Álvaro FernándezBravo - Universidade Federal de Minas Gerais

10
Jens Andermann Álvaro Fernández Bravo OBJETOS ENTRE TIEMPOS EN EL MUSEO DE LA PLATA Y EL MUSEO ETNOGRÁFICO La política de acumulación y clasificación de los museos ha desperta do Ia atención de Ia crítica cultural en los últimos anos. <LCuál es Ia función de Ias colecciones en los museos argentinos? dQué vacío procura ron llenar, como construyeron su patrimônio y con qué pro pósito? dCuál es ei sentido articulado en los objetos y qué narra su disposición y exhibicion pública? Mostrar y mirar nunca son actos inocentes, menos aún cuando Ia exposición está inserta en un progra ma estatal. Un análisis de Ia formación de los primeros museos en Ia Argentina arroja luz sobre los usos posibles dei fetichismo de Estado.

Transcript of Álvaro FernándezBravo - Universidade Federal de Minas Gerais

Page 1: Álvaro FernándezBravo - Universidade Federal de Minas Gerais

Jens AndermannÁlvaro Fernández Bravo

OBJETOS ENTRE TIEMPOS

EN EL MUSEO DE LA PLATA Y EL MUSEO ETNOGRÁFICO

La política de acumulación y clasificación de los museos ha desperta

do Ia atención de Ia crítica cultural en los últimos anos. <LCuál es Ia

función de Ias colecciones en los museos argentinos? dQué vacío

procura ron llenar, como construyeron su patrimônio y con qué pro

pósito? dCuál es ei sentido articulado en los objetos y qué narra su

disposición y exhibicion pública? Mostrar y mirar nunca son actos

inocentes, menos aún cuando Ia exposición está inserta en un progra

ma estatal. Un análisis de Ia formación de los primeros museos en Ia

Argentina arroja luz sobre los usos posibles dei fetichismo de Estado.

Page 2: Álvaro FernándezBravo - Universidade Federal de Minas Gerais

En ei museo, Ia compulsión dei sujeto burguês a reconstruir una soberania de antemano perdida sobre su entorno encontro en Ia colección deobjetos un dispositivo provechoso para conjurar ei vacío develado por Iaexperiência moderna. Através de Ia acumulación áebibelots —miniaturas, réplicas en una escala asequible dei ingobernable exterior—, fue construída una técnica de Estado: un fetichismo despersonalizado y, por Iotanto, ei único verdaderamente dotado de poder sobre los demás (esdecir, sobre los visitantes, ei público real y virtual). La relación entre losobjetos acumulados en ei museo y ei mundo exterior ai que Ia colecciónsupone representar senala un espacio hueco —acaso más agudo en eicontexto latinoamericano— que ei museo buscará corregir. El déficit depasado, Ia debilidad de Ia memória colectiva (que, como senala SusanSontag en un ensayo reciente, no existe perse y es, ante todo, Ia instruc-ción de una memória colectiva, canalizada a través de Ia predica pedagógica estatal como Ia ejercida desde los museos), Ia ciudadanía y lasfron-teras de Ia subjetividad, emergen en Ias vitrinas dei museo como unproblema y una solución. El desconcierto de los letrados finiseculares-^i

período en ei que se establecieron los museos más importantes en Ia Argen- 2tina— encontrará en Ia colección y en Ia jerarquía quesupone toda clasifi-cación, Ia esperanza de restablecer un orden trastocado por Ia moderniza- ^ción. En Ia transfiguración dei deseo crudo, infantil, de acumular en unadisciplina de inscripción de los objetos hay, por Io tanto, una ficción sobreei origen dei Estado: "Nino aún, -leemos en Ias páginas iniciales dei Viaje aIa Patagônia Austral {\879),de Francisco P. Moreno- Ialectura de Ias aventuras deMarco Polo, deSimbad ei Marino y de Ias relaciones de los misio-neros deChina yJapón publicadas enlos Anales depropaganda Fide, hechaen alta voz en ei refectorio dei colégio, desperto en mi un vivo deseo decorrer tierras. (...) Dosarios más tarde, nuevas lecturas despertaron mi afi-ción por Ia Historia Natural e influyeron a que me decidiera a formar unmuseo'. El camino de Palermo fue puesto acontribución los dias domingo,procurándome abundante acopio de cornalinas y jaspes, mientras los em-pedrados deIas calles suministraban magníficos ejemplares deotras rocas."De los juegos infantiles en ei parque construído por Sarmiento sobre Iasruínas dei rosismo a Ia Patagônia de los anos de Ia Conquista dei Desierto,y de ahí ai Museo de La Plata, templo científico en Ia ciudad-modelo deiOchenta cuya dirección Moreno ejercerá desde su primera fundación en1877 hasta 1906, se traza pues un relato de iniciación que se postula ejem-plar para una elite que se hace cargo dei poder precisamente ai anexar losbordes endonde Moreno recoge sus "desechos"; relato de fundación de Ia

'3

Page 3: Álvaro FernándezBravo - Universidade Federal de Minas Gerais

30

4

historia nacional medianteuna acumulación de naturaleza que será revoca-do casi treinta anos después (en ei limite opuesto dei orden conservador)por un relato sobre Ias genealogías y Ia tradición. El Museo Etnográfico,fundado en 1904en IaFacultad de Filosofia y Letras de Buenos Aires bajoIa dirección deJuan B. Ambrosetti, yeiMuseo deLaPlata serán estudiadosaqui como puestas en escena de distintas construcciones de soberania através de Ia incorporación material ysimbólica de los márgenes. Locionaies cie ia ratagonia y ei L»naco, en ei iviuseo oe La r lata, ei Noroesteandino y, parcialmente, Ias tradiciones orales de Iafrontera misionera enei Museo Etnográfico son espacios en los que está cifrado un debatecientífico, estético y político sobre modernidad, cosmopolitismo y tradición. Enel mismo sentido, Ia importación de vastas cantidades deobjetos—huesos, dinosaurios, fósiles y rocas enelMuseo de La Plata; vasijas, alfa-rería, tejidos, cultura material enel Museo Etnográfico— desde los márgenes rurales a Ias ciudades y sus âmbitos científicos de exhibicion, implicounapolítica colonial dei Estado: Ia ciudad tentacular queextendía sus extremos hasta los confines dei território y encontraba en los márgenes de Ianación Ia matéria para ensamblar una tradición consagrada en los centrosurbanos. La política de acumular y exhibir como estratégia deapropiacióny colonización dei interior solo recientemente anexado ai território nacional reproduce, en escala nacional y latinoamericana, Ia acción que otrosmuseos ejercían sobre sus colônias, un imperialismo interno montado sobreIanaturaleza y Ia cultura material en los bordes dei Estado-nación. Latradición se alimento con restos que adquirieron nuevo significado en eltrayecto de los yacimientos y minas a los salones dei museo.entonces, cooperan para producir Ias autoimágenes exhibidas en cadamuseo, que se irán definiendo desde el proyecto más "universalista",atravesado por una retórica estatal de modulación antes imperial que

) Moreno, hacia Ias marcasculturalistas y nacionalistas características dei Centenário de Ia Independência argentina—1910— en el caso dei Museo Etnográfico. Asu vez, nosinteresa Ia producción de autoridad y autoria que juega en Ia apropiaciónque hacen Moreno y Ambrosetti de los fragmentos de distintos tipos deotredad subalternizada y Ias relaciones entre subjetividad, ordenmuseográfico, narrativa y performance delos objetos que deallí emergen.

Filogenia y Estado

Elevándose sobre unasuave barranca a cuyo pie sus contornos se refleja-ban en un pequeno lago artificial, Ia fachada neoclásica dei Museo de LaPlata, construído entre1884y 1888, presidia sobre unconjunto paisajísticohoy parcialmente deteriorado y que incluía, además, un pequeno jardínzoológico ybotânico compuesto exclusivamente porespécies nativas yaque-llas cuya aclimatización en el país se recomendaba. Muestrario en miniaturayasuvez totalizador deunaArgentina concebida como organismo territorial, ubicado en el borde de Ia flamante ciudad-modelo dei Ochenta comopara subrayar su modo de contraposición con Ia llanura circundante,seo en su centro proporcionaria Ia gran alegoria monumental dei estadopositivista, poderfinalmente consolidado sobre Ia base de un saber inape-lable. "Me imagino —afirmaba Sarmiento en 1885, en ocasión de Ia

Page 4: Álvaro FernándezBravo - Universidade Federal de Minas Gerais

apertura dei primer sector dei edifício— uno de los antiguos campesinosnacidos en estos alrededores donde pacían no ha mucho sus rebanos, se-cuestrado ensuestância, como patriarca asiático [...] porsus hijos [...] jQuésorpresa silemostrasen, complacidos, el primer objeto deostcntación, unaciudad obra de ellos creada de todaspiezas, mientrascrecían lostemerosdesus vacas, y por gala y tesoros de presumidas riquezas un Museo como elque inauguramos hoy! Ysin embargo, esta sorpresa está en elsemblante detodos los presentes, dado nuestro modo de ser hispano-americano, colonial, argentino, pues todo Io queaquivemos es extraíío a nuestros hábitos ytradiciones." La imponente colección de grandes fósiles y restos humanosde Ia Pampa y Ia Patagônia sobreponía, en Iavisión dei autor de Facundo, aIa turbia historia nacional un relato de extensión milenaria sobre Ia evolu-

ciónargentina. Desde luego, elmuseo evitaba cualquier referencia a Ia edaddei cuero que, según imaginaba Sarmiento, aún permanecia a poças léguasde distancia y, encambio, catapultaba a su inculto visitante en un espectá-culo multimedial que, en palabras de sudirector, "guarda sin solución decontinuidad desde el organismo más simple hasta el libro que Io describe".

Flanqueando el portal compuesto por columnas corintias, en cuyo vérticeseveia unaalegoria de Iaciência, obradei escultor veneciano VíctordeiPol, doce nichos con bustos de naturalistas insignes adornaban el frente deiedifício.Al entrar, el visitante se encontraba con una rotonda decorada conpinturas ai fresco que anticipaban los temas principales de Ia exposición,realizadas por artistas vinculados con Ia llamada Generación dei Ochenta:tal el caso de "Una cacería prehistórica" y "El rancho indio", de ReynaldoGiúdice, "El esmilodonte" de Emilio Coutaret, o de "Un parlamento indio" y "La vuelta dei malón" de José Bouchet. El diseno se repetia en Iarotonda superior, esta vez con escenas paisajistas de distintos puntos cardi-nales de Ia República. Bandas ornamentales y medallones en bajorrelieverecorrían Ias paredes de escalinatas ysalas, mostrando motivos mayas, azte-cas e incaicos, así como figuras copiadas de vasos y tejidos diaguitas ymapuches, en función de dar ai entorno —en palabras deMoreno— "uncaracter americano antiguo, que no desdice con Ias líneas griegas", fusiónde elementos cuyo clasicismo americanista se adelanta, de algún modo, aIaspropuestas dei modernismo oaún Ias más tardias dei Payador lugoniano yde Ia Eurindia de Rojas. Sin embargo, Ia figura retórica principal dei conjunto Ioconstituía Ia distribución mismade lossalones, ubicados alrededorde dos amplios pátios ai interior de Ia planta rectangular aIa que se agrega-ban dos hemiciclos de maneia que Ia sucesión de expuestos representara "elanillo biológico que principia enel mistério y termina con el hombre". Deese modo, el visitante, luego dei prólogo iconográfico dei vestíbulo, inicia-ba su recorrido en Ia sección geológica ymineralógica, pasando después porlos restos fósiles de sucesivas edades terrestres para arribar, finalmente, en Iassalas dedicadas aIa fauna actual de Ia República. En los pátios interiores seexponía un relato paralelo sobre Ia evolución dei "hombre físico y moral",trama quecomenzaba a Ia izquierda con una galeria anatômica contenien-do "cerca de mil cráneos y esqueletos [...] de indígenas de Ia América austral, desde el hombre de Ia época glacial hasta el indio ultimamente vencido" y seguia en el ala opuesta con "los primeros pasos dei hombre en Iacultura" ilustrados con piezas funerárias yde cultura material pampeanas ypatagónicas. En el primer piso, ese recorrido cultural continuaba con pequenas secciones dedicadas a Ias misiones jesuíticas y a Ia cerâmica andina,a cuyos costados se encontraban, finalmente, Ia sección de bellas artes y Iabiblioteca, punto de llegada ycúpula de Ia evolución argentina.

&,

ç> '•

í

8

Page 5: Álvaro FernándezBravo - Universidade Federal de Minas Gerais
Page 6: Álvaro FernándezBravo - Universidade Federal de Minas Gerais
Page 7: Álvaro FernándezBravo - Universidade Federal de Minas Gerais

construir su material de caza, pesca y uso doméstico mostrándonoslos procedimientos empleados para vencer enIa lucha por Ia existência en los rudos tiempos dei comienzo de Ia sociabilidad humana."El museo, entonces, sefíalaba que estos tiempos remotos habían lle-gado a unfinal abrupto, yque al noconvertirse enpúblico, someter-se a Ia disciplina visual deIa exhibicion, solo quedaba el atavismo yIamuerte.

El solar de Ia raza

Fundado el 4 de abril de 1904 dentro dei âmbito de Ia Facultadde Filosofia y Letras de IaUniversidad de Buenos Aires —quesegúnIo sefíalara David Viíías, fue creada en 1896 para preservar Ia purezalingüística ante Ia amenaza corruptora de Ia inmigración—, el Museo Etnográfico comenzó afuncionar ainstâncias de suprimer director y alma mater, Juan Baustista Ambrosetti, arqueólogo amateur,coleccionista y explorador. Vinculado por lazos familiares a Ia eliteportena —estaba casado con Ia hija de Eduardo L. Holmberg queera, junto aAmeghino yMoreno, uno de los três nombres dei positivismo científico argentino—, Ambrosetti construyó un museo deaspiraciones menos espectacularmente cívicas que el de Moreno,aunque atravesado también porlos conflictos depolítica cultural deifin-de-siècle, que se agudizarían en Ia Argentina hacia 1910. De al-gún modo, el Museo Etnográfico es más arcaico que su predecesor.Concebido en Ia línea de Ameghino, con quien Ambosetti había trabaja-do como director de Ia Sección Arqueologia dei Museo Público de Buenos Aires, el Museo Etnográfico opero bajo un disefío más próximo al

Moreno, encambio, había priorizadolas funciones político-pedagógicas yporeso se alejó dei Museo deLaPlata cuando este comenzó a depender de Ia Universidad Nacionalde Ia ciudad. Por el contrario, el espiritualismo característico deiCentenário tinoiaactividad dei museo dirigido porAmbrosetti desde sus comienzos. Nacido en Entre Rios en una família de origenitaliano -su padre era un comerciante oriundo de Lombardía yradicado en Ia província en 1830-, Ambrosetti compartía con otros letrados como Ricardo Rojas, su condición de hombre dei interiorinteresado en las tradiciones regionales. En uno de sus libros másconocidos, Supersticiones y leyendas (1917) recopila, como Io hizoRojas en Elpaís de Ia selva (1907), Ia cultura oral dei interior dei paísyen particular de los márgenes: es así como las tradiciones folklóricasde Misiones, de los valles calchaquíes y de Ia frontera pampeanaingresan enelmundo impreso.relación expropiativa opera tanto en Ia producción libresca de Ambrosetticomo en el proyecto dei museo que dirigiria desde su fundación hasta sumuerte, en 1917.

Ubicado primero en unsótano dei edifício de Ia Universidad deBuenos Aires, suactividad estuvo dirigida más hacia Ia investigacióny elacopio deobjetos quea Ia difusión y Ia pedagogia. La preocupa-ción por Ia raza, enmarcada en Ia predica hispanista yconservadoraque se afianza en el nucvo siglo, permite entender Ia fundación deimuseo. Su programa no parece completamente ajeno a una visiónalarmada dei presente, quebusco revisar elêxito dei programa inmi-

Page 8: Álvaro FernándezBravo - Universidade Federal de Minas Gerais

gratorio desarrollado por Ia generación dei 80 en Ia Argentina. Esposible rastrear en Ia misióndei museo, interesado en desenterrar elalma de Ianación y convertirla en matéria de estúdio, un eco de losdebates sobre el cosmopolitismo queafloraron en Ia primera décadadei siglo XX. Los comienzos dei museo, según declara Ambrosetti enIa Memória dei Museo de 1912, están ligados aal figura deIndalecioGómez, ministro dei interior dei segundo gobiemo de Roca y lati-fundista de Ia província de Salta, e impulsor deIa institución a partirdesu propia colección deobjetos de bronce calchaquíes y peruanos.Comootros museos argentinos, elacervo inicial implico Ia estatizaciónde una colección privada cuya representatividad es por Io menosdiscutible. Sin embargo, este fue solo el paso inicial. El grueso desupatrimônio proviene de las cxpediciones arqueológicas organizadasdesde el mismo museo porAmbrosetti, con Iacolaboración de otrosfundadores de Ia actividad arqueológica argentina como SalvadorDebenedetti, sucesor en Ia dirección dei museo, vários miembros de

iafamília Holmberg y las primeras gcneraciones deestudiantes deIaflamante cátedra de arqueologia de Ia Facultad de Filosofia y Letras.Las expediciones tuvieron lugar durante los primeros anos de Rin-cionamiento de Ia institución y se concentraron en el Noroeste argentino, en un momento en que las tensiones limítrofes con Chileadquirían nueva relevância. Es en esta región, en particular las províncias de Salta yJujuy, y en localidades como Tilcara, IaQuebradade Humahuaca y La Paya, donde los arqueólogos realizaronexcavaciones y obtuvieron Ia mayor parte de los objetos que pobla-ron sus colecciones. El museo entonces, surgió como resultado deiimpulso de sus fundadores en un contexto de marcada preocupa-ción por Ia corrupción deIaidentidad colectiva debido al auge deIainmigración (de Ia cual ellos mismos eran herederos), a problemaslimítrofes con naciones vecinas y frente a una demanda de mitoslocales unficadores, capaces de arraigar a una ciudadanía percibida §como peligrosamente cosmopolita. El programa de producción depasado que articula Ia laborde Ambrosetti, dedicado a construir unpatrimônio cultural quedieratestimonio de Ia antigüedad dei hombre argentino y americano, resulta coherente con Ia posición de sumaestro Ameghino, defensor de Ia doctrina deun origen americanopara Ia espécie humana, y aún Ia idea de que el suelo argentino oalgún território próximo aélfue Ia cunade nuestra espécie. Ambrosettipolemizo a su vez con el arqueólogo sueco Eric Boman, que poníaen duda Ia antigüedad atribuida porel argentino a las civilizacionesestudiadas en sus excavaciones arqueológicas.

El Museo Etnográfico comienza así enfocado en un margen poçoatendido de Ia Argentina y, dei mismo modo que en Ia literaturaobras como Mis montanas (1888), deJoaquín V. González, Elpaísde Ia selva (1907) yBlasón de plata (1910), de Ricardo Rojas y especialmente, Eldiário de Gabriel Quiroga (1910) y Elsolar deIa raza(1913), de Manuel Gálvez, su atención sedirige hacia las profundidades de Ia subjetividad, en un esfuerzo poredificar elEstado cultural con el que muchos deestos escritores dialogaban. Así, 6

do colonial, el interior no contaminado por Ia inmigración e incluso lasculturas indígenas prehispánicas que serían el foco central dei MuseoEtnográfico, adquieren hacia el Centenário un valor inusitado hasta entonces, percibidas como reserva de una esencia incontaminada.Enelcaso

dei museo, Ia manipulación de objetos hace posible construir un

à.

55

Page 9: Álvaro FernándezBravo - Universidade Federal de Minas Gerais

«P

36

• •• •

relato relativamente flexible, capaz de ser empleado para proyectarhacia elfuturo unanueva raza, producto deIa fusión entre inmigrantesy criollos. La intervención dei museo permitiria obtener evidenciatangible para una fábula de identidad necesaria para dotar a ia ciuda-danía cosmopolita de un relato unificador. El Museo Etnográficopuede ser leído enestas coordenadas, como undispositivo para com-batir a los déracinés denunciados por Maurice Barres —a quien losintelectuales dei Centenário conocían ycitaban— ydotados de unagenealogía hasta entonces inexistente.

No obstante, aunque elobjeto predominante dei museo fueran,en principio, las civilizaciones arcaicas dei noroeste argentino, seriaingênuo suponerque su intervención se restringió a csa región geográfica y período histórico.todiar los esqueletos de sus propios ancestros, Ambrosetti incluye enuno de los libros donde da cuenta de su expedición arqueológica a Iaciudad de La Paya, en Salta, fotografias de los peones empleados en lasexcavaciones junto a fotografias de las vasijas extraídas de una tumbaindígena. ,;Cómo entender Ia presencia de sujetos contemporâneos juntoa los objetos arcaicos? Los objetos permiten aludir nosoloa unacultura extinguida, sino a los habitantes actuales delas regionesexploradas, a los que se les expropiaba su pasado, saqueando sustumbas, robando sus relíquias y, eventualmente, incluso las supersti-ciones que oponían a Ia tarea científica y que serían recopiladas enlibro por Ambrosetti. El trabajo dei arqueólogo, se lamentaAmbrosetti, choca con las supersticiones y renuencia de los locales adesenterrar relíquias. "[L]as supersticiones reinantes, heredadas desdesiglos, hacen quelos habitantes próximos á las ruínas se resistan áIa faena de excavación de sepulcros, que ellos suponen, y muchasveces con razón, sean de sus antepasados" —declara en Ciudadpre-históricade "La Paya", de 1907. Esa resistência sinembargo, no aparece corregida porIa educación o porun discurso capaz deconvertira los sujetos expropiados en audiência dei museo y, eventualmente,enciudadanos. Porelcontrario, Ia labor científica aparece concebidacomoconstrucción de un patrimônio cerrado y una tarea de confis-cación, en nombrede Ia ciência, de objetos eventualmente desplaza-dos a un âmbito ajeno al de su origen.museo-biblioteca para especialistas, que archivaba y clasificaba, pero

extualizaba. En el mismo libro Ambrosettideclara que"[u]na expedición nodebe concretarse á recoger los objetossobreel terreno y colocados á su vuelta en un Museo catalogadossistematicamente; pasados algunos anos todo ese trabajo queda perdido, las piezas pueden deteriorarse, los apuntes extraviarse, los objetosmezclarse (...). [A] Ia expedición hecha debe seguir Ia correspondientepublicación". Así, el museo operacomo una tecnologia editorial, quevuelve legible el pasado yel território yIo ordena enuntexto escrito. Ellibro, sin embargo, parece concebido más como un archivo eficienteque como un recurso difusor de Ia investigación científica.

El distanciamiento entre museo y público puede pensarse tam-bién en relación con los sujetos subalternos locales, aquellos que seresistían aexcavar en las tumbas desus antepasados. Ante Ia resistência, solo resta el recurso dei soborno. "Es de desesperar contra Iaobstinación de las gentes, pero también es menester tener muchocuidado en Ia réplica á fin de poderconvencerlos, tocándoles elamorpropio, halagándoles con buena paga y regalos suplementarios de

Page 10: Álvaro FernándezBravo - Universidade Federal de Minas Gerais