Opcion S 65 - Septiembre de 2015

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Publicación socialista revolucionaria, que promueve el debate y la reflexión desde una perspectiva de izquierda y unitaria. Lea en este número temas sobre la crisis fronteriza, los perseguidos políticos en el Ecuador y la entrevista a Pablo Serrano, presidente del FUT.

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  • En pginas interiores: 2015: La prueba de fuego El Presidente tiene la obligacin de actuar como estadista. Entrevista con Pablo Serrano Fronteras calientes en la Regin Andina El derecho a la resistencia Transporte de Quito: contaminacin, congestin y enmaraado asunto poltico-social La lucha meditica en tiempos de corresmo Gestin de riesgos

    El Gobierno y su aparato represivo -Polica, Fiscala y Funcin Judicial- mantienen de-tenidos en las crceles del pas a ms de 25 dirigentes sociales que participaron en el levanta-miento popular y han iniciado, por ese mismo mo-tivo, procesos contra otros 36 compaeras y com-paeros. A todos ellos se pretende imponer gra-vosas sentencias condenatorias que atemoricen y disuadan a los cada vez ms numerosos sectores sociales y populares que, frente a la actitud ca-prichosa del rgimen, se movilizan en todo el pas para exigir se atiendan sus derechos conculcados.

    Convocamos a las organizaciones de Derechos Humanos a nivel nacional e internacional para que intervengan y exijan del gobierno, y en especial del Presidente Rafael Correa, abandone su poltica, de enfrentamiento y represin, ponga en libertad a los detenidos, ordene el archivo de los juicios y se elimine la actitud agresiva de ciertos agentes policiales que, utilizando grabaciones de drones en las marchas, inculpan y atemorizan a quienes participaron en las movilizaciones pasadas.

    El Gobierno y especialmente el Presidente no dialogan, como deberan hacerlo, con quienes le-vantan desde las organizaciones sociales una pla-taforma de reivindicaciones sociales y polticas que no coinciden con sus intereses y su proyecto de modernizacin del pas bajo la gida y los in-tereses del capital extranjero y nacional. Los re-medos de dilogo, que han promovido sus subal-ternos con sus partidarios, se han convertido en la tribuna para agredir a todos quienes no parti-cipan de su iniciativa, no aceptan sus puntos de vista y no reconocen la gran labor que supuesta-mente ha desarrollado el gobierno a favor de los sectores sociales que protestan..En todo caso, la movilizacin y la lucha popular de estas semanas han conseguido ya, como resultado de las parodias de dilogos y para desmovilizar a los opositores sociales, se anuncie una cierta flexibilizacin en

    las leyes antiobreras y en las enmiendas consti-tucionales que perjudican abierta y directamente a los trabajadores.

    Mientras Correa en sus sabatinas desconoce la lucha social y se ufana del crecimiento de su po-pularidad, lo cual demuestra su paranoia perso-nalista que desconoce la realidad y los efectos de la crisis econmica, los indgenas, trabajadores y el pueblo -que crecientemente apoya la moviliza-cin social- han decidido continuar con su lucha, instalar una Asamblea Popular para seguir am-pliando su plataforma de lucha y desarrollar una nueva jornada de protesta el 16 de septiembre para exigir la libertad de los detenidos, el archivo de los procesos de persecucin, el libre ingreso a las universidades pblicas y la atencin a su pla-taforma unitaria que demanda se deroguen las leyes antiobreras y se archiven las enmiendas constitucionales.

    El Presidente tiene la obligacin de pacificar al pas, respetar los derechos de todos los ecuatoria-nos, as algunos de stos lo incomoden en la ac-tualidad, y dejar de actuar en la conduccin del Estado como agitador de una faccin o inventan-do la supuesta alianza de la izquierda con la de-recha, expresada en las decisiones econmicas del rgimen, y la risible teora de los golpes blandos como pretexto para reprimir, encubrir la corrup-cin y justificar su afn de perpetuarse en el poder!

    Publicacin mensual Septiembre 2015Nmero 65

    LIBERTADPARA LOS PRESOS POLTICOS!

  • 2 opcin SM

    IRA

    DA

    S

    El 2015 se presenta como un ao complejo en los frentes econmico, poltico y hasta natural para el Ecuador. La dramtica pero avizorada cada de los precios del petrleo como consecuencia de la sobre oferta mundial, la fracturacin hidrulica (fracking) en EEUU y el inminente levantamiento de sanciones comerciales a Irn, golpean de manera importante al presupuesto del gobierno central, que ha visto como los ingresos provenientes por la produccin y exportacin de crudo caen en ms de $1.000 millones en comparacin al ao pasado.

    Esta nueva configuracin fiscal se empieza a sentir a todo nivel, lo que demanda desde el go-bierno central una reestructuracin del gasto, se han empezado a idear planes de optimizacin de recursos que no son ms que recortes, en primera instancia frenando paulatinamente la inversin pblica para, con el paso del tiempo, direccionar la restriccin del gasto hacia la disminucin del tamao del Estado y seguramente recortar la ex-tensa plantilla de servidores pblicos existentes.

    No es coincidencia que ante la cada del pre-cio del barril de crudo los sntomas de una crisis econmica se empiecen a sentir, esto debido a que el flujo de petrodlares creo por aos un blindaje financiero que ha mantenido las tasas de inters y los salarios estables. El peligroso coctel econ-mico que se ha formado a partir de la apreciacin del dlar y la aplicacin de salvaguardias a las importaciones no solo pone en peligro el normal desenvolvimiento de la economa interna sino a la dolarizacin misma, por un lado la apreciacin del dlar y la devaluacin de la moneda de pases vecinos como Colombia y Per ya nos hace temer una posible quiebra de las economas provincia-les fronterizas que aglutinan a ms de 1400.000 personas lo que representa casi al 10% de la po-blacin total del pas; as como una considerable salida de divisas. Mientras se trata de desviar la atencin a esta temtica culpando a la ciudadana por adquirir bienes en los pases vecinos gozando de mejores precios y mayor calidad, se hace caso omiso al hecho de que el Ecuador es un pas caro per se; tener al dlar como circulante ha iguala-do los precios a los del mercado norteamericano y hasta del europeo, eso s con un salario bsico mucho menor.

    A pesar de estar dolarizados la promesa de mantener una tasa inflacionaria interna igual a la de EEUU fue una mentira macroeconmica, la inflacin del Ecuador ha aumentado en los lti-mos 8 aos en 45%, mientras que la inflacin de EEUU en el mismo periodo aument en el orden del 14%. Las salvaguardas si bien fueron conce-bidas como un mecanismo para frenar la salida de dlares, son en buena parte responsables del aumento del costo de la vida, los salarios reales han perdido valor al tener que pagar mayores tri-butos por consumir determinados bienes que no se encuentran disponibles en la oferta productiva nacional, a esta realidad se la puede considerar como una devaluacin disimulada.

    Mientras esto ocurre en el campo de la econo-ma, el pas observa impotente el avance de un fe-nmeno del nio, que hasta hoy parece inminente y similar al del ao 1998, y el cual tuvo un im-portante aporte al colapso econmico de los aos subsiguientes, en la sierra centro del pas la pro-duccin agropecuaria se ve amenazada por la ac-tivacin del volcn Cotopaxi que, de llegar a pro-ducir un desastre natural, podra desencadenar un cataclismo alimenticio para el Ecuador. Ante estas realidades el gobierno central ha preferido seguir en su lnea utpica y testaruda en lugar de tomar correctivos tcnicos.

    2015:LA PRUEBA DE FUEGO

    Francisco Ypez Cadena@fyepezcadena

  • Opcin S 3

    EL PRESIDEnTE TIEnE LA OBLIGACInDE ACTUAR COMO ESTADISTAEnTREvISTA COn PABLO SERRAnO

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    TR

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    Cmo evaluara el Paro nacional, la marcha indgena y las jornadas de protesta?

    La Jornada Nacional de Lucha, desde la eva-luacin del Colectivo de Direccin Unitaria fue un xito, considerando los siguientes elementos, entre los ms importantes: Consolid la unidad de las organizaciones que inte-gran el Colectivo; se elev la conciencia de amplios sectores de la poblacin sobre la fracasada reforma poltica y la crisis econmica a la que nos ha lle-vado el gobierno; la ciudadana organizada y no organizada- y sectores sociales, apoyaron la mar-cha en cada una de las ciudades por las que pas y se unieron a las acciones desarrolladas en el da del paro, podemos decir que efectivamente fue un Paro del Pueblo. El aparato estatal de propaganda no pudo ocultar la contundencia de la movilizacin; la persecucin y criminalizacin de los luchadores sociales evidenciaron el carcter autoritario y re-presivo del Gobierno, las organizaciones sociales hemos quitado la mscara al corresmo; en cuanto a la incidencia en la reforma poltica autoritaria, las jornadas de lucha obligaron al Gobierno a reco-nocer que varias de las enmiendas constitucionales son inviables y violan derechos.

    Un tema presente en las protestas ciudadanas y en las movilizaciones es el de las enmiendas constitucionales, como elemento aglutinador de todos los sectores. Sin embargo, hay reivin-dicaciones que no se han visibilizado lo sufi-ciente, por ejemplo, el exigir la derogatoria de la Ley de Justicia Laboral. Por qu el FUT no ha puesto un mayor nfasis en esta exigencia?

    En este momento estamos en un proceso de ele-vada confrontacin poltica que rebasa los objeti-vos gremiales, para llegar a este punto ha sido ne-cesaria una unidad que integre a diversos sectores sociales, esto lo hemos construido con una platafor-ma amplia que recoge los intereses y necesidades de todos los sectores.

    El FUT, no ha renunciado a la exigencia de de-rogatoria de la Ley de Justicia Laboral: es uno de los puntos de la plataforma de lucha, tenemos pre-vistas acciones para alcanzar la derogatoria por que estamos conscientes que esta norma afecta a gran parte de la poblacin.

    Entre las iniciativas que tuvo la sociedad civil est la Asamblea de Quito, en la que participan am-plios sectores sociales y polticos El FUT partici-p de manera oficial en dicha Asamblea? Consi-dera positivo sumarse a este tipo de iniciativas?

    El FUT saluda la iniciativa de la sociedad civil quitea que se organiz en torno al llamamiento al Paro del Pueblo y Levantamiento Indgena, esta Asamblea recoge varias demandas de las organiza-ciones sociales que tienen que ver con la lucha por la democracia, por la dignidad del pueblo, la libertad de expresin, en contra de la corrupcin y la impuni-dad; y, la necesidad de discutir un proceso de Asam-blea Constituyente para dar salida al corresmo.

    Consideramos que la Asamblea de Quito posi-bilitar afianzar el proceso de lucha en contra el autoritarismo y la fracasada poltica econmica del rgimen, por esta razn la CEOSL ha decidido ser parte de esta Asamblea.

    Se estn preparando nuevas acciones de pro-testa a nivel nacional, piensa usted que el go-bierno finalmente ceder posiciones e invitar a los movimientos sociales a un dilogo abier-to y sin condicionamientos o continuar con la misma tnica de confrontacin y represin?

    Sera realmente muy grave que Correa persista en la poltica de confrontacin y odos sordos en un mo-mento de agudizacin de la crisis econmica, produci-da en mayor parte por su errado manejo de la econo-ma ecuatoriana. Estamos dispuestos a continuar en la calle, defendiendo los derechos que legtimamente nos corresponden. El Presidente tiene en este mo-mento la responsabilidad de actuar como estadista y escuchar a las organizaciones sociales movilizadas, si no lo hace la responsabilidad nica es de Correa.

    Pablo Serrano, presidente del FUT

  • 4 opcin S

    Qu pasa en la frontera entre Colombia y venezuela?

    Una situacin potencialmente explosiva se con-figur entre Venezuela y Colombia, cuando el Pre-sidente Nicols Maduro, el 20 de agosto, orden el cierre de los pasos que comunican a Venezuela con las ciudades colombianas de Ccuta y Arauca, en respuesta a un ataque contra tres militares bo-livarianos que participaban en un operativo anti contrabando en el Estado de Tchira. Los medios internacionales hicieron un amplio despliegue so-bre la crisis humanitaria que signific la expul-sin masiva de colombianos del cordn fronterizo en una crisis que tiene diversos impactos sobre unas 20 personas, segn clculos de la ONU. Para sostener el operativo Venezuela ha movilizado al lugar unos 8.000 soldados.

    Qu explicacin podemos dar al delica-do asunto?

    Observadores venezolanos sealan que Madu-ro encontr un pretexto para consolidar su ima-gen de cara a las decisivas elecciones legislativas de diciembre, en las que el oficialismo bolivariano tendra el riesgo cierto de salir derrotado.

    Otros acadmicos, de diversos pases, observan-do la poltica cambiaria, sealan que los colombia-nos tienen mayor capacidad de compra en la fron-tera. En concreto, con un dlar pueden comprar el equivalente a tres en Venezuela, en una situacin parecida a la que hoy ocurre entre Ecuador y Co-lombia, como veremos ms adelante. Pero con ven-tajas adicionales. Por ejemplo: En Ccuta, Colom-bia, un galn de gasolina vale dos dlares. Cruza el ro y en San Antonio de Tchira, el mismo galn vale dos centavos de dlar, gracias a las polticas de subsidio que aplica el Estado venezolano. Los beneficiarios de esta actividad no son las personas que practican el comercio de hormiga, llamados en el sitio pinpineros, sino los grandes contraban-distas y las mafias paramilitares en una operacin que determina que el Estado de Tchira en el que circulan 180 mil vehculos consume ms gasolina que Caracas, con un parque automotor estimado en 2 millones 200 mil unidades por da.

    Un importador de alimentos que los exporta?

    Adicionalmente, existe un enorme contrabando de alimentos, estimulados tambin por la poltica

    FROnTERAS CALIEnTESEn LA REGIn AnDInA

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    Manuel Salgado Tamayo@manuelsalgadota

    de subsidios del Estado venezolano. Un litro de leche en Venezuela cuesta 200 bolvares y los con-trabantistas lo venden en Colombia en 14 mil bo-lvares. Tchira tiene solo el 4.5 % de la poblacin venezolana, pero consume el 8.5 % del total de ali-mentos del Pas. Dado que el organismo humano y la capacidad adquisitiva ponen lmites a lo que en Economa Ecolgica se denomina el consumo endosomtico de energa, es lgico suponer que el 50 % de esos alimentos ingresan directamente a la sociedad colombiana.

    Qu significa esto para un Estado como el ve-nezolano que, desde que se inici la explotacin petrolera en los aos 30 del siglo XX, se ha conver-tido en un importador de alimentos? Fenmeno que est presente tambin en otros Estados lati-noamericanos, la regin ms desigual del mundo, en la que los grupos dominantes fracasaron en la implementacin de polticas de reforma agraria y desarrollo rural.

    Smese a lo anterior las prdidas infringidas por las casi 3.000 casas de cambio colombianas situadas en la frontera que devalan artificial-mente el bolvar y los efectos de la accin siste-mtica de los grupos paramilitares colombianos, de extrema derecha, que viven en Venezuela, fo-mentando el narcotrfico, el contrabando de gran escala, el juego, la prostitucin para no mencionar el declarado de tumbar y asesinar al propio Presi-dente venezolano.

    La complejidad del tema nos ayuda a entender por qu los jefes de Estado y los voceros de los pro-cesos de integracin subregional se han quedado con la papa caliente entre sus manos, sin saber qu pasos dar para desarmar las races del conflic-to, atrevindose apenas a sealar que una reunin bilateral entre Maduro y Santos puede iniciar el enfriamiento de una tensin que perjudica a todos.

  • Opcin S 5

    Un DLAR FUERTE AFECTALA MATRIz PRODUCTIvA DEL CARChI

    El matrimonio mal habido del Ecuador con la dolarizacin, en sus casi tres lustros de luna de miel, ya haba dado muestras de desaveniencias en la competitividad de nuestros productos con los de nuestros vecinos regionales. Por ello era previsible que un dlar fuerte afectara toda la matriz productiva del Carchi y las regiones de frontera, por la sencilla razn de que Colombia, para protegerse de la apreciacin del dlar, devala su moneda, mientras el Ecuador, atado a un tipo de cambio fijo - el dlar - carece de poltica monetaria y no puede hacer uso de ninguno de sus instrumentos.

    El turismo al Carchi ha disminuido, pese a la notable sensatez de nuestros empresarios que han bajado los precios de los hoteles y los alimen-tos. La agricultura de la pap, hace aos nuestro principal aporte a la mesa de los ecuatorianos, ha disminuido del 60 al 40 %. El transporte pesado de carga, segn Ren Benavides, de la Empresa Transcomerinter, ha sido afectado por la salva-guardias y la depresin econmica interna, lo que ha determinado una del 50 % en el nmero que viajes. El 60 % de los negocios comerciales de Tul-cn se han visto obligados a cerrar sus puertas. Tulcn se ha ido transformando en una Comala ecuatoriana: la ciudad de los muertos.

    El desconcierto gubernamentalUna delegacin gubernamental de menor je-

    rarqua lleg a Tulcn, en la ltima semana de Agosto, para anunciar la exoneracin del pago anticipado del Impuesto a la Renta, medida que da un respiro, pero no resuelve el problema. El gobierno provincial ha pedido al Gobierno central la apertura de lneas de crdito flexibles y la re-estructuracin de deudas, demanda que el pro-pio Presidente acepta, agregando la decisin de incrementar las compras pblicas en el Carchi y subir el precio del galn de diesel a 3.15 dlares, el triple de su precio en Ecuador, para los trans-portistas de otros pases.

    Se conoce adems que una comisin tcnica provincial estara trabajando en un proyecto de ley que permita la aplicacin efectiva del Artculo 249 de la Constitucin, que establece la obliga-cin de dar atencin especial a las zonas de fron-tera, y, que el gobierno nacional, como parte del Plan de reactivacin productiva de la provincia del Carchi, comenzar a cobrar salvaguardias a las 2.961 partidas gravadas con una sobretasa y que se planifica la vigencia de una canasta de productos que puedan comprar los carchenses en Colombia, sin pagar impuestos.

    El Prefecto del Carchi, Eco. Guillermo Herre-ra, recogiendo el sentir de la ciudadana, ha ma-nifestado que el gobierno les ha dado las espaldas y que es necesario que se recuerde que Carchi hizo una contribucin decisiva a la consolidacin del Estado nacional y que los compatriotas que van a Ipiales o Pasto hagan uso tambin de los mltiples atractivos y la excelente gastronoma del Carchi.

    Las demandas y soluciones dejan ver que la magnitud de la crisis desconcert a todos los nive-les de gobierno, a tal extremo que el Presidente, seguramente temeroso de la tradicional rebelda de los descendientes de los pastos, no ha promovi-do, como era su deber, una magna asamblea con el pueblo del Carchi para buscar soluciones. Para agravar los males, mientras cierro ste artculo, nos llegan noticias de que un panorama similar se vive en la frontera sur con el Per.

  • OP

    InIO

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    S Director: Vctor Granda AguilarEdificio Korea Park, oficina 5-6Corea E2-17 e Iaquito 593 9 954 71942 [email protected]

    opcin socialista / @opcionsecuador Quito Ecuador

    Desenmascarando sus reales convicciones, el Presidente Correa ha expresado pblica y frontalmente, de igual manera que lo ha hecho frente a otras garantas, su desacuerdo con la perma-nencia en la Constitucin del derecho a la resistencia (Art. 98) y mucho ms que el pueblo ecuatoriano mo-vilizado lo pueda ejercer, frente a sus polticas antipo-pulares, que son las que en realidad explican la mo-vilizacin y el creciente descontento social y popular.

    Esta garanta, reconocida a individuos y colecti-vos, frente a las acciones u omisiones del poder p-blico o de las personas naturales o jurdicas no esta-tales que vulneren o puedan vulnerar sus derechos constitucionales, consta tambin en los convenios internacionales y en sucesivas declaraciones de dere-chos humanos de las cuales el Ecuador es signatario. Incluso en la teologa catlica medieval se hablaba del derecho a la rebelin. Y si la actual Constitu-cin es garantista, algo de lo que constantemente se arrepiente Correa, ese y otros derechos no podrn ser modificados en el futuro, pues segn las normas cons-titucionales vigentes, los derechos que constan en la misma y en dichos instrumentos internacionales, se desarrollarn de manera progresiva a travs de las normas, la jurisprudencia y las polticas pblicas.

    El Presidente de la Repblica asegura que se dej sorprender en el reconocimiento formal del derecho a la resistencia, en la Carta Fundamental del Esta-do, por parte del entonces Presidente de la Asamblea Constituyente y que, finalmente, graciosamente lo permiti, develando, con su consabida prepotencia, que l tena la ltima palabra en el texto constitu-cional, atribucin que el pueblo no le dio en las ur-nas. Queda claro que en este y otros casos, como as lo denunciaron oportunamente varios asamblestas, Correa, Mera y otros asesores extranjeros manipula-ron finalmente los textos constitucionales, segn la conveniencia poltica de su proyecto poltico perso-nalista y caudillista.

    Es una lstima que se degrade as al texto cons-titucional vigente, que todos lo admirbamos como progresista y garantista. Ni siquiera ese conte-nido fue resultado de convicciones ni tuvo un origen altruista por parte de sus redactores, los actuales beneficiarios del poder.

    La carencia de transporte pblico de calidad es un problema estructural del Distrito Me-tropolitano de Quito. Las ltimas adminis-traciones municipales, entre ellas, con Augusto Barrera (MPAIS) y Mauricio Rodas (SUMA) a la cabeza, han sido inoperantes a la hora de superar este inconveniente. Ante esta realidad, en 2014, la flota vehicular de la ciudad aument en un 12% anual, es decir, hubo 62.205 autos nuevos ms a los 465.000 vehculos existentes.

    La carencia de transporte pblico de calidad, a ms de constituir un problema ambiental -toda vez que los autos a gasolina y los carros a diesel son los responsables de la emisin de 135.610 toneladas de dixido de carbono (CO2) por ao- es la causa funda-mental de la congestin vehicular que deriva a diario en accidentes, violencia vial o estrs.

    El ex alcalde Augusto Barrera ofreci la cons-truccin del metro de Quito durante su primera y segunda campaa electoral a pesar que podra ser una solucin antitcnica. Tras la derrota del candi-dato oficialista en las pasadas elecciones secciona-les, el Gobierno de la Revolucin Ciudadana neg el financiamiento para la obra. El burgomaestre Mau-ricio Rodas renegoci el costo de la construccin del metro de la ciudad que pas de USD 1.500 millones a USD 1940,9 millones.

    En este contexto, el 6 de agosto, a siete das del levantamiento indgena y el paro nacional, el Mi-nistro Coordinador de la Poltica Econmica y la Ministra de Finanzas (e) entregaron el aval para la construccin del metro de Quito. Mientras tan-to, Mauricio Rodas desapareci del encrespado es-cenario poltico-social abandonando a sus electores y ciudad calificada como peligrosamente violenta por el Canciller (e) Xavier Lasso.

    No obstante, en este enmaraado asunto es ms llamativo an que Mauricio Rodas haya negociado la construccin del metro de Quito con Odebrecht. En este sentido, la Comisin Nacional Anticorrup-cin exhort a todas las autoridades del Estado a suspender la contratacin pblica con empresas cuya moral est en entredicho y estn siendo fisca-lizadas nacional e internacionalmente. En efecto, la empresa brasilea tiene a su presidente tras las re-jas acusado de corrupcin y lavado de dinero.

    Salvador Aguirre@SrAguirreS

    EL DEREChO A LA RESISTEnCIA

    TRAnSPORTE DE QUITO: COnTAMInACIn, COnGESTIny EnMARAADO ASUnTO POLTICO-SOCIAL

  • Opcin S 7

    Vctor Rivadeneira@Victorivaden

    del Corresmo para expresar el pensamiento y el anlisis desde los dirigentes de las organizaciones sociales y populares del Ecuador y poder contra-rrestar la propaganda gubernamental distorsio-nada en favor de sus intereses.

    Retomando el conversatorio con la prensa in-ternacional, asistieron medios de Venezuela, Colombia, Argentina, Brasil, EEUU, Alemania, Inglaterra, Holanda, Espaa, entre otros, lo que permiti que los representantes de las organiza-ciones sociales transmitan su mensaje al mundo; el cual, podemos decir, fue ampliamente difun-dido, pues qued claro en las palabras del pre-sidente del FUT, Pablo Serrano, que el gobierno ha traicionado a miles de ecuatorianos y que en las jornadas se movilizaron ms de 200 mil per-sonas solo en la capital, as mismo se llam a la conformacin de una Asamblea Nacional Popular. Tambin, el presidente de la Ecuarunari, Carlos Prez, filial de la CONAIE, dej en claro que los gobierno del socialismo del s. XXI tienen una orientacin extractivista y no les importa la vida de los pueblos originarios, como se evidenci en la represin a los indgenas, especialmente del sur del pas, quedando claras las caractersticas ra-cistas del rgimen. Se difundieron tambin los afanes privatizadores del rgimen, la corrupcin desbordante del gobierno, y la necesidad de ir a una Asamblea Constituyente para desmontar el aparataje caudillista y autoritario del Corresmo.

    En definitiva, el conversatorio con la prensa internacional fue un xito y un acierto de Opcin Socialista para continuar en la lucha meditica, difundiendo los objetivos del movimiento social y popular, que son el desarrollo nacional en favor de las mayoras, con justicia social, ampliando la de-mocracia, defendiendo la naturaleza, garantizan-do el ejercicio de las libertades ciudadanas, entre otros importantes aspectos.

    El 19 de agosto, en pleno paro nacional del pueblo y despus de la jornada exitosa del jueves 13 del mismo mes, se llev a cabo un conversatorio entre los dirigentes del Frente Unitario de Trabajadores-FUT y la CONAIE con los periodistas acreditados por la prensa interna-cional en el pas, por iniciativa de nuestra revista Opcin Socialista, con el objeto de desvirtuar la informacin que desde el gobierno se entrega a los rganos de prensa internacionales, distorsionan-do los acontecimientos.

    La imagen internacional autoconstruida del gobierno se debe fundamentalmente al poder de persuasin o, si se prefiere, ideolgico. Lo dicho es, en primer lugar, por la nueva titularidad efec-tiva de ciertos medios de comunicacin tradicio-nales incautados por el Corresmo y que cumplen un papel primordial en difundir solo los hechos y argumentos que le interesan al ejecutivo; por ejemplo, sobre las jornadas de agosto, se realiz una fuerte campaa internacional tratando de vincular a la derecha con las organizaciones so-ciales convocantes a la marcha, paro nacional y movilizaciones; tambin, acusndolos a stos y a quienes espontneamente se han unido a las ma-nifestaciones de supuestos actores violentos y de un imaginativo golpe blando en contra del go-bierno democrtico.

    En segundo lugar los medios internacionales, sobre todo los afines a los gobiernos denominados progresistas de la regin -que cumplieron un pa-pel fundamental, sobre todo en sus inicios, para contrarrestar el control unipolar que realizaban principalmente las agencias de los EEUU en Lati-noamrica- as como algunos medios alternativos de la web, replican los hechos y argumentos de los medios incautados del Ecuador, cumpliendo as el crculo vicioso del control ideolgico por parte del grupo poltico que est gobernando.

    Por estos hechos, se vuelve indispensable la lucha meditica a nivel internacional en pocas

    LA LUChA MEDITICA En TIEMPOS DE CORRESMO

  • 8 opcin S

    GESTIn DE RIESGOS

    El Ecuador despierta una serie de imaginarios en el mundo, que no alcanzan a igualar la real dimensin de lo magnfico de nuestras regiones, desde el encanto y la bruma insular, los hilos de plata que baan la costa, el fro que alimen-ta la serrana, y los rboles que acarician el cielo amaznico.

    Mas la maravilla trae consigo el riesgo de la cos-tumbre, nos olvidamos del peligro de fenmenos como el de El Nio, y de volcanes como el Cotopaxi, pero qu pasa cuando esta amnesia es perenne en las autoridades pese a la inminencia de los aconte-cimientos?, la falta de previsin es un mal, pero ma-yor resulta la falta de respuesta al riesgo.

    Los ciclos histricos de erupciones en la Sierra son de larga data, ilustrados en libros de historia, con-tados como fbula a los nios, y un par de crnicas escritas en el momento y de acuerdo a la perspectiva y visin propia de aquella ocasin. Quienes nacimos con un coloso a nuestras espaldas nos acostumbra-mos a su imponente presencia, generacin tras ge-neracin nos olvidamos de los potenciales peligros de edificar nuestra vida junto a los caudales naturales del volcn Cotopaxi y ms grave an con una actitud irresponsable de las autoridades municipales, quie-nes han administrado por ms de un siglo las ciuda-des vecinas y autorizaron la construccin no slo de viviendas, sino tambin de las ms grandes escuelas, colegios y hospitales en las riveras.

    No pretendo volcar la culpa a un solo actor de la crisis en este lado del pas, pues la solucin se cons-truye con el aporte de todas y todos. Pero s impulso un requerimiento que exija que la informacin, que no est restringida, sea oportuna para las zonas de

    riesgo y eduque a la poblacin, quienes tambin de-ben poner de su parte y asistir a los simulacros. Los Gobiernos locales deben brindar un ambiente de tran-quilidad a sus habitantes, una flecha pintada en la calle no es suficiente, en suma la gestin de riesgo no es una frmula nica, pues se adeca al fenmeno en cuestin, pero s requiere ms agilidad y prontitud.

    Si ese golpe de la naturaleza no era suficiente, el fenmeno de El Nio golpear este ao con furia nuestras costas, aqu debemos suponer que con las experiencias relativamente recientes la Secretara de Gestin de Riesgos se encuentra preparada para responder a los damnificados, a los agricultores y evi-tar el encarecimiento de los productos como el arroz que seguramente escasear por la especulacin.

    La gestin de riesgos es un camino interdiscipli-nario que debe ser manejado con responsabilidad social para evitar que los rumores inunden a la so-ciedad, medidas econmicas que protejan al agro, a la industria y al transporte, y sobre todo medidas de educacin y contingencia de salud que brinden espe-ranza y seguridad para quienes habitamos las zonas que son tan mgicas y tan peligrosas.

    Por tal razn, no me refiero a la actividad propia del volcn, por cuanto el estado de excepcin decre-tado por el Presidente de la Repblica lo prohbe, y que dicho sea de paso debe ser aplicado con un es-tricto ejercicio de ponderacin de los derechos res-tringidos frente a los derechos que se garantizan, sin embargo si es de rescatar algo positivo es que impi-de que de manera irresponsable circule informacin que no contribuya sino que provoque ms dao que un volcn o que un fenmeno lluvioso. La gestin es permanente, no admite descanso ni disculpas.

    Pablo Herrera Naranjo@paherreran