López Sáenz - Fª Hermenéutica y Deconstrucción

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Fi/osolía hermenéutica>’ deconstrucción M” Carmen Lóu’u-/ SxusNz (U.N.E.D.) J. Derrida y HG. (iadamer son dos de los mayores exponentes del pen— sanímento actual. lorniados en la tradición metafls ica europea y creadores de dos filosofías con algunas similitudes, pero, scbre todo, cc>n reunarcatíles di fbreiícias de muido cuyo círígemí y alcance inteiitareiiit)s del ini tar. Auíí bos pensadores están itifiueiiciados por ha obra cíe Husserl y’ Heidegger; ahora bieuí, mientras que Derrida ehiíííina eh ser o ha presencia y aceuítúa ha ci iseouítimíuidacl, Gadamer persiste cii cl euiipeño cíe reflexionar scíbre estos conceptos y subrayar la ecíuítí nuidad ecítí la tracliciómí fi itísófica. Los dos fihósotiís se interesamí por el leuíguaje, eh juego, la textuahidad. etc. 1 ¡itentan superar ha distiuíe ión cutre la experiencia del mtuuícicí y- ha reflexión sobre ella; asegtiran qtíe nc~ hay cxperueíícua urrefiexi\ca, sino interpretada, percí sígtien eaííí ititis opuestos: Derrída rechaza eh couicepto cíe ‘‘experícuiema asegurando que tocho es reflexion; Gadanier piensa qute ha fi losofia couii ictíza con la experiencia y que ésta sieuííprc incluye prejuicios de los que debenios tomar conciencia. La líeruííenéutica de Giadaníer tic) es cmuía prolcíngación de la líerníeííéutíca tradicional, entendida como teoría de ha interpretación, sino que se define como híerníeuíéutiea filosófica u olitológica y arralíca cíe ha heruiíenéutica lící— cleggeriamía de ha f’acticiciaci. También h)crrida lía segtuiclo el cam itict cíe He i deguer. Lucí uíqtíe ha subord í uiaci o la ontología y cl pti to de partí da se mííaíí— Nt’>->’- ctc ci>’ /~I/cctccÑcc Vc ccc;>- v-c’l.X i iQt)Yc cc(ciic LS. ~s. y7.S) sri-’- iric’ tic ¡‘uNu c;tcitcc-cc< bici vr i-<ci;íd Cid tecísc’ - N-iactrLd

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Filosofía

Transcript of López Sáenz - Fª Hermenéutica y Deconstrucción

  • Fi/osola hermenutica> deconstruccinM Carmen Luu-/ SxusNz

    (U.N.E.D.)

    J. Derrida y HG. (iadamer son dos de los mayores exponentes del pensanmento actual. lorniados en la tradicin metafls ica europea y creadores dedos filosofas con algunas similitudes, pero, scbre todo, cc>n reunarcatlesdi fbreicias de muido cuyo crgem y alcance inteiitareiiit)s del ini tar.

    Au bos pensadores estn itifiueiiciados por ha obra ce Husserl yHeidegger; ahora bieu, mientras que Derrida ehiina eh ser o ha presencia yaceuta ha ci iseoutimuidacl, Gadamer persiste cii cl euiipeo ce reflexionarscbre estos conceptos y subrayar la ecut nuidad ect la traclicim fi itsfica.Los dos fihsotis se interesam por el leuguaje, eh juego, la textuahidad. etc.1 itentan superar ha distiue in cutre la experiencia del mtuucic y- ha reflexinsobre ella; asegtiran qte nc~ hay cxperuecua urrefiexi\ca, sino interpretada,perc sgtien ea ititis opuestos: Derrda rechaza eh couicepto ce expercuiemaasegurando que tocho es reflexion; Gadanier piensa qute ha fi losofia couii ictzacon la experiencia y que sta sieuprc incluye prejuicios de los que debeniostomar conciencia.

    La leruenutica de Giadaner tic) es cmua prolcngacin de la lerneutcatradicional, entendida como teora de ha interpretacin, sino que se definecomo herneuutiea filosfica u olitolgica y arralca ce ha heruienutica lccleggeriama de ha facticiciaci. Tambin h)crrida la segtuiclo el cam itict ceHe ideguer. Luc uqte ha subord uiaci o la ontologa y cl ptim to de part da se ma

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  • 58 M Cco-rnea Lpez Saca:

    tico a la dimensin lingistica. Derrda sigue el impulso heideggeriano quedeconstruy la metafsica, pero en ocasiones no parece recordar que el obje-tivo de Heidegger era dejar sitio al ser y cifrar la tarea del pensamiento enpreservar los problemas de la mirada destructiva de la netafisica y de los do-los del pensamiento conceptual. Heidegger destruy la historia de la onto-logia con objeto de desarrollar otra uis fundamental que superara la tuadi-cin, mientras que la deconstruecin desmantela ha tnctafisica sin intencindc reemplazarla, porque piensa que no hay nada que preservar; para losdeconstruetivistas ha experiencia de la prdida se convierte en prdida de laexperiencia y la prioridad de la ausencia en ausencia de prioridad.

    (ladamer no comprende que deconstruccin pueda significan enDerrida, repudio de su historia, ya que ste no era el significado queHeidegger di al trmino Dastruktion1. [heidegger pensaba que la tarea delpensaiento contemporneo era la LXstruktionde la conceptualidad aliena-da de la metafsica; para ello empleaba eh lenguaje del que dispona, violen-tndolo, con objeto de obligarnos a pensar. Denominaba Des-trukiion a ladesestructuracin de los conceptos metafsicos carentes de pruebas, perotambin, en sentido positivo, a la recuperacin de la experiencia primordialgriega del ser. (jadamer ha precisado que Destruktion no significaba paraHeidegger Zerskirung, sino Abbau del eicubrimicnto o desmantelamiento delo que permaneca oculto, porque la mcta de l-leidegger era volver a hacerhablar al concepto en la lengua viviente y sta es una tarea hermenutica queno tiene que ver con ningn retorno a los orgenes. Heidegger rompi la rgi-da conceptualidad de la tradicin, no porque la despreciase, sino porque losnuevos caminos del pensamiento requeran nuevas sefiales indicadoras. Porconsiguiente, volver a Platn o a Aristteles no significa forzosanente, nipara Heidegger ni para (jadamer, caer en el logocentrisnio de la nietafisica,porque los logoi continan produciendo nuevos significados. Heideggerquiso abandonar el lenguaje de la metafsica con la ayuda de la poesa.Gadamer piensa que existen otros camiinos para lograrlo: uno es eh que lmismo ha escogido y va de la dialctica al dilogo; Derrida ha optado por elcamino de ha deconstruccin. Desde la perspectiva de ha filosofia hermenu-tica, la doctrina heideggeriana de ha superacin de la metafsica ha culunina-do en la deconstruccin y en el olvido total del ser en la era tecnolgica, queignora la resistencia continua de ciertas unidades en ha vida compartida. La

    (1V (iacianicr. [1.(i.> Gctvaao,>cc/te Werkc. Bautd lO. Tbiigcui: Mohr. 1995. s. ti

  • 1> loo ja br, ate-a c~udca r t/ec -ocictu u> e >o 59

    desconstruccin ha ct)ntrapuesto a la cuestin del significado del ser la de la dlue losimiterloctitores sot chst ntos, aunque coinciclet en su deseo ce poner algt encotiiun.

    (ladamer piensa que el error de Derrda estriba en leer a Heidegger a tra-vs dc 1 husserl3, por eso lo maiinterpreta. lo acusa de hogoceutrisnio y heopone ha criture, tmn significado siempre dispersado y diferido, demoledorce toda uuclaci total izaute. (Sadamer se niega a clasificar de este uiodo ahHeidegger que define el ser del Dasein por la futuricin y no por la presen-cia; Derrida prefiere interpretarlo en clave nietzscheana, es decir, ideifi-catdt eh Ser eo ha Nada. La hermenutica se eoiivierte emtc>nces, paraDerrida. cii la volumitac ce poder y de interpretar, en uma omtologia del de-chi-ve del ser y no cu tmia iiietaujsicLu de la bsqueda de los fundamentos y priucpios del uiiisiii //c y> e i cj-~ jo/ /)t-ca tic,tlraacj D,/cr l6jjt a u acj. New \ct uk SUNY i-e ss.959.> 1

  • 60 4] (,;>>c,> 1cc: Saca:

    guiente, la fenomenologa, la hermenutica y la metafsica no son tres pun-tos de partida filosficos distintos, sino el filosofar mismo4. Derrida, encambio, ha acusado a la fenonenologa de perseguir la intencin original delproyecto metafsico de la presencia. de continuar priorizando la autoconcien-cia, el momento presente de la vida nental solitaria, eh instante que pernitediferir y diferencia; dc un-nodo narcisista. ese falso conocimiento de la uni-dad para la diferencia y de la diferencia para ha unidad; por eso Derrida pre-tende invertir el itinerario dc la fenonienologia pensando la conciencia desdeel lenguaje y no a la inversa. As deconstruye los fundamentos ontolgicos deha metafsica y la fenonienologa. pero no ofrece una nueva ontologa.Describe la historia de la metafsica como metafsica de ha presencia, bs-queda de la familiaridad y rechazo del riesgo; desde su perspectiva, la her-menntica dialgica tampoco se escapa de esa tradicin. Gadamer se detien-de diciendo que la capacidad de comprender es ha caracterstica humana quesostieuie la vida social y que la posibilidad del consenso es el prerrequisito deha solidaridad, de cualquier sociedad viable y del comproniso tico que hadesustentar ha interaeci social y poltica. No puede. por tanto, estar de acuer-do con Derrida, que relaciona la experiencia hermenutica de la conversaemonvivida con la metafsica de ha presencia-5. Derrida insiste en que (jadanerhabla el lenguaje de ha metafsica; (jadaner se pregunta si existe tal cosa6 yresponde que Spracle is mnmer nur dic cine, die wir nit anderen und zuanderen sprechen7. que ha filosofa escucha atentamente la antigua sabiduraque habla en el lenguaje viviente del dilogo. Considera, en suma, que no hayun lenguaje de la metafsica, sino sinplenente nuestro propio lenguaje, en ehque existen conceptos conpartidos con la tradicin sujetos a innumerablestransformaciones. No comprende cmo l. que mantiene que la autocon-prensin mo es la inquebrantable certeza de ha autoconciencia, sino una nuevaempresa y una nueva derrota, que afirma que la comprensin contribuye a laautocomprensin ms all de todo idealisio. puede ser acusado dc apoyar lauretafsica de la presencia. En efecto, la herienutica de (jadamer afirma queaqul que conprende un texto se autocomprende nejor a su mismo; Derridadesconfa de la fuerza de la reflexin y ststituye ha autocomprensin por lacrtica. Tambin (Sadaner discrepa de ha .4uJkcirung, pero no renuncia por

    4 (jaclamer. H ti.. Ge.vanrn- el/e Wc,ke. kant] it). y 109.Cfr. Gadamer, liii.. Lettcr o I)aiimayu. en Michcifchdeu. DR. tal.) op. cit. p. 95(fr ibid. p. 95ti Litia uiter. Idtii., (ic.scjn>n> ctcJ-14jkr. md ~tnci O. s. 44

  • F/ /asohc> u el-nl c> ce,j/r a u ch-coas e>>>> t >au 6 1

    completo a ella porque hasta ha crtica ha exige. La hermenutica no tieneconio objeto, como cree Derrda, concretar algo que ha sido dicho o repre-sentar lo dado, sino aprehender lo que se ha querido decir realmente. Su obc-tt} es ha atitocouiiprensiOn (Se/As i--ervtindns), porque la vida uniaia es lacoiitu muidad de la propia autoconilirension y esta contiuuidacl couisiste enpcerse tulio uiiisumc colstantemente cu etestim y cu um continuo serotro(cia bcstch->digcs- -1 nclerssein); cte ah ha iuposibilidad ce llegar a la atitoconciencia etenciida coiiio attoiclentificacim. Cuando [)errida asegtura que hacouiiprension hcrmeuttiea btmsca la apropiacit y ha ocultacicn del otro, estainterpretando iueorrcctamcnte ha intencin de (jadamer, eh cual asegura rei-teuaclaiiieuitc qtuc ct)!iiprender al otro sg tuca aceptar la ptisibi 1 dad ce estarequivocado y dejarse decir algo por l.

    1 n ( jacianer uio ha}c iiietafisica de la presencia, ya que su coucepciu ticla ct>nipreuisioii rechaza ha mce ion traclcoual ce sta coiiio reflejo o adeenaciou reprociuctoia: adems mnestra experemcia de ha comnpreuisioii cluycrambiu ha experielie a de sus Ii ni itaciomes. Lii tiuiiversal idacl de dicha experelca hermenutica inphca tanbin a stas, tic nisno incalo c nc cu todaconiprension hay algo cte iuconiprensitSn, porque eh dilogc dluC souics care-ce ce palabra final. En cambio, la deconstrttecin se prescuita comiio ha clisohuciom del proposito de tuma conprensii autuitica.

    (?omo h)erricla. Gadamer cace ola ecuitra la iiietafisca cte ha presec a.ya dlue pieuisa q tic has cosas en si mismas miulca se uai fiestan al uarget deti ucsi ras perspectvtis Ii is tonca s sobre las un sunas; es itupensab le salirse de Ithistoria 1ara sittet izar tcidts has aprox i maciciuies tempcirales y solo hay cmapresentaciom fitita ce itt realidad cii eh lenguaje. La herueutiea mio privi legia cl presente, si itt ha tradicin cu ha que participaiiios: tanipcco favorec-etuiia coneepcioui oiitoteologica de ha Ii istoria en ha cine se pcutencie ch origen:to iLiv lineal i ciad, si uo tusi ii cte lorizoutes: ti i s iqu iert cbservaiiics cmi chaesa pr mr tic i Lt ircicle nuit che 1 LI cone iecia qtue sc establece por ecl o ce la ccvy que [)errcla cienoininafonocentristio -

    (ladanier sc impone eh imperativo tico de ha reconstruccin prctica deha traclicim mcta hisca en el pensar historco; en cambio, Derricha sigue aN ictzsehe y stu conx-ccioui ce que Platn fue el ctthpabhc de ha icieuitifieacuouicobarde dc la Idea com ha razm - Som dos interpretaciones cli tercites ce cualiii sna trac cu. tiaclamer se interesa por adtiehlo qtuc est ms Lthl del set: deha idet y pcr 1 tu q tic hay detu s dc la chcjct mi ma de la sus: ta e ia ce ha tu-ade i uuiietafsca; sc pregtunta s realtnente el cal-nino ce ha metafsica es hogocntrco. huiia partido pcr el dialogo y mantiee ha memoria de ste eomo pcsibi

  • 62 Al c>o .0,0 es Sc,ea:

    lidad de comunicacin; la decidido tener presente a Platn en la liermenu-tca, aprendiendo a leerlo de una nueva forma. Derrida opina que ese dilo-go abierto en el que los interlocutores comparten el mismo status e intentanllegar a un acuerdo puro y desinteresado, tan slo determiado por la btuenavoluntad, es quimrico y manifiesta una falsa conciencia que conduce a unafalsa comprensin. La apelacin gadameriana a la buena voluntad no es, ensu opinin, ms que una mscara que encubre el ejercicio del poden (iadaieres plenamente consciente de la plosibildad de la distorsin comunicativa.pero considera que sta no es el caso normal de ha comprensi y que elacuerdo mutuo exige un dilogo infinito. Dada ha ausencia de un ideal desociedad igualitaria perfecta, la buena voluntad acta como condicin sinequa non para edificar una genuila solidaridad humana, sin la cual slo habrarelaciones de fuerza bruta -enmascaradas por la ideologa-- --. En toda con-versacin los interlocutores tiene que tener la buena voluntad de intentarcomprenderse el uno al otro, porque ha councacon verdadera es un esfuer-zo continuo por superar has distorsiones endmicas a la praxis comunicativa.Derrida insiste en que hablar de buena voluntad es mostrar que se pertene-ce a la poca de la metafsica de la subjetividad. Nosotros creemos que elconcepto de buena voluntad, en (jadaner, refleja justanente lo contrario:el intento de reforzar, en la nedida de lo posible, el punto de vista del otro yla escucha del mismo. Esta actitud es esencial para ha comprensin y. portanto, no es un concepto estrictamente tico o voluntarista. Derrida sospechadel concepto de verdad que se halla inplicado en esa buena voluntad y eneh ideal de una comunicacin armoniosa. No se percata de que esa sospechava en contra de si mismo, ya que cuando habla o escribe lo hace para que locomprendan. Se pregunta si la buena voluntad no ser um intento de res-taurar la voluntad de dominacin total del ente que caracteriza a la filosofaoccidental. Esta sospecha tendra algn fundamento si la comprensin her-menutica fuera nicamente apropiacin dc lo oto; pero Gadaner no pro-clana ha asimilacin de la alteridad en nombre de una voluntad de semtidounilateral, sino la dialctica entre participacin y distascianiento o entrefamiliaridad y extraeza. Recordemos, adems, que (iadaner afirtua que nocomprendemos mejor, sino siempre dc otra ~ y, en este sentido, re-vndica claramente la inevitabilidad y la riqueza de la comprensin total-mente otra. La counprensmon no se da en la identidad, ya que exige ponerse en

    Gadau;er, -1.6.. Gectm>,nrIjc Wkc. L3anri - llbngen: Mohu. 986. s. 302 ff1

  • IiIr>.vo/ic, /,cj>oca > ir -a e dccoa e>, > it e /4v 63

    ci lugar del otro; por eso, ha hernenutica de Gadamer es dialctica, est teji-da de infinitas niecliaciones. La polmica que estos dos filsofos han mante-nido en torno al concepto de buena voluntad refleja, en definitiva, que(jacianer es um huuiamista y Derrida tun anthiumanista. De ahi su comviccinde que. tanto el presupuesto gadameriano de la buena voluntad. couio hacciuiiuiiiciad ideal dc dialogo labermasiana no existen sin represioi para esta-blecer has normas y couvenciones del debate. Derrida no comparte, obvia-mente, eh colicepto gadameriano ce couiitunichacl cue presta significado ahpresemte a travs ce cnia traclicion ce nterpretaeioes; no tiene en etuenta quela coiiiprension es uu logro humano mechado por tuta serie tic procet ini cutos y transniisiones, mo reconoce que la interpretacin es una expermeuicacompartida. La hereuutica. en cam bic, subraya ha participacin cmi la tradiciu - lodo peusau ento critice, i mc-l nido el cte I)errida, forma parte de latradicin nietafisica occidental, entre otras cosas porque eunpiea su lenguaje.No podenios escapar de las influencias negndohas simplemente; hasta haanthaei~ii ce 1 hogocetitrisiiio corre eh riesgo ce ser hogocntrica. 1.-a estrategiade Derrida para sumperar este peligro consiste en dessedinentar tc,das las sugmii ficacicmes que x icten del logos y cte los valores metafsicos cue han pro-vocado itt niargiiiacin de la escritura Cabe esta posibilidad?

    A pesar ce estas discrepancias, (Sadanier la reconocido su afinidad conel giro heiieuitutico cte Derricla9. Est de acuercit con l cmi que la heugua esplural y cmi ha trivial ciad ce asiglar a cada palabra uu sigm ificadc. N o cibstante, prelecie desprender eh concepto de la palabra ce sim sentido gramati-cal, porque la palabra es eso que ella dice y este algo est por encima de lasdisrineioucs gramaticales en sentencias, palabras, silabas. etc. (iadamer consclera qtte la cc;ri/.//e se c-orrespoiicie con ha lectura, ya que aqulla uc esnaca si mo es leicla, es decir, si nc se convierte cii disetirso hablado. Ahorabien, ti lectura nc es slo reproduccin. slio producciou - Derrida, pcr el cciiitrario, dice duc ha lecttura es escritura ce la escritura utt~ sta st$lc ren te a siusna. porque es di/jeran-e: ni palabra n colcepto, lii sgufcantc ni Sigmficado. indecibilidad y relacin dispersa de huellas. Define ha gramatohogia~como la ciencia dc las huellas escritas. Si (iadamer sc aferra a la tradicin cela palabra e iteuta clesc frar los siguificates para hallar eh seutido. Derriciacomilla en ha escritura, porque es stiperficie que no esconde ningn dentro.Para ( aciauier ha escritura slo es una foriia de habla al emiada, una opacidad

    CitY d~ci~,1 di.. (Jctvcenz,,,c//t Wjkc. 0>. 35~( 1< i)erricia. j.. /c> c//s.vc~a>/ncj/c>j>. Rau-ls: Scail. 072 pu,. 712.

  • 64 Al> Caroica Lpez Sacan

    que se interpone entre intrprete y sentido y la tarea hermenutica consiste endescifrara. Ambos filsofos insisten en ha diferencia, pero (ladaner no habusca en la escritura; opina que el erstehen incluye la diferencia, ya que elque comprende habla desde s misuno como otro y se dirige a otro; compren-der es dialogar y slo eh dilogo permite ch consenso. Derrida piensa que laescritura habla con una voz interna; olvida que exige ser leda y que no pode-mos leer un escrito sin comprenderlo, sin expresarlo y anticipar asi su senti-do: la actualizacin del escrito, como la palabra hablada, necesita interpreta-cuon.

    La gramatologa anuncia que la escritura no debe confrontarse con unniundo de referentes exteriores y acaba por convertirse en un texto sobre lanada o en una escritura privada de pretextos externos. La autonomizacin dela escritura constituye una objecin a la tesis husserliana y gadaureriana dcuna conciencia anterior ah lenguaje, y en general a ha de una experiencia, a hade un mundo de la vida del que ha palabra y ha escritura semian meras repre-sentaciones. Derrida confiere a la escritura una capacidad ontolgica: hapalabra derrideana tc-r=toes una traduccin (sin traduccin) de la palabra hei-deggeriana Ser~ Y En efecto, Derrida propone pensar el texto de la mismamanera que h-ieidegger pensaba el Ser: no como algo que se presenta de inme-diato, sino como hucha y diferencia. El olvido del ser consiste en su sinplepresentacin, en la consideracin del ser como un ente y la escritura derride-ana pretende superar esa tentacin concibindose conio aquello que en el pre-sentarse manifiesta una ausencia: la del referente del que se supone que ehsigno grfico es slo una huella. En cambio, para Cadamer es la comunica-cin hngstca (a travs del lector) la que determina el significado del texto,en virtud de su apertura a la tradicin y ah trabajo de la historia. Su conceptodc Wir/cungsgesc-hichte es tina nocin prxima a la Trace de Derrida: elWirLen de la historia acta como la iscripcin de la hace que nos pone enrelacin con eh pasado al que pertenecemos. Ahora bien, si para Cadamer laW-4ungsgcsc-hichte es el lugar de la ftmsim de horizotes emtre el pasado quenos interpela y el presente que se pone a la escucha de su origen, para Derridala Trace encarna ha ausencia de toda referencia que no sea textual, ya que suteora del lenguaje no incluye ni una teora de la verdad ni de la referencia.Gadamer considera que esta actitud es reduccionista y asegura que existe unareferencia real: la cosa objeto del texto o dcl dilogo. Derrida, por el contra-

    1 (iascle. R.. Joining le iext: Fron Heidegger to Derricla. ca Are. J.. (cd.. Ihe i4clcC> /t/> w. Dec-a,>vtjucI/o>> /,> aue>/r a - Univ. of M inuiesota Prcss, 95 ?p 60.

  • 1-/lasa/ir> it erjac;>i it/cr u- dcc -ovsi>tic> /6>; 65

    rio, adopta una hiptesis gramatohgica consistente en cuestionar todo con-cepto del lenguaje dominado por eh significado y en deconstruir el sistema deoposiciones conceptuales (sensibhe-inteligible, cuerpo-alma, etc) de lametafsica. qcte ha subordinado. desde Platn, la escritura al habla y ha asig-nado al logas el origen ce 1 semtido y ce la verdad. La diflicnce. la repeticiondel siguo hacen que ha escritura, no renita a nada exterior a ella misnia, qtueno sea representacin de una supuesta realidad o verdad que ha doninara eneahiclad ce sigm i ficado trauscendetal.

    ti. omo ha gal mayora ce ld)s trmincs clerricleauos, la diikant-e io sehreseuila numica. porq tte excede ah ser y roupe con Icis dtialistncs; por tamlo.[i)erricia solo puede decir lo ctie mo es y afadi r que la cliflrcnce se escribe.pcrq tic sti ci se lee hero it se ove - Este couie-epto esta nc iii time mte i i nado alce escrittura y su objeto es eh iiiismo: opd)nerse a la trad icim Itigocntrica,rechazar su fonoccuitr snio y su etulto de la idcutidacl. Para ser nis exactos,deberamos dcci r que la diecomistrciceitSn no produce ct)nceptc)s sino difierane; esta io pretende ser trascemclentai, iii siquiera pttede ser conocida cu tr

    miinits de presencia. La di/fr ronce euilaza chlerencas que nicamente apareccii cu ha escritura; ha aprelenclenios por stus efectos perd es i rrecltuetible ael los. La omitolcgia es ilcapaz de pensarla porq nc ha cli/fi-Vancc es slo tuniiouiibrc meta lisicc ~- mo hay uada que escape a ella ci qtue nc sea ulia marcacu la caclcuia si gm ificati va en ha que no htuy puntos hij aclos ci p/ioli, iii ptise omies ce seutriclac. Vil contexto cte uuestras sentencias esta siempre abiertoLi mitievos sigiifieacios: nada puede ser dicho ah margem dc la clifiranc-e. l.asien ficacin lo es ftuci del sujeto hablante, si no dne ste es funcin dellcngcit~c y- efecto ce la sign ificacii. Sujeto y cbjeto som prcicituccos dc la d/1lercuice y estm ilisertos en ella, porque ci stijeto mo es presemite, lid) teeeseiicia. sino que es ul s npie prtceso. Matizatido estas af ruae iones.(jacianer aseguma qte ha cii ferencia slo existe cii la ideticaci y sta cii aqu-la; el peu sauii icuto iuc 1 tye a mii has. La lerrnemut ica dialcti ca ce (iaclauiieropta ~0Y anleer unidos en tensin los trniiuos aparentemente exeluyenesy convert r las di feremie ias en nitos de evahtiac in y- de converueiicia recpioca.

    Derrida y (jadauner estn dc acuerdo en que lo escrito excede ha intencinsignificativa ce 1 atitor debido a que el significadc es inseparable ce la apicacuol. Pero, si la clccotistruccioii afirma que it hay sign ficado intrnseco,simio j tmego ce signos. si absolticza el textci y- asegura q tic mio hay nada ftuerace l, ha heremutica btusca el setido prcfunclo, ha couiiprension latente queuiccesuta ser plasnacla en las palabras para qtue stas uio se colvertam en tuero

  • 66 Al (arn>ea Lpez Sacas

    juego y permanezcan ah servicio de ha cosa misna. Esto se debe a que la her-menutica cree que eh dilogo siempre entraa posibilidades de significacin,aunque el significado sea inexhaurible y el dilogo infinito y no podamiosobtener una significacin final o un fundamento de la interpretacin: cldilogo que continuamos en nuestro propio pensamiento y que quiz se enri-quece en nuestro tiempo con nuevos y grandes interlocutores de una huma-ndad de dimensiones planetarias, debera buscar sienpre a su interlocutorespecialmente si este interlocutor es madicalmente distinto. El que deeonstru-ye e insiste en la diferencia, se encuentra al comienzo de un dilogo, no ahfinal~2. Desde el punto de vista de Gadamer, ha obra de Derrida no sera,pues, ms que una introduccin a la infinita labor de la hermenutica, al di-logo.

    El dilogo gadaineriano supera las posiciones individuales creando unconsenso, una fusin de horizontes, un progreso de la razn. Dialogar signi-fica no conformarse con nuestra tradicin, sio corregirla a travs del inter-cambio con has otras culturas. Eh reconocimiento de ha pluralidad histrico-cultural de las formas de vida y de los esquemas conceptuales no implicaescepticismo respecto a la idea de razn. Ahora bien, podemos pregumtarmioss la racionalidad es consentimiento y bueua voluntad para admitir la exis-tencia de opiniones mejores. Aunque as fuera, no seria necesario hacerlodesde alguna opinin previa y utilizando algn criterio para distinguir has opi-niones verdaderas de las falsas? No se requiere algn standard previo deracionalidad? Sin l, cualquier dilogo podra considerarse verdadero inde-pendientemente de sus motivaciones, de sus resultados, de la informacin desus participantes, del nmero y la procedencia de stos, etc. Gadaner noparece haberse planteado seriamente estas objeciones, pues para l, la her-menutica se ocupa de la integracin, del consenso entre participantes quemodifican sus posiciones iniciales y hallan un mareo comn aceptable denormas cuya validez no puede ser absoluta.

    R. Rorty ha dicho que la hermenutica no se ocupa de la fundainenta-cin del conocimiento o de los nitodos. sino de la autocreacin y que nobusca la racionalidad fundada en el consenso, sino ha simple discusin de lasideas convencionales. Por eso, hermenutica y episteniologia estaran radi-calmente contrapuestas. En nuestra opinin. Rorty no la compremdidocorrectamente la hermenutica de (iadamem, ya que sta si que se ocupa de la

    2 (uadauner, 1 1(1., Vcjc/arl u rn/acla 11. Saiamaca: Sigueue, 092, p. 39>.

  • Itlasa/ic> hc,o>ene> >1>e a 2 rIce t)j>.~ U ncc/e);> 67

    racionalidad y del consenso. Adems Rorty vincula la hermenutica a lapoesa, a ha iniaginacin. a ha autocreacin, nentras que (jadaner acenta laletzit imacin del pasado y ha tradicii; couifa en que cii ic adquirido podeniosemeoutra elementos para ronper el crculo metafsico de la eterna repeticildc lo sienpre igual. Nuestras interpretaciones no estn exentas de fcmndamiietito, s no euraizacias cii ntuestra historia y, ah nisnc tiempo. tenem lauson de rehacerla. En camzbio, Derrida mos dice que a la ciencia que estu-cha ci q tic la s dci sienpre se le escapa la cosa isma y que no henios ce estuchar el pasado. sinc aquello que no es perc permanece y contina significando. Desde su perspectiva, eh pasadc es indeterinable metafsicanente. perodetert inalite. Nc hay verdad del pasadci si por verdad ettendeos onto-logia cid origen, pero eso no significa que cl pasado no tenga ningn valorpara l)erricla. M ietras (iadamiier estudia la infltteucia ce los sigtificadossedinentados en el presente, [)errida le acusa de ingenuidad tramscendental.Pero, al enfatizt-ir la tradicin, en nuestras preguntas y respuestas, (~iadarneruit> est prestipon emido um supersujeto d) reduciendo la experiencia hermeiieut ica a uma palabra vaca. Cttaudo Gadamer habla de maestro coistaitedilogo con la tradicin se refiere a un uonbre colectivo para cada textoimcliviciuah. porc~ nc la palabra slo existe en una comiversacion, est 1 igacia a hatotalidad del acoutecimiento pregunta-respuesla Y

    La tuadicim gadamerana habla y sirve pama conprendernos nejor comoseres hiistriccs: su hermenutica es efectuacin constante de la- tradicin,uietras que ha deconstruccin es olvido activo dc la misa. Ahora bien,rectiiiocieuiclo c~tte es imposible sittarse ftuera de lo decomstruido, Derrida pro-pone una gramatologia o una especie de hermenutica de una tradicin con-siderada col-no terreno de discontinuidades, de mo transparencia. una especiede relacim de loable binc con la tradie in, uma vuelta a ella para compreiide-y dc otro modo, A su vez, los textos de la tradicin se presentan como e-las opacas y la iuterpretacn ya no se propone reconstruir el pasado ni inte-grano en eh liresente. sino deconstruir has huellas y los textos nunca total-ente inteligibles, debido a la diferencia que separa nuestra interpretacin delos objetos a los que se aplica. La activ dad cleconstruictiva se convierte,entcinces, cmi ua pregtmnta su respuesta, cii tina indicacin ce la itcouuensurabilidad del itrprcte respecto ah objeto de ha coitiprensin: La libertad

    Cte. ( ~ichanier. Fc ., i)csirtkiictti aoci i)cccnsuraciion. en Mictc elder, DR. t~. cii.It fi

  • 68 5-1 Cro-mc,, Lpez .Sceoz

    de la interrogacin (doble genitivo) debe ser hecha y defendida. Permanenciafundada, tradicin realizada de la interrogacin que ha quedado conio inte-rrogacin 4.

    La tradicin derrideana slo pernanece como objeto hermenutico, perono proporciona un criterio positivo de conprensin o una legitimacin hist-rica del acto interpretativo. La finalidad de la gramatologia no es indicar ehsentido de una tradicin, sino desligar y disolver los modelos instituidos deinterpretacin. En nuestra opinin, la de (jadamer es una postura ms cohe-rente que la de Derrida, especialmente en una poca como la nuestra en ha quees preciso econotnizar recursos y aprovechar los valores sedinentados a lolargo de los siglos, una poca en ha que la transformacin y la creatividadpuras son casi inexistentes. Eh conocimiento de nuestra tradicin es condicinindispensable ~-aunque no suficiente- para la crtica. La destruccin por hadestruccin ha de ser sustituida por una profunda reflexin acerca de lo quequeremos construir en lugar de lo dado. De ah nuestra adhesin a la convic-cin gadameriana de que eh lenguaje hablado se halla subordinado a la expe-riencia de la naturaleza inexhaurible de ha verdad que sc nos ha transmtido.

    Si para Cadaner, la verdad es lenguaje en el lenguae, es decir. seencuentra en la experiencia lingstica del mundo; para Derrida ha verdad noes nada fuera del lenguaje y debemos expulsar la cuestin de in verdad y dclerror convirtiendo el lenguaje en escritura. Derrida considera que el sentidobuscado por ha hermenutica no es transparente ni obietivable por lo queaqulla jams alcanzar la luz de una ciencia explicativa; no comprende queun texto no es, para (jadanier, un objeto auttiomo, que ttma interpretacin noes una representacin, que ha relacin entre sta y el texto no es de corres-pondencia. La diferencia fundanental es que, para Derrida, no hay verdad,sino sucesion de interpretaciones. La verdad gadameriana se basa en ha ideade que hay un origen fuera del sistema hingstico que puede ser confiriadopor l, pero lo nico que Derrida conoce es el juego de los significantes. Enrealidad, la deconstruccin no renuncia ni a la verdad ni a ha no verdad: niegala relacin entre la presencia ontolgica y la verdad. Est a favor de la plura-hidad de ha verdad, pero considera que st.a no coincide con la visin liberalque concede igual validez a todas las posiciones. La verdad es sieipre situa-da, institucional y social; es histrica y uo ontolgica o transcendental, es unaconstruccin. La verdad slo designa. en Derrida, una relacin esttica entre

    >4 I)crrida, J., Viohence ct taphysicjuc. Lssai suir la pensc ci Fi. lcvi nas. cii Ih-t> cte;aVcphr.c/tuc cl ce ju ola Ir..i4 (964).

  • IYloxa/ia 1> e-n>cach,t/ra u ch-coas-ti ticch),> 69

    lo interior y lo exterior y. por eso, se desinteresa de ella y cree que lo mejores centrarse en lo que la gente hace, en el ser en ha verdad o en ch ser enla no verdad. Ahora bien, cmo podremos analizarlos y diferenciarlos srenuiicuanitis a explorar la verdad? t)errida llega a la eonchusi de que la ver-dad del ser es que hay niuchas verdades del ser, porque verdad y ser son tanslo efectos histricos qtuc se dan sin porqu. [)e este modo, se adhiere ahpensat emito clb 1 y a stu ontolcigia del dccl ive de la verdad y del ser. La aiitmetafsica del pensamieuto dbil es el presupuesto de una hernenutica quese reduce a uu juego in(de)finito y libre de interpretaciones que mo estn condicionaclas por uimguna referencia al ser. La deconstruccim se desiteresa deha verdad porque no aspira al conocimiento: piensa que ste recubre la chau-sura m mptuesta por la presecia ah textc. La lermetett ca sigue buscauclo ehcoiicicmiii ieu it>; ah go ci ue est tu s LIII ce 1 tts iii1 empretaciones capri e licsas yque nos herul ita cd)tistituir uma sociedad y o tina simple torre ce Babelclcctinstru ida. Esto se debe a que. cu Gadamer, significado y verdad estnmtiniaieuite relacioiachts. Es cierto que la verdad de (iaciauer es sietnprecuna verdad histrica y cue la sido actusado cje rehativi suo. perd l insiste enque la hermenutica no esttudia los t)bjetos de acuerdo coui nuestros prd)piosu mtereses o tusos. silio que intemta compremiderlos, preservarlos y reclef ni r suverdad. [)crrida. cu cambio, mamteue d]tC todo ser sin referencia es tarnbimisun verdad y qtue slo podra haber verdad en el supuesto de qce htbiera a gofuera del heiigtiajc, ce ese j tiego cte diferencias carentes de sentido. Cadamerest ccinveuicidti de que lo hay, porque el lengtaje es el mecho uuiversah cemnestra experucuicia dcl muuclc> y, aunque el uudo est uiediaclc cw hahiiigisticclath. uo hay hengttaje sl l.

    l)erricla ohiiiia que el ser aparece all solo donde la palabra se estrella eneh silencio. cloude surge el toser clef n itivo; de esto se sigue ctie ha itterpretacuon mio pretende conprender, sino ahondar en el absurdo. Todo es nter-pretacion y tt)dht) es verdad, es decir, uacia es verdaderc en eh seuticlo ftterte deltrmino y nada queda verdaderanente interpretado. Nihilismo metafsico yhermetutico qte recae en todas las tupcrias consiguietes a ha asim i hacuotdel ser cou la naca, la huida cje ha verdad coduce a un nomimal ismo cogm

    mv-o e interpretativo propio de un mr istic sno n liilista ce la deb 1 cIad. l)errdamechiLuza Itt azon filost ca y el logos; cl puesto de ste es ocupado por la ret-rica. la eta 1 sus ittmye incluso a ha intencional iclat veritativa dc ha filosofalernenutca. A canbio, hipostasia ha dij/iance coino si fuera el sem-, pero enel fondo, est hablando de un juego dc diferencias semiolgicas, no outoh-gcas. Su pensauientc> es ciii sintc)ma de ha crisis iietafisica y veritatisa ptir ha

  • 70 Al (ajalen Lpez Sacan

    que atraviesa la filosofa contempornea. La hermenutica gadameruana, encambio, ejemphifica ha confianza en ha razn y en sus pretensiones de uni-versalidad, pero quiere reconstruir radicalmente nuestra idea de lo que signi-fica ser racional y afirma que la racionalidad se manifiesta en la hingsti-cidad esencial de la experiencia humana. Ahora bien, aunque la comprensinest limitada por el lenguaje, aunque ha verdad se revela en l, se enraza eneh contexto no lingstico en el que es proferida. Esto evita que (ladamerdesemboque en el rehativisnio lingisticc~ porque no estamos cautivos en ehlenguaje, sino que l nos abre posibilidades de expresin infinita en direccina la verdad que sonios; esta apertura del discurso conleva un interes enanc-pador. La conversacin infinita es el contexto ltimo del conocimiento, por-que la razn garantiza ha correlacin entre palabras y cosas y gua nuestravida terica y prctica.

    Es verdad que en nuestro mundo el experto ha reenplazado al hobre desabidura prctica. Las decisiones sociales no son eh resultado dc discusionesrazonadas en una esfera pblica informada, sino has de un pequeo grupo dcexpertos tcicamente informados, que actan en nombre de cualquiera. Enesta sociedad lo importante no es la capacidad de tomar decisiones responsa-bies, sino la adaptacin a las que los otros han tonado por uno; dichas deci-siones siguen la lgica de los impemativos tecnolgicos. Eh efecto de estemecanismo es ha irracionalidad social. Gadamer piensa que la filosofia debetomar conciencia de su funcin y no desintegrarse en la teora de la ciencia odesembocar en eh diletantismo cultural; su tarea consiste en integrar nuestroconocimiento, ayudar al consenso pblico, prestar direccin al aparato cien-tficotecnolgico y no nicamente en lic/tercosas/untos unos con- o/ros. Lafilosofa nos ayuda a orientar nuestras metas individuales y el conocimientocientfico-tcnico hacia la buena vida, que es una necesidad de ha razn paraha formacin de un nuevo consenso sobre los objetivos apropiados de ha vidasocial y del nuevo reconocimiento de ha solidaridad. Sin eibargo, Gadamerno explica cul es su concepcin de lo bueno o cules son las condiciones deexistencia de un consenso pblico informado sobre lo bueno. Slo aptunta queha razn se desarrolla histricamente atendiendo a las concepciones colecti-vas de lo bueno. Derrida no ignora que somos seres histricos, pero deseacomprender la historia como efecto de la diferencia, como huella y no comorecoleccin de un sentido. Gadamer no slo indaga el sentido de la historia,sino que se pregunta si podemos aprender de ella a ser ms racionales.

    A pesar de todas estas diferencias, al deconstruccionismo suelereproehrsele lo mismo que a ha filosofa hermenutica de (jadamer: su

  • E /Ioa/c Ecca, cac9uf/cc; r dec.ovstjucc /ju 7 1

    carencia dc fundamento epistemohgico y su arbitrariedad metdica. Ladeconsruccin se caracteriza, en efecto, por cl rechazo a una adopcin siste-mtica de cdigos y metalenguajes establecidos; sin enbargo, no reuvndicaua anarqtu a netdica. No tonia partido contra el nitodo, ni siquiera glcrifca la ausencia de mtodo, sino que tematiza la alternativa entre mtodo yextrtm-mettdicidad, y en general todos los indecibles que caracterizan a nues-tra tradicin. La deconstruccin se aplica cada vez a uma singularidad, se reun-venta constantemete y por eso no es un mtodo; cada una de sus interven-cuones tiene un carcter singular, al igual que el texto y su coyuntura; y ade-ms el responsable dc la deconstruccin no es el sujeto, sino cl aconteei-miento histrico. Asi pues, ha deconstruccim no es nitocio, tu tua actividad,ni squera ut concepto, sino uma de las funciones del texto. Derricla to prcpoiie uuia hiermentutca tcuca cuya misiom sea revelar verdades ocultas enl; no es episteulogo; entiende la deconstruccin como un juego carente desitznificado transcendental, conio tensin o fuerza estructurante; de ah haderivado la concepcn de ha interpretacin corno libre lectura dirigida alabistno de significado.

    (jadamer se opone a la absolutizacin del mtodo en mtestra poca.(?otisiclera. due uit> hay iitodo capaz de fijar el sentido correcto como si stefriera alcanzable dc tina vez por todas; pretende superar ha era de la episte-mcuhogia y, por eso, no concibe ha hermenutica como un siiiple mtodo anuestra disposicin, sino como una teora filosfica; en cambio, Derrida nosha presenta coiic tina simple tcic-a para la lectura de textos. Coiio diceHarvey. la deconstruccin no es ni siquiera una teora, sino ttna estrategia tcxttual o tina prctica ~. Et efecto, ha tctica interpretativa de l)errida consistecu triostrar como d) que hace tmn autor en su texto tiende a subvertir ce unanancra o de otra lo que dice, 1 intent. La de Derrida es una estrategia sinfinalidad que intenta determinar desde eh exterior ---como si pudiera adoplarha posicion del espectador imparcial ha 1 ilosofia recordndole lo cue hadisiuiittlado ci olvidado.

    Tanibin (jadaner se niega a entender ha filosofa como una legitimacindel cotiociuuieiito cicuitifico y vuelve a ha tradicin aristotlica de ha filosofacotno prctica. Frente al cientificismo moderno, la hermenutica se delinecoto arte no como tcnica que gua ha praxis humana. La deconstruc-cion. a su vez, se enfrenta al privilegio cte ha ciencia y la reduce a un texto

    1 (it. 1 harvcy. .. 1 icrnccuticsaud Dcccmnstrtctiou: R icoctir anul Derricla. texio uresentado en a Penit Stac (onferenee on 1 ntcvlircUaioi Tltcory. Apri t 5 jtJ54), cii. porSiiverutun, mr. tjoc/e,vt- >ar Ih;joe;>ea/rt~ Lttudou: Rocilcclgc. 991, p. 124.

  • 72 Al (rmnev Lpez Saevz

    perteneciente a nuestra tradicin occidental susceptible de ser analizado enlos mismos trminos empleados por ella; tanto la filosofa conio la cienciason fenmenos de textuahidad, de escritura y ambas se constituyen por dife-rene mas.

    En contra de Rorty, no se puede decir que la hermenutica est contra-puesta a la epistemologa. Mientras que sta se funda en eh supuesto de qtetodos los discursos son conmensurables y traducibles entre si y en que el fun-damento de su verdad consiste en ha traduccin al lenguaje que refleja loshechos, la hermenutica admite que mo hay un lenguaje unificador y seesfuerza por apropiarse del lenguaje del otro, en vez de traducir eh propio.Rorty, (iiadamer y Derrida se niegan a reducir la filosofa a episteniohogia,pero mientras que (adamer logra llevarnos ms all del objetivismo y delrelativismo, la crtica de la metafsica de Derrida nos coloca, con respecto atodos los propsitos prcticos, en un relativismo debilitador, en una forna denihilismo filosfico16. Eh mismo Foucault reconoci que la escuela de lasospecha estaba amenazada por el nihilismo, porque ha interpretacin desen-nascarante tba de una mscara a otra y as hasta el infinito pensando inclusoque no haba nada que interpretar y que el proceso hermenutico se resolvaen s mismo, desembocando as en la locura del puro lenguaje o en ha disolu-cin del referente de la interpretacin12.

    La deconstruccin destruye has seguridades ontoteolgicas y dishoca elsentido del ser y la unidad de la palabra. ha esencia formal del signo conce-bido conio una identidad absoluta e innediata de significante y significado.Eh signo escapa a has cuestiones instituyentes de la filosofa, porque parte deuna concepcin esttica del significado; (ladamer apunta que ha tarea de lahernenutica no consiste en establecer significados inmutables, sino en asi-milar lo que alguien ha querido decir realmenteW Derrda opina que la com-prensin hermenutica siempre incluye apropiacin y, por tanto. encubri-miento de la alteridad. Para l, la interpretacin responde ah deseo de llenarel vacio esencial del texto; de ah que ste nunca tenga un significado htino.La tarea fundamental de Derrida es ofrecer una teora y una prctica para lalectura de textos; su actividad fundamental no es, pues. ha interpretacin. Eltexto no es lo interpretado, sino el dcmninio en el que tiene lugar la interpre-tacin, un campo metodolgico, un sistema de signos abierto con significado

    1 , Madison, (1., Bcyonci Scriousncss and Frivo iicy. en Sil vernan, II.. op. eit. p. 121.17 Cfr. Foctcault. M.. Nietzschc, Freud y Max. en CaE/ces de Rau-aa,av/. u~ 6. Paris:

    Minuil. 967. p. 192.I~ Clix Gachamer, 1-1 (u - Gesc>mnucltc Wj/ce. 0. s. 129.

  • 17//xwfla I>e>-mrv u//ca u dcc ay.>;,>rc/v 73

    plural. Para la hermenutica, en cambio, eh texto es el lenguaje abierto a unhorizonte de significado interpretativo que es encontrado y producido alnsmo tenpo.

    Ni la hermenutica mii la deconstruccin se presentan como uuterpretacio-nes qtue comentan fielmente lo dicho por otros. Pero Derrida insiste en que espreciso reinterpretar la interpretacinlcl. Resulta dificil conjugar la bsquedahermenutiea dc ha verdad y del sentido ltimo del texto con la estrategiadectnistructiva regida por ha difircwce, por eso Derricla rechazara incluso cltru i mio hertiienutiea: por hermenutica he ciesignacio el descifraiieuitode un sentido o de una verdad resguardados cmi un texto. La he opuesto a laactividad transformadcra dc ha i nterpretac in2t>. 1 ~n opiniii ce Derrida. lahernenntica se sita todava en la inca de la concepcin de la historia comoefectividad del semtido e intenta descubrirlo en eh texto, inplica ha perfeccinamiticipacia cie ste y ha buena fe cid iutrprete c~tme confa en el priv legic>oiitcihogi co y seuiintico del textci. En cambio. la lecttra tiecotistructiva sos-pecha de l, lee entre lineas, atiende a lo narginal; as pertnite un suphemen-tc de interpretaciti y crea tui uuevo texto a partir del alterior.

    Derrida se acerca a ha hernenutica dc la sospecha y sta corre el peligrode caer en eh doguatu sino, es decir, de dereneuse en una interpretacin esta-ble o dc replenarse sobre la seuitiea afirnando ha existencia absoluta de siguios. 1-a tesis derrideana cje- ha total iclepeudecia de los signos mos parecepoco platsible. ya due es difcil creer que u siguo pueda, por Si liii snio. rea-hizar fttncicuies ce sigmificaeiii. Como Derrida. la leruemutica gadameriala parte ce la ccuv- iccim de la imposibilidad de uiia iiiterpretacin clefnitivaO ce cina t-atisparcuica total, pero la historia ce los efectcs ( Wirka/gsgeschic-Izte)debihita ha voluntad desennascaradora y se sumerge en una opacidad comsttutva cicle provieuie del hecho de que eh iutrprete esta ecincliciomado ptr lahistora y, por cols igtu iente. su i nterpretae-iot siempre ser fi ni ta y ab i en a atulteriores aportaciouies. Mientras que ha hiermeuiutica de la sospecha eniatza los aspectos aptirtcos de la iuiterpretacitiii. la gadameriaiia se presetacouiio uua rehacu poco probleiiitica col la tradiciii. Hermenutica ycieconstrticcoii operam. por consiguiente, cu cifirentes niveles: la pri nera esumia fi losofia ce ha trassu. cc)iiiunicacioui y enriquecimiiieiito cid sigrificaclo: la dccci m strueci u se ini cresa por lo que ccnitiere y, al iii st o ti eupo,

    tu ita chic lo sign i ficacio.(1 )crW:>. .1. .t-/occs >1>- />/>IIoAo/>Ii/tt Pars: M,icuii. [922. u 362.u)encla. 3.. ix> c[uesii(tui cta sivie. en AAVV ~V/czcr-/ir->ojo>ot/ btU. Paris: t.Itiett

    ti)&raic illcliuions. 973 p. 291~

  • 74 Al Ccnmca Lpez Saca:

    Gadamer se declara partidario de la dialctica de ha conversacin, del len-guaje compartido, de la lgica de la pregunta y de la respuesta. Tal lgica nosabre a una dimensin de comprensin comunicativa que va ms all de lasaserciones fijadas linglsticamente y de las sntesis monolgicas dc algunasdialcticas; tampoco descuida la relacin entre lo dicho y lo no dicho. Ladeconstruccin, en cambio, no aspira a la comprensin hermenutica del sen-tido de un discurso, sino que se adentra en ha cara oculta de ste, en su fondode ilegibilidad, en has fuerzas no intencionales inscritas en l. Define el textocomo algo que, por su propia naturaleza, se resiste a ser comprendido comoexpresin de un sentido, ya que ste es un producto de ha tradicin hogocn-trica que hay que deconstruir. A diferencia de lo que sucede en la hermenu-tica, deconstruir no es reconocer ttn sentido lo ms unvoco posible, sinoapostillar con nuevos fragmentos de escritura los legados textuales de la tra-dicin. La irreconocibilidad del contexto se suma as al valor puramente evo-cativo del fragmento que caracteriza la lectura deconstructiva.

    Con la deconstruccin desaparecen dos elementos clsicos de la herme-nutica: la interpretacin y la comprensin. Ambos presuponen, segnDerrda, la definicin de un contexto interpretativo, un referente de signifi-cacin signica y semntica y un intrprete. La huida del logos derrideanaequivale a la huida de la filosofa e incluso de la hermenutica. Sin logos nohay ms que hermenutica de la palabra propia y de la propia ficcin. Si haidentificacin derrideana del ser con el lenguaje borra ah primero o lo consi-dera en su presencia como huella, Gadainer va ms all de las palabras, a lacosa misma; es consciente de que todo est mediado por el lenguaje y elevaa primer plano eh carcter conversacional de ste, pero cree que en toda con-versacin algo viene al lenguaje. Comparte con Derrida el lotus eoninuns:del lenguaje, ha escritura y la textualidad. Sin embargo, Gadamer insiste enque el lenguaje es un puente que permite la comunicacin mienttas queDerrida quiere convencernos deque el lenguaje es lo que imposibihita o die-re indefinidamente la autocomprensim del significado. Este no es, en su opi-nin, la aprehensin de los rasgos de una configuracin estable del mundo,sino un proceso dinmico diferido en series infinitas de reinterpretaciocs enhas que ningn concepto puede considerarse autoevidente, debido a que elintrprete est afectado por eh proceso misuio. Al apostar por eh textutuiismo,la deconstruccin se transforma en tina nueva forna de escepticismo nommalsta.

  • I/h~-o/ia her,;>cjui t/c ci u- de>aosJ,tic -c ln 75

    Sc ha dicho que la cuestin del contexto constituye el agujero negro de ladeconstruccin2i. y hace de ella una prctica gratuita y arbitraria. En efecto.de la descontextuahizacin sistemtica de los textos, del juego libre de laescritura y ha interpretacin, se pasa rpidamente a una fora hueca de usarlos textos iihosficos, porque se parte de la conviccin deque ha escritura slorenite a su rnisnia. En realidad, cuando la deconstruccin afirma que la conlcxtca 1 izacion es tui proceclm ientd) uiietahsieo. no est iegndoha, simio recont>cmeiicio la i mposibi hichad tic recuperar eh contexto y de objetivarlo; it un meodue pcidiemt)s hacer, segn el ha, es recontextual izar. Esta tesis mio est ciemasiatio alejada de la cciuivieciti gaclameriata ce que se hace historia desde laIi istoria y o desde fuera ce ella. Ahora bien, (ladamer plantea ta contudad entre pasado y presente. niemtras que Derrida entiende que entre eh con-texto pasado (contexto objeto) y el preseute (coltexto sujeto) existe tina cuscont in cuiciac qte provoca uua ree-ontextual izacion ifinita.

    A pesar ce lo tIlle liemos dicho hasta el uiiomeito, no es correcto afirmardtie ha frontera cutre hertnentica y granatologia sc reduzca a la que existecuitre sentidd) y si usent co. Para Derrida el texto es prociucciom y pertetienca,como para (jaciamer, pero solo porque reu te siempre a otrc)s textos a los quepertencceuos. Anbos piensan en el leiiguaje. pero (iadamer mautieiic queIi ay- algo friera dc l que debemos comprender y que eh lenguaje es slo unace uestras ni (tt pies formas ce ser cii eh miiuiiclo. Derricta niega la liocit cecon preuisoui diciendo qtme solo hay iuiterpretacin o lemguaje. (tidamer

    opina ctie el texto aunih itt lo qute heuos iterpretado cmi l y que la verdaderanterpretac i ii es 1 a ci uc aplica cl 1 extc a nttest ro m ducid). Si para ste, ha i mter

    pretacim es apropiacoi, para l)errida es crtica due desea producir tinaestructura sigui licante dci texto sil reprocluci r el semticio. lit definitiva. si hahcructui ca concibe la interpretacin couio desc rauiiento y bsqtmeda ceha verdad, Dericia la etiemcle como libre juego ce los siguifcantes: uiietza laesta b 1 ciad. lic> rc~ tic so lo hay nterpretaco mies cli Venas. 1 .a tu ci ltivoci dad ce 1ex ro he 11ev-a a ahr-na r qce el objeto ce la iiiterpretaci n la ce ser sini peente tu mjttego uvcnt ivo, tulia pa rocl a cmi ha que uc importa cu cout rar la verciad o api-opi Lise u s gn ificticIo; tocic se reciuce a la iuidlee isin,

    Lcs dos IIIsolbs tiesarrc II ami tambin el ccimcepto ce ~j uego~, pero1 )e rr cia mio lo mlegra et la compreusim del si gni ficado, lid) sita ha estticaet ha Ii crueu tt ca. Adcipta e concepto nietzscheano ce j ncgo, comno ti1 go

    fr. Suluoles. R - u )cconsircccott aitd t oiiuiic:utittui. cu ( ,/I/cc/ aqu/cv 4.2 ti 055>, g-75Ct) 5-

  • 76 VI> Crai>ev Lctaez Saevz

    carente de fundamento y propsito, que excluye la nocin de progreso. Eljuego derrideano es afrmacin de la inocencia del devenir y del mundo, encuanto signos sin verdad. Se trata de un juego sin nieta ni significado. Ehjuego gadameriano de la experiencia hingistica no tiene finalidad pero estlleno de sentido; a travs de l no se nos revela la verdad ltima de has cosas,pero se intensifica nuestra autocomprensin. Para (ijadamer, el juego es unametfora del proceso comprensivo y no implica rechazo de las normas o delsujeto. El privilegio hermenutico de la siuhtaneidad o la presencia eternade un significado sometido a ha temporalidad del texto est lejos de anunciarch eclipse del sujeto y del autor, defendido por Derrida. Eh propsito de(jadamer no es renunciar a la subjetividad o ah humanismo: con la nocin dejuegc) pretende ir ms all de anbos conceptos. pero no reehazarcis. SiDerrida desea descentrar al honbre, transformarho en lenguaje, en un signi-ficante ms de la cadena, Gadaner antropomorfiza el niundo o dice que lascosas tienen un significado y un lenguaje para nosotros. Frente ah estructura-hismo y al deconstruecionismo, (jadaner fonenta el papel del sujeto, tanto enla comprensin como en la experiencia, sin eliminar por ello al objeto. Elsujeto de su herucnutica no es, sin enbargo, sinnimo de sonetiuniento,sino que tiene una funcin activa en la interpretacin. Por tanto, leos de anu-lar la subjetividad, el juego reconcilia a los jugadores consigo mismos y supe-ra ha oposicin clsica sujeto-objeto; est enparentado com la fusin de hior-zontes que sc produce en ha comprensin y origina ha transftrmacin del suje-to en su encuentro con eh otro. La verdad no significa, entonces, correspon-dencia con ha realidad, presencit, sino revelacin de posibilidades dc ser yactuar que emergen en y por el significado del encueutro. En el juego deGadamer nos jugamos algo, perdemos o ganamos nuestro ser, nuestra infini-ta realizacin; implica la aceptacin ce las nornas de la cosa. Segn Den-ida,no hay confirmacin posible fuera de ha red de los signos y de nuestras arbi-trarias intrusiones en ella. Cadamer piensa que si lo hay y que ese algo seconlirna ose niega en el juego tic la tradicin, porque el juego gadaieranoes conocimiento y, aunque no tiene fim, posee un objeto, porque se conponede nionentos discretos de comprensin. El placer del juego, et Derrda, escorno un efecto flotante e inmotivado, mientras que. en Gadanc; es una con-firniacin de ha verdad, porque eh juegct es uodelo de la actividad hunana queitenta comprender experiencialmente y no instrumentalmente. Cuando(jadaner afirma que eh juego es movimiento sin fui que se renueva cu unaconstante repeticin que produce algo nuevo, se opone a ha concepcin derri-deana de la repeticin conio negatividad del juego: ste vacia al ser y borra

  • ///oso/ic; Ec,-;;c,;cirit/ra t- Ieroost,tic c/cbo 77

    la presencia y ha identidad a travs de ha frivolidad22. Eh dilogo sigue. en(jadaner. eh niodelo del juego. nientras que la deconstruccin es inaccesibleah dilogo, ya que se aplica a sistemas monohgcos, es un juego del lenguaje.

    re ttvt q tic hituce impc~s i betoch hunciamemito gnciseoiogico objetivc> de la interpretacin - A di erene ia cel. (jadauer no acepta c~ ce la coniprensun sea solo liiig istca: piensa que, al

    cfi> lierricia. 3.. hc~/,-/ovrts-. ValciiciLt: l~rctcxtts. [>377p 92

  • 78 M Ccr>,ev Lpez Scje;,z

    mismo tiempo, produce nuevos significados. La comprensin es inseparablede la aplicacin o de la apropiacin del texto. Gadamer se interesa por el sen-tido que ste tiene para nosotros; distingue el sentido de ha referencia, el sig-nuficado inavariabie de has palabras y su aplicacin a nuestra situacin parti-cular. [)errida, en cambio, se desinteresa del contenido o del tena, descon-textuahiza eh texto y nos conduce a ha arbitrariedad interpretativa. Eh proyec-to deconstruccionista renuncia al momento de la apropiacin, porque recha-za el retorno a la subjetividad. En cambio, la fenonenohogia hermenutica sepropone desctbjetivizar la apropiacin, pero no olvidarla. La hernienuticacree que siempre hay posibilidad de significado, aunque ste sea inagotable;frente al logocentrismo, pero tambin frente a ha deconstruccin, sostiene queel significado es un proceso infinito, inexhaunible y plural. Ahora bien, lapolisemia hermenutica difiere de la diseminacin dernideana, porque aqu-la explota el contenido semntico de las palabras nientras que la dseiina-emn lo hace estallar, rechaza las oposiciones y afirma que el sentido no puedeser ms que un entre. La intenciu de descifrar un texto es, en consecuen-cia, futil; lo nico que podemos hacer con l es desenredarlo. Tambin(iadamer niega que el texto tenga un significado inniutable; sin embargo, ensu hermenutica no hay espacio para la lectura errnea; sta slo se producecuando ci lector renuncia a la tradicin, al lugar en el que se revela eh Scm.

    En suma, mientras que la hermenutica trata de interpretar y comprenderun texto, la deconstruccin lo descompone. Aqulla ha de entenderse coinorecoleccin y sta onio diseminacin. Pensamos que la deconstruccin no esun esfuerzo serio como ha hermenutica, sino un juego que proporcioma pla-cer y mo coincide con el juego del lenguaje de Gadamner. porque la dmsemua-cin juega en la diferencia sin referencia, sin interioridad ni exterioridad y hadiferencia no es posicim ni negacin sino lo otro de todo ello. La granato-logia no pretende romper ha tinidad, puesto que no existe, simio traducir la dis-pensin y descubrir ha diferencia. En cambio, la hermenutica trata de reco-leetar los fragmentos dispersos tic la unidad, an sabiendo que esa tareanunca se colmara.

    Gadamer considera que la comprensin autntica de un texto revela unaverdad histrica; Dernida rechaza la idea de que la lectura ofrezca verdad.Aqul nos aconseja que trateuos ah texto conio un Otro inteligible, ya quedeotro modo eh dilogo seria imposible. Derrida piensa que incluso la nocin deOtredad hade ser deconstruida. Frente a l, (jadamer subraya nis ha relacinque la diferencia, porque en nuestra sociedad burocratizada y especializadaes preciso reforzar la solidaridad, resaltar lo conn y vinculante y uo lo dife

  • 1/loso/ia E ej;;> ca7ut/cci dcc-aa.~/uc-ccoo 79

    rente. Ya hemos cosechado los frutos de una larga educacin para lo diferen-te y la sensibilidad que exige la percepcin de las distinciones, pero tambines preciso reflexiomar sobre las profundas solidaridades de la vida colectiva.

    La reflexin gadameriana sobre el texto sirve para diferenciar su plante-anmento claranente de una postmodernidad que ya no confa en ha racionali-dad dialgica. (jadamen no es cm pensador postmoderno. mii tanpoco uneclctico, ya cine sus obras son anteriores a lo que se ha dado en llamar pen-samuento postniodenmo. Este nos reconducira a un modelo nimtico en elque no se iii ita utia verdad preexistente. sino uma iniitaci. que imita otrani itacion y as sticesivamiieiite. La ;nitnes~s postmoderna nidictul za la idea de

    tina fluente or umuial, un uiiuncio que precede al nimticc, porque quiere queaprendamos vivir despus de la verdad, ms all del conociniento. de lahistc>ria ce los cietiles pohiticos Qu sentido tienen, entc)nces. cl dilogo, ehcouisenso y 1 is uiiterpretaciomes? El cte puras representaciotes t) puestas cmieseem 1 1 mii liii lSuiic) activc) es la uica salida pc>sible de este laberinto 1 dicci due es nuest vida? Acasc> la iuuaginaci seguir siendo humatia si tibo1 mos al hionibre y com l todo proyecto de verdad, si aniqui hanios ha cliferecma entre lo u-cal y ci virtual? ,N o acabara disolvindose, emtouces. la propi a i magi iiac-Oh 2

    Caputo entiende ha hernenutica que deriva de Heidegger conio unarecuperacin (recoe;:v) del hombre23. La vinculacin de este filsofo con hafemoenohoga s ha mnochanada vuehta a los c)rigenes de sta no tiene nacaduc ver com it nc>stalga cte la presencia, sino cciii el corage de ha repeticin.[tui CiclAd) etiaiiciti 1-husserl propuguia ha vuelta a lo pniuiicirdial, plautea elretcurno d 1 us cosas uii ismas y a sus potemcas tciclava no realizadas; su nmracia se ectr en ha presencia, lO) con el objeto tic aflorar el pasado, sinc con elce pciisau y constittuir el futuro. Para Dernida, su ebargo, ha estructura ce larecupr deicil es sempie metafsica, porduc i mpl ca um miioviuiiieuito dc haatisetCl Li prov s omal a la presem e ma perntueute.

    (iaclauiier va s tu l ce Derricha porqtie asegura qtue las palabras uio ex ustem pci sc, sumc cu la cc)iiversacioui y que la escuicia del acuerdo mo se halla cueh Vot hoirclne . sic en la petersin de decir el ser ms all- de las palabrasbuscadas c> enct)hitradas24. Ncsctros nos adherimos a esta henetutica ciiai

    - O - tu: O upu> o U. 1 -ieruaeuieclies :15 u uccttveu y iu uutun ..-i-cIil cwc/ W-a /c/ 5 952 t. pr.343-30i7

    i>> ( 4.(>d~otter, di.. I-lcruteiiccttics aoci ioeoc-eu,irisut, eut MicieiteLcier, Dl>.. (cci.> op.cli It- ~

  • SO Ala Cao,e,u Lpcz Saca:

    gca y a su apertura a nuevas interpretaciones, aunque sentimos cierta nostal-gia de objetividad y. sobre todo, consideramos que es necesario fijar algncriterio para distinguir has interpretaciones errneas de las verdaderas. Escierto que la historia nos obliga a una cura de humildad y a aceptar que eltexto es inagotable como fuente de experiencia y que toda pretensin de fijarsu significado es ftil, ya que por exhaustiva que sea nuestra interpretacin,no anula ha validez de otras. Implica esto que comprender es aceptarlo y per-donarlo todo? No, ya que una interpretacin autntica -~en sentido hcideg-gerano es aqulla que intenta comprender ms all de la anonimidad delse, buscando el encuentro con la cosa nisma con la intencin de coinprobarlo qtue se dice de ella; en palabras de Gadamer, toda terpretacm correc-ta tiene que protegerse contra la arbitrariedad de has ocurrencias y comtra hahimitacin de los hbitos inperceptibles del pemsar y otieutar su mirada a lacosa misma (que en eh fillogo son textos con sentido que tratan a su vez decosas

    La hermenutica confa en el lenguaje, en la buena voluntad de una con-versacin, en el poder de la tradicin: la deconstruccin, en cambio, sospe-cha de esta confianza y asegura que el lenguaje, el significado. la tradicin yla verdad no lan llovido del cielo, sio que han sido constituidos como uni-dades de significado, frgiles invenciones que han adquirido un inusitadoprestigio. Den-ida se alimenta de la scspecha y as inaugura un nuevo escep-ticismo. No est mal, como propone Ricocur. combinar la hermenutica cte laapropiacin con la de la sospecha, pero debemos evitar caer en una megacintotal del potencial creador del sujeto humano y comiiprender que la sospecha,sea crtica o deconstructiva, tanbin tiene sus limitaciones. Conio ha seala-do M. Ferraris, la hermenutica de la sospecha naiiifiesta hoy seales evi-dentes de obsolescencia, mientras que ha filosofa hermenutica derivada deGadamer tiende a situarse en el horizonte totalizador de la filosofa tradicio-nal, de la reflexin extrametdica. Es ms, la hermenutica ha conseguidosu propio rol unificadc>r de koin lngiistica y terica, pecsaneite poiiiei-do entre parntesis las intenciones nis netamente desennascaradoras de laescuela de la sospecha y presentndose no coimo ruptura y superacin de lati-adicin filosfica, sino como su uenorua y conservacin26. La decons-truccou. en cambio, pretende negar tcda autc>riclad pemc>, cmi eh louicic. tlejti has

    25 Caciauiier, u mc.. cc-ciad i ate/ocIo 1. Salamanca: Siguiente. 985. pp. 332324 Ferraris. M -- J. Derric:>: dcconstrucciun y e eucias dci espiritu. cu -\A, VV. Tcca>a

    1//ca, lct u - dcc -ca>.a-tic e/di;> - Nl attri d: Aret. 99ti. u. 342.

  • !/Iaso/ia Ec-j;;>cnu//ca u- dcc ano> uc c/> 8 1

    cosas tal y como estn. No es extrao, entomices, que se haya hablado de haantihermenutica de Derrida y de su deconstruecin como pensamientoomnmertieo27. En todo caso, l)errida slo tendra cabida en una leruienu-tuca negativa caracterizada por ha extincin del autor, ha intencin significati-va de ste, el sentido del texto, del intrprete y de la voluntad exploratoria delsc mit mci ci.

    Numestra propuesta es pernamiecer abiertos a la pretensin de verdad dc lostextois y ce lc>s ctrts. perc sin exagerar esta actittud ce i uf nita coprens uc>nce 1 hernelicl a pttra uio caer cmi lo) que Ape 1 la IItu miiaclo para Ii zaciu del j tuicut tuca-ah y del coniprd)uii so polticomora h2.5. Somcs cc)nseientes de que nosenpre es fcil comic liar ah huui ce hertectta cinc dniere apreiicler dc icsci sccs con cl crticc> desafiante. Sin cmii bargt. creemos cinc vahe ha llenaiuitentarhct especainiemte cu tieiiipcis coiio los mtuestros en los cine hirevalecenhas falsas cone i 1 iaeicnes y ti meciiccridaci generalizada sc ecninuicie con eltrn ilo nec ic ce1 c~tic los habl A r sitite hes. IItiy la heruetut i ea nos ay tuciatanbin a trausparetar uicestras posturas y itiestra optscil ccmsciente. L.ahernemut ca exice cc>servaci ele la tradicin, pero) taurbim api icaciu aIt s ittuac imi actumal. es decir, dialctica entre teoria y prctica- Si uit qtucreucssomieteruios a la retrica apocttl ipt ca que tic)m i ma eh clise urso acttal del pcstuicitieriio. lo pod~~~~os retinuic iai- a la rec uistrcicc iii. iii comp hacermios cii aptuma Ii ztciu che 1 esh i nt ci y dc a tice im; esto seria siiii p1 ecmte apoyar ehc>roien establee co Coustanteniente mcs vcmcs o)bl gados a respd)ndcr a hc>sct-os ,a tciun a r po~ ci ouies. a dci cii r. Ms ah la ce1 iiiSliiO y del t)I rc>, ale mide lasniascaras, est la exigencia mal emable ce1 otro ce ser reeouocidc cc)uiio persc> miii si mi gti lar. iii Itt pmc tuacha era ce 1 vtc o y ce ha fragtie mtac iui. trtts ehfi ti ce 1 houi bre y amte eh tioii iiii ci al anuaute ce la lgica ce 1 s mii cml acrdi cunuestra \-ithLi cultural y ccc> min ica. pcrv ve itt mieces iciad ce i iterprel ar m tesd) iii ti d ti ct>t i cii ami o. Ltt mis i u q nc tiche ascm mii ir ha hermetut ie a cu tduccs es

    cies-velar y criticar ics intereses ocultos ce prodtictorcs y reecptt)ies. as eouiiotu for ac i oui ce la cm iii oh.

    Ftuitendicmiios. en todc casc, la cieconstruccin ccmc tui tiicimemito del cre cml c> herniemi ciii cci y to couo scm ptiuitc) tic partida o su iieta, Debemos seguirh)eiisauidici si el pmc;/, ci. Nl att ri ci: iecit its. 991~ u - -36.tu. A pc - K - ( Y. cl ji cotJu>j>i uc -75>-, ch Itj //Icvc>fic, II. Ma cicici: Ta tu rcc, 955 u. 367.

  • 82 Al Ca;aiea Lpez Sae,uz

    la explicacin de esta divergencia se encuentre en las distintas matrices te-ricas de las que panten: la hermenutica de Gadamer tiene base historicista,se interesa por eh inundo de ha vida dc la fenomenologa; la deconstruccin,en cambio, pertenece a la tradicin postestrueturahista y pnivihegia las formassimblicas separadas de la historia y de las intenciones psicolgicas en lasque se inscriben. Esto demuestra, una vez ms, la enorme influencia que ejer-ce sobre nosotros nuestra formacin y la tradicin a la que pertenecemos.