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  • 8/14/2019 OPCION SOCIALISTA 44

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    El pasado 17 de octubre, el Consejo Na-cional Electoral (CNE) convoc a elec-ciones de los gobiernos autnomos des-

    centralizados (GAD) a nivel nacional, para el23 de febrero del 2014.

    En las prximas elecciones, el traslado mec-nico de votos del candidato a la primera magis-tratura y del partido o movimiento ms inu-yente a nivel nacional no ser automtico, porlo que resulta fundamental la relacin de loscandidatos con sus comunidades locales y laspropuestas alternativas de solucin a los proble-mas ms signicativos de las diferentes juris-dicciones que tienen que ver con la cobertura ycalidad de servicios pblicos bsicos; los crecien-

    tes problemas de inseguridad ciudadana; las di-cultades de movilidad y contaminacin en lamayora de ciudades y los problemas de empleo,subempleo y otros que si bien no son competen-cias de los gobiernos seccionales, stos puedentomar algunas iniciativas para mitigarlos.

    Los asuntos de transparencia, anticorrup-cin y participacin son cruciales en la actua-cin de los GAD, por lo que se deber estar pen-diente a los planteamientos que formulen loscandidatos al respecto, as de cmo actuaronen esos temas las autoridades que aspiran a la

    reeleccin o los polticos que pretenden volver adirigir sus destinos. En la campaa, los electo-res fcilmente podrn recordar e identicar he-chos bochornosos de clientelismo e irresponsa-

    bilidad de algunos y los alineamientos polticosms inverosmiles y oportunistas que ciertospersonajes de la poltica tradicional local hanrealizado para mantenerse o procurar retornara sus cargos.

    En ese contexto, analizando lo que ocurre enlas ciudades ms pobladas del pas, los oposito-res al alcalde de Quito no han privilegiado de-

    sarrollar una propuesta de ciudad y provincialalternativas a las existentes y de participacine integracin ciudadana al poder local, sino msbien se han preocupado de agrupamientos decontenido electoral, con un nivel vergonzoso dedebate, que parten unos del apoyo recibido enlas ltimas elecciones, como lo hace Solines deCREO; y otros conformando una amalgama per-sonalista entre un personaje que se proclama,sin reconocimiento ocial, seguidor de Correacomo Ricaurte, y un petulante y redomado dere-chista como Rodas, que persigue posicionarse en

    las elecciones capitalinas como la nueva guraelectoral de los sectores tradicionales del pas.En Guayaquil, sea por conveniencia poltica

    mutua o por una torpe o calculada promocindel gobierno, se mantiene, con mayor opcinelectoral, la prepotente gura de Nebot, quientiene, con su antecesor Febres Cordero, el con-trol socialcristiano y empresarial de la ciudadpor ms de 20 aos, mediante la ejecucin de unpublicitado modelo exitoso que ha realizado,-con el enorme aporte del presupuesto del Esta-do-, una importante obra fsica, gestionada por

    fundaciones y empresas, integradas por allega-dos a los alcaldes, que han hecho su agosto conlos fondos pblicos, pues no han sido scalizadospor la Contralora del Estado y han contado conel silencio cmplice de los gobiernos de turno.

    Los sectores de izquierda alternativa, cadavez ms marginales de la poltica en las gran-des ciudades y municipios, deben mantener suactitud crtica y de opinin sobre los grandesproblemas urbanos y locales y reforzar el pro-psito de conservar su inuencia en las munici-palidades y juntas parroquiales rurales en las

    que han actuado desde mucho tiempo atrs,sirviendo con eciencia y honestidad a la co-munidad, como un punto de partida para su re-composicin poltica y orgnica nacional.

    Publicacin mensual Noviembre 2013

    Nmero 44

    En pginas interiores: Alternativa en elecciones seccionales? La universidad de Guayaquil intervenida XVIII Congreso de la Confederacin Ecuatoriana

    de Organizaciones Sindicales Libres (CEOSL) Algunas reexiones acerca del cdigo orgnico

    integral de garantas penales Internacional El 15 de Noviembre de 1922 El ofcialismo rechaza la voz de la mujer

    Alternativaen elecciones seccionales?

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    2opcinS

    MIRADAS

    Anadie ha sorprendido la intervencindel Consejo de Educacin Superior(CES) a la Universidad de Guayaquil.sta es una consecuencia directa de una seriede hechos acumulados, errados e ilegales, que

    se han cometido por parte de las autoridades

    actuales en los ltimos aos. Se han violado

    expresas disposiciones de la Ley y sus regla-mentos conexos; y, no se ha intentado, en nin-gn momento, sancionar a los causantes paraque estos hechos no se vuelvan a producir y

    ms bien se ha actuado como si los mismos los

    hubiera provocado una mano invisible y an-nima, enemiga del Alma Mater.

    Innegablemente, la crisis institucional ac-tual de la Universidad de Guayaquil toc fon-do, tal como sucedi en 1994, pero con la grandiferencia que antes hubo una decisin inter-na de los estamentos universitarios de modi-car la situacin. Ahora, hay una circunstanciaexterna y nacional totalmente diferente a par-tir del fortalecimiento de la estatalidad y deuna propuesta gubernamental que ha decidi-do la intervencin en base del Mandato Cons-tituyente 14, la Ley Orgnica de EducacinSuperior-LOES y su reglamentacin y la nue-va y polmica institucionalidad conformadapor el CES, el Consejo de Evaluacin, Acredi-tacin -CEAACES y la Secretara Nacional de

    Ciencia, Tecnologa e Innovacin-SENACYT.

    Esperamos que la Comisin Interventoraest a la altura de la misin encargada por elCES para la recuperacin del prestigio e ima-gen de la Universidad de Guayaquil. Hacemosalgunas sugerencias para salir de la crisis:

    Investigar todos los hechos ilegales que han

    acaecido, para que nada quede sin conocerse,ni tampoco en la impunidad.

    Impulsar una reforma acadmica basadaen el mejoramiento de la calicacin pedag-

    gica y actualizacin tcnica de los docentes;impulsar un escalafn en base de ttulos, in-vestigaciones, publicaciones y dedicacin a la

    academia. Ir a una reforma integral de los cu-rrculos de las carreras y de sus contenidos.

    Denir el tiempo de duracin de una ca-

    rrera en funcin de la dedicacin que tengael estudiante. Introducir en las carreras loscrditos, basados en clases tericas, prcticas-laboratorios y tareas y lecturas dirigidas.

    Dotar a todas las facultades de laboratorioscompletos y bibliotecas adecuadas que brindenatencin permanente y que no pasen cerradospor la torpeza de los administradores respon-sables como acontece en la actualidad.

    Masicar el uso de las TICs en el alumna-do; dotar a todas las aulas de una laptop e in-focus, como de acceso permanente al internety recursos didcticos. Impedir que las aulasestn sobresaturadas de estudiantes.

    Institucionalizar la cultura de la evaluaciny acreditacin en la Universidad a todos los ni-veles estamentales, implantando su difusin ytrasparencia, as como el debate, de manerademocrtica y con altura, como corresponde enun Alma Mater, de sus resultados, positivos onegativos, e implicaciones.

    Establecer por parte de la Universidadacuerdos de cooperacin con redes universita-rias de calidad, a nivel de docencia e investiga-cin, que se traduzcan en ecacia y eciencia

    institucional y como forjadores y revalorizado-res del talento humano.

    Finalmente, como destacan analistas de latalla de Ivn Carvajal, Lucas Pacheco o ArturoVillavicencio y que nosotros (re)planteamos:las tareas, desafos y expectativas que provo-can una intervencin deben de ser evaluados

    en un dilogo, reexin y debate pblico quenos permitan repensar la U. y recticar para

    seguir adelante con calidad y excelencia.

    Gaitn Villavicencio

    LA UNIVERSIDAD

    DE GUAYAQUIL

    INTERVENIDA

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    OpcinS3

    XVIII Congreso de la Confederacin Ecuatorianade Organizaciones Sindicales Libres (CEOSL)

    ENTREVISTA

    Cul es su evaluacin de este ltimoCongreso?

    Fue un proceso unitario, democrtico, donde setomaron las resoluciones por el bien de nuestraCentral Sindical, para nuestra participacin acti-va en los problemas que estn ocurriendo en nues-tro pas. Pudimos ver que s existe un compromisode parte de los trabajadores y trabajadoras a in-volucrarse en la toma de decisiones, en la tomade resoluciones y tambin de empoderarse paraactuar e inuir en el curso de la poltica nacional.

    De las resoluciones tomadas, culesconsidera usted ms importantes?

    Todas las resoluciones son fundamentales

    todas apuntan a tener injerencia en el sectorsocial en el que se mueve nuestra organizacin.

    Una de las resoluciones, importantes del Con-

    greso, fue la de preparar un maniesto como

    CEOSL donde se hagan pblicas nuestras posi-

    ciones y propuestas frente al Cdigo Orgnico

    de Relaciones Laborales; tambin se resolvi,

    como una necesidad, que la CEOSL sea parte de

    la Federacin Sindical Mundial; Asimismo, una

    de las decisiones que tomamos fue la de apoyar

    las propuestas de los distintos sectores sociales

    para defender el derecho a la vida, al agua, a

    proteger los recursos naturales del pas.

    Frente a la propuesta de Cdigo delTrabajo, presentada por el gobierno,qu ha hecho la CEOSL?

    Ante la propuesta del gobierno, hemos hecho

    llegar al Ministro nuestras sugerencias y tambinnuestros cuestionamientos para que quede cons-tancia de que le decimos NO a los intereses quetiene el rgimen actual de afectar los derechos de

    los trabajadores a favor de los empresarios. Ade-ms, nos encontramos en un proceso de sociabi-

    lizacin del Cdigo y de nuestras propuestas conlos trabajadores tanto de nuestra confederacinsindical, como de las otras confederaciones.

    En caso de que sus observaciones nosean acogidas, Qu harn?

    En el caso de que se mantengan violaciones

    expresas a los derechos de las y los trabajadores

    y de la Constitucin, haremos extensivas nues-

    tras demandas hacia organizaciones internacio-

    nales para que quede claramente especicado

    nuestro rechazo ante esta pretendida violacin

    de derechos.

    Cul es el punto ms crtico del Cdigopropuesto por el gobierno?

    Todos los aspectos que est proponiendo el go-

    bierno son crticos ninguno deja de ser preocu-

    pante por ejemplo, se nos quita prcticamente

    el derecho a la huelga, que, adems, a travs del

    Cdigo Penal se refuerza esta pretensin. Por

    un lado, se puede hacer la huelga y por otro se

    nos amedrenta al momento de querer hacerla.

    Tambin vemos con preocupacin el irrespeto

    que existe a la Constitucin. Por ejemplo, con

    respecto a los salarios, estos tienen que cubrir

    la canasta bsica familiar; eso dice La Consti-

    tucin art.328, transitoria 25, no obstante, todo

    apunta en el Cdigo que la poltica del gobiernoest encaminada a evadir esta disposicin.

    Cul es la posicin de la CEOSL frenteal gobierno?

    Frente al gobierno tenemos una posicin crtica, no

    de apoyo incondicional. Apoyamos las buenas leyes

    que pudiesen existir, pero nunca podremos estar de

    acuerdo con aquellas que violan los derechos de los tra-

    bajadores y derechos de los ciudadanos en general

    Cuando tenemos que hacer pblico nuestro rechazo as

    lo hacemos

    Se acerca el 15 de Noviembre, Cul se-ra su mensaje para los trabajadores ytrabajadoras?

    En esta fecha emblemtica, cuando recordaremos

    un ao ms la matanza en Guayaquil, yo les digo a los

    trabajadores que sigamos peleando, que sigamos cons-

    truyendo y dando nuestro punto de vista crtico y que

    no nos dejemos amedrentar. Trabajemos mancomuna-

    damente con otros sectores , con otras centrales sindi-

    cales tambin Hago un llamamiento a todos los tra-

    bajadores y trabajadoras que al recordar esta fecha nos

    acordemos que los compaeros ofrendaron su vida porhacer respetar nuestros derechos que son inviolables, y

    que no podemos defraudarlos.

    Presidente reelecto de

    la CEOSL

    Entrevista a Pablo Serrano

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    4opcinS

    Inconvenientefundamental

    Al realizarse una revisin pormenorizada

    de los cambios que lege ferenda se plantean, se

    ha podido detectar la transgresin de varios

    preceptos constitucionales y, hasta quiz, una

    peligrosa direccionalidad a la arbitrariedad

    judicial, dado que ciertos tipos penales vulneran lo

    que en Derecho Penal se conoce como el principio

    de legalidad material, que no es otra cosa que la

    exigencia de que todas las normas sean claras,

    autnomas y unvocas, en otras palabras, sean

    comprendidas por toda la poblacin, se basten as

    mismas y admitan una sola interpretacin.

    Esta directriz se erige como uno de los derechos

    de proteccin en el numeral 3 del artculo 76 de

    la Constitucin de la Repblica y, gracias a su

    contenido, no slo se garantizara seguridad

    jurdica, sino y por sobre todo, la aplicacin de la

    ley penal mediante una interpretacin restrictiva

    o gramatical que desemboque en un concepto

    delictivo unnime.

    Por citar algunos ejemplos puntuales, el

    proyecto de Cdigo Integral Penal, empleando una

    tcnica legislativa por dems abierta, habilita la

    aplicacin de una pena a quien:

    ()amenace a otra [persona] con causarun dao que constituya delito a ella ()siempre que, por antecedentes aparezcaverosmil la consumacin del hecho(Art. 153.-

    Intimidacin); () por medios violentos, coarteel derecho a la libertad de expresin(Art.

    161.- Restriccin a la libertad de expresin); ()dentro o fuera del pas, publique, difunda odivulgue noticias falsas que causen dao ala economa nacional ()(Art. 300.- Pnicoeconmico); () promueva la discordia entre

    ciudadanos, armando o incitando a armarseunos contra otros()(Art. 341.- Incitacin adiscordia entre ciudadanos); y, () por cualquiermedio haga apologa de un delito o de una

    persona sentenciada por un delito ()(Art.358.- Apologa)

    Mrese que no existen normas explicativas

    que nos permitan asimilar qu entender por

    antecedentes en la caso de presuntas amenazas;

    del mismo modo, no se determina con precisin

    cules sern los medios violentos mediante los

    cuales se pueda coartar la libertad de expresin,

    aspecto por dems llamativo si tenemos presenteque nuestro ordenamiento jurdico reconoce

    varios tipos de violencia.

    M. Paulina Araujo Granda

    ALGUNASREFLEXIONESACERCADEL

    CDIGOORGNICOINTEGRALDEGARANTASPENALES*

    Por dems ambiciosa es la tarea de exponeren pocas lneas la trascendental importanciaque tienen las normas penales en un Estado dederechos y de justicia, ms an cuando el Cdi-go Penal, el procedimiento de juzgamiento y laforma en que se ejecutarn las condenas, nosremiten al amplio poder que hemos depositadoen el Estado y sus autoridades; poder que selegitima nicamente cuando las leyes lo delimi-tan de una forma lgica y coherente, para evi-tar consecuentemente cualquier tipo de afrentaque restrinja de manera injusticada el ejerci-cio de nuestros derechos fundamentales.

    * Tngase en cuenta que el borrador fnal de Cdigo Orgnico Integral de

    Garantas Penales de 4 de octubre del 2013, fue el documento remitido

    ofcialmente al Pleno de la Asamblea Nacional por parte de la Comisin

    de Justicia y Estructura del Estado para su respectivo debate; sin embar-go, dicho borrador fue cambiado en horas de la tarde del da domingo 13

    de octubre y, es en base a este ltimo soporte documental la redaccin

    del presente artculo.

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    OpcinS5

    Tampoco es difano el criterio para concretar

    el alcance de una noticia falsa que afecte a la eco-

    noma nacional, ni mucho menos el sentido de

    la palabra discordia, cuando sta ltima se vin-

    cula con la palabra armarse o armando, que de

    suyo nos coloca en una imprecisa exgesis acerca

    de si el legislador quiso referirse al uso de armaso a la mera formacin de agrupaciones sociales.

    Siendo as, estas tipologas abiertas nos colo-

    carn a los ciudadanos ante criterios disimiles y

    hasta contradictorios de los rganos de adminis-

    tracin de justicia penal, en donde la misma gu-

    ra delictiva podr, al n de cuentas, ser juzgada

    bajo varias pticas de aplicacin y bajo una her-

    menutica heterognea.

    Contradicciones graves

    Comentario aparte merece el delito de rebelin(Art. 329.- Rebelin), cuya redaccin enuncia una penade 5 a 7 aos para cualquier tipo de manifestacinviolenta orientada al derrocamiento del gobiernoestablecido. Lo curioso es que este tipo penal, para-djicamente seala adems: sin que ello afecte ellegtimo derecho a la resistencia; aclaracin discor-dante con el derecho de toda persona a oponerse a

    las acciones u omisiones del poder pblico que pue-dan vulnerar sus derechos constitucionales.

    No se olvide que la accin directa de resistencia,fue creada precisamente como un mtodo de oposi-

    cin que puede servir para encarar a la opresin,para combatir los desafueros del poder, para de-mandar nuevas forma de accin poltica y ante todo,para proteger o recuperar derechos anulados o afec-tados Cabe preguntarse entonces Cmo lo ejerce-remos si podra ser encasillado como una rebelin?

    Ahora bien, otra falencia grave que se observa

    en el borrador de Cdigo Integral, es la inadecuada

    manera de ponderar las sanciones en razn de la

    conducta prohibida, en especial si nos referimos

    al bien jurdico que se busca proteger.

    Por ejemplo, aunque el proyecto dene a la vio-

    lencia sicolgica intrafamiliar como una conducta

    execrable y en ocasiones mucho ms grave que

    las agresiones fsicas (Art. 156), sus penas van

    desde los 30 das hasta los 3 aos de prisin; san-

    ciones que no se consideraran racionales si las

    comparamos con delitos como la usura o el robo,

    cuyo castigo ser de 5 a 7 aos de privacin de li-

    bertad. Resulta lastimoso comprobar que nuestra

    legislacin da una mayor categorizacin a la pro-

    piedad frente a la integridad de seres humanos.

    Comentario fnalEste tipo de puntuales incongruencias son las

    que nos permiten armar que el proyecto norma-

    tivo, in comento, adolece de una meditada redac-

    cin y de hasta una lgica y real proporcionali-dad entre la gravedad de las conductas y penas y,

    aunque se pretenda hacer ver a la ciudadana que

    se crean nuevos delitos como el femicidio (cuya

    pena no diere a la del asesinato o del sicariato)

    y que las penas podrn ser acumulables hasta 40

    aos apoyando con esto incluso tesis represivas

    del pasado; no se podra concluir que esta nueva

    estructura legal efectivamente podr ser aplica-

    da de forma uniforme ni garantizar la anhelada

    disminucin de los ndice de criminalidad.

    An en el supuesto no consentido de que este

    conjunto de leyes penales estuvieran planteadasde una manera clara para todos sus destinatarios,

    no podemos tener la certeza de que su contenido

    se aplicar a todos por igual y a travs de una

    funcin judicial imparcial e independiente.

    Quiz debamos reexionar que el problema del

    Ecuador no es la insuciencia de leyes, sino su

    operatividad y sobre todo, un planteamiento que

    recoja el criterio de los diversos grupos sociales

    que formamos parte del Estado.

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    En el mes pasado se aprob en la Asamblea Nacionaluna Ley para la reparacin de las vctimas y la judicia-lizacin de graves violaciones a los derechos humanos y

    delitos de lesa humanidad entre el 4 de octubre de 1983

    y el 31 de diciembre de 2008.Si bien la ley tiene como referencia el costoso informe

    de la Comisin de la Verdad, es lamentable constatarque sus afectados se interesan ms por las posibles re-paraciones que por acabar con la impunidad. La Fisca-la intenta judicializar dos o tres casos y la mayora deviolaciones a los derechos humanos de la guerra sucia

    febrescorderista, en la que particip el actual Alcaldede Guayaquil, se mantienen y parece que se manten-drn en la impunidad, pues algunos de los afectados sehan acomodado en los cargos asignados por el rgimen

    y aspiran a llegar a acuerdos reparatorios con la Pro-curadura, que obviamente no har nada para plantear

    las acciones de repeticin contra funcionarios pblicosque protagonizaron y se solazaron con la tortura, lasdesapariciones, las ejecuciones extrajudiciales y otrosdelitos de lesa humanidad.

    De todos los casos, son emblemticos: el asesinatode Arturo Jarrn, ex comandante de Alfaro Vive Cara-

    jo y la impunidad de la que gozan sus autores. Lo cap-turaron vivo en Panam, lo secuestraron y torturaronagentes norteamericanos, panameos y ecuatorianos,encabezados por un pariente ntimo de Febres Cordero;lo trasladaron de manera encubierta a Quito, para luegoejecutarlo en Carceln, en una supuesta refriega con lapolica, montada para encubrir el crimen. Este caso, quese encuentra debidamente fundamentado, debe ser ju-dicializado nuevamente ya que en asesinatos como ste,no cabe el principio penal de non bis in dem, pues-

    to que el juicio que sigui la familia fue groseramentemanipulado para no sancionar a sus principales respon-sables. Qu penoso que algunos de sus familiares, enlugar de exigir que se siente un precedente para acabarcon la impunidad del horrendo crimen, se contenten con

    un homenaje en la Asamblea, si bien este hecho no deja

    de ser una bofetada a la institucionalidad estatal y a lossocialcristianos!

    La Ley de Reparacin a Vctimas debe trascender alos intereses inmediatos de los cercanos al rgimen y ex-tenderse a todas las vctimas de las dictaduras civiles ymilitares que asolaron al pas y cometieron actos de ex-trema crueldad y saa Veamos cmo acta el Gobierno!Tiene la oportunidad de sentar bases rmes para com-batir la impunidad en todos los tiempos o satisfacer laslimitadas exigencias de algunos de sus colaboradores.

    OPINIONES

    Margarita Aguinaga - AMPDEDirector: Vctor Granda Aguilar

    Edifcio Pucar, ofcina 802

    Repblica 500 y Diego de Almagro 593 2 320 3675

    [email protected]

    opcion socialista / @opcionsecuador

    Quito Ecuador

    REPARACIN AVICTIMAS? M

    e pregunto si el debate es entre violacin se-xual y aborto por violacin, si es solo esta dif-cil decisin la que debemos optar las mujeres

    para tener una vida libre de violencias. Pues no, lasmujeres cotidianamente estamos enfrentadas a tomardecisiones en un entorno de violencias constantes conun abastecimiento pobre y elemental del Estado paraaportar a la soberana del cuerpo de las mujeres.

    Exacto, la palabra soberana del cuerpo es la queest detrs de todo este debate. Queda mostrado comoel amor y el odio a las mujeres es parte del conciertoy el desconcierto de la poltica ecuatoriana que marcano solo la ideologa patriarcal de un presidente, sino

    provoca posiciones polticas diferentes que muestran lacomplejidad de la violencia como un problema no solode salud pblica sino como uno de los componentes deun Estado que vigilia, se extrapola y se desquicia cuan-do siente que las mujeres pueden ser capaces de auto-controlar su cuerpo. Esta coyuntura deja claro que lasmujeres son peligrosas, malcriadas, viejas locas, trai-doras para el Estado, cuando reclaman sus derechos,

    cuando disienten, hacen poltica y asumen su vida.

    El temor a debatir, la pretendida manipulacin po-ltica y la amenaza del presidente Correa de renunciarsi se aprueba la causal del aborto por violacin en elCdigo Penal es producto de ese miedo patriarcal, delarquetipo expulsado por la ira que expresa el sentidoneo colonizador del hombre mestizo, poderoso, repre-sentante de un poder nacional, sntesis de los intere-ses de la clase moderna semindustrial de un pas queno dejar de ser exportador de materias primas, queno quiere ni podr eliminar la sobrecarga del trabajode las mujeres y que no soporta la idea de la soberanadel cuerpo.

    Del otro lado, en la coyuntura se han mostrado los

    amores a la soberana del cuerpo, el amor a la vida delas mujeres como prioridad, el amor a la capacidad dedecidir por nosotras mismas, a no ser criminalizadas,

    a ser bien tratadas y a poder elegir en todos los casos.Este lado de los amores muestra la emergencia de unsujeto poltico que no est presente ahora, sino que ha

    venido resistiendo y construyendo imaginarios propios:el Movimiento de Mujeres y Feministas del Ecuador.

    El aborto por violacin, aun no dicho as, est escri-to en la Constitucin y en el sentir de muchas mujeres

    que ya no queremos padecer de este problema. El abor-to es un derecho, lo que exigimos es que se apruebe

    la ley para ejercerlo. Iremos a instancias internacio-nales y trabajaremos otros mecanismos polticos di-versos para alcanzar este objetivo. Nos raticamos en

    alcanzar una vida libre de violencias, en la lucha por

    el aborto por violacin hasta la legalizacin total. Lasoberana del cuerpo de las mujeres no se negocia, sedisfruta, se vive y se practica.

    Amores y odios con la soberaniadel cuerpo de las mujeres

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    OpcinS7

    El fn de la era Kirchner? Salvador Aguirre Gallegos INTERN

    ACIONAL

    El 15 de Noviembre de 1922

    La dictadura militar argentina (76-83), a msde constituir un atroz perodo caracterizadopor el terrorismo de Estado, las violacionesa los DDHH y el cometimiento de crmenes de lesahumanidad; tambin signic la instauracin de

    un plan econmico neoliberal, siguiendo los linea-

    mientos de la Escuela de Chicago, Reagan, That-

    cher y Pinochet.

    En lo econmico, la dictadura represent el in-

    cremento de la pobreza del 5.8% - 37,4%; y, la deu-

    da externa de 7.875 millones de dlares - 45.087

    millones de dlares.

    Luego de sta, el Gobierno de Ral Alfonsn

    (83-89) estuvo marcado por la hiperinacin fruto

    de las medidas del plan econmico del Proceso; y,

    ante la eminente crisis, adelant la posesin de susucesor: Carlos Menem.

    Menem (1989-1999) implement el Consenso

    de Washington. As, a travs de la Ley de Refor-

    ma del Estado, estaba autorizado para privatizar

    el sector pblico. Bajo el lema Achicar el estado es

    agrandar la Nacin, privatiz los yacimientos de

    petrleo como YPF, las redes vial y ferroviaria, las

    telefnicas, etc. Por ltimo, a gestin de su Minis-

    tro de Economa, Domingo Cavallo, expidi la Leyde Convertibilidad.

    El heredero de estas polticas, no tuvo mejorsuerte; Fernando de la Ra (99-01) renunci en me-dio de la mayor crisis nanciera y poltica de Argen-

    tina: el corralito que consisti en la restriccin a lalibre disposicin de dinero que estaba en el sistemabancario. Con su dimisin, tambin, Argentina en-tr a una fase de gran inestabilidad poltica hasta la

    posesin de Nstor Kirchner (2003).

    En este contexto, el triunfo de los Kirchner, Ns-tor y Cristina, pareci un giro a la Izquierda; a de-cir, su posicin patritica frente a las imposicionesdel FMI; la derogacin de las leyes de Punto Finaly Obediencia Debida; y, la expropiacin de YPF as

    lo conrmaron. No obstante, tras una dcada, la era

    de los Kirchner est envuelta en mltiples casos de

    corrupcin y la agudizacin de la crisis econmica;por estas razones, en las elecciones de 2011, no re-sult extrao que el socialista Hermes Binner que-d segundo tras la reelecta Gobernante.

    Despus de las elecciones legislativas del 27 deoctubre en que el Frente para la Victoria de Kirch-ner decreci un 33.9%, Argentina tiene dos cami-nos: juega por la derecha del Frente Renovador deSergio Massa o la Propuesta Republicana de Mau-ricio Macri; o, apuesta por el Frente Amplio Progre-sista de Binner o el creciente Frente de Izquierda yde los Trabajadores de orientacin trotskista.

    Alrededor de 20.000 personas participa-ron en la manifestacin aquel da. Fuela expresin del descontento de los asa-lariados, de los artesanos, de los obreros antela situacin de crisis y explotacin. En aquellafecha se convocaron, en Guayaquil, para im-pulsar un programa reivindicativo, elaboradopreviamente por una Asamblea Popular.

    Esta movilizacin fue el punto mximo dela lucha que se haba iniciado el 7 de noviem-bre, cuando la Empresa de Carros Urbanosdemand el alza de salarios y el cumplimien-to de la jornada de 8 horas laborales, para locual declar una huelga a la que se sumaron,inmediatamente, los trabajadores de la em-presa elctrica, circunstancia que provoc encascada el apoyo de diferentes organizacio-nes populares y gremiales.

    En tal contexto, el sector importador plan-te la necesidad de soluciones para sus in-tereses afectados Pero el Gobierno liberal

    - comprometido con las clases hegemnicas-no estaba para soluciones estructurales, por

    ello el Presidente Jos Luis Tamayo dio ins-trucciones para que el orden llegara a Gua-yaquil el 15 de noviembre de 1922.

    La represin fue violenta. Centenares demuertos produjo la conducta asesina de lagendarmera, la misma que lanz los cadve-res de sus vctimas al Ro Guayas. Fue el bau-tizo de sangre de la clase obrera y popular.Esta realidad precipit la cada del rgimen.

    Este hecho histrico se constituy en unode los antecedentes para la fundacin delPartido Socialista y evidenci hasta dndepuede actuar el poder en su desesperacin pormantener los privilegios de los grupos domi-nantes. Las cruces sobre el agua abrieron elcamino de lucha de los sectores marginadosde la patria.

    La memoria de los asesinados el 15 denoviembre de 1922 no puede llevarnos aclaudicaciones. Su recuerdo debe formarparte de las convicciones para un futurosoberano. Ser ese nuestro mejor homenajea su lucha y a su sacricio.

  • 8/14/2019 OPCION SOCIALISTA 44

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    El ofcialismo rechaza la voz de

    la mujer

    Semanas atrs el Ecuadorpresenci dos hechos suce-didos indistintamente pero

    que reejan la situacin poltica del

    pas, que se maniesta en diferen-tes aspectos, que, quizs por la coti-dianidad, no son vistos con el lentenecesario.

    La Asamblea Nacional en las l-timas semanas discuti los artculos

    que penalizan el aborto en el CdigoPenal. En ese proceso legislativo, ungrupo de mujeres representantes demovimientos feministas, y de mu-chas de las mujeres ecuatorianas,

    en el pleno de la Asamblea, comouna de sus manifestaciones, deci-dieron desnudarse con la consignade generar la conciencia de que elcuerpo de la mujer es solamente de ellas ms no delestado ni de la institucionalidad cualquiera que estasea, econmica, eclesial o estatal.

    Das ms tarde, el 12 de octubre, una marchade alrededor de 200 mujeres de la Amazona ecua-

    toriana parta desde el Puyo, a pie, manifestando

    sus convergencias por la defensa del territorio y

    de la vida; esto, en el contexto de la decisin del

    ocialismo por explotar territorios que hacen par-

    te del parque nacional Yasun, adems de otros

    territorios que estn siendo actualmente explota-

    dos en el Oriente ecuatoriano como el bloque 10.

    El objetivo de la moviliza cin era hacer escuchar

    sus voces y presentar a la Asamblea Nacional y

    al Primer Mandatario, su propuesta denominada

    Selva Viviente.En el primer caso, la Asamblea las escuch tras

    una semana de espera; en el segundo caso, fue mslamentable an, pues el Secretario Nacional de la

    Presidencia dijo que no era necesaria un moviliza-cin para dialogar con el Presidente, que si queranuna audiencia bastaba haber enviado un correo

    electrnico, pero que si queran hablar con l deban

    dirigirse hasta Paacocha, donde hara una visita,

    pues en Quito no las iba a recibir.La iniciativa que esta comitiva traa, Selva Vi-

    viente, reprocha las prcticas extractivistas como

    un saqueo intil a la Pacha Mama quienes en sucosmovisin tienen nociones distintas de la pobre-za, pues las personas del campo son ms ricas por-

    que tienen una capacidad menor de consumo quelas personas que viven en la ciudad. Adems, dicha

    propuesta tiene como objetivo privilegiar el arte de

    estos pueblos y el turismo por sobre las prcticasextractivistas. Al nal, tuvieron que regresar a suslugares de origen decepcionadas de la Asamblea yde los polticos.

    En denitiva, dos hechos en los cuales las mu-jeres del Ecuador maniestan sus pensamientos,

    deseos, necesidades y luchas en una sociedad que, a

    pesar del tacto de la Constitucin, no deja ni da unpaso atrs en los criterios patriarcales y conserva-dores; en los dos casos planteados la respuesta delEstado fue la de total indiferencia, el rechazo y la

    invisivilizacin. Para la gura del gobierno ninguno

    de los dos acontecimientos represent un hecho alque era necesario repensarlo siquiera.

    La hegemona patriarcal no es un discurso, es un

    hecho expresado en la invisivilizacin de la mujer,

    no solamente por la gura del hombre sino por la

    gura de la institucin en la cual pueden liderar

    mujeres, como es el caso Asamblea Nacional. El pa-triarcado es una construccin social histrica de la

    que es difcil salir pero de la que es necesario repen-sar constantemente su accionar, para rescatar de laresignicacin que vaca de sentido una lucha que

    es latente y que no se deja ver. Si hablamos de cons-

    truir una sociedad descolonizada, a propsito del pa-sado 12 de octubre, diramos junto con Mara Galin-do, No se puede descolonizar sin despatriarcalizar.

    Carolina Vallejo, Mauricio Guerra

    El presidente rechaza la voz de la mujer, yo me voy

    con un sentimiento muy triste Ena Santi (mujer kichwa)