Módulo: Marco político. Problemas, estrategias y discursos de las políticas socioeducativas. Clase 1: Políticas socioeducativas en el marco de los debates en torno a la igualdad educativa. Políticas orientadas a la inclusión y la igualdad. Propuestas socioeducativas (formas, modos, estrategias para contribuir a la implementación de esas políticas)Sentidos de la igualdad en diferentes momentos políticos. ¿De qué se habla cuando nos referimos a la “igualdad educativa”? ¿Cómo se produciría? ¿Quiénes serían responsables de esa producción? ¿Qué enfoque teórico y político sostiene la respuesta que nos damos? ¿Qué escenario construye esa mirada? ¿En qué posición queda el docente? ¿Cuánto potencia o limita las posibilidades de la escuela como institución social?si ampliamos las concepciones sobre la igualdad (clase 1 y 2), si logramos imaginar “otras formas de hacer escuela” (clase 3), ¿podemos reconocer y alentar propuestas para la inclusión educativa en términos de ampliación cultural? (clase 4) ¿Podemos discutir las versiones de quienes consideran que la escuela está “terminada” en su condición de institución social capaz de construir lo común? ¿Podríamos trabajar con la hipótesis de que la escuela es un lugar posible para la experiencia de la igualdad? Si así fuera, qué haríamos, qué ofreceríamos a niños/as y jóvenes que “obligatoriamente” tienen que acudir a ella todos los días.Debates sobre la igualdad educativa¿Con qué miradas me identifico? Aporte en el foro de presentaciónMi nombre es Gabriela Guerrero, trabajo desde hace seis años en el Plan de Lectura en la provincia de Salta. Desde este lugar de trabajo he terminado por identificarme en primer lugar con la afirmación que postula que la igualdad es un horizonte, un punto de llegada. Creo que los seres humanos no sólo somos diferentes sino que a lo largo de la historia nos hemos ido construyendo como desiguales. Creo que es importante reconocer esta desigualdad existente para poder comenzar a construir la igualdad. Y en este sentido también coincido con la afirmación de que es muy difícil que la escuela sola, o sólo las políticas socioeducativas, vayan a lograr la ansiada igualdad. Creo que es necesario reforzar el trabajo interdisciplinario, interministerial, interinstitucional, comunitario, etc. La escuela no está aislada del sistema económico y político general. Por eso creo que determinado tipo de escuela estaba destinado a reproducir la desigualdad, lo que ahora deberíamos preguntarnos es ¿se puede construir otro tipo de escuela cuya función histórica sea la de contribuir a producir la igualdad?Desde mi trabajo en el Plan de Lectura, creo que lo más impactante fue trabajar en contextos de encierro, con jóvenes que vivían la desigualdad como una realidad cotidiana. Allí nos dimos cuenta, mis compañeros y yo, que la presencia de la escuela, de los programas, de las políticas, tenía que promover y garantizar la igualdad de oportunidades, la igualdad en el acceso a las mismas oportunidades. Nosotros trabajábamos con talleres de lectura y escritura literaria, y muchas veces nos hemos preguntado qué estábamos haciendo allí, con jóvenes que necesitaban en primer lugar un reconocimiento de sus derechos más básicos: alimentación, salud, contención afectiva, identidad, etc. Y muchas veces nos hemos sentido frustrados al pensar que necesariamente la igualdad comienza por el aspecto económico o material. Luego nos fuimos dando cuenta que la igualdad tiene que ver también con el aspecto cultural o simbólico y que es necesario trabajar ambos en paralelo (de ahí lo

importante del trabajo conectado y articulado). Y que nuestra función allí no era la de suplir carencias o “arreglar” errores anteriores, sino la de garantizar el acceso a determinados bienes y prácticas culturales (en nuestro caso la literatura, los textos, la lectura y la escritura), garantizar un espacio en donde poder acceder a esos bienes o prácticas que por cuestiones sociales, económicas, políticas e históricas habían sido negados anteriormente. Ahí la igualdad se afirma como horizonte o punto de llegada. _______________________________________________________________________08/04/15 Lectura de la segunda parte de la clase 1 (la otra parte la tengo en el cuaderno rojo)Igualdad y multiplicidad. 2003- Modelo económico: acumulación económica con inclusión social. (Ver documentos: Asignación Universal por Hijo- y otras leyes y decretos que buscan garantizar la igualdad)a partir de 2003 se advierte un cambio en el plano pedagógico en el que se despliega el par igualdad-inclusión. Para Senén González, esto se nota en los discursos públicos educativos, en los que “la igualdad” retoma “un lugar que le había quedado vacante en los años noventa” (Revisar los discursos públicos de la educación en Salta. Recuerdo uno en particular del Ministro donde hablaba de la educación más bien en términos de compensación que otra cosa)Leyes importantes: Ley 25.864- Ley de financiamiento educativo. Ley 26.075- Ley de financiamiento educativo. Ley 26.058- Ley de Educación Técnico ProfesionalLey 26.061- Ley de protección integral de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Ley 26.150- Ley de Educación Sexual IntegralLey 26.233- Ley de regulación y promoción de los Centros de Desarrollo InfantilLey de prohibición del trabajo infantil y protección del trabajo adolescente. La ley nacional de educación, Nº26.206, incorpora un apartado especialmente dedicado a las Políticas de Promoción de la Igualdad Educativa. (¿cuál es concretamente la diferencia entre igualdad y equidad?)La igualdad educativa queda asociada a “enfrentar situaciones de injusticia, marginación, estigmatización y otras formas de discriminación derivadas de factores socioeconómicos, culturales, geográficos, étnicos, de género  o de cualquier otra índole,  que  afecten  el  ejercicio  pleno del  derecho  a  la educación” (art.  79,  LEN).  La igualdad  educativa  implica  “asegurar  las  condiciones necesarias para la inclusión, el reconocimiento, la integración de todos y todas las niñas, niños, jóvenes y personas adultas” (art. 80, LEN). De tal modo, queda “legitimado” que, a través de la política educativa, el Estado reasume la responsabilidad en su función de integrador social, pero ahora, a diferencia del primer momento fundacional, el reconocimiento de las diversidades culturales es aludido, explícitamente, en las políticas que se promueven para la igualdad. A partir de 2003- Programas para la inclusión e igualdad educativa: -Programa Nacional de Inclusión Educativa (PNIE) que incluyó dos propuestas, una orientada el nivel secundario: Todos a estudiar (TAE) y otra orientada a los niños/as que habían abandonado la primaria: Volver a la Escuela (VAE). - Programa Integral para la Igualdad Educativa (PIIE) En el  PIIE la apuesta por la igualdad estaba en la enseñanza, se aludía al sentido político del acto educativo, a la afectación, al modo en que el docente interviene sobre el Otro, habilitándolo “en un acto de confianza”.

No más una visión tecnócrata de la tarea educativa, se pone acento en el sentido político de la enseñanza. A partir del 2008 se crea la Dirección Nacional de Políticas Socioeducativas

La escuela como lugar posible para la igualdad. “Como el de comunidad, como el de individuo, como el de libertad y el de democracia, el concepto de igualdad entre los hombres no es algo que pueda deducirse de la naturaleza, ni demostrarse lógicamente, ni probarse por la ciencia; es un invento de la imaginación radical que pudo no haber tenido lugar; un principio, o más bien, como dicen Badiou o Rancière, una declaración, no un efecto, ni un objetivo a ser alcanzado por medio de un programa”. (Tatián 2010:1)Que interesante esta última afirmación. La igualdad no es un objetivo a ser alcanzado por medio de un programa. ¿Entonces? ¿Cómo la abordamos?Otros enfoques para pensar la igualdad educativa: A partir de los trabajos del filósofo español Jorge Larrosa, consideramos que la experiencia es lo que “nos pasa”, nos atraviesa, nos interroga en nuestras formas de ser, de pensar, de sentir, de decir. El sujeto de la experiencia es aquél que se ve interpelado, se detiene, ante “algo” que lo sorprende, algo que no domina, que no sabe, que no conoce. Ese “algo”, esa experiencia, exige nuevas palabras puesto que es la irrupción de la alteridad, de lo “otro” en uno.Así, no hay experiencia sin la aparición de un “alguien”, o de un “algo” del exterior que “hace algo en uno”. Y no hay experiencia si no hay espacio para que la diferencia o para que la pregunta tenga lugar.al  maestro explicador, aquél que expone la desigualdad y evidencia que hay alguien que sabe y puede lo que otro no.Cuando el maestro enseña con el método universal, todos pueden aprender lo que se propongan porque hay igualdad en las inteligencias. En el punto de partida: todos somos igualmente inteligentes. Maestro emancipador.La experiencia que tiene Jacotot lo lleva a interrogar sus supuestos sobre la enseñanza, sobre la escuela, sobre el método de enseñar. Ahora bien, hay algo que subrayar: para que esta experiencia tuviera lugar, Jacotot tuvo que permitirse hacer lugar a las preguntas que le surgían, tuvo que abrirse a la posibilidad de encontrar nuevas respuestas.Para Larrosa, el sujeto de la experiencia está expuesto, abierto, sensible, vulnerable, se permite dudar y se pregunta. En la experiencia, el sujeto hace la experiencia de algo, pero, sobre todo, hace la experiencia de su propia transformación. Por eso, desde esta perspectiva, el sujeto de la educación es el sujeto de la experiencia. En este sentido, cabe preguntarse: ¿puede  la  escuela hacer lugar a la experiencia? hacer lugar a lo nuevo, a que algo irrumpa y desafíe la experiencia de niños, niñas y jóvenes?: ¿hay espacio para que se hagan preguntas?Cuando algo se abre, otra cosa se puede pensar, hacer, decir; se desarma la idea de un destino prefijado. En este marco, la igualdad no es una cosa, algo a medir, por ejemplo, en los resultados de las pruebas. Es un principio, una declaración, una convicción desde la cual todo comienza y se configura bajo este supuesto. Comienza desde ahí un diálogo, una relación en la que el otro es un igual y a la vez, alguien diferente, alguien que tiene su historia, su lengua, su cultura, su tiempo, su religión, su situación sociofamiliar y económica. Este otro porta saberes que no necesariamente son los nuestros, tiene responsabilidades que no son las nuestras. Somos iguales y diferentes. Lo opuesto a la igualdad no es la diferencia sino la desigualdad.La igualdad incluye la diferencia y es multiplicidad.

Lectura de:Rodríguez, Pedro. 2002. “De nuevo, la justicia”

El paradigma de la igualdad, la justicia y la equidad deviene de los postulados de la Ilustración. “La Ilustración identificó el progreso de la vida social con el desarrollo del saber y estableció que la educación pública era el mecanismo para democratizar el conocimiento y erradicar, o al menos compensar, las desigualdades”. “A la Ilustración debemos, en fin, que la figura de la igualdad se haya tornado un valor constituyente de la modernidad, un derecho ciudadano, un principio legal de la organización política y un criterio ético de la vida pública.

3 Significados en uso de la igualdad y la justicia:

1- La educación y la igualdad es un recurso para superar aquellas diferencias que se cristalizan en prejuicios o barreras de tipo cultural, de clase, de apellido o fortuna.

2- La igualdad en términos axiológicos, como un valor, como un fin o ideal. Las desigualdades se abatirán mediante la educación, en el largo plazo, un día indefinido.

3- La igualdad como objetivo mensurable o variable que admitiera grados. Esto lleva a que el nuevo valor prioritario y la nueva guía del sistema es la calidad educativa, entendida como mejora sin fin de procesos y resultados.

En síntesis, “desencajada de la justicia, la noción de equidad y de compensación se ha pervertido: se le ha entendido como transferencias de recursos a los pobres para que logren sobrevivir como pobres o como casi pobres, para que vivan sin escándalo la experiencia de la injusta desigualdad”.