toda ley y lema de sus relaciones internacionales ha crigido el sic 1'010 de los tiempos barbaros. entonces lestoea a los debiles temhlar y a los fuertes prepararse.

Par 10que toea a las Republicas Iatinas de America,mal puec1en servir los nuevas metodos de dominacion

de los Estados Unidos para estrechar los vinculos deconcordia con elias. Delante de la atroz espoliacion yde la flagrante ruptura de la buena fe de que ha sidovictima Colombia, solamente porque es pobre y por-que como tal no tiene amigos; y delante de este lamen-table ultraje a la conciencia publica del mundo civil i-zado y de desden por la opinion, can que un gobiernodemuestra que para el son de ninguna importanciaveinte siglos de cristianismo, de progreso moral y deleal tad a los Tratados, 10 primero en que debio pen-sarse fue en una Confederaci6n de las razas y nacioneslatino-americanas para defenderse contra la amen a-zadora accion de los Estados Unidos, pues si en vistade la extremada gravedad del suceso de Panama, semuestran inca paces de unirse para la resistencia, sudestino estara fijado y 10 mereceran.

EL TRATADO HERRAJ\-HAY'l EL TRATADO CON PANAMA

La carta de concesion a la Compania Franccsa es-tipulaba expresamente que no podia ser transferida aun Gobierno so pena de caducidad. Queriendo Ja Com-pafiia traspasarla al Gohicrno de los Estados Unidos,para 10 cual la tenia negoeiada en cuarenta millones dedollares, se requeria, para que la operacion se per-fcccionase, el eonsentimiento del Gobierno colombia-

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no. Este se manifesto dispuesto a darlo, pero sin otor-gar a los Estados Unidos mas de 10 Cluehabia aeordadoa la Compafiia, esto es, la concesion de la empresa.Defendiendo asi nuestros propios intereses, defendia-mos tambien los del mundo entero contra el imperia-lismo americano, Clue no se contentaha con el simpletraspaso, sino que exigia cesiones territoriales mas 6menos mal disfrazadas. Ahi estuvo 10 irreductible dela divirgenda. Dejados solos, mana a mano en luchacon los Estados Unidos, teniamos que ser sacrifica-dos, y 10 fuimos.

Un mal inspirado negociador consintio en incluir enel proyecto de Tratado (22 de Enero de H)OJ) la con-cesion para construir y explotar el canal el Gobiernoamericano, por un terrnino de den afios, renovablesa su opcion cuantas veces quisiesen, es decir. perpetua-mente. Colombia quedaba en el nombre sober ana delcanal.perc sabre una zona de seis milIas, se permitiaa los Estados Unidos ejercer derechos de policia yde jurisrliccion. Contra est a clausula se sublevo la opi-nion co1ombiana. He aqui, por ejernplo algunas fra-ses del informe de la respetable Cornision de dudada-nos nombrada por e1 Gobierno para estudiar e1 Trata-do: "La via de Panama, que pone en cornunicacion losdos ocean os para el comercio universal, representa laparte mas importante del territorio de Colombia, sugrandeza y su porvenir. Entregar ese territorio a ungobierno extranjero, sustrayendolo a nuestra juris-dicd6n, seria un suicidio, una traicion a la patria y unarepudiacion de la herencia leg-ada por nuestros proce-res a costa de su sangre y de sus sacrificios. La queconstitu)'e en primer lugar el caracter de independen-cia de una nacifm es el ejercicio de 1a soherania sabre

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su propio suelo. Desde el instante en que el ejerciciode esa soberania es confiado a una autoridad extranje-ra, el dueiio del territorio se convierte en colono 0 va-sallo de otro pais. Y consentir un condominio con elGobierno concesionario del canal, seria absurdo departe de Colombia. Nuestros derechos solo pueden serefectivos si la empresa queda, como 10 esta hoy, ente-ramente sornetida a nuestras leyes."

La misma idea se halla repetida en form as dive-susen los informes de todas las entidades publicas y par-ticulares, opiniones de los politicos, discursos y arti-culos de periodicos. EI voto de los mismos panamefios,no fue entonces diferente. Dos de los que despues fue-ron miembros del Gobierno provisional, Federico Bodyy Tomas Arias, se expresaron como sigue, antes delmovimiento separatista : "En nuestra opinion, las masliberales concesiones deben hacerse al Gobierno arne-ricano, pcro Sill menoscobar lo soberania de Co/ambiasabre fa :;0110 de territorio necesaria para /0 excavu-cion:" En el mismo sentido opinaron el doctor PabloArosemena, don Oscar Teran y otros panamefios no-tables, agregando adernas su voto en favor de "unacuerdo de las potencias europeas para proteger colec-tivamente a Colombia contra toda absorcion ext ran-jera posible." Si despues estos hombres consintieronen llegar a ser extranjeros en su propia tierra, no de-be acusarseles rigurosarnente de falta de logica. Nofueron panameiios quienes hicieron el Tratado con losEstados Unidos: cuando la delegacion de hijos delIstmo llego a Washington a tomar parte en la discu-sion del Tratado, ya el forastero Bunau Varilla, ce-diendo a Dios sabe que rnoviles inconfesables, habiasuscripto el pacto bochornoso, y a los panarnefios sololes toco someterse,

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Las principales razones por las cuales el Senado co-lombiano improbo el Tratado fueron las que siguen:"En el tiempo en que se firmo por el plenipotenciariocolornbiano, cl pais se hallaha en estado de sitio; nohabia ninguna ley que autorizara para entrar en talnegociacion, y la representacion nacional no pudo con-siderar la materia. E1 Tratado implica la construccionde obras publicas en grande escala y tarnhien la per-manente ocupacion del territorio colombia no por elconcesionario, que no es un subdito ante las leyes delpais sino un poder politico soberano, Si el Tratado sellevase adelante, dos poderes politicos coexistentes seestablecerian, uno nacional y otro extranjero, 10 quenecesariamente causaria colisiones y practicamente li-mitaria la jurisdiccion de la nacion en su propio terri-torio, todo 10cual seria incompatible con la leyes cons-titucionales y con la organizacion tradicional de laRepublica. Un Tratado de tal naturaleza solo podriaser aprobado por una Convencion nacional 0 por unacto reformatorio de la Constitucion, efectuado de lamanera que ella misma provee" (en dos legislaturassucesivas) .

Peru el Sen ado declare, como ya vimos, en la mismaresolucion que "la negativa a aceptar el Tratado deninguna manera significaba el menor cambio hacialos Estados Unidos, y solemnemente confirrnaba lossentimientos de confraternidad americana que anima-ban al pueblo colombiano, asi como las amistosas rela-eiones que siempre habian existido y exist irian inalte-rabies entre Colombia y Estados Unidos", Sin perdi-da de tiernpo, el Senado aprobo por unanimidad otraresolucion nombrando una comisi6n de tres sen adorespara que presentasen un proyecto de ley en que queda-

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sen formulados los deseos del pueblo colombiano res-pecto a la consrruccion del canal. de acuerdo con lasinstituciones y can los intereses nacionales, que eranlos que habian guiado al Sen ado en esa ocasion. EIprearnbulo del decreta que en tal virtud se escribio yque conviene repetir, dice asi : "El Senado de la Re-publica, en vista de la desaprobacion del Tratado y con-siderando que el pueblo colombiano desea rnantenerlas mas cordiales relaciones con el de los Estados Uni-dos, y que la construccion del canal a traves del Istmode Panama sera de Ia mayor irnportancia para el co-mercio y prog-reso del mundo, tanto como para el des-arrollo de las naciones americanas, decreta". En con-secuencia, el representante de la Republica en Was-hington recihio orden por cable para reanudar las ne-gociaclones, pero sin dud a era ya otro el pensamientodel g-obierno norteamericano, porque no se Ie escucho.

La clausula final del Tratado Herrau-Hay decia :"Una vez firmada par las partes contratantes, est aConvene ion sera ratificada de conformidad con las le-yes del respectivo pais". Par nuestra Constitucion,como por la de 105 Estados Unidos y la de todos lospaises democraticos, la aprobacion 0 improbacion delos Tratados corresponde aI Congreso. Queriamos dara los Estados Unidos todas las facilidades posiblespara la mas pronta y feliz ejecucion de la magna em-presa, pero no a costa de trasgredir nuestras propiasinstituciones y de sacrificar nuestros dcrechos inma-nentes. Fue sencillamente monstruoso exigir que unTratado que practicarnente auexaba parte del territo-rio nacional a un pais extranjero, no hubiera de serdebidamente considerado por los hijos del suelo, Noestabamos moral ni lega1mente obligados a suscr ibir

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sus estipulaciones como en un barbecho . .£ Cuantos sonlos pactos que firman los ministros diplornaticos y quelos Congresos imprueban, sin que eso aiecte las rela-ciones de los paises? Haber querido impedirnos ejer-citar esas prerrogativas, demnestra que en Ja mentedel gobierno americano no se negocio con Colombiacomo si fuese un estado libre, de forma republicana,en. que es el Parlamento c1 representante de la volun-tad del pueblo y el conductor, en ultima apelacion, delas relaciones exteriores. Fue la opinion publica quicnrechazo unanimernente el Tratado como inconstitucio-nal, inequitativo y peligroso. £1 Senalo solo Iue inter-prete fiel de la opinion y su actitud obedecio a motivesmas altos y nobles que los que nuestros detentadores ydetractores nos han atrihuido. Los miembros del Sena-do habian jurado respetar y obedecer la constitucion,£1 ministro norteamericano les exigio, en nombre de suGobierno y en forma conminatoria, que violasen esejura rnento, aprohando sin discusion un pacto que pri-vaba al pais de sus derechos de soberania, Los Sena-dores quisieron ser fieles a la religion del juramento.No hubo un colombia no 'Jue no aprobara su viril con-ducta, y aun habiendonos costado la perdida del Istmo,todavia c1 arrepentimiento no ha venido a visitar nues-tra conciencia honrada.

Todo ciudadano de los Estados Unirlos querra siem-pre derramar hasta la ultima gota de sangre en defensade la integridad del territorio . .£ Por que se condeno enlos colorubianos ese mismo sentimiento, que es el quehace libres a los pueblos y el que desarrolla en ellos losrasgos mas nobles y las virtudes civicas mas al'recia-bles?

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Los Estarlos Unidos no creyeron prudente embar-carse en una empresa de tamafia magnitud como la delcanal, sin concienzudo y profundo analisis que durolargos afios, y nadie desconoce la sabiduria de esa cau-telosa politica. "Porque habia de rehusarse el mismoderecho de calmosa deliberacion a Colombia. cuyos in-tereses afcctaba el Tratado mas hondamente que a losEstados Unidos? Sin embargo, el Tratado Se nos pre-sento en la forma de un ultimatum para ser resueltoen terrnino de horas, con prohibicion no solo de pesarsus condiciones y consecuencias, sino tambien de pro-poner humildemente las sugestiones 0 cambios reque-ridos por nuestras necesidades, El Tratado debio te-ner y tenia efectivamente el caracter de una simpleproposicion comercial hecha por los Estados Unidosa Colombia, y a esta dehio dejarse en libertad paraaceptarla 0 rechazarla, con el mismo indisputable de-recho de su contra parte, y a que se le diese tiempo su-ficiente para dilucidar su prapio problema y para in-corporar en la esencia 0 en la letra del contrato loscambios que Ie pareciesen exigidos por sus propios in-terescs 0 su propia interpretacion. i Porque solo a nos-otros nos estaba prohibido tener tradiciones, aspira-ciones, y si se quiere ambiciones, como entidad politica?Los Estados Unidos se encargaran poco despues dedemostrar que las precauciones que queriamos tomareran dictadas por la pruden cia : la violcncia con queluego procedieron justifica nuestra actitud y pruebaque en los tratados con una nacion tan audaz y pococscrupulosa, era poca toda la reserva que se empleara,

Se ha dicho que e1Tratado Herran-Hay fue irnpro-bado unicamente porque las compensaciones pecunia-rias cn ':1 ofrecidas no eran bastantes para saciar la

codicia de Colombia y que la negativa had a parte deuna trama desvergonzada para explotar a los EstadosUnidos, Pero los motivos reales fueron expresadosde una manera inequivoca por los mas prominentesciudadanos del pais. La mayoria de los colombian os,al rechazar el Tratado, obro por inspiracion patriotica,pero aun cuando hubiese sido por infundadas aprensio-nes, es injusto asirnilarlas a calculos de avaricia.

Apenas es necesario decir que el aspecto pecunia riode Ja materia fue tarnbien tornado en consideracion, pe-ro como cosa secunda ria, apenas digna de ser tenidaen cuenta en presencia de la trascendente y vital cues-tion de la soberania, Entre las enrniendas que la comi-sion del Senado introdujo al Tratado Herran-Hay,no hubo una sola que se refiriese a la cuantia de las in-demnizaciones en metalico (] flue exigiese aumento deelIas.

La cuestion de precio no fue la principal. Esta fue lade saber si eran compatibles con la dignidad y seguri-dad de la Republica enajenar territorio nacional ytransferir a un poder extranjero el derecho de sobera-nia sobre la region vendida, que quedaba enclavadadentro del resto, condicion que muy clarumente irnpli-caban las clausulas del Tratado, no obstante las cir-cunlocuciones paliativas en que venia envuelto,

La improbacion del Tratado Herran-Hay par eJ Se-nado colornbiano aparece, segun antecedentes, inspira-da en los rnejores principios. Kos sacrificarnos par unalto ideal humane y de civilizacion que exigi a una viainteroceanica neutral, para que su uso en tiempo depaz redundase en beneficio de todos, en vez de ser oca-sian para copvertirse todos en tributario de uno, ypara que su \ISO en tiempo de guerra cstuviese prohi-

hido 0 pcnnitido a todos por igual, en vez de ser ins-trumento para la prepotencia de uno solo. Verdad es(Iue la abrogacion del Tratado Clayton-Bulwer se hizobajo la reserva de que se respetaria la neutralidad delcanal y que la misma clausula figura en eI Tratado deEstados Unidos Call Panama; pero todos estamos enel secreta de 10 que vale una garantia de neutraliclarlofrecida por una sola nacion,

Nos sacrificamos por un ideal de patriotismo queha de parecer respetable a todos los que 10 considerencomo un sentirnicnto profundo y no como una vanapalabra, Y nos sacrificamos por salvar eI decoro na-cional y la soberania interna, ante las amenazas decaracter netamente injurioso con que se pretendio com-pelernos a Ia aceptacion incondicional de un Tratadodeprirnente. Se nos acusara de poco practices, de noestar montados a la moderna, de que obramos por qui-jotismo; pero si defectos son esos, tan incurables pa-recen en los colombianos, que si cien veces vue1ve apresentarse eI caso, otras tantas 10 resolveremos comoya una vez 10 hicimos. Por 10 rnenos, la concienciano nos acusa de haber fait ado al honor ni a la fe delos Tratados.

Improbada la convencion Herran-Hay, quedaban ala obra dos intereses: cl de los panameiios, que cal-culaban, si rompian can Colombia, vender la concesinndel canal a los Estados Unidos y apoderarse exclusi-varnente de las indemnizacioncs y rentas que habria

. percibido el Gobierno colombian a ; y el interes de losEstados Unidos, ljuc los impelia a dcsear eI reemplazode la soberania colombian a par otra mas acomodaticiay manejable. Entendidos cstos clos intcreses, la Repu-blica de Panama quedo hecha como el mas natural de

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los negocios, No se venga, pues, a decirnos que e1 nue-vo estado surgic como un acontecimiento politico deantecedentes historicos analogos a aquellos a que dehenla vida las dernas naciones american as. La Republicade Panama es un mew apendice del Canal y resultadodirecto de las necesidades de la politica imperialistade los Estados Unidos. EI movimiento separatista Iueuna operacion comercial. Cor rio e1 oro, no la sangre.La revolucion se hizo a golpes de dollars, no de bala,La soberania de Panama es ilusoria: vive a la mercedde los Estados Unidos y sujeta a una evidente servi-dumbre. Es una Republica-pupilo,

De Panama obtuvieron los Estados Unidos cuantoquisieron. La faja vend ida tiene diez millas de anchoen vez de seis, y tres millas de longitud sabre cadamar, desde las extremidades del Canal, comprendiendoen esas prolongaciones las islas de arnbas bahias, yadernas el derecho de navegacion perpetua sobre losrios y lagos utilizables para construir 0 explotar elCanal. Por ultimo, se Ie hizo renunciar a Panama ala anualidad de $ 200.000 que antes cobraba Colombiapor el ferrocarril. Si el criterio de los Estados Unidosera el bien del mundo y no su propio interes, no handebido imponer a Panama condiciones de Tratadodistintas de las ya muy gravosas que exigi an a Colom-bia. Verdad es que la cesion de territorio qued6 dis-frazada, reservandose a Panama una especie de domi-nio eminente, peru los Estados Unidos se hicieron re-conocer "todos los derechos, poderes y xutoridad queestarian lIamados a ejercer si fueran soberanos abso-lutos de la regi6n concedida", y eso "con entera exclu-sion .de la soberania de la Republica de Panama". Fa-.cil es descubrir en esta frnseologia el hecho real de la

anexion, Por eso en las geografias y atlas norteameri-canes recientes figura, sin mas disimulacion, la zonadel canal entre los terr itorios de los Estados Unidos,;\ 0 se trata, como antes, de un arrcndamiento tempo-ral y revocable, como los que se haccn a un ernpresariode trahajos publicos para facilitar su ejecucion y queson reversibles al soberano en fecha mas 0 menos re-mota; se trata de una ccsion perpetua que paraliza yanula la soberania, con renuncia completa de volver aejercerla. Es una simple desmembraciors, Antes queconsentirla voluntariamente, Colombia prefirio perderel Istmo. Pen so que el territorio nacional es inaliena-ble, conforme a los modernos principios, porque si sereconoce el derecho de vender una parte ipor'lUe no10 habria para vender la totalidad?

La independeneia y la integridad de la patria noshabian costado esfucrzos ingentes y por eso no quisi-mos traficar con ellas. Los panameiios no ten ian igua-les escrupulos y por eso les fue facil resignarse il sus-cribir la indigna obra de Bunau Varilla,

ALEGACIONES DE LOS ESTADOS mUDOS

Para excusar su conducta, e1 Gobierno nortearne-ricano ha presentado las siguientes excusas :

\.' - Que, conforme al Art. 35 del Tratado de 1R46,dehio obrnr como 10 hizo en Panama el 3 de Noviembre,para cumplir su obligacion de garantizar la libertaddel transite al traves del Istmo. Pero la imparcialidadevidente de las medidas que tomo fue ilusoria, puestoque la orden de oponerse il todo desembarque solo po-dia aplicarse a las tropas colombianas, no a las revo-lucionarias que estaban en el J S!tllO. Y puesto que el