Los Médicos Honran - Gador · Eduardo Wilde Foto: Archivo General de la Nación. Dpto....

Breves biografías

de Médicos

cuyos apellidos

le dan nombre

a calles de

la Argentina.

Los MédicosHonranNuestras Calles

Los MédicosHonranNuestras Calles

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Los MédicosHonran Nuestras CallesEstimado Dr./Dra.

A medida que las ciudades de la Argentina crecían se necesitaron más médicos

para curar a los pobladores. Las epidemias de la segunda mitad del siglo XIX

fueron el mayor detonante. La industrialización también trajo aparejados nuevos

trastornos de salud.

Así, muchos médicos empezaron a cumplir un importante papel en sus pequeñas

comunidades (barrio, área rural, etc.) mientras que otros trascendieron por sus tareas

en la investigación o la enseñanza de la medicina, o por destacarse en otras áreas

ajenas a la salud (política, periodismo, espectáculo, etc.).

Esta entrega en fascículos busca rescatar a algunos de estos defensores del bien

común que han sido recordados en la nomenclatura de las calles de Buenos Aires y

otras ciudades de nuestro país.

En esta segunda publicación presentamos a los doctores Enrique Finochietto y

Eduardo Wilde. Probablemente le suenen como nombres de calles aunque muchas

veces se omite su título universitario.

Esperamos que esta nueva entrega sea de su agrado.

Cordialmente

Gador S.A.

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Por sus extraordinarias cualidades, su hermano Ricardo lo llama-

ba “El Divino”. Es considerado uno de los más grandes cirujanos

de la Argentina y América Latina. A tal punto llegó su perfeccio-

namiento que inventó múltiples instrumentos y aparatos para

facilitar las intervenciones quirúrgicas más complejas. Entre estas

invenciones se contaron: la mesa eléctrica de operaciones, que

da el máximo de posiciones para las diversas cirugías y permite

multitud de intervenciones con todos sus tiempos sin remoción

de pacientes; la mesa ortopédica, que creó luego de no poder

operar correctamente al decano de la Facultad del Medicina,

Doctor Iribarne, debido a las múltiples fracturas y heridas con

que fue llevado al Hospital Rawson; y muchos aparatos incom-

Enrique Finochietto


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Constitución

Parque Patricios

Enrique Finochietto

Enrique Finochietto

Enrique Finochietto

Av. Montes De Oca

Gral. Hornos

Herrera

Ramón CarrilloParacas

Baigorri

Av. Velez Sarsfield

Santa Cruz

Av. Entre Ríos

Luzuriaga

Perdriel

Anchoris

Tacuarí

Est. Constitución

Plaza Constitución

Pque.España

HospitalDr. J. Borda

ParqueLezama

Piedras

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Av. San

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Av. Juan d

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Av. AmancioAlcorta

Defensa

Bolívar UbicaciónBarrios: Constitución y Parque de los Patricios.

Nace en Defensa al 1700. Muere en Santa Cruz al 100.

Hasta 1965 se llamó Patagones, como sucede actualmente en su continuación

hacia el oeste. El tramo entre Bolívar y Tacuarí se denominó La Verde, pero por

poco tiempo y allá por 1895. En su camino sinuoso e interrumpido elude al

Hospital Pedro de Elizalde (ex-Casa Cuna), al Hogar de Ancianos Guillermo

Rawson y al Hospital Británico.

Características: curiosamente, en Caballito, más precisamente en Parque

Centenario, una calle corta, de una cuadra, entre Díaz Vélez y Germán

Burmeister, llevó el nombre del galeno a partir de 1952; entre 1982 y 1988 se

llamó Carlos de Lahitte, y luego volvió a llamarse Finochietto, pero, para no

repetir el homenaje, se le colocó el nombre del hermano, Ricardo.

Uspallata


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parables, como el separador intercostal de cremallera

(1930). Gracias a este instrumento, conocido en todo

el mundo como “separador Finochietto”, las operacio-

nes de pecho, corazón, pulmones, etc., pueden reali-

zarse separando las costillas sin quebrarlas.

Muchos de estos utensilios se han incorporado al

uso sin saberse, a ciencia cierta, que son inventos

de Finochietto. Un caso ilustrativo se observa en el

catálogo de una célebre fábrica de instrumentos de

Estocolmo, Suecia: un cirujano opera provisto de

la luz frontal, invento de este médico porteño. Más

inventos suyos: el "empuja-ligaduras", para parar

las hemorragias; el "porta-agujas" de distintas

medidas y formatos; las valvas “Finochietto” que

permiten abrir la herida para trabajarla mejor; la

pinza de dientecillos para sujetar mejor los tejidos

y agujas; la pinza de doble utilidad, con funciones

como pasahílos; el aspirador quirúrgico, para suc-

cionar la sangre durante las operaciones; la cánu-

la para transfusiones; el banco para cirujanos, que

permite operar sentado.

Nació en Buenos Aires en 1881, en casa de una

familia de inmigrantes genoveses. Ya de chico

tenía vocación médica y la volcó específicamente

en dos áreas que dominaba como pocos: la trau-

matología y la ortopedia. Tuvo ocho hermanos y

estudió en el Colegio del Salvador y en la Facultad

de Medicina de Buenos Aires. A los veinte años ya

era practicante en el servicio del Doctor Alejandro

Posadas en el Hospital de Clínicas. A partir de

1904 se incorpora al Hospital Rawson, donde rea-

lizará su larga carrera hipocrática.

Viaja a Europa entre 1906 y 1909, donde visita las

clínicas más prestigiosas. No conforme con ello, de

regreso en Buenos Aires estudia dibujo técnico para

plasmar en el papel los instrumentos y aparatos que

inventaría para ayudar en la técnica quirúrgica.

Durante la Primera Guerra Mundial, fue Jefe de Cirugía

del Hospital Argentino en París. Fue tan buena su labor

que el ministro Alvear destacó “la brillante acción...

tan alto ha dejado el nombre del cuerpo médico argen-

tino”. El gobierno francés lo condecoró con dos meda-

llas y con la Legión de Honor.

Volvió otra vez a su patria, pero enfermo de un terrible

mal contraído en sus viajes. Se rumorea que era sífilis

y que, por ello, se mantuvo en un total celibato.

Retorna a Europa en la década de 1920, pero, de

regreso, en el Hospital Rawson, donde había dejado

los planos para que diseñaran su escuela de cirugía,

realiza exitosamente la primera intervención paradojal,


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es decir, en sentido contrario a lo que enseñaba la

medicina tradicional. Forma un notable equipo de ciru-

gía junto a sus hermanos Miguel Ángel y Ricardo. En

1924 aplica una nueva técnica quirúrgica para las ope-

raciones de estómago, intestino y duodeno.

Enrique es recordado por su concentración en las ope-

raciones, sin apuro y con la menor cantidad de gestos

posibles, y su contracción por la labor vocacional que

le llevó a dar mucho de su dinero por la causa. Su filo-

sofía de la cirugía, su ética, su centralismo en el pacien-

te, su humildad, su constante desafío en capacitación

y su énfasis en la práctica didáctica son sustento del

método de enseñanza que diseñó su hermano Ricardo

durante dos décadas.

Su nombre trasciende fronteras cuando, en 1929, efectúa el pri-

mer taponamiento cardíaco del país: un niño herido de bala fue

salvado por Finochietto gracias a que logró frenar la hemorragia

usando pinzas y los dedos.

En 1933 renuncia a su cátedra de Clínica Quirúrgica, a

causa de su decaimiento físico, y el Consejo Superior de la

Universidad de Buenos Aires lo nombra profesor honorario.

Siguió trabajando en el Hospital Rawson hasta 1940. Luego

de su jubilación, la enfermedad lo postró: quedó casi paralí-

tico y con lesiones cerebrales. Esto no le permitió terminar

su libro Técnica quirúrgica, que acabó su hermano Ricardo,

heredero electo de su impresionante biblioteca.

Murió en la capital argentina en 1948. De sus exequias partici-

paron todas las instituciones médicas presididas por la Academia

Nacional de Medicina, y el Congreso de la Nación le rindió un

homenaje. En el ingreso a la Sala IX del Hospital Rawson, una

placa de bronce anuncia: "Aquí operó y enseñó Enrique

Finochietto". El músico Julio de Caro compuso el tango Buen

amigo en 1925 en su homenaje, ya que había operado exitosa-

mente a la madre de un amigo.

Finochietto dixit

“Sólo cumple con su deber quien

va más allá de sus obligaciones.

La operación grande no es más

que la sucesión de los tiempos

de las operaciones pequeñas. El

dinero de los enfermos debe ser,

primordialmente, para los

enfermos.”


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Si bien por su apellido podría considerárselo de alguna nacionalidad anglosajona, Eduardo

Wilde nace en Tupiza, Bolivia, el 15 de junio de 1844. Su abuelo paterno era inglés. Su padre,

el coronel Diego Wellesley Wilde, junto con su madre, Visitación García, han huido de Salta

por cuestiones políticas.

En 1860, Eduardo Wilde viaja a estudiar al célebre Colegio Nacional de Concepción del

Uruguay luego de una corta estadía en Salta. Después ingresa a la Facultad de Medicina de

Buenos Aires. Las prácticas las ejerce en el Hospital General de Mujeres, mientras enseña

matemáticas y física en la Escuela de Artes y Oficios.

En 1867, cuando se desata una epidemia de cólera, tiene una gran actuación como director

del Lazareto. Su tesis de graduación, “El hipo”, de 1870, recibe medalla de oro de la

Asociación Médica Bonaerense. Ese mismo año ejerce como médico sanitario en el Puerto de

Buenos Aires. Tiene consultorio en la calle Belgrano al 200, donde, según Aníbal Fryc, atien-

Eduardo Wilde

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Corrientes

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La Rioja Saavedra

CórdobaCatamarca

Av. Gral Lavalle

Santa Fe

M. T. de Alvear

Av. 25 de Mayo

J. B. Justo

Pte. IlliaJ. D. Perón

J. A. Roca

Av.W

ilde

Catedral

Casa deGobierno

Fogón deLos Arrieros

PlazaBelgrano

Plaza12 de Octubre

Plaza25 deMayo

UbicaciónHay varias ciudades, incluso Buenos Aires, Oberá y Rosario, que tienen una calle que honra a

Eduardo Wilde o, simplemente con el apellido, a tío y sobrino. Destacamos la avenida que en

Resistencia, Chaco, une el centro con el parque 2 de Febrero, continuación de la avenida

Belgrano y la avenida de los Inmigrantes.

Ciudad deResistencia

de “gratis para los pobres por decisión mía y gratis

para los que no son pobres, por decisión de ellos”.

Como si le faltara algo para foguearse en la profesión,

es cirujano del ejército en la Guerra del Paraguay

(arma un hospital de campaña y organiza un cuerpo

médico para atender los heridos que proceden del

frente de batalla) y enfrenta otra terrible epidemia (fie-

bre amarilla, en 1871) como médico de la parroquia

de Monserrat en Buenos Aires.

Junto con la práctica médica, ejerce la docencia y el

periodismo. Escribe en la Revista Médica Quirúrgica,

y es autor de los libros Lecciones de higiene,

Lecciones de medicina legal y toxicología y Prometeo

y Cía. En 1873 trabaja como profesor sustituto de

Anatomía en la Facultad de Ciencias Médicas y luego

llegará a ser miembro académico de la Facultad de

Ciencias Físico-Naturales, profesor de Medicina Legal

y Toxicología en la Facultad de Ciencias Médicas y

catedrático de Anatomía en el Colegio Nacional de

Buenos Aires.

Un año más tarde inicia su actividad política acti-

va como diputado a la legislatura de Buenos Aires


8 ©MV Comunicación & Marketing® www.mvcomunicacion.comLos Médicos Honran Nuestras Calles N° 2 Dr. E. Wilde- Dr. E. Finochieto - ISBN 978-987-1708-03-1El contenido de esta publicación se presenta como un servicio a la profesión médica, reflejando las opiniones, conclusiones o hallazgos propios de los autoresincluidos en la publicación. Dichas opiniones, conclusiones o hallazgos no son necesariamente los de Laboratorios Gador, ni los de ninguna de sus afiliadas,por lo que Laboratorios Gador no asume ninguna responsabilidad de la inclusión de las mismas en dicha publicación.

Diseño y producción gráficaRicardo Canga

RedacciónNéstor Saavedra

Escultura en bronce que representa al perro Fernando, unmuy popular can de la ciudad de Resistencia (Chaco,Argentina) en los años 1960. Está ubicada en la intersec-ción de Mitre y Av. 25 de Mayo, sobre la vereda de laCasa de Gobierno de la Provincia.

por el Partido Autonomista Nacional. Su carrera va

en ascenso y el Presidente de la Nación Julio

Argentino Roca lo nombra Ministro de Justicia e

Instrucción Pública, cargo desde el que promueve

la sanción de las revolucionarias leyes de Registro

Civil, Matrimonio Civil y Educación Común.

Cuando asume el presidente Miguel Juárez Celman,

en 1886, lo designaMinistro del Interior. A la caída del

mandatario cordobés por la Revolución de 1890, viaja

a Europa, donde recorre varios países. En los libros

Viajes y observaciones y Por mares y por tierras vuel-

ca esta experiencia en el Viejo Continente. Al retornar

al país asume por dos veces la presidencia del

Departamento Nacional de Higiene. Desde esta ofici-

na organiza una expedición médica, dirigida por el

Doctor Carlos Malbrán, al Paraguay para ayudar a

combatir la peste bubónica en Asunción.

En el campo de la Medicina, su gran preocupación

fueron las enfermedades y malestares nerviosos o psi-

cológicos, que lo llevaron a escribir sobre sueños,

emociones y alucinaciones.

En 1898, con Roca otra vez en el poder, viaja como

diplomático a Estados Unidos, México, Holanda,

España y Bélgica. Aprovecha para representar a la

Argentina en varios congresos médicos. El 4 de sep-

tiembre de 1913 fallece en Bruselas. Sus restos son

repatriados y se los coloca en el cementerio de la

Recoleta. Su viuda publica, posteriormente, sus obras

completas que constan de diecinueve volúmenes.

Pertenece a la llamada “Generación del 80”, elite

gobernante que ocupó funciones religiosas, militares y

políticas hasta la Ley Sáenz Peña de 1912 que lleva

al poder a Hipólito Yrigoyen.

Las ciento cuarenta páginas de su tesis se hallan pro-

vistas de rigurosa información científica, sazonadas

con oportuno humorismo.

Loba romana, escultura en cemento emplazada en laPlaza 25 de Mayo, Resistencia, Chaco, Argentina.


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