Manual Cruz Misionera

16
1 MANUAL PARA LA VISITA DE LA CRUZ MISIONERA A LA UNIDAD PASTORAL “Señor, aumenta nuestra Fe (Lc 17,5) Para crecer como tus discípulos misioneros”

Transcript of Manual Cruz Misionera

Page 1: Manual Cruz Misionera

1

MANUAL PARA LA VISITA DE LA CRUZ MISIONERA A LA

UNIDAD PASTORAL“Señor, aumenta nuestra Fe

(Lc 17,5)Para crecer como tus discípulos misioneros”

Page 2: Manual Cruz Misionera

2

Page 3: Manual Cruz Misionera

3

Este manual es una herramienta general que será un apoyo durante todo el año para acom-pañar la peregrinación de la cruz por toda la arquidiócesis. Así, en la medida en que la Cruz Misionera llegue a la Zona, llegará también este manual.

¿CUÁNDO SE UTILIZA?

Debe ser utilizado por las Unidades Pastorales de la Zona u otros lugares que reciben la Cruz Misionera y siempre acompañado de la “ficha de apoyo” del mes que corresponda. De esta manera, la Unidad Pastoral o lugar específico que reciba la Cruz trabajará con el manual y la ficha de apoyo; mientras que en ese mes el resto de las Zonas trabajará solo con la ficha de apoyo:

NOS PREPARAMOS PARAINICIAR LA PEREGRINACIÓNDE LA CRUZ MISIONERA

¿CÓMO SE UTILIZA?

El Manual está compuesto de 3 partes. Primera Parte: Se presenta una catequesis que ilumina los significados de la Cruz Misionera, llamada “Hagamos nuestra la cruz de Cristo”.

Segunda Parte: Se propone un método para realizar uno o más encuentros, con el fin de dialogar, compartir y discernir en torno a la Cruz y nuestra realidad zonal. En esta parte se recurre a la “ficha de apoyo”, donde hallare-mos el contenido correspondiente al tema del mes.

Tercera Parte: Se presentan indicaciones ge-nerales para la recepción, estadía y despedida de la Cruz Misionera en la Zona, además de un esquema para una Liturgia de la Palabra.

Todo este material llegará impreso a las Zonas, y también podrá ser descargado en www.vej.cl, especial “Peregrinación de la Cruz de Chile Misionera”.

En el mes deLa Cruz

Misionera visita la Zona

Ficha de apoyo para la Arquidiócesis

Abril Maipo Enfermos

Mayo Sur Trabajadores y cesantes

Junio Oriente Jóvenes y estudiantes

Julio CordilleraMigrantes y pueblos originarios

Agosto Oeste Tercera edad

Septiembre Centro Políticos y gobierno

Octubre Norte Privados de libertad

Page 4: Manual Cruz Misionera

4

a) Sentido de la Cruz de Chile Misionera1

La Cruz de Chile es nuestra bandera hecha cruz. Representa nuestros anhelos y esperan-zas, uniendo en un solo signo la patria y la fe.

• Los maderos son azules porque representan nuestro anhelo de cielo, nuestra vocación de ser santos. El azul del cielo simboliza el deseo de ir más allá, más adelante. La vocación del cristiano toca el horizonte. Sin embargo, los maderos son toscos para recordarnos que to-dos estos anhelos de cielo y voluntad de ser, también significan dolor, trabajo, esfuerzo y muchas veces penas y alegría, pues para cons-truir el Reino y llegar al cielo, hay que vencerse a sí mismo, vencer los egoísmos y dar pasos de amistad y de paz. Estos pasos son personales, pero también son pasos que damos como Igle-sia y país y que, muchas veces, no son fáciles.

• La estrella representa a la Virgen del Car-men, la “estrella del mar”. Nos recuerda per-manentemente la palabra de una madre que le dice a sus hijos: “Haced lo que Él les diga”. La estrella de la cruz de Chile es una permanente invitación a hacer la voluntad del Señor, a ha-cer nuestras las palabras de Jesucristo: “Denles ustedes de comer” (Lc9, 13), “ámense los unos a los otros”(Jn 15, 12).

• La cinta roja nos recuerda que hay alguien que derramó su sangre por nosotros. Jesucris-to, el Señor, hizo una alianza con nosotros. Es sangre derramada para la Salvación, una invi-tación a seguirlo y entregarnos plenamente a su misión.

b) Sentido de la cruz de Cristo

San Pablo, en su primera carta a los Corintios, se refiere a la cruz en dos sentidos: una locura y escándalo para los no creyentes, y una fuer-

za y sabiduría de Dios para nosotros, los cris-tianos (Cfr. 1 Co 1, 18.23-24). ¿Cómo es que un mismo objeto, un mismo acontecimiento, ten-ga dos significados opuestos? Y en los tiempos que estamos viviendo, podríamos preguntar-nos ¿Qué sentido tiene, hoy, la cruz de Cristo?. Jesús, el Hijo de Dios, vino al mundo con una misión concreta, pasó su vida “haciendo el bien” (Hch 10, 38) y mostrándonos al Padre y su amor (Cfr. Jn 14, 7-2 ). En sus últimos días, Él entregó su vida obediente y voluntariamente a la muerte, y como verdadero hombre sufrió los dolores que la persecución, la tortura y la muerte en cruz le trajeron.

Benedicto XVI ha dicho que “la cruz es la reve-lación definitiva del amor y de la misericordia divina” para toda la humanidad. “Dios es amor y su amor es el secreto de nuestra felicidad. Ahora bien, para entrar en este misterio de amor no hay otro camino que el de perdernos, entregarnos: el camino de la cruz.”

En la cruz, Dios nos ha manifestado el poder de su amor, al entregar a su Único Hijo a la muerte, para liberarnos de la esclavitud del pecado y de la muerte. Jesucristo, humilde y manso a la voluntad del Padre, no escatimó en su condición divina, sino que hecho hombre, se humilló a sí mismo, obedeció hasta la muer-te, y no a cualquier muerte, sino a la muerte en cruz, que en esa época estaba reservada para los malhechores, los criminales, los pecadores. (Cfr. Flp 2,1-8).

Jesús en la cruz nos ha amado primero y nos invita, tal como Él, e no huir del sufrimiento o del dolor, sino más bien, entrar en ellos con esperanza, y con la certeza de que la muer-te ha sido vencida, y que en la cruz brilla el rostro radiante del Padre que nos ama. Hoy, en que todo nos invita a renegar del sufrimien-

1. Documento escrito por Mons. Héctor Gallardo, Vicario General de Pastoral.

PRIMERA PARTE: “HAGAMOS NUESTRA LA CRUZ DE CRISTO”

Page 5: Manual Cruz Misionera

5

to y solo buscar nuestro bien y nuestro gus-to, la cruz de Cristo nos impulsa al amor, a la donación, a salir de nosotros mismos, e ir en busca de quienes viven tristes, dolientes, an-gustiados. Abrazar la cruz, entonces, significa encontrar en ella la esperanza que no se aca-ba; implica unirnos a la misión redentora de Cristo, haciendo que nuestra vida sea un lugar de salvación para hombres, mujeres, jóvenes y niños que tanto necesitan de un sentido pleno para su vida.

Este inmenso amor, que se desborda en la muerte y resurrección de Jesús, nos obliga a responder con otro amor. ¿Cómo podemos manifestar, con nuestra vida, que la cruz de Cristo es gloriosa? ¿Cómo llevar en nosotros mismos esta cruz, de modo que se haga pre-sente también la muerte y resurrección del Se-ñor? (Cfr. 2 Co 4, 6-12).

El Papa Francisco, como Pastor de la Iglesia, nos hace un llamado que no podemos dejar de escuchar:

“¿Qué significa seguir a Jesús en su camino hacia el Calvario, hacia la Cruz y la Resurrec-ción?. Significa salir de nosotros mismos para ir al encuentro de los demás, a la periferia de la existencia, a los más alejados, a los olvidados, a quienes necesitan comprensión, consuelo y ayuda. Vivir este tiempo significa también en-trar cada vez más en la lógica de Dios, de la Cruz y del Evangelio.

Es seguir y acompañar a Cristo, lo cual exige “salir”: Él ha salido de sí mismo para venir a nuestro encuentro, ha colocado su tienda entre nosotros para traer la misericordia que salva y da esperanza” (Homilía Domingo de Ramos, 2013).

MANUAL PARA LA VISITA DE LA CRUZMISIONERA A LA UNIDAD PASTORAL

Page 6: Manual Cruz Misionera

6

Los invitamos a trabajar la temática correspon-diente a su Zona en uno o más encuentros, se-gún la realidad y las posibilidades de la zona y de las diversas comunidades (parroquias, capi-llas, consejos pastorales, colegios, movimien-tos, grupos, etc.). ¿Qué buscamos en estos encuentros?

Junto a nuestra comunidad queremos descu-brir las presencias de Cristo sufriente en nues-tro entorno y discernir el modo en que Dios nos invita a asumir la cruz de su Hijo en estas realidades.

¿Qué haremos en estos encuentros?

Primer momento: Motivar (10’)

Inicialmente damos la bienvenida a los parti-cipantes y realizamos una breve dinámica de presentación. En caso de que todos se conoz-can, compartimos brevemente cómo estamos y cómo llegamos a este encuentro.

Recomendación: Es de gran ayuda preparar un ambiente para hacer más fácil y grato este momento. Podemos disponer las sillas en un círculo, para que todos participen, y hacer un pequeño altar donde esté presente el díptico del año de la fe y un signo alusivo al motivo y lema del mes correspondiente (Ver Ficha de apoyo).

Comenzamos con una oración, disponiendo nuestro corazón para escuchar a Dios y a nues-tros hermanos, invocando la presencia trinita-ria.

Oramos a Ti Padre, fuente de todo amorde Ti viene todo lo que existe

el Hijo amado y el hombre creado a Su ima-gen, el mundo lleno de belleza

y todo cuanto existe de bueno.Padre que eres sobreabundancia y misericor-

diaque te desbordas al hombre en el Hijo y el

Espíritu.Padre que eres comunicación de Vida

Padre que eres verdad.

O bien:

Oramos a Ti Espíritu de amor, abrazo de unidad

que nos permites amar y ser amadosque pones en nuestros corazones deseos de

Diosy gimes dentro nuestro ¡Abbá!, ¡Padre!

Espíritu que eres Madre, silente, oculto, eficazque eres ternura y nos muestras al Hijo

que eres fuerza y nos llevas al Padreunidad de lo distinto,

apertura, acogida, presencia, anhelo y paz.Amén.

Segundo momento: Compartir (30’)

Una vez que el ambiente ha sido preparado, vamos al siguiente paso. Para ello, recurrimos a la “Ficha de apoyo” correspondiente al mes en curso. Allí encontraremos una síntesis de contenidos referente al motivo del mes (“nues-tra motivación para este mes”), una pauta que nos permitirá dialogar y compartir nuestras mi-radas, vivencias y esperanzas, y una reflexión a la luz de la fe.

Recomendación: • Si la cantidad de personas lo permite, se sugiere trabajar en grupos de 4 ó 5, para dar espacio a la participación de cada uno y cada una.

SEGUNDA PARTE: DIALOGAR,COMPARTIR Y DISCERNIR

Page 7: Manual Cruz Misionera

7

• En su realidad local ustedes son observado-res y participantes privilegiados, por ello este manual y las fichas de apoyo son una guía que se adapta a la realidad de la zona.

¡ATENCIÓN!

No olvides trabajar con la Ficha de apoyo co-rrespondiente en este momento.

Tercer momento: Discernir (15’)

Al dar un paso más, queremos profundizar aquello que hemos compartido. Llega el mo-mento del discernimiento y nos detenemos para hacer oración nuevamente. Pedimos al Señor su Santo Espíritu que ilumine nuestras conciencias, abra nuestros corazones y nos lle-ne de fortaleza y valentía, para contemplar las presencias de Cristo crucificado y asumir a tra-vés del servicio y el amor esa cruz.

Ven, Espíritu Santo, renueva la faz de la tierraVen, Espíritu Santo, sopla con fuerza en

nuestras mentes y llena de ardor misionero nuestros corazones.

Ven, dulce huésped del alma, quédate con no-sotros y asístenos con tu sabiduría, para que sepamos discernir la voluntad de Dios para

nuestras realidades concretas.Ven, no tardes, derrama sobre nosotros tus

siete dones, y haz de nosotros piedras vivas de tu Iglesia.

O bien antífona:

Ven Espíritu de santidad, ven Espíritu de luzVen Espíritu de fuego, ven abrázanos.

• Permanecemos un momento en silencio para reflexionar sobre la realidad que hemos compartido, dejando resonar en nuestro inte-rior:

¿Qué haría Jesús en mi lugar?

• Dialogamos en los pequeños grupos, com-partiendo lo que Dios ha suscitado en cada uno y cada una a través de la oración.

- ¿A qué me llama el Señor? - ¿Cuál es la invitación concreta que me hace de servicio y amor hacia mis hermanos?

• En plenario compartimos nuestros discerni-mientos grupales y tomamos nota de ellos en un papelógrafo o pizarra, visualizando los te-mas y/o acciones que más se repiten.

Cuarto momento: Comprometernos (20’)

Como discípulos misioneros queremos seguir las huellas del Maestro, quien donó su vida por amor a quienes descubrió pobres, abandona-dos y necesitados de Dios. Por ello, vamos más allá de la reflexión y del diálogo, y nos compro-metemos comunitariamente a ir al encuentro de nuestros hermanos sufrientes.

Quien ha hecho de guía o de secretario en este encuentro, toma nota de los compromisos que la comunidad hace. Deben ser concretos y re-lacionados a la realidad y las necesidades del entorno zonal. En la “ficha de apoyo” corres-pondiente al mes, encontrarán una serie de actividades sugeridas para poner en obras la fe y el amor.

MANUAL PARA LA VISITA DE LA CRUZMISIONERA A LA UNIDAD PASTORAL

Page 8: Manual Cruz Misionera

8

• La Cruz de Chile se hace parte de las litur-gias propias de las Unidades Pastorales que la reciban. Es decir, no es necesario hacer una Liturgia especial para recibir la cruz, sino que la hacemos parte de las misas y celebraciones propias de nuestra parroquia, capilla, colegio, etc.

• La Cruz Misionera es una invitada de honor, por lo tanto debe tratársele como tal. Preocu-pémonos de que quede en un lugar visible, digno, iluminado y seguro.

• Los cantos son muy importantes para la li-turgia en comunidad, por ello es fundamental ensayarlos y prepararlos, incluyendo aquellos que tengan una fuerte relación con la temática del mes (por ejemplo, “Padre Amerindio” para el mes de los inmigrantes y los pueblos origi-narios).

• Como un signo de amor a todos nuestros hermanos, invitamos a las celebraciones y Li-turgias de la cruz a jóvenes relacionados con la temática correspondiente al mes que esta-mos viviendo. Esto no implica que el resto de la comunidad quede excluida de las celebracio-nes, sino que estos jóvenes tengan un protago-nismo especial (por ejemplo, considerándolos lectores). Sugerimos:

a) Zona Maipo: Jóvenes con alguna discapa-cidad física y/o mental; jóvenes técnicos o profesionales que trabajan en algún servicio o institución ligado a la atención de los enfermos jóvenes que realizan algún tipo de voluntaria-do con enfermos de la Zona.

b) Zona Sur: Jóvenes que desarrollan alguna actividad asalariada dentro del territorio de la Zona; jóvenes microempresarios formales; jó-venes cesantes o en busca de trabajo; jóvenes feriantes o vendedores ambulantes; jóvenes

que forman parte de algún sindicato u otro tipo de organización gremial; jóvenes que de-sarrollan algún tipo de voluntariado producti-vo o comunitario en la Zona.

c) Zona Oriente: Jóvenes que cursan educa-ción básica; jóvenes que cursan educación me-dia; jóvenes que cursan educación superior; jóvenes que se encuentran regularizando sus estudios; jóvenes que desarrollan algún tipo de voluntariado educativo en la Zona.

d) Zona Cordillera: Jóvenes de origen mapu-che, rapa nui, aymara, quechua o de cualquier otro pueblo originario residente en la Zona; jóvenes extranjeros residentes o estudiantes de intercambio en la Zona; jóvenes hijos de ex-tranjeros residentes en la Zona.

e) Zona Oeste: Abuelos o abuelas de jóvenes residentes en la Zona. Residentes en Hogares de ancianos del sector.

f) Zona Centro: Jóvenes pertenecientes a cen-tros de alumnos o federaciones de estudian-tes; jóvenes representantes de organismos no gubernamentales; jóvenes representantes de pastoral juvenil.

g) Zona Norte: Jóvenes que tengan familiares privados de libertad; jóvenes que hayan cum-plido condena en algún centro privativo; jóve-nes que desarrollan algún tipo de voluntariado con personas privadas de libertad.

• Como una forma de recalcar el paso de la Cruz Misionera por la Zona, recomendamos que la comunidad preparare algún signo vi-sible que pueda instalarse en las calles por donde transite (por ejemplo, listones de color en postes telefónicos o eléctricos, murales o graffitis, etc.).

TERCERA PARTE: INDICACIONES GE-NERALES Y LITURGIA DE LA PALABRA

Page 9: Manual Cruz Misionera

9

• La Cruz Misionera traspasará diferentes rea-lidades socio-económicas y culturales, pero también distintas dimensiones de la caridad y el amor al prójimo. Para que no se pierda esta importante memoria pastoral, invitamos a la Zona a recopilar testimonios escritos de la vi-sita de la Cruz. No se trata de escribir grandes

documentos o resúmenes formales, sino tes-timonios breves de personas que vivieron la experiencia de llevar o recibir la Cruz en todos los rincones en donde está pasando. Se solicita que cada testimonio se realice en hojas blan-cas tamaño carta y escritas a mano.

MANUAL PARA LA VISITA DE LA CRUZMISIONERA A LA UNIDAD PASTORAL

Page 10: Manual Cruz Misionera

10

Page 11: Manual Cruz Misionera

11

MANUAL PARA LA VISITA DE LA CRUZMISIONERA A LA UNIDAD PASTORAL

ENTREGA RECIBE INSTANCIA FORMAL SUGERIDA

VEJ Maipo Fiesta de Ramos (23/3)

Maipo Sur Misa de Trabajadores del Arzobispado (30/4)

Sur Oriente Retiro “Testigos de la Fe” (25/5)

Oriente Cordillera (Zonas involucradas deben acordar instancia)

Cordillera Oeste (Zonas involucradas deben acordar instancia)

Oeste Centro (Zonas involucradas deben acordar instancia)

Centro Norte Virgen del Carmen (29/9)

Norte VEJ Caminata de Los Andes (19/10)

RECEPCIÓN DE LA CRUZ MISIONERA.

• La Cruz se recibe en Comunidad. La Zona del Maipo la recibirá en medio de la Fiesta de Ra-mos, pero no es necesario que las Zonas se la traspasen unas a otras únicamente en eventos masivos de la Arquidiócesis. Si coincide, se rea-liza el traspaso en una actividad arquidiocesa-na; si no, se realizará en una celebración u otra instancia que las Zonas estimen conveniente.

• La Cruz se recibe en espíritu de oración. Debemos preparar el ambiente para recibir la Cruz. La presencia del Señor es un regalo va-lioso y –por lo mismo- requiere que la comu-nidad prepare un clima interno que de cuenta del camino que ha transcurrido mientras se espera su llegada. Cada Zona reza por la que le precedió y por la que continúa en esta pe-regrinación.

ESTADÍA DE LA CRUZ MISIONERA EN LA UNI-DAD PASTORAL.

La visita de la Cruz Misionera no es un evento extraordinario para quienes se llaman a sí mis-mos Hijos e Hijas de Dios, por el contrario, es un recordatorio a vivir nuestra fe de manera abierta y decidida en nuestros hogares y luga-res de trabajo.

El Año de la Fe nos invita a convertirnos, vol-vernos de corazón a Jesucristo. Se nos propone reflexionar acerca de cómo vivimos nuestra fe y cómo la compartimos con los demás.

La Unidad Pastoral que recibe la Cruz da testi-monio, en su entorno barrial, de la presencia viva de Jesucristo como fuente de salvación y de esperanza. En este contexto, se espera que la comunidad pueda realizar acciones que re-fuercen la identidad de sus prácticas religiosas propias (procesiones, vigilias, adoración al San-tísimo u otras).

Page 12: Manual Cruz Misionera

12

ESQUEMA DE LA LITURGIA DE LA PALABRA

A continuación, presentamos algunas reco-mendaciones para realizar la Liturgia de la Pa-labra con la Cruz de Chile Misionera en comu-nidad:

• Acogida de los participantes a la celebra-ción. Se puede preparar un mini guión de la celebración que incluya los momentos, las lec-turas y algunos cantos. Este material se puede entregar en este instante.

• Saludo: Es bueno dar la bienvenida a los her-manos de la comunidad, motivándolos a tener una participación activa en la Liturgia, dando luces de lo que se vivirá en la celebración. • Acto penitencial: Antes de entrar en la Litur-gia de la Palabra propiamente tal, nos recono-cemos pecadores, acogiendo como creaturas la misericordia que nuestro Padre tiene cada día con nosotros. Se puede recitar el “yo pe-cador” o cantar el “Kirie Eleyson” (Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad. Señor ten piedad) u otro canto de perdón.

• Liturgia de la Palabra: Se puede hacer una breve motivación antes de cada lectura, prepa-rando a la comunidad a escuchar.

- 1ª Lectura: 1 Cor 13, 1-13: El amor cristiano. - Salmo: 23. El Señor es mi pastor. - Evangelio: Mateo 25, 31-46: El Juicio Final.

• Homilía o momento para compartir la Pa-labra.

• Credo: En el año de la fe y con la presencia de la Cruz de Chile en nuestra comunidad, queremos profesar nuestra fe en Dios Padre, en Jesucristo, en el Espíritu Santo y en la Iglesia Católica (ver recuadro).

• Oración Universal: La comunidad hace ora-ción por la Iglesia, por el mundo y los gober-nantes, por los que sufren y por la asamblea reunida allí. Luego, se deja un momento para poner en común las oraciones particulares de los presentes. Oramos especialmente por las personas de nuestro entorno, por los proble-mas y sufrimientos propios del sector, y por nuestra Unidad Pastoral.

• Padre Nuestro: Sintiéndonos Hijos de un mismo Padre rezamos juntos la oración que Cristo nos enseñó.

• Comunión: En esta Liturgia no hay consagra-ción de las especies eucarísticas, pero sí comu-nión. Nos disponemos, entonces, a recibir al Señor sacramentado.

• Bendición final: Pedimos la bendición de Dios y finalizamos la Liturgia en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Page 13: Manual Cruz Misionera

13

MANUAL PARA LA VISITA DE LA CRUZMISIONERA A LA UNIDAD PASTORAL

CREDO

Celebrante - ¿Crees es Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra?.

Comunidad – Sí creo, pero aumenta mi fe.

Cel - ¿Crees en Jesucristo, su único Hijo, nues-tro Señor, que nació de santa María Virgen, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está

sentado a la derecha del Padre?.

Com – Sí creo, pero aumenta mi fe.

Cel - ¿Crees en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que por el sacramento de la confirmación,

se te da de manera excelente, como a los apósto-les en el día de Pentecostés?.

Com – Sí creo, pero aumenta mi fe.

Cel - ¿Crees en la santa Iglesia Católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los

pecados, en la resurrección de la carne y la vida eterna?.

Com – Sí creo, pero aumenta mi fe.

Cel - Dios todopoderoso, Padre de nuestro SeñorJesucristo, que me hiciste renacer en el agua y el

Espíritu SantoY me has perdonado los pecados,

Consérvame con tu gracia en Jesucristo nuestro Señor,

Para la vida eterna.

Com – Amén

Page 14: Manual Cruz Misionera

14

DESPEDIDA DE LA CRUZ MISIONERA.

• La Cruz se entrega en Comunidad. La última Unidad Pastoral que reciba la Cruz en la Zona del Maipo hará entrega de ésta a la primera de la Zona Sur. Este mismo criterio se respetará durante los meses venideros, salvo en la última oportunidad, donde la recibirá la Zona Norte y ella la llevará al Santuario de Santa Teresa de Los Andes. El sentido es realizar el “traspaso” de la Cruz desde una Unidad Pastoral a otra, sin que necesariamente pase por la Vicaría Zo-nal. La Cruz, entonces, será traspasada junto al Evangelio de Chile y los testimonios recopila-dos en la Zona donde estuvo. Así, la Zona Nor-te será la encargada de llevar todos los testi-monios recogidos durante la peregrinación en la Arquidiócesis.

• La Cruz se entrega en espíritu festivo. No hay pesar en la comunidad por no quedarse con la Cruz, sino alegría por entregarla a otros herma-nos en la fe. Se despide con pañuelos blancos,

con bocinas y carnaval. La esperanza pasará a quienes la necesitan y pueden proclamar la fe.Papa Francisco. Discurso Vía Crucis, Viernes Santo 2013.

“La Cruz de Jesús es la Palabra con la que Dios ha respondido al mal del mundo. A veces nos parece que Dios no responde al mal, que per-manece en silencio. En realidad Dios ha habla-do, ha respondido, y su respuesta es la Cruz de Cristo: una palabra que es amor, misericor-dia, perdón. Y también juicio: Dios nos juzga amándonos. Recordemos esto: Dios nos juzga amándonos. Si acojo su amor estoy salvado, si lo rechazo me condeno, no por él, sino por mí mismo, porque Dios no condena, Él sólo ama y salva .

(…) la palabra de la Cruz es también la respues-ta de los cristianos al mal que sigue actuando en nosotros y a nuestro alrededor. Los cristia-nos deben responder al mal con el bien, toman-do sobre sí la Cruz, como Jesús.”

Page 15: Manual Cruz Misionera

15

Page 16: Manual Cruz Misionera

16

MANUAL PARA LA VISITA DE LA CRUZ MISIONERA A LA UNIDAD PASTORAL