Medio Ambient e

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estudios de medio ambiente. Calculo de impacto ambiental.

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  • CULTURA CIENTFICA Y PARTICIPACIN CIUDADANA EN POLTICA SOCIO-AMBIENTAL

    Tesis doctoral presentada por

    MARA LAURA LZARO OLAIZOLA

    Bajo la co-direccin de

    ARANTZA ETXEBERRIA AGIRIANO y

    JOS ANTONIO LPEZ CEREZO

    DONOSTIA-SAN SEBASTIN 2009

  • 2

  • 3apenas la materia vida era tan fina

    C. Veloso

    en memoria de Leticia da Fonte

    1974-2008

  • 4

  • 5AUTORIZACIN DEL DIRECTOR DE TESISPARA SU PRESENTACION

    Dra. Arantza Etxeberria Agiriano como Director/a de la Tesis Doctoral: Cultura

    Cientfica y Participacin Ciudadana en Poltica Socio-Ambiental realizada en el

    Departamento de Lgica y Filosofa de la Ciencia por el Doctorando Doa Mara

    Laura Lzaro Olaizola, autorizo la presentacin de la citada Tesis Doctoral, dado que

    rene las condiciones necesarias para su defensa.

    En Donostia San Sebastin a ____ de _____de 2009

    EL DIRECTOR DE LA TESIS

    Fdo.:_____________________________

  • 6

  • 7AUTORIZACIN DEL DIRECTOR DE TESISPARA SU PRESENTACION

    Dr. Jos Antonio Lpez Cerezo como Director/a de la Tesis Doctoral: Cultura

    Cientfica y Participacin Ciudadana en Poltica Socio-Ambiental realizada en el

    Departamento de Lgica y Filosofa de la Ciencia por el Doctorando Doa Mara

    Laura Lzaro Olaizola, autorizo la presentacin de la citada Tesis Doctoral, dado que

    rene las condiciones necesarias para su defensa.

    En Donostia San Sebastin a ____ de _____de 2009

    EL DIRECTOR DE LA TESIS

    Fdo.:_____________________________

  • 8

  • 9CONFORMIDAD DEL DEPARTAMENTO

    El Consejo del Departamento de Lgica y Filosofa de la Ciencia en reunin celebrada

    el da ___ de _______ de 2009 ha acordado dar la conformidad a la admisin a

    trmite de presentacin de la Tesis Doctoral titulada: Cultura Cientfica y

    Participacin Ciudadana en Poltica Socio-Ambiental co-dirigida por la Dra. Arantza

    Etxeberria Agiriano y el Dr. Jos Antonio Lpez Cerezo y presentada por Doa Mara

    Laura Lzaro Olaizola ante este Departamento.

    En Donostia San Sebastin a ___ de _________de 2009

    V B DIRECTOR/A DEL SECRETARIO/A DEL

    DEPARTAMENTO/ DEPARTAMENTO/

    Fdo.:_______________ Fdo.: _______________

  • 10

  • 11

    ACTA DE GRADO DE DOCTORACTA DE DEFENSA DE TESIS DOCTORAL

    DOCTORANDO DOA Mara Laura Lzaro Olaizola TITULO DE LA TESIS: Cultura

    Cientfica y Participacin Ciudadana en Poltica Socio-Ambiental El Tribunal

    designado por la Subcomisin de Doctorado de la UPV/EHU para calificar la Tesis

    Doctoral arriba indicada y reunido en el da de la fecha, una vez efectuada la defensa

    por el doctorando y contestadas las objeciones y/o sugerencias que se le han

    formulado, ha otorgado por___________________la calificacin de:

    En Donostia San Sebastin a ____ de ________ de 2009

    EL/LA PRESIDENTE/A, EL/LA SECRETARIO/A,

    Fdo.: Fdo.:Dr/a: __________________ Dr/a: __________________

    VOCAL 1 VOCAL 2 VOCAL 3

    Fdo.: Fdo.: Fdo.:Dr/a: _____________ Dr/a: _____________ Dr/a: ____________

    EL DOCTORANDO,

    Fdo.: _____________________

    unanimidad mayora

  • 12

  • 13

    RESUMEN

    Se propone en este trabajo abordar las dificultades de los trminos cultura

    cientfica y participacin ciudadana, en asociacin con las diferentes

    concepciones acerca de cmo la ciencia debe llegar a la sociedad, cmo la

    sociedad debe entender la ciencia y en qu medida le corresponde involucrarse

    con ella. Las investigaciones y acciones relacionadas a estos temas han dejado

    muchos problemas planteados, y los ejemplos tanto de participacin en ciencia

    y tecnologa como los intentos de esclarecimiento de lo que es o debera ser

    cultura cientfica (y cmo se logra a partir de experiencias concretas), dejan

    abierta la puerta para intentar definirla, medirla y propiciarla en base a una

    concepcin de ciencia como la de los enfoques Ciencia Tecnologa Sociedad

    (CTS), marco de este tesis, y en base a propuestas epistemolgicas que

    intentan estimular un dilogo entre mltiples formas de conocimiento para

    propiciar una mejor ciencia. Considerando que la cultura cientfica y la

    participacin pblica en ciencia y tecnologa son elementos centrales del

    tratamiento de las problemticas ambientales, se plantean aqu las ventajas del

    enfoque CTS para perseguir esa mejor ciencia para un desarrollo que sea

    sustentable.

    Este trabajo se centra en la discusin de las problemticas ambientales y los

    conocimientos y participacin que la sociedad tiene y debe tener, segn

    diferentes propuestas, tendientes a una cultura ambiental, o una cultura

    cientfica que incluya efectivamente lo ambiental. Se ensaya para ello un

    concepto de cultura cientfica que posibilite/promueva el involucramiento

    participativo y reflexivo, y a su vez, formas de participacin que puedan

    generar cultura cientfica, en el entendido de que participacin y aprendizaje

    deben ir de la mano y retroestimularse. Se evalan diferentes propuestas,

    experiencias y formatos de participacin en temticas ambientales,

    especficamente referidas al rol social en las polticas de manejo de los recursos

    naturales.

  • 14

    Los principales aportes de este trabajo se centran en el esclarecimiento de los

    conceptos de cultura cientfica y de participacin pblica en ciencia y

    tecnologa en base a la exploracin y anlisis de la evolucin histrica de los

    mismos, as como de sus prcticas, y de los contextos en los que se realizan,

    teniendo siempre en cuenta las concepciones de ciencia que los sustentan. A su

    vez, se han asociado los desarrollos de los estudios crticos de la ciencia con los

    de las propias ciencias dedicadas al ambiente y su confluencia en posturas ms

    propicias para la intervencin del pblico tanto en la generacin de

    conocimiento como en su gestin poltica. En torno a estos temas se muestran

    en esta tesis los cambios en las concepciones de naturaleza que han

    posibilitado y estimulado un cambio en la concepcin de ciencia que apoya los

    planteos proclives a la valoracin de los contextos sociales locales (y el

    conocimiento emprico asociado a los mismos), la justificacin de la apertura

    de los procesos cientfico-tecnolgicos a la participacin pblica, y a secundar

    una ciencia orientada hacia el aprendizaje social (de todos los implicados) que

    permita explorar y adoptar caminos sustentables. El reconocer a los sistemas

    naturales reales como complejos, dinmicos y adaptativos implica moverse

    hacia una ciencia resignada a la impredictibilidad, el control incompleto y una

    pluralidad de perspectivas legtimas.

    Por otra parte, mediante la evaluacin de estudios empricos relacionados al

    manejo de recursos naturales, y de los distintos procesos de participacin y de

    generacin de aprendizaje social asociados a aquellos, se pone en evidencia la

    necesidad de concepciones ms amplias de ciencia, as como el estrecho

    vnculo entre aprendizaje y participacin para la sustentabilidad de los socio-

    ecosistemas. Esto cobra especial inters en los estudios ambientales, en los que

    las controversias hacen emerger argumentos, demandas de oferta informativa

    y manejo de conocimiento de distintas vertientes. La sustentabilidad, como

    desafo, slo puede entenderse bajo una concepcin de ciencia que implique

    una cultura cientfica no slo referida a los hechos cientficos sino tambin a la

    comprensin de su propia labor como un proceso socialmente contextualizado

  • 15

    y, por tanto, dependiente de factores sociales, polticos, econmicos y ticos, y

    que por ello integre la participacin social no slo en base a argumentos

    democrticos sino tambin sustantivos: la bsqueda de un conocimiento ms

    completo como un proceso que, a su vez, genere aprendizaje y capacidades

    para manejar posibles soluciones a los problemas socio-ambientales de

    acuerdo con las circunstancias y el contexto en el que se dan.

    La tesis se estructura en dos partes principales y una tercera, ms concisa, que

    apunta hacia ciertas experiencias locales en Uruguay que aportan ideas sobre

    cmo podran ponerse en prctica los postulados que se defendieron

    anteriormente. En la primera parte se presenta y evala el tema de la cultura

    cientfica y del estmulo a la participacin ciudadana en la gestin de la ciencia

    y la tecnologa como dimensiones imprescindibles de la relacin entre ciencia y

    sociedad. En la segunda parte, centrada en materias ambientales y el

    desarrollo sustentable, se examina qu tipo de concepcin de ciencia se maneja

    implcita o explcitamente en el rea ambiental, y el desarrollo y aplicacin de

    diferentes prcticas de estmulo a la cultura cientfica (como la alfabetizacin

    ecolgica) y a la participacin. El nfasis se ha colocado en la evaluacin de las

    experiencias precisamente desde el punto de vista del argumento sustantivo, y

    en la posibilidad de estimular as una mejor ciencia. En la ltima parte se

    maneja lo tratado desde un punto de vista local vinculado a la investigacin y

    enseanza de las ciencias desde una perspectiva CTS en el mbito de la

    Universidad de la Repblica en Uruguay.

  • 16

  • 17

    AGRADECIMIENTOS

    En estos 5 aos que me llevaron de Montevideo a Donosti y de Donosti a

    Montevideo, varias veces y con pasajes por Oviedo, he aprendido mucho del

    mbito de la tesis, pero tambin he aprendido de m. Y por ello mis

    agradecimientos se vinculan a todas las personas e instituciones que hicieron

    posible este proceso tan rico de aprendizaje.

    Este trabajo ha sido posible gracias al apoyo econmico del Programa Alan de Becas de Estudio de Alto Nivel, y ha tenido el aporte de los siguientes

    proyectos del grupo de Filosofa de la Biologa de la UPV-EHU: Informacin

    gentica.- Qu es, de quin y qu se puede o debe hacer con ella, dirigido por

    el Prof. Jon Umerez y financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnologa de

    Espaa y por los Fondos FEDER, Informacin, autonoma y sistemas.

    Elementos epistemolgicos y ticos para una perspectiva organicista en

    biologa dirigido por el Prof. Dr. Alvaro Moreno y concedido por el Ministerio

    de Educacin y Ciencia (HUM2005-02449), y El concepto de autonoma en

    biotica e investigacin biomdica: aspectos filosficos y sociales, dirigido

    por el Prof. Antonio Casado da Rocha y financiado por el Ministerio de Ciencia

    e Innovacin de Espaa. Tambin se ha beneficiado de la Subvencin General

    a Grupos de Investigacin por el Vicerrectorado de Investigacin de la

    UPV/EHU, otorgado al mencionado grupo bajo la direccin de la Prof. Arantza

    Etxeberria.

    Montevideo y conexiones

    Gracias a Rodrigo Arocena y a Amlcar Davyt que estimularon este

    emprendimiento desde su origen como idea, o bsqueda. Desde la Unidad de

    Ciencia y Desarrollo de la Facultad de Ciencias, a la que ahora pertenezco, me

    brindaron su apoyo tambin en los perodos en los que no estuve presente para

    participar en los cursos y otras tareas de la Unidad. Gracias a Enrique Lessa

    por todo lo enseado y por adivinarme y naturalizar este viraje acadmico

  • 18

    luego de realizar con l una maestra en gentica de la conservacin.

    Gracias al apoyo del programa Alan y a sus sucesivos gestores, que no slo posibilitaron econmicamente estos estudios, sino que permitieron

    adaptaciones al cronograma original para mis estancias en la Facultad de

    Ciencias en Montevideo.

    Gracias a mis compaeros y amigos de la Seccin Etologa de la Facultad de

    Ciencias, Seccin que abandonara en pos de este giro en mi carrera. Tienen

    todo mi agradecimiento y cario por entenderme y apoyarme, aunque Ciro

    seguir reprochndomelo dulcemente de por vida, creo. Gabriel, Bettina,

    Sylvia, Graciela, Toti, Ciro, los abrazo fuertemente. Gracias a mis queridas

    cetlogas que he visto crecer y convertirse en investigadoras originales a lo

    largo de estos aos, forjando su propia lnea de investigacin y su espacio a

    pesar de las dificultades y abandonos. Micaela, Paula C. Paula L., Mariana,

    Cata, Carolina, Paula F., Valentina, Valeria, Caracolito, han sido y son muy

    importantes para mi.

    Gracias a mi madre Luz, por su incondicionalidad y confianza exagerada.

    Gracias a mis amigos todos, especialmente a Leticia, Ins, Jos, Laura, Luis,

    Isabel, Emilio, Sylvia, Alejandro, Lucila, Jorge, Martha, Mariela, Carla,

    Teresita, a Mic la osa menor, Stefan, Thomas, Bettina y Amlcar, por su cario

    abundante, por sus envos a Espaa, sus visitas, abrazos, permanencias, y por

    sus hombros.

    Gracias a los compaeros y amigos de SIMURG, Lucila, Ana, Diego, Mariana,

    Isabel, Ins, Bettina, Jos, Jorge, por trabajar a distancia, por proyectar, por

    ser parte de un enfoque que, por mi parte, se ha terminado de plasmar a partir

    de esta tesis. Gracias tambin a los compaeros de GGF, Enrique, Nathalie,

    Omar, Jorge, Mariano, por disculpar mis ausencias. Especialmente a Stefan,

    por compartir sus trabajos, sus investigaciones y sus esperanzas, que son parte

    importante de este trabajo.

  • 19

    A Enrique Garca Carrere, muchas gracias por el apoyo constante, por la

    generosidad extraordinaria, por enriquecer la vida.

    Donostia-San Sebastin y cercanas

    Vivir en una ciudad tan viva, verde y placerosa (gracias Mariana) me llena de

    gratitudes generales: a sus olas, y especialmente a la primera, a sus bicicletas,

    al Koldo Michelena, al restaurante Olaizola, al chirimiri, al pastel vasco, al

    pueblo de Oiartzun, al peine del viento, a su gente

    Gracias al grupo de Filosofa de la Biologa del Departamento de Lgica y

    Filosofa de la Ciencia de la UPV-EHU por acogerme en su seno. Arantza,

    lvaro, Jon, Kepa, Jess, Xabier, Antonio, Tomy, Cristian, Mateo, gracias por

    compartir proyectos, reuniones y charlas formativas. A Begoa por su mirada

    atenta al bienestar de becarios y estudiantes. Gracias especiales y abundantes a

    Arantza por ser tutora y tambin amiga durante este tiempo.

    Gracias a Xabier por su disposicin no slo a fotocopiar las toneladas de

    materiales que le llev sino tambin por el inters mostrado en conocer sobre

    Uruguay (inters que reconforta). A las secretarias administrativas de los

    departamentos de Lgica y Filosofa de la Ciencia, de Filosofa de los Valores, y

    de Filosofa: Maite y Arantxa, Lourdes, Inma, por facilitar trmites con la

    mejor y ms eficiente disposicin y con complicidad y afecto. A Mary por sus

    castaas y sus plumeros. A Mila por su ayuda en la impresin. Al seor Xabier,

    quien adems de solucionar problemas del despacho, me regal metforas que

    seguir utilizando para que, entre otras cosas, cualquiera de mis tesis no sean

    slo pajaritos volando.

    Gracias a los amigos queridos, a Juanba, Leire, Claudia (cl), Iigo, Claudia

    (mx), Mariana (la mejor profesora de yoga del mundo), Mirari, Itziar, a Javier

    y su familia. Son parte fundamental de mi tejido gipuzcoano. Y a los diversos e

    interesantes compaeros de piso, Dani, Claudia, Leire, Amaia, Gloria, Claudio,

  • 20

    Itxaso, Jos, Cristian y Sara, Ainhoa, Marcelo, Naroa, Robert, Kassia, Tomek,

    Zurie, Jorge. Polacos, mexicanos, vascos, chilenos y alemanes, instancias

    cotidianas de alegria y diversidad. Gracias a Maripi y su familia en Irn, a

    Roberto y su familia en Pamplona, lazos que, a travs de Jos, Carmia y

    Joaqun, se tendieron clidos entre Montevideo y el Pas Vasco. Gracias a Jos

    Luis Olaizola por conducirme al encuentro de historias ancestrales del casero

    Olaizola en Oiartzun y, sobre todo, al encuentro de Javier Irastorza. Gracias a

    Alfredo Iglesias y a Teresa Villaboas, por oportunos, propicios, sanadores.

    Gracias a Jorge, Mara, Pilar, Ignacio y Bart en Mlaga y en smo, a Laura y

    Danilo en Lysekil por estar al mismo tiempo al norte y al sur, y siempre cerca

    Gracias a Thomas Hourcade, a su familia, a sus amigos, y a Tess, por brindar

    un espacio delicioso entre Saint Pal y Pars para matizar el trabajo y cruzar

    algunos puentes [Nous revenons de loin...]

    Oviedo y cercanas

    A Jos Antonio por haber sido tan receptivo y generoso ante mis planteos, por

    abrirme todas las puertas del Departamento de Filosofa y de su grupo de

    trabajo. Gracias Irene y Noem por su amistad tan rpida y desprendida. A Carl

    Mitcham por sus charlas y sus libros. A Marianella y su familia, otro lazo

    norte-sur con races profundamente uruguayas, con la casa/corazn bien

    abiertos. Gracias a Pilar, compaera de piso y excelente gua de la ciudad de

    Oviedo y alrededores. A Toa, por sus capuchinos almendrados, y sus mimos

    de todos los das.

    En Montevideo, Donosti, u Oviedo, Arantza Etxeberria y Jos Antonio Lpez

    Cerezo, mis directores de tesis, han sido fundamentales e inspiradores. Les

    agradezco profundamente.

    Este tiempo ha sido un privilegio gracias a todos ustedes

  • 21

    NDICE

    PRIMERA PARTE: CULTURA CIENTFICA Y PARTICIPACIN CIUDADANA EN TEMAS DE CIENCIA Y TECNOLOGA

    Cap. 1. La ciencia y el enfoque de los estudios Ciencia Tecnologa Sociedad (CTS)..31

    1.1. Visin tradicional de la ciencia.33

    1.2. Los aos 60 y la crisis de la Ciencia y la Tecnologa.38

    1.2.1. El flanco acadmico

    1.2.2. El flanco social

    1.3. Los estudios CTS: orgenes, tradiciones y enfoques .45

    1.3.1. Tradicin europea

    1.3.2. Tradicin norteamericana

    1.3.3. Tradicin latinoamericana?

    1.3.4. La convergencia

    1.4. La relacin Ciencia-Sociedad hoy y los estudios CTS..58

    Cap. 2. Por qu cultura cientfica? Qu es, por qu es necesaria, cmo se promueve y

    cmo se mide

    2.1. Introduccin67

    2.2. Algo que se parezca a una Cultura Cientfica: antecedentes, concepciones, enfoques,

    evoluciones.75

    2.2.1 Primeros Compases: del siglo XIX al XX

    2.2.2 Los aos 80: Intentos Alfabetizadores o El Problema del Pblico

    2.2.3 Comprensin Pblica de la Ciencia desde los aos 90: las crticas o el problema no

    es slo del pblico

    2.3. Comentarios finales y conclusiones provisorias114

    2.3.1. Estado actual del debate

    2.3.2. Recapitulacin de preguntas

    Cap. 3. Participacin pblica en cuestiones de ciencia y tecnologa

    3.1. Introduccin.141

    3.2. Conocimiento (ciencia) Democracia y Ciudadana.144

    3.3. Participacin/Involucramiento/Implicancia del Pblico en Ciencia y Tecnologa..153

    3.3.1. Para qu? (Objetivos), Por qu? (Justificacin-Argumentos)

    y quines? (El Pblico).

    3.3.2. Cmo? (Mecanismos) y Cundo? (Etapas)

    3.3.3. Evaluacin de mecanismos de Participacin

  • 22

    3.4. Recapitulacin y algunas conclusiones.197

    3.4.1. Diagnstico del tema participacin

    3.4.2. Participacin, cultura cientfica y aprendizaje social

    3.4.3. Ciudadana, conocimiento local y conocimiento experto

    3.4.4. Expertos y su nuevo rol para un contrato nuevo con la ciencia

    3.4.5. Formas de participacin y cambios institucionales

    Recapitulacin y Cierre de la Primera Parte 229

    SEGUNDA PARTE CULTURA CIENTFICA Y PARTICIPACIN PBLICA COMO DIMENSIONES IMPRESCINDIBLES DE

    LAS TEMTICAS AMBIENTALES

    CAP. 4. Ciencia, Ambiente y Sociedad......253

    4.1- La cuestin ambiental entre la ciencia y la sociedad: desde el surgimiento

    hasta su consolidacin..257

    4.1.1. Imgenes de la naturaleza proporcionadas por la ciencia

    4.1.2. La interaccin con la naturaleza: los ambientalismos

    4.2 La respuesta poltica: el concepto y debates sobre el desarrollo sustentable...284

    4.2.1 Hacia el concepto de Desarrollo Sustentable

    4.2.2 Evaluacin y crticas

    4.3 El desafo de la sustentabilidad para la ciencia: las ltimas dcadas del siglo XX

    hacia el siglo del ambiente..297

    4.3.1. La ecologa puede dar respuestas?

    4.3.2. Las respuestas de la ecologa

    4.3.3. Situacin de la ecologa con respecto a la ciencia

    4.3.4. Los desafos: ciencia y sustentabilidad

    4.4. La gobernanza ambiental entre lo local y lo global324

    4.4.1 Ciencia y gobernanza

    4.4.2 Riesgos

    4.4.3 Ciencia para gobernar lo local y lo global

    4.5 Recapitulacin, anlisis y consideraciones finales..334

    4.5.1 La imagen de la naturaleza

    4.5.2 La imagen de la ciencia

    4.5.3 La ciencia para el ambiente y los ambientalismos en co-evolucin

    4.5.4 Desarrollo Sustentable

    4.5.5 Participacin y gobernanza

    Captulo 5. Cultura Ambiental? En torno al concepto de Alfabetizacin Ecolgica y

    otras prcticas educativas

  • 23

    5.1. La educacin ambiental....355

    5.2. Alfabetizacin ecolgica358

    5.3. Resultados de la alfabetizacin ecolgica y la educacin ambiental?..............................361

    5.4. Experiencias vinculadas al aprendizaje y comprensin de temas ambientales..366

    5.4.1. El Prestige en la educacin ambiental

    5.4.2. Ejemplos de aprendizaje social a partir de participacin en gestin ambiental

    5.5. Recapitulacin y Conclusiones.373

    5.5.1. Cultura ambiental?

    5.5.2. Ciudadana ambiental

    5.5.3. Cultura ambiental y Desarrollo Sustentable

    Captulo 6 Participacin ciudadana en manejo de recursos naturales.383

    6.1 Manejo de Recursos Naturales...387

    6.1.1 Sustentabilidad y Resiliencia

    6.1.2. El problema de los bienes comunes

    6.1.3 Tipos de Manejo

    6.2 El co-manejo del loco en las pesqueras artesanales de Chile410

    6.2.1 Introduccin al problema de las pesqueras

    6.2.2 El co-manejo del loco

    6.2.3 Problemas con las AMERBS: el caso del cochayuyo

    6.3. Discusin del caso del loco en el contexto de la participacin en el manejo

    de los recursos pesqueros426

    6.4. Recapitulacin y comentarios finales...440

    6.4.1 El caso de estudio y sus enseanzas

    6.4.2 Sobre el tema de los comunes, resiliencia e institucionalidad

    6.4.3 La evolucin del co-manejo en el contexto cientfico

    6.4.4 El co-manejo, los tipos de participacin y la ciencia posnormal

    Recapitulacin y Cierre de la Segunda Parte...461

    TERCERA PARTE APLICACIONES DESDE UNA PERSPECTIVA LOCAL

    Captulo 7 Participacin pblica en asuntos ambientales en Uruguay.497

    7.1. Manejo ambiental: el Sistema Nacional de reas Protegidas..500

    7.2. Evaluacin y proyeccin de mecanismos de participacin pblica...505

    7.2.1. Una conferencia de consenso en Uruguay sobre energa nuclear

    7.2.2. Opiniones a nivel mundial sobre calentamiento global: WWV-UY

  • 24

    Recapitulacin y conclusiones finales...513

    Bibliografa.517

  • 25

    PRIMERA PARTE

    CULTURA CIENTFICA Y PARTICIPACIN CIUDADANA EN

    TEMAS DE CIENCIA Y TECNOLOGA

    La idea de que la ciencia slo concierne a los cientficos es tan anticientfica como es

    antipotico asumir que la poesa slo concierne a los poetas

    G. Garca Mrquez

  • 26

  • 27

    Introduccin

    La ciencia y la tecnologa se han convertido en motores del cambio social, y por

    tanto en asuntos pblicos y polticos de primera magnitud. Intervienen varios

    factores para ello: parte importante de la investigacin cientfica y de la

    innovacin tecnolgica se financian con fondos pblicos; numerosas polticas

    pblicas estn relacionadas al conocimiento cientfico ya que leyes,

    reglamentos y disposiciones se elaboran en base a argumentos cientficos que

    convierten a la ciencia en un factor clave para la gobernabilidad;

    potencialmente pueden modificar costumbres y valores sociales e

    institucionales, y la propia estructura social (lo que a menudo ubican a la

    ciencia y la tecnologa en el centro de los conflictos sociales), no slo se

    relacionan con avances de la cultura y bienestar humano sino que pueden

    introducir riesgos para la salud pblica y el ambiente de la mano de diversas

    innovaciones y desarrollos tecnolgicos. Con sus productos (conocimientos y

    artefactos), la ciencia y la tecnologa (CyT) han generado tal imbricacin en la

    vida cotidiana que, ms que nunca en la historia, la sociedad se ve impactada,

    comprometida y convocada a conocer, opinar, apoyar o a discrepar, decidir en

    la esfera privada y en la pblica sobre asuntos que de alguna forma se

    relacionan con la CyT.

    Relacionado con esta gran visibilidad e importancia pblica de la CyT en las

    ltimas dcadas ha aumentado la preocupacin de gobiernos e instituciones

    polticas y sociales por la percepcin que de la CyT tengan los ciudadanos (lo

    que se conoce como percepcin social de la CyT) y por el estmulo de mayores

    niveles de comprensin pblica o cultura cientfica (y desarrollo de

    instrumentos para medirla).

    Sin embargo difcilmente se maneja un nico significado de ciencia que

    abarque las percepciones que tienen de ella los ciudadanos y la propia

    concepcin de ciencia que maneja la comunidad cientfica. Desde el punto de

  • 28

    vista social incluso, la ciencia adquiere significados contradictorios que pueden

    coexistir y superponerse; ser conocimiento objetivo e independiente del que se

    valen las organizaciones sociales para contrarrestar iniciativas

    gubernamentales o industriales, ser un conocimiento servil del poder y de los

    negocios frente al cual hay que reaccionar con sospecha, ser la base ms

    racional para la evaluacin pblica o privada de las amenazas y los riesgos

    (como puede argumentar la institucin cientfica), ser ella misma fuente de

    peligro, ser un conjunto de teoras bien establecidas en las que la

    incertidumbre tiene poco lugar o se considera mnima, ser algo irrelevante y

    alejado de los intereses de la gente comn, ser el fin de la espiritualidad, o ser

    el mejor camino hacia el progreso como sugiere el paradigma de la

    modernidad (Irwin, 1995). La ciencia acta, adems, en diferentes escenarios y

    contextos disciplinares que le otorgan distintos matices desde el punto de vista

    de los objetivos y su relacionamiento con la sociedad.

    El objetivo de esta primera parte es presentar y evaluar las temticas

    relacionadas al estmulo de una cultura cientfica y a la participacin

    ciudadana en la gestin de la ciencia y la tecnologa como dimensiones de la

    relacin entre ciencia y sociedad. As mismo se pretende colaborar en la

    comprensin de esas dimensiones en un marco que analice las diferentes

    concepciones de ciencia implicadas. De esta forma la pregunta qu es

    ciencia?, se convertir en un eje en torno al cual giren los enfoques sobre los

    procesos de comprensin y participacin pblica en ciencia y tecnologa.

    Esta parte de la tesis cuenta de tres captulos. El primero est dedicado al

    enfoque de los estudios sociales de la ciencia (CTS por sus siglas en castellano,

    por Ciencia Tecnologa y Sociedad) en relacin a momentos histricos en los

    que la imagen de la ciencia y la tecnologa fue cambiando a partir de posturas

    acadmicas y sociales. En el segundo captulo se tratar el concepto de cultura

    cientfica vinculado a esos cambios de concepcin de la CyT, y en el tercero se

    presentar la temtica del papel de la participacin ciudadana en la gestin

  • 29

    poltica de la CyT, y su rol y posible relacin con la generacin de conocimiento

    y cultura cientfica.

  • 30

  • 31

    CAPTULO 1. LA CIENCIA Y EL ENFOQUE DE LOS ESTUDIOS CIENCIA

    TECNOLOGA SOCIEDAD (CTS)

    Hasta principios del siglo XX exista un consenso social sobre el carcter

    positivo del desarrollo cientfico-tecnolgico. Esa confianza en la ciencia y la

    tecnologa (CyT) como forma de conocimiento se enraza en la historia socio-

    poltica y econmica del siglo XIX. Con la ciencia moderna se haban

    alcanzado, al parecer, leyes universales; sus aplicaciones y desarrollos

    tecnolgicos haban conducido a la revolucin industrial; se haba generado

    riqueza; se haban combatido impulsos irracionales, religiosos y metafsicos,

    asociados con sistemas de dominacin autoritarios y dogmticos. As, la

    ciencia se relacionaba con los ideales sociales y democrticos de las

    revoluciones polticas francesa y norteamericana y se profundizaba su

    profesionalizacin e institucionalizacin para dar sustento a los cambios. Lo

    ms comn era considerar a la ciencia como el campo de la investigacin

    desinteresada, imparcial y objetiva de la verdad. El conocimiento obtenido

    poda considerarse fiable, ajeno a intereses, presiones e influencias externas,

    por encima de ideologas; la ciencia estaba dispuesta adems a colaborar para

    que la humanidad resolviera cualquier problema.

    Esta percepcin optimista comienza a revertirse entrado el siglo XX.

    Particularmente luego de la segunda guerra mundial esa imagen se vuelve

    insostenible ante la evidencia de las aplicaciones militares y polticas de la CyT.

    R. Oppenheimer, el fsico norteamericano considerado el padre de la bomba

    atmica, dira que los cientficos perdieron la inocencia y el derecho a la

    neutralidad. Quizs el desarrollo de la energa atmica y la utilizacin de las

    bombas representa el hito ms utilizado para marcar un antes y un despus en

    la visin, interna y externa, de la ciencia. Desde entonces, movimientos

    sociales organizados y tambin la propia comunidad cientfica comenzaron a

    reclamar otro papel para la ciencia en relacin a la sociedad. Se pona en

    evidencia a escala global que el crecimiento autnomo de la CyT, sus malas

  • 32

    aplicaciones (esa inocencia perdida de Oppenheimer) y su condicionamiento

    nada despreciable del poder (Snchez Ron, 2007), estaba provocando

    consecuencias indeseables para la sociedad y el ambiente.

    La reaccin social y acadmica fue variada y vasta: ecologismos, pacifismos,

    tecnofobias, denunciaron el deterioro ambiental y de la salud humana, y

    diversas formas de relativismos comenzaron a cuestionar desde la academia

    los valores de verdad y objetividad de la ciencia. Fue el origen tambin de

    enfoques ms amplios sobre cmo estudiar a la ciencia en accin de forma

    socialmente contextualizada, tanto para entender su desarrollo como sus

    consecuencias y su relacin con la sociedad. Es en este escenario donde nacen

    los estudios Ciencia Tecnologa Sociedad (CTS) que trataremos en este captulo

    y que constituyen el marco de esta tesis.

    La ciencia, ante la sociedad, tiene adems de su cara oscura (tanto por el

    desconocimiento sobre sus conceptos, reglas y desarrollos, como por sus

    impactos negativos), una cara amable e imprescindible relacionada con el

    bienestar y la salud, el desarrollo cultural y econmico, y con la posibilidad de

    contrarrestar o reparar los efectos perjudiciales de los desarrollos tecnolgicos.

    Quizs una mezcla de confianza y temor, respeto y admiracin, sea el

    sentimiento que predomine al da de hoy. H. Collins & T. Pinch (1993)

    comparan a la CyT con el Golem, una criatura que no es buena ni mala, que

    puede trabajar al servicio de la sociedad pero que un sbado cualquiera puede

    descontrolarse y destruirla. Los organismos genticamente modificados

    (OGMs) se presentan por ejemplo tanto como una amenaza como una

    salvacin; las tecnologas de la informacin y comunicacin (TICs) como

    democratizadoras de la informacin y el conocimiento, pero tambin como una

    amenaza a la privacidad de nuevas formas de autoritarismo; los

    biocombustibles como una solucin energticamente sostenible pero a su vez

    como una amenaza a la diversidad socio-ambiental. Buena parte del debate

    poltico, de amplias repercusiones sociales, se centra en estos temas

  • 33

    relacionados al ambiente, los modelos de desarrollo, y las innovaciones

    tecnolgicas.

    A pesar de esta presencia preponderante y definitoria de la CyT en el mundo

    actual, son evidentes las dificultades para definirla. Los alumnos de varias

    generaciones del curso de Evolucin de las Ideas Cientficas que se imparte en

    mi Universidad (Universidad de la Repblica en Uruguay) preguntan: qu

    importancia tiene definir a la ciencia? En el siglo XX se ha intentado contestar

    apelando a la necesidad de demarcar lo que es ciencia (y legitimar sus

    conocimientos) de lo que no (desecharlos). Pero tambin depender de su

    definicin, o ms ampliamente hablando de su concepcin, lo que sea

    esperable o deseable que realice, la autoridad que tenga para hacerlo, cmo se

    vincule con la sociedad, cmo se relacionen los expertos de la ciencia con los

    legos, lo que sea esperable que la gente sepa de ciencia, como influya o se deje

    influir por otros tipos de conocimiento, quin la regule, financie y controle,

    quin mida y decida sobre sus consecuencias, etc. Ambiguamente, la ciencia es

    parte de una sociedad y a su vez muchas veces est apartada de ella por la

    barrera que ha separado histricamente al conocimiento experto del

    conocimiento popular o sentido comn.

    Por qu la ciencia tendra derecho a la neutralidad? Cmo incide y debe

    incidir la opinin pblica en las polticas CyT? Cul es la visin de ciencia que

    tiene la propia ciencia y la que tiene la sociedad? Cmo se vinculan? A partir

    de preguntas de este tipo el presente captulo plantea una presentacin general

    sobre las concepciones de ciencia en el siglo XX y particularmente el

    surgimiento y objeto de los estudios CTS.

    1.1. Visin tradicional de la ciencia

    En el siglo XIX uno de los motivos principales de la filosofa era proponer una

    filosofa positiva que unificara a la ciencia como forma de conocimiento que

  • 34

    se demostraba superior por objetiva, verificable y til. Se trataba de combatir

    los peligros de los rebrotes del irracionalismo y los motivos poco ilustrados

    del Romanticismo. As surge el Positivismo, de la mano principalmente del

    francs A. Comte, que consideraba que la ciencia y la tecnologa (como

    aplicacin de la ciencia) eran el resultado de una evolucin epistmica cuyos

    orgenes estaban en la filosofa y sus explicaciones racionales, pero que ha

    debido superar esa etapa con la incorporacin de mtodos experimentales

    verificadores (Geymonat, 1985). Los datos experimentales sumados a una

    racionalidad lgico-matemtica se consideraron la clave de un mtodo

    cientfico que proporciona garantas al conocimiento.

    El positivismo inspir a la Filosofa de la Ciencia de los dos primeros tercios

    del siglo XX a travs de la herencia del Positivismo Lgico del Crculo de Viena

    (Empirismo Lgico ms tarde).

    El Crculo de Viena se constituy en 1922 cuando el filsofo y fsico M. Schlick,

    catedrtico de Filosofa de las Ciencias Inductivas de la Universidad de

    Viena, cre un grupo de discusin en torno a problemas epistemolgicos con

    el apoyo e incentivo de jvenes fsicos, matemticos y filsofos que se reunan

    en un caf de Viena (entre otros: P. Frank, H. Feigl, H. Hahn, O. Neurath). Sus

    propsitos eran seguir y profundizar los caminos abiertos por el positivismo: la

    defensa del empirismo, el rechazo a la metafsica (entendida como cualquier

    especulacin que no pueda ser verificada) y la intencin de unificar a la ciencia

    en su lenguaje y su mtodo. Esta filosofa cientfica buscaba combatir a las

    metafsicas reinantes en los pases germanos como la Naturphilosophie y sus

    especulaciones orgnicas sobre la naturaleza y la ciencia.

    Se unieron posteriormente el fsico alemn R. Carnap y el lgico y matemtico

    K. Gdel, y surgieron nuevos grupos asociados al Crculo, como el de Berln, en

    torno a H. Reichenbach. En 1926 se crea la Sociedad E. Mach formada por este

    grupo de pensadores y con la publicacin de su manifiesto terico Manifiesto

  • 35

    del Crculo de Viena (1929) dirigido a un pblico general, el Crculo adopta

    ese nombre adquiriendo estatus de escuela de pensamiento.

    Los cientficos y filsofos del Crculo adems de desarrollar los instrumentos

    del empirismo moderno, intentaban difundir su visin cientfica del mundo no

    slo dentro de mbitos acadmicos sino para la sociedad en su conjunto. Sus

    numerosas publicaciones en la revista Erkenntnis (bajo la direccin de Carnap

    y Reichenbach) que posteriormente se transformara en el Journal of Unified

    Science, los fueron colocando en el centro de la filosofa de la ciencia mundial.

    En 1938, luego del asesinato de Schlick por un estudiante nazi, el grupo se

    disolvi y muchos de sus miembros emigraron a Estados Unidos en donde

    fueron calurosamente acogidos por los tericos del pragmatismo. All se

    comenz a publicar la International Enciclopedia of Unified Science

    (Enciclopedia Universal de la Ciencia Unificada). De los principales escritos de

    sus miembros (recopilacin en Ayer 1965, Echeverra 1989) se desprende que:

    La unidad de la ciencia debe buscarse en el mtodo: inductivo-deductivo, y en el lenguaje: el de la fsica.

    La lgica de la ciencia prescinde del contexto social, histrico o sociolgico.

    La ciencia es un todo continuo, desde la fsica a la sociologa, basado en hechos y leyes que permiten predicciones. Esa es la funcin prctica de

    la ciencia.

    El progreso de la ciencia se basa en el avance en la exactitud y sobre todo en la reduccin de los problemas.

    La verificabilidad es el criterio cientfico por excelencia (posteriormente la contrastabilidad).

    La metafsica debe descartarse (entendida como especulacin que no puede verificarse).

    La ciencia debe transformar a la sociedad en una ms racional y justa polticamente.

  • 36

    Esta imagen y concepcin de ciencia se conoce como la Concepcin Heredada

    de la Ciencia (Putnam, 1962; en Putnam 1989) de gran influencia hasta, por lo

    menos, la dcada del 60. El desarrollo cientfico es, segn esta concepcin, un

    proceso regulado por cdigos de racionalidad basados en la lgica inductiva y

    los procesos empricos de confirmacin. Formular y afinar este mtodo en

    relacin con el ideal cientfico de acercamiento progresivo y acumulativo hacia

    la verdad, se convirti en el eje de la reflexin profesional sobre la ciencia. Este

    proceso se regula bajo normas autnomas que nada tiene que ver con el

    exterior (posibles factores no epistmicos de carcter social, poltico o

    sicolgico). Cuando los factores epistmicos (lgica y experiencia) son

    insuficientes para dirimir una cuestin, algunos procedimientos

    metacientficos pueden auxiliar a la razn, como el poder predictivo, el

    principio de parsimonia o simplicidad, o el poder explicativo (Gonzlez Garca

    et al. 1996).

    En base a la propuesta de Reichenbach (1938) de considerar como mbitos

    diferentes al contexto en el cual se genera y propone una idea cientfica

    (contexto de descubrimiento), y al contexto en el que la idea se expone y

    justifica (contexto de justificacin), disciplinas como la historia, la sociologa o

    la sicologa slo competeran al contexto de descubrimiento. El contexto de

    justificacin queda reservado a la epistemologa y es la base de la eficacia del

    mtodo cientfico.

    La tecnologa, vista tradicionalmente como ciencia aplicada, es la que se

    vincula al mundo social. La lgica que las relaciona es una lgica

    unidireccional; la buena ciencia bsica, motivada por la bsqueda de la verdad,

    conduce ms tarde o ms temprano al desarrollo de nuevas tecnologas que se

    vinculan directamente con el desarrollo econmico y el progreso social. Esta

    visin de la ciencia, y, visin cientfica del mundo, conlleva a una separacin

    entre el mbito de lo que es (las verdades propias de la ciencia e inspiradoras

    de la tecnologa) y el mbito de lo que debe ser (los valores propios de

  • 37

    discursos filosficos o religiosos). En esta concepcin, la sociedad es un mbito

    alejado de la ciencia pero su desarrollo depender, eso s, del desarrollo de la

    CyT. En la sociedad recae la responsabilidad del uso del conocimiento

    cientfico y de los artefactos tecnolgicos. Esta imagen sostiene y conlleva la

    neutralidad valorativa asumida por la ciencia, y tambin su autonoma.

    En base a esta imagen de la actividad cientfica como actividad que descubre la

    naturaleza de la realidad sin margen casi para la duda, se han mantenido y

    legitimado estilos polticos (de la propia ciencia, y de los estados) que excluyen

    a los ciudadanos de los procesos deliberativos en torno a la CyT, y que se

    basan, en el mejor de los casos, en el conocimiento experto. Esta forma poltica

    ha sido llamada de tecnocracia (Roszak, 1968/1970) y una de sus

    caractersticas descriptivas es que las necesidades del ser humano competen a

    algn tipo de anlisis formal que puede ser realizado por especialistas. Si un

    problema no tiene una solucin tcnica no debe ser un problema real es la

    sntesis de esta concepcin. Esta tendencia tambin ha sido caracterizada

    como cientificismo.

    Un ejemplo de este espritu lo constituye el artculo La Repblica de la Ciencia

    de M. Polanyi (qumico miembro de la Royal Society de Londres) en la revista

    Minerva (1962) en la que defenda que mientras que cada cientfico siga

    haciendo el mejor aporte del que es capaz podemos afirmar que el avance de la

    ciencia por iniciativas independientes auto-coordinadas garantiza la

    organizacin ms eficaz posible del progreso cientfico (pg. 56). El cuerpo

    editorial de Minerva estaba integrado entre otros por R. Oppenheimer, A.

    Salam y T. Kuhn. Cabe destacar que esta independencia del control social de la

    ciencia se dirige a la interna de la ciencia (su proceder) y a la externa (polticas

    de financiamiento). En este marco es importante convencer al pblico de la

    importancia del modelo lineal que conduce desde la ciencia bsica al desarrollo

    econmico y social, y tener gran autoridad frente a la sociedad.

  • 38

    Aproximadamente en esa poca, C.P. Snow, escritor y cientfico de formacin,

    brindaba en 1959 una conferencia que tendra mucha proyeccin y en la que

    denunciaba, como deformacin de la cultura de la poca, la existencia de dos

    culturas, dos ambientes intelectuales crecientemente escindidos e

    incomunicados entre s. Estas dos culturas eran la cultura tradicional de las

    letras y la cultura de la ciencia; el problema para Snow era del sistema

    educativo, que alimentando esa alienacin, dificultaba la posibilidad de asumir

    y evaluar las transformaciones CyT y sus impactos en la sociedad. El acceso al

    bienestar pasaba para el autor por incorporarse al sendero de los avances en

    CyT (Snow, 1964) y en ese sentido, los pases pobres deberan incorporarse a la

    revolucin cientfica como proceso inevitable. De Solla Price (1973)

    pronosticaba que a finales del siglo XX habra una homogenizacin en el

    desarrollo CyT y cuanto ms tarde se incorporasen los pases a ese camino,

    ms rpido llegaran a ese estado de desarrollo, por lo que China, India o

    frica lo alcanzaran casi simultneamente con los pases cientficamente mas

    antiguos como los europeos.

    Para la poca, la imagen de la ciencia y las formulaciones del empirismo lgico

    an representaban la lucha contra los dogmatismos y la opresin social, el

    racismo, el fascismo y el irracionalismo. La ciencia, ampliamente entendida

    (unificada), debera hacer un esfuerzo para combatirlos. Las verdades

    cientficas obtenidas gracias a un mtodo riguroso redundaran adems,

    mediante la aplicacin tecnolgica, en riqueza y bienestar social. Todo esto

    estaba fundado desde el punto de vista epistemolgico en la autonoma de la

    CyT en cuanto a determinantes sociales, establecida por la visin tradicional.

    1.2. Los aos 60 y la crisis de la Ciencia y la Tecnologa

    Ante la segunda guerra mundial, y ante la situacin de deterioro ambiental que

    comenzaba a evidenciarse a escala global, la crisis de confianza en la CyT

    mencionada anteriormente dispar varios cuestionamientos. Desde el punto

  • 39

    de vista econmico, por ejemplo, por qu la repblica de algunos debe ser

    financiada por la repblica de todos, y ms an cuando su funcin social

    resulta al menos dudosa. Se comenz a cuestionar que el desarrollo de la

    ciencia equivaliera al progreso, se destaparon problemas ticos relacionados a

    las prcticas cientficas, se puso en evidencia la funcin ideolgica y de control

    social de algunas teoras, y la dependencia econmica y tecnolgica a la que

    somete la CyT a los pases menos desarrollados. Cmo poda seguir

    considerndose a la ciencia como la abanderada de la neutralidad poltica y

    social? La respuesta, siguiendo la tradicin heredada, poda seguir apelando a

    la separacin entre el mbito del conocimiento y el mbito de sus aplicaciones

    dependiente de la sociedad? Este es un campo de reflexin que se abra y que,

    aunque va ms all de la epistemologa o la filosofa, ha contribuido con estas

    disciplinas. Son varios los flancos que se entrelazan en este momento de crisis,

    cambio y reaccin, para convertirse, en conjunto, en un cuestionamiento

    importante sobre la CyT que conducira a nuevas propuestas para su anlisis y

    comprensin. Trataremos los dos principales, el flanco acadmico y el social,

    ya que los dems, por ejemplo el poltico-administrativo o el educativo, puede

    considerarse que fueron estimulados por stos.

    1.2.1. EL FLANCO ACADMICO

    A pesar de guiarnos por estas fechas (la dcada del 60) para marcar un antes y

    despus de la visin social de la ciencia, se pueden encontrar fracturas de la

    concepcin heredada de la ciencia, y del optimismo, desde temprano el siglo

    XX y principalmente desde la academia.

    Una crisis interna de la ciencia se dispar en las dos primeras dcadas del siglo

    XX con la teora de la relatividad de Einstein que puso en tela de juicio el

    edificio fsico que haba construido la fsica newtoniana (Snchez Ron, 1981).

    Por otra parte desde la matemtica se subrayaba tambin el carcter

    convencional de los axiomas matemticos; no pareca por tanto existir un

  • 40

    sistema de referencia nico. El concepto de desarrollo cientfico como

    acumulacin de conocimiento (como corresponde a verdades absolutas) se

    tambaleaba, y conjuntamente con el desarrollo de nuevas especializaciones y

    disciplinas, principalmente desde la biologa y ecologa (distintos lenguajes?,

    distintos mtodos?, renuncia a la predictibilidad?) se dio pie a nuevas

    agendas para la filosofa de la ciencia. Si las teoras tienen distintos principios,

    son confrontables entre s?, qu criterios sealan a una mejor que a otra?

    Representaban desafos que amenazaban el esencialismo propio de la

    concepcin heredada de ciencia.

    Desde la filosofa de la ciencia as a cuestionarse el empirismo lgico y la visin

    tradicional del mtodo cientfico. El inductivismo, propuesto como piedra

    angular del mtodo cientfico por el empirismo lgico, tena al menos dos

    siglos de controversias a su espalda. Al problema de Hume, el que ningn

    numero finito de enunciados singulares puede justificar de forma concluyente

    un enunciado universal, se le sum la crtica de Popper (1934/1959) a la

    induccin y a la verificacin como criterio de cientificidad. Su mtodo de

    conjeturas y refutaciones (Popper, 1963) haca hincapi en que la unidad del

    mtodo cientfico era la posibilidad de falsear las hiptesis, por lo que las

    ciencias autnticas son las que no pretenden verdades irrefutables sino saberes

    falsificables. Si son formuladas de forma de no poder ser falsificadas entonces

    no son una teora cientfica, como no lo son el sicoanlisis y el marxismo segn

    este autor.

    A pesar de que el enfoque crtico que realiza Popper a la interna de las

    consideraciones metodolgicas sobre la ciencia puede considerarse

    fundamental y rupturista con respecto al positivismo lgico, generalmente se

    considera que la crisis de las concepciones positivistas fue principalmente

    disparada por la obra del historiador de la ciencia T. Kuhn. La primera versin

    de La estructura de las Revoluciones Cientficas (1962) fue paradjicamente

    publicada en la Enciclopedia de la Ciencia Unificada. Aparecen en su obra

  • 41

    conceptos sociales y factores no epistmicos relacionados con el procedimiento

    y la propia estructura cognitiva de la ciencia.

    Kuhn afirma que la ciencia no se desarrolla mediante acumulacin de

    descubrimientos individuales sino gracias a la accin colectiva de las

    comunidades cientficas en base a sus mtodos, creencias, conceptos y valores

    compartidos (sus paradigmas). Luego de perodos de ciencia normal en los

    que la comunidad cientfica trabaja bajo el amparo, asunciones, y esquemas de

    un modelo o paradigma, ocurren breves episodios de revoluciones cientficas

    en las que se cuestiona el paradigma reinante y se establece otro en base a

    otros conceptos y otro lenguaje que lo hace incompatible con el anterior. El

    ejemplo proverbial es el cambio de la fsica clsica newtoniana por la fsica

    cuntica/relativista.

    Bajo esta concepcin, la razn (lgica y experiencia) es insuficiente para

    explicar la produccin, mantenimiento, y cambio de las teoras cientficas; hay

    que apelar a la dimensin social de la ciencia (Barnes, 1982, para una revisin

    de la obra de Kuhn). Los productos de la actividad cientfica, los

    conocimientos, se vuelven as un fenmeno susceptible de anlisis emprico

    por lo que se abre la posibilidad de estudiar socialmente el conocimiento en lo

    que refiere a su contexto de justificacin. Mas tarde se considerara como una

    forma de naturalizar desde la sociologa el estudio del conocimiento, a la que

    se le sumaran otras formas de naturalizar al estudio del conocimiento

    cientfico desde la biologa y la teora de la evolucin por ejemplo (Callebaut,

    1993).

    A partir de ese momento se desatan numerosas crticas a las posturas

    positivistas tanto en los filsofos e historiadores de la ciencia (Lakatos,

    Laudan, Feyerabend) como en los promotores de la sociologa del

    conocimiento cientfico (Barnes, Bloor) (Echeverra, 1989). Se considera que

    Kuhn provoc en la filosofa una toma de conciencia sobre la dimensin social

  • 42

    y la raz histrica de la ciencia, adems de inaugurar un estilo interdisciplinar

    que difumin las fronteras tradicionales entre especialidades acadmicas,

    preparando el terreno para los estudios CTS (Gonzlez Garca et al. 1996).

    Una de las consecuencias de la recepcin del trabajo de Kuhn fue el desarrollo

    de posturas relativistas que establecen el carcter convencional de las

    afirmaciones de conocimiento con respecto a un contexto cultural

    determinado. Se postula la necesidad de contextualizar los modelos de

    justificacin desde el punto de vista disciplinar, histrico y social. En su

    versin dbil los relativismos no consideran arbitrario al conocimiento

    alcanzado, pero s en su versin fuerte en la que los juicios convencionales son

    por ello arbitrarios en relacin a posibles virtudes cognitivas, por lo que se

    niega la posibilidad de justificacin local (Latour & Woolgar, 1979/1986).

    Feyerabend, el filsofo de la ciencia austraco que propuso el anarquismo

    epistemolgico, consideraba que todo vale en cuestin de mtodo para

    alcanzar el conocimiento. Segn l, no existen condiciones restrictivas

    permanentes en la investigacin y por lo tanto sus resultados no son racionales

    en el sentido de tales condiciones restrictivas (Feyerabend, 1987). Esto no

    implica que considerase que el conocimiento alcanzado fuera arbitrario como

    postulan los relativismos fuertes. Para Feyerabend no hay algo nico dentro

    del concepto ciencia, ni un mtodo que la identifique, por lo que no se puede

    hablar de autoridad de la ciencia. Considera que los argumentos a favor del

    racionalismo cientfico occidental tienen que ver con valores que puedan

    quizs preferirse: eficiencia, dominio de la naturaleza, comprensin en

    trminos de ideas abstractas, pero que no son nicos, existen otros valores que

    no se suelen tomar en cuenta ya que la ciencia los desacredita.

    Todos estos son signos del declive del empirismo lgico. La reflexin sobre la

    ciencia se evade del dominio de la filosofa de la ciencia (y pierde inters la

    indagacin en fundamentos lgicos de la ciencia), subrayndose el carcter

  • 43

    cultural y social de la ciencia.

    1.2.2. EL FLANCO SOCIAL

    En los aos 60 surgen una serie de movimientos sociales que vinculan su

    crtica y protesta con la CyT, su vinculacin con el dao ambiental y sus

    aplicaciones para la guerra (particularmente la guerra de Vietnam). El mayo

    del 68 es un reflejo de la explosin mundial de las reacciones sociales contra el

    sistema, con gran visibilidad en Francia y en Estados Unidos.

    Hippies, pacifistas, ecologistas, movimientos anti-industrializacin,

    Greenpeace, los Beatles. Estos aos marcan el nacimiento de la

    contracultura, ttulo de la obra de T. Roszak (1968/1970) que denuncia el

    espritu tecnocrtico y sus valores como la bsqueda de la verdad, la conquista

    de la naturaleza, la sociedad de la abundancia y la razn, y centra su esperanza

    en los movimientos juveniles de denuncia. La CyT, al igual que el Golem,

    podan salirse de control (tambin conocido como sndrome de Frankestein).

    Si estamos tan locos como para conceder que los expertos son

    aquellos cuyo papel viene legitimado por el hecho de que el sistema

    tecnocrtico los necesita para no romperse en pedazos, entonces,

    desde luego, el status quo tecnocrtico genera su propia justificacin

    interna: la tecnocracia queda legitimada porque goza de la

    aprobacin de los expertos; y los expertos son legitimados porque no

    podra haber tecnocracia sin ellos. (Roszak, 1968, pg. 223).

    El libro de R. Carson La primavera Silenciosa (1962) tuvo un papel

    fundamental en el contexto de la reaccin social ante la CyT, denunciando los

    usos negativos de la tecnologa y cuestionando la neutralidad poltica, social y

    econmica de la ciencia. Proveniente de la propia ciencia (ella era biloga

  • 44

    marina), sirvi de motivacin y gua para los movimientos sociales

    ambientalistas. Carson denunciaba el advenimiento de una primavera sin el

    canto de los pjaros debido al perjuicio sobre la salud humana y ambiental que

    estaba causando el uso indiscriminado de agroqumicos. La ecologa y el

    pensamiento ecosistmico no reduccionista, la epidemiologa, la climatologa,

    iban a aportar no slo conocimientos generales al edificio, tambaleante?, de la

    ciencia, sino datos y evidencias que apoyaran las denuncias socio-ambientales.

    La Primavera Silenciosa cumple, segn Mitcham (2003), para la reaccin

    social ante los desarrollos autnomos de la CyT, un rol parecido al que tuvo La

    estructura de las Revoluciones Cientficas de Kuhn (1962) para la respuesta

    acadmica. Ambos se constituiran en ejes fundamentales del nacimiento de

    los estudios CTS.

    Tambin desde la academia se produjeron reacciones sociales ante el

    cientificismo y la tecnocracia. Por ejemplo, grupos de cientficos de izquierda

    se organizaron a finales de la dcada del 60 en Estados Unidos e Inglaterra.

    Science for the people en Estados Unidos y la British Society for the Social

    Responsability in Science en Inglaterra, adems de denunciar los abusos de la

    CyT en relacin a la industria militar y a la contaminacin, criticaron el

    elitismo y los distintos determinismos de la investigacin cientfica (Rose &

    Rose, 1980). La crtica del bilogo evolucionista R. Lewontin (ej. Lewontin et

    al. 1987) hacia la sociobiologa y su supuesto de determinacin gentica de la

    conducta humana son un ejemplo de este espritu.

    Tras la segunda guerra se haba plasmado la teora de la modernizacin: todas

    las sociedades pasan por etapas de desarrollo ligadas a la sofisticacin

    tecnolgica e integracin social hasta alcanzar la prosperidad material y el

    modo de vida alcanzado en Europa y Estados Unidos, cosa que pronosticaban

    se lograra a finales del XX (Rostow, 1960). En contra de esa perspectiva, otros

    autores subrayaban los costos del desarrollo tecnolgico para el ambiente, la

  • 45

    sociedad y el individuo. Centrarse en una tecnologa que se autojustifica puede

    absorber la energa humana hacia proyectos militaristas, produccin reglada,

    consumismo hueco y propaganda de masas, denunciaba J. Ellul (1964). Otro

    grupo destacable es el defensor de tecnologas alternativas (Dickson, 1985)

    relacionado con el uso de tecnologas no agresivas con el ambiente, y ms

    democrticas (participacin en sus desarrollos de los potenciales usuarios),

    basados en una nueva forma de relacionamiento entre la tecnologa y la

    sociedad.

    1.3. Los estudios CTS, orgenes, tradiciones y enfoques

    Las ltimas dcadas del siglo XX mostraron la crisis de la visin tradicional de

    la CyT como entidades aisladas de las controversias sociales. La reaccin

    acadmica que termin con la hegemona del empirismo lgico en filosofa de

    la ciencia, y la reaccin social crtica al cientificismo y a la tecnocracia,

    convergen en los planteos de los estudios CTS. Actualmente es un rea

    consolidada, de carcter interdisciplinar, en la que confluyen la filosofa, la

    historia y sociologa de la ciencia, las ciencias polticas y la economa, y a la que

    acuden tambin las ciencias naturales y exactas en bsqueda de enfoques

    socialmente situados. La dimensin social de la CyT tanto en sus antecedentes

    y condicionantes como en sus consecuencias sociales y ambientales es el objeto

    ms general del campo. La CyT no se entienden como procesos autnomos que

    siguen solamente una lgica interna gracias a un mtodo universal que

    garantiza su objetividad, sino como procesos sociales en los que los elementos

    no epistmicos desempean un papel importante en la gnesis y consolidacin

    de sus productos.

    Se han identificado dos tradiciones de estudios sociales de la CyT, originadas

    en Europa y Estados Unidos, aunque actualmente se practican sin distincin

    geogrfica y sus lmites se han ido difuminando (Gonzlez Garca et al. 1996).

    La tradicin europea se identifica con el acrnimo STS de Science and

  • 46

    Technology Studies destacndose su carcter terico y descriptivo con base en

    argumentos relativistas. El acrnimo suele ser STS tambin para la tradicin

    norteamericana, pero correspondiente a Science Technology and Society, y su

    carcter es ms prctico y normativo. La tradicin europea est representada

    por autores que se abocan al desarrollo acadmico del tema mediante enfoques

    rigurosos de las ciencias sociales (B. Barnes, D. Bloor, B. Latour, S. Jasanoff),

    mientras que la tradicin norteamericana, con autores ms prximos a

    disciplinas humansticas y criterios ms interdisciplinarios, tienen un carcter

    ms activista y un alto grado de compromiso social, desarrollando reflexiones

    crticas de carcter ms filosfico (C. Mitcham, K. Shrader-Frechette, L.

    Winner) (Fuller, 1992).

    Cada enfoque, adems de interpretar de forma diferente el significado de STS,

    se comunica y organiza por diferentes vas. Los ms identificados con la

    tradicin europea, muchos de ellos miembros de la Society for Social Studies

    of Science (4S), publican en el boletn de las 4S, Technocience, y en su revista

    Science, Technology & Human Values o la Social Studies of Science. Por parte

    de los ms afines a la tradicin norteamericana, se relacionan con la Society

    for Philosophy and Technology o la National Association for Science

    Technology and Society y suelen publicar en sus boletines o revistas como

    Technology in Society.

    El uso del acrnimo CTS en castellano: ciencia tecnologa y sociedad,

    comprende a las dos tradiciones (Gonzlez Garca et al. 1996).

    1.3.1. TRADICIN EUROPEA

    La tradicin europea coincide con lo que Fuller (1992) llam irnicamente de

    Alta Iglesia, centrada en el estudio de los determinantes histricos y sociales

    que condicionan al desarrollo CyT.

  • 47

    Algunos autores consideran que, de alguna forma, esta tradicin ha seguido la

    senda de la historia social de la ciencia de Bernal (Martn Gordillo & Lpez

    Cerezo, 2000). J.D. Bernal con su libro La funcin social de la ciencia (1939)

    marcaba una de las primeras discusiones pblicas sobre la funcin de la

    ciencia. Convencido del papel benefactor de la CyT para las sociedades, no

    crea sin embargo que el capitalismo pudiera utilizar racional y

    equitativamente sus potencialidades. Tambin en ese camino de advertencia

    sobre el capitalismo y el deterioro que produce en las sociedades, A. Einstein

    en un artculo para el primer nmero de la revista de izquierda Monthly

    Review de Nueva York , titulado Por qu el Socialismo? (1949), sealaba:

    No debemos sobrestimar a la ciencia y al mtodo cientfico cuando

    de lo que se trata es de problemas humanos; y no debemos asumir

    que los expertos son los nicos que tienen el derecho a expresarse

    sobre los temas que afectan la organizacin de la sociedad.

    El surgimiento de esta tradicin europea de estudios sociales de la ciencia tiene

    como motivacin la ampliacin y renovacin de los contenidos de la sociologa

    de la ciencia clsica que haba rechazado la posibilidad de aplicar el anlisis

    sociolgico al propio conocimiento cientfico y su contexto de justificacin. Las

    investigaciones sobre la ciencia como sistema social giraban en torno al trabajo

    de Solla Price (1963), y en torno al influyente trabajo del socilogo R. Merton

    (1973) que se centraba principalmente en la comunidad cientfica, sus cdigos

    y sus aspectos institucionales. Esa mirada disciplinar, y disciplinada segn sus

    crticos, no se alej de la visin heredada de la ciencia que inhiba la

    consideracin social del mbito cognitivo y su naturaleza lgica. O sea, la

    sociologa poda ocuparse slo del contexto de descubrimiento.

    A pesar del inters en prestar atencin a la imbricacin entre Ciencia,

    Tecnologa y Sociedad de autores como Bernal (1939), Merton (1939) y Snow

    (1964), esta visin sociolgica segua concibiendo a la ciencia como un sistema

  • 48

    autnomo gobernado normativamente, en lo que se llama la versin

    internalista de la sociologa (Rose, 1975), que no se entromete con el

    conocimiento cientfico en s. La CyT deban ser las principales fuentes de

    autoridad en la sociedad ante el convencimiento de su gran poder de desarrollo

    econmico y social.

    La tradicin internalista fue duramente criticada por planteos que consideran

    que tanto artefactos como conocimientos cientficos no pueden ser entendidos

    sin la referencia a su contexto social correspondiente (Barnes, et al. 1996;

    Collins & Pinch, 1993; Winner, 1986).

    En la dcada del 70, luego de la obra e influencia de Kuhn, haba surgido un

    programa radical de relativizacin de la ciencia, Sociology of Scientific

    Knowledge (SSK), ya dirigido a estudiar la naturaleza social del propio

    conocimiento cientfico, esfera reservada en la visin tradicional a factores

    exclusivamente epistmicos. Dentro de los estudios SSK se encuentran los

    estudios etnogrficos de las prcticas de laboratorio a micro-escala, anlisis de

    los discursos y la retrica cientfica, nuevos enfoques en sociologa de la

    tecnologa con nfasis en sistemas socio-tecnolgicos, o la teora de red de

    actores (Echeverra, 1989).

    Los estudios dirigidos a estudiar la naturaleza social del propio conocimiento

    cientfico pueden ubicarse tempranamente en la Universidad de Edimburgo en

    la que B. Barnes emprende la crtica a la imagen racionalista tradicional para

    relativizar, contextualizar y hacer hincapi en el carcter convencional de las

    afirmaciones del conocimiento cientfico (Barnes, 1974). La fundamentacin

    programtica de la SSK tuvo en el programa fuerte de D. Bloor (1976, pg. 7)

    sus bases. La sociologa de la ciencia debera ser:

    Causal. Esto es, debera sentirse concernida por las condiciones que suscitan creencias o estados de conocimiento. Naturalmente, habr otros

  • 49

    tipos de causas, aparte de las sociales, que cooperarn a la hora de

    suscitar creencias.

    Imparcial con respecto a la verdad y a la falsedad, la racionalidad o la irracionalidad, el xito o el fracaso. Los dos lados de estas dicotomas

    requerirn explicacin.

    Simtrica en sus estilos de explicacin. Los mismos tipos de causas deberan explicar las creencias verdaderas y las falsas.

    Reflexiva. En principio, sus patrones de explicacin deberan tener que ser aplicados a la propia sociologa. Al igual que el requisito de simetra,

    esto es una respuesta a la necesidad de buscar explicaciones generales.

    Es un requisito de base obvio porque de otro modo la sociologa sera

    una clara refutacin de sus propias teoras.

    Este programa fue criticado por filsofos de la ciencia y tambin desde el

    propio campo CTS, sobre todo por lo que respecta al postulado de simetra.

    Con la reivindicacin de los estudios empricos sobre el conocimiento

    cientfico, y la consiguiente negacin de la epistemologa tradicional, la

    sociologa sera la nica en poder explicar adecuadamente al mundo cientfico

    (Lpez Cerezo et al. 1994). Desde el programa fuerte se han desarrollado

    diversos estudios de momentos relevantes para la historia de la ciencia a partir

    de sus principios explicativos (ej. Bloor, 1976; Barnes, 1974). Un programa

    prctico de aplicacin de las propuestas de Edimburgo lo constituye el

    desarrollado en la Universidad de Bath (UK). El EPOR (Empirical Programme

    of Relativism) (Bijker et al. 1987) se centr en el estudio de desarrollos CyT

    contemporneos, especialmente en las controversias cientficas.

    Estos programas forman parte de lo que se llama el enfoque del

    Constructivismo Social. El enfoque de Edimburgo representa una escala

    macrosocial que explora las relaciones causales entre el conocimiento y los

    factores sociales, mientras que le escuela de Bath representa un enfoque ms

    microsocial que apunta a analizar las negociaciones y disputas entre cientficos

  • 50

    que ponen fin a las controversias (Gonzlez Garca et al. 1996).

    Desde la sociologa de la ciencia se produjeron escisiones del programa fuerte

    como la de los etnometodlogos que defendieron no slo el relativismo

    epistemolgico sino el ontolgico. Los contenidos y los hechos cientficos no

    slo estn condicionados por factores sociales sino que se constituyen a travs

    de fenmenos microsociales que tienen lugar en los laboratorios. Como

    antroplogos culturales tomaron de asalto a los laboratorios cientficos y los

    transformaron en su lugar de estudio de la ciencia pero sin nimos explicativos

    o socialmente contextualizadores, slo descriptivos. El libro de B. Latour y S.

    Woolgar, Laboratory Life (1979/1986), es quizs el ms representativo de esta

    corriente que intenta describir lo que ocurre dentro del propio mundo

    cientfico.

    Dos de los puntos del programa fuerte marcan el camino de nuevas

    direcciones, ms radicalmente relativistas, de la sociologa del conocimiento

    cientfico y especialmente de los estudios de laboratorio. La reflexividad, a

    travs del anlisis del discurso cientfico y el intento de desvelar su retrica

    (Woolgar, 1988), y la simetra, por parte de la teora de la red de actores que

    denunciaba la asimetra de las prcticas de los socilogos del conocimiento (la

    consideracin de simetras como naturaleza/sociedad, actores humanos/no

    humanos). Se define a la ciencia como una red cuyos nodos estn formados por

    actores humanos y no humanos (instrumentos y objetos tecnolgicos) y

    analizar sus desarrollos debe ser estudiar las luchas de los diferentes actores

    para imponer su definicin del problema a resolver (Latour, 1987; Callon,

    1987).

    Estas lneas han sido criticadas desde los estudios sociales de la ciencia por su

    esterilidad al renunciar a las explicaciones. Si Latour (1983) proclamaba

    dadme un laboratorio y levantar al mundo, Collins & Yearley (1992) no

    consideran a los estudios de laboratorio como un punto de apoyo seguro sino

  • 51

    un camino a un relativismo conformista y conservador (Gonzlez Garca et al.

    1996).

    1.3.2. TRADICIN NORTEAMERICANA

    La tradicin norteamericana, denominada Baja Iglesia por Fuller (1992),

    estuvo ms implicada en el activismo social de las dcadas del 60 y 70, en la

    contracultura y los movimientos por tecnologas alternativas, ecologismos y

    pacifismos, y se ha ocupado de los aspectos prcticos de los impactos sociales

    de la CyT, y en la adopcin de perspectivas socialmente contextualizadas en la

    educacin en CyT. La dimensin social es abarcada en cuanto atae a las

    consecuencias sociales de la CyT y la forma en que sus productos inciden sobre

    la organizacin social y las formas de vida, y el nfasis est puesto en la

    democratizacin de la CyT.

    Como veamos previamente La primavera silenciosa de R. Carson (1962) fue

    uno de los disparadores de la reflexin para los autores de esta tradicin. Sus

    puntos fuertes son la consideracin del arraigo social y poltico de la CyT, el

    nfasis en la prctica mediante reformas de la educacin, y la evaluacin de las

    tecnologas y las polticas CyT. Esta orientacin predomina tambin en

    Sudamrica (Gonzlez Garca et al. 1996).

    Muchos de los autores relacionados con la tradicin norteamericana fueron

    influidos por las corrientes pragmatistas, fenomenolgicas y existencialistas,

    como la herencia filosfica de Dewey, Marcuse, Ortega, Heidegger, y la crtica a

    la interferencia de la tecnologa en las relaciones entre el ser humano y la

    naturaleza, lo que marca el centro de la reflexin en cuestiones ticas y

    filosficas ms que en empricas o cientficas.

    En la obra de Mitcham (1989) y Gonzlez Garca y colaboradores (1996) se

  • 52

    expone esa influencia con detalle; de la que se puede destacar a J. Ortega y

    Gasset como precursor del anlisis filosfico de la tecnologa, principalmente

    con su obra Meditacin de la Tcnica (1939). Las posibilidades ilimitadas de la

    tecnologa, y la ideologa del progreso asociada, limitan segn el autor la

    capacidad de idear proyectos y tener metas. La tcnica est ligada a lo que

    significa el ser humano a travs de su idea de vida en relacin activa (no slo

    existencial) con sus circunstancias. Mitcham (1994) relaciona esta idea de

    Ortega con lo que dice Dostoyevsky a travs de su personaje Kirilov en Los

    posedos: cuando todo es posible, nada es necesario excepto el suicidio como

    demostracin definitiva de libertad.

    La influencia de la tradicin pragmatista de Dewey tambin se hace notar ya

    que tempranamente subraya que la carga valorativa, inherente de la CyT, no

    debe dejarse en manos de una gestin tecnocrtica de especialistas sino

    mediante una planificacin pluralista (1929). La obra ms sociolgica (y

    pesimista) del francs J. Ellul (1954) tambin tuvo influencia en la tradicin de

    estudios sociales de la ciencia en Estados Unidos. Los seres humanos se han

    vuelto tecnomrficos, condicionados por la civilizacin tecnolgica; Ellul

    defiende una tica del no-poder para que los seres humanos acepten no llevar a

    la prctica todo lo que pueden realizar (en el espritu de Ortega) en bsqueda

    de nuevas actitudes vitales no determinadas por la tecnologa. En base a su

    obra, Winner (1977) propone la introduccin de tecnologas cuyo desarrollo

    est abierto a la participacin de todos los implicados, que sean comprensibles

    y flexibles y que no creen dependencia.

    Las principales lneas de accin de esta tradicin (Gonzlez Garca et al. 1996)

    pueden considerarse: a) historia de la cultura tecnolgica y exploracin de las

    direcciones del cambio tecnolgico y su relacin con el cambio social

    (Levinson, 1977; White, 1962), en los que la tecnologa, como producto, es

    abordada desde una perspectiva filosfica y poltica; b) filosofa de la

    tecnologa, con nfasis en el anlisis de los criterios de eficacia, su relacin con

  • 53

    la ciencia, su definicin (Mitcham, 1989, 1994); c) tica de la CyT, anlisis de

    los lmites al crecimiento tecnolgico en funcin de valores socio-ambientales

    (es el surgimiento de varias disciplinas como la tica ambiental, la tica

    nuclear, tica biomdica, tica informtica, la biotica (Mitcham, 1996)); d)

    temticas relacionadas a la autonoma de la tecnologa y crticas a su

    determinismo (Ellul, 1954, Winner, 1977), e) anlisis de las implicaciones

    polticas de la tecnologa (Winner, 1986; Roszak, 1988) y asociado a ello, su

    evaluacin y control social, y anlisis de modelos de gestin para controlar de

    forma legitimizadora a la CyT.

    Centrados en su inicio en el anlisis de la tecnologa (por hacer hincapi en las

    consecuencias sociales y ambientales de sus desarrollos) el esfuerzo de los

    crticos se ha centrado en demostrar lo errneo de la idea de que la tecnologa

    es una fuerza lineal, y desarrollar en cambio formas mas sofisticadas de

    describir el proceso tecnolgico (no como ciencia aplicada). Se trataba de

    rescatar las posibilidades de eleccin y de redimir a la tecnologa tanto del

    optimismo ilustrado y liberal como del pesimismo y la inevitabilidad (Winner,

    1993). Los estudios sobre la construccin social de la tecnologa han intentado

    mostrar cun lejos ha estado la tecnologa en la historia de presentar un

    desarrollo lineal, y de contestar preguntas como: quin est incluido en el

    proceso de decisin?, cun amplias son las circunscripciones e intereses de

    quienes obtendrn ganancias al final?, en pos de demostrar la relacin entre la

    tecnologa y la poltica. Y as se han elaborado propuestas de democratizacin

    de la CyT y analizado el papel de expertos y legos en las polticas CyT (Jasanoff,

    1990).

    Algunos autores de esta tradicin trabajan en el anlisis de las consecuencias

    sociales de aplicaciones CyT particulares. Nelkin & Tancredi (1989), por

    ejemplo, analizan las consecuencias sociales de la ingeniera gentica en

    humanos, subrayando que dada la incertidumbre y la interpretacin propias de

    los trabajos sobre informacin gentica, se convierte en un campo frtil para

  • 54

    que los intereses profesionales, prejuicios sociales y factores ideolgicos,

    jueguen un papel importante en la toma de decisiones. Segn Jasanoff (1987),

    las investigaciones genticas proporcionan un tipo de conocimiento que afecta

    a dicotomas de relevancia moral y poltica como pblico/privado,

    natural/artificial, salud/enfermedad, libre albedro/determinismo.

    La filosofa de la ciencia en Estados Unidos tambin se encauz hacia planos

    ms prcticos, siendo representantes tambin de la respuesta acadmica a la

    prevalencia de la visin del empirismo lgico. Adherentes a la propuesta de

    Kuhn de analizar empricamente a la ciencia, y a los proyectos de

    naturalizacin de la epistemologa (ver Callebaut, 1993), tendieron, a

    diferencia de la tradicin europea, a evitar posiciones relativistas radicales

    (Gonzlez Garca et al. 1996). A la reivindicacin del anlisis de la racionalidad

    cientfica le agregan un inters especial en la ciencia aplicada y a los problemas

    de racionalidad en la gestin de riesgos y polticas CyT. En algunos casos esto

    lleva a la defensa de la creacin de mecanismos democrticos de participacin

    pblica en la evaluacin y gestin de la CyT (Shrader-Frechette, 1985). La

    mencionada autora, centrada en la evaluacin de los riesgos y su relacin con

    la racionalidad, considera que los relativismos culturales y el positivismo naive

    han contribuido a que se descarte por irracional, errneamente, la evaluacin

    del riesgo por parte de la gente comn (Shrader-Frechette, 1991).

    1.3.3. TRADICIN LATINOAMERICANA?

    En las dcadas del 60 y 70 tambin se registraban en Latinoamrica ideas y

    enfoques que tenan que ver con las intersecciones entre las prcticas CyT y el

    conjunto de las relaciones sociales, y algunos lo consideran incluso una veta

    CTS particular o pensamiento latinoamericano en CTS (Kreimer, 2007). Estos

    enfoques fueron desarrollados principalmente por cientficos e ingenieros y

    tenan una preocupacin poltica fundamental referida al desarrollo de

  • 55

    conocimiento CyT que fuera apropiado a las necesidades locales como parte de

    una estrategia de desarrollo econmica y social (Dagnino et al. 1996). Tanto

    geogrfica como conceptualmente esta tradicin latinoamericana ha sido

    situada al margen de las dos tradiciones tratadas anteriormente por nutrirse

    de preocupaciones que, aunque relacionadas, resultan independientes y

    diferentes (Arocena & Sutz, 2001). Por lo dicho sus orgenes se corresponden

    con la bsqueda de caminos propios para superar el subdesarrollo y con la

    insatisfaccin con la forma en que el pensamiento acerca del desarrollo se

    ocupaba de la CyT. Las contribuciones clsicas de esta primera etapa se

    relacionan por ejemplo con las polticas CyT (Herrera, 1971), sobre tecnologa y

    autonoma (Sbato & Mackenzie, 1982) y sobre el rol de la ciencia en pases

    perifricos en torno al concepto de estilos de desarrollo cientfico-tecnolgicos

    (Varsavsky, 1969). Vacarezza (1998) brinda una perspectiva del conjunto del

    pensamiento latinoamericano CTS; Arocena (1995) y Sutz (1997) trabajan

    sobre los vnculos de ese pensamiento con la problemtica del desarrollo y la

    innovacin.

    Este pensamiento se relacion a movimientos sociales y a experiencias

    polticas progresistas que criticaban tanto la prctica libre de la CyT como el

    menosprecio por la generacin endgena de conocimiento en los pases

    perifricos, prcticas ambas que ayudan a incrementar el subdesarrollo y la

    dependencia (Arocena & Sutz, 2001).

    1.3.4. LA CONVERGENCIA

    La consideracin de la CyT como un producto social (nfasis de la tradicin

    europea), y con consecuencias sociales de gran impacto (nfasis de la tradicin

    norteamericana), proporciona en conjunto un enfoque que promueve la

    evaluacin y control social del desarrollo CyT. Esto marca la convergencia de

    las dos tradiciones, aunque sigue habiendo posturas muy crticas sobre todo

  • 56

    basadas en la metodologa a la que apelan ambas. La disputa entre Winner

    (1993) y Woolgar (1991) es un ejemplo. El primero considera que lo

    fundamental no es saber cmo se construye la tecnologa sino qu se puede

    hacer para democratizarla, mientras que el segundo sospecha de cualquier

    postura que vaya ms all de la descripcin para constituirse en juez moral. En

    ese sentido, si al empirismo lgico se le atribuye un reduccionismo fisicalista

    para normativizar a la ciencia, algunas posturas extremas de los relativismos

    llevan a un reduccionismo sociologista (Echeverra, 1989) en el que algunos

    intentan demostrar la validez nica de sus enfoques sobre la ciencia.

    S. Fuller (1988) rescata y promueve la consideracin de los intereses

    normativos y el compromiso prctico perdidos tras las crticas globales a la

    filosofa de la ciencia tradicional. Apela as a una reorientacin de los enfoques

    CTS de origen europeo para dar paso a estudios socio-filosficos de la ciencia

    que no olviden la normativizacin y la articulacin con la gestin poltica de las

    normas propuestas. Lo llama epistemologa social.

    La confluencia de ambas tradiciones detrs de la propuesta de Fuller puede

    ejemplificarse con una conferencia brindada por W. Bijker (2002) en el marco

    de un workshop en Cambridge sobre la necesidad de posturas acadmicas

    socialmente comprometidas por parte de los investigadores del rea. Bijker,

    profesor neerlands representante del EPOR junto con Collins y Pinch, ha

    trabajado en estudios sobre la construccin social de la tecnologa. Postulaba

    en esa conferencia que los estudios CTS no son slo importantes para

    comprender la cultura CyT actual, sino tambin para el desarrollo de polticas

    democrticas en torno a ello. Ha declarado que los estudios de la tradicin

    europea han proporcionado claves importantes para entender los procesos,

    pero que la mayora no han tratado sus consecuencias normativas, polticas y

    prcticas, que deberan contemplarse tambin.

    Este entramado entre las dos posiciones, a partir de una visin prctica, no

  • 57

    necesariamente conduce a que el campo CTS condene o ensalce determinadas

    tecnologas o procedimientos CyT, sino que se analicen las formas de manejar

    los riesgos y las incertidumbres, se intenten prevenir sus efectos negativos y se

    reoriente la tecnologa hacia las necesidades de la sociedad.

    Acompaando estos cambios, surgidos en las dos tradiciones, tambin en la

    economa y las ciencias polticas se producan cambios que acompasaron las

    nuevas visiones de la CyT. Se prest creciente atencin e inters a las polticas

    cientficas (science policy) y su influencia en los cientficos. Las polticas CyT y

    la educacin en ciencias tambin se vieron sometidas a evaluacin y reformas

    para contemplar los nuevos planteos y reclamos sociales y disminuir la tensin

    ciencia-sociedad (ver D. de Solla Price, 1963 y su planteo de ciencia de la

    ciencia como base de programas de poltica cientfica).

    Los programas STPP (ciencia tecnologa y polticas pblicas), para formar

    gestores de la ciencia en las universidades, comenzaron a brindar un panorama

    acorde con las nuevas propuestas de cmo entender y gestionar las relaciones

    entre la ciencia la tecnologa y la sociedad. La gestin de la CyT se basaba en

    concepciones econmicas neoclsicas de la tecnologa que, aplicadas a la

    gestin, se traducan en un modelo lineal desde la ciencia bsica como

    condicin necesaria y suficiente para la innovacin tecnolgica, y sta como

    requisito del crecimiento econmico y bienestar social (Ruivo, 1994). La

    mencionada autora realiza una sntesis de la evolucin de la gestin de la CyT y

    propone la sucesin en la historia de tres concepciones sobre ello. La primera

    ciencia como motor del progreso se corresponde con el modelo lineal en el

    que la ciencia bsica, motor del desarrollo, necesita insumos para, de forma

    autnoma, estimular la cadena. La segunda ciencia como solucin de

    problemas hace nfasis en el carcter aplicado de la ciencia, an dentro de un

    modelo lineal pero con un principio causal distinto: el empujn de la demanda.

    Las polticas CyT deben establecer prioridades relacionadas al crecimiento y la

    competitividad de la nacin en cuestin. La tercera concepcin es la de ciencia

  • 58

    como recurso estratgico en el que el cambio tecnolgico se considera

    resultado de procesos e interacciones de diversos actores sociales e

    instituciones. Las polticas CyT deben tener en cuenta las necesidades a largo

    plazo y las demandas sociales. Esta evolucin refleja los cambios producidos

    en la concepcin de CyT y la revisin de su carcter neutral y

    descontextualizado, la concientizacin sobre la capacidad de la CyT de

    producir transformaciones e impactos en lo social, cultural y poltico, llegando

    con la tercera concepcin de Ruivo (1994) a la orientacin de la CyT hacia

    metas no necesariamente econmicas. La vinculacin y convergencia entre los

    programas STPP y los enfoques CTS es una cuenta pendiente que empieza a

    saldarse con la entrada al ruedo de los factores sociales en la gestin CyT

    (Gonzlez Garca et al. 1996).

    Desde todos estos flancos la CyT comienzan a ser constantemente objeto de

    escrutinio pblico, transformndose tambin en objeto de debate poltico. Para

    una revisin general sobre las reacciones sociales y acadmicas en la dcada

    del 60 y una cronologa de sucesos vase: Gonzlez Garca et al. (1996),

    Jasanoff et al. (1995), Mitcham (1994).

    1.4. La relacin Ciencia-Sociedad hoy y los estudios CTS

    De las expresiones ms utilizadas para describir a las sociedades actuales, la

    sociedad de la informacin y la sociedad del conocimiento son quizs las ms

    populares. La codificacin, uso y transmisin del conocimiento son principios

    organizadores de las sociedades por lo que la informacin se erige como uno de

    sus valores principales (Bell, 1976). La expresin ha sido adoptada por

    gobiernos y agencias como la ONU. Se puede decir que la idea de sociedad de

    la informacin como ideologa se relaciona con las ideas optimistas sobre

    tecnologa y progreso social (Winner, 1977). Si bien las TICs han sido un factor

    clave en la globalizacin econmica, su imagen pblica se relaciona a aspectos

    menos controvertidos como Internet, telefona celular etc. El trmino sociedad

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    del conocimiento surgi ms tardamente y se emplea ms en mbitos

    acadmicos y ha sido adoptado por ejemplo por la UNESCO (2003) tratando

    de incorporar una concepcin ms global y menos economicista aunque

    relacionando ambos trminos:

    La sociedad de la informacin es el ladrillo de construccin de las

    sociedades del conocimiento. Mientras veo el concepto de sociedad

    de la informacin unido a la idea de innovaciones tecnolgicas, el

    concepto de sociedad del conocimiento incluye la dimensin de las

    transformaciones sociales, culturales, econmicas, polticas e

    institucionales, y u