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    CTEDRA LIBRE

    CHAMAM RAITY

    Docentes a cargo

    Enrique Antonio PieyroJuan Genaro Gonzlez Vedoya

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    Dios ander-et, andeyara, Dios padre y madre! Dios Crea-dor, artista y providente! Bendito seas!-Quisiera encontrar-saber-tener las ms bellas palabras para de-cir la plegaria-rezo-alabanza que te debemos!-Chamameceramente, estamos, hoy, aqu y ahora, en las 7 Co-rrientes, en vsperas de la Fiesta de Nuestra Cruz fundacional, pero ya y para siempre, sin la Espada, eso s, bajo la mirada maternal de la Pura y Limpia andesy, Mara Itat Ella tambin fue y es musiquera-Padre Dios, nos rene el Chamam. Vos bien sabes: Se trata de ese Viento Sagrado que el Espritu Santo meti en el alma de nues-tro pueblo, en el cuerpo de nuestros bailarines y dentro de nuestros fuelles chamameceros.-Ya, alguna vez, un poeta nuestro nos explic:Desde adentro de Dios mismo,- de su inmenso corazn, - donde germina la Vida y se enraza el Amor,

    sali el Soplo Originario de su Aliento Creador - que inund el pecho del hombre y se hizo Respiracin

    Y ese Viento Musiquero que en nosotros se qued: - en la Gar-ganta fue Verbo, - fue Compuesto y fue Cancin

    en las Manos se hizo Msica - de la Selva y la Misin - y en los Pies se volvi Danza, - Pavo Antiguo y Picaflor

    Por eso, ni bien suspira el Fuelle en tono mayor, - todos senti-mos que adentro nos retoza el Corazn

    y nos trepa por la Sangre para estallar en la Voz, - el Grito, Palabra Extrema, - nuestra Identificacin

    que es Saludo y es Festejo, - Desafo, y por qu no, - Marcacin de territorio y sincera Afirmacin

    de una Identidad gloriosa que no aguanta la Exclusin, - y se pronuncia gritando, - as, de pie, frente a Dios..!

    OracinCtedra Libre del ChamamCorrientes. 02-05-11.Pa Julin Zini. (Leida el da del lanzamiento de la Ctedra libre del Chamam).

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    -Gracias, muchas gracias, Dios querido, por esta Msica- Danza-Palabra Por este Nuestro Antiguo Canto, verdadera Trinchera Cultural, desde donde resistimos todas las invasiones del alma y del cuerpo..-Gracias, muchas gracias, por permitirnos hoy ser protagonistas de este verdadero acontecimiento cultural que pone a disposicin de nuestra sociedad esta Ctedra este Regazo maternal, este Nido del alma (Chamam raity)!-Gracias, por el empeo y el esfuerzo de los organizadores y el compromiso pendiente de tantos prestigiosos colaboradores, que ya prometieron su valioso aporte, y, de los que, seguramente, habrn de sumarse.-Aydanos, Padre Dios, a ser inteligentes y responsables en la valoracin, rescate, estudio, investigacin, promocin, cuidado, di-fusin y defensa de este nuestro patrimonio cultural que llamamos Chamam.-Aydanos, Padre Dios, a ser justos y solidarios con todos nues-tros msicos chamameceros, muchos de ellos actualmente olvida-dos, cuando no menospreciados y, prcticamente, excluidos de toda posibilidad artstica.-Aydanos, Padre Dios, a ser creativos e ingeniosos en la tarea de enriquecer y perfeccionar el Arte Chamamecero, ofreciendo a nues-tros chicos la posibilidad de complementar su capacidad intuitiva con el avance tcnico.-Aydanos, Padre Dios, a asumir con sinceridad y madurez nuestro pasado, y a valorar el proceso histrico de esto que hoy resultamos ser y an nos identifica: venidos del campo a la ciudad, del patio al saln, de la orilla a la ctedra.-Aydanos, Padre Dios, a superar con grandeza de corazn y algo ms, la dolorosa antinomia que tanto mal nos hizo dividin-donos en encomenderos y encomendados, patrones y peonada, gente cat y gente guaranga-Finalmente, bendcenos, Padre Dios, para que sumando lo me-jor de nosotros mismos, podamos con esta Ctedra y su servicio a la Cultura del pueblo de la Regin, aportarle correntinamente al Pas algunos valores de nuestro anderek, tales como nuestro sentido del tiempo y del estar, del rezo y el convite, de la fiesta y el baile y el placer Estaremos as contribuyendo a la construccin del verdadero Proyecto Nacional, rumbo a la Patria Grande.

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    Textos

    ProfesorEnrique Antonio Pieyro

    Tiempo deChamam

    Corrientes, Agosto 2011.

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    El Chamam es una modalidad musical tradi-cional de la provincia de Corrientes. Su historia trasciende el tiempo y el espacio. En su origen se integran los rasgos culturales del aborigen guaran y del descubridor espaol conforman-do una sntesis sumativa que acrisolada dar nacimiento a una expresin musical nueva.

    El Chamam es el resultado del amor, de la fusin de dos razas, que amalgamadas en el tiempo contarn la historia del hombre y de su paisaje, proyectndose ms all de sus fron-teras.

    El Chamam est en nuestro origen y es nues-tra identidad, nace de las entraas mismas del nuevo hombre americano. Por eso se nutre en las races autnticas de la Argentinidad. Prime-ro fueron las voces y el ritmo, los instrumentos musicales se suman para acompaar las caden-cias del canto. Y en una noche estrellada, en las cuerdas de una antigua vihuela y en el tecla-do de un acorden de dos hileras, se gesta el sonido inconfundible de su meloda

    Y all est vertical y vibrante, marcando el ritmo acompasado de la danza que tiene por paisaje a un cielo azul cubierto de lapachos en flor, que tiene el reflejo cristalino de mil lagu-nas y esteros y que se yergue en viril estampa cuando un av lanza un Sapucai que rompe el silencio del monte y como un relmpago atraviesa el firmamento dejando una estela lu-minosa de fuego que es el testimonio universal de su presencia

    Todo eso y mucho ms es el Chamam Vive junto al hombre y a la mujer amada, pues canta al amor y a la esperanza. Canta a la Virgen Milagrosa de Itat y a los recuerdos nostlgicos del ayer vivido. Canta a ese pueblo

    amado que en sus calles antiguas y arenosas guarda secreto del primer amor

    Por eso afirmamos: El Chamam es Corrien-tes! Y sta es su TierraTierra de coraje, de gestos gloriosos, de valientes varones, de epopeyas heroicas, de una historia trascen-dente como su canto

    El Chamam es Corrientes! Y sta es su Tie-rra! Tierra generosa, promisoria, de trabajo y de pazTierra de la Cruz del madero mi-lagroso, tierra de aquel hombre predestinado que fuera libertador de tres naciones Tierra que guarda en su seno el latir permanente de la vitalidad y que se muestra majestuosa en sus ros, en su ardiente sol, en sus noches impo-nentes pobladas de estrellas

    El Chamam es Corrientes! Y sta es su Tierra!

    Qu es el Chamam?

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    Comentario preliminar: La msica tradicional de la provincia de Corrientes se identifica con tres ritmos bsicos: el Chamam, el Rasguido Doble y el Valseado. Estas expresiones musi-cales propias han llegado a permanecer en el tiempo y han asumido un rea de dispersin que cubre una amplia regin de nuestro pas.

    El Chamam es una modalidad de folclore musical de Corrientes, como tal ha evidencia-do una vitalidad que crece en el tiempo y en la distancia. Si difusin nacional as lo confirma, pues siendo de neto origen correntino, esta expresin musical ha trascendido como danza ms all de sus fronteras originales. Sus diver-sos exponentes que como intrpretes pasean el canto, la msica y el baile son los testigos de esta creciente popularidad. Pero es una obli-gacin rendir un homenaje a los Pioneros del Chamam, aquellos msicos intuitivos, de zonas rurales, que con esfuerzo, amor y autn-tico arte han sido los Creadores de un sinfn de melodas inolvidables. Ellos bebieron en las fuentes de un quehacer musical que fue la he-rencia otorgada por esa verdadera confluencia de dos culturas: la Guaran y la Hispana.

    Estos orgenes que indican cmo germinaron estas expresiones musicales de tanto arraigo en el ser correntino, estn desarrollados ms adelante. Las fuentes aborgenes, la influencia inapreciable y sostenida de los Padres Jesui-tas, ms la vertiente hispana, han generado una fusin tan rica en matices y tan expre-siva en su noble y autntica creatividad. Fue en las Misiones Jesuticas Guaranes donde la msica alcanz un magnifico esplendor y, desde uno de los pueblos, Yapey en nuestra provincia, se gest uno de los movimientos ms importantes del panorama cultural de la poca que abarcara una extensa zona de co-

    bertura. Fue centro de formacin de msicos, de tcnicos en construccin de instrumentos musicales, de grupos corales y de danzas con un repertorio que no ofreca diferencias con las mejores escuelas de msica de la Europa de esos tiempos. Desde all, desde ese verdadero epicentro de una corriente cultural civilizadora que no tiene parangn en Sudamrica, por su originalidad musical del autntico dueo de estas tierras, el aborigen guaran, que luego del proceso de mestizaje aparece con una fuerza expresiva que determinar que, luego de aos de aprendizaje, con la guitarra espaola, vio-ln y posteriormente con el acorden de dos hileras de teclas, se produzca el fenmeno de generar ritmos tan identificatorios que pro-mueven un estilo y una modalidad coreogrfi-ca indita. Lgicamente el proceso de folclori-zacin se cumple con el tiempo y a ms de 400 aos de la fundacin de la ciudad, Corrientes, podemos afirmar que su msica es el resultado del amor, de fe, de la fusin de dos razas, que amalgamadas en el tiempo contarn la histo-ria del hombre y su paisaje, de sus creencias y costumbres, de su inclaudicable coraje y per-manente amor, con ritmo de Chamam, de rasguido Doble y Valseado.

    Esta msica est en nuestro origen y nuestra identidad! Nace de las entraas mismas del nuevo Hombre Americano. Por eso se nutre en las autnticas races de la Argentinidad.

    Etimologa de la palabra Chamam

    Segn las referencias del profesor Juan de Bianchetti que afirma que este vocablo tiene su origen en la frase che amo mem que traducido al castellano significa doy sombra a menudo, constantemente y tiene directa relacin con el trmino enramada, porque

    CorrientesCuna del Chamam y la memoria del pueblo

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    sta otorga la sombra y, en la zona litoral, especficamente en el mbito rural de la pro-vincia de Corrientes, el baile chamamecero se realiza bajo las enramadas, que protegen del inclemente sol de las siestas y del roco de las madrugadas. Seala el autor consultado que las palabras y principalmente en los idiomas primitivos como el guaran- se forman obede-ciendo a tres figuras de diccin: afresis, sinco-pa y apcope, suprimiendo letras o slabas al principio, al medio o al final de las palabras, donde las letras o slabas fuertes absorben a las ms dbiles. As de che amo mem se forma la palabra Chamam.

    En 1960, hace ms de 40 aos, cuando inicia-mos nuestra investigacin y relevamiento de las expresiones del folclore musical de Corrientes, recorriendo toda la geografa de nuestra pro-vincia, pudimos rescatar de la propia voz de viejos musiqueros, de 80 y 90 aos de edad en esa poca (es decir que convivieron con la msica entre 1880-90 y 1900 en muchos casos), las formas y denominaciones que con-tena nuestro acervo musical. Y los trminos

    utilizados eran: chamam kirei1 chamam cangui2 o chamam sirir3, nadie nos ense-o la denominacin polca, solamente para referirse a esa expresin de msica de origen paraguayo con que la diferenciaban evidente-mente.

    Esta frmula de chamam y ramadita gi-pe4, afirma lo consignado por el profesor Juan Biancheti, autor de Gramtica Guaran (Av e ) y principios de filosofa. Quillet, Buenos Aires, 1944. Aparecen en el uso popular del idioma como sinnimos, es decir que el hom-bre de campo los asimila para referirse a la ex-presin musical propia de Corrientes.Esto es indudable. Solamente algunos detrac-tores de nuestro idioma vernculo, el guara-n, a travs de los aos han tratado de sustituir la denominacin chamam con numerosas propuestas que si en su momento pudieron imponerse a la fuerza, el tiempo y la sabidura popular determinaron que la palabra mgica creada por el mismo pueblo se sobrepusiera a todos los intentos de cambio que a lo largo de los aos se manifestaron.

    1 Kirei: rpido, brioso2 Cangui: Triste, melanclico3 Sirir: pausado, elegante, fluido4 Ramada gipe: debajo de la enramada

    Esquema integrador N 1

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    Cultura correntinaentre la historia, la leyenda y el mito.

    La provincia de Corrientes posee una historia que ha tejido a lo largo de los cuatrocientos diecinueve aos de existencia un anduty de hechos y heroicas acciones que conforman un pasado complejo y nutrido por momentos gloriosos y otros de inolvidables derrotas. Los hombres que gestaron nuestra historia provin-ciana, como humanos, aprenden del ensayo y del error, y Corrientes posee una portentosa suma de causas y efectos que han ido formando y transformando la realidad que hoy vivimos.

    No es temtica de este apartado establecer la cronologa de aquellos sucesos, pero podemos nominar los elementos que configuran a nues-tra Cultura.

    a. Creencias: sustentadas sobre las epopeyas histricas del pasado, confluyen como una red infinita la estructura de creencias que propi-cian establecer una cosmovisin singular. Esta cosmovisin contiene, a su vez, a la RELI-GIOSIDAD POPULAR, a las SAGAS, LE-YENDAS Y MITOS que, a la manera de vasos comunicantes se retroalimentan y originan un pensamiento mgico.

    b. Valores: que emergen de la cosmovisin antes mencionada y encuentra en la Religio-sidad popular un temple anmico alimentado por creencias sacro-profanas. Surgen de esta manera verdaderas Sagas histricas que con el transcurrir del tiempo se confunden con los hechos legendarios. Subordinado a estas cau-sas surge el efecto del ritual que transforma a la leyenda en mitos.

    La confluencia de HECHOS HISTRICOS, de LEYENDAS y de MITOS. ya mixturados desde el encuentro Inter-cultural Guaran-Hispano, se traducen en la creatividad de otros elementos, tales como:

    c. Smbolos: que actan como representa-ciones de las creencias y de los valores. Esta multiplicidad de signos, smbolos y rituales determinan la gnesis de un marco conceptual

    mtico que el hombre asume como una reali-dad, casi metafsica, que lo acompaa a travs de su existencia. Busca diversas maneras de expresin que regulen la convivencia con un tipo de pensamiento que se traduce en activi-dades artsticas, donde la palabra y lo gestual-corporal tiene su espacio: la Msica, el Canto, la Danza, el Teatro, la Literatura, la Pintura, la Escultura, las diversas Artesanas, etc., consig-nan atributos y dones que el Correntino utiliza como vas de expresin.

    d. Idioma: o Lengua Guaran e Hispana, que estructura un sistema doble de comunicacin simblica, que determina el lenguaje Yopa-r, un dialecto mezcla de ambos idiomas que el correntino utiliza y conforma a la funciona-lidad que requiere el proceso comunicacional especfico.

    e. Normas, usos y costumbres de vida: que originan un macrocosmos que deviene de los cuatro aspectos antes mencionados. La pro-vinciana se nutre, de forma permanente, de las Creencias, de los Valores, de los Smbolos y del Idioma, generando un sistema peculiar de objetivar cada uno de stos elementos. El antiguo ANDE REK de Av Guaran, ya mencionado, se mezcla con los nuevos impe-rativos de cada perodo histrico. Por ello el mestizaje cal profundamente en las races de la Correntinidad, creando un temple anmico especfico, que sugiere una DIVERSIDAD de conductas sociales que proviene de una UNI-DAD conceptual profunda y muy arraigada en los usos y costumbre de vida.

    ande RekPrimera aproximacin al concepto de Correntinidad

    El rbol de la Identidad Correntina

    La orientacin de este ensayo apunta al escla-recimiento de nuestra manera de ser (an-de Reko, en lengua guaran) propiciando una primera aproximacin al concepto de Corren-tinidad. Estamos en un proceso de bsqueda

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    e investigacin que iniciamos con este primer enfoque que, conjuntamente con otros aspec-tos del anlisis cronolgico y de mltiples in-dicadores, posibilitarn una apreciacin ms completa sobre el tema.

    El concepto de Correntinidad involucra analizar diversos factores, hechos, elementos, circunstancias, creencias y pensamientos que nutren la idea del Ser del Correntino. Como ya expresamos este texto es una reflexin pre-liminar, una primera aproximacin analizada desde la memoria ancestral de nuestra identi-dad raigal.

    Partimos de la palabra guaran ANDE REKO, que a su vez contiene otras ideas tales como:

    a. Concepto de TEKO.b. Concepto de TEKO KATU.c. Concepto del TEKO MARANGATU.d. Concepto del TEKO PORA.e. Concepto de ANE RETA.f. Concepto de ANDEVA.

    Para clarificar podemos sealar que el AN-DE REKO involucra los conceptos de:

    TEKO: palabra portadora de significados mltiples, tales como nuestra manera de ser, modo de estar, sistema, ley, cultura, norma, comportamiento, hbito, condicin, costum-bre. Los diversos valores semnticos de esta pa-labra estarn determinados por la adjetivacin especfica que reciben en cada caso. Por ello surgen otras connotaciones tales como las que a continuacin consignamos.

    TEKO KATU: como el autntico y verdadero modo de ser, lo que es y hace el hombre, lo que debe ser y debe hacer. Indica una serie de ideas, categoras, leyes y normas, pautas de comportamientos y actitudes que definen el modo de ser de la conciencia. Que configura adems su identidad. Es referido, adems, en un lenguaje propio, con palabras autnticas y verdaderas que iluminan a todos los hombres como una ley universal. Este modo de ser es el nico realmente humano y el verdaderamente

    racional. Tambin supone un proceso de abs-traccin sumamente desarrollado. Esto ha lla-mado la atencin de muchos estudios del tema que presuponan que los aborgenes o primi-tivos habitantes no abstraen ni generalizan. Esta palabra Teko Katu se sita a nivel del genuino pensar reflexivo.

    TEKO MARANGATU: es el modo de ser religioso, la relacin directa con lo divino. Est constituido por las creencias y prcticas religiosas, ritos y objetivos sagrados de culto. Se expresa por la va del Mito, con sus nor-mas religiosas y por la va del Rito que involu-cra comportamientos sociales. La creencia de amand Ru Ete (Dios, Nuestro Padre, el primero, el verdadero) ya establece una acti-tud de religiosidad que se traduce en palabras, gestos, cantos y danzas sagradas, que expresan la fe y la sacralizacin permanente de todo lo que existe.

    La interrelacin del Teka Marangatu y Teko Katu es de suma importancia para es-tablecer las interacciones conceptuales, como as tambin los procesos de simbolizacin y comunicacin. En la medida que el Teko Katu evoluciona, suscita nuevas creencias o modifica las existentes de una manera dinmi-ca y permanente.

    TEKO PORA: a nivel de normas y valores ticos, determina lo que est bien y debe hacerse. Son las virtudes e individuales que se traducen en comportamientos positivos, son valores que dirigen las buenas acciones, los actos ideales que se realizan para el bien comn estableciendo, al mismo tiempo, un mandato de reciprocidad y de ayuda mutua en el grupo social.

    ANE RETA: es el elemento geogrfico e his-trico, concepto de lo colectivo, lo de todos, el hbitat, el lugar donde todos juntos estamos o el ombligo del mundo, donde Nuestro Padre, el Creador de todo nos mand estar siendo. Junto al elemento geogrfico, con-fluye el elemento de la historicidad con la idea del AVA (Hombre -que est siendo- con otros) configura su historia social y ances-

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    tral que contiene el concepto de territorialidad poltica religiosa y social.

    ANDEVA: expresa, en primer trmino el concepto de Nosotros, lo que somos, que se halla muy unido al concepto de AVA E E, (la lengua, el idioma del hombre, la palabra sagrada).

    Cuando se expresa: ane Avaee anembae eteva (Nuestra lengua nativa, lo verdadera-mente nuestro. El verdadero hablar del hom-bre), hace referencia al sistema y proceso de comunicacin del hombre Guarini, (AVA) y a la mujer (KUA) estableciendo el sistema de comunicacin, como un proceso sacralizado otorgado por Dios.

    El concepto de ANDE REKO, quizs ms complejo que lo expresado en nuestra sntesis, define pautas culturales que incluye un tipo especial de organizacin social, una religin tradicional, con un rico bagaje de mitos y ritos que sacralizan todas las actividades del grupo social. Un proceso de socializacin e historici-dad personal que trasciende el tiempo comn y se remonta a lo primigenio, actuado por un Dios principal y por deidades menores que dieron origen a todo y sustentan el mundo ori-ginando una cosmovisin singular. Determina una fuerte Identidad tnica que conlleva una territorialidad especfica. Lo primero deviene del concepto amplio de Ava (Hombre), por-tador del Ava ee (la palabra del hombre, la palabra luminosa, su idioma). Lo segundo o su territorialidad est expresada en el concepto de ane Reta y posee algunos smbolos de esta su tierra que tiene sus representaciones vivas de un mundo vegetal: el Avati o maz; el Kaa o yerba mate; etc., como algunos de los tantos dones de la subsistencia. De igual manera existen los seres del mundo animal y los denominados elementos primordiales: el viento, el fuego, la tierra y el agua.

    Todo lo mencionado se resuelve en una eco-noma de la reciprocidad, de la solidaridad, del resguardo y preservacin de la naturaleza (Perspectiva ecolgica), que produce el arraigo y el aprovechamiento austero de los dones que

    la tierra ofrece, de los animales que lo pueblan y que determina, en suma, el Estar siendo-en el mundo, en el asiento de los fogones, en las celebraciones rituales, en su hbitat don-de se inserta el Ava y es posible originar el ANDE REKO (Nuestra manera de ser y de estar).

    La identidad correntina no se define slo por la descendencia de los guaranes. Los corren-tinos actuales han abdicado de su condicin raigal. Podemos afirmar que El Guaran ha desaparecido de estas tierras, pero Lo Guara-n subyace subterrneamente entre los vasos comunicantes de nuestra identidad y en la pa-labra luminosa perdida.

    Fue una raza que se gest con impetuoso en-tusiasmo apoyada por la religin del coraje y de la dignidad del Ser. Hoy con el pasar del tiempo y diversos procesos del denominado mestizaje cultural, en nuestra Correntinidad se ha originado un mecanismo interno de in-justos olvidos que reflejan lo extrao, como imgenes distorsionadas de un espejo roto.El concepto de ANE REKO-PE contiene en su estructura ideolgica los denominados Universales Culturales que incluye a LAS CREENCIAS, LOS VALORES, LAS NOR-MAS DE VIDA, LOS SMBOLOS, EL IDIOMA, EL ENCUADRE DE CIENCIAS Y TCNICAS, que sumativamente confor-man LA IDENTIDAD CULTURAL plena de la CORRENTINIDAD.

    El Nande Reko aparece como sntesis de confluencias, a veces es un conglomerado, mezcla mixturada y nutrida por tensiones, desencuentros, rupturas con nuestra primera identidad, aquella de los pueblos originarios de nuestra regin. Posteriormente los proce-sos de conquista, doblamiento y evangeliza-cin aportan lo suyo. Hechos de una historia que tiene ms de 400 aos de existencia con adaptaciones sucesivas y procesos de endocul-turacin que dieron lugar a mltiples inter-pretaciones. En muchos casos involucr una falta de raigalidad, dando lugar al fantasma del desarraigo, y fundamentalmente del olvido que nos conduce al desconcierto. Nos queda,

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    tan slo, la urgente necesidad de desentraar lo que an podemos ser, sin olvidar la memo-ria identitaria de lo que fuimos para encauzar nuestro presente y pensar, con plenitud, lo que deseamos ser en el futuro.

    II

    Por ello en LAS RAICES del ARBOL DE LA IDENTIDAD CORRENTINA se ubican tres conceptos fundamentales:

    1. EL AVA E E (El lenguaje, idioma del hombre); 2. LOS YARAS (Dioses, Dueos de la natu-raleza) y3. Los conceptos de YEROKY EEMBOE (Danza Oracin), EEMBOE PURAJHEY (Oracin Cantada) que involucra LA MU-SICA, EL CANTO Y LA DANZA, con sus INSTRUMENTOS MUSICALES SAGRA-DOS, empleados por los GUARANIES ni-camente para Cantar a los Dioses, en diversos rituales de carcter sagrado.

    A travs DEL TRONKO, aquellas RAICES nutren con la savia de una sabidura ancestral todo lo existente, la cosmovisin GUARAN. Y a travs de las RAMAS, las HOJAS, la fron-da y la copa del rbol, se desarrollan los cono-cimientos primigenios, esos que sustentan al ANDE REKO (Nuestra manera se ser usos y costumbres, etc.), que se interacciona con el TEKO MARANGATU (Religin-Creen-cias-Mitos-Leyendas Supersticiones), con el ANDE RETA (Nuestra Tierra, que incluye el Agua-Fauna-Flora-Geografa-Historia-Pro-vincia-Regin-Naturaleza-Csmovisin).

    De all deviene el concepto de LA MUSI-QUEADA, que contiene a LA FIESTA, EL CONVITE, EL REZO, EL SAPUKAY, ele-mentos que configuran y se conjugan en una simbiosis nica e intransferible. Sus elementos son EL PURAJHEY: el canto, el TEROKY, el baile, la danza con zapateo, donde el hombre y la mujer se encuentran para festejar, junto al canto y el sortilegio de los instrumentos mu-

    sicales de hoy GUITARRA, ACORDEON, BANDONEN, y LAS VOCES que entonan LA CANCIN, que adjetiva el momento.

    Sus ritmos EL CHAMAM, EL VALSEA-DO, EL RASGUIDO DOBLE, LA CHA-RANDA CANDOMBE, son expresiones rtmicas, meldicas y armnicas representa-tivas del estado de nimo (Temple anmico) del creador musical, Son el soporte de LA MUSIQUEADA, que otorgar la magia es-pecial de un CANTO y una MSICA nica, irrepetible y que trasciende el tiempo y el es-pacio. Sus dos caractersticas devienen de LA VITALIDAD y de su VIGENCIA. Vitalidad porque an permanece creando y recrendose a travs del tiempo y del espacio geogrfico de su dispersin, ms all de la provincia de Co-rrientes. De esa vitalidad emerge su vigencia, su eterna permanencia en el ser humano(AVA Y KUA), que son los protagonistas de un ri-tual, que se trasunta en el canto, el baile y la msica que los acompaa por siempre, como un acto trascendente y eterno.

    EL ARBOL: El grafismo del rbol es un sm-bolo que posee varios significados. En primer lugar representa, desde el enfoque de la ECO-LOGA, una expresin de defensa contra el desmonte indiscriminado que padece la re-gin nordeste y litoral argentino. En segundo lugar, en la tipificacin de rboles de la regin antes citada, donde encontramos el TIYA (El Lapacho), EL YWYRA PYTA (El rbol Co-lorido), EL TIMBO, EL QUEBRACHO, EL ALGARROBO (Yvope), EL CHIVATO, EL JACARAND (Karva), entre tantos otros, que establecen en nuestra zona una colorida seal que corresponde al cambio de las esta-ciones. Conforman un calendario arbreo que didcticamente puede ser construida con la ayuda del grfico mapa conceptual que ilus-tra el texto.

    Desde las races, el tronco, las hojas, las flo-res, el fruto, las semillas, el rbol conforma un ser vivo que se autogestiona en su crecimiento y desarrollo y, adems, se erige hacia el cielo buscando la luz del sol, la verdad de la vida y el amparo de Dios para los hombres. Esa es la

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    nica y ms genuina verdad que traduce toda la existencia del GUARANI, y que conforma, sumativamente, una serie de valores que se ex-presa en los simbolismos de los mitos, creen-cias religiosas, y en la PALABRA LUMINO-SA Y SAGRADA, que fundamenta el SER y el Deber ser del AVA, el verdadero hombre.

    El Av Guarani y la Avaidad

    El Encuadre antropolgico nos conduce a es-tablecer dos concepciones que se fundamentan en la cosmografa del Guaran, ya citada. En primer trmino el Hombre Guaran o AV, desde su nacimiento hasta su muerte, cumple ciclos vitales que se extienden desde el Kunu-m (Nio) hasta ser Av (Hombre), necesita varias etapas o rituales de pasaje,o trnsito de un estadio a otro. Muchos de estos rituales son secretos y algunos estudiosos de esta cultu-ra sealan conocer tres: a) el del nacimiento y otorgamiento del nombre comn y el nombre secreto; b) el de la incorporacin a la adoles-cencia o de la inclusin del Tembet, y c) el de la muerte. Existen otros ciclos no descriptos an, pero que involucran actos rituales que el miembro de los grupos tribales guaranes debe cumplir a lo largo de toda su existencia.

    En segundo lugar el convertirse en AVA con-signa un estado especial de adhesin a las pau-tas consignadas en la pertenencia del ANDE REKO, (Nuestra manera de ser-estar). En ese proceso de Estar-siendo, en el asiento de los fogones, involucra una serie de normas y con-ductas sociales que comprenden pertenecer a la AVAIDAD. Es reconocer, al mismo tiempo, la cosmografa y lograr un estilo de vida donde debe aflorar la dignidad de pertenencia, como as tambin cumplir con los mandatos de su Che ng, de su alma interna, respetando a los dioses y Yaras (Dueos) de la compleja cosmovisin que lo rodea.

    El sentirse AV conlleva tres aspectos fun-damentales:1) El Av e: ser portador de la palabra que involucra tener identidad comu-nicativa; 2) el Av Tek, poseer una conducta vivencial semejante; 3) El Tamoi: tener un

    ancestro o deidad mtica comn, como fun-dador de todo lo que existe. En sntesis, la Avaidad representaba la identidad tnica. A tal punto que los grupos dominados deban Guaranizarse, adoptar el idioma Av e.

    La AVAIDAD no significa pertenecer a una nacin, patria, estado o provincia como se en-tiende generalmente. Los guaranes vivan en doblamientos autnomos denominados Gu-ra, de carcter socio-poltico y religiosos. Por ello la Avaidad simboliza una conciencia tri-bal especfica y, fundamentalmente, una raigal y fuerte estructura de IDENTIDAD.

    Con respecto al idioma, se puede afirmar que era uno de los factores ms importantes en la constitucin de la identidad guaran. Para el AV la palabra y el alma constituyen una misma cosa, que posee una categora de don divino, algo que contiene la vida misma y que otorgar al AV la condicin de ser humano, en contraposicin de los animales, vegetales y minerales. El hombre guaran era el portador de la palabra y, en muchos casos era el nom-brador, quien otorgaba las denominaciones a la naturaleza toda (Fauna, flora, objetos, etc.) .As logran denominar y, al mismo tiempo, dominar el espacio del ander Guaz.

    Los trabajos de cazar, pescar, recolectar frutos y la de convertirse en un guerrero, determina sealamientos privativos de los AV. Para cada una de estas actividades, adems de cierto tipo de aprendizajes previos, determinan co-nocer el habitat, la fauna y la flora, los peligros del monte y de los ros, como as tambin las costumbres y los usos de elementos propios de cada accin. El animismo propio de las creencias religiosas que caracteriza al Guaran, determina que el AV debe considerar una cantidad de rituales que conforman estrategias de vida.Entre ellas predominan las danzas (Yeroky) y los cantos (Purajhey) que se ofrecen a la manera de invocaciones antes de iniciar cualquier tipo de actividad. EL AV, desde que sale el sol, inicia sus cnticos propiciatorios para encarar posteriormente cada una de las actividades que debe realizar en ese da. De igual manera, al

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    RBOL DE LA IDENTIDAD CORRENTINAMapa Conceptual - Por Profesor Enrique Antonio Pieyro

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    anochecer, vuelen a escucharse los eembo Yeroky o danzas y rezos, que consignan pala-bras de agradecimiento por lo obtenido en las acciones desarrolladas.

    Estas conductas que incluyen rituales sacros corresponden a los AV y a las KU (hom-bres y mujeres) que alrededor del espacio sa-grado, y determinado en cada ocasin, se cum-plen inexorablemente todos los das.Por ello se puede afirmar que el GUARAN desarrolla toda su existencia en un permanente estado de sacralizacin, una suma de rituales cotidianos de alabanza e invocaciones a sus dioses y yaras.

    Estas acciones consisten, para el hombre, el pertenecer a LA AVAIDAD, como signo de identidad que los va preparando para ser dig-nos peregrinos hacia la TIERRA SIN MAL O Yvy Mar Ey.

    Tanto la concepcin del ANDE REKO, como el de la AVAIDAD, son productos de una compleja red que comprende el sistema de creencias de los GUARANES y que interac-ciona con su COSMOGRAFA.

    Debemos tener en cuenta tambin la posterior confluencia GUARANI - HISPANO - LUSI-TANA que emerge con el descubrimiento, la fundacin, el doblamiento y la evangelizacin, que comprenden un cmulo de sistemas de interacciones que lgicamente han producido fricciones y conflictos Inter-tnicos y cultura-les, que sucedieron a travs de los aos y que hasta hoy son motivo de diversas interpreta-ciones.

    Los Canticos del Av

    Como ya sealamos los AV, portadores de las palabras-almas poseen sus cnticos que se convierten en lazos de unin entre el mundo terrenal, de los seres vivos, con el mundo so-brenatural.

    Estos cnticos de los Av Guaran presentan diferentes categoras que determinan, al mis-

    mo tiempo significados y simbolismos de ca-rcter mticos y sacros. Los ms conocidos son los siguientes:

    1. Los KOTI H: cantos que se emiten y acompaan la vida cotidiana y abarcan dife-rentes contenidos: Canciones de cuna, Cantos alusivos, cantos imitativos de animales y de sus costumbres, Cantos de nios, Cantos de salu-tacin, entre otros. Como no revisten carcter sagrado pueden ser escuchados y emitidos por todos integrantes del grupo social.

    2. Los GUA: Cantos de carcter sagrado, tambin consignados como Purajhey, re-quieren obligatoriamente el acompaamiento de M.

    3. Barak o sonaja ritual a los Av y del Takuap o bastn de ritmo, instrumento de las Ku o mujeres. En el caso de organizar-se en Gua, participan hombres y mujeres, y el cntico, la msica y la danza conforman un todo indivisible que posee un significado espe-cial para entonar himnos sacros y relacionarse con las deidades cosmognicas.

    LosGua pueden expresarse de dos mane-ras:

    2. a. Los GUA A que son pequeos o bre-ves cantos sagrados que contienen una finali-dad mgica, generalmente son entonados al penetrar la selva, y en sus versos se encomien-dan a los Yaras o dueos de algunos animales considerados peligrosos, como las serpientes o jaguares, pueden tambin presagiar una buena caza y la invocacin de regresar a salvo.

    2. b. Los GUA ET, cnticos verdaderos o genuinos, requieren entonarlos con las pa-labras secretas, y generalmente son ininteli-gibles. Len Cadogan, eminente antroplogo paraguayo que estudi estos temas, seala que constituyen restos de un arcaico lenguaje sagrado, que con el tiempo se fue perdiendo. En este tipo de cantos se debe considerar el tono o la intensidad de la voz que emite el cntico y el estado de nimo, o temple anmi-co del AV que los realiza, que puede llegar

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    al xtasis alucinatorio en este proceso, general-mente extenso, donde se le revelan los Him-nos Sagrados.

    Los Av y las Ku, a lo largo de su existen-cia, desde su iniciacin ritual, logran poseer varios Gua Et que son personales. Esto establecer, dentro del grupo tribal, el nivel de prestigio que alcanzan y por ello pueden ser respetados. De esta manera se puede infe-rir la importancia y relaciones que tienen los Cnticos y la sabidura sagrada que se hallan estrechamente ligadas al conocimiento y po-sibilidad de comunicarse con las deidades del panten guaran.

    Muchos de los cnticos poseen un carcter individual, personal e intransferible, general-mente secretos y son percibidos en los sueos. Otros son de carcter grupal y rene a todos los participantes entre s en la ejecucin de los instrumentos musicales tales como el Mba-rak y el Taku P, ya citados, y otros como el Rav o ravel primitivo de una sola cuerda, Mymby o flautas, que pueden ser Min o pequeas y Pak mas largas. Tambores de troncos ahuecados y alguna guitarra rstica con cinco cuerdas, conforman el ensamble ins-trumental con las voces corales que producen una experiencia inolvidable.

    Todo este proceso musical, desde el canto per-sonal como el de carcter colectivo, nos remite a una significacin y a un simbolismo ritual que representa la mitologa compartida. Un proceso muy difcil de reducir en pocas pala-bras y que ha sido estudiado profundamente por especialistas. (Ver Bibliografa).

    El Mestizaje Cultural

    Este proceso denominado Mestizaje Cultu-ral, posee varias races que subtitulan como Ibero-americano o Hispano-americano o tambin Latino-americano.

    Consideramos que Amrica Latina tiene su gnesis en la confluencia de la raza hispano-lusitana con las culturas precolombinas y las

    africanas. El mestizaje racial y cultural ha se-llado esencialmente este proceso y su dinmica indica que podr seguir marcando, con otros signos, en el futuro. No desconocemos la per-sistencia de diversas culturas aborgenes y/o afroamericanas en estado puro y la existencia de grupos humanos con diversos grados o ni-veles de integracin racial y cultural en toda Amrica. Otras culturas con modalidades pro-pias se han integrado bsicamente al sedimento cultural preyacente. Nuestra cultura, la mesti-za primero y luego, progresivamente, la de los diversos enclaves indgenas y afroamericanos, indica su progreso desde el siglo XVI, y sufre el impacto de advenimiento de la cultura o ci-vilizacin urbano-industrial, dominada por el materialismo fsico-matemtico y por la men-talidad economicista de la eficiencia comercial. Producto de ello fue la explosin y paulatino desgranamiento de mortalidad que sufre la poblacin aborigen desde su descubrimiento, conquista, evangelizacin y permanente utili-zacin como mano de obra Barata. Las con-secuencias fueron notoriamente descriptas a travs de la historia oficial y no oficial, que de-termin la proletarizacin de amplios sectores sociales de los diversos pueblos, controlada por las grandes potencias poseedoras de la ciencia y de la tcnica. Esto agudiz, lgicamente, el problema de la dependencia y de la pobreza. Esta endo-culturizacin del ms fuerte eco-nmicamente acarre adems problemas en el plano ideolgico y llega a amenazar las mismas races de nuestra cultura.

    Entendida la palabra cultura como modo particular de un pueblo para relacionarse con la naturaleza, entre si mismos y con su siste-ma de creencias (Dios/Dioses), co-determina un estilo de vida comn, que lo caracteriza. Entendida as la cultura abarca la totalidad de la vida de un pueblo, su cosmovisin, com-prendiendo el conjunto de valores que lo ani-man y desvalores que lo debilitan y que al ser participados en comn por sus miembros, los rene en base a una misma conciencia colec-tiva. Se puede agregar, que la cultura tambin comprende las formas o maneras a travs de las cuales aquellos valores o desvalores se expre-san o configuran. Citemos a las costumbres,

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    las instituciones (Familia-educacin-sistema de creencias-Gobierno) que establecen las es-tructuras de convivencia e interaccin social y, fundamentalmente la lengua.

    Para el Guaran la Lengua-el lenguaje-es el fundamento de su Cultura. Para lo guaran-tico la Palabra es el Alma del hombre. el Av (hombre) poseedor de la palabra-alma es el nombrador, es quien nomina todo lo que existe: la naturaleza, los otros hombres, y a sus dioses(Yaras). Del tronco lingstico Tup-Guaran y Karaive-Guaran, se estructura una cultura milenaria que se extingue por toda Sudamrica. Y en sus procesos de expresin cultural la palabra se expresa a travs del can-to, rezo, msica y danza, que poseen un sen-tido trascendente y no meramente orgistico o de diversin como muchos han querido sea-lar. La palabra ser para el hombre guaran el vehculo fundamental de su cultura y vigencia de su presencia en este mundo.

    La Presencia de las Misiones Jesuticas

    No vamos a historiar este proceso que se suma al punto anterior y que conlleva un lapso que va desde 1609 a 1768. Consideramos que en la primera poca, del siglo XVI al XVIII, se echan las bases de la cultura latinoamericana y de su real sustrato catlico. La evangelizacin, entendida como otro proceso de culturacin, fue suficientemente profundo para entender que la Fe se constituy en parte de su ser y de su identidad. Esto otorgo una unidad es-piritual que subsiste pese al ulterior desgarra-miento en el nivel econmico, poltico y so-cial. Por ello, nuestra cultura, impregnada de Fe se manifiesta en las actitudes singulares de una religiosidad popular propia, penetrada de un hondo sentido de trascendencia. Esto es puramente Guaran con el acento imborrable de las Misiones Jesuticas. Los Jesuitas respe-taron la Lengua de los guaranies; utilizaron el sistema de comunicacin en el sistema de creencias realmente ponderable.

    Sabemos que el hombre guaran guardaba para s, en su existencia, el secreto de un verdadero

    y pleno lenguaje religioso. Este hombre, al que llamamos el nombrador, a travs de su canto rezo (embo-purajhey) y su danza-rezo (embo-yeroky) transmiten la esencia de su cultura sagrada y secreta a travs de las llamadas Palabras-Alma luminosas. Los padres jesuitas que saben y comprenden este proceso adaptan y respetan este procedimiento mental y de creencias aprovechando las curio-sas similitudes con los principios de la doctrina catlica de la poca, el desarrollo de la msica, a travs de la inclusin de instrumentos musi-cales, no conocidos por el hombre guaran, y la fundamental escuela musical que se genera, determina que la expresividad crezca de una manera inusitada alcanzando niveles realmen-te sorprendentes.

    La msica, el canto, la danza, la ejecucin y ensambles de varios instrumentos de cuerdas, bronces, oro de metal y maderas, etc. consig-nan la importancia de este verdadero epicentro de la cultura musical que fuera la localidad de Yapey (Provincia de Corrientes - Repblica Argentina). All se contina con el sentido trascendente y el Av puede perfeccionar sus virtudes expresivas sin perder la base de su cul-tura: la palabra.

    El Proceso Histrico-Social

    Luego de la expulsin de los padres jesuitas de los treinta pueblos que conformaban las Mi-siones o Pueblos de los Guaranes (Repblica Argentina, Paraguay, Brasil y Uruguay) ocurre el desmembramiento de los pueblos misione-ros; la dispersin de los aborgenes y el naci-miento de nuevos asentamientos poblaciona-les. Pero ocurre algo indito en este proceso histrico y social que fuera suficientemente estudiado por numerosos historiadores. Este hecho indito es el Encuentro del Tobay: Hombre mestizo ya adaptado a las costum-bres e idiosincrasia a lo hispano-lusitano y del Guaran Misionero que se conserv puro en su raza y en su lengua entre 1610 a 1768. Este encuentro de los grupos Tobay o mance-bos de la tierra ya mestizados, con el Av hombre guaran Misionero, culto a su mane-

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    ra, productor y msico, portador del lenguaje an con la caracterstica de trascendencia, es un verdadero choque que determinar el fu-turo de nuestra provincia que hasta la fecha de expulsin de los jesuitas estaba dividida en dos sectores o reas totalmente diferentes: sistema de gobierno, sistema jurdico, sistema productivo-econmico, sistema de integracin familiar, sistema de creencias, etc.. Pero ser el destino o quizs los avatares de la historia que sealaran el futuro de este hombre, del Nom-brador, que utilizando su lenguaje, la lengua guaran, con todos los cambios y modifica-ciones fruto de las sucesivas opresiones socio-econmicas-polticas-educativas y culturales, emerge triunfante con solo dos elementos: su Sapucay (Rezo-clamor en voz alta) y su canto (El Chamam: Rezo-canto-danza), expresio-nes del Av Hombre Correntino.

    Conclusiones

    De aqu surge el Compuestero, el Nombra-dor, el Rezador, el Verseador, el que dice la Relacin, el que anuncia la Despedida, o la Ausencia o canta Una carta, ejecuta y compone El concierto y en la danza es el Bastonero o el Personero, que utiliza el sortilegio de un antiguo Av Pay(Chaman) para encausar el ritual de la danza, debajo de la Enramada , aquel lugar sagrado, con las palabras justas y secretas en lengua guaran que anima a los presentes al canto, al toque instru-mental, al Bailey al zapateo, antigua costumbre del Taconeo viril de algn noble caballero espaol que cortejando a una dama expresaba su arrogancia y hombra de bien. Todo se ma-nifiesta en la musiqueada que ocurre en el patio de tierra recin regado, donde hombres y mujeres se preparan para la danza al son de guitarras y acorden. Este arcaico ritual pro-viene de aquella secreta danza que el guaran recibi con sus verso, el canto, el baile, el zapa-teo, y posee una vitalidad que le viene de una raz ancestral que pervive ms all del tiempo y del espacio.

    La realidad Msica-Canto-Danza sigue siendo el elemento primordial de comunicacin y de expresin espiritual. En ese mbito la provin-cia de Corrientes, fue el espacio de una nueva integracin cultural y si deseamos comprender este proceso podemos entender como nace el Chamam en Corrientes, y naturalmente su actual vigencia y rea de dispersin (como ve-remos en las partes II y III).

    Es evidente que podemos hablar de anteceden-tes en ese largo proceso, pero pensamos que el Chamam ya se insinuaba en un estado latente o potencial en el rea guarantica. Ejemplo de ello son las arcaicas danzas como El Pavo, El Mainumb, El Tat, etc. que hemos estudiado en nuestra campaa correntina y que provienen de antiguas danzas cortesanas y religiosas.

    Hemos delimitado tambin espacios geogr-ficos donde se manifiestan las diversas ma-neras o estilos del Chamam en la provincia

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    de Corrientes. Pero este modo de ser es la evidencia de nuestra cultura y est cantada en motivaciones y valores como: el sentido de pertenencia; lo trascendente: el rezo, la fe, la piedad popular, las creencias y religiosidad; el xodo y el desarraigo del correntino; la historia Patria; la dignidad; el amor Filial, de paren-tesco, a la mujer amada, al amor a la Patria, al terruo, al paraje, etc.; la amistad y la solidari-dad; lo festivo y lo celebratorio que se traduce en la msica, el canto, el baile, y el convite; la herencia: el lenguaje guaran-espaol, las cos-tumbres, la tradicin; el trabajo y los oficios; el paisaje, etc. Todas estas motivaciones aparecen en el campo popular para encuadrar la cultura del pueblo. Son expresiones contadas y can-tadas, muy profundas que animan a nuestro pueblo. El pueblo chamamecero al cantar est expresando los valores esenciales que emergen de su interioridad. Esta es su cultura y su desa-rrollo tuvo muy pocas maneras de expresarse. Una de ellas fue el Chamam, emergente en Corrientes y en la regin nordeste y/o litoral argentino(provincias de Chaco, Formosa, Mi-siones, Entre Ros, Santa Fe, etc.) desde el si-glo XIX y posteriormente, a otras latitudes. Y ser Buenos Aires donde se afinca entre 1900 y 1930, como una primera etapa de precurso-res y luego vendrn los pioneros del canto chamamecero haciendo eclosin como fen-meno musical entre 1940 a 1960. Este canto nico pues reflexiona sobre su propia realidad. Lo festivo y lo celebratorio es un tema nuclea-dor pues permite la reunin, el encuentro con el otro para celebrarlo que somos; esto involu-cra el sentido de pertenencia, de dignidad, de solidaridad, de la amistad y del amor. Y aque-llos primeros msicos chamameceros que can-tan en el xodo, en el desarraigo desde Buenos Aires, se desangran en versos y en melancolas que aoran la tierra amada: Corrientes.

    Citamos a los precursores, a los pioneros y luego vendrn los continuadores de aque-lla estirpe musiquera, que siguen cantando a todas las motivaciones ya sealadas. Aparecen una serie de creadores que poetizan el verso chamamecero y logran renovar su estructura conceptual, sin alejarse de aquellas temticas tan caras al sentimiento y a las emociones del

    pueblo chamamecero. El Chamam, junto con el rasguido doble y el valseado, cumplen con una de las caractersticas ms importantes de todo fenmeno folclrico:Funcionalidad y su permanente Vitalidad y vigencia, que sern en suma los valores que sustenta una cultura expresada en un cantar que canta y cuenta un ayer, que es hoy todava. Ello nos permite fortalecer el espritu para persistir en la unidad, en el autntico encuentro con el otro, para lograr una interaccin enriquecida y permitir la aparicin de un hombre nuevo, que ser lograr una verdadera y autntica sn-tesis que propicia un canto chamamecera per-durable.

    El Hombre de Corrientes y la Cultura Tradicional

    1. El Mencho Correntino Smbolo de Nuestra Cultura Popular

    La denominacin Mencho otorgada al AV (Hombre en guaran) correntino de la zona rural, posee varias acepciones. La ms cono-cida es la que deviene de la palabra Mens y Mensual, trabajador chacarero o Cha-cap de la campia, al que se lo contrataba, de palabra, por un mes para las diversas tareas propias del campo. Por eso el MENCHO era tropero, domador, apareador, boyero, pi-cador, labrador, hachero, faenador, tambero, maroscador, caonero, jangadero, pescador, tigrero, cosechero, baqueano, enlazador, es-quilador, rastreador, puestero, cachapecero, carrero, chacarero, obrajero, pen y soldado. Por vivir en el hbitat del campo se lo deno-minaba Campirio Chacarero y para deni-grarlo, tambin lo llamaban Mencho Tpe. Esta sera una segunda acepcin MENCHO CAMPIRIO y MENCHO TPE, que en realidad son agravios para l.

    Las cualidades del MENCHO CORREN-TINO provienen del AV GUARAN y su ancestral designio lo conduce, luego del mes-tizaje Guaran-Hispano, a convertirse en un protagonista de la historia social-econmica-poltica y cultural de su provincia natal.

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    Para comprender mejor estos aspectos de la gnesis de este personaje tenemos que aden-trarnos en los conceptos, ya desarrollados de AV GUARAN Y DE LA AVAIDAD.

    2. Su Historia, es la Historia?

    Sus condiciones de pen con diversos oficios, gran andador de montes, caadas, esteros, la-gunas y ros, lo conducen a travs del tiempo a protagonizar numerosas actividades que fue-ron parte del quehacer cotidiano y econmi-co del labrar y cosechar el fruto de la tierra. Las tareas en las Yerras para enlazar, marcar, domar, faenar, curar las bicheras de los ani-males vacunos, equinos, lanares, etc. no tienen secretos para l. De igual manera conduce la tropa de ganado y lo sealan como un ex-perto gua para asumir el traslado de animales de un campo a otro.

    En las tareas de hachero desmontador, como el de mariscador y pescador canoero, como as tambin el de jangadero, son evidencias del dominio del monte, de los ros, de las lagunas y esteros. Sus virtudes de vaqueano, amplio conocedor de los mil senderos de su tierra, que desde nio ha recorrido, le permiten conducir la Carreta y la boyada. Cuando la circuns-tancia as lo exige, el MENCHO se trenza, frente a frente, con un yaguaret, representa-cin guaran del demonio del monte y all lo denominan Tigrero.

    De Mencho a soldado, en todas las gestas liber-tarias de Argentina, el AV CORRENTINO luch demostrando su valor incomparable. Su cuchillo, atado con tientos de cuero a tacua-ras montaraces, fue la chuza que combati, cuerpo a cuerpo, sembrando con sangre y su coraje la tierra del Patria.

    La partida soldadesca de mil ejrcitos lo tuvo en los ms distinguidos lugares en la vanguar-dia de las tropas en infinitos encuentros gue-rreros.

    EL MENCHO CORRENTINO escribi tambin las pginas ms preclaras de la His-toria Argentina con sus acciones en innumera-

    bles batallas, inundando de epopeyas legenda-rias su presencia corajuda.

    3. El Mencho Correntino entre las le-yendas y los mitos

    Al analizar esta temtica advertimos que la existencia del Mencho Correntino puede con-textualizarse en varias dimensiones. Encontra-mos un MENCHO REAL, que a travs de los aos ha ido forjando un perfil consolidado por los designios de un destino socio-econmico-poltico-cultural que es nico y diferente. Desde su gnesis conoce y adopta el ANDE REK(nuestra manera de ser y estar guaran) que ya le otorga un cimiento en su interaccin social.

    En otra dimensin hallamos al MENCHO IMAGINARIO, aquel quien en el pasado dej huellas indelebles en miles de historias le-gendarias. Estas actuaciones dieron y an dan lugar a innumerables narraciones, poemas y obras musicales que lo recuerdan y admiran. Es un a forma nostlgica de recobrar valores de vida, hoy ya perdidos.

    Si lo mencionamos y aprendemos a valorara su protagonismo imprescindible en sus numero-sas actividades campirias, nos encontramos con un MENCHO SMBOLO de la Corren-tinidad. Heredero y portador de la AVAIDAD y dueo de la lengua guaran de sus ancestros. Por vasos comunicantes invisibles le llegan to-rrentes de sangre Guaran, por un lado, mez-clada con la del heroico caballero Hispano, conquistador y encomendero. Aprende luego aquellas nobles artesanas enseadas paciente-mente por Franciscanos y Jesuitas, que inaugu-ran un ciclo d vida que lo distingue y aprende a labrar la tierra, a construir templos y a con-feccionar instrumentos musicales, con los que alaba al Dios Cristiano y a su amand R Et. Origina ritmos y danzas que poseen una gnesis que est ms all de su historia y las desarrolla desde los atrios de las Iglesias hasta las Enrramadas que cobijan la musiqueada y la fiesta donde el Mencho y las Kuata (Mujeres en Guaran) bailan al conjuro del amor en el Chamam que los une en el abrazo

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    ritual y milenario. Danza-plegaria-canto, con zapateo-macho-alzado, que lo identifica.

    EL MENCHO CORRENTINO conoce los mensajes del Maynumby (Picaflor) sagrado y realiza los rituales necesarios para encontrar los senderos del monte para cazar o mariscar el los espejos infinitos del agua de la laguna IBER (Agua brillante en guaran). Cono-ce, tambin las huellas del Aguar Guaz, del Tat, del carpincho, del jaguar salvaje, y se ale-gra cuando puede observar el nocturnal apa-reamiento de las vizcachas, a las que imitar en su Baile o Vizcacha Yerok.

    Cruza a nado las lagunas infectadas de palo-metas (Piraas) y advierte los movimientos del Yacar por el canto del Chifln. Miran-do el andar de un potro reconoce la estrategia que debe emplear para domarlo, sin herirlo. Escucha los graznidos y cantos de las aves del monte y por el vuelo de las garzas blancas, mo-ras y rosadas previene lo hondo de los esteros y las caadas. Reconoce en su lenguaje sonoro los mensajes que emiten, de da y de noche, los Teru-Teru vigilantes y amigos del tropero. Observa el cielo y e acuerdo con los movimien-tos de las nubes y ubicacin del sol, de la luna, presagia los sucesos climticos. Le ayudan las estrellas y el viento. Con eso le basta.

    Adquiere habilidades y destrezas para utilizar el hacha, el machete, el cuchillo y el facn con la achira, sabe utilizar las tijeras de esquilar y los marcadores de hacienda en las yerras. Prepara l mismo sus aperos, y con cueros va-cunos y lanar confecciona los diversos elemen-tos para montar al amigo ms noble y fiel: su caballo. Riendas, cabrestos, cinchas, monturas y lazos que son trenzados con lonjas de cuero, prolijamente cortadas y engrasadas con cebo vacuno, que les otorga durabilidad y flexibi-lidad para cumplir con sus mltiples activida-des campirias.

    Conoce los campos por el tipo de pasturas, de los malezales, y pirizales con juncos de diversos tipos que se hallan junto a las caadas, lagu-nas y esteros. Observando el tipo y color de la tierra ya evidencia su fertilidad para iniciar

    labranzas, con mancera y arado.

    Valora el poder del Kurund o amuleto que porta entre sus ropas, con reliquias de santos de su devocin. Se persigna ante las crucesde los caminos y frente a los cementerios fami-liares de alguna estancia. Enciende una vela roja ante Kuruz Gil (La Cruz de Antonio Mamerto Gil Nez), reverencia de ancestral costumbre que comparte su sistema de creen-cias sacro-profanas.

    Viste con ropa sencilla de trabajo, funcional y durable: sombrero negro de pana, ala 10, con doble barbijo: en la barbilla, y retranca para la nuca, pauelo rojo, azul o blanco, de acuer-do con su ideal poltico; camisa lisa, bombacha negra o bataraza; sujeta a la cintura con una faja de pana negra o roja, y sobre ella el cinto ancho de cuero a de rastras, ilustrado con monedas y medallas con doble hebilla de me-tal que sujeta a la altura de los riones, y en la espalda, a su doble vaina de cuchillo y achira apretados por el cinto, una polaina de lona o canillera, con lneas verticales de colores, ajustan y protegen sus piernas desde la rodilla hasta el empeine, que cubre como una protec-cin, las que se atan fuertemente en rodillas y talones, puede ir descalzo o con alpargatas de color negro, sosteniendo con firmeza con tientos de cuero las espuelas de metal.

    4. El Mencho y nuestra Cultura Popular

    No es simple hablar del AV O MEN-CHO de nuestra tierra correntina, consignar en palabras los sentimientos que anidan en su compleja red de la CULTURA POPULAR Y TRADICIONAL .Se convierte ene una tarea difcil describir a los ojos extraos y tambin a los nuestros, pues ello no significa adherir-nos a un localismo intrascendente, ni alentar analogas y diferencias donde solo encontra-mos matices que no hacen ms que confirmar una cualidad de nuestro, siempre discutido, SER NACIONAL que en suma es la de estar viviendo un proceso permanece de cambios, crisis, acumulacin y sedimentacin de algo todava inconcluso. Pero que podemos inter-pretar como una crisis de crecimiento que pre-

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    sagia buenos o malos vientos?.

    Podemos mencionar lo correntino o la correntinidad poniendo de relieve sus valo-res ms notables y, a veces, con expresiones raigales fugaces describir su folclore, tan rico en singularidades. Los correntinos estamos, en realidad, preados de autenticidad, pues los rasgos genuinos y verdaderos estn yacen-tes en nuestra historia, donde el MENCHO CORRENTINO dijo Presente!, en miles de entreveros de ponchos, facones y lanzas en aras de la libertad de la Patria. Hasta en las Islas Malvinas donde se lo vio valiente y abonando con su sangre la gesta inaudita de una guerra desigual. Acorralado, sufriente, pero entero y muriendo por ser MENCHO de all it!

    Encontramos la vigencia de un hombre actual, austero, paciente, laborioso y cordial, enamo-rado de las estridencias lujuriantes del pas que l mismo integra y que lo considera como de su pertenencia y por eso lo cuida. Este hom-bre, sujeto de la CULTURA CORRENTI-NA, lleva consigo, adems de la sangre de dos razas, que se fundieron en una sola hace ms de cuatro siglos, la virtud bilinge de poseer dos instrumentos de expresin hablada que le dan, aunque lo ignoremos, un amplsimo y va-riado universo espiritual.

    El hombre correntino, al poseer dos idiomas lleva con ellos y, por lo tanto consigo, dos es-quemas mentales y conceptuales que, en abun-dancia, tiene a su disposicin y que le otorga vida y color a su comunicacin con los otros. Y cuando se le terminan las palabras suelta al viento el SAPUKAY, clamor-oracin en voz alta, grito de las entraas que es un cdigo, expresin del MENCHO CORRENTINO. Estos son algunos de los mltiples factores que explican el fenmeno de atraccin que ejercen las expresiones de su cultura.

    La Cultura Correntina conquista sin salir de su terruo, sin expediciones y sin legionarios. Basta con concentrarse en los dones de sus expresiones narrativas, lricas, musicales, co-reogrficas, plsticas, artesanales, entre otras tantas, para advertir que amalgamadas a los

    dones de la comunicatividad que vive en su hbitat, ofrece un sortilegio mgico y religioso ponderable.

    Y aunque a veces no logran entendernos, nos miran y observan con cierta curiosidad, y all se inicia el proceso invisible del arraigo. Porque esta tierra, impregnada de magia y sortilegios, es mtica y en sus expresiones se derraman ver-tientes que corren por sus ros, por sus mon-tes, en el viento norte payecero, en la siesta del Pombero, en las noches iluminadas por Yas, esa luna que cubre de espejismo y emergen de sus lagunas pjaros dorados que reflejan con su canto los hechizos del Karau y la Pollona, del zorzal y las calandrias; que demoran tiempos en los aleteos de las viejas casonas del pueblo. Estos pueblos de arenosas calles, que terminan en los tacuarales, que se endulzan con naranjas y mandarinas, que tienen sabor y olor de nos-talgias de la niez perdida. El manso arroyuelo que surca, tambin con su arrullo, pete siri-rest afirmado precisamente esta manera de ser, de estar, y de comunicarse que, lejos de aislarnos y hacernos diferentes establece lazos de afectos y proclaman, a los cuatro vientos, que somos as hasta oman mbot.

    Nadie puede signar con el dedo al MENCHO CORRENTINO una sola acusacin, de sa-gu cuchillero, o Borracho, ca haragn porque en sus conductas se reflejan los mil vaivenes de una Patria que nunca lo tuvo en cuenta. Arreado como salvajes, desde aquellas Encomiendas hasta el largo jornal de pen o su presencia gratuita como soldado, o en las contiendas electorales. Y as fue, es y ser un desconocido en su propia tierra, donde le falta trabajo y vive de yapa, atesorando recuerdos cuado arreaba en los campos y se refrescaba junto a la tropa debajo de los paraisales. Me-lena al viento, sol y campo, luna y estrellas, hasta que entrega la hacienda y la paga justa permita comer y divertirse en la musiqueada ramada guipe. All su sangre mezclada con una guampada de caa lo transformaba, in-tegrando el baile chamamecero con su Ku porait, a la que festeja y enamora, con suaves zarandeos y viriles taconeos, que retumban en la cancha o pista de tierra recin regada. Esas

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    costumbres tan queridas y apreciadas conju-gaban los designios de su Ser y del Estar, en suma de su vivir en libertad. Despus, regresar para su rancho, silbando despacito un cha-mam querido, siguiendo el ritmo del trote de su montado y pensando en un maana de ho-rizonte largo y cielo abierto.

    5. Perfil y Personalidad bsica Sociocul-tural del Mencho Correntino

    Este perfil que nos caracteriza, contribuye a recrear, de manera permanente, nuestra per-sonalidad bsica socio-cultural. Un perfil que pose una antigua y constante vigencia, que de manera invisible se ha ido transmitiendo de generacin en generacin.

    Intrnsecamente el hombre correntino ha sa-bido, a travs de los siglos, perpetuarse en respuestas que deba otorgar a las diversas maneras de oprimirlo. Sin embargo las mlti-ples circunstancias de la historia Patria fueron deshilachando progresivamente las luces del espritu del MENCHO.

    Los numerosos cambios estructurales de la sociedad argentina fueron estableciendo una reduccin del espacio ritual de los campos y de sus oficios. La tecnificacin de la denominada agro-industria los exili de su hbitat natural, y como el aguar guaz y el yacar de las la-gunas y esteros, su pir qued expuesto en las vidrieras del consumismo de las grandes ciudades.

    Debemos preguntarnos qu le queda al MEN-CHO CORRENTINO en su ya azaroso des-tino, desconocido y exiliado en su che ret o tierra amada.

    La personalidad bsica del argentino y, espec-ficamente, del MENCHO CORRENTINO, con sus numerosos matices y los condiciona-mientos variables que a lo largo del tiempo se han ido produciendo, nos sealan que desde la gnesis de nuestra Correntinidad apare-cen tres protagonistas esenciales. Ellos son: a) EL ABORIGEN GUARAN: dueo pri-migenio de estas tierras; b) EL MESTIZO:

    criollo, gaucho, el MENCHO CORREN-TINO, campirio y tpe, denominaciones que son el producto de la mezclas de sangres, creencias, valores, usos y costumbres; c) EL EXTRANJERO: descubridor, fundador, po-blador, conquistador, encomendero, militar y guerrero, administrador, autoridad cabildante, sacerdotes Franciscanos, Jesuitas, Mercedarios y Dominicos, y finalmente el inmigrante que proviene de diferentes pases con sus religiones y tradiciones diversas, etc. Todo se convertir con el pasar de los siglos en un proceso suma-tivo que otorga, desde el ao 1588 hasta hoy 2007, una realidad cambiante, dinmica y l-gicamente compleja.

    Esto significar la instalacin de modos di-ferentes de asumir la vida que, en cada caso, son defendidas, asumidas, respetadas y custo-diadas. Luego vendrn los procesos de Inter-accin, socio-econmico-poltico-educativo y cultural. Cada estilo de vida se desarrollara progresivamente en cada estamento social pero, ms tarde o ms temprano, aparecern las sucesivas adaptaciones, las confluencias, las desintegraciones y las integraciones, que pro-ducen los fenmenos de transculturaciones dolorosos o felices. Dolorosos cuando se ob-servan la prdida y los olvidos de las races y de los rasgos identitarios. Aparecern entonces las fracturas culturales y educativas que, en mu-chos caso, siguen pautas de ideologas polticas que por u discontinuidad, propician situacio-nes que generan desconciertos y atrasos en la evolucin de la sociedad toda.

    Los procesos se detienen y, otros, se ocultan. Algunos rasgos culturales sobreviven a los ata-ques constantes de los medios de informacin y comunicacin masivos, que lgicamente dificultan su vigencia. Pero el acervo cultural ocupa, muchas veces, vas subterrneas que logran emerger de manera intuitiva y espon-tnea.

    Entonces, mgicamente los dedos de las ma-nos de un Mencho Correntino acarician las teclas de un acorden y de sus entraas surgen las melodas de un Chamam, que acompa-adas con una guitarra, surgen con la voz del

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    Compuestero, las canciones que expresan emociones que cuentan la realidad de una vital raigalidad que es eterna.

    Porque esa MSICA, QUE ES DE TODOS, est muy adentro de su Ch ., es decir en su alma.

    Se incluye tres protagonistas del quehacer de toda la regin guaran: el Maestro de escuela rural, el Hachero de montes y selvas y el Cose-chero de los mil brazos que forjaron la riqueza de nuestra tierra. Ellos se erigen como figuras legendarias de una epopeya que con su deno-dado esfuerzo intelectual unos, fsicos otros, abrieron los surcos de la educacin y del traba-jo en zonas alejadas, inhspitas, que fueron y son los olvidados indispensables de la historia. Ellos portaron, cada uno a su manera, la cul-tura mestiza y acriollada del idioma, de la m-sica y la danza, las costumbres, la fe religiosa, el herosmo y el respeto por nuestra bandera azul y blanca, aquella flameando en lo alto del mstil de tacuara de alguna perdida escuelita montaraz. Ellos portaron la guitarra, el canto, la musiqueada y el baile. El rezo a los santos y la devocin por la Cruz del madero mila-groso. Pudieron transmitir con serena emo-cin el silabario y la letra de nuestro Himno Nacional. Ellos y sus hijos, y luego sus nietos, poblaron aquellas inmensas soledades. Testi-gos mudos y pacientes de tanto sol y de tanta luna. Ellos ayudaron a marcar senderos, atajos y caminos, originando una nueva cultura que ya nadie valora. Y en todo este mundo de sue-os, de ideales que alimentaron sus alforjas de pioneros en la regin litoral y nordeste de la Argentina, el correntino dej huellasy dej sus huesos, Dej una impronta que se hizo canto, en mil versos, en resonantes zapateos en las pistas de tierra de las Ramada Guipe y en el altivo Sapucai, herencia sonora de su estirpe guerrera que forjara a fuerza de coraje, y de ese sentido religioso que sigue buscando La tierra sin mal.

    El Compuestero correntino entona su can-to y pone en la voz toda su cosmovisin, ese mundo mgico poblado de montes, lagunas y esteros, del cuarajh implacable que vuelve

    clido al viento nortero. De noche se en-cienden las lucirnagas, como candiles fosfo-rescentes que guan el rumbo de su cancin, que lleva el mensaje quejumbroso de algn amor perdido. El rasguito de su guitarra ga-lopa imprimiendo ritmo, filtrando sonidos rumorosos que emergen del alma de sus an-gustias. La tierra toda, el arenal y la caada fragosa se prolongan en su msica. Rasgueos y bordoneos sobre los seis caminos tensos de la guitarra, que con mano ruda y spera del av se vuelve caricia tierna y hace florecer la nota justa que llega al sentimiento profundo. Destino de guitarrero: descubrir tanta belleza cantando ausencias, narrando compues-tos, amaneciendo serenatas.

    Acurrucado bajo el alero del rancho el guita-rrero se tuerce emocionado acompaando a la cordiona esa cajita musiquera que contiene el viento de las soledades, esa hondura de los atardeceres en los palmares, ese espejo encan-tado de estrellas reflejadas en el estero lejano.

    Cordiona y mbarac, guitarra y acorden entablando el dilogo de esperanzas, penas y recuerdos. Caminos musiqueros infinitos que llevan a la querencia, al paraje aorado, al amor herido, a la pena secreta que moviliza las entraas y se desnuda en los versos.

    Anocheciendo el viento de la cordiona se vuelve una gran luz azul plateada- y la bordo-na de la guitarra acompasada tiene nubes que taladran la oscuridad, como cascos de corce-les sonoros que en remolinos abrazan el ocaso tempranero. La reunin Ramada guipe ya est instalada, y los sonidos robados a la tierra misma, como ponzoas rojizas, se instalan en los bailarines. La alquimia se consuma: viento sonoro, rasguido y canto, la fiesta empieza y el convite ya sacude las gargantas con la sangre de los viedos. El chasquido de algn reben-que, la furia de un relincho furtivo, hace que salte un mencho a la pista y lance su Sapu-cai puc laberinto csmico de sus entraas, que estremece el espacio.

    Y surge el zapateo, rasgo esencial de varona, y el zarandeo de polleras paridoras de sueos

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    amorosos, que se entremezclan con el deseo y los sueos del hombre. La tierra recupera sus sones dispersos, la selva renueva la savia musi-cal, la caada se estremece recobrando su eter-no rumor de vientos dormidos. Todo renace en la musiqueada de un Chamam olvida-do. Todo est all. La noche absorbe los jugos de la vida, el baile es una prisin mgica que humedece las pasiones. Todo el sonido queda impregnando la pista de tierra apisonada por la furia del zapateo. Y ese conjuro de acorden, guitarra y Chamam perdurar siempre. Ser eterno como lo es el ro Paran, ese ancho ca-mino que anda fugndose por un espacio sin tiempo formando una meloda acutica total. Esa msica con lenguaje propio, se edifica con la brisa y el canto d las aves, logrando una so-noridad armnica que se hace universal. Esas melodas que fueron raz, tallo, flor y aroma devuelven en sus hojas a la simiente como u rogu- y aroma que le dio origen, que fue su cuna. Sus altas ramas apuntan a la luna, sabedora de auroras florecidas, ellas miran ha-cia arriba

    Las dos Vertientes

    Resumiendo, consignamos un esquema orien-tador (N 2) para establecer una mejor com-prensin de lo que afirmamos:

    -Encontramos una MSICA EXTRAEURO-PRA que incluye al CANTO-DANZA GUARAN y al RITMO AFROAMERICA-NO -(GUAFRO).

    -Encontramos una MSICA EUROPEA que incluye CANTO GREGORIANO EL FLAMENCO Y EL CANTO Y LAS DAN-ZAS CORTESANAS (GREFLA)-Ambos, integrados, constituyen el BARRO-CO HISPANO-GUARANI) musical que dar origen a dos vertientes:

    Vertiente I: en funcin de CANTOCanciones Correntinas: Reciben diferentes denominaciones conforme con el sentido que en cada caso desarrollan:Pregones, Aires Correntinos, Aires de la Tierra, Com-puesto Correntino, Coplas de Despedida, El Concierto, Las Serenatas , El Pura-jhey Correntino, La Cancin Correntina, La Tonada Correntina, entre otras modali-dades.

    Vertiente II: en funcin de la DANZADanzas correntinas. Aqu las antiguas danzas correntinas, producto de la simbiosis cultural y musical d dos mundos que al integrarse da-rn origen a las modalidades coreogrficas que consignamos en una nmina que, incompletas por cierto, rene a las diversas modalidades que a travs del tiempo se bailaron popular-mente en Corrientes, producto de un largo proceso de folclorizacin5.

    En el esquema que agregamos se consignan es-tas dos vertientes y las diferentes danzas mesti-zas son la prueba de la integracin espiritual de un pueblo romntico que expresa su profundo amor a la vida brindando el regalo de su sensi-bilidad por medio del mensaje artstico de su msica.

    Modalidades Rtmicas del Chamam en Corrientes

    La msica tradicional de la provincia de Co-rrientes se identifica con tres ritmos bsicos: el chamam, el rasguido doble y el valseado.Estas expresiones musicales propias han llega-do a permanecer en el tiempo y han asumido un rea d dispersin que cubren una amplia regin de nuestro pas.

    El chamam es una modalidad del folclore musical de Corrientes que, como tal, ha evi-denciado una vitalidad que crece en el tiempo y en la distancia. Su difusin nacional ha tras-

    5 Su anlisis y estudio se ha realizado en el libro Aves en la msica folklrica guaran E.A. Pieyro- Ver Bibliografa- Obra sub-titulada Manual de danzas y bailes tradicionales de la provincia de Corrientes.

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    cendido como danza ms all d sus fronteras originales.

    Sus diversos exponentes que como intrpretes pasean el canto, la msica y el baile son testi-gos de esta creciente popularidad. Pero es una obligacin rendir un homenaje a los Pioneros del Chamam, aquellos msicos intuitivos, de un sinfn de melodas inolvidables. Ellos bebieron en las fuentes de un quehacer mu-sical que fue herencia otorgada por esa verda-dera confluencia de dos culturas: La Guaran y la Hispana.

    Investigar estos orgenes nos llevara muchas pginas, que, adems, se hallan en diversas fuentes que indican como germinaron estas expresiones musicales de tanto arraigo en el ser del Correntino.

    Las fuentes aborgenes, la influencia inaprecia-ble y sostenida de los Padres Jesuitas, ms la vertiente Hispana, han generado una fusin tan rica en matices y tan expresiva en su noble y autntica creatividad. Fueron en las Mi-siones Jesuticas Guaranes donde la msica alcanz un magnfico esplendor y desde unos de sus pueblos, Yapey en nuestra provincia, se gest uno de los movimientos ms impor-tantes de panorama cultural de la poca que abarcara una extensa zona de cobertura. Fue centro de formacin de msicos, de tcnicos en construccin de instrumentos musicales, de grupos corales y de danzas comn repertorio que no ofreca diferencias con las mejores es-cuelas de msica de la Europa de ese tiempo.

    Desde all, desde ese verdadero epicentro de arte musical, Corrientes ya emerge como ge-neradora de una corriente cultural y civilizato-ria que no tiene parangn en Sudamrica, por su originalidad y gran vitalidad. Desde Yapey maduran los frutos de la expresin musical del autntico dueo de estas tierras, el aborigen guaran, que luego del proceso de mestizaje aparece con una fuerza expresiva que determi-nar que, luego de aos de aprendizaje, con la guitarra espaola, el violn y posteriormen-te el acorden de dos Hileras de teclas, se produce el fenmeno de generar ritmos tan

    identificatorios que promueven un estilo y una modalidad coreogrfica indita. Lgicamente el proceso de folklorizacin se cumple con el tiempo y a ms de 400 aos de la fundacin de la ciudad de Corrientes, podemos afirmar que su msica es el resultado del amor, de la fe, de la fusin de dos razas, que amalgamadas en el tiempo contarn la historia del hombre y su paisaje, con ritmote chamam, de rasguito doble o de valseado.

    Esta msica est en nuestro origen y es nues-tra identidad! Nace de las entraas mismas del nuevo Hombre Americano. Por eso se nutre el las autnticas races de la Argentinidad.Sealando el cielo y las estrellas, destino final del autntico canto a la vida. ESO ES LO QUE LLAMAN CHAMAM!

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    Esquema integrador N 2

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    Esta tipificacin geogrfica de zonas donde se caracterizan modalidades y estilos chamame-ceros se establece luego de analizar los mbitos dende se originan los msicos creadores de las mismas y que a travs del tiempo han perdu-rado. No establecen pautas estrictas, pues mu-chos de ellos nacidos en esas zonas luego desa-rrollaron su actividad artstica en Buenos Aires y, en otros casos, asentaron sus actuaciones en las reas denominadas en el mapa indicativo de la pgina anterior.

    Se consignan las denominaciones que caracte-rizan rtmicamente cada zona, estableciendo los nombres y apellidos de los msicos que fueron verdaderos pioneros, originando estilos bandoneonsticos y acordeonticos que se han impuesto por su calidad meldica, rtmica y de ensamble instrumentales, junto a guitarras criollas y voces.

    Cada uno origina, adems, un tipo de reper-torio que gracias a las grabaciones que desde las dcadas de 1930-1940, hasta hoy, inician su popularidad que logran gracias al esfuerzo sostenido y a una vitalidad creativa que los ha caracterizado.

    Ejemplo de ello son los nombres de TRNSI-TO COCOMAROLA (Zona 1), DIONICIO CAMB CASTILLO EDURDO Y MA-RIANITO MIO DUO VERA-MON-ZN, etc.(Zona 2.a); TARAG ROS(Zona :b); ERNESTO MONTIEL e ISACO ABIT-BOL (Zona 3). Lgicamente estos exponentes son los protagonistas que propiciaron las moda-lidades rtmicas que hacemos referencia. Pero cabe destacar que muchos otros msicos han contribuido con ellos, instrumentistas (Guita-rristas, Contrabajo, etc.), cantores, poetas, glo-sistas, etc. que conformaban los Conjuntos o agrupaciones musicales que han trascendido hasta nuestros das. Sus nombres son paradig-mas en la historia de nuestra msica folclrica y forman parte del Tronco principal de la musicaliad que caracteriza a Corrientes como epicentro del origen del Chamam, del Val-seado y del Rasguido Doble.Por razones de espacio no se hace posible citar a la enorme cantidad de creadores musicales

    de nuestro acervo chamamecero, pero luego de las dcadas gloriosas 1939.40, donde se desarrollan esas verdaderas escuelas estilsticas, no podemos dejar de mencionar a don MAU-RICIO VALENZUELA y a don EMILIO CHAMORRO, quienes desde Buenos Aires y otros puntos del pas lucharon para imponer la genuina y autntica msica tradicional de Co-rrientes. En esta breve evocacin no podemos dejar de mencionar al primer acordeonista correntino que grab un Chamam en el ao 1931: MARCOS HERMINIO RAMIREZ.

    Todos ellos, ms los que luego de los aos prosiguieron con la defensa de nuestra msica chamamecera hasta hoy 2007, desde distintos mbitos y genuinas creaciones, corresponde un homenaje sincero para agradecer la vida que han donado, como msicos y compositores, demostrando su talento y las virtudes que ca-racterizan a nuestra msica: su VITALIDAD y su permanente VIGENCIA.Pro se hace necesario determinar las modali-dades expresivas que la msica folclrica co-rrentina asume dentro de nuestra provincia. En viajes de estudio e investigacin por los distintos departamentos que la conforman hemos podido rescatar del olvido, gracias a la grabacin magnetofnica, ms de centena-res de formas, estilos o modalidades de ejecucin de los tres ritmos fundamentales de la msica folclrica correntina. El Chamam, el Rasguido Doble y el Valseado. Estas mo-dalidades se incluyen dentro del rasgo rtmi-co y de ejecucin. El rasgo rtmico se refiere concretamente al tempo y a la velocidad de ejecucin de los instrumentos que determinan lgicamente el estilo de la danza y canto que se acelera o lentifica (ralentar: ms profundo).

    Las modalidades expresivas que hemos obser-vado consignan mbitos geogrficos delimita-dos por las formas de ejecucin de los instru-mentos musicales empleados en la zona rural: acorden y guitarras. En segundo trmino por el tiempo del ritmo musical que se incluye en cada ejecucin.Luego del anlisis podemos sealar claramente tres mbitos que sealan las modalidades ex-presivas aludidas. Ellos son:

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    MODALIDADES RTMICAS DEL CHAMAM EN CORRIENTES

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    Primer mbito: Zona Norte. Incluye el m-bito norte de la provincia, desde el ro Paran Superior hasta la lnea imaginaria que se traza en forma oblicua de este a oeste, de la locali-dad de Gobernador Virasoro a la de Goya. El ncleo creativo se halla en el departamento de Mburucuy y en la ciudad de Corrientes.

    Segundo mbito: Zona central. Incluye el m-bito central que se encuentra por debajo de la lnea antes mencionada y cubre el resto de la zona oeste limitada por el ro Paran Medio que la separa de la Provincia de Santa Fe; y la zona hasta el lmite provincial que la separa del mbito tercero. El ncleo creativo se halla en los departamentos de Mercedes y Curuz Cuati.

    Tercer mbito: Zona este. Incluye el mbito que se halla al este, sobre el ro Uruguay, que desciende en forma paralela al mismo hacia el sur, formando una estrecha franja que parte del punto citado Gobernador Virasoro y se dirige en forma recta hasta el sur, lmite con Entre Ros. Al oeste limita con la zona o mbi-to segundo. El ncleo creativo es Santo Tom, Alvear, Yapey y Paso de los Libres.Esta delimitacin en mbitos obedece tam-bin a factores geogrficos, histricos, polti-cos, econmicos, sociales y culturales. Quedan de esta forma demarcados tres mbitos que determinan las modalidades expresivas del fol-clore musical de la Provincia d Corrientes (Ver mapa Modalidades rtmicas del Chamam), y que a travs de la proyeccin ha determinado autnticas modalidades interpretativas o esti-los, de ejecucin, canto y danza de la msica folclrica.

    En un mapa de la provincia de Corrientes he-mos sealado los tres mbitos que se descri-ben, formulando que estas lneas de carcter imaginario obedecen al propsito de delimitar modos de asimilacin, adaptacin, transcultu-racin y mecanismos de simbiosis etno-musi-colgicas y que trasuntan luego el proceso de folklorizacin de siglos, modalidades diferen-tes pero que se unen en la raz y en las esencias formales.

    Descripcin de los tres mbitos

    El Primer mbito a zona norte: Esta zona de gran amplitud, tiene como caractersticas esen-ciales es la modalidad de ejecucin rtmica, en el Chamam, Valseado y Raguido Doble, un tiempo lentificado, con pausas en la inclusin de la GREFLA un rasguito que las guitarras marcan con ritmo lento y acompasado. El can-to es de carcter romntico que se asume como cancin o chamam cancin.Ejemplos: Trnsito Cocomarola, Marcos Her-minio Ramrez, Eustaquio Mio, Avelino Flores, Salvador Miqueri, etc. En la evolucin Roque Librado Gonzlez, Hermanos Barrios, Rudy y Nini Flores, etc.

    El segundo mbito o zona central: Recibe la influencia de la primera y se caracteriza funda-mentalmente por un ritmo de carcter rpido, ms acelerado, que determina el verdadero empleo de la GREFLA que ha dado motivo a esta tipificacin netamente folclrica y que se asume en la ejecucin de instrumentos, en la danza y en el canto de los tres ritmos bsi-cos: Chamam, Valseado y Rasguido Doble. Esta forma que se acelera paulatinamente des-de Mercedes hasta el sur de Curuz Cuati, determina que, los ejecutores de instrumentos musicales deben poseer agilidad en el desarro-llo de las formulas de improvisacin y de arre-glos instrumentales. Ejemplos: Dionisio Camb Castillo, Eduardo Mio, Gualberto Panozzo, Tarrag Ros. En la evolucin Fito Ledesma.

    El tercer mbito o zona este: Incluye una zona determinada por la franja paralela al ro Uruguay y, especialmente, el epicentro hist-rico es Yapey, antiguo pueblo musical de las Misiones Jesuticas. La simbiosis de los siglos de esta zona, limtrofe con Brasil y de Uru-guay, a travs de datos culturales de los estra-tos populares, se consignan especialmente en el modismo d ejecucin, de canto y de danzas que no conocen fronteras de tipo geogrfico, ni aquellos determinados por accidentes de te-rreno, permanencia de ros, etc. El caso de la mutua influencia con los pases fronterizos y con la provincia de Entre Ros, ha codetermi-

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    nado distintas fuentes de mutuas incidencias que se asumen en modalidades expresivas de carcter rtmicos ms demarcados, hacindose ms cortada o fragmentada la frase musical que rtmicamente se traslada en los llamados saltos de acorden propuestos y estudiados por Alberto D. Baceay.

    Conclusiones

    La demarcacin de estos tres mbitos de mo-dalidades expresivas que, lgicamente se in-fluencian mutuamente, codeterminndose y mezclndose en forma permanente, se ob-servan fusiones que formulan una infinidad de variantes en las modalidades de ejecucin de los instrumentos musicales, en la elabora-cin del canto y en las coreografas. Las lneas imaginarias que delimitan en el mapa los tres mbitos no son excluyentes y hoy quizs no puedan ser detectadas fcilmente debido a la difusin de los medios de comunicacin masi-va que han trasladado de un mbito a otro las modalidades expresivas que hace veinticinco aos atrs detectramos en nuestros viajes de investigacin por toda la provincia. La radio, la televisin, el disco, el cassete, las actuaciones en vivo de conjuntos, etc. han determinado con el tiempo una mayor dispersin de aque-llas modalidades exclusivas de una zona y es difundida en otras. Un ejemplo de ello son aquellos conjuntos de msicos jvenes que se inician en el profesionalismo y componen un repertorio musical basado en los xitos de in-trpretes de reconocida actuacin a travs del disco, realizando una frmula mimtica de ex-presin que mezclan distintas modalidades o estilos expresivos que dificultan luego la iden-tificacin esencial. Solamente a travs de un estudio analtico, detallado por instrumentos, voces, ritmos y de las frmulas expresivas, se pueden hallar las referencias para catalogarlas dentro de un estilo determinado.

    nicamente pueden determinare claramente las modalidades expresivas de cada una de las tres zonas, efectuando un estudio de investi-gacin a nivel discogrfico de los ejecutantes que consignamos. Tambin pueden determi-

    narse rasgos esenciales, observar influencias y musiqueros de cierta edad, no profesionales, que viven en la zona rural, aquellos rasgos que caracterizaban a cada uno de los tres mbitos que reseamos brevemente para propiciar una mayor compresin del patrimonio musical de nuestra provincia.

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    Primeras Grabaciones deMsica Folclrica Correntina

    Segn los archivos consultados de antiguas casas grabadoras pudimos advertir que en mu-chas de ellas, luego de desaparecer del mercado de venta, haban desaparecido sus matices, que fueron destruidas por el tiempo y por el des-cuido de la gente que tuvo en sus manos res-guardar estos testimonios de aquellas primeras grabaciones entre 1910 hasta 1930 que, de acuerdo con nuestro desarrollo anterior, eran numerosos.

    Sin embargo los sellos que provienen como ODEON, R.C.A. VITOR, COLUMBIA y algunos otros, nos permiten hoy establecer una cronologa de la discografa inicial que incluyen las primeras grabaciones de msica folclrica de la provincia de Corrientes. L-gicamente estas referencias pueden adolecer de algunos errores o ausencias involuntarias, pues, en algunos casos, la informacin obteni-da aparece a travs de otras personas o inves-tigadores que tambin sufrieron el proceso de la bsqueda y de los desalientos propios de la falta de informacin an en las mismas casa grabadoras cuyos archivos se hallan incomple-tos por el paso del tiempo.

    Hasta hoy consideramos que la primera gra-bacin de msica folclrica correntina se debe al Do de voces RUIZ ACUA, que a continuacin entramos a detallar:

    1. FECHA PROBABLE: 1925-1926.NOMBRE DE LOS INTRPRETES: DUO RUIZ ACUA, Duetto criollis-ta conformado por RENE RUIZ Y ALBER-TO HILARION ACUA. Estos incluyen en su repertorio Gatos Tonadas Sueas, et