Participación política en una sociedad multiétnica

28
La participación política es una modalidad de otras formas de hacer viva la condición ciudadana, y está referida al ejercicio político de elegir y ser electo, actuar en los espacios públicos donde es crucial la organización...

Transcript of Participación política en una sociedad multiétnica

Page 1: Participación política en una sociedad multiétnica

La participación política es una modalidad de otras formas de hacer viva la condición ciudadana,

y está referida al ejercicio político de elegir y ser electo,

actuar en los espacios públicos donde es crucial la organización...

Page 2: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005 197

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

9Capítulo

han venido desarrollando su existencia social. Gua-temala es un buen ejemplo de cómo las desigual-dades sociales se convierten en desigualdadespolíticas.

Sin embargo, a nivel mundial, la historia eselocuente acerca de cómo las personas han tenidoque luchar por los derechos que les corresponden. Lapiedra angular de esa lucha ha sido siempre elactivismo político y los movimientos populares, esdecir, los movimientos nacionales de liberación, losmovimientos campesinos, de mujeres, de poblacio-nes indígenas. Es después, sobre la base de los logrospopulares, que se formalizaron y legalizaron einstitucionalizaron posteriormente esos derechos.1

El desarrollo humano implica también la posibilidad de que las personas puedan tomar parte activa en losprocesos y en las decisiones que afectan sus vidas y la de los colectivos de los cuales forman parte. Laparticipación política permite esa injerencia en el gobierno de la vida pública y colectiva de una sociedad.Es tanto una libertad instrumental, pues su ejercicio permite el logro de otras libertades inherentes aldesarrollo humano (liberarse de la esclavitud de la discriminación, la pobreza, la ignorancia o del hambre)como un elemento constitutivo del mismo; es decir, que tiene un valor por sí mismo, pues confiere a laspersonas la posibilidad de ejercer su capacidad de agencia más allá del ámbito de su vida privada. Es unamodalidad, entre otras, de realizar la condición ciudadana.

El referente temporal de este capítulo es el período 1985-2005 y se examinan tres formas de participaciónpolítica: la electoral, la participación en el funcionariado público y las modalidades de hacer política através de la organización y movilización social.

Participación política en una

sociedad multiétnica

La participación política de la población guate-malteca en general, pero de los indígenas en par-ticular, ha sido difícil en el marco de un Estadomonista, fundado en la ideología liberal de lahomogeneidad nacional, como fuera expuesto enlos capítulos previos. La situación ha empezado aser distinta pero no totalmente favorable todavía.Las demandas por participar o influir políticamenteen una nación multiétnica han planteado un dobledesafío: al Estado para que acepte la diversidadétnico-cultural, y a la población indígena para quese organice y luche por sus derechos. Los problemaspara lograrlo se originan en las condiciones desubalternidad, exclusión y desigualdad en las que

1. El punto de partida: el reconocimiento del

carácter multiétnico de Guatemala

1 PNUD (2000:29).

Page 3: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005198

9

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

En Guatemala, la historia de los esfuerzos deamplios segmentos de la población por la inclusiónpolítica es la espinosa crónica del proceso de laciudadanización: hasta hace poco más de 40 años,se calcula que no eran ciudadanos cerca del 75%de la población: no votaban ni los analfabetos, nilas mujeres, ni los pobres. La ampliación de lapresencia política maya y de otros sectores subal-ternos, es un proceso lento y lleno de contratiempos,un camino que ya se empezó a recorrer.

Una nueva época empieza después de la masacreindígena (1980-83) que desestructuró buena partede su vida comunal y castigó su organización civil.Dos hechos son importantes en este punto de partida.Por un lado, la reacción de la población indígenafrente a la violencia, que los llevó a acciones positivas,respuestas de organización y participación. Por el otro,la Constituyente en 1985 y la Constitución promul-gada en 1986. Ésta proclama la libertad y la igualdad

en dignidad y derechos de todos los guatemaltecos.2

Reconoce la nacionalidad para todos y sobre esa baseotorga la ciudadanía universal a los mayores dedieciocho años, sin más limitaciones que las queestablecen la Constitución y la Ley.3 La CartaConstitucional establece derechos y deberes cívicos ypolíticos y entre estos últimos consigna los derechospolíticos de elegir y ser electo, optar a cargos públicosy participar en actividades políticas.4

Por otra parte, el reconocimiento de la realidadmultiétnica no se hizo sin que ello implicara paralos constituyentes de 1985 el adoptar una actitudprotectora frente a los indígenas: “Guatemala estáformada por diversos grupos étnicos entre los quefiguran los grupos indígenas de ascendencia maya.El Estado reconoce y respeta sus formas de vida,costumbres, formas de organización social, idiomasy dialectos.”5 Es ésta la adopción implícita de uncompromiso multicultural del Estado.

2. El problema fundamental: la baja participación

electoral de las y los guatemaltecosLa Constitución establece la nacionalidad guatemaltecapara todos los que nacen en el país y la ciudadaníapara los nacionales que teniendo mayoría de edadcumplan con el requisito de inscribirse en el padrónelectoral para poder ejercer la ciudadanía plena. Éstaes una condición embarazosa especialmente paraquienes están distantes cultural y físicamente del climaadministrativo-legal del gobierno, como los indígenaso ladinos rurales. El trámite requiere obtener, primero,la cédula de vecindad con fotografía incluida, en la

municipalidad de origen y con ella inscribirse en elpadrón electoral en la cabecera departamental. Estadoble diligencia muchos no la hacen por falta deoportunidad, tiempo o dinero.

El ejercicio de los derechos políticos se vieneproduciendo desde hace varias décadas, en especiala partir de la revolución de 1944, en que se reconocela ciudadanía universal. No obstante el ejercicio delvoto lo practica sólo una minoría, estando Guate-mala en los niveles más bajos del mundo.

2 Constitución Política de la República de 1985, Art. 4.3 Ibídem, Art. 147.4 Ibídem, Art. 136.5 Ibídem, Art. 66.

Page 4: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005 199

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

9La cuestión clave de la democracia guatemal-

teca no radica en una baja participación ladino/indígena sino en la reticencia de todos, en eldesinterés generalizado de la ciudadanía. Estaactitud generalizada no radica propiamente en quelos ciudadanos no votan sino en el hecho que no seinscriben. El cálculo de la abstención electoral debeser hecho, como sucede en otras partes, relacio-nando el total de nacionales mayores de edad conel número de los que votan. Esa es la abstenciónprimaria y se conoce como abstención secundariala relación entre los que están en el padrón elec-toral y votan. En tanto éstos son siempre menos, laabstención primaria siempre será mayor.

En la clasificación internacional6 sobre partici-pación electoral, hacia mediados de los noventa, Gua-temala ocupaba el lugar 158 de un total de 163 países,con un promedio de participación primaria del 29.6%.Haciendo un recorrido histórco, según cálculos deabstención secundaria, en el año 1950, la participaciónfue del 71.6%; diez años después bajó a 53.8% y para laConstituyente de 1985 alcanzó el 69.3%. En esos 35años el número de votantes subió de 417,570 a1,907,771. Desde 1985, la abstención fue aumentandoen las sucesivas elecciones generales de 1990, 1995 y1999 a 54.4%, 48.8% y 53.4% respectivamente. En lasúltimas elecciones (2003) votaron 2,937,169 ciuda-danos sobre un total de 5,073,282 inscritos, es deciruna abstención secundaria de 42.1% y primaria del51%. En esas elecciones, el 44% de empadronados y el43% de votantes fueron mujeres.

Cuadro No. 9.1.Población con Cédula de Vecindad y empadronamiento

2000

Fuente: INGEP con base en ENCOVI 2000.

6 Idea Internacional (2001:15). En esta clasificación, Costa Rica ocupa la posición 14, Nicaragua la 56, Honduras la 92 y El Salvador la 114.

Page 5: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005200

9

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

Los datos electorales no han desagregado laparticipación por etnicidad. Para recoger estadimensión, ha sido necesario recurrir a encuestascomo ENCOVI 20007. Otra opción es analizar losmunicipios de acuerdo con la pertenencia étnica desu población. El cuadro 9.2 muestra, de maneradesagregada, el comportamiento de varias comuni-dades lingüísticas indígenas, por empadronamientoy votación, en las dos últimas elecciones. Destacanvarios hechos: primero, sólo uno de cada tres indí-genas está inscrito como ciudadano pero de ellos, casi

dos votan, por lo que no hay relación entre empa-dronamiento y voto. Como ejemplo, la comparaciónde la elección del 2003, en que el promedio nacionalde participación fue del 58% y para los indígenas, unpunto mayor, el 59%. Segundo, no existe ningunarelación funcional entre empadronarse y votar, lo quese traduce en una independencia relativa en ladecisión ciudadana de sufragar. La gráfica 9.1completa la información del voto indígena: losindígenas se inscriben menos, pero los inscritos votanmás que los no indígenas empadronados.

3. La etnicidad no es determinante en el

comportamiento electoral

Cuadro No. 9.2. Empadronamiento y votación según grupo étnico

Elecciones de 1999 y 2003En porcentajes

Fuente: TSE, FLACSO, cuadro de análisis de las elecciones de 1999 y 2003, con base en los municipios con más del 50% de población maya.

7 Véase Anexo Estadístico, cuadro Ge_10.

Page 6: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005 201

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

9

No es posible precisar el número de guate-maltecos mayas que votaron en las elecciones de2003. Se pueden calcular indirectamente algunasformas de participación en los ámbitos departa-mental y municipal. El análisis comparativo quepropone Grisales Cardona8, demuestra que en loscinco departamentos con más población indígena(85.7% promedio), la participación electoral fue un3% mayor que en los departamentos con menosindígenas. La participación promedio en losprimeros fue del 61% y en estos últimos, del 58%.

Un dato más puede reforzar la evidenciarelativa de las diferencias de comportamiento apartir del factor étnico. El departamento con mayorpoblación indígena, en el país, Sololá, tiene el másalto índice de participación nacional, un 70% (un17% más alto del promedio nacional) y el departa-mento con menor población maya, El Progreso, sóloun 37% de participación. La conclusión basada enel análisis departamental arroja diferencias menorespero con una ligera ventaja a favor de votantesindígenas frente a los no indígenas.

A continuación, con base en informacióncensal de 2002, se comparan los 15 municipios conel porcentaje de participación electoral total másbaja, en un extremo y en el otro, los quincemunicipios donde la participación fue más alta. Lacomparación se realiza con las variables étnica,lugar de residencia, educación y condición de

pobreza. El método da resultados “de tendencia”,aproximados y muy relativos, pues debe tomarse encuenta que no se analiza el comportamiento deciudadanos –indígenas/no indígenas– sino demunicipios con las más altas y las más bajas cotasde votación en las elecciones nacionales de 2003,como aparecen en el cuadro 9.3.

Gráfica No. 9.1.Asistencia electoral en elecciones 2003 según auto-identificación étnica y educación

En porcentajes

Fuente: VI Estudio realizado por AID/LAPOP/ASIES sobre la cultura democrática de los guatemaltecos, 2004.

8 Grisales (2003) en Sáenz (2005:221).

Page 7: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005202

9

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

Cuadro No. 9.3.Bloque de 15 Municipios con más alta y más baja participación electoral (2003) según

densidad indígena/ladina, urbana, escolaridad, pobreza y pobreza extrema

Fuente: TSE, Censo de Población y Habitación 2002 y FLACSO.

Page 8: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005 203

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

9

No se encuentra ninguna relación fuerte entrela “variable independiente”, baja y alta participa-ción electoral y las otras a las que se les supone,normalmente, algún valor explicativo, concluyente.Es posible, sin embargo, proponer algunos comen-tarios relacionales de la participación indígena/noindígena en el ejercicio electoral:

El primero es que el “mito” del abstencio-nismo indígena tiene poco asidero aquí. De los 15municipios con la tasa de participación electoral másbaja (menor del promedio nacional que es del 56%)hay ocho municipios con alta presencia no indígena.A su vez, en los municipios con la más altaparticipación en las urnas, todos son municipios conlos más altos porcentajes de población indígena. Laconclusión es que esta población tiene un razonableejercicio del derecho político del sufragio, similar osuperior al del ciudadano no indígena, por lo que nopuede sostenerse que unos votan más que los otros.9

En un ejercicio aparte se obtuvo el coeficiente decorrelación de Pearson entre etnia y participación ydio un resultado de 0.209, que es una relación débil.10

El segundo supuesto es que en Guatemala elvoto es predominantemente urbano, siendo el paísmás rural de América Latina (salvo Haití) y conla población indígena mayoritariamentecampesina. ¿Es más alto el número de votantes enel medio urbano? Los resultados son positivos perono aplastantes. La cuantía del voto es relativamentemás importante en los municipios de más alta propor-ción urbana, donde hay nueve municipios que estánpor arriba del promedio nacional de urbanización(que se considera hoy día en un 45%11). En cambio,entre los municipios con baja participación, hay trecepor abajo del promedio de urbanización, lo queconfirma los resultados del primer bloque. La relación

con el factor étnico es positiva si se compara el bloquede municipios con más participación electoral y losmás urbanos, pero es imprecisa con el primer grupode municipios (baja participación electoral y altadensidad indígena). El coeficiente de Pearson entreurbanización y participación es de 0.395, que esrazonablemente alto.

El tercer supuesto, muy generalizado porcierto, es que la participación es mayor entreciudadanos con mayor educación, en este casocon un promedio de años de escolaridad másalto. En general, cuantos más recursos cognitivos yde información dispone un individuo, más propensoserá a participar.12 Es sabido que la poblaciónindígena tiene menos educación en el total deguatemaltecos; si se comparan los municipios cuyosciudadanos tienen una mayor participación frentea los que tienen menos en relación con el promediode escolaridad (3.0),13 la conclusión es que esarelación es débil pero a favor del primer grupo demunicipios. Se concluye así que el factor educativoinfluye poco en la decisión de votar; los ciudadanoscon más educación lo hacen en una proporciónligeramente mayor, frente a los que no la tienen.Véase la gráfica 9.1, supra, que ofrece resultadosdispares entre educación primaria/secundaria/universitaria. Ello se debe a que en la encuesta seconcentró un alto número de graduados universi-tarios. El coeficiente de Pearson entre participacióny educación fue apenas de 0.168. Esto se explica, enparte, por que la población guatemalteca, en ge-neral, tiene pocos grados de escolaridad.

Finalmente el supuesto que tradicional-mente predica una fuerte asociación negativaentre el ejercicio del derecho al voto y lascondiciones de pobreza (en general), sabiendo

9 A esta conclusión llega Sáenz (2003:223) comparando resultados departamentales en las elecciones de 2003, al igual que Lehoucq y Wall(2001), en Torres-Rivas y González (2001: 125-7), quienes realizan un hallazgo similar pero empleando un modelo de regresión de mínimoscuadrados ordinarios (MCO).10 La correlación de Pearson se hizo con todos los municipios del país.11 El porcentaje de población urbana corresponde a un número aproximado que depende de la definición de lo que es rural/urbano. El 45%es aproximado y es el utilizado hoy día por el INE.12 Son numerosas las investigaciones que confirman una relación positiva entre educación y sufragio. Por ejemplo los trabajos estadísticos deBarreiro (2004: 66) y Powell (2004:23).13 Se refiere al promedio de años de la escuela primaria, cuyo total es de 6.

Page 9: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005204

9

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

que esta condición también afecta más a lapoblación indígena. Hay una relativa importanteindependencia entre esas categorías, pues losmunicipios con alto o bajo porcentaje de participa-ción, es decir, con posiciones polares, exhiben unporcentaje de pobres muy parecido. Es la certezaelemental de que en una sociedad de pobrezageneralizada, este factor no explica de formaconvincente comportamientos diferenciales en eluso de los derechos políticos. La abstención, se hadicho ya, es alta y ello supone que en general novotan los pobres, sean indígenas o no. El coeficientede Pearson entre participación política y pobreza,en este caso, es negativa, -0.111 y menor si serelaciona con pobreza extrema (-0.052).

A partir del conjunto de explicaciones com-parativas hechas anteriormente sobre la partici-

pación electoral de ciudadanos indígenas y noindígenas, según diversas condiciones, el comporta-miento electoral pareciera depender de otros factoresconcurrentes que varias investigaciones handescubierto, tales como el grado de la organizacióninstitucional local, la distancia de los centros devotación para un promedio significativo de perso-nas, el tamaño físico y demográfico del municipio,la dinámica que alcanza la campaña electoral enniveles de competencia, la polarización o recursosutilizados, el compromiso político personalarticulado al grupal, la exposición a los efectosdirectos de los medios de comunicación y otros.14

Pero, en igualdad de circunstancias, el factor étnico-cultural no es decisivo en la explicación de laabstención/participación política; influye más lacondición urbana, menos el nivel educativo y lacondición de pobreza.

14 Lehoucq y Wall (2001) en Torres-Rivas y González (2001:139).

Page 10: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005 205

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

9

Gráfica No. 9.2. Participación electoral, desarrollo humano y etnicidad

Fuente: Elaborado con datos del INE, TSE y PNUD.

Page 11: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005206

9

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica Cuadro No. 9.4.

Alcaldes indígenas electos y número de municipioscon más del 50% de población indígena15 por departamento

1985, 1990, 1995, 1999 y 2003

Fuente: Elaboración con base en las memorias del Tribunal Supremo Electoral e INE.

La otra dimensión en el ámbito de los derechos políticosreside en la posibilidad de ser electo; participar comocandidato y ser escogido para puestos públicos, deautoridad. El derecho a ser electo es un reconocimientoformal, pero su ejercicio efectivo requiere condicionessociales y culturales que actualmente no existenplenamente para los grupos indígenas. Hay variosniveles de autoridad. El municipal es el más popular;en 2003, habían 331 municipios, de los cuales 158tenían mayoría de electores indígenas. El cuadro 9.4muestra el número de alcaldes indígenas que han sidoelectos a partir del inicio de la democracia electoral en1985. En este año se alcanzó el mayor número deindígenas electos, con 128. Hay que recordar que elmovimiento popular del 20 de octubre de 1944

restableció la autonomía municipal y dio el voto a losanalfabetos varones, lo que permitió que hubiesealcaldes indígenas. El cuadro 9.4 informa sobrealcaldías ganadas por candidatos mayas en municipiosde mayoría de esta población, de lo que se deduce losiguiente: sucede con más frecuencia la postulación yla victoria de indígenas a cargos municipales en muni-cipios donde esta población tiene mayoría; en 2003 el78% son alcaldes mayas. Dos, a juzgar por lasdiferencias porcentuales (línea horizontal inferior) enestos municipios también hay alcaldes no indígenas,como en Quiché, donde la mitad de alcaldes son“ladinos”. Y tres, marginalmente, un indígena puedeganar en un municipio donde ellos no son mayoría,como en Izabal y Escuintla.

15 Las diferencias en los totales y porcentajes en las dos últimas filas se deben a que se han incluido los 13 municipios de Escuintla, por el casode Palín y faltan los municipios indígenas de Jocotán y San Luis Jilotepeque, en Jalapa y Chiquimula.

4. El derecho político a ser electo

Page 12: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005 207

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

9Por inferencia, en municipios con mayoría “no

indígena”, cuyo número no aparece en el cuadro,la victoria de un candidato maya es improbable.Estos resultados podrían sugerir una ciertapolarización étnica electoral pero de escaso valor,pues la totalidad de ganadores en las cinco

elecciones, 589 indígenas, pertenecieron a partidospolíticos diversos y competitivos, como lo muestrael cuadro 9.5. La DCG, PAN, FRG y Comités Cívicosrepresentan el 69% del total de alcaldías indígenasy han participado en no menos de 4 de los 5 procesoselectorales en el período de estudio.

Recuadro No. 9.1.La Asociación Guatemalteca de Alcaldes Indígenas

La importancia numérica de los Alcaldes indígenas llevó a la creación de la Asociación Guatemalteca de

Alcaldes y Autoridades Indígenas, en 1996 y que ha obtenido el reconocimiento legal. Los alcaldes se

integran por invitación y contaba, en 2004, con 104 socios. Incorpora también a un pequeño grupo de

responsables de Alcaldías indígenas, herederas del antiguo sistema de municipalidad dual. La AGAI no tiene

una agenda propia en relación con la Asociación Nacional de Municipalidades y no ha alcanzado aún la

etapa de foro coordinado con una agenda indígena común que oriente el poder local para solucionar sus

problemas propios.

Cuadro No. 9.5.Alcaldías indígenas según partidos políticos o comités cívicos

1985-2000

FUENTE: Elaboración propia con base en información del Tribunal Supremo Electoral.

No existe aún una valoración general de lo quesignifica la participación y las victorias indígenasen el poder local, en la nada despreciable suma demás de cien alcaldes indígenas en cada período,cantidad que es casi un tercio de los municipiostotales del país. ¿El votante indígena lo hace porqueel candidato es indígena o por su particularpreferencia política? Si concurren ambas motiva-ciones, ¿cuál pesa más? ¿Y el electo, cómo conducesu gestión?

No hay aún respuesta a tales interrogantes, en lasque habría que profundizar para saber más sobrecomportamientos que sin duda son tanto electoralescomo políticos. El mapa político del país se vacompletando al advertir la importancia que cobran loscuatro grupos indígenas mayoritarios: el 71% de lasalcaldías les pertenecen así, en orden descendente ysegún los cuatro procesos electorales: Kaqchikel, 133alcaldes; K’iche’, 124; Mam, 120 y Q’eqchi’, 44. Estainformación, de la gráfica 9.3 puede compararse conla que ofrece el cuadro 9.2, relativa a inscripción y votogeneral de estos grupos lingüísticos.

Page 13: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005208

9

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

Gráfica No. 9.4. Comités cívicos inscritos en el país y en departamentos indígenas

1985 - 2003Número de alcaldías

Fuente: Elaboración con datos del TSE.

Una dimensión particular de la participaciónpolítica la creó la Ley Electoral con la modalidad de loscomités cívicos como instancia menor aunque paralelaa los partidos políticos. Según la Ley Electoral, loscomités cívicos pueden ser un instrumento alternativo

de presencia ciudadana en el ámbito local. En principio,los comités han surgido, crecientemente, en municipioscon mayoría de población indígena, en apoyo decandidatos indígenas. Véase la gráfica 9.4, que exhibelos resultados para estos candidatos.

Gráfica No. 9.3.Número de alcaldías indígenas en las 4 comunidades lingüísticas más importantes

1985 - 2003

Fuente: Elaboración con datos del TSE e INE.

Page 14: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005 209

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

9

La confianza de los ciudadanos en la democraciase apoya en los partidos políticos. La experiencia hastaahora deja un saldo que debe ser valorado: los comitéshan tenido baja capacidad de ganar elecciones,además de una vida política limitada, de hecho ylegalmente. El respaldo popular del electo por uncomité ha sido débil, lo que ha dejado al alcalde enla soledad o en brazos de algún partido.

Se reconoce, no obstante, casos excepcionalescomo el del comité cívico Xel-Jú, cuya vida data devarias décadas atrás, más que la de muchos partidospolíticos, y que tuvo a su cargo la administración dela ciudad de Quetzaltenango durante dos períodosconsecutivos de gobierno y en donde políticos de laetnia K’iche’ jugaron un papel protagónico.

En cuanto a los diputados indígenas, sean losde la lista nacional, o los distritales, en los cincoeventos electorales (1985-2003) se han electo 145diputados en la Lista Nacional, de los que sólo 6han sido indígenas; entre los diputados distritalesse han electo 538, de los que 41 han sido mayas, esdecir, un porcentaje del 4% y el 8% respectivamente.La baja representación es más evidente en el casode los distritales pues según la ley, cada departa-mento es un distrito electoral, en que por eleccióndirecta se elige en forma proporcional. Hay 9departamentos donde más del 50% son indígenas(4.6 millones de personas) lo cual se traduce en laposibilidad de aumentar ese 8%, pero sin quenecesariamente deba ser, por la compulsiónestadística, un 50%. El punto crítico es que lospartidos presenten más candidatos indígenas puessólo así la población podrá elegirlos o no.

La discrepancia entre electores mayas y mayaselectos es de naturaleza histórica y política.Recientemente, el Encuentro Permanente para laParticipación de los Pueblos Indígenas realizó unaproyección sobre el número de diputados mayas que

debieran elegirse según la población maya pordepartamento. Véanse dos ejemplos, Alta Verapaz tieneun 93% de población maya y 9 diputados disponibles,por lo que 8 debieran ser mayas pero sólo se eligierondos (2003). En ese mismo año, conforme el total deelectores mayas, debieron elegirse 31 diputados en laLista Nacional y sólo fueron dos.16

En contraposición, existe la visión de que noes un argumento razonable el que apela al sofismade la mayoría estadística como un derecho, y no loes ni para lo étnico ni para lo de género u otrapresencia que reclama, ex nihilo, sólo por su pesonumérico un derecho político. Es decir, se argumen-ta que el número de electos no depende de sucondición étnica, en una democracia representativa,sino de su calidad electoral y por ello, que losciudadanos voten por ellos. Por consiguiente, desdeesta visión, el recurso a la llamada “discriminaciónpositiva” es circunstancial.

Lo que ocurre hasta hoy es el resultado de unadialéctica perversa entre la discriminación real y laretórica multicultural. En el mercado de la política,esa tensión baja cuando se eligen algunos diputadosindígenas, aunque ello tiene más un carácteremblemático, en el sentido de que son electos porpartidos que no tienen propuestas programáticascon contenido étnico. En consecuencia, los alcaldeso diputados indígenas responden a un programapropio de una cultura que se pretende homogénea.

Una situación similar ocurre con los pocoscandidatos vicepresidenciales que ha habido en estostiempos y cuya figuración simbólica es parecida ala de los diputados. Esas postulaciones tampocohan sido propuestas por partidos o alianzasganadoras; son candidatos de pequeños partidos.En un eventual supuesto contrario, cabe la duda sisu victoria significase realmente un acceso a cuotaalguna de poder.

16 Conforme a la Agenda Relativa a la Participación Política de los Pueblos Indígenas, de donde se toma la información anterior, se agreganlos siguientes datos, argumentando una falta de inclusión equitativa: sobre 567 diputados electos en 5 elecciones, solo 53 han sido indígenas(2004:12 y 13).

Page 15: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005210

9

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

Cuadro No. 9.6.Porcentaje de diputados indígenas y no indígenas

FUENTE: Elaboración propia con base en informes del Tribunal Supremo Electoral.

La democracia, siendo electoral como ocurre enesta época, también abre espacios de oportunidadpara que aparezcan de manera creativa otrosmodos de participación política, otras formas deaproximarse al poder, de influir desde ladimensión pública. Se habla de presencia políticaen tanto el referente sea el Estado y se hagapolítica aunque no necesariamente partidaria;lo político es el juego de intereses colectivos quese relacionan como expresión de una voluntadde influir en las decisiones públicas y no esnecesariamente electoral.

Una experiencia no bien documentada serefiere a la participación de indígenas en elfuncionamiento cotidiano de los partidos políticos,a su presencia en los órganos de dirección,especialmente en los Comités Ejecutivos Nacionales.El Cuadro 9.7 es una muestra de la débil presenciaindígena en los partidos políticos, especialmente enlos más importantes por su caudal electoral.

El partido político es el instrumento para quela participación como ciudadano elegible se realice.

El sistema partidario es débil en Guatemala y aúnajeno a la emergente ciudadanía maya, salvo paraalgunos grupos o personalidades que lo hacen poriniciativa propia. Ha habido en el último tiempodos tipos de proyectos relativos a la relación etnia/partido. Uno, son iniciativas que los partidospolíticos existentes toman para incluir en sudirección y/o en sus programas a líderes o temáticasreferidas a los problemas de los indígenas. Estoforma parte de una etnicización de la política quese produce en varios niveles. Otro, son iniciativasmuy preliminares para formar un partido maya,pero que no han prosperado a la fecha. Debemencionarse la iniciativa de formar un PartidoIndígena en 1976, que surgió aliado a la Demo-cracia Cristiana, el Frente de Integración Nacional(FIN) que declaró su voluntad de reconstruir unpoder indígena; terminó apoyando al Frente Amplioque encabezó el general Lucas García en laselecciones de 1978. Posteriormente, tampoco secumplió con inscribir al partido, sino que además,en el conflicto armado interno, se asesinó a muchosde los dirigentes del FIN.17

5. Otras formas de participación política

17 Véase una descripción más amplia en Taracena (2004:181-183).

Page 16: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005 211

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

9

Cuadro No. 9.7.Participación de los indígenas

en Comités Ejecutivos Nacionales de Partidos Políticos

Fuente: Elaboración Jaime Cubil con base en datos del Foro de Partidos Políticos y Red de Indígenas Inter Partidarias.(*) No mencionan. (**) Secretarías indígenas.

Page 17: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005212

9

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

La participación política de ciudadanos conuna conciencia étnica como tal es aún muy escasa,pero está planteada como un desafío a la multicul-turalidad de la nación. Por ejemplo, la iniciativapara formar una asociación política que surgió acomienzos de 1998 con el nombre de Moloj por partede un destacado grupo de mujeres indígenas.Rigoberta Menchú, una de las organizadoras,declaró que “es el momento de educar a nuestrasmujeres jóvenes para que se atrevan a participar enla política nacional...” El proyecto se ha propuestoentrenar, educar a nuevas generaciones de mujeresindígenas para su participación política, para suformación ciudadana y “ocupar espacios quesiempre nos han negado por ser mujeres y pornuestro origen étnico” indica el documento, alrecordar, como ejemplo, que de 3.245 cargos deelección en las municipalidades, sólo 6 son mujeresy sólo una ha sido gobernadora.18

Otro tema de debate es el referido al ámbitoespacial en el que se mueven los intereses mayas.Se dice, por una parte, que ellos están más o menosatados a los problemas locales por la posibilidad deinfluir así directamente en sus destinos personaleso de la comunidad. Otros, afirman que es crecientela identidad nacional de la dirigencia maya y enconsecuencia su interés no se detiene en la

democracia local sino en lo nacional. Por de pronto,es políticamente importante la presencia maya enlos ámbitos del poder municipal19, por intermediode los cabildos abiertos y por la participación en losConsejos de Desarrollo.

Como parte del proceso de democratización dela sociedad reviste creciente importancia ladimensión municipal, que recoge los interesescomunales en un momento en que el Estadopatrocina activamente políticas de descentralizacióny empiezan a tener vigencia la ley de Consejos deDesarrollo Urbano y Rural, la ley general deDescentralización y las reformas al Código Munici-pal. Las tres leyes tienen el propósito común,expresado desde ópticas distintas, de promover laparticipación popular. Los Consejos de Desarrolloempiezan a funcionar como instancias de partici-pación multisectorial, aunque todavía con algunasdificultades para que en su funcionamiento puedancumplir los objetivos básicos. De manera másespecífica la creación de los Consejos de Desarrollo,en sus cinco niveles, se apoya en, y promueve laparticipación de la población indígena y no indí-gena en la gestión pública del desarrollo, tomandoen cuenta principios de unidad nacional, multi-étnica, pluricultural y multilingüe de la naciónguatemalteca.

18 Documento Mujeres Mayas en la Lucha Política, copia informativa, s/f.19 Se ha dicho, como una deducción problemática, que el voto local es mayor en la primera vuelta que en la segunda, porque el interés delciudadano indígena por las autoridades locales es mayor. Lo cierto es que la segunda vuelta es una elección presidencial.

Page 18: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005 213

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

9

El cuadro 9.8 presenta una información actua-lizada de los Consejos Comunitarios (COCODES) yMunicipales (COMUDES) de Desarrollo, en dondepuede verse la potencialidad que tiene para atraer laparticipación popular maya y no indígena. Esaintegración aún es débil en lo que se refiere a larepresentación indígena, especialmente de mujeres. Larepresentatividad social se confronta con la lógica delclientelismo y conductas patrimoniales que muchasveces vienen desde el centro político, la ciudad capital.

La experiencia consultada, no obstante lo anterior,apunta a la actividad que en el ámbito local crece eincorpora a nuevos sectores. Hay un creciente aunquedesigual dinamismo en los Comités Locales y en eltrabajo municipal.20

En el cuadro 9.9 se presentan los departamentoscuyos municipios tienen más del 50% de poblaciónmaya. Hay una significativa correlación entre elnúmero de COMUDES y el de municipios indígenas.

Cuadro No. 9.8.Consolidado del estado de situación de los Consejos Municipales

y Comunitarios de Desarrollo2005

Fuente: Registro del Departamento de Fortalecimiento de Consejos de Desarrollo de la Subsecretaría para la Descentralización de la CEP.

20 Es numerosa la bibliografía sobre el tema. El PNUD organizó en junio, 2004, el Taller sobre Multiculturalidad, Pueblos Indígenas yGobernabilidad, donde se realizaron balances críticos sobre el papel de los Consejos de Desarrollo, cf: pp. 21-22, 116 y 117.

Page 19: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005214

9

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

6. El funcionario indígena y la institucionalidad del

Estado

Cuadro No. 9.9.Número de COMUDES según departamento

Fuente: Cuadro anterior y datos del TSE, preparado por R. Adams.

poder se realiza en función del nivel de esas jerarquías.Aquí la presencia maya ha venido creciendo y ello esimportante por su eventual potencialidad de cambiarpaulatinamente la dirección de las políticas públicas.Funciona ya una Coordinadora InterinstitucionalIndígena del Estado (CIIE), integrada por indígenasque laboran en 16 dependencias del Estado.

Existen otras formas de conexión participativa entreel ciudadano y el Estado. A diferencia de los derechospolíticos que se ejercen frente al Estado, hay otrasmodalidades de participación –el nombramiento–en el que la función se realiza en el interior delEstado. Esto se refiere al que ocupa un cargo en unade las instancias jerárquicas de gobierno, donde el

Page 20: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005 215

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

9

Muchas oficinas o dependencias guberna-mentales se han venido creando por presión de, ocomo demandas planteadas por las organizacionesmayas. Es sin duda, sólo el inicio, de poco tiempo yque tiende a crecer y responden, muchas veces, acompromisos de los Acuerdos de Paz o derivacionesde los mismos. Algunos analistas hablan ya de unaetnocracia, con el mismo ánimo apocalíptico de losque se refieren a la mayanización del Estado. Perola participación maya a la que se refiere esteapartado, ocurre todavía en el interior de una lógicarestrictiva, irresistiblemente condicionada, dictadapor la naturaleza tradicional del Estado monista.

En el período bajo análisis, ha habido tresministros indígenas en distintos gabinetes de gobier-no: uno en Educación y dos en Cultura, y siete vice-ministros, cuatro en esos ministerios, más Salud yMedio Ambiente. A partir de 2000, ha habido sieteembajadores, un magistrado en el TribunalSupremo Electoral y otro en la Corte Suprema deJusticia. En niveles inferiores de gobierno hay“ventanas” de participación, hay más funcionariosmayas que por lo general tienen como público-metaa los indígenas. Esta nueva época se inició hace 10años con medidas afirmativas de pluriculturalidad,con la instalación de Comisiones Paritarias,derivadas de los Acuerdos de Paz, que han desempe-ñado un papel decisivo en la sugerencia de políticassobre educación, idiomas, justicia, participación,sitios y lugares sagrados y la memoria histórica.

Otras “ventanas” de participación se hanabierto en forma de instituciones o dependenciasestatales dirigidas por mayas y/o en su provecho.Dependientes de la Presidencia de la República estáel Consejo Asesor Indígena, de reciente formación;una Unidad de Pueblos Indígenas dentro de laSecretaría de Planificación y Programación de laPresidencia (2005), una Unidad de Desarrollo y Pue-blos Indígenas dentro de la Secretaría de la Paz,entidad que ha desarrollado acciones de seguimien-to y promoción de los Acuerdos de Paz. También sonunidades adscritas a la Presidencia, las siguientes:

La Defensoría de la Mujer Indígena –DEMI–,creada en julio de 1999, con la función de atendersituaciones de vulnerabilidad, indefensión ydiscriminación de la mujer indígena y promoveracciones de defensa, pleno ejercicio de sus derechosy propuestas de políticas públicas. La DEMI tieneun consejo consultivo de representantes maya,garífuna y xinca y una responsable nombrada porel presidente de la República. La Defensoría tieneoficinas en Petén, Suchitepéquez, Huehuetenango,Quetzaltenango, El Quiché, y Cobán.

La Comisión Presidencial contra la Discrimina-ción y el Racismo contra los Pueblos Indígenas,creada en octubre de 2002 con integrantespropuestos por organizaciones indígenas, con lamisión de asesorar mecanismos de combate a ladiscriminación y ser un mecanismo de diálogo y deinformación. Los últimos dos gobiernos han dadomuestras de impulsar la lucha contra el racismo yla discriminación de forma más institucionalizada.

El actual Consejo Asesor Indígena para laPresidencia fue instalado el 31 de marzo de 2005con el mandato de orientar políticas contra ladiscriminación con respaldo presidencial. Poneénfasis en la sensibilización interna del Estado eincluye sanciones administrativas, campañaseducativas y acciones afirmativas.

El Fondo de Desarrollo Indígena –FODIGUA–cuya institucionalización ha conocido muchosobstáculos. Fue establecido en 1994 sobre lapropuesta de un sistema ad hoc de participaciónsocial indígena y de planificación participativa. ElFODIGUA ha conocido reiteradas crisis, algunas decarácter financiero, que han llevado a variosintentos de reestructuración. Éste es el más pequeñode los 14 fondos existentes.

Hay otras numerosas “ventanas” por lo menosen 6 ministerios de gobierno, creadas con estatutosdiversos para la atención de propósitos multicul-turales: en el Ministerio de Trabajo se creó unDepartamento de Pueblos Indígenas; en el Ministe-

Page 21: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005216

9

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

rio de Medio Ambiente y Recursos Naturales unaUnidad de Políticas Mayas y una Unidad de Pue-blos Maya, Garífuna y Xinca; en el Ministerio deCultura y Deportes una Unidad de Lugares Sagradosy Práctica de la Espiritualidad Maya; en la ComisiónNacional de Áreas Protegidas una Unidad de AsuntosIndígenas, y en el Ministerio de Educación unviceministerio de Educación Bilingüe y unaDirección de Educación Bilingüe Intercultural.

Se establecieron Oficinas de Políticas Mayas en elInstituto de Ciencia y Tecnología Agrícola del Ministeriode Agricultura y también en el Instituto Nacional deBosques. Se fortaleció el Consejo Nacional del PuebloMaya en Ambiente, Recursos Naturales y Agropecuarios.El Código Municipal y la ley de Consejos de Desarrollodeterminan espacios de participación indígena adiversos niveles, aunque no establece mecanismos derepresentación. Está en proceso de construcción estenuevo sitio de participación en instancias vinculadas ala vida de la comunidad.

El Ministerio de Gobernación creó una Oficinade Carácter Multiétnico en la Policía Nacional,reestructurada en 1997 para dar cumplimiento a losAcuerdos de Paz como un proyecto de fortalecimientoinstitucional promovido por MINUGUA. La OCMplanifica políticas internas de no discriminación yeducativas en la academia policial con un curso sobremulticulturalismo y el Convenio 169. En el 2004 el16% de policías era indígena y el 2.56% mujeres.

En el Poder Judicial hay varias iniciativas. Seestableció una Comisión de Asuntos Indígenas comouna agenda institucional en el Organismo Judicial.Se crearon Juzgados de Paz Comunitarios, en cincomunicipios lingüísticos diferentes, con juecesbilingües y con autoridad para usar normasconsuetudinarias. El Instituto de la Defensa PúblicaPenal cuenta con diez oficinas regionales y unprograma de Defensorías Indígenas como puentepara la coordinación entre el sistema estatal y elsistema jurídico indígena. En el Ministerio Público

se creó la Fiscalía de los Pueblos Indígenas y en laProcuraduría General de la Nación se estableció unaSecretaría Específica de Asuntos Indígenas.

La Defensoría de Pueblos Indígenas en la Oficinadel procurador de los Derechos Humanos –PDH–, fuecreada luego de la retirada de MINUGUA para continuarprocesos de observación y como una unidad perma-nente en la supervisión, promoción y tutela de derechosIndígenas. Esta Defensoría constituye un enlace conlas organizaciones, instituciones y comunidades mayasy tiene una dinámica propia e independiente y unequipo humano en crecimiento.

La Academia de Lenguas Mayas de Guatemala–ALMG– es la única institución autónomaindígena; fue creada a mediados de los ochenta perosu reconocimiento jurídico fue de octubre de 1990.La ALMG es reconocida como máxima entidad enla promoción y desarrollo de las lenguas mayas ydispone de una organización propia en cada unade las 22 comunidades lingüísticas. En 2003 elEstado le concedió en usufructo la antiguaresidencia del ministro de defensa y en concesiónla frecuencia del canal 5 de televisión; para su la-bor, en el 2004, el Estado le asignó un presupuestode 28 millones de quetzales.

Además de la participación electoral, enpartidos políticos o como parte del funcionariadodel Estado, existen organizaciones sociales diversasque buscan o tienen formas de participación políticacomo grupos de presión en defensa de los interesesde ciertos sectores sociales, tales como organiza-ciones campesinas y sindicatos, pero también deorganizaciones gremiales y de mujeres. La carac-terización étnica de estas organizaciones tiene quever con la de los sectores que representan: existenmuchos más indígenas en organizaciones campesi-nas y menos en las sindicales o de maestros,mientras que en las empresariales hay máspresencia de criollos y personas de origen europeoo norteamericano.21

21 Pero, a cambio, es interesante la alta presencia de K’iche’s en la Cámara de Comercio de Quetzaltenango.

Page 22: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005 217

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

9

En general, se puede hablar de una presenciavariada prácticamente en todas. Esto en cambio sí ocu-rre con población indígena y sobre todo con la maya, através de gran cantidad de asociaciones, instituciones,y actores diversos actúan buscando un cambio políticoen pro de sus intereses. Según un estudio reciente22,

existen más de 300 entidades en el país que se puedenconsiderar como “organizaciones indígenas”, de lascuales destacan “40 organizaciones mayanistas”, cuyamayoría ha logrado perdurar más de 10 años, lo queprueba su “capacidad de sostenibilidad, fortalecimientoinstitucional y beligerancia o protagonismo”.

7. La sociedad civil maya y su participación política

Es importante documentar que existen otrasmodalidades de presencia pública, con eventualesefectos políticos, de organizaciones indígenas. Unimportante movimiento asociacionista de carácterétnico no político se ha desarrollado en Guatemalaen diversos momentos. No ha sido una experienciaorganizativa que haya tenido un crecimientosostenido y ascendente. Más bien, se caracteriza porhaber atravesado momentos de mayor presencia,que luego disminuyen. Actualmente se encuentranfuncionando numerosos grupos que tienen encomún que demandan el reconocimiento positivode los Derechos Humanos Indígenas23, individualesy colectivos; y realizan diversos movimientos a fa-vor de sus reivindicaciones étnicas. Todo ello,organizaciones y movilizaciones, ya forman partedel escenario de la vida pública nacional y seconvierten así en un factor antes ignorado y ahoragozando de plena legitimidad.

7.1. El movimiento maya

La organización y la protesta de los indígenas tienemuchos años de haberse iniciado. Algunos señalanlos años 70 del siglo XX como el período de

surgimiento del actual movimiento maya. Última-mente, tiende a confundirse movimiento conorganización. En general, un movimiento social esuna forma de acción colectiva que implica lapreexistencia de un conflicto, un problema, quetrata de resolverse a través de la movilización. Elmovimiento social surge porque existen tensionesestructurales que generan la vulneración dedeterminados derechos.

Hubo movilización indígena en el pasado colo-nial y republicano. Interesa señalar, no obstante, laque hubo recientemente y que constituye por suselementos inéditos, un momento de fractura o unpunto de partida de una nueva época. Es el hechoque la historia del movimiento indígena está asocia-da, por un breve período, al conflicto armado internoy a la movilización revolucionaria que finalizó en1996. Como es sabido, la mayoría de las bases socialesde la guerrilla fueron en la etapa más importante dela insurgencia (1980/82), masas indígenas.24 Se tratade un hecho de trascendencia histórica que esteInforme no puede explorar, pero que debe serregistrado por los efectos que tiene en esta sociedadmultiétnica y que permite sacar, en interés delInforme, dos conclusiones de efectos diacrónicos:

22 Cojti (2005:7).23 Por Derechos Humanos Indígenas se entiende, no sólo la gama de derechos inherentes a la persona humana (civiles, políticos, económicos,sociales y culturales) sino también los derechos colectivos y específicos inherentes a los pueblos indígenas (identidad, territorialidad,autogobierno, derechos de representación, etc.). En Guatemala, debido a la inercia de la guerra fría, a la división entre luchas sociales yluchas étnicas, y a la participación en coordinadoras y redes sociales, las organizaciones indígenas que sólo presentan demandas sociales yeconómicas, muchas veces no se considera que están haciendo luchas indígenas. Algunas de ellas han afirmado que efectivamente notrabajan el tema indígena.24 Bastos y Camus (2003:279) y Cayzac (2001:216).

Page 23: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005218

9

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

a) La brutalidad de la represión experimentada porlos indígenas a manos del ejército que no hizosino estimular la rebeldía y la búsqueda de otrasformas de organización y presencia, apoyadasen los Acuerdos de Paz. La historia de laorganización y del movimiento indígenaencuentra aquí una línea divisoria, pues sudinámica cambia después de firmados, en elclima del “peace-building”, de la presencia deMinugua y el incremento de la presencia de lacooperación internacional.

b) La participación en el movimiento insurgenteprocesa una experiencia de unidad política en-tre ladinos e indígenas; lo que a su vez permiteencontrar un doble perfil en la actuación comoindígenas y como campesinos, una concienciaétnica y otra de clase, unificadas en el breveperíodo de su insurgencia, pero prolongadas eneste momento como las dos vertientes ideológico-políticas que separan al movimiento maya.

Hay varias organizaciones que hoy díaproyectan su trabajo con una doble representaciónde intereses étnicos y clasistas como ya se dijo, en elque unos se identifican como indígenas y otros comocampesinos o ambos ya que no hay contradicciónninguna, porque su condición de pobreza vuelvecomún sus intereses y sus derechos. El caso delComité de Unidad Campesina –CUC– lo prueba consu trayectoria circular, pues surge como unaorganización campesina vinculada a una de lasorganizaciones guerrilleras en 1978. En sudesarrollo recoge demandas indígenas y losincorpora a la lucha reivindicativa. En el post-conflicto, el CUC mantiene su naturaleza campesi-na, pero suma demandas por el respeto a losderechos humanos y otros esfuerzos por la paz; y enel último tiempo, recoge de nuevo, además, unadimensión étnica. Este tipo de experiencias sonimportante en el desarrollo de las identidades étnicasa partir de desigualdades y/o de diferencias quedinamizan muchos movimientos sociales.

Actualmente, la organización y el movimientomaya se encuentran en una etapa que podríacalificarse de transición por los desafíos que debe

resolver a partir de la redefinición de sus capacidadesde representación y legitimidad. Estas, no sólo enlos términos de la disyuntiva culturalista/clasistaexacerbada por la aguda pobreza que sufre lapoblación maya, sino porque hay problemas con elpredominio de la lógica territorial o la razón lin-güística, la versión panmaya y/o la hegemoníaKaqchikel y K’iche’. Hay también una estratificaciónsocioeconómica que divide, reforzada por la dis-tancia rural/urbana en la que la educación desem-peña una función segmentadora; además, hondasdivisiones religiosas y otras no ideológicas pero sípartidario-electorales entre los mayas que, junto alos ladinos, hacen política. Y todo esto escindido porla óptica modernizadora del género, del papel quelas mujeres indígenas han venido desempeñando.Esta diversidad debe ser atada por un movimientounitario capaz de ser al mismo tiempo represen-tativo y legítimo.

7.2. La mujer maya: organización

y movimiento

Las organizaciones de mujeres mayas son recientes.En la investigación de Cojtí aparecen más de 48entidades y dos coordinadoras: la Unión Nacionalde Mujeres Guatemaltecas (UNAMG) y Moloj de laAgenda Política de las Mujeres Mayas. La presenciade mujeres en actividades locales o municipales escreciente y no exige educación formal ni bilingüis-mo, pero el liderazgo sí lo vuelve necesario. Unamaestra, una profesional, o una función espiritual(ajq’ij) facilitan el liderazgo femenino.

La historia de la resistencia cívica frente a lasdictaduras militares fue iniciada y encabezada pormujeres indígenas y ladinas. Las iniciativas tomadasen torno a la defensa de los derechos humanosempezaron aun antes del advenimiento de lademocracia; el liderazgo femenino fue capaz deenfrentar la represión en aspectos tan sensibles comolos secuestrados y los desaparecidos. Mujeresindígenas fundaron organizaciones como el GAM yla CONAVIGUA, que alentaron la resistencia y

Page 24: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005 219

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

9

estimularon a otros sectores, hombres y mujeres, ala denuncia de las violaciones a los derechos básicosdel ciudadano. Todavía hoy día, algunas mujeresindígenas están en la primera fila de las luchassociales y políticas.

La participación organizada de las mujeresindígenas es un paso de gran importancia, pues porese mecanismo, logran un proceso de empodera-miento y crecimiento personal. Sin embargo, unaencuesta realizada a 25 liderezas indígenas reveló que,en temas culturales, ellas se consideran incluidasporque las demandas las favorecen pero reconocenque el movimiento no respeta su condición y lasmantiene subordinadas.25 Aún más, los objetivos delas organizaciones no incluyen reivindicaciones degénero; no reconocen sus intereses en los plantea-mientos de movilización indígena.

Además, el liderazgo político de las mujeresmayas es desvalorizado e invisibilizado con mayorfuerza que el de la mujer no indígena. En estointerviene el etnocentrismo, el racismo y el ma-chismo. Pese a que en los últimos años se percibenya cambios de actitud en la sociedad guatemalteca,respecto a que el ámbito de la mujer no sólo es eldel hogar, sino también el público, la idea de quesu papel fundamental está vinculado al hogar y ala crianza sigue vigente y explica en gran medidapor qué su participación en partidos políticos ycomités cívicos sigue siendo baja. Y cuando ocurre,éstas ocupan cargos de menor jerarquía e inclusivede asistencia a sus colegas partidarios. Sonrealmente pocas las mujeres que han logradotrascender a cargos de mayor importancia y, cuandoello ocurre, lo hacen en condiciones de mayordesventaja que sus colegas hombres, siendo quedeben hacerlo venciendo los comentarios ycuestionamientos permanentes a su idoneidad paraejercer la función y manteniendo, generalmente,

la doble carga de trabajo, pues el hogar sigue siendosu responsabilidad.26

Por otra parte, muchas mujeres mayas nosienten o creen que sus necesidades y demandasestén resueltas por organizaciones encabezadas pormujeres ladinas. Algunas las consideran de cortefeminista, las ven con paternalismo y buscan suasimilación a su modo de ser y actuar occiden-talizado, sin consideración a la diferencia que in-troduce la diversidad cultural. Además, dentro delseno de las propias organizaciones de mujeres sereproducen las relaciones desiguales de poder.27 Noobstante, es de reconocer que los primeros pasos, aveces los más difíciles, se han dado: un largo caminoaparece por delante.

7.3. Cooperación y dependencia:

la ayuda internacional a la

organización indígena

La presencia de donantes extranjeros para el pueblomaya sólo después de 1992 cobra importancia.28

Tuvo, desde entonces, dos destinos principales: apoyoa lo que podría llamarse la economía indígena, ycooperación en la revitalización étnica que semanifiesta en las múltiples formas de organizacióny movilización. Los recursos internacionales nocondicionaron pero han ayudado desde aspectosdiversos al incremento de la participación indígenay con ello a la gestación de una nueva concienciaétnica.

Es difícil calificar no sólo estos resultadosculturales y políticos sino precisar las cantidades dela ayuda misma. Fue decisiva, por ejemplo, en laformación de la Coordinadora del Pueblo Maya deGuatemala –COPMAGUA–, que fue la principalinstancia interlocutora del pueblo indígena y el

25 Monzón citado por Cojti (2005:14).26 Véase por ejemplo Moloj (2003).27 Monzón (2004).28 La afirmación aparece en Porras (2005:1).

Page 25: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005220

9

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

gobierno, con ocasión de la firma de la paz. Se discutesobre el papel efectivo de la cooperación externa comoel sostén financiero del movimiento étnico, pero seestá de acuerdo en que, cualesquiera que hayan sidolos montos totales, ésta ha sido una ayuda funda-mental. También es motivo de debate las estrategiasaplicadas por los donantes, que incluyen ONGinternacionales, gobiernos y otras agencias.29

La cooperación sueca (2001-05) señala que losbeneficios dependen de cómo se enfrenten losdesafíos económicos; los noruegos parten de la basede que el desarrollo y los derechos humanos estánestrechamente vinculados. El criterio de que loscambios sociopolíticos en las comunidadesindígenas sólo pueden realizarse junto contransformaciones estructurales es sostenido por losdonantes de la Unión Europea.30 Otra modalidadha sido apoyar el cumplimiento de los Acuerdos dePaz, especialmente el indígena (reasentamiento yreinserción, asistencia a programas de educación,salud y derechos humanos). Dos rasgos importantesde la ayuda son que sólo se han apoyado proyectoslocales/regionales31 y no nacionales, y de preferencialos que tienen un contenido culturalista.

Finalmente, es oportuno indicar que hay sectoresmayas que no ven ni con simpatía ni con utilidad lacooperación externa y sus efectos. Hacia 1993, la UniónEuropea realizó una encuesta sobre la situación y lacapacidad de gestión de proyectos de desarrollo de lasorganizaciones indígenas en Centroamérica. Para losgrupos tradicionalistas, la cooperación era un armadoblemente negativa, el “caballo de Troya de laoccidentalización” además de ser desmovilizadora,paternalista y de objetivos oscuros.

La conclusión que se deriva, necesariamente pro-visional, pero fundada en resultados visibles, es que en

Guatemala ha empezado un movimiento de cambioentre la población indígena, una de cuyas dimensioneses la organización y participación social y política. Haceun cuarto de siglo no había una situación deefervescencia en el sentido de agitación de los ánimos,renovación de actitudes, redefinición de identidades.En esos cambios culturales y simbólicos, la organiza-ción social del pueblo maya ha sido clave. En buenamedida, la cooperación internacional ha sido decisivaen promover la participación.

7.4. La búsqueda de lo colectivo

maya y su estructura orgánica

Se define como organización indígena a aquellasentidades que están dirigidas por indígenas y que hanpresentado acciones y planteamientos, en el campo delos derechos humanos, para los pueblos indígenas. Nose consideran, bajo esta denominación, a las entidadesindígenas tradicionales como cofradías, alcaldíasindígenas, consejos de ancianos, comités pro mejora-mientos pues éstas son anteriores al actual movimientoindígena y han estado activas en los niveles local y re-gional. No se incluye a todas las organizacionesindígenas existentes, pues varias de ellas así como suslíderes, no aparecen registradas en ninguno de losestudios considerados que sirvieron de base paraordenar la información que aquí aparece. Una revisióncuidadosa de los registros depurados muestra que hay328 organizaciones, de las cuales 317 son Mayas, 5Xinkas y 6 Garífunas. Entre los Xinkas, se ha construidoel Consenso del Pueblo Xinka para agrupar las diversasiniciativas, mientras que entre los Garinagu oGarífunas, ONEGUA -Organización Negra Guate-malteca- sería la más representativa.32 De aquel total,sólo unas 40 pueden considerarse de mayor permanen-cia, activismo y representatividad.33

29 Porras, op. cit.30 Porras, op. cit. pp. 19-20.31 Se habla de discriminación pues algunos departamentos indígenas del noroccidente son múltiplemente escogidos, lo que no ocurre en eloriente del país.32 Encuentro Permanente para la Participación Política de los Pueblos Indígenas -ENPI- (2004:13).33 Véase Cojti (2005:2).

Page 26: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005 221

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

9

Solo 4 de las 40 organizaciones son de mujeres yocho tienen un ámbito de trabajo regional o en mu-nicipios del interior. El resto se concentra en la ciudadcapital girando en torno a organismos y dependenciasdel gobierno central, o de la cooperación internacional.Lo importante, es poder identificar la naturaleza de estasorganizaciones. Sólo cinco de ellas responden a lo queen lenguaje coloquial se califica como populares, porreivindicar demandas socioeconómicas en vista de lascondiciones de vida de los indígenas; ellas sonorganizaciones de masas. El resto, la mayoría, son detendencia culturalista porque luchan en torno areivindicaciones de tipo cultural y son organizacionesde elite, de intelectuales o cuadros técnicos.34

De hecho, muchas organizaciones nacen y mue-ren como expresión de un momento de gran dinámicasocial y política en donde su naturaleza reivindicativapuede confundirse. Aparecen como un abanico de parti-cularidades pero con un tronco común, su raíz mayista.Y han tendido a agruparse en coordinadoras de diversonivel que les da mayor fuerza orgánica. El liderazgo esotro aspecto que debe ser tomado en cuenta a partir delos datos que se han mencionado. El estudio en men-ción, logró identificar un núcleo básico de 20 perso-nas, de las que 7 son mujeres y 4 pertenecen a latendencia popular, lo que significa que la elite mayadirigente de las organizaciones sociales está conforma-da, sobre todo por varones, urbanos y con una orienta-ción culturalista. Se trata de un grupo intelectual, conautoridad más social que política y más local y regionalque nacional. Algunos de ellos tienen reputación yvínculos en el exterior.35

7.5.Características y dinámica

social del mayismo

No es difícil señalar el contenido de las organiza-ciones mayas, que pertenecen al mundo de lasociedad civil. Se forman para luchar por unasociedad nacional donde el pluralismo étnico adoptemodelos de plena participación igualitaria en

derechos y obligaciones, en un ambiente favorableal desarrollo humano. Reivindican un Estado cuyaspolíticas multiculturales formen parte de uncompromiso permanente con la nación multiétnica.

Algunos intelectuales mayas hablan de ladescolonización del pueblo maya o enfatizan la plenavigencia de los derechos colectivos y plantean comoproyectos de futuro el pluralismo étnico en ladesigualdad o en la igualdad. Ninguna organizaciónhasta ahora se mueve tras demandas de autonomíapolítica como algo ligado a un proyecto nacional.

A la atención de los temas anteriores, se sumanotros de naturaleza inmediata como los del racismo yla discriminación, la restitución de tierras y las políticasde resarcimiento, la educación bilingüe intercultural,derechos de participación y representación en diversosniveles, derechos de género, a la salud y la educación.Sin embargo, la efectividad de la lucha tras esos objetivosestá condicionada por la persistencia real y efectiva denumerosos problemas de sobrevivencia y cuya inmedia-tez ocupa el tiempo de muchas de esas organizaciones.Existe cierta dispersión de objetivos aunque la tendenciamás reciente pareciera orientarse a incluir tanto aspectossocioeconómicos como étnico-culturales. A las urgenciaspor el funcionamiento (búsqueda de fondos) se agregael interés por la búsqueda de relaciones con afines a finde alcanzar algún nivel superior de unidad. No se olvideque en las organizaciones mayas perduran los rasgosde cobertura local, cantonal, de caseríos; o bien barrios,zonas o cascos municipales.36

Esta presencia comunal es muy importante eneste momento de la vida política de Guatemala, puesel trabajo de base constituye una buena escuela deentrenamiento administrativo, financiero y en elmanejo de asambleas, reuniones y hasta cono-cimiento de asuntos sociales y políticos. No es sólola actividad práctica lo que se valora sino el hechoque ésta es una actividad ciudadana de carácterpúblico. Hoy día hay en las zonas rurales del paísuna creciente actividad en la que empiezan aparticipar las mujeres, y cuya militancia en asuntosétnicos enriquece la organización.

34 Ibídem.35 Ibídem.36 Cojtí, op. cit., pp. 3 y 4.

Page 27: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005222

9

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

Recuadro No. 9.2.COPMAGUA

Un buen ejemplo es una experiencia organizativa en que la relación no fue política sino como sucede con la

mayoría del movimiento indígena, se produjo de forma compleja frente al Estado. La creación de COPMAGUA en

mayo de 1994 fue un resultado del interés de varias organizaciones mayas que actuaban con aspiraciones,

objetivos y orientaciones diversas y que buscaban la colaboración entre ellas para asegurar mayor

representatividad frente al Estado. Su historia no puede hacerse aquí pero se menciona como proyecto unitario

y por sus esfuerzos para la firma del AIDPI y la instrumentación de sus acuerdos. Y se menciona también por

las razones de su fracaso, donde aparecen contradictorios impulsos en su dirección, el fracaso de la Consulta

Popular, la caída en la burocratización y la aún difícil coincidencia entre los dispersos organizaciones indígenas.

La organización en redes o coordinadorasconstituye una experiencia colaboradora en temasunificados de las demandas indígenas y en lainterlocución con el gobierno. En el 2003 existíanen el nivel central un total de 6 coordinadoras desegundo grado, 4 de tercer grado y una macro coor-dinadora. En el 2005, algunas dejaron de funcio-nar (COPMAGUA, MENMAGUA, NIM POPB’IL),otras continúan en sus campos de trabajo (CNEM,COMG) y otras están en proceso de formación.37

Salvo excepciones, las coordinadoras de tipo re-gional o departamental son recientes y sonimportantes porque plantean necesidades de lascomunidades lingüísticas y por su interacción conlas organizaciones de la capital. Como la mayoríade decisiones se toman en el gobierno central, las

organizaciones mayas funcionan en la RegiónMetropolitana, en la ciudad capital, dondepresionan, negocian y participan.

Es esta la oportunidad de señalar que existenrelaciones con el exterior, vínculos de solidaridad con,y pertenencia al movimiento indígena internacionaltales como el Consejo Internacional de TratadosIndios, Consejo Indígena de Centroamérica,Fundación Abya Yala para el Autodesarrollo Indígena,y otras. Por otra parte, el Estado guatemalteco tiene 3delegados indígenas en foros internacionales: en laOrganización de Estados Americanos -OEA-, en elForo Permanente de Cuestiones Indígenas de laOrganización de las Naciones Unidas -ONU- y en elConsejo Ejecutivo de la UNESCO.

37 Ibídem.

8. Luces y sombras en la participación política

Ésta ha sido una aproximación al escenario de lamúltiple participación política de grupos indígenasen la estructura del Estado nacional. Las relacionespolíticas son relaciones de poder que contribuyen adefinir la etnicidad y no se agotan en las diversasformas de participación que han quedado descritas.Votar y ser votado en elecciones municipales,legislativas o presidenciales es el ejercicio ciudadanofrente al Estado. Ser nombrado para un desempeño

funcional, de diversa jerarquía, es también unafunción ciudadana en el interior del Estado. Ambasson modalidades de la vida política en una naciónmultiétnica y democrática, tipos de participaciónabiertos a indígenas y no indígenas.

Se discute por parte de algunos antropólogosque esa participación corresponde a una estrategia“neoliberal” de asimilación cultural y cooptaciónpolítica. Por su amplitud y cantidad se está

Page 28: Participación política en una sociedad multiétnica

Informe Nacional de Desarrollo Humano, Guatemala 2005 223

Par

tici

pac

ión p

olí

tica

en u

na

soci

edad

mult

iétn

ica

9

formando lo que llaman una categoría de “indiopermitido”, aceptado por el mundo ladino y blancoporque aquel aceptó la configuración racial y cul-tural del Estado nacional. El análisis del “indiopermitido” no se encuentra aún bien desarrollado,pero se plantea inicialmente como una nueva formainstitucional y socio-cultural en que el racismo, enúltima instancia, se expresa. En esta perspectiva nose critica al indígena que participa, sino al Estadoque lo invita a participar. Se argumenta que es “unnuevo racismo institucional, con cara pluralista yhasta simpático, que bloquea con más eficacia aún,los anhelos libertadores del pueblo indígena en suconjunto.”38 La historia de Guatemala está llena deexperiencias de “indios permitidos”. La partici-pación, hoy día, ocurre en un clima nacional einternacional distinto, democrático e inicialmentepermisivo. Esto último es consciente tanto por partede sectores oficiales y de la sociedad civil como porparte de los indígenas, sus intelectuales, organiza-ciones y movimientos.

Desde otra vertiente de interpretación, laparticipación indígena dentro de la institucio-nalidad del Estado, en los espacios que se hanabierto –y en los que estén por establecerse, dirigidaspor, o en provecho de indígenas– puede verse comoun avance, como posibilidades de incorporarse alejercicio de la administración pública y con elloentender y aprender el funcionamiento del Estadomonista. No obstante, el funcionario indígenaencuentra en su labor espacios que tienen su propiolímite, el que establece la concepción del monismojurídico, el monolingüismo, la noción de homo-geneidad monocultural que subyace en la legis-lación vigente, en el sistema político, en el ejerciciode la vida pública. En suma, su faena la realiza enel interior de lo que se llama en lenguaje técnico,la estructura nacional que organiza y condicionael funcionamiento del Estado. Por consiguiente, lasola presencia de funcionarios indígenas en suestructura, no asegura un cambio cualitativo en laforma de ser y de hacer del Estado guatemalteco.

38 Hale, Ch., en Paz y democracia en Guatemala: los desafíos pendientes. Fundación PROPAZ. Guatemala, 2005, pp. 55-77.

Por otro lado, aunque hasta ahora pasosimportantes se han dado en materia electoral,todavía se practican elecciones sin represen-tación que casi corresponden a un tipo de par-ticipación obligatoria. Para que haya represen-tación en la sociedad política, deben existir enla sociedad civil intereses orgánicos represen-tables; pero eso no ocurre sólo con los indígenas,también con las mujeres, con los ladinos pobres.Ellos y ellas son electos por partidos políticos cono sin ideologías o programas, que en todo casono incluyen estrategias étnicas o de género.Mientras un/a líder indígena o mujer sea can-didato/a de un partido sin una propuesta étnicao de género y sin grupos que la respalden, habráuna elección pero sin representación. Los comitéscívicos parecieran sortear este contratiempo, perono lo logran porque son “soluciones” deoportunidad de muy corto plazo.

Con las elecciones actuales, hay sin duda unainferiorización de las formas propias de organiza-ción, representación y ejercicio del poder, propiosde la cultura maya; de forma paralela se plantea alos indígenas un desafío del mundo ladino, el quesignifica acceder a escenarios desconocidos ocomplejos como la organización y funcionamientode los partidos políticos, la vida en el interior delCongreso Nacional, el ejercicio funcionario en laburocracia pública. En suma, el reto vital departicipar en un universo de significados y prácticasde calidad diversa, propios de otra cultura política,de lo “occidental” que incluso a muchos noindígenas, les resulta problemático socializar.

El balance no es de ninguna manera negativo.Sólo señala insuficiencias. La democracia en Guate-mala se está desarrollando gracias a la presencia deciudadanos indígenas y no indígenas, hombres ymujeres. Tal como lo propone este Informe, el paulatinosurgimiento de un Estado plural y una naciónmulticultural debería dar amplias oportunidades atodos por igual, para el ejercicio del poder.