claridades de tu inteligencia, despierto ya de la influencia letrgica de lareligiones.

Libro No. 291. Doce Pruebas de la Inexistencia de Dios y otros ensayos ateos. Faure, Sebastián....

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